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LAUDATIO CONMEMORATIVO
EL ARTE DE SEGUIR VIVIENDO, ESTÁ EN EL SEGUIR
VIVIENDO EN LOS OTROS Y ESTE ES EL CAMINO DE LA
AUTENTICA COMUNICACIÓN
Palabras de José Luis Aguirre Alvis Msc. en oportunidad del Homenaje al
Mérito Comunicacional de CIESPAL al Dr. Luis Ramiro Beltrán Salmón
Universidad Católica Boliviana “San Pablo”
La Paz, 23 de septiembre de 2014
El arte de seguir viviendo, está en el seguir viviendo en los Otros… cosa que
puede ser posible cuando el pensamiento y obra de uno adquiere tal capacidad de
latencia y nueva vitalidad que a su vez tiende a extenderse en la existencia en
nuevos proyectos de vida… los que sin ser herederos estáticos de las ideas y
pasiones recibidas más bien las redimensionan y les dan renovado sentido nuevo,
hacen el trabajo de contextualizar lo aprendido en contextos emergentes, y sobre
todo viven la gratuidad y la donación del pensamiento y obra de los que los
antecedieron…
Este ejercicio laudatorio, de homenaje, de expresión de aprecio, de respeto y, de
manifestación de profunda gratitud, que se me confía en éste acto tiene el reto de
enfrentar este instante de mucho honor pero buscando caminos diferentes y que
más bien en un intento de humildad dejen que los actores del agasajo sean
aquellos que quisieran seguro regocijarse aquí junto a nosotros pero que
lamentablemente no lo harán más que en espíritu porque son personas que ya
han partido físicamente de esta tierra…
Así, para este ejercicio propongo abordar el acercamiento a los elementos
medulares de la prolífica labor del maestro Beltrán desde el aprecio y proximidad
en la labor y también rico pensamiento de amigos comunicadores que por
entrañables tienen un sitio preferente en el corazón de nuestro homenajeado.
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Me propongo plantear un diálogo como una forma de reencuentro y también de
constatación de la fuerza, trascendencia y necesidad del pensamiento de Beltrán
desde tres de sus amigos también notables soñadores de la palabra quienes
actuaron diseminados en éste nuestro continente: El primero, Juan Díaz
Bordenave, paraguayo, agrónomo y primer pedagogo de la comunicación rural en
Latinoamérica. Este desde que fuera su compañero de estudios universitarios en
la Universidad del Estado de Michigan en 1970 le prodigó un aprecio casi de
hermanos hasta que tristemente falleciera en Río de Janeiro, el 21 de noviembre
de 2012.
El segundo, sería otro importantísimo comunicador de este continente, padre
empecinado de aquella relación entre la comunicación y la educación, el uruguayo
Mario Kaplún, desaparecido el 10 de noviembre de 1998. Sobre él muchos
mantienen no sólo su recuerdo sino la profundidad de su pensamiento pedagógico
comunicacional.
Y el tercero, un comunicador local, pero con una presencia nacional y de
reconocido mérito regional, cercano particularmente a todos nosotros por haber
sido estudiante de la primeras generaciones de la Carrera de Comunicación Social
de ésta universidad (Universidad Católica Boliviana); docente de estado (de
química), y uno de los más importantes directores y docentes de comunicación
social de esta misma casa superior de estudios, el profesor Jaime Reyes
Velásquez, desaparecido sensiblemente en La Paz el 14 de octubre de 2004.
Construyamos entonces este imaginario diálogo el que desde el plano del
encuentro de ideas nos haga conocer cuan enraizado está el pensamiento como
también el respeto y la amistad entre comunicadores amigos.
DIALOGO CON JUAN DÍAZ BORDENAVE
Juan Díaz Bordenave es probablemente uno de los amigos de más larga data y
así estrechos compañeros de pensamientos y afectos de Luis Ramiro Beltrán. Así,
en un documento titulado Memorias de Viaje presentado en un Ciclo
Especializado para el Estudio de Comunicadores Latinoamericanos realizado en la
Universidad Metodista de Sao Paulo, y que abrió su revisión con el trabajo de
Beltrán señala que lo conoció en 1954. Refiere que ambos hacían parte de un
grupo de veintidós trabajadores de la información agrícola, que llegados de once
países distintos coincidían en un curso de tres meses en los Estados Unidos
donde debían conocer experiencias sobre el uso de medios de comunicación para
la extensión rural en ése país. Juan dice que ellos eran los únicos dos estudiantes
solteros y para su recorrido tenían una intérprete brasilera, María Cándida
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Carvalho, y así iniciaron los tres una fuerte amistad que para el caso de Juan
terminó con el tiempo en el matrimonio de Juan y María Cándida relación
extendida para el resto de su vida y de la que llegaron a tener seis hijos. Dice Juan
Díaz que el momento más increíble de la amistad que lo unía a Beltrán se dio en
1988, cuando Luis Ramiro Beltrán visitó Paraguay por primera vez, y lo hacía con
una misión, la de conocer la región del Chaco donde su padre, Luis Humberto
Beltrán, había muerto en la Guerra del Chaco que enfrentó a Paraguay y Bolivia
entre 1932 y 1935. La experiencia de recorrer los sitios de la guerra e imaginar las
penurias de los 50.000 combatientes tanto paraguayos como bolivianos muertos
en campaña afloró junto a la amistad una alianza solidaria que llevó a iniciar una
cruzada de entrelazamiento de buenas voluntades entre Paraguay y Bolivia. El
caminó los rumbos que su misma madre recorriera hasta dar con los restos de su
padre el que fue repatriado 8 años de terminada la guerra en 1943. Esta escena
de la vida de los Beltrán da cuenta de aquella promesa cumplida por la Sra.
Bethsabé Salmón Vda. de Beltrán, quien juró retornar los restos de su esposo en
caso de que éste muriera en la Guerra.
Volviendo al escenario académico, y según cuenta Juan Díaz, en 1966 se
volvieron a encontrar los amigos en la Universidad del Estado de Michigan
dándose cuenta Juan que su camarada Beltrán no sólo era uno de los más
destacados estudiantes de comunicación de su programa sino el más apreciado
estudiante a los ojos de maestros demasiado serios o poco accesibles. Cita el
caso de un profesor no tan dado a los afectos, el Dr. David Berlo, quien tenía
bastante admiración a su estudiante. Al respecto Juan Díaz indica que Berlo en
oportunidad de la reunión de la International Communication Association realizada
en 1970 en Acapulco expresó ante los concurrentes que dentro de sus propios
estudios teóricos de la comunicación había tres personajes que habían
influenciado fuertemente sus ideas y visión comunicacional, y estos eran Wilbur
Schramm, Paulo Freire y Luis Ramiro Beltrán.
Aprecia también Juan Díaz que Luis Ramiro Beltrán siempre fue un sujeto sencillo,
bien humorado y muy simpático, pero en su trabajo profesional y académico
exageradamente perfeccionista. Elemento que al final se constituía en modelo
para aquellos que siempre lo acompañaban. Cuenta Juan anecdóticamente que
como planificador experto Beltrán llegaba a planificar hasta el color de los
uniformes que las secretarías deberían utilizar en determinado programa. Pero por
cierto, este perfeccionismo conjugaba con su fuerte capacidad de entrega al
trabajo al que se daba absolutamente.
Dice Juan Díaz Bordenave que si hay algo que todos reconocen de Beltrán y que
lo hizo destacar era su capacidad crítica ante todo lo que aprendía. Siendo así el
eje de su crítica el antiguo modelo vertical de la comunicación que había hecho
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comprender erróneamente a muchos que la comunicación no era un acto de envío
unilateral de contenidos. Y entre los detalles humanos y fuertemente sensibles de
Beltrán, Juan Díaz señala que su amigo destacó además de teórico de la
comunicación, en las artes de producción audiovisual, la escritura de piezas de
teatro, la producción poética y hasta la composición musical prueba de éste último
es el tema Contéstame, bolero romántico compuesto por Beltrán y grabado en
aquellos años por Raúl Show Moreno del grupo Los Panchos.
Y si existe una cualidad central que define a Beltrán, Juan Díaz dice que ésa, y
que más aprecio, es su cualidad de ser amigo. Este don de experto y cordial
relacionador, pastas de un diplomático, lo habrían llevado a ser invitado a cumplir
éste tipo de tareas en diferentes momentos, pero los que Beltrán siempre se
rehusó quizás muy sabiamente.
En su libro ¿Qué es la comunicación rural?, Juan Díaz Bordenave en la edición
española de 1987, señala que si hay un antiguo libro orientador esencial sobre el
tema de la comunicación en el medio rural éste es el titulado Extensión Agrícola:
principios y técnicas, que fuera escrito por Hernán Frías, Jorge Ramsay y Luis
Ramiro Beltrán en 1966 una obra máxima sobre extensión y comunicación rural en
América Latina.
DIALOGO CON MARIO KAPLÚN
Pasemos ahora a invitar al diálogo a Mario Kaplún. El creador de recursos
prácticos para la comunicación popular como el cassette-foro, y los métodos de la
comunicación grupal, y varios textos en los que trata de resolver siempre la
interrogante del ¿qué entender por comunicación educativa? da lugar también a
Beltrán en sus propias reflexiones. Y cuando en su libro de 1990, titulado
“Comunicación entre Grupos, el método del cassette-foro”, explica que este
recurso es una técnica para contribuir a que el participante de la comunidad
recupere a través de la expresión su sentimiento de autoestima, y que así
valorándose pueda contar las historias más cotidianas y esenciales para su vida
incorpora a Beltrán tomando su definición de la comunicación humana diciendo:
“… la comunicación es relación, es proceso de interacción social
democrática, una experiencia de intercambio de signos, por al cual los seres
humanos comparten voluntariamente sus experiencias bajo condiciones de
acceso, diálogo y participación libres e igualitarios.” (1979).
El valor cohesivo de los medios y recursos grupales, la potencialidad de la radio, y
la riqueza de la comunicación intergrupal propuestas por Kaplún iban en el mismo
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cause de inventar, proyectar y aplicar recursos que hagan realidad este llamado
por el diálogo que insistía Beltrán.
Mario Kaplún, en su texto “Una Pedagogía de la Comunicación” de 1998,
recoge de Beltrán aquella afirmación que devuelve a su verdadero lugar el clásico
concepto de retroalimentación, y dice citando a Beltrán lo siguiente: “…la
retroalimentación remite a los mecanismos de control destinados a asegurar
que los organismos se ajusten automáticamente a las metas de
comportamiento. De hecho, según Wiener, retroalimentación es el control de
los efectos del mensaje. Aunque el concepto haya sido creado básicamente
en el campo de la ingeniería, fue aceptado por muchos teóricos de la
comunicación humana por considerarlo útil también para describir el
proceso de ésta última. Hallaban que si las fuentes emisoras querían
producir en los receptores ciertos efectos con su mensaje, debían recibir de
vuelta, por parte de estos últimos, reacciones indicativas en cuanto a la
eficacia del esfuerzo persuasivo y, según ese resultado, ajustar los mensajes
a sus objetivos (…) la retroalimentación es un instrumento para asegurar el
logro de las metas del comunicador (como persuasor).”
Mario Kaplún, junto al venezolano-español, Antonio Pasquali, y Luis Ramiro
Beltrán, fueron objeto de un homenaje continental en oportunidad de realizarse en
CIESPAL, Quito, el Festival Latinoamericano de Radioapasionados y
Televisionarios en 1995, destacándose allí que si algo igualaba la profunda
huella de estos tres comunicadores ésta era su pasión por comprometerse por
generar condiciones de equidad sobre todo en sectores desfavorecidos en la
sociedad para que estos puedan apropiarse de la palabra, para que los
comunicadores tengan la capacidad de pisar tierra, y desde esta condición tengan
la habilidad ante todo de escuchar en lugar de confundir su oficio con el de
simplemente saber qué se tiene que decir, qué se tiene que entregar, imaginarse
que lo sabe ya todo, en un abierto contrasentido de entender la comunicación
como práctica de diálogo. Diálogo es un encuentro entre dos o más logos, y por
tanto no se puede pensar la comunicación desde un énfasis en el monólogo.
DIALOGO CON JAIME REYES VELÁSQUEZ
Tercer encuentro, invitar al comunicador salido de las aulas de esta misma
universidad, y por sus propios méritos de maestro de maestros, uno de los
directores que caló la historia de la Carrera de Comunicación Social siendo su
conductor y docente por más de diez años, así nos dejó su imagen y recuerdo de
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sencillo gestor de la palabra desde los sectores más empobrecidos de este país,
el Licenciado Jaime Reyes Velásquez.
Jaime Reyes, tuvo la fortuna de ser un seguidor estrecho del pensamiento de Luis
Ramiro Beltrán, el que si bien no tuvo residencia en Bolivia, por estar ausente del
país por 34 años consecutivos en los que ocupó espacios de trabajo en los
organismos de la comunicación e información más significativos entre los años 70
a fines de los 90, mantuvo una relación con su país valido en ése entonces por la
correspondencia e intercambio escrito. Y ésta es una de sus indiscutibles
cualidades y que distingue hasta hoy a Luis Ramiro Beltrán, su aprecio y a su vez
desprendimiento para reunir y compartir textos, documentos de variado carácter,
pero los que para él parece que le queman las manos si es que no son
compartidos con los demás. Prueba de este hermoso hábito, el de donar y así
donarse en cuanto estos transmiten su propio pensamiento, está por ejemplo, en
un pasaje poco conocido de la historia de consolidación de la misma Carrera de
Ciencias de la Comunicación Social de ésta universidad (UCB), y se trata de la
creación del primer centro de documentación especializado en comunicación
social a su interior el entonces llamado SID-COM. EL Servicio de Investigación y
Documentación de la Comunicación de la UCB (SID-COM) fue abierto por el Lic.
Jaime Reyes con el respaldo del entonces Rector Nacional, Dr. Luis Antonio Boza
Fernández, y fue Reyes quien convocó para cumplir esta tarea a estudiantes de la
carrera de entonces, permitiéndonos además aprender las más sistemáticas
técnicas de investigación documental además del registro, catalogación,
clasificación, recuperación y préstamo de documentos sobre todo, literatura gris
(documentos de trabajo, reportes de encuentros y seminarios, textos impresos de
pocas hojas pero de gran importancia, etc.) los que en gran parte venían de las
distintas oficinas de Luis Ramiro Beltrán el que silenciosamente apoyaba al
crecimiento documental y a la práctica investigativa dentro de la primera carrera
de comunicación del país. Desde oficinas como el Centro Internacional de
Investigaciones para el desarrollo (CIID), el IICA (Instituto Interamericano de
Cooperación Para la Agricultura), y sobre todo desde la UNESCO venían
regularmente los documentos. Hacía parte de estos textos de valor inigualable los
documentos que recibíamos, y clasificábamos diligentemente y que hablaban de
los debates del Nuevo Orden de la Información y Comunicación Mundial, los
debates en el seno de la UNESCO tanto en su sede de París como en encuentros
regionales sobre los grandes temas como las Políticas Nacionales de
Comunicación, y los documentos históricos referidos a las discusiones del Informe
MacBride que acaloraban en ése tiempo los ánimos de países y organismos de la
prensa ante la llegada de conceptos como los de una comunicación democrática,
el libre y equilibrado flujo internacional de la información, las denuncias sobre la
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inequidad informativa así como la maduración del concepto del derecho a la
comunicación.
Esta universidad fue centro de alimentación documental y de apoyo a trabajos
investigativos además de que por la misma dinámica de trabajo voluntario que por
años brindó un grupo de estudiantes de la Carrera es que ampliamos los servicios
a la reproducción de textos para entonces inaccesibles labor que se realizaba con
los recursos de reproducción de la época y que favorecían el uso del
mimeografiado y el uso de stenciles hoy desconocidos por muchos. Parte de ésa
historia de la documentación y trabajo bibliográfico cumplido en la Universidad
Católica Boliviana de La Paz es justamente recogida en un artículo de uno de
nuestros capacitadores en ése entonces el colombiano Guillermo Isaza, y lo hace
en el fascículo No. 11 de la Revista Chasqui de CIESPAL, y que estuvo dedicado
a sus 25 años de fundación. Como un dato de anécdota puedo señalar que la
primera versión traducida al español y que corresponde a uno de los trabajos más
importantes de Beltrán, el “Adiós a Aristóteles; la comunicación horizontal”, fue
lograda dentro del SID-COM desde donde circulan hasta hoy en distintas
publicaciones.
Alguien diría y qué relación tiene el vínculo documentación de la comunicación y al
figura de Beltrán, pues esta relación era coherente y estrecha pues como hasta
hoy se mantiene la idea de que la información es poder, y que especialmente
dentro de un debate por una comunicación democrática la documentación y
circulación del conocimiento también son piezas vitales.
Personalmente mi primer acercamiento a la imagen de Beltrán venía de ése
trabajo de documentalista que pude cumplir, y ya ganaba admiración para mí el
acercarme a documentos los que en muchos casos traían la firma misma de quien
luego habría sido este mi gran maestro y amigo. Beltrán tenía el tacto hasta de
mandar alguna vez junto a su saludo a Jaime Reyes un mensaje de aliento al
trabajo de la carrera o los esfuerzos de documentación que desde aquí se
operaba.
Gracias también al Lic. Reyes es que muchos comunicadores de esta universidad
conocimos a Luis Ramiro Beltrán primero desde textos e ideas que se nos decían
venían de él, y para mi caso el primer encuentro personal fue cuando él me ofreció
con toda amabilidad su apoyo y amistad durante el período que me correspondió
cumplir en CIESPAL, Quito, donde él y su madre Dña. Becha vivían, lugar donde
tuve la suerte de estar en 1986 en uno de los primeros cursos intensivos de tres
meses ofrecidos por CIESPAL en las técnicas de la producción radiofónica
educativa. Vínculo de respeto y cariño que guardaré eternamente por el trabajo de
esta institución.
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Pero el vínculo entre Jaime Reyes y Luis Ramiro Beltrán no terminaban ahí sino
que de ellos nace la idea de gestar en Bolivia un centro que promueva, respalde y
haga viable la interacción universitaria desde academia y las necesidades de
comunicación y expresión de actores y sectores sociales de la comunidad en
general. Se veía que especialmente en el trabajo de la naciente radiodifusión en
lenguas nativas sus operadores carecían de cualquier forma de apoyo a realizar
su importante trabajo y menos que se dignificara su actividad frente a otros
comunicadores que ocupaban la mayor parte de los horarios de emisión en radios
comerciales. Así, nace la idea y proyecto de creación del SECRAD (Servicio de
Capacitación en Radio y Televisión para el Desarrollo) el que con el apoyo
decidido de Luis Ramiro Beltrán como Consejero Regional de Comunicación e
Información de la UNESCO para América Latina, y con oficina en Quito, Ecuador,
más el apoyo del consultor de la UNESCO, Alejandro Alfonzo es que proyectan el
enfoque y filosofía del SECRAD, que es hasta ahora un centro de referencia
nacional por su trabajo en los temas de la comunicación para y por un desarrollo
humano y social inclusivo vinculado a la justicia social y los valores cristianos.
El SECRAD empezó en 1986 integrado por algunos docentes y gran parte de
estudiantes, los que asumimos tareas de formadores en temas como radio y
producción televisiva. Hice parte de ése primer contingente de soñadores y el
destino me volvería a traer años después al SECRAD, ésta vez para asumir su
dirección labor que cumplo desde el año 1996, y una vez cumplidas tareas de
formación postgradual en el exterior además de haber dedicado años de trabajo
en el área rural siendo director de radio San Miguel de Riberalta, hasta hoy la
radio campesina más importante del norte amazónico de Bolivia.
Pero volviendo al SECRAD y su origen, éste comenzó a andar como un proyecto
pero con vida limitada y ahí la relación abierta esta vez con los Beltrán pues esta
vez aparece nuevamente en escena la mamá del Dr. Beltrán quien fue
contribuyente indirecta de recursos para paliar las distintas limitaciones técnicas
que en su momento aparecieron en el camino. No por otra razón en el SECRAD
aparece a la entrada una placa de agradecimiento a la Sra. Bethsabé Vda. De
Beltrán dando nombre a una de sus salas de trabajo. Esta fue una de nuestras
madrinas silenciosas pero que con su gran corazón consolidó el andar del
SECRAD el que al final se institucionalizó definitivamente en el universidad
habiéndose comprendido la importancia de su trabajo a favor de la radiodifusión
boliviana.
Pero los sueños de servicio desde la comunicación entre Jaime Reyes Velásquez
y Luis Ramiro Beltrán no quedaban sólo en proyectos, sino que ambos formaron
también equipo para realizar investigaciones en el área de la comunicación social
del país. Entre los productos compartidos que lograron hasta hoy son piezas
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imprescindibles para la comprensión de la comunicación alternativa de este país y
entre ellos destaca: “Radio popular en Bolivia: la lucha de los obreros y
campesinos para democratizar la comunicación” (1993).
Para ir cerrando, y esta vez invitando al diálogo, a un actor institucional aquí
presente, el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para
América Latina (CIESPAL) y en oportunidad de que éste centro se acerque a la
figura de Luis Ramiro Beltrán debemos por justicia también decir que Beltrán ha
sido y es uno de sus más directos aliados, y entusiastas impulsores. Y en los
anales de esta relación podemos encontrar, por ejemplo, que el mismo Dr. Luis
Ramiro Beltrán, aparece mencionado en el nacimiento de la Revista Chasqui, la
primera y quizás más prolongada revista especializada en comunicación social de
América Latina editada por CIESPAL. Y ésta es la publicación de su revista,
Chasqui, que en su primer número aparecido en 1972, al señalar su sentido, razón
y nombre dice Chasqui, uno de los vehículos de la comunicación precolombina
más importantes de las sociedades andinas fue sugerido por Luis Ramiro Beltrán.
Este hecho indiscutiblemente liga más aun al sentimiento unánime que nos une a
nuestro agasajado. El hace parte de la historia de todo un movimiento de
pensamiento comunicacional que revirtió la confusión histórica de que la
comunicación era preocupación y tarea de aparatos mecánicos y electrónicos, o
que se atenía al papel solo de comunicadores profesionales sino que como
reconoce CIESPAL, trabajar por la comunicación hoy significa interpretar los
cambios de los tiempos cierto, pero sobre todo colocar en ésta lectura la presencia
inmanente de Beltrán que nos clama ayer, hoy y en el futuro que la comunicación
es un hecho humano, no de aparatos ni persuasores, sino de gente que asume el
papel de animar desde la palabra el alcance de estados de justica que sueña
espacio de equidad en el uso de los procesos de comunicación y uso de medios
de difusión, y que sobre todo sepamos todos que independientemente a los
tiempos la comunicación es y debe ser una derecho humanos de todos y de todas
sin ningún tipo de exclusión.
CIESPAL, justamente treinta y siete años después, y en una serie dedicada de
modo monográfico a atender el trabajo de destacados comunicadores
latinoamericanos dedicó su edición No. 105 al Dr. Luis Ramiro Beltrán revisitando
su trabajo sobre la investigación de la comunicación, las políticas nacionales de
comunicación para el desarrollo y haciendo nuevamente patente su presencia en
la historia del pensamiento de la comunicación de nuestro continente.
Para concluir, acaba de publicarse en el Ecuador y dedicado al Dr. Luis Ramiro
Beltrán, desde la Universidad Andina Simón Bolívar, el libro titulado
“Sentipensamientos. De la Comunicación-Desarrollo a la Comunicación para
el Vivir Bien” escrito por Adalid Contreras Baspineiro donde proyecta el trabajo
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de Beltrán a un nuevo horizonte que podrá ser altamente promisorio, y es el de
reflexionar hoy una comunicación orientada al Vivir Bien, para el caso de otros
puntos de América Latina el Buen Vivir. Aquí se abre un nuevo ámbito para el
trabajo por una comunicación con sentido de desarrollo y compromiso con la
sociedad. Por tanto, Dr. Beltrán no hay viejas banderas, ni conceptos atados a
otros momentos teóricos de nuestra historia, sino el florecimiento de sus ideas que
a su vez son signo de esperanza para nuestros más profundos sueños y
compromisos por hacer de la comunicación un elemento contribuyente a una vida
justa y en mayor democracia. Por eso siempre es necesario su pensamiento…
querido maestro y entrañable amigo, bienvenido y gracias.
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La Paz, 23 de septiembre de 2014
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