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“CARACTERÍSTICAS Y PARTICULARIDADES DEL SENTIDO DE LA
VISIÓN DEL TORO DE LIDIA”
* Dr. en Vet. Pedro Martínez Arteaga.
Jefe de los Servicios Veterinarios de la
Plaza de Toros Monumental Zacatecas, México.
Departamento de Medicina Experimental y Comparada
De la UA de Medicina Humana y Ciencias de la salud de la UAZ.
Desde el momento mismo del nacimiento del toro de lidia ha estado en contacto con el mundo
que lo rodea de diversas maneras y mediante distintas formas de percepción del sistema
nervioso. Pensar por un momento en la naturaleza de las señales que los órganos sensoriales
envían a su encéfalo es fascinante. Todos los sentidos no transmiten luz, sonido o presión;
todos los órganos sensoriales transmiten la misma señal –potenciales de acciónindependientemente del tipo de estímulo. Las sensaciones subjetivas que el encéfalo utiliza
para percibirlas como luz, sonido, etc. se originan en diferentes áreas de encéfalo, que son
estimuladas por los potenciales de acción de los diferentes nervios sensoriales. Aunque los
órganos sensoriales del toro le proporcionan información útil del medio que le rodea, la calidad
de sus percepciones proviene estrictamente de las conexiones neuronales en el encéfalo.
Mecanismos de recepción: En biología animal, la palabra receptor se utiliza en varios
contextos. En el sentido más general, un receptor es una estructura que cambia cuando es
activada por un estimulo que proviene del medio que le rodea y que ocasiona que se produzca
una señal. Todos los receptores son transductores; estructuras que convierten señales de una
forma a otra. El receptor puede ser una proteína de membrana que cambia su configuración
cuando se una a una hormona específica o a un neurotransmisor Todos los receptores
sensoriales producen señales eléctricas, pero cada tipo de receptor se especializa de tal
manera que produce su señal sólo en respuesta a un tipo particular de estímulo ambiental,
como veremos más adelante. En general los receptores sensoriales están reunidos en órganos
sensoriales, como el ojo, el oído o la lengua. Su actividad eléctrica origina las percepciones
subjetivas de la luz, el sonido y el gusto que nosotros conocemos y describimos como los
“sentidos”. La estimulación de un receptor sensorial ocasiona un potencial de receptor, una
señal eléctrica cuyo tamaño es proporcional a la fuerza del estímulo. Los potenciales de
receptor pueden originar potenciales de acción en las neuronas receptoras mismas. O bien, los
potenciales de receptor en las pequeñas células receptoras producen la liberación de un
neurotransmisor en las neuronas postsinápticas, mismas que a su vez producen potenciales
de acción que viajan al sistema nervioso central. Las células receptoras reciben distintos
nombres dependiendo del estímulo al que responden.
Percepción de la luz: Fotorecepción: La capacidad de la visión animal para
proporcionar una representación precisa del mundo real varía, y han evolucionado varios tipos
de ojo. Sin embargo todas las formas de visión utilizan fotorreceptores. Estas células
sensoriales contienen moléculas receptoras llamadas fotopigmentos, debido a que tienen color,
que absorben la luz y cambian químicamente en el proceso. Este cambio químico altera los
canales iónicos en la membrana de la célula receptora y producen un potencial de receptor.
FISIOLOGIA DE LA VISION: El ojo de los mamíferos capta, enfoca y conduce las ondas
luminosas. En una lente de cristal de forma biconvexa, los rayos luminosos que la atraviesan
convergen y forman un foco al otro lado. Las superficies de refracción concentran la luz de
manera similar; las principales son la superficie anterior de la córnea y las superficies anterior y
posterior del cristalino. Los rayos de luz enviados por un objeto situado a más de siete metros
de distancia se supone que penetran en el ojo casi paralelos; si el cristalino está en reposo,
forman el foco en la retina, donde componen una imagen invertida a la manera de la que se
forma en el cristal esmerilado de una cámara fotográfica.
Para ver bien enfocados los objetos situados a menos de siete metros es necesaria la
acomodación. La retina contiene dos clases de receptores para la luz: los conos y los
bastoncitos. Debido a que la zona central de la retina (conocida como fovea centralis en la
especie humana y mácula lútea en los animales) solo contiene conos, está especializada para
la visión detallada y la diferenciación de colores, funciones que requieren bastante iluminación.
Los bastoncitos, por el contrario, predominan en las zonas periféricas de la retina, por lo que
son más útiles en la visión con iluminación más escasa.
La rodopsina (púrpura visual) es el pigmento necesario para los cambios fotoquímicos
que transforman las ondas luminosas en impulsos nerviosos en los bastoncitos,
extremadamente sensibles a pequeñas cantidades de luz en la visión nocturna. La rodopsina
se sintetiza" en ausencia de luz en retineno (pigmento afín al caroteno) y una molécula
proteínica. El retineno, a su vez, puede ser convertido en vitamina A. La siguiente ecuación
ilustra la síntesis reversible y la reducción de la rodopsina:
Rodopsina
Luz
(púrpura
visual)
←
→
Obscuridad
Retineno +
Proteína
(amarillo
visual)
Luz
←
→
Obscuridad
Vitamina A
+ Proteína
(blanco visual)
La presencia de luz hace que el sentido de la ecuación sea hacia la derecha, en lo que
se llama adaptación a la luz. Una exposición corta a la luz intensa produce más retineno que
vitamina A. La consiguiente adaptación a la obscuridad, de derecha a izquierda en la ecuación,
es más rápida en estos casos que después de una larga exposición a la luz tenue, lo que
produce más vitamina A y requiere más tiempo para la resintetización de la rodopsina, debido a
que entonces se requieren dos fases. La adaptación a la luz ocurre cuando el ojo está
expuesto a la de gran intensidad. Al comienzo los rayos luminosos intensos son
deslumbrantes, pero el ojo se adapta con rapidez por contracción de la pupila y degradación
del foto pigmento. La iluminación a la luz fuerte lleva el funcionamiento de los conos, de lo que
resulta mayor agudeza visual y facultad de diferenciar los colores. La única diferencia entre las
substancias fotoquímicas de los bastones y los conos está en las opsinas, la fracción
proteínica. Cuando hay escotopsina en los bastones, hay fotopsina en los conos. El retineno de
ambas es igual. La diferencia en poder de recepción de los bastoncitos comparada con los
conos según la cantidad de luz de que disponemos puede dar razón al viejo refrán de que "de
noche todos los gatos son pardos". El ojo puede ser comparado a un circuito cerrado de
televisión, con las siguientes partes en disposición análoga:
Circuito cerrado de televisión
Cámara herméticamente
cerrada a la luz
Tapa de la lente
Diafragma
Lente (enfoque por
desplazamiento)
Célula sensible a la luz
Cable de la cámara al monitor
Monitor de televisión
Ojo
Esclerótica
Párpado
Iris
Cristalino (enfoque por
cambio de forma)
Retina
Nervio y cintilla óptica
Zona visual de la corteza
cerebral
ANATOMIA DEL GLOBO OCULAR. El estudio anatómico de los ojos de los bovinos, y del toro
de lidia en particular, a través de nuestras disecciones del lobo ocular, éste presenta una
morfología algo parecida a del caballo aún cuando su volumen es notoriamente más pequeño.
Podríamos afirmar que el globo ocular más grande de un toro no es igual al más pequeño de
un caballo, ello cuando nos referimos a animales de talla media. Su volumen es aproximado es
de 32 centímetros cúbicos. Las repetidas disecciones que hemos efectuado sobre ojos de
toros, nos confirman los datos expuestos por algunos autores, pocos por cierto, que han
trabajado anatómicamente el ojo del toro. La forma del globo ocular del toro no es regularmente
esférica; su polo posterior es aplastado, mientras que el anterior tiene una convexidad
acusada. Su diámetro transversal presenta una breve curvatura.
Respecto a las dimensiones de la cavidad orbitaria y el volumen ocular, las diferencias son muy
acusadas si estudiamos comparativamente éstas entre el toro y los equinos. La cavidad
orbitaria es dos veces y media más grande que el globo ocular, en el caballo, mientras que en
el toro es seis veces más grande que el ojo. Los diámetros vertical, transversal y
anteroposterior, para un animal de talla media, son, respectivamente, de 40 mm., 42 mm., y 37
mm. Dada la delgadez general de esta membrana ocular, en algunos puntos se transparenta el
color negruzco de la coroides. La penetración del nervio óptico por el polo posterior de la
esclerótica, se verifica en un punto bastante más bajo que el correspondiente en el caballo. La
coroides ofrece un tapetum muy característico con un borde inferior netamente marcado según
una línea horizontal y mucho más descendido que en el caballo, en razón de la situación más
baja de la papila. Su color es de un verde dorado que vira progresivamente al azul. La zona
ciliar está poco desarrollada; característica de todos los animales domésticos. El iris tiene una
pupila ovalada en el sentido transversal. La retina tiene una papila oval pequeña, mal
delimitada, de 3 a 4 mm., en el sentido transversal. Los vasos retinianos parten de las
proximidades del centro papilar y se irradian en un fascículo superior y en dos inferiores menos
destacados, constituidos por venas mucho más gruesas que las arteriolas que las acompañan.
Las colaterales, procedentes de estos fascículos vasculares, nacen en ángulo recto, lo que le
da al fondo del ojo de los rumiantes un aspecto muy diferente al observado en el caballo. El
cristalino, muy reducido en su volumen, es en relación al volumen ocular, más grande que el
del caballo. La cara posterior presenta una gran convexidad, aún más marcada si se estudia
comparativamente con el aplana- miento que presenta la cara anterior. El humor acuoso ocupa
ambas cámaras del ojo. El cuerpo vítreo conserva restos del canal hialoideo y de la arteria
retiniana. La membrana hialoidea presenta, según observaciones personales, mayor densidad
que en el caballo; la densidad del humor vítreo es igual. El nervio óptico es pequeño, presenta
un diámetro transversal de 4 él. 5 mm. sale del globo ocular por un punto situado abajo y un
poco hacia dentro del centro del polo posterior. Estructuralmente, la retina presenta diferencias
notables en su capa de conos y bastones, con respecto a la del caballo. En esta zona
apreciamos el poco desarrollo de los conos y el incremento de bastones. La conjuntiva
contiene en su espesor, y en especial en la proximidad del ángulo interno, formaciones
glandulares denominadas glándulas de Brussch.
ANATOMIA FUNCIONAL DE LA VISION: Basándonos en las constantes ópticas del ojo para
el toro de lidia, podemos trazar los centros ópticos de visión, los puntos correspondientes de
ambas retinas y el relieve por visión binocular, según se representa con alguna figuras durante
nuestra ponencia. El ojo emétrope forma las imágenes en la misma retina. Si el eje
anteroposterior del globo ocular es demasiado largo, la imagen se forma delante de la retina
(miopía), y si por el contrario el diámetro anteroposterior es demasiado corto, los rayos vienen
a reunirse detrás de la retina, hipermetropía o presbicia. El estudio anatómico del globo ocular
del toro de lidia nos demuestra un achatamiento del polo posterior y, por tanto, un diámetro
anteroposterior corto, por lo que deducimos que este animal es un hipermétrope, con una
deficiente visión en cercanías y una visión normal a distancia. Siempre se ha opinado,
contrariamente que el toro era miope o burriciego. Todos conocemos que un individuo que ha
permanecido encerrado en una obscuridad plena o semioscuridad, la agudeza visual es de
momento más intensa en las capas retinianas próximas a la fóvea, ya que al no tener ésta
bastones, se encarga de la visión las zonas perimaculares, ricas en ellos. Teniendo en cuenta
que el toro de lidia, durante el tiempo que permanece en los toriles, está en una semioscuridad
con respecto a la gran luminosidad que luego existe en el momento en que sale al ruedo, y
conociendo por la estructura retiniana ya estudiada, que existe en su globo ocular una
abundancia de bastones, opinamos que en el momento de la salida del toril el animal presenta
el máximo de agudeza visual.
Se denomina campo visual al ángulo abarcado por un ojo inmóvil. En el campo visual
intervienen la región macular y perimacular. Conocida la morfología del globo ocular, y de
acuerdo con numerosos autores, hemos determinado el 'ángulo visual de cada uno de los ojos
del toro de lidia de una manera gráfica, llegando a la conclusión de que es de 135 grados
aproximadamente.
En tanto que respecto a la percepción de los colores podemos comentar que depende de la
intensidad de la proporción del color simple o monocromático emitido por un objeto coloreado y
recibido por la retina del sujeto, además; de la distancia que media entre el objeto y el ojo, ya
que las iluminaciones son directamente proporcionales a sus intensidades e inversamente
proporcionales a los cuadrados de las distancias que las separan de la superficie iluminada.
Sabemos que corresponde a los conos la percepción de los colores y que la distribución de
estos elementos disminuye desde la fóvea, zona de máxima cantidad de conos hacia las
regiones retinianas periféricas. Un examen histológico de la retina del toro de lidia demuestra
que este animal tiene poco desarrollada la zona de los conos, abundando no obstante los
bastones, nos cabe pensar que la percepción cromática del toro no sea igual a la de otros
mamíferos. Por conjetura pues, podemos decir que el toro lidia no matiza la diversidad de
colores y tonalidades y el toro ataca al engaño del trapo por la percepción retiniana de los
excitantes cromáticos, que como sabemos se catalogan en dos grupos; rojo, naranja y amarillo,
que incitan a la acción, y azul, verde y violeta, le son tonos reposantes.
Según algunos autores la percepción de colores, en el ojo del toro existen tres sustancias
denominadas rojo-verde, amaríIlo-azul y blanco-oscura. Lo anterior se basa en que todo
proceso analítico o desasimilativo va seguido de otro sintético o asimilativo. En tanto que en la
retina existen tres sustancias fotoquímicas, sensibles específicamente a cada uno de los
colores fundamentales, produciéndose la sensación de blanco si las tres son excitadas por
igual. Se puede dar el caso de que un individuo presente acromatopsia, es decir, ceguera al
color, o por el contrario, que deje de percibir uno de los colores fundamentales por carencia de
una de estas sustancias fotoquímicas.
AREAS VISUALES. Una vez determinado el ángulo visual de cada ojo vamos a constituir las
áreas visuales, basándonos en las ya conocidas en el toro.
Para la construcción de estas áreas visuales hemos tenido que apoyarnos en los siguientes
datos anatómicos sobre la morfología corporal del toro de lidia y de su implantación ocular:
1.° Que la implantación de los globos oculares dentro de las órbitas se hace en una posición
casi vertical al eje de simetría de la cabeza.
2.° Que la distancia interpupilar es en animales de talla media, de unos 35 cm.
3.° En la implantación y anchura de la base de la oreja, robustez del cuello y morfología
característica de la cabeza.
Según estos tres puntos, y una vez trazadas las gráficas correspondientes, hemos
llegado a la conclusión de que el toro presenta un área de ceguera posterior con ángulo de 108
grados a 110 grados.
Obtenida esta área de ceguera y partiendo de los mismos principios utilizados para la
construcción de los campos visuales de otros animales hemos trazado los campos de visión
uniocular y binocular y llegado a las siguientes conclusiones:
1) El campo de visión uniocular queda reducido a 115 grados piara cada ojo.
2) El campo de visión binocular presenta un ángulo de 25 a 30 grados.
3) Como consecuencia del entrecruzamiento de los ángulos de visión queda una zona de
forma cónica y base frontal, existente inmediatamente delante del animal, que es de
ceguera absoluta.
4) Contrariamente a la creencia popular, el eje de simetría de esta zona cónica, tiene una
longitud que oscila entre 95 y 125 cm. Existen autores que afirman que esta distancia
en tres metros.
5) La determinación de la longitud del área ciega anterior la hemos comprobado mediante
cálculo matemático.
Autores españoles allá a mediados de los años sesentas realizaron el siguiente experimento,
colocando una bola roja de 10 cm. de diámetro, suspendida mediante un hilo transparente de
una regla de 3,5 metros que la han colocado en el eje de simetría y en el centro de la frente del
toro, procurando en todo momento que el mismo no percibiera este cuerpo extraño por
contactos sobre la piel. Se retira paulatinamente esta esfera hasta que el animal la percibe.
Anotando las distancias en que comienzan a percibirlas los distintos individuos y haciendo el
cálculo de la zona cónica, con base de 10 cm. de diámetro, que aún quedaría por delante,
llegaron a la conclusión, cuantas veces repitieron el experimento, de que los animales
mostraron inquietud ante el cuerpo extraño que representa la esfera roja a unas distancias que
oscilan entre los 90 y 125 cm. Si el experimento se realizaba inversamente, es decir, en sentido
antero-posterior, no se consiguen los mismos resultados, ya que al colocar en un primer tiempo
el objeto, dentro del campo visual, bien binocular, bien uniocular, el animal se previene de
antemano y muestra extrañeza a distancias distintas, motivadas, según su interpretación, por
movimientos forzados de sus globos oculares y predisposición a la defensa.
6) Como consecuencia de la forma cónica que presenta la cabeza del toro y de la
facilidad con que el animal puede dirigir los ojos hacia tierra, por el gran desarrollo del
aparato muscular hacia el extremo de la nariz, los Autores opinaros que la zona ciega
frontal disminuye su longitud hasta quedar en unos 40 cm., según los comprobaron.
7) Siempre que la zona ciega anterior disminuya su longitud, aumentará el campo visual
binocular hasta extremos que gráficamente hemos calculado, sin gran certeza, en 60
grados.
CAUSAS QUE CONTRIBUYEN A LA DISMINUCION DE LA VISION EN EL TORO: Tal y
como hemos expuesto algunos elementos sobre las zonas de visión del toro, podemos
comentar que la visión de un toro de lidia no se mantiene así durante todo el desarrollo de su
lidia, ya que sin duda alguna las etapas y cada tercio de la lidia van disminuyendo las
percepciones visuales. Por comentar algunos aspectos fundamentales. A) las percepciones de
luminosidad, color y forma, sin localización particular, representan tres funciones cerebrales de
complejidad creciente, pues en las corridas se conjugan perfectamente la luminosidad, ya que
éstas tienen lugar en la época más luminosa del año, los estímulos más eficaces
representados por el movimiento y los excitantes cromáticos de tonalidad de mayor contraste.
B) El toro ataca únicamente cuando estas excitaciones alcanzan los centros nerviosos y se
transforman en sensaciones de fatiga y nerviosidad que se caracterizan por una acción
explosiva inadecuada al excitarle. C) Cuando el torero inmoviliza la atención del toro
manteniéndola fija por un fuerte estímulo, de manera tal que el Toro bajo este estado de semiinconsciencia sufre en la última parte de la lidia una gran disminución de su visión normal
motivada por una constante fijación de la mirada, producida por pases rápidos delante de su
cara, la fatiga muscular y la presencia del dolor. Las cosas atraen e impresionan mucho más
los sentidos cuando están en movimiento; en el tipo de visión uniocular la distancia del objeto
no se precisa con exactitud, motivo por el cual el torero estando muy cerca de la cabeza del
toro, en el centro del ángulo de visión uniocular, es decir ante un ojo hipermétrope, con
imágenes cercanas confusas, con movimientos disminuidos pueda alargar el brazo y ponga en
movimiento la muleta en el ojo opuesto del Toro, consiguiendo de esta manera que éste sólo
aprecie el movimiento del engaño, haga por él y al mismo tiempo tenga salida.
MUSCULOS DEL OJO. El globo del ojo está mantenido en su posición por un grupo de
músculos extrínsecos, los cuales aplican el órgano dentro de la órbita, apoyándolo contra un
relleno de grasa retroocular. Estos músculos son el recto dorsal (superior) y recto ventral
(inferior), los cuales hacen girar el globo a uno y otro lado en un plano horizontal que se
extiende desde el ángulo interno (canto) al ángulo externo. Los músculos rectos lateral
(externo) y medial (interno) hacen girar el globo por un plano vertical. También hay dos
músculos oblicuos: el oblicuo dorsal (superior) se origina junto a los otros músculos cerca del
fondo de la órbita, llega a una polea de cartílago (tróclea) en la pared medial de esa cavidad y
se inserta en la esclerótica en la porción dorsal. Este músculo hace girar la parte superior del
ojo, inclinándolo hacia dentro. El oblicuo ventral (inferior) se origina en la porción inferior interna
de la órbita y se inserta en la porción ventral de la esclerótica con el resultado de que hace
girar la porción ventral del ojo hacia adentro. En conjunto, los dos músculos oblicuos hacen
girar el ojo alrededor de un eje horizontal que se extiende desde el polo anterior al posterior.
Con los músculos rectos, cuya acción es fundamental en las cuatro direcciones, alternan unos
músculos, un poco más profundos, que se insertan en la esclerótica algo por detrás de los
primeros; estos músculos más profundos, que no ocurren en el ser humano, se llaman
colectivamente retractores oculares.
Es muy importante comentar que el ojo del toro de lidia, aún cuando es algo parecida al del
caballo, presenta las siguientes características: 1) posee marcado aplanamiento en el polo
posterior del globo ocular. 2) El cristalino presenta una gran convexidad posterior. 3) Vestigios
del canal hialoideo y de la arteria central de la retina. 4) La capa de conos y bastones de la
retina presenta un gran aumento de los segundos y disminución de los primeros. 5) El azul
visual de los conos está notoriamente disminuido. 6) Las arterias retinianas se distribuyen en
tres fascículos diferentes. 7) La musculatura ocular presenta un gran desarrollo, en especial el
músculo recto posterior. 8) Dado que el ojo del toro posee un pequeño diámetro anteroposterior
del globo ocular, sabemos que el que el toro de lidia es un animal hipermétrope. 9) Suponemos
que el toro presenta un acusado astigmatismo. 10) Creemos que el toro de lidia no presenta
acromatopsia, pero al menos tiene ceguera para algunos colores. 11) el área de ceguera
posterior es de aproximadamente 100 grados. 12) el Toro posee una la visión uniocular de
aproximadamente 115 grados. 13) la visión binocular, en horizontal, de aproximadamente 25 a
30 grados y en vertical hacia el suelo de 60 grados. 14) El cono o triangulo de ceguera anterior
tiene una longitud, en horizontal de 90 a 125 cm., y en vertical hacia el suelo de 40 cm. 15) La
intensa luminosidad y la hinopsia producida por la lidia disminuyen la visión normal durante la
lidia.
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