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LOS CAMBIOS EN EL BORDE COSTERO: EL MUELLE VERGARA,
COMO TESTIGO DE ESA TRANSFORMACIÓN.
Carolina Miranda S.M.*
Resumen
El presente artículo analiza la transformación del borde costero de la ciudad y de cómo
varió desde fines del siglo XIX hasta la década de 1980. El uso que se ha dado al muelle
Vergara es un ejemplo del cambio experimentado por la ciudad en la ocupación del
borde costero, primero como un área principalmente destinada a la industria y luego
sólo para fines turísticos.
Abstract
The present article analyzes the transformation of the coastal borderline of the city of
Viña del Mar , and how it has changed from the end of the 19th century up to the decade
of 1980. The use that has been given to the wharf Vergara is an example of the change
experienced by the city in the occupation of its coast, first as an area mainly destined for
industrial activities and then only for tourist purposes.
Introducción.
Viña del Mar, desde sus orígenes, fue una ciudad industrial; un año antes de su
fundación ya se había instalado la Refinería de Azúcar (1873), y hasta mediados del siglo XX
existían numerosas fábricas que se ubicaron principalmente en cuatro áreas: Caleta Abarca
y Miramar, cerca de la estación de ferrocarriles, el Salto y en la Población Vergara.1
El espacio urbano, trazado en cuadrícula tanto al sur como al norte del estero Marga
Marga, estaba orientado hacia el interior, a los alrededores de la estación del ferrocarril, la
parroquia y la plaza, sector que era el corazón de la ciudad.
A fines del siglo XIX, casi todo el borde costero se destinó a los elementos peligrosos
(como explosivos) y malolientes; es así que se ubicaron fundiciones, maestranzas,
matadero, y bodegas.
Así, podemos constatar que el uso del suelo en el borde costero ha variado con el
devenir histórico de la ciudad. A fines del siglo XIX y a principios del siglo XX, se consideraba
más apto para las industrias y el sistema defensivo; recordemos que en la costa se
edificaron los fuertes Papudo, Callao, Sirena y Reñaca. La condición turística (que se inició
más decisivamente en la década de 1930), fomentó la explotación de las playas y la
creación de balnearios, y se incrementó, desde hace algunas décadas, con el desarrollo
inmobiliario.
* Profesora de Historia y Geografía por la Universidad Marítima de Chile, Magíster en Historia por la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Integrante del Programa de Educación Patrimonial PASOS,
Unidad de Patrimonio, I. Municipalidad de Viña del Mar.
1. En Caleta Abarca estaban Lever, Murphy & Cía., la Fabrica Nacional de Ladrillos de Briceño y Cía., y la
Compañía de Gas. En los alrededores de la estación de ferrocarriles, además de la Refinería de Azúcar, se
ubicaban fábricas de aceite de coco, de velas, y la Fundición Viña del Mar; en el Salto, habían industrias de
cervezas, de ladrillos, de soda cristalizada, y tejidos, por último en la Población Vergara estaba la Compañía
de Muelles y Bodegas y los almacenes de Ducan y Cía., Graham., Rowe y Cía., y Grace y Cía.; véase, URBINA,
María Ximena; “Chalets y chimeneas. Los primeros establecimientos industriales viñamarinos, 18701920”, en Archivum, año IV, Nº 5, Viña del Mar, 2003, pp. 173 y ss.
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Carolina Miranda S.M. - Revista Archivum año VIII nº 9
A pesar de todo esto, debemos mencionar que en Viña del Mar convivieron sin
problemas vecinos como la maestranza Lever, Murphy & Cía, y los balnearios de Miramar y
Caleta Abarca, uno a cada lado de la maestranza. También, en las cercanías del muelle
Vergara se construyó la Piscina Municipal, “calificada como una de las mejores de
Sudamérica. Tiene las comodidades y seguridades hasta para los niños y diariamente se
2
bañan allí muchos centenares de personas.” Entonces, el borde costero fue compartido
desde los inicios urbanos, convirtiéndose en un sector netamente turístico
aproximadamente a partir de la década de 1970.
Normativa para ordenar el uso del suelo urbano.
A principios del decenio de 1920, el municipio local reaccionó frente a la instalación
espontánea y reglamentó la ubicación de las fábricas; la autoridad sostuvo que “hasta el
momento no se han sujetado a ninguna norma y se han establecido libremente.” 3 Para
ordenar el espacio urbano primero se procedió a clasificar las fábricas y talleres de acuerdo
a su producción y si estas eran “más o menos peligrosa, nocivas e incomodas” para la
población. En una primera categoría destacan las fábricas de fósforos, curtidurías, o
depósitos de gas, sustancias inflamables, o pólvora. Le siguen las industrias de azúcar,
fundiciones, chancherías, manufactura de tabacos, etc., y por último, en la tercera clase,
encontramos la producción de escobas, imprentas, lavanderías, tostadurías, entre otros.
Como ya lo mencionamos, la ciudad fue diseccionada y a futuro se entregarían
permisos para instalación según lo acordado en el Reglamento de 1921. Todo esto
pretendía mejorar la convivencia social, pero además, salvar los problemas de
contaminación del aire y del agua, que ya a fines del siglo XIX, la ciudad estaba viviendo.4
Las industrias de la primera categoría se debían ubicar al norte de la calle 15 norte
y al menos 100 metros al este de las calles 5 oriente y Achupallas en Chorrillos (es decir, al
final de la calle Álvarez). Las correspondientes a la segunda clase debían situarse más allá
de 9 norte, y al este de 5 oriente, y de la calle Achupallas de Chorrillos. Este tipo de
establecimientos no podían instalarse entre las calles 1 poniente y 1 oriente, quedando la
Avenida Libertad protegida de este tipo de rubros. Por último, las industrias de la tercera
categoría podrían instalarse en cualquier parte de la ciudad, excepto en las calles Álvarez,
entre Quillota y Agua Santa; Montaña, Errázuriz, Valparaíso, Arlegui, entre la Plaza principal y
el Cerro Castillo; y en la Avenida Libertad entre 1 y 8 norte.5 Quedaba de esta manera,
protegido de vecinos ruidosos, molestos o malolientes, el centro de la ciudad y los sectores
donde residía la clase dirigente.
2. TAPIA DENEY, Carlos; Guía Municipal de la I.Municpalidad de Viña del Mar; Imprenta Gutenberg,
Valparaíso, 1933, p.209.
3. Ibidem, p. 120.
4. Al respecto, numerosas son las intervenciones de los regidores y alcaldes sobre la contaminación de la
aguas del estero y el peligro que significaba verter todos los residuos a su lecho. Otro de los graves
problemas de la época es la recolección de las basuras.
5. TAPIA DENEY, Carlos; Op. cit., p. 124.
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Los cambios en el borde costero: el muelle Vergara, como testigo de esa ...
Muelle Vergara. Fuente: Colección Digital Archivo Histórico Patrimonial de Viña del Mar.
El Muelle Vergara como elemento fabril.
El muelle Vergara es un ejemplo de cómo ha cambiado la orientación en el uso del
suelo, y como, hasta mediados del siglo XX, convivieron en ese espacio las industrias y los
balnearios.
Los antecedentes sobre el Muelle Vergara están dispersos y en algunos casos
perdidos; aun así, es posible reconstruir a grandes rasgos las características de este
elemento y cuál fue la importancia que tuvo para la industria local y, por ende, para el
desarrollo de la ciudad. El Muelle Vergara es un icono de la ciudad, un objeto emblemático,
ligado desde sus orígenes a la industria, pero cambió su rol, siendo desde la década de 1980
usado principalmente como lugar de interés turístico.
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Carolina Miranda S.M. - Revista Archivum año VIII nº 9
En la ciudad ya existía un muelle en Caleta Abarca, que pertenecía a Lever, Murphy
& Cía., pero no tenía la capacidad necesaria; además, la Sociedad Anónima Población
Vergara necesitaba potenciar los terrenos que estaba vendiendo y obviamente debía
incorporar vías de conexión, como los puentes, y el muelle para las faenas de carga y
descarga.
Algunas empresas viñamarinas, como la Refinería de Azúcar, pretendía ahorrar
dinero y tiempo en el traslado del carbón, azúcar rubia y otras materias primas, que hasta
ese momento llegaban al puerto de Valparaíso, y desde ahí debían ser trasladadas.
Los trabajos de construcción del muelle Vergara se iniciaron en 1893 y se
mantuvieron por dos años. En diciembre de ese año la prensa señalaba que las faenas
estaban avanzadas y que habían sido instalados cinco cilindros, los cuales se estaban
rellenando de concreto.6 Para la construcción del muelle se habían instalado galpones, los
que permitían guardar los materiales, y también se edificaron cuartos para los trabajadores.7
A Europa, al parecer a Inglaterra, se encargaron materiales para el funcionamiento
del muelle, específicamente la grúa “que ha costado en el extranjero la suma de cinco mil
libras esterlinas”. Estos productos llegaron al puerto de Valparaíso y desde ahí fueron
trasladados a Viña del Mar. 8
A principios de 1895, se estipulaba que el muelle ya estaba listo, y que entraría a
prestar servicios en la primera quincena de marzo. Se habían colocado ya “las boyas,
muertos y demás elementos para su servicio.” La grúa podría “descargar hasta 200
toneladas de carbón directamente a los carros”, lo que provocaría un desahogo en la
estación de Barón. Ante estas condiciones el Gobierno se interesó en unir el muelle con la
línea central, “partiendo un ramal detrás de la fundición Lever, Murphy & Compañía en
9
Caleta Abarca, que llegará hasta el muelle y de allí seguirá en derechura hasta el Salto.” Con
todo esto el puerto de Valparaíso se vería libre de descarga de carbón y se podrían destinar
las bodegas para otros productos.9
Las obras del muelle estuvieron a cargo de la fundición Lever, Murphy & Cía., que ya
había construido el propio en Caleta Abarca. Ambos muelles fueron construidos para ser
utilizados por la industria, por lo que su uso sólo estaba limitado por las condiciones
geográficas; a ellos sólo podían atracar vapores de mediano calado, “estando sujetos a esta
limitación solo debido a la naturaleza de la bahía, pero de ninguna manera a deficiencias de
la construcción.” 10
La Sociedad Anónima Población Vergara, liderada por Salvador Vergara Álvarez,
mandó a construir el muelle, y una vez que la Refinería de Azúcar evaluó las ventajas, decidió
ocuparlo para sus faenas de carga y descarga, obteniendo el permiso correspondiente en
noviembre de 1897. Todo esto le trajo a la Refinería una economía considerable.11
6. La Estación, Viña del Mar, año II, Nº 47, 7 diciembre 1893.
7. Idem.
8. El Mercurio, Valparaíso, 4 febrero 1895.
9. El Mercurio, Valparaíso, 26 febrero 1895.
10. “Sociedad Fundición de Chile”, en: Boletín de la Sociedad de Fomento Fabril, SOFOFA, Santiago, Nº1,
año XX, 1905, enero, pp. 44 y ss.
11. Archivo Histórico Patrimonial de Viña del Mar (AHPVM), Libro de Sesiones del Directorio de la Refinería,
sesión 228, 1 de septiembre de 1897, tomo 3, p. 30; y sesión 229, del 8 de octubre de 1897, tomo 3, p. 33.
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Los cambios en el borde costero: el muelle Vergara, como testigo de esa ...
Durante estos años, en que se construyó el muelle, la Población Vergara
12
experimentó un gran crecimiento. Se levantaron varias residencias particulares y, por lo
tanto, hubo un gran movimiento de materiales de construcción. Además, muchos
propietarios utilizaron la tierra vegetal que allí había para confeccionar adobes. La Población
Vergara, además, ya contaba con “un celeste puente” que la unía con el resto de la ciudad:
era un puente para peatones y birlochos (victorias). Dicho puente, situado al frente de la
Plaza de Viña del Mar o Sucre (posteriormente José Francisco Vergara), había sido levantado
en 1892 por la Sociedad Anónima Población Vergara y construido también por Lever,
Murphy & Cía.13
Además del puente peatonal, existía uno para los trenes. Dicho puente ferroviario
fue construido también por la maestranza de Caleta Abarca y se encontraba a la altura de la
calle Cancha. En 1894, debido a las abundantes lluvias, se temió que la parte poniente de la
ciudad se inundara, y se consideró como muy peligroso el puente “por donde atraviesan los
trenes que hacen el servicio del muelle de la Población Vergara”.
Según el Director de Obras Municipales “las circunstancias de ser construido dicho
puente sobre pilares de fierro anguloso i distantes solo 3 metros unos de otros, i la condición
mui agravante de hallarse dispuesta la obra en dirección oblicua a la corriente, son
fundamentos bastantes para temer que los materiales vegetales que este río arrastra en
sus creces lleguen hasta obstruir el cauce (…)”.14
En los alrededores del muelle, la Compañía de Muelles de la Población Vergara
poseía edificios de maestranza, galpones, garita de resguardo, oficinas y casa de
administración; todas estas instalaciones se ubicaban entre 10 y 11 norte, al oeste de la
Avenida Libertad y cerca de la “calle del muelle”.15
Al parecer, los temporales de principios de siglo XX produjeron varios deterioros en el
muelle, por lo que se debió reparar o rehacer. En 1911, la Compañía Marítima de la
Población Vergara,16 junto con la Refinería de Azúcar, decidieron reparar y consolidar el
muelle. En 1912 se aprobó la propuesta de la empresa Alejandro Davidson y Cía.17
12. En 1895 se gestionaba la instalación del servicio de alumbrado público y se estaban construyendo los
desagües en la Población Vergara. AHPVM, Fondo Municipalidad, Actas, 1895, fs. 24 y 58.
13. AHPVM, Registro de Documentos Municipales, Nº 11, 15 de junio de 1892, s.f.
14. AHPVM, Registro de Documentos Municipales, Nº 12, 25 de mayo de 1894, s.f.
15. AHPVM, Registro de Documentos Municipales, 1922, fjs. 87 y ss.
16. En 1911 esta empresa es la dueña del muelle, y con la Refinería de Azúcar deciden construir un
malecón y puente, con aporte municipal. Creemos que esta firma es heredera de la Compañía de Muelles y
Bodegas, y es sucedida por la Compañía de Muelles de la Población Vergara.
La Compañía de Muelles de la Población Vergara, fue autorizada por Decreto Supremo Nº 1683 del 25 de
junio de 1912. En 1931 su presidente era Max Grisar, y sus oficinas estaban en calle Errázuriz 954, en
Valparaíso. Según el Balance de 1931, la Refinería de Azúcar de Viña del Mar era la mayor accionista, ya que
poseía 14.715 acciones de un total de 15.000.
17. Dicha compañía se adjudicó el trabajo con la condición que “siempre que como garantía del buen
cumplimiento dejen hasta la terminación de la obra el 20% del valor del contrato”, AHPVM, Libro de
sesiones del Directorio de la Refinería, sesión 445, del 18 de octubre de 1912, tomo 4, p. 242.
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La fábrica de Alejandro Davidson - antiguo trabajador de Lever, Murphy & Cía.- Se
ubicaba en Viana con Bolívar y se llamaba Fundición de Viña del Mar; entre los primeros
trabajos que realizó, figuran las reparaciones al muelle Vergara. Según sus dueños
compitieron “con fábricas de importancia en los arreglos del muelle de Población Vergara,
donde nuestra fábrica con los medios con que contaba, pudo ejecutar el difícil trabajo de
construir cinco machones cilíndricos dentro del mar.” 18
En 1937, se realizó una completa descripción de la Compañía de Muelles de la
Población Vergara. La Refinería tenía la mayor parte de las acciones de dicha empresa, que
era la dueña del muelle de la Población Vergara “recientemente reconstruido”, también era
propietaria de “material flotante y rodante, de terrenos en la población Vergara y del vapor
Lirquén, destinado este último, principalmente, al acarreo de carbón desde la bahía de
Arauco a Valparaíso. La Compañía de Muelles forma el complemento de la vasta
organización de la Compañía de Refinería. Atiende la descarga del azúcar cruda y sirve
también a otras industrias de Viña del Mar. Ha distribuido escasas utilidades entre sus
accionistas, pero mantiene elementos eficientes en su ramo de empresa de movilización y
contribuye de esta manera, en forma eficaz, a la organización económica de la Refinería.” 19
El muelle, con el cual la Refinería de Azúcar realizaba la descarga de la materia
prima y los embarques del azúcar refinada, contaba además “para el servicio marítimo con
los elementos necesarios, tales como lanchas, remolcadores, etc. posee además un desvío
propio de ferrocarril en conexión con la Fábrica de Viña del Mar.” 20
Antes de 1930, el trazado desde la fábrica al muelle tenía el siguiente trayecto:
desde la CRAV la línea férrea salía hacia el oriente, llegaba a la calle Cancha y ahí cruzaba el
estero por el puente ferroviario que construyó Lever, Murphy & Cía., a la altura de la Avenida
Los Castaños, luego seguía por 1 norte, tomaba 6 poniente y finalmente, llegaba al muelle.21
Allí la línea férrea enfilaba hacia Las Salinas, hasta más allá de 15 norte.22
El segundo trayecto, que gran parte de los viñamarinos recuerda, es el que desde la
fábrica tomaba la calle 5 oriente (ex calle Del ferrocarril), llegaba hasta 15 norte y se
conectaba con Avenida San Martín, pasando por el frente del Sanatorio Marítimo, hasta
llegar al muelle.23
18. “Una visita a la fundición Viña del Mar”, en: La Unión, Valparaíso, 23 de febrero de 1916.
19. SANTA MARÍA, Raúl; 50 años. Cía. de Refinería de Azúcar de Viña del Mar, 1887-1937, Viña del Mar,
1937, p. 39.
20. “La Compañía de Refinería de Azúcar de Viña del Mar”, en: Revista de la Cámara Central de Comercio,
año II, Nº 13, Valparaíso, enero de 1931, p. 17.
21. Cuando se construyó el Casino Municipal se levantó y trasladó la vía férrea que pasaba por 1 norte. La
línea férrea en 1 norte desde Av. Los Castaños a 6 poniente, tenía una extensión de 1.680 metros. En la calle
6 poniente, entre 1 y 5 norte, la línea medía 385 metros. AHPVM, Registro de Documentos Municipales,
1922, fjs. 84 y 86.
22. “Otro importante ramal ferroviario, también de trocha angosta, corría por las actuales calles 15 norte y
Jorge Montt, lo cual permitía abastecer los fuertes Reñaca y Sirena, cuyos terrenos, en 1896, fueron
cedidos a la Marina por expresa decisión de don Salvador Vergara”, en: “Salvador Vergara: remembranzas
de su nieta”, VERGARA K., Blanca; Archivum, Viña del Mar, 2004, año V, Nº 6, p. 100.
23. El Mercurio, Valparaíso, 12 de agosto de 1988.
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En 1930, el Gobierno, por medio del Departamento de Obras Marítimas, estaba
decidido a poner fin a la concesión del muelle de la Población Vergara, para así evitar la
competencia que se producía al puerto de Valparaíso. Se pensaba comprar el muelle para la
Armada o venderlo a Sociedad de Maestranzas y Galvanización (heredera de Lever, Murphy
& Compañía) que deseaba trasladarse de Caleta Abarca a la Población Vergara. Finalmente,
fue prorrogada, hasta el 1935, la concesión a la Compañía de Muelles y, por ende, a la
Refinería de Azúcar.24
A fines del siglo XX, y con el decaimiento de la producción industrial de la ciudad, el
muelle cesó de prestar servicios, ya sea a la Refinería de Azúcar o a las otras industrias que
posteriormente se habían ubicado en la Población Vergara, como por ejemplo, la Compañía
de Industrias y Azúcar S.A. (COIA).
El Muelle Vergara como elemento turístico.
En 1972 la Municipalidad se preocupó de revitalizar el muelle dándole un uso
turístico. En ese mismo año, el alcalde Raúl Páez Boggioni arregló el muelle abandonado,
trajo las maderas del sur para su reparación y trabajó junto con Víctor González Wilson.25
Diez años más tarde, en 1983, el municipio realizó un completo trabajo de
reparaciones del muelle, ya que las fuertes marejadas de diciembre del 1982 y enero del
1983 habían ocasionado varios daños; principalmente la pérdida de tablones que servían
de piso del paseo y barandas del área de pesca, destruidas y llevadas por el mar. “El estado
en que se encontraba la parte cabezal del muelle y que por ende se interna bastante en el
mar, constituía un serio peligro, tanto para los pescadores aficionados que son asiduos
usuarios del lugar como los visitantes que en su propósito de “sentirse” sobre el mar,
ingresan hacia dicho extremo del muelle.” 26
Una de las mayores transformaciones que ha experimentado el muelle en los
últimos años es la que se realizó en 1986.27 La idea fue del arquitecto Eugenio Correa
Alliende, quien diseñó una serie de locales e instalaciones que permitieron transformar el
antiguo muelle en un lugar de gran atractivo turístico.28
La primera etapa del proyecto, que debió estar finalizada el 15 de diciembre de
1986, contempló las siguientes tareas: reparación de la estructura del muelle, construcción
del acceso, reposición del piso, reparación y construcción de barandas de contención,
recuperación y ornamentación de la grúa, nivelación del segundo y tercer tramo del muelle,
24. AHPVM, Libro de sesiones del Directorio de la Refinería, sin datos.
Respecto a la Compañía de Muelles de la Población Vergara, todavía en 1950, tenemos referencias de sus
actividades, por ejemplo por la compra de algunos terrenos, que les son vendidos por la Refinería.
25. LILLO, Daniel; Crónicas de una ciudad joven, Spektrum, Viña del Mar, p. 94
26. El Mercurio, Valparaíso, 11 de marzo de 1983.
27. El 17 de noviembre de ese año se autorizó la realización de los trabajos de remodelación del muelle
Vergara. El proyecto fue desarrollado por la sociedad Muviña Ltda., concesionaria del lugar, y se enmarcaba
en lo dispuesto por la Ley 13.364 de 1959, conocida como Ley Lorca, respecto del uso del borde costero, y
de acuerdo también al Plan Regulador Comunal.
28. Entre las nuevas instalaciones se distinguían un piano bar, sandwichería, gelatería, restorán, etc.
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Carolina Miranda S.M. - Revista Archivum año VIII nº 9
refuerzo y revestimiento de los pilares, instalación de servicios: agua, alcantarillado, luz, y
teléfono, construcción de un local para “gelatería”, edificación de pérgola - terraza en
cabezo, construcción de stands diversos y servicios, y la ornamentación e iluminación
general de la obra.29
Uno de los mayores problemas era que, con el paso del tiempo, se produjo una gran
oxidación, la cual debía ser tratada para prologar la vida útil del muelle. Respecto al uso
turístico del lugar, el informe técnico recomendó el cierre del muelle cuando se determinara
el cierre del puerto de Valparaíso, para así evitar problemas con las marejadas y vientos.
Otras especificaciones se refieren a la estructura propiamente tal: “el muelle está
constituido por una plataforma de vigas metálicas sobre poyos 30 de hormigón: en algún
temporal pasado, uno de los poyos cercanos a la playa sufrió un hundimiento, logrando al
parecer condiciones de estabilidad. Asimismo, la viga de su extremo hacia el mar parece
haber recibido el impacto de algún barco, lo que provocó el progresivo deterioro de ella y de
las vigas vecinas (…).” En otra parte se refiere al peso que este sostiene “si se piensa que
este muelle fue diseñado por profesionales idóneos para resistir el paso de ferrocarriles y
acopio de materiales, lo que concuerda con las dimensiones de las cepas, se habrá de
coincidir que el peso de personas es irrelevante; en efecto como mínimo se podría pensar
que fue diseñado para locomotoras de 30 toneladas de peso (las del ferrocarril Santiago
Valparaíso son de 120 toneladas) o acopio de 2 metros de material con sobrecargas no
inferiores a los 2.000 Kg/m2.” Por último, respecto a los sismos ocurridos en el país, se
aclaró que el de 1985 no ocasionó daños, “al efecto, se observó que los apoyos deslizantes
habían trabajado como tales, no se apreció cambios de nivel en las fundaciones, (…)”.31
Después de todos estos trabajos, en 1987 la alcaldesa Eugenia Garrido inauguró la
remodelación del muelle Vergara. Ese mismo año, se estimaba que entre 12 y 15 mil
personas visitaban diariamente el muelle en verano.32
En 1999, el muelle fue sometido a nuevas reparaciones para mejorar las
condiciones de seguridad de los visitantes. Lamentablemente, el deterioro es mayor que la
inversión en recuperarlo, y cada cierto se alzan voces que pretenden clausurarlo.
En cierta forma la estructura centenaria se mantiene gracias a las pocas
intervenciones que ha recibido, pero, a lo mejor, por la calidad con que fue construido. Su
emplazamiento, en medio de las playas, nos habla del pasado fabril de la ciudad; por tal
motivo, como vestigio de esa época, es que posee un valor patrimonial. En su larga vida ha
sido testigo de cómo se ha transformado el borde costero.
29. Todos estos trabajos tuvieron un costo estimado de 20 millones de pesos. Según los informes técnicos
elaborados en ese momento, el muelle fue diseñado como terminal ferroviario de la Refinería de Azúcar de
Viña del Mar, y por tal motivo estaba destinado al soporte de varias toneladas de peso.
30. Poyo: banco de piedra o de fábrica, Diccionario Aristos Sopena, Editorial Ramón Sopena, Barcelona.
1992, p.492.
31. Informe técnico de 1985 sobre el muelle Vergara, en expediente municipal. Archivo Municipal de Viña
del Mar.
32. DÍAZ, Paulina; “¿Vamos al muelle?”, en: La Revista del Mundo, 1987. Sin mayores datos editoriales,
AHPVM, Carpeta Colgante Muelles.
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