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Marzo 1996 Volumen 1 Ejemplar 1 P ági na/ S oci ol ógi ca TEMA Emile Durkheim P adre de la sociología francesa, Durkheim publicó en 1985 las “Reglas del Método Sociológico”, que para las Ciencias del hombre era el equivalente de la “Introducción a la medicina Experimental” de Claude Bernard, e incluso del “Discurso del Método”, de Descartes. Para Durkheim, se trata de fundar la sociología como ciencia. Su exigencia desde este punto de vista es ejemplar. Señalamos las etapas esenciales de su investigación: 1. La ciencia implica el rechazo de la sociología espontánea que da el sentimiento de familiaridad sin ofrecer el conocimiento de los fenómenos. Por el hecho de que es un ser social, el hombre no puede deducir que es un sabio de su sociedad. El sociólogo debe romper, por tanto, con las ideas recibidas, con las “prenociones”. 2. La ciencia implica la constitución de un ámbito propio, en este caso una definición del hecho social: “Hecho social es -declara el entrevistado- toda forma de actuar, fija o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción externa, o también que es general en el ámbito de una sociedad dada, a la vez que posee una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales”. En el interior del campo así definido, el investigador tendrá que definir el objeto de estudio. 3. La ciencia implica métodos objetivos y por ello “hay que tratar a los hechos sociales como cosas”, lo que no significa su reducción al status de cosa, sino que es preciso observarlos desde el exterior. La comprensión de un fenómeno sólo puede resultar de su tratamiento objetivo. 4. El sociólogo debe y, investigar la causa secundariamente la función del fenómeno, si hubiese lugar, porque “hacer ver para qué es útil un hecho no es explicar cómo ha nacido ni cómo es lo que es”. 5. El sociólogo por último, debe poder diagnosticar entre los fenómenos sociales aquellos que pertenecen a lo normal y aquellos que son patológicos. Durkheim nunca quiso separar sus intenciones teóricas y sus intenciones reformadoras. El sociólogo debe decir cómo sanar a las sociedades enfermas y reconocer sus males. Biografía acido en 1858, ingresa en 1879 en la Escuela Normal Superior donde sigue los cursos de Fustel de Coulanges y de Boutroux. En 1906 es titular de la cátedra de Pedagogía de la Sorbona. En 1909, dicta cursos en el Colegio de Francia N sobre “lasAgrandes doctrinas pedagógicas siglo XVIII”. OBSERVAR LOS HECHOS DESDE ELdel EXTERIOR Muere el 15 de noviembre de 1917. Su Obra L as intenciones reformadoras de Durkheim son explícitas desde su primera obra (“De la división del trabajo social”). En este libro, distingue dos tipos de sociedades: las sociedades de solidaridad mecánica, en las que tienen poca importancia las diferenciaciones individuales y que basan su cohesión interna en la fuerza de la conciencia colectiva, ya que los individuos participan intensamente en la misma sacralidad; y las sociedades de solidaridad orgánica, en las que la división del trabajo constituye a los hombre en individualidades diferenciadas que cumplen tareas específicas y realizan una “vocación”. La cohesión social interna es el resultado de la complementariedad de las funciones y de un nuevo tipo de valores en torno al concepto de hombre. La transición de un tipo de sociedad al otro se debe a causas sociales: aumento del volumen de la sociedad, de la densidad material y de la densidad moral (intensidad de intercambios individuales y de las comunicaciones). Durkheim llama densidad social al número de relaciones sociales entre individuos con relación al volumen de la En este ejemplar 1 Emile Durkheim: su obra. 2 Estado de Anomia 3 Conciencia colectiva 4 Hecho social 5 Editorial 2 sociedad. Distingue “densidad material” y “densidad moral”. La primera se manifiesta bajo tres formas: la condensación de la población; la formación y desarrollo de las ciudades; y el crecimiento del número y de la rapidez de las vías de comunicación. La segunda, que llama también “densidad dinámica” es definida así: “A volumen igual, la densidad está en función del número de individuos, que efectivamente están relacionados no sólo comercial sino moralmente; es decir, que no solamente intercambian servicios o actúan en competencia comercial, sino que viven una existencia común”. El libro III de la obra construye el concepto de anomia (cuya importancia en sociología no ha dejado de aumentar) para caracterizar la incapacidad en la que puede encontrarse la sociedad de integrar a individuos que el debilitamiento de la conciencia colectiva ha separado. Este concepto se vuelve a encontrar en “El Suicidio” , cuando Durkheim distingue los tres tipos: el suicidio egoísta, el altruista y el anómico. Uno de los aspectos más interesantes de la obra es la utilización que hace el autor de la estadística para demostrar su Ley del suicidio (integración social). La última gran obra de Durkheim, y quizá la más original e importante, es “Las Formas Elementales de la Vida Religiosa” . Su programa en esta obra es ambicioso: construir una teoría de la religión a partir de un análisis exhaustivo de las formas más primitivas. Durkheim afirma que, bajo la apariencia de lo sagrado, lo que los hombres adoran, sin saberlo, es la sociedad y describe cómo producen los grupos, en los períodos de exaltación social, los dioses que necesitan y los transfiguran. La obra de Durkheim contiene también interesantes investigaciones sobre la educación en Francia y numerosas observaciones sobre un socialismo corporativista, original por sus dimensiones morales y sus lazos con el análisis sociológico. La influencia de Durkheim y de su escuela tanto sobre sociología francesa como anglosajona, continúa siendo un fenómeno de actualidad. Ideas... a conciencia colectiva es independiente de las condiciones particulares en que se encuentran situados los individuos; éstos pasan y aquélla permanece. La conciencia colectiva es la misma en el Norte y en el Sur, en las grandes ciudades y en las pequeñas, en las diferentes profesiones. Es, por tanto, absolutamente distinta de las conciencias particulares, aunque no se realice más que en los individuos. La conciencia colectiva es el tipo psíquico de la sociedad, tipo que tiene sus propiedades, sus condiciones de existencia, su forma de desarrollo, exactamente igual que los tipos individuales aunque de un modo diferente.” (Extracto “De la División del Trabajo Social”) “L sta aptitud de la sociedad para erigirse en dios o para crear unos dioses nunca fue tan visible como durante los primeros años de la Revolución, en ese momento, efectivamente, bajo el influjo del entusiasmo general, unas cosas puramente laicas por naturaleza fueron transformadas por la opinión pública en cosas sagradas, como la Patria, la Libertad, la Razón. Una religión que tenía su dogma, sus símbolos, sus altares y sus fiestas tendió a establecerse por sí sola. El culto a la Razón y al “E La Gaceta Sociológica Ser Supremo intentó aportar una especie de satisfacción oficial a estas aspiraciones espontáneas.” (“Las Formas elementales de la Vida Religiosa”, extracto). o que hace falta para que el orden social reine es que la generalidad de los hombres estén satisfechos con su suerte. Pero lo que es preciso para que estén satisfechos no es que tengan más o menos, sino que estén convencidos de que no tienen derecho a tener más. y para ello es absolutamente necesario que exista una autoridad cuya superioridad todos reconozcan y que establezca el derecho porque el individuo abandonado a la sola presión de sus necesidades jamás admitirá que ha llegado el límite extremo de sus derechos.” (Extracto de “El Socialismo, su definición, sus Orígenes. La doctrina SaintSimoniana”). “L No es lo mismo un estado de anomia que un estado de anemia... a anomia es un concepto sociológico forjado por Durkheim, de mucha importancia para el análisis sociológico. Su significado ha sufrido, no obstante, un cierto número de inflexiones y, sin que se pueda hablar de sentidos opuestos, la anomia recibe, ya en Durkheim, dos sentidos diferentes según se la analice en “La División del Trabajo Social” o en “El Suicidio”. L En “La División del trabajo Social” (1893), la anomia es definida como el mal que sufre una sociedad en su conjunto por la inexistencia de reglas morales y jurídicas que organicen su economía. La crisis que manifiesta, en la relación del individuo con el sistema de valores que normaliza la conducta y estructura los ideales, es referida a la sociedad tomada como un todo. La anomia es la ruptura de la solidaridad. La división del trabajo social, dice Durkheim, crea una forma original de solidaridad, la solidaridad orgánica. A la diferenciación de las actividades sociales y al la atenuación correlativa de los sentimientos comunes entre los miembros de la sociedad corresponde una alteración en el objeto de la fe social. La imagen de la “persona humana” reemplaza a la de la sociedad. La integración social resulta entonces del ajuste de los individuos a las diferentes funciones que les asigna la sociedad y del sentimiento que les inspira su vocación. Paradójicamente, esta sociedad hace objetivamente al individuo más dependiente de los demás, a causa del carácter parcelario de su tarea, y al mismo tiempo le hace tomar “conciencia” de su diferencia respecto a los otros y de su personalidad propia, por el hecho mismo de la existencia de una diversidad infinita de roles sociales. La sociedad moderna es presa de la contradicción entre cooperación y competición, entre solidaridad y conflicto. Cuando se da el desequilibrio, a causa de la anarquía económica o del debilitamiento de instituciones mediadoras como la familia, la Iglesia o las corporaciones, el sistema de valores se disuelve. La individualización de los fines y de los medios 3 La Gaceta Sociológica sale victoriosa, porque la organización social ya no está en condiciones de asegurar la armonía social. “La enfermedad de la desmesura...” n “El Suicidio”, Durkheim pone el acento sobre otro aspecto de la anomia: la relación individuo con las normas de su sociedad y con el modo de interiorización de éstas. Éste estudio de la relación que el actor social mantiene con el orden simbólico lo apoya en un análisis del carácter infinito, vertiginoso, del deseo del hombre entregado a sí mismo, que ahora resuena de forma extrañamente moderna. Esta “angustia, situada en la misma raíz del hombre, desaparece cuando la sociedad tiene poder de someterla al sistema de sus reglas, pero reaparece (eso es la anomia) cuando disminuye la fuerza de los instrumentos integradores”. La anomia no se explica ya sólo al nivel de la organización de la sociedad, sino también en la relación del deseo con la ley, y en el fracaso de ésta por humanizar aquel. Más allá de las consideraciones morales de Durkheim, es difícil no mencionar los aportes ulteriores de Freud acerca de la comprensión del “malestar de la civilización.” La anomia es la enfermedad de la desmesura. Como dice Alessandro Pizzorno, la anomia de la división del trabajo social se transforma en la anomia de la personalidad mórbida; la enfermedad del capitalismo romántico, la de René (de Chateubriand), a quien Durkheim cita, y exclama: “¿Acaso es culpa mía el que encuentre por todas partes límites, si lo que es finito no tiene ningún valor para mí?”. E Los trabajos de Durkheim influyeron en la sociología norteamericana (Mac Iver, Robert King Merton, Talcott Parsons, etc.). Lo esencial de dichos análisis residía en el vínculo que Durkheim intentaba establecer entre la anomia y el modo de organización de la sociedad. El problema planteado era el de la relación entre sistemas de valores y estructuras socioeconómicas, en función del ritmo de desarrollo y de mutación de éstas últimas. Conciencia Colectiva C on esta noción, Durkheim trata de dar cuenta de la especificidad, la trascendencia y el simbolismo de la sociedad con relación a los individuos que la componen. “El conjunto de creencias y sentimientos comunes al promedio de los miembros de una misma sociedad forma un determinado sistema que tiene vida propia; se le puede llamar conciencia colectiva o común. Sin duda, no tiene por sustratro un órgano único; se encuentra por definición, difusa en toda la extensión de la sociedad, pero no por ello deja de tener caracteres específicos que la convierten en una realidad distinta. En efecto, es independiente de las condiciones particulares en que se encuentran situados los individuos: éstos pasan y ella permanece...Es el tipo psíquico de la sociedad” ( “De la división del Trabajo Social”). Se ha querido ver en la conciencia colectiva, tal como la definió Durkheim, una realidad en sí misma, y es cierto que el pensamiento de Durkheim se presta a veces el equívoco en su formulación. Pero, cuando se haya precisado que este concepto de conciencia colectiva influyó en la definición de “lengua” de Ferdinand de Saussure, se captará la posibilidad de otra interpretación en términos de estructura. Se podría así relacionar el pensamiento de Durkheim con el de LeviStrauss, quien afirma que las conductas individuales normales nunca son simbólicas por sí mismas, sino que son los elementos a partir de los cuales se construye un sistema simbólico, que sólo puede ser colectivo. El concepto de conciencia colectiva, a pesar de sus ambigüedades, indica que la sociología (ciencia de los “estados de la conciencia colectiva” que se manifiestan en los ritos, las instituciones, las tradiciones, etc.) es una ciencia de lo simbólico. Conciencia Colectiva y Solidaridad Social tra dificultad parece surgir, sin embargo, cuando confrontamos la conciencia colectiva con el análisis de las dos formas de solidaridad social (mecánica y orgánica) que definen los dos grandes tipos de sociedad. Propiamente hablando, la conciencia colectiva parece que no existe más que en las sociedades de solidaridad mecánica, donde se observa una identidad total de las conciencias individuales con un tipo común; en cuanto a las sociedades de solidaridad orgánica, donde las actividades se diferencian y se individualizan, acabarán contemplando la disolución de la conciencia colectiva. De hecho, la manera como Durkheim resuelve el problema confirma que la conciencia colectiva no es una entidad espiritual opuesta al psiquismo individual, sino que es el concepto por el que se significa que la sociedad es un sistema en el que los individuos son los elementos diferenciales. En las sociedades homogéneas, el contenido de la conciencia colectiva (principio inspirador de los valores que la sociedad impone a sus miembros) es la sociedad misma. Con la división del trabajo social y la diferenciación de los individuos llega el tiempo en el que “no habrá nada en común entre los miembros de un mismo grupo humano, sino el hecho de ser hombres”. Pero este tiempo permanece tributario de la conciencia colectiva, producido por ella misma. O Una sociedad individualista no es, por consiguiente, una sociedad sin conciencia colectiva (lo que es impensable), sino una sociedad en la que el contenido de esta conciencia cambia. A la sociedad como objeto de su culto, la conciencia colectiva impone a los hombres la imagen de la persona. “Es esta (la sociedad) la que ha consagrado al individuo; la que ha hecho de él el ser respetable por excelencia. La emancipación progresiva del individuo no implica, pues, un debilitamiento, sino una transformación del vínculo social. El individuo no se separa de la sociedad, sino que se liga a ésta de forma distinta que antes, porque la sociedad le concibe y le quiere en forma distinta a como le concebía en el pasado”. Durkheim buscando remedio a la falta de integración del individuo en la colectividad (anomia), encuentra en la idea de corporación el único cuerpo intermedio entre el Estado y el individuo, que es capaz de responder a esa necesidad, ya que extrae toda su realidad del mundo del trabajo. Este sociólogo elabora así un modelo original de socialismo corporativo que al parecer no ha hecho historia. 4 La Gaceta Sociológica La Felicidad ja, ja, ja, ja... mile Durkheim considera (contrariamente a Tönnies y a los moralistas clásicos del siglo XVIII), que la felicidad no puede ser el factor de una transformación social, pues la felicidad es una noción individualista y lo colectivo no puede comprenderse más que por medio de la conciencia colectiva. Por ello Durkheim critica la concepción de que la búsqueda de la felicidad ha conducido a un aumento de la producción por medio de la especialización del trabajo. Tal cálculo -afirma- no puede ser el origen de los progresos técnicos. En efecto, éstos son prácticamente ilimitados, en tanto nuestra capacidad de ser feliz es restringida. La felicidad se funda sobre un equilibrio medio. Todo cambio rápido produce una crisis, de forma que la felicidad se adapta mejor al inmovilismo. “El salvaje normal puede ser tan feliz como el hombre civilizado normal”. El mejor medio que tenemos para evaluar si una sociedad es feliz es el índice de suicidios. Ahora bien, el verdadero suicida no aparece en estado endémico más que en los pueblos civilizados, y alcanza su máximo nivel en las grandes ciudades, donde el progreso industrial deja sentir precisamente sus efectos. Así pues, dice Durkheim, “para explicar las transformaciones por las que pasan las sociedades no hay que buscar más qué influencia ejercen sobre la felicidad de los hombres, puesto que no es esta influencia la que los ha determinado” E Hecho social ara Durkheim, hecho social “ es toda manera de hacer, fija o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción exterior; o también, que es general en el ámbito de una sociedad dada, pero conservando una existencia propia independiente de sus manifestaciones individuales” Propone cierto número de reglas relativas a la observación de los hechos sociales. P La primera regla: “es necesario considerar a los hechos sociales como cosas” es decir, examinarlos de igual manera que las ciencias naturales tratan a los hechos físicos. Segunda regla: “Es necesario considerar los hechos sociales en sí mismos y separados de los sujetos conscientes que se los representan; es necesario estudiarlos desde fuera como cosas exteriores”. Este estudio exige dejar de lado sistemáticamente las prenociones. Finalmente es necesario “no tomar nunca como objeto de investigación más que un grupo de fenómenos definidos con anterioridad por ciertos caracteres exteriores que le son comunes, e incluir en la misma investigación todos aquellos que responden a esta definición”. La Escuela Durkheimniana D urkheim (1858-1917) funda una escuela sociológica que ha aportado eminentes contribuciones a la ciencia social. Profesor de la universidad de Burdeos (1888), creó en 1898 “L’Année Sociologique”, incomparable colección que afortunadamente ha sobrevivido a través de las dos guerras mundiales. En 1902 es llamado a la Sorbona donde enseño hasta su muerte. Su principal mérito ha sido, de una parte, afirmar la especificidad de lo social en lugar de reducirlo bien a lo orgánico, bien a lo psíquico individual, como lo habían hecho sus predecesores; de otra parte, vincular la sociología a las ciencias auxiliares tales como la etnografía, el derecho, la demografía, la economía política, etc. Desde su tesis sobre la división del trabajo social, insiste sobre la importancia de los estados mentales, pero asociándolos a las condiciones de vida en sociedad: “Los hechos sociales, escribe, no son el simple desarrollo de los hechos psíquicos, pero los segundos no son, en gran parte, más que la prolongación de los primeros en el interior de las conciencias”. Así “el conjunto de creencias y sentimientos comunes a la media de los miembros de una misma sociedad forma un sistema determinado que tiene su vida propia; se le puede llamar ‘conciencia colectiva’ ” Esta noción de conciencia colectiva cobrará en él cada vez mayor importancia. Pero se guarda de hacer algo sustantivo de esta conciencia colectiva, de convertirla en una entidad cuasimetafísica. Para él, está condicionada por la estructura de la sociedad, particularmente por su volumen (número de miembros del grupo) y por su densidad (número de intensidad de las relaciones sociales) que aumenta a medida que la división del trabajo crece. En el tomo segundo (1899) de “L’Anné sociologique”, Durkheim da a la ciencia de este substrato social el nombre de “morfología social”: “La vida social descansa sobre un substrato que está determinado en su tamaño y en su forma. Lo constituye la masa de los individuos que componen la sociedad, la manera en que ellos están distribuidos sobre la tierra y la naturaleza y la configuración de toda suerte de cosas que afectan a las relaciones colectivas”. De esta manera, “todo lo referente a la demografía y a la geografía de los centros rurales y urbanos se relaciona con la morfología social.” En 1895, Durkheim publica las “Reglas del Método Sociológico” y propone las reglas relativas a la observación de los hechos sociales, a la distinción de lo normal y de lo patológico, a la constitución de los tipos sociales, a la explicación sociológica y a la administración de las pruebas. Formula también un principio que con frecuencia ha sido mal comprendido: “los hechos sociales deben ser tratados como cosas”. En la segunda edición (1901) explica: “Es cosa todo objeto de conocimiento que no puede ser naturalmente comprendido por la inteligencia”, y que, por tanto, debe ser “estudiado por vía de observación y de experimentación”. Dicho de otra forma, este principio significa sencillamente que la sociología debe adoptar ante los hechos que estudia, la misma actitud de objetividad que las demás ciencias. Esta expresión “cosa”, al igual que la importancia que atribuía al “substrato social”, hizo que algunos acusaran a Durkheim de materialista, e incluso algunos no vacilaron en relacionar su doctrina con la del materialismo histórico. Durkheim protestó vivamente. En su informe sobre “la concepción materialista de la historia de Arturo Labriola”, escribe: “Esta confusión es tá desprovista de todo fundamento y es preciso que cese”. Según él, no es la economía, sino la religión, “el más primitivo de todos los fenómenos sociales”. Por esta razón consagrará en 1912 un gran libro a las “Formas elementales de la vida religiosa”; la religión que une, mientras que las relaciones económicas “dejan a los hombres unos al margen de los otros”. En 1908, ante la sociedad de Economía Política, afirma que los hechos económicos son “cosas de opinión”, es decir, que dependen de las representaciones que se hacen los hombres, en una sociedad dada, de los bienes materiales. Cada vez más irá insistiendo en este aspecto espiritual de la vida social. En su estudio sobre “El Suicidio”, donde aplica al 5 suicidio el método estadístico, declara que la vida social está “esencialmente hecha de representaciones”. En mayo de 1898, en un artículo de la “Revue de Métaphysique et de morale” sobre las representaciones colectivas, afirma que la vida social se caracteriza por una “hiperespiritualidad”. En 1911, en el congreso de Bolonia, declara: “se disminuye a la sociedad, cuando sólo se ve en ella un cuerpo organizado. En este cuerpo vive un alma: es el conjunto de los ideales colectivos” Se le ha reprochado también a Durkheim de haber exaltado a la sociedad a expensas del individuo, desembocando de esta forma en un sociologismo muy discutible. En sus “Leçons de sociologie, physique des moeurs et du droit”, publicadas recién en 1950, concede que sin duda, en las sociedades primitivas, el individuo “está absorbido por la sociedad”. Pero añade que “a medida que avanzamos en la historia, vemos cómo cambian las cosas. Perdida al comienzo en el seno de la masa social, la personalidad individual se va desprendiendo de ella...Cuanto más avanzada, más crece la dignidad de la persona. No hay ley mejor establecida”. Ciertamente Durkheim ha insistido mucho sobre la “coacción social”, pues las normas sociales se imponen imperativamente al individuo. La sociedad que es para Durkheim fuente de valores morales, no aparece solamente como una fuerza de presión, sino que es para el individuo un medio de elevación. Un reproche más justificado que ese le pudiera dirigir a Durkheim sería el de haber querido transformar la sociología en un sistema filosófico. Ya sus “Lecciones de Sociolo gía” contenían toda una moral. En 1906, en su exposición ante la Sociedad Francesa de Filosofía sobre “La determinación del hecho moral”, al que define por sus dos características de obligación y de deseabilidad, había mostrado cómo, según su opinión, la sociología puede desembocar en una doctrina moral. En “Las formas elementales de la vida religiosa”, elabora toda una teoría del conocimiento que completará en 1913-1914 en su curso “Pragmatismo y Sociología”. En otros cursos publicados después de su muerte, sitúa en primer plano los problemas morales, examinados siempre desde el punto de vista sociológico. Estos cursos son: “Educación y sociedad ” ( 1922), “La educación moral” (1923), “La evolución pedagógica en Francia” (1938). Durkheim supo reunir a su alrededor y de “L’Année de sociologique” una pléyade de sociólogos, etnólogos, historiadores, juristas, lingüistas, etc., con frecuencia eminentes. La sociología durkheimiana ha ejercido, incluso fuera de Francia, una influencia considerable. La Gaceta Sociológica Editor responsable: Lic. Silvana Inés Lado - Cátedra de Sociología - UNMdP Texto para la divulgación. Los textos que aquí se reproducen son una versión libre de diferentes partes de la “Enciclopedia de las Ciencias Sociales” Tomo: Sociología, Editorial Asuri, Bilbao, 1981. (Páginas: 22, 23, 58, 65, 75, 86, 146, 214, 221, 232, 239, 247, 279, 287, 288, 296, 404, 451 y 480.)