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El Obispo de Teruel y de Albarracín
--------------------------------------------------------------------------------------------------------Teruel a 19 de abril de 2008
Q
ueridos cofrades:
Estas
letras, aunque intencionalmente van dirigidas a todos los cofrades, para que
alcancen su efectividad, atañen de modo directo e inmediato a las juntas directivas, a los
párrocos y consiliarios de las hermandades.
Pasados los días de dolor y tensión por los acontecimientos vividos la pasada Semana
Santa, con una distancia prudente para favorecer la serenidad, y después de haber
hablado con todos los Presidentes de las distintas Cofradías y Hermandades de la
Ciudad de Teruel, me dirijo a todos vosotros para invitaros a la reflexión y a la
concordia.
La Semana Santa de Teruel ha ido madurando progresivamente en todos los ámbitos y
goza de un notable reconocimiento de todos hasta haber merecido la calificación de
Interés Turístico Nacional, cosa que me ha llevado a felicitaros sinceramente. Un
reconocimiento de esta índole compensa los trabajos y desvelos de cada uno de vosotros
e invita a seguir adelante con ilusión. Pero no podemos conformarnos sólo con esto, nos
quedaría otra pregunta que responder, si hemos avanzado en la esencia y en la identidad
de la Cofradía y del ser cofrade a la misma vez que hemos mejorado en la estética. Los
aspectos externos no son todo, lo esencial es el ser de las Cofradías, instituciones
eclesiales que desde sus orígenes han proclamado, como en una catequesis audiovisual,
la Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, fomentando el amor y la ayuda espiritual y
material entre sus miembros1. Por esta razón, como Pastor de esta Iglesia local, os
exhorto a una serena reflexión de los acontecimientos vividos y a buscar la concordia,
que no puede venir si evitamos la humildad y el perdón. Aunque tengo la palabra de
todos los Presidentes de las Cofradías, a los que agradezco su cooperación, para una
pronta solución en este sentido y evitar en el futuro signos de desunión, que hacen mal
servicio a la Iglesia y a las mismas Cofradías, quiero recordaros algunos aspectos
esenciales, conocidos ya y recogidos en los Estatutos.
En
primer lugar, os animo a hacer de vuestra Cofradía una casa y escuela de
comunión eclesial 2 buscando, para ello, las razones que hallaréis inscritas en la misma
constitución de vuestro ser cristianos y cofrades, y en la misión que estáis llamados a
llevar a cabo. Este es un aspecto nuclear, las mismas palabras “cofradía” y “cofrade”,
como “hermandad” y “congregación”, hablan de fraternidad. Por esta razón, pido que se
1
DURAND, en Dictionnaire de Droit Canonique, IV, Paris 1949, col 130. Voz, “Confrérie” (Cofradía), “en un sentido
estricto es una asociación de fieles, erigida por la autoridad eclesiástica, que se propone el ejercicio de las obras de piedad
y caridad, y el incremento del culto público, y que está organizada de manera que forma una verdadera escuela, un cuerpo
orgánico.”
2
VATICANO II, Constitución sobre la Iglesia, 1: “La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o señal e instrumento
de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el linaje humano”. Esto exige que la Iglesia sea casa y escuela de
comunión por la incidencia que esto tiene en la transformación de la humanidad en una familia unida y solidaria.
El Obispo de Teruel y de Albarracín
--------------------------------------------------------------------------------------------------------faciliten más oportunidades para una seria formación y para madurar en la comunión
entre los hermanos, trabajando desde ella y, reconocida la condición humana,
aceptando la necesidad del saber perdonar. La Semana Santa es cosa de todos los
cofrades y su estilo lo marca el Evangelio, aunque se tolere una llamada “civilizada
rivalidad”, con el fin de mejorar aspectos externos.
En
segundo lugar, aunque los presidentes hayan sido elegidos por los respectivos
cofrades, no se debe olvidar que nadie es constituido en su puesto sino tras la
confirmación de la autoridad eclesiástica competente, de la que recibe la misión para
actuar en representación suya y que las Cofradías alcanzan su “estatus jurídico”, su
personalidad jurídica, sólo tras la aprobación de sus estatutos por el Obispo diocesano3.
Es más, la actuación de las cofradías alcanza el ámbito de lo “público”, que supera la
mera agrupación de amigos, al ser constituidas como ASOCIACIONES PÚBLICAS DE
FIELES, es decir, Asociaciones que actúan, no en nombre de un particular, sino,
oficialmente, en “nombre de la Iglesia”4. En definitiva, todas las actuaciones, de una
cofradía, en cualquiera de sus ámbitos (económico, estatutario, etc. …) están sometidas
a la regulación del derecho de la Iglesia Católica.
Se puede dar el caso de algún cofrade que se le haya pasado por alto esta realidad, pero
sería impensable que los señores Presidentes, es decir, aquellos que han sido
constituidos como tales en virtud de un decreto formal del Obispo diocesano, actuasen
como si de una parcela propia se tratara y no fueran los primeros en buscar el camino de
comunión y concordia, por medio de la caridad y del diálogo, antes de permitir
desconciertos y zozobras o de tomar determinaciones ajenas al sentir cristiano (cfr. Jn
13, 12-16).
En
tercer lugar, la Junta de Hermandades y Cofradías, formada por todos los
Presidentes con el Consiliario, es el organismo adecuado para observar, cuidar y
potenciar los valores internos y externos de las Cofradías de la Semana Santa turolense,
es un ámbito de fraterno diálogo, sin dejarse llevar de intereses particulares. Ruego
encarecidamente a la Junta de Cofradías que, además de los Estatutos de la misma, se
haga un Directorio o reglamento donde se reflejen, por escrito, las condiciones de
participación en las procesiones generales, los elementos característicos a tener en
cuenta, el orden de participaciones y demás aspectos que orienten a todos y ayuden a
mejorar la Semana Santa de la ciudad de Teruel, utilizando en el proceso de su
elaboración la forma acostumbrada en la Iglesia.
En cuarto lugar, además de las razones de orden jurídico expuestas, encontraréis en
vuestro mismo ser de cristianos los argumentos básicos que hacen razonable las
determinaciones jurídicas. Me refiero a ese “amor de Dios que ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5,5). El Espíritu
3
El Código de Derecho Canónico de 1983 distingue entre Asociaciones de fieles públicas y privadas. De acuerdo
con lo que establece el cán. 301 § 1, las Cofradías de Semana Santa tienen una finalidad específica que es propia de
las asociaciones públicas, como es “promover el culto público”. Sobre esta cuestión puede consultarse: MARTINEZ
SISTACH, Las Asociaciones de fieles, 5ªed. Barcelona 2004, 57-132 y 143-149; J.MANZANARES, “Las Cofradías
de Semana Santa a la luz del Derecho y de las actuales corrientes pastorales” en J. SANCHEZ HERRERO, Las
Cofradías de la Santa Vera Cruz. Sevilla 1995, 32-33; F. GNZÁLEZ DÍAZ, Posición jurídica de las hermandades y
cofradías en el nuevo Código de Derecho canónico, en Asociaciones Canónicas de fieles. Salamanca, 1987, 256-262.
4
Cfr. JUAN PABLO II, Los fieles laicos, 29; CIC, que regula explícitamente a las Cofradías, Can. 700-725; LlUIS
MARTÍNEZ SISTACH, Las Asociaciones de los fieles, 5ª edc. Barcelona 2004, 143-148; CEE, Instrucción sobre
asociaciones canónicas de ámbito nacional, 24 abril de 1986, núm. 35; CONCILIO VATICANO II, Decreto sobre el
Apostolado de los Laicos, 18.
El Obispo de Teruel y de Albarracín
--------------------------------------------------------------------------------------------------------Santo es quién nos da el coraje apostólico y nos llama a la unidad, a ser miembros del
mismo Cuerpo de Cristo (1Co 12, 13). Este es nuestro referente, la unidad del Cuerpo
de Cristo ¿es que “acaso Cristo está dividido?” (1Co 1, 13). Propongo la lectura de las
indicaciones del Papa Benedicto XVI en su primera Encíclica5: “En un mundo donde a
veces se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la obligación del
odio y la violencia…”, los cristianos aportamos la novedad del amor, la reconciliación y
el perdón… como hermanos6.
En
quinto lugar, cuídese con especial esmero la inserción de la Cofradía en la
comunidad parroquial y la estrecha colaboración con el párroco, que es el consiliario
nato de la misma. Alabo la integración de muchos de vosotros en los servicios
parroquiales, en la catequesis, Caritas, consejos pastorales o de economía y demás
iniciativas; también a los que hacen su programación anual, así como los actos de culto
a las imágenes titulares de especial devoción u otras actividades.
Finalmente, sería conveniente que hubiera una Asamblea General de cada Cofradía
donde se expusieran estas indicaciones y se animase a seguir trabajando con ilusión,
proponiendo los motivos de gozo por todo lo que se ha avanzado en la Semana Santa,
invitando a una participación mayor y a cerrar las heridas.
Aprovecho la oportunidad, queridos cofrades, para recomendaros una mirada al rostro
de Cristo, con interés renovado, actualizando y renovando vuestra fe. Ruego al Señor
Jesús por vosotros y por vuestra familia, el mejor ámbito para pasar la fe a los hijos,
quiénes más adecuados que sus propios padres, que les dan ejemplo en la celebración
del Día del Señor, en la Misa dominical. Tened la seguridad que la vida de fe ayudará a
ser mejores cristianos y mejores ciudadanos.
Concluyo esta carta con unas palabras de aliento, con el deseo de apuntar hacia arriba,
sin conformarse con medidas mediocres, porque sabemos que podemos contar siempre
con la ayuda Dios”7 y con la protección de la Santísima Virgen María, Madre y modelo
de fe.
+
5
José Manuel Lorca Planes
Obispo de Teruel y de Albarracín
BENEDICTO XVI, Deus Caritas est, núm. 1
BENEDICTO XVI, Deus… o.c., 18: “en Dios y con Dios también amo a las personas que no me gustan o que ni
siquiera conozco… Aprendo a mirar estas otras personas no sólo con mis ojos y con mis sentimientos, sino también
desde la perspectiva de Jesucristo. Su amigo es mi amigo”.
7
JUAN PABLO II, Carta Apostólica Mane Nobiscum Domine, 29
6