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Mil palabras para una imagen
nùmero 6.6
16 enero 2014
Un pasado que nunca volverá: historia de la percepción de un objeto urbano
Iván Flores Alejandro y
Nelda Hernández Bautista
La ciudad de México tiene una historia de Ilustración 1: La colonia Roma en los años 1950
tragedia y olvido. Esta ciudad tiene un
pasado que contrasta con la realidad que
vivimos a diario. En esta urbe todo tiene
“un momento”, nada es permanente: es
un momento efímero, que todos tienen
conciencia que pronto acabara. Y es que
aquí donde se confrontan las estructuras
modernas y clásicas, donde la imagen
fastuosa de los edificios de corporativos
choca con aquella de viejos edificios en
desuso. Alguna vez hemos reflexionado
sobre qué es más importante, si llegar a
Tomada de la pagina en Facebook de propietarios del edificio.
una modernidad apresurada y no planeada, Fuente:
Disponible en: https://es-es.facebook.com/pages/Insurgentes-suro quedarnos con lo pareciera clásico y 300/321766154539969
convencional.
“…Nací y vivo en la ciudad de México. Esto no es grave. En México no hay tragedia: todo
se vuelve afrenta”, así describía a la ciudad Carlos Fuentes (1958) en su novela clásica
sobre la Ciudad de México La Región más transparente. Ello resaltaba lo que es objetivo
central en esta investigación: Muchos iconos de la ciudad ha perdido el simbolismo que
tenían hace algunas décadas, su estado posterior puede ser lamentable. El abandono (y
sus usos actuales por la informalidad) es la materia de discusión sobre la suerte que tienen
muchos de sus símbolos. Aquí se analiza la historia de un icono en la ciudad (el
condominio Insurgentes 300) a partir de notar sus múltiples significaciones a través del
tiempo, aplicando dos conceptos: la intensidad (circundante, de los cambios cotidianos) y
el vacío (por la población, el gobierno, los propietarios, los valores de uso, las tradiciones,
etc.,).
En este trabajo se pretende hacer una descripción histórica de cómo un símbolo de
modernidad como el Condominio Insurgentes No. 300 puede perder la intensidad que
tuvo hace algunas décadas para convertirse hoy en un lugar vacío, desolado. Se hará un
análisis de las representaciones que tuvo en el pasado dicho inmueble, para describir cuál
era su importancia, así como para hacer un recuento de sus percepciones que permita
entender cómo este gigante de concreto se convirtió en un objeto urbano aparentemente
sin sentido.
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A través del análisis histórico de los símbolos urbanos se pretende dar elementos para
entender los “usos” actuales del edificio, cómo es que de un pasado de apogeo y
esplendor, pasó a ser un lugar de abandono en la ciudad.
La colonia Roma en los alrededores de la mitad del siglo XX
Ilustración 2. Vista panorámica de la avenida Insurgentes
en los años 1950
Fuente: Tomada de la pagina en Facebook de propietarios del edificio. Disponible en:
https://es-es.facebook.com/pages/Insurgentes-sur-300/321766154539969
La colonia Roma fue uno de los
primeros
fraccionamientos
habitacionales de la ciudad de
México. A principios de siglo XX
esta colonia albergaba a
numerosos
edificios
que
devendrían clásicos, con una
arquitectura imbuida en el Art
Nouveau y sus caprichos de
estilo
ecléctico
que
caracterizaron al régimen de
Porfirio
Díaz.(
México
Desconocido. s.f.) Sin embargo
después de la década de los 40’s,
esta
colonia
cambio
drásticamente su arquitectura y
su estrato social.
Desde su fundación 1910, la colonia Roma destacó como una zona atractiva y de confort
para algunos habitantes de la ciudad. Sus amplias calles, los jardines y el colorido de los
edificios convertían a esta colonia en un lugar seductor. Por esta razón artistas, políticos y
personajes célebres se instalaron en este atrayente nuevo espacio urbano. (Gobierno del
Distrito Federal, 2007)
Más tarde, esto se incrementaría con el boom industrial y urbano que la ciudad de
México tuvo en los años 1950. La situación económica estable del país impulsó la
construcción de grandes edificios e industrias. Aunado a ello, la explosión demográfica
que registra el país en esos mismos años, hizo que fuera insuficiente el espacio que había
para construir tantas casas que albergaran a los “nuevos adinerados”. Entonces se
comenzaron levantar los primeros grandes edificios, estos de más de diez pisos de altura,
impulsando la idea de que la Ciudad de México entraba de lleno en el camino de la
modernidad.
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Si las industrias se instalaban en lugares no centrales de la ciudad, parecía lógico buscar
lugar “centrales” donde construir las primeras oficinas o los edificios de departamentos.
Esta demanda provenía de una población de cada vez mayores ingresos que surgieron de
dicho boom económico. En todo esto, la colonia Roma fue la elegida para albergar algunas
de los primeras oficinas y departamentos, gracias a la relevancia que tenía y a que había
algunos terrenos desocupados en la misma. . (Gobierno del Distrito Federal, 2007)
Pronto esta colonia comenzó a albergar altas construcciones: las primeras oficinas y los
lujosos departamentos. Poco a poco las enormes residencias que caracterizaban la colonia
Roma en sus primeras décadas fueron sustituidas por grandes edificios. El estrato social
de la población cambiaba radicalmente (Gobierno del Distrito Federal, 2007). Este es el
contexto que dará a la colonia Roma el carácter ideal para albergar el gran “Condómino
Insurgentes No. 300”, objeto de nuestro estudio.
Ilustración 3. Vista del "Edificio Canadá" en
la década de los años 1960
Condominio Insurgentes No. 300
El Condominio Insurgentes es un edificio de 57 metros altura
que fue inaugurado en 1958. En su construcción se usaron
materiales como el concreto reforzado y vidrio por primera
vez. Además, contó con varios elevadores eléctricos para todos
sus pisos por lo que fue conocido como “el coloso de
Medellín”. Se encuentra en la avenida Insurgentes, en la
colonia Roma.
Desde su concepción, estaba destinado a uso habitacional. No
obstante, funcionó como un espacio administrativo de
despachos. En sus 420 oficinas se alojaban algunos de los
políticos y abogados más influyentes de la ciudad. (José L. Ruiz,
2010, El Universal)
Fuente: Edificios de México. Fotografía:
http://www.edemx.com/citymex/edificios/C
ondItes.html
A mediados de la década de 1960 el edificio fue remodelado y
se pusieron a la venta algunos departamentos, que eran adquiridos solo por familias en
buena posición económica. Pronto el lugar se dividió, la parte baja se convirtió en una
zona departamental y lo demás en una zona de despachos, de despachos de abogados, en
su mayoría. (Arturo Paramo, 2012, Excélsior)
En la década de los años 1970, en una de las fachadas del edificio se colocó un enorme
anuncio luminoso que enunciaba: "México calza CANADA", este hecho llevó a que la gente
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lo conociera como el “Edificio de la Canadá”. De ser un edificio de despachos y
departamentos, se convirtió en un emblema comercial, por la enorme zapatería que se
ubicaba en este lugar. La popularidad del inmueble fue creciendo conforme transcurrían
los años, parecía que toda la ciudad lo conocía. (Edificios de México, s.f.)
Si desde su construcción causo revuelo, fue porque se convirtió en uno de los primeros
“rascacielos” de la ciudad. Este edificio daba la imagen de que la ciudad estaba en un
proceso de modernización, gracias a su altura, estructura y vistosidad.
La relevancia y el atractivo que generaba el “Coloso de Medellín” eran no solo para la
ciudad, sino para todo el país; ya que aparecía en las fotografías que la representaban,
como icono de la ciudad de México. Su imagen era plasmada en tarjetas postales.
Terremoto del año 1985 y el decline
El 19 de Septiembre de 1985 a las 7:19 de la mañana, la Ciudad de México fue sacudida
por un sismo de 8.1 grados escala Richter que duró aproximadamente 90 segundos.
Minutos más tarde, aproximadamente a la 7:25 otro temblor hizo estragos igualmente. La
colonia Roma, la Calzada de Tlalpan, el Centro
Ilustración 4 Fotografía tomada después del
Histórico y la zona de Tlatelolco fueron los sitios terremoto en los alrededores del edificio Canadá
más afectados. Se cayeron decenas de edificios,
hospitales, viviendas y escuelas. (Hernández
Regina, 1998)
Aquella mañana de ambos terremotos se
colapsaron muchas edificaciones y otras sufrieron
grandes daños. Algunos de estos edificios no
soportaron la magnitud de este fenómeno
natural. El curso de la ciudad cambio
radicalmente.
Después del terremoto de 1985, el Condominio
Insurgentes comenzaría su deterioro y abandono.
El edificio una inclinación (el edificio se inclinó
diez grados) y algunos daños en su estructura que
marcarían el inicio de una agonía que ya ha
durado casi treinta años. Alrededor de este
edificio se comenzó a bordar una serie de
leyendas urbanas sobre su colapso inminente, su
demolición pronta, su abandono. En cierto Fuente: Tomada de la pagina en Facebook de propietarios del
edificio. Disponible en: https://essentido, el edificio comenzó a “vaciarse” de sus es.facebook.com/pages/Insurgentes-sur-300/321766154539969
contenidos y significaciones. No obstante que la
ciudad registraba una intensidad incremental, este edificio mostraría un progresivo
aspecto deplorable. Sus fachadas descarapeladas se tornaron grises, varios cristales se
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apreciaban rotos y una gran cantidad de cables sueltos se apreciarían por los pisos del
inmueble, como signo particular de una ciudad que no cesaba de cambiar.
Conclusiones y hallazgos
En general, resulta impresionante como una serie de sucesos fortuitos pueden cambiar el
curso de una edificación-ícono de la ciudad de México. En este trabajo nos parece
sorprendente (y aterrador) encontrar un lugar-ícono que pierde progresivamente “su
razón de ser” para alcanzar 8 una significación de “razón de estar”0 para la ciudad. En
términos del “vaciamiento que el tiempo produce, el edificio era pero ahora está. De esa
manera, la ciudad está rota por el tiempo: la historia que la tragedia de este edificio no es
espontánea sino ha sido, en buena parte, por el acoso y las pretensiones que la velocidad
de la modernidad impone. La modernidad arranca pedazos de historia y, convertido en
concepción de progreso, hace olvidar aquellos iconos que tuvo la ciudad.
En particular, el “Coloso de Medellín” o el “Edificio de la Canadá” es también otro ejemplo
de discontinuidad de la ciudad en el tiempo. El edificio ha perdido rasgos que hace años lo
presentaba como un lugar atractivo, lo que aumentaba la influencia simbólica de la
estética urbana de la ciudad de México hacia el resto del país. Actualmente no se
comprende mucho del porque este edificio aguarda tantos mitos e historias, tal vez, sea
porque muchos desconocen su pasado, un pasado que se olvida y parece aún una afrenta.
Referencias
Hernández Regina (1998) “La Ciudad de México en el siglo XX” México: Instituto Mora
José L. Ruiz (2010, 20 de Septiembre) “Una mole que se niega a caer”. EL UNIVERSAL
Arturo Paramo (2012, 25 de Agosto) “Se desmorona Insurgentes 300, icono de los 50 en el
DF”. EXCÉLSIOR
Edificios de México: Condominio Insurgentes (s.f.). Recuperado en octubre del 2013 en:
http://www.edemx.com/citymex/edificios/CondItes.html
México
Desconocido.
(s.f.).
Recuperado
en
octubre
del
2013
en:
http://www.mexicodesconocido.com.mx/colonia-roma.html
Gobierno del Distrito Federal (2007), “Ciudad de México: Crónica de sus Delegaciones”
México: SEP
Página en Facebook de propietarios del edificio.
Disponible en:
https://eses.facebook.com/pages/Insurgentes-sur-300/321766154539969
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