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FRANCISCO CAMINO ARIAS 73 75 EDIFICIO EN CALLE DESAMPARADOS. MURCIA 34 33 Edificio Casa Carmela • Estudio: CAMINOARK Arquitectos Asociados S.L. Arquitecto: Francisco Camini Arias • Colaboradores: David Saura González, Roberto Solórzano Pérez, Maria del Carmen Muelas Romero • Año del proyecto: 2000 • Año final obra: 2006 • Promotor: D. José Enrique Navarro Nuño de la Rosa • Ubicación: Esquina calle Desamparados con calle San Pedro. Murcia • Programa: 4 viviendas, local comercial y sótano para trasteros e instalaciones • Empresas colaboradoras: Construcciones Picoespuña S.A. carpintería Carsan S.L.• P.E.M.: 480.000 euros • Metros cuadrados construidos: 809,05m2 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 vpc 72 V VPC EDIFICIO EN CALLE DESAMPARADOS. MURCIA FRANCISCO CAMINO ARIAS V 5 5 )) CASA CARMELA (Algunos recuerdos de un interesante proceso) Una tarde navideña recibí en mi estudio a una curiosa y peculiar familia (más bien un clan) que era propietaria de un pequeño solar de aproximadamente 135m2 en pleno casco histórico de Murcia. Querían vivir todos juntos, a pesar de que casi ningún miembro, entendía la vida del otro (este dato lo comprobé bastante más tarde). El clan lo lideraba el segundo hijo, un pequeño empresario que había prosperado mucho en los últimos años, que manifestaba inquietudes artísticas y a la vez estaba muy orgulloso de pertenecer a la cofradía nazarena de más prestigio de la ciudad; tenía tres hijas y una mujer de gran personalidad. El hijo mayor, era un médico con una vida un poco gris, que tenía dos hijos, a punto de casarse. La hermana pequeña, vivía sola y se dedicaba al diseño gráfico, aparentaba no querer salir de la adolescencia (aunque hacía bastante tiempo que la había pasado) y presumía de las fiestas que organizaba. El patriarca, era un buen hombre que le dijera lo que dijera, me daba siempre la razón; viudo desde hacía tiempo, vivía con una pareja ecuatoriana que le cuidaba. El encargo que querían hacerme era un edificio de cuatro plantas más el bajo comercial, que contuviera cuatro viviendas para los tres hermanos y el padre. Independientemente de las diferentes concepciones de la vida que tenían cada uno de ellos, solo las plasmaban en sus conversaciones conmigo, en el número de habitaciones que querían cada uno de ellos. Pensé en algún momento desistir del encargo por el gran número de interlocutores que tenía, hasta que me di cuenta que si sacaba a relucir mis cualidades de negociador (consistentes en dar siempre la razón a todos y a la vez) podía ser una oportunidad para poner en práctica todo lo experimentado en diferentes concursos en torno a la vivienda flexible y los diferentes y cambiantes modos de habitar. Poco a poco, el segundo hermano (lógicamente, el de más posibilidades) se convirtió en el líder familiar. Tenía claro lo que quería, pero la solución que me dibujaba en cuartillas cuadriculadas era justo lo contrario a lo que creía desear. Por otro lado, estaba obsesionado dada su condición de nazareno, en tener un gran balcón para ver las procesiones e invitar a sus amigos a contemplarlas (y si pudiera ser, hacer negocios con ellos), hasta el punto que la imagen que tenía era la de un gran mirador con un edificio debajo. Cuando el proyecto fue cogiendo forma, apareció en escena su mujer, muy introvertida, pero con una interesante concepción de la vida, a la que le horrorizaban las tradiciones que apasionaban a su marido; esto generó, innumerables discusiones en mi presencia. Yo opté por seguir a mi aire, dando la razón a todo el mundo y llevando la máxima flexibilidad de las plantas también al exterior. De la imagen del edificio, solo hablaba con Carmela la hija pequeña, del matrimonio, una encantadora niña de doce años, a la que le enseñaba mis dibujos. Mira, le decía, si está tu padre solo en casa, todo el edificio es un mirador hacia la plaza de San Pedro; si está tu madre sola, cerramos el edificio, lo convertimos en un telón y mira hacia dentro, como las casas árabes que tanto admiraba; si están los dos, tenemos este otro edificio, y si está todo el clan tenemos hasta catorce edificios diferentes. Y con todo este proceso de generación, salió este edificio, que se podía vivir de tantas y tan variadas formas, y que podía ser percibido a su vez de infinitas maneras. De la puesta en valor del entorno, con nuestra propuesta urbana y de los criterios de eficiencia, ahorro energético, sostenibilidad…etc, hablaremos otro día. 5 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 5 7 )) 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 5 9 ))