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Carmen Maganto Mateo
El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 2. EL RETO DEL PROFESIONAL EVALUADOR: DIVERGENCIAS TEÓRICAS Y
CONVERGENCIAS TÉCNICAS
Carmen Maganto Mateo
Introducción
1.
2
Los modelos teórico-conceptuales
1.1.
El modelo psicoanalítico.
1.2.
El modelo conductual y cognitivo
1.3.
El modelo sistémico
1.4.
El enfoque humanista
1.5.
Síntesis de los modelos de evaluación
Convergencias técnicas: el ámbito aplicado
2.1.
Los retos profesionales del psicólogo en el ámbito aplicado.
2.2.
Ámbitos académico y aplicado
2.3.
Convergencias teóricas y técnicas provenientes del ámbito profesional
Conclusión
Cuando nos planteamos la evaluación psicológica aludimos a un ejercicio aplicado
que parte de una formación académica y que nos permite llevar a cabo una tarea profesional.
La formación académica aporta la perspectiva de varios marcos teóricos conceptuales que
propone modelos de evaluación diversos.
Un paradigma o modelo conceptual es una estructura que organiza ideas e información
y delimita la actividad clínica. Existen divergencias teóricas y cada una de ellas defiende la utilidad
y validez de un modelo determinado como marco de referencia de la evaluación psicológica. Se
revisan aquí los tres principales modelos que dan configuran el escenario de la evaluación.
1.
LOS MODELOS TEÓRICO-CONCEPTUALES
El ámbito académico plantea cada uno de los modelos de evaluación en función de
varios parámetros. De sobra conocido por los docentes y profesionales de la psicología, se
plantea un breve resumen y un cuadro síntesis de dichos modelos para encuadrar y entender
las divergencias actuales y las convergencias futuras de los mismos. La exposición de dichos
modelos se ha basado en anteriores estudios realizados sobre este tema (Maganto, 1995;
Maganto, 1999; Maganto y Avila-Espada, 1999; Maganto, 2000; Maganto y Cruz, 2001) así como
en la síntesis realizada por otros autores (Fernández-Ballesteros, 1983; 2003; Forns, 1993;
Garaigordobil, 1998; 2009) y en los autores de clásica referencia (Bandura, 1977; Buela-Casal,
Vedugo y Sierra, 1997; Greenspan y Meisels, 1993; Kazdin, 1980; Mash y Terdal, 1981;
Meichenbaum (1974; 1981; Minuchin, 1979; Ollendick y Hersen, 1983; Rutter, 1985; 1990;
Skinner;1971; Sternberg, 1986; Westmeyer, 1992; Yela, 1980).
1.1.
El modelo psicoanalítico
El modelo psicoanalítico, cuyo máximo representante es Sigmund Freud (1856-1939), se
deriva del campo médico-clínico, y a pesar de las críticas provenientes de los facultativos de la
salud, nunca se ha desprendido totalmente de sus raíces, es más, el psicodiagnóstico que
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El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
propugna está contaminado por este ámbito del saber. De hecho, mantuvo los conceptos médicos
y psiquiátricos tradicionales y habla de paciente y curación, abordando la tarea clínica en base a
términos de diagnóstico, pronóstico y tratamiento
El psicoanálisis plantea un enfoque evolutivo en el desarrollo de la personalidad.
Freud concreta una serie de estadios del desarrollo psicoafectivo, dichos estadios están
fuertemente ligados a las necesidades biológicas primarias del individuo y, en sus inicios, a las
distintas zonas erógenas (zonas investidas de energía libidinal) que las hacen viables.
a)
En la búsqueda de la causa de las enfermedades mentales, la innovación de Freud
consistió en defender que otras fuentes psíquicas, emocionales y afectivas provenientes del propio
individuo, eran los fenómenos causales de dichas enfermedades. La psicogénesis se desarrolla en
gran manera a partir de él.
Presupuestos básicos:
En síntesis, como se expresa en detalle en el capítulo 9, la conducta es considerada
como síntoma, una manifestación externa de un conflicto intrapsíquico, que se origina por la pugna
entre las tres instancias psíquicas dotadas de energía, ello, yo y superyo, que actúan según
diferentes procesos, inconsciente, preconsciente y consciente.
Es posible el conflicto entre estas tres instancias, y en base al tipo de conflicto y a los
mecanismos de defensa que se propicien, Freud explica la estructura y funcionamiento de los
trastornos psíquicos.
b)
El comportamiento sería en realidad una muestra del intento de adaptación conseguida,
con mayor o menor éxito, al mundo externo. Los aspectos y recursos adaptativos y patológicos
son objeto de estudio en la dinámica comprensiva del sujeto. Si bien es cierto que el diagnóstico se
formula con clasificaciones tradicionales nosológicas, se orienta preferentemente a lo dinámico y
adaptativo.
Las pulsiones internas determinan la estructura de la personalidad. Ésta se ha ido
gestando a lo largo del desarrollo infantil priorizando una determinada zona erógena. Las pulsiones
fundamentales son dos: a) la pulsión de vida (Eros), organizadora y unificadora, incluye pulsiones
de autoconservación y sexuales. La energía psíquica manifestada por la pulsión de vida es la
libido, la cual puede invertirse en objetos, este concepto es denominado por Freud como catexis; y
b) la pulsión de muerte o autodestrucción (Thanatos), uno de cuyos componentes es la pulsión
agresiva.
La actividad psíquica se pone en funcionamiento por la pulsión, que es una energía que
busca desde sus raíces corporales-biológicas expresarse a veces en la conducta a través de
representaciones mentales.
La comprensión de las perturbaciones psíquicas radica en el descubrimiento del
inconsciente, la noción de conflicto intrapsíquico patógeno y el concepto de mecanismos de
defensa.
c)
Objetivos de evaluación
•
Comprender y describir la estructura psicológica y modos de funcionamiento del Ello, Yo
y Superyo de un sujeto, así como valorar la fuerza del Yo, tanto de sus mecanismos
adaptativos como defensivos en el momento que consulta.
•
Conocer la etiología del trastorno o alteración.
•
Se apoya no en la conducta real, sino en la elaboración mental que el sujeto se ha
formado.
•
En relación al mundo infantil el analista de niños, considera el desarrollo progresivo como
la función más esencial de un ser inmaduro, y la evaluación de esta función compromete
la normalidad y anormalidad de este proceso vital.
Metodología y técnicas
Lo que se denomina "diagnóstico psicoanalítico" se apoya primordialmente en la
entrevista libre y en las llamadas técnicas proyectivas. Éstas se basan en proporcionar el mínimo
de estructura formal o de instrucción, a fin de que el sujeto pueda responder libre e
idiosincráticamente lo que permite que la respuesta sea significativa de la vida mental y emocional
del sujeto, así como de los procesos y mecanismos inconscientes.
Las técnicas proyectivas no reúnen como objeto de estudio los conceptos de validez y
fiabilidad. Solamente la validez de constructo adquiere sentido, puesto que el motivo de aplicación
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de las mismas es servir de reactivo al niño a fin de comprender su mundo interno y la etapa de
desarrollo que representa, así como la organización dinámica en torno a ella.
Esta metodología y técnicas tienen un matiz preferentemente idiográfico, aunque se
utilizan otros métodos y técnicas con carácter nomotético, y, en algunos casos, con el apoyo del
método psicométrico, se están llevando a cabo categorizaciones y estandarizaciones a través de la
expresión formal de algunas.
d)
Nuevos planteamientos
Uno de los retos que ha tenido planteado la teoría psicoanalítica es abrirse a la
investigación empírica y sistemática, en la que ha progresando con evidencias empíricas, pero sin
que hasta el momento se hayan podido ofrecer pruebas irrefutables de corte experimental sobre
los presupuestos teóricos.
Respecto a las técnicas de diagnóstico, en los últimos años se han incrementado de
manera significativa los estudios correlacionales y experimentales con el intento de conferir rigor
metodológico a los mismos. Para ello se está trabajando con muestras amplias de normalidad y
variables definidas operativamente y con sistemas de interpretación objetivos. (El Rorscharch, el
Dibujo de la Familia Kinética Actual y Prospectiva, el CAT, el Dibujo de la Figura Humana, el
Dibujo del Animal, entre otros).
También ha cobrado de nuevo relieve el interés por los temas clásicos del psicoanálisis
como la conciencia, el yo, la experiencia interna, y las modalidades defensivas que, sin admitir el
inconsciente, son reformuladas por otras teorías.
1.2.
El modelo conductual y cognitivo
En 1913 Watson publica el manifiesto fundacional del Conductismo, manteniendo como
foco de interés prioritario la observación y medición de los comportamientos observables. Surge el
conductismo radical, con diferencias importantes con otros enfoques posteriores que admitieron
variables mediadoras de naturaleza social y cognitiva en la observación y explicación de la
conducta.
a)
Presupuestos básicos:
Aunque en el capítulo 10 se trata este punto y siguientes, sirva a modo de síntesis que
encuadre el objetivo de este capítulo lo que sigue
Para el modelo conductual lo importante es descubrir los estímulos que constituyen la
situación y las respuestas del organismo. Rechaza el añadido mental que no es susceptible de
observación, cuantificación, repetición y confirmación empírica y se ocupa de comprobar, con el
máximo rigor experimental posible, la relación entre el estímulo y la respuesta.
Según Skinner (1971) es preciso descubrir las relaciones funcionales que prevalecen
entre aspectos medibles de la conducta y diferentes circunstancias y hechos de la vida del
organismo. El manejo de las variables independientes modifica las variables dependientes, es
decir, la conducta. El análisis funcional de las relaciones entre ambas variables permite especificar
el tratamiento.
El análisis de la conducta, al ser concebido bajo el esquema E-R, se establece como un
planteamiento molecular de la misma, llegando a explicar conductas complejas a través del estudio
de conductas simples. Las conductas son, por tanto, específicas de cada situación, dependen de
determinantes externos y ambientales, no de factores internos e intrapsíquicos del individuo, por lo
que la historia del sujeto carece de relevancia.
Sin embargo, la imposibilidad de dar respuesta a la complejidad de la conducta
humana hizo que progresivamente se fueran incorporando variables mediacionales entre
estímulos y respuestas, lo que supone aceptar la existencia de constructos hipotéticos (cognitivos
y/o emocionales), no directamente observables, que pueden desencadenar respuestas
observables y permiten explicar aprendizajes complejos.
De este enfoque derivó el aprendizaje social que acentúa el papel de la imitación en el
aprendizaje. Según este enfoque no sólo se aprende por recompensas y castigos, sino a través de
la observación de los premios y castigos que reciben otras personas por su conducta. El término
modelaje (modeling) reemplazó posteriormente al de imitación, siendo el sujeto parte activa y
receptiva de su propia conducta
La conducta desadaptada se explica desde un doble nivel de funcionamiento: el
biológico y el conductual. En el progresivo aprendizaje humano se acentúa cada vez más el peso
concedido a la intervención de los factores cognitivos, pieza clave en la actual terapia conductual.
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El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
Cobra un relieve específico la metodología experimental, en la que la objetividad, el rigor
y la verificación de las hipótesis son los fundamentos de la misma. Como consecuencia del énfasis
de la manipulación experimental, los estudios en el laboratorio se consideraron como el referente
más idóneo para analizar y evaluar la conducta.
b)
La progresiva incorporación de variables mediacionales y cognitivas dio paso a la
aceptación de las entrevistas conductuales, escalas, inventarios y otros instrumentos
estandarizados, según el caso.
Objetivos de evaluación
•
c)
La evaluación de la conducta está en función de la intervención. Ambos aspectos están
estrechamente vinculados en un proceso de feed-back.
Su interés es la descripción de patrones de conducta específicos: frecuencia de
aparición, intensidad, número, duración y situación; cómo fue adquirida y factores que
mantienen determinada conducta; cuáles son los procedimientos de modificación de la
conducta del sujeto.
•
Interesa indicar cuáles son los factores que establecen, mantienen y controlan la
conducta a analizar, medir la línea base y la frecuencia con que un niño presenta esas
respuestas en condiciones naturales.
•
La evaluación de la conducta integra reacciones fisiológicas, afectivas y cognitivas, y
contempla no sólo los eventos actuales, sino la diacronía de los mismos en cuanto
incidentes en la conducta actual.
d)
Nuevos planteamientos
En cuanto a la evaluación pasó de una actitud beligerante con otros modelos teóricos a
otra de comprensiva tolerancia, para pasar a ser una alternativa más de entre todas las existentes.
El estudio de problemas cada vez más complejos exige la toma en consideración de tipos de
información muy distinta, utilización de criterios no totalmente operacionalizados y procedimientos
de evaluación complejos, en los que tanto la autoobservación como la hetero-observación,
estimación y hasta expectativa de los cambios de valores, pueden desempeñar papeles muy
importantes.
•
La clave de la evaluación estriba en un análisis de conductas específicas en cada
situación-problema que se presente. El registro de la conducta conlleva una serie de
pasos que deben seguirse fielmente.
Una característica en la que coinciden los subparadigmas cognitivo-conductuales
incorporados es que el agente de la conducta no es un organismo vacío, ilimitadamente
moldeable, sino que se posee una cierta organización y determinada estructura. El ser humano es
un agente que procesa la información, es decir, la selecciona, codifica, transforma, recupera, etc.,
tanto la que proviene del mundo exterior como la que proviene de su mundo interior.
•
Progresivamente, el interés por la evaluación de los procesos cognitivos ha dado como
fruto la incorporación en la evaluación de las cogniciones, motivos, afectos y emociones.
En lo que respecta a la evaluación se están creando baterías cognitivas partiendo de
tests ya estandarizados, agrupándolos en torno a un tipo de proceso.
Metodología y técnicas
La técnica de medición por excelencia es la observación directa y sistemática,
posibilitando el análisis funcional
El desarrollo de los tratamientos conductuales de tercera generación, están
aportando nuevos cambios en la concepción de la evaluación atendiendo a los nuevos
presupuestos teóricos formulados, como son los derivados de la Terapia de Aceptación y
Compromiso, el Milfullness y otras concepciones terapéuticas basadas en el paradigma
conductual. Estos cambios para la evaluación psicológica están por llegar.
Las técnicas de evaluación deben reunir requisitos de objetividad y rigor en la medición
de la conducta específica que se pretende explorar. También la situación de evaluación debe ser
lo más estructurada posible, evitando la ambigüedad.
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1.3.
El modelo sistémico
Con el intento de dar respuesta a una problemática familiar, y en el marco de una
realidad social de complejidad desbordante, surge en EEUU un nuevo modelo teórico-conceptual
denominado modelo sistémico. Éste difiere en el modo de mirar los problemas y en la perspectiva
de cambio que introduce. Minuchin, uno de los fundadores del modelo sistémico se sitúa en Nueva
York en uno de los barrios de mayor índice de problemas familiares sociales, culturales y con
serias dificultades socioeconómicas.
a) Presupuestos básicos
El modelo sistémico busca solucionar los problemas de índole familiar desde un nuevo
acercamiento psicológico y con el deseo de evaluar los resultados de sus esfuerzos. Por ello, su
modelo se basa en la inmediatez de la realidad presente, orientada a la solución de los problemas
con un enfoque contextual referido al entorno social.
Entre sus postulados está el concepto de que el todo es más que la suma de las partes,
y que el todo y las partes pueden ser explicados sólo en términos de las relaciones que existen
entre las partes.
Considera al individuo como interdependiente con su estructura social, principalmente la
familiar, pero tiene en cuenta otros sistemas sociales que contribuyen a explicar el comportamiento
humano. Al actuar en estos sistemas se produce el cambio.
Los sistémicos consideran que la familia es un sistema relacional en el engranaje del
sistema social, constituido por múltiples microsistemas en interacción dinámica. El sistema familiar
se caracteriza por estar en constante transformación, adaptándose a los estadios de desarrollo por
los que atraviesa, a fin de asegurar la continuidad y el crecimiento a los miembros que la
componen.
Un problema es, en consecuencia, un tipo de conducta que integra una secuencia de
actos realizados entre varias personas, una secuencia reiterada de comportamientos. El síntoma
es la cristalización de esa secuencia.
La jerarquía debe ser mantenida adecuadamente en el sistema familiar y la más
elemental involucra el límite generacional. Los terapeutas de familia consideran tres dimensiones:
Los límites, es decir, quién y cómo participa cada uno y qué roles asumen.
Las alineaciones entre los miembros, que incluyen distintas modalidade de coalición
y alianza.
Poder.
Los síntomas que manifiesta cualquier miembro de la familia son señales de que la
organización en que vive tiene un ordenamiento jerárquico confuso o excesivamente rígido.
Seguramente existirán coaliciones internas que vuelven disfuncional al sistema.
Los síntomas de un miembro de la familia desempeñan una función en el sistema
familiar, generalmente en el funcionamiento de la pareja conyugal, siendo el paciente identificado
un participante y un medio de comunicación entre ellos.
b) Objetivos de evaluación
•
El objetivo prioritario y final, es operar un cambio significativo en el sistema relacional
funcional, cambio que incida en todos los miembros del sistema, proporcionando
modelos transaccionales nuevos que eliminen los comportamientos sintomáticos.
•
A diferencia de la evaluación tradicional en la que las diversas unidades cobran
importancia y son tomadas aisladamente, aquí el interés en la exploración diagnóstica
estriba entre las unidades del sistema.
•
Se sigue manteniendo, aunque con algunas modificaciones en sus formas, los objetivos
de evaluación que ya Minuchin (1979) planteó en sus inicios:
Conocer las pautas transaccionales del sistema familiar.
Evaluar la flexibilidad del sistema: alianzas, coaliciones y límites en los
subsistemas.
Examen del contexto de vida de la familia, analizando las fuentes de apoyo y
estrés.
Evaluación del estadio de desarrollo de la familia.
Utilización del síntoma para el mantenimiento de la homeostasis del sistema
familiar
5
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•
•
El objetivo de intervención se plantea en la primera entrevista, cuya función consiste en
obtener el modo de organización familiar, observando las reglas de funcionamiento en la
comunicación y en la acción que singularizan a esa familia concreta. Esto se asemeja a
una configuración diagnóstica de la situación familiar.
Es importante la clarificación de las comunicaciones, la reflexibilidad y la capacidad de
asumir roles, la individuación de cada miembro, la interacción entre todos. de cara a la
modificación del sistema.
d) Nuevos planteamientos
Esta misma teoría ha virado hacia planteamientos más sociológicos, ecológicos y
cognitivos. Se han incorporado modalidades de análisis familiar en función de la realidad social en
cuanto a los cambios de acepción familiar en este momento histórico-social.
Admiten, dentro del marco sistémico, variantes más dinámicas, conductuales o
gestálticas, utilizando cualquiera de ellas si operan el cambio que el modelo sistémico prioriza.
Se utiliza de forma funcional la taxonomía del DSM como sistema de diagnóstico
Se han incorporado técnicas psicométricas de uso común en la evaluación de niños
c) Metodología y técnicas
Se prioriza la entrevista familiar y la observación dentro de la sesión terapéutica como
instrumentos diagnósticos. La dramatización o la expresión mediante el rol-playing de la conflictiva
familiar es también una de las técnicas de uso común.
Se utilizan distintas técnicas con el objetivo de cambiar las pautas de relaciona
disfuncional como: bloqueo de pautas transacionales, acentuación de las diferencias, unión
personal del terapeuta en alianza o coalición.
En cuanto a los síntomas, se recurre a la exageración del síntoma, desacentuación del
síntoma y adopción de un nuevo síntoma.
Apenas existen tests psicométricos por las razones apuntadas en los objetivos de
evaluación, pero se utilizan adaptaciones de otros instrumentos como el Test de Color, el Test de
la Familia Kinética y Familia Prospectiva, el Test de Interacción Familiar, el Cuestionario de
Conflictividad Conyugal, y otros cuestionarios psicométricos sobre relaciones familiares que se han
ido incorporando.
El modo de enfrentar el problema ejemplifica la diferencia sustancial de este enfoque:
¿qué cambios se desean lograr?, en lugar de centrar la investigación inicial con la pregunta ¿cuál
es el problema? Cualquiera de estas cuestiones debe dar pie para escuchar a todos los miembros
del sistema familiar.
Se elabora el genograma que ejemplifica el funcionamiento del sistema familiar en los
aspectos a los que nos hemos referido.
Se trabaja con asignación de tareas par modificar y solucionar los problemas familiares.
Seguidamente se presenta un cuadro síntesis de los modelos de evaluación planteados
1.4.
El enfoque humanista
Como se explicará en detalle en el capítulo 11, el enfoque humanista no contempla
la evaluación propiamente dicha como algo necesario para el trabajo clínico profesional. En
general, sus creadores y defensores rechazan la evaluación propiamente dicha por las
razones que se apuntarán al exponer dicho modelo, pero proponen un estilo de actuación
profesional que ha pasado a ser paradigmático en el trabajo clínico y que, en buena parte, ha
sido recogido por cualquiera de los modelos que se postulen como sistema de evaluación
psicológica.
Solo anotar sintéticamente en este apartado que las tres actitudes que deben guiar al
profesional y dirigir su actividad con el entrevistado deben ser:
Congruencia: El entrevistador tiene que ser lo más plenamente posible él mismo,
tiene que operar siendo plenamente consecuente con su experiencia, sin miedos personales,
es decir, tiene que ser auténticamente él, sólo así será constructivo, sin máscaras de
profesionalismo. Esta congruencia o autenticidad se expresa por vía no verbal y verbal, lo que
supone que en ocasiones pueden manifestar sentimientos sinceros de aburrimiento, fatiga... u
otros, si el entrevistado pregunta sobre ello, y esto mismo ayuda a que el paciente los exprese
igualmente, es decir, a que se consiga la autenticidad y congruencia del entrevistado.
Empatía. El entrevistador se esfuerza en comprender al cliente en su vivencia
personal, en su historia y contexto. Trata en ver el mundo como lo ve el entrevistado, desde su
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propio marco de referencia. Esto hace que el psicólogo devuelva al paciente con sus propias
palabras y en re-alimentación constante aquellos contenidos vivenciales que ha comprendido
(sentimientos, sensaciones, experiencias o percepciones ligadas a valoraciones). Esta
comprensión empática es la condición terapéutica fundamental, supone una relación de
igualdad entre ambos y la capacidad para apreciar lo que otra persona está experimentando,
comunicándole la comprensión de lo expresado por él. La empatía es un ciclo que va desde la
resonancia del entrevistador a lo que expresa el entrevistado, la expresión de la empatía, la
recepción del paciente a la respuesta empática y la expresión y resonancia por parte del
entrevistado a esa empatía
Soy comprendido
Terapeuta
Paciente
Te comprendo
Hay variedad de
entrevistadores y variedad de
modo de expresar la empatía
(Sí, eso es exactamente) ¡Ah
sí!, nunca lo había pensado
así, pero puede ser, tienes
razón
Estimación positiva incondicional. Supone la aceptación de la individualidad del
paciente. Es propiciarle una atención no posesiva, es decir sin evaluación ni juicio de valor, y
con la convicción de que el paciente en su proceso de realización dará un cambio positivo.
Esto se logra en la medida en la que el entrevistador puede y quiere entregarse a un encuentro
existencial con el cliente, un encuentro sin categorías valorativas en base a sus acciones,
cualidades o palabras. El psicólogo tiene que ver a un ser humano en el cliente, no ver un
trastorno o enfermedad.
1.5.
Síntesis de los modelos de evaluación
El cuadro pretende ilustrar las diferencias existentes entre cada modelo teórico,
aspecto que ha condicionado un tipo de evaluación en cuanto a sus objetivos, técnicas a utilizar,
metodología de trabajo y ámbitos de aplicación, entre otros aspectos. Se ha tratado de mostrar
en dicho cuadro lo identificatorio de cada modelo y lo diferencial con los demás.
Históricamente cada uno de estos modelos ha ido dando respuesta a distintas
concepciones de la salud y de la enfermedad así como a distintas alternativas terapéuticas. La
pugna que a nivel académico han suscitado los seguidores de dichos modelos, afortunadamente
no ha tenido su correlato en el ámbito clínico aplicado.
Quizá la pugna referida haya tenido su utilidad de cara a definir conceptos, clarificar
postulados y crear técnicas de evaluación y estrategias de intervención que, al pretender
diferenciarse de otras, han tenido que ser reflexionadas y puestas a prueba.
Figura 1. Ciclo de la empatía
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Dinámico
•
Concepto de
evaluación
•
•
•
•
•
Objetivos de la
evaluación
•
•
Clínico-médico
Analizar los síntomas
Motivo manifiesto/latente
Etapas de desarrollo libidinal
Etiología del trastorno
Etapa de fijación del desarrollo
Mecanismos de defensa
Trasferencia y contratransferencia
•
Evaluación
/Diagnóstico
Cambio para el
sujeto
Técnicas o
instrumentos de
evaluación
CUADRO SÍNTESIS DE LOS MODELOS TEÓRICOS
Conductual-cognitivo
• La conducta se aprende, refuerza o castiga
• Aprendizaje mediado y por modelado
• El problema deriva de E (f) R
Sistémico
• El paciente es el emergente del grupo familiar
• El sistema familiar a revisión-evaluación.
• Existen sistemas familiares patológicos
•
•
Análisis funcional de la conducta
Establecer los reforzadores o inhibidores
• Establecer la línea base de una conducta
• Incorporación de variables cognitivas
• Poner las bases necesarias para planificar el tratamiento
•
Diagnóstico Estructural:
Psicosis
Neurosis
Bordeline
• Diagnóstico sintomático-sindrómico
Cada trastorno dentro de la estructura
(histeria, fobia…)
• Cambio de estructura
• Paso de la des-integración a integración
• Saber por qué (pasado) para cambiar el futuro
•
•
•
Entrevista libre
• Técnicas proyectivas
• Asociación-juego libre
Basado en categorías clínicas-estadísticas
• Modelo ateórico
• Diagnóstico conductual
•
Cambios conductual (síntoma) para estar más saludable
Operativizados en unidades conductuales
• Eliminación o reducción sintomática
•
•
•
•
•
•
Entrevistas por objetivos
Análisis funcional de la entrevista
Autoinformes
Observación sistemática de la conducta
Heteroinformes
Auobservación/Autorregistro
Interacciones familiares:
Roles
Triángulos
Alineaciones-vínculos
Límites
• Beneficios secundarios del síntoma (niño y padres)
• Estudio evolutivo familiar
• Basado en la teoría de sistemas
• Evalúa las transacciones familiares
• Diagnóstico familiar: familia simbiótica,
disfuncional…
•
Cambios en el sistema familiar:
Roles; Triángulos; Alineaciones-vínculos;
Límites, etc.
• Cambios transacionales
• Asumir familiarmente el problema
• Interacciones flexibles y saludables
• Entrevista familiares
• Utilización del síntoma (exageración, negación,
desacentuacion…)
• Bloqueo de pautas transacionales
• Rol-playing
• Uso de directivas
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El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
•
Rol del evaluador
No directivo
• Neutro-espejo
•
Directivo
• Propuesta de objetivos de cambio conductual
• Asignación de tareas conductuales (niño y familia)
•
•
•
•
•
Aceptación del DSM
Uso de técnicas psicométricas
• Incorporar adquisiciones evolutivas
• Rol más directivo
• Más incidencia de lo transferencial: aquí y
ahora
•
En la actualidad
•
•
•
•
Incorporación progresiva de variables internas-cognitivas
Mayor grado de inferencia
• Mayor uso de autoinforme psicométricos
• Mayor relevancia a las variables relacionales:
Entrevistador-Entrevistado
Lenguaje y comunicación
•
•
•
Directivo
Alineado a la familia
Acentúa el futuro frente al pasado
Análisis de cumplimiento terapéutico (tareas)
Unidades familiares muy diversas
Uso en niños de técnicas psicométricas
Incorporación del DSM
Más consideración al pasado autobiográfico
Más relacional y menos tareas.
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2.
CONVERGENCIAS TÉCNICAS: EL ÁMBITO APLICADO
b)
Las técnicas de evaluación ante situaciones sociales nuevas tardan en elaborarse. Así,
no hay una técnica que nos permita evaluar hasta qué punto o en qué niveles intervenir
ante el incesto familiar, el maltrato a la mujer o a los hijos en poblaciones árabes y en
algunas personas de color instaladas en nuestro territorio. Son temas complicados, ya
que la línea divisoria entre amor y maltrato en determinadas culturas ante estos eventos
no obedece a los patrones culturales y de valores de la cultura receptora. Hay conductas
que otras culturas justifican como afecto y educación parental y no como maltrato.
c)
El incremento de servicios públicos de diagnóstico y evaluación en diferentes contextos,
con recursos económicos limitados, tiende a unificar posturas en los psicólogos
profesionales. Debido al incremento de dichos servicios públicos especializados, no
pocas personas son objeto de intervención por parte de servicios médicos, sociales,
educativos, de inmigración, judiciales, etc. Esto obliga a los profesionales a compartir
información y a unificar fuerzas y recursos, no solo de cara a una rentabilidad mayor de
cada un de los servicios, sino en aras de la beneficiabilidad de los usuarios. Los registros
evaluativos actuales incorporan multiinformantes, con multitécnicas de evaluación y
multimétodos de trabajo profesional.
Históricamente, todos los modelos teórico-conceptuales han experimentado, en
mayor o menor medida, cambios en su formulación, incorporando otras variables explicativas
del comportamiento humano (Maganto, 2006; 2009). Los cambios se han derivado no solo de
investigaciones rigurosas, sino también del ámbito profesional en el que no siempre el modelo
explica lo que al paciente le ocurre. En la actualidad se aprecia un acercamiento progresivo
entre las posiciones teóricas diferentes, como razonaremos a continuación.
2.1.
Los retos profesionales del psicólogo en el ámbito aplicado
Independientemente del marco teórico que cada profesional defienda, el ámbito
aplicado presenta algunos retos que unifican y homogenizan la actuación del profesional. El
trabajo profesional promueve un marco de convergencia en las actuaciones y un marco de
divergencia con el respeto a ciertos planteamientos del ámbito académico.
Los aspectos en los que ambos ámbitos difieren provienen de los retos que al
psicólogo profesional se le presentan en su quehacer diario, y que son entre otros los
siguientes:
El psicólogo, en el ámbito aplicado, se ve en muchas ocasiones urgido a dar
respuestas clínicas, educativas y sociales a nuevos problemas que surgen en la realidad
social, sin que haya teorizaciones previas sobre dichos problemas y sin que existan técnicas
rigurosas y científicas para evaluarlas. Es decir, la realidad social va por delante de la realidad
investigadora y académica (Bulling, maltrato de hijos a padres, cefaleas psicógenas,
sexualidad precoz, prostitución infantil, pornografía y adicciones en Internet, violencia
doméstica, otras adicciones no tóxicas, etc..).
a)
Los rápidos cambios sociales generados por movimientos migratorios conllevan tener
que evaluar a personas inmigrantes descontextualizadas en cuanto al idioma, cultura,
valores, relaciones familiares, patrones de comportamiento… que resultan contravalores
en la cultura receptora y para los cuales, la acepción de “problema o no problema”,
normalidad o patología” adquiere connotaciones no fácilmente categorizables.
Las técnicas existentes, como algunos tests, autoinformes y heteroinformes así como
otras técnicas de evaluación no son fácilmente comprensibles para algunos pacientes, sean
niños, adolescentes o adultos, y contestan lo que ellos creen que les preguntan, obteniéndose
resultados clínicos donde no los hay, y no detectando problemas cuando los hay.
Aparentemente los instrumentos arrojan demasiados falsos positivos y falsos negativos.
d)
Tal vez, el diseño de nuevos instrumentos de evaluación como respuesta a los
problemas actuales, es relativamente independiente y menos vinculado con los modelos
teóricos concretos.
e)
Otro criterio que se tiene en cuenta para la selección de las técnica de evaluación es la
utilidad práctica que tiene para el profesional que la va a utilizar, no tanto las propiedades
psicométricas de las mismas.
f)
El evaluador profesional que trabaja en ámbitos institucionales, mediatizados por una
economía pública precaria, selecciona los instrumentos de evaluación, haciendo un
análisis de coste/beneficio. El tiempo que conlleva la aplicación y corrección, así como el
gasto público del instrumento se considera sobre manera. La consecuencia es que en la
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El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
práctica se desestiman instrumentos de larga aplicación y de compleja metodología en su
corrección-interpretación.
único”, y dando lugar a un constructo globalizador que intente integrar diferentes
paradigmas en el ejercicio profesional.
g)
En la evaluación-intervención hay una implicación personal-relacional-emocional (Ibáñez
y Maganto, 2009) más allá del marco teórico en el que se está inscrito, aspecto que
también unifica e iguala a todos los profesionales en el ámbito aplicado.
h)
En la comunicación de resultados, tanto al entrevistado como a los referentes adultos, se
prioriza la comunicación de lo que va a propiciar cambios terapéuticos, frente al
planteamiento ideal de lo que es y debería ser una “buena” devolución o información de
resultados de la evaluación.
Sin duda que éstos y otros retos hacen que los psicólogos en el ámbito de la
actuación profesional tengan más aspectos en común que comparten que aspectos en
divergencia. La actual necesidad de trabajar en equipo, que cabe pronosticar que se acentuará
en el futuro, obliga a potenciar el intercambio, lo que promueve incrementar los aspectos
convergentes y minimizar los divergentes.
i)
Finalmente, la propia contaminación conceptual de la “globalización” apremia hacia una
evaluación transcultural y totalizadora, desmitificando la idea de un “constructo científico
2.2.
Ámbitos académico y aplicado
Se exponen a continuación, a modo de síntesis los aspectos diferenciales o
divergentes entre el ámbito académico y el ámbito aplicado.
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Carmen Maganto Mateo
El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
CUADRO SÍNTESIS DEL ÁMBITO ACADÉMICO Y APLICADO
EL ÁMBITO ACADÉMICO
EL ÁMBITO APLICADO
Marco teórico científico al que se adscribe
Marco teórico personal (formación previa+experiencia profesional)
Objetivos definidos en coherencia con el modelo teórico
Objetivos re-formulados y posibles de responder
Proceso: secuencia temporal prevista y rigurosa. Toma de decisiones en fases
Proceso: secuencia temporal con necesidad de respuestas inmediatas
Rigor en los instrumentos de evaluación
Instrumentos breves, de rápida corrección que provean de utilidad válida para el “caso”
(Fiabilidad, validez, sensibilidad y especificidad)
Instrumentos que responden a un modelo teórico
Instrumentos de uso ecléctico si son de utilidad al caso
Incorpora instrumentos de nueva creación científica, que se investigan
Uso de instrumentos con formación y experiencia personal (“me da resultado”)
La entrevista en una técnica a la que se intenta proveer de máximo rigor
La entrevista se convierte en la técnica por excelencia
La relación apenas interfiere en los resultados
La relación afecta directamente a los resultados
Perspectiva con enfoque marcadamente individual y psicológico
Perspectiva multidisciplinar (familiar, cultural, educativo, económico de salud)
Finalidad: describir, explicar clasificar, predecir
Finalidad: describir, explicar clasificar, predecir
Evaluación-Diagnóstico con referente DSM al uso
Evaluación con referente de “experiencia clínica” (DSM, ICD, u otras)
La etiqueta diagnóstica tiene un fundamento teórico, al margen del caso y del evaluador
La etiqueta diagnóstica depende del caso y es válida para el funcionamiento del profesional
Mantiene una coherencia teórica en todo el proceso
Incorpora modelos teóricos en función del caso y de la formación personal
Integración de datos desde un marco teórico
Integración de datos desde uno o más marcos teóricos
El diagnóstico es una tarea de investigación científica. Es la respuesta científica a un problema.
El diagnóstico es una tarea de implicación personal-emocional. Es la respuesta a un sujeto y sus
referentes, la demanda entre ellos
El diagnóstico sirve para planificar el tratamiento
El diagnóstico sirve para dinamizar el tratamiento
Comunicación de resultados: se prioriza el apoyo científico (rigor)
Comunicación de resultados: se prioriza los beneficios que va a propiciar (utilidad)
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Carmen Maganto Mateo
El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
2.3.
Convergencias teóricas y técnicas provenientes del ámbito profesional
Una gran parte de profesionales que trabajan en el ámbito de la evaluación están
más o menos de acuerdo en la conceptualización de estos aspectos:
a) Qué es la evaluación psicológica
Psicológica (EAPA) creó un Grupo de Trabajo, compuesto por especialistas de la evaluación
en diferentes países, para que desarrollara unas Guías del Proceso de Evaluación (GAP)
(Fernández-Ballesteros et al., 2003). Las guías que han elaborado, si bien no representan un
trabajo acabado, suponen una ayuda cara a mejorar la práctica de la evaluación, así como la
formación y el entrenamiento de los evaluadores.
Finalmente hubo un consenso en considerar que el proceso implica:
Existe un consenso en considerar que la evaluación psicológica es:
Clarificar objetivos
•
Una disciplina de la psicología científica,
Recoger información pertinente, e
•
Cuyo objetivo es dar respuesta a las necesidades psicológicas de los sujetos,
Interpretarla en el marco de una teoría
•
Supone un proceso secuenciado de toma de decisiones basadas en la
•
Generación de hipótesis y en el
c) El uso de instrumentos de obtención de datos: técnicas y métodos de evaluación
•
Contraste y confirmación de las mismas.
Las aproximaciones metodológicas más comunes son las entrevistas estructuradas o
semiestructuradas, los auto y heteroinformes, la observación y registros, las técnicas
psicométricas y las técnicas proyectivas.
Tienen en cuenta el desarrollo evolutivo del niño y del adolescente, cuando se evalúa
a sujetos en desarrollo se prioriza la importancia que tiene a nivel diagnóstico, pronóstico y de
intervención, distinguir entre características estables del desarrollo y características variables.
Por otra parte, en la evaluación de individuos en proceso de desarrollo evolutivo o involutivo, la
edad se vuelve determinante en el modo y características de la relación con el entrevistador.
Actualmente, muchos individuos participan en contextos múltiples y variados, y
dentro de cada contexto existen numerosas situaciones específicas, así que la evaluación
tiene que incluir un análisis multisituacional.
La importancia de la familia en la evaluación se contempla más allá del modelo
teórico. Desde diferentes marcos teóricos se ha destacado la importancia de la familia en la
etiología de los problemas y en la resolución de los mismos, de forma que no puede obviarse
un análisis de la misma en la evaluación psicológica.
b) El proceso de evaluación
Hace años que se viene señalando la necesidad de un proceso global que aúne la
pluralidad del quehacer evaluador. Con este fin la Asociación Europea de Evaluación
Las técnicas e instrumentos a utilizar deberán ser elegidos en función de varios criterios:
los objetivos generales de la evaluación, la edad del sujeto, el motivo de consulta, el contexto en el
que se presenta la conducta-problema, el objetivo específico del instrumento, las garantías
psicométricas del mismo, el grado de sensibilidad y especificidad, su vinculación con el
tratamiento, la relación entre economía de tiempo y capacidad informativa, y los recursos
disponibles (Maganto, 1995; Maganto y Cruz, 2001).
A juicio de Greenspan y Meisels (1993), la evaluación debe llevar a una comprensión
global más que a la definición de una función específica, por lo que antes de obtener un
resultado definitivo de la misma se deben contemplar los diferentes escenarios o ambientes
(pluricontextual) y las diferentes fuentes de información (multiinformante). Esta evaluación
multi y pluridimensional tiene por objetivo incrementar la certeza diagnóstica y planificar de
forma más adecuada la intervención (Maganto y Cruz, 2001).
Esta evaluación multiinformante, multicontextual y multitécnicas denominada
“evaluación múltiple” surgió en torno a los 80, como ya he señalado al principio de este
apartado, a consecuencia de las limitaciones de la evaluación tradicional, de la escasa
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El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
flexibilidad de la evaluación conductual y de la proliferación de escalas y cuestionarios
(Achenbach y Edelbrock, 1993; Mash y Terdal, 1981; Ollendick y Hersen, 1983).
Otra fuente importante para obtener información son los registros conductuales y
cognitivos que realizan padres o maestros u otros informantes. Estos instrumentos permiten
conocer con mayor detalle la forma de presentarse la «conducta problema», los pensamientos
y emociones asociados, la intensidad de éstos, su frecuencia y secuencia, además de las
reacciones de los demás frente a la «conducta problema».
Esto aspectos traen consigo la dificultad de la integración de la información, porque
los estudios evidencian las bajas correlaciones entre informantes. Sin embargo, éstas no
significan necesariamente poca confiabilidad de las fuentes, sino la consecuencia inevitable de
las perspectivas, de los ambientes, de la edad y del tipo de problema, entre otros aspectos.
Cualquier técnica que ofrezca garantías en sus resultados, provea de información útil y
suponga el mínimo coste económico y de tiempo para el profesional, será elegida para su
trabajo aplicado.
Este es el aspecto donde la convergencia de profesionales se acerca al máximo,
porque importa más qué datos provee el instrumento que el marco teórico al que responde.
El evaluador sabe, en definitiva, que ningún instrumento sustituye su profesionalidad
y que el mejor instrumento es inútil en manos de un inexperto y que un instrumento deficitario
es válido en manos de un experto. Obviamente, lo ideal es un buen instrumento en manos de
un buen profesional (Ibañez y Maganto, 2009).
d) Cómo se integra la información
El evaluador se enfrenta a la necesidad de integrar la información obtenida a través
de los diversos métodos de recolección de información, lo cual no es una tarea sencilla, sino
que entraña gran complejidad y lo que pone a prueba la capacidad del evaluador.
En el momento de realizar una síntesis integrativa, el trabajo clínico del evaluador,
plantea la cuestión del eclecticismo y/o la integración. Hay una diferencia esencial entre ambas
posturas.
A la integración de los datos desde un modelo teórico se le presupone que los
objetivos de evaluación, las técnicas preferentes (aunque use otras necesarias en un caso
concreto), el método de trabajo (aunque requiera una metodología específica y diferente en un
momento del proceso), los presupuestos conceptuales en los que se basa (aunque realice
hipótesis complementarias provenientes de otros marcos teóricos), las clasificaciones
nosológicas y especialmente el modo de integrar los resultados de la evaluación, provienen del
marco teórico conceptual al que se adscribe el profesional. La integración no sólo no desdibuja
la identidad, sino que la reafirma. Generalmente, este tipo de evaluación es propio de
profesionales conocedores y defensores de un modelo teórico. La práctica profesional, como
hemos visto, no da pie a mantener esta postura.
Al profesional ecléctico no se le presupone una adscripción preferente, directriz, e
integradora de los datos obtenidos desde un paradigma teórico. Utiliza lo más útil, beneficioso
y más adecuado para cada caso, integrando los resultados desde los objetivos de evaluación y
las técnicas preferentes que hayan sido empleadas. En el eclecticismo se plantea la riqueza y
capacidad de integración desde lo tecnológico y metodológico, no desde lo conceptual. Los
resultados son diferentes en ambos casos y no valorables en términos de bondad científica, al
menos en el momento presente.
e) El pronóstico en la evaluación
El pronóstico forma parte del propio diagnóstico y no se puede, ni se debe, prescindir
de él. Es uno de los aspectos que más preocupa a los pacientes y uno de los aspectos a tener
en cuenta por el profesional cara a la toma de decisiones terapéuticas.
El pronóstico obliga a tomar en consideración la “vulnerabilidad” que muestran
algunos entrevistados a desarrollar un determinado trastorno psicopatológico. Es la
predisposición que despliegan por vivir en condiciones de desarrollo negativas y bajo
circunstancias de alto riesgo.
Junto al concepto de vulnerabilidad y de riesgo es fundamental el concepto de
fortaleza o resistencia (“resilience”), término introducido por Rutter (1985, 1990) para referirse
a la capacidad de prevalecer, crecer, ser fuerte y triunfar a pesar de las adversidades. Mash y
Graham (2001, p. 38) utilizan este término para referirse a sujetos que: 1) evitan resultados
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Carmen Maganto Mateo
El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
negativos y/o logran resultados positivos a pesar de encontrarse en situaciones de riesgo
favorables para el desarrollo de psicopatología; 2) manifiestan competencia en situaciones de
estrés; ó 3) presentan una recuperación de los traumas. El concepto de resistencia alude a las
variaciones individuales en la susceptibilidad o vulnerabilidad a experiencias adversas.
Sin duda en el pronóstico hay que considerar además la gravedad diagnóstica, la
edad, el contexto sociofamiliar y los factores de protección que rodean a la persona evaluada.
f)
CONCLUSIÓN
Los marcos teóricos, desde la práctica profesional de la evaluación, han propiciado
un consenso en algunos aspectos de su actuación, instando al evaluador a recoger en su
quehacer clínico aspectos como los siguientes:
a)
El análisis de los problemas desde el origen de los mismos, prestando atención a las
causas psicoafectivas del malestar psicológico, analizando cuál es el conflicto básico o
principal y qué estrategias defensivas se ponen en juego para enfrentar el mismo. Es
decir, el modelo psicodinámico aporta una dimensión intrapsíquica de interés en la
evaluación psicológica.
b)
El modelo conductual-cognitivo aporta al profesional una visión realista y funcional de los
problemas y un método de análisis de los mismos desde el propio análisis funcional de la
conducta. Alienta a estudiar las variables cognitivas intervinientes en la percepción y
configuración de los problemas así como en su resolución. Ha urgido a vincular
estrechamente evaluación e intervención.
c)
El modelo sistémico no puede obviarse en la evaluación psicológica al contextualizar los
conflictos o problemas del entrevistado desde variables sistémicas, es decir, familiares,
laborales, culturales, contextuales y ecológicas, dependiendo de en qué sistema
relacional se contextualice. Ningún problema, aunque se considere intrapsíquico, deja de
ser psicosocial, y esta perspectiva la incorpora el entrevistador evaluador como una tarea
ordinaria en su desempeño profesional gracias al conocimiento del modelo sistémico.
d)
El rol del evaluador y su actitud profesional ha sido universalmente reconocido por las
actitudes que desde el enfoque humanista se propusieron. En la actualidad, todo
profesional, en mayor o menor grado y con las variaciones propias de su personalidad,
asume las mismas y en el ejercicio práctico profesional implementa las mismas,
independientemente del modelo teórico que postule.
Evaluación de resultados
Este es uno de los aspectos de mayor divergencia entre el ámbito académico y el
ámbito profesional. Desde una concepción teórico-científica de la evaluación es imprescindible
evaluar los resultados de la evaluación-intervención. Existen propuestas metodológicas para
ello. Sin embargo, desde el ámbito aplicado, la afirmación de los pacientes o de otros
referentes externos de que “he mejorado” o “ya he superado el problema” es la evaluación
externa que recibe el profesional y que confirma los resultados satisfactorios de su actividad
clínica. Por supuesto que su propio criterio sobre el final del tratamiento es definitivo para el
mismo, pero en el ámbito aplicado, un alto porcentaje de pacientes continúa o abandona el
tratamiento por razones ajenas a la adecuación y calidad profesional del tratamiento recibido.
Debido a estas razones, el profesional no siempre tiene posibilidades de establecer de forma
rigurosa una evaluación de los resultados de su trabajo clínico.
En consecuencia con lo anteriormente expuesto, la evaluación requiere un esfuerzo
de acercamiento y unión entre lo académico y profesional, entre lo teórico y lo aplicado. Es
difícil, en ocasiones, comprender el alcance aplicado de investigaciones muy puntuales,
aparentemente acontextuales y sin interés y utilidad social inmediata. El investigador debe
saber dónde se ubica su investigación, engrosando aquellos conocimientos teóricos que mayor
beneficio social reportarán en el futuro próximo y lejano, y debe partir de las necesidades
sociales inmediatas y próximas, para verificar sus teorías, ampliarlas y/o modificarlas,
partiendo de datos situacionales-contextuales. El evaluador no debe basarse únicamente en lo
“conocido” como medio de actuación, es conveniente que cuente con una formación
continuada que le provea de nuevos conocimientos, de nuevos instrumentos y técnicas de
evaluación. Habría que apuntar a un feed-back más fluido entre el ámbito académico y el
profesional.
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El reto del profesional evaluador. Divergencias teóricas y convergencias técnicas
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