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DIA DE LA IGLESIA DIOCESANA. Dom 33 TO/C ‘13.
Parece extraño y chocante hablar del final de la historia y del mundo. Y,
aunque sabemos que somos peregrinos y ciudadanos del cielo, vivimos
demasiado instalados en el tiempo presente y en nuestros quehaceres, como
para pensar en “el final”.
El Evangelio de este domingo nos anuncia la venida del Señor al final
de los tiempos. Habrá un final. ”De nuevo vendrá con gloria y su Reino no
tendrá fin”. La Historia termina, somos gente de paso. Hay que estar vigilantes,
preparados, fieles, perseverantes para la venida del Señor. “Con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas”. Cristo nos garantiza su ayuda y su
protección; y nos invita también a progresar en el amor; a no vivir en las
tinieblas, sino en la luz, con el corazón libre para amar y servir, actuando de
cara a Dios.
+ En este domingo celebramos el día de la Diócesis: Un día para rezar,
colaborar y dar gracias a Dios; para felicitarnos por vivir en la Iglesia.
Bajo el lema: “LA IGLESIA CON TODOS AL SERVICIO DE TODOS”,
se nos recuerda “AYUDA A TU PARROQUIA, GANAMOS TODOS”.
El Concilio Vaticano II nos dice que la Diócesis es como una porción del
Pueblo de Dios en que se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de
Cristo. La diócesis no es algo meramente “administrativo”, ni se parece a una
“delegación” del Gobierno. Como la Iglesia universal, también la diócesis es
una, santa, católica y apostólica.
En la diócesis los seglares tienen un puesto importante.
La Parroquia permite el arraigo de la Iglesia en un lugar. Con TODOS y
al SERVICIO DE TODOS. En ella fieles de todas las edades, procedencias y
categorías sociales forman una porción, -una “eklesia”-, del pueblo de Dios. La
Parroquia es el ARCA DE NOÉ donde caben todos. Lo suyo es la acogida, la
cercanía, la atención a las personas... hasta llevarlas a Dios, a Jesús. La
Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor.
La Parroquia sirve para acercar a los hombres y mujeres a Dios, al
encuentro con Jesucristo..., viviendo COMUNITARIAMENTE.
La Parroquia es como “la misma Iglesia que vive entre las casas de sus
hijos y de sus hijas..... Su vocación y su misión es ser la casa abierta a todos y
al servicio de todos”. O como prefería llamarla el Beato Juan XXIII “Ser la
fuente de la aldea, a la que todos acuden para calmar su sed” (Chfl, 26-27).
“Los paganos se convertían, decía Benedicto XVI, viendo el amor que reinaba
entre los cristianos ‘Mirad cómo se aman´” (B16, Jor. Mund. Juv.08)
El Día de la Iglesia Diocesana es una fecha para REZAR profesar, una
vez más, nuestra fe y amor a Dios, a Cristo y a la Iglesia. Con TRES
ACTITUDES:
1.- AGRADECIMIENTO: A la Iglesia le debemos ante todo
agradecimiento.”Es la Madre Iglesia”,”Veamos en la Iglesia una madre buena
y comprensiva”, dice nuestro Arzobispo, citando al Papa Francisco . Ella nos ha
dado la fe y nos permite seguir viviéndola hoy. A ella le debemos el modo de
rezar y la manera de vivir. Gracias a ella nos llega fresco y luminoso Jesús
y llega a nosotros el Evangelio. La Iglesia tiene sus raíces en Jesús. No
hay Iglesia sin Jesús.
2.- CONFIANZA: Junto al agradecimiento, la confianza: Esta Iglesia es,
"sacramento de salvación". Iglesia santificadora por la Palabra y los
Sacramentos; nos ofrece el excelente programa moral del Evangelio. Es Iglesia
apostólica: No hay Iglesia sin Pedro.
Iglesia, “experta en humanidad”: defensora de la familia, del derecho
a la vida, de la dignidad y el valor de la persona humana. La Iglesia del
amor y la solidaridad. Que vive haciendo el bien, aquí y en las paises de
misión: que convive con el dolor, la pobreza, la marginación. Esta Iglesia,
forja y molde de santos, que “camina por la vida entre las persecuciones del
mundo y los consuelos de Dios”(San Agustín), es nuestra Madre, la madre
Iglesia, “una madre buena y comprensiva” (PFco.).
3.- COLABORACIÓN: La Diocesis espera mucho de vosotros. La
Iglesia siempre será pobre, pero necesita medios económicos para toda su
misión. Este es un día para ser generosos para hacer una limosna
importante. La mejor limosna, el mejor donativo, son las cuotas parroquiales.
Es el mejor sistema para contribuir económicamente con la Iglesia. El dinero
que damos a la Iglesia es un dinero bien administrado, que se transforma en
obras buenas; es para seguir haciendo el bien...
“Ayuda a tu Parroquia, ganamos todos”, dice el lema de este año.
Dios nos lo pagará con otros bienes mejores. Vuestra generosidad os volverá
recrecida en múltiples servicios. Dios bendecirá vuestra generosidad.
“Debemos estar felices de participar en las incontables obras buenas que la
Iglesia realiza y ayudarla para que pueda multiplicarlas” (Arzobispo) San Pablo
exhorta a “sobresalir en generosidad”."Dios ama al que da con alegría..." (2
Cor 9,7-8). Y no se deja vencer en generosidad.¡Que nos ayude santa María,
Madre de la Iglesia!