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Transcript
Conociendo
a los
ciudadanos
mexicanos
2003
P R I N C I PA L E S T E S I S
Seminario para el Análisis de
Encuestas Nacionales sobre Cultura
Política y Prácticas Ciudadanas
Principales tesis presentadas en el Seminario
para el Análisis de Encuestas Nacionales sobre
Cultura Política y Prácticas Ciudadanas
L
os días 8, 9 y 10 de septiembre se reunieron en
la Ciudad de México más de 40 especialistas en
cultura política y participación ciudadana con
motivo de un seminario en el que se presentaron
una serie de innovadores trabajos de investigación que
contribuyen al conocimiento de estos campos. *
El seminario tuvo lugar a partir del análisis que
dichos especialistas hicieron de un amplio conjunto de
datos arrojados por tres importantes sondeos de opinión.
El primero de ellos es la Segunda Encuesta Nacional
sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas –Segunda
ENCUP–, diseñada por la Secretaría de Gobernación y
levantada en febrero de 2003 con el apoyo del INEGI. El
segundo sondeo de opinión es la Encuesta Nacional sobre
la Constitución del Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la UNAM, levantada por la Unidad de Estudios sobre
la Opinión del Instituto de Investigaciones Sociales de
la UNAM; y el tercero es la encuesta denominada La
naturaleza del compromiso cívico: capital social y cultura
política en México, levantada también con el apoyo de
la Unidad de Estudios sobre la Opinión del Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM en mayo y junio de
2003, por encargo del Instituto Federal Electoral.
El seminario fue organizado por una iniciativa de la
Segob a la que se sumaron la SEP; el Inmujeres; el Instituto
de Investigaciones Jurídicas, la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales y la Facultad de Derecho, de la UNAM;
y la Universidad Iberoamericana. Estas instituciones coorganizadoras se propusieron continuar avanzando en el
logro de los siguientes objetivos, que han sido parte de estos
ejercicios desde que iniciaron en agosto de 2002: **
> Favorecer la explotación de la base de datos de las
encuestas objeto de análisis.
> Dar lugar a un proceso de diagnóstico sobre la
cultura política y las prácticas ciudadanas en México,
estableciendo comparaciones con otros países.
> Introducir el tema en la agenda de debate nacional,
generando interés en la opinión pública sobre la importancia de la cultura democrática y la participación
ciudadana para la consolidación de la democracia en
México, y
> Generar una serie de materiales que queden a
disposición de los especialistas e interesados, así
como de aquellas personas que pudieran contribuir al
avance del conocimiento y de la reflexión en torno a
estas materias.
2 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
El seminario logró reunir, a lo largo de tres días y frente
a una audiencia que superó las 200 personas, a más de 40
reconocidos especialistas, nacionales y extranjeros, quienes
tuvieron a su cargo tres conferencias magistrales, la
presentación de las tres encuestas analizadas, la realización
de dos páneles internacionales por región y uno nacional,
así como la realización de seis mesas temáticas de trabajo.
En estas mesas se presentaron 25 ponencias sobre los
siguientes temas:
> Lo que saben y lo que opinan los ciudadanos de la
democracia y la política.
> La relación de los ciudadanos mexicanos con la ley
y la legalidad.
> Formas y prácticas de organización de los ciudadanos mexicanos.
> Fenómenos y contrastes, por segmentos, que se
observan en los ciudadanos mexicanos.
> Medios de comunicación: influencia en la formación ciudadana, y
> Desafíos para la agenda de formación de los ciudadanos mexicanos.
Cabe destacar la extraordinaria pluralidad prevaleciente a lo largo del seminario, resultante de la muy
diversa afiliación institucional de los expertos participantes. Todos ellos compartieron generosamente
los hallazgos a los que arribaron a partir del estudio
de la información contenida en las bases de datos de
tres encuestas que fueron puestas a su disposición por
la Segob, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de
la UNAM y el IFE, instituciones que las diseñaron y
encomendaron su elaboración.
Los participantes del seminario aprovecharon la
amplitud y riqueza ofrecida por los datos de alguna de las
tres encuestas para llegar a conclusiones importantes, así
como para poner a prueba, a la luz de datos cuantitativos
arrojados por la realidad, modelos e hipótesis en
torno a variables que explican y determinan el estado
prevaleciente de la cultura política y las prácticas
ciudadanas en México. Con el fin de sustentar tales
ejercicios, la mayoría de los participantes llevaron a cabo
diversos análisis estadísticos, del mayor rigor científico,
que les permitieron formular y fundamentar tesis de
vanguardia y realizar aportaciones innovadoras que
contribuyen al avance del conocimiento que se tiene de
estos temas.
noviembre 2003
El seminario puso de manifiesto las sinergias que se
pueden generar cuando se suman diversos esfuerzos
interinstitucionales para abrir espacios de reflexión
amplia y plural sobre materias de trascendencia para la
vida democrática del país.
Este documento difunde algunas de las ideas más relevantes de las tesis presentadas en el seminario, las cuales
han sido seleccionadas y redactadas por la Dirección
General de Desarrollo Político de la Subsecretaría de
Desarrollo Político de la Segob. La Fundación Este País
se suma a este esfuerzo de divulgación al colaborar en
la preparación editorial de este compendio, buscando
acercar estas ideas al público interesado en la cultura
política y las prácticas ciudadanas de los mexicanos �
*Las tesis que se presentan a continuación no agotan en su integridad las ideas y planteamientos de los ponentes, ni representan,
necesariamente, la prioridad que cada especialista les asigna.
* *Las tesis fundamentales del Coloquio realizado los días 14, 15 y 16 de agosto de 2002 fueron publicadas en el número 139 de la revista
Este País, correspondiente a octubre de 2002. Ese coloquio fue organizado a partir de una iniciativa de la Segob a la que se sumaron la SEP,
el IFE, el CIDE y el ITAM.
π
Discurso inaugural
SANTIAGO CREEL MIRANDA*
S
antiago Creel sostiene que en una democracia
que se consolida es particularmente importante
diagnosticar, de forma sistemática, las peculiaridades de la cultura política prevaleciente en el país,
mediante encuestas de opinión pública que permitan el
análisis de su accionar político y cultural.
Señala que el gobierno federal no utiliza las encuestas
como un popularómetro, sino como un instrumento
de análisis de la realidad, útil para captar el pulso de
los ciudadanos y para conocer algunos de los efectos
políticos de las decisiones que se toman. Por esta razón,
las encuestas de opinión pública se han convertido en un
instrumento relevante para el análisis y para la acción
política y cultural en las sociedades modernas.
Santiago Creel establece que los gobernantes que
conocen a sus sociedades y, sobre todo, sociedades
que se conocen a sí mismas pueden entender mejor
sus fortalezas y sus debilidades, sus demandas y sus
necesidades. Pueden, por lo tanto, abordar sus problemas
de una manera más eficiente.
A lo largo de las últimas décadas, explica, una parte
importante del desarrollo de la cultura cívica de nuestro
país ha estado ligada a la comprensión de la opinión
pública. Y añade: hoy, gracias a las encuestas, podemos
sustituir las impresiones y los prejuicios con una
medición precisa de lo que piensa la gente.
A partir de un diagnóstico certero, dice Creel, es
posible promover –con elementos de certeza– una mayor
conciencia de la ciudadanía en los valores democráticos.
Como expresión de colaboración y convergencia entre
diversas instituciones educativas y gubernamentales
del país, se promovió el Seminario para el Análisis de
Encuestas Nacionales sobre Cultura Política y Prácticas
noviembre 2003
Ciudadanas, en el cual se presenta la Segunda Encuesta
Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas,
diseñada por la Secretaría de Gobernación; la encuesta
del Instituto Federal Electoral, La naturaleza del
compromiso cívico: capital social y cultura política en
México; y la Encuesta Nacional sobre la Constitución del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Sabemos, enfatiza Creel, que la nuestra es todavía
una nación llena de desigualdades. Las encuestas nos
enseñan que estas desigualdades se plantean, también,
en el terreno de la cultura política.
Se aprecia, por ejemplo, que entre la población existen
diferentes niveles de interés e información en los asuntos
públicos. Según los datos de la ENCUP, uno de cada tres
ciudadanos no está nada interesado en la política.
También hay distintos grados de valoración de la
democracia. Por ejemplo, todavía una tercera parte de
la población estaría de acuerdo en sacrificar su libertad
de expresión a cambio de vivir sin presiones económicas.
Existen también percepciones disímiles de las leyes y
de la vida institucional. Casi la mitad de los ciudadanos
considera permisible la corrupción si los funcionarios
hacen cosas buenas. Es minoritaria la idea de que las
leyes se usan para defender los intereses de la sociedad o
se aprueban pensando en la población.
Por otro lado, comenta Creel que también hay niveles
muy diversos de participación y de compromiso. Todo
esto nos habla de una nación que no termina de integrar
plenamente, en sus raíces, los valores de la democracia.
Los sectores de la población que han sido históricamente
marginados en la toma de decisiones tienden a participar
menos y a ver con más desconfianza a la política. Es, por
ejemplo, el caso de las percepciones según el nivel de
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 3
escolaridad. Las personas con menos estudios tienden a
identificarse y a comprometerse menos con los valores de
la democracia. Tienen un mayor recelo de las razones que
mueven a los ciudadanos a interesarse por los asuntos
públicos y, sobre todo, tienen menos esperanzas sobre
su capacidad para influir sobre su futuro personal y el
del país.
Las encuestas, según Creel, hallan a menudo otra
diferencia preocupante: el bajo interés de las mujeres
en la política, que se refleja en una menor tasa de
participación en las organizaciones de la sociedad civil
respecto a los hombres. Quienes conocemos de las
capacidades de las mujeres, quienes sabemos de su papel
*SECRETARIO DE
GOBERNACIÓN.
como fuerza transformadora de la sociedad, tenemos que
darnos cuenta de lo mucho que perdemos cuando no
contamos con su participación. De lo mucho que pierde
la nación entera.
Creel estima que los desafíos que enfrenta el país
exigen poner a la política en el centro de la mesa de
debates y de la vida cotidiana de todos los ciudadanos,
pues de otra manera difícilmente podrán resolverse.
En este sentido, concluye, se requiere de ciudadanos
informados; conscientes de sus derechos y obligaciones;
responsables ante la ley, e interesados en participar
activamente en los asuntos públicos, para fortalecer el
capital humano del que se alimenta la democracia �
π
Reflexiones acerca del Estado democrático
FRANCISCO JOSÉ PAOLI BOLIO*
F
rancisco Paoli destaca que la cultura democrática,
la participación ciudadana y la cultura de la
legalidad son elementos fundamentales para el
debido funcionamiento de un Estado democrático de
derecho. La democracia reclama la colaboración de las
instituciones para sumar esfuerzos e impulsar proyectos
compartidos. Es por ello que el desarrollo político del país
requiere del fomento, desde muy diversos frentes, de la
cultura democrática.
Precisa que no todo perfil ciudadano tiene las
características distintivas de la democracia y que cuando,
a nivel agregado, el perfil predominante entre la población
dista de corresponder a una cultura democrática, el
régimen democrático ve minada su capacidad de operar
adecuadamente en beneficio de la población.
Considera que la información resultante de las encuestas presentadas en el seminario evidencia que aún
tenemos un largo trecho por recorrer para satisfacer esta
condición de eficacia de la democracia.
Destaca la relevancia de compartir e intercambiar
reflexiones, ideas y propuestas que contribuyan a fomentar
y arraigar los valores, las prácticas, los hábitos y actitudes
de corte democrático entre la ciudadanía. Señala que los
procesos de diagnóstico social y de toma de decisiones
se ven notablemente enriquecidos cuando se dispone de
información sistemática en torno a los fenómenos objeto
de estudio. De ahí el interés de la Segob por aportar esta
clase de información sistemática, surgida de la ENCUP,
ENCUP
no sólo a los especialistas y estudiosos del tema sino
también a la sociedad en general.
Paoli identifica el desafío que tenemos los mexicanos
de consolidar la democracia que nos hemos dado.
4 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
Precisa que ello demanda avanzar en el conocimiento
y monitoreo de las opiniones y percepciones de la
población, con relación a asuntos que son del interés
público. De ahí la importancia de realizar diagnósticos
y análisis sistemáticos sobre la evolución, avances,
retrocesos y retos en materia de participación ciudadana
y fomento de la cultura democrática.
Ciertamente, enfatiza Paoli, durante la década de los
noventa vivimos la explosión de las encuestas de opinión
que abordan temáticas de interés público. Cada semana
se difunden, en la prensa o en los medios electrónicos,
resultados de encuestas que han sido planteadas a una
muestra de ciudadanos.
Sin embargo, señala que con excepción de la encuesta
Valores de los Mexicanos, patrocinada por Banamex a fines
de los ochenta, en México se carecía de una encuesta que
aportase elementos necesarios para el entendimiento
de la cultura ciudadana prevaleciente, a la que todo
interesado pudiese tener acceso de manera generalizada.
Ante ese panorama, la Segob juzgó importante cubrir
el vacío y se abocó a generar la ENCUP que cuenta ya
con los levantamientos 2001 y 2003. En esta lógica,
explica, la Segob difundió los resultados arrojados por
la ENCUP lo más ampliamente posible a través de
medios de comunicación masiva y subiendo íntegra a
la página de Internet de la Secretaría, la base de datos
de los resultados de la encuesta. Paoli puntualiza que
con esa inquietud, la Segob ha pedido a prestigiados
especialistas, en 2002 y 2003, la elaboración de más
de 40 trabajos de investigación, basados en esos datos,
dirigidos a expandir el conocimiento en el campo y el
significado e implicaciones de los propios datos.
noviembre 2003
Paoli destaca que espacios como el Seminario permiten
diagnosticar y analizar, a profundidad, el estado que
guardan la cultura política y las prácticas ciudadanas
entre la población, lo que, a su vez, permitirá orientar las
acciones de gobierno hacia las áreas donde se observa un
mayor déficit. A partir de la riqueza de los planteamientos
surgidos de este Seminario, se puede delinear una agenda
de acción que nos convoca, a todos, a generar cambios
culturales desde la familia, la escuela, los medios masivos
de información y los órganos del Estado. Labor en la que
los actores políticos, los líderes de opinión, los dirigentes
sociales y, desde luego, el conjunto de la ciudadanía,
*SUBSECRETARIO DE
estamos llamados a desempeñar un papel fundamental.
Paoli enfatiza que las democracias requieren del
trabajo conjunto de sus actores y que cuando los rasgos
propios de la cultura democrática están presentes en la
población, la operación de las instituciones democráticas
se ve favorecida. Trabajar en el fomento de la cultura
democrática es una buena inversión: representa la
oportunidad de dar lugar a un Estado que responda a
las necesidades de la población, e implica desarrollar
capacidades en nuestra población para que nuestra
sociedad pueda hacer frente a los enormes desafíos que
plantean tanto la realidad presente como el futuro �
DESARROLLO POLÍTICO DE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN.
π
“Encuesta Nacional sobre la Constitución”
DIEGO VALADÉS*
D
iego Valadés reconoce la trascendencia de
unir esfuerzos para realizar el Seminario para
el Análisis de Encuestas Nacionales sobre
Cultura Política y Prácticas Ciudadanas. Éste representa
una extraordinaria oportunidad para llevar a cabo un
diagnóstico de la situación que presenta en este momento
la ciudadanía mexicana en temas clave para el país, los
conceptos y percepciones de la democracia y los conceptos y
percepciones sobre la Constitución.
Valadés resalta que la Encuesta Nacional sobre la
Constitución del Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la UNAM tiene como propósito conocer la percepción
sobre el derecho, identificar algunos de los problemas
más relevantes desde la perspectiva de la Constitución,
la forma en que ésta es conocida, entendida, percibida y
vivida por la ciudadanía.
También sirve para conocer cuál es el universo de la
cultura jurídica que existe en el país, a partir de la identificación de factores concretos de la percepción de los
ciudadanos y de las personas mayores de 15 años.
Diego Valadés indica que se trata de la primera
encuesta sobre cultura constitucional llevada a cabo en
el país, por lo cual, será en un futuro cuando se podrán
hacer cortes periódicos dirigidos a identificar variaciones
en relación a las variables que mide.
Señala que la encuesta aborda dos cuestiones
fundamentales: el conocimiento de la norma y también
la confianza en la norma.
*DIRECTOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA
noviembre 2003
Destaca el alto nivel de desconfianza que se observa
en los resultados de esta encuesta, donde 57% de los
entrevistados evidenció desconfiar de la política y 53%,
de las personas, ambos fenómenos preocupantes, ya que
la confianza es uno de los instrumentos esenciales de la
cohesión social que rige los intercambios profesionales,
socioeconómicos, políticos, familiares y afectivos.
En cuanto al conocimiento de la Constitución que
muestran los ciudadanos, Valadés puntualiza que sólo
uno de cada 20 entrevistados declaró tener un conocimiento amplio de la Carta Magna, en tanto que tres
cuartas partes afirmaron conocerla ya sea poco o muy
poco, y uno de cada 5 dijo desconocerla por completo.
Valadés concluye que ante esta conjugación de
desconfianza y desconocimiento es indispensable
avanzar en tres frentes: primero, alcanzar acuerdos
entre los agentes políticos dirigidos a impulsar cambios
constitucionales; segundo, concretar la aprobación de
reformas constitucionales; y, tercero, procesar socialmente esos cambios, de manera que se asegure la
correspondencia entre los cambios y las percepciones de
la sociedad, lo que disminuirá resistencias derivadas ya
sea de la desconfianza o del desconocimiento.
Advierte que, de otra forma, la conjunción de ambos
fenómenos tornará extremadamente difícil impulsar
cambios reales y, peor aún, provocará que éstos –de
llegar a ocurrir– no tengan la respuesta que se espera de
la sociedad a la que van dirigidos �
UNAM.
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 5
π
Razones por las que, aun con su valía,
las encuestas no aportan la integridad de la cultura
política de un país
FERNANDO PÉREZ CORREA*
F
ernando Pérez Correa señala que, aun cuando la
ENCUP constituye, con sus levantamientos 2001
y 2003, un instrumento interesante y valioso que
la Secretaría de Gobernación ha aportado a la sociedad,
conviene tener presente que las encuestas están lejos
de ser suficientes para identificar, en su integridad, la
cultura política de un país.
Pérez Correa recuerda que los trabajos empíricos
sobre actitudes políticas y cultura ciudadana coinciden
en que lo funda-mental, para el análisis comparativo y
diacrónico, es la construcción de tipologías basadas en
indicadores. Precisa que, en este sentido, una encuesta
no ofrece una instantánea de la cultura política, sino
que constituye únicamente un instrumento que describe
meramente la reacción de la muestra conformada por los
sujetos entrevistados, frente a ciertos indicadores que se
*DIRECTOR DE LA
le plantean. Llama la atención sobre el hecho de que el
concepto de cultura política representa la extrapolación
al campo de la política de un instrumento antropológico
nutrido en métodos que son propios de esa disciplina
de conocimiento, como son los estudios de casos y la
interpretación e investigación participativas.
Apunta que si bien las encuestas registran opiniones,
percepciones y acaso actitudes, presentan importantes
vacíos ya que no aportan conocimientos sobre las
normas de intercambio, los valores fundamentales y las
representaciones empíricas.
Pérez Correa sugiere plantear proyectos conjuntos de
investigación que permitan adicionar las aportaciones
complementarias de los estudios empíricos muestrales
con aquellos resultantes de los estudios de corte
cualitativo �
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DE LA UNAM.
π
Las mujeres en México:
participación y cultura política
RODRIGO ALONSO CÁRDENAS GÓMEZ*
R
odrigo Cárdenas señala que los resultados de
la Segunda ENCUP son un indicador de que,
al igual que en el ámbito público, en el ámbito
privado existe también la inequidad y desigualdad de
género. La encuesta muestra que más de 80% de los
entrevistados no considera trascendente los asuntos
relacionados con política. Esto es aún más grave en
el caso de las mujeres: la mitad de las encuestadas
declararon no estar interesadas en la política, contra
menos de una tercera parte de hombres que asentaron
su apatía sobre el tema. Esta misma proporción se repite
cuando se pregunta si leen noticias sobre el tema.
Otro factor relevante que destaca Cárdenas, y que
está relacionado de manera directa con el grado de
conocimiento sobre política, es la educación. A mayores
grados de escolaridad, mayor conciencia. Se torna nece* COORDINADOR DE
sario reforzar la educación, no sólo en el sentido de la
participación política sino también en el conocimiento de
los derechos: de las encuestadas en la ENCUP 2001, cerca
de 100% respondió que sabía “poco” o “nada” sobre los
derechos establecidos en la Constitución. Alrededor de
7% de los hombres afirmó “saber mucho”, mientras que
en el caso de las mujeres sólo ocurrió con 3%.
Cárdenas advierte que estas diferencias confirman
la necesidad de promover una cultura democrática
que contribuya a hacer realidad la equidad de género,
contrarrestando la persistencia de orientaciones y valoraciones discriminatorias con respecto a la participación de
las mujeres en el ámbito político. Aunado a lo anterior
apunta que la educación y la promoción de una conciencia
ciudadana en las mujeres en el ámbito privado facilitarán
su integración y participación activa en la política �
ASESORES DE LA PRESIDENCIA DEL INMUJERES.
6 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
“Segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política
y Practicas Ciudadanas” de la Segob
ERIC SUZÁN REED *
E
ric Suzán señala que, en el esfuerzo de cumplir
los objetivos plasmados en el Plan Nacional de
Desarrollo 2001-2006, y en las líneas de acción
del Programa Especial para el Fomento de la Cultura
Democrática, la Dirección General de Desarrollo Político
de la Segob diseñó y realizó, por conducto del INEGI,
el segundo levantamiento de la Encuesta Nacional
sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (Segunda
ENCUP) durante febrero de 2003. La Segunda ENCUP
constituye un esfuerzo de la Segob dirigido a recabar
elementos para diagnosticar y conocer el estado que
guardan la cultura política y las prácticas ciudadanas
prevalecientes entre la población mexicana, así como a
dar seguimiento al levantamiento realizado en 2001.
La Segunda ENCUP cuenta con un nivel de confianza
de 90% y un margen de error de 5.2%. El marco muestral
probabilístico, estratificado y por conglomerados es el
mismo que fue utilizado para el levantamiento 2001. La
unidad mínima de selección es la vivienda y la unidad de
observación es el residente habitual de 18 años o más que
haya sido seleccionado, usando una tabla de números
aleatorios. Se concretaron 4,580 entrevistas en 600 localidades de las 32 entidades federativas del país.
El cuestionario consta de 74 preguntas, dividido en 10
áreas temáticas: 1) política y asuntos públicos; 2) niveles
de información y conocimiento político; 3) interés de la
persona por la política; 4) grados de confianza de los
ciudadanos en las instituciones políticas y sociales; 5)
percepciones sobre la democracia; 6) legalidad, 7) tolerancia, libertad, pluralismo, diálogo y acuerdo; 8) actitudes, inclinaciones y predisposiciones políticas; 9) niveles
de acción política, habilidades prácticas y hábitos políticos;
y 10) participación ciudadana en organizaciones sociales y
civiles y participación electoral.
Un aspecto que destaca Suzán sobre esta nueva emisión de la ENCUP, es que se enriqueció con preguntas
que no fueron formuladas en el levantamiento 2001, lo
que permite explorar nuevos temas.
Suzán explica que la ENCUP se diseñó como un
estudio tipo panel, por lo que en 2003 se logró visitar
a 2,789 personas que ya habían sido entrevistadas en
2001 y así dar seguimiento a las percepciones de los
encuestados. Adicionalmente, dice, se incorporó una
línea de estudio cualitativa: de los 2,789 encuestados en
ambos levantamientos, se seleccionaron 200 a quienes
se les aplicó una entrevista semi-estructurada para
conocer con mayor detalle y profundidad, sus actitudes,
*DIRECTOR
acciones y valores, así como para profundizar sobre los
factores que explican estas variables.
Destaca algunos resultados de la Segunda ENCUP con
respecto a los entrevistados:: 7 de cada 10 se inclina por el
régimen democrático en vez de por una dictadura; 6 de
cada 10 siente que la política puede contribuir a mejorar la
calidad de vida; sólo uno de cada 10 se dice muy interesado
en política; 5 de cada 10 concibe el ser ciudadano como
aquel que tiene derechos y obligaciones; 6 de cada 10
carecen de información política elemental; más de la
mitad estima que es difícil o muy difícil organizarse
con otros para trabajar en una causa común; 4 de cada
10 indicaron que han intentado organizarse con otras
personas afectadas para resolver un problema; 7 de cada
10 externan sentido de corresponsabilidad y derecho a
participar en decisiones de gobierno; 4 de cada 10 sienten
que pueden influir mucho y una proporción similar
considera que los gobernantes no le toman en cuenta;
sólo 4 de cada 10 tienen la impresión de que las leyes se
elaboran a partir de una lógica de interés público y de
justicia, así como de que las leyes se usan para cuestiones
positivas; 5 de cada 10 tienen una mala percepción de los
partidos; 5 de cada 10 muestran intolerancia; 7 de cada 10
no forman parte de ningún tipo de organización; sólo 4 de
cada 10 tienen claro que México vive en una democracia;
6 de cada 10 están insatisfechos con el funcionamiento de
la democracia. Con base en los resultados agregados de la
Segunda ENCUP
ENCUP, explica Suzán, se confirma la existencia
de tres patrones de ciudadanía entre la población que
se distribuyen en tercios: un tercio de los mexicanos
posee un perfil plenamente funcional a la democracia;
otro tercio muestra un perfil bastante disfuncional a
la vida democrática; y, finalmente, un tercio evidencia
una mezcla de ambas características. Señala que todo
esto evidencia la necesidad de continuar promoviendo
la cultura democrática en el país, así como de que los
cambios institucionales se complementen con el fomento
de ajustes de naturaleza cultural. Finalmente, Suzán
hizo hincapié en que, como sucedió con el levantamiento
2001, la información arrojada por la Segunda ENCUP
se aprovechrá para afinar las líneas de ejecución de
las políticas públicas para la promoción de la cultura
democrática en el ámbito federal. La Segob pondrá a
disposición de la sociedad en su conjunto la base de datos,
el cuestionario, los catálogos e información adicional
vinculada a la Segunda ENCUP en la página de Internet de
la Segob: http://www.gobernacion.gob.mx �
GENERAL DE DESARROLLO POLÍTICO DE LA SEGOB.
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 7
π
“Encuesta Nacional sobre
la Constitución”
HUGO CONCHA*
H
ugo Concha considera que la Encuesta
Nacional sobre la Constitución es un primer
esfuerzo para conocer las actitudes, percepciones y valores relacionados con la cultura de la
legalidad y con la Constitución de nuestro país, y que
este tipo de ejercicios cobran valor y fuerza conforme se
hacen sistemáticos.
El universo de este estudio, definido por Concha, fue
una muestra de 1,794 entrevistados mayores de 15 años
a nivel nacional. El marco de población se conformó
a partir de los parámetros del Censo de Población de
Vivienda 2000. Se dividió al país en cuatro regiones
principales que incluían a las entidades federativas con
similitudes sociográficas y culturales. El esquema de
muestreo fue errático por conglomerados con probabilidad proporcional al número de personas mayores de 15
años. La selección de los entrevistados se
realizó de manera independiente en cada
región y se seleccionaron 45 municipios.
Al interior de cada unidad municipal
se realizó la selección de los agentes o
unidades básicas de conteo: a personas
mayores de 15 años. Las unidades terciarias
de muestra se conformaron por viviendas
con igual probabilidad.
El tamaño de la muestra siguió el
patrón de cálculo bajo el supuesto de
una distribución de población normal que dio como
resultado 450 casos por cada región, con error de
estimación menor al 7 por ciento, con un 95 por ciento
de confianza y una tasa de no respuesta de 10 por ciento
en cada región. Cabe mencionar que el agregado de las
cuatro regiones arroja como resultado una muestra de
1,800 casos, con un error de estimación de hasta 3.5
por ciento, con 93 por ciento de confianza y una taza
de 10 por ciento de no respuesta. Se realizaron pruebas
piloto en diciembre de 2002, con dos versiones del
cuestionario, aplicando 100 cuestionarios de prueba en
el Estado de México, con el objeto de corregir contenidos
y validar preguntas.
La Constitución, para Concha, puede ser concebida
como algo más que un conjunto de normas: la
Constitución va más allá de un conjunto de principios
orgánicos estructurales que dan forma y vida a las
*SECRETARIO
instituciones políticas de un Estado. El conjunto de
derechos fundamentales que ahí se establecen, delinean
las relaciones que guardan los habitantes del Estado
entre sí y entre las instituciones. Una Constitución,
al igual que toda norma jurídica, es también lo que la
sociedad entiende y percibe de dicha norma, pues sólo
así podrá tener verificativo su cumplimiento y podrá
entenderse el mismo.
También señala que una Constitución surge a partir
de las actitudes, valores, opiniones y percepciones que
la sociedad tiene respecto a la norma suprema. Conocer
esta percepción es justamente el objetivo principal
de la encuesta, así como recoger las percepciones del
desempeño institucional y de aspectos particulares de
la vida política en relación con el orden jurídico.
Hugo Concha destaca los principales campos de
información que se obtuvieron con esta
encuesta: 1) las opiniones y percepciones
que la sociedad tiene en cuanto a sus
derechos; 2) la identificación de valores
y creencias que marcan el conocimiento
de la legalidad en un contexto político
más amplio; 3) las orientaciones ciudadanas hacia los objetivos generales del
ordenamiento jurídico, tales como la
democracia, la igualdad, la seguridad
y la justicia; 4) las percepciones de las
instituciones políticas, particularmente las correspondientes a la representación política; 5) las opiniones
sobre el desempeño institucional; 6) los niveles de
información, ámbitos de sociabilización y valoración
de instituciones, así como de la Constitución y de los
procesos de toma de decisiones. Este último punto es
de particular importancia para obtener lo que Concha
denomina el perfil del ciudadano mexicano en relación
con la legalidad.
La encuesta, dice Concha, permite visualizar que
existen importantes divergencias en las opiniones para
llevar a cabo cambios en el marco normativo. Las distintas
opiniones para llevar a cabo estos cambios permiten
suponer, en su opinión, que lo único que podemos tener
como común denominador es que hay una mayoría clara,
en la sociedad mexicana, que piensa que es necesario
llevar a cabo cambios en el marco normativo �
ACADÉMICO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA UNAM.
8 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
“La naturaleza del compromiso cívico:
capital social y cultura política en México”
MARÍA DEL CARMEN ALANÍS FIGUEROA*
M
aría del Carmen Alanís Figueroa señala que
al IFE le corresponde llevar a cabo programas
de educación cívica que busquen desarrollar
competencias en los diferentes grupos de la población
y promover una participación responsable e informada
de la ciudadanía en el ámbito público, dentro de los
valores, las prácticas y las instituciones democráticas.
Con el fin de favorecer la viabilidad y eficacia de las
políticas de educación cívica es necesario elaborar
diagnósticos de la cultura política y la participación
ciudadana en México.
En este sentido, Alanís expone que el IFE, con el apoyo
del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, ha
diseñado y levantado dos encuestas nacionales de cultura
política; la primera, denominada Ciudadanos y Cultura
de la Democracia, se levantó en diciembre de 1999; y la
segunda, titulada La naturaleza del compromiso cívico:
capital social y cultura política en México, se levantó entre
mayo y junio de 2003.
La autora explica que la primera encuesta indagó las
concepciones y representaciones de la población sobre el
papel de la ciudadanía en un contexto democrático, así
como acerca de la política, el poder y la autoridad. Los
datos obtenidos reflejaron los rasgos fundamentales de
la cultura política mexicana contemporánea, los cuales
definieron, con precisión, áreas y objetivos en los que se
enfocaron las tareas de educación cívica del IFE.
La encuesta permite apreciar que un importante
sector de la ciudadanía expresa desconocimiento,
desconfianza y desacuerdo en relación con los métodos,
los instrumentos y las instituciones de la política. Los
rasgos fundamentales de la cultura política de México
son: escaso interés en la política, elevada predisposición
a aceptar distintos principios de legitimidad del poder
político y precario asentamiento de los valores del
respeto y la tolerancia.
Como conclusión a esta encuesta, Alanís Figueroa
establece que aunque la transformación de la cultura
política de una sociedad es un proceso lento y gradual
–por lo que no pueden esperarse cambios drásticos en
un periodo menor a un lustro–, no podemos obviar la
particular importancia de las elecciones federales del
año 2000, cuyo resultado significó un cambio político
histórico para el país.
*DIRECTORA
Por otro lado, Alanís describe que la segunda encuesta
del IFE, además de pretender conocer cómo afectó el
cambio político de 2000 las percepciones políticas de
los ciudadanos, busca avanzar más allá de la generalidad
de los estudios de cultura política que se han llevado a
cabo en México, ya que está dirigida a conocer los niveles
del compromiso cívico, la comprensión y valoración
de los procesos de cambio político y la percepción de
la democracia, a la vez que analiza la percepción del
desempeño de las instituciones del Estado y el capital
social acumulado en grupos determinados en nueve
regiones del país.
El objetivo general de esta encuesta es conocer la
calidad y la extensión del compromiso cívico de la
población, elemento indispensable para la construcción
de ciudadanía y consolidación de la democracia.
El cuestionario de opinión, detalla Alanís, se levantó en
los meses de mayo y junio del este año: se aplicaron 5,000
entrevistas en vivienda a personas de 18 años y más de 31
entidades federativas, 225 municipios y 450 AGEBs.
Alanís puntualiza que los campos de análisis fueron
los siguientes: evaluación de la situación del país; juicio
público; valoraciones de la democracia; adhesión a la
sociedad política organizada; cohesión social; lógica
de la acción colectiva; participación; percepción de
las instituciones; simpatía con un partido; y variables
sociodemográficas.
María del Carmen Alanís señala que los resultados
de la encuesta levantada este año no muestran cambios
drásticos en la cultura política de los ciudadanos
mexicanos. En general, las áreas de déficit de cultura
política democrática continúan siendo las que se detectaron
en la encuesta de 1999, como son: el escaso interés en la
política y la precaria cultura de la legalidad. Sin embargo,
precisa que un sector importante de la ciudadanía valora
vivir en un clima de libertades democráticas, reconoce la
importancia del voto y tiende a una participación de mayor
calidad democrática.
Por último, Alanís concluye que, aunque en esta
encuesta se percibe una aparente contradicción, no hay
que perder de vista que en una sociedad compleja y en
proceso de consolidación democrática como la nuestra,
coexisten valores y actitudes autoritarias y democráticas;
es decir, una cultura política heterogénea �
EJECUTIVA DE CAPACITACIÓN ELECTORAL Y EDUCACIÓN CÍVICA DEL IFE.
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 9
π
Explorando la realidad ciudadana
FEDERICO REYES HEROLES*
E
n su conferencia magistral, Federico Reyes Heroles
identifica, a partir de los datos arrojados por la
Segunda ENCUP de la Segob, rezagos importantes
en materia de cultura política y prácticas ciudadanas en
México, sobre todo en términos de los valores liberales
que apuntalan a las democracias.
Sostiene que el Gobierno de la República aporta en la
Segunda ENCUP un material importante para el análisis
de la realidad ciudadana que, con apego a un sólido método
científico, invierte la vieja tradición de analizar al pueblo
de México a partir de generalizaciones abstractas de
carácter deontológico, que constituían un planteamiento
caduco desde el punto de vista epistemológico y que
no permitían apreciaciones finas sobre las diferencias
prevalecientes al interior del conjunto nacional.
Advierte, además, que la encuesta de la Segob viene
a atacar el déficit que, en cuanto a estudios empíricos,
existe en nuestro país, el cual se evidencia ante los
numerosos estudios realizados en otras latitudes desde
hace más de 40 años. Considera que este atraso provocó
que las políticas públicas tuvieran en nuestro país un
desarrollo insuficiente, lo cual se puede ir corrigiendo a
través de esta nueva forma de leernos a nosotros mismos
que está impulsando la SEGOB.
Reyes Heroles recuerda que la ENCUP levantada en
2001 es una encuesta sobre la cultura cívica, que explora
el quehacer de los ciudadanos e incluye tanto la forma en
que los ciudadanos visualizan la ley como la forma en la
que se visualizan a sí mismos.
Señala que esta segunda encuesta fue pulida, dado que
se le agregó un nuevo componente cualitativo –el cual
fue aplicado a 200 personas– que permitirá profundizar
considerablemente sobre estos fenómenos. Además, es
una encuesta muy rica pues regresa a la misma población
encuestada, de tal manera que es posible ver la evolución
individual de cada uno de los 2,789 ciudadanos que se
logró reentrevistar.
Apunta que la Segunda ENCUP incorpora cuestiones
que no fueron exploradas en el primer levantamiento.
Sostiene que, a pesar de que no mantiene todos y cada
uno de los reactivos de la primera encuesta e incluso
hace una reformulación de algunos de ellos, es posible
observar –a través de algunos de los nuevos reactivos
y reformulaciones– la ratificación de algunas de las
tendencias que se expresaron ya desde 2001.
Reyes Heroles identifica como primer eje temático
de análisis al ciudadano: cómo se concibe a sí mismo,
cómo concibe el ciudadano a sus conciudadanos, a la
problemática que lo rodea y cómo concibe a la ley.
10
Conociendo a los ciudadanos mexicanos
En este primer apartado, señala, los resultados
confirman los hallazgos de la encuesta de 2001: hay un
enorme desconocimiento por parte de los ciudadanos de
cuáles son sus derechos y obligaciones. Destaca que si
bien la mitad de los encuestados opina en 2003 que ser
ciudadano significa tener derechos y obligaciones, en el
momento en que se le preguntó a la población en 2001
sobre su conocimiento de la Constitución, 95% de los
entrevistados dijo conocer poco o nada los derechos que
ésta establece en su favor.
El autor estima que algunos resultados son altisonantes,
como el hecho de que un tercio de la población piense
que el Presidente es quien aprueba las leyes, lo cual
habla de un desconocimiento de la división de poderes
y de las funciones de cada uno de éstos. Otros resultados
ratifican, en su opinión, el desinterés por la política que
va acompañado de la percepción del ciudadano de que
la política ayuda poco a mejorar la vida cotidiana. La
mayoría de los ciudadanos no confía en instituciones
políticas cruciales, como son los partidos políticos, y le
interesa poco participar en la vida política del país –lo
cual constituye una mala noticia.
En cuanto a cómo se informan los ciudadanos, apunta
al hecho de que 60% lo hace primordialmente a través de
la televisión, 22% a través de la radio y sólo 10% a través
de los periódicos.
Destaca que uno de cada cinco ciudadanos encuestados
diga que no vive en una democracia, y que 6 de cada 10 se
sientan poco satisfechos con la democracia que tenemos
hoy en día.
Para Reyes Heroles la ENCUP se ubica dentro de la
punta de lanza de la investigación abordando lo que él
llama “la tolerancia hacia la democracia”, la cual implica
el grado en que ésta es aceptada cuando se convierte en
algo ineficiente o cuando la gente considera que este
sistema no está brindando los resultados que debería
brindar. Identifica que el fenómeno está vinculado a la
situación económica del país y oscila mucho en razón de
la percepción que tiene la gente sobre lo que está viviendo
en ese momento.
Enfatiza el hecho de que ante la pregunta: “¿qué prefiere
usted: democracia o mano dura?”, en todos los países latinoamericanos emerge –siempre– el pensamiento autoritario.
En este sentido, dice, la lucha por la construcción de una
democracia estable es tarea que toma muchas décadas y
en donde no se puede bajar la guardia, pues tiene lugar en
un contexto donde es continua la tensión entre la cultura
democrática y una cultura autoritaria bajo la que vivió
la humanidad por miles de años y que ha aprobado ser
noviembre 2003
muy resistente. Es por eso que, cuando en la ENCUP se
plantean al entrevistado distintos dilemas, como “¿usted
qué prefiere, un régimen no eficiente pero democrático,
o uno eficiente pero no democrático?”, la gente se divide,
manifestando con sus respuestas formas de ver la vida
que se encuentran muy arraigadas. La ENCUP ratifica
algunas de ellas. Así, por ejemplo, 59% de los ciudadanos
mexicanos tolera la corrupción.
Reyes Heroles destaca la forma alarmante en que
algunos conciben la función pública: ante la pregunta
concreta “qué tan de acuerdo o en desacuerdo está usted
con las siguientes frases: un funcionario público puede
aprovecharse de su puesto, siempre y cuando haga cosas
buenas”, resulta lamentable que 48% de los mexicanos
entrevistados externen que no les importa que los
funcionarios se lleven algún beneficio, siempre y cuando
sean eficientes.
Indica que un tema central en la encuesta es la
confianza interpersonal, cuestión respecto de la cual
existe en México un gran vacío en la investigación, que
la ENCUP viene a subsanar, desnudando fenómenos
sociales muy delicados como el bajo asociacionismo, al
poner en evidencia dinámicas muy angustiantes: 72% de
la gente piensa que los mexicanos sólo se ocupan de sí
mismos. La ENCUP desenmascara, en su opinión, una
gran mentira: la de que los mexicanos somos solidarios,
pues muestra que 85% de los entrevistados afirma nunca
haber participado en ninguna actividad en beneficio de su
comunidad. Reyes Heroles resalta otro dato que despierta
tristeza: 88% de la población sostiene que es necesario
cuidarse de los otros porque la gente se aprovecha de
uno. En el mismo tenor, la Segunda ENCUP hace una
importante aportación al preguntar a los encuestados
qué tan fácil o difícil es organizarse para trabajar con
*PRESIDENTE DEL
otros ciudadanos a favor de una causa común. La mitad
responde que es difícil o muy difícil.
La ENCUP, según el autor, pone de manifiesto que
prevalece una gran intolerancia en cerca de la mitad
de los mexicanos, la cual queda de manifiesto en dos
reactivos que califica como muy interesantes: la forma
en que se entiende la autoridad y lo que percibe el
ciudadano común del quehacer legislativo. Señala que
cuando la ENCUP explora qué es lo que la gente percibe
que los diputados están defendiendo al elaborar las leyes,
dos tercios de la población optan por considerar que los
diputados en realidad están defendiendo sus intereses
particulares o los intereses de su partido.
Destaca otro gran tema que está detrás de la autoridad:
el uso de la fuerza pública. Al respecto señala que en ambas
ediciones de la ENCUP es patente que muchos mexicanos
rechazan el uso de la fuerza pública, a pesar de que éste es
parte del pacto democrático y de que existen momentos en
que lo indebido radica en no hacer uso de la fuerza pública.
Si bien fueron 73% de los entrevistados quienes en 2001
se abstuvieron de pronunciarse a favor del uso de la fuerza
pública para resolver un conflicto político que tiene tiempo
sin resolverse y afecta a inocentes, y para 2003 la cifra bajó
a 33%, ésta sigue siendo muy elevada.
Reyes Heroles advierte que si bien en México se
logró alcanzar una participación electoral, a partir de la
generación de credibilidad en los órganos electorales,
resulta delicado que, cuando se indaga un poco más en
los valores que están detrás del mexicano y se buscan en él
los valores liberales que apuntalan a las democracias, éstos
se encuentran ausentes. Concluye que es responsabilidad
de todos fortalecerlos, para lo cual resultan muy útiles y
oportunas encuestas como la ENCUP y los procesos de
reflexión que detonan �
CONSEJO RECTOR DE TRANSPARENCIA MEXICANA, A. C., DIRECTOR FUNDADOR DE LA REVISTA ESTE PAÍS
Y COMENTARISTA POLÍTICO.
π
La relevancia del conocimiento político para la democracia
y la construcción democrática en Estados Unidos y México
MICHAEL X. DELLI CARPINI*
M
ichael X. Delli Carpini sostiene que el conocimiento político es crucial para la democracia.
Enfatiza que las democracias presuponen que
las deci-siones colectivas con respecto a la asignación
–desde la autoridad– de bienes, servicios y valores (que
definen quién recibe qué, dónde, cuándo y de qué manera)
deben estar directa o indirectamente influenciadas por los
ciudadanos. Ello requiere de una cultura política que
provea a los ciudadanos de los recursos, las motivaciones
noviembre 2003
y las oportunidades necesarias para involucrarse, con
eficacia, en la vida cívica y política. Una ciudadanía
efectiva requiere poseer información sobre conceptos
políticos clave, instituciones y procesos, derechos ciudadanos, posicionamientos de actores y partidos, así como
condiciones sociales relevantes.
Delli Carpini afirma que una democracia funciona
mejor y responde con mayor fidelidad a la ciudadanía,
en la medida en que el ciudadano promedio está más
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 11
informado y la información política está distribuida
equitativamente entre la población.
No todos los ciudadanos están tan desinformados
e indispuestos a adquirir información como se suele
señalar. Lo grave son las diferencias prevalecientes en
la información política que poseen diversos segmentos
sociales, que impiden que algunos de éstos influyan
sobre el sistema político para que éste responda mejor a
sus intereses.
Los ciudadanos informados, aún cuando no son un
factor suficiente para la democracia, son necesarios, pues
es importante que vinculen, con eficacia, sus intereses a
su propio comportamiento político. Para ello, se requiere
que tanto las escuelas, los medios de comunicación
y otras instituciones ayuden a que los ciudadanos
desarrollen más y mejores habilidades para participar de
manera eficaz en el acontecer político del país.
Delli Carpini destaca que tanto la teoría política
como la evidencia arrojada por encuestas sostienen
que la posesión de información política está vinculada
a la buena ciudadanía democrática: las personas más y
mejor informadas son más proclives a aceptar las reglas,
principios y valores democráticos, a seguir los asuntos
públicos y discutir sobre ellos, a participar activamente
en política, así como a tener opiniones funcionales a la
democracia. Son más proclives a tener opiniones sobre
asuntos relevantes y éstas tienden a ser congruentes
con sus condiciones de vida; estables en el tiempo;
consistentes y sólidas; susceptibles de ser ajustadas a
la luz de nueva información realmente relevante. Se
ha observado que los ciudadanos que poseen suficiente
información política muestran mayor proclividad a
promover sus intereses en el corto plazo. El conocimiento
político parece aumentar la habilidad que muestran los
ciudadanos para hacer que sus opiniones sobre política
sean congruentes con las evaluaciones que tienen de los
funcionarios y de los partidos políticos, las cuales tienden
a ser más realistas y menos ingenuas o cínicas, así como
para reflejarlas en su propio comportamiento.
Delli Carpini diagnostica la posesión de información
política por los mexicanos, así como su repercusión
sobre otras variables políticas relevantes, a partir de los
levantamientos 2001 y 2003 de la ENCUP
ENCUP. Para ello
construye índices con base en 10 preguntas específicas
que solicitan información factual concreta a los
entrevistados y efectúan numerosas correlaciones.
En relación con el nivel de conocimiento político
que tienen los mexicanos, Delli Carpini deduce que,
contrario a lo que se afirma con frecuencia, si se
suma el conjunto de conocimientos de los ciudadanos
mexicanos, el público parece estar relativamente informado. La situación es similar a la que se presenta en
*DECANO DE LA
12
Estados Unidos, incluso en términos del desafío que
existe de trabajar con mayor ahínco en la distribución
equitativa del conocimiento político entre ciertos grupos
de la población, dado que las mujeres, los jóvenes y
aquellos con menores niveles de educación e ingreso
son los que reflejan menores niveles de conocimiento
político. La escuela y los medios deben proponerse
dotar a la población de mayores conocimientos, así
como de habilidades para participar de manera eficaz.
En su opinión, un factor que hay que incentivar es
una mayor atención de la población a los medios de
comunicación masiva, especialmente incentivar la
lectura de periódicos.
Delli Carpini también identifica, a través de correlaciones de los índices de posesión de información con
más de 40 variables de la primera y segunda ENCUP
ENCUP,
patrones consistentes que sugieren que la posesión
de información política en México opera de manera
similar a lo observado en los Estados Unidos en
términos de las repercusiones positivas que tiene sobre
la “buena ciudadanía democrática”. Advierte que para
estar ciertos de que esto es así, se requiere precisar la
causalidad, así como controlar los efectos positivos que
pudieran tener como origen otras variables distintas al
conocimiento político, tales como el ingreso, el nivel
educativo, el sexo o la participación, entre otras.
Delli Carpini sostiene que, por más que una democracia pueda sobrellevar las situaciones a partir de públicos medianamente informados, de ciudadanos que
recurren a atajos informativos y de decisiones tomadas
por expertos, es claro que las decisiones mejorarían
en toda democracia –tanto para ciertos segmentos
específicos como para la población en su conjunto– si
los ciudadanos estuviesen mejor informados y la
información estuviese distribuida más equitativamente
entre los diversos segmentos sociales. Afirma que un
sistema político democrático opera mejor cuando sus
ciudadanos poseen suficiente información como para
asegurarse de que su comportamiento político sea
consistente con sus intereses personales y con los de la
colectividad. A los ciudadanos corresponde hacer que
la democracia funcione en su beneficio y para lograrlo
requieren estar informados. Hoy por hoy, la democracia
todavía no opera en beneficio de muchos, en parte
porque amplios segmentos carecen de información
suficiente, no en calidad de todólogos expertos sino de
actores que pueden ejercer cierta influencia –en asuntos
específicos– sobre los líderes políticos y el entorno en
el que éstos operan. En este sentido, concluye Delli
Carpini, el Programa Especial para el Fomento de la
Cultura Democrática constituye un buen punto de
partida para México �
ESCUELA ANNENBERG DE COMUNICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE PENSILVANIA.
Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
Conocimiento político y actitudes cívicas
HENRY MILNER*
H
enry Milner sostiene que para las sociedades que
aspiran a un mayor bienestar compartido resulta
crucial potenciar tanto el conocimiento, como
las capacidades y destrezas que tiene la ciudadanía para
hacer sentido del mundo político, tomar las decisiones
correctas e interactuar con eficacia dentro de él.
Señala que la evidencia proveniente de más de 16 países
demuestra que ello se puede hacer a través de políticas
públicas expresamente dirigidas a ampliar el acceso de la
población en general a una educación de calidad; fomentar
la educación cívica; otorgar subsidios a los periódicos que no
son líderes en su industria; otorgar subsidios a las empresas
que publican libros que no son líderes en su industria;
establecer obligatoriedad e incentivos para las actividades a
través de las cuales los partidos informan a la ciudadanía;
impulsar sistemas públicos de radio y televisión, así como
restricciones a la comercialización excesiva de la TV;
extender el número y alcance de las bibliotecas públicas
locales; promover la existencia de círculos de estudio y
discusión para adultos; así como programas de educación
para adultos, reforzar el hábito de la lectura; motivar a los
adultos a adquirir información y usarla; ampliar el acceso
y uso de la Internet; limitar la influencia del dinero en
la comunicación política; tornar más transparente el
funcionamiento del gobierno, y reforzar las instituciones
políticas de corte consensual.
Milner recalca que no son inmutables los niveles de
conocimiento y la posesión de las capacidades y destrezas
que muestra la ciudadanía para entender el mundo
político, tomar las decisiones correctas e interactuar con
eficacia dentro de él.
Enfatiza que aquellos países, como Alemania,
Dinamarca, Finlandia, Holanda, Noruega y Suecia, que
han emprendido, a conciencia, políticas públicas dirigidas a
elevarlos, han logrado arribar a sociedades más equitativas
para sus miembros. Explica que ello se debe, en parte, a
haber impulsado estas políticas, dado que una ciudadanía
mejor informada sobre las cuestiones políticas y más dotada
de capacidades y destrezas, especialmente en los estratos
más desfavorecidos, participa mucho más en asociaciones
voluntarias y de otro tipo y se involucra mucho más en
política (incluyendo la emisión del voto, sobretodo en
elecciones locales), promueve decisiones gubernamentales
óptimas que dan origen y sustentabilidad a políticas
redistributivas en un marco de eficiencia económica y social
que valora adecuadamente costos y beneficios. Algunas de
sus conclusiones están derivadas del análisis estadístico
*PROFESOR DE
de información arrojada por la Encuesta Internacional
de Alfabetización Adulta (IALS), combinada con otros
indicadores tales como tasas de participación electoral,
índices de inequidad en el ingreso y número de periódicos
que circulan por habitante.
Llama la atención sobre el hecho de que la adquisición
de habilidades de lectura de comprensión sofisticadas tiene
un impacto mayor que los cursos de educación cívica.
El investigador destaca que la televisión comercial,
al reemplazar otras fuentes de información política,
impacta negativamente a la sociedad, en la medida en
que la gente muestra mayor dependencia o consumo
diario de televisión comercial. Ésta transmite menos
información sustantiva y se centra en el entretenimiento
bajo las presiones de la competencia por el raiting para
vender más caros los espacios de publicidad. El impacto
negativo de la televisión comercial se magnifica al
acompañarse de una nula o baja lectura de periódicos,
revistas y libros, sobre todo en países donde no existe
un sistema exitoso de televisión pública que eleve los
estándares de calidad de la TV privada comercial.
Destaca los enormes resultados alcanzados por Suecia
a raíz de sus formidables programas de educación para
adultos: uno de cada 3 suecos participa en círculos de
estudio (de los cuales cerca de la mitad están subsidiados
por el gobierno), los cuales tienen como subproducto el
estimular una actitud crítica y ayudar a la gente a aprender
a distinguir la diferencia entre evidencia y mera opinión con
respecto a los grandes temas del momento.
Milner apunta que una sociedad se beneficia de una
ciudadanía mejor preparada toda vez que cuando los
ciudadanos están mejor informados, son más capaces de
identificar las políticas apropiadas para alcanzar resultados
vinculados a lograr un mayor bienestar, así como de
identificar a los actores que pueden instrumentarlas.
Además, son más conocedores de los efectos que sus
decisiones como electores pueden tener sobre el sistema
político. Pueden identificar los efectos que diferentes
políticas alternativas pueden llegar a tener sobre sus
propios intereses y sobre los intereses de otros. Todo esto
ayuda a que en esa sociedad se pueda lograr vincular de
mejor manera a los actores, a las políticas públicas, a las
instituciones y a los resultados, con el propósito último
de alcanzar un mayor bienestar social compartido. Por
último, observa que dependiendo de los intereses presentes
en ciertas políticas públicas, hay una enorme diferencia en
los resultados que se generan en una sociedad �
CIENCIA POLÍTICA EN LAS UNIVERSIDADES DE L AVAL EN CANADÁ Y UMEA EN SUECIA
Y COEDITOR DE LA REVISTA DE POLÍTICA Y OPINIÓN PÚBLICA INROADS.
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 13
π
“Barómetro de la Democracia de Corea del Sur”:
monitoreando la política democrática,
el libre mercado y el bienestar ciudadano
DOH CHULL SHIN*
D
oh Chull Shin explica que, a partir de la ola de
democratización que se inició hace tres décadas
en Europa meridional, ha crecido el interés por
analizar los procesos relacionados con la democracia.
El Barómetro de la Democracia de Corea del Sur (BDC)
representa, en su opinión, uno de los primeros y más
innovadores esfuerzos de investigación. Pese a no ser
uno de los barómetros más conocidos, sobresale porque
analiza el fenómeno democrático de manera sistemática,
a partir de una perspectiva dinámica y mucho más
amplia que la centrada en cuestiones electorales y con
amplias series de tiempo. El BDC se distingue por
monitorear la relación entre la calidad de vida de los
ciudadanos y el proceso de democratización política,
cultural y económica vivido por Corea del Sur.
La primera aplicación de la encuesta del BDC tuvo
lugar en 1988, año en que se dieron por terminadas las
casi tres décadas del régimen militar y se instaló la Sexta
República Democrática. Para 2003, se han aplicado ya 10
encuestas como parte del proyecto.
Shin destaca algunos de sus resultados relevantes.
Mientras que 87% de la población surcoreana considera
que el régimen militar no era democrático, 69%
clasifica al régimen actual como democrático, lo cual
habla de una percepción extendida entre la población
de que el régimen autoritario se ha transformado en
una democracia. A lo largo del tiempo, los niveles de
percepción de las cualidades democráticas del régimen
han tendido a la baja: si bien en 1990 el promedio fue 6.0
y 6.8 para 1994, la cifra para 2001 fue 6.2.
Cuando se pregunta por el grado de satisfacción de
la población con respecto al funcionamiento del sistema
democrático actual (con base en una escala de uno a 10
puntos), sólo una minoría de 47% lo evalúa por arriba de
6 puntos). La satisfacción promedio fue 6.2 en 1990, bajó
a 4.9 en 1994, para elevarse a 5.3 en 2001. Una quinta
parte de los ciudadanos se muestran desencantados con
la gobernabilidad democrática.
Al combinar tanto el grado de satisfacción como el
grado en que se califica al régimen como democrático,
sólo 38% de los coreanos del sur manifiesta estar
plenamente satisfecho con su desempeño y estimar,
simultáneamente, que el régimen es democrático.
Shin apunta que, en cuanto al sistema de creencias y
valores de la población surcoreana, es muy diferente que la
población apruebe la democracia a nivel de ideal político a
14
Conociendo a los ciudadanos mexicanos
que la asuma plenamente como sistema de gobierno viable
y favorable. Así, 85% abraza la idea de la democracia, 91%
expresa su deseo de vivir bajo una democracia y 75% se se
muestra a favor de expandir la democracia. Conjuntando
los tres indicadores se encuentra que 7 de cada 10
entrevistados coincidieron en las tres situaciones. Más de
3 de cada 10 respondió positivamente a dos de estas tres
preguntas. Solamente uno de cada 100 entrevistados no se
colocó en ninguna de estas tres situaciones. Ahora bien,
74% estimó que la adopción de la democracia es adecuada
para Corea del Sur, sin embargo la calificación promedio
fue de 6.5; 37% optó por considerar que la dictadura
podría ser preferible bajo ciertas condiciones (en el caso
de México la cifra fue de 34% en 2000); únicamente 45%
estimó que la democracia es siempre preferible (en el caso
de México la cifra fue también de 45% en 2000); 10% de
la población tasó como más relevante a la democracia que
al desarrollo económico como objetivo de las políticas
públicas, mientras que 63% puso al desarrollo económico
por encima de la consolidación del proceso democrático
(el resto las ranquearon igual). Sólo 4 de cada 100
entrevistados coincidieron en manifestarse unívocamente
en favor de la democracia en estos tres planos pragmáticos.
76 de cada 100 lo hicieron respondiendo positivamente en
dos de las tres preguntas planteadas; 16 de cada 100 se
negaron sistemáticamente a inclinarse por la democracia
en estos tres planos pragmáticos.
Tras vivir tres décadas bajo un sistema autoritario, es
natural que numerosos aspectos relacionados con este
régimen estén aún presentes tanto en la cultura de la gente
como en sus prácticas. Todavía, por ejemplo, uno de cada 6
surcoreanos se manifestó a favor de restablecer el gobierno
de los militares y 1 de cada 5 aprobó la futura adopción de
una dictadura encabezada por un civil que se deshiciese
del parlamento y no tuviera que someterse a ser electo.
Fueron 7 de cada 10 surcoreanos quienes rechazaron ambas
alternativas.
En cuanto a tendencias en el tiempo, la proporción de
quienes favorecen los ideales democráticos ha fluctuado
de 1996 a 2001, en un entorno de crisis económica pero
de un país que pasó, en unas cuantas décadas, de un nivel
de ingreso per capita bajo a una superpotencia económica.
La proporción de quienes estiman que la democracia
es siempre preferible a la dictadura ha declinado
sustancialmente, al pasar de 70% en 1996, a 69% en 1997,
a 54% en 1998, a 55% en 1999 y a 45% en 2001 (una pérdida
noviembre 2003
de 25 puntos porcentuales en tan sólo cinco años). El apoyo
pleno a la democracia ha disminuido radicalmente para
quedar en tan sólo 35% en 2001, cuando en 1996 estaba
14 puntos arriba, esto es, en 49%. Por otra parte, 55% de
los surcoreanos creen que la democracia no es siempre lo
mejor para el país.
Aún si el análisis de las tendencias en cuanto a las
expresiones pragmáticas se concentra en quienes se
dicen a favor de la democracia como idea, se observa un
retroceso: la proporción de quienes en 1996 apoyaban a
la democracia bajo la lupa pragmática era de 57%, y se
redujo a 39% para 2001.
En 1996 dos de cada cinco surcoreanos estaban
comprometidos idealmente con la democracia a la vez
que externaban un rechazo pragmático al autoritarismo,
para 2001 la proporción se redujo a dos de cada siete.
Shin llama la atención sobre el hecho de que
los niveles de apoyo incondicional a la democracia
externados por 45% de los surcoreanos (al estimar que
la democracia es siempre preferible a la dictadura) son
menores que la cifra promedio para diecisiete países en
el Latinobarómetro 2000 (58%) –la cifra para México
fue idéntica a Corea del Sur: 45%–, para seis países
en el Afrobarómetro 2000 (64%) y para seis países de
*PROFESOR INVESTIGADOR DEL
Europa en 1995 (65%). Concluye que a pesar de una muy
exitosa transición a la democracia, Corea del Sur se ubica
como una de las nuevas democracias con menor apoyo
popular a la democracia, a la luz de una óptica ciudadana
pragmática.
Doh Shin apunta que los procesos de democratización
son fenómenos multidimensionales, multidireccionales
y multinivel, pues la aceptación de un orden político
democrático no evoluciona de manera lineal ni involucra, necesariamente, el rechazo a prácticas políticas autoritarias. De manera similar, dice, la democratización de las
instituciones políticas y/o económicas no necesariamente
eleva la calidad de vida de los ciudadanos (cerca de la
mitad de los surcoreanos estima que la calidad de vida y
el bienestar en su país ha empeorado, sustancialmente,
durante los últimos 20 años, a pesar de las inusitadas
tasas de crecimiento económico experimentadas por el
país). En este sentido, el BDC ofrece un rico y amplio
espectro de datos vinculados a los cambios en el proceso
de democratización, así como a las repercusiones que han
tenido en cuanto a los niveles de bienestar de la población
coreana. Shin estima que este análisis se enriquece
sustancialmente al poder efectuar comparaciones con otros
países, a través de encuestas similares al BDC �
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA DE LA UNIVERSIDAD DE MISSOURI EN COLUMBIA.
π
Situación de la democracia en México
y América Latina en 2003
MATÍAS BARGSTED VALDÉS*
M
atías Bargsted presenta algunos resultados
sobre México de la encuesta Latinobarómetro
que se levanta en 17 países de América Latina,
correspondientes a julio y agosto del año 2003, relativos
a la democracia, a la confianza en las instituciones y a los
indicadores de cultura cívica.
Bargsted destaca que, si bien entre 2002 y 2003
bajó moderadamente la preferencia de los mexicanos
por el autoritarismo, al pasar de 20 a 14% (34% en
México en 2000; en la región en 2002 fue 15%),
disminuyó fuertemente la proporción de mexicanos que
seleccionó la democracia como el sistema de gobierno
más preferible, al pasar de 63 a 53% (45% en México
en 2000; el promedio regional en 2002 fue de 56%).
En el mismo tenor, la proporción de quienes piensan
que da lo mismo la democracia que el autoritarismo se
incrementó sustancialmente, al pasar de 14 a 30% (19%
en México en 2000; la cifra para América Latina fue de
18% en 2002).
Por segmentos de edad, la situación para México en
2003 fue como sigue: declaró preferir la democracia
noviembre 2003
50% de quienes tienen entre 16 y 25 años de edad, 56%
de quienes tienen entre 26 y 40, 51% de quienes tienen
entre 41 y 60 y 56% de quienes tienen 61 ó más; declaró
que le da lo mismo democracia que autoritarismo 28%
de los de 16 a 25 años de edad, 32% de los de 26 a 40,
31% de los de 41 a 60 y 25% de los de 61 ó más; declaró
preferir un gobierno autoritario 20% de los de 16 a 25
años de edad, 9% de los de 26 a 40, 15% de los de 41 a 60
y 11% de los de 61 ó más.
Declaró estar insatisfecho con la democracia 84%
de quienes tienen entre 16 y 25 años de edad, 80% de
quienes tienen entre 26 y 40, 77% de quienes tienen
entre 41 y 60 y 82% de quienes tienen 61 ó más; y declaró
estar satisfecho 15% de los de 16 a 25 años de edad, 18%
de los de 26 a 40, 21% de los de 41 a 60 y 17% de los de
61 ó más. En cuanto a la satisfacción con la democracia,
no se presentan grandes cambios: se mantiene en 81%
la proporción de los mexicanos insatisfechos (61% en
México en 2000; en América Latina fue 60% en 2002) y
sube de 17 a 18% la de los satisfechos (36% en México en
2000; 32% en 2002 para América Latina).
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 15
En cuanto a la confianza en las instituciones
que expresan los mexicanos, ésta sigue siendo baja
comparada con el año 2000: quienes dijeron en 2003
confiar mucho o algo en los partidos fueron 10% (34%
en 2000 y 12% en 2002; 14% en América Latina en
2002), en la Presidencia fueron 35% (44% en 2000 y
35% en 2002), en el Congreso fueron 21% (35% en 2000
y 24% en 2002; 23% en América Latina en 2002), en
el Poder Judicial fueron 13% (41% en 2000 y 17% en
2002; 25% en América Latina en 2002), en las Fuerzas
Armadas fueron 40% (51% en 2000 y 42% en 2002), en
la Iglesia fueron 48% (75% en 2000 y 53% en 2002; 71%
en América Latina en 2002), en la televisión fueron 35%
(37% en 2000 y 39% en 2002; 45% en América Latina en
2002). Por lo que respecta a la confianza en las personas
quienes dijeron tener mucha o algo de confianza fueron
19% en 2003 (34% en 2000 y 22% en 2002). De todos los
mexicanos que en 2003 se declararon insatisfechos con
la democracia, 54% son ciudadanos que dijeron preferir
la democracia (49% fue el promedio para América
Latina en 2002), mientras que 46% son personas que
no se pronunciaron por preferir la democracia (la cifra
para América Latina fue 51% en 2002). De todos los
mexicanos que en 2003 se declararon satisfechos con la
democracia, 61% son ciudadanos que dijeron preferir la
democracia (70% fue el promedio para América Latina
en 2002), mientras que 39% son personas que no se
pronunciaron por preferir la democracia (la cifra para
América Latina fue 30% en 2002).
En cuanto a interés por la política, señala, la proporción
de entrevistados que dijeron tener mucho o algo de interés
por la política disminuyó en 2003, al pasar de 47% en
2002 a 43% en 2003 (fue 32% en 1998; la cifra para
América Latina fue 25% en 2001).
La disposición para votar por algún partido cambió
sustancialmente entre 2002 y 2003: la proporción de los
*INVESTIGADOR DE LA
CORPORACIÓN L ATINOBARÓMETRO.
mexicanos que se dijo no dispuesto a votar por ningún
partido pasó de 32 a 46% (la cifra fue 17% en México
en 1998; en América Latina fue 48% en 2002). La
proporción de mexicanos que se dijo dispuesto a votar por
algún partido disminuyó sustancialmente entre 2002 y
2003, al pasar de 60 a 54% (la cifra fue 79% en México en
1998; en América Latina fue 46% en 2002).
En cuanto a cuestiones vinculadas con la legalidad,
los mexicanos mostraron percepciones menos favorables
que los latinoamericanos en 2003, pues mientras que
este año la proporción de los mexicanos que dijeron que
sus connacionales son exigentes de sus derechos fue de
20%, ésta fue de 52% para América Latina en 2002.
La proporción de los que dijeron que sus connacionales
cumplen con las leyes fue de 8% de los mexicanos en 2003
y de 22% de los latinoamericanos en 2002; la proporción
de los que dijeron que sus connacionales son concientes de
sus obligaciones y derechos fue de 50% de los mexicanos
en 2003 y de 37% de los latinoamericanos en 2002; la
proporción de quienes dijeron que sus connacionales
tienen igualdad ante la ley fue de 23% de los mexicanos en
2003 y de 28% de los latinoamericanos en 2002.
Por lo que respecta al fraude social, la situación en
México es mucho más severa que en el resto de América
Latina, dado que, mientras en 2002 la proporción de
quienes dijeron conocer a alguien que simuló estar
enfermo para no presentarse a trabajar fue de 65% de los
mexicanos, ésta fue de 39% de los latinoamericanos; de
quienes dijeron conocer a alguien que hizo trampa para
pagar menos impuestos fue de 51% de los mexicanos, fue
de 25% para Latinoamérica; de quienes dijeron conocer
a alguien que se robó mercancía del supermercado fue
de 34% de los mexicanos y 17% para América Latina;
de quienes dijeron conocer a alguien que se aprovechó
indebidamente de un subsidio estatal fue de 27% de los
mexicanos y 16% de los latinoamericanos �
π
“Encuesta sobre Ciudadanía”
del Ministerio del Interior del Reino Unido
DUNCAN PRIME*
D
uncan Prime presenta los resultados de la
Primera Encuesta sobre Ciudadanía que aplicó
el gobierno británico en 2001, por conducto del
Ministerio del Interior, el cual tiene dentro de su esfera
de competencia los asuntos de ciudadanía y, dentro de sus
funciones, la de incentivar el mayor involucramiento de
los ciudadanos en los asuntos públicos.
Esta encuesta tiene como objetivo analizar el
nivel de compromiso que externan las personas con
16
Conociendo a los ciudadanos mexicanos
su comunidad y aportar bases para defi nir acciones
de gobierno que permitan alcanzar la meta fijada de
incrementar en 5 puntos porcentuales la participación
ciudadana en la comunidad en Inglaterra y Gales, así
como generar elementos para dar seguimiento al logro
de este alto propósito público.
La encuesta, aplicada tanto a adultos en general como
a una muestra adicional de personas que forman parte de
una minoría, enfoca sus preguntas al análisis de cinco
noviembre 2003
grandes rubros: 1) la buena ciudadanía; 2) los prejuicios
raciales y la discriminación; 3) la vinculación de las
personas con sus vecindarios; 4) la activa participación en
la comunidad; y 5) las redes familiares y la paternidad. El
siguiente levantamiento de esta encuesta está programado
para el año en curso, e incorporará una muestra adicional
conformada por niños y jóvenes y explorará de manera
especial la cuestión de la cohesión social.
Prime explica que existen tres razones fundamentales
por las cuales el gobierno británico está interesado
en promover una ciudadanía más activa. La primera
tiene que ver con la consolidación de una democracia
más sana. La segunda concierne a la necesidad de
incrementar el capital social, con los consecuentes
beneficios para la salud mental y física de quienes
participan, sus niveles de satisfacción con la vida, su
desempeño educativo y su prosperidad económica. La
tercera es proveer al gobierno de mejores herramientas
para enfrentar problemas sociales y para brindar
servicios públicos más eficientes.
Prime también destaca algunas cifras relevantes
arrojadas por la Encuesta sobre Ciudadanía: 96%
de los entrevistados estuvo de acuerdo con que uno
no puede demandar derechos sin aceptar a la vez
responsabilidades. Sólo 24% de los entrevistados dijo
creer que puede influenciar las decisiones que afectan
a Inglaterra y Gales, porcentaje que se eleva a 43% en el
caso de política local. 80% confía en la policía, 73% en el
sistema judicial, 51% en sus autoridades locales, 36% en
el Parlamento y 24% en los políticos; 40% dijo que puede
confiar en mucha gente de su vecindario, 43% dijo que la
gente mira por los demás en su vecindario y 41% dijo que
era probable que si una bolsa o una cartera se perdiese en
su vecindario, ésta sería devuelta a su dueño; 67% dijo
haber brindado, a título personal e individualmente, por
lo menos una vez durante los últimos 12 meses, ayuda no
pagada a otras personas, mientras que 39% dijo haberla
brindado a través de grupos, clubes u organizaciones;
65% dijo haber participado durante los últimos 12 meses
en grupos, clubes u organizaciones; 38% dijo haber
*INVESTIGADOR DEL
participado durante los últimos 12 meses en actividades
cívicas como firmar una petición, contactar a un
funcionario o participar en una manifestación.
Destaca que existen importantes diferencias cuando
se observa a segmentos específicos de la población.
Así, a nivel de género, hay diferencias en cuanto al tipo
de campos o temáticas en las que suelen involucrarse
las mujeres, contrastadas con aquellas que atraen a
los hombres. Por otra parte, el alto involucramiento
ciudadano suele presentarse acompañado de altos
niveles educativos, así como de ingresos, y del hecho de
que el sujeto esté empleado en ese momento. Por ello,
el gobierno se ha fijado el desafío de encontrar maneras
de fomentar el involucramiento de los ciudadanos que
forman parte de minorías en condiciones de desventaja.
Duncan Prime describe políticas públicas puestas
en marcha por el Ministerio del Interior para promover
la “ciudadanía activa”, como la renovación de la
educación ciudadana y la enseñanza de la democracia
en las escuelas; grupos de trabajo para impulsar el
voluntariado, la infraestructura, reformas a las reglas
que rigen a las fundaciones, así como la renovación
cívica; impulso a la tutoría para ayudar a estudiantes;
programas de trabajo voluntario en dependencias públicas
tales como los hospitales, asilos, escuelas y centros de
rehabilitación social; promoción de la consolidación
de redes comunitarias locales que puedan promover
su propio desarrollo y el impulso de la estructura tanto
organizacional como física; la creación de nuevos cargos
de elección popular a nivel local; la apertura de procesos
decisorios a los ciudadanos; la promoción dirigida a lograr
que las empresas amplíen las facilidades para que sus
trabajadores realicen trabajo voluntario; la creación en el
Ministerio del Interior del Centro para una Ciudadanía
Activa, con el propósito de dilucidar cómo se puede
empoderar a la gente para que participe, cómo se puede
lograr mantenerla involucrada y cómo se puede lograr que
la política local le resulte más relevante e interesante y que
asuma mayores responsabilidades en la generación de
bienestar compartido �
MINISTERIO DEL INTERIOR DE LA GRAN BRETAÑA.
π
Algunos elementos de la cultura política de los españoles
CAYO SASTRE GARCÍA*
C
ayo Sastre presenta un panorama a partir de
algunos resultados de la encuesta denominada 25
Años Después realizada por el CIS del gobierno del
Reino de España,∗∗ al cumplirse 25 años de la muerte del
dictador español Francisco Franco. Esta encuesta abarca
algunos elementos vinculados a la cultura política de los
noviembre 2003
españoles y a la transición democrática en España. La
información la complementa con la distribución de las
respuestas dadas a ciertas preguntas que han formado
parte de series de tiempo en sondeos o barómetros
aplicados periódicamente por el CIS. Sastre destaca
que la forma en que se llevó a cabo la transición a la
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 17
democracia constituye un motivo de orgullo para una gran
proporción de los españoles. Así, en 2000 la proporción
de quienes así lo manifestaron alcanzó 86% (10 puntos
por encima de la externada por los encuestados en 1985),
lo que pudiera estar vinculado con el incremento de los
niveles de satisfacción respecto a la democracia que se
presentaron de 1995 a 2000: 75% se decía ya sea muy o
bastante satisfecho con la democracia, mientras que sólo
22% afirmaba que encontrarse poco o nada satisfecho.
A veinticinco años del establecimiento de la democracia
española, se pidió a los encuestados comparar la situación
actual con la del régimen franquista. Este ejercicio
arroja las siguientes cifras entre quienes piensan que
la situación mejoró: 80% para la situación económica
en general; 73% para la situación internacional; 44%
en materia de desigualdades sociales; y 50% por lo que
respecta al desempleo. Sin embargo, Sastre resalta que
62% considera que ha empeorado la inseguridad; 76%
que existe más deterioro en el medio ambiente; 82% que
aumentó el problema de drogadicción; 83% que aumentó
el terrorismo.
Sastre señala que en 2000, 85% de los entrevistados
optaba por la democracia, mientras que sólo 6% optaba
por el autoritarismo y otro 6% se mostraba indiferente.
Ante la pregunta “¿qué creen que es lo más importante
*DIRECTOR DEL
para que haya democracia?”, 39% responde que el
derecho a decir lo que uno piensa y 35% opta por la
posibilidad de votar para elegir representantes.
Señala que no todos los indicadores son tan positivos.
Así, la percepción de que la política es tan complicada
que la gente no puede entender lo que pasa subió de
53% en 1989 a 57% en 2000; la percepción de que los
políticos no se preocupan mucho de lo que piensa la
gente subió de 65% en 1998 a 73% en 2000; la imagen
de que esté quien esté en el poder siempre busca sus
intereses personales subió de 66% en 1998 a 73% en
2000; y la idea de que el voto es la única forma en que
la gente puede influir en lo que hace el Gobierno, subió
de 63% en 1998 a 73% en 2000.
Señala que dentro de los claroscuros que se presentan
en toda sociedad democrática hay ciudadanos españoles
menos politizados y más desencantados que el promedio.
La gente se interesa por las ONGs y valora positivamente su
labor, pero no evalúa muy bien a los partidos políticos. La
afiliación a los partidos políticos es muy baja y los partidos
políticos enfrentan dificultades para convocar a la gente.
Sastre concluye externando su preocupación por el
hecho de que sólo 3% afirme conocer bien la Constitución
Española, mientras que 94% responda que la conoce ya
sea por encima, poco o muy poco �
DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS DE ESPAÑA (CIS).
* *El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de la Presidencia,
que tiene entre sus funciones la de efectuar sondeos de la opinión pública española sobre muy diversos temas.
π
Lo que saben y lo que opinan los ciudadanos sobre
la democracia y la política
FRANCISCO ABUNDIS LUNA*
F
rancisco Abundis centra su análisis en lo que saben
y lo que opinan los ciudadanos sobre el Congreso de
la Unión y las campañas electorales, comparando
los resultados de la Segunda ENCUP con los obtenidos en
diversos estudios de opinión de Parametría.
De acuerdo con los datos de la Segunda ENCUP, 7 de
cada 10 mexicanos no saben cuál es el tiempo que un
diputado federal permanece en su cargo. Tal vez podría
pensarse que se está exagerando un poco, sin embargo,
en la encuesta nacional en vivienda Ómnibus Parametría,
nuevamente encontramos un resultado similar (aunque
con un pregunta diferente), donde 7 de cada 10 mexicanos
no saben cuántas Cámaras lo conforman.
Destaca que únicamente 35% de los ciudadanos sabe
que el Congreso de la Unión es bicameral; sólo 55% dice
conocer la función de un diputado; 35% dice conocer la
función de un senador. Otro punto importante a resaltar,
18
Conociendo a los ciudadanos mexicanos
es que de las pasadas elecciones federales del 6 de julio a
la fecha, sólo 55% sabe qué partido tendrá más diputados
federales en nuestro país.
Abundis determina que las elecciones del pasado 3 de
julio han dado la impresión de que los partidos políticos
dejaron sus campañas a los especialistas de la publicidad
y los medios y se olvidaron de sus plataformas, pero algo
todavía más importante, se olvidaron de explicarle al
elector en qué consistía esta elección.
De todas las campañas electorales, la frase del
PAN “quítale el freno al cambio” es la única campaña
relacionada con lograr una mayoría en el Congreso,
sin embargo, no parte de un concepto político claro y
de alguna forma llega a ser para el elector la misma
plataforma presentada por cualquier otro partido.
Por otro lado, resalta que el nivel de conocimiento
de la mayor parte de las campañas es más bajo en los
noviembre 2003
electores reales que en los encuestados en junio. El nivel
de credibilidad de prácticamente todas las campañas es
mucho menor entre los votantes del pasado 6 de julio que
entre los ciudadanos en general. En este punto puede haber
dos explicaciones: una, es que a lo largo de las campañas los
electores fueron cuestionando cada vez más su credibilidad;
otra, que los votantes creen menos en las campañas que el
elector promedio.
En la relación Ejecutivo-Legislativo se espera que los
diputados cooperen con el Presidente. Casi dos terceras
*DIRECTOR
partes de los ciudadanos (65%) así lo dicen, frente a una
cuarta parte (25%) que señala que los diputados deben
ser un contrapeso del Presidente.
La mayor parte de la población considera que la gestión
del nuevo Congreso será similar a la del anterior. El
porcentaje de quienes creen que la labor de la nueva Cámara
será igual rebasa ligeramente el 50%. Sin embargo, una
tercera parte de la opinión es optimista y cree que será
mejor. El porcentaje de quienes creen que será peor es
mínimo (11%) �
π
GENERAL DE PARAMETRÍA.
Democracia... ¿con qué se come?
ANA CRISTINA COVARRUBIAS*
A
na Cristina Covarrubias centra su análisis de
la Segunda ENCUP en cómo los ciudadanos
y los políticos entienden de diversa manera la
democracia. Enfatiza que la mayoría de la población no
entiende o no puede definir lo que es la democracia y
que quienes sí pueden hacerlo son primordialmente
personas con nivel educativo medio o superior. Aun así,
la mayoría de la población externa aprecio por la libertad,
el respeto al voto, el respeto a las leyes y a los derechos de
los ciudadanos.
La percepción mayoritaria es que México no vive en
democracia, al sentir que aún no se respetan las leyes ni
los derechos de los ciudadanos y se sigue apreciando al
gobierno como autoritario. Por otra parte, los entrevistados
demandan al Poder Ejecutivo que actúe con oportunidad
(cuando se necesita) y le señalan, además, que se le elige
para tomar decisiones importantes.
*DIRECTORA
GENERAL DE COVARRUBIAS Y ASOCIADOS.
Destaca que, irónicamente, mientras los políticos
se empeñan en consultar las decisiones, se paralizan
en el uso de la fuerza pública y descartan opciones de
desarrollo que pueden ser impopulares, la ciudadanía
los tacha de autoritarios y de no respetar la ley ni los
derechos de los ciudadanos.
Por otra parte, señala que se requiere sintonizar las
demandas ciudadanas con las acciones de los políticos,
de manera que se atienda el reclamo de la población de
un mejoramiento de sus condiciones de vida.
Covarrubias concluye diciendo que el principal factor
que explica la no percepción de democracia en México
es la desigualdad social. Mientras no se mejoren las
condiciones de vida de la mayoría de la población, ésta
seguirá sintiendo que no es respetada y tomada en
cuenta y que el gobierno es autoritario y “sólo ve por su
propio beneficio” �
π
Estratificación y evaluación políticas
VÍCTOR MANUEL DURAND PONTE*
V
íctor Manuel Durand se propone mostrar que
la estratificación política, entendida como el
ordenamiento de los ciudadanos de acuerdo
a atributos políticos –como interés en la política,
conocimiento, información y preferencia partidaria–,
influye en cómo se evalúa el sistema político mexicano: el
país, el régimen político, el gobierno y la eficacia ciudadana
(la capacidad de influir en las decisiones políticas).
Afirma que los resultados muestran la pertinencia
de la estratificación para entender mejor la evaluación,
así como para analizar las limitaciones civiles y políticas
de la ciudadanía en México y señala que tres son las
*INVESTIGADOR
conclusiones principales: la primera se refiere a que
la mayoría de los mexicanos están capacitados para
participar en la política, pero existe un alto apoliticismo;
la segunda es que la gran mayoría aprecia mal el
desempeño económico del país, está insatisfecha con
la democracia, cree que el rumbo del país no es el
adecuado y que su situación económica personal es mala,
resaltando que esta última es, comparativamente, mejor
evaluada que las anteriores; la tercera apunta a que para
la mayoría, la eficiencia ciudadana es pobre, el sistema
político (la complejidad de la política y la lejanía de los
funcionarios públicos) es algo distante y ajeno �
TITULAR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES DE LA UNAM.
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 19
π
Descenso de la confianza ciudadana
en instituciones políticas
RUBÉN R. GARCÍA CLARCK*
R
ubén García Clarck afi rma que en un mundo
caracterizado por la incertidumbre, la confianza
resulta ser un factor de sobrevivencia, pues,
cuando existe, implica que los integrantes de una
sociedad perciben con cierta seguridad el futuro.
Plantea que, entre 2001 y 2003, se observa un
escenario de aceptación de la forma democrática de
gobierno, pero de insatisfacción con los rendimientos
de la democracia y de confianza decreciente en algunas
instituciones políticas, tales como la Presidencia de la
República y los partidos políticos.
Especula que el descenso de la confianza en los partidos va acompañado de una mayor distancia de los
ciudadanos con respecto a ellos, fenómeno que podría
estar vinculado con la percepción que se observa en los
entrevistados por la ENCUP de la Segob de que los partidos representan más sus propios intereses que los de
la ciudadanía.
*
Para probar su hipótesis, el investigador realiza
un análisis estadístico de la Segunda ENCUP a
través de tablas cruzadas dirigidas a identificar
correlaciones. Cruza variables como los niveles de
satisfacción con la democracia y los niveles de confi anza en las instituciones políticas. También hace
correlaciones entre estos últimos y algunas variables
sociodemográficas.
García Clark concluye que entre 2001 y 2003
descendió el nivel de confianza ciudadana en el Presidente de la República y en los partidos políticos y
encuentra correlación de ambos fenómenos con el
descenso en el nivel de satisfacción de los mexicanos
con la democracia. Sin embargo, destaca que tales
indicadores no se encuentran asociados con los niveles
de apoyo que los ciudadanos externan a favor de la
democracia, los cuales ascendieron durante el mismo
periodo �
PROFESOR INVESTIGADOR EN LA UNIVERSIDAD DE LA CIUDAD DE MÉXICO
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA-IZTAPALAPA.
Y EN LA
π
Evaluación longitudinal de la satisfacción
con la democracia en México, 2001-2003
ALEJANDRO POIRÉ ROMERO*
A
lejandro Poiré identifica una enorme volatilidad
en las opiniones de los encuestados en la
ENCUP en el tema de la satisfacción con la
democracia. Se refiere, en particular, a la volatilidad
vinculada con factores no estructurales; esto es, de
índole contextual, como el desempeño económico.
Precisa que los partidarios de quien gobierna están
más satisfechos con la democracia, y los partidarios de
oposición, más insatisfechos.
Poiré invita a estudiar mejor las dinámicas de
descomposición de los regímenes democráticos, pues
no parecen deberse a la insatisfacción que externan los
ciudadanos en las encuestas. Llama, así, a construir
estudios que vinculen, sistemáticamente, el clima
de opinión pública o cultura política adversos a la
democracia y el fracaso de este sistema.
*JEFE DEL
Sin negar que en México hay un déficit democrático,
sostiene que no por ello la democracia está en riesgo,
pues la insatisfacción ciudadana refleja más que
una descomposición fundamental, fenómenos coyunturales normales en una democracia, como la
desaceleración económica y la insatisfacción con el
gobierno en turno.
Poiré advierte que se necesita mejorar ese
valioso instrumento de investigación en que se está
convirtiendo la ENCUP (a la que califica como la
más transparente de las encuestas levantadas por las
instituciones políticas del país); invita a desarrollar
mejores modelos del cambio de actitudes políticas en la
normalidad democrática; y llama a contribuir al trabajo
teórico y empírico de la descomposición democrática, o
mejor dicho, de la transición al autoritarismo �
DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIA POLÍTICA DEL ITAM.
20 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
Determinantes de la obediencia a la ley
JORGE BUENDÍA LAREDO*
J
orge Buendía Laredo evalúa si existe una vinculación
entre la propensión a obedecer la ley, externada
por los ciudadanos mexicanos, y sus respectivas
características políticas, económicas y sociales.
Buendía Laredo identifica, con base en el análisis
factorial de dos índices construidos a partir de la
información arrojada por nueve preguntas de la
Segunda ENCUP, que cerca de 5 de cada 10 mexicanos
externan un nivel alto de respeto por la ley, mientras
que casi 2 de cada 10 muestran un nivel medio y 3 de
cada 10 un nivel bajo.
En su presentación explica que, mientras 5 de cada 10
mexicanos externan un nivel alto de respeto por la ley,
*INVESTIGADOR DEL
ITAM.
esta cifra sube a 6 de cada 10 entre quienes tienen un alto
nivel de sofisticación política.
Por lo que respecta al grupo que muestra un nivel
bajo de respeto por la ley, conformado por 3 de cada
10 entrevistados, esta cifra sube a 4 de cada 10 entre
quienes: a) tienen un bajo nivel de sofisticación política;
b) consideran que la situación económica, tanto personal
como del país, es mala o muy mala; c) consideran
que la ley se utiliza para usos socialmente negativos;
d) externan baja confianza en el Presidente y/o en la
Suprema Corte; y e) carecen de instrucción o tienen
estudios de licenciatura o de posgrado (contrariamente
a lo que pudiera esperarse) �
π
Marginación jurídica
JOSÉ ANTONIO CABALLERO JUÁREZ*
J
osé Antonio Caballero analiza la Encuesta Nacional
sobre la Constitución, realizada por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, desde la
perspectiva del concepto de marginación jurídica,
destacando el impacto de la ley en la vida cotidiana.
Establece que la marginación jurídica no se refiere
a un problema de pobreza sino que
se presenta en todos los sectores de la
sociedad como un problema de falta de
identificación de sus derechos para, en
su caso, reivindicarlos. En la pobreza,
desde luego, el problema es mucho más
drástico, pero en términos generales
el concepto de marginación jurídica
se refiere a la falta de conocimiento
de la población de los medios para
defender sus derechos. El hecho de
que la población considere que no
existen mecanismos para defender sus
derechos, es extremadamente preocupante.
Analiza los resultados de la encuesta para probar
su hipótesis de que la visión general de la ley es
positiva, no obstante se tiene una visión distinta
cuando la ley sale de la abstracción y se convierte en
una norma aplicable a un caso particular. Las actitudes
en ese momento cambian. Por ejemplo, la gente tiene
distintas percepciones sobre el grado de cumplimiento
que puede tener la ley para casos específicos: venta de
drogas frente al no pago de impuestos o pasarse un
semáforo en rojo.
En términos generales, la ley se presenta como un
código de obligaciones, más que un
código de derechos, como se refleja en
los resultados de la encuesta. Aunque es
necesario reconocer que el sistema legal
se presenta de múltiples formas frente
a los ciudadanos. En ese sentido, la
relación ley-ciudadano no es uniforme.
Caballero Juárez concluye que el
problema no sólo es conocer los medios
de defensa sino también difundir
los derechos de los ciudadanos. Las
autoridades, como responsables de
vigilar y proteger los derechos de
los ciudadanos, no cumplen con su papel desde la
percepción ciudadana. Aquí encontramos un grave
problema, ya que aparentemente hay una desconfianza
importante de los ciudadanos hacia las autoridades, y no
se les está viendo, necesariamente, como instrumentos
para proteger sus derechos �
*INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA
UNAM.
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 21
π
Cultura de la legalidad, 2001-2003, un periodo sin avances
ROY CAMPOS*
R
oy Campos analiza si han ocurrido cambios
relevantes en los valores democráticos y de
legalidad, observando su evolución positiva o
negativa en el tiempo para inferir las tendencias que
presenta la so-ciedad mexicana en este ámbito.
Centra su análisis en los resultados derivados de
correlaciones simples entre la variable “interés por la
política” y variables como confianza en las instituciones,
percepción sobre los intereses que defienden los
diputados al elaborar leyes, obediencia a la ley aun cuando
ésta sea injusta y otras relacionadas con la tolerancia a la
corrupción y la aceptación de liderazgos poco éticos.
Encuentra evidencia estadística de que el interés en
la política repercute sobre otras variables tales como la
confianza interpersonal y la confianza de un sujeto en las
demás personas, misma que tiende a incrementarse en la
medida en que el interés por la política es mayor.
*DIRECTOR
GENERAL DE CONSULTA-MITOFSKY.
Para no apresurar conclusiones, luego del cruce de
variables, aplica un modelo multivariado de regresión
logística con el que comprueba que al pasar de “nada
interesado” a “muy interesado” disminuye en 37.7% la
probabilidad de manifestarse a favor de la opción de
“desobedecer la ley cuando ésta le parece injusta”.
Campos concluye así, que el interés en la política no se
ha modificado en dos años; tampoco se observan cambios
en las opiniones sobre el origen y el sentido de las leyes.
Por otro lado apunta que, siendo la policía el personaje
más cercano al ciudadano en relación con la ley, es el que
menos confianza le genera. Señala también que creció la
aceptación a los métodos de resistencia civil y el rechazo
a que la autoridad utilice la fuerza para combatirlos. Por
último, apunta que en todos los casos se hace evidente
que la situación mejora a favor de la legalidad en los
grupos más interesados en política �
π
Las paradojas entre cultura de la legalidad
e instituciones jurídicas en México
IMER FLORES* Y CÉSAR FLORES MANCILLA**
I
mer Flores y César Flores Mancilla consideran
que reformar el Estado implica una profunda
reestructuración de las instituciones, lo que significa
por un lado una seria revisión de nuestra cultura cívica
y la cultura democrática y, por el otro, de la cultura de la
legalidad.
En su opinión, México cuenta ya con un Poder
Ejecutivo mucho más acotado al estar sujeto a un
mayor proceso de transparencia, rendición de cuentas y
orientación hacia los resultados; un Poder Judicial más
independiente y autónomo; un Poder Legislativo más
plural y con mayores facultades de fiscalización y con
organismos constitucionales autónomos, encargados
de garantizar la imparcialidad y profesionalización en
la administración y gestión de algunas funciones públicas. Sin embargo, subrayan, este proceso de cambio
institucional no se ha traducido, en la práctica social de
gobernantes y gobernados, en una cultura de la legalidad
que sea constante y permanente. Destacan que es imperativo enfatizar que la percepción de la ciudadanía es
que las leyes no son generales tanto en su creación al
no tomar en consideración los intereses de la población,
como en su aplicación al beneficiar a unos cuantos. Si
bien el mexicano tiene conciencia de que no vive en la
cultura de la legalidad, los investigadores opinan que
los resultados de la Segunda ENCUP dejan entrever que
los mexicanos tienen una conciencia clara de qué sí es y
debe ser la cultura de la legalidad.
Mencionan los autores algunas hipótesis de lo
que consideran ha fallado: 1) los cambios o procesos
institucionales son incompletos, todavía faltan más
instituciones; 2) las reticencias al cambio y el miedo a
lo desconocido, todavía hay muchos intereses creados; y
3) el proceso de aprendizaje implica una serie de ajustes,
porque el ensayo-error no se da en el corto plazo.
Finalmente señalan que si bien los niveles de confianza
tanto institucionales como interpersonales no son los que
quizás todos quisiéramos, estamos en el momento adecuado para tratar de impulsar a través de políticas públicas
no sólo el cambio institucional sino también el cultural �
*SECRETARIO
ACADÉMICO Y PROFESOR EN LAS DIVISIONES DE ESTUDIOS PROFESIONALES Y DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE
DERECHO DE LA UNAM E INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA UNAM.
* *SUBDIRECTOR DE NORMATIVIDAD DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL Y PROFESOR DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM.
22 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
Asociacionismo y participación política en el Norte de
México. Un análisis regional de la Segunda ENCUP
VICTOR ALEJANDRO ESPINOZA VALLE*
V
íctor Espinoza Valle analiza las formas de participación y prácticas de organización de los
ciudadanos mexicanos en el norte del país. Para
ello, el autor utiliza 25 reactivos del cuestionario de la
Segunda ENCUP.
Mediante un ejercicio comparativo entre la Región
Norte (RN), el resto del país y el promedio nacional, con
base en las variables sexo, escolaridad y situación laboral,
el autor comprueba que la creciente apatía política,
manifestada en el desdén por las urnas que reportan los
procesos electorales en las entidades federativas del norte
de México, se explica en buena medida por el crecimiento
de las formas de asociacionismo privado en la región.
A partir del análisis, Víctor Espinoza afirma que, en
*SECRETARIO
términos generales, el interés manifestado por los
asuntos políticos y de gobierno es muy bajo en el ámbito
nacional, pero es aún menor en la RN. No obstante, las
formas de participación social de los norteños registran
niveles superiores a los del resto del país; sobresale el caso
de la respuesta social extrema (bloqueo de vialidades) por
arriba de 10 puntos porcentuales. Asimismo, respecto a
las prácticas de organización ciudadana, se prueba que
los habitantes de la RN tienden, en mayor proporción, a
pertenecer a una organización; creen, en mayor grado,
que no es difícil organizarse con otros ciudadanos para
trabajar por un objetivo común; y consideran, en mayor
medida que el promedio nacional, que sus conciudadanos
son solidarios �
GENERAL ACADÉMICO DE EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE.
π
Capital social y construcción de ciudadanía en México
DAVID HERNÁNDEZ CORROCHANO*
D
avid Hernández centra su análisis de la Segunda
ENCUP, vinculado a la encuesta Naturaleza del
Compromiso Cívico, en el concepto de capital
social y evalúa el vínculo entre la participación y la
escolaridad.
Plantea que: 1) en México hay un reparto inequitativo
del capital social, que coincide con la incidencia de baja
escolaridad; y 2) que éste afecta, de diferente manera, a
la participación individual –donde la escolaridad influye
en la percepción de los indivudios de que sus acciones
se toman en cuenta–, y a la participación colectiva,
–donde la percepción de que la organización social
influye en las acciones del gobierno no guarda una relación tan marcada con la escolaridad. Esta diferencia
tiene implicaciones en la construcción de ciudadanía, ya
que al participar los individuos de forma asincrónica, se
genera un mal reparto del capital social que es necesario
corregir, pues crea comunidades cívicas segmentadas y
ciudadanos de primera y segunda categoría.
Puntualiza que mientras que en México existe una
alta participación individual, la participación colectiva es
menor, especialmente en las organizaciones en las que
*PROFESOR E INVESTIGADOR DE LA
noviembre 2003
sólo pueden participar miembros o afiliados, como los
partidos políticos.
La escolaridad ofrece rudimentos y oportunidades de
movilización, además de generar una autopercepción de
eficiencia social, ya que a mayor escolaridad, mayores
probabilidades de generar capital social, no sólo por tener
más elementos objetivos para hacerlo sino porque provee
de mayor motivación y capacitación para participar de
más formas.
Hernández sostiene que la participación colectiva
cerrada, donde la escolaridad se relaciona con las
capacidades, ingresos o títulos necesarios para poder
entrar en la organización social, es más escasa. Una de
las tareas en el impulso del capital social es potenciar un
tipo de asociaciones capaces de vincular al individuo con
intereses de grupo.
Hernández Corrochano concluye que es necesario
potenciar un capital social particularista y grupal,
especialmente entre los grupos de escolaridad media
y baja, con el que se construya un espacio de intereses
colectivos en competencia. Sin esto, no se contará con
una comunidad cívica �
FLACSO-MÉXICO.
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 23
π
Tendencias de la acción colectiva: índices
de gobernabilidad y perspectivas de construcción civil
GRACIELA MOTA BOTELLO*
G
raciela Mota, bajo la perspectiva de la psicología
política colectiva, identifica en su trabajo cuáles
son los recursos cognitivos que pueden contribuir
a contextualizar, en los hechos, aquel tipo de prácticas que
aunque no están definidas como políticas, representan
inevitablemente los intentos por realizar el recorrido de la
politización de la sociedad, desde otros espacios.
Destaca que tal parece que los encuestados nos dicen
que los problemas no tienen que ser políticos para que
sí les generen interés. La democratización del poder
mediante el fortalecimiento del Ejecutivo y del Legislativo,
es percibida como una especie de “partidocracia” en la
que los ciudadanos responden irresponsablemente.
Sus correlaciones sugieren que la escolaridad, el
sexo y la edad se relacionan con esta tendencia a no
participar. Encuentra que, a mayor escolaridad, se da un
mayor interés en la política. Por otro lado, al realizar el
análisis por grupos de edad, encuentra que los jóvenes se
interesan en tener más información y no en actuar.
Mota advierte que una sociedad conformada por
individuos centrados en sí mismos, a nivel cultural, está
dirigida a cavar su propia liquidación en un contexto global.
El problema de la desigualdad, afirma, no es sólo económico
o de escolaridad sino sociocultural. De nada sirve una
pluralidad que no alcance la institucionalización civil como
proceso de culminación de la vida política misma�
*INVESTIGADORA DEL INSTITUTO INTERNACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y
FORMACIÓN EN PROSPECTIVA,
PARTICIPACIÓN Y GESTIÓN CIUDADANA, A.C., PROPAGEC.
π
El peso de las actitudes frente a las instituciones
para la convivencia política
JUAN MANUEL ORTEGA RIQUELME*
J
uan Manuel Ortega analiza los datos preliminares
de la encuesta del IFE La naturaleza del compromiso
cívico y estudia qué tanto influyen las simpatías
político-partidistas, la escolaridad, el ingreso y la
región en la que vive un ciudadano para que éste
se organice y participe de manera activa en solicitar un
servicio o exigir respuestas a sus demandas y solución a
sus problemas.
En cuanto a la educación, señala Ortega, se puede
observar que las diferencias más marcadas en los
ciudadanos que organizan bloqueos y marchas para
exigir la solución a los problemas de la comunidad,
se da entre un grupo sin educación frente a otro que
tiene algún tipo de estudios. Por otro lado, en cuanto
al nivel de ingreso, las diferencias más marcadas en las
respuestas se encuentra en aquellos que tienen ingresos
entre 0 y 1 salario mínimo frente a aquellos que tienen
ingresos de más de 10 salarios mínimos. Sin embargo,
destaca el autor, no hay diferencias significativas entre
aquellos que perciben entre más de un salario mínimo y
*INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
nueve salarios mínimos. La diferencia en las respuestas
comienza entre los entrevistados que tienen altos
niveles de ingreso.
Por otro lado, Ortega puntualiza que en la opinión
de los ciudadanos respecto a qué tanto se cree en lo que
dice el Presidente de la República, se encuentra que en
la región 1 (urbanización muy baja: Chiapas, Guerrero
y Oaxaca), el 52.2% de los entrevistados le dieron al
Presidente una calificación de 7 y más. Sin embargo,
en la región 7 (urbanización media alta centro:
Colima, Jalisco, Michoacán y Nayarit), el 64% de los
entrevistados le dieron al Presidente una calificación
de 7 y más.
Como conclusión, Ortega establece la necesidad de
construir mecanismos institucionales que vinculen
con mayor eficacia el trabajo de los legisladores y el
electorado, mejores mecanismos de rendición de cuentas,
de representación y profesionalización. En tanto esto no
ocurra, apunta, continuará el terrible divorcio entre la
ciudadanía y sus representantes �
SOCIALES DE LA UNAM.
24 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
Sobre los patrones de organización de los ciudadanos mexicanos
RICARDO DE LA PEÑA*
D
e la Peña estudia la pertenencia a diversas formas
de organización a partir de la Segunda ENCUP
ENCUP,
realizando una revisión de correlaciones bivariadas.
Para facilitar la medición de las tasas de participación,
agrupa las formas de organización en paquetes tipo, que
reúnen las que no son, necesariamente, excluyentes entre
sí: 1) laborales (sindicatos, agrupaciones profesionales,
cooperativas y organizaciones de pensionados y jubilados);
2) políticas (agrupaciones y partidos políticos); 3) sociales
(instituciones de beneficencia, ayuda social y arte y cultura);
4) ciudadanas (organizaciones vecinales); y 5) religiosas.
Establece que, en general, la pertenencia actual o
pasada a un tipo específico de organización se relaciona
positivamente con la pertenencia actual o pasada a otros
tipos de organización. Destaca que el análisis estadístico
muestra que los vínculos más intensos se encuentran
entre las organizaciones de tipo laboral y las sociales y
entre éstas y las ciudadanas; que las políticas se vinculan,
*
sobre todo, con la participación en organizaciones
laborales y ciudadanas, y menos con las religiosas, y que
éstas, a su vez, se relacionan más con organizaciones
sociales.
Identifica que los varones participan más en
organizaciones que las mujeres; que entre más edad
tenga el sujeto, mayor es su propensión a organizarse;
que entre quienes carecen de estudios o cuentan con
el nivel básico, se reporta una elevada incidencia de
incorporación a agrupaciones religiosas y altos niveles
de participación en organizaciones ciudadanas (por la
elevada concurrencia de estas formas de agrupamiento
a nivel vecinal en estratos bajos de la escala social); que
los que superaron una escolaridad media se encuentran
agrupados laboralmente en 2 de cada 5 casos y presentan
elevadas tasas de incorporación a formas de organización
social y ciudadana y, en paralelo, las mayores tasas de
incorporación a grupos de carácter político �
PRESIDENTE EJECUTIVO DE INVESTIGACIONES SOCIALES APLICADAS, S. C.
π
Tiempos de la ciudadanía de las mujeres
MERCEDES BARQUET MONTANÉ*
M
ercedes Barquet analiza los resultados de
la ENCUP 2001 y 2003 a partir de una
dimensión de género; ésta se basa en
variables intervinientes, más allá de la diferencia de
las frecuencias por sexo. Se encontró que no hubo
grandes diferencias entre hombres y mujeres desde una
perspectiva de género.
Enseguida vincula su presentación con el artículo
de la Dra. Tarrés sobre Mujer y política: dilemas de una
inserción subordinada, que analiza la ENCUP
ENCUP, con el
objeto de comparar posibles cambios en las respuestas.
Dice que, según Tarrés, uno de los aspectos que explica
por qué los encuestados se distancian del sistema político
es el nivel educativo, y formula la hipótesis de que las
mujeres guardan silencio por subordinación de género,
no porque no sepan sino por temor a las consecuencias
de sus respuestas. Concluye que sería mejor analizar las
diferencias en términos educativos e informativos que
de adscripción de género y hace un ejercicio de revisión
de pertenencia de las mujeres a lo que se conoce como
virtudes públicas.
Dentro de sus hallazgos menciona que, en lo
relativo al interés por la política, éste se relaciona
con el nivel educativo. Respecto a cómo se informan
de la política, la tendencia entre hombres y mujeres
es igual, pero las mujeres ven más televisión y leen
menos periódicos, aspecto que se relaciona con que
son menos participativas y críticas. Hay una limitada
expresión política femenina, ya que sólo 37% se
organiza con otros afectados y 30% se queja frente a la
autoridad. Afi rma que los hombres tienen posiciones
más afi rmativas respecto de si México vive o no en
una democracia, mientras que las mujeres tienen una
expresión tendiente a la ambigüedad (35.8%).
En suma, Barquet destaca que se deben rescatar las
virtudes públicas,, como la solidaridad, la responsabilidad
y la tolerancia, como valores democráticos por excelencia,
pero ya no como propias de lo masculino sino también
para las mujeres, recuperando el sentido histórico de las
funciones atribuidas a ellas, para lograr su inserción
política específica, como lo reclama una perspectiva
democrática inherentemente incluyente �
*ACADÉMICA; INMUJERES-CEPAL,
Y EL
PROYECTO DE GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA E IGUALDAD DE GÉNERO EN AMÉRICA L ATINA
CARIBE. TRAB AJO E LAB ORADO CON E L AP OYO DE LA M AESTRA SANDRA OSSES .
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 25
π
Política, paticipación y responsabilidad civil.
Tendencias de enfrentamiento y afrontamiento colectivo
BEATRIZ MANSUR MACÍAS*
B
eatriz Mansur estudia los contrastes que se
observan entre los ciudadanos mexicanos respecto
a la política, la participación y la responsabilidad
civil, con base en un análisis de discriminantes y una
interpretación enmarcada en el enfoque de la negociación
y la cultura política.
Bajo este enfoque, Mansur comprueba su hipótesis de
que los mexicanos optamos por soluciones alejadas del
ámbito de la negociación y del uso del poder de la palabra
y nos inclinamos por prácticas autoritarias vinculadas a
la no palabra, propias de la violencia, de la unilateralidad
y la intolerancia. Determina que la politización de la esfera
privada es una necesidad para avanzar hacia la formación
de una nueva clase de ciudadano que desee vivir bajo una
cultura democrática, donde la participación política no se
limite a los derechos legales emanados del voto.
Destaca que a pesar de que la sociedad reconoce la
necesidad de participar en los asuntos del país (71%),
se observa que el porcentaje de los que sí participan en
organizaciones políticas, partidos políticos y reuniones
de tipo político es bajo. En opinión de Mansur, esto refleja
que la información responde a la necesidad de mantener
una imagen pública pero que no ha sido resignificada por
los individuos en el nivel íntimo o privado.
Señala que hay una contradicción en la opinión de
los encuestados respecto a la vinculación de los asuntos
públicos con los privados. Así vemos, por ejemplo, que
mientras 82% está de acuerdo con que al gobierno se
le elige para tomar las decisiones importantes, 79%
sostiene que el gobierno debe someter a votación de la
ciudadanía las decisiones importantes.
Mansur concluye que incrementar el interés y la
participación en lo que nos rodea permitirá dar paso a un
nuevo ciudadano que en vez de ver por sí mismo, vea los
beneficios que ofrece vivir en comunidad y pueda ser parte
directa de la solución a los problemas comunes �
*DIRECTORA
GENERAL DE COMUNITEC Y ASOCIADOS, S.A. DE C.V. Y MIEMBRO DEL INSTITUTO INTERNACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y
FORMACIÓN EN PROSPECTIVA, PARTICIPACIÓN Y GESTIÓN CIUDADANA, A.C., PROPAGEC.
π
Determinantes y características
de los independientes en México
LUIS M. ESTRADA*
L
uis M. Estrada investiga los determinantes y
las carac-terísticas sociodemográficas de los
independientes –aquellos que no se identifican con
partido político alguno–, poniendo a prueba un modelo
logístico cuya variable dependiente distingue entre
independientes y con filiación partidista.
Estrada observa que la proporción de mujeres que
no se identifican con algún partido es mayor a la que sí
lo hace (62% contra 57%). Asimismo, la proporción de
entrevistados menores de 45 años que son independientes
es ligeramente mayor a la del mismo rango de edad que
cuentan con identificación partidista (de 18 a 29 años,
29% son independientes y sólo 22% son partidistas; de
30 a 45 años, 38% son independientes, mientras que
37% son partidistas). El porcentaje de entrevistados
de menor escolaridad con identificación partidista es
mayor que el de los independientes. Encuentra que
existen más ciudadanos con identificación partidista que
independientes en el norte del país (19 contra 17% en el
noreste y 11 contra 9% en el noroeste), mientras que en las
*INVESTIGADOR DEL
regiones de centro y occidente son más independientes
que con identificación partidista (20 y 31% contra 18 y
29%, respectivamente).
Estrada establece que el sector independiente abarca un
tercio del electorado desde hace más de una década y que
cada vez cobra más importancia en el rumbo que toman
los gobiernos federales y locales después de cada elección.
Afirma que el dramático crecimiento de la proporción
de independientes en años recientes puede explicar
fenómenos tan disímiles como la victoria de Vicente Fox
en 2000 y el alto abstencionismo en 2003.
Estrada sostiene que los independientes son más
escolarizados y más jóvenes y no habitan en mayores
proporciones en el norte de México. En general, se
confirma que no les interesa la política y no votan.
Asimismo, desconfían de las instituciones políticas y
piensan que México no vive en democracia. Destaca que
conocer las características de los independientes es el
primer paso para saber qué medidas son necesarias para
tomarlos en cuenta en futuros procesos electorales �
ITAM.
26 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
¿Hay una brecha de género en la cultura política mexicana?
ALEJANDRO MORENO ÁLVAREZ*
A
lejandro Moreno analiza la Segunda ENCUP bajo
la perspectiva de género y plantea que la tarea no
es sólo identificar las brechas entre ambos sexos,
sino comprender por qué las hay y qué posibles efectos
tienen en nuestra democracia.
Moreno resalta el hecho de que las mujeres,
comparadas con los hombres: se interesan menos
por la política (28% de los hombres no manifiesta
interés en la política, en tanto que entre las mujeres
este segmento alcanza 44%); se enteran menos de las
noticias políticas; muestran menores niveles de conocimiento político (saben a qué partido pertenece el
gobernador de su estado 84% de los hombres y 70%
de las mujeres); expresan menores niveles de confianza
política; evalúan más desfavorablemente las condiciones
del país; muestran una mayor alienación con respecto al
sistema de gobierno; participan menos en política (con
1o puntos porcentuales de diferencia, por ejemplo en la
participación como voluntario en alguna actividad de
beneficio para la comunidad con 54% en los hombres y
34% en las mujeres); y en ellas radica un menor capital
social. La gran excepción es que las mujeres participan
más en las iglesias (asisten una vez a la semana 31.6% de
los hombres y 43% de las mujeres).
Moreno destaca que las mujeres tienden a vincularse
más con los espacios sociales que con los políticos, por
lo que las diferencias se deben, más que a la apatía, a un
interés selectivo �
*PROFESOR E INVESTIGADOR DEL ITAM Y COORDINADOR DEL DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN POR ENCUESTAS DEL PERIÓDICO REFORMA.
π
Explorando la dinámica del abstencionismo electoral:
¿valores, identificación partidista o evaluación de
instituciones políticas?
BENJAMÍN TEMKIN K.* GUSTAVO RAMÍREZ P.** Y RODRIGO SALAZAR E.***
T
emkin, Ramírez y Salazar muestran que las
diferencias absolutas en el nivel de abstencionismo,
son concomitantes a claras diferencias relativas
en el nivel de participación de diferentes segmentos de la
población. Lo cual, señalan los autores, no sólo influye,
significativamente, en quién resulta ganador y quién
perdedor, sino revela mucho acerca de la dinámica de la
cultura democrática en México.
Para confirmar su hipótesis inicial, exploran algunas
posibles conexiones de la menor participación en las
elecciones federales de 1997, 2000 y 2003, tanto en
términos relativos como absolutos, con cambios en la
cultura democrática de los mexicanos a través de un
análisis de los resultados de la ENCUP 2001 y de la
Segunda ENCUP, encontrando que –contrario a lo que
distintos investigadores habían demostrado sobre la
estrecha relación que normalmente existe entre el nivel
de escolaridad de las personas y su nivel de participación
política, incluyendo, la participación electoral– en la
elección del 6 de julio de 2003 se observa no sólo un
descenso en la participación relativa de los más educados,
sino que de manera concomitante, ésta se redujo entre
los votantes del sector urbano, de mayores ingresos y
que trabajan en los sectores secundario, terciario y de
gobierno.
Los autores señalan que uno de los hallazgos
más llamativos de su investigación es la dramática
variación de la relación entre educación y confianza
en las instituciones políticas, ya que si poco después
de las elecciones de 2000 la mayor instrucción formal
se acompañaba de mayores niveles de confianza, para
2003 la relación era exactamente opuesta, con los grupos
menos educados presentando incrementos de confianza
y los más educados perdiéndola �
*PROFESOR E INVESTIGADOR DE LA
FLACSO-MÉXICO.
FLACSO-MÉXICO.
* * *AYUDANTE DE INVESTIGACIÓN DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN MATEMÁTICAS APLICADAS Y SISTEMAS DE LA UNAM.
* *AYUDANTE DE INVESTIGACIÓN DE LA
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 27
π
Medios de comunicación: un eje fundamental
de las percepciones que conforman la cultura política
y las prácticas ciudadanas
JOSÉ CARREÑO CARLÓN*
J
osé Carreño relaciona datos relevantes de la Segunda ENCUP con conceptos clave de la fi losofía
política aplicados al campo de la comunicación.
Destaca, por un lado, que los entrevistados no se
refieren de manera directa a conceptos como vida
privada o propiedad privada, que son inseparables y
primordiales en la democracia liberal de los dos siglos
anteriores. Por otro lado, como efecto de una pesada
tradición estatista, los entrevistados vinculan lo
público con lo estatal o gubernamental, muy lejos del
paradigma de Häbermas de una esfera pública surgida de las libertades democráticas, y ocupada por los
particulares en la discusión de los asuntos públicos.
Carreño comenta que en el ambiente de condiciones
cambiantes de la transición democrática, se manifiestan
innumerables contradicciones, como lo muestran los
resultados de la Segunda ENCUP, cuando cerca de 90%
dice estar poco o nada interesado en política y alrededor
de dos tercios manifiesta que la política es complicada,
*DIRECTOR DE LA
o bien, cuando 65% dice estar de acuerdo o de acuerdo
en parte con que el gobierno decida los asuntos por sí
mismo en vez de consultar con la ciudadanía.
Añade que la afirmación de más de 60% de
los entrevistados relativa a que se informan de lo
que pasa en el mundo de la política a través de
la televisión, manifiesta la tendencia creciente
de los medios a diluir o desplazar a otros actores
políticos de la agenda pública como los partidos,
los órganos deliberativos del Estado y el Congreso,
para erigirse en los nuevos espacios de la política
y del procesamiento de las decisiones públicas.
Esto ilustra lo que podría constituir el cambio más
profundo respecto de la comunicación pública y la
cultura política del país en la última década, con
importancia creciente de la competencia entre los
diversos actores políticos para implantar, a través
de los medios, temas e interpretaciones de la agenda
pública �
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA.
π
Consolidación del proceso de cambio democrático
de los medios en México
ERNESTO VILLANUEVA*
E
rnesto Villanueva afirma que los medios de
comunicación transitan por un proceso de
cambio, en el cual promueven, en mayor medida,
las prácticas democráticas y cada vez otorgan más
espacios a las diversas expresiones de la sociedad.
Señala que en gobiernos anteriores; el tema preferencial
de los medios era el poder público. Actualmente, por el
contrario, han operado diversos cambios en la forma en
que los medios tratan la información, otorgando mayor
espacio a fuentes dedicadas a la parte educativa, a la de
actividades de organismos sociales, y cubren cada vez
más, reuniones sobre temas específicos en las diversas
vertientes de la democracia. Villanueva afirma que el
objetivo del periodismo, que es buscar la verdad, no se
puede exigir por una imposición legal: la veracidad es un
principio al que debe ajustarse la actividad de los medios.
Afirma que para consolidar el proceso de cambio
democrático en los medios, resulta necesaria una
reforma a la Ley de Radio y Televisión y su reglamento,
para que regulen nuevas formas que todavía no hemos
legislado y, primordialmente, para tener una autoridad
reguladora independiente, sin que esto implique un
ataque a la libertad de expresión.
Villanueva concluye que estas acciones contribuirán
a fortalecer derechos básicos de los individuos como
la libertad de expresión y la libertad de información, y
estimularán la participación democrática de la sociedad
en el uso de los propios medios electrónicos �
*INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA
28 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
UNAM.
noviembre 2003
π
Ciudadanía y medios de comunicación:
el reto para la ausencia
MANUEL ALEJANDRO GUERRERO*
M
anuel Alejandro Guerrero analiza algunos
datos arrojados por la ENCUP 2001, la
Segunda ENCUP
ENCUP, la encuesta Transparencia
México y otros estudios de tipo cualitativo realizados en
la Universidad Iberoamericana, sobre todo en relación
con la percepción y la representación de la legalidad y
la corrupción.
Guerrero percibe muchas dificultades para encontrar
referencias empíricas que sostengan la idea de ciudadanía
en las prácticas cotidianas de la gente, debido a que la
población se identifica con comunidades muy inmediatas,
como su familia o su barrio, pero carece por completo de
una conciencia cívica que le permita imaginarse un bien
común o interés general.
Destaca el bajísimo grado de confianza interpersonal
y de participación existente en cualquier actividad que
involucre al espacio público, incluso en temas que
directamente están vinculados con asuntos de su interés
inmediato.
Guerrero afirma que la población en general desconfía
y considera a la política como ajena, confía más en las
*INVESTIGADOR DE LA
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA.
instituciones de asistencia (Iglesia, escuela, hospitales)
y aunque está enterado de los asuntos básicos de la vida
política, no está interesado en participar él mismo.
Señala que existe una actitud pasiva en las discusiones
políticas de las personas. A la hora de actuar la gente no
cree que sea efectiva ninguna forma de comunicación
con sus representantes como consecuencia de una muy
baja percepción sobre el impacto de la sociedad civil en
los asuntos públicos.
Sostiene que en México tenemos individuos enterados,
pero no informados, dado que la información en la vida
ciudadana presupone que se va a utilizar para la acción
y la decisión. En una sociedad con grados muy bajos de
lectura como ésta, la televisión (mucho más que la radio:
26% contra 79.8%) es la principal fuente para enterarse
de lo político.
Guerrero propone extender la información a través
de formas imaginativas más visuales y novedosas dado
que en principio tenemos una sociedad que no lee y, por
tanto, información en folletos, periódicos e Internet no
les llega y no la buscan �
π
Desafíos en la construcción de ciudadanía en México
VICENTE ARREDONDO RAMÍREZ*
V
icente Arredondo parte de la convicción de
que el desinterés por la política que manifiesta
una proporción importante de los ciudadanos
mexicanos no sólo constituye un gran obstáculo para
perfeccionar nuestra vida democrática, sino que es un
fenómeno que pone en riesgo la gobernabilidad futura
del país.
Al cruzar variables, para dilucidar la asociación
entre ellas, encuentra indicios de que las percepciones
negativas que tienen los ciudadanos tanto sobre la
política como sobre los políticos, suelen acompañarse de
expectativas pesimistas sobre la evolución que tendrán
tanto la democracia como el bienestar en México.
Para impulsar el interés por la política, llama a
modificar la forma en que se concibe, pues determina
cómo se practica: es necesario dejar de entenderla como
una actividad exclusiva de los políticos y concebirla
*
como algo que atañe a todos, a partir de una lógica de
corresponsabilidad social y de la convicción de que a
todos corresponde jugar un rol en la construcción del
bienestar del país.
Considera crucial modificar la concepción que hace del
gobierno el todo e impulsar la concepción de la política
como una actividad propia de los ciudadanos, referida a la
promoción activa de los intereses y necesidades lícitas de
grupos y personas, siempre y cuando sean coincidentes
con el interés colectivo.
Arredondo sostiene que la construcción de ciudadanía
debe ser impulsada por el Poder Ejecutivo Federal –en
especial en el sistema educativo–, por los medios masivos de
comunicación –en especial en la televisión–, por el sistema
de religiones institucionalizadas –con especial énfasis en la
Iglesia Católica–, y por la institución de la familia, además
de por las organizaciones sociales y civiles �
CONSULTOR DE LA UNESCO Y DE LA UNICEF, MIEMBRO DEL INSTITUTO PARA LA PROMOCIÓN DE LA CULTURA CÍVICA, A.C., ICC.
noviembre 2003
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 29
π
Desafíos para el desarrollo de las competencias cívicas,
la participación, la defensa de la democracia
y la valoración de la autoridad democrática
SILVIA CONDE FLORES*
S
ilvia Conde señala que en la víspera de dos reformas
curriculares en el campo de la educación cívicopolítica en nuestro país (el programa integral
de formación cívica y ética para primaria y la revisión
del programa de la materia en secundaria), resulta
importante estudiar las encuestas sobre cultura política
a fin de identificar el impacto logrado por la escuela y
los desafíos que la cultura del ciudadano imprime a la
formación del preciudadano. Para abonar en ese terreno,
analiza algunos datos arrojados por la Segunda ENCUP
realizada en el año 2003 en comparación con los del
mismo instrumento en su edición 2001.
En su análisis estadístico, Conde agrupa algunas
preguntas en tres componentes: interés en la política y
en los asuntos públicos, aprecio por la democracia y las
relacionadas con la autoridad democrática, ésta última
particularmente en el campo de la corrupción.
Sobre el componente referido a la defensa de la
democracia, Conde encuentra que en la ENCUP 2001
conforme aumenta el nivel educativo, los encuestados
poseen mayores conocimientos sobre el gobierno,
las leyes, las instituciones y los procedimientos
democráticos. Este dato es consistente en la edición
2003 de la encuesta. Respecto de los principios y
procedimientos democráticos, la Segunda ENCUP
refleja que la ciudadanía se inclina por la valoración
de la representatividad en la solución de los asuntos de
la comunidad ya que 46% prefiere que se nombre una
comisión cuando es necesario ir a ver a las autoridades
para resolver un problema, sin embargo poco más de la
mitad aprueba acciones como bloqueo de carreteras ante
la falta de respuesta de las autoridades. No obstante esta
proporción disminuye a medida que se cuenta con mayor
escolaridad (sobre todo entre quienes tienen posgrado).
Por otro lado, señala que no se advierten criterios claros
para distinguir un gobierno democrático de uno que
no lo es, ya que la opción con mayor porcentaje es la
de “no sabe”, aunque resalta que la escolaridad permite
distinguir con mayor claridad los rasgos de un gobierno
democrático. Por ejemplo, quienes lo caracterizan como
democrático por la existencia de libertades son 6% en
el promedio general, proporción que se duplica entre los
entrevistados con estudios profesionales y de posgrado
con 14 y 15% respectivamente. La Segunda ENCUP
también refleja una baja satisfacción con la democracia.
En este sentido, Conde destaca que la proporción de
quienes se declaran muy satisfecho con la democracia
se triplica entre quienes tienen estudios de posgrado.
En lo que se refiere a la tolerancia, muestra que quienes
tienen mayor nivel educativo (profesional y posgrado) se
manifiestan más tolerantes ante las diferencias. También
resalta que las mujeres se muestran más intolerantes con
respecto al promedio general.
Sobre el segundo componente de análisis, el de
la participación, la Segunda ENCUP muestra que la
política en general es un asunto muy complicado o
complicado para dos tercios de los encuestados, por
lo que tienden a escuchar sin participar (51%). El
desinterés general por la política es contundente: sólo
9% afi rma estar interesado, no obstante a medida que
aumenta la escolarización, aumenta el interés por la
política. Las mujeres están menos interesadas en la
política que los hombres, dato que se mantiene consistente respecto de la ENCUP 2001, en la que 72%
de las mujeres declaró no haber hablado de política
durante la semana. Aunado a esto, las encuestas
revelan que la ciudadanía no sólo está desinteresada en
la política, sino que la valora de manera negativa. En la
ENCUP 2001 se solicitó a los encuestados que dijeran
las dos palabras en las que piensan cuando escuchan la
palabra política: 21% señaló corrupción en primer lugar
y el 12% lo hizo en segundo lugar. No obstante que la
política se considera un asunto complejo, 43% de los
encuestados opina que contribuye a mejorar el nivel de
vida de los mexicanos. Al igual que en el caso anterior,
la proporción aumenta con la escolaridad.
En el terreno de la atención de asuntos públicos en el
entorno inmediato, los encuestados confían en que los
ciudadanos pueden influir en la solución de problemas
como seguridad pública o calles, caminos y carreteras,
mediante la participación ciudadana (22%) frente a 10%
que cree que la solución está en pedir ayuda al gobierno.
Por último, sobre la valoración de los rasgos de
la autoridad democrática y la configuración de sus
creencias al respecto del uso del poder público, los datos muestran que los mexicanos prefieren un político
honesto, aunque sea incapaz (34%) a uno capaz, aunque
sea deshonesto (18%) �
* CONSULTORA INDEPENDIENTE, ASESORA DEL
PARA LA
IFE Y DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS
EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA.
30 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003
π
Los retos de la cultura política
en México
JULIA ISABEL FLORES DÁVILA*
J
ulia Flores apunta que, en una época de cambio
de siglo y de cambio político caracterizado por la
globalización, se afianza la necesidad de que la
cultura política democrática sea un proyecto ciudadano
y de toda la nación. Señala que los enfoques tradicionales
en el estudio de la cultura política ya no son suficientes ni
útiles para comprender la gran variedad de experiencias y
agentes políticos y sociales del país.
Flores analiza la Segunda ENCUP y señala que los retos
que enfrenta la cultura política en México son: la creación
de ciudadanía ética, lo cual implica el entendimiento de
la política en un sentido más amplio para la consolidación
de una democracia de calidad en México; la tolerancia
como el componente más importante de los principios
democráticos; la tolerancia a conductas de corrupción,
la cual se encuentra vinculada a una concepción patrimonialista y paternalista del Estado; obediencia a la
ley, la cual muestra una tendencia clara de incremento
entre los entrevistados pasando de 36% en 1994, a
casi 47% en 2003; la creación de confianza como
*INVESTIGADORA ASOCIADA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
elemento fundamental para evitar el debilitamiento
de la organización social y el compromiso cívico,
indispensables para la consolidación de la democracia;
la participación en la que se distingue una disminución
a través de los canales institucionalizados especialmente
de los jóvenes y las mujeres; la migración como un
fenómeno emergente cuyas implicaciones futuras para
la cultura política aún no se tienen claras y, por último,
la incorporación de nuevas tecnologías y medios, como la
construcción de espacios de expresión y vinculación para
nuevos grupos, en particular para los jóvenes.
Flores Dávila concluye observando una tendencia
paulatina a la adopción de los valores de apertura
y autonomía, que comienzan a expresarse en: el
plano de la participación política, la cultura juvenil
y la disponibilidad hacia la acción y el compromiso
públicos; mientras que, en contraste, algunos procesos
que contribuyen a la diferenciación cultural, como la
movilidad social, parecen haberse estancado por el
impacto de las crisis económicas �
SOCIALES DE LA UNAM.
π
Distribución de capital social en México
por escolaridad
DAVID HERNÁNDEZ CORROCHANO*
D
avid Hernández centra su análisis de los
resultados de la Encuesta Nacional de Compromiso
Cívico 2003 en el tema del capital social. Parte de
algunos supuestos: 1) el capital social está extendido a lo
largo de la sociedad, sin embargo, existe un mal reparto
del mismo en México y 2) el capital social se genera con
su uso y se pierde con el desuso, pero tiene costos de
instalación implícitos.
Por ello los objetivos de su estudio son, por un lado,
ilustrar que en México existe un mal reparto del capital
social a través de la variable escolaridad y, por el otro,
reflexionar en torno al concepto de “muerte social”
aplicado a México.
*PROFESOR E INVESTIGADOR DE LA
noviembre 2003
Establece tres categorías de análisis: la
disponibilidad (en el sentido de a quién acude la gente
en ciertas situaciones), la participación (clasificada
en individual con costos y sin costos; colectiva
ya sea cerrada o abierta y por pertenencia como
asociacionismo) y la amplitud de las redes (en tres
modalidades: vertical hacia arriba, vertical hacia abajo
y por último, horizontal).
Hernández concluye señalando que se identifica una
división tripartita de la sociedad según su capital en función
de la escolaridad, al tiempo que destaca la existencia de un
segmento sin condiciones de acceso al capital social y al que
se puede señalar como “socialmente muertos” �
FLACSO-MÉXICO.
Conociendo a los ciudadanos mexicanos 31
π
Adquisición del conocimiento político
en regiones de México
JULIA ISABEL FLORES DÁVILA*
J
ulia Flores indaga sobre los factores que influencian a
los ciudadanos para adquirir conocimientos políticos
básicos. Para ello examina primero la relación teórica
entre los niveles de conocimiento y la existencia
de una democracia que rinda cuentas y, en segundo
lugar, presenta una revisión empírica del problema con
base en los resultados de la encuesta La naturaleza del
Compromiso Cívico del IFE, a través de las 9 regiones en
las que se dividió el país y en donde existen variaciones
en la adquisición de conocimiento político. Esto con
el fi n de ubicar los factores socioeconómicos y socioculturales subyacentes responsables de moldear o no la
adquisición de información.
Para corroborar cómo los niveles de sofisticación
política pueden variar en distintos contextos políticos,
culturales y socioeconómicos, calcula tres índices:
1) índice de sofisticación política (interés en la política,
nivel de información sobre política y conocimiento de
política); 2) factores de capital social (participación en
asociaciones, confianza en los demás y confianza en el
gobierno); y 3) factores socioeconómicos (escolaridad
e ingreso). Adicionalmente para conocer el contexto
regional utilizó el índice de marginación de Conapo.
*INVESTIGADORA ASOCIADA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
Flores Dávila concluye que, si bien en las democracias
occidentales con sistemas de partidos institucionalizados los votantes mal informados pueden proteger
sus intereses al recaer en la identificación partidista
como un atajo ideológico, en México, los partidos
políticos proveen a los votantes de información menos
útil. En estas condiciones, los ciudadanos buscan
información básica en el entorno que los rodea, por
ejemplo, a partir de sus vecinos. Señala también que
son profundas y sistemáticas las variaciones en las
regiones en la adquisición del conocimiento político.
Estas variaciones se explican por factores generalizables
que usualmente trascienden los contextos políticoculturales específicos.
Una vez que las variaciones en educación e ingreso,
los niveles de participación en organizaciones y los
niveles de confianza se toman en cuenta en forma
agregada, Julia Flores encuentra que las diferencias
regionales desaparecen. Finalmente, plantea que los
niveles individuales de adquisición de conocimiento político están fuertemente influenciados por el contexto
socioeconómico de las personas y especialmente por los
niveles de pobreza �
SOCIALES DE LA UNAM.
Fundación Este País, A.C.
Presidente de la Junta Directiva
Federico Reyes Heroles
Consejeros
Rosa María Rubalcava
y Fernando Serrano Migallón
Director Ejecutivo
Eduardo A. Bohórquez
Coordinadora General
Iris Montero
Unidad de Investigación
Daniel Aguado, Michelle del Campo y
Roberto Castellanos (investigadores residentes)
Adriana Alcántara y Nuria Mendizábal
(investigadoras asociadas)
Unidad de Comunicación Estratégica
Adriana Amezcua, Marcela Rivas y Eileen Truax
32 Conociendo a los ciudadanos mexicanos
noviembre 2003