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Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 octubre 2011, eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. García, M. Taín. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2011 Las últimas construcciones de fábrica de ladrillo resistente: la generación de los años cincuenta a los setenta Gemma Muñoz Soria Actualmente, las edificaciones con muros de carga de fábrica de ladrillo se limitan a viviendas unifamiliares. Pero cuando profundizamos en el campo de la rehabilitación, nos damos cuenta de que la mayoría de nuestras intervenciones consisten en esta solución constructiva. De este modo, observando nuestro alrededor, encontramos un gran número de construcciones de fábrica estructural provenientes, en gran parte, de la época en que este material constituía el elemento fundamental de nuestra construcción, cuando el hormigón y el acero aún no habían experimentado la difusión actual como materiales estructurales principales. La industria se fue implantando en todos los ámbitos de nuestro país a partir de la década de los años 60. El sector de la construcción no fue una excepción, sino que fue más bien uno de los sectores más afectados por este cambio. En la Cataluña de los años 60, hubo un alto crecimiento demográfico, que provocó una falta de viviendas, sobretodo en el área metropolitana. Para solucionar este problema se intentaron utilizar módulos industriales para la construcción, reduciendo el tiempo de la obra y su facilidad de manipulación. Así, en viviendas plurifamiliares, se fueron implantando los sistemas constructivos prefabricados, las estructuras porticadas de hormigón armado y las losas aligeradas, como los forjados reticulares, que lentamente fueron dejando de lado las construcciones de fábrica de ladrillo resistente y forjados unidireccionales, tan tradicionales de nuestro país. Aunque los sistemas industrializados se fueron implantando gradualmente, algunos arquitectos siguieron utilizando la técnica de paredes de carga. Desde los años 50 a los 70 en Cataluña surgió un pequeño grupo de arquitectos que luchó por este material y su función. Antoni de Moragas i Gallissà, Francesc Mitjans, Barba Corsini y Lluís Nadal fueron algunos de ellos, conocidos principalmente por su habilidad para compaginar el diseño interior de viviendas con las estructuras resistentes de fábrica de ladrillo. Así pues llegamos a nuestros arquitectos objeto de estudio, los últimos arquitectos que aplicaron esta técnica, que, por varias razones que se detallaran posteriormente en esta comunicación, tuvieron que abandonar la destreza de compaginar el diseño de muros en la arquitectura con la estructura. Revisando sus arquitecturas nos damos cuenta de que la forma y la técnica son cada vez más un binomio inseparable. Pero antes de adentrarnos en esta época es indispensable echar una mirada a otro pasado más lejano para conocer las construcciones anteriores a los años 60 y así subsanar las diferencias más importantes entre épocas. De este modo podremos averiguar qué novedades y características especiales tienen las últimas construcciones de fábrica de ladrillo. EL PARQUE EDIFICATORIO DE LAS VIVIENDAS CON MUROS DE CARGA Se procede a realizar una breve descripción de las construcciones artesanales del centro de Barcelona, 986 G. Muñoz de la construcción del Ensanche y de otros nuevos modelos edificatorios que han aparecido a lo largo del siglo XX. La evolución de este parque edificado, en el caso de Barcelona, se puede agrupar en cuatro grandes apartados: La tradicional edificación de la ciudad amurallada Observamos edificios poco ventilados y ancho de fachada y profundidades edificables de pequeñas dimensiones, donde mayoritariamente se resuelve con una vivienda por planta. En el caso de Barcelona ubicamos esta tipología en «Ciutat Vella», «El Born» y otros núcleos urbanos como «Gracia», «Sants» o «Sant Andreu». Las actuaciones a partir de 1860 A partir de 1890, se tipifica un modelo de casa más grande, en el que predomina la profundidad edificada. Este hecho y las corrientes higienistas del momento hacen que, aunque no se ventilen todos los espacios, sí que lo hace la mayoría, mediante la introducción de los «patios de luz». Estos edificios se resuelven con dos viviendas por planta y unas técnicas constructivas que, aunque tengan un elevado grado de artesanía, se sistematizan ya que se van repitiendo constantemente. Aparece así un modelo casi repetitivo, que varía básicamente en su imagen urbana según las diferentes propuestas estéticas. Estas se pueden resumir en tres grandes momentos: el premodernismo (1860-1900), el modernismo (1888-1915) y el postmodernismo (19101936). Este modelo se localiza puntualmente en el centro de la ciudad y mayoritariamente en el barrio del Ensanche. La estructura y la sección resistente son los elementos más relacionados con la técnica de esta tipología. La construcción del Ensanche anterior a la guerra civil se construyó básicamente con paredes de carga en la estructura vertical y forjado de viguetas de madera o acero en la estructura horizontal. Su correcto funcionamiento estructural funcionaba gracias al énfasis en los detalles constructivos y una cuidadosa ejecución. Eran estructuras isostáticas donde predominaba la falta de zuncho o la localización de este debajo del forjado. Las características principales de esta construcción eran: • En planta Baja: pilares de fosa o acero laminado y bóveda catalana • Plantas Tipo: estructura vertical de fábrica de ladrillo resistente, estructura horizontal de viguetas de acero o de madera. Bovedillas de bóveda catalana. • Balcones en voladizo con perfiles y platinas metálicas • Dinteles metálicos La construcción de la posguerra. En los años 30 la construcción europea era fundamentalmente artesanal, pero ya existía una clara conciencia de la necesidad de conseguir la industrialización del proceso de producción. Estos países que, como Alemania, Suiza, Francia o Inglaterra, iniciaron en décadas anteriores su camino hacia la producción en serie de elementos, en 1937 habían conseguido racionalizar en gran medida la totalidad del proceso arquitectónico y, en algunos casos, incluso reducir sus costes en un 30% frente a la construcción artesanal por el ahorro efectuado con la encarecida mano de obra. Además, en estos países, no solo los gobiernos sino, también las propias empresas constructoras y productores contaban con centros de experimentación que podían garantizar el progreso de la construcción con nuevos materiales y elementos estructurales. En cambio, en la España de principios de los años 40, en gran parte debido a la Guerra Civil, la construcción no solo seguía siendo fundamentalmente artesanal, sino que la falta de medios económicos y la mano de obra abundante y barata impidieron que se hiciera realidad el deseo de racionalizar científicamente el proceso constructivo. A principios de los años 40 en España, ni el gobierno ni las pequeñas empresas e industrias particulares de gremio podían costear centros de investigación experimental con capacidad suficiente como para impulsar la necesaria evolución de los sistemas constructivos hacia la industrialización desde la propia elaboración del material. Nos encontramos en un periodo con una falta de mano de obra cualificada en el sector. Esto provocó Las últimas constituciones de fábrica de ladrillo resistente la utilización de tecnologías tradicionales de muros de carga de fábrica de ladrillo, con soluciones autárquicas frente a mano de obra especializada. Había una falta de materiales y hasta se restringió la utilización del hierro y de la madera. A causa de la falta de materiales las construcciones eran muy parecidas a las anteriores, utilizando básicamente la fábrica de ladrillo, pero incluyendo en casi todas las soluciones constructivas el hormigón armado, material ya tan utilizado en el resto de Europa. Así pues todas las soluciones antes realizadas con acero o madera, se cambiaron por las de hormigón, por ejemplo en los forjados unidireccionales con viguetas prefabricadas de hormigón armado o los dinteles y zunchos perimetrales. La entrada de la industrialización: el desarrollismo. Los jefes de obra y los especialistas en la cerámica fueron paulatinamente desapareciendo. La falta de normativas y de bibliografía específica en fábrica de ladrillo produjo que se fuera perdiendo esta técnica tan tradicional i marcada en nuestro país. La arquitectura iba cambiando con el tiempo y se buscaban soluciones con fachada más abierta al exterior para aumentar las visuales y la iluminación interior. El diseño interior también cambiaba. Se empezaron a buscar espacios más diáfanos, y distribuciones más flexibles, que mejoraban las circulaciones y el programa final de la vivienda. La combinación de la desaparición de los técnicos especializados y el surgimiento de los nuevos modelos edificatorios facilitó que a partir de los años 60, con la apertura de las fronteras, se introdujeran otros sistemas constructivos. Así pues fue una época en que se deja paulatinamente de construir con sistema de muros y se empieza a introducir progresivamente las estructuras de pórticos de hormigón, forjados reticulares y otros tipos de soluciones. La podríamos calificar como la época de la arquitectura contemporánea. Las edificaciones se fueron abriendo hacia el exterior, provocando al mismo tiempo, que algunos arquitectos no especialistas con la fábrica de ladrillo, hicieran graves errores en la construcción. Así pues, en Cataluña se empezaron a construir todo tipo de edificaciones, que provocaron en algunos casos acci- 987 dentes importantes, como el que tuvo lugar en el año 1962 en Pineda de Mar. Fernando Cassinello ya detallaba estos problemas en un coloquio: Cataluña es la región española que más osadía ha mostrado en este campo constructivo, en realizaciones verdaderamente alarmantes, con el grave peligro de llegar inconscientemente a soluciones catastróficas. (F. Cassinello. Conferencia pronunciada en el Salón de Actos de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Milán, con motivo del I Coloquio Internacional sobre Estructuras Cerámicas, organizado por R.I.L.E.M. (Reunión Internacional de laboratorios de Ensayos de Materiales) y celebrado entre el 25 y el 28 de junio de 1962.) Solo algunos arquitectos especialistas siguieron utilizando este sistema, consiguiendo nuevas distribuciones, sin perder las características necesarias para el buen funcionamiento de la fábrica. Tal y como comentó el arquitecto Antonio Moragas: La más antigua de las actividades humanas, cocer la tierra, aun nos ha servido y nos sirve para nuestro lenguaje arquitectónico de hoy (Antoni de Moragas i Gallissà. 1983) El porqué de la desaparición de la cerámica como elemento estructural Desde los años 40 en la Escuela de Arquitectura se enseñaban principalmente estudios teóricos aplicables a las estructuras de acero o de hormigón armado, pero no a las estructuras de fábrica. En cambio la mayoría de edificios que se construyeron eran de fábrica de ladrillo. Santiago Huerta indicaba que casi ningún profesor explicaba la teoría del cálculo de la fábrica y que muy pocos detallaban su ejecución. Los profesores explicaban que se trataba de estructuras tradicionales, que no se calculaban de forma general y que se habían de limitar a la comprobación de las tensiones localizadas en los puntos de mayor carga. Después de la Guerra Civil, solo había como bibliografía de fábrica de ladrillo el libro de Pere Benavent «Como debo construir» para el cálculo y ejecución de la fábrica, que hablaba solo de comprobaciones de tensiones localizadas que no habían de sobrepasar unos determinados valores y era una simple enumeración de interesantes normas constructivas. 988 G. Muñoz Posteriormente a finales de los años 40, Joan Bergós redactó dos libros, «Construcciones Urbanas y Rurales» (1945) y «Materiales y elementos de construcción» (1953), que hablaban de las características del ladrillo, del mortero, de la fábrica en su conjunto y de los parámetros básicos para su cálculo. Así, la época en la que se construyeron más edificaciones con paredes de carga fue la época en la que menos bibliografía había sobre el tema. No fue hasta mediados de los años 60 que aparecieron los primeros libros sobre la fábrica. Se tiene que tener en cuenta que fue en esta época cuando aparecieron también los primeros problemas de patologías y defectos en este tipo de construcciones. En el año 1962, la misma fecha del derribo del edificio en Pineda de Mar, Javier Lahuerta y Luis Felipe Rodríguez redactaron «Muros de fábrica de ladrillo», que sirvió para divulgar las normativas existentes en diferentes países sobre este tipo de estructuras. En el año 1964, el Ministerio de Vivienda desarrolló a escala nacional un «Plan experimental sobre ladrillos y muros» con las características técnicas de los ladrillos que se estaban utilizando en las diferentes regiones del país. El mismo año Fernando Cassinello publicó la monografía del IETCC titulada «Muros de carga de fábrica de ladrillo», que reunía toda la normativa vigente en el mundo sobre métodos de cálculo y a la vez proponía un sistema de cálculo para nuestro país. Así, con la aparición de toda esta bibliografía, en el año 1964, el Ministerio de Vivienda asignó una comisión para estudiar la redacción de la normativa M. V. sobre estructuras de muros de fábrica de ladrillo. La comisión estaba compuesta por Juan del Corro Gutiérrez, D. Eduardo Fernández Díaz Carazo, D. Fernando Cassinello Pérez, D. Javier Lahuerta Vargas, D. Luis Felipe Rodríguez Martín, Francisco Bassó Birulés. En el año 1972 apareció la normativa MV-201 sobre la fábrica de ladrillo. Estos son algunos parámetros y consideraciones a resaltar de la nueva normativa: • Obligación de incluir elementos rígidos para hacer que el forjado fuera más monolítico para absorber los esfuerzos horizontales. Aparición de elementos metálicos u hormigón verticales y horizontales en los muros en edificaciones de más de dos plantas. • La calidad del ladrillo y su resistencia La selección del mortero adecuado y su plasticidad, así como el grueso de las juntas y su acabado. • El diseño del aparejo del ladrillo y las soluciones de esquinas, encuentros y cruces. • La solución de los apoyos en los elementos estructurales sobre muros, obligación de zunchado a la misma altura que el forjado. Estas consideraciones hicieron que la ejecución con paredes de carga en edificaciones plurifamiliares fuera más complicada. En viviendas unifamiliares no se observaron muchos cambios, pero afectó en edificaciones de más altura. La obligación de incluir elementos rígidos de hormigón armado o metálico para que el edificio fuera más monolítico y soportara mejor los esfuerzos horizontales provocó que la mayoría de arquitectos se vieran obligados a utilizar las estructuras de hormigón o acero. En el estudio realizado, se observa cómo las construcciones de los arquitectos emblemáticos que en los años 60 aún construían con muros, dejaron de hacerlo justo el año 1972, después de la aplicación de la normativa MV-201. Todas las viviendas plurifamiliares posteriores están realizadas con pórticos de hormigón armado o acero. Pero no solo la citada normativa fue la responsable de la desaparición de esta técnica en edificaciones plurifamiliares. Otros aspectos contribuyeron también a la reducción de utilización de este material. Cuatro años antes, el 1968, apareció la normativa Sismorresistente, a través de la cual se exigía, para edificaciones ubicadas en las zonas B y C, además de zunchos perimetrales horizontales, unos zunchos verticales, de tal modo que formaran en su conjunto una retícula de elementos de hormigón armado o metálicos, muy parecido a las consideraciones de la norma MV 201. Quedaron exentos de estas exigencias solo los edificios con alturas inferiores a 12 metros y 6 metros respectivamente para las zonas B y C si contaban con muros de arriostramiento. Para finalizar, además en Barcelona, en el año 1974, apareció la norma de obligación de garajes en sótanos para todas las viviendas construidas en el bloque. Obligaba a que cada vivienda tuviera un aparcamiento, con lo que dependiendo del número de viviendas, en algunos casos se tenía que realizar más de una planta bajo tierra. Esto provocó la inclusión Las últimas constituciones de fábrica de ladrillo resistente de muros pantalla en la estructura y una estructura muy formal de hormigón armado. En resumen los motivos básicos de la desaparición de la fábrica de ladrillo y su desuso en edificaciones plurifamiliares fueron: 1. La aparición de la normativa MV 201 con muchas restricciones en las soluciones constructivas en edificaciones de más de dos plantas. 2. La aparición de la normativa de realización de sótanos para garajes para viviendas que aparecieron en el año 1974 en Barcelona. 3. La obligación de rigidizar la estructura según la normativa de Sismo del año 1968. 4. La escasez en formación de profesionales 5. La actitud de los profesionales frente a la aplicación de cálculo y control de la normativa y a la facilidad de distribución de las plantas bajas y sótanos. Por estas razones, esta técnica pasó a un segundo plano y pasó a ser utilizada solo en construcciones de edificios unifamiliares. LA ARQUITECTURA DE BARCELONA EN LOS AÑOS 60 La evolución hacia una arquitectura de cambio Tal y como hemos señalado anteriormente, la arquitectura de la posguerra fue claramente artesanal, pero este contexto empieza a cambiar a principios de los años 50. En este periodo, se produce en España un aumento de la edificación debido principalmente al préstamo de los EEUU en el año 1951, el Pacto de Madrid en el 1953 y el Plan de Estabilización del comercio exterior con el Programa de necesidades en el año 1959. En Cataluña se incrementó notablemente la producción de viviendas causada además por una fuerte inmigración. En este periodo comprendido entre 1957, año en que se inició la construcción de más de 10.000 viviendas programadas en el Primer Plan Sindical de la Vivienda, y en el año 1976, en que finalizó la construcción de más de 2.200 viviendas del Gornal en el Hospitalet, Cataluña experimentó el crecimiento más espectacular de su historia. El parque de viviendas se dobló con creces: de tener menos de 700.000 viviendas en el año 1950, pasó a tener más de 1.600.000 en el año 1976. 989 En la misma época, los especialistas intentaron tener un encuentro con la cultura arquitectónica europea. En 1949, el trabajo presentado por Mitjans, Moragas, Tort, Sostre, Balcells y Perpinyà salió ganador del concurso «El problema de la vivienda económica en Barcelona», convocado por el Colegio de Arquitectos de Cataluña y la Asamblea Nacional de Arquitectura. En Madrid también aparecieron diferentes concursos que fomentaron el cambio en la arquitectura de la posguerra. A través de las propuestas del Concurso de Viviendas Experimentales del 1956, se puede ver hasta donde se había llegado a racionalizar la arquitectura española. En este concurso se pudo observar una nueva corriente arquitectónica, que insistió en mantener «los artesanales» muros de carga de fábrica de ladrillo, teniendo en cuenta que en España aún era más económico este sistema por el bajo coste de la mano de obra y la necesidad de potenciar los materiales cerámicos en nuestra economía, contrariamente a lo que ocurría en Europa. En este concurso se experimentó con diversos tipos de muro: Oíxa, Fisac i Cassinello plantearon el arriostramiento transversal en el interior de las viviendas, liberando totalmente las fachadas de su función portante. En cambio Cubullo y Romay mantuvieron en la mayoría de zonas tramos de fábrica estructural en la fachada. Así pues con la entrada de estos nuevos diseños fueron apareciendo nuevas formas de construcciones abiertas, nuevas tipologías edificatorias que se podrían clasificar en dos tipos: a. Edificios con muros de carga paralelos a fachada. La solución consiste en disponer tres muros de carga paralelos, dos de ellos coincidentes con las fachadas exteriores, tradicionalmente la solución más utilizada. En colonias obreras catalanas de los años cuarenta y cincuenta fue el sistema que se adoptó con más frecuencia. Esto se debe a la facilidad en que esta solución se adapta a la doble exigencia de optimización de luces del forjado, por una parte, y a la resolución funcional de la planta de la vivienda por otra, ya que con luces de 7 a 9 metros obtenemos libertad de distribución y no se fuerza el sistema. Se tiene que remarcar que fue la época donde apareció el sistema de forjado de vigueta cerámica que ampliaba la posibilidad de realizar luces mayores a las de las viguetas convencionales. b. Edificios con muros de carga perpendiculares a las fachadas. A finales de los años cincuenta se 990 G. Muñoz constata un claro punto de inflexión frente a la utilización de los anteriores diseños, adoptando como más utilizado el sistema de muros de carga transversales a las fachadas. Este hecho coincide cronológicamente con un ambiente general más abierto a la aceptación de los principios de la arquitectura moderna, más receptivos a la nueva arquitectura realizada en Europa, el movimiento racionalista del momento. La asimilación de estas soluciones, en que se adoptaba de forma prioritaria la disposición de muros transversales de la fachada por el hecho de que permitía una mayor ventilación y asoleamiento de las viviendas, fue probablemente una de las razones que más incidió sobre la creciente adopción experimentada por este modelo realizado en los años posteriores. Razones que, por otra parte, se fueron añadiendo a las que, desde planteamientos economicistas, dieron soporte en ese tiempo a la misma solución, y de las cuales es un claro exponente la justificación de F. Cassinello a la solución del proyecto que se presentó en el concurso de viviendas experimentadas organizada por el INV en el año 1956, que se ha detallado anteriormente. En el proyecto, se enumeran los siguientes motivos: a) Al no ser la fachada elemento resistente puede estudiarse el modo en el que cumple mejor su función aislante térmica, humedades y acústica con menor coste de material y de ejecución. b) Los muros transversales se realizan con espesores mínimos y sin necesidad de carga concentrada, dada la ausencia de huecos, lo cual simplifica sus construcciones. c) La luz libre entre muros de carga es más reducida que la existente entre crujías paralelas a fachada, ya que las zonas de paso son perpendiculares a ellos. El forjado, es por tanto, más económico en cemento y hierro. d) El contrapeo de muros transversales, que rompe la continuidad de los mismos de fachada a fachada, favorece la distribución interior y permite la creación de elementos de atado. e) Las soluciones de bloques en línea pueden desarrollarse en cualquier topografía dada la facilidad de juegos de altura entre las sucesivas viviendas. f) El sistema es tradicional y de fácil aplicación en cualquier localidad, dado el gran desarrollo y popularidad de los materiales cerámicos en España (Hogar y Arquitectura, 1957: nº 12) Estos diseños provocaron problemas en algunos casos, tal y como se ha comentado, ya que la mezcla de libertad en el diseño interior, provocó el olvido de la utilización de los detalles constructivos necesarios en esta técnica. Fue en esta época donde algunas construcciones realizadas con fábrica de ladrillo resistente se construyeron sin seguir el modelo específico, provocando patologías graves y daños estructurales. Los arquitectos de los años 60 en Cataluña En los años 40 predominaba la voluntad de no moverse de un lenguaje clásico por ser el más «institucionalizado» como arquitectura. Aun así, a medida que transcurrieron los años se confirmaron dos líneas de actuación: los arquitectos clasicistas y los racionalistas. M. Fisac planteó un apartado de tendencias estéticas de la arquitectura moderna en el discurso celebrado en la V Asamblea Nacional de los Arquitectos en el año 1949: Todos estamos de acuerdo en la necesidad de abandonar el camino que seguíamos, por faltarle contenido vital. Estamos de acuerdo también en la necesidad de renovación... Muchos arquitectos proyectan y ejecutan obras con honradez constructiva y estética; por ejemplo, el grupo de los neo-empiristas suecos... Copiar el arte popular o clásico español conduce al folklore o a la españolada. Extraer su esencia, saber sacar esos ingredientes de verdad, de modestia, de alegría, de belleza que tiene, sería encontrar el camino de una Nueva Arquitectura (M. Fisac. 1949) Así aparecieron dos grandes tendencias en los arquitectos del momento: los monumentalistas y las racionalistas. En este ambiente cultural, en Cataluña se impone la arquitectura «Neo Brunelleschiana» y en Madrid el «Casticismo» y el sueño de la arquitectura fascista, tendentes a crear una arquitectura propia del Régimen, que si bien no cristalizó en un movimiento arquitectónico dominante, abortó cualquier otro intento de renovación e incluso favoreció la renuncia de algunos arquitectos muy dotados que habían militado en las ideas racionalistas. (Durán Las últimas constituciones de fábrica de ladrillo resistente Reynals, Folguera, etc.). Los arquitectos monumentalistas catalanes (Nebot, Bona, Pere Domenech, Cendoya, etc.) ocuparon las cátedras de la Escuela de Barcelona, e impidieron cualquier intento de renovación o de recuerdo del pasado próximo, que hiciese posible la indispensable reflexión cultural que las nuevas generaciones necesitaban para salir de la situación en la que se encontraban. (Josep M. Sostres. 1960) Además en los años 60, cuando la industrialización empezó a implantarse en nuestra región a pasos agigantados, el movimiento racionalista se volvió a subdividir en dos grandes grupos. Por una parte, los racionalistas que utilizaban las técnicas tradicionales de este país, como fueron Mitjans, Moragas, Corsini y Nadal, y por otra, los arquitectos con el interés de utilizar todas las técnicas más innovadoras de Europa, sistemas prefabricados tanto para la estructura horizontal como para la vertical, como fueron Subias, Fargas o Bassó. Fue una década en la que la tecnología se iba implantando en todos los ámbitos y mientras había un grupo progresista que aún quería seguir con las técnicas tradicionales, otros querían cambiar la construcción e incluir tecnologías innovadoras. LA CONSTRUCCIÓN SINGULAR DE LOS AÑOS 60 EN LAS EDIFICACIONES DE FÁBRICA DE LADRILLO Esta comunicación habla de este apreciado grupo de arquitectos catalanes tan singulares que consiguieron al mismo tiempo fomentar la arquitectura del momento y conservar nuestra más apreciada técnica en cerámica. Fueron ellos los que, enamorados del ladrillo, siguieron construyendo con paredes de carga y diseñando a través de ellas unas distribuciones y fachadas dignas del momento arquitectónico. Por supuesto, teniendo en cuenta unas doctrinas y unos parámetros muy importantes a contemplar. Algunos de estos arquitectos fueron Antonio de Moragas, Francesc Mitjans, Barba Corsini, Duran y Reynalds y Lluís Nadal, entre otros. A sus tipologías edificatorias aparecieron muchos parecidos con la arquitectura tradicional de nuestro país anterior a la Guerra Civil, pero también introdujeron cambios muy significativos. Las características parecidas a anteriores construcciones son: 991 a) Colocación de caja de escalera en el centro de gravedad de la edificación de los edificios entremedianeras. El centro de gravedad del edificio se ubica en el centro del edificio, provocando que este sea más estable frente a acciones horizontales. b) Colocación de patios interiores en la misma ubicación. Las dimensiones de estos patios con los del solar son proporcionales. A principios de los años 70 esta característica se fue perdiendo, abriendo los patios más al exterior. c) Ubicación del zuncho perimetral por debajo del forjado unidireccional. Los cambios más relevantes fueron la inclusión de nuevos métodos constructivos, los más importantes de los cuales son: a) Colocación de pilares rígidos en la estructura, mezclando la fábrica de ladrillo resistente con otros tipos de estructura: acero u hormigón. A partir de ciertas dimensiones en planta, se colocaban pilares para rigidizar la estructura. A principios de los años 60 los pilares eran de hormigón armado, pero hacia los 70, cuando disminuyó el coste del acero, también se utilizaron pilares metálicos. Este hecho es muy importante, dado que se observa generalizadamente en varios autores. En algunos casos excepcionales la mitad del edificio se realizaba con paredes de carga y la otra mitad con estructura porticada. Figura 1 Esquema planta tipo del edificio situado en c/ Mallorca 9498 de Antoni de Moragas 992 G. Muñoz Esta técnica para rigidizar se conseguía colocando pilares metálicos o de hormigón armado en fachada o en patios interiores, y en algunos casos en ambos lados. estos pórticos se alargaban hasta las últimas plantas y formaban los anteriores pórticos rigidizadores. Figura 4 Detalle estructura hormigón armado en Planta Baja en edificio La Vinya de Lluís Nadal c) Balcón de losa de hormigón armada in situ de 10cm de grueso. Figura 2 Esquema planta tipo del edificio situado en c/ Padilla 327 de Antoni de Moragas b) Planta Sótano y Planta Baja con estructura porticada de hormigón armado para liberar la planta y poder situar las zonas comerciales o garajes en ellas. En ciertas zonas, algunos de Figura 5 Balcones edificio situado en c/ Mallorca 94 de Antoni de Moragas Figura 3 Fachada edificio situado en c/ Padilla 327 de Antoni de Moragas d) Escalera de hormigón armado, ligada a las paredes de carga del núcleo central de comunicación. e) Generalmente el zuncho de atado de hormigón armado se colocaba por debajo del forjado unidireccional. Con la aparición de las normativas Las últimas constituciones de fábrica de ladrillo resistente 993 ño al mismo tiempo. La arquitectura es estructura y la estructura forma la arquitectura. Las distribuciones estaban pensadas para resolver estructuras sencillas a la vez que el diseño interior de la vivienda, obteniendo luces no mayores de 5 metros y compensadas entre ellas. El diagrama estructural no tenía momentos descompensados provocando una amortización de la estructura. La estructura no se imponía, si no que ayudaba a distribuir. Figura 6 Escalera comunitaria central Casa Osio de Antoni de Moragas a finales de los años 60 aparecen ubicados a la misma altura del forjado. Figura 8 Fachada edificio c/ Tres Torres de Lluís Nadal, combinación de la estructura con la forma fachada Figura 7 Detalle zuncho perimetral debajo de forjado en edificio c/ Balmes 295 de Lluís Nadal f) Los dinteles mayoritariamente también estaban realizados de hormigón armado y a veces el zuncho de atado y el dintel eran el mismo elemento. g) Muros de sótano de hormigón armado que recorren la planta de Sótano. Estos parámetros comunes en los arquitectos objeto de estudio fueron básicos para una construcción adecuada a esta técnica. Además para ellos el diseño interior fue muy importante, juntando técnica y dise- Figura 9 Planta tipo edificio c/ Tres Torres de Lluís Nadal, distribución interior a través de muros 994 G. Muñoz 2. 3. Figura 10 Esquema estructural de la planta tipo edificio c/ Tres Torres de Lluís Nadal, dirección de viguetas y formación de núcleos rígidos con muros en forma de L o U CONCLUSIONES En un edificio la estructura determina unas dimensiones y da una escala, provee el orden y establece las principales proporciones. Define la forma básica de los espacios determinando la posibilidad de modificar o transformar diacrónicamente sus funciones. Dicho de otra forma, un buen proyecto arquitectónico ha de compaginar la definición espacial y la estructural desde el primer momento. Las soluciones observadas anteriormente daban solución a esta mezcla de arquitectura y estructura y además nos enseñan nuevas soluciones constructivas de las estructuras de fábrica de ladrillo de nuestro país. Fue una época de estudio e indagación de nuevos materiales a la vez que de tradición a la construcción de nuestro país. sabemos que para que la arquitectura pueda seguir siendo nueva y vibrante, debe ser profundamente tradicional, en el sentido que Moya daba al término «tradere»: entregar lo que se ha recibido, para poder llegar más lejos. Es importante saber qué se ha recibido para evitar que la herencia se empobrezca por ignorancia. (Mirando al futuro gracias al pasado. José Manuel Pozo. 1994). NOTAS 1. Que conviene reivindicar el valor arquitectónico del «oficio», haciendo ver como un material modesto (la 4. cerámica) puede obtenerse las más magníficas y osadas obras. Es decir que el espíritu de creación recae en el hecho de saber traducir el pensamiento con el lenguaje nacido a raíz de los propios materiales. Que es bueno vivir y comprender la tradición constructiva, y que los saltos al vacío solo por excepción pueden dar resultados duraderos. Por lo tanto, que es aún válido «nihil novum sub sole», o que, dicho en términos d’Orsians, «lo que no es tradición, es un plagio». Que los que hemos estado o estamos en el enseñanza de la arquitectura conviene que insistamos a los futuros arquitectos a abrir el ojo serenamente a todo lo que los envuelve y que ha madurado a lo largo de los siglos, tanto o más que las nuevas e inquietantes revistas, que a veces no aportan ninguna novedad. Recordar a Richardson que «en los tiempos de inestabilidad, tiene que volver de nuevo a los principios y hacer un nuevo examen de valores». Que la arquitectura de ladrillo está tan vinculada a nuestra forma de ser y de entender las cosas que hace falta vivirla y cuidarla tal y como es y por sí misma, no tanto como puede hacerse en Suecia o Finlandia, porque entonces peligra de mimetismo, más que la sinceridad y modestia. (La larga historia de la fábrica de ladrillo. Manuel de Solà – Morales i de Roselló. 1975). LISTA DE REFERENCIAS Bofill, R. 1965. Moralidades y prejuicios en arquitectura. Siglo XX. Barcelona. Bofill, R. 1965. Defensa y reproches al realismo en arquitectura. Siglo XX. Barcelona. Bofill, R. 1965. Ensayo sobre la necesidad de síntesis en la actuación arquitectónica. Siglo XX. Barcelona. Bohigas, O. 1951. Posibilidades de una arquitectura barcelonesa. Destino, Barcelona. Bohigas, O. 1962. Cap a una arquitectura realista. Serra d’Or, Barcelona. Bohigas, O. 1963. Barcelona entre el Pla Cerdà i el barraquisme. Ediciones 62, Barcelona. Bohigas, O. 1970. Polèmica d’arquitectura catalana. Ediciones 62, Barcelona. Clotet, Ll. 1969. Progreso tecnológico y arquitectura progresiva. Diario de Barcelona. Coderch. J. A. 1962. No son genios lo que necesitamos ahora. Arquitectura nº 38, Madrid. Correa, F. 1969. El diseño tecnológico. Diario de Barcelona Domènech. Ll. 1974. Arquitectura española contemporánea. Barcelona Blume. Domènech. Ll. 1970. Arquitecturas marginadas en Catalunya. Cuadernos suma nueva visión. Las últimas constituciones de fábrica de ladrillo resistente Martorell J. – Bohigas O. 1974. Arquitectura 1951-1972. Alfaguara, Madrid. Moneo R. 1970. La llamada Escuela de Barcelona. Arquitectura nº121. Madrid. Moragas A. 1961. Els deu anys del Grup R d’arquitectura. Serra d’Or, Barcelona 995 Piñon H. 1977. Nacionalisme i modernitat en l’arquitectura catalana contemporànea. Solà-Morales, I. 1972. L’arquitectura a Catalunya (19391970). Aymà Barcelona