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Marzo 1996
Volumen 1 Ejemplar 1
P ági na/ S oci ol ógi ca
TEMA
Emile Durkheim
P
adre de la sociología francesa, Durkheim publicó
en 1985 las “Reglas del Método Sociológico”, que
para las Ciencias del hombre era el equivalente de la
“Introducción a la medicina Experimental” de Claude Bernard,
e incluso del “Discurso del Método”, de Descartes. Para
Durkheim, se trata de fundar la sociología como ciencia.
Su exigencia desde este punto de vista es ejemplar.
Señalamos las etapas esenciales de su investigación:
1. La ciencia implica el rechazo de la sociología
espontánea que da el sentimiento de familiaridad sin
ofrecer el conocimiento de los fenómenos. Por el hecho
de que es un ser social, el hombre no puede deducir que
es un sabio de su sociedad. El sociólogo debe romper,
por tanto, con las ideas recibidas, con las
“prenociones”.
2. La ciencia implica la constitución de un ámbito propio, en
este caso una definición del hecho social: “Hecho
social
es -declara el entrevistado- toda forma de
actuar, fija o no, susceptible de ejercer sobre el
individuo una coacción externa, o también que es
general en el ámbito de una sociedad dada, a la vez que
posee una existencia propia, independiente de sus
manifestaciones individuales”. En el interior del
campo así definido, el investigador tendrá que definir el
objeto de estudio.
3. La ciencia implica métodos objetivos y por ello “hay que
tratar a los hechos sociales como cosas”, lo que no
significa su reducción al status de cosa, sino que es
preciso observarlos desde el exterior. La comprensión
de un fenómeno sólo puede resultar de su tratamiento
objetivo.
4. El
sociólogo
debe
y,
investigar
la
causa
secundariamente la función del fenómeno, si hubiese
lugar, porque “hacer ver para qué es útil un hecho no es
explicar cómo ha nacido ni cómo es lo que es”.
5. El sociólogo por último, debe poder diagnosticar entre los
fenómenos
sociales
aquellos
que
pertenecen a lo normal y aquellos que son
patológicos. Durkheim nunca quiso
separar sus intenciones teóricas y sus
intenciones reformadoras. El sociólogo
debe decir cómo sanar a las sociedades
enfermas y reconocer sus males.
Biografía
acido en 1858, ingresa en 1879 en la
Escuela Normal Superior donde sigue
los cursos de Fustel de Coulanges y
de Boutroux. En 1906 es titular de la
cátedra de Pedagogía de la Sorbona.
En 1909, dicta cursos en el Colegio de Francia
N
sobre “lasAgrandes
doctrinas pedagógicas
siglo XVIII”.
OBSERVAR
LOS HECHOS
DESDE ELdel
EXTERIOR
Muere el 15 de noviembre de 1917.
Su Obra
L
as intenciones reformadoras de Durkheim son
explícitas desde su primera obra (“De la división del
trabajo social”). En este libro, distingue dos tipos de
sociedades: las sociedades de solidaridad mecánica, en
las que tienen poca importancia las diferenciaciones
individuales y que basan su cohesión interna en la fuerza
de la conciencia colectiva, ya que los individuos
participan intensamente en la misma sacralidad; y las
sociedades de solidaridad orgánica, en las que la división
del trabajo constituye a los hombre en individualidades
diferenciadas que cumplen tareas específicas y realizan
una “vocación”. La cohesión social interna es el resultado
de la complementariedad de las funciones y de un nuevo
tipo de valores en torno al concepto de hombre. La
transición de un tipo de sociedad al otro se debe a causas
sociales: aumento del volumen de la sociedad, de la
densidad material y de la densidad moral (intensidad de
intercambios individuales y de las comunicaciones).
Durkheim llama densidad social al número de relaciones
sociales entre individuos con relación al volumen de la
En este ejemplar
1 Emile Durkheim: su obra.
2 Estado de Anomia
3 Conciencia colectiva
4 Hecho social
5 Editorial
2
sociedad. Distingue “densidad material” y “densidad moral”.
La primera se manifiesta bajo tres formas: la condensación
de la población; la formación y desarrollo de las ciudades; y el
crecimiento del número y de la rapidez de las vías de
comunicación. La segunda, que llama también “densidad
dinámica” es definida así: “A volumen igual, la densidad está
en función del número de individuos, que efectivamente están
relacionados no sólo comercial sino moralmente; es decir,
que no solamente intercambian servicios o actúan en
competencia comercial, sino que viven una existencia
común”.
El libro III de la obra construye el concepto de anomia (cuya
importancia en sociología no ha dejado de aumentar) para
caracterizar la incapacidad en la que puede encontrarse la
sociedad de integrar a individuos que el debilitamiento de
la conciencia colectiva ha separado. Este concepto se
vuelve a encontrar en “El Suicidio” , cuando Durkheim
distingue los tres tipos: el suicidio egoísta, el altruista y el
anómico. Uno de los aspectos más interesantes de la obra es
la utilización que hace el autor de la estadística para
demostrar su Ley del suicidio (integración social).
La última gran obra de Durkheim, y quizá la más original e
importante, es “Las Formas Elementales de la Vida
Religiosa” . Su programa en esta obra es ambicioso:
construir una teoría de la religión a partir de un análisis
exhaustivo de las formas más primitivas. Durkheim afirma
que, bajo la apariencia de lo sagrado, lo que los hombres
adoran, sin saberlo, es la sociedad y describe cómo
producen los grupos, en los períodos de exaltación social, los
dioses que necesitan y los transfiguran.
La obra de Durkheim contiene también interesantes
investigaciones sobre la educación en Francia y numerosas
observaciones sobre un socialismo corporativista, original por
sus dimensiones morales y sus lazos con el análisis
sociológico.
La influencia de Durkheim y de su escuela tanto sobre
sociología francesa como anglosajona, continúa siendo un
fenómeno de actualidad.
Ideas...
a conciencia colectiva es independiente de las
condiciones particulares en que se encuentran
situados los individuos; éstos pasan y aquélla
permanece. La conciencia colectiva es la misma en el
Norte y en el Sur, en las grandes ciudades y en las pequeñas,
en las diferentes profesiones. Es, por tanto, absolutamente
distinta de las conciencias particulares, aunque no se realice
más que en los individuos. La conciencia colectiva es el tipo
psíquico de la sociedad, tipo que tiene sus propiedades, sus
condiciones de existencia, su forma de desarrollo,
exactamente igual que los tipos individuales aunque de un
modo diferente.” (Extracto “De la División del Trabajo
Social”)
“L
sta aptitud de la sociedad para erigirse en dios o
para crear unos dioses nunca fue tan visible como
durante los primeros años de la Revolución, en ese
momento, efectivamente, bajo el influjo del
entusiasmo general, unas cosas puramente laicas por
naturaleza fueron transformadas por la opinión pública en
cosas sagradas, como la Patria, la Libertad, la Razón. Una
religión que tenía su dogma, sus símbolos, sus altares y sus
fiestas tendió a establecerse por sí sola. El culto a la Razón y al
“E
La Gaceta Sociológica
Ser Supremo intentó aportar una especie de satisfacción
oficial a estas aspiraciones espontáneas.” (“Las Formas
elementales de la Vida Religiosa”, extracto).
o que hace falta para que el orden social reine es que
la generalidad de los hombres estén satisfechos con
su suerte. Pero lo que es preciso para que estén
satisfechos no es que tengan más o menos, sino que
estén convencidos de que no tienen derecho a tener más. y
para ello es absolutamente necesario que exista una
autoridad cuya superioridad todos reconozcan y que
establezca el derecho porque el individuo abandonado a la
sola presión de sus necesidades jamás admitirá que ha llegado
el límite extremo de sus derechos.” (Extracto de “El
Socialismo, su definición, sus Orígenes. La doctrina SaintSimoniana”).
“L
No es lo mismo un
estado de anomia
que un estado de
anemia...
a anomia es un concepto sociológico forjado por
Durkheim, de mucha importancia para el análisis
sociológico. Su significado ha sufrido, no obstante, un
cierto número de inflexiones y, sin que se pueda hablar
de sentidos opuestos, la anomia recibe, ya en
Durkheim, dos sentidos diferentes según se la analice en
“La División del Trabajo Social” o en “El Suicidio”.
L
En “La División del trabajo Social” (1893), la anomia es
definida como el mal que sufre una sociedad en su conjunto
por la inexistencia de reglas morales y jurídicas que
organicen su economía. La crisis que manifiesta, en la
relación del individuo con el sistema de valores que
normaliza la conducta y estructura los ideales, es referida a la
sociedad tomada como un todo. La anomia es la ruptura de
la solidaridad.
La división del trabajo social, dice Durkheim, crea una forma
original de solidaridad, la solidaridad orgánica. A la
diferenciación de las actividades sociales y al la atenuación
correlativa de los sentimientos comunes entre los miembros
de la sociedad corresponde una alteración en el objeto de la fe
social. La imagen de la “persona humana” reemplaza a la de
la sociedad. La integración social resulta entonces del ajuste
de los individuos a las diferentes funciones que les asigna la
sociedad y del sentimiento que les inspira su vocación.
Paradójicamente, esta sociedad hace objetivamente al
individuo más dependiente de los demás, a causa del
carácter parcelario de su tarea, y al mismo tiempo le hace
tomar “conciencia” de su diferencia respecto a los otros y de
su personalidad propia, por el hecho mismo de la existencia
de una diversidad infinita de roles sociales. La sociedad
moderna es presa de la contradicción entre cooperación y
competición, entre solidaridad y conflicto. Cuando se da el
desequilibrio, a causa de la anarquía económica o del
debilitamiento de instituciones mediadoras como la familia,
la Iglesia o las corporaciones, el sistema de valores se
disuelve. La individualización de los fines y de los medios
3
La Gaceta Sociológica
sale victoriosa, porque la organización social ya no está en
condiciones de asegurar la armonía social.
“La enfermedad de la desmesura...”
n “El Suicidio”, Durkheim pone el acento sobre otro
aspecto de la anomia: la relación individuo con las
normas de su sociedad y con el modo de
interiorización de éstas. Éste estudio de la relación
que el actor social mantiene con el orden simbólico lo
apoya en un análisis del carácter infinito, vertiginoso, del
deseo del hombre entregado a sí mismo, que ahora resuena de
forma extrañamente moderna. Esta “angustia, situada en la
misma raíz del hombre, desaparece cuando la sociedad tiene
poder de someterla al sistema de sus reglas, pero reaparece
(eso es la anomia) cuando disminuye la fuerza de los
instrumentos integradores”. La anomia no se explica ya sólo
al nivel de la organización de la sociedad, sino también en la
relación del deseo con la ley, y en el fracaso de ésta por
humanizar aquel. Más allá de las consideraciones morales de
Durkheim, es difícil no mencionar los aportes ulteriores de
Freud acerca de la comprensión del “malestar de la
civilización.” La anomia es la enfermedad de la desmesura.
Como dice Alessandro Pizzorno, la anomia de la división del
trabajo social se transforma en la anomia de la personalidad
mórbida; la enfermedad del capitalismo romántico, la de
René (de Chateubriand), a quien Durkheim cita, y exclama:
“¿Acaso es culpa mía el que encuentre por todas partes
límites, si lo que es finito no tiene ningún valor para mí?”.
E
Los trabajos de Durkheim influyeron en la sociología
norteamericana (Mac Iver, Robert King Merton, Talcott
Parsons, etc.). Lo esencial de dichos análisis residía en el
vínculo que Durkheim intentaba establecer entre la anomia
y el modo de organización de la sociedad. El problema
planteado era el de la relación entre sistemas de valores y
estructuras socioeconómicas, en función del ritmo de
desarrollo y de mutación de éstas últimas.
Conciencia Colectiva
C
on esta noción, Durkheim trata de dar cuenta de la
especificidad, la trascendencia y el simbolismo de la
sociedad con relación a los individuos que la
componen.
“El conjunto de creencias y sentimientos comunes al
promedio de los miembros de una misma sociedad forma un
determinado sistema que tiene vida propia; se le puede
llamar conciencia colectiva o común. Sin duda, no tiene por
sustratro un órgano único; se encuentra por definición, difusa
en toda la extensión de la sociedad, pero no por ello deja de
tener caracteres específicos que la convierten en una realidad
distinta. En efecto, es independiente de las condiciones
particulares en que se encuentran situados los individuos:
éstos pasan y ella permanece...Es el tipo psíquico de la
sociedad” ( “De la división del Trabajo Social”).
Se ha querido ver en la conciencia colectiva, tal como la
definió Durkheim, una realidad en sí misma, y es cierto que el
pensamiento de Durkheim se presta a veces el equívoco en su
formulación. Pero, cuando se haya precisado que este
concepto de conciencia colectiva influyó en la definición de
“lengua” de Ferdinand de Saussure, se captará la posibilidad
de otra interpretación en términos de estructura. Se podría
así relacionar el pensamiento de Durkheim con el de LeviStrauss, quien afirma que las conductas individuales
normales nunca son simbólicas por sí mismas, sino que son
los elementos a partir de los cuales se construye un sistema
simbólico, que sólo puede ser colectivo. El concepto de
conciencia colectiva, a pesar de sus ambigüedades, indica que
la sociología (ciencia de los “estados de la conciencia
colectiva” que se manifiestan en los ritos, las instituciones,
las tradiciones, etc.) es una ciencia de lo simbólico.
Conciencia Colectiva y
Solidaridad Social
tra dificultad parece surgir, sin embargo, cuando
confrontamos la conciencia colectiva con el análisis de
las dos formas de solidaridad social (mecánica y
orgánica) que definen los dos grandes tipos de sociedad.
Propiamente hablando, la conciencia colectiva parece que no
existe más que en las sociedades de solidaridad mecánica,
donde se observa una identidad total de las conciencias
individuales con un tipo común; en cuanto a las sociedades
de solidaridad orgánica, donde las actividades se diferencian
y se individualizan, acabarán contemplando la disolución de
la conciencia colectiva. De hecho, la manera como Durkheim
resuelve el problema confirma que la conciencia colectiva no
es una entidad espiritual opuesta al psiquismo individual,
sino que es el concepto por el que se significa que la sociedad
es un sistema en el que los individuos son los elementos
diferenciales. En las sociedades homogéneas, el contenido
de la conciencia colectiva (principio inspirador de los valores
que la sociedad impone a sus miembros) es la sociedad
misma. Con la división del trabajo social y la diferenciación
de los individuos llega el tiempo en el que “no habrá nada en
común entre los miembros de un mismo grupo humano, sino
el hecho de ser hombres”. Pero este tiempo permanece
tributario de la conciencia colectiva, producido por ella
misma.
O
Una sociedad individualista no es, por consiguiente, una
sociedad sin conciencia colectiva (lo que es impensable),
sino una sociedad en la que el contenido de esta conciencia
cambia. A la sociedad como objeto de su culto, la conciencia
colectiva impone a los hombres la imagen de la persona. “Es
esta (la sociedad) la que ha consagrado al individuo; la que
ha hecho de él el ser respetable por excelencia. La
emancipación progresiva del individuo no implica, pues, un
debilitamiento, sino una transformación del vínculo social.
El individuo no se separa de la sociedad, sino que se liga a
ésta de forma distinta que antes, porque la sociedad le
concibe y le quiere en forma distinta a como le concebía en el
pasado”.
Durkheim buscando remedio a la falta de integración del
individuo en la colectividad (anomia), encuentra en la idea de
corporación el único cuerpo intermedio entre el Estado y el
individuo, que es capaz de responder a esa necesidad, ya que
extrae toda su realidad del mundo del trabajo. Este sociólogo
elabora así un modelo original de socialismo corporativo que
al parecer no ha hecho historia.
4
La Gaceta Sociológica
La Felicidad ja, ja, ja, ja...
mile Durkheim considera (contrariamente a Tönnies y a
los moralistas clásicos del siglo XVIII), que la felicidad
no puede ser el factor de una transformación social, pues la
felicidad es una noción individualista y lo colectivo no
puede comprenderse más que por medio de la conciencia
colectiva. Por ello Durkheim critica la concepción de que la
búsqueda de la felicidad ha conducido a un aumento de la
producción por medio de la especialización del trabajo. Tal
cálculo -afirma- no puede ser el origen de los progresos
técnicos. En efecto, éstos son prácticamente ilimitados, en
tanto nuestra capacidad de ser feliz es restringida. La
felicidad se funda sobre un equilibrio medio. Todo cambio
rápido produce una crisis, de forma que la felicidad se
adapta mejor al inmovilismo. “El salvaje normal puede ser
tan feliz como el hombre civilizado normal”. El mejor medio
que tenemos para evaluar si una sociedad es feliz es el índice
de suicidios. Ahora bien, el verdadero suicida no aparece en
estado endémico más que en los pueblos civilizados, y
alcanza su máximo nivel en las grandes ciudades, donde el
progreso industrial deja sentir precisamente sus efectos. Así
pues, dice Durkheim, “para explicar las transformaciones por
las que pasan las sociedades no hay que buscar más qué
influencia ejercen sobre la felicidad de los hombres, puesto
que no es esta influencia la que los ha determinado”
E
Hecho social
ara Durkheim, hecho social “ es toda manera de hacer,
fija o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una
coacción exterior; o también, que es general en el
ámbito de una sociedad dada, pero conservando una
existencia propia independiente de sus manifestaciones
individuales” Propone cierto número de reglas relativas a la
observación de los hechos sociales.
P
La primera regla: “es necesario considerar a los hechos
sociales como cosas” es decir, examinarlos de igual manera
que las ciencias naturales tratan a los hechos físicos.
Segunda regla: “Es necesario considerar los hechos sociales
en sí mismos y separados de los sujetos conscientes que se
los representan; es necesario estudiarlos desde fuera como
cosas exteriores”. Este estudio exige dejar de lado
sistemáticamente las prenociones.
Finalmente es necesario “no tomar nunca como objeto de
investigación más que un grupo de fenómenos definidos
con anterioridad por ciertos caracteres exteriores que le son
comunes, e incluir en la misma investigación todos aquellos
que responden a esta definición”.
La Escuela Durkheimniana
D
urkheim (1858-1917) funda una escuela sociológica que
ha aportado eminentes contribuciones a la ciencia
social.
Profesor de la universidad de Burdeos (1888), creó en 1898
“L’Année Sociologique”, incomparable colección que
afortunadamente ha sobrevivido a través de las dos guerras
mundiales. En 1902 es llamado a la Sorbona donde enseño
hasta su muerte. Su principal mérito ha sido, de una parte,
afirmar la especificidad de lo social en lugar de reducirlo
bien a lo orgánico, bien a lo psíquico individual, como lo
habían hecho sus predecesores; de otra parte, vincular la
sociología a las ciencias auxiliares tales como la etnografía, el
derecho, la demografía, la economía política, etc.
Desde su tesis sobre la división del trabajo social, insiste
sobre la importancia de los estados mentales, pero
asociándolos a las condiciones de vida en sociedad: “Los
hechos sociales, escribe, no son el simple desarrollo de los
hechos psíquicos, pero los segundos no son, en gran parte,
más que la prolongación de los primeros en el interior de las
conciencias”. Así “el conjunto de creencias y sentimientos
comunes a la media de los miembros de una misma sociedad
forma un sistema determinado que tiene su vida propia; se le
puede llamar ‘conciencia colectiva’ ” Esta noción de
conciencia colectiva cobrará en él cada vez mayor
importancia. Pero se guarda de hacer algo sustantivo de esta
conciencia colectiva, de convertirla en una entidad
cuasimetafísica. Para él, está condicionada por la estructura
de la sociedad, particularmente por su volumen (número de
miembros del grupo) y por su densidad (número de
intensidad de las relaciones sociales) que aumenta a medida
que la división del trabajo crece. En el tomo segundo (1899)
de “L’Anné sociologique”, Durkheim da a la ciencia de este
substrato social el nombre de “morfología social”: “La vida
social descansa sobre un substrato que está determinado en su
tamaño y en su forma. Lo constituye la masa de los
individuos que componen la sociedad, la manera en que
ellos están distribuidos sobre la tierra y la naturaleza y la
configuración de toda suerte de cosas que afectan a las
relaciones colectivas”. De esta manera, “todo lo referente a la
demografía y a la geografía de los centros rurales y urbanos se
relaciona con la morfología social.”
En 1895, Durkheim publica las “Reglas del Método
Sociológico” y propone las reglas relativas a la observación
de los hechos sociales, a la distinción de lo normal y de lo
patológico, a la constitución de los tipos sociales, a la
explicación sociológica y a la administración de las pruebas.
Formula también un principio que con frecuencia ha sido mal
comprendido: “los hechos sociales deben ser tratados como
cosas”. En la segunda edición (1901) explica: “Es cosa todo
objeto de conocimiento que no puede ser naturalmente
comprendido por la inteligencia”, y que, por tanto, debe ser
“estudiado por vía de observación y de experimentación”.
Dicho de otra forma, este principio significa sencillamente
que la sociología debe adoptar ante los hechos que estudia, la
misma actitud de objetividad que las demás ciencias.
Esta expresión “cosa”, al igual que la importancia que
atribuía al “substrato social”, hizo que algunos acusaran a
Durkheim de materialista, e incluso algunos no vacilaron en
relacionar su doctrina con la del materialismo histórico.
Durkheim protestó vivamente. En su informe sobre “la
concepción materialista de la historia de Arturo Labriola”,
escribe: “Esta confusión es tá desprovista de todo fundamento
y es preciso que cese”. Según él, no es la economía, sino la
religión, “el más primitivo de todos los fenómenos
sociales”. Por esta razón consagrará en 1912 un gran libro a
las “Formas elementales de la vida religiosa”; la religión
que une, mientras que las relaciones económicas “dejan a
los hombres unos al margen de los otros”.
En 1908, ante la sociedad de Economía Política, afirma que los
hechos económicos son “cosas de opinión”, es decir, que
dependen de las representaciones que se hacen los
hombres, en una sociedad dada, de los bienes materiales.
Cada vez más irá insistiendo en este aspecto espiritual de la
vida social. En su estudio sobre “El Suicidio”, donde aplica al
5
suicidio el método estadístico, declara que la vida social está
“esencialmente hecha de representaciones”. En mayo de
1898, en un artículo de la “Revue de Métaphysique et de
morale” sobre las representaciones colectivas, afirma que la
vida social se caracteriza por una “hiperespiritualidad”. En
1911, en el congreso de Bolonia, declara: “se disminuye a la
sociedad, cuando sólo se ve en ella un cuerpo organizado.
En este cuerpo vive un alma: es el conjunto de los ideales
colectivos”
Se le ha reprochado también a Durkheim de haber exaltado a
la sociedad a expensas del individuo, desembocando de esta
forma en un sociologismo muy discutible. En sus “Leçons de
sociologie, physique des moeurs et du droit”, publicadas
recién en 1950, concede que sin duda, en las sociedades
primitivas, el individuo “está absorbido por la sociedad”.
Pero añade que “a medida que avanzamos en la historia,
vemos cómo cambian las cosas. Perdida al comienzo en el
seno de la masa social, la personalidad individual se va
desprendiendo de ella...Cuanto más avanzada, más crece la
dignidad de la persona. No hay ley mejor establecida”.
Ciertamente Durkheim ha insistido mucho sobre la “coacción
social”, pues las normas sociales se imponen
imperativamente al individuo. La sociedad que es para
Durkheim fuente de valores morales, no aparece solamente
como una fuerza de presión, sino que es para el individuo
un medio de elevación.
Un reproche más justificado que ese le pudiera dirigir a
Durkheim sería el de haber querido transformar la sociología
en un sistema filosófico.
Ya sus “Lecciones de Sociolo gía” contenían toda una moral.
En 1906, en su exposición ante la Sociedad Francesa de
Filosofía sobre “La determinación del hecho moral”, al que
define por sus dos características de obligación y de
deseabilidad, había mostrado cómo, según su opinión, la
sociología puede desembocar en una doctrina moral. En “Las
formas elementales de la vida religiosa”, elabora toda una
teoría del conocimiento que completará en 1913-1914 en su
curso “Pragmatismo y Sociología”. En otros cursos publicados
después de su muerte, sitúa en primer plano los problemas
morales, examinados siempre desde el punto de vista
sociológico. Estos cursos son: “Educación y sociedad ” ( 1922),
“La educación moral” (1923), “La evolución pedagógica en
Francia” (1938).
Durkheim supo reunir a su alrededor y de “L’Année de
sociologique” una pléyade de sociólogos, etnólogos,
historiadores, juristas, lingüistas, etc., con frecuencia
eminentes. La sociología durkheimiana ha ejercido, incluso
fuera de Francia, una influencia considerable.
La Gaceta Sociológica
Editor responsable:
Lic. Silvana Inés Lado - Cátedra de
Sociología - UNMdP
Texto para la divulgación.
Los textos que aquí se reproducen son una versión libre de
diferentes partes de la “Enciclopedia de las Ciencias
Sociales” Tomo: Sociología, Editorial Asuri, Bilbao, 1981.
(Páginas: 22, 23, 58, 65, 75, 86, 146, 214, 221, 232, 239, 247,
279, 287, 288, 296, 404, 451 y 480.)