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Rito de envío de
los Catequistas
Monición de entrada
Celebramos hoy el “Envío de los Catequistas”. Actualmente, sin los catequistas no se podría realizar la tarea
de la Catequesis. Por ello, vamos a celebrar comunitariamente la vocación del catequista.
La Iglesia tiene la tarea, dada por el Señor, de anunciar el Evangelio, y de acompañar a los que lo oyen su
Palabra. Y para realizar esta misión cuenta con la ayuda del catequista: hombres y mujeres de nuestras
comunidades parroquiales que, en nombre de la Iglesia, son enviados para anunciar con valentía y esperanza
la Buena Noticia del Evangelio.
Celebremos agradeciendos a Dios el regalo de nuestros catequistas parroquiales.
Rito de envío
Celebrante
Vamos ahora a proceder al envío de los catequistas que, durante este curso, llevarán a cabo la misión de
catequizar en nuestra comunidad.
Queridos hermanos: Quiero dirigirme, en primer lugar, a vosotros, madres y padres, que habéis pedido la
catequesis parroquial para vuestros hijos. Son muchas las dificultades que lleva consigo esta labor. Y muchos
más cuando las familias cristianas nos olvidamos de nuestras responsabilidades. Por eso, os pedimos que
acompañéis a los catequistas en la formación cristiana de vuestros hijos y ayudéis a vuestros hijos en el
despertar y el desarrollo de su fe.
En segundo lugar, vosotros, catequistas, alegraos con la tara que os encomienda la Iglesia. Sois elegidos por el
Señor y la Iglesia confía en vosotros. Os agradecemos vuestra generosidad y vuestro trabajo. Somos
consientes de las dificultades que vamos a tener, pero sabemos que Dios no nos abandona, y que la
Parroquia pone a vuestra disposición todo lo que necesitáis para realizar lo mejor posible vuestra labor
Desde aquí, y en nombre de toda la comunidad, pedimos la gracia y la bendición de Dios para todos
vosotros y para todas las personas a las que vais a acompañar en el comienzo y desarrollo de su fe.*
PROFESIÓN DE FE
Vamos a proclamar el Credo. Es la fe de la Iglesia en la que todos hemos nacido a la vida de la fe y que la
misma Iglesia nos envía a difundir:
¿Creéis en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra? Todos: Sí, creo.
¿Creéis en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro Señor, que nacido de Santa María Virgen, murió, fue sepultado,
resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? Todos. Sí creo.
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los santos, en el perdón de los
pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? Todos: Sí creo.
* (Se
le entrega a cada catequista una vela encendida del cirio Pascual).
¿Os comprometéis a transmitir la fe de la Iglesia, que hemos proclamado juntos, y a iniciarla y educarla en
los miembros de nuestra Comunidad? Todos: Sí me comprometo.
(Los catequistas se acercan y posan sus manos sobre los libros. Si es posible, se les puede entregar el material de
la Catequesis)
Oración de fieles
Oremos juntos y digamos: Envía, Señor, tu espíritu.
_ Por el Papa y por nuestro Obispo, para que anuncien con alegría y sin desánimo el amor de Dios para con
todos los hombres. Roguemos al Señor.
_ Por los padres, para que asuman con responsabilidad e ilusión la tarea a educar a sus hijos en la fe de la
Iglesia. Roguemos al Señor.
_ Por todos los catequistas, para que descubran la importancia de su formación y la grandeza de la tarea
que se les encomienda. Roguemos al Señor.
_ Por todos los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, para que participen en la catequesis con motivación.
Roguemos al Señor.
Oremos: Padre nuestro, escucha nuestras necesidades y concédenos la alegría de vivir en tu servicio. Por
Jesucristo…
Oración final de los catequistas
Id por todo el mundo…
Estas palabras de Jesús están dichas para mí.
Soy continuador de tu obra, soy tu compañero
en la misión.
Gracias, Jesús, estoy emocionado por tu
confianza.
La mies es mucha y los obreros pocos: quiero ser
uno de ellos.
En este mundo escéptico y autosuficiente tengo
vergüenza y miedo: dame esperanza.
!
!
En esta sociedad recelosa y cerrada, yo también
tengo poca confianza en las personas: dame
amor.
En esta tierra insolidaria y fría, yo también siento
poco amor: dame constancia.
Y en este ambiente cómodo y superficial, yo
también me canso fácilmente: conviérteme
primero a mí para que pueda anunciar a otros la
Buena Noticia.
Gracias, Jesús.
!