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“El encuentro con personas gays me ha hecho conocer mejor su amor, y mi
pecado”.
Entrevista a Juan Larios, pastor de la Comunidad Cristiana La
Esperanza, perteneciente a la Iglesia Española Reformada Episcopal
de Comunión Anglicana – IERE
-
Hola Juan, para empezar, y para todas las personas que no te conocen, podrías
contarnos brevemente tu trayectoria en la fe cristiana.
Bueno, creo que desde muy pequeñito, según yo recuerdo y me
contaba mi madre, tuve un gran interés por todo lo relacionado con la
iglesia. Nací y crecí en el seno de una familia católica y de ideología
franquista, mi padre (que era un hombre bueno) era militar. Fui monaguillo,
participé de jovencito en lo que entonces se llamaban “grupos de apostolado
seglar”, en el “Movimiento
Junior”, (que no se si sigue
existiendo) fui también miembro
de la Acción Católica, y, como
no, de la O.J.E, y en un
momento de mi vida, ya un poquito más mayor, quise
marcharme al seminario para ser sacerdote, pero mi
madre no quiso nunca porque decía que “el único hijo
que tenía varón no iba a perderlo”. Creo que pensaba
que me iría de misionero y no volvería más; y
seguramente tenía razón.
Ya de joven siempre estuve moviéndome en entornos un tanto críticos, en el mundo de la música
(donde viví muy de cerca situaciones y realidades muy duras; eran los años de los “tripis”, la
heroína, y esas cosas), lo que hizo que entrara en un periodo de sequía espiritual bastante
importante. Más tarde, ya en Madrid, sobre los 20 años, las circunstancias me llevaron a
encontrarme con un grupo de personas cristianas que no tenían nada que ver con lo que yo entendía
por ser cristiano, eran evangélicos carismáticos, bueno, mejor dicho, ultracarismáticos; con ellos
estuve, junto con la persona que hoy es mi esposa, unos años. Más tarde conocí la Iglesia de Cristo,
Movimiento de Restauración, de la que fui miembro y donde me casé. Después de ahí otro periodo
de crisis, la IEE (Iglesia Evangélica Española), el seminario y por fin la IERE (Iglesia Española
Reformada Episcopal, de Comunión Anglicana), donde ejerzo el ministerio pastoral desde hace ya
muchos años.
-
¿Cómo han sido tus diferentes etapas, evolución e influencia de las diferentes
corrientes filosóficas y teológicas? ¿Con qué autores te has ido identificando o
identificas más?
… Pasé de un fundamentalismo
inhumano y absurdo, de la
ignorancia y la inflexibilidad que
esta conlleva, a la apertura…
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Iglesia Evangélica Española.
En realidad yo no tuve un encuentro serio con la
teología, al menos desde el punto de vista académico y
vital, hasta que no fui miembro de la IEE1. Allí me
animaron a entrar en el SEUT2 y comencé a estudiar. Siempre he dicho que ese fue un paso, bendito
paso, decisivo para mi formación tanto personal como cristiana. Allí tomé contacto por primera vez
en mi vida con lo que yo llamo la “coherencia teológica”, es decir, aprendí, porque me lo enseñaron,
a situarme de manera coherente y humana en la fe cristiana. Me dieron las primeras herramientas
para trabajar seriamente con los textos bíblicos y con el pensamiento teológico. Pasé de un
fundamentalismo inhumano y absurdo, de la ignorancia y la inflexibilidad que esta conlleva, a la
apertura. Digamos que me di cuenta de lo equivocado que había estado todos esos años atrás y de
las barbaridades que había hecho desde mi ignorancia. Comencé a intuir la luz (jejeje) que no es
poco, y de ahí en adelante todo ha sido mucho leer, estudiar, buscar siempre aquellas líneas
teológicas y de pensamiento que animan y abren espacios nuevos de libertad y coherencia con la
vida que vivimos y en definitiva con la persona, que a fin de cuentas es el lugar donde se encuentran
lo trascendente y lo inmanente. Desde entonces me he identificado siempre con aquellas teologías
abiertas... diría “inacabadas”, siempre “embarazadas”, aquellas que no cierran de manera definitiva
la reflexión; por eso creo en la necesidad de un nuevo pensamiento teológico, de “hacer nuevas
teologías” que nos acerquen más al misterio de Dios, al misterio del Ser Humano y al misterio del
mal desde la realidad actual, quiero decir que, desde mi punto de vista, se impone un cambio muy
profundo; se hace necesario un replanteamiento serio de nuestro pensamiento y vida cristianos. Yo
acabo de venir, prácticamente, del encuentro ecuménico del Espinar que se celebra todos los años
aquí en Madrid, y hemos escuchado mucho acerca de la “necesidad de conversión de la Iglesia”,
“la necesidad de cambio, de mirar con nuevos ojos”. Esto puede que a muchas y muchos le
suene a “barbaridad” pero no me cabe duda que es una necesidad imperante. Y desde aquí, toda
línea de pensamiento seria, honesta y humilde que nos ayude a esa conversión... bienvenida sea. No
hay que tener tanto miedo si en realidad creemos que el Espíritu del Señor, el Viento de Dios, nos
guía.
Y si tuviera que nombrar teólogos y teólogas... pues hay, hay, incluso algunos que yo considero
como “profetas de nuestro tiempo”; ahí tenemos a Juan Masiá, por ejemplo; a Torres Queiruga;
Pagola, J. M. Castillo, González Faus, el ya fallecido Julio Lois, Pedro Cubero, Moltmann (un
teólogo que se lee poco, creo yo). Alguien a quien yo le debo mucho por cuanto me enseñó mucho:
el P. J. Burgaleta (ya fallecido, desgraciadamente) Marciano Vidal, Schillebeeck, Spong, Zubiri,
Teresa Forcades, Felisa Elizondo, M. D. Aleixandre, D. Sölle, no se... hay muchos; pero confieso
mi debilidad por J. Masiá. Jejeje.
-
Nos hablas de “nuevas teologías” de “teologías inacabadas”, ¿cuáles crees que pueden
ser las aportaciones de las personas lgtbi cristianas a esas teologías?
Muchas y muy necesarias, no me cabe la menor duda. Mira, ya no solamente habéis aportado, y
seguís aportando, un impulso muy importante en la necesidad de relectura de los textos bíblicos,
en la importancia de sacar a la luz los errores de traducción, en este sentido, que en muchas
ocasiones han sido consecuencia de los dichosos prejuicios heredados de los entornos de
determinadas filosofías griegas e incluso del pensamiento de muchos padres de la iglesia; no
solo eso, que ya es un paso importante; está también el que nos hayáis recolocado, en lo
referente a las relaciones sexuales humanas, con respecto a desde dónde y desde quién debemos
iniciar toda reflexión y acción cristiana, desde el Evangelio y desde Jesús, él es el punto de
arranque y central de toda ética y moral cristiana, no otro. Habéis hecho hincapié también en
algo que, creo yo, hemos olvidado por los motivos que sean, y es que Jesús de Nazaret no es una
persona estrecha, y que ama las diferencias y rechaza las exclusiones; incluso habéis abierto un
debate importante que arranca de la necesidad de entender que el sexo y la sexualidad “no son
malos ni hay que mirarlos como algo sucio”, que es un don de Dios. Y algo muy importante,
al menos para mi, y es que “la vida humana es mucho más que la sexualidad”; y esto es muy
2
Seminario Evangélico Unido de Teología.
importante, aunque no lo parezca, porque, entre otras cosas, nos pone en alerta en cuanto que
muchas veces nos preocupa mucho más la sexualidad de las personas que el propio ejercicio de
la justicia y la libertad. La sexualidad es algo demasiado importante para tomárselo a coña.
Como alguien escribió en cierta ocasión “la sexualidad es algo que puede convertir el cielo en
infierno y viceversa”. Y, especialmente, algo que a mí me ha producido mucho dolor, por haber
sido durante tanto tiempo un imbécil, y esto lo digo con todo el corazón: “a mí, principalmente,
me habéis enseñado lo que es la humildad en este aspecto. No es fácil seguir amando una
iglesia que no te respeta y te excluye”.
-
Sabemos que eres un ecumenista convencido, cuéntanos, ¿cuándo nace tu motivación
por el ecumenismo, la unidad de las cristianas y cristianos?
Pues en realidad te diré algo que descubrí hace ya algún tiempo, y es que, sin saberlo, yo he sido
siempre ecuménico. Lo descubrí estando ya en la IERE3, hace algunos años, cuando me invitaron a
participar en una de las Semanas de Oración por
la Unidad de los Cristianos. Allí tomé contacto
con las Misioneras de la Unidad y me di cuenta
de que, en realidad, todo cristiano y cristiana,
aunque no lo sepa o no lo quiera, es, por
naturaleza, ecuménico/a. Desde entonces me he
tomado esto del ecumenismo muy en serio.
Algunos piensan que es cosa de trasnochados,
otros que al ecumenismo se dedican quienes no
tienen algo más importante que hacer, otros,
incluso, que es algo que no tiene sentido y
además es perjudicial... bueno, yo pienso que
trabajar por la unidad del pueblo de Dios,
respetando las distintas formas y maneras de vivir y expresar la fe, sin imposiciones unilaterales de
ningún tipo, es legítimo y urgente, porque se quiera o no, la ruptura del pueblo de Dios es
“antievangélica” y causa mucho daño. No solo está haciendo mentirosa a la Iglesia, está haciendo
mentiroso a Dios ante los ojos de millones de personas, y eso es un pecado grave y sangrante.
-
Los que leímos el mensaje de aceptación y bienvenida de tu comunidad4 a todas las
personas independientemente de su orientación sexual o de género, nos quedamos
ciertamente sorprendidos y agradecidos. Pero cuéntanos, ¿qué circunstancias te han
hecho meditar o te han influenciado para posicionarte juntamente con tu comunidad,
de una forma tan abierta hacia las personas lgtbi?
Mira: hace muchos años, siendo yo miembro de una iglesia evangélica, conocí a un chico joven que
asistía a esta misma iglesia. Era un tío genial, entusiasta,
simpático, muy afectivo y muy creativo. Se encargaba de la
…parece ser que este chico
escuela dominical, si no recuerdo mal, de otros chicos más
salió del armario y
pequeños. Trabajaba mucho con los otros jóvenes de la
automáticamente le quitaron
iglesia, vamos... que era lo que llaman un “líder” (palabra
todas las responsabilidades
que no me gusta nada). No recuerdo realmente como pasó
que tenía…
la cosa, el caso es que parece ser que este chico salió del
armario y automáticamente le quitaron todas las
responsabilidades que tenía. Comenzó el “calvario”. Un día su padre, que asistía a la misma
congregación que yo (y sigue asistiendo a ella) me dijo que su hijo quería hablar conmigo. Vino a
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4
Iglesia Española Reformada Episcopal.
http://www.cristianosgays.com/tags/juan-larios/
mi casa y estuvo hablándome de su problema toda la tarde. A mí me hizo jirones el corazón verle
tan perdido y tan indefenso, llorando como un bebé y
preguntándome por qué el Señor no le amaba si él no
… Aquel chico fue a ver a un
podía ser de otra manera... Fue muy duro, entre otras
profesional de la psicología y le
cosas porque teníamos una muy buena relación de
dijo “taxativamente” que
amistad. En aquél momento no supe que decirle, yo
abandonara la iglesia porque le iba
también pensaba que estaba en pecado; pero me rompía
a destruir, que él era una persona
el corazón verle sufrir de aquella manera. Aquel chico
normal y que eso no tenía nada
fue a ver a un profesional de la psicología y le dijo
que ver con Dios y cosas de esas...
“taxativamente” que abandonara la iglesia porque le iba
a destruir, que él era una persona normal y que eso no
tenía nada que ver con Dios y cosas de esas... bueno, ya sabes. Terminó abandonando la
congregación y hoy, que yo sepa, es un tío normal, feliz y sin querer saber nada de iglesias.
Más adelante, estando ya en la IERE, y de esto hace también algunos años, conocí el caso de otro
chico en la misma situación en una de nuestras parroquias. El resultado fue el mismo. Esto, y
algunas experiencias más, fue lo que me llevó a repensar mi posición con respecto a la realidad de
las personas homosexuales en general y homosexuales creyentes en particular; de manera que
comencé a investigar el tema, en un primer momento de forma un tanto superficial, y más tarde de
manera más seria y coherente, llegando a la conclusión de que hemos estado y estamos cometiendo
un error tremendo con estas personas, y causando mucho sufrimiento innecesario, y esto es
totalmente antievangélico.
-
¿Has tenido oportunidades personales de conocer las dificultades, sufrimientos,
cuestionamientos, búsquedas, anhelos, necesidades de las personas lgtbi creyentes? ¿Te
has informado sobre las circunstancias sociales y obstáculos que con frecuencia las
personas lgtbi han tenido y siguen teniendo para integrarse plenamente en nuestra
sociedad?
Sí, por supuesto. Una vez que comencé a acercarme a esta realidad fui conociendo algunas personas
homosexuales creyentes que me contaron sus experiencias y trayectorias dentro de las diferentes
iglesias. Entré en contacto con algunos grupos de creyentes cristianos homosexuales (como
Crishmon) y me fui introduciendo más en la realidad de estas personas. Tengo que decir que ha sido
una gran bendición la que Dios me ha dado al hacer posible el encuentro con estos/as hermanos/as,
porque me ha hecho conocer un poco mejor su amor, por un lado, y mi pecado por otro. Mira, te
cuento: El año pasado, creo que fue, asistí como invitado al encuentro estatal de grupos creyentes
lgtbi en Chipiona (Cádiz) y tuve la oportunidad de
…me eché a llorar al sentir muy
convivir unos días con estos hermanos y hermanas y
dentro de mi todo el daño que
escuchar varios testimonios... quedé impresionado hasta
estamos causando a estos
el punto de “romperme” en un determinado momento, no
hermanos/as…
aguanté más y me eché a llorar al sentir muy dentro de mi
todo el daño que les estamos causando. Y es que cuando
escuchas hablar desde el corazón a estas personas, una persona como yo, que aun trata de entender
muchas cosas, no puedes seguir pensando de la misma manera, y si lo haces es que, sencillamente,
te interesa, por la causa que sea, mantenerte firme en el prejuicio y el error. Es mi opinión, por
supuesto.
Este año asistí aquí en Madrid al encuentro…(no recuerdo cual fue). Allí conocí personas muy
interesantes, como Carla Antonelli, Renato Lings, con el que hice una muy buena amistad.
Escuché a B. Forcano hablar del tema, siempre estupendo...
Por tanto no me cabe la menor duda que es necesario, desde el respeto y la coherencia teológica y
cristiana, seguir insistiendo en la necesidad de una relectura de los textos bíblicos y doctrinas que
anatematizan el amor homosexual y trabajar por la creación de comunidades inclusivas donde estas
personas celebren sin obstáculos al Dios de la Vida y la Buena Noticia de Liberación. No va a ser
fácil, lo sé; es un camino estrecho y lleno de dificultades, pero... confío en la fuerza del Viento de
Dios y en la buena voluntad del Ser Humano; a fin de cuentas el Señor confía en nosotros ¿por qué
no voy a confiar yo?
-
¿Crees que las personas lgtbi tienen el derecho a ser iguales, a tener pareja o formar
una familia? ¿Te has sentido en algún momento acosado o criticado por otros sectores
más conservadores por ello?
En cuanto a la primera pregunta: por supuesto que creo que las personas lgtbi tienen derecho a ser
tratadas iguales en todos los sentidos, no solamente porque sea algo constitucionalmente legítimo y
obligado, sino porque sencillamente son personas; tienen por
tanto, desde mi punto de vista, derecho a tener una pareja con
…¿qué pasa... es que la
la que abordar un proyecto de vida común, desde el respeto
familia heterosexual es
mutuo y la fidelidad... ¡no me cabe la menor duda! ¿Tener
garantía de una buena
hijos?, mira, yo sé que esto es un gran escollo, pero quiero
educación y un buen
pensar en positivo y decir ¿por qué no? Máxime cuando
desarrollo psicoafectivo de los
estamos viendo chicos y chicas que se desarrollan en hogares
hijos?... pues obviamente
heteros y sus vidas son un desastre casi predestinadas al
¡no!..
fracaso. Me pregunto muchas veces ¿qué pasa... es que la
familia heterosexual es garantía de una buena educación y un buen desarrollo psicoafectivo de los
hijos?... pues obviamente ¡no! Te contaré una historia verídica y que viví muy de cerca porque
ocurrió casi en mi entorno familiar. Hace mucho tiempo, yo tendría unos nueve o diez años, un
matrimonio muy cercano a mi familia tuvieron un hijo, un niño; a los pocos meses la mamá murió.
Con ellos vivía un hermano de la fallecida. Como cuñados se llevaban estupendamente. Bien, el
padre del niño no se volvió a casar nunca más y entre él y su cuñado criaron al chico. En el pueblo,
al niño le llamaban “el de los dos padres”. Todos decían que ese niño no se iba a criar bien porque
le faltaba la madre y trataban por todos los medios hacer que el padre se casara nuevamente, el cura,
el médico,…Nunca se casó. Yo, después de muchos años, me encontré en el pueblo con este chico;
se había casado, era profesor de instituto... en fin, una persona normal. Quiero decir con esto que
todo este asunto está por ver y no podemos poner la venda antes que se haga la herida.
¿Criticado? No es que me sienta o me haya sentido criticado... es que me han criticado y me critican
mucho, pero siempre lo hacen, quienes lo hagan, desde la sombra; lo que más me duele no son las
críticas, eso me la trae al pairo (con perdón), es la exclusión a la que te someten rápidamente, es
decir, ¡como si no existieras!... pero bueno... posicionarse a favor de la persona por encima del
sábado es lo que tiene. ¿Acosado? Aun no y no creo que lleguemos a eso, digo yo...
-
¿Qué es lo que te motiva y lleva a escribir una pastoral sobre la homosexualidad, así
como realizar estudios que traten el tema de la sexualidad de una forma abierta en tu
comunidad?
Bueno, en primer lugar, a pesar de lo que opinan algunos, creo que es necesaria una pastoral
adecuada de la homosexualidad en nuestras iglesias,
porque es la única manera de abordar la realidad de estas
personas desde una
perspectiva seria, pastoral y
eclesiológica. Es necesaria porque fijará las pautas a seguir
ante esta realidad. Es necesaria por lo mismo que es
necesaria una pastoral de la inmigración, o una pastoral de
jóvenes, etc., no se sabe cómo abordar la homosexualidad
desde la mayoría de las iglesias, y no se puede zanjar el
tema con un “la Biblia condena la homosexualidad”,
porque, entre otras cosas, esto no es así, hay mucha tela
que cortar aquí. Hay que normalizar la aceptación de estas
personas y esto no se consigue “de cualquier manera”. Ha de abordarse el tema seriamente y sentar
nuevas bases teológicas y bíblicas que no dejen lugar a
…en cuanto a mi comunidad, a mí
dudas absurdas. Y, en cuanto a mi comunidad, a mí me
me interesa que sea un espacio
interesa que sea un espacio abierto, acogedor, que no haga
abierto, acogedor, que no haga
acepción de personas por ningún motivo, y menos por
acepción de personas por ningún
este; y porque me interesa que sean personas formadas y
motivo, y menos por este…
preparadas para vivir de forma real en esta realidad que
nos ha tocado vivir. Esto de “porque lo dice la Biblia”,
además de peligroso, tomarlo así, tal cual, ya no puede esgrimirse como criterio de acierto.
-
Háblanos un poco más de tu comunidad, por favor, ¿qué crees que la hace diferente,
qué tipo de acciones sociales lleváis a cabo?
Bueno, si hablo de mi comunidad “se me cae la baba”, jejeje. Yo estoy totalmente orgulloso de mis
compañeros y compañeras de comunidad, son gente, mejor dicho, somos gentes que estamos
“curtidos” en las batallas de la vida, pero gente con una fuerza tremenda de superación. Somos una
comunidad muy doméstica, al estilo de las primeras, compartimos muchas cosas, nos reunimos muy
a menudo para comer, cenar, compartir, reírnos, orar... en fin... nuestra mesa es una mesa
eucarística, así, como suena; cada vez que estamos juntos... sentimos la presencia del Señor. Quizás
suena pretencioso, pero... lo siento, es que es así y yo me desvivo por ellos/as. Tenemos claro qué
queremos y adonde queremos ir. Hemos aprendido que Dios no hace acepción de personas y que
nos ama a todos/as por igual y que nuestro trabajo es hacer presente el Reino o Reinado de Dios
desde los criterios del Evangelio (el Sermón del monte) Lo demás.... como dijo alguien, es
comentario. Obviamente no somos perfectos pero nos amamos, y eso es suficiente.
-
¿Cómo describirías la situación, en cuanto al reconocimiento de los derechos de las
personas lgtbi, dentro de la IERE?
Bueno, espero que esto no me cause un disgusto (jajaja). Mira, en mi opinión, mi iglesia, la IERE,
pues se posiciona, como otras, en la ambigüedad, que es la manera más fácil de tratar un asunto
como este. Que yo sepa no hay ningún documento oficial que trate el tema, solamente, creo yo, hay
una carta que nuestro obispo publicó cuando el follón aquél del obispo norteamericano que fue
ordenado siendo gay confeso y con pareja, etc., etc., y que decía que la IERE no aprobaba la acción
unilateral de la Iglesia Episcopal de los EEUU por considerar que la práctica de la homosexualidad
era contra la tradición de la Iglesia y contra la Escritura... Es lo que hay. Por un lado se dice que no
hay problema con la “persona homosexual”, que se le acoge y no se le excluye, pero.... pero...
siempre que se mantenga célibe, porque la práctica de la homosexualidad es pecado. Tampoco se
aprueba la ordenación de homosexuales practicantes ni, por supuesto, la bendición de matrimonios
entre personas del mismo sexo. Y mucho menos desde que la “santa FEREDE” publicó aquello de
que cualquier ministro de una iglesia perteneciente a ella, que bendijese u oficiase un matrimonio
entre personas del mismo sexo... sería automáticamente privado de su licencia de ministro... ¡Toma
ya! Ahora la FEREDE también es vigilante y depósito garante del correcto ejercicio de la ética y la
moral cristiana. Es decir, se reconocen los derechos “civiles” de la persona homosexual, desde este
punto de vista, tienen derecho a lo que sea; pero no dentro de la iglesia. Es así, y si no es así que me
saquen del error.
-
¿Por qué crees que las iglesias protestantes históricas de nuestro país están tan alejadas
de los avances que en este tema existen en otras iglesias similares europeas?
Mira, sinceramente no lo sé exactamente, pero tengo mi opinión, y es que, salvo excepciones, que
las hay, por supuesto, y espero no herir la sensibilidad de nadie, me da la impresión de que en este
país y en muchas ocasiones evangélicos y protestantes hemos cambiado a “los santos” por
versículos bíblicos, porque en el fondo creo que no ha calado real y auténticamente la esencia de la
reforma. Es mi opinión. Y, por supuesto, creo que, aunque suene a topicazo, realmente España es
otra cosa, de una u otra forma, en algunos aspectos, aún seguimos con una mentalidad … medieval.
En realidad, por mucho que digan, me da la impresión de que nos hemos quedado con una “Ley
renovada” y no hemos sabido qué hacer con la Gracia; tal vez la hemos confundido con algo
mágico. Quizás han sido muchos siglos de autoritarismo religioso... y eso sigue pesando, tanto en
católicos como en protestantes y evangélicos. Hay mucho miedo, mucha inseguridad, mucho rencor
y mala leche, mucha envidia... (Espero que la IEE no se enfade conmigo, jejeje. Reconozco y
aplaudo la apertura y la disposición que están teniendo a este respecto. Me parece que eso es
tomarse este asunto en serio)
-
¿Qué te parece como nuestra sociedad y comunidades de fe del siglo XXI evolucionan y
se desarrollan? ¿Ir cambiando las iglesias y comunidades desde dentro o
independizarse totalmente y crear asociaciones o comunidades independientes?
Obviamente queda mucho por hacer, una cosa es lo que se dice en los documentos oficiales y otra la
realidad que se vive en la calle; esto es aplicable a la iglesia, todas, o casi todas, dicen que aceptan a
los homosexuales y rápidamente apostillan “pero condenamos la homosexualidad”. Aun así yo soy
optimista; no me cabe duda que algún día no muy lejano, la inclusividad será muy mayoritaria en
las iglesias de España. Espero no equivocarme. Es cuestión de una buena formación catequética y
humana, que de esto va el Evangelio ¿no? Pero también estoy convencido de que los cambios hay
que hacerlos desde dentro, porque si seguimos haciendo partes, atomizando, al final estaremos en lo
mismo, excluyendo y excluyéndonos... ¿no te parece contradictorio? De ser así seguiremos
cometiendo el mismo pecado. Se trata de inclusividad y no de lo contrario. Tenemos que cambiar
las cosas desde dentro, de la misma manera que es dentro de la persona donde deben comenzar los
cambios sociales, de lo contrario estaremos haciendo más divisiones que nos llevarán a más
rupturas y conflictos.
Desde la Comisión de Entidades Evangélicas y Protestantes - Área de Asuntos Religiosos
(FELGTB) y blog Homoprotestantes, agradecemos mucho la colaboración de Juan Larios para
esta entrevista, así como su trabajo en la construcción de una sociedad equilibrada, formada,
justa e igualitaria.
Septiembre de 2012.