Download Carta Pastoral 2013_MaquetaciÛn 1

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 1
Mons. Ángel Rubio Castro
OBISPO DE SEGOVIA
EDUCAR Y CRECER
SIEMPRE EN LA FE
Carta Pastoral 2013/2014
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 2
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 3
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
PRESENTACION
En la Solemnidad de Nuestro Señor Cristo Rey del Universo se clausura el
Año de la fe (24-XI-2013) y nosotros seguimos siendo Educadores de la fe,
siempre.
“La puerta de la fe” (Hch 14,27) está siempre abierta para nosotros. La
Asamblea General de los Obispos en el pasado mes de octubre de 2012 nos ha
ofrecido el mensaje de la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. La Iglesia siempre es consciente de su fe para avivarla, para purificarla,
para comunicarla, confirmarla y confesarla. Por la fe “Don de Dios” seguimos
siendo discípulos de Cristo. Por la fe descubrimos a Cristo presente en nuestras vidas y en la historia. Si nos falta la auténtica fe no podemos agradar a
Dios, no podemos salvarnos (Rom. 13, 13-14).
“Busca la fe” (2 Tm. 2,22) “Permanece en lo que aprendiste y creíste” (2 Tm
3,15). Que nadie se vuelva perezoso en la fe (P.F. 15) Esto es lo que nuestro
mundo necesita; y las grandes instituciones de nuestra sociedad - familia, parroquia y escuela- han de colaborar para que, iluminados en la mente y en el
corazón por la Palabra del Señor, sean capaces de “Educar en la fe”, es decir,
que a su luz el corazón y la mente de muchos, sobre todo niños y jóvenes, descubran el deseo de Dios y de la vida verdadera, esa que no tiene fin y sabiendo
siempre que “la fe se fortalece dándola”(Juan Pablo II).
El Papa Francisco nos ha dicho en la reciente Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro que la fe es fruto de un encuentro vivo con Jesús. Por
eso es impensable una fe en Cristo “descafeinada”, “no licuen la fe en Cristo”
Escribo esta carta pastoral a todos los diocesanos de Segovia, convencido de
ofrecer un servicio para cumplir mejor las diversas formas del Ministerio de la
Palabra: sacerdotes, catequistas, profesores de religión, familias y agentes de
pastoral; con diversas responsabilidades. Cada uno de los temas termina invitando a “RECORDAR Y ACTUAR” señalando con número el Documento
de la Conferencia Episcopal publicado en el mes de febrero de 2013: “Orien3
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 4
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
taciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia y la escuela
en la Trasmisión de la fe”.
El anexo final, “Los doce artículos de la fe”, es la síntesis fundamental de lo
que todo cristiano debe creer.
Segovia en la clausura del Año de la Fe
+Ángel Rubio Castro
Obispo de Segovia.
I. EL ARTE DE EDUCAR
La Pedagogía como ciencia es muy moderna, pero la Pedagogía como arte,
es decir el arte de la educación tiene un origen muy antiguo, fue siempre el
«arte» de educar a los niños y a los jóvenes.
En los tiempos modernos se ha extendido su ámbito de acción a los adultos.
El objetivo último de la pedagogía es encontrar la forma más adecuada de
transmitir más conocimiento, más actitudes, una manera de vivir.
Todavía es más antiguo el hecho de la educación aunque ésta se diera sin
arte alguno, pues en rigor, el hecho de la educación es tan antiguo como el
hombre. Podría no existir todavía -y de hecho así sucedió- arte alguno y mucho
menos de la ciencia de la educación; pero ya existía propiamente la educación
misma.
En la relación pedagógica la educación surge como una interacción que se
propone la formación de la persona humana; es una educación orientada a la
formación de hombres conscientes, responsables, libres, capaces de dialogar,
4
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 5
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
dispuestos a construir la convivencia humana sobre la base del respeto mutuo
a los derechos y deberes de la persona humana.
La educación no debe considerarse sólo en enseñar lo que otros hayan
hecho, sino sobre todo, en capacitar para lo que otros aún no han hecho. Hay
que poner el acento más en el descubrimiento y desarrollo de las facultades
existentes potencialmente en el individuo, que en la adecuación de unos moldes, forzosamente estrechos de conducta de un determinado grupo. Hay que
admitir que el joven pueda evolucionar haciendo innovaciones y saltándose
ciertas barreras anteriormente vigentes. En esta perspectiva, la educación se
nos presenta menos como un intento de modelar la juventud conforme a unas
normas establecidas que como una ayuda que la sociedad concede al joven
para que éste sea capaz de superar el modelo imperfecto y limitado que aquella le ofrece.
Hay que enseñar o mejor capacitar a los niños para vivir en un mundo de
nuevas dimensiones, siempre cambiantes, que contrasta enormemente con el
pasado, ya que durante muchos siglos todo consistía en impregnarse de las tradiciones sobre las que reposaba el fundamento de una sociedad estática.
La educación es un proceso que hace relación directa a los aspectos específicamente humanos del hombre. Educar es ayudar al desarrollo y afirmación
del carácter propio en la humanidad y en cada hombre.
Ahora bien, si la educación es un proceso perfectivo ordenado directamente
a la realización del hombre como hombre, no es menos cierto, que el fin de la
educación ha de ser congruente con el fin último del hombre. Esto no implica
confusión, sino ordenamiento y jerarquización de fines.
Partimos de una lúcida declaración del Concilio Vaticano II, en la que se
afirma la educación integral como consecuencia lógica de la realidad unitaria,
dentro de su complejidad, de la persona.
He aquí sus palabras:
“Una educación que responde al propio fin, al propio carácter, al diferente
sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y al mismo
5
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 6
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
tiempo esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos, a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz. Mas la verdadera educación
se propone la formación de la persona humana en orden a su fin último y al
bien de las sociedades, de las que el hombre es miembro” (GEM, nº 1).
No es posible dicotomizar la persona humana; y por consiguiente, tampoco la acción educativa. Proponer una educación de la fe fuera de un proceso
integrador que promueva la formación total de la persona, es condenarnos a
una religiosidad exotérica. Y, por supuesto, desconocer la ley más fecunda de
la catequesis cristiana: La Ley de la Encarnación.
Los principios modernos de la educación son los supuestos básicos y necesarios para una recta pedagogía de la fe, aunque esta tenga su propia originalidad.
PARA RECORDAR Y ACTUAR
Los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española, fieles al mandato del Señor, servidores del Evangelio
en esta hora de la Iglesia, y deseando ardientemente ofrecer
orientaciones adecuadas para coordinar la transmisión de la
fe, buscamos y queremos ayudar a los padres de familia en su
difícil y hermosa responsabilidad de educar a sus hijos; a los
sacerdotes y catequistas en las parroquias en la paciente y
apasionante misión de iniciar en la fe a las nuevas generaciones de cristianos; así como a los profesores de religión en
los centros de enseñanza, estatales y de iniciativa social, católicos o civiles, preocupados y entregados a la noble tarea de
formación de niños y jóvenes. (nº6).
6
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 7
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
II. EDUCACION CRISTIANA
El hombre puede ser educado a cualquier edad y hasta necesitará serlo; pero
el periodo normal de la educación es el tiempo de la infancia y adolescencia.
La obra educadora se ejerce sobre el hombre y más en concreto sobre el niño
y el adolescente.
Muchas veces al hablar de educación cristiana pensamos en la escuela católica. Sin embargo este punto de vista es demasiado restringido. Cuando se
habla de educación cristiana se habla de la formación completa del hombre
tanto desde el aspecto individual como del aspecto social, tanto a la luz de la
razón y de la ciencia, como a la luz de la fe; tanto por la relación con la ciudad
terrena como por la relación con el reino de los cielos.
Por tanto todos los niños cristianos tienen derecho a una educación cristiana
y no solamente aquellos que asisten a las escuelas católicas.
Además, cualquiera que sea la importancia de la escuela y su finalidad casi
insustituible en la educación, no puede, por si sola formar a los niños completamente tanto si se trata de una escuela católica como de una escuela no
católica.
Otros confunden la educación cristiana con la enseñanza religiosa; ciertamente la enseñanza religiosa es muy importante indispensable, pero la educación cristiana no es solamente una enseñanza sino que debe llenar toda la vida
humana, puesto que es por medio de sus actividades, religiosas y profanas
como el hombre debe acomodarse a Cristo según la voluntad de Dios.
Por consiguiente, no se puede tener la conciencia tranquila por el solo hecho
de mandar a los niños a una escuela católica o de mandarlos al catecismo. La
educación cristiana es mucho más amplia.
El papel de la educación cristiana no se puede reducir a simple servidora de
la educación humana o bien de situarla a nivel de educación humana.
En realidad la educación cristiana no solo no está a nivel de la educación humana, sino que la comprende completamente. La purifica y la vivifica a la vez
7
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 8
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
que le proporciona un precioso apoyó. Además la educación cristiana aventaja
a la educación humana dando al hombre una nueva manera de relacionarse con
Dios y con los otros hombres y orientándolos hacia Dios y su Reino.
El Concilio ha descrito la educación cristiana de esta manera: "Esta educación no busca solamente la madurez de la persona humana anteriormente descrita, sino que pretende principalmente que los bautizados, introducidos
gradualmente en el Misterio de la Salvación, sean cada día más conscientes del
Don de la fe en que han recibido: que aprendan a adorar a Dios Padre en espíritu y verdad (Juan 4,23) sobre todo en el culto litúrgico, que se forma de
manera que lleven su propia vida según el hombre nuevo dentro de una justicia y de una santidad verdaderas (Efes, 4,22-24) y que así llegando al hombre
perfecto en la edad de la plenitud de Cristo (Efes,4,13) aporten su contribución al crecimiento del Cuerpo Místico".
El objetivo de la educación en general es la formación de la persona humana.
Por tanto no se trata de hacer al hombre capaz de producir más o de consumir más. Se trata de ayudarle a ser más hombre, más persona. Por eso hemos
de tener un concepto muy claro de la vocación del hombre, de su destino, de
su origen, de su misión, etc. si no queremos errar en nuestro papel de educadores. "Es fácil la tentación de no reconocer a la persona humana como valor
fundamental y supremo, en una sociedad en la que la búsqueda predominante
del poseer se convierte en un obstáculo para el ser". La educación cristiana tal
y como nos la describe el Concilio, se polariza, toda ella en torno al conocimiento del hombre del mundo y de Dios. Por tanto nos equivocaríamos si
pensáramos que la educación cristiana ha de estar separada de la educación
humana. En realidad educación humana y educación cristiana son una misma
cosa y convergen en este humanismo pleno que Pablo VI ha descrito en su encíclica Populorum Progressio, n. 19.
Si queremos un mundo más humano, es necesario buscar una educación
orientada a la formación de hombres conscientes, responsables, libres, capaces de
dialogar, dispuestos a construir convivencia humana sobre la base del respeto
mutuo a los derechos y deberes de la persona humana. (Cf. Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, La Iglesia y la educación en España hoy, 1969).
8
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 9
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Todos los cristianos por el hecho de su bautismo tienen derecho a una educación cristiana. Este derecho impone un deber a toda la Iglesia. Efectivamente,
ella está obligada como madre a asegurar la educación que impregnara toda su
vida del espíritu de Cristo. El Papa Francisco nos ha dicho en la Jornada Mundial de la Juventud: “Ayudemos a nuestros jóvenes a redescubrir el valor y la
alegría de la fe, la alegría de ser amados personalmente por Dios. Educarlos en
la misión, a salir, a ponerse en marcha, a ser callejeros de la fe. Así hizo Jesús
con sus discípulos: no los mantuvo pegados a él como la gallina con los pollitos; los envió. No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, en nuestra institución parroquial o en nuestra institución
diocesana, cuando tantas personas están esperando el Evangelio. Salir, enviados. No es un simple abrir la puerta para que vengan, para acoger, sino salir por
la puerta para buscar y encontrar. Pensemos con decisión en la pastoral desde
la periferia, comenzando por los que están más alejados, los que no suelen frecuentar la parroquia. Ellos son los invitados a la mesa del Señor.”
PARA RECORDAR Y ACTUAR
La Iglesia, consciente en todo momento de su misión
de anunciar el Evangelio, ha considerado siempre la formación de los fieles como una de sus tareas esenciales. Hoy,
atenta a dicha misión y dadas las circunstancias socioculturales, donde todo cambia con vertiginosa rapidez y donde
la fe de los creyentes se encuentra acosada y contrastada por
tantos interrogantes, la Iglesia ofrece, también, su regazo
de madre y maestra al servicio de la educación integral del
hombre.(nº3)
9
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 10
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
III. LA FAMILIA
Los padres ocupan un lugar primordial en la educación humana y cristiana
de sus hijos, estos son la prolongación de los padres, que al asumir la responsabilidad de engendrar un hijo, asumen, al mismo tiempo, la de su educación.
El Concilio Vaticano II ha dicho de una manera genérica: “los padres, porque
han dado la vida a sus hijos, tienen la grave obligación de educarlos, y por este
motivo deben ser reconocidos como sus primeros y principales educadores.
Este deber de la educación familiar es de tanta trascendencia que cuando falta
difícilmente puede suplirse” (Declaración Gravissimum Educationis, 3)
La primera comunidad donde se desenvuelve la vida del niño es la familia
y en este medio ambiente que le rodea el pequeño es como una cera blanda
donde se graban con facilidad toda clase de impresiones. El niño parece absorber, inconscientemente, —en el primer año de su existencia— todo lo que
tiene a su alrededor, no ya con su mente, sino con su vida. Es decir, el niño inconscientemente adquiere el “mundo entero”; después todo este mundo irá
pasando del inconsciente al consciente.
Con frecuencia los padres son víctimas de un defecto. Se preocupan ante
todo del desarrollo físico y fisiológico de sus hijos; el cultural va quedando
para el maestro a medida que avanza en edad y en cuanto a la maduración espiritual quizás se deje prácticamente “a la Iglesia” (entendiendo por tal, a los
sacerdotes y religiosos). Se trata de un error grave pues, en tal caso, lo religioso
suele quedar en la vida como algo postizo para siempre.
Sin embargo, la génesis de crecimiento del hombre forma una unidad en la
vertiente humana y en la religiosa, o mejor, es la misma porque no crecen por
caminos distintos. El medio normal en donde se realiza este crecimiento del ser
humano es el hogar. Por tanto, es misión de la familia, de los padres, ser los primeros educadores en la fe. “Corresponde a los padres crear en la familia un ambiente animado por el amor y la piedad hacia Dios y hacia los hombres que
favorezca la educación íntegra, personal y social de los hijos” (Ídem.)
Siempre ha sido relevante anunciar con esmero y vigor el evangelio de la familia. Hoy es más urgente. Nuestro pueblo aprecia mucho a la familia. Los
10
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 11
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
jóvenes la valoran y desean crear una familia, a pesar de las dificultades. Aunque hay voces empeñadas en desfigurar la realidad misma del matrimonio, creemos que, ser esposo y esposa, padre y madre, es algo imprescindible para
formar un hogar sobre el quicio del matrimonio.
Ya, en los primeros momentos del cristianismo, la familia aparece como trasmisora de la fe de los padres, así como en algunos países donde los sistemas de ideología totalitaria prohibían toda creencia religiosa. De manera que la transmisión
de la fe se hacía en la familia, lugar idóneo e íntimo para acoger a los hijos cuidar
de la salud corporal y espiritual, ámbito de la ecología humana, santuario de vida
y esperanza de la sociedad. Una comunidad creyente y evangelizadora pasa por la
familia como institución básica para trasmitir la fe. Como ha dicho el papa Benedicto XVI, “la familia cristiana tiene, hoy más que nunca, una misión nobilísima e ineludible, como es trasmitir la fe, que implica la entrega a Jesucristo,
muerto y resucitado y la inserción en la comunidad eclesial”.
Si la transmisión de la fe encuentra en la familia un entramado de comunicación y afecto que permite hacerla vida, es ella el ámbito de relaciones personales donde se produce el despertar religioso que tan difícilmente se logra en
otros ámbitos. Es, asimismo, lugar privilegiado para aprender la oración: en la
familia, la plegaria se une a los acontecimientos de la vida, ordinarios y especiales; la oración familiar representa el germen del diálogo de cada persona con
Dios; el seno de la familia es el primer lugar natural para la preparación de los
Sacramentos. Las primeras oraciones se aprenden en la vida de familia
Los padres son los primeros educadores y evangelizadores de los hijos. Por ello,
en virtud del sacramento del matrimonio están llamados a ser los primeros responsables de la transmisión de la fe a sus hijos. Es más, rezando con los hijos, dedicándose con ellos a la lectura de la Palabra de Dios e introduciéndose en la
intimidad del Cuerpo- eucarístico y eclesial- de Cristo mediante la iniciación cristiana, llegan a ser plenamente padres, es decir, engendradores no sólo de vida corporal, sino también de aquella que, mediante la renovación del Espíritu brota de
la Cruz y Resurrección de Cristo. En muchos casos las familias no tienen vigor
ni autenticidad religiosa para educar cristianamente a sus hijos mediante la experiencia doméstica compartida de una vida cristiana efectiva, con hechos, símbolos y prácticas religiosas. No se vive en un mundo iluminado y transformado
11
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 12
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
por la presencia de un Dios creído. Donde no hay fe efectiva ya no es posible
ayudar a los niños y jóvenes a desarrollarse, a crecer y vivir como cristianos. Y sin
embargo, una buena pedagogía de la fe, nos dice que como mejor se aprende a
creer en Dios es conviviendo y practicando las manifestaciones de la fe con personas creyentes que nos inspiren admiración y confianza. Por eso, para un niño
o para un joven, no hay mejor forma de aprender a vivir como cristiano que practicando la fe con sus padres. En los años de la infancia quien mejor puede influir
es la madre, en los años de adolescencia y juventud es necesario que se sume el
ejemplo y la influencia del padre, abuelos, de otros familiares, de los amigos de
la familia. Se aprende a creer viviendo con quienes creen. Eso no se puede hacer
en ninguna parte como en la propia familia.
Lo que ha ocurrido es que en algún tiempo la Pastoral no se ocupó de
las familias, al preferir la parroquia asumiera la tarea de catequista y de educadora. Hoy la Pastoral se dirige a la familia tanto para prepararla a cumplir con
sus funciones educadoras como para asistirla en su obra de iniciación catequística del niño y solicitar finalmente su colaboración de apoyo en la acción
catequística de la Iglesia durante los años consecutivos a la primera infancia.
La función que tiene la familia es insustituible.
PARA RECORDAR Y ACTUAR
La fe necesita un clima y, para la gran mayoría, la familia es
el ámbito en el que las complejas relaciones, que establecemos
en la vida cotidiana, afectan a lo más profundo de nuestra persona, porque tocan directamente lo más íntimo de nosotros
mismos. Los valores más profundos y los bienes más valiosos
los compartimos en el marco de la vida familiar. Es ahí donde
estamos llamados a compartir el tesoro de la fe. Muchos podemos afirmar que en nuestra familia aprendimos a rezar y a fiarnos de Dios. Hoy es necesario, antes que nada, cuidar en las
familias el despertar religioso de los hijos y acompañar adecuadamente los pasos sucesivos del crecimiento de la fe.(nº 40)
12
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 13
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
IV. PADRES CREYENTES
La fe es una respuesta del hombre hacia ese Dios que se hace presente en su
vida. Dios se hace presente en nuestra vida y busca no solamente hacerse conocer, sino que también espera una respuesta. Quiere establecer con el hombre un pacto, una alianza. Esto implica dos cosas: conocimiento y comunión.
En el caso de la familia, el papel tremendo del padre y de la madre creyente es
tomar a Dios (dicho de manera gráfica) de la mano para enfrentarlo, para revelarlo al hijo. Eso en ellos implica conocimiento. Pero, ¿Cómo puedo yo revelar a otra persona -en este caso al niño- a alguien que yo no conozco?. O lo
que sería más grave podría revelarlo de una manera deformada.
La paternidad de Dios se cumple para el niño por la paternidad humana.
Al descubrir el niño que es amado por su padre y su madre, descubre que es
amado por Dios, porque el rostro de Dios es para él como el de un padre. La
experiencia fundamental del niño que se sabe envuelto de ternura por sus padres, que se siente protegido por ellos y que experimenta la facilidad de vivir
bajo su mirada es una prefiguración del acceso a Dios.
En una encuesta que se hizo sobre el sentido de Dios a niños entre los cinco
y diez años, se les preguntaba. ¿Quién se parece más a Dios tu papá o tu mamá?
Algunos respondieron:
– “Mamá, porque las madres suelen perdonar las trastadas igual que Dios
perdona los pecados”.
– “Mamá, porque es más buena y más cariñosa”.
– “Los dos, papá y mamá, se parecen a Dios en la bondad, en el cuidado
y en el cariño”.
– “Los dos son muy buenos, igual que Dios”.
Hay algo muy positivo en estas respuestas: para todos estos niños nombrarles a Dios es hablarles de cariño, bondad y ternura.
Tienen que ser los padres los que ayuden al niño a penetrar en el misterio
de Dios. Es para el niño un momento de felicidad el sentirse amado por sus
padres que le sonríen y le rodean.
13
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 14
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Un día fue porque, al sentir un miedo horrible, se encontró levantado por
los brazos de su padre. Otro día, recibió un regalo que esperaba con ilusión…
Cada una de estas ocasiones va revelando al niño algún aspecto de la bondad
de Dios o de su grandeza. El Dios que crea y salva se expresará por tanto, a través de los padres. Así, pronto el niño será capaz de adivinar su presencia velada,
incluso en la misma corrección hecha con cariño.
En cambio, muchos de los niños que no han vivido una experiencia profunda de amor filial, sólo podrán comprender a través de la inteligencia y de
la memoria el “Padre nuestro”.
Para el niño que recibe toda la fortuna de la tierra y del cielo en el amor de
sus padres, cotidianamente inclinada sobre él.
El niño será llevado hacia Dios a partir de las realidades familiares y de los
gestos cotidianos. La catequesis familiar no es sólo transmisión vocal de conocimientos, es más bien toda una vida que se desarrolla en torno al niño. La
catequesis familiar conduce toda la vivencia de un hogar.
Si nosotros mirásemos hacia atrás, recordaríamos que en casa no se habló
mucho, que no hubo grandes discursos teológicos, pero sí descubrimos una
serie de actitudes constantes. Podemos decir en muchos casos que hemos visto
a un hombre y una mujer que en los altos y bajos de la vida, en las alegrías y
las penas, en la salud y la enfermedad siempre mantuvieron un valor que estaba por encima de las contingencias, un valor que lo penetraba todo, que era
Dios. Eso se grabó profundamente en nuestras almas de hombres. Hoy quizá
podemos verlo objetivamente. Y todo esto puede suceder en hogares sencillos,
muy modestos y hasta sin instrucción.
Esta es la mejor catequesis en la primera infancia, decisiva desde el punto
de vista pedagógico- religioso y de difícil acceso para el sacerdote
La función de la familia en la pastoral de la Iglesia es insustituible. Fruto de
esta pastoral doméstica sería el incremento de aquellas vocaciones que hoy
tanto nos preocupan: sacerdotes, catequistas, maestros cristianos, religiosas...
y el comienzo de una auténtica catequesis de adultos.
14
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 15
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Los padres cristianos deben superar posibles complejos de inferioridad en
relación con la educación religiosa y cristiana de sus hijos y convencerse de
que no necesitan especiales conocimientos teológicos, sino asumir sencilla y
confiadamente los dones sacramentales y de la gracia que derivan de su matrimonio.
De ahí que nunca se subrayará con suficiente énfasis que la preocupación
pastoral del sacerdote por la familia es hoy el elemento más importante de una
pastoral de acuerdo con la época. Fruto de esta pastoral doméstica sería el incremento de aquellas vocaciones cuya falta hoy tanto nos preocupa: sacerdotes, catequistas, maestros cristianos, etc. Y sobre todo la organización de una
auténtica catequesis de adultos.
PARA RECORDAR Y ACTUAR
Los padres son los principales y primeros educadores. Ellos
son el espejo en el que se miran los niños y adolescentes. Ellos
son los testigos de la verdad, el bien y el amor; de ahí su gran responsabilidad en el crecimiento armónico de sus hijos. La iniciación en la fe cristiana es recibida por los hijos como la
transmisión de un tesoro que sus padres les entregan, y de un
misterio que progresivamente van reconociendo como suyo y
muy valioso. Los padres son maestros porque son testimonio
vivo de un amor que busca siempre lo mejor para sus hijos, fiel
reflejo del amor que Dios siente por ellos. La familia cristiana se
constituye así en ámbito privilegiado donde el niño se abre al
misterio de la trascendencia, se inicia en el conocimiento de
Dios, comienza a acoger su Palabra y a reconocer las formas de
vida de los que creen en Jesús y forman la Iglesia. (nº 41)
15
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:42 Página 16
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
V. PADRES NO PRACTICANTES
Según el “Ritual del bautismo de niños” a esto se comprometen los padres al pedir el bautizo para sus hijos: “educarlos en la fe para que guardando
los mandamientos amen Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el
Evangelio".
Esto es lo que prometen al renovar las promesas de su propio Bautismo esforzarse “en educarlos en la fe de tal manera que esta vida divina quede preservada del pecado y crezca en ello: de día en día. Y cuando se le entrega el cirio
pascual con la luz de Cristo, el celebrante les recuerda. "A vosotros padres y padrinos se os confía acrecentar esta luz. Que vuestros hijos, iluminados por
Cristo, caminen siempre como hijos de la luz. Y perseverando en la fe puedan
salir con todos los santos al encuentro del Señor”. Y por último en la bendición de despedida reciben gracia especial para ser “los primeros que de palabra y de obra, den testimonio de la fe ante sus hijos, en Jesucristo nuestro
Señor”. Hay muchas familias que más o menos conscientemente han renunciado a su derecho y a su deber de primera educadora de los hijos. De ahí resulta que las instituciones siguientes la parroquia la escuela se resienten del
malestar producido por la falta de las intervenciones educativas familiares a su
debido tiempo que son luego, sin duda de ningún género, insustituibles en las
fases evolutivas consiguientes. "Lo que la familia no ha hecho es difícil lograrlo
en otras instituciones.
Unas familias no están capacitadas para cumplir su misión pedagógica.
Otras viven apartadas de la comunidad parroquial, de la vida sacramental y litúrgica. Con estas familias conviene adoptar una línea pastoral hecha a base de
diálogo, de proximidad, de etapas, para así ayudando poco a poco a los padres
a comprender, en primer lugar, el alcance de toda educación humana y moral
abrirse poco a poco a las dimensiones de una educación positivamente religiosa.
Son familias a menudo pobres de medios de expresión y poca frecuencia
obstaculizadas con preocupaciones materiales. Reclaman de verdad un apoyo
de la comunidad cristiana. Con ellas hay que realizar una verdadera evangelización.
16
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 17
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Si los padres no estuvieran preparados, es preciso desarrollar toda una pastoral familiar en este sentido con ocasión de la celebración, del matrimonio,
de la administración del bautismo, de la admisión de los niños a la catequesis,
de la primera comunión, etc.
Si los padres viven alejados de toda práctica religiosa al margen de la vida
de la Iglesia, es especialmente necesaria la presencia de militantes cristianos, y
de hogares cristianos, en la catequización, que de alguna manera supla las deficiencias que el bautizado encuentre en su familia y que, en la medida de lo
posible, ayuden discretamente a los padres a una evolución positiva.
En estos casos la clase de religión podría ayudar en la educación de la fe
porque si los padres no se oponen a la enseñanza religiosa de sus hijos no por
ello se lesiona la libertad religiosa, aunque por supuesto no la profesan de una
manera consciente y explícita.
PARA RECORDAR Y ACTUAR
Es muy frecuente la petición del Bautismo para sus hijos
por parte de padres que no cumplen habitualmente los preceptos de la Iglesia, sin que esto signifique un rechazo explícito de ella. Esta actitud es, las más de las veces,
consecuencia de un ambiente descreído o religiosamente indiferente, de dejadez o falta de formación cristiana. En estos
casos, el sacerdote, en el clima de un dialogo comprensivo,
procurará despertar en esas personas su sentido de responsabilidad hasta que den una esperanza firme de que la educación cristiana de sus hijos quede asegurada. (Directorio
Diocesano n 42)
17
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 18
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
VI. PADRES NO CREYENTES
Los padres al engendrar a sus hijos contraen la obligación de educarlos en condiciones de afrontar la vida a su debido tiempo. Son responsables de la educación
de sus hijos. La razón de la educación es asegurar el progreso del linaje humano por
medio de la transmisión de lo mejor que tienen los padres. El fin de la educación es
hacer que los hijos, a su debido tiempo, puedan desarrollar progresivamente su ser
de hombres y personas. Este deber y derecho de los padres con relación a la educación de los hijos no se basa solamente en el hecho de que sobre ellos recae primordialmente la responsabilidad en tan importante cuestión, sino sobre todo en la
necesidad que tienen los hijos de recibir la educación precisamente de sus padres y
en que nada pueda reemplazar esta educación.
Por tanto, puede ocurrir que existan padres que no están bautizados, que no son
católicos, pero sus hijos no pueden ser “arreligiosos”. Tienen derecho a una formación religiosa. La que sea. No se puede caer en un indiferentismo religioso. El silencio muchas veces no es imparcial. La Iglesia católica siempre ha respetado este derecho
de los padres y por eso permite que los niños sean bautizados cuando sus padres los
presentan al bautismo y prohíbe que sean bautizados los hijos de no católicos sin el
conocimiento de sus padres. Este respeto de la Iglesia ha sido tan grande que aún en
los Estados oficialmente católicos, incluso en los Estados pontificios, siempre ha respetado ese derecho de los padres.
En la edad media se planteó esta misma cuestión referida a los judíos. Nunca
admitió la Iglesia que se sustrajeran los niños judíos a sus padres para educarlos en
la fe cristiana. Dejaban deliberadamente a esos niños en una situación que juzgaban “desgraciada”, sin tener ellos la menor culpa, porque el derecho natural de los
padres a educar a sus hijos les parecía intangible.
El hombre en el orden moral está obligado a seguir el dictamen de su conciencia. Y seguir el dictamen de la conciencia, en cuanto a la religión, significa que
el hombre tiene obligación moral de practicar aquella religión de cuya verdad se
está convencido, y que cumple con esta obligación, al buscar sinceramente la verdad en materia religiosa.
Por eso para los hijos de los padres no católicos que desean que no se dé a sus
hijos una enseñanza religiosa católica, el Estado debe ofrecer legalmente la posibilidad concreta de satisfacer este derecho. La legislación civil sobre esta materia se
debe orientar hacia la aplicación de la doctrina conciliar sobre libertad religiosa a
18
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 19
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
la situación española. Por eso ningún cristiano en edad escolar, perteneciente a confesiones religiosas distinta a la católica, debería estar privado de educación religiosa
de acuerdo con la fe de sus padres. Las dificultades que se presentan en circunstancias concretas, como en nuestro país, donde el número de otras confesiones cristianas es escaso, deberían ser resueltas en cada caso de una manera constructiva. En general, la Iglesia, como comunidad misionera, ha de optar por una línea
pastoral a base de diálogo y de contactos muy personales con estas familias. Es muy
importante el prestar atención a las realidades de la vida familiar, a los valores propios que subsisten en todo hogar sea cual fuere su postura respecto de la fe. Existe,
en este ámbito, todo lo que se ha llamado una “pedagogía del umbral” o preliminar que obliga a los catequistas y sacerdotes a una constante revisión de sus actitudes con las familias y alienta la tarea, por parte de todos, de suscitar militantes
cristianos.
No debemos olvidar que la inhibición de los padres en la educación de sus hijos
crea una familia sin alma. Muchas veces se pasa de la fe cristiana como obligación
a la marginación de una educación fundada en los principios cristianos. La felicidad de las personas, y por tanto de los hijos, guarda una relación intrínseca con el
verdadero amor familiar porque está ligada a la realización de la persona, al logro
de su plenitud. PARA RECORDAR Y ACTUAR
La concesión del Bautismo, en estas circunstancias raras y
extremas, impone un examen muy exigente de los motivos de
la petición y de las garantías de una futura educación de los
hijos en la fe. En estos casos, se tendrán particularmente presentes las cualidades de quienes hayan de ser elegidos como padrinos. Puede ayudar a los párrocos en su discernimiento que
los padres hagan las promesas por escrito. Sólo si se garantiza sólidamente la futura educación cristiana de los niños se podrá
acceder a la petición. En todos los casos descritos, el párroco
habrá de tener muy en cuenta si los abuelos o algún otro pariente podrán cumplir el deber de educar cristianamente al niño
y se comprometen a ello. (Directorio Diocesano nº 45 y 46)
19
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 20
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
VII. PARROQUIA Y CATEQUESIS
La fe ha de ser uno de los aglutinantes principales merced de los cuales la
parroquia se constituye en comunidad. Al hablar de la vida comunitaria en la
parroquia se excluye toda concepción meramente material, jurídica o burocrática de la parroquia. Evidentemente, esta no es el edificio de piedras ni el
simple territorio, ni siquiera una especie de oficina para servicios religiosos. Es
una realidad humana, comunidad viva por el espíritu, célula activa del Cuerpo
místico de Cristo; es la presencia de la Iglesia operante en medio del pueblo fiel
y por otro lado, la presencia de Jesús con la plenitud de su función salvadora.
La primera dimensión de la comunidad cristiana vital sabemos que es la fe.
La parroquia recibe y proclama la Palabra de Dios y da testimonio de ella
en la vida cotidiana. Con la colaboración de muchos se ha de lograr que la Palabra llegue a todos los fieles con su poder salvador, de modo que la comunidad crezca en Cristo fundada en la fe, en la esperanza y en la caridad.
Toda comunidad cristiana de cualquier tipo como célula del pueblo de Dios
y por consiguiente partícipe de la función profética de Cristo está llamada a realizar la comunidad de fe: vivir unida en la fe, profesarla delante de los demás,
no solo individualmente, sino también comunitariamente. No se puede hablar
de comunidad cristiana donde no existe la fe cristiana como base de entendimiento de sus miembros. En el hombre existe espontáneamente un cierto
grado de religiosidad mas para la comunidad cristiana es preciso que todos
den un paso interior a la virtud teologal de la fe.
La catequesis no solo debe tratar de inculcar un acto de fe desvinculado de
la vida, sino un espíritu de fe que haga que la comunidad y sus miembros vean
y resuelvan los problemas bajo aquella luz.
Así como la fe para nacer, tiene necesidad de que se presente un objeto Jesús- por medio de la predicación, del mismo modo no puede mantenerse y
crecer si no tiene siempre presente el mismo objeto; permanece estéril si la Palabra de Dios no es continuamente anunciada de nuevo a los que ya han creído. Todos tienen derecho a encontrar en boca de los sacerdotes la Palabra de
Dios vivo corroborada en el buen ejemplo que anima y arrastra. Palabra eterna
20
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 21
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
y a la vez adaptada al tiempo actual, aplicada a las circunstancias y a los problemas de la comunidad.
La parroquia vivirá así en una santa unión de ideales y de intentos, reflejándose el único magisterio en todos los ambientes particulares, especialmente
con la intervención de los seglares. Podría decirse que los pobres y los más débiles, cuya evangelización se muestra como signo de la época mesiánica tienen
especial derecho a ello.
Para esto ayudará en gran manera la catequesis parroquial de niños y adultos.
Es la acción normal de la Iglesia para continuar hasta la muerte la educación
cristiana de sus hijos que ha de asegurarse a toda costa. Con los niños será una
catequesis especialmente de iniciación para preparar a los sacramentos llamados
precisamente de iniciación. La catequesis que debe ser bíblica y litúrgica que no
se dirija solo a la cabeza, sino también al corazón; mejor aún, al hombre entero.
No es una escuela donde predomina la información más bien que la vida, sino
que es la transmisión de la verdad de Dios, para transformar con la palabra la vida
en Cristo; no es la comunicación de un simple conocimiento ni de una simple
vida sino que lo es de un conocimiento que lo vivifica.
La función propia de la catequesis parroquial será: «Iniciar en la vida litúrgica,
integrar en las celebraciones, manifestar la unión de todos en la fe y en la Eucaristía mediante las obras de caridad, de servicio de unos a otros y el esfuerzo por
realizar una verdadera comunidad eclesial y plural. La catequesis parroquial ayudará al descubrimiento de una Iglesia ministerial y al servicio de la militancia cristiana. El impulso evangelizador de la parroquia no puede olvidar la educación
de la fe y la catequización de la muchedumbre de los cristianos. A todos ellos se
dirigirá una catequesis menos explícita y sistemática, que se desarrolla ordinariamente por cauces ocasionales. Entre estos cauces destacan las catequesis preparatorias para la recepción de los sacramentos (matrimonio, bautismo, etc.),
los tiempos fuertes del año litúrgico, la homilía dominical» (CC 270).
El catecismo “Jesús es el Señor” ha de ayudar a los niños a incorporarse
poco a poco a las formas de vida comunitaria que tengan como punto de convergencia la fe común. Conviene recordar que estas formas de vida comunitaria cristiana son manifestaciones concretas de la iglesia Universal, Para la
21
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 22
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
educación de la fe es de suma importancia que estas formas de vida cristiana
comunitaria ofrezcan signos tangibles de fe y caridad. La razón profunda es
que la revelación del misterio de Cristo a los hombres se realiza hoy mas quizás que en otro tiempo, a través de la vida concreta de la comunidad cristiana:
El anuncio del misterio de Cristo es una explicitación de las signos litúrgicos
y de los signos de caridad fraterna y de fe de la comunidad de discípulos de Jesucristo, presidida por los sucesores de los apóstoles.
Por eso en aquellos ambientes descristianizados la iniciación eclesial exigiría una pedagogía de estilo especial que ayude a los niños a descubrir la vida
de la Iglesia en sus signos, es decir a partir de ese conjunto de realidades espirituales (fiestas, acontecimientos de actualidad religiosas, virtudes morales, costumbres familiares), que permanecen impregnada de una cierta tradición
cristiana; ésta aunque parezca anclada en otro tiempo, dará sin embargo mordiente a la atención y a la reflexión que el catequista intenta suscitar.
Todos tenemos experiencia de esta dificultad: trasladar a la vida cotidiana de
los niños las grandes actitudes religiosas y los grandes ejes de vida espiritual que
nos esforzamos por darle en la catequesis. Pero la preocupación debe ser constante en nosotros para lograr superar en el niño un formulismo exterior y para
incorporar todo el Evangelio. Por eso son muy necesarios estos seglares que durante algunas horas a la semana ofrecen su colaboración como catequistas. Están
al servicio de la comunidad cristiana y por tanto deben trabajar en unión con los
sacerdotes de la catequesis asociados a sus preocupaciones pastorales.
Al mismo tiempo su acción catequista debe ser estrechamente relacionada
con los padres de familia y con el maestro.
Frecuentemente la catequización en ambientes descristianizados lleva consigo una, acción apostólica con los padres de los niños.
Es deseable que estos catequistas pertenezcan al mismo ambiente de los
niños a quienes pretenden educar en la fe.
Y aunque todos los cristianos están llamados a procurar difundir su fe no
todos tienen las cualidades necesarias para la acción catequística sobre todo
con los niños.
22
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 23
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Por eso será preciso despertar estas vocaciones, descubrirlas. En una comunidad cristiana no pueden faltar las vocaciones necesarias para realizar la educación de la fe de las nuevas generaciones. Una comunidad cristiana en la que
faltaran vocaciones para la catequesis mostraría con ello una vida de fe muy escasa. Toda comunidad cristiana es responsable de educar en la fe a los hijos
que ella engendra en el bautismo. Pero no basta con poseer este fundamento
vocacional, es preciso dar a los catequistas una formación específica.
El Concilio señala a los obispos el deber de vigilar para la catequización se
sujete a los métodos convenientes a las edades y condición de los oyentes y
sobre todo que el contenido de la enseñanza inspire y fundamente en la Sagrada Escritura, la tradición, la liturgia, el magisterio y la vida de la Iglesia.
Procurar además que los catequistas se preparen debidamente para este menester de suerte que conozcan totalmente la doctrina de la Iglesia y aprendan
técnica y prácticamente las leyes psicológicas y las disciplinas pedagógicas.
Por supuesto esta formación no puede ser igual para un catequista auxiliar
que para un maestro o un padre de familia, pero sí debe procurar que llegue a
poseer los conocimientos indispensables para construir su propia fe de adultos de un modo vital.
Finalmente, la parroquia como institución de la Iglesia podría disponer y
organizar un “catecumenado” en donde todos los bautizados, sin necesidad de
pertenecer a asociación alguna, puedan encontrar todo lo necesario para llegar
a una fe adulta mediante el cultivo y desarrollo de la semilla bautismal. Esta
experiencia también podría hacerse con la que se prepara para recibir el sacramento de la confirmación, sobre todo si son adultos.
Conviene aquí recordar las tres palabras claves del Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro: Vayan sin miedo, para servir.
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos.
El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos
parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca
a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
23
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 24
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos
guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús
no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre.
Y sin miedo cuando vamos “Para servir”. Es la clave para acertar en la vida.
Nadie puede ser feliz en el egoísmo, encerrándose en sí mismo. Nuestras parroquias se convertirán así en parroquias misioneras. De muchas maneras nos
lo está diciendo el Papa: “La Iglesia no puede quedarse mirándose al ombligo”
“No hay que balconear” sino “callejear”. Hay que hacer entre todos la gran revelación del amor. En la participación de la eucaristía dominical encontraremos la fuerza necesaria para llevar el evangelio a todas las gentes.
PARA RECORDAR Y ACTUAR
“En la situación actual, todo el proceso de iniciación cristiana exige una atenta reflexión sobre su significado y su
forma de realización. A este respecto, valoramos la renovación catequética en nuestra Iglesia que, a pesar de lagunas y
deficiencias que hay que subsanar, va dando frutos positivos.
Estos frutos se notan de modo significativo en la catequesis
parroquial, a la que nos referimos aquí como servicio a la
transmisión de la fe. Más aún, en el proyecto que nos ocupa,
dicha catequesis tiene un papel fundamental, además de la
dimensión educativa que conllevan la liturgia y las otras acciones eclesiales”. (nº57)
24
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 25
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
VIII. LA CLASE DE RELIGIÓN
La enseñanza de la religión en la escuela no es un privilegio de la Iglesia
Católica en el marco escolar. Cuando el Estado garantiza la enseñanza de la religión y moral confesional en la escuela cumple sencillamente con su deber; y
fallaría en ese mismo deber para con los ciudadanos - y por tanto para con la
sociedad- si no propiciase el libre y pleno ejercicio de este derecho o no posibilitase de manera suficiente su adecuado desarrollo. En estos momentos, es
preciso reconocerlo, el ejercicio de este derecho está reconocido y amparado,
aunque todavía no de manera enteramente satisfactoria. La enseñanza religiosa
se ofrece a todos y en todos los centros pero no se impone a nadie; en los centros confesionales católicos la enseñanza de la religión y moral católica es obligatoria para todos los alumnos, dado que forma parte sustancial de su carácter
propio, y su proyecto educativo quedaría mutilado sin la enseñanza de la religión y moral católica.
Los padres y los alumnos habrán de defender y reclamar este derecho que
les asiste. Defenderlo y reclamar que se cumpla en todas sus exigencias, en
equiparación al resto de las otras áreas de aprendizaje o disciplinas fundamentales, es defender, en su raíz misma, el ejercicio de las libertades fundamentales. Inhibirse o no reclamar todo lo legítimamente exigible en este terreno, vale
tanto como dejar libre el camino al recorte de otras libertades y a la desmoralización de la sociedad. Para los católicos, es un deber muy serio y una necesidad grande la formación religiosa y moral en los centros escolares, en los que
se forma el hombre y la sociedad de mañana.
Donde sea posible hay que promover y apoyar a la escuela católica que con
frecuencia constituye uno de los pocos espacios de libertad, al mismo tiempo
hay que ayudarla a ser auténtica comunidad en conexión con las demás instituciones eclesiales, sobre todo con la parroquia y la diócesis.
La escuela católica «persigue, en no menos grado que las demás escuelas, los
fines culturales y la formación humana de la juventud. Su distintivo es crear un ambiente de la comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y de
caridad, ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo de la propia persona
crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo,
y ordenar, finalmente, toda la cultura humana según el mensaje de la salvación, de
25
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 26
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento que los alumnos van adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre» (GEM 8).
La Iglesia realiza también, por medio de la escuela católica, el deber de
anunciar a los hombres de todos los tiempos la salvación que Dios ha realizado
para ellos en Cristo, salvación que debe llegar al universo mismo, con todas las
realidades humanas y realidades terrestres, los campos científicos, y técnicos,
económico y social, político y artístico. Y la escuela será la encargada de realizar esta síntesis unitaria entre la cultura profana y el conocimiento religioso.
Con frecuencia en ciertos medios y por algunos grupos se vierte la idea de que
la clase de religión es algo a extinguir, un retraso para la modernización de la sociedad que la Iglesia trata de mantener empecinadamente como privilegio particular. Deberíamos haber aprendido ya que el progreso no está unido al recorte de
la libertad religiosa; y recorte sería el que la enseñanza religiosa no poseyese el estatuto propio que habría de corresponderle conforme a la naturaleza educativa de
la escuela y a la necesidad de la formación integral de la persona. No caigamos en
la trampa de considerar que el tema de la enseñanza religiosa escolar es un asunto
privado o de la Iglesia, aunque ella como servidora de los hombres tiene la obligación de promover los derechos que asisten a la persona humana y de trabajar por
la humanización integral. Es una cuestión en la que está en juego la persona y la
sociedad. La catequesis de la comunidad parroquial y la enseñanza religiosa en la
escuela no se identifican, sino que se complementan. La catequesis parroquial no
debe ser un doblaje o repetición de la enseñanza religiosa en la escuela. No se oponen, pero tampoco se identifican, hasta el lugar que se ofrecen son distintos uno
en el ámbito escolar y académico y la catequesis es en la parroquia y con los catequistas de la comunidad cristiana.
La enseñanza religiosa escolar estimula a establecer un diálogo desde la fe
cristiana entre el Evangelio y la cultura humana en cuya asimilación crítica
madura el alumno integrando el conocimiento de la fe en la formación de la
personalidad, incorporando el saber de la fe —que es también un saber razonable— en el conjunto de los demás saberes y asimilando la actitud cristiana
en el interior de la actitud general del alumno ante la vida.
Es una oferta del mensaje cristiano a todos —creyentes y no creyentes—
con vistas a una opción de fe, de modo que los alumnos en situación de búsqueda o enfrentados con dudas religiosas encuentren pistas de reflexión y res26
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 27
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
puestas; los alumnos no creyentes tengan un cauce, si quieren, para confrontar su situación de increencia con las perspectivas de la fe; y finalmente, los
alumnos creyentes pueden integrar su fe en el interior de una cultura profana,
alimentarla a partir de ella, purificarla y capacitarse para dar razón de su fe.
El tanto por ciento que asisten a la clase de religión en el pasado curso es
del 75,7 %. A su vez, según información del Ministerio de Educación y Ciencia, el número de alumnos en educación, no universitaria en este curso pasado
fue de 7.205.890. Con ambos datos deducimos que el número de alumnos
que asisten a la clase de religión y moral católica en el territorio nacional es de
5.454.859. La enseñanza religiosa escolar es imprescindible para conocer y
comprender las múltiples manifestaciones culturales y patrimonio artístico de
nuestro pueblo relacionadas con la fe católica.
En nuestra diócesis de Segovia el pasado curso 2012-2013 eligieron la enseñanza religiosa escolar de los distintos Centros Públicos y Privados: Infantil
78%; Primaria 78,7% y Bachillerato 61,9%.
Los Obispos de la Conferencia episcopal española queremos ayudar con
nuestras orientaciones recientemente publicadas (25-II-2013) a los padres de
familia en su hermosa y difícil tarea de educar a sus hijos, a los sacerdotes y catequistas en las parroquias y a los profesores de religión de enseñanza estatal y
de iniciativa social, católica o civil.
PARA RECORDAR Y ACTUAR
“Los centros educativos, en sus distintos niveles, contribuyen de manera significativa al proceso de socialización de
los niños y jóvenes. Son depositarios de la confianza de los
padres y de la sociedad en la tarea de comunicar los valores
más relevantes de la cultura, desarrollando de modo progresivo las capacidades físicas, intelectuales y morales de los
alumnos. En este proceso educativo la enseñanza de la religión
y la escuela católica tienen la misión de integrar la dimensión
religiosa de la persona y, más en concreto en nuestra cultura,
la tradición de la fe cristiana”. (nº 23)
27
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 28
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 29
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
ANEXO:
LOS DOCE ARTÍCULOS DE LA FE CRISTIANA
29
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 30
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 31
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
Los apóstoles —guías y maestros de la fe— inspirados por el Espíritu Santo
precisaron con claridad en estos doce artículos los dogmas fundamentales que
todo cristiano debe creer.
1.
Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y la Tierra. Nuestra profesión de fe comienza por Dios porque Dios es «el Primero y el Último»,
principio y fin de todo (cf. Is. 44,6). Y por Dios Padre porque el Padre es
la primera persona divina de la Santísima Trinidad. El mundo de las cosas,
el universo entero y especialmente la tierra son como un inmenso escenario donde el protagonista principal es el hombre. Dios creó todo para
ponerlo al servicio del último ser que iba a crear: el hombre.
2.
Jesucristo, Hijo único de Dios. Este artículo de fe «creo en Jesucristo»,
tendría que ser el primero del Credo, porque antes de creer en Dios Padre
se ha de creer en Cristo, el Señor. No creemos en cualquier Dios, sino
que creemos en el Dios que nos ha revelado Jesucristo.
3.
Jesús fue concebido por obra y gracia del espíritu Santo y nacido de
María la Virgen. El Hijo de Dios que existía desde toda la eternidad y
que, por tanto, no tenía ni tiempo, ni raza, ni familia humana, ni hermanos, ni historia, se hace «carne», se hace hombre, en un lugar determinado, de una mujer llamada María. Esta mujer habrá de tener un
puesto muy importante en la historia de la salvación, porque de sus entrañas dio el ser humano a Dios, fue la puerta de entrada de Dios en la
historia.
4.
Jesús fue crucificado, muerto y sepultado. Jesús murió por nuestros pecados según las Escrituras (cf. 1Cor 15,3). En la última cena con los apóstoles anticipó la ofrenda libre de su vida. Él fue entregado, según el
designio de Dios, para la salvación de los hombres, redimiéndoles de sus
pecados, y gracias al amor con que ofreció su vida fuimos perdonados por
Dios Padre.
5.
Jesús descendió a los infiernos y al tercer día resucitó. La resurrección
de Cristo no es una verdad de aritmética, sino una verdad llena de vida.
El misterio pascual de Cristo —muerte y resurrección— forma el centro
31
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 32
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
de compromiso cristiano, de la fe cristiana a partir del momento en que
nos hacemos cristianos por el Bautismo. Por la resurrección el Cuerpo de
Cristo no retorna a un estado de vida terrena como en el caso de los resucitados por el mismo Jesús, sino que pasa a un estado de vida celestial.
6.
Subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre. La Ascensión
del Señor a los cielos no es un viaje espacial, es otra manera de afirmar la
glorificación del Cuerpo de Cristo desde el momento de la Resurrección.
Cristo salió del Padre y vino al mundo, deja el mundo y de nuevo vuelve
al Padre. Vino en la humillación de la pobreza y del anonimato y vuelve
como el Señor.
7.
Jesús vendrá a juzgar a vivos y muertos. El Señor subió a los cielos,
pero volverá. Ahora está allí, glorioso e inmortal, sentado a la derecha del
Padre, ahora intercede en el cielo por nosotros, ahora vive invisible en la
Iglesia, ahora está presente en los sacramentos. Pero llegará un día en que
vendrá en la majestad de su gloria. El Señor ha de volver. Cristo vendrá
para llevar a cabo la victoria definitiva del bien sobre el mal. No sabemos
ni el día, ni la hora, porque Jesús no lo reveló, pero el Señor vendrá.
8.
El Espíritu Santo. Es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Dios
es Padre, Hijo y Espíritu Santo: un solo Dios verdadero, una sola esencia
o naturaleza divina, en tres personas divinas realmente distintas entre sí.
Aunque las tres personas divinas actúan invisiblemente en el mundo, al
Espíritu Santo se le apropia el Amor. Él es como el alma de la Iglesia, a la
que santifica, asiste, protege y confirma en la verdad.
9.
La Iglesia una, santa, católica y apostólica y la comunión de los santos. Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre sí, sino unidos en un pueblo que Él ha elegido
y con el que ha establecido una alianza. Hay que destacar que los varios
elementos que componen la Iglesia forman un organismo vivo con distintas funciones en la unidad total de un solo cuerpos. La Iglesia es comunión de los santos en cuanto a los fieles participan de las cosas santas:
la fe, los sacramentos, los dones, el Espíritu Santo, el amor fraterno entre
todos y los bienes compartidos.
32
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 33
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
10. El perdón de los pecados. Cristo durante su vida en la tierra, perdonó
muchas veces a los pecadores. Este mismo poder es el que Jesús comunica
a sus apóstoles cuando resucitó de entre los muertos. La Iglesia siempre
ha considerado que este poder de perdonar los pecados fue dado a los
apóstoles y a quienes han continuado en el mismo servicio que ellos, que
son los obispos, quienes a su vez lo dan a los presbíteros.
11. La resurrección de los muertos. Del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos y que vive para siempre, igualmente nuestra vida no termina dentro del sepulcro. Como Jesús de
Nazaret, resucitaremos por el poder de Dios en el último día.
12. La vida eterna. El mundo en que vivimos, en el que venimos a la luz y
en el que morimos, no tiene en sí mismo la vida eterna, ni siquiera es
capaz de dársela al hombre. La vida eterna está solamente en Dios y viene
de Dios. Somos hijos de Dios, pero todavía no hemos comparecido ante
Cristo en la gloria. A pesar de nuestra cualidad de hijos habitamos provisionalmente una tierra extranjera.
33
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 34
CARTA PASTORAL
CURSO 2013/2014
INDICE
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
I. El arte de educar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
II. Educación cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
III. La familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
IV. Padres creyentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
V. Padres no practicantes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
VI. Padres no creyentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
VII. Parroquia y catequesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
VIII. La clase de religión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Anexo: Los Doce artículos de la fe cristiana. . . . . . . . . . . . 29
34
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 35
Carta Pastoral 2013_Maquetación 1 26/09/13 09:43 Página 36