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Noticias de investigación
RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL VOLUMEN 2 NÚMERO 3 DE J OPTOM
Artículos (en inglés) disponibles en la web de la revista www.journalofoptometry.org
J Optom 2009;2:103-111
La enfermedad de Alzheimer y el ojo
A
B
Richard A. Armstrong
RESUMEN
Las distintas formas de demencia, entre las que se incluye la
enfermedad de Alzheimer (EA), son graves trastornos que
causan problemas visuales en las personas de edad avanzada.
La patología de la EA incluye la acumulación en el cerebro
del péptido β-amiloide (Aβ) en forma de placas seniles (PS)
y de proteína tau anormalmente fosforilada en forma de ovillos neurofibrilares (ONF). Se ha documentado un amplio
espectro de problemas visuales en pacientes con EA, entre los
que se incluye la pérdida de agudeza visual (AV), problemas
relacionados con la visión de color y el campo visual, cambios
en la respuesta pupilar ante midriáticos, problemas de fijación
así como movimientos oculares sacádicos y de seguimiento
anormales; cambios en la sensibilidad al contraste y en los
potenciales evocados visuales (PEV); y alteraciones de algunas
funciones visuales complejas, tales como la lectura, la función
visuoespacial, y a la hora de nombrar y de identificar objetos.
Muchos de estos cambios no están exentos de cierta controversia, puesto que en la literatura aparecen datos contradictorios al
respecto y, además, no hay ninguna característica visual u ocular en la que se pueda basar el diagnóstico de la EA. Además,
se ha observado que
algunos de los cambios
patológicos que aparecen en la EA afectan
al ojo, a la vía óptica Figura
y al córtex visual. El Neuropatología de la enfermedad de Alzheimer:
optometrista juega un A. depósitos β-amiloide (Aβ) en forma de placas
papel destacado a la seniles (PS) en una sección del córtex cerebral.
hora de ayudar a los Los depósitos aparecen como manchas marropacientes que padecen nes y se distribuyen ampliamente, especialmenEA. Si se sospecha que te por el córtex cerebral (inmunohistoquímica
B. maraña neurofibrilar (neurofiexisten signos y sínto- β-amiloide),
brillary tangles, NFT) en el córtex cerebral que
mas de la enfermedad, aparece en forma de cuerpos de inclusión dentro
la ayuda en la optimi- de las neuronas (inmunohistoquímica tau).
zación de la función
visual contribuirá para mejorar su calidad de vida.
(J Optom 2009;2:103-111 ©2009 Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras Clave: enfermedad de Alzheimer; demencia; características oculares y visuales; patología del ojo; córtex visual.
J Optom 2009;2:112-118
Deslumbramiento perturbador en edades avanzadas. Medida del
mismo y efecto que tiene sobre la conducción
Thomas J.T.P. van den Berg, L.J. (René) van Rijn, R. Kaper-Bongers, D.J. Vonhoff, H.J. Völker-Dieben, G. Grabner,
C. Nischler, M. Emesz, H. Wilhelm, D. Gamer, A. Schuster, L. Franssen, G.C. de Wit y J.E. Coppens
RESUMEN
Resultados: La repetibilidad, la capacidad discriminativa, y
Objetivo: Comparar diferentes métodos para medir la sensi- el valor añadido, resultaron ser bajos para los tests de deslumbilidad al deslumbramiento perturbador en sujetos de edades bramiento pero buenos para las medidas de la luz dispersa (en
avanzadas, con el fin además de lograr una valoración objetiva comparación con los valores que proporciona la medida de la
de las afecciones oculares. Definir la importancia que tiene la agudeza visual). Para los sujetos jóvenes sin patologías oculares,
luz dispersa (parásita) sobre la visión.
con log(s)=0,9, la situación habitual de deslumbramiento con
Métodos: Se estudiaron tres grupos de sujetos: 1) Sujetos haces bajos causa una reducción del contraste del 1,3, mientras
jóvenes sin ningún tipo de afección ocular, 2) sujetos de edad que para los sujetos de alrededor de 77 años, este valor aumenta
avanzada sin ningún tipo de afección ocular y 3) sujetos de hasta 2. Mientras que las cataratas apenas afectan a la agudeza
edad avanzada con cataratas (incipientes) en, al menos, uno visual, log(s) puede aumentar incluso hasta 1,8, lo que causa una
de los ojos. A todos los sujetos se les realizaron, entre otras, disminución del contraste de 3,4.
2 pruebas de deslumbramiento y 2 pruebas de luz dispersa, Conclusiones: La medida de la luz dispersa tiene gran relevancia a
se les midió la agudeza visual mediante optotipos ETDRS la hora de evaluar la molestia que causa el deslumbramiento durante
(siglas en inglés del Estudio sobre el tratamiento temprano de la conducción, y se puede utilizar para objetivar las quejas y para
la retinopatía diabética), la sensibilidad al contraste con el test facilitar la toma de decisiones relativas a la cirugía de cataratas.
de Pelli-Robson, la refracción, y se clasificó la catarata (para (J Optom 2009;2:112-118 ©2009 Consejo General de Colegios
sujetos del tercer grupo) utilizando el Sistema de Clasificación de Ópticos-Optometristas de España)
de Opacidades del Cristalino (o sus siglas en inglés, LOCS III).
La luz dispersa (parásita) se cuantificó por medio del paráme- Palabras Clave: luz dispersa; sensibilidad al deslumbramiento;
tro de luz dispersa s.
deslumbramiento perturbador; CIE; envejecimiento; conducción.
20 marzo 446
Gaceta Optica
Sección coordinada por César Villa
J Optom 2009;2:119-126
Recorrido de la mirada en adultos de mayor edad a la hora de
reaccionar ante una pérdida de equilibrio inesperada mientras
caminan por un entorno desconocido: un estudio piloto
Emily C. King, Sandra M. McKay, Tracy A. Lee, Carol Y. Scovil, Amy L. Peters y Brian E. Maki
RESUMEN
Objetivo: Las reacciones rápidas de “alcanzar y agarrar” destinadas a recuperar el equilibrio juegan un papel fundamental a
la hora de evitar caídas. Estudios recientes realizados en adultos
jóvenes sugieren que estas reacciones podrían estar dirigidas
por la información visuo-espacial previamente almacenada
proveniente del campo visual central, y que la visión periférica podría desempeñar también un papel relevante. En este
estudio se utilizaron grabaciones del recorrido de la mirada
para analizar, en adultos de mayor edad, el control visual en el
contexto de las reacciones de “alcanzar y agarrar”.
Métodos: Una plataforma móvil se configuró de forma que
simulara un entorno “de la vida real”, en el que se incluyó un
pasamanos. Se pidió a los sujetos que realizaran una actividad,
para la cual tenían que andar hasta el extremo de la plataforma. Dicha plataforma estaba construida de modo que se
moviese bruscamente y de forma inesperada cuando el sujeto
llegaba cerca del pasamanos. Doce adultos de mayor edad
(64-79 años) se sometieron a esta prueba y los resultados se
compararon con los obtenidos anteriormente, en el marco de
otro estudio, en 12 adultos jóvenes (22-30 años). Todos los
participantes gozaban de buena salud.
Resultados: Entre los adultos de mayor edad hubo el doble
de casos que entre los adultos jóvenes de sujetos que reaccionaron ante la perturbación de la plataforma tratando de agarrar el
pasamanos (10/12 frente a 4/12), a pesar de que hubo muchos
menos sujetos de mayor edad que fijaran la mirada en el pasamanos después de entrar en el nuevo entorno. Los errores de
agarre resultaron ser sorprendentemente habituales (5/10 entre
los de mayor edad, 2/4 entre los jóvenes), pero no se encontró
ninguna relación sistemática entre este hecho y el recorrido de
la mirada anterior a la perturbación.
Conclusiones: Los adultos de mayor edad resultaron depender mucho del uso del pasamanos para recuperar el equilibrio
aunque, por el contrario, no dirigieron su atención visual al
pasamanos una vez que entraron en el entorno desconocido.
El hecho de que no fijaran la mirada en el pasamanos en ningún momento hizo que el movimiento de “tratar de alcanzar”
tuviera que ser dirigido por la visión periférica. Es necesario
continuar esta línea de investigación para determinar si los
errores de agarre se pueden evitar mediante intervenciones que
bien atraigan la atención hacia el pasamanos o que mejoren
el procesado de la información proveniente de la visión periférica.
(J Optom 2009;2:119-126 ©2009 Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras Clave: atención visual; movimientos oculares;
envejecimiento; equilibrio postural; movimiento de alcanzar y
agarrar; visión periférica.
J Optom 2009;2:127-133
La relación entre baja visión y las dolencias osteomusculares.
Un estudio de casos y controles que compara pacientes con
degeneración macular asociada a la edad y sujetos de referencia
de edades similares con visión normal
Christina Zetterlund, Lars-Olov Lundqvist y Hans O. Richter
resumen
Introducción: Los pacientes con degeneración macular asociada a la edad (DMAE) a menudo refieren dolores musculares en el
cuello y en la zona escapular, así como un menor control postural.
En la evaluación clínica, se suele considerar que estas dolencias
son debidas a la edad avanzada del paciente.
Objetivo: Este estudio se centra en los pacientes con DMAE y
con baja visión, comparándolos con pacientes de referencia sin
patologías oculares y de edades similares, con el fin de analizar si
la conexión entre las afecciones visuales y las dolencias musculares
(que refiere el paciente mismo) es más estrecha cuando el paciente
padece baja visión.
Métodos: En un estudio transversal, se comparó un grupo de
24 pacientes con DMAE de edades comprendidas entre 65 y 85
años, con un grupo de 24 sujetos de referencia (controles) sin
problemas visuales que presentaba una distribución de edades
similar. Se obtuvieron datos relativos a la agudeza visual, a la
necesidad o no de utilizar instrumentos con aumentos, así como
a otros parámetros ópticos y visuales. Se recogieron datos sobre
problemas visuales, dolencias osteomusculares y problemas de
equilibrio/propiocepción, utilizando para ello un cuestionario
que habían de contestar los pacientes mismos. Se utilizó la subGaceta Optica
sección sobre actividades de visión cercana del Cuestionario de
la Función Visual (en inglés, Visual Functioning Questionnaire
-Near Activities Subscale, o sus siglas VFQ–NAS) para evaluar la
función visual y los problemas asociados.
Resultados: El coeficiente de correlación entre los problemas
visuales y los problemas de tipo osteomuscular alcanzó valores significativos tanto cuando la correlación se realizó en cada grupo por
separado, como cuando se llevó a cabo analizando juntos todos los
sujetos participantes [DMAE, rho de Spearman (ρ)=0,60, P=0,002;
grupo de referencia (controles) ρ=0,59, P=0,004; los dos grupos
juntos ρ=0,50 P<0,001]. El análisis de regresión múltiple escalonada
(paso a paso) respaldó la hipótesis de que la visión (problemas visuales
+ tamaño mínimo de letra legible) influye sobre las dolencias osteomusculares (r2=0,42, P<0,05).
Conclusiones: Los resultados de este estudio respaldan la
hipótesis de que existe una relación entre problemas visuales y
problemas de tipo osteomuscular.
(J Optom 2009;2:127-133 ©2009 Consejo General de Colegios
de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras Clave: edad; DMAE; baja visión; equilibrio/propiocepción;
dolencias osteomusculares; maculopatía asociada a la edad; percepción.
446 marzo 21
J Optom 2009;2:134-137
Presión intraocular e hiperemia conjuntival con bimatoprost:
administración cada 48 horas comparada con cada 24 horas
Daniele Doro, Pierpaolo Paolucci y Pierangela Cimatti
RESUMEN
Objetivo: Evaluar la eficacia y
la tolerabilidad de bimatoprost
cuando se reduce la frecuencia
de administración.
Métodos: En 40 ojos pertenecientes a veinte pacientes de
raza blanca con hipertensión
ocular o con glaucoma primario de ángulo abierto, y con
edades comprendidas entre 56
Figura
y 75 años, se midió la presión
Media diurna de presión intraocular (PIO) ± desviación estándar (barras de error) en la línea base y 4 semanas después de bimatoprost administrado cada 48 horas (día dos) en el ojo izquierdo de 20 pacientes.
intraocular (PIO) durante el
día al inicio del estudio y transcurridas 4 semanas. En el ojo derecho se administró bimatoprost ser significativamente mayor que la observada en el ojo izquierdo
una vez al día (cada 24 horas), y en el ojo izquierdo se administró (P=0,02). La hiperemia conjuntival promedio, tras administrar
bimatoprost cada 48 horas, a las 8 p.m. Se evaluó la hiperemia bimatoprost cada 24 o cada 48 horas, fue igual a 2,4±1,0 y a
conjuntival bulbar mediante observación directa por parte de un 1,8±0,8, respectivamente (P<0,01).
observador (que desconocía la pauta administrada en cada ojo), Conclusiones: Bimatoprost cada 48 horas resultó ser menos
tanto al inicio del estudio como en la 4ª semana del mismo. eficaz que bimatoprost administrado diariamente (disminución
La escala utilizada (de 0 a 4) se corresponde con “ausencia de de la PIO de un 24,6% frente a un 30%), pero causa menos
hiperemia”, “hiperemia mínima”, “hiperemia leve”, “hiperemia hiperemia conjuntival a corto plazo. Se podría proponer esta
moderada” o “hiperemia grave”.
nueva pauta posológica, distinta de la que aparece en la ficha
Resultados: Respecto al inicio del estudio, la PIO diurna media técnica del producto, a aquellos pacientes que se quejen de tener
en el ojo derecho disminuyó significativamente (P<0,001), los ojos rojos (hiperemia conjuntival), especialmente durante las
pasando de 25,4±2,8 a 17,8±1,8 mmHg, transcurridas entre 14 primeras semanas de tratamiento.
y 22 horas de la administración diaria de bimatoprost. Respecto (J Optom 2009;2:134-137 ©2009 Consejo General de Colegios
al inicio del estudio, la PIO diurna media en el ojo izquierdo de Ópticos-Optometristas de España)
disminuyó significativamente (P<0,001), pasando de 25,2±2,0 a
19,0±1,7 mmHg, transcurridas entre 38 y 46 horas de la admi- Palabras Clave: bimatoprost; conjuntiva; presión intraocular;
nistración de la dosis. La disminución en el ojo derecho resultó tratamiento del glaucoma.
J Optom 2009;2:138-141
Resultados de la cirugía de cataratas en personas de avanzada edad
Borazan Mehmet y Gunduz Abuzer
RESUMEN
Objetivo: El objetivo de este estudio es evaluar de manera
retrospectiva los efectos de la cirugía de cataratas sobre la
agudeza visual (AV) y sobre las actividades de la vida diaria en
pacientes mayores de 80 años.
Métodos: Se incluyeron en el estudio 83 ojos de 83 pacientes mayores de 80 años que cumplían todos los criterios de
inclusión y que se habían sometido a una intervención quirúrgica de cataratas entre los años 2000 y 2005. Para cada
paciente, se tomó de su historia clínica la agudeza visual con
la mejor corrección (o sus siglas en inglés, BCVA) tanto precomo posquirúrgica, el índice de satisfacción relativo a las
actividades de la vida diaria, las complicaciones derivadas
de la intervención, y las patologías de la retina que padecía
dicho paciente y que afectaban a su capacidad visual.
Resultados: La edad media de los paciente fue de 86 años
(rango: entre 80 y 98). La AV en el ojo operado mejoró,
tanto para los pacientes con edades comprendidas entre
los 80 y los 89 años como para los mayores de 90 años. Se
obtuvieron más casos de AV posquirúrgica igual o mejor
que 0.5 en el grupo de pacientes de entre 80 y 89 años que
22 marzo 446
en el grupo de mayores de 90 años (90,6% de los casos frente a un 73,4%). El lo que respecta a la escala de actividades
de la vida diaria, las puntuaciones promedio obtenidas tras
la intervención fueron, para ambos grupos, significativamente mejores que los valores prequirúrgicos. Esta mejora
observada tras la intervención fue más acusada en el grupo
de pacientes de entre 80 y 89 años que en el grupo de
mayores de 90. Hubo dos casos de perforación de la cápsula
posterior ocurrida durante la operación, un caso de edema
macular quístico, un caso de iridodiálisis, así como un caso
de edema estromal posquirúrgico.
Conclusiones: Nuestros resultados muestran que se logra
una mejor AV relacionada con las actividades de la vida diaria
tras la cirugía de cataratas en personas ancianas de más de 80
años. Así pues, este resultado sugiere que la extracción de la
catarata en esta población puede ser beneficioso.
(J Optom 2009;2:138-141 ©2009 Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras Clave: cirugía de cataratas; personas ancianas;
agudeza visual.
Gaceta Optica
Sección coordinada por César Villa
J Optom 2009;2:142-147
Validez de la Escala de adaptación a la pérdida visual relacionada con
la edad en una población de pacientes australianos con cataratas
Vijaya K Gothwal, Thomas A Wright, Ecosse L. Lamoureux y Konrad Pesudovs
RESUMEN
Objetivo: La Escala de adaptación a la pérdida visual relacionada con la edad (o sus siglas en inglés, AVL) se desarrolló para medir el ajuste de los adultos de edad avanzada ante
la pérdida visual que suele aparecer en esta fase de la vida.
El propósito de este estudio era evaluar si la escala AVL
también se ajusta al modelo de Rasch en una población de
personas con cataratas.
Métodos: Se envió por correo postal el cuestionario correspondiente a la escala AVL de 24 elementos (18 codificados
negativamente y 6 positivamente) a 436 pacientes del
Flinders Eye Centre, Adelaida, South Australia (Australia)
que se encontraban en la lista de espera para cirugía de
cataratas. Los pacientes debían completar el cuestionario
y devolverlo por correo. Se realizó un análisis de Rasch de
los resultados para determinar si todos los elementos de la
escala están midiendo un único parámetro (unidimensionalidad). Esto se llevó acabo utilizando estadísticos de ajuste
así como análisis de componentes principales (o sus siglas
ACP) de los residuos. Se evaluó la capacidad de la escala
para discriminar entre los distintos niveles de adaptación
de los participantes (denominada separación o fiabilidad),
estableciendo un valor umbral de 2,0 como el valor mínimo
aceptable.
R esultados : La escala AVL no fue capaz de diferenciar de forma aceptable entre los distintos niveles de
adaptación de los participantes, dando lugar a una mala
separación (poca fiabilidad). Uno de los elementos no
se ajustaba al parámetro, dando lugar a un desajuste.
Además, los cinco elementos enunciados de manera
positiva tampoco parecían medir el mismo parámetro
que el resto de elementos, dando lugar a una falta de
unidimensionalidad, puesta de manifiesto por medio del
APC. Tras la eliminación de estos elementos, la escala
AVL logró ser unidimensional, pero uno de sus elementos siguió sin ajustarse al modelo, por lo que hubo que
eliminarlo, dando lugar finalmente a una escala AVL de
18 elementos. Incluso así, la facultad de la escala para
discriminar entre grupos de participantes siguió siendo
bastante deficiente.
C onclusiones: La escala AVL no es una forma adecuada
de medir la adaptación a la pérdida visual en una población compuesta por personas con cataratas.
(J Optom 2009;2:142-147 ©2009 Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras C lave : análisis Rasch; adaptación a la pérdida
visual relacionada con la edad; catarata; Australia.
J Optom 2009;2:148-154
Relación entre la categoría de Visión del Conjunto de Datos Mínimo
para residencias de ancianos y la puntuación de Calidad de Vida relativa a Visión de los residentes en residencias de ancianos asignada por
las auxiliares de enfermería a su cargo
Mark W. Swanson, Gerald McGwin, Jr., Amanda F. Elliott y Cynthia Owsley
RESUMEN
Objetivo: El objetivo de este estudio era analizar la relación
entre el apartado de Visión, perteneciente al cuestionario
Conjunto de Datos Mínimo (en inglés, MDS) que las autoridades federales estadounidense obligan a realizar a las personas
que viven en residencias de ancianos de los EE. UU., y la
evaluación de su calidad de vida en relación con la visión que
realizan las asistentes de enfermería (AE) que les atienden en
dichas residencias.
Métodos: Participaros 371 residentes mayores de 55 años
provenientes de 17 residencias de ancianos distintas situadas
en Birmingham, Alabama (EE. UU.). También participaron
las AE encargadas de la atención de dichos residentes. Las AE
evaluaron la calidad de vida en relación con la visión de los
residentes a su cargo, utilizando para ello un cuestionario específico para residencias de ancianos denominado “Calidad de
vida y estado de salud en lo que respecta a visión” (o sus siglas
en inglés, NHVQoL). Por otro lado, la coordinadora de enfermería del MDS asignó a cada residente, a partir de los datos
recabados de su historia médica, una de las siguientes categorías de MDS-Visión: “Aceptable”, “Ligeramente deficiente”,
“Moderadamente deficiente”, “Muy deficiente”, “Gravemente
deficiente”. La agudeza visual de los participantes la midió
personal cualificado utilizando una escala logMAR.
Resultados: Las puntuaciones asignadas a cada participante por las AE en las distintas subsecciones del cuestionario
Gaceta Optica
NHVQoL disminuyeron a medida que la categoría de MDSVisión asignada a ese participante indicaba una mayor deficiencia visual (todos los valores de P relativos a correlación <0,05).
Casi todas las puntuaciones promedio obtenidas por los residentes incluidos en la categorías de MDS-Visión “Aceptable”,
“Ligeramente deficiente” y “Moderadamente deficiente” estaban comprendidas entre 80 y 99 puntos. Para aquellos
incluidos en las categorías de MDS-Visión “Muy deficiente”
o “Gravemente deficiente”, las puntuaciones obtenidas en las
distintas subsecciones del cuestionario NHVQoL (excluyendo
Síntomas Oculares) fueron muchísimo más bajas (P≤0.001)
que las obtenidas por aquellos con visión “Moderadamente
deficiente”.
Conclusiones: Las puntuaciones dadas por las AE a los
residentes a su cargo de residencias de ancianos, en lo que
respecta a su calidad de vida relacionada con la visión concuerda en general bastante bien con la categoría de MDS-Visión
asignada por el coordinador de enfermería. Sin embargo, las
puntuaciones dadas por las AE a los integrantes de las categorías de MDS-Visión “Aceptable”, Ligeramente deficiente” y
“Moderadamente deficiente” son bastante similares.
(J Optom 2009;2:148-154 ©2009 Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras Clave: vejez; envejecimiento; centros geriátricos;
calidad de vida; vision.
446 marzo 23
Noticias de investigación
J Optom 2009;2:155-158
Situación económica, estado de salud y grado de aislamiento social
entre los deficientes visuales de entre 55 y 70 años de Nueva Zelanda
Steven La Grow, Fiona Alpass y Chris Stephens
RESUMEN
Objetivo: Este estudio analizó la validez de la hipótesis
de que en una muestra amplia de neocelandeses de entre
55 y 70 años que refieren haber sido diagnosticados de
un problema visual tendrán, en promedio, una edad
notablemente superior, serán en mayor medida (desproporcionadamente) mujeres, estarán en peor situación económica, tendrán una peor salud, tanto física como mental,
contarán con un menor apoyo social y se sentirán más
aislados socialmente que aquellos que no padecen ninguna
deficiencia visual.
Métodos: El análisis se realizó partiendo de las respuestas recabadas en el marco de un amplio estudio
realizado en Nueva Zelanda y denominado Estudio sobre
Salud, Trabajo y Jubilación (en inglés, Health, Work and
Retirement Study). La muestra inicial se dividió en dos
grupos: aquellos participantes que decían padecer una
deficiencia visual diagnosticada (n=411) y aquellos que no
padecían ninguna (n=5.564). Se realizó una comparación
de ambos grupos según edad, sexo, situación económica,
salud física y mental, apoyo social y aislamiento social.
Resultados: No se encontraron diferencias significativas
entre los dos grupos en lo que respecta a edad o sexo. Sin
embargo, se halló una diferencia significativa entre ambos
según la variable dependiente combinada que representa la
posición económica, el estado de salud y la situación social
de los participantes: F(5, 5969)=18,10 P<0,001; Wilks’
Lambda=0,98. Cuando se analizaron por separado, los dos
grupos también resultaron ser diferentes en lo que respecta
a las cinco variables estudiadas: situación económica F(1,
5973)= 26,81 P<0,001; salud física F(1, 5973)=59,36
P<0,001; salud mental F (1, 5973)=25,89 P<0,001; apoyo
social F(1, 5973)=9,70 P=0,002; y aislamiento social F(1,
5973)=39,20 P<0,001.
Conclusiones: Se observó que el grupo de los deficientes visuales presentaba una peor situación económica,
una peor salud física y mental, contaba con un menor
apoyo social y se sentía más aislado socialmente que los
participantes que no padecían deficiencias visuales diagnosticadas.
(J Optom 2009;2:155-158 ©2009 Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas de España)
Palabras Clave: deficiencia visual; envejecimiento; indicador económico; estado de salud; apoyo social; aislamiento social.
TablA
Estatus demográfico, económico, sanitario y social de las personas que afirman padecer una discapacidad visual que no puede ser corregida
con gafas normales, en comparación con los que no la padecen.
Con discapacidad visual
Sin discapacidad visual
F
P
411
61.1 (4.40)
5564
60.9 (4.50)
1.99
Género
N
(%)
N
(%)
χ
0.158
Hombres
196
47.7%
2665
48.8%
0.003
Mujeres
215
52.3%
2899
52.0%
No especificado
0
0.0%
10
0.2%
Total
411
100%
5564
100%
F
0.967
Edad
N
Media (SD)
N
Media (SD)
2
Estatus económico
NZ ELSI forma corta
411
4.67 (1.50)
5564
5.07 (1.49)
26.81
Estado de salud
SF-36 salud física
411
46.07 (8.73)
5564
49.80 (9.51)
59.36
SF-36 salud mental
411
47.23 (8.62)
5564
49.68 (9.45)
25.89
Estatus social
Apoyo social (SPS)
411
77.5 (8.14)
5564
78.99 (9.37)
9.70
Aislamiento social
411
3.87 (0.93)
5564
4.15 (0.86)
39.20
P
P
0.000*
0.000*
0.000*
0.002*
0.000*
*Denota diferencias significativas de < 0.008 entre grupos. F: estadístico F; P: significación estadística.
24 marzo 446
Gaceta Optica