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Gabriela Salazar. El voto como acción social. Estudio de las motivaciones frente al voto en Monterrey.
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey.
El voto como acción social.
Estudio de las motivaciones frente al voto en Monterrey
Gabriela Salazar
I. Introducción.-
a) Contexto histórico del estudio del voto en México
El presente artículo tiene como propósito presentar un avance de la investigación empírica
que forma parte de mi Tesis Doctoral titulada: “El voto como acción social. Estudio de las
motivaciones frente al voto en Monterrey”, del Doctorado en Ciencias Sociales del Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. El tema general del cual partimos es el
voto y las motivaciones que lo provocan.
El voto comenzó a ser estudiado en México en los últimos 20 años. El análisis del voto a
partir de la década de los 90’s se debe a que antes de ese momento, el sufragio y la
organización de las elecciones en México eran controladas por el Gobierno y el valor del
voto como mecanismo de representación y de participación política eran muy
cuestionables. Si bien había celebración de elecciones, el sistema electoral funcionaba bajo
el control del
Partido de Estado y la implementación de mecanismos como el
corporativismo y el clientelismo1. La ausencia de reglas electorales acordes a un marco
democrático, impidieron por décadas una real competencia de partidos políticos y por ende,
una posible alternancia en el poder. Dicho sistema hegemónico y autoritario generó además
una cultura política de escasa participación ciudadana2.
1
Woldenberg, J. (Coord). (2000). La mecánica del cambio político en México. Elecciones, partidos y
reformas. México: Ediciones Cal y Arena.
2
Desde la década de los 60´s, en el clásico estudio de Almond y Verba (The Civic Culture), se calificaba a
México como un país con una cultura política de súbdito, generada por el sistema autoritario, en la que el
ciudadano activo y competente era casi inexistente.
1
Gabriela Salazar. El voto como acción social. Estudio de las motivaciones frente al voto en Monterrey.
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey.
A partir de 1977 y después de acontecimientos políticos y sociales que hicieron que el
sistema autoritario comenzara a abrirse, dan inicio una serie de reformas al marco jurídico
electoral que ya no se detendrán y que serán uno de los pilares de la transición democrática
en México. En el periodo 1990-2009, el sistema electoral sufrió importantes modificaciones
en su estructura jurídica y operativa.3
Las reformas electorales de 1996 fueron cruciales para aumentar la confianza en el
sufragio, en las autoridades electorales, en el cómputo de los votos y en la posibilidad de
una alternancia política. (Woldenberg, 2000).
El clima creado por las nuevas reglas trajo como uno de sus efectos más notorios, una
creciente participación electoral4 y la alternancia política. El hecho de que un partido
distinto al oficial pudiera ganar las elecciones se convirtió en el principal dividendo de las
transformaciones y el voto fue “valorado” por primera vez, como una herramienta real para
promover el cambio político y social. Este optimismo y confianza en el voto, se vieron
reflejados en Nuevo León en 1997, con la alternancia en la Gubernatura del Estado por el
Partido Acción Nacional.
Sin embargo, 10 años después de las cruciales reformas, el sistema electoral y la confianza
ganada en el voto sufrieron una crisis. En la elección presidencial del año 2006, dicho
sistema resultó cuestionado en especial en lo que atañe a garantizar equidad en las
3
Algunos de los hechos más relevantes que sucedieron en el lapso de estos 19 años y que tienen relación
directa con la confianza y credibilidad ciudadana hacia el proceso electoral y el voto, fueron las siguientes:
apertura gradual hacia la competencia electoral real para los partidos distintos al partido único (la oposición),
posibilidad de creación de nuevos partidos y de condiciones viables para su participación en las elecciones,
descentralización del sistema administrativo electoral hasta concluir en la ciudadanización total de la
organización de las elecciones en una instancia ciudadana y profesional (IFE y organismos estatales
electorales), mayores condiciones de equidad para los partidos políticos, garantizándoles financiamiento y
prerrogativas para su participación en las campañas ; realización de elecciones confiables que hicieran posible
la alternancia en el poder. Todos estos factores tuvieron un impacto directo en la transformación del valor que
el ciudadano pudiera dar al voto.
4
La participación electoral a nivel nacional ha sido en los últimos años: Presidencial 1994 (77%),
Presidencial 2000 (63.9%), Diputados Federales 2003 (53.3%), Presidencial 2006 (58%), Diputados Federales
2009 (54%). En el caso de Nuevo León: 1994 (74%), 1997 (63.6%), 2000 (63%), 2003 (53%), 2006 (59%),
2009 (55%). En Nuevo León, 1997 y el año 2000 son los años que registraron la más alta participación
electoral, del 63% de los electores. Después de ese año, la participación bajó a niveles entre el 50 y 55%.
Obtenido de: Estadísticas y Resultados Electorales, IFE y CEE. www.ife.org.mx, www.ceen-.org.mx
2
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campañas electorales y confiabilidad en el cómputo electoral5. Nuevas reformas fueron
promovidas en el 2007 y aplicadas en la elección intermedia del 2009. Sin embargo, para
efectos del contexto político en el tema del sufragio, la confianza en el voto sufrió un nuevo
declive: los hechos históricos nos hacen suponer que la alternancia política a través del voto
no era suficiente para una transición democrática exitosa y que el voto no era la única vía
para la transformación política, social y económica que necesitaba el país6. El
abstencionismo aumenta en cada elección y la confianza ya no se sostiene optimistamente
como a finales de los 90´s, dando paso a fenómenos como el abstencionismo creciente y a
movimientos sociales como los del voto nulo y el voto en blanco que vivimos en el 2009.
En este contexto histórico y político, la justificación intelectual de la presente investigación
es que el estudio del tema electoral en nuestro país se ha centrado (por las razones
históricas expuestas) en la parte procedimental de la democracia electoral (las reglas
electorales). Los estudios del voto como tales, son análisis de carácter macro sobre el
comportamiento electoral de agregados sociales, es decir, estudian las tendencias del voto
de forma agregada y a posteriori, una vez realizado éste (mediante las estadísticas
electorales). Por otro lado, son estudios de corte cuantitativo, ya sea encuestas o modelos
matemáticos sui generis diseñados para tal efecto7.
La presente propuesta pretende convertirse en un estudio de tipo sociológico, que estudie el
fenómeno del voto desde una perspectiva más amplia, no sólo como fenómeno político (el
voto como mecanismo de representación y participación política) sino como fenómeno
social.
5
El informe de Latinobarómetro 2006 indicaba que México fue uno de los países que vio decrecer su
confianza en la democracia entre el 2005 y el 2006: pasando de 59% a 54%, por debajo de la media regional
en América Latina, que según este estudio, fue de 58%
para el 2006. Cfr.
http://www.contexto.org/pdfs/Informe_Latinobarometro_2006.pdf
6
Guillermo O´Donnell (2003) llama a este fenómeno “democracia delegativa”: existencia del voto electoral
con un contexto autoritario e instituciones débiles.
7
Uno de los más conocidos, El votante mexicano de Alejandro Moreno (2003), explora las estadísticas,
encuestas y propone un modelo de decisión del voto basado en regresiones multimodales.
3
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b) Esbozo teórico de la investigación
Para la comprensión del voto como un fenómeno social, el marco teórico que sustenta la
presente investigación tiene que ver con la acción social dentro de la teoría sociológica
tanto clásica como contemporánea. Los modelos explicativos del voto se han presentado
por la Ciencia Política y son los que han guiado los análisis realizados en los diferentes
países hasta la actualidad, incluido México.8
Los modelos surgidos de la Ciencia Política, tienen como rasgos comunes los siguientes:
son visiones macrosociales9 del problema, se enfocan a la dirección del voto (por quién
votó), están basados en metodologías de carácter cuantitativo (por lo regular encuestas
aplicadas en un momento o bien, series de encuestas en distintos momentos).
La teoría que este estudio tomará, por tratarse de un abordaje desde la sociología, será la
teoría de la Acción Social, que ha sido estudiada por distintos autores, desde Max Weber
hasta la llamada “sociología de la acción”. Esta visión tiene dos grandes concepciones, la
primera, weberiana, es que la acción puede ser de dos tipos, individual o social. La acción
social, cuyo estudio fue el que interesó a Weber, es aquella “en donde el sentido mentado
8
Los tres modelos son: el modelo sociológico, el modelo sicológico y el modelo de la elección racional. El
primero, desarrollado por investigadores de la Universidad de Columbia en la década de los cincuentas
sostiene como tesis principal que son factores sociales los que determinan el voto, destacando la clase social,
la afiliación religiosa, la residencia urbana o rural, la profesión y los grupos sociales de la persona, es decir,
condicionantes sociales estructurales los que definen la acción política y la preferencia electoral (Moreno,
2003; Montecinos, 2007; Lizama, 2008; Martín Salgado, 2001; Comisión Estatal Electoral Nuevo León,
2009). El modelo sicológico desarrollado en la Universidad de Michigan en la misma década, enfatiza que la
conducta electoral es resultado de una actitud psicológica formada en la socialización primaria dentro de la
familia, destacando la identificación partidista como elemento fundamental de dicho proceso. En este modelo
predomina el factor psicológico más que el sociológico. El tercer modelo, de la elección racional, iniciado por
Downs (1957) sustenta que el voto es resultado del cálculo que realizan los votantes entre los costos y
beneficios de su decisión; el voto es motivado por una lógica de “maximización de la utilidad”. El elector
calcula el diferencial de utilidad que le representa votar por una u otra opción, analizando retrospectivamente
y prospectivamente, y optando por el que le reditúe los mayores beneficios.
9
Tomamos las definiciones de Sautú: la investigación macro social tiene el propósito de abordar el estudio de
la estructura social, de las instituciones, las sociedades y sus culturas, incluyendo cuestiones vinculadas a los
procesos históricos; mientras que la investigación micro social tiene en cuenta la experiencia individual y la
interacción social que son la fuente de creación de significados y de bases para la acción concertada, y
creación y recreación del orden social. (Sautú, 2005, p. 52)
4
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por el sujeto o los sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su
desarrollo” (Weber, 1977, p. 5). Es decir, la acción social es aquella que tiene relación con
los demás, aquella que sólo adquiere un sentido para el individuo en cuanto éste le asigna
un valor en relación a los otros.
La sociología de la acción desarrollada por autores contemporáneos10 tiene un matiz
distinto. La sociologia “accionalista”11 parte de la premisa de que el actor (sujeto o agente)
es un ser dotado de racionalidad y subjetividad (en semejanza a Weber) pero que posee
atributos de libertad, voluntad, poder de acción, autonomía y reflexividad, que le permiten
ser un agente activo de la creación y recreación de la estructura social12.
Es decir, la sociología de la acción replantea el dilema de estructura-agente o estructuraindividuo. En la sociología clásica, la conducta de los individuos era determinada a través
de procesos de socialización e integración. En esta concepción, el individuo era un ser que
actuaba bajo premisas y reglas externas, que si bien no le eran desconocidas y eran
aceptadas, escapaban de su ámbito directo de acción y decisión.
Giddens (1976) sostiene que existe una “dualidad” de la estructura13, que consiste en la
existencia de agentes humanos reflexivos que a través de prácticas sociales rutinizadas en el
espacio y el tiempo, reproducen con su acción cotidiana una estructura que no les es
externa, sino interna, ya que es generada por su propia actividad. Agente y estructura serán
conceptos interdependientes que se reproducen mediante prácticas sociales recursivas. Para
Touraine, en su obra “Crítica la Modernidad” (1994) hace similar crítica, señalando que la
racionalidad moderna truncó al sujeto, identificándolo solamente con el pensamiento
10
Presentaremos solamente una breve síntesis de las principales posturas teóricas de Giddens y Touraine.
Según Zapata (1992) “el accionalismo afirma que los clásicos no reconocen a los actores sociales como
constructores del orden social sino que declaran la preexistencia de dicho orden a la acción de los actores”.
Zapata, F. (p. 47).
11
12
Esta visión teórica la comparten sociólogos como Giddens (1976 y 1984) en su teoría de la estructuración y
Alain Touraine (1994 y 1997) en el desarrollo de su teoría del sujeto.
13
“Vista como algo fijo y con estilo durkheimiano, externa a los actores sociales, parece restrictiva de la
acción, cuando en verdad es también habilitante. Para aprehender, justamente este doble carácter introduje la
noción de dualidad de la estructura”. (Giddens, 1976, p. 12)
5
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racional, lo cual lo lleva a la despersonalización y a la identificación con el orden
impersonal (Estado, Mercado o Sociedad) a través de la integración social.
Para ambos autores, el sujeto14/agente15 es un ser racional y subjetivo, que tiene capacidad
de controlar sus actos y su situación, y que concibe su conducta como componente de su
historia personal de vida y se concibe a sí mismo como actor.
Por tal motivo, las características de este estudio son una visión micro social del tema, y por
tanto, es una investigación de tipo inductivo bajo metodologías de corte cualitativo que nos
permitan adentrarnos en el tema de las motivaciones del voto desde una perspectiva
sociológica que nos exponga los significados de la acción de votar.
c) Pregunta, hipótesis y objetivos de investigación
En la ruta de la investigación iniciamos con una pregunta general ¿por qué vota una
persona?
Partimos del supuesto de que el voto es una acción16, y como tal, puede ser descompuesta
en elementos de tipo colectivo e individual. El dilema sociedad-individuo se encuentra en el
centro teórico de la sociología. Desde el punto de vista metodológico, consideramos que es
de utilidad separar ambas variables, con el fin de estudiarlas por separado, aislarlas para su
mejor comprensión. En este sentido, Giddens (1976) sostiene que “ni el individuo ni la
sociedad constituyen un punto adecuado para la reflexión teórica, a cambio de ello pongo el
acento en las prácticas reproducidas” (p. 12).
14
Las características del sujeto son: libertad, voluntad para ser sujeto, tiene vida personal, es lucha y
resistencia, es actor y es movimiento social.
15
Los atributos del “agente” de Giddens son: competente, reflexivo, intencional, tiene poder de obrar, poder
de transformar y es un experto en la vida social.
16
Weber (1977) definió acción como “conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en
omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo” (p. 5).
En cambio, Giddens (1977) la define como “la acción es un flujo continuo de experiencia vivida: su
categorización en partes depende de un proceso reflexivo del actor o de la consideración de otros. Proceso
vivido de la conducta cotidiana. (p.97)
6
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Sin embargo, separar lo social o estructural de lo individual no significa que se deseche tal
dualismo, sino supone una deconstrucción necesaria en el proceso de conocimiento. “¿Qué
significa desechar el dualismo individuo/sociedad? De ninguna manera significa negar que
existen sistemas y formas de colectividad con sus propiedades estructurales definitorias.
Tampoco se quiere dar a entender que esas propiedades estarían en algún modo contenidas
en las acciones de cada individuo situado. Cuestionar el dualismo del individuo y sociedad,
supone querer deconstruirlos a los dos”. (p.15)
Estudiar el voto y sus motivaciones implica entonces el análisis de un individuo y por
tanto, de su acción. “Hablar de un individuo no es hablar sólo de un sujeto sino también de
un agente, por eso no podemos evitar la idea de acción”. (p.15).
Además, Giddens señala que la acción no es meramente algo individual, sino que la acción
es la “tela de la organización social o de la vida colectiva” (p.16); de tal forma que analizar
la acción de votar, nos lleva a esta dualidad intrínseca de toda acción: su faceta individual
y su faceta colectiva.
Es pertinente además aclarar los límites de nuestra pregunta a investigar: no intentamos
responder ¿por quién votó una persona?, ni establecer una tipología en consecuencia, la
cual ya existe17;
tampoco¿por qué votó en el sentido que lo hizo?18 Las dos preguntas
17
La pregunta ¿por quién voto la persona? ha generado una taxonomía de electores, cuyo referente teórico es
la identificación partidista, de ahí ha surgido la clasificación más utilizada en la mercadotecnia y la ciencia
política: electores que votan por un partido (identificación partidista, voto duro o leal), electores que no
presentan una identificación partidista y pueden votar indistintamente por diferentes opciones políticas (no
afiliación partidista, voto volátil, indeciso o independiente, switcher), electores que no votan (apáticos o
abstencionistas). Esta categorización se sostiene en la teoría de la identificación partidista ligada a la
socialización primaria dentro de la familia (Escuela de Michigan).
18
La pregunta ¿por qué votó como lo hizo? ha llevado a análisis que tratan de explicar las “motivaciones” de
esta acción, es decir por qué votó como lo hizo. En este sentido, se han definido también otro tipo de
tipologías, como la siguiente: electores que votan por un partido (electores con identificación partidista),
electores que votan por u na personalidad, estilo o liderazgo es decir, por el candidato y, electores que votan
por un tema o propuesta política. Un reciente estudio realizado por la Comisión Estatal Electoral Nuevo León
(2009), en el que participaron las principales universidades del estado, a través del diseño y aplicación de una
encuesta, arroja los siguientes resultados: Se vota tomando en consideración: plan de gobierno (propuesta), el
34%, siempre vota por el mismo partido (identificación partidista), un 32% y cualidades del candidato, un
31%.
7
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mencionadas son actos posteriores a una acción inicial: el acto de decidir votar, puesto que
el actor ha optado por la realización de una acción que bien podría no haber realizado19.
La pregunta inicial puede entonces exponerse en tres preguntas más concretas:
a) ¿Qué motivaciones de carácter social provocan la acción de votar?
b) ¿Qué motivaciones de tipo individual motivan la acción de votar?
c) ¿Existen relaciones entre ambos tipos de motivaciones? De ser así, cuáles son estas
relaciones y cómo se manifiestan en el acto concreto de votar?
Por tanto, la pregunta de investigación del presente estudio es:
¿Cuáles son los procesos de tipo social y los de carácter
individual que motivan la acción de votar y cómo se relacionan y
manifiestan?
La hipótesis de trabajo es la siguiente:
Votar es una conjugación de variables de tipo social y de tipo
individual, que se relacionan e interactúan de manera dinámica
en el individuo para propiciar dicha acción específica.
Cfr.http://www.ceenl.org.mx/descargas/documentosPDf/Resultados%20del%20estudio%20cuantitativo.pdf.
19
En su teoría de la estructuración, Giddens (1984) señala que el agente tiene el poder de obrar y que ése
poder consiste en que “si tomamos cualquier secuencia de acciones de un agente, nos podemos percatar de
que en cada una de ellas, el agente tuvo el poder de haber actuado de manera diferente” (p. 25).
8
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Los objetivos de la investigación son:
a) Identificar las variables de tipo social que motivan la
acción de votar y cómo se manifiestan o expresan
b) Identificar las variables de tipo individual que motivan la
acción de votar y cómo se manifiestan o expresan
c) Determinar si existe relación entre variables de tipo
social e individual y de qué tipo son dichas relaciones
9
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c) Estrategia metodológica
La siguiente tabla muestra una síntesis de la estrategia metodológica:
Postura epistemológica
Interpretativa
o Dependencia objeto-sujeto
o Interpretación de significados
o Comprensión de la acción individual y social
Método general
Técnicas de investigación
o Inductivo
Cualitativas:
o Entrevistas a profundidad no estructuradas
o Grupos de enfoque.
Fuentes
o Primarias a través del trabajo de campo
o Secundarias : Bibliografía
Validez empírica
o Empatía, relevancia de la experiencia vivida por
el actor.
o Saturación
o Triangulación con estudios cuantitativos
realizados en México y en Nuevo León.
Triangulación entre las dos técnicas cualitativas.
De acuerdo a la pregunta de investigación y a los objetivos planteados, partimos de
la tradición interpretativa en las Ciencias Sociales, que tiene que ver con la comprensión
de los significados de la acción. El estudio de los significados de la acción comienza con la
sociología weberiana, según la cual comprender lo individual es la única vía para la
comprensión de la vida social (individualismo metodológico)20.
20
Mendras Henri (1996). Les grands auteurs de la sociologie. France: Hatier.
10
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Weber llama a este hecho “acción significativa”21 y quiere decir que el individuo es capaz
de comportarse intencionalmente, con un propósito, su acción siempre está cargada de
intencionalidad.22 Weber distingue dos tipos de comprensión: la comprensión actual y la
comprensión explicativa. La primera es la que entiende la acción en su inmediatez, al
momento mismo de ser observada, mientras que la comprensión explicativa es aquella que
busca reconstruir las motivaciones del actor en un contexto significativo. Weber señala que
la comprensión explicativa no es una tarea sencilla, pues el sentido de la acción no es
siempre transparente, pues siempre está llena de una fuerte carga de subjetividad.
(Mendras, 1996; Giner, 2001)
Sin embargo, también la sociología contemporánea considera que la acción solamente
puede ser estudiada tomando como base la experiencia directa de los agentes sociales,
quienes son “expertos” en la vida social.23.
Para la comprensión de significados, las técnicas de investigación de tipo cualitativo se
consideraron idóneas para lograr nuestro objetivo: “La investigación cualitativa se puede
definir como la conjunción de ciertas técnicas de recolección, modelos analíticos,
normalmente inductivos y teorías que privilegian el significado que los actores otorgan a su
experiencia” (Tarrés, 2008, p. 16).
Como técnicas específicas se seleccionaron dos, la entrevista a profundidad24 y el grupo de
enfoque25. Para la primera etapa se consideraron las entrevistas, ya que de acuerdo a nuestra
21
Giner (2001) define la acción significativa de Weber como incorporar significados a la conducta humana,
entender a la conducta como acción y al individuo como capaz de comportarse intencional y
significativamente.
22
En este punto, no solamente Weber nos habla de la intencionalidad del individuo como sujeto autónomo y
soberano, sino también sociólogos contemporáneos como Giddens a través de la teoría del agente y Alain
Touraine, mediante su argumentación sobre el sujeto.
23
Giddens (1977) considera que el agente es un “experto sociólogo”, pues es él quien mediante sus prácticas
rutinizadas, teje la vida social: “el científico social que estudia la conducta depende y debe depender de las
tipificaciones utilizadas por los mismos miembros de la sociedad para describir o explicar sus acciones y
ambos destacan la reflexividad y la autoconciencia en la conducta humana”. (p. 33)
24
“La entrevista cualitativa proporciona una lectura de lo social a través de la reconstrucción del lenguaje, en
el cual los entrevistados expresan pensamientos, deseos y el mismo inconsciente; es por tanto una técnica
11
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pregunta de investigación, se buscaba contar con categorías iniciales que surgieran de modo
inductivo para guiar la investigación en las etapas posteriores26.
La estrategia de investigación completa incluye 15 entrevistas a profundidad y cinco
grupos de enfoque, de los cuales se han realizado a la fecha (septiembre 2011): 10
entrevistas y tres grupos de enfoque. El presente artículo presentará los hallazgos
encontrados en al trabajo de campo realizado hasta el momento. A continuación se muestra
la estrategia de investigación en dos etapas:
Síntesis de la estrategia de investigación
Total Votantes: 10
Etapa de
investiga
ción
Técnica
utilizada
Votantes
partidistas
I
Entrevista
profundidad
1- Partidista PRI
5 Votantes
1- Partidista PAN
No partidistas
Un Grupo
votantes PAN
1 Grupo no
partidistas
II
Grupo de
enfoque
Un Grupo
votantes PRI
Votantes no
partidistas
Total no
votantes: 7
Votantes perfil
Altamente
participativo
No votantes
Total
1 Votante
perteneciente a una
OSC
7 no votantes
15 entrevistas
a profundidad
1- Grupo con perfil
altamente
participativo en
actividades de tipo
colectivo
1 Grupo con
no votantes
5 grupos de
enfoque
invaluable para el conocimiento de los hechos sociales, para el análisis de los procesos de integración cultural
y para el estudio de los sucesos presentes en la formación de identidades”. (Vela Peón, 2008).
25
El grupo focal se distingue por la dinámica grupal que propicia que “los participantes estimulan los
recuerdos, los sentimientos y las actitudes entre ellos, conduciendo así a una mejor comprensión sobre el tema
tratado. Es la dinámica grupal que se crea, lo que distingue al grupo focal de la típica entrevista a
profundidad”. (Vela Peón, 2008).
26
Es por ello que en una primera instancia se realizaron 10 entrevistas a profundidad (7 con votantes y 3 con
no votantes) considerando criterios de selección amplios (sexo, edad, nivel socioeconómico), con el objeto de
poder definir claramente los perfiles de informantes para el estudio en general. La metodología completa de
las entrevistas y los grupos de enfoque se encuentra en el Apéndice I.
12
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La primera fase del trabajo de campo se realizó entre los meses mayo y noviembre del 2010
y consistió en la realización de las primeras 10 entrevistas a profundidad (7 con votantes y
3 con no votantes). Si bien el estudio está enfocado a estudiar las motivaciones del voto, se
decidió incluir a 3 no votantes, a fin de conocer sus opiniones sobre el acto del voto y las
causas de su abstencionismo, y determinar si los hallazgos encontrados aportaban
elementos de análisis para la investigación. Una vez hecho el análisis de las primeras
entrevistas, los resultados apuntaron hacia varios hallazgos que nos llevaron a la estrategia
antes planteada.
a) Como el primer criterio sólo fue con votantes y no votantes, en las entrevistas, se tuvo
por azar, una mayor cantidad de votantes no partidistas27, por lo que se decidió ampliar en
la siguiente etapa, el perfil de votantes partidistas para contar con la visión de ambos tipos
de electores.
b) Se detectó que las motivaciones de los no votantes28 guardaban estrecha relación con las
motivaciones de los votantes, además de que los no votantes ofrecían también una
explicación sobre las motivaciones de los votantes, por lo que se decidió incluirlos en el
estudio general, ya que su visión aporta elementos que enriquecen el análisis de la acción
del voto.
c) Se encontró además que el votante con un perfil de participación en otras actividades de
tipo colectivo (no necesariamente partidistas, sino de índole colectivo: deportivo, vecinal,
social, etc.) presentaban un discurso diferente y más estructurado que los votantes que no
tienen este tipo de actividades.
27
De acuerdo a una encuesta realizada por Publicum Estrategias (empresa consultora en Monterrey) en junio
de 2008, es decir un año antes de la última elección local, los porcentajes entre partidistas y no partidistas
eran: 38% no partidistas; 31% identificación partidista PRI y 28% identificación partidista PRI y 2%
identificación partidista PRD. Obtenido de: (www.publicum.com.mx, consultado el 28 de agosto de 2011).
28
En las últimas cinco elecciones en Nuevo León, el porcentaje de abstención ha sido el siguiente: 36.2% en
1997, 36.9% en el 2000, 46.2% en el 2003, 40.6% en el 2006 y 45.3% en el 2009. Obtenido de: Memorias y
Estadísticas del Proceso Electoral N.L; 1997, 2000, 2003, 2006 y 2006 y 2009.
13
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Con base en estos acontecimientos metodológicos se llegó a la muestra antes descrita,
considerando entonces, cinco perfiles de informantes29 para el estudio general:
Perfil de informante
Descripción
Votante partidista PRI
Es aquel que presenta una identificación
clara hacia este partido, ya sea afiliado o
no.
Votante partidista PAN
Es aquel que presenta una identificación
clara hacia este partido, ya sea afiliado o
no.
Votante no partidista
Es aquel que declara no identificarse con
ningún partido político y que haya
votado indistintamente por una opción u
otra.
No votante
Es aquel que no ha votado con
anterioridad.
Votante con
participativo
perfil
altamente
Persona que participe formal o
informalmente
en
actividades
comunitarias o colectivas de cualquier
índole: deportivas, vecinales, sociales,
religiosas, etc. ONG´s, activistas, etc.
El trabajo de campo está ubicado en la ciudad de Monterrey, considerada como zona
metropolitana (ZMM) que abarca 7 municipios (Monterrey, Guadalupe, San Nicolás de los
Garza, General Escobedo, Apodaca, San Pedro Garza garcía y Santa Catarina). La ZMM
tiene una población de 3, 147, 995 habitantes, que representa el 74.9% de la población total
del Estado; y tiene una lista nominal de 2,570,590 electores, es decir, un 80% de la lista
nominal total de la entidad.30
30
Los datos son del Censo 2000 y la Lista Nominal de junio del 2009, utilizada para la última elección local.
14
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II. Principales hallazgos de la investigación empírica
El presente apartado presenta los hallazgos encontrados hasta el momento (septiembre
2011), resultado un primer análisis de tres grupos de enfoque y 10 entrevistas a
profundidad. Los resultados preliminares aquí presentados constituyen una primera
interpretación descriptiva y no son de carácter explicativo o definitivo, ya que la
investigación se halla todavía en curso31.
Hemos estructurado los hallazgos de la siguiente forma:
a) El voto como un deber social y cívico
b) El voto como producto de la tradición y el ejemplo familiar
c) El voto como beneficio individual o social
d) El voto como precepto moral
e) El voto como ejercicio democrático (derecho, participación, ciudadanía)
f) El voto como manifestación de la autonomía
a) El voto como deber social y cívico
El principal hallazgo encontrado y que mantiene consistencia en los cinco perfiles de
informantes (votantes partidistas del PRI y del PAN, votantes no partidistas, votantes con
un perfil altamente participativo e incluso en los no votantes) es que la principal motivación
para votar es que el voto es visto como un deber social y cívico.
Lo social lo explican en función del carácter “obligatorio”32 que las personas le atribuyen y
lo cívico porque lo identifican con la principal acción de ser un “buen ciudadano”. La
31
El análisis final se enfocará a profundizar en cada uno de los hallazgos y a entrelazarlos con la Teoría de la
Acción. En este primer momento, se exponen algunos preceptos teóricos que pudieran llegar a explicar dichos
fenómenos; sin embargo, dado el curso de la investigación, es necesario aún desarrollar y completar el marco
teórico que nos llevará a una completa comprensión de los hechos.
32
En la legislación electoral local, el voto se define como “un derecho y una obligación”. Por un lado, sí
existe la “obligación jurídica” del voto; sin embargo, no existen sanciones en la ley electoral para quien deje
de votar.
15
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obligatoriedad se expresa a manera de un fuerte sentimiento de “tener que hacer algo” que
se “debe hacer”, aunque de antemano saben que en México el voto no es obligatorio ni
merece una sanción legal si dejan de hacerlo. El votar les genera un sentimiento de
cumplimiento de una norma o regla social que los hace sentir bien consigo mismo, un
sentimiento de ser personas “responsables” y que cumplen con sus obligaciones.
El deber cívico lo identifican con obligación de ser un buen ciudadano o un ciudadano
responsable, es decir, con una obligación de carácter colectivo al ser parte de una
comunidad.
Al hablar de esta motivación, que ven como la más importante de todas, las personas
incluyen en sus argumentos los términos de obligación, deber y responsabilidad. Para unos,
no hay diferencia entre estos tres conceptos, para otros sí, especialmente aquellos con un
nivel de escolaridad más alto o bien, con un perfil altamente participativo, sí distinguen
entre la obligación y el deber. A la obligación la ven como algo forzoso, mientras que el
deber cae más en el terreno de lo moral (hacer lo correcto).
En caso de no cumplir con este deber, ello les genera un sentimiento de insatisfacción
consigo mismos, además de que prefieren hacerlo para eludir la presión familiar o social.
Para los no votantes la principal motivación para no votar es mantener una congruencia
consigo mismos, entre lo que piensan y lo que hacen. Es decir, para este grupo al percibir
que su voto no tiene ningún impacto o que sólo servirá para reproducir un sistema en el
cual no creen, prefieren abstenerse de hacerlo. Los argumentos que ofrecen estas personas
son que al no haber motivación, no tiene por que haber acción, que no actuarán sólo por
hacerlo, dicen no sentir culpa de no votar, aunque reconocen que sí existe presión social
ante quien no vota y que incluso la han vivido. La congruencia les genera libertad y
tranquilidad. Al no sentir culpa se sienten más congruentes, pero sí reconocen que la culpa
proviene de los padres y que es difícil quitársela.
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Concepciones del voto como un deber social y cívico33
o
Es un deber que tiene el ciudadano, el ciudadano tiene que pagar impuestos, tiene que
enlistarse en el Servicio Militar, tiene que votar. (Votante PAN)
o
Es un deber moral. Es como si participaras en un equipo de futbol, te sientes obligado a
meter gol, no, pero pues con los goles ganas; o sea tienes un deber moral de que -Ah
no, soy defensa entonces no puedo ir a atacar-, no espérate, si tienes la oportunidad es
porque es tu deber moral, el sentido de pertenecía al equipo en donde estás. (Votante
PAN)
o
Yo voto pues para cumplir, es que si lo veo como una obligación. (Votante PRI)
o
Está en función de hacer lo que es correcto y lo qué es incorrecto. Si partimos de que
es un deber y es un derecho, entonces estamos tomando al deber, a la obligación y al
derecho como algo que es correcto. (Votante PAN)
o
Es un deber cívico, no hay obligación pues hay coerción de por medio, una especie de
coerción, externa, ajena a ti si no lo cumples. (Votante Perfil participativo)
o
Yo en realidad no votaría porque no estoy de acuerdo con ni el proceso ni la situación
y por supuesto que me quejo de lo que hago aunque no hubiera ido, pero si siento la
presión de todos y por eso voto. (Votante perfil participativo)
o
Si, porque siento como que al día siguiente -¿No fuiste a votar?, entonces no te quejes,
entonces no eres democrática, no eres ciudadana- O sea, siento la presión, todo digo en
sociedad pequeña y en sociedad grande. Toda la campaña como esa que dices- Si no
votas, prácticamente te desconviertes, te vuelves un no-ciudadano-(Votante perfil
participativo)
o
En mi caso si yo no voto es perderme las discusiones de sobremesa en mi casa, así de
sencillo, porque si es de – ah no votaste, ya no te hacemos caso-. Entonces es parte yo
creo que también de una cultura, no sé en casa, yo creo que se inculca en casa y yo
siento eso, yo si no voy a votar si no traigo el dedo pintado ya prácticamente ya no
tienes derecho. No me siento rechazada pero si muy agredida. (Votante perfil
participativo)
o
Voto porque es obligación no por gusto. (Votante no partidista)
o
No hay una ley pero de alguna manera hay una presión social ¿no? Porque se entiende
que el ciudadano debe ir a votar como medio de expresión y como medio de
participación ciudadana. A pesar de que no hay una obligación legal pues si hay una
obligación moral hasta cierto punto. (Votante perfil participativo)
o
Pero eso es lo que es la parte moral de ir a votar. Yo cumplo con los aspectos morales
de mi responsabilidad (Votante no partidista)
o
o
33
Es algo que tienes que hacer, o sea no voluntariamente, lo tienes que hacer
porque es obligatorio. Nadie te obliga a hacerlo pero sabes que lo tienes que
Las citas son textuales de los entrevistados y de los participantes en los grupos de enfoque.
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hacer. (Votante no partidista)
o
o
Lo hago a fuerzas, porque creo que está en mi chip. (Votante no partidista)
Me siento más tranquilo y más libre que si votara…(No votante)
o No me siento culpable, estoy tomando una postura diferente. Al menos siento que es
un poco más legítimo para mí no ir a votar y no sentir culpa, que ir a votar sin saber
por qué.
Una primera aproximación a la explicación del fenómeno es que si el voto es visto
como un deber social y cívico (más cercano a lo moral que a un derecho que se ejerce) esto
en sí mismo constituye un primer indicio de que la acción de votar es un fenómeno
eminentemente social, pues la persona se siente orillada a realizar una acción porque siente
que es su obligación como parte de un todo social y el no llevarla a cabo conlleva un riesgo
de rechazo o agresión de los otros, que en la mayoría de los casos no está dispuesta a pagar,
por lo que prefiere realizar la acción.
Este hallazgo cobra singular importancia en el contexto específico de México y de Nuevo
León, ya que la totalidad de las personas tienen una alta desconfianza en la política, en los
gobernantes y en el sistema político34 que saben, se legitimará y reproducirá mediante su
voto. Las personas no tienen confianza en los partidos y en las instituciones; al
cuestionarles el por qué de su voto, vuelven a la explicación de que es un deber social que
se tiene que cumplir, independientemente de que estén de acuerdo con el sistema o no. Si la
desconexión actor-sistema es alta, “deber social” cobra aún más relevancia como uno de los
principales motivadores de la acción de votar.
Esta concepción del voto como un deber social y cívico, pareciera guardar semejanza con el
“hecho social” de Durkheim, que es externo al individuo y le produce una coacción que no
puede eludir35 (Durkheim, 1995). Giddens, sin embargo difiere de esta postura, ya que
34
Los votantes partidistas dicen tener confianza, sin embargo, reconocen que la mayoría de las personas
tienen una percepción negativa de la política, de los partidos políticos y de los gobernantes.
35
“Los hechos sociales son tipos de conducta o de pensamiento que son exteriores al individuo y que están
dotados de un poder imperativo y coercitivo en virtud del cual se le imponen, quiera o no quiera. La coacción,
aunque sea indirecta no deja de ser eficaz. Hacen sentir su poderosa coacción por la resistencia que ellas
oponen” (Durkheim, 1995).
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señala que la coacción del hecho social es variada y específica (no general) y que siempre
va a depender del contexto concreto de la acción de la persona36 (1977).
El voto es una práctica cotidiana y política que se considera “deben saber” los buenos
ciudadanos, independientemente de su condición social o económica, religiosa, educativa,
etc. Es una obligación jurídica formal, pero es reconocida por los actores como una
obligación
social
de
ser
responsables
y
cumplir
con
una
norma
colectiva,
independientemente de que estén de acuerdo o no con el resultado de su acción o el sistema
político al que pertenecen.
Ahora bien, si la persona considera el voto primeramente como un deber social y cívico que
cumplir y del cual no puede escapar, se presenta la cuestión: ¿por qué vota la persona si
tiene una alta desconfianza en el sistema político y reconoce que la acción que realiza tiene
pocas posibilidades de tener un efecto de cambio en el sistema que rechaza? La respuesta
parece encontrarse en un segundo plano de la acción del voto: las justificantes de la acción.
Si tomamos como válida la primera premisa de que la principal motivación es el deber
social; entonces el segundo paso es que la persona tenderá a construir un “discurso
justificatorio” de su acción. Llamamos justificatorios a estos argumentos porque están
dirigidos a justificar una acción que a simple vista pareciera no tener razón de ser (votar si
no creo en el sistema político que se reproduce mediante el voto).
En esta parte, encontramos diferentes justificaciones de acuerdo al perfil del votante:
o Los votantes partidistas tiene una justificación muy sencilla: votan para que gane su
partido y/o su candidato.
o Los votantes no partidistas construyen un discurso que proviene de sus relaciones e
interacción con los demás37: “voto por el menos peor” o “si no votas no te quejes”.
36
Señala Giddens: “Ni la exterioridad ni la constricción se pueden considerar características generales de los
“hechos sociales” como los concebía Durkheim. La “constricción” adopta diversas formas, de las que algunas
conciernen otra vez al fenómeno del poder diferencial. La exterioridad de los hechos sociales no los distingue
como hechos sociales, sino que en cambio, llama la atención sobre propiedades/ contextos/ niveles varios,
distintos, entre los ambientes de acción de individuos situados” (p. 18).
19
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o Los votantes con un alto perfil participativo votan para expresar su opinión (a veces
anulando su voto) o una inconformidad por el sistema.
o Los no votantes son los únicos que logran eludir la idea del deber social, y ante falta
de motivación, no votan.
Algunas justificaciones del voto como deber social y cívico
o
Pues para que gane el candidato, el voto es porque hay una contienda electoral del
cualquier ámbito, si estás en una contienda es porque estás favoreciendo algún tipo de
candidato y de partido. (Votante PAN)
o
Sí, voy a ir a votar, para que gane el que yo creo que es menos peor, pero todos son
iguales al final. (Votante no partidista)
o
Hay que votar porque no votar, en cierta forma, le resta legitimidad a la queja, o sea el
que no ha votado en alguna forma tiene que aceptar las consecuencias de lo que pase
sin poder opinar en forma justificada. (Votante perfil participativo)
o
Nunca he votado porque nunca me ha gustado ninguno de los candidatos, o porque
nunca ha habido algo que diga, él me convence, voy a ir a votar por él. Lo haría si me
convenciera. Pero no voy a ir así nomás porque el menos peor es fulano. No. (No
votante)
Creo que quienes dicen esto tienen una afiliación partidista o política. Yo no creo que
lo digan en el sentido de ‘¡ay, el menos peor!’ No. Yo creo que si haces un análisis de
por quiénes han votado los últimos años, de seguro han votado por el mismo partido,
no por el candidato. (No votante)
o
Giddens (1977) explica este fenómeno de las “narrativas” de la acción de la siguiente
manera: “la gente por lo común decide sobre la “responsabilidad” por los resultados y
adecua su conducta a ello, también basa sus respuestas en las narraciones/justificaciones/
excusas ofrecidas por los otros. (p. 94).
Las narraciones antes expuestas son producto de que el actor trata de racionalizar su
conducta y generalmente lo hace en función de lo que ve que hacen los demás, de ahí que
los argumentos de “votar por el menos peor”, “si no votas no te quejes” o el “todos son
iguales”, son parte de un discurso altamente posicionado en la vida social de los mexicanos,
37
En términos de A. Downs (1957) esto se llamaría la “información gratuita” que circula en el medio social y
para Giddens (1984), sería el “saber mutuo” de los actores.
20
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de acuerdo a su contexto e historia; y son los “atajos cognitivos”38 que toma el elector para
justificar su acción frente a sí mismo y frente a los demás.
Otro punto que vale la pena destacar como parte de este primer hallazgo es que la acción de
votar le confiere a la persona el “derecho de reclamar”; este argumento es muy fuerte en
todos los perfiles de votantes (no así en los no votantes). Es decir, el voto es visualizado
como un acto mediante el cual, el elector adquiere el derecho a “quejarse” si algo no le
parece; en cambio, la mayoría opina que aquel que no vota, pierde su derecho de queja, y si
lo hace, no tiene legitimidad. Este suceso resulta de interés ya que las personas no hablan
por ejemplo de “rendición de cuentas” en un plano de reciprocidad con la autoridad, sino de
“queja”, con una connotación más pasiva frente a las autoridades. 39
Votar por el “menos peor”, según los no votantes carece de sentido, porque si no hay
alternativa que te convenza, no hay obligación de hacerlo. Para ellos, una causa de este
discurso puede ser que la persona, en realidad, sí tenga una afiliación partidista y vote por
una ideología o por tradición familiar. Para los no votantes, la justificación de “si no votes,
no te quejes” no tiene sentido, porque los votantes como quiera no se quejan, porque
generalmente no participan en nada, salvo votando. Y si se llegaran a quejar, no se les toma
en cuenta. Este argumento presenta un trasfondo muy importante, ya que los no votantes
saben que “quejarse” no tiene sentido pues no habrá respuesta y saben que la gente no se
queja formalmente (mediante mecanismos institucionales), sino solamente a nivel informal.
A la gente le gusta saber que se puede quejar, aunque no lo haga, o bien si lo hace, a
sabiendas de que hay pocas probabilidades de ser escuchada.
38
Los atajos cognitivos son síntesis de información que le permiten al elector tomar decisiones con poca
información, ya que según las teorías de la elección racional, la obtención de información completa tiene un
alto costo y un bajo beneficio, por lo que el elector se guiará en todo caso por los “atajos cognitivos
disponibles” y de bajo costo, desde la información gratuita circulante, hasta la ideología, que representa una
síntesis de la realidad (Downs, 1957; Popkin 1988).
39
Esta apreciación será tratada con mayor profundidad y desarrollo en posteriores trabajos, solamente queda
asignada como parte de las justificaciones.
21
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b) El voto como producto de la tradición y el ejemplo familiar
Una segunda motivación para votar, que presenta un patrón consistente es el ejemplo
recibido en la familia, ya sea por padres o abuelos. Esta motivación es alta en los votantes
partidistas y no partidistas, no así en los no votantes o aquellos con un perfil participativo.
Es decir, la tradición familiar es un fuerte motivador del voto y es una fuente que refuerza y
“nutre” las ideas de deber social. Los no votantes también han vivido la presión familiar,
sin embargo, la diferencia es que logran eludirla; así como los votantes con un perfil
altamente participativo, que incluso optan por varias opciones, votar por partidos u
opciones distintas o bien, anular su voto o votar en blanco.
El hecho más significativo de estas diferencias y que se deriva del trabajo empírico es que
la presión de la familia es un factor muy importante que detona el voto (ya sea que el
votante se haga partidista o que no), el hecho de haber recibido un ejemplo familiar de los
adultos lo predispone a ejercer la acción de votar. Hay mayor probabilidad de que una
persona vote si en su familia, los adultos votaban.
La tradición familiar proviene de que la persona ve al adulto realizar la acción (votar) y ello
lo toma como ejemplo a seguir y lo busca repetir en su vida adulta. En una menor medida,
la tradición se manifiesta de manera explícita como una enseñanza (padres o abuelos que
inculcan a sus hijos o nietos a que deben ir a votar). Es decir, la tradición se transmite más
por el ejemplo visto que por una enseñanza formal. En este tema, también subrayamos que
ninguno de los entrevistados votantes o no votantes, consideraron que la obligación de
votar la hayan aprendido en la escuela.
22
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Testimonios de la tradición familiar como motivador del voto
o
Yo creo que es un ejemplo de mis papás, yo creo que mis papás siempre votaron. Pero
me acuerdo que era una cuestión importante en mi familia. (Votante no partidista)
o
Pues desde que estaba morrillo me decía mi mamá: “mira m’ijo que el partido aquél
hace buenas cosas, y éste hace tontas cosas”. Entonces haz de cuenta de tanto y tanto,
es como una gotita de agua a una piedra. (Votante no partidista)
o
Por mi familia. Mi papá es activo, ha participado, mis tíos, mi abuelo y demás.
(Votante partidista PAN)
o
Yo si creo que esto va a ser pedagógico, quizá por eso yo lo siento tan costumbre,
porque yo vi siempre que alguien fue a votar. Yo creo que mi voto contribuye a una
mejora social en un sentido llamémosle moral si gustan, pedagógico (Votante
partidista PAN)
o
En mi casa todos son priistas y mis hijas dicen –Yo voy a votar por el PAN- -Si votas
por el PAN te voy a echar de aquí-, y digo - ¿Por quién votaste?-, - ¡Ay mamá! Si ya
sabes-, pero así les digo, en broma… (Votante partidista PRI)
o
Mis abuelos eran muy activistas ….mi abuelo era revolucionario de mucho auge, yo
andaba con él en sus juntas y por todos lados.(Votante partidista PRI)
o
Desde el momento en que yo…, en el que se te quita la culpa de pensar lo que tus
papás piensan, y no ir por la misma línea, tus papás votan por fulanito, y vas y votas
por el mismo. Desde el momento en que también se me quitó esa culpa de pensar lo
mismo, se me quitó la culpa de no votar. (No votante).
c) El voto como beneficio individual o social
La obtención de un beneficio, ya sea individual o colectivo, material o inmaterial, mediato
o inmediato es una de las motivaciones que se han estudiado ampliamente por la Ciencia
Política. En nuestro estudio empírico encontramos que mientras en los votantes partidistas
el beneficio sí puede representar un motivador adicional a los ya expuestos, los votantes no
partidistas y en los no votantes, no perciben el voto como una vía para la obtención de un
beneficio. En los primeros entonces (no partidistas) esta motivación no es alta o prioritaria,
23
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prevalece el deber social y la tradición familiar), mientras que en los no votantes, el
beneficio no es percibido, ni de forma individual ni colectiva, por lo cual, deciden no votar.
En los votantes partidistas el beneficio se manifiesta por lo general en algo material (una
beca, un empleo para sí mismos o para algún familiar, una despensa, etc.) que se les otorga
por haber participado, por ejemplo, en campañas electorales o simplemente, por su
pertenencia al partido. El beneficio se materializa en algo individual; sin embargo, estos
votantes que se identifican con partidos políticos, también creen que si su partido gana las
elecciones, eso se verá reflejado en un beneficio para toda la sociedad. Es decir, ellos
hablan de los dos tipos de beneficios.
Los votantes no partidistas, por el contrario, no perciben que su voto les beneficie en lo
particular (salvo que un partido les regale cosas en las campañas, que por lo regular,
aceptan) y tampoco sienten que su voto vaya a aportar un beneficio a la comunidad. En este
tipo de votantes prevalece el motivador del voto como deber social y cívico.
Los no votantes, quienes tienen alta desconfianza en las instituciones, partidos y sistema
político en general tampoco perciben que el voto genere algún beneficio, particular o
colectivo, por el contrario, su abstención se debe a que se niegan a ser partícipes de un
sistema al cual rechazan y que según dicen, sólo ve por su propio beneficio (el beneficio de
los políticos o del grupo gobernante).
En los niveles socioeconómicos bajos, es mucho más sensible que se presente la compra del
voto a cambio de un beneficio individual o colectivo de tipo material e inmediato (como el
pago en dinero, despensas, becas, la construcción de escuelas, parques, etc). En estos
niveles, el hecho de haber votado por un partido político determinado potencializa el
sentimiento de la persona que se siente con derecho a “reclamar” si no le cumplen lo
prometido. En los niveles socioeconómicos más altos la tendencia a obtener un beneficio no
desaparece, sino que toma otras formas (una beca universitaria, exenciones de pagos de
impuestos o multas, un empleo después de las elecciones, recomendaciones, etc.).
24
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En los niveles socioeconómicos bajos el “derecho”40 surge de un trabajo realizado
(generalmente consiste en promover el voto en la colonia, repartir propaganda, hacer
proselitismo, prestar su casa para reuniones, trabajar el día de las elecciones llevando a la
gente a votar, etc.) es un pago, una recompensa, de ahí que no lo perciban como algo
“incorrecto”, incluso lo ven como un empleo.
Por otro lado, la preocupación principal de este tipo de personas al votar es la búsqueda de
un beneficio material generalmente inmediato y material, que tiene que ver con su entorno
de pequeña comunidad (mi colonia, mi barrio: que pongan una escuela, que pavimenten,
que traigan agua, etc.) y no con un cambio hacia toda la “sociedad”, discurso que aparece
en las personas de clases medias, medias altas y altas. El votante de nivel socioeconómico
bajo que ejerce su voto a cambio de un beneficio o promesa de beneficio no habla de “la
sociedad”, sino de “su comunidad”.
Según Putnam, dentro de su teoría del capital social, el clientelismo socava el hecho de que
la persona se vea en un plano de igualdad con el otro, en este caso la autoridad y propicia
que la relación sea vertical: “las relaciones clientelares, por ejemplo, implican intercambio
interpersonal y obligaciones recíprocas, pero el intercambio es vertical y las obligaciones
asimétricas [...] los lazos verticales parecen socavar la organización de grupos horizontales”
(Putnam, 222, citado por Millan R. y S. Gordon, 740).
40
Es relevante señalar que en estos niveles el “derecho” no lo ven como algo inmanente, sino que tienen que
hacer algo para obtenerlo, lo obtienen trabajando para un partido político, votando por este partido e invitando
a gente a votar.
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El beneficio individual y colectivo como motivador del voto
o
Mi trabajo es traer gente trabajando y para mi es grato trabajar porque genera empleo.
Porque la gente no va a trabajar por amor a la camiseta…. Yo busco la gente que
quiere trabajar…. Cuando se viene la temporada de elecciones todos me buscan.
(Votante PRI).
o
Nos da derecho de pedir una explicación cuando no se cumplen las promesas. “yo ya
hice lo que me pidieron, que es votar, ahora tú cumple”. (Votante partidista PRI)
o
Por ejemplo mis últimos tres semestres de la universidad yo recibí becas de diputados
panistas para no pagar ni un solo peso, eso es indirectamente una persona que tiene un
puesto de elección popular emanada del Partido, me estaba beneficiando. (Votante
partidista PAN)
o
Si vamos a poner en el que van con este tema, pues todos han sido beneficiados,
absolutamente todos. (Votante partidista PAN)
o
Desde el subsidio que me dan al gas, a la luz, a lo que sea. (Votante partidista PAN)
o
Tú puedes votar de todo corazón, pero no te beneficia. Entonces ya cuando te compran
el voto pues dices… como quiera voy a votar, y ya de perdido ya me dieron algo. Por
dinero, tú no sabes ni a qué vas, pero ahí vas (Votante no partidista).
o
La comunidad la formamos nosotros, los de mi barrio, y la sociedad pus’, la sociedad
de la media ni nos pela, ni la alta, para ellos no existimos, somos de barrio pobre. Haz
de cuenta que a ellos nada más les interesamos cuando hay votos, cuando no, no.
(Votante no partidista)
o
Probablemente la primera elección votas por novedoso, probablemente porque tu
familia te dice –estoy en una nómina- y probablemente pues si gana mi partido pues
probablemente podamos seguir teniendo recursos. (Votante perfil participativo)
o Pero hay gente de mi misma clase social que le conviene porque va a tener una
chamba, porque le van a dar algo. (No votante)
o La clase media está muy deprimida, logras tener un patrimonio, y en ese
momento te preocupas más por tu patrimonio que por el bienestar de la
sociedad. (No votante)
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El modelo explicativo que tiene al beneficio individual (más que colectivo) como el
principal motivador del voto es la teoría de la elección racional o del voto económico
propuesto en primera instancia por Downs41 (1957).
Según este modelo, el voto es resultado del cálculo que realizan los votantes entre los
costos y beneficios de su decisión; el voto es motivado por una lógica de “maximización de
la utilidad”. El elector calcula el diferencial de utilidad que le representa votar por una u
otra opción, analizando retrospectivamente y prospectivamente, y optando por el que le
reditúe los mayores beneficios42.
Como en todo modelo económico, la información es escasa, la falta de información es un
campo fértil para la persuasión política, las ideologías y lo que Downs llama “ignorancia
racional”43. En México, la falta de información, aunada a los niveles de pobreza de gran
parte de los ciudadanos, origina también la compra del voto y el clientelismo político,
aunque lo que parece indicar el estudio empírico es que no sólo la pobreza genera
clientelismo, sino que éste tiene raíces más profundas que probablemente estén ancladas en
una cultura política de corte paternalista.
En el modelo racional, el elector “consideran las elecciones estrictamente como un medio
para seleccionar al gobierno que más los beneficia. Los ciudadanos votan de acuerdo con:
a) las variaciones que cause la actividad gubernamental en su utilidad o renta y b) las
alternativas ofrecidas por la oposición. (Downs, 1957, p. 97)
41
Downs, A. (1957). Teoría Económica de la Acción Política en una Democracia. En Diez Textos Básicos de
Ciencia Política. 2001. (Battle, Albert), España: Ariel, segunda edición.
42
El supuesto que subyace en esta teoría es la visión económica de la política y de la acción colectiva. “En el
modelo, cada agente (sea un individuo, un partido o una coalición privada) se comporta racionalmente en
todo momento; es decir, persigue sus fines con el mínimo empleo de recursos escasos y sólo emprende
acciones en las que el ingreso marginal excede el coste marginal”. (Downs, 1957, p. 96)
43
Downs (1957) sostiene que el coste de votar es muy bajo, por eso muchos ciudadanos pueden permitirse
votar. La probabilidad de que un voto sea decisivo es muy bajo. “El incentivo de informarse bien es
prácticamente inexistente. es irracional que los ciudadanos adquieran información política con propósitos de
voto. Por tanto, la ignorancia en política no es consecuencia de una actitud apática y poco patriótica; es más
bien, una respuesta completamente racional a los hechos de la vida política en una democracia amplia”. (p.
107)
27
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El beneficio particular como motivador del voto nos lleva también a reflexionar en que los
votantes partidistas son los más proclives a realizar la acción del voto, ya que su
pertenencia a un grupo formal, no sólo les genera un compromiso, sino que su voto por lo
general conllevará un beneficio. Downs sostiene, en este sentido, que “es más probable que
basen sus votos en cierto tipo de política quienes tienen un fuerte interés en ella, que lo
hagan quienes la consideran simplemente una cuestión cualquiera (p. 100). Es decir,
también se puede concluir que la identificación partidista es una fuente de motivación del
voto44.
Por otro lado, la desconexión y desconfianza del actor con el sistema político (no social)
puede provocar que la búsqueda de beneficios sea mayormente individual que colectiva, es
decir, si el ciudadano no se siente confiado y por lo tanto apegado al sistema político,
entonces prevalecerá el interés individual. Esta es una de las máximas reglas del enfoque
racionalista: “en ausencia de cualquier mecanismo que asegure una acción colectiva,
prevalece la racionalidad individual” (p. 102).
d) El voto como precepto moral
El principal motivador del voto encontrado hasta el momento (el deber social y cívico)
tiene el sustento más fuerte en el sentimiento de “alivio” o “ligereza” personal que provoca
en las personas haber hecho algo que consideran “correcto”, “bueno” o “responsable”. Es
importante señalar que las respuestas ligadas a este tema surgieron cuando se les
preguntaba por motivaciones de tipo “individual”; es decir, que para el actor, el hecho de
cumplir con una norma social, es una motivación de tipo individual.
44
Los estudios realizados por Moreno (2003) apuntan en esta dirección: Los partidistas, tienen más
probabilidad de ir a votar que los no partidistas (8 de cada 10), los votantes son más partidistas que los no
votantes, muestran un mayor involucramiento en la política y en las elecciones, la aprobación a un Gobierno
es totalmente partidaria. (p. 82)
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La teoría nos dice sin embargo, que la moral es eminentemente social, es decir, es el
conjunto de normas y valores sociales, cuyo cumplimiento pone al actor en un plano de
responsabilidad cumplida con su grupo social. “Si un hombre es considerado responsable
por algo, se le exigirán justificaciones. Y los actores buscarán evadir las sanciones por lo
que hacen… En la vida diaria, tendemos a seguir la ecuación: acción= responsabilidad
moral= contexto de la justificación moral”. (Giddens, 1977, p. 94)
El sentirse integrado al grupo cumpliendo con lo que considera correcto viene a cerrar el
círculo del deber social: el actor cumple la norma social (no jurídica) pues busca evadir de
cualquier forma la sanción moral que su grupo le impone y de esta forma, se siente unido
socialmente. El hecho de que el voto no sea una obligación jurídica con una sanción
aplicable, hace que se pongan en acción los mecanismos de integración social.
Para Giddens (1977), en la teoría legal, “un hombre puede ser considerado responsable de
un acto aunque no advirtió lo que hacía ni se propuso contravenir una ley. Es tratado como
culpable si se juzga que debería haber sabido…La teoría legal representa una formalización
de la práctica cotidiana, donde la confesión de desconocer cierta consecuencia de las
propias acciones no necesariamente permite escapar de la sanción moral: hay ciertas cosas
que se espera que sepa cada quien o se espera que sepan todos los que pertenecen a cierta
categoría de persona”. (p. 94-95).
Lo que se espera de un buen ciudadano es que vaya a votar, de ahí que la moral es uno de
los pilares del voto como deber social.
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Las concepciones morales del voto
o Es como si estuvieras cargando algo, que bueno lo estás cargando pero
hasta que ya lo sueltas ya estás más a gusto, como que ya estás más
relajado, no sé, para mí eso es votar. (Votante PAN)
o
Lo que decides tú que está correcto Es nuestro conjunto de valores personales
y votar es eso. (Votante partidista PAN)
o
El significado nada más es mi libre expresión de lo que creo que es correcto, y
el hecho de no hacerlo, no es que me libere, pero también me quita así como
cierto desánimo el hecho de saber que hice algo correcto.(Votante no
partidista)
O sea yo siento que estoy haciendo bien. En general me siento bien conmigo
mismo, siento que pertenezco a un sistema… Me siento parte de algo y siento
que estoy haciendo algo bueno. (Votante no partidista)
o
o
Porque mucha gente que vota y hasta parecen en broma, pero mucha gente que
vota está enseñe y enseñe sus dedos de ya voté, ya voté, donde ven algo
como…un orgullo. (Votante partidista PRI)
o
Yo creo que en el deber, “deber moral”, “deber cívico” , en la
“responsabilidad” no hay como un ente o otra figura externa que influya en tu
decisión más que tú mismo y tu conciencia. (Votante pefil participativo)
e) El voto como ejercicio democrático (derecho, participación, ciudadanía)
El voto como un ejercicio de ciudadanía, de participación y de impulsor del cambio social
sólo es percibido de tal forma en los niveles socioeconómicos medios y medios altos. A
partir de que la persona escala en el nivel socioeconómico y educativo, se presenta la
motivación de votar, primero para lograr un “cambio” en el sistema social, político,
económico, cultural, etc. Este grupo de personas tampoco creen ni en la política ni en el
Gobierno, tienen una mediana confianza en las elecciones y en que el voto pueda contribuir
al cambio social. Al hablar de cambio, hablan de toda “la sociedad”, del país, de la nación,
un cambio general y no sólo de su entorno inmediato, como se presentaba en los niveles
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socioeconómicos bajos en los que el “cambio” adoptaba una idea de “mejora” en su
inmediatez (una escuela, un parque, una despensa), bajo la forma de clientelismo político.
El voto es visto por este grupo como un derecho fundamental de la democracia, de hecho lo
reconocen como el principal y hasta el momento, el único que tenemos en México para
expresar una opinión o participar políticamente. Es decir el voto es la expresión misma de
la ciudadanía para las personas que tienen un alto perfil participativo. Fuera de este grupo,
los votantes partidistas y no partidistas, hablan muy poco de estos temas. Para el ciudadano
participativo, el voto es un derecho que es necesario ejercer y que constituye la única vía de
expresión ciudadana. Si bien consideran que esto es insuficiente, creen que se debe al
contexto histórico en que surge el sistema electoral en el país. También creen que las
instituciones tanto políticas como electorales han construido un discurso solamente en torno
al voto como único medio para participar, de ahí que la mayor parte de las personas creen
que la democracia es sólo votar.
Por “participación” entienden ser parte de algo, colaborar o compartir algo. Los votantes
participativos creen que la participación no se agota en el voto, sino que sólo es el
comienzo; sin embargo para los votantes partidistas o no partidistas que mencionaron la
participación como motivador del voto, sólo se refirieron al momento de la elección,
participar el día de la elección, votando.
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Expresiones del voto como ejercicio democrático
Voto por un cambio.o
Pues un cambio en la crisis, en la indiferencia. Corrupción y falta de valores,
escasez de valores. (Votante PAN)
o
Votar es participar, apoyar, ser parte de, motivarte.Yo voto por un bien social,
por un bien en toda la comunidad (Votante PAN)
Ciudadanía.o
Ciudadano es una persona que está involucrada con su gobierno y hacia la
sociedad, ya sea de manera directa. Es decir, participando en marchas,
proponiendo ideas y demás o simplemente criticando, pero no nada más en un
café, es más allá de eso (Votante perfil participativo)
o
Pues está bien votar, pero es que no se construyó ciudadanía, en ese sentido los
órganos electorales, los partidos políticos, las asociaciones políticas que son
las que incluso por categoría de ley, por estatus jurídico deberían hacer esa
construcción y no lo hacen. (Votante perfil participativo)
o
Votamos porque cuando escogimos entre diferentes partidos más que entre
personas escogimos entre tipos de sociedad. De hecho ir a votar para mí
implica aceptar un modelo de sociedad y rechazar otro. (Votante perfil
participativo)
o
Yo también voto, precisamente como una forma de manifestar a veces tu
inconformidad con las personas que están en el poder, el voto tiene una
consonacia más negativa que positiva, la gestación de nuestro sistema electoral
fue también en una circunstancia totalmente negativa, pero entonces el voto no
es algo constructivo, es algo destructivo. (Votante perfil participativo)
o
El voto es el único medio para manifestarse. (Votante perfil participativo)
o
La forma de manifestar que uno es ciudadano es votando. (Votante perfil
participativo)
o
Pero no es la única, pero en una democracia, es la principal. (Votante perfil
participativo)
o
Es que es el primer engrane de la democracia, no debería ser el único muchas
personas creen que se queda ahí. (Votante perfil participativo)
o Si podemos encontrar otro medio para representar o para vernos reflejados
pues que mejor que utilizarlo, pero yo creo que de momento no…Si hay
formas de manifestar…Pero nosotros no las tenemos. (Votante perfil
participativo)
o El votar o no votar, no te hace ni más, ni menos ciudadano. Que te haga más o
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menos conciente pues es otra cosa, pero ser ciudadano no quiere decir votar,
definitivamente. (No votante)
Participación.o
Yo voto porque me quiero sentir involucrada y saber que mi decisión dio
efecto a otra cosa y como me gusta participar pues creo que, o sea lo que decía,
me da como que el derecho a exigir y por eso voto. (Votante perfil
participativo)
o
Para participar, para sentirme partícipe de la vida política, electoral y social de
mi país o de mi estado. (Votante perfil participativo)
o
Porque de alguna manera el ir a votar es como objetivar todo este rollo que
traes adentro de que eres ciudadano, o quieres serlo, entonces es como que
materializarlo de alguna manera y sentirte parte de la sociedad en la que vives.
(Votante perfil participativo)
f) El voto como manifestación de la autonomía
En el grupo de personas con un alto perfil participativo, así como en votantes de niveles
socioeconómicos medios altos y altos (generalmente no partidistas) encontramos que una
motivación del voto es expresar una opinión, manifestar cierta autonomía de la persona,
hacer oír la propia voz.
Sin embargo, esta percepción de que el voto sea una acción en el sentido de actividad
positiva (hacer algo por autonomía, voluntad), fue escasamente encontrado en el estudio.
Entre los pocos que mencionaron la palabra autonomía o actividad, esto significa expresar
una opinión, una postura, “hacer oír su voz”, sentirse escuchados. Pero, cabe destacar que
estos signos de “agencia” en términos de Giddens, siguen siendo relacionados con los
valores de la responsabilidad, la obligación y el hacer lo correcto. Es decir, para las
personas que consideran su autonomía expresada en el voto, no dejan de sentir las
motivaciones de tipo social y moral antes expuestas.
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Gabriela Salazar. El voto como acción social. Estudio de las motivaciones frente al voto en Monterrey.
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La autonomía ligada a la obligación social
o
Estamos opinando que alguien le importa, que alguien le interesa, que creemos que
esta persona es importante, que nos va a salir adelante como sociedad, como
municipio. (Votante perfil participativo)
o
Votar tiene que ver con que tú como persona estás manifestándote en tu
inconformidad, en tu crítica, estas siendo una persona activa de tu realidad y la
cambies o no, estás siendo activo. (Votante perfil participativo)
o
Que yo le veo sentido a ir a votar, dices contribuí a algo, independientemente, contribuí
a que ganara el mejor, contribuí a que no ganara el más malo, algo hice. (Votante no
partidista)
o
El voto es el principio de mi opinión, de decir “yo soy una persona autónoma, con un
criterio, con una vida, con un futuro, quiero un futuro”. (Votante no partidista)
o Una manifestación de “yo” como individuo, decir que yo soy una persona mexicana,
vaya, para que yo pueda enojarme, criticar y estar en desacuerdo con las cosas que vivo
en México, yo tengo que empezar por cumplir mis obligaciones. (Votante no
partidista)
o Creo que es una forma de alzar la voz y de decir oye pues no apruebo, no te apruebo a
ti, y yo al menos voy a tener la decisión de votar, y si me equivoco, pues bueno, me
dejé engañar, pero voté. Es simplemente decir lo que te gusta, lo que crees que sería
correcto. (Votante no partidista)
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Conclusiones
1. Lo que le da al voto el carácter de fenómeno social es que el actor que lo ejerce lo
hace motivado en primera instancia por una obligación de tipo moral y cívica, un
deber del buen ciudadano. El voto tiene su origen entonces en un sentimiento de
obediencia a las normas sociales y tiene como principal fin eludir la sanción moral
que conlleva incumplir con las normas; esta sanción se hace sentir desde el núcleo
familiar hasta el de los grupos sociales cercanos a la persona.
2. Si atendemos a la especificidad de la coacción señalada por Giddens, entonces el
voto como deber moral (presente en todos los actores, voten o no voten) es
producto de un contexto político y social específico del actor, es decir, resultado
de una cultura política autoritaria en el que la persona actúa como un súbdito, tiene
poca autonomía y participación activa.
3. Existe una notoria desconexión del actor con el sistema político, ruptura que se
materializa en la desconfianza, la falta de credibilidad y el rechazo hacia política,
partidos políticos y gobernantes. El voto que no tiene conexión con el sistema
político requiere ser “justificado” por el actor, tanto para sí mismo como para los
demás. Las justificaciones que se aducen tienen que ver con narrativas que circulan
en el medio social y que son producto de la interacción cotidiana de los actores (el
votar por el menos peor, el creer que si no votas no tienes derecho a quejarte o a
reclamar, etc.). Estas narrativas provienen mayormente de la “cultura popular”
que de una justificación razonada y profunda del voto o de su ejercicio democrático.
4. El voto otorga a las personas que lo ejercen un derecho para quejarse o reclamar a
las autoridades si algo sale mal o están inconformes. Es decir, el voto en lugar de ser
visto como un derecho a priori, es percibido como un derecho a posteriori: si voto
me puedo quejar. Esta connotación hacia la queja y el reclamo más que hacia una
rendición de cuentas en un plano de igualdad parece ser un signo más de una
cultura política paternalista.
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Gabriela Salazar. El voto como acción social. Estudio de las motivaciones frente al voto en Monterrey.
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5. La fuente que “nutre” el deber social y cívico del voto es la familia, a través del
ejemplo que los adultos que votan dejan a las generaciones nuevas. Es decir, la
cultura política sigue siendo reproducida todavía en el núcleo familiar a través del
ejemplo más que de una enseñanza formal. En este sentido, la escuela como
institución social tiene un nulo papel como fuente de información o conocimiento
de los deberes sociales y/o cívicos.
6. El voto es visto como un beneficio primeramente individual y en segundo
término colectivo, por los votantes partidistas, pues al pertenecer a un grupo
formal (el partido político) se genera un sentido de pertenencia, de compromiso y
de reciprocidad, lo que hace factible el intercambio (voto a cambio de algo). En los
niveles socioeconómicos bajos, el beneficio es por lo regular inmediato, material y
relacionado con el entorno del barrio, mientras que en los niveles socieconómicos
medios y medio altos, los beneficios sueles ser inmateriales o materiales, inmediatos
o mediatos. Los votantes no partidistas y los no votantes no perciben que su voto
les traerá algún beneficio particular o colectivo, puesto que no pertenecen a un
grupo formal (partido político) y su desconexión con el sistema político es alto, de
tal suerte que el beneficio no opera u opera en niveles muy bajos en estos grupos,
que o bien no votan o votan en blanco o anulando. Por tanto, la identificación
partidista y/o pertenencia a un partido político es también un fuerte motivador del
voto.
7. La moral, entendida como el sistema de valores y creencias que nos hacen actuar
en determinado sentido, es uno de los principales pilares del voto como deber
social. El principal detonador del cumplimiento del deber social (votar) es el miedo
a la sanción moral de los grupos sociales pequeños y grandes, formales e
informales.
8. El voto como una expresión de la vida democrática sólo es percibido así por los
votantes de niveles socioeconómicos medios altos y altos, con mayor escolaridad o
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Gabriela Salazar. El voto como acción social. Estudio de las motivaciones frente al voto en Monterrey.
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bien, por aquellas personas que participan en actividades de índole colectiva. La
visión del voto democrático se traduce en lo siguiente: el voto puede provocar el
cambio social (hay pocas posibilidades pero es necesario intentar), el voto es un
derecho fundamental, o más bien es el único derecho político del que gozan los
ciudadanos para expresarse o manifestarse; la participación consiste en un
sentimiento de pertenencia y compartir con los demás. Esta participación se
presenta sólo en el momento de votar.
9. Como puede observarse del análisis de los hallazgos encontrados, la mayor parte de
los motivadores del voto tienen que ver con factores de índole social (el deber
moral y cívico, la tradición familiar, el apego a las normas y el miedo a recibir una
sanción social, la moral como sistema de valores y factor de integración).
Encontramos factores de tipo individual solamente en un deseo de expresión de
autonomía, todavía muy acallado, en sectores económicos medios altos y altos; y
aún así, en estos grupos prevalecen los sociales.
10. Los principales motivadores del voto antes expuestos, poco tienen que ver con el
ejercicio de un derecho razonado, informado y analizado por parte de los
electores. Las concepciones de derecho (algo no inmanente), ciudadanía (solamente
el voto) y participación (pertenecer a algo) tienen todavía raíces muy profundas en
la cultura política heredada del sistema autoritario, mucho más que en un
sistema democrático.
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