Download La doctrina de Dios - Adventist Book Center

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Pacific Press® Publishing Association
Nampa, Idaho
Oshawa, Ontario, Canada
www.pacificpress.com
Título original: The God We Worship
Redacción: Ricardo Bentancur
Diseño de la portada: Gerald Lee Monks
Ilustración de la portada: Click Graphic Design ©2011
Diseño del interior: Diane de Aguirre
A no ser que se indique de otra manera, todas las citas de las
Sagradas Escrituras están tomadas de la Nueva Versión International.
El autor se responsabiliza de la exactitud de de los datos y textos
citados en esta obra.
Derechos reservados © 2012 por
Pacific Press® Publishing Association.
P. O. Box 5353, Nampa, Idaho 83653,
EE. UU. de N. A.
Está prohibida y penada por la ley la reproducción total o parcial
de esta obra (texto, imágenes, diagramación), su tratamiento
informático y su difusión, ya sea electrónica, mecánica, por
fotocopia o por cualquier otro medio, sin permiso previo y por
escrito de los editores.
ISBN 13: 978-0-8163-9271-1
ISBN 10: 0-8163-9271-4
Printed in the United States of America
12 13 14 15 • 04 03 02 01
Reconocimiento
Agradezco sincera y profundamente a las personas que
se tomaron el tiempo para revisar el material que compone este breve documento y a quienes bondadosamente me
dieron su consejo: Al profesor Mike Lynch, quien revisó el
manuscrito y en gran medida mejoró su versión en inglés; a
Tennille Shin, quien realizó la primera edición del manuscrito; a Loren Nelson, quien hizo la segunda edición; a Jay
Gallimore y Jim Micheff, por sus sugerencias invalorables; a
Ron du Preez, por tomarse tiempo en revisar el aspecto teológico del documento; a Luis Eguiluz, por asistir en la lectura
de pruebas.
No debo olvidar dar las gracias también a mi familia: A
mi hijo René D. Scarone, por sus sugerencias; y a mi hija
Ana Scarone y a mi esposa, Lira, porque siempre estuvieron
dispuestos a asistirme con las fuentes bibliográficas.
Y quiero dar las gracias a Dios, quien me dio la vida y
me ha permitido que me acercara a su gloria mediante este
escrito.
Contenido
Introducción9
Capítulo 1
11
Capítulo 2
20
Capítulo 3
33
Capítulo 4
40
Anexo: Un salmo mesiánico
43
Capítulo 5
46
Capítulo 6
59
Capítulo 7
68
La doctrina de Dios: De la luz a la oscuridad
La tri unidad en el Antiguo Testamento
La tri unidad en el Nuevo Testamento
Jesús es Dios, según Mateo
Jesús es Dios, según Juan
Jesús en el Apocalipsis
Jesús en otros escritos del Nuevo Testamento
Capítulo 8
77
Capítulo 9
88
Capítulo 10
95
Capítulo 11
101
Capítulo 12
111
Apéndice I
115
Apéndice II
124
Títulos de Jesús
El Espíritu Santo
Distorsiones sobre la divinidad
Preguntas y respuestas
Conclusión
Ellen G. de White y la divinidad
Evidencia documental, 1862-1932
Introducción
El Dios que adoramos intenta ayudar a los lectores modernos a entender la auto revelación de Dios en las Sagradas
Escrituras.
Los antiguos escritores bíblicos, los primeros apóstoles
y las siguientes generaciones de traductores confrontaron
grandes desafíos al intentar comunicar las cosas que Dios
quiso compartir con la humanidad. Y aunque su tarea fue
ardua, los descubrimientos espirituales que hacían día a día
a medida que progresaba su sagrada tarea, los emocionaba
grandemente.
Algo semejante nos ocurrirá en el intento de responder
los diversos interrogantes que surgirán en nuestras mentes al
leer la Palabra de Dios. Ninguno de nosotros tiene un dominio excelso de la ciencia divina, pero el progresivo despliegue
del don divino nos permitirá obtener sorprendentes destellos
de la Persona reflejada en su Palabra escrita. La inspiración y
la adoración —que son la vida de la iglesia— se concentran
en dicha revelación. En nuestras meditaciones cotidianas y
en las convocaciones sabáticas se nos invita como creyentes a
acercarnos a la excelsa Presencia para rendirle nuestro culto
racional. Oro para que este documento fortalezca nuestra fe
en Dios y nos guarde de las distracciones que empalidecen la
descripción excelsa que la Biblia transmite de nuestro Dios.
En este estudio exploraremos lo que dice la Biblia acerca
del Dios que adoramos. ¿Quién es? ¿Qué dice la Sagrada
Escritura de su persona? ¿Cómo concebimos al Dios que es
la esencia de nuestro culto?
9
10
EL DIOS QUE ADORAMOS
Escribí este documento con el propósito fundamental de
analizar nuestra concepción de la Trinidad, tal como ha sido
adoptada por los miembros en regla de la Iglesia Adventista
del Séptimo Día. En estos tiempos, y desde diversos sectores
de la iglesia, se ha atacado y cuestionado la doctrina de Dios
tal como la sostenemos. Con frecuencia, estas impugnaciones no han seguido el modelo bíblico de traer dicho punto a la congregación para analizarlo; enfoque que brindaría
un escrutinio bíblico más sólido y participativo. En lugar de
esto, los ataques a esta doctrina se han difundido por medio de correos electrónicos, en páginas de Internet, en videos
y documentos de auto edición, en panfletos y otras formas
mediáticas.
El título escogido para este pequeño tratado, El Dios que
adoramos, intenta establecer un marco teológico y ofrecer una
fundamntación bíblica a la doctrina de Dios. No tenemos un
panteón de dioses, nuestro Dios es Uno. También es Único y
diferente de todos los así llamados dioses. Toda nuestra adoración se centra en él. Sábado tras sábado nos reunimos para
rendirle culto y adorarlo como el Creador del universo.
“Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos”.
Y ahora, con reverencia en nuestros corazones, hablemos
del Dios al que adoramos.
Capítulo 1
La doctrina de Dios:
De la luz a la oscuridad
Reflexionar sobre la persona de Dios —quién es y cómo
es— es una tarea sagrada. La doctrina de Dios es fundamental en la Biblia. En esencia, la Biblia mantiene su autoridad
en tanto y en cuanto se mantenga como enseñanza rectora lo
que afirma sobre Dios. A su vez, lo que toda confesión cristiana cree acerca de Dios modela las doctrinas fundamentales
que sostiene.
Lo que creemos de Dios afecta nuestra concepción de:
• la creación
• la naturaleza del hombre
• el descanso conmemorativo de la creación en el séptimo día de la semana
• la institución del matrimonio y la familia
• el surgimiento del pecado
• el plan de salvación
• la doctrina de la revelación e inspiración de las
Escrituras
• la elección del pueblo de Dios
• el Éxodo y la tierra prometida
• el valor de los Diez Mandamientos
• el sentido de la vida de los patriarcas y profetas
11
12
EL DIOS QUE ADORAMOS
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
el Santuario y la enseñanza de sus servicios religiosos
el sentido de las profecías
la venida del Mesías y el nacimiento virginal de Jesús
su ministerio terrenal
sus enseñanzas
la Cena del Señor
su muerte y resurrección
la obra del Espíritu Santo
la elección de los discípulos
el concepto de iglesia
la práctica del bautismo
la enseñanza de la segunda venida de Cristo
la vida eterna, etc.
¡Pensemos en todo esto!
La idea bíblica de Dios sustenta aun los valores de las
naciones. Sin dicho concepto la cosmovisión del mundo occidental y todos sus códigos de conducta se desvanecerían.
Un simple ejemplo de este hecho es el voto de lealtad a la nación como el que se ofrece en los Estados Unidos: “Prometo
lealtad a la bandera de los Estados Unidos de América y a la
república que representa, una nación bajo Dios, indivisible
con libertad y justicia para todos”.*
No cabe duda alguna, la doctrina de Dios es de vital
importancia.
La reflexión hebrea y griega
La historia de la salvación transitó diversos caminos a lo
largo de la historia, adaptándose a lo largo de su senda en diferentes períodos de tiempo a variadas civilizaciones, culturas
e idiomas. Los lectores modernos de la Biblia a veces avanzan del Antiguo al Nuevo Testamento sin reflexionar que hay
La doctrina de Dios: De la luz a la oscuridad
13
cuatro siglos que separan ambas secciones de la Biblia. Y en el
transcurso de esos años de transición se produjeron cambios
radicalmente importantes que afectaron el mundo de entonces e impactaron su geopolítica, su sociedad, su religión y sus
lenguas dominantes.
Fue en ese tiempo intertestamentario que se produjo un
importante fenómeno histórico. La helenización del mundo
mediterráneo y del Medio Oriente antiguo. La preponderancia de Grecia, aunque de corta duración, dejó una marca
cultural que con el tiempo demostró ser casi imperecedera.
Dicha influencia trajo aparejados cambios de importancia en
la política, la cultura y el idioma en vastos sectores del mundo occidental y del Medio Oriente antiguos.
El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo, con ligeras pinceladas de arameo, en tanto que el Nuevo Testamento
fue escrito en griego. El Antiguo Testamento es abrumadoramente hebreo en su cultura y en su lengua, en tanto que la
mayor parte del Nuevo Testamento fue escrita en griego por
autores saturados de una cultura judía decidida a sobrevivir
en un mundo dominado por el latín.
Si bien hebreos y griegos comparten conceptos, los conciben de modos diferentes. A fin de entender algunas ideas
cruciales, necesitamos tomar en cuenta dichas diferencias.
Tomemos, por ejemplo, algunos aspectos relacionados con la
concepción de Dios:
• En relación a la existencia de Dios, los griegos intentan
probar su existencia mientras que los hebreos la dan
por sentada.
• En relación a la comprensión de Dios, los griegos centran
su atención en el ser de Dios mientras que los hebreos
en la relación con Dios.
14
EL DIOS QUE ADORAMOS
• En relación a la fe en Dios, los griegos ven la fe como
algo intelectual, que se expresa por medio de credos y
de doctrinas, mientras que los hebreos la ven como algo
relacional y personal, no una construcción mental.1
Todos estos elementos son importantes en nuestra comprensión de la doctrina de Dios.
La gran ruptura histórica
La iglesia cristiana primitiva confrontó una variada gama
de riesgos desde sus orígenes. Desde muy temprano, el movimiento cristiano perdió su base operativa en Jerusalén (70
d.C.), y su cordón umbilical que lo conectaba estrechamente
con la matriz judaica fue cercenado. Subsecuentes generaciones
de líderes de la iglesia perdieron la lengua hebrea y disminuyeron la importancia del Antiguo Testamento como Escritura
formativa del cristianismo. Además perdieron de vista la vigencia permanente de los Diez Mandamientos, abandonaron el
sábado como día conmemorativo de la creación y así la iglesia
cristiana perdió el concepto de discipulado. Con el paso de los
siglos, la iglesia fue mimetizándose con el mundo secular.2
En un lapso relativamente breve, los gentiles superaron
numéricamente a los judíos en la iglesia, así ésta se fue transformando en un creciente fenómeno gentil. A medida que
pasó el tiempo, la iglesia naciente fue perdiendo conexión
con la época apostólica. Durante los años que siguieron a
la ascensión de Cristo, los discípulos originales y los nuevos
conversos empezaron a sentir el impacto de la fractura con la
fe de los antepasados. En ese contexto, les resultó más razonable recordar las palabras del Mesías, quien declaró que el
propósito de su venida a la tierra no era para “abrogar la ley o
los profetas… sino para cumplir” (S. Mateo 5:17).
La doctrina de Dios: De la luz a la oscuridad
15
La destrucción de Jerusalén y del gran templo judío en 70
d.C. fue un hito cronológico a partir del cual el judaísmo y el
cristianismo de origen gentil habrían de comenzar a bifurcar
sus sendas. A medida que transcurría el primer siglo de la
era cristiana, surgió un conflicto doméstico en el seno de la
naciente iglesia entre cristianos de raíces griegas y cristianos
de raíces greco judías. El creciente número de gentiles cristianos, que acarreaba un equipaje cultural de raigambre greco
pagana, añadió una nueva tonalidad a la naciente ruptura. Se
puede afirmar que en el proceso evolutivo de la iglesia se fue
perdiendo paulatinamente lo que una vez había sido patrimonio bíblico e histórico.
Jaroslav Pelikan, un erudito de la historia del cristianismo, escribió: “Las relaciones de los padres de la iglesia con
el judaísmo y con el pensamiento pagano afectó lo que ellos
debieron decir sobre los diversos asuntos doctrinales que
consideraban. El desarrollo de la doctrina de la persona de
Jesucristo en relación con el Padre debe ser estudiada mayormente en base a sus escritos redactados para combatir la
herejía, el judaísmo y el paganismo. En el caso de los así llamados padres apologetas, solo sobrevivieron los escritos de
esta naturaleza, aun cuando sabemos que elaboraron otros
documentos específicamente diseñados para asesorar a sus
hermanos cristianos”.3
Pelikan indica que esta versión de la iglesia posterior al
tiempo de los apóstoles y al del Nuevo Testamento, sobrevivió, pero sus teólogos debieron estructurar su fe como una
trinchera protectora ante las herejías de origen cristiano, judío y pagano. Y como ninguno de sus representantes escribió
una declaración formal de creencias, “debemos, por ende, intentar determinar lo que creían y enseñaban basándonos solo
en lo que confesaron”.4
16
EL DIOS QUE ADORAMOS
Efectos de la ruptura cultural
“Según la tradición, solo Lucas, uno de los escritores del
Nuevo Testamento, no era judío”. Hasta donde se conoce,
ninguno de los padres de la iglesia era judío. Justino Mártir
nació en Samaria, por lo cual era considerado gentil.5
Tempranamente en la historia, la iglesia cristiana comenzó a separarse de sus raíces hebreas. Pelikan nos recuerda que
los padres de la iglesia del siglo segundo no leían ni hablaban
hebreo, un hecho que revela nítidamente un grado de aislamiento de las Escrituras que sirvieron a la iglesia original en
el tiempo de Cristo y sus discípulos.
Obviamente, esta desconexión se expandió a medida
que miles de nuevos conversos gentiles ingresaron procedentes del paganismo, personas que no tenían vínculo alguno con el judaísmo se unieron a la iglesia cristiana. Y de
entre sus filas comenzó a levantarse una nueva generación
de líderes, cuyas voces se oyeron con autoridad y sus conceptos y pensamiento operaban bajo la influencia del ambiente greco pagano del que procedían. En consecuencia, el
Antiguo Testamento —específicamente, los cinco primeros
libros, la llamada Ley— perdieron su autoridad como ente
regulador de las Escrituras. Así fue cómo la iglesia en su
proceso evolutivo comenzó a tomar forma bajo una nueva
identidad, una especie de hibridación de paganismo, platonismo y cristianismo tradicional. Finalmente, la Iglesia
Católica Romana comenzó a forjar su identidad a partir de
esta encrucijada histórica.
Con el curso del tiempo, toda doctrina de la iglesia comenzó a ser articulada con expresiones más cuidadosas. El
proceso de debatir opiniones y de modelar estas doctrinas
tuvo lugar bajo el ámbito de los concilios ecuménicos, que,
por entonces, fueron influidos por líderes religiosos con
La doctrina de Dios: De la luz a la oscuridad
17
mentalidad griega, a quienes se les hacía difícil captar las
enseñanzas de la iglesia cristiana que habían germinado en
el pensamiento y lenguaje hebreos. Durante estos primeros
sínodos y concilios de la iglesia, teólogos influidos por el pensamiento helenístico —que era el patrimonio y la cultura en
la que estaban imbuidos— cincelaron las fórmulas por las
que la iglesia habría de definir la persona de Dios. El orden
jerárquico y las prioridades de rango dentro de la divinidad
fueron definidos mediante conceptos filosóficos propios, destinados a definir creencias universales. Como consecuencia,
Dios fue compactado y delimitado a figuras de pensamiento
elaboradas por la limitada mente humana. Los debates verbales sobre el sentido de los vocablos griegos, con sus matices
filosóficos, se entremezclaron con la búsqueda de prestigio y
la política, todo lo cual condujo a que la visión del Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo fuera analizada y descripta a la luz
de los intereses humanos. Así se desdibujó la pureza doctrinal
con la que Dios reveló su persona.
No existe evidencia histórica de que este tipo de problema haya surgido dentro de la cultura hebrea. Para los hebreos, la comprensión de la divinidad implicaba aceptar lo
que Dios había dicho de sí mismo en las Escrituras. Pero
lo que era natural para la mentalidad hebrea, resultaba inapropiado para la mente griega que estaba más orientada al
análisis y la conjetura.
La doctrina de Dios ejerce una poderosa influencia en todas nuestras creencias. Como la iglesia remanente de Cristo
en este tiempo y como pueblo remanente de Dios en el tiempo del fin, necesitamos estar unidos en la visión del Dios que
adoramos. El profesor Raúl Dederen, un especialista en teología sistemática y ex decano del Seminario de la Universidad
Andrews, reconoció la importancia que esto tiene para el
18
EL DIOS QUE ADORAMOS
cristiano de hoy en día tenga una comprensión de la doctrina
de la Divinidad que sea clara y sólida. Escribió:
“Para un gran número de cristianos… [ la doctrina de la Trinidad ] es una doctrina fundamental
del cristianismo porque trata sobre el conocimiento
correcto de Dios. Relacionado con el Ser divino, su
naturaleza y modo de ser, este conocimiento afecta la
comprensión de toda persona de Dios como objeto
de su adoración, sea que lo considere como uno en
esencia y uno en persona, o admita que en la unidad
de la Deidad se conjugan tres personas igualmente divinas. Este no puede ser un asunto irrelevante. Si la
doctrina de la Trinidad es verdadera, entonces quienes
la niegan no adoran al Dios de las Escrituras. Si es
falsa, los trinitarios, al rendir honor divino al Hijo y
al Espíritu Santo, son igualmente culpables de idolatría. La doctrina de la Trinidad no es mera especulación, pues subyace en la teología de cada ser humano
y afecta toda su fe y practica”. 6
Hay varios himnos nacionales latinoamericanos que
siguen este hilo conductor y hacen referencia a Dios. Por
ejemplo: el de Chile: “Que te dio por baluarte el Señor”;
Paraguay: “Que fulmina destellos de Dios”; Perú: “Que la
patria al Eterno elevó”; Colombia: “Del que murió en la
cruz”; México: “Por el dedo de Dios escribió”.
*
1. Vea “Think Hebrew” Follow the Rabbi, http://www.followtherabbi.com/
Brix? Page ID=1854 para mayor información.
2. Daniel Scarone, “Why Are General Conferences Sessions Held?” Adventist
Pastor Online, consultado el 18 de Mayo del 2011, http://www.adventistpastoronline.com/index.php/why-are-generalconference-sessions-held/.
La doctrina de Dios: De la luz a la oscuridad
19
3. Jaroslav Pelikan, The Christian Tradition: A History of theDevelopment of
Doctrine, vol. 1, The Emergence of the CatholicTradition (100-600) (Chicago:
University of Chicago Press, 1975), p. 11.
4. Ibíd., p.11.
5. Ibíd., p. 12.
6. Raoul Dederen, “Reflections on the Doctrine of the Trinity”, Andrews
University Seminary Studies 8, no. 1 (Enero 1970): pp. 1, 2.
PARA RESPONDER Y REFLEXIONAR
1.¿Qué similitudes y qué diferencias había entre la reflexión
Hebrea y Griega sobre la existencia de Dios, su persona y
la fe?
2.Cuando se produjo la caída de Jerusalén en 70 d.C., ¿en
qué forma se afectaron los lazos del cristianismo naciente
con el judaísmo del Antiguo Testamento?
3.¿Por qué razón el doctor Dederen considera que es de
suma importancia entender claramente la doctrina de la
Trinidad?