Download adicciones emergentes

Document related concepts

Adicción wikipedia , lookup

Adicción a los videojuegos wikipedia , lookup

Ludopatía wikipedia , lookup

Abuso de sustancias wikipedia , lookup

Ciberadicción wikipedia , lookup

Transcript
FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE UNIVERSIDADES CATÓLICAS – FIUCCENTRO COORDINADOR DE LA INVESTIGACIÓN- FIUC-
FUNDACION UNIVERSITARIA LUIS AMIGÓ
CENTRO DE EXTENSIÓN Y SERVICIOS A LA COMUNIDAD
FACULTAD DE PSICOLOGÍA Y CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN VIRTUAL Y A DISTANCIA
XIII CONFERENCIA LATINOAMERICANA DE COMUNIDADES TERAPEUTICAS
Medellín, Octubre 20, 21, 22 – 2011
CONFERENCIA:
ADICCIONES EMERGENTES Y
PROPUESTAS DE ABORDAJE
POR: MG, MD. GUILLERMO A. CASTAÑO PEREZ
FUNDACION UNVERSITARIA LUIS AMIGO
CONGREGACION DE RELIGIOSOS TERCIARIOS CAPUCHINOS
e- mail: [email protected]
INTRODUCCION
Tradicionalmente las Comunidades terapéuticas se han encargado del tratamiento
de los problemas asociados al consumo de drogas, hasta ahora de sustancias
como el alcohol, la marihuana, la cocaína y su derivado la pasta básica de
cocaína (basuco), inhalantes como el sacol, tranquilizantes como las
benzodiacepinas (Rohypnol, Rivotril). Los retos en el presente siglo serán las
llamadas drogas emergentes y entre ellas la heroína que ya está en Colombia y
las denominadas drogas de síntesis (2CB, Ketamina, Extasis, GHB,
Metanfetamina, fenilciclidina y un largo etc). Un reto también lo constituyen las
adicciones sin drogas, también llamadas no químicas o adicciones psicológicas.
Los retos implican cambios en las dinámicas de los procesos, estructuras de las
organizaciones y las personas que la componen. Esto es algo que en la teoría se
propone, pero que en la práctica es a veces difícil.
Las comunidades terapéuticas tienen mucho que ofrecer dentro del panorama
actual en el tratamiento de las adicciones en general, pero para ello tendrá que
formar a sus equipos y apartarse un poco del paradigma tradicional que hasta a
hora las ha caracterizado. Aquello que fue útil y necesario hace 10 ó 20 años
empieza a deja de tener utilidad en la actualidad y necesita ser cambiado y
refrendado por los nuevos conocimientos adquiridos en el ámbito de salud mental
A las comunidades terapéuticas, empezaran a llegar usuarios con demandas
diferentes: consumidores de drogas que apenas se inician en el consumo,
usadores ocasionales o esporádicos, abusadores, dependientes todavía
funcionales y algunos muy cronificados y con importantes deterioros
biosicosociales y usuarios con adicciones no químicas. No todos encajan en el
modelo tradicional, pues el tratamiento no es, ni podrá ser, en principio el mismo
para todos.
Siguiendo y complementando a Roldan (2001), la pregunta es cómo atender y
combinar una serie de propuestas, que puedan incluir desde programas de corta
duración y ambulatorios para consumidores de drogas integrados socialmente
(jóvenes estudiantes consumidores de drogas de síntesis, alcohol y cocaína los
fines de semana); internamiento; personas con problemas de conducta y
heroinómanos; consumidores con gran deterioro personal; trastornos graves de
personalidad; programas especiales para usuarios con problemas psiquiátricos, y
ahora habría que agregar servicios para personas con dependencias no químicas.
Las comunidades terapéuticas tendrán, entonces que adecuarse a las nuevas
demandas de sus clientes y para ello deberán innovar, flexibilizar sus propuestas y
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
2
sobre todo formar a sus equipos humanos, para así poder atender las nuevas
necesidades de sus usuarios.
Históricamente, el fenómeno de las adicciones, su prevención e intervención ha
estado más relacionado con sustancias químicas tanto legales, como ilegales, en
lo que se ha denominado la farmacodependencia
En la postmodernidad, han surgido las llamadas dependencias psicológicas, no
químicas o sin sustancias, entre las que se destacan la ludopatía, la adicción a las
compras, al trabajo, al sexo, al ejercicio físico y a las tecnologías (video juegos,
internet, celulares), las cuales empiezan a ser preocupación para la salud pública,
por los problemas que ocasionan en la esfera psicosocial de los sujetos afectados
por este tipo de problemáticas.
El primer fenómeno, las drogodependencias, ha sido el más investigado y
divulgado. Sobre el segundo, las adicciones no químicas, la formación y la
investigación son incipientes y por tanto poco se sabe sobre cómo prevenirlas y
tratarlas, justificándose este tipo de encuentros académicos para visibilizar estas
problemáticas y formar al personal vinculado a la salud mental, sobre cómo
abordarlas para el mejoramiento de la calidad de vida de nuestra sociedad.
Las dependencias psicológicas
Además de las sustancias psicoactivas susceptibles de generar abuso o
dependencia y que generalmente llamamos "drogas", existen otras actividades
humanas que por su capacidad de sacamos de la realidad cotidiana,
proporcionando placer o bien evasión, pueden comportarse igual que estas y
causar adicción. Son las llamadas "adicciones no químicas".
Aunque el DSM IV - R, no reconoce este término pues se reserva para los
trastornos producidos por el consumo de sustancias psicoactivas y las adicciones
psicológicas, estarían incluidas en los trastornos del control de impulsos como un
tipo de comportamientos compulsivos, entre ellas la ludopatía, en el DSM V,
parece ser que esta problemática y otras dependencias no químicas van a ser
incluidas con una nosología propia.
Entre los componentes fundamentales que distinguen un trastornos adictivos esta
la pérdida de control y la dependencia: En las adicciones no químicas se hace un
uso desadaptativo y disfuncional de conductas cotidianas tales como trabajar,
comunicamos con otros, comer, jugar, comprar, amar. etc, siendo la intensidad la
frecuencia o el grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales,
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
3
laborales o la afectación de las finanzas, algunos indicadores básicos que podrían
transformar una conducta normal placentera en un comportamiento adictivo.
Entre las más conocidas en la actualidad se encuentra: el juego patológico, las
compras compulsivas, la dependencia al trabajo (ergomanía; Workaholism), el
sexo compulsivo, la vigorexia (culto al cuerpo), las sectas, las adicciones
tecnológicas y las dependencias sentimentales.
En nuestro medio es cada vez más frecuente que se estén presentando este tipo
de comportamientos disfuncionales, lo que hace necesario que sea abordado en la
formación de las personas que intervienen en este campo de las salud mental, no
solo para el planteamiento de programas de prevención, sino también de
tratamiento para aquellas personas que ya tienen el problema.
En relación con las adicciones en general Alonso-Fernández (1996) señala que los
problemas aparecen cuando "existe una absoluta necesidad de desarrollar esa
actividad y se experimenta ansiedad si no se lleva a cabo", situación ésta que
también ocurre en las dependencias psicológicas.
Para Echeburúa y Corral (1994) cualquier conducta normal placentera es
susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo y por tanto su
compulsividad, producir algún grado de interferencia en las relaciones familiares,
sociales y laborales de las personas implicadas. Según estos autores los
componentes fundamentales de los trastornos adictivos serían la pérdida de
control y la dependencia. Por lo tanto lo importante en la adicción no es la
actividad concreta que genera la dependencia, sino la relación que se establece
con ella y que no es capaz de controlar.
En esta misma línea Griffiths (1998), afirma que cualquier comportamiento que
cumpla estos seis criterios puede ser definido operacionalmente como adicción:
1. Saliencia: Una actividad particular se convierte en la más importante en la vida
del individuo y domina sus pensamientos, sentimientos y conducta.
2. Modificación del humor: Experiencias subjetivas que la gente experimenta como
consecuencia de implicarse en la actividad.
3. Tolerancia: Proceso por el cual se requiere incrementar la cantidad de una
actividad particular para lograr los mismos efectos.
4. Síndrome de abstinencia: Estados emocionales desagradables y/o efectos
físicos que ocurren cuando una actividad particular es interrumpida o
repentinamente reducida.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
4
5. Conflicto: Se refiere a los conflictos que se desarrollan entre el adicto y aquellos
que le rodean (conflicto interpersonal), conflictos con otras actividades (trabajo,
vida social, intereses, aficiones), o dentro de los propios individuos que están
involucrados con la actividad particular.
6. Recaída: Es la tendencia a volver a los mismos patrones iniciales de la
actividad en la forma más extrema de la adicción, tras muchos años de
abstinencia o control.
Otros autores que han definido características de conductas impulsivas son,
Goodman (2.000) y Sánchez Bello (1999) , quienes sugieren los siguientes
criterios:
Patrón de conducta maladaptativa que conduce a una incapacidad o disestress
clínicamente significativos, con aparición de 3 o más de los siguientes criterios
que ocurren en el mismo período de 12 meses:
1.
“Craving”: Excesiva preocupación y deseo intenso de satisfacer la
necesidad que se siente de llevar a cabo la conducta adictiva.
a.
Urgencia en comprometerse en una secuencia de conductas
contraproducentes
b.
Mantenimiento de la tensión hasta que la secuencia sea completada
c.
Completada la secuencia, la tensión se alivia temporalmente
d.
Persistente deseo o esfuerzo sin éxito, para reducir o controlar la
conducta
2.- “Pérdida de Control”: Dificultad para mantenerse abstinente o incapacidad
para detener una conducta una vez que ésta se ha iniciado.
3.- “Tolerancia”: Necesidad de aumentar (en frecuencia y cantidad) o intensificar
la implicación en la conducta adictiva para conseguir el efecto original producida
por la misma.
4.- “Abstinencia”: Cambios fisiológicos o psicológicos posterior a la
descontinuación de la conducta. La conducta está comprometida a aliviar o evitar
los síntomas de abstinencia.
5.- Escape: Adicción como una forma de escapar de los problemas o de aliviar las
emociones negativas (por ej.: sentimientos de incapacidad, culpa, ansiedad,
depresión)
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
5
6.- Consecuencias negativas:
a.
La conducta está comprometida en más tiempo, frecuencia, cantidad
e intensidad de lo que el paciente quisiera.
b.
Se invierte una gran cantidad de tiempo en actividades necesarias
para la preparación y participación en la conducta o para recuperarse de
sus efectos.
c.
Importantes actividades sociales, ocupacionales o recreacionales
han sido abandonadas o reducidas como consecuencia de la conducta.
7.- Negación de las consecuencias: La conducta continúa a pesar del
conocimiento de tener un problema físico o psicológico persistente y recurrente
que probablemente ha sido causado o exacerbado por la misma conducta.
CLASIFICACION DE LAS ADICCIONES PISCOLOGICAS:
ADICCIONES PSICOLOGICAS
Juego patológico
Adicción al sexo.
Adicción a las compras (oniomania)
Adicción a la comida (bulimia)
Adicción
al
trabajo
(ergomaniaWorkaholism)
Adicción al teléfono
Adicción a Internet.
Adicción al ejercicio físico
Adicción a la televisión.
Coleccionismo
Dependencias emocionales
Modificado de Echuburúa (1999) ¿,Adicciones... sin drogas?, p. 17
La ludopatía.
Fue la primera de las adicciones psicológicas reconocidas e incluida desde 1980
por la American Psychiatric Associatiol en el DSM-III (APA, 1980), quien lo definió
como un trastorno del control de los impulsos (mucho más frecuente en hombres
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
6
que en mujeres) incluido en la categoría residual reservada para los no
clasificados en otros apartados, junto a la cleptomanía, la piromanía y el trastorno
explosivo intermitente.
Según Ochoa y Labrador (1994) en esta conducta adictiva, se incluyen el jugador
social esto es, esporádico y que controla su conducta, el jugador profesional, que
tiene el juego como un oficio y no presenta características de dependencia, el
jugador problema, que ya empieza a cumplir criterios diagnósticos y el jugador
patológico, que cumple a pleno las condiciones de una dependencia.
El DSM-IV-TR califica, la ludopatía como un trastorno del control de los impulsos,
«un comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente», (APA,
2000) que cumple a decir de Arbinaga (2000), cinco de los siguientes criterios
diagnósticos:
1. Preocupación por el juego.
2. Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado
de excitación deseado.
3. Fracaso repetido en el esfuerzo de/para controlar, interrumpir o detener el
juego.
4. Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego
5. El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas.
6. Después de pérdidas se regresa para recuperar.
7. Se engaña a los miembros de la familia y otros para ocultar el grado de
implicación con el juego.
8. Se cometen actos ilegales para financiar el juego.
9. Se han arriesgado o perdido relaciones interpersonales, trabajos, etc.
10. Se confía en que alguien o el mismo juego, les dará dinero para aliviar la
desesperada situación financiera.
La Adicción al Sexo.
El adicto al sexo no es aquel cuya motivación sexual es muy alta y,
consiguientemente, su actividad sexual excede de los parámetros que podríamos
considerar «normales», bien por la abundancia de conductas o por su carácter
promiscuo. Según Echuburúa (1999), se considera adicción al sexo cuando éste
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
7
se convierte en una obsesión para la persona de la que le resulta difícil
desprenderse y que compromete seriamente su funcionamiento cotidiano.
La diferencia entre una «sexualidad alta, pero normal» y una «sexualidad adictiva»
puede cifrarse, por tanto, en la concurrencia de dos variables: a) interferencia
grave en la vida cotidiana (sufrimiento y autodestrucción, soledad, pérdida de la
familia, incapacidad de mantener una relación afectiva duradera, etc.); y b)
aparición del síndrome de abstinencia cuando no se puede llevar a cabo la
conducta sexual (nerviosismo, irritabilidad, dolores de cabeza, temblores,
insomnio, etc.) (Echuburúa, 1999).
La adicción sexual se presenta así como un fenómeno característico, más
masculino que femenino, en el que destaca la presencia de un «impulso
incontrolado -que se vive de forma egodistónica- a implicarse en conductas
sexuales. (GuerricaEchevarríea ,echeburúa, 1997)
Adicción a las compras
Es una de las patologías de la sociedad de consumo. Luna & Quintanilla,
(1996,2000) distinguen cinco principales diferencias entre la compra por impulso y
la que no se hace por impulso: 1) el consumidor tiene un deseo espontáneo y
repentino de actuar, lo que conlleva una diferencia importante con la conducta
previa; 2) el deseo a comprar pone al consumidor en un estado de desequilibrio
psicológico en el que sus sentimientos están temporalmente fuera de control; 3) el
consumidor puede experimentar un conflicto psicológico y una lucha al ponderar la
satisfacción inmediata contra las consecuencias a largo plazo de la compra; 4) el
consumidor reduce su evaluación cognitiva de las características del producto; 5)
el consumidor a menudo compra impulsivamente sin ninguna consideración de las
consecuencias futuras.
El impulso por las compras lleva a la persona a tener problemas económicos
importantes y a mentir y alterar las relaciones familiares de manera importante.
Dependencias tecnológicas.
Entre ellas si incluyen las dependencias a las aplicaciones de internet (juegos en
línea, grupos de socialización, pornografía), los videojuegos y la telefonía celular –
teléfonos móviles- Blac Berry-. La más estudiada ha sido la dependencia a
internet.
El trastorno de dependencia de la red se ha conocido con muchos nombres:
desorden de adicción a Internet –Internet Addiction Disorder (IAD)- (Goldberg,
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
8
1995), uso compulsivo de Internet (Morahan-Martin y Schumacker, 2000), o uso
patológico de Internet– Pathological Internet Use (PIU)- (Young, 1.999).
Éste puede definirse como el uso de Internet practicado en frecuencia y duración
tales que origina dificultades psicológicas, familiares, académicas o laborales en la
vida de una persona (Beard, Wolf (2001)
Goldberg (1995) establece los
dependencia a internet:
siguientes criterios de diagnóstico para la
• Cambios drásticos en los hábitos de vida a fin de tener más tiempo para
conectarse.
• Disminución generalizada de la actividad física.
• Descuido de la salud propia a consecuencia de la actividad en Internet.
• Evitación de actividades importantes a fin de disponer de mayor cantidad
de tiempo para permanecer conectado.
• Deprivación o cambio en los patrones de sueño a fin de disponer de más
tiempo en la Red.
• Disminución de la sociabilidad que tiene como consecuencia la pérdida de
amistades.
• Negligencia respecto a la familia y amigos.
• Rechazo a dedicar tiempo extra en actividades fuera de la Red.
• Deseo de más tiempo para estar frente al computador
• Negligencia respecto al trabajo y las obligaciones personales
Echeburúa (1999) da cuenta de los cambios psicológicos negativos que la
adicción internet acarrea, entre los que se encuentran: alteraciones del humor,
ansiedad o impaciencia por la lentitud de las conexiones o por no encontrar lo que
se busca o a quien se busca, estado de conciencia alterado (total focalización de
la atención), irritabilidad en caso de interrupción, incapacidad para salirse de la
pantalla, etc., además de aislamiento del entorno y desatención a otros aspectos
de sus obligaciones sociales
De otro lado, entre los autores que han trabajado la adicción a los video juegos,
cuyos criterios diagnósticos son muy similares a los de la dependencia a internet,
figuran: Griffiths y Hunt, (1998); Soper y Miller, (1983)
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
9
Con respecto a la dependencia a los teléfonos celulares y el Black Berry, es
importante anotar que su uso compulsivo lleva a generar modificaciones del
estado de ánimo, ansiedad, sentimiento de inseguridad invalidante, miedo a salir
sin él, tener que volver a por él si se olvida y/o no ser capaz de hacer nada sin el
móvil (Criado, 2005; Kamibeppu y Sugiura, 2005; Srivastava, 2005). Asimismo se
produce una cierta dependencia psicológica, reflejada en la incapacidad para
controlar o interrumpir su uso (Muñoz-Rivas y Agustín, 2005).
En la dependencia se mantiene la conducta aun a sabiendas de los efectos
negativos que conlleva. Los más comunes son: a) Gastar más de lo que se
pretendía ocasionando, muchas veces, deudas con las empresas operadoras. El
signo más evidente y que produce una alerta más intensa en los padres es que
adolescentes y niños pueden llegar a engañar, mentir o robar a los padres para
recargar el saldo (Criado, 2005; Protégeles, 2005); b) Incurrir en infracciones al
emplear el móvil en circunstancias indebidas o en los lugares donde está
prohibido creando, principalmente, riesgos en la conducción (Adès y Lejoyeux,
2003; MuñozRivas y Agustín, 2005); c) Efectos secundarios en la salud,
sobretodo efectos en el sueño debidos a las redes nocturnas (Muñoz-Rivas y
Agustín, 2005); y d) Problemas en el ámbito laboral, social, familiar y escolar
como llegar tarde, abandonar una reunión de trabajo por una llamada o contestar
un mensaje de texto (sms) en medio de una clase (Muñoz-Rivas y Agustín,
2005).
Vigorexia.
La dependencia del ejercicio físico o vigorexia, refleja un impulso irreprimible de
hacer actividades físicas, con base al deseo de controlar la línea y el peso, la
necesidad de contacto social y la búsqueda de la salud. Autores como Davis y
Fox (1993), Cockerill, Riddington (1993), Adams y Kirkby (1998), Davis et al.
(1999), han realizado investigaciones sobre este problema en países como
Canadá, Inglaterra y EE..UU, tratando de definir sus características. Sin embargo
estos intentos por tratar de describir la dependencia al ejercicio se ha quedado sin
resolver (Davis, 2000)
Entre las características de las personas con vigorexia se destacan.
1. Son personas que hacen mucho ejercicio físico, con el objetivo declarado de
alcanzar una determinada masa muscular mayor que la que poseen.
2. La cantidad de tiempo que dedican al ejercicio (hacerlo o pensar en hacerlo)
entorpece su adaptación social, laboral, académica e incluso familiar y de pareja.
(De la Serna, 2004).
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
10
3. Los afectados presentan una alteración de la imagen corporal, por lo que se
creen más débiles y delgados de lo que son (Baile, 2005, Pope et al, 1993).
4. La mayoría son hombres de edades entre los 18 y los 25 años.
5. Con una frecuencia mayor que en la población general, aparecen otras
conductas desadaptativas, como una alimentación inadecuada o consumo de
fármacos peligrosos para la salud (esteroides anabolizantes)
Según Rojas (2005), los siguientes son los parámetros a tener en cuenta para el
diagnóstico de la Vigorexia y Dismorfia Muscular:
A) Preocupación excesiva y falta de músculo del propio cuerpo: el sujeto se dedica
a pensar en ello más de una hora diaria.
B) Dependencia del ejercicio físico:
• Insistencia de practicar deporte diariamente entre tres y cuatro horas y
media
• Síndrome de abstinencia con cuadro de irritabilidad, ansiedad y depresión
si se imposibilita el ejercicio.
• Se mantiene el ejercicio físico a pesar de estar contraindicado por motivos
sociales o médicos
C) Excesiva atención a la dieta, dirigida al desarrollo muscular:
• Reducir al mínimo el consumo de grasas
• Incrementar la cantidad de glúcidos para que sirvan como fuente de
energía, así como proteína para ganar músculos
• Suplementos proteícos compuestos fundamentalmente por proteínas
extraídas del suero de la leche o del huevo en forma de polvo, barritas o
batidos
• Uso de complejos vitamínicos a veces acompañados con minerales y
electrolitos para minimizar su déficit por una dieta inadecuada.
• Consumo de gran cantidad de agua, diuréticos y cafeína
C) Aceptación del sufrimiento y del daño físico como camino para conseguir el
desarrollo muscular.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
11
D) Baja autoestima. La enfermedad deriva en un cuadro obsesivo compulsivo que
hace que el vigoréxico se sienta un fracasado.
E) Control continúo del peso, incluso varias veces al día.
F) Medición del grosor de los músculos, en ocasiones todas las mañanas, para
determinar si se ha perdido masa muscular por la noche.
G) Personalidad introvertida e inmadura.
H) Consumo de otras sustancias para acelerar el proceso.
• Sustancias existentes en el propio organismo, como la creatina o la
carnitina, que favorecen el aumento del volumen mus muscular y/o el
aprovechamiento energético.
• Esteroides anabolizantes. Utilizados para aumentar la masa muscular y
perder grasa. .
Dependencia al trabajo
Oates (1971), define la adicción al trabajo “Workaholism” como una necesidad
excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente que afecta a la salud física,
psíquica y a las relaciones personales de la persona.
Machlowitz (1980) precisa a este tipo de adicto como un individuo que siempre se
dedica a su trabajo más tiempo de lo que le exige el mismo. Deutsch (1979)
señala que el adicto al trabajo es el que hace de éste el punto central de su vida,
hasta el extremo de no poner atención alguna a otras actividades.
Entre las características de la adicción al trabajo están: tener una actitud laboral
especial, dedicar tiempo y esfuerzo excesivos al trabajo, sufrir un trastorno
compulsivo e involuntario por continuar trabajando (criterios inclusivos) y mostrar
desinterés general por cualquier otra actividad (ocio, deportes, familia, amistades,
etc.) que no sea la estrictamente laboral (criterio exclusivo).
Entre los instrumentos diagnósticos para identificar este tipo de dependencia se
encuentran:
• Work Addiction Risk Test (WART), creado por Bryan Robinson en 1999. Es un
cuestionario de autoinforme compuesto por 25 ítems puntuables en una escala
Likert que oscila entre 1 y 5 puntos. Intenta diferenciar a los trabajadores en
grupos de: (1) no adictos (aquellos que obtengan una puntuación entre 25-56), (2)
pseudo-adictos (entre 57-66) y (3) adictos (entre 67-125). El cuestionario está
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
12
compuesto por 5 subescalas o dimensiones: (1) Tendencias Compulsivas, (2)
Control, (3) Autoabsorción, (4) Incapacidad para delegar y (5) Autovaloración.
• Workaholism Battery (WORKBAT), fue creado por Spence y Robbins en 1992.
Es un cuestionario compuesto por 25 items puntuables en una escala Likert con 5
puntos de anclaje. Comprende tres subescalas:(1) Impulsividad (D), (2)
Satisfacción en el trabajo (E) y (3) Implicación en el trabajo (WI). El cuestionario
permite distinguir entre el adicto al trabajo, el trabajador entusiasta u otros tipos de
perfiles relacionados con el trabajo. Es un cuestionario muy utilizado y validado en
diferentes países (excepto en Japón, en donde los resultados son totalmente
diferentes).
• Schedule for Nonadaptative and Adaptative Personality Workaholism Scale
(SNAP-Work), desarrollado por Clark en 1993. Es un instrumento de medida
compuesto por 18 ítems de verdadero o falso, y asume un grado de solapamiento
con el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo. No se utiliza mucho y
existen pocos estudios de validación.
• The Dutch Work Addiction Scale (DUWAS) elaborado por Schaufeli y
colaboradores (Taris et al., 2005). Consta de 20 ítems que representan dos
dimensiones de la adicción al trabajo: (1) trabajo excesivo (9 ítems) y (2)
compulsión por trabajar (7 ítems). Está basada en dos escalas: el WART de
Robinson (1999) y el WORKBAT de Spence y Robbins (1992). Se puede hallar
más información en www.schaufeli.com. Tiene propiedades psicométricas
prometedoras y está basado en una definición clara de adicción al trabajo, aunque
es necesaria una mayor investigación sobre su validación.
• Workaholism 5 (WO-5), creada por el equipo de investigación WONT Prevención
Psicosocial en 2004. Es una escala que se encuentra dentro de una batería de
cuestionarios denominada herramienta REDES que permite la evaluación de
riesgos psicosociales. Está compuesta por 5 ítems puntuables en una escala
Likert de 7 puntos. Permite distinguir entre adictos al trabajo y no adictos, y
conocer cuáles son los antecedentes laborales (demandas y recursos) y
personales (recursos personales), así como las consecuencias de tal adicción. Es
una escala corta, fiable y válida (validación española de la escala) para una
detección primera de adicción al trabajo en una empresa. Resultaría necesaria
una mayor validación transcultural.
Los problemas ocasionados por la adicción al trabajo se pueden dar en todos los
niveles. En el fisiológico, hay estrés y cansancio crónico, trastornos sexuales,
insomnio y trastornos psicosomáticos, como las molestias gastrointestinales o la
hipertensión arterial (Scott, Moore y Micelli, 1997). En el nivel cognitivoDIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
13
emocional, puede manifestarse con ansiedad, depresión, problemas y necesidad
de control, carencia o pérdida del sentido del humor, rigidez de pensamiento,
miedo al fracaso, perfeccionismo, intolerancia, impaciencia e irritabilidad, pérdidas
parciales de memoria, baja autoestima, necesidad de logro. A nivel
comportamental, la adicción al trabajo se refleja principalmente en disminución del
rendimiento laboral, debido al cansancio tanto físico como emocional, desarrollo
de otras conductas adictivas, ya sea al alcohol, el sexo, el consumo de fármacos y
otras drogas. Se puede manifestar también con conductas como prisa constante y
obsesión por hacer, urgencia de tiempo, necesidad de hacer varias tareas
simultáneamente, dificultad para delegar tareas, dificultad para relajarse, mayor
incapacidad para solucionar problemas de forma efectiva, desinterés por las
relaciones interpersonales consideradas por el sujeto como “no productivas”,
aislamiento social y deterioro del núcleo familiar (Del Líbano, y col., 2006)
Dependencias emocionales
Para Castello (2000), la dependencia emocional se define como un patrón
persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir de
manera desadaptativa con otras personas.
Existen dos tipos de dependencia, la instrumental y la emocional. La primera se
caracteriza por falta de autonomía en la vida cotidiana, inseguridad, carencia de
iniciativa, búsqueda de apoyo social, indefensión, dificultad para tomar decisiones
y para asumir responsabilidades y desenvolverse con eficacia. La emocional, se
caracteriza por excesivas demandas afectivas, relaciones interpersonales
estrechas y relaciones de pareja desequilibradas, donde prevalece la sumisión y la
idealización de la pareja con baja autoestima e imperiosa necesidad del otro, que
lleva a comportamientos excesivos de aferramiento y mucho temor a la soledad
(Castelló, 2000, 2002, 2005).
Existen varios instrumentos diagnósticos, entre ellos el construido por Lemos,
Londoño (2006) de la Universidad San Buenaventura de Medellin en Colombia,
conformado por 23 ítems y 06 factores: Factor 1, ansiedad de separación (07
ítems);
Factor 2, expresión afectiva de la pareja (04 ítems); Factor 3,
modificación de planes (04 ítems); Factor 4, miedo a la soledad (03 ítems); Factor
5, expresión limite (03 ítems); Factor 6, búsqueda de atención (02 ítems).
TRATAMIENTO DE LAS DEPENDENCIAS NO QUIMICAS.
Ni todas las dependencias psicológicas son similares ni tampoco lo son las
personas que la padecen. Existen sin embargo, ciertos aspectos comunes en su
tratamiento. Una característica presente en los trastornos adictivos es la negación
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
14
de la dependencia. La conducta adictiva se mantiene por el refuerzo que produce
la conducta, el cual en un inicio es mayor que los problemas que esta ocasiona.
Siguiendo a Prochaska y Diclemente (1992), el sujeto con problemas de
adicciones solo buscara tratamiento cuando se percata, en primer lugar, de que
tiene un problema real; en segundo lugar, de que los inconvenientes de seguir con
la conducta son mayores que las ventajas de dar un cambio a su vida; y, en tercer
lugar, de que por sí solo no puede lograr ese cambio. El terapeuta debe, entonces,
ayudar al sujeto a identificar sus estadios de cambio, a que pase del estado de
contemplación al acto y a descubrirle las soluciones a su alcance (Echeburúa,
2001; Miller y Rollnick, 1999)
Logrado este primer objetivo, en algunas de las dependencias no químicas la
propuesta es la abstinencia total, como es el caso de la ludopatía, cuya viabilidad
de esta propuesta ya ha sido probada (Echeburúa, 2001). Igual puede pasar con
la adicción a los videojuegos, a la pornografia y a las compras. Sin embargo, en la
adicción a Internet o las redes sociales, al trabajo (Workolism), al ejercicio físico
en gimnasios, al sexo, la meta de la abstinencia resulta implanteable. Se trata de
conductas descontroladas, pero que resultan necesarias en la vida cotidiana. El
objetivo terapéutico debe centrarse, por tanto, en el reaprendizaje del control de la
conducta. (Echuburrúa, De Corral, 2010).
Para el caso de la ludopatía, los videojuegos y la pornografía, la propuesta
terapéutica que se persigue la abstinencia total y las terapias a aplicar, aunque
guardando las características particulares de estas adicciones, son muy similares
a las terapias cognitivas- conductuales utilizadas en el tratamiento de las
drogodependencias.
En el caso de las demás, en una primera fase se busca que la persona aprenda
respuestas de afrontamiento adecuadas ante las situaciones de riesgo (control de
estímulos) y permanezca en abstinencia durante por lo menos uno o dos meses; y
en una segunda fase, se hace exposición programada a las situaciones de riesgo
(exposición a los estímulos y situaciones relacionados con la conducta adictiva).
Un ejemplo de esta propuesta es presentada por Echuburrúa, De Corral, (2010) ,
para el tratamiento de adictos a internet, quien sugiere para la segunda etapa que
el adicto, “ inicialmente bajo el control de otra persona y después a solas,
conectarse a la red, estar un tiempo limitado (1 hora, por ejemplo) y llevar a cabo
actividades predeterminadas (atender el correo sólo una vez al día a una hora
concreta, navegar por unas páginas fijadas de antemano o entrar en una red
social), sin quitar horas al sueño y eliminando los pensamientos referidos a la red
cuando no se está conectado a ella”.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
15
Sugieren también estos autores que,” una vez reasumido el control de la conducta,
se trabaje sobre prevención de recaídas, lo que implica identificar las situaciones
de riesgo, aprender respuestas adecuadas para su afrontamiento y modificar las
distorsiones cognitivas sobre la capacidad de control del sujeto” Recomiendan
también actuar sobre los problemas específicos de la persona, planificar el tiempo
libre e introducir cambios en el estilo de vida.
Finalmente es necesario afirmar que con excepción de la ludopatía, sobre la cual
ya se han logrado desarrollos académicos importantes y ya existe evidencia
científica que respalda los programas de prevención y tratamiento, los problemas
respecto a las demás adicciones psicológicas distan de estar resueltos en la
actualidad, siendo necesaria una mayor investigación.
RECOMENDACIONES FINALES EN EL ABORDAJE DE LAS DEPENDENCIAS
NO QUIMICAS.
1. No mezclar pacientes con problemas por drogas con los que padecen
dependencias psicológicas.
2. Reunir los usuarios afectados por distintas dependencias no químicas y realizar
grupos terapéuticos suele ser útil.
3. Son muy importantes las terapias individuales donde se aborde directamente el
problema particular de cada usuario
4. Se hace necesario realizar protocolos de intervención para cada una de las
patologías, pues aunque tienen una base común – problemas en el control de
impulsos-, tienen características diferentes
5. Es válido aprovechar y adecuar las experiencias que se tienen en el manejo de
drogodependientes, en la intervención de las personas con adicciones no
químicas.
6. Se deben privilegiar los tratamientos ambulatorios, y solo en casos extremos
acudir al internamiento
7. Muy importante Involucrar las redes sociales de apoyo y sobre todo la familia.
8. Las terapias de exposición en vivo con prevención de respuesta y las de
contingencia pueden ser útiles en el tratamiento de las dependencias no quimicas
((Echeburúa, Báez y Fernández-Montalvo, 1994 , Petry, 2000 , Secades, García,
Higgins, Fernández y Carballo, 2008 )
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
16
9. Los fármacos útiles en el control de los impulsos suelen ser beneficiosos en las
primeras fases del tratamiento. Los más útiles son los ISRSS y entre ellos la
luvoxamina (Grant y Kim, 2003 )
10. No olvidar que las dependencias psicológicas pueden ser una manifestación
secundaria a otros problemas psicopatológicos, como la depresión, la fobia social
u otros problemas de tipo impulsivo-compulsivo como el TOC. (Echeburúa, Bravo
de Medina y Aizpiri, 2005 , 2007 ) y por tanto el descartar patología dual con la
evaluación psiquiátrica es fundamental.
11. Puede ser frecuentes la coexistencia de varias dependencias, drogas, alcohol,
ludopatía, sexo. Se hace necesario valorarlas individualmente, atenderlas todas e
iniciar por aquella más problemática o que constituye riesgo para desencadenar la
otra.
A manera de conclusión.
Las dependencias psicológicas se están convirtiendo en un problema de Salud
Pública, en la medida que estos comportamientos han aumentado. El avance de
la tecnología, el consumismo,
la presencia y el crecimiento casinos y
disponibilidad de
tiempo para el ocio han facilitado este crecimiento. Los
desarrollos en el campo de las adicciones químicas y los avances en el
conocimiento del trastorno específico de adicciones conductuales, ha permitido
desarrollar técnicas más apropiadas a su tratamiento, sin embargo este problema
requiere investigación e innovación y avanzar en su prevención.
Los cambios para atender estos nuevos retos, serán fundamentales en las
Comunidades Terapéuticas, con el fin de cambiar la imagen “peyorativa “que
algunos tienes de ellas y que las ven como como elefantes paquidérmicos,
lugares cerrados, rígidos y poco adecuados a las necesidades actuales, siendo
por tanto fundamental modificar estos imaginarios y lograr que se considere a
éstas instituciones como un servicio calificado, eficaz en el tratamiento de las
adicciones en general, e integrado a la red asistencial sanitaria del país.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
17
BIBLIOGRAFIA
Adams, J. y Kirkby, R. (2003). El exceso de ejercicio como adicción. Una revisión,
RET. 34, 10-22.
Addiction Support Group (IASG). Accesado en Julio 12 de 2007. Disponible en:
http://www.iucf.indiana.edu/˜brown/hyplan/addict.html
Adès, J. y Lejoyeux, M. (2001). Encore plus! Jeu, sexe, travail, argent. Paris: Odile
Alonso-Fernández, F. (1996). Las otras drogas. Madrid: Temas de hoy.
APA. (1980). American Psychiatric Association, Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders, 3.3 ed., Washington DC.
APA (2000). American Psychiatric Association, Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders, 4a ed. rev., Washington DC. .
ARBINAGA, F (2000). Estudio descriptivo sobre el juego patológico en estudiantes
(8-17 años): características sociodemográficas, consumo de drogas y depresión»,
Adicciones, vol. 12, 4, , p. 495
Baile, J. I. (2005). Vigorexia: Cómo reconocerla y evitarla. Síntesis. Madrid.
Beard KW, Wolf EM. (2001). Modification in the proposed d i a g n o s t i c c r i t e
r i a f o r i n t e r n e t a d d i c t i o n . Cyberpsychol Behav; 4: 377-383.
COCKERILL, I.M., RIDDINGTON, M.E. (1993). Theory and practice: Exercise
dependence and associated disorders: A review. Counsel, Psychol, Quart, 9, 119129.
Castelló, J (2000). Análisis del concepto: “Dependencia emocional”. I Congreso
virtual de psiquiatría. Accesado en enero 24 de 2011. Disponible en :
http://www.psquiatria.com/congreso/mesas/mesa6/conferencias/6_ ci_a.htm.
Castelló, J (2002). Tratamiento de la dependencia emocional en la mujer . II
Symposium nacional de adicción en la mujer. Acesado en abril 25 de 2005,
Disponible
en:
http://www.instituospiral.com/cursos%20y%/seminarios/resúmenes/Jorge20%Cast
ello.htm .
Castelló, J(2005). Dependencia emocional. Características y Tratamiento. Madrid:
Alianza Editorial.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
18
Criado, M. A. (2005). Enfermos del móvil. Recuperado el 6 de mayo de 2007.
Disponible en: http://www.el-mundo.es/ariadna/2005/218/1106327395.html
DAVIS, C., FOX, J. Excessive exercise and weight preoccupation in women.
Addict Behav, 18, 201-211, 1993.
DAVIS, C., KATZRNAN, D.K., KIRSH, C. Compulsive physical activity in
adolescents with anorexia nervosa: A psychobehavioral spiral of pathology. J Nerv
Ment Dis, 187, 336-342, 1999.
DAVIS, C. (200). Exercise Abuse. Int J Sport Psychol, 31, 278-289.
De la Serna, I. (2004). Alteraciones de laimagen corporal: Anorexia, Vigorexia,
Bulimia, Dismorfofobia y cuadros relacionados. Monografías de Psiquiatría,2 (16),
32-40.
Del Líbano, M., García, M., Llorens, S. y Salanova, M. (2004). ¿Existen relaciones
significativas entre adicción altrabajo y satisfacción?. FòrumdeRecerca.
http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi9/psi/12.pdf
Servei de Publicacions.
Universitat Jaume
Deutsch, C. (1979). The workaholic spouse. The Parent’s Magazine, 54, 36.
Echuburúa, E. (1999): ¿Adicciones sin drogas? Las nuevas adicciones: juego,
sexo, comida, compras, trabajo, Internet. Bilbao, Desclée de Brouwer, Bilbao
Echeburúa, E. (2001). Abuso de alcohol. Madrid: Síntesis.
Echeburúa, E. y Corral, P. (1994). Adicciones psicológicas: más allá de la
metáfora. Clínica y Salud, 5, 251- 258.
Echuburrúa, E y De Corral, P. ( 2010). Adicción a las nuevas tecnologías y a las
redes sociales en jóvenes: Un nuevo reto. ADICCIONES, 2010 • VOL. 22 NÚM. 2 •
PÁGS. 91-96
Echeburúa, E., Báez, C. y Fernández-Montalvo, J. (1994). Efectividad diferencial
de diversas modalidades terapéuticas en el tratamiento psicológico del juego
patológico. Análisis y Modificación de Conducta, 20, 617-643.
Goodman, A. (1993), Diagnosis and treatment of sexual addiction. Journal of Sex
and Marital Therapy, 19, 225-251.
Goldberg, I. (1995) Internet Addiction disorder. Diadnostic criteria. Accesado en
marzo
4
de
2010.
Disponible
en:
http://www.iucf.indiana.edu/brown/hyplan/addict.html.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
19
Grant, J.E., Kim, S.W. y Potenza, M.N. (2003). Advances in the pharmacological
treatment of pathological gambling. Journal of Gambling Studies, 19, 85-109.
Griffiths, M.D. (1998): Internet addiction:does it really exist?. En Gackenbach, J.
(Ed).Psychology and the internet: Intrapersonal, interpersonal and transpersonal
implications. New York: Academic Press.
Griffiths, M.D. y Hunt, N. (1998). Dependence on Computer Games by
Adolescents. Psychological Reports, 82, 475-480
GuerricaEchevarriea; C; ,Echuburúa, E. ( 1997). Tratamiento psicológico de la
adicción al teléfono (líneas partyline y eróticas): un caso clínico», Análisis y
Modificación de Conducta, vol. 23, N. 91, p. 699
Jacob (traducción castellana: Las nuevas adicciones: Internet, sexo, deporte,
compras, trabajo, dinero, Barcelona: Kairós, 2003).
Kamibeppu, K. y Sugiura, H. (2005). Impact of the mobile phone on junior highschool students’ friends hips in the Tokyo metropolitan area. Cyberpsychology &
Behavior, 8, 121-130.
Lemos Hoyos, M; Londño Arredondo, MH. (2006). Construcción y validación del
cuestionario de Dependencia emocional en población colombiana. Rev, Acta
colombiana de psicologia, Vol 9, No. 002, pp.127-140.
Luna, R. & Quintanilla, I. (1996). Modelo de compra S-C, análisis de la influencia
de compra impulsiva en la satisfacción del consumidor. Documento interno. No
publicado. Universidad de Valencia España
Luna, R.; Quintanilla, I. (2000). Modelo de compra ACB, una nueva
conceptualización de la compra por impulso, Esic, Market, N° 10
MORAHAN-MARTIN, J. y SCHUMACHER, P. (2000): “Incidence and correlates of
pathological Internet use among college students”, Computers in Human
Behavior, 16; 13-29.
Muñoz-Rivas, M. J. y Agustín, S. (2005). La adicción al teléfono móvil. Psicología
Conductual, 13, 481-493
Machlowitz, M. (1980). Workaholics: Living with them. Working with them. New
York: Addison-Wesley Publishing Co.
Ochoa, E, Labrador, F.J. (1994). El juego patológico. Plaza y Janes, Madrid,
1994, pp. 49 Y ss
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
20
OATES, W. E. (1971).Confessions of a Workaholic: The facts about work
addiction. New York: World.
Miller, W.R. y Rollnick, S. (1999). La entrevista motivacional: preparar para el
cambio de conductas adictivas. Barcelona: Paidós.
Petry, N. M. (2000). A comprehensive guide to the application of contingency
management procedures in clinical settings. Drug and Alcohol Dependence, 58, 925.
Pope H.G., Katz D. L. y Hudson, J. L .(1993).Anorexia nervosa and "reverse anorexia" among 108 male bodybuilders, Compr. Psychiatry, 34 (6); 406Prochaska, J., DiClemente C. y C. Norcross J. (1992). In search of how people
change: Applications to addictive behaviors. American Psychologist; 47:11021114.
Protegeles (2005). Seguridad infantil y costumbres de los menores en el empleo
de la telefonía móvil. Protegeles y Defensor del Menor. Recuperado el 6 de mayo
de
2007
de:
http://www.protegeles.com/telefonia.dochttp://www.protegeles.com/telefonia.doc
Robinson, B. E. (1999). 77Je Work Addiction Risk Test: Development of a tentative
measure of workaholism. Perceptual and Motor Ski lis, 88,199-210.
Rojas Bonet, N. (2005). Vigorexia, el síndrome del culturista. Revista
Protomedico.com. Año 1, no. 1. Accesado en septiembre 20 de 2011. Disponible
en : http://www.protomedicos.com/revista/2005/01/Protomedicos.com_a1_n1.pdf
Roldán, G. (2001), “Treatment of drug addicts by a profesional staff team using a
Therapeutic Community and group psychoterapy”, en THERAPEUTIC
COMMUNITIES. THE INTERNATIONAL JOURNAL FOR THERAPEUTIC AND
SUPPORTIVE ORGANIZATIONS, Volume 22, Nº 1.
Sánchez Bello, C. (1999). “Juego Patológico: ¿Una conducta Adictiva? Trabajo
presentado en las I Jornadas de Actualización en Adicciones. Caracas, Venezuela.
Secades, R., García, O., Higgins, S. T., Fernández, J. R. y Carballo, J. L. (2008).
Community Reinforcement Approach plus Vouchers for Cocaine Dependence in a
Community Setting in Spain: Six-Month Outcomes. Journal of Substance Abuse
Treatment, 34, 202-207.
Soper, W.B. y Miller, M.J. (1983). An emerging addiction among students. School
Counselor, 31 (1), 40-43.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
21
Scott, K. S., Moore, K. S. y Miceli, M. P. (1997). An Exploration of the Meaning and
Consequences of Workaholism. Human Relations, 50, 287-314.
SPENCE, J.T. Y ROBBINS, A.S. (1992). Workaholism: Definition, measurement,
and preliminary results.Journal of Personality Assessment, 58(1), 160-178.
Srivastava, L. (2005). Mobile phones and the evolution of social behaviour.
Behaviour & Information Technology, 24, 111-129
TARIS, T.W., SCHAUFELI, W.B. Y VERHOEVEN, L.C. (2005). Workaholism in
the Netherlands: Measurement and Implications for Job Strain and Work-Nonwork
Conflict. Applied Psychology: an International Review, 54(1), 37–60.
Wont (2004). - Work and Organizational Network. Accesado en Septiembre 25 de
2011. Disponible en http://www.wont.uji.es/
Young, K. (1999). Internet addiction: symptoms, evaluation and treatment”, en L.
VandeCreek & T. Jackson (Eds.), Innovations in Clinical Practice: A source book.
Sarasota, FL, Professional Resource Press.
DIPLOMATURA
Prevención de problemáticas psicosociales en el ámbito universitario con énfasis en adicciones
22