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Noticias de investigación RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL VOLUMEN 2 NÚMERO 3 DE J OPTOM Artículos (en inglés) disponibles en la web de la revista www.journalofoptometry.org J Optom 2009;2:103-111 La enfermedad de Alzheimer y el ojo A B Richard A. Armstrong RESUMEN Las distintas formas de demencia, entre las que se incluye la enfermedad de Alzheimer (EA), son graves trastornos que causan problemas visuales en las personas de edad avanzada. La patología de la EA incluye la acumulación en el cerebro del péptido β-amiloide (Aβ) en forma de placas seniles (PS) y de proteína tau anormalmente fosforilada en forma de ovillos neurofibrilares (ONF). Se ha documentado un amplio espectro de problemas visuales en pacientes con EA, entre los que se incluye la pérdida de agudeza visual (AV), problemas relacionados con la visión de color y el campo visual, cambios en la respuesta pupilar ante midriáticos, problemas de fijación así como movimientos oculares sacádicos y de seguimiento anormales; cambios en la sensibilidad al contraste y en los potenciales evocados visuales (PEV); y alteraciones de algunas funciones visuales complejas, tales como la lectura, la función visuoespacial, y a la hora de nombrar y de identificar objetos. Muchos de estos cambios no están exentos de cierta controversia, puesto que en la literatura aparecen datos contradictorios al respecto y, además, no hay ninguna característica visual u ocular en la que se pueda basar el diagnóstico de la EA. Además, se ha observado que algunos de los cambios patológicos que aparecen en la EA afectan al ojo, a la vía óptica Figura y al córtex visual. El Neuropatología de la enfermedad de Alzheimer: optometrista juega un A. depósitos β-amiloide (Aβ) en forma de placas papel destacado a la seniles (PS) en una sección del córtex cerebral. hora de ayudar a los Los depósitos aparecen como manchas marropacientes que padecen nes y se distribuyen ampliamente, especialmenEA. Si se sospecha que te por el córtex cerebral (inmunohistoquímica B. maraña neurofibrilar (neurofiexisten signos y sínto- β-amiloide), brillary tangles, NFT) en el córtex cerebral que mas de la enfermedad, aparece en forma de cuerpos de inclusión dentro la ayuda en la optimi- de las neuronas (inmunohistoquímica tau). zación de la función visual contribuirá para mejorar su calidad de vida. (J Optom 2009;2:103-111 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras Clave: enfermedad de Alzheimer; demencia; características oculares y visuales; patología del ojo; córtex visual. J Optom 2009;2:112-118 Deslumbramiento perturbador en edades avanzadas. Medida del mismo y efecto que tiene sobre la conducción Thomas J.T.P. van den Berg, L.J. (René) van Rijn, R. Kaper-Bongers, D.J. Vonhoff, H.J. Völker-Dieben, G. Grabner, C. Nischler, M. Emesz, H. Wilhelm, D. Gamer, A. Schuster, L. Franssen, G.C. de Wit y J.E. Coppens RESUMEN Resultados: La repetibilidad, la capacidad discriminativa, y Objetivo: Comparar diferentes métodos para medir la sensi- el valor añadido, resultaron ser bajos para los tests de deslumbilidad al deslumbramiento perturbador en sujetos de edades bramiento pero buenos para las medidas de la luz dispersa (en avanzadas, con el fin además de lograr una valoración objetiva comparación con los valores que proporciona la medida de la de las afecciones oculares. Definir la importancia que tiene la agudeza visual). Para los sujetos jóvenes sin patologías oculares, luz dispersa (parásita) sobre la visión. con log(s)=0,9, la situación habitual de deslumbramiento con Métodos: Se estudiaron tres grupos de sujetos: 1) Sujetos haces bajos causa una reducción del contraste del 1,3, mientras jóvenes sin ningún tipo de afección ocular, 2) sujetos de edad que para los sujetos de alrededor de 77 años, este valor aumenta avanzada sin ningún tipo de afección ocular y 3) sujetos de hasta 2. Mientras que las cataratas apenas afectan a la agudeza edad avanzada con cataratas (incipientes) en, al menos, uno visual, log(s) puede aumentar incluso hasta 1,8, lo que causa una de los ojos. A todos los sujetos se les realizaron, entre otras, disminución del contraste de 3,4. 2 pruebas de deslumbramiento y 2 pruebas de luz dispersa, Conclusiones: La medida de la luz dispersa tiene gran relevancia a se les midió la agudeza visual mediante optotipos ETDRS la hora de evaluar la molestia que causa el deslumbramiento durante (siglas en inglés del Estudio sobre el tratamiento temprano de la conducción, y se puede utilizar para objetivar las quejas y para la retinopatía diabética), la sensibilidad al contraste con el test facilitar la toma de decisiones relativas a la cirugía de cataratas. de Pelli-Robson, la refracción, y se clasificó la catarata (para (J Optom 2009;2:112-118 ©2009 Consejo General de Colegios sujetos del tercer grupo) utilizando el Sistema de Clasificación de Ópticos-Optometristas de España) de Opacidades del Cristalino (o sus siglas en inglés, LOCS III). La luz dispersa (parásita) se cuantificó por medio del paráme- Palabras Clave: luz dispersa; sensibilidad al deslumbramiento; tro de luz dispersa s. deslumbramiento perturbador; CIE; envejecimiento; conducción. 20 marzo 446 Gaceta Optica Sección coordinada por César Villa J Optom 2009;2:119-126 Recorrido de la mirada en adultos de mayor edad a la hora de reaccionar ante una pérdida de equilibrio inesperada mientras caminan por un entorno desconocido: un estudio piloto Emily C. King, Sandra M. McKay, Tracy A. Lee, Carol Y. Scovil, Amy L. Peters y Brian E. Maki RESUMEN Objetivo: Las reacciones rápidas de “alcanzar y agarrar” destinadas a recuperar el equilibrio juegan un papel fundamental a la hora de evitar caídas. Estudios recientes realizados en adultos jóvenes sugieren que estas reacciones podrían estar dirigidas por la información visuo-espacial previamente almacenada proveniente del campo visual central, y que la visión periférica podría desempeñar también un papel relevante. En este estudio se utilizaron grabaciones del recorrido de la mirada para analizar, en adultos de mayor edad, el control visual en el contexto de las reacciones de “alcanzar y agarrar”. Métodos: Una plataforma móvil se configuró de forma que simulara un entorno “de la vida real”, en el que se incluyó un pasamanos. Se pidió a los sujetos que realizaran una actividad, para la cual tenían que andar hasta el extremo de la plataforma. Dicha plataforma estaba construida de modo que se moviese bruscamente y de forma inesperada cuando el sujeto llegaba cerca del pasamanos. Doce adultos de mayor edad (64-79 años) se sometieron a esta prueba y los resultados se compararon con los obtenidos anteriormente, en el marco de otro estudio, en 12 adultos jóvenes (22-30 años). Todos los participantes gozaban de buena salud. Resultados: Entre los adultos de mayor edad hubo el doble de casos que entre los adultos jóvenes de sujetos que reaccionaron ante la perturbación de la plataforma tratando de agarrar el pasamanos (10/12 frente a 4/12), a pesar de que hubo muchos menos sujetos de mayor edad que fijaran la mirada en el pasamanos después de entrar en el nuevo entorno. Los errores de agarre resultaron ser sorprendentemente habituales (5/10 entre los de mayor edad, 2/4 entre los jóvenes), pero no se encontró ninguna relación sistemática entre este hecho y el recorrido de la mirada anterior a la perturbación. Conclusiones: Los adultos de mayor edad resultaron depender mucho del uso del pasamanos para recuperar el equilibrio aunque, por el contrario, no dirigieron su atención visual al pasamanos una vez que entraron en el entorno desconocido. El hecho de que no fijaran la mirada en el pasamanos en ningún momento hizo que el movimiento de “tratar de alcanzar” tuviera que ser dirigido por la visión periférica. Es necesario continuar esta línea de investigación para determinar si los errores de agarre se pueden evitar mediante intervenciones que bien atraigan la atención hacia el pasamanos o que mejoren el procesado de la información proveniente de la visión periférica. (J Optom 2009;2:119-126 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras Clave: atención visual; movimientos oculares; envejecimiento; equilibrio postural; movimiento de alcanzar y agarrar; visión periférica. J Optom 2009;2:127-133 La relación entre baja visión y las dolencias osteomusculares. Un estudio de casos y controles que compara pacientes con degeneración macular asociada a la edad y sujetos de referencia de edades similares con visión normal Christina Zetterlund, Lars-Olov Lundqvist y Hans O. Richter resumen Introducción: Los pacientes con degeneración macular asociada a la edad (DMAE) a menudo refieren dolores musculares en el cuello y en la zona escapular, así como un menor control postural. En la evaluación clínica, se suele considerar que estas dolencias son debidas a la edad avanzada del paciente. Objetivo: Este estudio se centra en los pacientes con DMAE y con baja visión, comparándolos con pacientes de referencia sin patologías oculares y de edades similares, con el fin de analizar si la conexión entre las afecciones visuales y las dolencias musculares (que refiere el paciente mismo) es más estrecha cuando el paciente padece baja visión. Métodos: En un estudio transversal, se comparó un grupo de 24 pacientes con DMAE de edades comprendidas entre 65 y 85 años, con un grupo de 24 sujetos de referencia (controles) sin problemas visuales que presentaba una distribución de edades similar. Se obtuvieron datos relativos a la agudeza visual, a la necesidad o no de utilizar instrumentos con aumentos, así como a otros parámetros ópticos y visuales. Se recogieron datos sobre problemas visuales, dolencias osteomusculares y problemas de equilibrio/propiocepción, utilizando para ello un cuestionario que habían de contestar los pacientes mismos. Se utilizó la subGaceta Optica sección sobre actividades de visión cercana del Cuestionario de la Función Visual (en inglés, Visual Functioning Questionnaire -Near Activities Subscale, o sus siglas VFQ–NAS) para evaluar la función visual y los problemas asociados. Resultados: El coeficiente de correlación entre los problemas visuales y los problemas de tipo osteomuscular alcanzó valores significativos tanto cuando la correlación se realizó en cada grupo por separado, como cuando se llevó a cabo analizando juntos todos los sujetos participantes [DMAE, rho de Spearman (ρ)=0,60, P=0,002; grupo de referencia (controles) ρ=0,59, P=0,004; los dos grupos juntos ρ=0,50 P<0,001]. El análisis de regresión múltiple escalonada (paso a paso) respaldó la hipótesis de que la visión (problemas visuales + tamaño mínimo de letra legible) influye sobre las dolencias osteomusculares (r2=0,42, P<0,05). Conclusiones: Los resultados de este estudio respaldan la hipótesis de que existe una relación entre problemas visuales y problemas de tipo osteomuscular. (J Optom 2009;2:127-133 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras Clave: edad; DMAE; baja visión; equilibrio/propiocepción; dolencias osteomusculares; maculopatía asociada a la edad; percepción. 446 marzo 21 J Optom 2009;2:134-137 Presión intraocular e hiperemia conjuntival con bimatoprost: administración cada 48 horas comparada con cada 24 horas Daniele Doro, Pierpaolo Paolucci y Pierangela Cimatti RESUMEN Objetivo: Evaluar la eficacia y la tolerabilidad de bimatoprost cuando se reduce la frecuencia de administración. Métodos: En 40 ojos pertenecientes a veinte pacientes de raza blanca con hipertensión ocular o con glaucoma primario de ángulo abierto, y con edades comprendidas entre 56 Figura y 75 años, se midió la presión Media diurna de presión intraocular (PIO) ± desviación estándar (barras de error) en la línea base y 4 semanas después de bimatoprost administrado cada 48 horas (día dos) en el ojo izquierdo de 20 pacientes. intraocular (PIO) durante el día al inicio del estudio y transcurridas 4 semanas. En el ojo derecho se administró bimatoprost ser significativamente mayor que la observada en el ojo izquierdo una vez al día (cada 24 horas), y en el ojo izquierdo se administró (P=0,02). La hiperemia conjuntival promedio, tras administrar bimatoprost cada 48 horas, a las 8 p.m. Se evaluó la hiperemia bimatoprost cada 24 o cada 48 horas, fue igual a 2,4±1,0 y a conjuntival bulbar mediante observación directa por parte de un 1,8±0,8, respectivamente (P<0,01). observador (que desconocía la pauta administrada en cada ojo), Conclusiones: Bimatoprost cada 48 horas resultó ser menos tanto al inicio del estudio como en la 4ª semana del mismo. eficaz que bimatoprost administrado diariamente (disminución La escala utilizada (de 0 a 4) se corresponde con “ausencia de de la PIO de un 24,6% frente a un 30%), pero causa menos hiperemia”, “hiperemia mínima”, “hiperemia leve”, “hiperemia hiperemia conjuntival a corto plazo. Se podría proponer esta moderada” o “hiperemia grave”. nueva pauta posológica, distinta de la que aparece en la ficha Resultados: Respecto al inicio del estudio, la PIO diurna media técnica del producto, a aquellos pacientes que se quejen de tener en el ojo derecho disminuyó significativamente (P<0,001), los ojos rojos (hiperemia conjuntival), especialmente durante las pasando de 25,4±2,8 a 17,8±1,8 mmHg, transcurridas entre 14 primeras semanas de tratamiento. y 22 horas de la administración diaria de bimatoprost. Respecto (J Optom 2009;2:134-137 ©2009 Consejo General de Colegios al inicio del estudio, la PIO diurna media en el ojo izquierdo de Ópticos-Optometristas de España) disminuyó significativamente (P<0,001), pasando de 25,2±2,0 a 19,0±1,7 mmHg, transcurridas entre 38 y 46 horas de la admi- Palabras Clave: bimatoprost; conjuntiva; presión intraocular; nistración de la dosis. La disminución en el ojo derecho resultó tratamiento del glaucoma. J Optom 2009;2:138-141 Resultados de la cirugía de cataratas en personas de avanzada edad Borazan Mehmet y Gunduz Abuzer RESUMEN Objetivo: El objetivo de este estudio es evaluar de manera retrospectiva los efectos de la cirugía de cataratas sobre la agudeza visual (AV) y sobre las actividades de la vida diaria en pacientes mayores de 80 años. Métodos: Se incluyeron en el estudio 83 ojos de 83 pacientes mayores de 80 años que cumplían todos los criterios de inclusión y que se habían sometido a una intervención quirúrgica de cataratas entre los años 2000 y 2005. Para cada paciente, se tomó de su historia clínica la agudeza visual con la mejor corrección (o sus siglas en inglés, BCVA) tanto precomo posquirúrgica, el índice de satisfacción relativo a las actividades de la vida diaria, las complicaciones derivadas de la intervención, y las patologías de la retina que padecía dicho paciente y que afectaban a su capacidad visual. Resultados: La edad media de los paciente fue de 86 años (rango: entre 80 y 98). La AV en el ojo operado mejoró, tanto para los pacientes con edades comprendidas entre los 80 y los 89 años como para los mayores de 90 años. Se obtuvieron más casos de AV posquirúrgica igual o mejor que 0.5 en el grupo de pacientes de entre 80 y 89 años que 22 marzo 446 en el grupo de mayores de 90 años (90,6% de los casos frente a un 73,4%). El lo que respecta a la escala de actividades de la vida diaria, las puntuaciones promedio obtenidas tras la intervención fueron, para ambos grupos, significativamente mejores que los valores prequirúrgicos. Esta mejora observada tras la intervención fue más acusada en el grupo de pacientes de entre 80 y 89 años que en el grupo de mayores de 90. Hubo dos casos de perforación de la cápsula posterior ocurrida durante la operación, un caso de edema macular quístico, un caso de iridodiálisis, así como un caso de edema estromal posquirúrgico. Conclusiones: Nuestros resultados muestran que se logra una mejor AV relacionada con las actividades de la vida diaria tras la cirugía de cataratas en personas ancianas de más de 80 años. Así pues, este resultado sugiere que la extracción de la catarata en esta población puede ser beneficioso. (J Optom 2009;2:138-141 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras Clave: cirugía de cataratas; personas ancianas; agudeza visual. Gaceta Optica Sección coordinada por César Villa J Optom 2009;2:142-147 Validez de la Escala de adaptación a la pérdida visual relacionada con la edad en una población de pacientes australianos con cataratas Vijaya K Gothwal, Thomas A Wright, Ecosse L. Lamoureux y Konrad Pesudovs RESUMEN Objetivo: La Escala de adaptación a la pérdida visual relacionada con la edad (o sus siglas en inglés, AVL) se desarrolló para medir el ajuste de los adultos de edad avanzada ante la pérdida visual que suele aparecer en esta fase de la vida. El propósito de este estudio era evaluar si la escala AVL también se ajusta al modelo de Rasch en una población de personas con cataratas. Métodos: Se envió por correo postal el cuestionario correspondiente a la escala AVL de 24 elementos (18 codificados negativamente y 6 positivamente) a 436 pacientes del Flinders Eye Centre, Adelaida, South Australia (Australia) que se encontraban en la lista de espera para cirugía de cataratas. Los pacientes debían completar el cuestionario y devolverlo por correo. Se realizó un análisis de Rasch de los resultados para determinar si todos los elementos de la escala están midiendo un único parámetro (unidimensionalidad). Esto se llevó acabo utilizando estadísticos de ajuste así como análisis de componentes principales (o sus siglas ACP) de los residuos. Se evaluó la capacidad de la escala para discriminar entre los distintos niveles de adaptación de los participantes (denominada separación o fiabilidad), estableciendo un valor umbral de 2,0 como el valor mínimo aceptable. R esultados : La escala AVL no fue capaz de diferenciar de forma aceptable entre los distintos niveles de adaptación de los participantes, dando lugar a una mala separación (poca fiabilidad). Uno de los elementos no se ajustaba al parámetro, dando lugar a un desajuste. Además, los cinco elementos enunciados de manera positiva tampoco parecían medir el mismo parámetro que el resto de elementos, dando lugar a una falta de unidimensionalidad, puesta de manifiesto por medio del APC. Tras la eliminación de estos elementos, la escala AVL logró ser unidimensional, pero uno de sus elementos siguió sin ajustarse al modelo, por lo que hubo que eliminarlo, dando lugar finalmente a una escala AVL de 18 elementos. Incluso así, la facultad de la escala para discriminar entre grupos de participantes siguió siendo bastante deficiente. C onclusiones: La escala AVL no es una forma adecuada de medir la adaptación a la pérdida visual en una población compuesta por personas con cataratas. (J Optom 2009;2:142-147 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras C lave : análisis Rasch; adaptación a la pérdida visual relacionada con la edad; catarata; Australia. J Optom 2009;2:148-154 Relación entre la categoría de Visión del Conjunto de Datos Mínimo para residencias de ancianos y la puntuación de Calidad de Vida relativa a Visión de los residentes en residencias de ancianos asignada por las auxiliares de enfermería a su cargo Mark W. Swanson, Gerald McGwin, Jr., Amanda F. Elliott y Cynthia Owsley RESUMEN Objetivo: El objetivo de este estudio era analizar la relación entre el apartado de Visión, perteneciente al cuestionario Conjunto de Datos Mínimo (en inglés, MDS) que las autoridades federales estadounidense obligan a realizar a las personas que viven en residencias de ancianos de los EE. UU., y la evaluación de su calidad de vida en relación con la visión que realizan las asistentes de enfermería (AE) que les atienden en dichas residencias. Métodos: Participaros 371 residentes mayores de 55 años provenientes de 17 residencias de ancianos distintas situadas en Birmingham, Alabama (EE. UU.). También participaron las AE encargadas de la atención de dichos residentes. Las AE evaluaron la calidad de vida en relación con la visión de los residentes a su cargo, utilizando para ello un cuestionario específico para residencias de ancianos denominado “Calidad de vida y estado de salud en lo que respecta a visión” (o sus siglas en inglés, NHVQoL). Por otro lado, la coordinadora de enfermería del MDS asignó a cada residente, a partir de los datos recabados de su historia médica, una de las siguientes categorías de MDS-Visión: “Aceptable”, “Ligeramente deficiente”, “Moderadamente deficiente”, “Muy deficiente”, “Gravemente deficiente”. La agudeza visual de los participantes la midió personal cualificado utilizando una escala logMAR. Resultados: Las puntuaciones asignadas a cada participante por las AE en las distintas subsecciones del cuestionario Gaceta Optica NHVQoL disminuyeron a medida que la categoría de MDSVisión asignada a ese participante indicaba una mayor deficiencia visual (todos los valores de P relativos a correlación <0,05). Casi todas las puntuaciones promedio obtenidas por los residentes incluidos en la categorías de MDS-Visión “Aceptable”, “Ligeramente deficiente” y “Moderadamente deficiente” estaban comprendidas entre 80 y 99 puntos. Para aquellos incluidos en las categorías de MDS-Visión “Muy deficiente” o “Gravemente deficiente”, las puntuaciones obtenidas en las distintas subsecciones del cuestionario NHVQoL (excluyendo Síntomas Oculares) fueron muchísimo más bajas (P≤0.001) que las obtenidas por aquellos con visión “Moderadamente deficiente”. Conclusiones: Las puntuaciones dadas por las AE a los residentes a su cargo de residencias de ancianos, en lo que respecta a su calidad de vida relacionada con la visión concuerda en general bastante bien con la categoría de MDS-Visión asignada por el coordinador de enfermería. Sin embargo, las puntuaciones dadas por las AE a los integrantes de las categorías de MDS-Visión “Aceptable”, Ligeramente deficiente” y “Moderadamente deficiente” son bastante similares. (J Optom 2009;2:148-154 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras Clave: vejez; envejecimiento; centros geriátricos; calidad de vida; vision. 446 marzo 23 Noticias de investigación J Optom 2009;2:155-158 Situación económica, estado de salud y grado de aislamiento social entre los deficientes visuales de entre 55 y 70 años de Nueva Zelanda Steven La Grow, Fiona Alpass y Chris Stephens RESUMEN Objetivo: Este estudio analizó la validez de la hipótesis de que en una muestra amplia de neocelandeses de entre 55 y 70 años que refieren haber sido diagnosticados de un problema visual tendrán, en promedio, una edad notablemente superior, serán en mayor medida (desproporcionadamente) mujeres, estarán en peor situación económica, tendrán una peor salud, tanto física como mental, contarán con un menor apoyo social y se sentirán más aislados socialmente que aquellos que no padecen ninguna deficiencia visual. Métodos: El análisis se realizó partiendo de las respuestas recabadas en el marco de un amplio estudio realizado en Nueva Zelanda y denominado Estudio sobre Salud, Trabajo y Jubilación (en inglés, Health, Work and Retirement Study). La muestra inicial se dividió en dos grupos: aquellos participantes que decían padecer una deficiencia visual diagnosticada (n=411) y aquellos que no padecían ninguna (n=5.564). Se realizó una comparación de ambos grupos según edad, sexo, situación económica, salud física y mental, apoyo social y aislamiento social. Resultados: No se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos en lo que respecta a edad o sexo. Sin embargo, se halló una diferencia significativa entre ambos según la variable dependiente combinada que representa la posición económica, el estado de salud y la situación social de los participantes: F(5, 5969)=18,10 P<0,001; Wilks’ Lambda=0,98. Cuando se analizaron por separado, los dos grupos también resultaron ser diferentes en lo que respecta a las cinco variables estudiadas: situación económica F(1, 5973)= 26,81 P<0,001; salud física F(1, 5973)=59,36 P<0,001; salud mental F (1, 5973)=25,89 P<0,001; apoyo social F(1, 5973)=9,70 P=0,002; y aislamiento social F(1, 5973)=39,20 P<0,001. Conclusiones: Se observó que el grupo de los deficientes visuales presentaba una peor situación económica, una peor salud física y mental, contaba con un menor apoyo social y se sentía más aislado socialmente que los participantes que no padecían deficiencias visuales diagnosticadas. (J Optom 2009;2:155-158 ©2009 Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España) Palabras Clave: deficiencia visual; envejecimiento; indicador económico; estado de salud; apoyo social; aislamiento social. TablA Estatus demográfico, económico, sanitario y social de las personas que afirman padecer una discapacidad visual que no puede ser corregida con gafas normales, en comparación con los que no la padecen. Con discapacidad visual Sin discapacidad visual F P 411 61.1 (4.40) 5564 60.9 (4.50) 1.99 Género N (%) N (%) χ 0.158 Hombres 196 47.7% 2665 48.8% 0.003 Mujeres 215 52.3% 2899 52.0% No especificado 0 0.0% 10 0.2% Total 411 100% 5564 100% F 0.967 Edad N Media (SD) N Media (SD) 2 Estatus económico NZ ELSI forma corta 411 4.67 (1.50) 5564 5.07 (1.49) 26.81 Estado de salud SF-36 salud física 411 46.07 (8.73) 5564 49.80 (9.51) 59.36 SF-36 salud mental 411 47.23 (8.62) 5564 49.68 (9.45) 25.89 Estatus social Apoyo social (SPS) 411 77.5 (8.14) 5564 78.99 (9.37) 9.70 Aislamiento social 411 3.87 (0.93) 5564 4.15 (0.86) 39.20 P P 0.000* 0.000* 0.000* 0.002* 0.000* *Denota diferencias significativas de < 0.008 entre grupos. F: estadístico F; P: significación estadística. 24 marzo 446 Gaceta Optica