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DSCC
documento informativo
pesca de
arrastre fondo
La
de
en Alta Mar y su
poder destructivo.
Durante las últimas décadas, las flotas altamente capitalizadas pertenecientes
a unas pocas naciones entre las más ricas1, pertrechadas con materiales de
alta tecnología de última generación han comenzado a “arar” los ecosistemas
de aguas profundas2: unos lugares que jamás habían sido alterados por el ser
humano a esta escala. Como resultado, en la actualidad, se está destruyendo
una de las últimas fronteras ecológicamente más ricas del planeta en busca
de peces y especies de crustáceos de interés comercial.
Imagen cortesía de Greenpeace
Hasta hace relativamente poco tiempo, era imposible
pescar en los fondos y cañones escarpados de las
aguas profundas. Sin embargo, los adelantos en la
tecnología de pesca de arrastre de fondo han tornado
alcanzable lo que fue intangible hasta ahora. Los
arrastreros pueden faenar en zonas con profundidades
de hasta dos kilómetros de profundidad, al disponer de
motores más potentes, redes mayores, electrónica
avanzada aplicada a la navegación y a la localización
de bancos de peces y cartografía más precisa.
Labores en cubierta de un arrastrero de fondo.
Nueva Zelanda, 1990.
DOCUMENTO INFORMATIVO: ARRASTRE DE PROFUNDIDAD – DSCC: deep sea conservation coalition (Coalición para la Conservación de los Fondos Marinos)
1
enormes “cicatrices” de hasta 4 kilómetros.
L
Once naciones – Dinamarca/Islas
Faroe, Estonia, Islandia, Japón, Latvia,
Lituania, Nueva Zelanda, Noruega,
Portugal, Rusia y España – se
apoderaron de aproximadamente el 95
por ciento de lo capturado en la pesca
de arrastre de fondo en alta mar en el
año 2001. Los países que integran la
Unión Europea (incluyendo a los
Estados Bálticos, recientemente
incorporados) fueron responsables de
aproximadamente el 60 por ciento del
total. España, la nación más agresiva en
cuanto a la pesca de arrastre de fondo,
representó alrededor de dos tercios de la
captura de la Unión Europea y el 40 por
ciento de la captura mundial llevada a
cabo con la mencionada técnica en
aguas profundas, en el año 2001.
1
os desembarcos de las flotas de pesca de arrastre en
aguas profundas representaron aproximadamente el 80%
del total de lo capturado en estas áreas en el año 2001.
Hoy por hoy es, pues, el método preponderante para
pescar en estas zonas. La pesca de arrastre en aguas profundas,
a gran escala, requiere de equipamiento pesado. Las flotas
dedicadas a este tipo de pesca en la actualidad arrastran
enormes redes equipadas con múltiples placas de acero y rodillos
por el lecho marino, revolviendo (literalmente “arando”) y
pulverizando todo a su paso, con el objetivo de capturar una o
varias especies comerciales tomadas como “objetivo”. La boca
de la red de arrastre queda abierta gracias a dos puertas de placa
de acero que con su peso, además, ayudan a que la red se
mantenga sobre el lecho del mar. La filosofía del sector se ilustra
con el caso de una compañía de equipos, que comercializa unas
puertas de arrastre que pesan hasta cinco toneladas cada una
con el nombre comercial de “Canyonbusters” (“destructores de
cañones”), que cabe pensar que, sin duda, son dignas de su
nombre al ser usadas en los cañones submarinos. Con el
propósito de proteger la red para que no se atranque en los
escarpados lechos marinos, en la parte inferior de la red de
arrastre se utilizan materiales pesados de alta resistencia a la
abrasión. Asimismo, en la boca de la red se arma un dispositivo
consistente en grandes bolas de acero o de bobinas de caucho –
conocidas como ‘bolos’ o “rockhopper” – que pueden medir un
metro de diámetro o más enfiladas en un cable pesado. Ello
permite que el aparejo ruede por el fondo, al tiempo que rompe
las formaciones rocosas o biológicas que encuentra a su paso.
A pesar de que la pesca de arrastre de fondo en alta mar ya
ha causado un impacto devastador, el uso de este método en
aguas profundas todavía se encuentra en sus etapas iniciales. En
la actualidad, se calcula que de 3,1 millones de embarcaciones
que se encuentran pescando en el mundo, solamente entre 100 y
200 como máximo están desarrollando esta técnica de pesca en
alta mar a tiempo completo. Si se añaden las embarcaciones que
realizan la pesca de arrastre de fondo en alta mar de manera
discontinua, es probable que estemos hablando de no más que
algunos cientos de embarcaciones desempeñando esta actividad
anualmente. En el año 2001, la flota de pesca de arrastre de fondo
en alta mar capturó entre 170.000 y 215.000 toneladas métricas
de pescado en todo el mundo. Esto representa una fracción
irrelevante –apenas el 0,2 / 0,25 por ciento– de los 84 millones de
toneladas de peces capturados en el mundo ese mismo año. La
mayor parte de lo que se pesca en alta mar se vende en los
mercados de la Unión Europea, de los Estados Unidos y de
Japón, lo que permite afirmar que las pesquerías internacionales
dedicadas a la pesca de arrastre de fondo no contribuyen en
absoluto a la seguridad alimentaria mundial.
arrastre
de
profundidad
En este documento usamos el
concepto de aguas profundas para
designar los fondos marinos que
comienzan más allá de la plataforma
continental más baja e incluyen la
pendiente y la elevación del margen
continental, las cuencas y las planicies
de alta mar, las fosas submarinas, los
sistemas de arrecifes ubicados en
medio del océano, los sistemas de
arrecifes más pequeños, las montañas
submarinas, las mesetas y otras
formaciones submarinas que se
levantan desde el lecho del océano. Esta
área constituye más del 90 por ciento
del fondo oceánico y se encuentra
ubicada principalmente a más de 200
millas náuticas de la costa.
2
La Coalición para la
Conservación de los Fondos
Marinos, una alianza de más
de 20 organizaciones
internacionales que
representan a millones de
personas en todo el mundo,
hace un llamamiento para que
se apruebe una moratoria para
la pesca de arrastre de
profundidad en aguas
internacionales.
Para más información acerca
de la coalición, visite:
www.savethehighseas.org
Los frágiles ecosistemas de aguas profundas no tienen
posibilidad alguna de sobrevivir al envite de estas
despiadadamente efectivas excavadoras submarinas. Los corales,
esponjas y otras estructuras milenarias que viven en los fondos
abisales no son meramente dañados: son arrasados de manera
similar a lo que sucede con la tala de las selvas tropicales.
Colateralmente, se capturan grandes cantidades de especies: lo
que se denomina pesca incidental o “by-catch”. Según el
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la pesca
de arrastre en la zona de las Islas Aleutianas, en Alaska, entre los
años 1990 y 2002, capturó ‘incidentalmente’ más de 2 millones de
Kilogramos de corales y esponjas. Las montañas submarinas son
picos de elevaciones ubicadas bajo el agua que suelen estar
están cubiertos por corales donde se congregan a menudo las
especies de peces comercialmente aprovechables. Su superficie
después de ser faenadas con regularidad por los arrastreros,
queda reducidas prácticamente a arena y roca desnuda o a
fragmentos de coral. La regeneración de un sistema alterado
hasta tal punto es prácticamente imposible y, en cualquier caso,
tendría una escala que trascendería la de la utilidad para el
hombre, de siglos o milenios.
Para empeorar las cosas,
una proporción muy elevada de la extraordinaria cantidad de
corales, esponjas, peces, crustáceos y otras especies que habitan
en las aguas profundas no han sido observados ni descritos, y
cuando se estudia se descubre que muchos de ellos son
endémicos (o sea, se los encuentra sólo en ciertas áreas y en
ningún otro sitio). En consecuencia, el riesgo de que un arrastrero,
al devastar la superficie de una montaña submarina, produzca la
extinción definitiva de especies nunca antes vistas, es muy elevado.
Algunos estudios ya han documentado enormes impactos. Se
ha registrado un daño considerable a las comunidades de corales
de aguas profundas frente a las costas de Europa (desde
Escandinavia hasta el norte de España), así como en las
montañas submarinas ubicadas cerca de Australia y de Nueva
Zelanda y en las costas Este y Oeste de América del Norte. Se
calcula, por ejemplo, que entre un tercio y la mitad de los arrecifes
de aguas profundas en las aguas de Noruega ha sido dañado o
destruido debido a la pesca de arrastre, que dejó a su paso
Del mismo modo, la pesca de arrastre de fondo en alta mar
tampoco representa una gran fuerza económica en el mercado
mundial de las pesquerías. El valor total anual de esta clase de
pesquerías se calcula en aproximadamente 300 / 400 millones de
dólares estadounidenses. Como máximo, esto equivale al 0,5%
del valor de las capturas de peces de mar en el ámbito mundial
en 2001, estimado de 75.000 millones de dólares. Este porcentaje
se reduce al 0,3% si lo comparamos con los aproximadamente
135.000 millones de dólares correspondientes a la producción
total de las pesquerías agregadas (marinas, de agua dulce y
acuicultura) ese mismo año. Se tome el parámetro que se tome, la
pesca de arrastre de fondo en alta mar está provocando una
destrucción ecológica que es excesivamente desproporcionada
respecto a su muy limitada contribución a la economía y a la
solución de los problemas de alimentación mundiales. Aún así,
algunas naciones con tradición pesquera están subsidiando la
construcción y / o los costos de explotación de sus flotas para que
lleven a cabo la pesca de arrastre de fondo en alta mar. Algunas
de estas naciones, al haber caído en la ‘trampa’ de permitir
prácticas de pesca insostenibles en sus aguas, tienden a
considerar que la expansión de las pesquerías en alta mar
mitigará el exceso de pesca dentro de sus Zonas Económicas
Exclusivas y creará nuevas oportunidades para sus flotas.
Si la Asamblea General de Naciones Unidas no
toma urgentemente la iniciativa,
sólo podemos esperar que la situación empeore en los próximos
años. Es de esperar que las poblaciones de peces de aguas
profundas dentro de las Zonas Económicas Exclusivas
continuarán desapareciendo o se convertirán en menos
accesibles por encontrarse en zonas sometidas a
reglamentaciones más restrictivas debido a una gestión más
racional de las pesquerías. Estos mecanismos, proporcionarán sin
duda incentivos para que se despliegue una flota de arrastreros
de aguas profundas, implicando una importante movilización de
capital, que extenderá el alcance de la destrucción de la pesca de
arrastre de fondo. Con todo, las flotas de algunas de las naciones
más desarrolladas del mundo – como por ejemplo, España, Rusia
y Nueva Zelanda – están ya activamente involucradas en la pesca
exploratoria en las aguas profundas del Atlántico Norte y Sur, del
Pacífico Sur, y del Océano Índico Sur.
Con el propósito de proteger la biodiversidad en aguas
profundas, en alta mar, de la continua e indiscriminada
destrucción, la Coalición para la Conservación de los Fondos
Marinos está solicitando a la Asamblea General de Naciones
Unidas que adopte una moratoria inmediata respecto de la pesca
de arrastre de fondo en aguas profundas, en alta mar, hasta que
la comunidad mundial pueda desarrollar, implementar y poner en
vigor regímenes vinculantes que aseguren una gestión y
conservación efectiva de las pesquerías y la protección de la
biodiversidad en alta mar.
documento informativo
2
DOCUMENTO INFORMATIVO: ARRASTRE DE PROFUNDIDAD – DSCC: deep sea conservation coalition (Coalición para la Conservación de los Fondos Marinos)