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II SENAC
SEMINARIO NACIONAL DE CATEQUESIS
Biblia y Catequesis
Una catequesis centrada en la Palabra de Dios
1
Introducción
La catequesis es misión, misión de ser buena tierra, dispuesta a dejarse empapar, a fecundar. Necesita nutrirse
con La Palabra.
En la Eucaristía encontramos a Jesús hecho pan, en la Biblia se encuentra hecho palabra. Palabra que habla al
corazón del hombre.
Aceptar que Dios habla al corazón del hombre es reconocer que Dios tiene una palabra para cada uno de
nosotros.
El catequista, ministro de la Palabra, asume su vocación de ser testigo del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
Este servicio de ser guía de los hermanos en el encuentro con la Palabra como conductora de la vida, requiere que
él mismo haga el camino de la Palabra, descubriéndose a sí mismo para posibilitar el encuentro con Dios.
Un catequista sin experiencia vital de Dios, no puede convertir su tarea en misión.
Hipótesis
El hombre tiene dentro de sí mismo un dinamismo que lo empuja, lo conduce y lo impulsa a abrirse
gratuitamente a la Palabra de Dios .y al don del Espíritu Santo. Construye su existencia a través de experiencias
que son decisivas en su vida
.
La catequesis ilumina esas experiencias señalando el camino de la fe.
Desarrollo
“La Palabra de Dios es origen y sostén de la Iglesia.”


Comprobamos los signos y prodigios de la Palabra de Dios (Hch.14,27) “A su llegada reunieron a la Iglesia y les
contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo habían abierto las puertas de la fe a los
pueblos paganos”
(Hch.15,12) “Toda la asamblea guardó silencio y escucharon a Bernabé y a Pablo, que contaron las señales
milagrosas y prodigios que Dios había realizado entre los paganos a través de ellos”
Hoy se hacen muchas experiencias de la Palabra, en la Eucaristía, en la Lectio Divina, los cursos bíblicos, las
celebraciones, los encuentros catequísticos, también en expresiones artísticas.
Despertar el gusto por la Palabra de Dios, será prioridad en el servicio pastoral atendiendo su rol fundante en una
vida de fe, factor de comunión, fuente de inspiración y de transformación de las culturas y de la sociedad.
El Espíritu guía a la Iglesia hacia la verdad entera, haciendo comprender el verdadero sentido de la Palabra,
conduciendo al encuentro con el Verbo mismo. El Espíritu es alma y exégeta de la Sagrada Escritura. Eso exige leer
sus textos con el mismo Espíritu con que fueron escritos, recordando aquello que consolida la unidad y fomenta la
diversidad de carismas.
La comunidad cristiana se construye dejándose guiar por la Palabra de Dios, bajo la acción del Espíritu Santo que
ilumina, convierte y consuela.
Reconocemos la Palabra de Dios como fuente de vida para la Iglesia. Es necesaria una pastoral con animación
bíblica. Es urgente valorizar la Palabra destacando su relación con la cultura y con la vida espiritual, en un
contexto interreligioso e intercultural.
2
La liturgia es el lugar privilegiado de la Palabra, que edifica la Iglesia.
LA BIBLIA ES EL LIBRO DE UN PUEBLO, PARA UN PUEBLO (vital relación: pueblo-libro)
Es un libro vivo, en él el pueblo encuentra su razón de ser, su vocación, su identidad
La asamblea litúrgica escucha a Cristo. Cuando se lee en la Iglesia es ÉL quien habla .La proclamación de la Palabra
tiene un dinamismo dialógico: es el diálogo de Dios con su pueblo.
Es trascendental la importancia de la Sagrada Escritura en la celebración litúrgica porque ofrece las lecturas que
se explican en la homilía, los salmos que se cantan, los signos y acciones, todo, penetrado por su espíritu.
La conciencia de la real presencia de Cristo en la Palabra nos lleva a considerarla como verdadero alimento. Así lo
afirma San Jerónimo: “…La Palabra de Dios es verdadero alimento y verdadera bebida, que se alcanza a través del
conocimiento de las Escrituras.”
La atención pastoral deberá centrarse en la Eucaristía “mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo.”
Considerando que para muchos cristianos, la misa dominical es el único momento de encuentro con el Señor, se
deben promover celebraciones en las que la Eucaristía se celebre en íntima fusión con la Palabra: sacrificio y
comunión. Se evitarán homilías abstractas. La Palabra de Dios debe ser proclamada en relación con la celebración
sacramental y con la vida de la comunidad como sustento que vigoriza a la Iglesia.
Salmo 119,105.
“Para mis pasos tu Palabra es una lámpara,
una luz en mi sendero.”
Juan Pablo II recomienda la práctica de la Lectio Divina que permite encontrar en el texto bíblico, la palabra viva
que modela y orienta la existencia. A esto el Santo Padre Benedicto XVI agrega la necesidad de incorporar
métodos nuevos adecuados a este tiempo. Recomienda leer la Biblia de modo personal, al mismo tiempo destaca
lo bueno que es leerla con las personas que comparten nuestro camino.
La Palabra, pan de vida, se transformará en pan material, en ayuda a los pobres, a los que sufren. La caridad
contiene importante tensión hacia la Palabra de Dios. Lo afirma Benedicto XVI en su Encíclica “Deus Caritas Est.”
Al presentar la unión de tres elementos que hacen a la naturaleza de la Iglesia: proclamación de la Palabra,
celebración de los sacramentos y ejercicio de la caridad.
La fidelidad a la Palabra queda evidenciada en el respeto a los derechos humanos,en la defensa de los oprimidos y
de los que sufren.
La Palabra de Dios propone un proyecto de Salvación para cada persona y para cada pueblo. Interpela, orienta
hacia el camino del discipulado, favorece la fraternidad, dispone la aceptación de la acción transformadora del
Espíritu Santo:
“Es la brújula que indica el camino a seguir.”
La Iglesia donde se proclama, se vive y se celebra la Escritura, conserva y transmite a todos los hombres, lo que es
y lo que cree. .
La catequesis es un ministerio dentro de la Iglesia que podemos ubicar en el ejercicio de la Palabra.
No hay catequesis sin Palabra..
El catequista carga con la Palabra, con su Misterio, su realidad y su significación.
“Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.”(Lc.8.21.)
3
La comunidad eclesial es el origen, el lugar y la meta de la catequesis que tiene espiritualidad propia, el servicio
de evangelizar, el mayor servicio que puede ofrecer la Iglesia.
Con la tarea catequística la Iglesia muestra su actitud materna al promover la participación y la comunión. La
mayoría de los cristianos vive su relación con Dios, con los hermanos y el mundo, basada en los elementos
recibidos en la catequesis. Se trata de la irrupción de Dios en la vida lo que implica exigencias, reclama conversión
y con seguridad produce transformaciones.
Los catequistas no somos informantes, la Biblia en sí misma es “Buena Noticia” porque es Palabra de Dios .La
propuesta es el encuentro vital con Jesucristo por medio de los sacramentos, las celebraciones y de manera
especial, la Sagrada Escritura.
La metodología a utilizar en el manejo de los textos bíblicos es variada en cuanto a su utilidad, pero algo debe
considerarse prioritariamente: la relación directa: Biblia- vida, aplicando siempre las enseñanzas bíblicas a
experiencias concretas de vida.
“Pongan por obra lo que dice la Palabra, no se conformen con oírla,
pues se engañarían a sí mismos.” (Sgo. 1,.22 )
La Palabra debe ser entendida en comunidad, como Buena Noticia
Tenemos que anunciar un Cristo Vivo
Para catequizar es necesario descubrir la Persona de Cristo y en Él, el designio eterno de Dios.
El primer anuncio que realizan los discípulos, se refiere a Jesús Resucitado. Este anuncio, el Kerigma, constituye
para la Iglesia, un mensaje de esperanza y el centro de la evangelización .Debe llegar a toda persona para que
pueda comprenderlo, acogerlo de corazón y hacerlo carne en su propia vida. Si el mensaje no toca al corazón no
transforma a la persona.
Quien tiene vocación de catequista debe configurar su vida con la de Cristo Jesús para sentir el deseo de
anunciarlo.
Tenemos las Sagrada Escritura para encontrar en ella a Jesús y hacer íntima experiencia con Él y transmitirla en un
mundo muy necesitado de Dios”.La espada del Espíritu o sea la Palabra de Dios.” (Ef. 6,17) hará posible el anuncio
del Evangelio de la paz.
El catequista es persona de fe, hombre o mujer de la Palabra. Su misión es educar el corazón creyente del
bautizado, más necesario y urgente hoy, que en épocas anteriores ,dado que las formas tradicionales de vivir la
fe, han sido sacudidas fuertemente por el secularismo que aparentemente resuelve la vida del hombre lejos de
Dios.
La Palabra es un desafío porque interpela y sacude por el Misterio, que siempre provoca e interroga .Todo
catequista puede comprobar la eficacia de la Palabra, palpando el crecimiento espiritual de sus catequizandos, en
interioridad, en libertad interior, en práctica de oración, en actitudes de servicio, en participación y comunión.
Pedro en su Primera Carta, afirma: “…la Palabra, gracias a ella, crecerán y alcanzarán plenitud.” (1 Pe.2,2)
El catequista asume el compromiso de ser guía de sus hermanos en el encuentro con la Palabra, por consiguiente
él mismo hará con su vida el camino de la Palabra.
Su enseñanza “brotará como un río de agua viva.” (Jn. 7,38)
4
Con la certeza de que el Nuevo Testamento ilumina al Antiguo Testamento, será bueno utilizar pasajes bíblicos de
ambos en el tratamiento de los temas catequísticos.
Deseo aportar un ejemplo de lo afirmado mostrando su aplicación práctica en un encuentro de padres de
Catequesis – Primer año de Comunión.
“Dios propone al hombre vida comunitaria y fraterna”
Oración
Espíritu Santo de Dios, dame serenidad y paciencia para meditar tu Palabra.
Dejaré que ella me hable; dispondré mi corazón
para escuchar tu voz.
En ella encontraré la Verdad que
Jesucristo nos enseña

El trabajo es un bien del hombre, le permite transformar la naturaleza para adaptarla a sus necesidades.
Partimos de esta verdad: SALMO 24,1.
“Del Señor es la tierra y lo que contiene
el universo y los que en él habitan.”

Dios Creador hizo al hombre a su imagen y semejanza y le dio poder para dominar la tierra, pero estableció
límites.: Gén. 2,16-17
La Iglesia actualiza la Palabra
La Tierra: don de Dios.
El hombre la puede usar, no como dueño absoluto, sino como administrador.
Estos límites en el uso de la tierra miran a preservar la justicia y el derecho que todos tienen a acceder a los
bienes de la creación.
Documento De Santo Domingo (1992)

Al trabajar cumplimos con la Ley de Dios, que es Ley de vida, Ley de solidaridad y amor fraterno.

Dios fija límites y obligaciones: “…no debe haber pobres en medio de ti, mientras Yavé te dé prosperidad en la
tierra que hayas conquistado. (Deut. 15,4 )
 Concepto de pobre:
(Ani, en hebreo) es el humillado, pisoteado, oprimido, quien sufre hambre, falta de vivienda, de atención a la
salud, soledad, abandono, sin acceso a la educación, etc.

Nuestra realidad nos impone gestos y actitudes de solidaridad, debemos ayudar a nuestros hermanos con
buena disposición de corazón y generosidad. Nunca pensemos en beneficios o retribuciones. Todo gratuito:
es servicio.
-Leer y comentar: Mt. 25, 35-40.- 2 Co. 8, 14-15.

Siempre estamos necesitados unos de otros, de ahí la obligación de ayudarnos recíprocamente.

PARA PENSAR: ¿Qué sentido doy a mi trabajo? ¿Sólo me interesa ganar dinero?
“Saber en que invierto mi dinero, me ayuda a saber en que invierto mi vida.”
5
-Leer y comentar: Mt. 6, 19-21

ME PREGUNTO. ¿Gano dinero para más consumo: placeres, ropa, necesidades artificiales?

REFLEXIONAR: Cuanto más consumimos, más nos falta.
Leemos la reflexión de San Basilio Magno.

REFLEXIÓN DE San Basilio Magno ( años 330-379)
¿A quién hago daño guardando lo que es mío?, dice el avaro. Pero dime, ¿cuáles son los bienes que te
pertenecen?. Te pareces a un hombre que, ocupando su sitio en el teatro, tratara de impedir entrar a los demás
para gozar él solo del espectáculo al que todos tienen derecho.
Tales son los ricos: se llaman dueños de los bienes que ellos han acaparado, por haber sido los primeros en
ocuparlos. Si cada cual guardara únicamente lo que basta para sus necesidades corrientes y dejase a los
necesitados el resto, quedarían abolidas la riqueza y la pobreza.
El pan que tú guardas pertenece al hambriento. Y el abrigo encerrado en tus arcas, al hombre que está desnudo;
al descalzo, los zapatos que se pudren en tu casa. Al que está en la miseria, el dinero que tú entierras. De esta
forma estás oprimiendo a todas las personas que podrías ayudar.
… quedarían abolidas, la riqueza y la pobreza…
¿Qué soluciones propones para hacer realidad esta propuesta?-Leer Ex. 16,16-18 y relaciona el texto con la
reflexión de San Basilio.
 REFLEXIÓN FINAL:
Relación entre 1 Jn. 3, 17 y Ez. 11, 19-20
Elegí al azar el encuentro, para dar idea de lo propuesto.
Este trabajo con la inclusión de textos del Nuevo Testamente y del Antiguo Testamento lo preparé para todos los
encuentros de 1º y 2º año de Comunión .Los resultados fueron muy buenos porque se tuvieron en cuenta las
experiencias humanas de cada grupo. Reconociendo a Dios en el trajinar de cada día, en las dificultades, en las
penas y alegrías. Compartiendo proyectos, ofreciendo ayuda unos a otros, celebrando la vida.
En una oportunidad una madre que había asistido dos años a los encuentros de preparación para la comunión de
su hijo. Expresó:
Muchas veces el día del encuentro, sentía gran fastidio, pero,igual venía,
después regresaba a casa feliz, con mucha paz.
No sé si aprendí mucho, pero de lo que estoy segura es
aprendí a gustar de Dios.
Confieso que ese día sentí que “tocaba el cielo con las manos” dí muchas gracias al Espíritu Santo que iluminó mi
tarea de catequista.
Conclusión
Reconocemos una pedagogía de la fe que mucho puede hacer en favor de la catequesis para transmitir la
revelación de Dios. Jesús mismo en el Evangelio se sirvió de una pedagogía que debemos utilizar como modelo
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La fe muestra relación a lo que aún no poseemos, pero esperamos. Nos propone una marcha hacia adelante
sostenida por la Palabra de Dios, que nunca engaña. Con la Palabra, el Padre quiere compartir con nosotros su
proyecto.
“La Palabra es viva y eficaz” (Heb. 4, 12) Es Jesús.
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
El tiempo de la catequesis es tiempo privilegiado de la Palabra porque ilumina el camino de la vida cristiana,
construye la comunidad, acerca al Misterio de Dios Padre.
No presentemos la Biblia como un libro de dogmas, dado que es una sucesión de hechos enmarcados en la
historia de Salvación.
Es el lenguaje humano, mediante el cual Dios se comunica con nosotros
El Directorio Catequístico General,. para la catequesis sostiene que la tarea catequística debe estar impregnada
por el pensamiento bíblico, traducido en actitudes evangélicas, utilizando los textos que en algunas ocasiones
serán objeto de memorización.,de pasajes muy significativos que muestran claramente los misterio y queremos
fijar para siempre .En esta perspectiva tenemos que considerar la Sagrada Escritura como Palabra de Dios,
inspirada por el Espíritu Santo y el Catecismo de la Iglesia Católica, valioso para la enseñanza de la fe.
Recordemos que la catequesis acompañará siempre el camino del cristiano en sus distintas etapas de la vida. Se
tendrá en cuenta que la Iniciación Cristiana (I.C) - Bautismo - Confirmación - Eucaristía) con el Itinerario de
Catequesis Permanente (I:C:P) han de ofrecer complementariedad. Nunca serán compartimientos estancos e
incomunicados. Fomentaremos la espiritualidad bíblica a través de un proceso de catequesis permanente.
Conscientes de que la catequesis respetará la diversidad personal, teniendo en cuenta que se encarna en culturas
diferentes, cuyos valores debemos apreciar, nuestra preocupación ha de centrarse en ayudarles a entender el
Misterio y la inmensidad de su gracia .Es decir la plenitud de Cristo.
Pues Dios quiso reunir en Él,
Cuando llegara la plenitud de los tiempos,
Tanto a los seres celestiales como a los terrenales.
En Cristo fuimos elegidos nosotros:
Aquel que dispone todas las cosas
y las somete a su voluntad
decidió que fuéramos pueblo suyo.
(Ef.1, 10-11)
La piedad popular es reconocida por Benedicto XVI en “APARECIDA” como precioso tesoro de la Iglesia Católica
en América latina y el Caribe.
La catequesis tiene que reconocer en esta manifestación de fe, un catolicismo inculturado, que se respetará,
purificando y rectificando lo necesario para que la fe madure ganando en fecundidad. Se ha de posibilitar un
contacto directo con la Biblia propiciando la participación en los sacramentos, basado todo, en el encuentro
personal con el Señor, integrando lo sensible, lo simbólico con las necesidades concretas de esa gente sencilla.
Pensar una catequesis capaz de ayudar a construir la identidad cristiana
en una sociedad pluralista
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El catequista debe ser dócil al Espíritu de Dios
Tenemos que avanzar en el desierto, el Evangelio responde a todos los interrogantes humanos. Se nos presentan
muchas oportunidades de ofrecer presencia evangélica, de encontrar a Dios en la Palabra.
Proponemos vivir la catequesis según la Palabra de Dios, contagiando la alegría de Cristo Vivo, entre nosotros. El
Espíritu Santo nos dará la fuerza y el impulso que necesitamos para ser “presencia de Dios” entre nuestro
hermanos, desde una fe profunda, vivenciar verdadera familia y verdadera comunidad.
Vigil Elsa Noemí
Bibliografía
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SÍNODO DE LOS OBISPOS. XII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA
”La Palabra de Dios en la Vida y en la Misión de la Iglesia.” Buenos Aires - Ágape Libros - 2008.
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