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X JORNADAS SOBRE ALTERNATIVAS RELIGIOSAS EN
AMÉRICA LATINA
“Sociedad y religión en el tercer milenio”
Buenos Aires, 3 al 6 de octubre de 2000
Convicciones religiosas y conductas políticas:
el caso Novak
Luisa Ripa
Universidad Nacional de Quilmes
Presentación
Este trabajo intenta mostrar algunas de las razones y motivos que expresa el obispo Novak
como los que lo impulsaron a llevar adelante una serie de acciones a favor de los familiares
de desaparecidos, detenidos y asesinados por la represión militar durante la dictadura que sufrimos los argentinos desde marzo de 1976 hasta diciembre de 1983.
Insiste en una pregunta sobre el sentido que tiene hoy para nosotros un tipo de conducta de
clara incidencia política y que se genera a partir de convicciones religiosas.
La pregunta fue planteada por una investigación (Mignone 1995) que se llevara a cabo desde
mediados de 1995 hasta fines de 1998. Y que retoma una nueva investigación (Ripa 2000ª) en
curso, esta vez para analizar desde distintas posibles hermenéuticas el material de las entrevistas ya realizadas.
Comienza, entonces, con una reseña de la primera investigación (I), desde su proyecto hasta
sus resultados. Enseguida se detendrá en el análisis de las tres entrevistas hechas al obispo
Novak (II), para profundizar en algunas de sus razones y motivos.
Concluirá (III), finalmente con algunas preguntas que personalmente me inquietan en el estudio y espero compartir con los integrantes de las X Jornadas.
Quiero presentarlo como un homenaje a quien me impulsara a llevar adelante todo el proyecto: Orlando Yorio. Con él compartí gran parte del trabajo de elaboración, de búsqueda y
de estudio durante los dos primeros años. Orlando Yorio acaba de fallecer en Montevideo y
en su memoria y reconocimiento como maestro y compañero ofrezco estas reflexiones.
1
I - EL PROYECTO DE ESTUDIAR LA IGLESIA DE QUILMES
El proyecto nace de la memoria de los investigadores que lo proponen: Ripa, Yorio y Mallimaci que quieren rescatar en un estudio serio las confrontaciones habituales acerca del obispo
Novak y su accionar respecto de los desaparecidos.
En efecto: el se de los años de la dictadura, Novak era calificado de rojo, o marxista, comunista por quienes lo veían como un temible militante de izquierda en la iglesia católica. O
como ingenuo o manipulado por otros militantes que se aprovechaban de su cortedad y buena
disposición. Por otro lado, entre sus admiradores se lo veía como un hombre lúcido, comprometido y valiente.
Nosotros no quisimos intervenir en esa confrontación de lo que se sabía y se decía de Novak
sino incidir críticamente en el supuesto sobre el que ambos grupos coincidían: el de que conocían a Novak. En efecto, su condición de conocido era, a nuestro juicio, lo que lo mantenía
desconocido, razón por la que sus detractores ignoran la seriedad de sus argumentos documentales e institucionales en los que justifica su accionar y sus admiradores no pueden admitir que Novak aluda a la obediencia para justificar alguna de sus acciones más notables, como
fuera la convocatoria al Primer Sínodo Diocesano.
Pero también propusimos el trabajo desde la convicción profunda de que era preciso volver
sobre una experiencia tan traumática como silenciada y comenzar a producir relatos sobre
ella, con el interés de abrir la conflictiva de las interpretaciones1 y con la profunda convicción
de que recién en la narración en primera persona, con la puesta en intriga que supone la unidad del relato es posible hacer la experiencia plena de un acontecimiento y de las vivencias
que lo acompañaron. Y que solamente dando la palabra2 y comenzando la conversación sobre
lo que pasó y lo que nos pasó, podremos construir una identidad menos esquizofrénica y una
esperanza no ilusoria y profundamente utópica.
Además, la bibliografía sobre actores de la iglesia católica durante la dictadura militar se
concentraba, paradigmáticamente, en la obra de Mignone (1987, 1999), de fuerte contenido
crítico negativo sobre la casi totalidad de esos actores, dejando prácticamente en la sombra el
accionar de tres obispos, Novak, Hesayne y De Nevares y las acciones parciales de algunos
otros como Zaspe. La literatura fílmica (“La historia oficial” y “La noche de los lápices”) no
hacía más que subrayar esas denuncias. Las investigaciones de Mallimaci (1996), sobre la
militarización de la iglesia católica, las de Zanatta (1998), en el mismo sentido, y la del todo
el grupo del CEHILA, con su publicación sobre la Iglesia Latinoamericana (1992) a aportaban visiones congruentes en general sobre un sabido respecto de esa institución argentina y
sus miembros. Nuestro estudio, entonces, comenzaría a matizar, pero, sobre todo, a problematizar esa mirada histórica.
Nuestras preguntas versaron sobre los hechos y sobre las razones que motivaron a los actores
a hacer lo que hicieron u omitir lo que no hicieron. Por las adscripciones y las diferencias
frente al resto del cuerpo de la iglesia y frente al poder político. Por la dinámica de conflictos,
de definiciones y enfrentamientos entre los grupos, sean o no religiosos.
1
Estas tesis son solidarias de las teorías de Paul Ricoeur, especialmente en su “Tiempo y Narración”, Política y
Educación” y “Le conflict des intérprétations”.
2
Sobre nuestros silencios y nuestros miedos puede ser testimonio la distinta reacción de dos de mis hijas, enteradas del estudio que quería hacer. La que había nacido en 1968 se crispó y me preguntó con angustia: ¿Otra
vez, mamá?”. La menor, nacida en 1980, se mostró muy contenta: “¡Dale, vieja, buenísimo!”.
2
Suponíamos que íbamos a encontrar cuatro grupo de católicos en Quilmes, dos minoritarios:
uno de los que explícita y claramente apoyaban al obispo en su accionar a favor de las familias de desaparecidos y otro que explícita y claramente estaba en contra de estas acciones. Y
dos grupos mayoritarios, uno de simpatía difusa hacia esos gestos y otro de disgusto y malestar con esa forma de proceder de Novak.
También pensamos encontrar otra forma de cumplirse una dialéctica que parece atravesar toda la historia de la iglesia católica: la de grupos que se alían con el poder político frente a
otros grupos de católicos que se le enfrentan y lo denuncian.
Por último, pensamos también encontrar algunas claves de interpretación de los actuales conflictos entre grupos locales.
El pequeño grupo inicial (Ripa, Yorio y Mallimaci, y la dirección de Mignone) fue rápidamente ampliado al sumarse a la investigación otros investigadores, como Brardinelli, Colombo, Yorio, Zorzín y Fort y alumnos becarios, Bianco, Gutiérrez y Carceglia. Aunque no todos
se sumaron en forma permanente, este aporte nos permitió diversificar los accesos y multiplicar la miradas.
Estudiamos todos los documentos archivados en el Obispado de Quilmes que fueron producidos en ese período histórico. Recorrimos las publicaciones locales contemporáneas y entrevistamos a un buen grupo de católicos de Quilmes que pudieran aportar testimonios sobre lo
ocurrido en su iglesia en ese tiempo y el sentido que le encuentran. Por último, cruzamos estos aportes con perspectivas del contexto político y eclesial nacional y algunas otras publicaciones del mismo período.
Con todo el material divergente se hicieron cruces teóricos y casuísticos. Y se cruzaron,
igualmente, las distintas hermenéuticas parciales que los distintos investigadores iban produciendo para diferentes congresos y publicaciones.
La investigación recogió algunos hechos significativos, como son:
La atención a los familiares de desaparecidos y detenidos PEN. Desde que comenzó como
obispo, y con un compromiso apenas anterior con los que iba a fundar el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y alguna intervención respecto de religiosos, Novak abrió
las puertas de par en par para escuchar uno por uno los relatos de la desaparición y para tomar
nota del caso que luego presentaría prolijamente a la autoridad militar y que haría conocer en
el Vaticano. “Se armó la cola”, no tanto porque se supiera de antemano que el obispo de
Quilmes tenía una postura de apoyo a esas víctimas sino porque resultó una puerta abierta al
lado de tantas cerradas.
Las gestiones se hacían ante las autoridades militares, que recibían con todos los honores al
Obispo y se mostraron siempre absolutamente incapaces de recuperar a alguien con vida, alguien de quien no tenían por cierto, la menor noticia.
Y para llegar al Papa usaba de canales directos: como alguien que viajaba y evitó siempre el
camino de la Nunciatura. Según él, por resultarle más expeditivo. Según creemos, porque no
le merecía confianza la vía oficial. De hecho, el episcopado alemán, que en una oportunidad
le diera dinero para la ayuda a las familias de las víctimas y le prometiera hacerlo todos los
años, cortó abruptamente la ayuda por pedido expreso del episcopado argentino.
A través del MEDH se canalizaba la ayuda económica y, sobre todo, legal. Los fondos provenían del Consejo Mundial de las Iglesias, protestante, quien, a su vez, recibía el aporte del
gobierno sueco.
Este tipo de atención y de ayuda comienza desde que se crea la diócesis de Quilmes, el 19 de
septiembre de 1976 y Novak es consagrado obispo.
Su participación en el MEDH es de mucho compromiso, como co-fundador y co-presidente
junto con el obispo metodista Pagura. Novak entiende que también hacían con De Nevares
3
una “división de tareas”, ya que el obispo neuquino participaba de la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos.
Al interior de la iglesia quilmeña Novak produce muchos documentos de fuerte contenido
condenatorio de la violencia y la injusticia y que progresivamente va hablando de los desaparecidos y la represión.
En 1978 forma la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, que institucionalmente (aunque en
relativo sigilo) lleva adelante las tareas de hacerse cargo de los casos de desapariciones y pedidos de auxilio. Ese año comienza a organizar y al año siguiente convoca al Primer Sínodo
Diocesano: asamblea de más de 400 miembros de la iglesia quilmeña que se reúnen para discutir y elaborar documentos acerca de las realidades más diversas de la vida y de la iglesia
locales.
En la Navidad de 1976 realiza una celebración ecuménica por los desaparecidos y a partir de
1979 reza una misa mensual por ellos y sus familias, hasta que en 1982 tras un grave enfrentamiento con las Madres de Plaza de Mayo, sus amigas, cesan las misas.
Las Madres estuvieron presentes, con sus pañuelos blancos, en las grandes convocatorias de
esa Iglesia, por ejemplo, la Marcha por el Hambre (1980)
En los relatos y en los documentos encontramos diversas razones de por qué se colaboraba o
no, por qué lo hacían otros o no. El obispo insiste en fundamentar sus decisiones en fuertes
razones religiosas: obediencia a la palabra de Dios, coherencia con santos y mártires de la
historia de la Iglesia3 , documentos del Concilio Vaticano II, la palabra del Papa, la palabra de
los obispos argentinos. Son cuestiones de principio y, en definitiva, de principio evangélico.
La reflexión religiosa, en el estricto sentido de la pregunta acerca de la santidad o errancia de
sus acciones, está siempre presente. Los relatos orales, por fin, son mucho más directos y religiosos que los escritos, más doctrinales.
Los sacerdotes que colaboraron muestran una total identificación con la causa de las víctimas
y un total repudio a la represión. Los católicos que colaboraron dan distintas razones. Algunos muestran la misma definición que los sacerdotes, otros se revelan obedientes al obispo y
a una corrección de conducta justa, que se ocupan de distinguir bien de cualquier tipo de apoyo al accionar guerrillero.
La “gente”, en ese colectivo indeterminado, tanto la que asiste a misa los domingos como la
que fuera encuestada en su domicilio, tiene una fuerte repulsa a la situación económica y
condena por eso al gobierno militar, pero no señala a la desaparición de personas como un
disvalor grave.
Se conoce una fuerte adhesión al obispo por motivaciones religiosas que incluyen la certeza
de una solidaridad de clase para con los más pobres y desprotegidos. En el ámbito laboral se
cuenta con gestiones de la iglesia y del obispo.
No pudimos encontrar a los grupos de oponentes. En todo caso, personas individuales. Y,
salvo en una oportunidad4 , siempre en tercera persona, es decir, opositores son dichos por
otros, nunca manifiestos desde la primera persona: nadie nos dice “yo no estoy o no estuve de
acuerdo...”.
Los disgustos manifestados tienen con frecuencia el cariz afectivo de haber sido o no reconocido por Novak como persona valiosa. Pero dejan a resguardo constantemente la figura, la
dignidad y la personalidad “espiritual” del obispo.
3
Es doctor en esta materia y fue regularmente profesor de historia de la Iglesia en distintos centros de estudio.
Se trata de un antiguo militante católico de Quilmes, que se negó a ser entrevistado y que telefónicamente nos
aclara por un lado, su oposición terminante al accionar de Novak en esta materia “yo estuve siempre en la vereda de enfrente”, y, por otro, su creencia de que decirlo públicamente hoy le supone riesgo laboral.
4
4
Tal como puede irse viendo en esta síntesis, en las manifestaciones expresas aparece una curva temporal, que se repite en los documentos internos y en las noticias periodísticas: a partir
de algunas manifestaciones fuertes y claras durante el mismo 1976, un silencio total en el 77,
78 y tímidas manifestaciones en el 79, que se van acrecentando hasta hacerse muy fuertes en
el 82 y de ahí en más.
Hay una notable diferencia de este grado de expresiones claras según los distintos ámbitos en
los que el obispo hablara. De modo que, contemporáneamente a silencios y ciertas ambigüedades discursivas, si se encuentra en Europa, por ejemplo, habla sin ambages y sin temores.
Del mismo modo, el discurso es otro si se encuentra en medios ecuménicos que si está en el
medio católico. También hay diferencia entre lo que relata como sus intervenciones críticas
en el episcopado y la referencia que hace de los obispos argentinos en sus documentos.
Como ya puede verse en todo lo anterior, el protagonismo de Novak es tan fuerte en este tema que la investigación que se preguntó sobre “la iglesia de Quilmes” se contestó sobre “Novak y la iglesia de Quilmes...”. Los actores que acompañan al obispo, confirmando una tesis
de Mallimaci, proceden, como el mismo Novak, de estamentos comprometidos y con una
gran adhesión a la institución eclesial. Son del centro de Quilmes, mucho de ellos, de clase
media, y de fuerte tradición como católicos.
Hemos visto que, así como en la hermenéutica general de las acciones y definiciones políticas
no tiene poca importancia el papel de los sentimientos (el miedo, por ejemplo, o el deseo de
ser reconocido y pertenecer), en el caso que nos ocupa al lado de los argumentos doctrinarios
es necesario poner las circunstancias de ciertos encuentros personales que permiten determinadas definiciones internas. El obispo menciona sus encuentros con Angelleli y destacamos
también el que tuviera con el cura español José Andrés Mato. Estas personas concretas, como
las de los mismos familiares, dada la oportunidad de que hablen y sean escuchados, producen
conductas con tanta o más fuerza que las razones religiosas y éticas, que muchas veces vienen
en auxilio de lo que se decidió ante el dolor de la víctima o la convicción del compañero.
Por último, el trabajo fue permitiendo una serie de interpretaciones parciales, de las que hago
presente sólo a algunas en esta síntesis.
Una primera tiene que ver con el lugar teórico que entraña el cruce entre religión y derechos
humanos. Hemos visto las implicancias y riquezas que supone cruzar ambos temas y venimos
insistiendo en la presentación de trabajos y realización de congresos al respecto.
Otros tienen que ver con cuestiones éticas, por ejemplo, el dualismo que permite las justificaciones de la represión y de otras formas de “guerras santas”; la esquizofrenia social, -tal como
es entendida por la escuela de Palo Alto- que permitió ignorar lo que pasaba; la “arqueología”, “teleología” o “simbólica” de los procesos argumentativos y el tipo de criterio que puede construirse con pretensión de verdad; la construcción de la imagen pública de Novak, mucho más totalitaria y coherente que lo que son sus productos escritos; la relevancia del caso
Novak en esta situación de “renovación religiosa” y la presencia o ausencia (o amor y odio)
en la legislación de la iglesia católica de los derechos humanos.
5
II.- LAS ENTREVISTAS A NOVAK
Me gustaría ahora detenerme en las tres entrevistas que hiciéramos al obispo Novak
La primera se realizó al finalizar los primeros seis meses de la investigación (el 26 de diciembre de 1995). Participan Mario Fort, Fortunato Mallimaci y Luisa Ripa como entrevistadores. Previamente habían presentado el interés del trabajo (que, por otra parte, Novak ya conocía y había dado la autorización para el uso del archivo diocesano), la necesidad de conocer
su testimonio y la pregunta acerca de los hechos claves en su accionar como obispo referido a
nuestro tema de estudio.
La segunda se lleva a cabo a los pocos días, el 5 de enero de 1996 y se plantea como una
continuación de la anterior. El obispo recibe a Mario Fort y a Luisa Ripa en su casa, en una
ambiente más distendido que el de la curia, donde se realizara la primera y en un horario más
libre.
La tercera entrevista se lleva a cabo al finalizar el trabajo total. Fue precedida de todo un año
de elaboración discutida y trabajosa de un cuestionario por parte de todos los integrantes del
equipo de investigación. El proceso culminó en una serie de preguntas, ordenadas por temas,
que fueron entregadas al obispo Novak junto con una carta donde se manifestaba la necesidad
que se tenía de retomar y profundizar algunos temas tratados con él así como de aclarar algunos otros que surgieran de otras entrevistas, de lecturas de documentos o publicaciones periodísticas, etc. El obispo quilmeño demoró varios meses, casi diez en conceder la entrevista que
finalmente se realiza el 22 de diciembre de 1998. Participan Rodolfo Brardinelli, Daniel Carceglia, Graciela Gutiérrez y Luisa Ripa.
La primera es la más corta de las tres, de una hora de duración y con dificultad para entrar en
tema. La segunda es mucho más directa y prolongada: durante más de dos horas el obispo
amplía los recuerdos y las consideraciones sobre el pasado y el presente. La tercera es algo
más corta, dos horas, y Novak entra con mucha fluidez en los temas, responde cabalmente a
lo que se pregunta y amplía en un lenguaje mucho más liberado y decidido, las consideraciones ético-religiosas acerca de los sucedido, lo actuado y lo omitido.
Las preguntas de los investigadores no pocas veces son reiterativas y denuncian preocupaciones insistentes e interrogantes difíciles de responder. En la tercera es posible ver las distintas
perspectivas de cada uno de los integrantes del equipo de investigación, que fueron claras en
los aportes a la elaboración del cuestionario y que se muestran en el momento de hacer las
preguntas. Por otro lado, son congruentes con los distintos trabajos que ya cada uno de ellos
había ido produciendo para congresos y publicaciones.
Haré un breve recorrido sobre los temas que se van tratando para destacar, después algunas
expresiones significativas precisamente por lo que revelan como motivaciones o como razones del accionar emprendido.
A) LOS TEMAS
En la primera (1ae) comienza hablando de los momentos claves de su obispado: en general,
el contacto pastoral con los fieles y en especial, el Primer Sínodo Diocesano5 (1980-1983),
las peregrinaciones diocesanas a Luján, las puntuales convocatorias con ocasión del hambre o
de los conflictos armados y las ordenaciones sacerdotales y diaconales.
5
Reunió a 400 sinodales, laicos, consagrados y sacerdotes, que trabajaron en comisiones, sesionaron y produjeron una serie de documentos publicados en tres tomos por la Diócesis de Quilmes
6
Recién cuando se le pregunta se refiere a las acciones que tienen que ver con los derechos
humanos. Primero habla de su actuación en el MEDH6 y en seguida de las marchas de las que
participara. De allí pasa a recordar largamente la atención en la Curia diocesana de los familiares de detenidos y desaparecidos y las gestiones que se hacían. Menciona casos puntuales y
estructuras de gestión de ayuda.
En cuanto a su decisión a entregarse a esa causa, no le parecen relevantes sus antecedentes,
salvo algunos encuentros (de Nevares7 , interesados por la creación del MEDH). Comienza a
mostrar su interés por no estar solo en su determinación sino saberse acompañado por otros
obispos.
Entiende que los familiares vinieron a Quilmes porque los recibían y se explaya sobre el dolor y el impacto que los relatos del horror le van haciendo. Por eso, cuando enseguida le preguntan por su definición –y la extrañeza de que fuera nombrado obispo en 1976 con el perfil
político y de iglesia católica en ese momento- se describe a sí mismo como un ignorante de
los problemas y las realidades dolorosas y terribles. Impactado por el encuentro con el obispo
Angelelli8 y, eso sí, muy compenetrado con los documentos de la Iglesia Católica, en especial, los del Concilio Vaticano II y de Medellín.
En cuanto a los otros católicos de Quilmes refiere que los sacerdotes estaban enterados desde
el primer momento de su participación en el MEDH pero por “respeto” no fueron nunca presionados para acompañarlo. Menciona las celebraciones ecuménicas y la misas por los desaparecidos que realizara en Quilmes y concluye lamentando la pérdida de las homilías de esas
celebraciones religiosas9 .
En la segunda (2ªe) comienza hablando de la cátedra de Derechos Humanos de la que es titular en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y de los distintos colaboradores con
los que cuenta para el dictado de las clases.
Enseguida hace una referencia muy pormenorizada de los distintos sacerdotes que lo acompañaron en la ayuda a los familiares, de la ausencia de crítica directa, salvo una advertencia
que recibiera en una única ocasión y de la formación de la Comisión Diocesana de Justicia y
Paz y del tipo de ayuda que proporcionaba el MEDH. El aporte económico se recibe del Consejo Mundial de las Iglesias (protestante) y en una sola oportunidad del Episcopado alemán, a
través de Misereor.
Las elecciones de los sacerdotes para las distintas colaboraciones que necesitó fueron hechas
sin conocerlos previamente y de acuerdo a cómo los veía en el presente.
Vuelve sobre las celebraciones ecuménicas10 y sobre el tema de la CDJP, que se constituye de
acuerdo a las sugerencias de un sacerdote en quien confiara para esto.
6
El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos se creó en octubre de 1976, gracias a la iniciativa de
varios cristianos preocupados por el tema y teniendo como co-fundadores y primeros co-presidentes a los obispos Pagura (metodista) y Novak (católico)
7
Jaime de Nevares, obispo de Neuquen, sin embargo, no se unió al MEDH sino que formó parte de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos. Más tarde formó parte de la investigación que hiciera la CONADEP y
fue representante de su provincia para la reforma constitucional de 1994.
8
El obispo Angelelli de La Rioja era conocido por su compromiso con los pobres y a favor de la justicia. Fue
asesinado en un presunto accidente cuando llevaba las pruebas del asesinato de sacerdotes de su diócesis. El día
de su muerte se publica la designación de Novak como obispo de Quilmes y él entiende que esto es un signo claro de que Dios quiere que él tome la antorcha de Angelelli y siga su causa.
9
Este cuerpo documental, sin embargo, fue encontrado con posterioridad y actualmente es analizado por Graciela Gutiérrez y Daniel Carceglia.
10
En Navidad de 1976 realiza una celebración ecuménica, en la que se pide por los desaparecidos y víctimas de
la represión. Se repite en alguna ocasión en Morón, presidida por monseñor Raspanti y en templos protestantes.
En una oportunidad utilizan un local israelita para hacer este encuentro de oración.
7
Recién entonces se explaya sobre amenazas, cuidados y reacciones ante las autoridades militares, destacando algunas ambigüedades, como las de la policía de un pueblo de la diócesis
que avisaba al párroco cuando le pedían el área liberada11 , para que no estuviera en su casa.
Después vuelve sobre el tema más interno de su comunidad católica de Quilmes y sobre los
niveles de participación y de conocimiento respecto tanto de su militancia concreta como de
la realidad de lo que ocurría en el país. Insiste en que nadie se mostró nunca en desacuerdo
con él en forma abierta y clara. Define a los que pudieran estar en desacuerdo como “una
minoría” y recuerda el caso de los salesianos, únicos que se negaron a ser sede de una de las
“misas por los desaparecidos”.
En cuanto se le pregunta habla muy francamente de la Conferencia Episcopal: su disposición
para recibir a ministros de la dictadura militar y su cerrazón para recibir a sindicalistas y para
propiciar institucionalmente algún lugar de auxilio a las víctimas de la violencia represiva.
Relata la dificultad y debilidad de los pronunciamientos en los documentos del Episcopado
para condenar la desaparición forzada de personas.
Vuelve sobre el tema de no haber sido agredido ni recibido oposición franca de sacerdotes o
católicos de su diócesis y detalla algunas acciones oficiales o del vicariato castrense12 en sentido obstructivo.
Después detalla las ocasiones en que ofreciera su vida y el sentido con que lo hizo.
Se refiere a los informes que hacía de la situación al Vaticano y al Papa y al papel que jugara
el nuncio Pio Laghi.
Hace una reflexión sobre la posibilidad de haber omitido más y más abiertas acciones, por
ejemplo, involucrando a los católicos de Quilmes y concluye con el conflicto con las Madres
de Plaza de Mayo cuando toman la Catedral en forma inconsulta.
En la tercera (3ªe) comienza negando cualquiera participación en actividades referidas a los
derechos humanos antes de ser obispo. Pero que enseguida de ser obispo se compromete con
el MEDH.
Después entra en el tema de su convicción respecto de la verad de la causa –así comienza a
llamarla- de la defensa de las víctimas del terrorismo de estado y las pruebas de realidad que
tiene. En particular, refiere sus vínculos con las iglesias protestantes.
Preguntado por simpatías previas que lo hicieran maleable para la causa de los desaparecidos,
se explaya en definirse como argentino entusiasta, nacionalista e ignorante de muchas realidades sociales y políticas.
Vuelve al tema de la homilía de Pío Laghi y a su desconocimiento de lo que quería decir.
Pero aprovecha para definirse como fiel al Concilio por encima de la Conferencia Episcopal.
Desconoce algún tipo de puja entre otros candidatos y su postulación como obispo de Quilmes.
Ante la pregunta sobre la diferencia de distintos obispos en cuanto a lo que el Concilio Vaticano indica se refiere a la distintas prácticas como fuente de distintas interpretaciones. Vuelve
al tema de las conductas de la CEA, de apertura hacia los militares y de reserva y mala disposición para con los representantes obreros, pese a su condición de católicos prácticos.
Que se sigue de una histórica incapacidad para distinguir entre un gobierno democrático de
uno de facto.
11
Las distintas fuerzas operaban según planes y estrategias secretas y propias de cada arma. Cuando hacían un
operativo se avisaba a las otras fuerzas y a la policía local que no intervinieran aunque recibieran denuncias o
pedidos de auxilio.
12
La juridicción del vicariato castrense no es geográfica sino en el caso de los terrenos militares, de modo que
los sacerdotes adscriptos al obispo castrense comparten, además, las más de las veces, una pertenencia a una
iglesia local, y están sometidos al obispo del lugar. Esta doble pertenencia es muchas veces origen de conflictos.
8
Reitera su gestión para mencionar a los desaparecidos en el documento de Iglesia y Comunidad Nacional13 y el envío de información al Vaticano por propia mano o por la de obispos
conocidos.
Después detalla la forma, frecuencia y participaciones para la realización de las misas por los
desaparecidos. Insiste en la ausencia de oposición y vuelve a preguntarse acerca de las posibles omisiones en su conducta, en especial respecto de la mayor publicidad e invitación a
comprometerse a todos los fieles católicos de Quilmes.
Pero se manifiesta convencido de que el común de la gente ignoraba la magnitud y gravedad
de lo que ocurría.
Vuelve a negar todo conocimiento de oposición a su persona o a sus compromisos, aunque
sospecha de incomodidades. Y vuelve a definir sus decisiones en función de elementos superiores al cuerpo de los obispos.
De nuevo le preguntan sobre la toma de la Catedral que refiere como un hecho de confusión y
de engaño y falta de lealtad.
Reconoce en el Primer Sínodo Diocesano una oportunidad de definición, aunque no suficiente.
Concluye reconociendo en la figura del “Pastor” la que prefiere entre las tantas como es conocido. ” la que prefiere entre las tantas como es conocido. Lo vincula a la oferta de la vida,
su enfermedad y el encargo divino de seguir viviendo para ocuparse de sus ovejas.
B) ALGUNOS MOTIVOS Y LAS RAZONES
Algunas de los argumentos de Jorge Novak14 sobre cómo y por qué se dieron ciertas acciones en su desempeño como obispo podrían reunirse en los siguientes tópicos:
Ser fiel al Evangelio, a los documentos y a grandes figuras, como San Agustín.
Cuando refiere las razones de fondo, los fundamentos de los que hizo y de lo que quiere hacer, menciona la fidelidad a la palabra de Dios, al Concilio y otros documentos del Magisterio y a los modelos de obispos o de cristianos a los que espera asemejarse.
Fidelidad y obediencia se combinan con entusiasmo y firmeza.
...No puede ser mala la evolución de un Sínodo que convocamos por obediencia al Espíritu
Santo, por obediencia a la Iglesia y para identificarnos más como Iglesia (1ªe).
He seguido a San Agustín a otros obispos más santos que yo, que son para todo el pueblo de
Dios... “patet porta, magis cordis”decía San Agustín (1ªe)
...aplicaba la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia... Me entusiasmé con Medellín, en
su momento, el Vaticano II y lo demás corrió por su propia cuenta (1ªe).
13
“Iglesia y Comunidad Nacional”, documento del Episcopado Argentino publicado el 8 de mayo de 1981 . En
su número 37 dice: [...algunos problemas que en el presente acucian a nuestro pueblo, ...nos permitimos señalasr algunos ...] Y de un modo especial, la situación angustiosa de los familiares de los desaparecidos, de la cual ya nos hicimos eco desde nuestro Documento de mayo de 1977, y cuya preocupación hoy reiteramos; así como también eel problema de los que siguen detenidos sin proceso o después de haber cumplido sus condenas, a
disposición indefinida del Poder Ejecutivo Nacional.
A renglón seguido, sin embargo, aclara: Esta mención no significa que olvidemos el dolor de las víctimas del terrorismo y la subversión. A ellos llegue también nuestra palabra de consuelo y comprensión.
14
He optado por “darle la palabra” al obispo de Quilmes, haciendo mínima la interpretación y otorgando el espacio decisivo al discurso del propio Novak.
9
Siempre fui abierto al ecumenismo desde el Vaticano Ii... Fui profesor de Historia de la Iglesia a partir de marzo del 59.... mi enseñanza ... fue abierta, objetiva, un poquito más a partir
del Concilio (3ªe)
¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!... Dios me inspiró ideas, expresiones; pero la fuente
primaria ha sido la Biblia y después el Vaticano II. Agarrarme a la Palabra de Dios y al
Concilio Vaticano II... no preferí ser original más que en una cosa: ser fiel al Vaticano II. Y
a eso me atuve firmemente y luego al Magisterio ulterior: el Magisterio de los Sínodos de los
obispos, de los grandes documentos de Pablo VI,... (3ªe)
Para mí, primero la palabra de Dios, la vida del hombre, la sacralidad de la vida, la definición de Jesús “yo soy la verdad”, entonces jugar a las escondidas con los desaparecidos es
anticristiano (3ªe)
Dejarse afectar por los que sufren y por sus historias de vida
La segunda gran fuente de sus convicciones y de sus determinaciones es la de la vida concreta de los otros, especialmente, de los que sufren. La escucha, la apertura y el tiempo dedicado a dejarse afectar lo modela, lo marca y le enseña, como en un curso intensivo. Estas vidas son otra verdad de la que no puede apartarse.
...Vinieron en gran cantidad [los familiares de los desaparecidos] ... Fue mi experiencia más
fuerte al principio, por la cantidad de gente, de personas y por las características también de
los testimonios, cuando se encontraban a solas conmigo, muchas veces, se echaban a llorar...
Eran horas de escuchar, de escuchar (1ªe)
La otra actividad que ejercíamos desde el MEDH era pastoral: rezar, ofrecer a los familiares lugares para rezar ... Leer la Biblia, consolarse juntamente... nosotros hacíamos la misa... un factor muy, muy importante, el de la consolación... el ministerio de la consolación,
del acompañamiento (1ªe)
... los que han sufrido, como Mignone. Han vivido terriblemente y cuando hablan, hablan
realmente de un dolor, pero también de amor que llega al corazón y a la conciencia del país... esa gente como Mignone.... tienen intuiciones o informaciones y también experiencias
mucho más serias y merecen todo nuestro respeto (2ªe)
No tuve dudas porque ... la pequeña curia... estuvo visitada permanentemente por los familiares y entonces la magnitud saltaba a la vista... nunca tuve la menor duda de que estábamos ante hechos reales de una violencia sistemática y de repercusiones muy grandes con
respecto a los familiares y a los afectados... también había detenidos: estos familiares también llegaban y entonces se acentuaba la impresión que uno se iba formando sobre la violencia represiva o represora. (3ªe)
Yo creo que hoy lo haríamos igualmente... primero de solidaridad con el dolor de estos padres y madres y, segundo, una denuncia más impactante de una crueldad ampliamente inaudita. (3ªe)
Ante este sufrimiento, ante el atropello a la dignidad humana no se puede dejar de tender
una mano, la palabra, la oración y ante todo una ayuda material a aquellos que necesitan
(3ªe)
La práctica cristiana como camino formador de conciencia y de actitud
Por eso su conversión no es entendida como un camino de formación intelectual (aunque le
gusta definirse como tal) sino como una formación en la caridad operante, en la praxis con-
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creta y entregada. La ausencia de prejuicios o predeterminaciones le permite ver y decidir “de
camino” .
...a los sacerdotes los fui conociendo sobre la marcha... no vivir de informes, sino ir apreciando sobre la marcha. (2ªe)
No tenemos, como el Santo Padre, una comisión de Interpretación del Conclilio, lo estamos
interpretando en la práctica (3ªe)
Por un lado teníamos una Doctrina Social y por otro lado teníamos una práctica... y a los
obispos no se nos da orientación al respecto... (3ªe)
Progresión en su determinación
Más concretamente, es el choque con la realidad muy concreta de la vida de los hombres y de
las comunidades, es la necesidad imperiosa de responder, la responsabilidad episcopal, la que
produce los cambios más decisivos. No son cambios de ideas, no son cambios de fundamentos, que siguen los mismos. Es la cruda realidad la que lo obliga a ser el que va siendo.
...volvieron a contactarme y yo preferí el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
porque nos daba una identidad bien cristiana. (1ªe)
Un alumno mío, sacerdote, comentó... “Novak es muy bueno, pero anda en las nubes”... se
maravillaron todos de mi evolución; pero yo creo que más que e evolución era la conciencia... uno vivía ... sin tener que tomar decisiones frente a esos hechos; y como obispo, bueno,
no había otra. (1ªe)
Mi conocimiento de la situación era relativo, muy interno de la orden religiosa ... Pero no
hice ningún lavado de cerebro , no tuve que hacer un viraje, sino despertarme a una realidad
... No había actuado porque no había tenido necesidad de definirme. (1ªe)
[participación con organizaciones de derechos humanos] Antes... no puedo decir que no haya
tenido, más que muy remotamente, ... (3ªe)
...se ve que me habían visto predispuesto por la causa... (3ªe)
...el noviciado era un foco muy cerrado a la política... a mí me encontró la predisposición de
un nacionalismo sano... vivíamos con mucha euforia el país... fuimos una isla de paz en un
mundo convulsionado... un pueblo razonable, sensato, autónomo de las presiones internacionales (3ªe)
...en un año hice una “curso intensivo de Derechos Humanos”. Para mí el Concilio era
aceptado, pero luego hubo que definirse ante situaciones bien concretas y ahí no tuve dudas
de que tenía que optar por el ser humano... en mi pastoral con los seres desaparecidos, con
los familiares de los desaparecidos opté por la verdad, opté por la verdad.... si hubiera cerrado la curia ... habría sido una abstracción... pero la abrí de par en par... por eso nunca en
mi corazón pude aceptar la muerte. (3ªe)
Preocupación por la justicia y la equidad
En ese camino no sólo el dolor, sino la equidad, son los que lo interpelan. Novak se pone rápidamente del lado de los débiles y de los que no parecen tener demasiados obispos a su lado.
Lo plantea como una cuestión de justicia pero lo desarrolla como una práctica de la solidaridad inmediata.
Me interesé por los que perdían el trabajo, cuando cerró Peugeot, no había otra... (1ªe)
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[en la Conferencia Episcopal] un mes después de mi ordenación... tuvimos la visita de Martínez de Hoz, que nos habló dos horas largas. Y cenó con nosotros, y estuvo disponible para
algunas consultas después de la cena. Entonces, prácticamente mi primera intervención, fue
al día siguiente, pedí la palabra y dije que nos habíamos declarado como cuerpo a favor del
gobierno... entonces pedía que también pudieran acceder los de la vereda de enfrente del ministro: los obreros, la gente... Después vinieron los generales Jáuregui y Martínez, lo mismo,
toda una sesión, comieron con nosotros... Son pruebas contundentes... de que el Episcopado
como colegio estaba afectivamente con los militares (2ªe)
Después se discutía si a los religiosos, las religiosas se les podía dejar media hora. Los obreros... Pedían por favor ser escuchados por los obispos... no podían cenar con nosotros [fueron atendidos] en la portería, con los obispos que querían, no obligados como estábamos nosotros a escuchar a Martínez de Hoz y compañía (2ªe)
Todo lo que llamamos derechos humanos... también en otros aspectos... la cuestión social, la
política socioeconómica que terminó cerrando fábricas ... la democracia... es una opción
histórica... eran impresionantes las medidas contrarias al movimiento obrero...la primera
plana de un diario... decía “los obreros apelaron al Congreso Mariano”... no había congreso Nacional y apelaron al Congreso Mariano. Pero en la oración de los fieles ni por asomo
hubo una mención (3ªe)
Cuando los obreros pidieron ser atendidos en la Asamblea, reiteradamente... nunca fueron
atendidos en la sala... después de cena, en la portería... escuchemos también a la otra parte
(3ªe)
La común condición de católicos como razón de merecimiento
Un argumento que resulta por lo menos curioso y que no es casual, porque se repite en dos de
las tres entrevistas, es aquél de que, al menos, la condición de católicos debe obligar a la
asistencia caritativa
...los siniestrados eran católicos, hijos de la Iglesia (2ªe)
la causa me parecía lógica ... la representatividad de estos hermanos en la fe destruía toda
duda de que pudiera haber cualquier otra intención (3ªe)
...Y todos católicos, el gobierno democrático y el gobierno de facto (3ªe)
La inmensa mayoría de las víctimas eran católicos, de modo que era justo que nosotros hubiéramos pedido, pero no lo hicimos (3ªe)
De vez en cuando, evidentemente, la gente colabora, era aliviar la situación y decir, “bueno,
si son católicos los tengo que ayudar”. (3ªe)
Respeto de los otros y cuidado de la vida
Sin embargo, en el tema que nos ocupa, optó por una práctica individual, no secreta, pero no
coercitiva para los sacerdotes o fieles de la iglesia de Quilmes. No quiere forzar a nadie en
una causa que entraña riesgo de vida y para la que se padecen muchas incertidumbres. Asume
como una carga dolorosa esta distancia que, a la vez, trata de mantener con todo cuidado.
No era fácil, mi preocupación siempre fue tras mi convicción de la causa que nunca dudé: no
desorientar a los feligreses que estaban mal informados o estaban informados contrariamente. (1ªe)
Nunca quise obligarlos (1ªe)
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El contacto con el presbiterio...en el primer retiro que les prediqué, en noviembre del 76, les
informé, miren yo estoy en el MEDH, como cofundador, copresidente. Fue una comunicación, no una exigencia de colaboración. (2ªe)
Me habían pedido los nombres de los miembros de la Comisión de Justicia y Paz... no sé si
era la policía o el ejército... recuerdo muy bien que no se los di... Sé que ellos corrían peligro... (2ªe)
...ellos sabían que yo estaba, pero no se trataba... fueron años de accionar individual, digamos... jamás hice presión para nada, pedido de ayuda. Sí sabía, yo no hacía misterio de eso,
pero nunca he apelado... y los laicos tampoco... fueron años más bien de compartir con los
hermanos protestantes para un desahogo, ... siempre he creído que era un tema muy delicado, muy difícil y que no debía exigir a nadie que me acompañara en esto. Pero tampoco lo
ocultaba; así que el que quería me podía acompañar. (2ªe)
Admiración por sacerdotes y obispos
En ese camino en gran parte solitario, por lo menos en lo que al propio pueblo de la iglesia
quilmeña se refiere, reconoce, sin embargo, figuras señeras que, al modo como lo son los
grandes protagonistas de la Historia de la Iglesia, como modelos y como compañía le proporcionan seguridad y auxilio. Y, a juzgar por las expresiones, verdadera alegría por el reconocimiento.
...excelente [impresión de monseñor Angelelli] ...era un pastor abierto, sencillo, ... buen sacerdote, buen obispo, un hombre de Dios.
[Hesayne y De Nevares] ...me impactaron como sacerdotes, me impactaron mucho por su
manera de ser, sus ideas...yo apreciaba mucho la sencillez de los dos, el clima de amistad
que sugerían inmediatamente. (1ªe)
Yo admiro a los sacerdotes que me han, no acompañado, sino cuando hacíamos una manifestación me decían: “¿Por qué no nos avisó? Hubiéramos ido”. (1ªe)
El padre JA, por ejemplo, me hizo mucho bien. Tengo un sacerdote en quien confiar en esa
materia. (2ªe)
He sido obispo 22 años con muchas limitaciones; eso no es profesionalidad... una posición
que hay que respetar. A veces estoy con mis colaboradores y digo “que inteligentes, que
ágiles” y me alegro porque Dios me los dio, y suple de muchas deficiencias mías.
Interés por la pertenencia a la institución y por el reconocimiento de pares
Más allá del respeto y la distancia con unos, de la admiración modélica respecto de otros,
Novak tiene una conciencia muy vívida y un real aprecio por su pertenencia eclesial. No sólo
en un sentido amplio y común a todo el pueblo de Dios, sino también en un sentido preciso
de comunión episcopal: sus muchas diferencias con la Conferencia de aquellos años no le hacen olvidar ni por un instante las jerarquías y los debidos respetos. Sus “alianzas”, en muchos
sentidos de la palabra, con algunos obispos, le proporcionan el suelo firme para todo lo que
construye en su diócesis en relativa soledad.
Hicimos una elección: Mons. De Nevares quedó en la Asamblea Permanente... cuando había
que salir al aire o a la calle, o hacer algunas declaraciones... entonces firmábamos todos...le
decía a Mons. De Nevares “Yo, si salgo solo como obispo voy a quedar descolocado”... pero
si hay otro obispo ya es más; según el adagio romano: “Uno no forma colegio, pero dos comienzan a formarlo... [con] Mons. Hesayne... constituimos un trío (1ªe)
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...hasta Collinos me deseó éxito. Porque le comuniqué que había aceptado la Cátedra [de
Derechos Humanos en la Universidad de Lomas de Zamora] y me contestó en una esquelita
que me deseaba éxito y quedé en paz con el obispo local (2ªe)
Un tiempo estuvo monseñor Raspanti, la segunda celebración ecuménica por los derechos
humanos fue en Pentecostés ... y se hizo en Morón... tenía mucha autoridad moral... después
él ya no continuó esa acción... (2ªe)
...fui a Laguna, como asesor de Justicia y Paz... nos respetábamos... le pregunté, “¿te parece
que debería dejar la lucha por los derechos humanos?” “No, no, me dice, vos sos una garantía, vos tenés que seguir (2ªe)
Después, por el mismo tiempo, fui a entrevistar al Cardenal Aramburu, como Arzobispo de
Bs. As.... y le dije: “Cardenal, eminencia, ¿Ud. Tiene algún inconveniente?, sabe que yo estoy con los de los derechos humanos, el movimiento ecuménico. Nuestra sede está en Buenos
Aires ¿usted tiene algún inconveniente?”... No dijo que no. No fue entusiasta, tampoco, pero
respetuoso. Yo podía tranquilamente estar en paz con él, saberme en comunión con él... (2ªe)
En “Iglesia y Comunidad Nacional” hay un número sobre los desaparecidos, que pudimos
meterlo con Laguna en el último segundo... (2ªe)
Pero hay razones superiores al consenso de los obispos
Sin embargo, Novak nos vuelve al inicio de estos fragmentos de discurso: la colegialidad es
buena, la pertenencia es saludable. Pero en caso de conflicto son las grandes instituciones de
la Escritura, del Concilio universal y, sobre todo, Dios y su Hijo, quienes dirimen la cuestión
de la verdad y de la obligación.
... de modo que en caso de discrepar con cualquier otro obispo yo, hipotéticamente, incluso
en la Conferencia Episcopal, yo sabía que podía contar con el Concilio. ... Porque esa asamblea sí que tiene la asistencia del Espíritu Santo. Una Conferencia Episcopal no la tiene tan
firmemente. (3ªe)
Cada vez que yo iba a la Conferencia me sometía no a un juicio político, pero a una incomprensión de los colegas, porque éramos poquísimos los que estábamos... y eso lo fui discerniendo. ... Tengo que mirar lo que hace la Conferencia o tengo que elevar la puntería, a la
cruz, al Concilio, a lo más elemental del sufrimiento humano: un padre y una madre que les
ha desaparecido un hijo. (3ªe)
Ausencia de oposición directa
El resultado de su estilo de obrar le devuelve una comunidad que ni individual ni grupalmente se opone abiertamente a sus compromisos. Novak insiste en el carácter de sabido de
los juicios que versan sobre él y se compadece de los fieles que seguramente dudan y se
sienten incómodos y perplejos por su accionar. Pero insiste en que nunca fue confrontado ni
molestado por nadie.
Entonces un sacerdote, fue el único caso, me advirtió que eso era marxismo, que me cuidara
de los derechos humanos, que era un área de izquierda y me lo dijo con bastante preocupación, siempre con respeto... respeto al Obispo. Pero fue la única vez que se me objetó (2ªe)
... tampoco me hicieron jamás amenazas personales (2ªe)
Qué sé yo si hubo comentarios contrarios, que los pudo haber habido evidentemente. Nunca
se hizo una campaña para hacerme dificultar esto. ... creo haber recogido el respeto que me
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tuvieron siempre... posiblemente, no siempre conformes con mi actuación, pero pienso que
sería una minoría. (2ªe)
[cuando los salesianos negaron su templo para una misa por los desaparecidos] fue el único
caso en que alguien me dijo, por favor, no (2ªe)
En mi cara nadie me dijo (2ªe)
Presiones, no, abiertas, nunca, nunca. Lo que sí, éramos tres obispos muy acotados. (2ªe)
No recuerdo que alguien hubiera venido a quejarse por sus familiares [víctimas de la subversión] , tenía todo el derecho, pero no recuerdo. (2ªe)
Yo me opuse a que en la Plaza de Quilmes hicieran la Jura de la Bandera y Monseñor Bonamín la autorizó, porque decía “donde están los militares está la jurisdicción”. (2ªe)
Un día, un capellán que no era de la diócesis, me llama por teléfono y me pide dispensa de la
ley de abstinencia de la Cuaresma. Dice: “hicimos un asado y ahora nos dimos cuenta que
era viernes”... Ésa fue al única demostración que aceptaba mi autoridad como obispo local.
... Le dije que sí, muy generosamente, buen provecho. (2ªe)
... tuve que aguantarme todas las consecuencias de ciertos círculos que me indicaban y me
sindicaban como zurdo, pero nunca me preocupé a ver si me llamar zurdo o no. (3ªe)
[que era zurdo] no me lo dijeron en la cara...era común... yo no lo escuché de labios de ningún obispo ni tampoco de ningún oficial o funcionario, pero era común la opinión. (3ªe)
[la congregaciones religiosas] no, no me han dicho nunca que no les gustara. Pero yo suponía que podía haber disgustos porque.... era un tema urticante por sí mismo y sólo la gran fe
católica de la gente aceptaba que el obispo pudiera hacer una pastoral ... que dejaba perplejo... fue mi gran sufrimiento... la perplejidad en la feligresía (3ªe)
Límite y ruptura cuando hay riesgo de algún conflicto interno
No todas han sido rosas en los resultados de tanto cuidado por la aceptación de unos y el respeto de todos. El conflicto con las madres que inesperadamente toman la Catedral lo ofende y
lastima al punto que decide dar fin a las misas que mensualmente celebraba por los desaparecidos. La razón parece ser la de una división interna entre ellas, que las torna problemáticas
para Novak, aunque pareciera que el conflicto decisivo no es tanto el que mantienen ellas entre sí sino el que desatan con el obispo y sus fieles de la Iglesia Catedral.
[la ocupación de la Catedral por las Madres de Plaza de Mayo] ... fue un hecho insólito, no
nos avisaron nada... nos tuvo a mal traer... no me presenté, tomé un poco de distancia por lo
insólito que había sido la medida. Porque si nosotros las habíamos acompañado siempre,
¿por qué nos ponían en una alternativa tan difícil?... son momentos complejos... ¿Cuál fue la
última motivación? ¿Por qué eligieron nuestra catedral? ¿Porque no las íbamos a echar, a
lo mejor...?(2ªe)
... algunas vinieron a verme lamentando... así que no habían estado muy de acuerdo todas
¿no? Y con eso se terminaron las misas de los familiares de los desaparecidos. Las dimos
por terminadas... Porque previmos que había tendencias... (2ªe)
Es un misterio; nunca lo aclaramos. Para nosotros fue una molestia muy grande... no hicimos ni siquiera una investigación de dónde venía esto y gracias a Dios se retiraron... como si
fueran nuestros enemigos o nosotros fuéramos enemigos de ellos (3ªe)
No sabe si hizo todo lo posible
Finalmente Novak no sabe si ha hecho todo lo que podía, y, aún peor, todo lo que debía. Se
confiesa parte de esa ciudadanía y de esa comunidad creyente perpleja y atemorizada. Se en15
cuentra a sí mismo en un terreno no definido previamente y cruzado por interrogantes y
cuestionamientos. Pero parece concluir en que efectivamente hizo todo lo que entonces pudo...
Tampoco pudimos nosotros motivar. Yo no hice ninguna colecta en Quilmes por eso... yo a
veces pienso en esto, digo, fui demasiado débil... no hice todo ni remotamente lo que podía
haber hecho, debía haber hecho... a veces la prudencia pastoral a uno le hace dudar hasta
dónde ir o hasta dónde no ir. (2ªe)
Hacer un examen de conciencia, si uno fue prudente, fue condescendiente, porque respetarlos o hubiera sido conveniente... (2ªe)
Nunca he forzado a nadie, y quizás alguno hubiera esperado alguna invitación un poco m’s
personal, pero no, no la hice, no sé si fue lo mejor o no (3ªe)
Hubiera sido muy conveniente que el Sínodo produjera una comisión... de los Derechos Humanos... hemos quedado sin una verdadera convocatoria abierta y educación también
abierta.... En el momento que se vive esto se procesa, con oración, con consulta... (3ªe)
Ofrecer la vida
En definitiva, no se trata tanto de acciones éticas o eficaces para la denuncia, la defensa o la
asistencia. No se trata tampoco de la meditación y el discernimiento en orden a la luz y la
certeza. Sino que se trata de estar dispuesto, con toda seriedad, a dar la vida por aquellos que
particularmente o en común con todos los obispos, le son confiados.
Nunca he tenido miedo... Porque me decía “si tengo que morir, eso está en los planes de
Dios”. (2ªe)
La idea de ofrecer mi vida la maduré bastante y me planteaba siempre dos cosas: que no hay
que hacer teatro y que Dios toma en serio... tenía que ser algo de Dios... La primera vez ...
fue en la primera misa con los familiares de los desaparecidos, junio del 79, en la Catedral...
no tienen que morir las ovejas, sino el Pastor... la otra ocasión fue cuando estaba muy aguda
la situación con Chile... y la otra por Malvinas . (2ªe)
... y ahora, en la Misa de San Cayetano, otra vez, en la Misa de los tres sacerdotes. Siempre
me hago un planteo de que no puedo ser fariseo, aparecer como gran tipo y también, que me
tiembla la piel... qué menos se puede hacer que ofrecer la vida como Pastor.
Su deseo de ser pastor
Porque, preguntado acerca de las múltiples imágenes construidas de su persona y sus preferencias personales, no duda un instante: él quiere ser, el ideal de su vida el llegar a ser, el
buen pastor de su ovejas.
Escucha y apertura, respeto y cuidado, integración y denuncia: todos los gestos que dibujaron
los distintos elementos de sus razones y motivos, se concentran en una figura hecha de fidelidad, de cordialidad y de proximidad personal: el pastor que conoce por el nombre y da la vida
por sus ovejas.
Yo me siento obispo cuando entro en contacto con los fieles.... siempre pienso que la vida
del obispo es el contacto con su fieles, como pastor con las ovejas (1ªe)
La figura que más me gusta es la del Pastor... Tuve que hacer un curso intensivo de Derechos Humanos... porque más deseo eso y en ese sentido es inspirarme en el Pastor de los
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Pastores, por supuesto, Jesús... los grandes padres, La visita pastoral es la máxima actividad... un obispo caminador... un obispo cercano a todos los sacerdotes... y a los fieles.
... durante mi enfermedad tuve como una visión... en la que veía como en un sobrevuelo los
barrios... y sentí una orden del Padre. Y sentí una verdadera nostalgia por los barrios, recordando los tiempos de mi vida. Pero luego vino la contraorden: “Deberás pastorear a tu
pueblo”. .. Entonces ... aprecio ... la gratuidad, es decir, dar gratuitamente sin medir el costo. ... tengo que vivir Pastor y Buen Pastor. De vuelta Dios da la vida, yo a agradezco a Dios
que he podido estar cerca de eso, no sólo en el campo de los desaparecidos, sino en las
ofrendas de mi vida... no morí en ese momento... ahí creo que está el más auténtico Novak.
(3ªe)
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III – ALGUNAS PREGUNTAS FINALES
El recorrido que hicimos es por demás apretado en la primera parte, de informe, y es inicial y
provisorio en la segunda parte, que puede y debe ser ampliada con otras interpretaciones. Pero es suficiente como para que en estas jornadas podamos preguntarnos y debatir en torno a
algunas cuestiones:
En cuanto a los distintos actores de la iglesia de Quilmes: ¿Qué sentido tiene y cómo debemos interpretar la diferencia entre el recuerdo de los entrevistados y la “realidad” de los textos escritos, respecto al discurso de Novak? ¿Cómo tenemos que interpretar el giro de los actores hacia una postura de simpatía y comprensión hacia el accionar de Novak para con los
desaparecidos: ¿oportunismo? ¿caída de una venda y conversión personal? ¿necesidad de
“salvar” la figura del obispo? ¿necesidad de “salvarse”?
En cuanto al obispo Novak: ¿Quién es, realmente Novak: un revolucionario o un obediente,
un conservador o un progresista? ¿Nos sirven estas categorías para entenderlo o necesitamos
pensarlo desde sus propias ofertas categoriales de definición y comprensión? ¿Desde qué lugar preciso actuó a favor de los desaparecidos: como obispo y conductor de toda una comunidad religiosa o como individuo creyente y preocupado, pero independiente de su función
episcopal? ¿Cómo quilmeño, como argentino, como católico “universal”?
En cuanto al estudio intentado: ¿Qué es exactamente lo que estamos produciendo: es posible
que abramos un debate sobre los hechos y sus sentidos, sobre las personas, sus recuerdos y
sus posturas... o estamos construyendo una especie de “bronce” inamovible al que cada tanto
se homenajeará con algún incienso académico o social?. Entonces, ¿conviene insistir en este
camino, construye conocimiento o sencillamente ratifica algo “que ya se sabe”... porque lo
que no se sabe y resulta incongruente no se toma en cuenta o se descalifica ideológicamente
Ciertamente de lo que se trata, por lo menos, es de “entrar en conversación” y comenzar a
dejarse afectar por el cruce de relatos y de hermenéuticas. De insistir en intentar comprender.
Y de hacer de la memoria una fuente de perspectivas y de convicciones que nos permitan
adueñarnos de nuestras esperanzas.
Es decir: construir ética.
Luisa Ripa
Septiembre de 2000
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