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TRABAJOS ORIGINALES
Hábitos y actitudes alimentarias en
estudiantes de la Universidad
Nacional de Colombia
Luis Alberto Angel, Luz Marina Martínez, Rafael Vásquez,
Katerine Chavarro • Santafé de Bogotá, Colombia
Objetivos: establecer los hábitos alimentarios y su control en universitarios; su
relación con la figura corporal, actitudes, comportamientos y el género.
Diseño: estudio observacional descriptivo transversal.
Marco de referencia: estudiantes de pregrado del segundo período de 1994,
mediante muestreo aleatorio multietápico, estratificados por sexo y facultades.
Sujetos: fueron encuestados 424 sujetos.
Intervenciones: encuesta de tamización de hábitos y trastornos del comportamiento alimentario.
Mediciones principales: frecuencia de comidas, bebidas, alcohol y tabaco; actitudes, percepciones y comportamientos sobre su figura, peso corporal y alimentación.
Resultados: se evaluaron 229 hombres y 195 mujeres; los estudiantes del área de
la salud desean con mayor frecuencia comer en situaciones especiales, comen en
exceso, se producen atracones y realizan más prácticas compensatorias. El 35%
salta con frecuencia una de las comidas principales o carecen de un patrón definido. Las mujeres refieren mayor insatisfacción con su imagen corporal, saltan más
desayunos y almuerzos, se preocupan por el peso sin poder controlarlo. Las dietas,
los laxantes, los atracones y la inducción del vómito son frecuentes. Las dificultades en la alimentación durante el crecimiento, saltar comidas y la restricción al
consumo fuera de casa se reflejaron en menor talla.
Conclusiones: los universitarios tienen con frecuencia hábitos alimentarios y
formas de control inadecuados, asociados a distorsión de la imagen corporal, las
actitudes y los comportamientos inadecuados son más frecuentes entre las mujeres y en el área de la salud. (Acta Med Colomb 1999;24:202-208)
P a l a b r a s c l a v e s : hábitos alimentarios, universitarios, figura corporal, peso corporal,
talla corporal, autocontrol.
Introducción
En la actualidad existe un gran despliegue de información sobre el impacto de la alimentación en el estado de
salud de los individuos, en el cual participan todo tipo de
organizaciones. Las entidades oficiales de salud a nivel
nacional e internacional (1-3) emiten de manera permanente publicaciones y mensajes sobre la alimentación de los
pueblos, lo que debe ser una alimentación normal y las
bases de la misma, todas ellas tratando de obtener un estado
de salud óptimo y al que se ha denominado como "alimentación sana".
202
A c t a Médica Colombiana Vol. 24 N° 5 - Septiembre-Octubre - 1999
Por otra parte se encuentra el componente comercial, la
gran industria, utilizando los mismos postulados y ofreciendo múltiples oportunidades y opciones de productos
alimenticios, entre los cuales puede escoger el consumidor
Dr Luis Alberto Angel: Profesor Titular, Unidad de Gastroenterología, Departamento de Medicina Interna. Universidad Nacional de Colombia. Jefe Departamento de
Nutrición, Fundación Cardioinfantil- Instituto de Cardiología; Dra. Luz Marina
Martínez: Psiquiatra, Hospital San Rafael. Fusagasugá. Beneficencia de
Cundinamarca; Dr Rafael Vásquez R.: Profesor Asociado, Unidad de Psiquiatría de
Niños y Adolescentes, Depto. Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia; Dra. Katerine Chavarro: Psiquiatra. Hospital Mental de Risaralda.
TRABAJOS ORIGINALES • Hábitos y actitudes alimentarias en universitarios
de todas las categorías sociales, en consonancia con los
programas de prevención y promoción de la salud. De otro
lado están el resto de estamentos sociales entre los cuales se
destacan la familia como unidad de enseñanza y aprendizaje de unos hábitos de alimentación adecuados y el sistema
educativo en sus diferentes niveles, en donde la gran mayoría de estudiantes toman con frecuencia la comida principal, sin que esto garantice una calidad, cantidad y adecuación a sus condiciones fisiológicas y socioeconómicas.
Al margen de los mismos existen intereses de otro orden, entre los cuales se mueven todo tipo de personas y
entidades, la mayoría de las veces económicos; aquí la
oferta de alimentos y productos alimenticios es independiente de la promoción de la salud, el grupo de individuos a
los cuales va dirigido es indiscriminado, las campañas
publicitarias son agresivas y hacen caso omiso del nivel de
conocimiento del sujeto en la materia y de la posibilidad de
tomar una opción razonada, sin tener en cuenta los resultados a corto o a largo plazo. En dicho proceso se promueven
pautas de comportamiento específicas con respecto a los
alimentos, se refuerzan actitudes hacia los mismos e inducen hábitos de alimentación supuestamente "saludables" o
"convenientes", creando así dependencias y patrones específicos de consumo.
Completamente ligado a lo anterior se encuentra una
publicidad muy intensa que establece como normas y requisitos para el éxito una figura corporal estilizada, pero ya
deformada por las lentes y las cámaras fotográficas. Asociado a esto, otros grupos comerciales poderosos venden
toda clase de productos, con la promesa de facilitar el logro
de esta figura corporal sin que consideren para nada la
variabilidad individual y, mucho menos, los resultados de
luchar contra unas condiciones biológicas contrarias a dichas prácticas y objetivos.
Por eso, en la actualidad los trastornos alimentarios han
dejado de ser un problema que atañe exclusivamente a
médicos especialistas, porque son además temas muy llamativos para los medios de comunicación, dada la espectacularidad del relato y el pánel fotográfico de un paciente
con problemas de obesidad, anorexia nerviosa y bulimia
nerviosa.
Estas enfermedades, antes consideradas como patrimonio exclusivo de países industrializados (4), han sido descritas cada vez con mayor frecuencia en nuestro país (5, 6),
en diversos grupos de población, lo que denota el comportamiento de nuestra población como muy cercano al de los
países industrializados y en consonancia con el comportamiento poblacional colombiano de tipo industrializado.
Aunque los estudios nutricionales son importantes, en
Colombia no se han realizado estudios amplios sobre el
comportamiento alimentario de la población a excepción
de algunos intentos de tipo local (3), comparables con los
realizados en otras latitudes y en las que se observan variaciones importantes en términos de género, edad, distribución geográfica y orientación vocacional (3, 7-12).
Acta Med Colomb Vol. 24 N°5 ~ 1999
Los objetivos del trabajo fueron: 1) Establecer los
hábitos alimentarios de los estudiantes de la Universidad
Nacional de Colombia, matriculados para el segundo semestre de 1994 y el primer semestre de 1995. 2) Determinar la frecuencia de actitudes y hábitos de control de la
alimentación y del peso de este grupo de estudiantes. 3)
Especificar la frecuencia de insatisfacción con la figura
corporal de los estudiantes universitarios. 4) Establecer
las diferencias en hábitos, actitudes y comportamientos
con relación al género.
Material y método
El estudio fue de tipo observacional descriptivo transversal.
El universo a estudio fueron los estudiantes de pregrado
de la Universidad Nacional de Colombia, matriculados en
el segundo período de 1994. Se realizó un muestreo
multietápico representativo de todos los estudiantes de la
universidad en dicho semestre, los cuales formaron parte
del estudio de prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario y publicados en un número anterior (6). En
la primera fase se estratificaron los sujetos por género y
facultades, se eligieron aleatoriamente por computador,
una vez determinado el tamaño de la muestra, y se emitió el
listado correspondiente a partir de los registros consecutivos de todos los estudiantes universitarios. La muestra se
determinó con un límite de confianza de 95%, una seguridad de 5% y una probabilidad de 50%. Se calculó un total
de 376 sujetos, al cual se adicionó 10% por posibles eventualidades que pudieran dificultar la aplicación del instrumento; el total de la muestra estimada fue de 414 sujetos.
Todos fueron encuestados durante el primer semestre de
1995 siempre y cuando continuaran siendo estudiantes activos de la universidad.
El instrumento utilizado fue una encuesta de tamización
para trastornos del comportamiento alimentario, diseñada
para el conocimiento y el diagnóstico de los hábitos, las
actitudes y el comportamiento alimentario; contiene entre
sus partes preguntas referentes a la frecuencia de los diferentes tiempos y tipos de comida, así como del consumo de
alcohol, tabaco, bebidas azucaradas, café, aromáticas, té y
sacarosa; el consumo de alimentos en situaciones especiales y habituales; las actitudes y percepciones sobre su figura, el peso corporal, la forma de alimentarse; la realización
de conductas tendientes al control del peso y la alimentación, como consumo de medicamentos, realización de dietas y maniobras para su control.
La encuesta incluyó 26 preguntas de opción múltiple
(cuatro proposiciones) excluyentes entre sí y las seis restantes con la posibilidad de elección múltiple o respuesta
numérica como en el caso de los hábitos de alimentación.
Procedimientos para la recolección de la información
Se citaron todos los estudiantes escogidos mediante
afiches en las facultades correspondientes, especificando el
203
L.A. Angel y cols.
lugar, la fecha y la hora de la reunión. En ésta se aplicó el
cuestionario de autorreporte explicando previamente los
objetivos y el carácter voluntario, caso en el cual debían
firmar cada encuesta y proceder a responderla. Los estudiantes que no asistieron al primer llamado se citaron nuevamente hasta completar la muestra predeterminada.
Análisis estadístico
Los datos se presentan en forma de medidas de tendencia central, percentiles y proporciones y se establecieron
las diferencias para promedios y proporciones mediante
tests paramétricos, no paramétricos y análisis de correlación. Se aceptó un error alfa inferior al 5%. El procesamiento de los datos se realizó por computador, utilizando el
paquete estadístico Systat 5.0 (Systat Inc.).
Resultados
La muestra obtenida la conformaron 424 estudiantes,
dado por los 411 de los 414 programados y 13 voluntarios
acompañantes de los anteriores, con predominio del sexo
masculino: 229 hombres (54%) y 195 mujeres (46%), manteniéndose una distribución similar al universo de la población universitaria según el sexo y facultades representadas.
La edad, el peso y la talla fueron significativamente menores para las mujeres (p<0.0001), sin diferencias en el índice
de masa corporal (IMC) aunque levemente superior en las
mujeres (Tabla 1).
Los estudiantes del área de la salud se diferenciaron en
sus hábitos y actitudes alimentarias de los de las demás
carreras en forma significativa (Tabla 2) tanto en situaciones especiales (reuniones de trabajo, momentos difíciles,
cuando tienen que tomar decisiones, después de haber
comido, exámenes, conferencias) consumiendo en exceso, cómo produciéndose atracones con mayor frecuencia
(comen en exceso a sabiendas de que se van a sentir mal);
204
al parecer, como consecuencia de lo anterior, se sienten
culpables del hecho e intentan corregirlo con mayor frecuencia (Tabla 2). En cambio, les gusta consumir alimentos en grupo y no se molestan por la forma como comen
los otros comensales.
En la Tabla 3 se describen en detalle los diferentes
tiempos de comida y los hábitos de consumo. Se presentan
los percentiles para cada uno, los promedios y los intervalos de confianza del mismo, demostrándose una agrupa-
TRABAJOS ORIGINALES • Hábitos y actitudes alimentarias en universitarios
ción de frecuencias asimétrica, a excepción del consumo de
bebidas azucaradas por día. Para el caso del consumo de
alcohol en forma de licores hubo un registro deficiente y
ambiguo en un gran número de ellos, por lo cual no fue
tenido en cuenta.
En la Tabla 4 pueden apreciarse las frecuencias de los
diferentes hábitos alimentarios en los cuales es de resaltar
el elevado porcentaje de sujetos (35%) que saltaban con
frecuencia una de las comidas principales o no lograban
identificar un hábito patrón.
Con respecto a la satisfacción con la imagen corporal, ésta es superior en los varones (Tabla 5). La talla fue
significativamente inferior en los sujetos insatisfechos
(-3.5 cm) que a su vez tenían un IMC superior, dada la
igualdad en el peso; además, saltaban con mayor frecuencia el desayuno y el almuerzo (≤3/sem) y consumían con
menor frecuencia bebidas azucaradas (Tabla 5).
En relación con las actitudes hacia el peso y las conductas para su control, fueron más frecuentes entre las mujeres
(p<0.05); aunque no hubo diferencias en la frecuencia de
sobrepeso u obesidad, las mujeres deseaban reducir su peso
en promedio 1.4 kg mientras que los hombres querían
aumentarlo en 2.7 kg (p<0.001). La frecuencia de déficit de
peso fue ligeramente superior al de sobrepeso y obesidad
(12.9% vs 8.9%).
Entre 33% y 45% de los estudiantes afirmaron sentirse
culpables cuando por alguna razón o situación consumían
alimentos en exceso, de los cuales sólo la mitad intentaron
una corrección ulterior. La frecuencia de la forma más
Acta Med Colomb Vol. 24 N°5 ~ 1999
grave de exceso alimentario denominada como atracón
puede apreciarse en la Tabla 6, la cual predominó entre las
mujeres y que a su vez saltaban desayunos y comidas con
mayor frecuencia (≤3/sem, p<0.05). Otras formas de control adoptadas son la inducción del vómito, el uso de laxantes, diuréticos y anorexiantes (Tabla 6), siendo superior la
frecuencia del vómito entre las mujeres, también asociado
con mayor salto de desayunos y almuerzos (≤3/sem) y
menor consumo de bebidas azucaradas (p<0.05).
La realización de dietas fue relativamente frecuente (Tabla 7), la mayoría por iniciativa propia y especialmente las
205
L.A. Angel y cols.
mujeres. Quienes las realizan frecuentemente presentan
una talla inferior (p<0.006) e IMC superior (p<0.042), de
nuevo, saltando con mayor frecuencia el desayuno y la
comida (≤3/sem, p<0.03). Quienes refirieron haber tenido
dificultades en su alimentación durante la infancia o la
adolescencia igualmente tenían una diferencia en talla
significativamente inferior comparada con los restantes (Tabla 7). El consumo de alimentos relacionado con realización de otras actividades no se reflejó en diferencias en
talla, así como tampoco la ingestión motivada por ansiedad
(Tabla 7).
Con respecto al consumo de alimentos en establecimientos comerciales (Tabla 7), se encontraron diferencias en talla
en favor de los sujetos que consumieron de los tres primeros
grupos de alimentos, al igual que aquellos que refirieron
comer cantidades mayores a las de sus congéneres.
Discusión
El presente estudio posee la importancia de ser el primero en su tipo en nuestro país, dado que no existen informes
diferentes a éste acerca de los hábitos alimentarios en población universitaria y menos aún su relación con actitudes
hacia ella con los cuales se puedan contrastar nuestros
hallazgos. En la literatura colombiana sólo aparecen descripciones acerca de la situación nutricional y hábitos
alimentarios en menores de cinco años (15,16) y en escolares de Santafé de Bogotá (17) pero no existen estudios en
adultos ni en adolescentes tratando este tópico, a excepción
de nuestras publicaciones sobre trastornos de comportamiento alimentario (5, 6).
La muestra obtenida fue representativa de una de las
principales instituciones universitarias del país y permite
establecer inferencias para todos sus estudiantes y probablemente para las demás universidades similares. La distribución por género es similar a la descrita para toda la
población universitaria nacional, con leve predominio de
los hombres (13). La talla y el peso mayores de las mujeres corresponde a la constante biológica para las poblaciones humanas; sin embargo, es de anotar que el promedio tanto de hombres como de mujeres es superior al de la
población colombiana (13), indicativos de unas mejores
condiciones socioeconómicas que el promedio de la nación. La menor edad de las mujeres podría corresponder a
una mayor deserción y a la existencia de carreras de nivel
intermedio, principalmente en el área de la salud, cuyas
edades en los semestres finales serían inferiores al restante de las demás carreras, pero sin relevancia para el estudio actual.
La mayor frecuencia de alteraciones en los estudiantes
de ciencias de la salud en cuanto a los hábitos de alimentación (Tabla 2) ha sido descrita previamente en la literatura
nacional e internacional (6, 11) pero no es un hallazgo
constante; la mayor asociación con los trastornos del comportamiento alimentario sería el reflejo de una preocupación inmensa por su estado de salud y la autoexigencia de
206
parámetros de normalidad más estrictos, en comparación
con los demás grupos de estudiantes, tal y como sucede
también en algunos grupos de deportistas estudiados (5).
Su mayor preferencia por el consumo en actividades sociales quizás se relacione con la actividad profesional misma y
su sensibilidad social.
El hecho de saltar comidas ha sido observado frecuentemente en la literatura (7, 12, 14, 18-21) y especialmente
como una conducta para el control de peso (12,14,22). Los
tiempos de comida (Tablas 3-5) son similares a los descritos para los estudiantes franceses (7, 12), con una frecuencia superior de consumo de entremeses pero inferior a la de
los estudiantes norteamericanos (7), aunque existen diferencias importantes según el estudio, especialmente tratándose del desayuno (14-18-21). En nuestro estudio 16% de
los sujetos saltan el desayuno más de cuatro veces por
semana, similar a los franceses (16%) e inferior a los
ingleses (76%) y europeos en general (62.2%) (7), pero la
frecuencia de almuerzos y comidas al parecer es similar (7,
12),
Un hallazgo constante en el estudio, y para casi todas las
variables que se discutirán enseguida, fue la mayor frecuencia entre las mujeres de alteraciones en el patrón de
alimentación, actitudes hacia la figura, los alimentos y
motivaciones en general (12, 14, 18-22), así como su estrecha asociación con el diagnóstico de trastornos del comportamiento alimentario y las puntuaciones en escalas de depresión y ansiedad (6).
La mayor preocupación por el peso y alteraciones de la
imagen corporal por parte de las mujeres son una constante
en la literatura (5-12), como puede observarse en las Tablas
5 a 7; las mujeres desean pesar menos y los hombres subir
(7, 14, 22-24) a pesar de haber una mayor frecuencia de
déficit ponderal que de sobrepeso y obesidad juntas. No
obstante, es importante resaltar la diferencia con las poblaciones francesa y europeas en general (7) en las frecuencias
de sobrepeso y obesidad (1.8% y 7.9% respectivamente vs
8.6%), así como de bajo peso (6.4% de los franceses contra
12.9% en nuestro estudio). En todas las poblaciones fue
más frecuente el bajo peso en las mujeres y sobrepeso en
los hombres (7), pero con una autoevaluación opuesta, es
decir, las mujeres se consideraron con mayor frecuencia
con sobrepeso sin tenerlo o aun con deficit, lo que resultó
en una mayor frecuencia de realización de dietas (Tabla 7)
y comparable a lo hallado en otras latitudes (7, 14, 22-24);
en cambio, los hombres deseaban aumentarlo o no deseaban modificarlo a pesar de tener mayor frecuencia de
sobrepeso, lo cual sugiere problemas importantes en la
autoevaluación de su figura corporal, especialmente en las
mujeres y de motivación en los hombres para corregir el
exceso ponderal.
Tales alteraciones en la percepción de la figura corporal
conducen a la realización de conductas específicas que
algunos autores han denominado como cuestionables (22)
y que han sido descritas como el principal factor de riesgo
TRABAJOS ORIGINALES • Hábitos y actitudes alimentarias en universitarios
para el desarrollo de los trastornos del comportamiento
alimentario (25). La frecuencia de dicha alteración es variable según la población, dependiente del género, la edad,
el grupo racial o del país de estudio (12, 14, 18, 22-24) y
muy posiblemente de la metodología empleada. Así, la
frecuencia de consumo de medicamentos (laxantes,
anorexiantes, diuréticos) en nuestro medio (Tabla 6) es
muy similar a la de los adolescentes americanos pero es
mayor la frecuencia de vómitos autoinducidos al momento
de la encuesta (2.3% a 11.5% contra 1% al 3%) (22, 24).
La frecuencia de conductas bulímicas (atracones, Tabla
6) es similar a la descrita en poblaciones europeas (14),
llamando la atención la diferencia con los demás estudiantes: los vomitadores saltan con mayor frecuencia desayunos y almuerzos, mientras que los restantes saltan el desayuno y la comida (datos no mostrados), reflejando quizás
un ayuno más prolongado en los vomitadores que desencadenaría episodios de voracidad y posteriormente las conductas compensatorias, del sentimiento de culpa y la baja
autoestima, característicos de la bulimia nerviosa (11, 26,
27) y en general de los trastornos del comportamiento
alimentario.
El hecho de que la desnutrición produzca retrasos en el
crecimiento durante la infancia como durante la adolescencia, la relación de la talla y la anorexia nerviosa ha
suscitado diversos estudios para definir si la baja talla es
consecuencia o causa de la restricción alimentaria y el
cortejo de síntomas asociados (28) o si es el temor a la
obesidad lo que desencadena la restricción y a su vez la
baja talla (29), sin que a la fecha dicho dilema se haya
resuelto. En nuestro estudio hemos analizado la relación
de la talla con los diversos hábitos alimentarios y las
actitudes y motivaciones, debido a observaciones previas
que nos sugerían un efecto negativo significativo sobre
ésta entre quienes presentaban trastornos del comportamiento alimentario (5).
Aunque los datos antropométricos que utilizamos corresponden a autorreporte, estudios previos han demostrado la validez de los mismos con una elevada correlación
entre los medidos e informados (22). En la Tabla 7 se puede
apreciar el efecto sobre la talla de los diferentes hábitos y
actitudes, tanto en forma negativa como positiva. Así, el
hecho de realizar dietas frecuentes o el antecedente de
dificultades en la alimentación se asoció con una menor
talla, en oposición a un incremento de la talla entre aquellos
que informaron consumos mayores de diversos alimentos,
ya sea por comparación de su ración con la de los demás
comensales o por una mayor frecuencia de consumo adicional a las comidas tradicionales, sin que ellos estuviesen
enterados del propósito de dicha información.
Naturalmente, este hallazgo no resuelve el dilema, dado
que esta diferencia en talla podría ser a la vez la consecuencia del comportamiento alimentario, al tener menores requerimientos los sujetos con baja talla o mayores los de
mayor talla, ajustándose así el consumo a los requerimienActa Med Colomb Vol. 24 N°5 ~ 1999
tos gracias a los mecanismos reguladores del apetito y la
conducta alimentaria, pero resulta interesante, dado que no
encontramos informes similares en la literatura en población normal y en relación con los hábitos alimentarios,
considerados además como normales.
Los hallazgos anteriores garantizan la realización de
estudios tendientes a establecer la verdadera relación existente entre estos hábitos y la talla definitiva, así como de los
efectos a largo plazo de los métodos "inadecuados" de
control de la alimentación y del peso en los hábitos de la
vida adulta o en el desarrollo de otros trastornos.
Conclusiones
1. Se establecieron los parámetros de frecuencia de hábitos
alimentarios en universitarios.
2. Los estudiantes universitarios presentan una elevada prevalencia de distorsión de su imagen corporal asociada a
hábitos alimentarios y patrones de control de la alimentación y del peso inadecuados.
3. El 11.1 % de los hombres y 19.7% de las mujeres universitarias presentan insatisfacción con su figura corporal
en ausencia de alteraciones nutricionales evidentes.
4. Las mujeres universitarias y los estudiantes del área de
la salud presentan mayor prevalencia de alteraciones
en sus hábitos, actitudes y comportamientos alimentarios.
5. Es necesario realizar estudios que establezcan la verdadera relación entre la talla y los hábitos alimentarios y
métodos de control del peso entre los adolescentes.
Summary
Objectives: to stablish food habits and their control in
Universidad Nacional de Colombia students; body image
satisfaction, attitudes, behaviors and gender relationship
Design: crossover observational descriptive study.
Setting: 1994 second semester pregrade students were
evaluated, it consisted of a multistep randomized sample
stratified by sex and faculty.
Subjects and methods: 424 subjects were examined by
self-report food habits and behaviors screening questionnaire. It measured: meals types and times, alcohol and nonalcohol drinks and tobacco; special conditions consumption, body image, body weight and food attitudes, perceptions and behaviors.
Results: 229 men and 195 women were evaluated; in
special conditions health-sciences students more frequently
wished to eat something, ate excessively, had binges and
had guilty induced compensatory behaviors. 35% skipped
meals or didn't have defined habits. Body image dissatisfaction, to skip breakfast and lunch and ineffective body
weight control were more frequent among women. Diets,
laxatives, binges and self-induced vomiting were frequent
practices. Inadequate nutrition during the growth period ,
skipping meals and out of home eating restrictions were
associated with lesser height.
207
L.A. Angel y cols.
Conclusions: inadequate feeding practices were frequently observed among university students, associated
with body image distortion, inefficient chronic food attitudes and weight control behaviors, predominantly seen in
women and health-sciences students.
Key words: Food habits, university students, body image, body weight, body height, selfcontrol.
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