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Infección VIH/SIDA
VIH/SIDA Y AUTOINMUNIDAD
Autoras: Cortiñas, Teresa
Dávila, Silvia
Nievas, Susana
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Infección VIH/SIDA
ÍNDICE GENERAL
1. Introducción...........................................................................................................
Pág. 3
2. Enfermedades autoinmunes en la infección por VIH.........................................
Pág. 4
2.1. Lupus eritematoso sistémico..................................................................................
Pág. 4
2.2. Síndrome anti-fosfolípido, anticuerpos anti-cardioliopina, anticuerpos anti-β2
GPI................................................................................................................................
Pág. 4
2.3. Trombocitopenia autoinmune.................................................................................
Pág. 4
2.4. Vasculitis.................................................................................................................
Pág. 4
2.5. Polimiositis y dermatomiositis................................................................................
Pág. 5
2.6. Enfermedades tiroideas, enfermedad de Graves, anticuerpos anti- TG y antiTPO...............................................................................................................................
Pág. 5
2.7. Cirrosis biliar primaria............................................................................................
Pág. 5
3. Autoanticuerpos en infección por VIH...................................................................
Pág. 6
3.1. Autoinmunidad cardíaca y anticuerpos anti-miosina..............................................
Pág. 6
3.2. Anticuerpos anti-eritropoyetina y anemia – Anemia hemolítica autoinmune..........
Pág. 7
3.3. Demencia asociada al VIH (HAD)...........................................................................
Pág. 7
4. Mecanismos...............................................................................................................
Pág. 7
5. Conclusiones..............................................................................................................
Pág. 8
6.Índice bibliográfico....................................................................................................
Pág. 9
2
Infección VIH/SIDA
1. Introducción
La autoinmunidad ocurre cuando el sistema inmune ataca a los componentes propios del
organismo. La asociación de disfunción inmune entre pacientes con infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) con el
desarrollo de enfermedades autoinmunes, plantea muchos interrogantes (Zandman-Goddard y
col., 2002). En estos pacientes se encuentra incrementado un amplio espectro de fenómenos
autoinmunes, entre los que se incluyen: lupus eritematoso sistémico, síndrome antifosfolípido,
vasculitis,
cirrosis
biliar
primaria,
polimiositis,
enfermedad
de
Graves
y
púrpura
trombocitopénica idiopática. También se han informado: artritis reactiva, artritis psoriásica,
artritis no-específica aguda, síndrome de Sjögren y miositis inflamatoria.
Las manifestaciones autoinmunes no son específicas del VIH, ya que están comúnmente
asociadas con otros retrovirus humanos, tal como el virus linfotrópico de células T humano
(VLTH-1) y son también frecuentemente halladas en primates infectados con lentivirus
(Bourinbaiar y col., 2005). Se han postulado muchas teorías para la inducción y el
mantenimiento de tal respuesta, incluyendo: el mimetismo molecular entre proteínas del VIH y
moléculas propias, la pérdida de células T CD4+ acompañada por pérdida de la regulación
inmune normal, la selección negativa/positiva defectuosa de células T, etc (Ansari, 2004).
Durante la pérdida franca de la inmunocompetencia, predominan enfermedades
autoinmunes que están fundamentalmente dirigidas por el subtipo CD8+ de células T. Existe
además evidencia de estimulación de células B y se han informado muchos autoanticuerpos en
pacientes con VIH. El conjunto de autoanticuerpos encontrados en pacientes con VIH/SIDA
incluye: anti-cardiolipina, anti-beta2 GPI, anti-DNA, anti-ribonucleoproteínas nucleares
pequeñas
(snRNP),
anti-tiroglobulina,
anti-peroxidasa
tiroidea,
anti-miosina
y
anti-
eritropoyetina.
El estado I de la enfermedad corresponde a la infección aguda por VIH, en donde el
sistema inmune está intacto. En este estadío se pueden desarrollar enfermedades autoinmunes. El
estado II describe el período quiescente sin otras manifestaciones de SIDA. Sin embargo, hay un
declinamiento del recuento de CD4+ indicativo de alguna inmunosupresión. No son encontradas
aquí, enfermedades autoinmunes. Durante el estado III hay inmunosupresión con disminución
en el recuento de CD4+ y desarrollo de SIDA. Predominan las células T CD8+ y pueden
presentarse enfermedades tales como psoriasis y síndrome linfocítico inmune (similar al
síndrome de Sjögren) o incluso ser manifestaciones iniciales de SIDA. También se encuentran en
este estado enfermedades no-autoinmunes. En el estadío IV hay una restauración de la
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Infección VIH/SIDA
competencia inmune a consecuencia de la “terapia anti-retroviral sumamente activa” (HAART).
En este estadío hay un resurgimiento de enfermedades autoinmunes (Zandman-Goddard y col.,
2002).
2. Enfermedades autoinmunes en la infección por VIH
2.1. Lupus eritematoso sistémico
Algunas entidades, tales como el lupus eritematoso sistémico (LES) y la sarcoidosis
presentan una incidencia menor comparadas con otras enfermedades reumáticas (Mirmirani y
col., 1999). Esto sugiere que el efecto inmunosupresivo del VIH podría inhibir el desarrollo de
diátesis autoinmune. Por otro lado, en el estadío de la infección por VIH que es controlado por
inhibidores de proteasas y otros agentes antirretrovirales, el sistema inmune no se encuentra tan
inmunodeficiente. Se ha postulado que la coexistencia de VIH y LES es debida a que se
produce
una restauración inmunológica, con normalización del recuento de CD4+ y
reconstitución de células T funcionales de tal manera,
que pacientes genéticamente
predispuestos pueden desarrollar autoinmunidad (Erdal y col., 2000).
2.2. Síndrome anti-fosfolípido, anticuerpos anti-cardioliopina, anticuerpos anti-β2 GPI
En 1992, se informó la asociación entre anticuerpos anti-cardiolipina (aCL) e infección
por VIH en varones homosexuales. Desde entonces, muchos estudios han hecho referencia a esta
combinación específica. Se han descrito también, presentaciones inusuales de síndrome antifosfolípido (APS) asociado con infección aguda por VIH. El APS en estos pacientes se
caracterizó por títulos elevados de anticuerpos aCL y anti-β2 GPI, lesiones necróticas en las
extremidades inferiores y necrosis testicular (Leder y col., 2001).
2.3. Trombocitopenia autoinmune
La púrpura trombocitopénica inmune (PTI) se da en el 40% de los pacientes infectados
con VIH (Sipsas y col., 1999). La terapia HAART parece ser efectiva en mejorar el recuento de
plaquetas en el estadío de PTI asociada al VIH, incrementando el recuento de células CD4+ y
reduciendo la carga viral (Aboulafia y col., 2000).
2.4. Vasculitis
Diferentes tipos de vasculitis son asociadas con infección por VIH.. Se ha informado que
ciertas co-infecciones pueden además inducir vasculitis, tal es el caso de hepatitis B y C. Entre
los diferentes tipos de vasculitis se encuentran: vasculitis necrotizante sistémica, vasculitis
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Infección VIH/SIDA
leucocitoclástica, crioglobulinemia y vasculitis del SNC. Mediante estudios de hibridización in
situ y microscopía electrónica, se han detectado antígenos del VIH y partículas virales en
células perivasculares (Cuellar y col., 1998).
2.5. Polimiositis y dermatomiositis
La polimiositis asociada al VIH fue descrita por primera vez en 1983 y muchos informes
de los años pasados confirman esta asociación. La dermatomiositis también fue observada en la
infección por VIH. El curso clínico y los hallazgos de laboratorio y electromiográficos, son
similares a los de la forma idiopática (Cuellar y col., 1998).
2.6. Enfermedades tiroideas, enfermedad de Graves, anticuerpos anti- TSHR y anti-TPO
En pacientes con enfermedad de Graves que padecían SIDA, se analizó la cinética de las
células CD4+, la carga viral y los autoanticuerpos, luego de la restauración inmune debida a
HAART. Los pacientes fueron diagnosticados con enfermedad de Graves, 20 meses después de
HAART, varios meses después de que la carga viral plasmática fuera indetectable y cuando el
recuento de CD4+ aumentara de 14 a 3403x 106 células/l. Los anticuerpos anti-tiroperoxidasa
(anti-TPO) y anti-receptor de hormona tiroideoestimulante (anti-TSHR) aparecieron 14 meses
luego de iniciada la HAART y 12 meses después del aumento en el recuento de CD4+. Los
autoanticuerpos no fueron detectados en pacientes con VIH-1 sin hipertiroidismo (Jubault y col.,
2000). Solo recientemente existe evidencia que fundamente el rol de la disregulación inmune en
enfermedades autoinmunes órgano-específicas en humanos. La manifestación tardía de
enfermedad tiroidea autoinmune en el contexto de pacientes VIH-positivos luego de ser
sometidos a la terapia HAART, tendría como causa plausible la disregulación inmune y factores
asociados con la inmunopatología de la infección por VIH (Chen y col., 2005).
2.7. Cirrosis biliar primaria
Para determinar la función que cumplen los retrovirus en el desarrollo de la cirrosis
biliar primaria se empleó la técnica de inmunobloting, para el VIH-1 y la partícula retroviral
tipo-A intracisternal humana (HIAP). HIAP-I comparte un número limitado de epitopes
antigénicos con el VIH, pero es indistinguible del mismo mediante criterios morfológicos, físicos
y bioquímicos. Los resultados mostraron una fuerte asociación entre la serorreactividad a HIAP
y la detección de autoanticuerpos hacia ADN de doble cadena. La serorreactividad a HIAP
también fue relacionada con la detección de antígenos extractables nucleares y mitocondriales.
La reactividad de anticuerpos contra HIAP y VIH-1 encontrada en pacientes con cirrosis biliar
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Infección VIH/SIDA
primaria y otros desórdenes biliares puede ser atribuible a una respuesta inmune hacia proteínas
celulares relacionadas antigénicamente o a una respuesta inmune hacia proteínas virales no
caracterizadas que comparten determinantes antigénicos con otros retrovirus (Mason y col.,
1998).
3. Autoanticuerpos en infección por VIH
En un estudio prospectivo de 100 pacientes infectados por VIH seleccionados
secuencialmente, fue evaluada la frecuencia y especificidad de autoanticuerpos y su asociación
con manifestaciones reumáticas, inmunodeficiencia, recuento de células CD4+ y pronóstico,
durante 2 años. Dichos pacientes presentaron alta frecuencia de autoanticuerpos en conjunto. No
fue observada diferencia alguna entre los pacientes infectados por VIH asintomáticos y los
inmunodeficientes.
El conjunto de autoanticuerpos informados en pacientes con VIH/SIDA se muestra en la
siguiente tabla:
La presencia de autoanticuerpos fue asociada con recuento bajo de linfocitos CD4+ y
mortalidad incrementada, lo cual le otorga significancia pronóstica a este fenómeno, en el
contexto de la infección por VIH (Massabki y col., 1997).
3.1. Autoinmunidad cardíaca y anticuerpos anti-miosina
La frecuencia de autoanticuerpos circulantes específicos cardíacos en individuos VIH
positivos, está incrementada, particularmente en aquellos con enfermedad del músculo cardíaco.
Los datos le otorgan una función a la autoinmunidad cardíaca en la patogénesis de la enfermedad
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Infección VIH/SIDA
del músculo cardíaco relacionada al VIH y sugieren que los autoanticuerpos cardíacos pueden
ser marcadores de la disfunción ventricular izquierda en pacientes VIH positivos con corazones
normales (Currie y col., 1998).
La cardiomiopatía dilatada puede estar relacionada a una acción directa del VIH sobre el
tejido miocárdico o a un proceso autoinmune inducido por VIH, posiblemente en asociación con
otros virus cardiotrópicos (Barbaro y col., 1998).
3.2.Anticuerpos anti-eritropoyetina y anemia – Anemia hemolítica autoinmune
Los autoanticuerpos circulantes hacia eritropoyetina (EPO) estuvieron presentes en
48/204 (23.5%) de los pacientes infectados con VIH-1 estudiados. Los autoanticuerpos
circulantes permiten predecir en forma independiente la aparición de anemia, indicando que la
autoinmunidad puede contribuir a la patogénesis de la anemia relacionada al VIH-1 (Sipsas y
col., 1999).
Se han descrito además cuadros de anemia hemolítica autoinmune (VIH-AHAI) en 4
hombres diagnosticados con SIDA. Los tests de antiglobulina directos e indirectos fueron
positivos en todos los casos (Koduri y col., 2002).
3.3. Demencia asociada al VIH (HAD)
Si bien las evidencias le otorgan un rol en la etiología de esta demencia a los productos de
los macrófagos activados, otras sugieren la posibilidad de fenómenos autoinmunes asociados por
lo menos como marcadores. En un estudio cerrado, material cerebral intacto de no-infectados por
VIH fue sometido a inmunoblot con muestras de suero y en ciertos casos, de fluido
cerebroespinal de pacientes con HAD y se realizaron controles con individuos sero-negativos.
Fueron detectados anticuerpos anti-cerebro en 11/12 pacientes con HAD VIH+, 7/19 pacientes
VIH+ sin HAD y 0/11 controles seronegativos para VIH los cuales eran sanos o padecían otras
afecciones neurológicas. Aunque la relación etiopatogénica de estos anticuerpos anti-cerebro
falta ser dilucidada, los datos sugieren que pueden ser marcadores del HAD (Schutzer et al.,
2003:156).
4. Mecanismos
Los mecanismos moleculares que conducen a tales respuestas autoinmunes no están
claros aún. Algunos trabajos demuestran evidencia de que estaría involucrado el mimetismo
molecular en la inducción de autoanticuerpos, basados en homologías estructurales y/o de
secuencias entre proteínas codificadas por el VIH y un número de autoantígenos tales como
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Infección VIH/SIDA
MHC I y II, CD4 y antígenos específicos leucocitarios (Silvestris y col., 1995). Otros para la
activación policlonal de células B, secundaria a un tipo de activación “superantígeno” (De Milito
y col., 2004). Algunos, le adjudican un papel a la selección positiva/negativa aberrante,
secundaria a la pérdida de la arquitectura tímica y elementos requeridos para tal selección
(French y col., 2004). Otros, a la depleción del subset de células T CD4+ involucradas en la
respuestas inmunes regulatorias (T reguladoras), secundaria a mecanismos apoptóticos directos e
indirectos (depleción bystander) (Shih y col., 2004).
La homeostasis inmune defectuosa en la enfermedad por VIH está caracterizada por una
progresiva disminución en el número y función de las células T CD4+. Las alteraciones del
compartimiento de células B incluyen, activación policlonal y altos niveles de anticuerpos
autorreactivos en suero. Se sabe que los anticuerpos naturales de isotipo IgM, IgG e IgA, los
cuales reaccionan con un amplio rango de auto-antígenos, están presentes en el suero humano
normal. Está documentado un rol para las células T en la selección del repertorio de anticuerpos
autorreactivos, en ratón. En humanos existe abundante evidencia de que están relacionadas la
autoinmunidad mediada por células B patológicas y funciones alteradas de células T.
Las observaciones hechas abalan el concepto de que las células T contribuyen en la
selección del repertorio de estos autoanticuerpos (Stahl y col., 2005).
5. Conclusiones
La
autoinmunidad
durante
la
infección
por
VIH-1
puede
contribuir
a
la
inmunopatogénesis del SIDA. Los títulos de anticuerpos hacia moléculas HLA y otros
marcadores de superficie de células CD4 parecen incrementar con la progresión de la
enfermedad y estar relacionados con la linfopenia .
En resumen, las enfermedades autoinmunes y los autoanticuerpos están presentes en la
infección por VIH. Las enfermedades autoinmunes pueden desarrollarse durante al infección
viral aguda (estadío I), con recuento de CD4 normal a bajo (estadío II). Sin embargo, luego de un
umbral en donde el recuento de CD4 es profundamente bajo (estadío III), no se pueden
desarrollar enfermedades autoinmunes. Luego de la terapia HAART, la restauración inmune
(recuento normal de CD4) con posible regulación inmune alterada, puede conducir a la
emergencia de enfermedades autoinmunes (estadío IV) .
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Infección VIH/SIDA
Serán necesarios más estudios para identificar a los pacientes infectados por el VIH que
puedan ser candidatos a desarrollar enfermedades autoinmunes y autoanticuerpos (ZandmanGoddard y col., 2002).
6.Índice bibliográfico
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