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Febrero 2013
12
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
José Narro Robles
Rector
Sergio M. Alcocer Martínez
Secretario General
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Fernando Castañeda Sabido
Director
Roberto Peña Guerrero
Secretario General
Consuelo Dávila Pérez
Coordinadora de Extensión Universitaria
Makoto Noda Yamada
Secretario técnico del Centro de Estudios de Opinión Pública
CONSEJO DE INVESTIGADORES DE LA OPINIÓN PÚBLICA, A.C.
Ricardo de la Peña Mena
Presidente
Roy Campos
Vicepresidente
Francisco Abundis
Tesorero
Asociados
Jorge Buendía
María de las Heras
Rafael Giménez
Daniel Lund †
Lauro Mercado
Alejandro Moreno
Febrero 2013
12
Revista Mexicana
de Opinión Pública
REVISTA MEXICANA DE OPINIÓN PÚBLICA
Directora
Consejo Editorial
Alma Iglesias González
Francisco Abundis
Claudia Bodek
Jorge Buendía
Fernando Castañeda
Fernando Castaños
Delia Crovi
Israel Cruz
Rafael Giménez
Ricardo de la Peña
María de las Heras
Alma Iglesias
Daniel Lund †
Lauro Mercado
Alejandro Moreno
Jacqueline Peschard
Nora Rabotnikof
Rafael Reséndiz
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Helena Varela
Director adjunto
Ricardo de la Peña Mena
Editora
Claudia Ramírez Cisneros
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Claudia Ramírez Cisneros
Asistente de edición
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Viñetas
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Diseño gráfico
Ernesto E. Morales Escartín
Cuidado de la edición
Claudia Ramírez Cisneros
Copyright ©
Derechos reservados conforme a la ley.
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Circuito exterior Mario de la Cueva s/n
Ciudad Universitaria
México, D.F.
04510 México
ISSN-1870-7300
Certificados de licitud de título 13597
Certificados de licitud de contenido 11170
Impreso y hecho en México.
Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni
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ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico,
magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro
sin el permiso previo por escrito de(l) (los) autor(es) y de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
ÍNDICE
Presentación
7
Artículos
Los nuevos espacios de la 13
comunicación política en el proceso
electoral de 2012 en México. La ficción
televisiva y la Reforma Electoral de
2007-2008
Norma Pareja Sánchez
La percepción sobre la seguridad 25
pública como determinante del voto en
la opinión pública en México
Ricardo Gómez Vilchis
Creando ciudadanos comprometidos. 45
Aportación de los hábitos
comunicativos al desarrollo de la
sofisticación política entre los jóvenes
Carlos Muñiz Muriel
Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud 65
y actitudes políticas hacia el 2012.
Victoria Isabela Corduneanu
La construcción de oposición en 85
la opinión pública: el caso de las
elecciones locales en México, 2010
René Valdiviezo Sandoval
Enfoques periodísticos e intenciones de 99
voto en las elecciones para gobernador
del Estado de Puebla
José Antonio Meyer Rodríguez y
Reyna Madai Bañuelos Ramírez
Pronóstico electoral para el Distrito 125
Federal en la elección del 2012
Murilo Kuschick Ramos
Memoria de la opinión
pública
Balance de las elecciones de 1991 en 143
México
Reseñas
Silvia Gómez Tagle
Los estados en el 2010. El nuevo mapa 199
de poder regional, de Gustavo López
Montiel, Rosa María Mirón Lince y
Francisco Reveles Vázquez
de Antonio Faustino Torres
Los árbitros de las elecciones estatales. 205
Una radiografía de su arquitectura
institucional, de César Astudillo y
Lorenzo Córdova Vianello
de Stephanie Viridiana Porto Gutiérrez
Los partidos políticos en el Distrito 209
Federal: avances, estancamientos y
retrocesos, (coordinador) Francisco
Reveles Vázquez
de Ninfa Hernández Trejo
Colaboradores 213
Instructivo para 217
colaboradores
PRESENTACIÓN
Como elementos centrales de democracias representativas, los procesos electorales son los ejercicios de participación ciudadana más relevantes y decisivos. En las elecciones, los ciudadanos
emiten su opinión sobre el desempeño de un gobierno y deciden ratificar o revocar su confianza
a una propuesta política, de manera que la integración de los órganos de gobierno y representación es una traducción de los juicios, valoraciones y expectativas individuales que, sumadas,
conforman un resultado electoral.
Pero la realidad electoral es por demás compleja, pues detrás de cada sufragio hay más que
sólo premios y castigos. La decisión final del elector se moldea a través de una diversidad de
elementos complejos, a los que cada ciudadano otorga un distinto peso. Así, lo que el ciudadano,
como elector, opina sobre el desempeño del gobierno saliente pesa tanto como sus esperanzas acerca del gobierno por venir. Estas esperanzas se moldean y conforman por elementos tan
distintos, como la imagen que se tiene de cada partido, el lenguaje verbal y no verbal de cada
candidato; las estrategias de campaña y los mensajes.
El propósito de las campañas electorales es modificar la opinión pública en favor de un candidato y, de ser posible, en contra de los demás. Sin embargo, ésta no es una tarea simple: los
expertos reconocen que los mensajes se conforman a partir de una diversidad de elementos que
abarcan tanto su contenido como el contexto en el que son emitidos. Un mensaje positivo o profundo en su contenido puede ser poco atractivo para las audiencias de los medios electrónicos,
mientras que una frase trivial, o aparentemente vacía, puede tener repercusiones profundas. Es
un desafío para cualquier estratega anticipar si una campaña negativa tendrá el efecto esperado,
de reducir las simpatías por el oponente o, por el contrario, se revertirá contra su emisor, haciéndole perder confianza y credibilidad.
Son numerosos los aspectos que influyen en una elección y no todos ellos están dentro del
control de los partidos y los candidatos. Mas aún, en cada elección, la sociedad civil presenta
nuevos desafíos que superan los alcances de las normas legales y rebasan las previsiones de
cualquier estrategia proselitista. Leyes, medios, mensajes, eventualidades económicas y hasta
naturales, son tan sólo algunos de los aspectos que pueden influir en la eficacia de una campaña,
y,con ello en un triunfo o una derrota electoral.
En cualquier caso, el aspecto más difícil de controlar en una elección está conformado por
los ciudadanos que no forman parte de los partidos políticos y sus estructuras de movilización.
Que las elecciones son decididas por los ciudadanos independientes no es una novedad y es, de
hecho, la razón principal de que existan las campañas: se trata de convencer para vencer; de abrir
espacios de comunicación, de proponer e informar, antes que de movilizar clientes y estructuras
leales. La independencia de los ciudadanos es lo que permite, entre otras cosas, que los resultados
electorales correspondan a opiniones libremente emitidas mediante el voto y no estructuras de
obediencia. Esta independencia es, por tanto, lo que hace posible la alternancia en el poder.
La Revista Mexicana de Opinión Pública dedica el presente número al estudio y análisis de
ese complejo fenómeno que es la formación de la opinión pública, la cual se expresa mediante
el sufragio libre, universal, y toma forma unas veces a partir de, y otras a pesar de, las campañas
electorales.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 7
El primer texto que se presenta, “Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México. La ficción televisiva y la Reforma Electoral de 2007-2008,”
de Norma Pareja Sánchez, analiza los discursos y elementos narrativos que se utilizan en las
campañas electorales, principalmente a través de los medios de comunicación masiva. La autora
centra su análisis en el papel que estos medios desempeñaron en la elección presidencial de 2012
y describe las estrategias discursivas utilizadas por los competidos políticos en esa contienda.
Los elementos externos a las campañas y sus estrategias se abordan en “La percepción sobre
la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México”. En este texto,
Ricardo Gómez Vilchis se concentra en uno de los elementos que durante las campañas electorales de 2012 influyeron de manera más clara en la opinión pública: la percepción que tiene el
ciudadano sobre la seguridad pública. El trabajo examina la relación entre la percepción sobre la
seguridad pública y el voto con base en la encuesta realizada en México por Latin American Public Opinion Project (LAPOP) en 2010, a partir de la hipótesis de que la visión de los ciudadanos
sobre la seguridad pública afecta la decisión electoral, aunque sus efectos se ven restringidos por
la identificación partidista.
Carlos Muñiz Muriel profundiza en el estudio de los elementos que influyen en la formación
de la opinión y los resultados electorales desde el exterior de las estructuras partidistas. Así,
en “Creando ciudadanos comprometidos. Aportación de los hábitos comunicativos al desarrollo
de la sofisticación política entre los jóvenes,” el autor analiza los resultados de una encuesta
realizada entre estudiantes de últimos semestres de preparatoria de la Zona Metropolitana de
Monterrey, que tuvo como finalidad conocer su nivel de sofisticación política, además de la
influencia de los medios de comunicación en la formación de su cultura política y el grado en que
ésta contribuye a estimular su participación.
El tema de los jóvenes también es abordado por Victoria Isabela Corduneanu en su texto “Jóvenes, ¿un lujo de clase? Juventud y actitudes políticas hacia el 2012.” La autora considera que la
juventud es una categoría relativamente reciente, cuya existencia se vincula a las características
de las sociedades contemporáneas. A partir de esa consideración, analiza la participación política
de los jóvenes mexicanos con base en estudios empíricos que arrojan datos acerca de las percepciones que tiene este grupo poblacional acerca de temas como las instituciones, la democracia, el
cambio político y la potencial trascendencia de su propia participación en política.
Como un puente entre los estudios teóricos y empíricos sobre las elecciones y los estudios de
caso aplicados a los comicios en las entidades federativas, René Valdiviezo presenta “La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010.” En
su texto, el autor estudia los procesos de formación de las alianzas electorales en las entidades
federativas, como estrategias para consolidar fuerzas opositoras viables y eficientes, capaces de
disputar el poder al partido gobernante, en entidades federativas que aún no experimentan la alternancia en el poder. El análisis que el autor realiza de Puebla, Hidalgo y Sinaloa, es un oportuno
preámbulo a los estudios de caso sobre el desarrollo de las elecciones de 2012 en las entidades
federativas.
El primer estudio de caso incluido en el presente número de la Revista Mexicana de Opinión
Pública es “Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para Gobernador del
Estado de Puebla,” en el cual José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
presentan un análisis acerca del impacto de las estrategias de campaña en la transformación de
8 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
la opinión pública, durante las campañas para la elección de gobernador en Puebla. Los autores
examinan de manera especial el uso propagandístico de las encuestas electorales, además de
señalar diversos intentos del gobierno del estado por influir en los resultados de la elección a
través de su capacidad coercitiva sobre diversos medios de comunicación.
Murilo Kuschick, por su parte, presenta un “Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la
elección del 2012,” realizado a partir del análisis comparado de los resultados de diversas encuestas de opinión y trata de esclarecer la influencia de la campaña presidencial de Enrique Peña
Nieto en el desempeño de PRD y PAN en la elección local del Distrito Federal.
Como parte del esfuerzo de recuperación de los textos que integran la memoria histórica de las
aportaciones teóricas realizadas a través de las publicaciones de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales, en este número se incluye el artículo “Balance de las elecciones de 1991 en México,”
de la autoría de Silvia Gómez Tagle y que se publicó por primera vez hace una década. Se trata de
un texto de gran oportunidad en el contexto de los estudios electorales, pues analiza los alcances
y trascendencia de la reforma electoral de 1991, en el desarrollo de la transición democrática de
México. La autora hace hincapié en el desigual desarrollo de las instituciones democráticas en el
ámbito federal y las entidades federativas, pero además anticipa la importancia que actualmente
se reconoce al conocimiento de los factores que inciden en la dinámica del régimen político y
los obstáculos culturales y estructurales que se presentan para los procesos de democratización.
Además, se incluye tres reseñas de obras dedicadas al análisis político electoral de México. La
primera de ellas, elaborada por Antonio Faustino Torres, corresponde al libro Los estados en el
2010. El nuevo mapa de poder regional, coordinado por Gustavo López Montiel, Rosa María
Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez, en el que se analizan los procesos electorales en 15 entidades de la República Mexicana durante el año 2010. Esta obra cuenta con la participación de
importantes académicos, especialistas en estudios electorales. Se describe el desempeño electoral
de los partidos en las entidades federativas, como un antecedente esencial para comprender la
correlación de fuerzas previa a la contienda presidencial, a partir de la cual es posible un mejor
entendimiento de las estrategias, alianzas y mensajes que se articularon para las elecciones de
2012.
Stephanie Viridiana Porto Gutiérrez, por su parte, reseña el libro Los árbitros de las elecciones
estatales. Una radiografía de su arquitectura institucional, de César Astudillo y Lorenzo Córdova Vianello. Ésta puede considerarse una obra indispensable para comprender el diseño de las
instituciones electorales en México, los alcances legales y operativos de la reforma electoral de
2007-2008, así como las principales características de la organización electoral en nuestro país.
La tercera reseña que forma parte del presente número, elaborada por Ninfa Hernández Trejo,
corresponde al libro Los partidos políticos en el Distrito Federal: avances, estancamientos
y retrocesos, coordinado por Francisco Reveles Vázquez. En esta obra, destacados autores describen la estructura organizativa y la vida interna de los partidos, las tendencias electorales, el
ejercicio de gobierno, la orientación ideológica, las plataformas electorales, la representación
legislativa, la aplicación y evaluación de las políticas públicas, así como la transformación del
sistema de partidos en el Distrito Federal.
Por su contenido y la calidad de los autores participantes, el presente volumen de la Revista
Mexicana de Opinión Pública constituye una referencia obligada que no tiene desperdicio para
el lector interesado en la temática electoral.
Rosa María Mirón Lince
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 9
Artículos
Los nuevos espacios de la Comunicación Política en el
proceso electoral de 2012 en México.
La ficción televisiva y la Reforma Electoral de 2007-2008
Norma Pareja Sánchez1
Resumen
Este trabajo tiene como objetivo analizar los nuevos espacios en que se ha vertido la propaganda política en el proceso de sucesión presidencial de 2012 en su primera etapa, las precampañas.
Las nuevas arenas donde se han difundido elementos propagandísticos corresponden al macrogénero de ficción, específicamente en televisión abierta, lo cual quedó fuera de las consideraciones de la Reforma Electoral de 2007-2008. Las más recientes modificaciones al marco jurídico
en materia electoral se concentraron en regular los flujos de comunicación política de partidos
políticos, prohibiéndoles a éstos y a terceros comprar espacios de propaganda, otorgándole al
Instituto Federal Electoral la facultad de administrar los tiempos de Estado determinados por la
ley, específicamente con el formato de SPOTS. En ese marco se presenta evidencia de que distintos actores políticos construyen contenidos político-electorales que se difunden en telenovelas
y otras series televisivas de manufactura nacional, naturalizando los mensajes políticos en el
1 Norma Pareja Sánchez, doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación (FCPyS), miembro de la
Asociación Mexicana de la Comunicación (AMIC). [email protected]
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 13
Norma Pareja Sánchez
discurso y la trama audiovisual, con el fin de alcanzar amplios sectores de la opinión pública,
buscando que ello se materialice en la configuración del voto durante las elecciones de 2012.
Palabras clave
Comunicación Política, proceso electoral 2012, Reforma electoral, ficción televisiva.
Abstract
This paper has like objective to analyze the landscape of new spaces in which political propaganda has poured in the process of presidential succession of 2012 in its first stage. The new arenas
of propaganda elements correspond to macro-genre fiction, specifically television, it was left
out of considerations of the Electoral Reform 2007-2008. The most recent amendments to the
electoral legal framework focused on regulating the flow of political communication of political
parties and the others, prohibiting them buy advertising space, giving the Federal Electoral Institute the power to manage the times determined by state law specifically in the form of spots.
In this context, we present evidence that different political actors build political and electoral
content is broadcast in soap operas and other television series of domestic manufacture, naturalizing the political messages in the speech and visual pattern, in order to reach large segments
of the public and seeking to materialize it in the configuration of the vote in the 2012 elections.
Keywords
Political Communication, election 2012, electoral reform, television fiction.
Introducción
Las elecciones presidenciales del año 2006 mostraron importantes deficiencias en el sistema
electoral mexicano, mismas que a su vez revelaron un significativo rezago por parte del Estado
en la regulación de las campañas políticas y prácticas de equidad en las contiendas electorales.
En esos comicios, los distintos actores políticos incurrieron en viejas prácticas electorales tanto
en materia de operación electoral como en el acceso a medios de comunicación, en especial a
radio y televisión. La Reforma Electoral en 2007-2008 se concentró justamente en definir un
marco jurídico que garantizara un proceso con equidad, sobre todo en las campañas mediáticas.
Se le brindó un status prioritario al asécto audiovisual de la disputa electoral.
Este trabajo parte de la importancia que la comunicación política ha tenido en la conformación de la opinión pública en las sociedades contemporáneas, subrayando que en la era
moderna los medios de comunicación replantearon de manera determinante las reflexiones en
torno a la opinión pública.2 Históricamente, se parte de que los procesos modernos de gestión
de la opinión vivieron un momento clave a principios del siglo pasado, cuando la Primera Guerra
Mundial demostró que era necesario ampliar la batalla al terreno de las conciencias utilizando a
los medios de comunicación como herramientas clave para incidir en la opinión pública.
El trabajo plantea la necesidad de analizar, particularmente en el caso mexicano, las limitaciones que la Reforma Electoral 2007-2008 ha tenido en materia de medios de comunicación.
Su crecimiento y participación como actores políticos en las contiendas electorales había crecido
2 Vincent, Price, La opinión pública. Esfera pública y comunicación, Barcelona, Paidós, 1994.
14 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
de manera importante. Hasta esa enmienda, el marco jurídico electoral no contemplaba la regulación al campo audiovisual ni una participación más activa por parte del Estado como agente
regulador. Algunos de los problemas que la reforma ha tenido, es que los cambios se concentraron en el formato spot como vehículo central para la comunicación política; se reglamentó
su uso, distribución, administración y contenido. Sin embargo, y sin considerar que la naturaleza
del spot simplifica la discusión pública, otros aspectos de comunicación política quedaron fuera
de la consideración legal.
En el presente artículo se argumenta que existe un vacío en la ley: la contratación de espacios para propaganda en el discurso audiovisual del formato televisivo más exitoso en México,
la telenovela, mismo que desde hace varios años se ha convertido en una tribuna de amplio
alcance en términos de audiencias e incidencia en la opinión pública. El trabajo cierra mostrando, a partir de información empírica y documental, la manera en que este formato se empezó
a convertir desde 2006 en una óptima plataforma de difusión de contenidos de propaganda
político-electoral al interior de la historia, en donde se naturalizaron mensajes persuasivos en
favor del entonces candidato presidencial Felipe Calderón.
La comunicación política y la opinión pública, los antecedentes
La comunicación política ha sido un elemento central en el desarrollo de las sociedades. Los
antecedentes en materia de investigación empírica se sitúan en analizar el impacto de la propaganda en la conformación de la opinión pública, particularmente en la norteamericana, tanto en
la Primera Guerra Mundial como en el periodo de la Gran Depresión. En el entorno del primer
gran conflicto bélico internacional, en la década de los años veinte, Harold D. Laswell planteó
que la producción sistemática de campañas masivas era capaz de manipular las creencias, actitudes o acciones de la gente. Lasswell analizó la manera en que la comunicación gubernamental
emitida a través de la radio, el cine, panfletos y demás canales, direccionaron la posición de la
opinión pública a favor de la guerra.3
La perspectiva de Lasswell tenía, sin duda, un carácter funcional, rasgo que caracterizó a las
ciencias sociales norteamericanas en esa época,4 y se limitaba a evaluar los efectos, mismos que
se consideraban directos y homogéneos en la población.5
A partir de los planteamientos de Laswell, en 1940 Paul Lazarsfeld buscó anticiparse al conocimiento de los posibles efectos de los mensajes alemanes sobre los soldados estadounidenses
en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Como lo describe Mattelart,6 una vez aprendida la
3 M. L., De Fleur, “La sociedad de masas y la teoría de la bala mágica”, en M. L. De Fleur, Teorías de la comunicación de
masas, Barcelona, Paidós, 1996, pp. 194-219.
4 Paul, Lazarsfeld, Bernard, Berelson, y Hazel, Gaudet, The people´s choice, how the voter makes up in his mind in a presidencial campaign, Nueva York, Columbia University Press, 1944.
5 El gobierno norteamericano practicó una serie de estrategias a fin de convencer a la opinión pública de ese país de
participar en un conflicto circunscrito originalmente a Europa. Un actor central en tales tácticas fue Walter Lippman
como miembro del Comité Creel. Esta oficina regulaba el flujo de la comunicación masiva con el fin de crear un ambiente
favorable a la iniciativa del gobierno para involucrarse en la contienda, así como la producción campañas mostrando la
“crueldad” de los alemanes y su trato a los judíos. La opinión pública norteamericana fue sensible a tales argumentos,
Lasswell tuvo suficientes bases para teorizar que los medios eran capaces de producir los efectos que el emisor deseaba
en la audiencia.
6 Armand, Mattelart, La Comunicación-Mundo.La historia de las ideas y de las estrategias, Barcelona, Paidós, 1996.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 15
Norma Pareja Sánchez
lección por parte de los alemanes en la Primera Guerra Mundial en torno a que la guerra no sólo
se libraba en tierra, agua y aire, sino también en el campo psicológico, éstos desarrollaran intensas campañas mediáticas tanto para desmoralizar al enemigo como para motivar a su ejército.
Lazarsfeld buscó estudiar el efecto de las campañas en las elecciones presidenciales entre el
presidente Franklin D. Roosvelt por su segunda reelección y su contrincante republicano Wendell
Wilkie, en un estudio de caso de corte cuantitativo mediante la aplicación de un panel. 7
En México predominó el estudio sistemático y científico sobre la comunicación y la política,
que derivaría más tarde en la subdisciplina de la comunicación política. Los primeros trabajos
datan en nuestro país de 19708 con los textos de Henrique González Casanova, en la Revista
Mexicana de Ciencia Política.
En los trabajos pioneros y subsecuentes en México se ha buscado explorar el vínculo comunicación política y opinión pública a través del tema medios y política, analizando sobre todo
las campañas políticas. En este trabajo se sostiene que la comunicación política del gobierno y
partidos políticos ha encontrado nuevos espacios para dirigirse a la opinión pública. Para desarrollar tal tesis es necesario establecer las bases teóricas para ubicar la discusión.
La definición de partida, las coordenadas teóricas
Cotteret9 señala que la comunicación entre gobernantes y gobernados configuran lo que se
denomina comunicación política. Ésta tiene un plano institucional y social; hasta antes de la
llegada de los medios masivos tenía otras dimensiones, sobre todo en términos de alcance.
Cotteret10 asegura que la actividad propia de la comunicación política es concretar la relación
entre gobernantes y gobernados a partir de la comunicación de parte de unos a otros, de las
decisiones que toman unos y la forma en que aceptan y acatan los otros, o la forma en que los
gobernados reclaman, se oponen y enfrentan las medidas que toman los gobernantes.
En este trabajo partimos de que la comunicación política puede entenderse como una actividad social mediante la cual se establecen lazos entre gobernantes y gobernados, entre el Estado
y la sociedad, una actividad que busca conseguir legitimidad y consensos, y que como rasgo de
la vida moderna encuentra sus mejores canales en los medios masivos de comunicación, con
mayor auge a mediados del siglo XX a partir del surgimiento de la televisión.11
Bajo esta línea de reflexión debe asumirse que la comunicación política no sólo se gesta
desde el Estado a fin de legitimar sus acciones en el poder, posee también otros escenarios de
acción en los que la sociedad reclama un espacio de participación en la toma de decisiones a tra-
7 Consistió en entrevistar a la misma muestra representa­tiva de 600 personas siete veces, cada mes a partir de mayo y por
última vez una semana antes del día de las elecciones presidenciales en noviembre.
8 Silvia Molina y Vedia, y, Norma, Pareja Sánchez “Situación de la investigación en comunicación política en México (2007),
en Aimée Vega, (coord.), La comunicación en México: una agenda de investigación, México, CEIICH-UNAM-UJAT-UABCAMIC, 2009.
9 Ver J. M., Cotteret La comunicación política: gobernantes y gobernados, Buenos Aires, El Ateneo, 1977.
10Op. cit.
11 Ver Thompson, Ideología y Cultura Moderna, México,UAM Xochimilco, 2002; Cotteret, La comunicación política: gobernantes y gobernados, Buenos Aires, El Ateneo, 1977; Alejandro Muñoz-Alonso y Juan Ignacio, Rospir, Política y nueva
comunicación, el impacto de los medios de comunicación en la vida política, Madrid, FUNDESCO, 1989.
16 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
vés de movimientos sociales,12 en la búsqueda de espacios de interlocución y que el empleo de
los medios de comunicación es imprescindible. A ello habría que agregar un escenario más donde se construye comunicación política: el de los medios de comunicación, donde ellos mismos
generan y construyen una visión del mundo; no sólo vehiculan lo que el Estado busca transmitir
a la sociedad, sino que construyen sus propias versiones de la realidad con una intencionalidad
político-electoral en el ámbito ideológico.
Por tanto, habría que distinguir por lo menos tres escenarios de la comunicación política
donde los actores tienen finalidades específicas y éstas se encuentran interrelacionadas:
• El del Estado y partidos políticos.
• El de la sociedad civil.
• El de los medios de comunicación.
Asimismo, es necesario plantear desde donde miramos la noción de opinión pública, concepto por demás complejo y polisémico. Se asume que la opinión pública condensa una discusión
pública y privada sobre asuntos de carácter colectivo, público; es decir, se parte de que existe en
ella el razonamiento y el debate tal como lo señalara Habermas. El principio es lo que ese autor
llama Prinzip der Öffentlichkeit, y que es de carácter público o de publicidad, en el que las
opiniones personales de los individuos privados podían evolucionar y convertirse en una opinión
pública mediante un debate racional-crítico de un público de ciudadanos abierto a todos y libre
de la dominación.13
La configuración de la opinión pública en la actualidad tiene un fuerte componente mediático, los distintos procesos de industrialización y modernización colocaron a los medios de
comunicación como elementos centrales en la organización social.
Relación entre comunicación política y opinión pública
La pertinencia del debate sobre la relación entre comunicación política y opinión pública se basa,
en principio, en el uso e impacto de los medios. La discusión se amplió a partir de la aparición de
la televisión a mediados del siglo pasado. Ese medio posee actualmente una clara centralidad
en el escenario del hogar y la vida cotidiana de la ciudadanía, justo donde la significación de la
actividad política cobra diversas dimensiones en el comportamiento político. La visibilidad que
los medios de comunicación dan a las prácticas políticas posee una estrecha relación con las
experiencias cotidianas de los mexicanos. Para introducir algunos datos concretos, cabe señalar
que según la tercera Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP),
en 200514 en nuestro país el 62% se informaba de política a través de la televisión. De acuerdo
con datos de esa investigación, 17% por la radio y sólo una de cada diez personas (10%) lo
hacía a través de los periódicos.
12Abby Peterson, y Hakan,Thörn, “Movimientos sociales y modernidad de los medios de comunicación. Industrias de los
medios de comunicación. ¿Amigos o enemigos”, Comunicación y Cultura,núm.35 Guadalajara, enero-junio, 1999, pp.
11-43.
13 Jurgüen, Habermas, Historia y Crítica de la Opinión Pública, la transformación estructural de la vida pública,
España,Gustavo Gilli, 1994.
14Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, SEGOB-INEGI, consulta en http://www.encup.gob.mx/
encup/index.php?page=encup, para ambas ediciones y las dos anteriores.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 17
Norma Pareja Sánchez
Para la edición de 2008, los datos fueron más contundentes:15 prácticamente 9 de cada 10
personas utiliza ese medio para obtener información (89%). La frecuencia es la siguiente: siempre 46.6%, casi siempre 28.4% y regular 21%. También se obtiene información a través de los
periódicos en 44%; las noticias por la radio en 51%; la conversación con familiares como medio
para informarse se aceptó en un 30% y la conversación con amigos, vecinos, asambleas u otras
personas, 23%. El índice de confianza que los mexicanos tienen en los medios de comunicación
es de niveles medios, pues 49% indicó que tiene mucha/algo de confianza en los mismos, cifra
que comparada con la de la Iglesia (72%) es baja, pero es alta si se le equipara la que obtienen
jueces y juzgados (32%) o partidos políticos (23.4%). Otro que evaluó la ENCUP 2008 fue sobre
si los medios inciden en torno al poder para cambiar las cosas en México, pues tal estudio arrojó
que el 52.3% de los entrevistados cree que tienen mucho/algo de poder.
Este indicador de la percepción puede considerarse relativo, debido a que en una misma
variable se coloca a una gran diversidad de medios tanto públicos como privados, electrónicos
y escritos, así como de distintas tendencia. No obstante, los datos pueden aportar alguna idea
cuantitativa sobre la importancia conferida en su integración a la vida social.16
La trascendencia de los medios masivos de comunicación en la configuración de la opinión
pública no es un asunto menor, pues su participación en tal proceso asume diversos cauces.
Algunos investigadores han señalado que los medios de comunicación, en particular la televisión, participan de manera importante en los procesos de socialización política desde etapas
tempranas a partir de un proceso educativo informal, Enrique Sánchez Ruizdestaca que hay una
relación estrecha en la relación de los medios masivos de comunicación con la manera en que
se entiende a la política, sobre todo porque la televisión en particular está integrada de manera
informal en la vida cotidiana.
Hay un consenso emergente acerca de que con el desarrollo de nuevas tecnologías y sistemas
sociales relacionados de producción, circulación y procesamiento, acceso y consumo de información, algunas instituciones tradicionales como el sistema educativo-escolar están perdiendo su
centralidad e importancia relativas de sus funciones de generación, acumulación y transmisión
de conocimiento y de producción y reproducción cultural.17
Al considerar que la educación informal se vincula directamente con la construcción de las
imágenes sobre la vida política, el autor explica que el primer proceso recorre toda la vida e implica que los sujetos adquieren y acumulan conocimientos, habilidades, actitudes y comprensión,
a partir de la experiencia diaria y con la exposición al medio ambiente (personas, instituciones,
etcétera). Esta consideración resulta relevante, pues los nuevos canales mediante los cuales
los distintos actores políticos vehiculan información política y propaganda tienen un carácter
no formal, como es el caso de los géneros de entretenimiento, que son sintonizados en un alto
porcentaje. Los distintos formatos de este género quedaron al margen de la regulación de los
flujos comunicativos de los partidos políticos en el año 2007; la discusión se centró en el acceso
15 Debido quizás a que la redacción de la pregunta cambió con respecto a la edición anterior de “¿a través de que medio se
entera de lo que pasa en política?” a “¿se entera de lo que pasa en política por medio de las noticias en la televisión?”,
16 De la emisión de 2005 a la de 2008 de la ENCUP se observan variaciones importantes en términos de una ganancia de
los medios como fuentes de información, y ello puede tener una explicación de tipo metodológico; por ejemplo, en cuanto
al fraseo de las preguntas y que en la edición más reciente se midan otros aspectos, o bien un cambio en los hábitos de
relación con los medios de comunicación en nuestro país.
17Enrique, Sánchez Ruiz, “Cultura política y medios de difusión: educación informal y socialización” en Esteban, Krotz, El
estudio de la cultura política en México, México, CONACULTA-CIESAS, 1996.
18 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
a la contratación de espacios, y si bien es cierto que el sistema electoral mexicano está sobreregulado, los géneros de entretenimiento forman ya parte de los espacios de propaganda que
además el ciudadano desconoce formalmente.
La Reforma Política 2007-2008, su centralidad en la comunicación,
sus vacíos
El saldo de las elecciones presidenciales de 2006 mostró deficiencias que el sistema político
mexicano padecía y aún padece, pero sobre todo quedó claro que la transición a la democracia
continúa. Los desafíos que esa experiencia político-social planteó, implican reconstruir la credibilidad y la gobernabilidad.
Daniel Zovatto señala que la producción de buenos gobiernos está marcada por el diseño y la
construcción de las estructuras normativas e institucionales capaces de generar gobernabilidad
en el marco de la democracia representativa; por ende, los procesos de reformas legales y constitucionales significan un asunto crucial para la democracia, en la medida en que contribuyen a
dar viabilidad a la interacción política.18
En este apartado anotaremos de manera general los cambios que se han generado en torno
a los medios de comunicación, pues la literatura al respecto ya es abundante lo que refiere a las
modificaciones a la Constitución que establecieron las nuevas reglas de la competencia electoral
en términos de comunicación política, las cuales definieron el marco para la nueva sucesión
presidencial que se juega este año.
Como es sabido, entre el 12 y el 14 de septiembre de, 2007, el Congreso Mexicano aprobó
una reforma a la Constitución Política Mexicana que modificó nueve de sus artículos: el 6o, 41,
85, 97, 99, 108, 116, 122 y 134, 19 y se ajustaron disposiciones en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos (COFIPE) para normar las atribuciones del IFE en el acceso a radio y
televisión de los partidos políticos. El hecho resultó poco común debido al nivel de consenso que
mostraron por lo menos las tres fuerzas políticas dominantes.20
Se llevaron acabo reformas que establecieron un nuevo marco legal en la competencia político electoral de cara a las elecciones del 2009, consideradas como preevaluatorias del estado de
la opinión pública en la sucesión presidencial. Entre los cambios a las nuevas reglas de elección
destacaron las nuevas facultades que tendría el IFE para la organización de las elecciones, no
sin antes recomponer al Instituto con una renovación de su Consejo General, pues su papel fue
ampliamente cuestionado después de las elecciones de julio de 2006. 21 Sobresale también la
reducción de los periodos de campañas electorales22y la reglamentación de la difusión de propa18 Daniel Zovatto, y, J. Jesús, Orozco Henríquez. Reforma Política y electoral en América Latina 1978-2007: lectura regional
comparada, México Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 2007.
19 Más tarde debió ser aprobada también por congresos locales para poder llevar los cambios al rango constitucional, con
lo que las prohibiciones obtuvieron un rango mayor que el previamente existente. El único estado que no aprobó los
planteamientos fue Coahuila, por considerar que atentaba contra la libertad de expresión.
20 La evidencia sugiere que el consenso se logró a partir de la negociación para remover al Consejo General del IFE. Vícto
Ballinas, r y Andrea, Becerril, “Aprueban en comisiones la salida de Luis Carlos Ugalde, “La Jornada, México,12 de septiembre de 2007, p. 5.
21 Resulta relevante recordar que desde su composición, el IFE que organizó las elecciones del 2006 no gozó de la legitimidad de una mayoría, pues sólo el PAN y el PRI avalaron los nombramientos.
22 De 186 a 90 días.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 19
Norma Pareja Sánchez
ganda en medios electrónicos; en ella se controla la intervención de actores no autorizados en
la contienda, como autoridades gubernamentales y el sector privado, así como el uso y acceso
de partidos políticos a los tiempos del Estado23 en radio y televisión.
El eje de la reforma se centró en dotar al Estado de un papel más activo en la regulación de
las campañas propagandísticas, en particular en radio y la televisión. Ese fue el corazón de la
reforma, el flujo de comunicación política que se gesta en el escenario del Estado y los partidos
políticos.
En particular las enmiendas que tuvieron un alcance constitucional establecieron que:
• La propaganda de los partidos únicamente se difundiría a través de los tiempos oficiales
del Estado. Los partidos no pueden realizar negociaciones con los consorcios mediáticos
para definir las pautas y comprar espacios de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda
o establecer relaciones de conveniencia.
• Corresponde al IFE hacer la distribución de los tiempos en los términos que marque la
Ley electoral. El 30% se repartiría igualitariamente y el 70% de manera proporcional,
según la votación de cada partido. Los partidos no pueden realizar negociaciones con los
consorcios mediáticos para definir las pautas.
• Se prohibió que los partidos difundan mensajes que denigren a las instituciones, partidos
y otros candidatos.
• Se imponen los horarios y condiciones en los que deben difundir entre 2 y 3 minutos
cada hora, de las 6.30 de la mañana a las 24 horas. Se limitó la comercialización de esos
tiempos.
• Era necesario regular la participación de actores externos en las campañas. Ello incluye
la difusión de comunicación expresa a favor o en contra de algún candidato o partido24.
Se establecieron sanciones para ciudadanos, empresas, o partidos políticos que violen la
prohibición de contratar propaganda política o electoral en radio o televisión. 25
La Corte avaló las sanciones para concesionarios que transmitan tales spots.
• Se prohibió la propaganda personalizada, aquello que se denomina el culto a la personalidad y constituye un rasgo predominante en las prácticas de la clase política en México.
En esencia, se concentra en la promoción de funcionarios públicos de los tres niveles de
gobierno.
El marco descrito antes atravesó por una serie de cuestionamientos, entre los que destaca
el hecho de que este modelo de comunicación política limita el debate público al condensar la
23 El tiempo al que Estado tiene derecho como contraprestación por la concesión de las señales de radio y televisión de las
empresas privadas. Está establecido en la Ley de Radio y Televisión.
24 Se realizó un cambio en la redacción del penúltimo párrafo del apartado A del artículo 41, el cual decía: “Ninguna otra
persona pública o privada, sea a título propio o por cuenta de terceros, podrá contratar la difusión de mensajes en radio
y televisión dirigidos a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos, ni a favor o en contra de partidos políticos
o candidatos a cargos de elección… (se modificó ‘no podrá contratar la difusión de mensajes’, por ‘no podrá contratar
propaganda’)”.
25 “El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, aseguró que nunca más se utilizará dinero para descalificar a candidatos en campaña como ocurrió en 2006. Reconoció que todos han ido a tocar puertas traseras de las
empresas de los medios electrónicos para aparecer en las pantallas”. Arturo Zárate Vite, , “Aprueban reforma electoral”,
El Universal, México, 13 de septiembre de 2007, p.4.
20 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
discusión al lenguaje audiovisual en el formato del spot. En esa lógica comunicativa, la información se simplifica a 30 segundos, se generaliza, y no hay profundidad en los argumentos. Los
spots dirigen la comunicación a la imagen en detrimento de la información y reflexión, tanto de
propuestas como de los rasgos del candidato.
Lo mismo sucede con la propaganda integrada a los formatos de entretenimiento, en especial
a las telenovelas. Los elementos persuasivos se sobresimplifican, pues el propio leguaje televisivo los exige, y la integración de estos mensajes a la trama obliga a condensar el mensaje en
pocas palabras e imágenes. Las telenovelas en México han tenido históricamente un alto nivel
de aceptación entre distintos sectores de la población; se encuentran entre los productos audiovisuales más sintonizados en el país.
Las telenovelas, el nuevo espacio de la comunicación política
Este apartado ofrece un panorama sobre la estructura audiovisual y tecnológica en México, en
particular en la capital, que son donde se constituye el modelo que se replica en el país. Tal información permite inferir la magnitud que los contenidos audiovisuales, en especial la telenovela,
puede alcanzar en términos de propaganda político-electoral y su relación con la conformación
de la opinión pública. Se observará que el consumo cultural en México se encuentra fuertemente
definido por los productos mediáticos, en especial los televisivos y con mayor peculiaridad las
telenovelas.
En nuestro país existe un alto consumo televisivo, un medio alto consumo de la radio y un
bajo consumo de prensa e internet, y aunque este rubro registra un importante crecimiento, deja
fuera a más de setenta millones de mexicanos.
El panorama audiovisual en México se reproduce en la capital del país. Las cifras hablan de
una alta penetración de la televisión básica, y aunque otras tecnologías inciden muy poco. Esto
a su vez implica menores posibilidades de acceso a otras fuentes de información por parte de la
sociedad.26De acuerdo con cifras del INEGI27, en nuestro país prácticamente todo los hogares poseen televisión. En 2008, el 93.2% de los hogares ya contaba con ese aparato,28frente a 87.3%
que poseía radio. La penetración de internet es tan sólo de 13.5% y la de la televisión de paga
de 23.9%; este último dato puede explicar en gran medida la enorme presencia de la televisión
abierta en los hogares mexicanos.
Como ya se señaló, anteriormente nueve de cada diez mexicanos se informaba de política
a través de la televisión.29 Una cifra alta en comparación a la correspondiente a los periódicos:
26En 2010, en Finlandia se aprobó considerar el acceso a Internet como un derecho humano, lo que implicó que el gobierno
garantizara el acceso universal a tal medio. Finlandia se convirtió en el primer país que elevó a nivel de derecho fundamental el acceso a internet de alta calidad.
27Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares. Consulta junio del 2009,
INEGI 2008, Disponible en en http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/espanol/rutinas/ept.asp?t=tinf196&s=est&c=9200
28 La Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales del CONACULTA estableció en 2004 que como parte del equipamiento cultural, la propiedad de televisión era de 97.9% a nivel nacional, y en personas con ingresos de 1 a 3 salarios
mínimos de 98.5%.
29 De acuerdo con Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas en su edición de 2008.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 21
Norma Pareja Sánchez
44%.30Los datos cuantitativos disponibles indican que en lo que compete a información política,
la televisión es el gran escaparate. La mediatización de la cultura en México ha implicado una
alta dependencia de los contenidos televisivos, limitados en gran medida a los de la televisión
abierta y por ende las posibilidades de información, de valoración, crítica y análisis, no parecen
estar otros espacios. Por tanto, observamos un gran predominio del entretenimiento en los contenidos audiovisuales en México.
La gráfica siguiente deja ver cómo alrededor de 6 de cada 10 títulos que las televisoras ofrecen en señal abierta a los mexicanos avecindados en la Ciudad de México, en sus canales de
mayor audiencia, pertenecen a los macrogéneros de entretenimiento y ficción.31
Gráfica. Monitoreo 1: canales 2 y 13 tv abierta
Base: 57 títulos en el Canal 2 y 49 títulos en el Canal 13
Entretenimiento
31%
24%
Ficción
14%
Información
Ventas
6%
Deportes
Cultural
6%
0%
Propaganda
Infantil
0%
0%
37%
29%
26%
10%
9%
Entretenimiento
y Ficción:
Canal 2: 61%
Canal 13: 60%
2%
2%
2%
2%
10%
Canal 2
20%
30%
40%
Canal 13
Fuente: investigación directa, monitoreo directo del 24 de marzo al 26 de abril y del 5 al 11 de mayo de 2008.32
La televisión y las telenovelas. Entre la utopía y el imaginario social
El panorama antes mostrado permite orientar la discusión en torno a la importancia que el
macrogénero de ficción tiene en el consumo cultural mexicano. Esto es relevante para nuestra
investigación, pues es posible afirmar que constituye un espacio de reciente utilización por parte
30En el 2002 el periódico Reforma en su Encuesta sobre Consumo Cultural y Medios había reportado una penetración de
la prensa de 16% en las tres principales ciudades del país (México, Guadalajara y Monterrey). Y aunque los datos son un
tanto dispares de una fuente a otra permiten observar un consumo mayormente orientado en la televisión, pues además el
estudio del CONACULTA indica que ese medio permanece encendido por lo menos dos horas diarias en todos los hogares.
31 La ficción considera series, telenovelas, películas y dramatizados unitarios.
32 El diagnóstico se realizó a partir de un monitoreo de la programación ofrecida por los 11 canales que son visibles en la
Ciudad de México, así como de fuentes escritas y electrónicas, del 24 de marzo al 26 de abril y del 5 al 11 de mayo de
2008.
La recopilación de la información se logró a partir de Monitoreo directo de los programas transmitidos en cada canal,
Cartas programáticas en las páginas electrónicas de cada canal, y Revista Mi Guía.
Se registró en una base de datos en Excel, organizándose en columnas cada canal por días a la semana, de lunes a domingo,
y en filas los títulos o programas con base en el horario y tiempo de transmisión. Con color se identificaron los títulos de
manufactura nacional y/o extranjera. Se contabilizó el número de títulos por canal, se procedió a clasificarlos de acuerdo
con los macrogéneros Información, Ficción, Variedades y entretenimiento, Infantiles, Deportes, Culturales, Educativos,
Telemercadeo, Propaganda política y luego se realizaron los cálculos correspondientes.
22 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
de los actores políticos como plataforma de comunicación política. La telenovela en particular
había sido tradicionalmente ubicada como parte del consumo popular, con predominantes posiciones axiológicas sólo en el plano social, pero hay evidencia de que desde 2006 se ha convertido en un terreno fértil para posiciones político-electorales. Las telenovelas han sido desde
hace varias décadas un producto cultural de suma importancia en los países latinoamericanos.
Su producción y consumo se han consolidado como objetos de estudio de innumerables e importantes investigaciones académicas33 y mercadológicas. 34
De inicio, el fenómeno creció en América Latina, pero más tarde, como parte de la globalización, su difusión se amplió al resto del mundo y las preferencias sobre el mismo fueron aumentando, sobre todo en naciones como Rusia, Portugal, Italia, España y la India. De tal modo, este
género ha sido clave en el desarrollo de la industria televisiva en los países latinoamericanos.
Esta situación puede explicarse por la capacidad de convocatoria que el género de ficción melodramático posee frente a la pantalla y que evidentemente se traduce en ganancias millonarias
para las televisoras en México, en particular Televisa.35
Las telenovelas constituyen los programas que con mayor frecuencia alcanzan niveles de
audiencias de entre 35 y 45 puntos en la televisión mexicana y por ello se convierten en las tribunas publicitarias con más demanda, sobre todo en horario prime time, la barra de 7 a 10 de la
noche donde se concentra el mayor número de espectadores. Este género tiene en la televisión
dos grandes rasgos: por un lado su papel y aportación al desarrollo de la industria y, por otro, su
vinculación con la audiencia no sólo como un producto que condensa sus emociones, utopías y
sueños, sino como un modo de encontrar y recrear la vida cotidiana. La telenovela enlaza fantasías y sueños con la realidad, articula emociones y deseos en la construcción de la cotidianeidad
y, sobre todo, posee un importante lugar en la dinámica de los modos en que las clases sociales
se relacionan entre sí en los procesos de construcción social.36
El autor colombiano Jesús Martín Barbero ha señalado que la relación entre melodrama y te33 El trabajo científico-institucional y sistemático del fenómeno en México comenzó en 1989 con el Taller de Recepción y
Usos sociales del Melodrama, fundado por Jorge González en el Centro Universitario de Investigaciones Sociales de la
Universidad de Colima. No obstante, hay trabajos que datan de años anteriores, como el de Ma. del Carmen Galindo, La
telenovela de refuerzo de valores sociales, (tesis profesional), México, Universidad Iberoamericana, 1985. Pueden consultarse los propios trabajos de González como “La cofradía de las emociones interminables”, en Culturas Contemporáneas,
números . 4-5, de México, Colima, Universidad de Colima. Se puede consultar la tesis de licenciatura de Ana Bertha Uribe
Alvarado, Cuéntame en qué se quedó. La telenovela como fenómeno social.
34Heriberto, López “¿Por qué nos atrapan las telenovelas?”, en Álvaro Cueva, ,Telenovelas en México. Nuestras íntimas
extrañas, Delphi, Grupo México, 2011.
35 Durante el primer trimestre de 2009, Grupo Televisa reportó un crecimiento en ventas de televisión abierta en un 4.1 por
ciento, lo cual representa cuatro mil 41 millones de pesos. La participación de audiencia del grupo en horario estelar, de
lunes a viernes, alcanzó el 73.8 por ciento, comparado con 72.8 por ciento reportado durante el mismo periodo del año
pasado. Las producciones más exitosas del grupo de comunicaciones en televisión abierta, en donde es creador de 21 de
los 25 programas más exitosos, hasta el momento las más exitosas son las telenovelas Atrévete a soñar y Mañana es para
siempre, las cuales representan el 43.8 y 44.1por ciento respectivamente, en nivel de audiencia. En televisión de paga, en
donde ocho de los veinte programas más vistos son distribuidos por Grupo Televisa, la empresa alcanzó un crecimiento en
ventas del 10.8 por ciento en Sky y del 110.3 por ciento en cable y telecomunicaciones. Página web revista de publicidad
y mercadotecnia Merca 2.0, consultada en abril de 2009, disponible en: http://www.merca20.com/?p=19932
36 Jorge, González, “El regreso de la cofradía de las emociones (in)terminables: telenovela y memoria en familia,” en J. A
González,. (comp.), La cofradía de las emociones (in)terminables: miradas sobre telenovelas en México, Guadalajara,
Universidad de Guadalajara, 1998a, pp. 163-181; Jorge González, y F. Mugnaini, “Telenovelas al día: protocolo de observación etnográfica,” en J. A. González, (comp.), La cofradía de las emociones (in)terminables: miradas sobre telenovelas
en México, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1998b, pp. 233-253.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 23
Norma Pareja Sánchez
levisión permite a un pueblo reconocerse como actor de su historia, proporcionando un lenguaje
“a las formas populares de la esperanza”. 37
Jorge González,38 por su parte plantea que para la producción de telenovelas hay que conocer los mecanismos y operaciones que traducen estas ideologías, las cuales adquieren eficacia
social porque representan situaciones elementalmente humanas.
La ficción posee un gran valor analítico, pues a través de la escenificación de un drama la
audiencia encuentra una dimensión utópica mediante la cual es posible la resolución de conflictos, ahí se catalizan los sueños y las esperanzas en contraste con una cruda realidad, a la
vez que, en el entorno en el que el ciudadano no tiene injerencia en la toma de decisiones en el
ámbito político, donde los valores democráticos no se han socializado en la clase política y ni en
el ciudadano, ahí en los guiones, en las historias se construye una concepción limitada sobre la
participación política e injerencia en las relaciones de poder.
Televisa, y más tarde Televisión Azteca, han encontrado fórmulas en las que sus productos
culturales sirven como vehículos de expresión de las clases bajas en sus recreaciones cotidianas
y expresiones socioculturales, medidas evaluadas una y otra vez con investigación de mercado
en el modelo industrial, haciendo las adecuaciones que el desarrollo de la sociedad obliga; no
obstante, la construcción de género resulta cada vez más superficial y simplista.
Los datos permiten observar que para Televisa el negocio de la ficción es muy redituable.
La evidencia indica que sus esfuerzos se enfocan principalmente a transmitir ese macrogénero,
sobre todo a través de telenovelas, como ya se había mencionado antes. Ello es posible debido
a la capacidad de producción que tiene, lo que le permite mantener al aire diariamente ocho
telenovelas en el canal 2.
Por medio de una historia que representa ciertos conflictos humanos, las telenovelas muestran algunas situaciones inconvenientes que se enlazan con los miedos y fantasías; la telenovela
se constituye en un eslabón capaz de unir las fantasías con una realidad trastocada por las necesidades. Vincula los conflictos personales con los sociales para, de ese modo, buscar la felicidad
propia a través de la ajena. Se presentan formatos catalizadores de la cotidianeidad y la utopía
en la que se expresan las expectativas de una mejor vida, pero desprovistos de una incidencia
social que sólo se queda en lo individual.
En la ciudad de México, la telenovela constituye un género televisivo ampliamente integrado
a la barra programática que se transmite por señal abierta. Con más de 20 títulos, sería posible
pasar cuatro días ininterrumpidos viendo telenovelas, al cuantificarse alrededor de 100 horas
semanales de este género en las once señales monitoreadas. Durante mayo de 2008 fue posible
advertir que la mayoría se concentran en el Canal 2 y en menor medida en el 13; el canal 9
transmite básicamente ediciones anteriores y producciones de Telemundo y Univisión; el Canal
28 reproduce el esquema al emitir cuatro de ellas durante la barra vespertina.
37 Jesús, Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones, Barcelona, Gustavo Gili, 1987.
38Op. cit.
24 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
Número de telenovelas transmitidas diariamente, por canal, origen y
total de horas a la semana
Total
Origen
Horas
C2
8
Nacional
35
C4
-
-
-
C5
-
-
-
C7
-
-
-
C9
4
2, extranjero y 2 nacional
22.5
C11
-
-
-
C13
6
Nacional
27.5
C22
-
-
-
C28
4
Extranjero
20
C34
-
-
-
C40
-
-
-
Total
22
16 nacionales
105
Fuente: investigación directa, monitoreo en la semana del 5 al 11 de mayo de 2008.
Asimismo, de acuerdo a una investigación realizada por el Observatorio Iberoamericano de la
Televisión, que coordina en México Guillermo Orozco, los niveles de audiencia de los programas
de ficción en 2011 fueron importantes. La información deja ver que la telenovela Una familia
con suerte alcanzó el rating más alto de programas estrenados en 2011 en la región de Iberoamérica. Top Ten Ficción de estreno en 2011 en Iberoamérica
Título
País de
origen de
la idea
original o
guión
TV
Casa
privada
Productora o
pública
Formato
Nombre del
guionista o
autor de la Rating
idea
original
Share
1
Una familia
con suerte
Argentina
Televisa
Privada
Telenovela
Marcia del
Río
20.61
29.36
2
Dos hogares
México
Televisa
Privada
Telenovela
Ramón
Larrosa
19.41
25.83
3
La que no
podía amar
México
Televisa
Privada
Telenovela
Ximena
Suárez
18.35
27.05
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 25
Norma Pareja Sánchez
4
La fuerza del México
destino
Televisa
Privada
Telenovela
María
Zarattini
18.18
27.84
5
La reina del
sur
España
Telemundo/Antena
3
Privada
Telenovela
Valentín
Párraga
15.21
23.73
6
El encanto
del águila
México
Televisa
Privada
Serie
Gerardo
Tort
14.75
7
El equipo
México
Televisa
Privada
Serie
Valentín
Párraga
14.64
19.75
8
Amorcito
corazón
Venezuela
Televisa
Privada
Telenovela
Valentín
Párraga
14.56
24.10
9
Los Héroes
del norte
México
Televisa
Privada
Serie
Gustavo
Loza
12.92
19.59
10
Ni contigo ni Brasil
sin ti
Televisa
Privada
Telenovela
Antonio
Abascal
12.77
21.04
Total de Producciones: 10 Guiones Originales Nacionales:
Guiones Extranjeros:
100%
40%
60%
19.60
Fuente: investigación de IBOPE-AGB México/OBITEL-México
La evidencia
Como se puede observar en la tabla enterior, la telenovela Una familia con suerte alcanzó
en 2011 el rating más alto entre los programas de ficción y por ende entre los programas más
vistos en México en televisión con señal abierta. La transmisión de la serie comenzó el 14 de
febrero de 2010 y colcluyo un año después. La última fase de su transmisión coincidió con las
precampañas políticas y el periodo de las intercampañas.
La historia transcurría en torno a Pancho López y su familia, quienes vivían en el Estado de
México, entidad emblemática de la gestión político-administrativa del candidato del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, a la presidencia de la República. En el desarrollo
de la historia se observaban repetidamente imágenes de obras realizadas durante la gestión
del exgobernador. Cuando era necesario ubicar alguna situación en torno a la familia, antes
de iniciar la escena en casa del protagonista, se mostraban diversas imágenes de esa entidad,
mismas que podían poseer algún valor turístico; sin embargo, a la par se exhibían edificios,
puentes,carreteras, como parte de la infraestructura desarrollada durante el mandato de ese
sujeto político. Ello podía conducir a una asociación directa entre el atractivo, estable y desarrollado panorama en la entidad con la figura política del candidato.
En la tabla también puede apreciar que dentro de los programas de ficción que se estrenaron en 2011, la serie El equipo ocupó el séptimo lugar. La producción y emisión de dicho serial
desató polémica, pues fue financiada con recursos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal
con un costo de producción de alrededor de 118 millones de pesos. En la secuencia se muestran
distintos episodios de un cuerpo de élite que combate exitosamente a narcotraficantes mediante
26 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
tecnología de punta y trabajo de inteligencia. Esto claramente constituye propaganda a favor
de la estrategia de lucha contra el narcotráfico que estableció el gobierno el presidente Felipe
Calderón.
El teledrama fue producido y transmitido por Televisa a petición de la SSP, en donde se había
aprobado desde mayo de 2010 la elaboración de esta serie dentro del marco de la campaña
denominada “Policía Federal Héroes Anónimos”. Según la información periodística disponible,
la televisora no cobró por la transmisión de la serie por considerarla “material educativo”. 39
El a integrar contenidos e información de corte político-electoral en las tramas tiene como
antecedente40 en las elecciones presidenciales de 2006. La telenovela más vista en ese momento, La fea más bella, adaptación local de la exitosa colombiana Bety la fea, se convirtió en una
amplia tribuna para la campaña del candidato del PAN, Felipe Calderón, pues dentro de los contenidos de la serie se vertieron mensajes propagandísticos a favor de ese candidato; el personaje
central del drama enunciaba de manera constante su intención de voto dentro de los diálogos y
como parte del desarrollo de la historia.
Otro hecho en materia de inserción de contenidos políticos en las teleseries lo constituyó la
versión oficial sobre el polémico accidente aéreo del ex-secretario de gobernación, Juan Camilo
Mouriño, pues durante el desarrollo de la historia de la telenovela de TV Azteca Secretos del
alma (2008)41 uno de los personajes señaló que se había tratado de un accidente.
En las elecciones intermedias, celebradas durante el año 2009, el Partido Verde Ecologista
(PVEM) empleó en su campaña a artistas como Maite Perroni, ex miembro del grupo juvenil
RBD, y al actor Raúl Araiza, quienes participaron en la telenovela Un gancho al corazón (Televisa, 2009). Estos personajes promovieron el voto tanto en spots como en mensajes dentro de
la trama, la historia y los diálogos.
Guillermo Orozco, observador sistemático del comportamiento de los programas de ficción
televisiva,42 había advertido que durante 2009 las telenovelas mexicanas dieron un giro histórico
de 360 grados en su anclaje a la realidad, al convertirse en escenario tanto de publicidad comercial como de propaganda política (gubernamental y de políticos y candidatos). Orozco había
señalado que la ficción buscaba fijar la agenda sobre temas vigentes en la vida nacional y en la
opinión pública generalizada.43
El hecho más reciente lo constituyó la producción y emisión de la telenovela Mucho
corazón,44 del Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión y el DIF del Estado de Chiapas . Esa
serie llamó la atención, pues conjugó elementos de educación y entretenimiento tejiendo la historia a partir de la problemática indígena, identificada por la ONU en los objetivos de Desarrollo
Humano del Milenio. Además de que rompió con la centralización de contenidos dramatizados
39Lilia, Saúl, “Paga la SSP 118 mdp por serie de TV”, El Universal, México, 13 de julio de 2011.
40La televisión mexicana ha mostrado en otros momentos versiones oficiales de la historia mexicana, como en la teleserie El
Carruaje y otras historias dramatizadas; no obstante, en el periodo de la transición a la democracia que puede señalarse
no institucionalmente desde 1988, la integración de mensajes de tipo persuasivo adopta un carácter mercadológico como
producto integrado a partir de 2006.
41 Guillemo, Orozco, “La construcción de la agenda en la ficción televisiva. Nuevos desafíos a los derechos de las audiencias”, en Raúl Trejo Delarbre, y Aimée Vega, (coords,) Diversidad y calidad para los medios de comunicación. Diagnósticos
y propuestas, un agenda ciudadana, México AMEDI-LXI LEGISLATURA, CÁMARA DE DIPUTADOS, 2011, pp. 145-156.
42 A través del Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva (OBITEL).
43Guillermo, Orozco, “Entre espectáculo, mercado y política: La telenovela mexicana en más de cinco décadas” en Álvaro,
Cueva, Telenovelas en México. Nuestras íntimas extrañas, México, Grupo Delphi, 2011.
44 Puede verse la serie en http://www.radiotvycine.chiapas.gob.mx/muchocorazon/
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 27
Norma Pareja Sánchez
en el centro del país, la teleserie integró en sus diálogos temas sobre la gestión del gobernador
en turno Juan Sabines. Fue posible observar que tanto en los diálogos como en el programa de
discusión posterior a la transmisión de la telenovela Hablemos de mucho corazón, se destacaban con particular énfasis acciones y obras concretas en referencia directa al mandatario local.
Algunas Reflexiones
La evidencia preliminar que esta investigación ofrece en torno a la comunicación política vertida
en espacios no tradicionales como lo son los programas de ficción, permite reflexionar en torno
a dos elementos centrales:
1. Se observa una insuficiencia en torno a la regulación de los distintos espacios y formatos para generar procesos de comunicación política equitativos, pues las menciones,
señalamientos o recursos de promoción de voto directos o indirectos (como lo pueden
constituir las imágenes de obras y acciones en el Estado de México), forman parte de
piezas de información y elementos que en determinado momento pueden resultar clave
para algunos segmentos poblacionales para definir su voto. La naturalización de mensajes político electorales en las series de ficción puede alcanzar un impacto importante en
términos de la opinión pública. El consumo de las telenovelas es parte de la organización
de la vida social, del consumo y actividad familiar, del espacio privado donde se debaten
asuntos públicos y se entreteje la noción de lo político, sobre todo porque es el espacio
donde se construyen los significados a partir de la experiencia diaria. La telenovela es
un género completamente arraigado en las familias mexicanas, la evidencia muestra que
este género, cuya producción y transmisión está fuera de toda regulación electoral, se
constituye ya en un espacio donde la comunicación política se configura. Sin embargo,
una sobreregulación como la que las circunstancias y hechos parecen exigir, no tendría
que ser necesaria si por parte de la clase política y las televisoras se asumieran prácticas
leales y serias, y sobre todo abiertas, en la forma de hacer política. De ello se deriva la
segunda reflexión.
2. La inserción de contenidos, imágenes, señalamientos, alusiones, etcétera, dentro de los
contenidos de la ficción constituyen una seria falta de respeto a la audiencia, a su derecho a la información, por cuanto debe informarse al ciudadano, que es a la vez audiencia,
sobre la naturaleza de los contenidos, sus fines de entretenimiento y los agregados persuasivos; así, el ciudadano debe decidir si desea exponerse o no. Al integrar los mensajes
ya sea a partir de imágenes o a partir de enunciamientos explícitos, la audiencia puede
naturalizar los contenidos en el desarrollo de la trama sin que a veces pueda ser perceptible la diferencia entre ficción y propaganda.
Y aunque ello no es un fenómeno nuevo pues la historia mundial está llena de ejemplos de ese tipo, en el formato audiovisual de las telenovelas que poseen tanto arraigo
comienza a consolidarse en México como un espacio político y electoral.
28 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los nuevos espacios de la comunicación política en el proceso electoral de 2012 en México.
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Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 29
La percepción sobre la seguridad pública como
determinante del voto en la Opinión Pública en México
Ricardo R. Gómez Vilchis1
Resumen
¿Puede ser el voto afectado por la percepción que tiene el ciudadano sobre la seguridad pública? ¿Están los ciudadanos ansiosos por premiar al partido del presidente y castigar a la oposición cuando ellos consideran las medidas tomadas en materia de seguridad pública como
eficientes? Este trabajo examina la relación entre la percepción sobre la seguridad pública y el
voto. La investigación se basa en una encuesta realizada en México por Latin American Public
Opinion Project (LAPOP) en 2010. La propuesta principal es que la visión de los ciudadanos
sobre la seguridad pública afecta la decisión electoral, pero sus efectos son restringidos por la
identificación partidista. Mientras los perredistas son más sensibles a los efectos de la percepción sobre la seguridad pública, los priístas son fácilmente afectados por la percepción sobre
la economía. Este hallazgo puede ser explicado por un comportamiento más pragmático de los
priístas que de los perredistas; estos últimos están más preocupados por los temas sociales
cuando depositan su voto en la urna.
Palabras clave
Voto, opinión pública, seguridad pública, economía, percepción, elecciones.
Abstract
In which form can voting be affected by citizens’ perceptions of public security? Are voters really
anxious to reward the presidents’ party and to punish the opposition when they think public
security policies are efficient? This article examines the relationship between perceptions of
public security and voting behavior. The research uses one national survey organized in 2010
by Latin American Public Opinion Project (LAPOP) in 2010 in Mexico. The main proposition is
that citizens’ view of public security affects voting behavior but these effects are restricted by
party identification. While perredistas are more sensitive to the effects of perceptions of public
security; priísta are more easily affected by their perceptions of the economy. This finding can
be explained by a more pragmatic behavior of priísta than that of perredistas who are more
worried about social issues when they cast their vote.
Keywords
Voting, public opinion, public security, economy, perception, elections.
Introducción
Más que una excepción, los altos niveles de criminalidad han sido una constante en México
1 Doctor en Ciencia Política por la Universidad de California, San Diego. Sus líneas de investigación son: el comportamiento
político y las instituciones políticas. [email protected]
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 31
Ricardo Gómez Vilchis
durante el sexenio del presidente Felipe Calderón. De tal forma, el presente trabajo se enfoca
en los efectos que tiene la percepción de la opinión pública sobre la seguridad en el voto del
ciudadano, con miras a la elección de 2012. El objetivo general es analizar de qué manera la
visión del votante sobre la seguridad pública en México afecta su decisión electoral. El análisis
busca establecer que cuando la seguridad pública mejora o empeora, el votante considera esta
institución para emitir su voto. El propósito principal de la investigación se orienta a estudiar
las determinantes del voto de la opinión pública, teniendo como referente el proceso electoral
del presente año.
Entre los objetivos específicos de la investigación sobresalen: 1. Ofrecer una detallada, pero
concisa revisión de la literatura sobre las determinantes del voto entre los mexicanos. 2. Presentar algunos pormenores del contexto nacional que permiten entender las razones por las cuales
la percepción sobre la seguridad pública se ha convertido en una determinante clave del voto
en los años recientes. 3. Desarrollar un análisis de tipo econométrico, con datos estadísticos,
derivados de una encuesta, que permita examinar de manera empírica los factores que ayuden
a entender por qué el ciudadano vota de cierta forma.
El presente estudio se basó en una encuesta de carácter nacional realizada en el año 2010
por LAPOP (Latin American Public Opinion Project). El trabajo se divide en los siguientes apartados: Primero, una revisión a la bibliografía del tema proyectó las diferentes escuelas de pensamiento que han explicado las determinantes de las preferencias electorales, ponderando su
viabilidad y poder explicativo para el caso mexicano. La segunda sección analiza el contexto
nacional después de la alternancia, en particular la relevancia de las políticas de seguridad
publica en la agenda nacional. Aquí también se presentan datos de encuestas de opinión sobre
el tema de la seguridad pública, los cuales se complementan con algunas referencias en torno a
las marchas ciudadanas a favor de fortalecer la seguridad del país. Más adelante, la metodología
del trabajo describe cómo los datos fueron obtenidos para probar empíricamente los efectos
que la percepción sobre el crimen tiene en la decisión electoral. Posteriormente, se presenta un
análisis econométrico y finalmente las conclusiones del trabajo.
Las determinantes del voto según la tradición estadounidense
Una vasta literatura sobre el comportamiento político del votante ha demostrado que la percepción sobre la economía y la identidad partidista constituyen elementos claves que determinan
las preferencias electorales.2 Asimismo, los trabajos indican que el perfil sociodemográfico del
votante (edad, sexo, ingreso y nivel educativo) también posee cierto impacto cuando el ciudadano va a las urnas. 3 La mayoría de estos hallazgos han utilizado como estudio de caso a Estados
Unidos, asumiendo que estas variables: la percepción sobre la economía, la identidad partidista
y el perfil sociodemográfico, son claves para entender el comportamiento del votante incluso
en contextos distintos al estadounidense. ¿Es esto cierto? Recientes estudios sugieren que el
2 En las páginas siguientes se ofresen las referencias de estos estudios que apoyan la argumentación.
3 A lo largo de este artículo se citarán los trabajos que con sus hallazgos respaldan dicho argumento. Se reconoce, como
se verá en las líneas siguientes, que las variables vinculadas al perfil sociodemográfico han perdido potencial explicativo,
en los recientes estudios, con la inclusión de variables correspondientes a la identidad partidista y la percepción sobre la
economía
32 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
efecto de ciertas variables en el voto depende específicamente de su relevancia en un contexto
y tiempo específicos.4 De tal forma, el caso mexicano, distinto al estadounidense, puede ilustrar
si las variables anteriormente mencionadas afectan el comportamiento político del ciudadano, o
bien el contexto mexicano anticipa qué otro tipo de variables resultan claves para entender a los
votantes en México. Para ello, esta sección, primero, describe los principales enfoques teóricos
que han explicado el comportamiento político del votante, y después se analiza su potencial
para estudiar el caso mexicano.
Los primeros estudios enfocados al análisis de las determinantes del voto se realizaron en
Estados Unidos en los años cuarenta y cincuenta por parte de Berelson, Gaudet, Lazarsfeld y
McPhee, cuyo trabajo es reconocido como el enfoque de la Escuela de Columbia. Esta perspectiva estudia el comportamiento del votante poniendo énfasis en el entorno social del individuo.5
Dos trabajos son los puntos de anclaje de estos autores: The People’s Choice (1944) y Voting
(1954). Para esta corriente, “votamos políticamente en la medida que nos definimos socialmente.” Aunque el voto es una decisión política, los factores sociales son las principales determinantes que guían el comportamiento del votante.6 Es un enfoque que parte de la sociología,
según el cual es posible predecir las decisiones del votante si se conoce su religión, ocupación,
nivel socioeconómico. Desde el punto de vista teórico, la racionalidad que explica el comportamiento del votante es la siguiente: “La forma en que el ciudadano evalúa a los candidatos
está determinada por quién es él socialmente hablando; los más educados tenderán a criticar
al candidato que representa el gobierno en turno; los más ricos se sentirán satisfechos con el
status quo; los menos favorecidos apoyarán a los candidatos de la oposición”. Este argumento
teórico ha encontrado un amplio respaldo empírico en diversos trabajos que han corroborado
estos primero hallazgos.7
Así como para la Escuela de Columbia, la sociología es la base para explicar el comportamiento del votante, la Escuela de Michigan parte de un enfoque basado en la psicología social,
que desarrolla en el libro titulado The American Voter. El voto es el resultado de un vínculo
psicológico-social muy estrecho entre el votante y los partidos políticos a través de la identidad
partidista, es decir, la forma específica que tiene el votante de verse a sí mismo cuando toma
4 Moisés Arce, “Political Violence and Presidential Approval in Peru,” en The Journal of Politics, 65 (2003); George Edwards
et al., “Explaining Presidential Approval: The Significance of Issue Salience,” American Journal of Political Science, vol.
39 (1995); Ricardo Román Gómez Vilchis, “Citizens’ Evaluation of the President and Democratic Transition: Determinants
and Effects of Presidential Approval in Mexico,” Tesis de Doctorado en Ciencia Política, La Jolla, Universidad de California,
San Diego; William Mishler y John P. Willerton, “The Dynamics of Presidential Popularity in Post-Communist Russia,”en
American Journal of Political Science, vol. 44, no. 2 (2000); Claude Nerrebi y Esteban F. Klor, “The Impact of Terrorism on
Voters’ Preferences,” presentado en la Conferencia Anual de la MPSA National Conference, Chicago (2007); Yang Zhong,
Jie Chen y John Scheb, “Mass Political Culture and Bejing,” Asian Survey, vol. 38, no. 8 (1998).
5 Bernard Berelson R., Paul F. Lazarsfeld y William N. McPhee, Voting, (Chicago, University of Chicago Press, 1954, p. 5.
6 Carroll J. Glynn et al., Public Opinion, Colorado, Westview Press, 2004, pp. 203-204.
7 Jocelyn A. J. Evans, Voters and Voting: An Introduction, Londres, Sage Publication, 2004; Richard Gunther, José Ramón
Montero y Hans J. Puhle (compliladores), Democracy, Intermediation, and Voting on Four Continents, Oxford, Oxford
University Press , 2007; Shanto Iyengar y Donald Kinder, News that Matters. Television and American Opinion (Chicago:
University of Chicago Press, 1988).
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 33
Ricardo Gómez Vilchis
una decisión política.8 Este vínculo, la identidad partidista, se genera desde la edad temprana a
través de la convivencia familiar y se fortalece a lo largo del tiempo.
El concepto clave para Campbell, Converse, Miller y Stokes, cuyo trabajo se identifica como
el de la Escuela de Michigan, es la identidad partidista; una orientación de tipo afectivo que
se desarrolla por medio del proceso de socialización política del individuo como resultado de
los valores que trasmite la familia y la comunidad. Este proceso despierta en el individuo un
sentimiento de lealtad hacia un partido político específico.9 Desde el punto de vista teórico, la
racionalidad que guía este argumento y al votante es la siguiente: “No tengo forma de conocer
todas las propuestas de los candidatos ni de saber si realmente llevarán éstas a cabo, pero sí
puedo reconocer si pertenecen al partido con el cual yo me identifico o no, es decir, si alguno de
los candidatos es uno de mi equipo”. Este argumento teórico ha sido robustecido con un gran
número de trabajos de corte empírico. 10
La Perspectiva de la Elección Racional pretende dar una respuesta a las fluctuaciones de las
preferencias electorales, lo ni la Escuela de Columbia ni la de Michigan lo explican. Parte de
un enfoque economicista más que de tipo psicosocial. La identidad partidista es instrumental
más que afectiva. De hecho, la identidad partidista se va actualizando constantemente a partir
de lo que hace el partido en el gobierno. El ciudadano vota basado en lo que considera hará el
partido en el futuro a partir de lo que sus integrantes, quienes tienen un cargo de representación
popular, han hecho en el pasado. El votante tiene en mente esta pregunta: “¿Qué has hecho
por mí recientemente?” La decisión del voto está motivada por una lógica de “maximización
de utilidad”; el votante calcula el diferencial de utilidad que obtendría de uno u otro partido si
éste estuviera en el gobierno.11 Es un voto esencialmente de tipo económico, es decir, la decisión
electoral refleja una evaluación de los votantes acerca de las condiciones económicas. Sobre
este punto, Morris Fiorina enfatiza que el votante guía sus decisiones concentrando su atención
en el estado de su propia economía y utilizando una visión retrospectiva.12
La racionalidad de este enfoque, desde el punto de vista teórico, es ésta: “Los votantes depositan su voto en la urna apoyando al partido que consideran les proveerá de más beneficios.
Si los ciudadanos piensan que la economía anda bien, apoyarán al candidato del partido en
el gobierno; si por el contrario, el votante considera que la economía anda mal, respaldará al
candidato de la oposición”. Evidentemente, se puede argumentar que para que se presente la
situación anterior, resulta necesario que los votantes posean información completa; hecho que
el mismo Downs reconoce como poco probable; sin embargo, en palabras downsianas ante esta
problemática el votante sólo puede hacer “estimaciones” sobre el candidato que representa al
gobierno en turno y sobre quien representa a la oposición.13 “Él se basará en aquellas pocas
8 Angus Campbell et al., The American Voter, Chicago, University of Chicago Press , 1960, p. 122.
9 Ibid., p. 124.
10 Philip E. Converse y Gregory B. Markus, “Plus ca change…, The New CPS Election Study Panel” ,The American Political
Science Review, vol. 73,. 1, 1979; M. Kent Jennings y Richard G. Niemi, “The Transmission of Political Values from Parent to
Child”, The American Political Science Review, vol. 62 1968; Norman Nie, Sidney Verba y John R. Petrocik, The Changing
American Voter, Cambridge; Harvard University Press, 1979.
11 Anthony Downs, An Economic Theory of Democracy, Nueva York; Harper Collins Publishers, 1957, p. 265.
12 Retrospective Voting in American National Elections, New Haven; Yale University Press, 1981, p. 5.
13 Anthony Downs, An Economic Theory of Democracy, p. 46.
34 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
áreas de actividad gubernamental (de política pública) donde las diferencias entre los partidos
son suficientemente grandes para impresionarlo”.14 Downs nunca desarrolló el concepto de
“atajos informativos” (shortcuts), el cual ha sido utilizado ampliamente para explicar cómo es
que el votante puede tomar decisiones en condiciones de escasa información.15 Sin embargo,
las líneas anteriores que retoman textualmente a Downs muestran que el autor reconoce que la
carencia de información no impide que los votantes tomen decisiones racionales, ya que éstos se
apoyaban en aquellas áreas de actividad gubernamental donde las diferencias son más fáciles
de identificar, es decir, en atajos informativos.16
En el caso mexicano, difícilmente se puede esperar que el votante conozca a cabalidad los
avances y retrocesos del gobierno de Calderón en el tema de la seguridad pública, pero también
resulta poco probable que este votante tenga un número suficiente de “atajos informativos”
que le brinden la oportunidad de saber qué ocurre en materia de seguridad pública, a través de
su propia experiencia con su entorno, con los líderes de su comunidad, con diversos grupos en el
trabajo o en la escuela, incluso con los medios de comunicación. Se reconoce, que desde luego,
el duopolio televisivo tiene una fuerte presencia cuando el votante se informa, sin llegar a ser la
única fuente, destacando el papel de otros medios más críticos e independientes como la radio,
la prensa y las redes sociales. De hecho, la evidencia empírica muestra que el ciudadano no
sólo utiliza la televisión sino también otros recursos informativos para enterarse de las noticias.
Durante las elecciones de 2006, un 46 por ciento de los votantes aseguró que se había enterado
enterarse “mucho” o “algo” de las noticias platicando con la gente; y un 36 por ciento a través
del periódico.17 Asimismo, estudios recientes revelan que existen varios factores que restringen
el posible impacto que tiene una noticia entre los votantes.18 Sin duda, la mayor recurrencia por
parte de los votantes del uso de ciertos medios sobre otros es uno de ellos (en este punto el
duopolio televisivo es dominante), pero también hay otras variables que restringen los efectos
de los medios de comunicación en los votantes, entre ellos, la credibilidad. De tal forma, resulta
difícil pensar que lo presenta en materia de seguridad pública a través de Televisa y TV Azteca
es la única fuente que los votantes utilizan, y sin cuestionamiento alguno.
Los estudios sobre las variables que explican las preferencias electorales en un contexto
14 Idem.
15 Vid. Arthur Lupia y Mathew D. McCubbins, The Democratic Dilemma: Can Citizens Learn What They Need to Know?,
Cambridge, Cambridge University Press, 1998; Samuel Popkin, The Reasoning Voter, Chicago; The University of Chicago
Press, 1991.
16 No es objeto del presente trabajo presentar el debate sobre el concepto de “acciones racionales”, simplemente lo presentamos como parte de la revisión de la literatura, haciendo la acotación de que Downs, en el libro An Economic Theory of
Democracy, señala que él habla de una racionalidad política, donde los votantes buscan maximizar sus acciones a través
del voto, es decir, obtener el mayor beneficio según sus preferencias en materia de políticas públicas. Downs reconoce que
la racionalidad psicológica o de otro tipo puede guiar a los votantes a apoyar un cierto partido o candidato, pero estos
tipos de racionalidad no son parte de la abstracción de la cual él parte para llevar a cabo su análisis. Por otro lado, en
términos downsianos, la eficiencia de una acción no es el mejor criterio para saber si es racional o no, ya que el votante
puede equivocarse si no cuenta con la información necesaria. De aquí que una acción racional es aquella que sigue ciertos
patrones de conducta que la hacen de alguna manera predecible en términos de tratar de maximizar la utilidad. Esto lo
desarrolla Downs en el capítulo 1 del libro citado.
17 Alejandro Moreno, La Decisión Electoral, México, Porrúa, 2009, p. 217.
18 Matthew Baum, “Talking the Vote”, American Journal of Political Science, vol. 49, no. 2, 2005; Joanne Miller y Jon Krosnick, “News Media Impact on Presidential Evaluation”, American Journal of Political Science, vol. 44, no. 2, 2000.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 35
Ricardo Gómez Vilchis
distinto al de Estados Unidos, cada vez comienzan a ser más recurrentes. Sin embargo, en la
mayoría de los casos han sido “tentados” por una cierta dependencia teórica que privilegia
las variables vinculadas con la percepción de la economía, olvidando que el poder explicativo
de dichas variables depende del contexto político-social que enmarque la lucha electoral entre
los distintos partidos. En el caso mexicano, ¿qué tanto poder explicativo han demostrado tener
los enfoques de la literatura de American politics (el comportamiento del votante en Estados
Unidos) para entender al votante mexicano? Es decir, ¿han sido las variables de la identidad partidista, la percepción sobre la economía y el perfil socio-demográfico del votante, significativas
en los estudios del comportamiento político en México?
En uno de estos primeros trabajos, que de hecho marca el principio de este tipo de estudios basados en los datos que aportan las encuestas, Domínguez y McCann, con base en las
elecciones de 1988 y 1991, sostienen que la decisión de voto en México era un proceso de dos
etapas: en la primera, el elector se preguntaba si debía votar o no por el Partido Revolucionario
Institucional (PRI); hasta una segunda instancia consideraba las otras opciones políticas, concentrando su atención en el estado que guardaba la economía.19 El argumento se revisó a la
luz de la elección presidencial de 1994 y se documentó una fuerte división centrada en factores
políticos que situaban al PRI como principal referente del voto.20 De tal forma, en estos primeros
trabajos, la identidad partidista (cercanía o lejanía con el PRI), variable clave en los estudios del
comportamiento del votante en Estados Unidos, demostró poder explicativo para analizar el
comportamiento del votante mexicano. Desde la publicación de aquel trabajo de Domínguez
y McCann, un gran número de análisis han robustecido el argumento de que la identidad partidista afecta el voto en México.21 De aquí que el artículo incluya esta variable en el modelo
econométrico que se presenta.
En las elecciones de 2000, junto con la identidad partidista, otra serie de variables específicas
como el deseo por la alternancia de los ciudadanos y el perfil socio-demográfico del votante,
demostraron afectar significativamente el comportamiento político del mexicano. Esto resulta
atractivo en términos teóricos, ya que en el caso del deseo de la alternancia, que el votante expresó a través de encuestas, corresponde a una variable propia del contexto mexicano; pero en
el caso de la identidad partidista y el perfil socio-demográfico del elector (los jóvenes pertenecientes a los sectores urbanos y los más escolarizados apoyaron a Fox nuevamente los hallazgos
del caso mexicano mostraron cierta semejanza con el caso estadounidense. Un conjunto de
trabajos han fortalecido el argumento de que las variables sociodemográficas afectan el voto
en México, se citan algunos.22 Por este motivo se incluyen variables referidas al perfil sociodemográfico del votante en el análisis econométrico siguiente. Resulta pertinente mencionar que
19 Jorge I. Domínguez y James A. McCann, “Shaping Mexico’s Electoral Arena: The Construction of Partisan Cleavages in the
1988 and 1991 National Elections”, The American Political Science Review, Nueva York, Cambridge University Press, vol.
89, no. 1, 1995, p. 34.
20 Alejandro Moreno, La Decisión Electoral, México,. Porrúa, 2009, p. 19.
21 Jorge Domínguez y Chappell Lawson, Mexico’s Pivotal Democratic Election, Stanford, Stanford University Press, 2004;
Beatriz Magaloni, Voting for Autocracy,Cambridge, Cambridge University Press, 2006; Alejandro Moreno, La Decisión
Electoral, México, Porrúa , 2009.
22 Charles L. Davis, y Ronald E. Langley, “Presidential Popularity in a Context of Crisis and Political Change: The Case of
Mexico”, Studies in Comparative International Development, vol. 30. 3 no. 1995; Todd Eisenstad, Courting Democracy in
Mexico Cambridge Cambridge University Press , 2004; Alejandro Moreno, El Votante Mexicano, México : FCE, 2003.
36 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
tanto en el caso estadounidense como en el mexicano, las variables que se refieren al perfil sociodemográfico han perdido potencial explicativo, en los recientes estudios, con la inclusión de
variables correspondientes a la identidad partidista y la percepción sobre la economía de 2006
en las elecciones el electorado del cambio que votó contra el PRI en las elecciones de 2000, se
mostró dividido. Las ciudades, los jóvenes, los más escolarizados y otros electores que
habían apoyado a Fox, voltearon en 2006 hacia dos polos distintos: unos, quienes apoyaban
políticas públicas orientadas hacia la izquierda, votaron por el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador. Otros, más cercanos a las posturas
de derecha, sufragaron en favor del panista Felipe Calderón.23 Asimismo, variables ligadas a la
percepción de la economía resultaron claves para entender el comportamiento del votante en
2006 en México. Quienes pensaban que la economía había mejorado, favorecieron con su voto a
Calderón; los que consideraron lo contrario apoyaron a López Obrador.24 Estos hallazgos y varios
otros que han aparecido en diversos trabajos, sobre el comportamiento electoral en México,
justifican la inclusión de variables vinculadas con la percepción del votante sobre la economía
en los modelos econométricos que se presentan. 25
De tal forma, los estudios que se han desarrollado sobre el comportamiento del votante
mexicano muestran que si bien varios de los postulados retomados a partir del caso estadounidense sirven para entender las preferencias electorales en México, también ha existido una
cierta dependencia teórica que no ha permitido utilizar otro tipo de variables, propias del contexto mexicano, para entender al votante. En términos teóricos: ¿por qué podríamos esperar que
variables no económicas pudieran incidir en el voto en México? Algunos autores señalan que
un “tema” puede afectar las decisiones políticas del votante sólo si logra cierta trascendencia
en la esfera de la opinión pública.26 Tal pudiera ser el caso de la seguridad pública en México.
Una mirada al contexto mexicano de los últimos años puede sugerir que no sólo los temas
vinculados con la economía pueden ser importantes cuando el votante mexicano emite su voto,
sino también los temas de índole social que ocupan un lugar privilegiado en la agenda política
nacional. Edwards señala que un issue, un tema, puede afectar las preferencias electorales sólo
si es relevante para el votante. Es decir, si está en la mente del electorado. Los datos empíricos
evidencian que el tema de la seguridad pública ha ganado “trascendencia”, incluso ha superado
la presencia de la economía como el principal problema de los ciudadanos. En 2007, el crimen
y la economía se disputaban el primer lugar en cuanto a ser considerados como el principal
problema que existía en el país. La diferencia era de aproximadamente un 10 por ciento. En
diciembre de 2010, la diferencia se amplió notablemente: el crimen alcanzó un 62 por ciento,
23 Alejandro Moreno, La Decisión Electoral, p. 20.
24 Alejandro Moreno, “The Activation of Economic Voting” , en Consolidating Mexico’s Democracy (coordinadores: Jorge I.
Domínguez y Chappell Lawson), Baltimore, Maryland, The Johns Hopkins University Press, 2009.
25 Andrés Villarreal, “Public Opinion of the Economy and the President among Mexico City Residents: The Salinas Sexenio”,
Latin American Research Review, vol. 34, no. 2, 1999, Robert Kaufman, y Leo Zuckermann, “Attitudes toward Economic
Reform in Mexico: The Role of Political Orientations”, The American Political Science Review, vol. 92, no. 2, 1998.
26 George Edwards et al., “Explaining Presidential Approval: The Significance of Issue Salience,” American Journal of Political
Science, vol. 39 ,1995, pp. 108-109.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 37
Ricardo Gómez Vilchis
erigiéndose como el principal problema que debía ser atendido en la nación, y la economía sólo
un 18 por ciento.27 Como argumenta Edwards, “no se puede asumir que la gente siempre juzga
a los políticos usando los mismo criterios.” Sin duda, los problemas derivados de la economía
deberán tener impacto en las decisiones del votante en México, porque los hallazgos previos así
lo indican y porque la evidencia empírica utilizada muestra que el estado de la economía es una
preocupación de los mexicanos. De igual forma, la percepción de los votantes sobre la seguridad
pública, debido a que el crimen es la principal preocupación de los mexicanos, debe también
estar presente en la mente de los votantes cuando apoyan a cierto candidato. Si bien es cierto,
los candidatos no han tocado de manera directa, como un rasgo central de sus campañas, a la
seguridad pública, esto no significa que la percepción del ciudadano sobre la seguridad no vaya
a ser importante en las preferencias electorales de 2012. Por un lado, si los candidatos no han
tocado directamente el tema, no es porque resulte irrelevante para los ciudadanos, sino porque
los políticos saben que resulta complicado proponer una estrategia diametralmente opuesta a
la planteada por Calderón, en la cual, por ejemplo, se platee un regreso inmediato del Ejército a
los cuarteles. Tan el tema es importante, que las encuestas revelan que la opinión pública, como
se de muestra en las páginas siguientes, está muy preocupada por el crimen y la seguridad del
país, y las manifestaciones ciudadanas en torno a estos problemas son cada vez más numerosas.
El crimen como tema de política pública nacional
La elección del año 2000 fue la expresión de un deseo por el cambio, el cual se basó principalmente en las expectativas de una mayor competencia del nuevo presidente en el manejo de la
economía y la seguridad pública. 28 Una elección más competitiva y una eventual transición impulsaron a los ciudadanos para que asociaran la democracia con la reducción del crimen, como
una clara señal del fortalecimiento de la seguridad pública. La gráfica 1 muestra que antes de
la elección de 2000, 31 por ciento de la gente consideró el combate contra el crimen como la
principal tarea de la democracia. 29
27 Alejandro Moreno, “Encuesta Reforma: 16 Evaluacion al Presidente Felipe Calderón: Perciben más Crimen,” periódico
Reforma, México,., 1 de diciembre de 2010, p. 6 (sección Nacional).
28 Beatriz Magaloni y Alejandro Poiré, “The Issues, the Vote, and the Mandate for Change”, en Mexico’s Pivotal Democratic
Election (coordinadores: Jorge I. Domínguez y Chappell Lawson), Stanford, California, Stanford University Press, 2004, p.
297.
29 Joseph Klesner, “Legacies of Authoritarianism: Political Attitude in Chile and Mexico”, en Citizen Views of Democracy in
Latin America (coordinador: Roderic Ai Camp), (Pittsburgh , University of Pittsburgh Press, 2001), p. 127.
38 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
Gráfica 1. La principal tarea de la democracia, según la ciudadanía
35
31
33
Porcentaje
30
25
17
20
16
Percepción
15
10
3
5
eg
ir
El
Co
m
ba
tir
al
C
rim
en
G
ob
er
na
Di
nt
st
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a
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s
M
in
or
Ni
ía
ng
s
un
a
o
No
Sa
be
0
Fuente: Fundación Hewlett/MORI Internacional, 1998 (Klesner, 2001).
Esta asociación entre la democracia y el fortalecimiento de la seguridad pública en la mente
de los ciudadanos fue robustecida después de la alternancia. Durante su gestión, Vicente Fox,
ante los ojos de la opinión pública, hizo del combate contra el crimen una prioridad de su administración. El nuevo presidente envió mensajes de que los altos niveles de crimen en el país
serían reducidos. Durante la administración foxista fue creada la Secretaria de Seguridad Publica
(SSP) y la Policía Federal Preventiva (PFP) fue adscrita a esa dependencia. Asimismo, la Policía Judicial Federal, dependiente de la Procuraduría General de la Republica (PGR), fue transformada
en la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), en lo que se presentó como un modelo de policía
investigadora basada en las experiencias de la Agencia Federal de Investigación (FBI, por sus
siglas en inglés) y la Scotland Yard.30
Sin embargo, fue justamente a partir del principio de la administración del presidente Felipe
Calderón en 2006 que el tema de la seguridad pública cobró gran relevancia y trascendencia
como un tema que pudiera incidir en las preferencias electorales de la opinión pública. La guerra
contra las drogas, el narcotráfico y el crimen organizado ha sido, sin duda, el rasgo definitorio
del sexenio de Calderón. La evidencia empírica es cruda al respecto. En 2008, durante la administración de Felipe Calderón, hubo cinco mil 500 homicidios más que en 2007, y en 2009 cinco
mil 800 más que en 2008 y tres mil más que en 1992.31
El aumento en la tasa nacional de homicidios generado una mayor preocupación de la ciu30 Vicente Sánchez, “La Lucha actual del gobierno mexicano contra la delincuencia en la frontera con Estados Unidos”, en
Frontera Norte, vol. 23, no. 45, México, 2011, p. 110.
31 Fernando Escalante, “Homicidios 2008-2009. La muerte tiene permiso” , Nexos, México, no. 397, 2011, p. 38.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 39
Ricardo Gómez Vilchis
dadanía por el crimen que se ha convertido en el principal problema del país. La gráfica 2 ilustra
cuáles son los temas de mayor importancia en México y que la ciudadanía considera deben ser
atendidos por las autoridades. Como muestra la gráfica, en general es posible identificar dos
principales preocupaciones que inquietan a los votantes: la economía y el crimen. En la categoría otros se incluyen diversos tipos de problemas, como la falta de educación y la migración,
por mencionar algunos. Los datos indican que para la opinión pública el principal problema del
país, y que por ende debe ser atendido por las autoridades, es el del crimen. Si bien es cierto que
durante los primeros años de la administración de Calderón la economía le disputó al crimen el
primer lugar como la principal preocupación de los ciudadanos, en los últimos años de la actual
administración, el crimen ha sido por mucho el problema más importante para la opinión pública, alcanzando un 62 por ciento en diciembre de 2010.
Gráfica 2. El principal problema en México, según la ciudadanía
70
60
Porcentaje
50
40
Crimen
30
Otros
Economía
20
10
0
Mar.
2007
Dic.
2007
Junio
2008
Mar.
2009
Mar.
2010
Dic.
2010
Fuente: Periódico Reforma, 1 de diciembre de 2010.
Además de las encuestas, las manifestaciones en las calles por medio de marchas ciudadanas evidencian que el tema de la seguridad pública es un reclamo que está en la mente de
los votantes. El 26 de junio de 2004, miles de personas en la ciudad de México participaron
en la marcha contra la violencia. Fue una marcha silenciosa, durente la cual los ciudadanos
recorrieron el Paseo de la Reforma con rumbo a la Avenida Juárez y el Zócalo capitalino.32 El
sábado 30 de agosto de 2008 el contingente ciudadano fue mayor. Una multitud superior a las
500,000 personas participaron ese día en la marcha por la seguridad, bajo el lema “Iluminemos
32 EsMás, “La Marcha Silenciosa se LLevó a Cabo en Total Calma,” 27 de junio de 2004, en http://www.semas.com/noticierostelevisa/mexico/373832.html, consultada el 12 de junio de 2012.
40 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
México”, y demandaron a las autoridades del país paz y justicia. Organizaciones civiles de la
capital mexicana lograron involucrar a 71 ciudades de los principales estados de México, para
manifestar su rechazo a las acciones de violencia y secuestro.33 En el mes de abril de 2011 se
llevó a cabo otra manifestación contra la violencia, encabezada por el poeta Javier Sicilia. La
marcha se realizó en Cuernavaca, Morelos, y fue replicada en otras ciudades de México y del extranjero.34 Datos duros, a través de encuestas y las manifestaciones ciudadanas, expresadas por
medio de marchas, evidencian que el tema de la seguridad pública está de manera recurrente
en la mente del votante.
Hipótesis
Es posible suponer que después de la elección del año 2000, la relación entre la preferencia
electoral y la percepción de la ciudadanía sobre la seguridad pública se hizo más evidente debido a las altas expectativas por parte de los votantes sobre la determinación de los partidos y
los candidatos para encarar el problema. De tal manera, la hipótesis del presente trabajo es la
siguiente:
H1:Desde la llegada de Felipe Calderón al poder el crimen se ha erigido como el mayor
problema que existe en el país, y ha ganado mayor presencia en la opinión pública. De
tal forma, el tema de la seguridad pública se ha convertido en una de las principales
preocupaciones que debe guiar la mente del votante cuando éste toma una decisión de
tipo electoral. Manteniendo las otras variables constantes, la percepción de los ciudadanos sobre la seguridad pública afecta claramente la preferencia electoral. Si el ciudadano
considera que la seguridad pública se fortalece, las probabilidades de votar por el partido
en el poder en turno aumentan, y las probabilidades de votar por la oposición disminuyen
H2:No se debe esperar que los efectos que tiene la percepción de la seguridad pública en
el voto sean iguales para todos los ciudadanos. En México, estudios previos indican que
la identidad partidista tiene fuertes efectos sobre la decisión electoral. De tal forma, es
posible suponer que los efectos de la percepción sobre la seguridad pública en el voto,
aumentarán o disminuirán según el partido con el que el votante se identifique.
Metodología
La encuesta en la que se basa este análisis fue realizada en el mes de febrero de 2010 en México
por LAPOP. Contiene más de 1,000 entrevistas realizadas en viviendas; sin embargo no más de
800 personas contestaron la pregunta sobre su preferencia electoral. Se utilizó un diseño de
muestreo probabilístico-estratificado. Es una muestra de carácter nacional, en la cual el país es
dividido en cuatro estratos o regiones geográficas: la norte, la medio oeste, la central y la sur.
Cada estrato fue subdividido en área rural y área urbana. De tal forma, la muestra está integrada
33 News, “México marcha por la paz”, nota del 8 de septiembre de 2008, en http;//www.xinhuanet.com, consultada el 11
de junio de 2012.
34 El Universal.mx, “Justicia, gritan miles en Marcha por la Paz” , nota del 7 de abril de 2011, en http://www.eluniversal.
com.mx/notas/757331.html, consultada el 10 de junio de 2012.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 41
Ricardo Gómez Vilchis
por 130 unidades primarias de muestreo que cubren 29 de 32 estados de la República Mexicana.
El margen de error de la encuesta es de +/- 2.48.
El presente trabajo parte del models denominado logístico-multinomial, el cual mide la probabilidad de que las variables independientes afecten la dependiente. Este estudio se concentra
en los tres principales partidos políticos del país: el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de
la Revolución Democrática (PRD) y el Partido de la Revolución Institucional (PRI). Debido a que el
tamaño de la muestra es muy bajo en el caso de otros partidos, éstos se han omitido del análisis.
De esta manera, la variable dependiente es el voto específico del ciudadano por algún partido
político. El tipo de análisis del presente estudio permite analizar como variable dependiente una
medida de tipo categórico (aquéllas cuyos valores o características son categorías o clases excluyentes) con más de dos valores (voto a favor del PRI, del PAN o del PRD). Los modelos toman una
de las categorías analizadas como base de comparación de los coeficientes, y para tal propósito
aquí se ha utilizado el voto por el PAN. La preferencia electoral en México es un fenómeno que
requiere de este tipo de modelos para estimar el efecto de distintas variables en el voto, ya que
se pueden comparar a partir de un mismo análisis los factores que influyen para que se vote a
favor de alguna de las tres principales fuerzas del país.
Los resultados que se presentan en la siguiente sección exponen la probabilidad de que la
ciudadanía vote por el PRD o por el PRI, respectivamente, teniendo en ambos casos como grupo
referente el voto a favor del partido gobernante, el PAN. El cuadro 1 presenta la operacionalización y la codificación de las variables. La variable independiente clave es la percepción sobre
la seguridad pública. El análisis también incluye como controles una serie de variables que han
sido utilizadas en investigaciones previas, tales como la visión sobre la economía, la identidad partidista y las características sociodemográficas de la población. La inclusión de dichas
variables obedece a razones tanto teóricas como metodológicas. Las razones metodológicas
atienden una situación que se presenta en todo modelo econométrico, llamada “sesgo de omisión de variables”, la cual aparece ante la imposibilidad de incluir en el análisis alguna variable
relevante (la cual ha sido estadísticamente significativa en estudios anteriores) al momento de
realizar una regresión. Es decir, cuando solamente se incluye en el estudio la variable que se
considera clave (en este trabajo, la percepción ciudadana sobre la seguridad pública) ésta, tal
vez, afectaría de manera estadísticamente significativa a la variable dependiente (en este caso el
voto), pero dicho resultado puede ser producto de una regresión espuria. Es un “hallazgo”, por
describirlo de alguna manera, “falso”, el cual puede dejar de ser significativo cuando incluimos
en el modelo otro tipo de variables que han resultado “relevantes” en investigaciones anteriores.35 Todas las variables que incluye el estudio (la identificación partidista, la percepción sobre
la economía, el perfil sociodemográfico del votante) han sido relevantes en términos estadísticos
en trabajos previos. De tal forma, al incluirlas en el análisis metodológicamente se trasciende el
problema de “sesgo de omisión de variables”, el cual pudiera aparecer si no se incluyeran las
variables anteriormente mencionadas.
Las razones teóricas que justifican la inclusión de variables-control como la identificación
partidista, la percepción sobre la economía y el perfil sociodemográfico del votante, han sido
explicadas en la sección anterior, pero ésta las resume brevemente. Desde el punto de vista teó35 Jeffrey M. Wooldridge, Introductory Econometrics, Ohio, Thomson South-Western, 2002, p. 840.
42 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
rico, la identidad partidista resulta un factor que afecta las preferencias electorales. El votante
no tiene forma de conocer todas las propuestas de los candidatos ni de saber si realmente se
llevarán éstas a cabo, pero puede reconocer si pertenecen al partido con el cual se identifica o
no, es decir, si alguno de los candidatos es “uno de su equipo”, y en tal medida apoyarlo. Esta
racionalidad ha encontrado un amplio respaldo empírico en diversos trabajos que han corroborado este argumento, tanto en Estados Unidos como en México.36 Teóricamente hablando,
la economía puede tener un fuerte impacto sobre el voto. La racionalidad de este argumento
asume que los ciudadanos depositan su voto en la urna apoyando al partido que consideran
les proveerá de más beneficios. Si los votantes piensan que la economía anda bien, apoyará al
candidato del partido del gobierno en turno; si por el contrario, consideran que la economía va
mal, respaldarán al candidato de la oposición. Existe, amplia bibliografía que respalda empíricamente la justificación teórica de este argumento.37 La inclusión de variables que describen
el perfil sociodemográfico del votante haya su justificación teórica en los argumentos de la
Escuela de Columbia, según los cuales la forma en que el ciudadano evalúa a los candidatos
está determinada por quién es él, socialmente hablando: los más educados tenderán a criticar
al candidato que representa el gobierno en turno; los más ricos se sentirán satisfechos con el
status quo; los menos favorecidos apoyarán a los candidatos de la oposición. Diversos trabajos
han respaldado de manera empírica esta justificación teórica en la cual descansa la presencia
de variables como la edad, el sexo, el ingreso y la educación, en los análisis del comportamiento
político del votante.38
Cuadro 1. Explicando las determinantes del voto en México
Concepto
Pregunta
Operacionalización y
Codificación
Variables Dependientes:
Preferencia electoral por el
PRD o el PRI
¿Si hoy fueran las elecciones,
por cuál partido votaría
usted?
PRD
PRI
(Grupo referente) PAN
Percepción sobre el estado
de la Seguridad Pública
¿Hasta qué punto diría que
el gobierno actual mejora la
seguridad pública?
La escala original va de 0
(nada) a 7 (mucho)
Percepción sobre la situación
económica del país
Comparada con el año
anterior, ¿la situación
económica actual del país
es…?
(1) Peor
(2) La misma
(3) Mejor
Variables Independientes:
¿Usted piensa que su
Peor
Percepción sobre su situación situación económica personal (1)
(2) La misma
económica personal
es mejor, igual o peor que
(3) Mejor
hace un año?
36 Vid., notas 9 y 20.
37 Vid., notas 10, 11 y 24
38 Vid., notas 6 y 21.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 43
Ricardo Gómez Vilchis
Identificación partidista
Se utilizó la ideología como
Proxy para medir la identidad partidista. Pregunta:
“En la escala de izquierda y
derecha, ¿dónde se coloca?”
Se asume que los votantes que se ubican hacia la
izquierda son perredistas; los
del centro, priístas; los de la
derecha; panistas. A partir de
esto se crearon tres variables
binarias: PAN, PRD y PRI.
Dos variables binarias: PRD y
PRI. En el primer caso: (1) si
el votante se identifica como
perredista; (0) si no es así. En
el segundo, (1) si el votante
se identifica como priísta; (0)
si no es así. El grupo referente es el PAN.
Educación
Nota: El grupo referente es la ¿Cuál es su nivel de escolagente con educación primaria ridad?
(1) Primaria
(2) Secundaria
(3) Bachillerato
(4) Universidad
Ingreso
Nota: El grupo referente es la ¿Cuál es su ingreso familiar?
clase baja
(1) Clase Baja, de 0 a 1 salario mínimo.
(2) Clase Media Baja, de
más de 1 salario mínimo a 3
salarios mínimos.
(3) Clase Media Alta, de más
de 3 salarios mínimos a 7
salarios mínimos.
(4) Clase Alta, más de 7 salarios mínimos.
Edad
Nota: El grupo referente es el ¿Cuántos años tiene?
constituido por los jóvenes
(1) Jóvenes, de 18 a 25 años.
(2) Adultos Jóvenes, de 26 a
40 años.
(3) Adultos, de 41 a 60 años.
(4) Adultos Mayores, de 61
años en adelante.
Hombre.
Nota: el grupo referente es el Marque su género
integrado por las mujeres
Mujer
Hombre
Nota: Algunos de los valores originales de las variables fueron recodificados.
Resultados
El modelo estadístico utilizado en este análisis está basado en la regresión logística multinomial,
tal como se indicó en la sección anterior. Como una convención de lectura para este trabajo, en
el que se hace constante referencia a un cuadro de coeficientes de regresión logística multinomial, los asteriscos mostrados al lado de cada coeficiente representan el grado de significación
estadística de cada variable: un asterisco puede interpretarse como una influencia no muy sólida, pero significativa; dos asteriscos pudieran verse como una influencia hasta cierto punto
moderada; tres como una influencia fuerte. Se le recuerda al lector que los modelos toman una
de las categorías analizadas como base de comparación de los coeficientes, en este caso se ha
utilizado el voto por el PAN.
Los modelos logit del Cuadro 2 muestran los efectos que tanto la percepción sobre la segu-
44 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
ridad pública como la opinión del ciudadano acerca de la situación de la economía tienen en la
decisión electoral. El modelo 1 muestra el impacto de estas variables cuando el votante apoya
con su decisión al PRD, teniendo como grupo referente al PAN. El modelo 2 es casi la misma historia, pero aquí la variable dependiente es el voto del electorado cuando favorece al PRI. Como
se puede observar, en el modelo 1, manteniendo constante el resto de las variables, cuando la
gente percibe que la seguridad pública mejora, el partido en el poder (el PAN) se beneficia, en
detrimento del PRD. Si bien es cierto que el modelo 2 indica también que al mejorar la seguridad pública desde la perspectiva del ciudadano, el voto por el PAN se fortalece y el del PRI se
debilita, hay una diferencia significativa: la variable Percepción sobre la Seguridad Pública
tiene un impacto estadísticamente significativo con un 99% en el nivel de confianza en el caso
de los votantes que favorecen al PRD (como indica el coeficiente -.23 con tres asteriscos). En
contraste, cuando esta variable afecta el impacto del voto que favorece al PRI, sus efectos no
logran ser significativos estadísticamente hablando (como muestra el coeficiente -.09). ¿Qué
sugieren estos resultados?
Primero, estos hallazgos nos remiten a la revisión de la bibliografia que se hizo en la primera
sección de este trabajo, en específico al argumento desarrollado por Edwards acerca de que un
“tema” puede afectar las decisiones políticas del votante sólo si logra cierta trascendencia en
la esfera de la opinión pública.39 No se puede asumir, como a veces se ha hecho, que la gente
siempre juzga a los políticos empleando los mismos criterios, privilegiando los de tipo económico. Es cierto que los modelos, en términos generales, respaldan los hallazgos sobre el comportamiento político del votante que se han encontrado en Estados Unidos, principalmente lo dicho
por las Escuelas de Michigan y Elecciones Racionales, las cuales sostienen, respectivamente,
que la identidad partidista y la percepción sobre la economía son determinantes para entender
el comportamiento del votante.40 Sin embargo, también es verdad que el caso mexicano revela
la importancia de otro tipo de variables, aquéllas que no derivan la percepción económica del
ciudadano, como es el caso de la percepción sobre la seguridad pública, lo que fortalece la
hipótesis uno del trabajo.
Segundo, el impacto que tiene la percepción sobre la seguridad pública en el voto depende
de la identidad partidista. Es probable que los votantes de izquierda consideren que un partido
como el PRD pondría en marcha una política de seguridad pública distinta a la que ha implementado Felipe Calderón. En contraste, la gente que apoya al PRI no tiene grandes expectativas
en este instituto político sobre el uso de un tipo de política de seguridad pública distinta al que
ha empleado el presidente Calderón, lo que respalda la hipótesis dos del artículo. Este hallazgo
encuentra cierto tipo de evidencia empírica que lo respalda. Por un lado, la cúpula perredista ha
sido crítica con la política de seguridad pública utilizada por Felipe Calderón, y de manera insistente ha reiterado su deseo por replantear y discutir la forma de reducir los niveles de violencia
en México, en particular manifestando su intención por reducir la presencia del Ejército en las
calles y enfatizando el respeto a los derechos humanos en la lucha contra el narcotráfico. En
contraste, la élite priísta ha sido más reservada para criticar a Calderón en materia de seguridad
pública, y de hecho no han expresado algún plan de política pública claramente distinto al de
los panistas.
39 George Edwards et al., “Explaining Presidential Approval.”
40 Vid. la “Revisión de la Literatura” de este artículo en las páginas anteriores.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 45
Ricardo Gómez Vilchis
Asimismo, más allá de la experiencia mexicana, otros casos muestran que los efectos que
los issues - temas tanto sociales como económicos- tienen en el voto, dependen de la identidad
partidista; en cierto sentido, del papel de la ideología en la creación de expectativas ciudadanas
en torno a los políticos. En Perú, el aumento de la violencia derivada de la guerrilla no afecta
de igual forma el apoyo popular hacia los líderes políticos de la derecha que hacia los de izquierda. Cuando la violencia de grupos como Sendero Luminoso se hacía más evidente para el
electorado durante la administración de Alan García (1985-1990), un presidente de izquierda,
la ciudadanía lo castigaba con una baja aprobación, porque consideraba que el Ejecutivo era
débil para encarar el problema. En cambio, cuando Fujimori (1990-1997) estaba en el poder y
los votantes percibían un aumento de la violencia derivado de la lucha contra la guerrilla, esta
variable no afectaba la aprobación sobre la conducta presidencial porque la gente consideraba
que al tratarse de un gobierno de derecha el que encaraba el problema de la guerrilla, resultaba
natural que la “mano dura” del presiente despertara en primera instancia una reacción de los
grupos guerrilleros, quienes intensificaban la violencia en el país. 41 El caso peruano no es tan
diferente al mexicano, en el cual quienes apoyan al PRD suponen que este partido llevaría una
política de seguridad pública diferente a la de Calderón; por ende, esta variable afecta su voto.
En cambio, aquéllos que favorecen al PRI no tienen grandes expectativas de que este partido
pueda llevar una política pública distinta, razón por la cual esta variable no afecta su decisión
electoral. En la Rusia post-comunista, no sólo las variables económicas son claves para entender
el comportamiento del votante. La percepción ciudadana sobre los atributos de los políticos
como la fortaleza, el liderazgo de “mano firme” y la ideología nacionalista, son claves para
entender quién será favorecido con el voto. 42 El votante refleja en su comportamiento político la
búsqueda de un ejercicio del poder de quienes gobiernan, hasta cierto punto de tipo autoritario.
En la Rusia de Yeltsin y Putin cuando los ciudadanos aprobaban la suspensión del parlamento,
del sistema de partidos, o cuando consideraban que un uso dictatorial del ejercicio del poder era
la única forma de “encarar” situaciones de crisis, las probabilidades de aprobar al presidente en
turno se incrementaban significativamente.43 Algo similar ocurre en China, donde el ciudadano
tiene una marcada preferencia por los gobiernos que privilegian sociedades donde impere el
orden, incluso a costa de limitar las garantías individuales. Frente a la disyuntiva de un gobierno
que proteja las libertades civiles e individuales o un sistema que garantice el control y el orden,
los votantes chinos favorecen la segunda opción, y cada vez que lo hacen las probabilidades de
aprobar a las autoridades en turno aumentan significativamente.44 En contextos tan disímbolos
como México, Perú, Rusia y China, los votantes tienen algo en común que “marca” su comportamiento político: las expectativas del ciudadano sobre las instituciones y los líderes políticos
no vienen dela nada; la identidad partidista (México), la cultura (China), la ideología (Perú), los
valores (Rusia) restringen las expectativas que los ciudadanos depositan en sus gobernantes.
41 Moisés Arce, “Political Violence and Presidential Approval in Peru”, p. 573.
42 William Mishler y John P. Willerton, “The Dynamics of Presidential Popularity in Post-Communist Russia” , p. 111.
43 Ibid., p. 128.
44 Yang Zhong, Jie Chen y John Scheb, “Mass Political Culture and Bejing”, p. 782.
46 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
Powell y Whitten encuentran que los efectos de la percepción sobre la economía en el votante son, a su vez, alterados por la identidad partidista. En específico, el apoyo de los votantes
hacia el Partido Demócrata en Estados Unidos no se ve afectado cuando la inflación aumenta,
ya que el ciudadano no considera que éste sea en tema prioritario en la agenda de dicho instituto político. 45 Los modelos 1 y 2 complementan lo dicho en las líneas anteriores en torno al
argumento de Powell y Whitten. Como se puede observar en el modelo 2, la percepción sobre
la economía del país y la opinión de la gente sobre su economía personal, afectan la decisión
del electorado cuando su voto favorece al PRI. Los coeficientes -.33 y -.23 del modelo 2 son
significativos estadísticamente con un nivel de confianza de 95% (dos asteriscos) y de 90% (un
asterisco) respectivamente. Es decir, cuando el votante que tiende a favorecer al PRI considera
que la economía progresa, se reducen las oportunidades de apoyar a este instituto político; entonces el PAN se beneficia. En contraste, quienes muestran cierta tendencia a favorecer al PRD se
muestran inmunes a los efectos de la percepción sobre la economía, los coeficientes -.13 y -.17
no son estadísticamente significativos. Los pro-perredistas cuando emiten su voto se concentran
en los temas sociales como el estado de la seguridad pública del país, y no tanto en la economía.
Cuadro 2. Determinantes del voto para presidente (2010) (modelo
logístico multinomial)
Modelo 1: PRD/PAN
Modelo 2: PRI/PAN
Percepción sobre Seguridad
Pública
-.23***
(.09)
-.09
(.06)
Percepción sobre la Economía del País
-.13
(.25)
-.33**
(.16)
Percepción sobre la Economía Personal
-.17
(.23)
-.23*
(.14)
PRD
1.19***
(.44)
-.31
(.30)
PRI
.15
(.42)
.8*
(.47)
Secundaria
-.05
(.46)
-.44
(.27)
Bachillerato
.66
(.51)
.01
(.32)
Universidad
.24
(.55)
-.47
(.34)
Clase media baja
.17
(.59)
.08
(.36)
45 Bingham Powell y Guy D. Whitten, “A Cross-National Analysis of Economic Voting”, American Journal of Political Science
Review, vol. 37, no. 2 , mayo, 1993, p. 395.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 47
Ricardo Gómez Vilchis
Clase media alta
-.43
(.67)
-.09
(.40)
Clase alta
-1.05
(.89)
-.88*
(.52)
Adultos jóvenes
-.40
(.40)
-.19
(.26)
Adultos jóvenes
-.40
(.40)
-.19
(.26)
Adultos
.36
(.44)
.35
(.30)
Adultos mayores
-.84
(.75)
-.32
(.39)
Nota: Error estándar en paréntesis. Las variables dependientes son las preferencias electorales de los ciudadanos: el voto por
el PRD, el voto por el PRI, teniendo en ambos casos como referente al PAN. *p<.10, **p<.05, ***p<.01. Son modelos
logit. Número de observaciones cerca de 800. Pseudo R² .36.
Los modelos presentados anteriormente son del tipo logit; sin embargo, resulta más ilustrativo ofrecer dichos resultados en términos de probabilidades, utilizando el paquete estadístico del
programa clarify. El cuadro 3 presenta las probabilidades de votar por un partido político (el PRD
o el PRI, teniendo como grupo referente al PAN). Estos resultados sugieren que la percepción
sobre el estado de la seguridad pública puede ser una determinante clave en las preferencias
electorales, principalmente entre los votantes de izquierda. Manteniendo constantes el resto de
las variables, cuando el ciudadano piensa que la seguridad pública mejora, las probabilidades
de votar por la oposición disminuyen (en el caso del PRD, 8 por ciento; en el caso del PRI, 2 por
ciento), en beneficio del partido en el poder, el PAN. La historia sobre los efectos de la percepción
sobre la economía en la decisión electoral es distinta. Son los votantes priístas los más afectados
por este tipo de variables cuando emiten su voto. Manteniendo constante los otros indicadores,
cuando la variable Percepción sobre la Economía del País cambia de 1 (empeora) a 3 (mejora),
las probabilidades de votar por la oposición disminuyen. En el caso del PRI, en un 12 por ciento;
en el del PRD, sólo en un 2 por ciento. En el caso de la variable Percepción sobre la Economía
Personal, los resultados son muy semejantes a los anteriores. Cuando dicha variable cambia de
1 (empeora) a 3 (mejora), las probabilidades de votar por la oposición disminuyen. En el caso
del PRI, en un 6 por ciento; en el del PRD, sólo en un .06 por ciento. Este resultado respalda el
argumento de que al parecer los votantes priístas tienden a ser más pragmáticos que los perredistas, dando más peso a los temas económicos que a los sociales. De acurdo con la bibliografía
revisadala identidad partidista es una determinante clave del voto. Si el ciudadano se asume
como perredista, las probabilidades de votar por este partido aumentan en un 15 por ciento. De
igual forma, si se asume como priísta, las probabilidades de votar por el PRI se incrementaron
en un 10 por ciento. En el caso de las variables sociodemográficas, la mayoría de ellas no son
significativas, lo cual coincide con lo expresado en bibliografía que se ha revisado para la elaboración de este trabajo. Las variables vinculadas al perfil sociodemográfico han perdido potencial
explicativa, en los recientes estudios, con la inclusión de variables correspondientes a la identidad partidista y la percepción sobre la economía. Sin embargo, las variables sociodemográficas
48 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
son un control necesario para evitar el problema metodológico llamado “sesgo de omisión de
variables”, que puede generar resultados poco confiables; por tanto, resulta pertinente mantener en análisis dichas variables, como se indicó en la sección metodológica de este artículo.
Tomando como grupo referente al PAN, en general estas variables indican que cuando aumenta
el nivel educativo, las probabilidades de votar por el PRI disminuyen, no así las del PRD. Esto
demuestra la fortaleza del PRI en los sectores menos ilustrados, y un apoyo hacia el perredismo
por parte de un sector más escolarizado. Asimismo, al aumentar el ingreso, las posibilidades de
votar por la oposición disminuyen, y el PAN se beneficia. Por otro lado, los grupos de mayor edad
tienden a favorecer al PRI y al PRD, en detrimento del PAN. En el primer caso, la gente adulta y
los adultos mayores recibieron, tal vez, algún beneficio del sistema priísta en décadas pasadas;
en el caso del PRD, los programas de asistencia a los adultos han fortalecido el apoyo electoral
de la gente madura hacia este partido. Los hombres, en general, se muestran con mayor facilidad
a respaldar a la oposición.
Cuadro 3. Cambios en las probabilidades de las determinantes del voto
en México (2010)
Cambio en
Probabilidades PRD/
PAN
Cambio en
Probabilidades PRI/
PAN
Seguridad Pública
Percepción Seguridad Empeorado mucho
Pública
(1)
Mejorado mucho (7)
8 % Disminuye
2% Disminuye
Percepción sobre la
Economía del País
Peor (1)
Mejor (3)
2% Disminuye
12 % Disminuye
Percepción sobre la
Economía Personal
Peor (1)
Mejor (3)
.06% Disminuye
6% Disminuye
PRD
No simpatiza con el
PRD (0)
Simpatiza con el PRD
(1)
15% Aumenta
.06% Disminuye
PRI
No simpatiza con el
PRI (0)
Simpatiza con el PRI
(1)
.08% Disminuye
10% Aumenta
Educación
Primaria (0)
Secundaria (1)
1.7% Aumenta
8.3% Disminuye
Educación
Primaria (0)
Bachillerato (1)
5% Aumenta
3.7% Disminuye
Educación
Primaria (0)
Universidad (1)
4.5% Aumenta
11% Disminuye
Clase
Baja (0)
Media baja (1)
.3% Disminuye
1.2% Disminuye
Cuando Esta
Característica
Cambia de… a …
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 49
Ricardo Gómez Vilchis
Clase
Baja (0)
Media alta (1)
1.1% Disminuye
1.2% Disminuye
Clase
Baja (0)
Alta (1)
.9% Disminuye
16% Disminuye
Edad
Jóvenes (0)
Adultos jóvenes (1)
1.4% Disminuye
1.7 % Disminuye
Edad
Jóvenes (0)
Adultos (1)
.2% Aumenta
.4% Aumenta
Edad
Jóvenes (0)
Adultos mayores (1)
2.5% Aumenta
3.3 % Aumenta
Género
Mujeres (0)
Hombres (1)
1.1% Aumenta
5.3% Aumenta
Conclusiones
La principal contribución teórica de este trabajo ha sido explicar de qué forma la percepción sobre la seguridad pública afecta la preferencia electoral en México. La evidencia empírica sugiere
que es indispensable analizar el contexto político-social para explicar las determinantes del voto
en el electorado mexicano. En los últimos años, principalmente desde la llegada de Felipe Calderón a la presidencia, el tema de la seguridad pública ha cobrado relevancia debido al rampante
incremento del número de homicidios en el país. De tal forma, contrario al caso estadounidense,
donde las determinantes de la preferencia electoral se asocian con temas económicos, el votante
mexicano es sensible no sólo a las variables vinculadas con la percepción de lo economía, sino
también a aquéllas que nos remiten a temas de tipo político-social como la percepción ciudadana sobre la seguridad pública.
La percepción de los ciudadanos sobre la seguridad pública afecta claramente la preferencia
electoral. De tal forma, si el ciudadano considera que la seguridad pública se fortalece, las probabilidades de votar por el partido en el poder en turno aumentan, y las probabilidades de votar
por la oposición disminuyen. Ahora bien, la relación preferencia electoral y percepción sobre
la seguridad pública se ve afectada a su vez por la identidad partidista, como se ha expuesto
en este trabajo. Es decir, no todos lo votantes al momento de emitir el sufragio son afectados
de igual forma, como podría pensarse en principio. Más bien, la identidad partidista provoca
que algunos votantes sean más sensibles a los efectos de ciertas variables que a otras. En el
caso mexicano, los votantes de izquierda, los perredistas, se muestran más preocupados por
los temas vinculados con la seguridad pública, y por esta razón su voto es afectado de manera
significativa por dicha variable. Este hallazgo es congruente con el comportamiento de la cúpula
perredista, la cual ha criticado la política de seguridad pública de Felipe Calderón, y de manera
insistente ha expresado su deseo por implementar un plan de política pública hasta cierto punto
distinto al del Presidente, manifestando su intención por reducir la presencia del Ejército en las
calles y enfatizando el respeto a los derechos humanos en la lucha contra el narcotráfico.
El caso de los priístas es distinto, ya que éstos son fácilmente afectados por las variables
vinculadas con la percepción de la economía más que por su visión sobre la seguridad pública.
Este hallazgo sugiere que los priístas son más pragmáticos que los votantes perredistas, de ahí
50 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La percepción sobre la seguridad pública como determinante del voto en la opinión pública en México
su tendencia a centrarse en la economía cuando ponderan su voto, lo cual resulta congruente
con el comportamiento de la cúpula priísta, la cual no ha expresado una oposición clara al plan
de seguridad pública del presidente. En contraste, los perredistas no parecen ser muy sensibles
o claramente afectados por los temas de tipo económico, ya que esta investigación muestra que
su atención se concentra primordialmente en su visión sobre la seguridad pública cuando van
a las urnas.
¿Es el caso mexicano totalmente distinto a otros estudios que analizan las determinantes del
voto? La respuesta es sí y no. Sí, porque la bibliografía sobre las preferencias electorales se ha
concentrado principalmente en los efectos de la percepción de la economía sobre el comportamiento del votante. En este punto, el caso mexicano resulta singular, ya que la percepción sobre
la seguridad pública ha sido poco estudiada como determinante del voto. No, porque la revisión
bibliográfica evidenció que los efectos tanto de las variables económicas como de las de tipo
político-social en el votante son a su vez afectadas por la identidad partidista. Como se vio en la
sección anterior, los efectos de la percepción de la violencia derivada de la guerrilla en el votante
en Perú sólo afectan a los partidos de izquierda. Cuando la violencia de grupos como Sendero
Luminoso se hacía más evidente para el electorado durante la administración de Alan García, un
presidente de izquierda, la ciudadanía lo castigaba con una baja aprobación porque consideraba
que el Ejecutivo era débil para encarar el problema. En cambio, cuando Fujimori estuvo en el
poder esto no ocurría así. En el presente trabajo también se señaló la “inmunidad” del respaldo
electoral del Partido Demócrata en Estados Unidos cuando el votante considera que la inflación
ha aumentado. Dicha inmunidad se explica debido a que el votante piensa que el tema de la
inflación no es prioritario en la agenda de los demócratas, ya que estos últimos deben ocuparse
principalmente de fortalecer el empleo.
El caso mexicano no debe verse como un hecho aislado, atípico, como una anomalía por la
que no haya explicación plausible cuando se le compara con el caso estadounidense, donde
son las variables económicas y no las de índole político-social las que muestran gran potencial
explicativo. Junto al caso mexicano ya se ha expuesto la realidad peruana, pero también vale
recordar los siguientes ejemplos: el ruso y el chino. En el primero, cuando los ciudadanos aprobaban la suspensión del parlamento, del sistema de partidos, o cuando consideraban que un
uso dictatorial del ejercicio del poder era la única forma de “encarar” situaciones de crisis, las
probabilidades de aprobar al presidente en turno se incrementaban significativamente. En el
segundo, frente a la disyuntiva de un gobierno que proteja las libertades civiles e individuales o
un sistema que garantice el control y el orden, los votantes chinos favorecen la segunda opción;
y cada vez que lo hacen, las probabilidades de aprobar a las autoridades en turno aumentan
significativamente. En contextos tan disímbolos como México, Perú, Rusia y China, los votantes
tienen algo en común que “marca” su comportamiento político: las expectativas del ciudadano
sobre las instituciones y los líderes políticos no vienen de la nada; la identidad partidista (México), la cultura (China), la ideología (Perú), los valores (Rusia) restringen las expectativas que
los ciudadanos depositan en sus gobernantes. De tal forma, no todos los temas afectan de igual
manera a todos los votantes.
En cuanto a las enseñanzas que se desprenden de este trabajo, vale considerar que en la
búsqueda del voto y de cara a la elección presidencial de 2012, los partidos y los líderes políticos orientarán sus esfuerzos en tratar de ganar el apoyo de los electores, ponderando aquellos
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 51
Ricardo Gómez Vilchis
temas que sean importantes para el votante; el tema de la seguridad pública puede ocupar un
lugar relevante en este debate. Seguramente, la identidad partidista restringirá o maximizará los
efectos que esta variable tenga en las preferencias electorales, según se trate de los votantes
de izquierda, los perredistas, o los de centro, los priístas. Finalmente, no se debe olvidar que los
resultados de este trabajo deben ser validados en estudios más detallados que utilicen diferentes encuestas, donde los entrevistados contesten todas las preguntas que permitan medir de
manera confiable los efectos de las variables de análisis, y que dichas encuestas deben llevarse
a cabo en fecha cercana a la elección de 2012.
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Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 53
Creando ciudadanos comprometidos.
Aportación de los hábitos comunicativos al desarrollo de la sofisticación política entre
los jóvenes1
Carlos Muñiz Muriel2
Resumen
1 Este estudio forma parte del proyecto de investigación PROMEP, financiado por la Secretaría de Educación Pública, durante 2010 y 2011 (Clave PROMEP/103.5/10/3889) y por el Programa de Apoyo a la Investigación Científica y Tecnológica
(PAICYT) de la UANL (Clave CS453-10).
2 Carlos Muñiz Muriel: doctor en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca; Coordinador de la Especialidad en Mercadotecnia Política y Gestión de Medios en Universidad Autónoma de Nuevo León; carmunizmuriel@gmail.
com
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 55
Carlos Muñiz Muriel
Una de las principales corrientes de trabajo dentro del estudio de los efectos mediáticos, se ha
centrado en el análisis de la contribución de los medios al desarrollo de actitudes políticas, entre
ellas la sofisticación política. De hecho, el consumo mediático, aunque también la comunicación
interpersonal, pueden suponer una contribución al desarrollo democrático de los países a través
de la formación de ciudadanos experimentados y comprometidos en el terreno político, en especial de aquellos más jóvenes.Se realizó una encuesta entre estudiantes de los últimos semestres
de preparatoria de la Zona Metropolitana de Monterrey para determinar su nivel de sofisticación
política, la contribución de las variables comunicacionales a su desarrollo y si ésta favorece la
participación política. Los resultados muestran que cerca del 30% tenía una sofisticación política
aceptable, la cual venía explicada por la búsqueda de información política en medios, el consumo de medios escritos y el mantenimiento de conversación política. Además, aquellos sofisticados políticamente también tendían a desarrollar mayor participación política, pero no cívica.
Palabras clave
Sofisticación política, consumo mediático, conversación política, actitudes políticas, participación política.
Creating engaged citizens. Contribution ofcommunication habits to the development of
politicalsophistication among young people.
Abstract
One of the main trends of media effects research has focused on the analysis of the media
contribution to the development of political attitudes, including political sophistication. In fact,
media consumption, and also interpersonal communication, can have an important contribution
to democratic development of countries, through the education of citizens in the political arena,
especially among more young people. A survey was conducted among students from high school
last semester of the Monterrey metropolitan area to determine their level of political sophistication, to know the communicative variables influence to its development and whether it impact
in political participation. Findings show that about 30% of them had an acceptable political sophistication, which had been explained by the search of political information in media, the consumption of print media and maintenance of political conversation. In addition, those politically
sophisticated also trend to develop greater political participation, but not citizen participation.
Keywords
Political sophistication, media consumption, political conversation, political attitudes, political
participation
1. Marco teórico
1.1 Los medios y la formación política de los jóvenes
Una democracia sólida requiere instituciones estables y un sistema político asentado que permita la alternancia en el poder entre las diferentes opciones políticas a través de la celebración
de elecciones libres y justas. Si bien es cierto que la conquista de estos factores son fundamen-
56 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
tales para lograr un sistema plenamente democrático, no deja de serlo también que no son
por sí mismos suficientes. Se requiere de una sociedad civil activa y participativa, que tenga la
capacidad de ir más allá de las actividades básicas de democracia, como por ejemplo el voto.
Es decir, se necesita superar la denominada “democracia electoral” que carece de una sociedad
verdaderamente participativa3. Es necesario que se involucren en mecanismos de participación
ciudadana, como es el asociacionismo o la militancia en organizaciones políticas, lo que ayuda
a fortalecer el sistema y promueve el control de la actividad de los representantes políticos. Sin
embargo, esta participación no se produce por sí sola, debe ser promovida por las instituciones
gubernamentales y requiere de ciertas condiciones innatas al propio individuo.
Así, la participación política tiende a incrementarse en la medida en que el conocimiento
ciudadano sobre el sistema político es mayor4, lo que redunda en una democracia más estable.5
Una postura apoyada desde la teoría democrática, que plantea necesario que la ciudadanía
tenga un nivel de sofisticación o habilidades políticas elevados para que se fortalezca el sistema
político y la propia democracia. Una ciudadanía no informada y sofisticada es fácilmente manejable y manipulable por las élites.6 Sin embargo, los diferentes estudios a nivel internacional
continuamente revelan una ciudadanía con un nivel bajo de sofisticación, para quienes la política tiene una minima importancia frente a otros temas de mayor interés.7 En el caso mexicano,
los estudios revelan datos similares, con poco más de un 30% de ciudadanos en niveles de
media alta o alta sofisticación política, niveles que en cualquier caso son superiores en ámbitos urbanos que en los rurales.8 Un aumento en estas habilidades llevará a una participación
política, especialmente en el ámbito electoral, más reflexiva y basada en propuestas más que
en la figura del candidato, algo que - sin embargo - no es claro que se produzca en el contexto
mexicano.9 Esta falta de implicación ciudadana se ha explicado desde las teorías elitistas, donde
se asume que el ciudadano modelo no es tanto el activo sino el potencialmente activo. Pero ello,
asumiendo que la ciudadanía es heterogénea y no todos estarán interesados en política en la
misma proporción, se observa como realmente importante es estudiar cómo el ciudadano toma
sus decisiones de forma más satisfactoria a partir de la información con la que cuenta10.
La sociedad actual hace muy difícil el contacto o acceso directo de los ciudadanos a los
contenidos políticos; hay una carencia de conocimiento sobre política, pero ello no quiere decir
3 Jorge Buendía, y Fernanda Somuano, vol. 10, núm. 2 , “Participación electoral en nuevas democracias: la elección presidencial de 2000 en México”, Política y Gobierno, Toluca, Centro de Investigación y Docencia Económicas, , 2003; Juan
Enrique Huerta y Eduardo García, , “La formación de los ciudadanos: el papel de la televisión y la comunicación humana
en la socialización política”, Comunicación y Sociedad, núm. 10 Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2008, pp. 163189.
4 Buendía y Somuano, op. cit.; Brussino y Rabbia, “Análisis psicosocial de las tipologías de vinculación política de Dalton en
la Argentina post 2001”, Psicología Política, vol. 35, Valencia, PSYLICOM Distribuciones Editoriales, 2007; Huerta y García,
op. cit.; Markus, Prior, “News vs. Entertainment: How Increasing Media Choice Widens Gaps in Political Knowledge and
Turnout”, American Journal of Political Science, vol. 49, núm. 3, Wiley Blackwell, 2005.
5 Arthur Lupia, y Mathew D McCubbins,., The Democratic Dilemma: Can Citizens Learn What They Need to Know? Cambridge, Cambridge University Press, 1998, 282 pp.
6 Russel J Dalton,., “Citizen politics: public opinion and political parties in advanced industrial democracies”, Washington,
DC, CQ Press, 4ª ed., 2006.
7Dalton, op. cit.
8 Ma. Marcia Smith, y Víctor Manuel Durand, , “La acción colectiva y su papel contradictorio en la construcción de la ciudadanía en México”, Estudios Sociológicos, vol. 13, núm. 38, COLMEX, 1995, p. 317.
9 Carlos Vázquez Ferrel, et al., Perfil del elector neoleonés, Monterrey, CEE, 2009, 178 pp.
10Dalton, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 57
Carlos Muñiz Muriel
que fallen los mecanismos para su obtención. De hecho, en las sociedades actuales es cada vez
mayor la posesión de habilidades y recursos políticos (como la educación o la conciencia política), lo que ha potenciado un proceso de movilización cognitiva.11 Ello se debe a que cada vez
el costo de adquirir información es menor y la habilidad política de la ciudadanía para procesar
información es mayor. Sin duda uno de los recursos que lo ha posibilitado son los medios de
comunicación, que se han convertido en verdaderos puentes de transmisión de información, haciendo accesibles y comprensibles los hechos ocurridos en el terreno político para una gran parte
de la sociedad.12 Puede ser que los ciudadanos con mayor edad y que estén más involucrados
en el mundo político tengan la capacidad de acceder de forma directa a la información ocurrida
en ese terreno y un mayor abanico de recursos cognitivos para procesarla,13 pero para una gran
parte de la población y, más en particular, para los jóvenes, el conocimiento se realizará de forma
indirecta o vicaria, a través de los diferentes actores de socialización, como la familia, los amigos
o la escuela.14 En este terreno, el consumo de noticias y contenidos mediáticos dedicados a la
política, y no tanto la exposición genérica a los contenidos de los medios, contribuye a generar
un aprendizaje político, en tanto que son fuente primaria de conocimiento político.15
El concepto de conocimiento político se encuentra íntimamente ligado con el de sofisticación
política, puesto que el segundo necesita del primero para su conformación. Desde la teoría democrática se asume que contar con individuos altamente sofisticados en el terreno político es
crucial para el buen desarrollo de una democracia, pues éstos serán capaces de ejercer de una
manera más eficaz los derechos que como ciudadanos les corresponden.16 Esto se presenta debido a que estas personas cuentan con estructuras de conocimiento mentales más amplias y mejor
organizadas e integradas; poseen con un conocimiento más completo y exacto que les permite
disponer y utilizar de más y mejores recursos cognitivos para, por ejemplo, tomar una decisión
como el voto o realizar otro tipo de participación política.17 Sin embargo, también las personas
con una sofisticación política no tan desarrollada son capaces de tomar decisiones razonadas
en el mundo político, a través de un uso efectivo de la información que tienen disponible, aceptando la útil y desechando la superflua.18 Un punto donde los mecanismos intermedios de transmisión de información, como los diferentes actores de socialización política efectiva, juegan un
papel preponderante en la toma de decisiones de los menos sofisticados, entre los que podrían
encontrarse los ciudadanos más jóvenes.
Por lo general, estas personas que se encuentran en una etapa formativa y que aún son
11Dalton, op. cit.
12 June W. Rhee, y Joseph N., Cappella, “The Role of Political Sophistication in Learning From News. Measuring Schema
Development”, Communication Research, vol. 24, núm. 3, SAGE, 1997.
13Lupia y McCubbins, op. cit.
14 Matthijs Elenbaas, y Claes H. de Vreese, “The Effects of Strategic News on Political Cynicism and Vote Choice Among
Young Voters”, Journal of Communication, vol. 58, núm. 3, Wiley Blackwell, 2008.
15 Cho, Jaeho, Shah, Dhavan V., McLeod, Jack M., McLeod, Douglas M., Scholl, Rossane M. y Gotlieb, Melissa R., “Campaigns, Reflection, and Deliberation: Advancing an O-S-R-O-R Model of Communication Effects”, Communication Theory, vol.
19, núm. 1, Wiley Blackwell, 2009.
16Dalton, op. cit.
17Dan, Jackson, “Strategic Media, Cynical Public? Examining the Contingent Effects of Strategic News Frames on Political
Cynicism in the United Kingdom”, The International Journal of Press/Politics January, , vol. 16, núm. 1, SAGE;2011; Rhee
y Cappella, op. cit.
18Lupia y McCubbins, op. cit.
58 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
pre-ciudadanos,19 carecen de orientaciones políticas estables y sufren un aprendizaje político
más discontinuo que los adultos. Ello, debido a que no poseen, por la propia naturaleza de su
edad, de la experiencia y sofisticación que ofrece la relación con el sistema y mundo político
y de la conciencia política que ello genera.20 Esta situación deriva en la posibilidad de que en
este estrato social se produzca una relación más fuerte con los medios de comunicación para
obtener información sobre política, produciéndose por tanto efectos más fuertes en su sistema
de creencias y en la generación de conocimiento. Además, la falta de formación o sofisticación
política que ofrece la experiencia les puede llevar a carecer de los mecanismos necesarios para
procesar la información, y decidir si aceptan o rechazan los mensajes que les ofrecen los medios.
Los estudios realizados han detectado impactos mediáticos más fuertes entre poblaciones
juveniles, siendo más receptivos a los contenidos informativos de las noticias donde se utilizaba un tratamiento informativo estratégico o negativo.21 Es decir, noticias donde se plantea la
política en términos de enfrentamiento y confrontación entre políticos o desde puntos de vista
negativos. También se ha detectado que los jóvenes se ven influenciados en un mayor nivel por
las noticias de televisión, generándose mayores niveles de interés, conocimiento y confianza
que entre los adultos expuestos a los mismos contenidos. Por tanto, se desarrollan más en un
terreno de movilización mediática, donde se asume que el consumo mediático genera en sus
audiencias un mayor compromiso cívico y confianza pública en los asuntos políticos, que en
uno de malestar mediático, que implica los efectos negativos del consumo mediático sobre las
actitudes políticas de los ciudadanos.22 Los estudios realizados en México parecen conducir a
una similar conclusión, llegando a afirmar algunos autores que se “puede ser optimista respecto
a la cultura política de los preciudadanos”.23La presente investigación busca detectar qué tanto
las diferentes prácticas comunicativas de los estudiantes de Bachillerato impactan en su grado
de sofisticación política y si ésta deriva en el desarrollo de mayores niveles de participación
política y cívica.
1.2 Conceptualización y operacionalización de la sofisticación política
A pesar de que se acepta la existencia de la sofisticación política y que este concepto ha sido
abundantemente utilizado en los estudios desarrollados hasta el momento, no existe uniformidad en su conceptualización ni en su operacionalización empírica. Ya el propio Luskin24 criticaba
que gran parte de la investigación sobre sofisticación realizada hasta ese momento saltaba
rápidamente la definición para centrarse en el terreno operativo. La sofisticación política es un
concepto que proviene de dos terrenos académicos diferentes: la ciencia política y la psicología
política. Este doble origen genera diferencias epistemológicas en su definición, pues cada investigador, en función de la disciplina de procedencia, pondrá el acento en diferentes aspectos. Así,
19Huerta y García, op. cit.
20 Elenbaas y de Vreese, op. cit.
21 Elenbaas y de Vreese, op. cit.
22 Óscar G., Luengo,¿Comunicando desafección? La influencia de los medios en la cultura política, México, Fontamara,
2009.
23Huerta y García, op. cit., p. 184.
24 C., Luskin, Robert “Measuring Political Sophistication”, American Journal of Political Science, vol. 31, núm. 4, Wiley
Blackwell, 1987.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 59
Carlos Muñiz Muriel
desde la ciencia política se suele incidir en la vertiente ideológica de los conocimientos políticos
de las personas, mientras que desde la psicología política se trabaja más en el terreno de la
recepción de la información y la construcción de conocimiento. A pesar de todo, parece claro
que ambas corrientes derivan en un mismo resultado y conclusión: aquellas personas con una
alta sofisticación política tienen un conocimiento del sistema político más completo y exacto.25
Al acercarse a las definiciones concretas de sofisticación política, sin duda hay que comenzar
por el trabajo de Luskin, pues es quizás uno de los autores más citados en el campo. En su obra,
parte de la idea de la existencia de un sistema de creencias personales que los individuos generan con sus experiencias y recepción de información, y que decide su grado de sofisticación,
en la medida en que este sistema sea amplio o limitado. Por ello, define la sofisticación como
el “número, diversidad y organización (tanto interna como inter-esquemática) de los esquemas
políticos de una persona”.26Es decir, cuanta mayor sea la experiencia política de la persona, mayor será su grado de sofisticación. Esta clara unión con el concepto de conocimiento ha llevado
a que muchos estudios posteriores27 hayan utilizado el nivel de conocimiento o de información
política como sinónimo de la sofisticación, llegándose a definiir como “un compromiso intelectual o cognitivo del individuo con los asuntos públicos.”28
Sin embargo, otros autores han propuesto que se debe ir más allá de la concepción tradicional que tiende a identificar el conocimiento político con la sofisticación. Así lo señalaron Guo y
Moy, quienes proponen que se debe centrar la atención en el interés político, además de en su
vertiente cognitiva que conlleva la adquisición y procesamiento de la información, así como la
elaboración cognitiva.29Por tanto, la sofisticación política implicaría la “adición del conocimiento
político y el interés por lo político.”30 De esta manera, se consigue un indicador que imbrica parte
de las dimensiones que componen la cultura política y que deben ser evaluadas para tener una
idea de su grado de desarrollo en las sociedades: la cognitiva y la afectiva.
El conocimiento político es un componente cognitivo que refleja el nivel de entendimiento
que poseen los ciudadanos sobre el funcionamiento político dentro del cual se encuentran inmersos.31 Por su parte, otros autores señalan que éste engloba todos los tipos de conocimiento que sean relevantes para entender y moverse cómodamente en el terreno de lo político.32
Por tanto, se observa que el mantenimiento de un conocimiento correcto y amplio del sistema
político es pieza clave para obtener una adecuada y efectiva participación por parte de la ciudadanía33. Sin embargo, el mayor o menor conocimiento sobre el sistema no implica per se la
participación política del ciudadano. Se requiere un grado de implicación e interés hacia todo
25 Jackson, op. cit.
26 Luskin, op. cit., p. 860.
27 John R., Zaller, The Nature and Origins of Mass Opinion, Nueva York, Cambridge University Press, 1992; Buendía y Somuano, op. cit.
28 de Vreese, Claes H., Boomgaarden, Hajo G. y Semetko, Holli A., “(In)direct Framing Effects: The Effects of News Media
Framing on Public Support for Turkish Membership in the European Union”, Communication Research, vol. 38, núm. 2,
SAGE, 2011, p. 183.
29Zhongshi Guo, y Patricia, Moy, “Medium or Message? Predicting Dimensions of Political Sophistication”, International
Journal of Public Opinion Research, vol. 10, núm. 1, Oxford Journals, 1998.
30Huerta y García, op. cit., p. 166.
31 Brussino y Rabbia, op. cit.
32Marta, Fraile, “La influencia del conocimiento político en la decisión del voto”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 120Madrid, CIS, , 2007.
33 Prior, op. cit.
60 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
lo relacionado con la política para que este involucramiento vaya más allá del simple ejercicio
del voto. Al respecto del interés hacia la política, Dalton34 señala que ésta presenta una cierta
especialización, pues no a todos los ciudadanos les interesan los mismos temas. Ello llevará a
que cuando se tomen decisiones sobre temas que son de especial interés para el ciudadano, se
desarrollen mayores niveles de sofisticación política. En cualquier caso, se ha indicado que el
interés es, sin lugar a dudas, uno de los principales indicadores de la cultura política,35 pudiendo
llegar a suponer una variable que permite distinguir entre los ciudadanos claramente activos y
aquellos otros que pueden considerarse pasivos a nivel político.36
Aunque en la literatura en lengua española, y más en concreto en el ámbito mexicano, este
concepto político no es muy utilizado, se pueden encontrar ejemplos que han tendido a vincular
estos dos aspectos de interés y conocimiento en la definición de la sofisticación.37 Quizás uno
de los primeros trabajos al respecto sea el de Smith y Durand,38 quienes definen la sofisticación
política como un indicador que permite detectar a “los más capacitados en la política, así como
a los públicos intermedios y a los despolitizados”. A los elementos importantes de la política
para la persona y la información sobre objetos políticos, los autores unen la capacidad o competencia para conceptuar la política y para discriminar entre varias fuerzas o actores. Conectan
así con la idea ya señala por Dalton,39 para quien existe una estructura básica en el núcleo de
las creencias políticas, un marco ideológico (ideological framework), que permite a los más
sofisticados juzgar los asuntos políticos en términos ideológicos de manera coherente.
Entrando en el terreno operacional de la sofisticación política, de nuevo se encuentra una
disparidad de modelos y propuestas para su medida. Algunos autores han utilizado variables
relativas a la educación formal, aunque cabe decir que es dudoso que estos indicadores reflejen
perfectamente el tipo de sofisticación política de las personas, como los propios autores reconocen.40 Otros investigadores,41 quizá la corriente más importante, ha utilizado escalas de conocimiento político. Sin duda, dentro de esta corriente hay autores que entienden que para tener una
buena medición no hay que ceñirse a preguntas que evalúen el grado de conocimiento de los
hechos generales, sino que es necesario profundizar para conocer las estructuras organizativas
de conocimiento o esquemas.42
Finalmente, otros autores han asumido que una buena medición de la sofisticación política
conlleva la suma del conocimiento político con el nivel de interés demostrado por las personas
hacia los asuntos públicos.43 Así, estos investigadores trabajan con índices aditivos de conocimiento político y de interés, pero en el que se pondera el conocimiento para hacer que su peso
34Dalton, op. cit.
35 Luengo, op. cit.
36José Sabucedo, y Duncan, Cramer, “Sociological and psychological predictors of voting in Great Britain”, Journal of Social
Psychology, vol. 131, núm. 5, Taylor and Francis, 1991.
37Vázquez Ferrel et al., op. cit.
38Smith y Durand, op. cit.
39Dalton, op. cit.
40Nicholas A., Valentino, Matthew N. Beckmann, y Thomas A, Buhr, “A Spiral of Cynicism for Some: The Contingent Effects
of Campaign News Frames on Participation and Confidence in Government”, Political Communication, vol. 18, núm. 4,
Taylor and Francis, 2001.
41Ignacio Lago y Ferrán, Martínez, “Una metodología alternativa para estimar los efectos de las campañas electorales”,
Revista Española de Ciencia Política, núm. 11, Madrid, AECPA, 2004.
42 Rhee y Cappella, op. cit.
43 Buendía y Somuano, op. cit.; de Vreese, Boomgaarden y Semetko, op. cit.; Smith y Durand, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 61
Carlos Muñiz Muriel
sea el doble frente al del interés. Ello parece ser coherente con una medición adecuada de sofisticación política, en tanto que aunque el interés refleja una actitud hacia la política, no tiene por
qué explicar una correcta formación para participar en ella.
1.3 Factores explicativos de la sofisticación política
El análisis de los factores explicativos de la sofisticación política ha sido amplio, y los diferentes
estudios han detectado una gran variedad de elementos que hacen que ésta aumente o disminuya. Diversos autores han demostrado el importante impacto que el nivel educativo tiene en
el desarrollo de ciudadanos políticamente involucrados y sofisticados. Por ejemplo, se ha detectado que la educación y el interés son predictores más fuertes del conocimiento político que el
consumo de medios.44 Otros autores unen a este listado de variables explicativas otras como el
conocimiento cívico, el nivel de ingresos aunque con un peso menor, o el sexo, siendo más sofisticados los hombres.45 Datos también contrastados en el contexto mexicano.46
Sin duda, entre esos otros factores predictivos se encuentran los hábitos comunicativos de
los ciudadanos.47Desde los años setenta, coincidiendo con la expansión de la televisión, se ha
debatido acerca de los efectos mediáticos en el terreno político.48 A partir de las propuestas
del malestar mediático (media malaise) se asume su impacto en la generación de desconfianza,
alienación y desinterés políticos entre la audiencia. Se propone, por ejemplo, la existencia de
una espiral del cinismo fomentada por el tratamiento que los medios hacen de la información
política,49especialmente durante campañas electorales, donde se privilegia el enfoque estratégico sobre el temático, que ofrece al ciudadano información sobre enfrentamientos o sondeos
en detrimento de propuestas programáticas de candidatos y partidos. Frente a esta postura, se
ha sugerido que el consumo mediático puede derivar en efectos positivos a nivel político. Así se
indica desde la teoría del círculo virtuoso,50 al apuntar que las personas más activas políticamente accederán a contenidos informativos y acrecentarán su información, generando a su vez
mayor activismo en todas sus facetas. Se produce una relación recíproca pero asimétrica, pues
se ha detectado que es mayor el impacto de las variables comunicativas sobre las políticas.51
En su trabajo, Crespo recuerda que los ciudadanos de las democracias occidentales no mantienen en general niveles elevados de involucramiento y conocimiento de la política, pero ello no
quiere decir que sean políticamente ignorantes y estén totalmente alejados del funcionamiento
del sistema.52 Al contrario, la extensión de una mayor red mediática, conlleva un aumento de
posibilidades de obtención de información política a través de sus programas. En este sentido, se
44 Rhee y Cappella, op. cit.
45 Prior, op. cit.
46 Huerta y García, op. cit.
47Hernando, Rojas, “Comunicación, participación y democracia”, Universitas Humanística, núm. 62, Pontificia Universidad
Javeriana, 1996, pp. 109-142.
48Dalton, op. cit.
49Joseph N. Cappella, y Kathleen H., Jamieson, Spiral of Cynicism: The Press and the Public Good, Nueva York, Oxford University Press, 1997.
50Pippa, Norris, A Virtuous Circle: Political Communication in Post-industrial Democracies, Oxford, UK, Oxford University
Press, 2000.
51 Rojas, op. cit.
52 José Antonio, Crespo, “La cultura política de la consolidación democrática”, en Alicia Mayer (ed.), México en tres momentos: 1810-1910-2010, 2007.
62 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
considera que la sofisticación política depende en gran media de los medios, ya que éstos ayudan a entender la realidad y evaluar el desempeño de los cargos públicos y sus políticas, incluso
por encima de la experiencia personal.53 Una parte de la ciudadanía no accederá a ellos, al carecer de la motivación necesaria; otros lo harán de forma accidental, obteniendo una información
muy superficial; sin embargo otros se convierten en procesadores profundos de sus contenidos
políticos.54 Algunas variables internas al individuo, como el conocimiento o motivación del mismo guiarán la relación con los medios. Pero una vez establecida ésta, hay que distinguir entre la
exposición genérica a los medios y la atención particular a sus contenidos.
Los estudios previos han constatado que el tipo de medio tiene una fuerte influencia sobre
estas actitudes. Se ha detectado que la sofisticación política explicada por la televisión tiende
a disminuir, mientras que el consumo o exposición global a la prensa ocasiona que aumente.55
Otros estudios han encontrado que las personas que consumen frecuentemente la prensa y se
basan en la información aprendida en ella para elaborar sus esquemas, desarrollan un mayor
nivel de conocimiento político que aquellos expuestos a la televisión.56Curiosamente, la televisión se desempeña mejor, no tanto en aumentar el conocimiento como se ha visto, sino en
generar mayor interés político y en activar el procesamiento de la información de las noticias.
Ello parece llevar a la idea de que aquellos que consumen ambos medios, además de desarrollar
mayor movilización política, aprenderán más y tendrán un procesamiento de la información más
activo, que también implica la posibilidad de rechazar la información recibida. Estos resultados
dispares sugieren formular la siguiente pregunta de investigación que buscará ser respondida:
PI1: ¿Qué tanto y cómo la exposición a los diferentes medios de comunicación explica el
nivel de sofisticación política de los encuestados?
Con todo, la exposición genérica a los medios no hace cambiar en gran medida las
actitudes políticas de las audiencias,57 sino que más bien será el consumo de los contenidos de los medios o atención prestada por el individuo a ellos, lo que determinará en
última instancia el peso de la influencia mediática sobre las actitudes. En este sentido, la
atención a las noticias y contenidos sobre política en los medios es una fuerte variable
explicativa de un conjunto amplio de actitudes políticas, entre las que se encuentra el
interés y el conocimiento político o directamente la sofisticación política. Sin embargo,
los contenidos que buscan el entretenimiento suelen tener un impacto negativo en las
actitudes políticas, generando aumento de apatía, desafección, cinismo y alineación políticos.58 Es de esperar que se produzca este mismo efecto en los niveles de sofisticación
política mantenida por los ciudadanos, lo que lleva a plantear la siguiente hipótesis de
trabajo:
HI1:
La atención a contenidos políticos generará un aumento de sofisticación políti-
53Diana C., Mutz, “Mass Media and the Depoliticization of Personal Experience” , American Journal of Political Science, vol.
36, núm. 2, Wiley Blackwell, 1992, pp. 483-508.
54 Prior, op. cit.; Jackson, op. cit.
55 Rhee y Cappella, op. cit.
56 Guo y Moy, op. cit.
57 Rhee y Cappella, op. cit.
58 Cho et al., op. cit.; Huerta y García, op. cit. Prior, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 63
Carlos Muñiz Muriel
ca, mientras que la atención a entretenimiento hará que disminuya.
Pero las prácticas comunicacionales no se circunscriben al consumo mediático, pues
también los procesos de comunicación interpersonal a través de la conversación pueden
llevar a la generación de cambios en las actitudes políticas de los ciudadanos. Por ejemplo, el tamaño de las redes de comunicación interpersonal contribuye a entender su nivel
de sofisticación política.59 Otros estudios60 han detectado que el nivel en el que se hable
con otras personas sobre política hace que aumente el interés, el sentimiento de eficacia
política y la participación cívica y, especialmente, política. Un efecto que se conseguirá
si junto a la conversación con quienes tienen ideas similares, también se dialoga con
los que piensan de forma diferente, lo que promueve el aumento del conocimiento, la
complejidad cognitiva y la integración social. Teniendo en cuenta esta evidencia empírica
previa, se asume la siguiente hipótesis de investigación:
HI2: La conversación, en mayor medida la interpersonal que la interactiva, contribuirá
a que aumente la sofisticación política.
La sofisticación política conlleva para la ciudadanía la mejora de sus niveles y calidad
de participación en el ámbito político. En los estudios sobre este tópico es habitual vincular los niveles de formación e interés ciudadano, habilidades políticas o sofisticación, con
el ejercicio del voto más o menos efectivo y razonado.61 No obstante, no siempre se genera el impacto en otros ámbitos de la participación. Así, aquellos más sofisticados tienen
una disposición mayor a participar políticamente, pero no se detecta la misma relación
con la disposición a la participación ciudadana de orden más personal.62 Ello se debe a
que el conocimiento político, básico para el desarrollo de una adecuada sofisticación,
como ya se ha expuesto anteriormente, proporciona claves para entender cómo está
estructurado el sistema y cómo funciona. Un conjunto de herramientas que le permitirán
al individuo alejarse de opiniones subjetivas y establecer juicios objetivos.63
Los estudios previos desarrollados en México reflejan que los mayores niveles de
sofisticación se presentan entre aquellos que pertenecen a partidos políticos o participan
en sus actividades.64 Ello puede ser beneficioso al fomentar individuos defensores del
sistema político, pero también les puede hacer caer en el consenso autoritario que muchas veces domina la vida interna de los partidos.65 Por ello, es oportuno rescatar otros
esquemas de participación que van más allá de este ejercicio en los procesos electorales.
Es el caso de la colaboración en organizaciones que promueven esquemas de participación diferente, como los movimientos sociales o las asociaciones ciudadanas. Debido a
que la relación entre sofisticación y participación es recíproca, es de esperar que aquellos
ciudadanos más sofisticados tengan una mayor intervención en actividades políticas y
59 Huerta y García, op. cit.
60 Dhavan. V. Shah, Jaheo Cho,; Seungahn Nah; Melissa R. Gotlieb, Hyunseo Hwang; Nam-Jin Leem; Rosanne M. Scholl y
McLeod, Douglas M., “Campaign Ads, Online Messaging, and Participation: Extending the Communication Mediation
Model”, Journal of Communication, vol. 57, núm. 4, SAGE, 2007.
61Duncan, op. cit.; Vázquez Ferrel, op. cit.
62 Huerta y García, op. cit.
63 Fraile, op. cit.
64 Smith y Durand, op. cit.
65 Smith y Durand, op. cit.
64 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
cívicas a través de organizaciones. Un impacto que se puede incrementar con el consumo
de medios, al mantener y promover la participación democrática, especialmente entre
quienes los utilizan para informarse sobre política.66 Por ello se plantea la siguiente hipótesis de investigación:
HI3: Altos niveles de sofisticación política conllevarán a un aumento de participación
cívica y, sobre todo, política entre los adolescentes.
2. Método seguido
2.1 Participantes en el estudio
En la fecha en la cual se realizó el estudio se seleccionó una muestra representativa de la población de estudiantes inscritos en las preparatorias de la zona metropolitana de Monterrey, México. Según los datos facilitados por la Secretaría de Educación Pública en septiembre de 2010, se
contaba con un total de 28,785 estudiantes matriculados en último año de bachillerato, población sobre la que se realizó el estudio. De ellos, el 58.22% estudiaba en preparatorias públicas y
el 41.78% en privadas. Aplicando un nivel de confianza del 95% y un error muestral del 3.2%, se
calculó un tamaño de muestra de 907 estudiantes. Sin embargo, se consideró interesante reducir
la muestra a un segmento de edad concreto. Ello se debió a que dentro del grupo de estudiantes
de bachillerato originalmente contemplado había personas con hasta 41 años. Atendiendo a la
naturaleza del estudio, mantener valores extremos en la parte superior (alumnos de más de 18
años) introducía sesgos al contar estas personas con una cultura política más asentada y experimentada que el grueso de la muestra. También se excluyeron a los menores de 15 años, por no
estar en últimos cursos del bachillerato.
Tomando en cuenta estas condiciones, finalmente se contó con una muestra de 836 estudiantes de bachillerato. El 57.3% de los participantes en el estudio fueron mujeres, con una media
de edad de16.64 años (DE = .67), en un rango de entre 15 y 18 años. La selección se realizó de
forma aleatoria por etapas: primero se sortearon preparatorias atendiendo al estrato (públicas/
privadas), y dentro de ellas se seleccionaron salones aplicando a todos los alumnos presentes el
cuestionario elaborado. Siempre se dio la oportunidad de no participar a quienes no lo desearan. El estudio se realizó en 11 preparatorias públicas y 12 privadas, participando un 58.6% de
estudiantes de planteles públicos frente a un 41.4% de privadas. Se asignó como mínimo una
preparatoria pública y otra privada a cada municipio estudiado.
2.2 Cuestionario
2.2.1 Variables independientes
Exposición de medios. Se midió con una escala Likert de 5 puntos, que oscilaba entre nada
(1) y bastante (5), el grado de exposición a la televisión, la lectura de medios escritos (prensa y
revistas) y prensa digital, el consumo de radio y navegación por internet.
Atención a programas sobre política. Se evaluó el grado de atención a los diferentes pro66Norris, op. cit.; Crespo, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 65
Carlos Muñiz Muriel
gramas de los medios de comunicación, con una escala Likert de 5 puntos, que oscilaba entre
nada (1) y bastante (5). Así, se estableció qué tanto atienden a las noticias de política internacional, nacional o local en la televisión y en la prensa. También se evaluó el grado de atención
a programas de política, tanto tradicionales como de sátira, cuánto navegaban por webs de
política, blogs, en internet y si escuchaban la radio para informarse de política. La consistencia
interna de la escala fue alta (α = .84), lo que permitió generar un indicador de atención a programas de política67.
Atención a programas de entretenimiento. Se elaboró una escala compuesta de siete
ítems que pretendía medir, mediante escalas de Likert de 5 puntos que oscilaban entre nada (1)
y bastante (5), el grado de consumo de diferentes programas de entretenimiento. Se evaluó la
consistencia interna de la escala, detectándose que se mejoraba la consistencia al eliminar los
reactivos relativos al consumo de telenovelas y periódicos deportivos (α = .76).
Conversación política interpersonal. Se cuestionó con una escala tipo Likert de 5 puntos
acerca del grado de conversación con amigos, familiares, compañeros de trabajo y/o clase, profesores y maestros, sacerdotes o líderes espirituales y, finalmente, con vecinos u otras personas
de la calle. Para ello se utilizó en parte el instrumento de la ENCUP, incrementado con dos ítems
utilizados los estudios previos.68 La consistencia interna de la escala fue alta (α = .84).
Conversación política interactiva. Se utilizó una escala de cinco ítems previamente desarrollada para medir el grado de conversación sobre política de las personas a través de espacios
ofrecidos por Internet.69 La consistencia interna de la escala fue alta (α = .81).
2.2.2 Variables dependientes
Interés en la política. Se les preguntó a los participantes acerca de su interés general en la
política, siguiendo el modelo utilizado en la ENCUP, aunque se aplicaron los ámbitos de acuerdo
a lo propuesto por Dalton70, quien señala que los ciudadanos tienden a manifestar un interés
político diferenciado entre los temas o asuntos. Por ello, se evaluó de forma separada y mediante
una escala Likert de 5 puntos, que oscilaba entre nada (1) y bastante (5), su interés por la política
local o municipal, la política a nivel del Estado, la política Nacional o Federal y, finalmente, la
política internacional. La consistencia interna de la escala fue alta (α = .84).
Conocimiento político. Se revisó si respondían de forma correcta (1) o incorrecta (0) a 18
preguntas sobre la política mexicana actual. Entre las preguntas había tanto algunas relativas
al conocimiento del sistema político, como por ejemplo: ¿cuál es el trabajo del Congreso de la
Unión?, así como otras relativas al conocimiento de gobernantes concretos, como¿quién es el
actual Secretario de Gobernación? La fiabilidad interna de la escala fue baja (α = .68), por lo
que conviene revisar el instrumento de cara a estudios futuros.
Participación política y cívica. Se midió qué tanto habían participado los encuestados en
ámbitos como campañas políticas o se involucraban en acciones sociales como reuniones de
67La prueba alfa de Cronbach es una técnica de análisis multivariable que permite determinar qué tanto los ítems que se
utilizan para crear una escala comparten una estructura común, mantienen unidimensionalidad, a través del análisis de
las relaciones entre los ítems de la escala (Juan José, Igartua, Métodos cuantitativos de investigación en comunicación,
Barcelona, Bosch, 2006, 704 pp.).
68 Shah et al., op. cit.
69 Shah et al., op. cit.
70Dalton, op. cit.
66 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
una asociación o apoyo a algún grupo social. Se elaboraron dos escalas, la primera sobre participación política compuesta por cuatro preguntas (α = .76) y otra sobre participación cívica
compuesta por 3 variables (α = .57). La baja fiabilidad de la escala de participación política
obliga a su revisión en futuros estudios.
2.3. Procedimiento
El trabajo de campo se desarrolló entre los meses de enero y febrero de 2011. El cuestionario fue
auto-aplicado, por lo que el trabajo del equipo del proyecto consistió en la explicación a los sujetos participantes de los objetivos del estudio y la aplicación de los cuestionarios. El tiempo para
contestar el cuestionario fue de aproximadamente 30 minutos. Como paso previo al trabajo de
campo, se realizó una prueba piloto con cuatro preparatorias, dos privadas y dos públicas, para
validar las escalas y asegurar que las preguntas fueran legibles y proporcionaran la información
deseada. Se aplicó a 152 alumnos en el mes de octubre de 2010, debiéndose modificar sólo la
relativa a la atención a programas de entretenimiento.
3. Análisis de resultados
3.1 Variables explicativas de la sofisticación política
Como paso previo al análisis descriptivo de los componentes de las actitudes políticas contempladas en el estudio, se generó el indicador para medir el grado de sofisticación política de los
participantes, es decir, el grado conjunto de interés hacia la política y conocimiento del sistema
político. El nivel de interés hacia la política fue relativamente alto entre los participantes (M =
2.73, DE = 0.87), si bien no se superó la media teórica marcada en 3. Así lo constata el hecho de
que el 46.8% de la muestra se situara por encima de la media teórica. El nivel de conocimiento
sobre asuntos y personajes políticos fue algo menor (M = 2.67, DE = 0.63), aunque tampoco
tan bajo como para marcar un desconocimiento fuerte de los asuntos políticos. De hecho, el
35.8% de los estudiantes estudiados se situaron por encima de la media teórica, lo que habla
de una población medianamente informada. Para el cálculo del nuevo indicador, se tomó como
referencia la siguiente propuesta planteada por otros autores previamente:71
Sofisticación política = ((interés político × ½) + conocimiento político)/2
A partir de la adicción de ambas variables, se obtuvo un nuevo indicador que reflejaba la
sofisticación de los participantes y que se midió con una escala que oscilaba entre 3.75 para
reflejar la máxima sofisticación y 0.75 para reflejar la mínima. El nivel de sofisticación promedio
encontrado en la muestra fue de 2.02 (DE = 0.42), por debajo igualmente de la media teórica
que para este indicador se situó en 2.25 puntos. A nivel porcentual, se observó que sólo el 29.9%
de la muestra se situó por encima de la media teórica, lo que habla más bien de una baja sofisticación. Por tanto el hecho de aplicar el corrector a la fórmula ajustó el verdadero nivel de sofisticación, mejorando las mediciones unidimensionales que en otros estudios se han utilizado.
71 de Vreese, Boomgaarden y Semetko, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 67
Carlos Muñiz Muriel
Tabla 1. Variables explicativas de la sofisticación política.
Modelo 1
Modelo 2
Modelo 3
Modelo 4
Sexo del encuestado
-.121***
-.119***
-.039
-.052
Edad del encuestado
-.031
-.027
-.016
-.018
Exposición a televisión
-.038
-.094*
-.076*
Exposición a medios escritos
.265***
.123***
.114**
Exposición a prensa digital
.072*
-.008
-.022
Exposición a radio
.067
.017
.018
Exposición a Internet
.048
.046
.043
Atención a contenidos
políticos
.397***
.318***
Atención a entretenimiento
.061
.072
Variables socio-políticas
Exposición mediática
Atención a contenidos
Conversación política
Conversación interpersonal
.183***
Conversación interactiva
-.043
Δ R2
.016
.108
.118
.020
R2
.016
.124
.242
.262
Nota: N = 836. La variable sexo del encuestado se recodificó como dummy, donde 1 significaba ser mujer.
*p < .05; ***p < .001
En una siguiente fase, se intentó de detectar las variables que explicaban el nivel de satisfacción política demostrada por los estudiantes participantes en el estudio, para lo que se realizó
una regresión lineal múltiple jerárquica72 (ver Tabla 1). En el primer paso se utilizaron como
variables independientes las relativas a los aspectos socio-demográficos (modelo 1), después
se utilizaron las relativas a la exposición a los diferentes medios (modelo 2), los reactivos sobre
atención a contenidos mediáticos específicos (modelo 3) y la conversación política de los participantes (modelo 4). Todas estas variables cumplieron el supuesto de independencia respecto
de la variable dependiente, atendiendo al valor del test de Durbin-Watson que fue de 1.86, y por
tanto superior al 1.5 e inferior al 2.5, límites mínimo y máximo permitidos.
El primer modelo o bloque consiguió explicar el 1.6% de la varianza, ello debido a que sólo
la variable relativa al sexo del encuestado fue estadísticamente significativa (ver datos en Tabla
72 Es una técnica de análisis multivariable muy utilizada en encuestas, que permite evaluar las relaciones de dependencia
entre los valores de una variable dependiente o criterio y dos o más variables independientes, predictoras o explicativas, lo
que posibilita comprender los efectos producidos por unas variables en otras, más allá del análisis de la simple asociación
entre dichas variables (Igartua, op. cit.).
68 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
1). Así, ser hombre (β = -.121, p< .001) explicaba la sofisticación en este paso. Al introducir en
el modelo las variables de exposición mediática, se generó un 10.8% de aumento en la varianza
explicada (R2 = .124). Ello se debió principalmente al aporte del consumo de medios escritos,
que como se recordará englobaba la prensa en papel y las revistas de información general. Este
hábito consiguió acrecentar el nivel de sofisticación política de los encuestados (β = .265, p<
.001), mientras que el consumo de prensa digital impactó en menor medida (β = .072, p< .05).
El modelo 3 se generó a partir de la incorporación de la atención a programas concretos de los
medios, y no sólo la exposición genérica a los mismos, y contribuyó a aumentar un 11.8% de la
varianza total. La atención a programas de política explicó fuertemente la sofisticación política
(β = .397, p< .001), junto al consumo de medios escritos (β = .123, p< .001), aunque en menor medida. Además, moderó la influencia de las restantes variables, haciendo que apareciera
el consumo televisivo, lo cual generó una disminución de la sofisticación (β = -.094, p< .05),
mientras que desaparecía la influencia del sexo (ver datos en la Tabla 1).
En cuanto al modelo 4, se introdujeron las variables sobre conversación política que en su
conjunto consiguieron explicar el 2% del modelo total. Aunque sólo la conversación interpersonal logró afectar la variable dependiente, su incorporación generó una disminución en la explicación de las tres variables que en el modelo anterior fueron estadísticamente significativas. A
partir de los datos de este último paso en la regresión, se puede concluir que aquellos estudiantes más expuestos a medios impresos (β = .114, p< .001), que no consumen tanta televisión (β
= -.076, p< .05), que desarrollan conversación interpersonal sobre política (β = .183, p< .001)
y, especialmente, que atienden a programas sobre política (β = .318, p< .001), son quienes
mayores niveles de sofisticación política desarrollan.
3.2 Impacto de la sofisticación política en la participación cívica y política
En la última fase del estudio se buscó conocer hasta qué punto la participación cívica y política de los estudiantes analizados estaba influenciada por el consumo mediático, la conversación
y su sofisticación política (ver datos en la Tabla 2). Es de esperar que aquellas personas que
más se informen de política por los diversos medios estudiados y que mantengan una mayor
sofisticación política, también desarrollen un mayor nivel de participación o implicación en la
sociedad civil.73 A fin de contrastar la hipótesis, se realizaron dos regresiones lineales múltiples,
con los indicadores sobre participación política y cívica como variables dependientes o criterio.
En ambos casos, el conjunto de variables utilizadas en las regresiones cumplieron el supuesto
de independencia respecto de la variable dependiente, atendiendo al valor del test de DurbinWatson, que para los dos casos fue de d = 1.87, y por tanto superiores al 1.5 e inferiores al 2.5,
límites máximos permitidos.
73Huerta y García, op. cit; Prior, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 69
Carlos Muñiz Muriel
Tabla 2. Variables explicativas de la participación política y cívica de los
encuestados
Participación política
Participación cívica
ET
β
B
ET
β
Sexo del
encuestado .019
.016
.040
.075
.024
.108**
Edad del
encuestado .023
.012
.065
-.002
.017
-.004
Exposición
a televisión
-.005
.009
-.021
-.023
.013
-.068
Exposición
a medios
escritos
.003
.011
.009
.012
.017
.028
Exposición
a prensa
digital
.011
.007
.060
-.009
.010
-.033
Exposición
a radio
-.008
.008
-.040
.011
.011
.035
Exposición
a Internet
.003
.009
.014
.038
.013
.108**
Atención a
contenidos
políticos
.010
.017
.030
.016
.025
.031
Atención a
entretenimiento
-.017
.013
-.056
-.015
.020
-.033
Conversación interpersonal
.051
.015
.150***
.094
.022
.183***
Conversación
interactiva
.032
.017
.079
.104
.025
.172***
Sofisticación
política
.079
.021
.145***
.032
.031
.039
R2
.115
B
.147
Nota: N = 836. La variable sexo del encuestado se recodificó como dummy, donde 1 significaba ser mujer.
*p < .05; **p < .01; ***p < .001
En lo relativo a la participación en el ámbito político, la regresión lineal múltiple realizada
aportó una ecuación donde únicamente dos variables impactaron sobre ese comportamiento. En
70 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
su conjunto, estas variables consiguieron explicar el 11.5% de la varianza de la variable dependiente. Ninguna de las variables de exposición mediática logró explicar la participación política,
pero sí el desarrollo de conversación interpersonal sobre política (β = .150, p< .001). En cuanto
a las variables de carácter político, el mantenimiento de una elevada sofisticación política fue el
factor que contribuyó a explicar en mayor medida la participación política (β = .145, p< .001).
En este sentido, se puede decir que aquellos estudiantes más sofisticados, también asistían con
mayor frecuencia a mítines, se relacionaban con funcionarios electos o incluso habían trabajado
o participado ya en campañas electorales (ver Tabla 2).
Por otra parte, la participación cívica, desarrollada en actividades de orden social, como
reuniones vecinales o trabajo de apoyo a grupos necesitados, fue explicada por un abanico
mayor de variables. A pesar de ello, estos reactivos se relacionaron más efectivamente con tal
involucramientode los entrevistados, a tenor del nivel de varianza explicada por la ecuación que
fue claramente superior a la de la participación política (R2 = .147). En este caso, fue la variable
relativa a la conversación interpersonal sobre política la que impactó de manera más pronunciada en la participación cívica de los encuestados (β = .183, p< .001). También la conversación
interactiva sobre política (β = .172, p< .001) tuvo un efecto significativo. Asimismo, ser mujer
(β = .108, p< .01) y exponerse a contenidos de internet (β = .108, p< .05) consiguieron aportar
algo de variación en la participación cívica de los estudiantes participantes en el estudio. No se
observó un impacto de la sofisticación política sobre la participación cívica (ver Tabla 2).
4. Discusión y conclusiones
El estudio realizado aporta datos interesantes acerca del papel que la comunicación, bien sea
a través del consumo mediático o bien de la conversación, juega en la generación de una ciudadanía sofisticada y preparada desde edades tempranas. Así, se da respuesta a la pregunta de
investigación planteada, en tanto que se ha detectado cómo el consumo de los medios escritos
como prensa o revistas contribuye a mejorar la sofisticación política de los jóvenes estudiantes de bachillerato, mientras que la exposición a la televisión generaba una disminución en la
misma. Resultados que confirman los ya obtenidos en otros estudios previos,74 y que ponen de
manifiesto el papel de la comunicación masiva en la transmisión de información y generación de
conocimiento e interés políticos. Se percibe la existencia más bien de un círculo virtuoso antes
que de un malestar producido por el consumo mediático, debido que es más fuerte el peso de
la lectura de medios escritos, que contribuye a generar públicos más sofisticados, que el del
consumo genérico de la televisión. Estos hechos confirman lo detectado previamente por otros
autores como Newton en contextos nacionales diferentes.75 El resultado conviene ser analizado
al detalle en sociedades como la mexicana, donde es sabido que una gran parte de la población
tiene a la televisión como medio predominante de contacto con la realidad social. Si bien es de
esperar que los jóvenes, segmento poblacional estudiado, generen cambios a futuro en esta relación, por el importante papel que parecen jugar para ellos los nuevos medios como el internet.
Como previamente ya ha sido señalado por ciertos autores,76 es mayor el aporte que puede
74 Guo y Moy, op. cit.; Rhee y Cappella, op. cit.
75Kennet Newton, ,”Mass media effects: mobilization or media malaise?British Journal of Political Science, vol. 29, núm. 4,
Cambridge University Press, 1999, pp. 577-599.
76 Cho et al., op. cit.; Huerta y García, op. cit. Prior, op. cit.; Rhee y Cappella, op. cit.; Rhee y Cappella, op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 71
Carlos Muñiz Muriel
realizar el consumo especializado de programas o contenidos concretos de los medios de comunicación en el desarrollo de actitudes políticas, que la simple exposición genérica a los mismos.
En este sentido, se confirma en parte la primera hipótesis de investigación, pues mientras que la
atención a contenidos políticos en los medios efectivamente hacía aumentar la sofisticación, el
consumo de contenidos de entretenimiento no hizo disminuir sus niveles. Sin embargo, destaca
en los resultados la falta de relación explicativa entre la atención a contenidos de entretenimiento y la sofisticación política. Algunos estudios previos muestran cómo esta relación suele
redundar en aumento de apatía, desafección, cinismo y alineación políticos,77 algo que aquí no
se manifiesta y que obliga a realizar estudios posteriores para indagar en su naturaleza. Por otra
parte, se confirma en cierto sentido la hipótesis segunda, pues la conversación interpersonal
generó mayores niveles de sofisticación, pero la interactiva no influyó como estaba previsto. Teniendo en cuenta que los jóvenes tienden a presentar mayores niveles de exposición al internet
que a otros medios tradicionales, el resultado parece insinuar que no están utilizando de manera
constante esta herramienta mediática para informarse e involucrarse en política.
En cualquier caso, estos resultados permiten concluir que se asiste más a un proceso de
movilización mediática que a uno de generación de malestar mediático.78 Frente a posiciones
teóricas negativas que plantean los efectos perniciosos del consumo mediático en las actitudes políticas, el presente estudio refleja que también puede contribuir a mejorar la formación
política y, de manera indirecta, la participación en la esfera política de los ciudadanos. Así lo
manifiestan los resultados obtenidos en relación a la tercera hipótesis de investigación, pues
se ha constatado que los jóvenes que en mayor medida conversaban con otros sobre política y
tenían más sofisticación política, también desarrollaban más participación política, tal y como
ha sido planteado por otros autores previamente.79 Sin embargo, no se verificó lo postulado en
la hipótesis acerca de que se daría esta misma influencia positiva en la participación cívica de
los jóvenes participantes. Esta situación evidencia contradicciones entre ambas manifestaciones
de la participación, que parecen presentarse en diferentes vías y deberse a distintos factores.
Este resultado quizá se deba a que la socialización política que reciben los jóvenes se circunscriba más a la adquisición de conocimiento genérico sobre política y no tanto al desarrollo de
habilidades, como el entendimiento de lo político, que favorecen la integración social del ciudadano.80 Ésta es una propuesta que debe ser revisada a detalle en posteriores estudios.
En su trabajo, Prior mencionaba que algunos ciudadanos se convierten en procesadores profundos de los contenidos políticos de los medios de comunicación,81 lo que les debería permitir
generar altos niveles de sofisticación política. A partir de los datos obtenidos en este estudio, se
puede apuntar que estos procesadores son aquellos que consumen medios escritos para obtener
orientación sobre política, ven poca televisión con el fin de entretenerse pero sí para informarse;
buscan contenidos sobre política en los medios y conversan asiduamente con otros sobre temas
de política en general, lo que indirectamente les llevará a participar de manera más política,
aunque no cívica. Estos resultados positivos no deben provocarcomplacencia, pues es sabido
que por desgracia no son la mayoría los ciudadanos, ni entre los jóvenes ni en otros estratos, los
77 Prior, op. cit.
78 Luengo, op. cit.; Valentino et al., op. cit.
79Huerta y García, op. cit; Prior, op. cit.
80Luengo, op. cit.
81 Prior, op. cit.
72 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Creando ciudadanos comprometidos.
que cumplen con todas estas características de sofisticación política. Sin embargo, los resultados
suponen un avance en el conocimiento de esta pieza clave dentro de las actitudes políticas y
pone de manifiesto los puntos clave que deben ser mejorados para conseguir una efectiva socialización política y un involucramiento efectivo y de calidad del ciudadano en la esfera pública.
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74 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Jóvenes, “¿un lujo de clase?”
Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
Victoria Isabela Corduneanu1
Resumen
El presente artículo aborda el problema de la participación política de los jóvenes mexicanos
tomando en cuenta diversas variables (como la confianza en las instituciones y la eficacia política). También algunas conclusiones de estudios internacionales sobre el tema de la juventud y
la política, como el efecto generacional o de ciclo vital sobre la participación política. La última
parte del artículo presenta un análisis de una encuesta en vivienda aplicada en agosto de 2011.
Palabras clave
Jóvenes, actitudes políticas, participación política, juventud, apatía, eficacia política, confianza
en las instituciones.
Abstract
The topic of the present paper is Mexican youth´s political participation, taking into account
several explicative variables, such as trust in political institutions, political efficacy, social capital,
as well as international studies on youth and politics that treat the concepts of cohort effect or
life cycle effect. The last part of the article presents a quantitative analysis of a survey realized
in July of 2011.
Keywords
Youth, political attitudes, political participation, Young people, apathy/disenchantment, political
efficacy, trust in political institutions.
Introducción
Algunas de las preguntas a las cuales este estudio va a contestar, son: ¿cuáles son las actitudes
políticas de los jóvenes mexicanos en las vísperas del año electoral del 2012?; ¿son los jóvenes
un actor, sea político o ciudadano, a tomar en cuenta en este periodo electoral? Pensando en los
movimientos sociales y la eficacia política, ¿Qué tan innovadora o qué tan tradicional es nuestra
juventud? ¿Son los jóvenes un potencial actor que se pueda movilizar en la escena social, o son
más bien respetuosos de las instituciones tradicionales de la democracia?
El artículo presenta primero un estado del arte de los estudios sobre juventud, jóvenes y
sujetos juveniles, con el objetivo de poder contextualizar y conceptualizar mejor a nuestros
sujetos de estudio, más allá de un estrecho criterio etario. En una segunda parte, se discuten
los principales conceptos teóricos que se van a utilizar para el análisis y la interpretación de los
resultados de la investigación empírica, así como actitudes políticas, confianza en las instituciones y eficacia política (externa e interna). En una tercera parte se explica la metodología del
estudio empírico (encuesta en vivienda) y se presentan el análisis cuantitativo de los resultados,
1 Victoria Isabela Corduneanu: doctora en Historia y Civilización por el Instituto Universitario Europeo, de Florencia, Italia;
profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. [email protected]
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 77
Victoria Isabela Corduneanu
en relación con los principales conceptos teóricos. En la cuarta parte, se presentan las conclusiones sobre las actitudes políticas de la juventud mexicana, así como posibles líneas para futuras
investigaciones.
1. De juventud, jóvenes, sujetos juveniles: la complejidad conceptual y el
reto transdisciplinario
Una pregunta que puede parecer ingenua hoy en día es: ¿desde cuándo hablamos de “jóvenes”?
Un repaso histórica nos advierte que es una categoría sociocultural bastante reciente (se debe
especificar que no estamos analizando aquí los criterios biológicos o biologistas, que de una u
otra manera se adaptan o se quieren adelantar a los criterios socioculturales).
Los “juvenólogos” están de acuerdo en que los jóvenes (como nueva etapa de vida, entre
la infancia y la adultez) son el producto de la sociedad moderna y del capitalismo; sobre todo,
al establecerse la educación obligatoria, se marca por primera vez una condición intermedia
entre la infancia y el ser adulto. También se tiene que tomar en cuenta el estado del bienestar
(el Welfare state) que surge después de la Segunda Guerra Mundial. No se puede decir que
antes no había jóvenes: sólo que esta etapa de transición entre niñez y adultez era muy corta
y los jóvenes tenían “prisa en adultizarse,” por decirlo de alguna manera, sobre todo a través
de la condición de padres. Los niños se insertaban en la vida laboral muy temprano, desde los
8 o 10 años de edad, hasta que el sistema educativo les impuso una nueva etapa en sus vidas.
No se tiene que subestimar tampoco el factor demográfico: con la prolongación de la esperanza
de vida, también es posible que surja esta etapa intermedia entre infancia y adultez. Un dato
relevante es que la expectativa de vida en 1910 era de 29.5 años, lo que hoy IMJUVE e INEGI,
consideran como el límite etario superior para los jóvenes.2
Conceptualmente es necesario hacer primero una diferenciación entre “la juventud”, como
una categoría sociocultural, y “los jóvenes”. De acuerdo a Sergio Balardini, jóvenes hubo siempre, pero juventud no (…) la juventud como tal (no los jóvenes) es un producto histórico resultado de relaciones sociales, relaciones de poder, relaciones de producción que generan este
nuevo actor social (…) es un producto histórico que deviene de las revoluciones burguesas y del
nacimiento y desarrollo del capitalismo.3 Como categoría social, la juventud es una construcción
sociohistórica que cambia de significados de acuerdo a la época y el contexto cultural; se modifican los procesos, los rituales. Por tanto, además de las dimensiones biológica y social, se deben
tomar en cuenta lo contextual y lo simbólico: “así, pues, es necesario entender a los jóvenes de
acuerdo a sus condiciones socioeconómicas, de acceso a oportunidades educativas, de empleo,
culturales y de entretenimiento.”4
2 José Antonio Pérez Islas, y Maritza Urteaga Castro-Pozo (coordinadores), Historias de los Jóvenes en México. Su presencia
en el siglo XX, México Instituto Mexicano de la Juventud, 2004, passim.
3 Sergio, Balardini, “De los jóvenes, la juventud y las políticas de la juventud”, en Ultima Década, núm. 13, Chile, Centro
de Investigación y Difusión Poblacional de Achupallas, septiembre, 2000, p. 11.
4 Enrique, Cuna Pérez, “Ciudadanía social y juventud en México: crisis, exclusión y desinterés del gobierno de Felipe Calderón, 2006-2012,”. Ponencia para el Congreso 2010 de la Asociación De Estudios Latinoamericanos, Toronto, Canadá,
del 6 a 9 de octubre del 2010. Disponible en línea: http://lasa.international.pitt.edu/members/congress-papers/lasa2010/
files/3794.pdf. Consultado 20 de julio 2012
78 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
De acuerdo con Rossana Reguillo,5 se pueden identificar tres momentos fundacionales en
la emergencia del joven en México, durante la segunda mitad del siglo pasado: la emergencia
del actor político juvenil en su categoría “estudiantil” con el movimiento del 68; la emergencia
del joven popular urbano a través de las “bandas juveniles”, desde los años sesenta hasta los
ochenta y la emergencia de las “culturas juveniles” que se inscriben en la globalización cultural
de los años noventa. Actualmente, se considera que la juventud es una construcción social de
una fase particular en el ciclo de vida, que cambia de forma, de contenido a través del tiempo
y del espacio (…) una concepción sociocultural de la juventud como construcción relacional
entre los actores juveniles y los agentes de sus entornos sociales inmediatos (adultos, ancianos,
jóvenes y niños) y los entornos más lejanos pero presentes. 6
La misma autora afirma que también es importante considerar que la juventud, como variable del análisis social, no se puede separar de otras variables, como la clase, la etnia y el género,
que le dan heterogeneidad al interior. Si bien una primera separación conceptual se debe hacer
entre “juventud” (como concepto, como variable) y “jóvenes”, una segunda precisión teórica
vierte sobre la diversidad interna del concepto de “juventud”. La propuesta teórica es más bien
hablar de “juventudes”, tomando en cuenta la multiplicidad de esta categoría cruzada con
género, clase, etnia, entre otros.
Es importante subrayar el proceso histórico que nos lleva desde “la juventud”, como un gran
grupo social, encaminado a la revolución y al movimiento social, en una sociedad de metanarrativas de la justicia social, como en los años sesenta, a “juventudes” en la sociedad de los
años noventa. Este proceso se debe a la perdida de la metanarrativa social, al posmodernismo,
al narcicismo social, a la individualización de las sociedades; hoy podemos hablar de un multiculturalismo juvenil.7
Es este un multiculturalismo que se empieza a formar desde los años setenta, con las múltiples culturas juveniles, estudiadas por las ciencias sociales tanto en Europa (Inglaterra) como
en América Latina. Por lo tanto, se considera el estudio del sujeto joven desde la perspectiva
cultural, pero con una consecuencia importante: se dejan fuera a los que no son parte de estas
culturas. Se analiza a los jipitecas, darketos, punks, etcétera, pero hacen faltan, hasta la actualidad, estudios sobre los jóvenes de clase media y alta que sí eligen integrarse en la sociedad,
que sí logran caminar la avenida de la educación y que se integran al mundo laboral, que se
consideran dos de los criterios que se utilizan, desde una perspectiva sociocultural, cuando de
definir al sujeto joven se trata.
Otro tema de debate en los estudios sobre la juventud – ya a la vez una limitante metodológica- es el problema de la edad: ¿entre qué años se es joven? La literatura actual maneja varios
rangos: de 12 a 29 años; de 15 a 29, años o hasta los 35 años en algunos estudios europeos. Si
bien la pregunta es válida, sobre todo para realizar estudios cuantitativos donde la variable se
tiene que delimitar, la respuesta es, según Pérez Islas:8 la conjunción entre la edad biológica y
5 Rossana, Reguillo, “Presentación”, en Rossana Reguillo, (coordinadora), Los jóvenes en México, México, Fondo de Cultura
Económica, Conaculta, 2010, pp. 9-10.
6 Maritza, Urteaga, “Género, clase y etnia. Los modos de ser joven”, Rossana en Reguillo (coordinadora), Los Jóvenes en
México, México Fondo de Cultura Económica, Conaculta, 2010, p. 18.
7 Balardini, op. cit, p. 15.
8 José Antonio, Pérez Islas, “Las transformaciones en las edades sociales. Escuela y mercados de trabajo”, en Rossana,
Reguillo, (coordinadora), Los Jóvenes en México, México, Fondo de Cultura Económica, Conaculta, 2010, p. 53.
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Victoria Isabela Corduneanu
la edad social. En otras palabras, se deben de tomar en cuenta las coordenadas socioculturales
que demarcan los territorios de transición del sujeto joven hacia la adultez, para poder analizar
y determinar la localización de un sujeto en la etapa de “juventud” o de “adultez”. Esto es, la
edad no es el único criterio a tomar en cuenta; lo más importante, según el mismo autor, son
las cinco transiciones que marcan la etapa entre la adolescencia y la adultez y que, asimismo,
se incorporan en el dinamismo del ser joven: dos vinculados con el espacio público: terminar
estudios e incorporarse al primer trabajo, y tres con el espacio privado-familiar: dejar la casa
paterna/materna, tener una pareja estable y concebir el primer hijo.9
Sin embargo, estos criterios son severamente cuestionados por la dinámica social y económica actual, no sólo en América Latina sino también en Europa. Sergio Balardini menciona algunos
de los criterios que, a pesar de que han estado vigentes desde 1960 hasta los ochenta, han ido
cambiando paulatinamente a partir de los noventa, lo cual ha cambiado también la discusión
epistemológica sobre la(s) juventud(es). En primer lugar, la moratoria de responsabilidades sociales, vigente en las décadas de los sesenta y setenta, ya no son vigentes hoy, en un contexto en
el cual, por ejemplo, el acceso a la educación o al trabajo es mucho más difícil e implica decisiones que deben tomar los propios jóvenes. En segundo, las transiciones que definían la condición
de joven, como dejar a la familia primaria para conformar la propia; saltar del sistema educativo
al mundo del trabajo, de la dependencia a la autonomía, de la socialización primaria (familia y
amigos) a la participación en instituciones sociales y políticas tradicionales, hoy en día son desafiadas En muchos casos, los caminos son circulares (se sale de la casa paterna, pero también se
regresa; se inserta en el mundo laboral, pero a través de relaciones informales, en la economía
familiar o se regresa al mundo educativo para especializarse) o las transiciones parciales, como
en el caso de la dependencia/autonomía o la participación social y política, especialmente esta
última, que es un tema de investigación en sí. Según Balardini, los jóvenes de hoy se agrupan de
manera informal, fuera de las instituciones tradicionales, y lo hacen para una gestión concreta
y no para una representación de intereses, como los jóvenes de los años sesenta y setenta.10
Pérez Islas señala dos nuevas condiciones posibles o redefiniciones en la condición juvenil, a
principio del siglo XXI, que impacta en las definiciones de clases de edades (entendidas como la
combinación de la edad biológica con la edad social): la primera condición son los jóvenes permanentes, que no logran transiciones como la inserción en el mercado laboral, no cuentan con
un hogar propio, o no han logrado la autonomía de los padres; la segunda, la juventud truncada
por un contexto de riesgo, como la violencia, el narcotráfico, o condiciones laborales precarias.11
Son dos condiciones a tomar en cuenta en el México de principios de la segunda década del
siglo XXI, cuando los “ninis” son tema de noticias o de propuestas socio-políticas, y cuando se
criminaliza a los jóvenes como partícipes de la violencia desatada por el narcotráfico.
Elementos importantes en la definición del estrato juvenil, además de la demografía, la educación y el mercado de trabajo (que son factores presente desde la mitad del siglo pasado), han
sido los medios de comunicación y la industria del consumo en general, que han delimitado el
nicho de lo joven y diseñan productos específicamente para los actores juveniles. Llegamos así
9 Pérez Islas, op. cit; p. 57.
10 Balardini, Sergio, op. cit, p. 20.
11José Antonio, Pérez Islas, op. cit., p. 83.
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Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
a otro factor importante en la delimitación de la juventud: el consumo cultural y la interacción
con los medios masivos de comunicación.12 En los últimos años, se añade un nuevo elemento: la
tecnología. Los medios (que desarrollan representaciones sociales de lo juvenil, que proponen
productos para los jóvenes, que desarrollan historias para la juventud) y las nuevas tecnologías
de comunicación, introducen en la ecuación nuevos parámetros para delimitar y definir la pertenencia de los sujetos a la categoría sociocultural de “juventud”.
2. Jóvenes y participación política
Un lugar común del discurso público pero también de algunos estudios sobre los jóvenes es “la
apatía” de éstos en cuanto a la participación en las “cosas públicas”. El discurso político se queja de la ausencia de los jóvenes en las instituciones tradicionales de participación democrática,
de su desinterés hacia el espacio público político, de su abstencionismo electoral. Otros discursos los estigmatizan como sujetos pasivos, “ninis”, que rechazan la integración en la sociedad.
Es a partir de estas líneas discursivas que abundan en los medios, que hemos decidido indagar
un poco más en las percepciones de los jóvenes hacia el mundo político.
Para empezar, tenemos que precisar el significado de tres conceptos importantes: eficacia
política, confianza política y legitimidad; los tres nos llevan a definir el concepto de participación política.
Por eficacia política se entiende “el desempeño real, en la medida en que el sistema satisface las necesidades básicas del Gobierno, tal como la gran mayoría de la población y los grupos
poderosos contenidos en ella (…) las encaran”.13 Por tanto, la eficacia política tiene un carácter
instrumental y objetivo: el régimen funciona y también sus instituciones. La literatura distingue
entre dos tipos de eficacia política: la eficacia política externa y la eficacia política interna. Por
la eficacia política externa se entiende la percepción de los ciudadanos de que las instituciones
de la democracia representativa toman en cuenta sus intereses y los representan; es el sentir de
la ciudadanía que son representados por estas instituciones, como los partidos políticos, la presidencia, o los diputados y los senadores. Por eficacia política interna se entiende la percepción de
los ciudadanos de poder influir o incidir en las tomas de decisiones de las mismas instituciones
de la democracia representativa.
De acuerdo a Lipset14 a legitimidad, de nuevo “implica la capacidad del sistema para engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas vigentes son las más apropiadas
para la sociedad”. Así, la legitimidad tiene un carácter evaluador, un juicio subjetivo que incluye
los valores de los grupos y del sistema político. La estabilidad de la democracia depende de la
eficacia y de la legitimidad de su sistema político.
Sin embargo, los estudios empíricos han introducido un tercer concepto, el de confianza
política que está vinculado con la legitimidad. Es importante precisar que esta confianza po12 José Antonio, Pérez Islas, op cit, p. 74.
13 Lipset, 1967, citado en Mauro, Pereira Porto, “La crisis de confianza en la política y sus instituciones: los medios y la
legitimidad de la democracia en Brasil”, en América Latina Hoy, agosto, vol 25, Universidad de Salamanca, 2000, p. 24.
14 Lipset, 1967, citado en M. Pereira Porto, op. cit, p. 24.
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Victoria Isabela Corduneanu
lítica se refiere al gobierno, mientras que la legitimidad se relaciona con el sistema político en
general.15
El concepto de “confianza” ha sido objeto de varios estudios, desde los cuales se ha evaluado
qué factores influyen en su presencia (desagregándola como confianza en el gobierno, en las
instituciones, etcétera). Se ha encontrado que algunos de estos factores son las evaluaciones
sobre el desempeño económico; los factores socio-culturales, como las percepciones sobre el
crecimiento del crimen; las evaluaciones de los ciudadanos sobre el desempeño del presidente
y de las instituciones políticas, y los escándalos políticos y el enfoque o tratamiento informativo
otorgado por los medios a la corrupción política.16 Además, la confianza política ha sido una de
las principales variables que se ha utilizado para explicar la participación electoral, aunque los
estudios han encontrado resultados contradictorios: si la confianza política se correlaciona de
manera positiva con la participación electoral, se ha encontrado también que ésta se correlaciona de manera positiva con la participación política convencional (que incluye la participación
electoral).17
Otro concepto importante es la participación política, que se entiende como la relación entre gobierno y gobernados/ciudadanos que hace posible la construcción y el funcionamiento de
la democracia.18 La forma más directa y recurrente es la participación política electoral mediante
el voto. Otras formas son el interés en la política, la participación en debates sobre asuntos
políticos en ámbitos informales (amigos, familia) y formales y la participación en organizaciones
tradicionales o no tradicionales (partidos políticos, asociaciones).
Por participación política se entiende, tradicionalmente la manera en la cual los ciudadanos
pueden influir en las decisiones políticas, siendo el voto la más directa; además se encuentra la
participación indirecta, como la implicación en campañas políticas, participación en organizaciones formales de tipo weberiano (reguladas, jerárquicas, burocráticas), como las iglesias vinculadas con los partidos cristiano-democráticos, los sindicatos, las cooperativas, las organizaciones
voluntarias, etcétera. Si bien esta definición se desarrolló en los años cincuenta y sesenta con el
auge del Estado del bienestar, el 68 y los movimientos sociales de protesta han provocado una
reconsideración de las formas de participación política.19
Los movimientos sociales, que para los años sesenta eran extraordinarios, se volvieron comunes en los años setenta y ochenta con el auge del feminismo, el pacifismo y, de manera más reciente, la tendencia ecologista, por ejemplo. Así se ha desarrollado el concepto de “participación
no convencional”, que es aquella que no considera los canales tradicionales de la democracia
15M., Pereira Porto, op. cit., p. 25.
16V. A., Chanley, T. J. Rudolph, y W. M., Rahn, “The Origins and Consequences of Public Trust in Government.A Time Series
Analysis”, en Public Opinion Quarterly, 64(3), 2000, pp. 239-254.
17 José Manuel, Sabucedo Cameselle, Psicología Política, Madrid, Editoria Síntesis, 1996, p. 103.
18 Gonzalo Alejandre Ramos, y Claudio Escobar Cruz, “Jóvenes, ciudadanía y participación política en México,” en Espacios
Públicos, año. 12, vol. 25, México,Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UAMex, 2009, p. 104.
19 Pipa, Norris, “Democratic Phoenix. Agencies, Repertoires, and Targets of Political Activism”, Conferencia presentada en
la Conferencia American Political Science Association, Boston Septiembre 2002. Disponible en línea: http://www.hks.
harvard.edu/fs/pnorris/Acrobat/APSA%202002%20Democratic%20Phoenix.pdf (última fecha de consulta 31 de enero
2012)
.
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Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
representativa para buscar influir en las decisiones políticas. La forma más representativa de
esta participación no convencional son las movilizaciones sociales.20
Pippa Norris21 propone diferenciar entre dos formas de participación política: “citizen-oriented” y “action-oriented or cause-oriented”. La primera es equivalente a la participación convencional, donde el ciudadano de una democracia representativa utiliza los canales tradicionales
e institucionales de la misma para influir en las decisiones políticas. La segunda se refiere a las
acciones que se enfocan a problemas específicos; por ejemplo, las políticas de los consumidores,
peticiones, manifestaciones y protestas. Las acciones que están orientadas a alguna causa, se
han desarrollado de tal manera, que existe una línea delgada entre lo político y lo social, con el
impacto de los valores postmateriales como ecología, género, globalización, etnicidad y sexualidad.
Las acciones que se orientan a determinadas causas no tienen como meta sólo a los actores
políticos (gobiernos, políticos, partidos), sino otros actores sociales que se ubican en los sectores
públicos, privados o non profit, tanto nacionales como transnacionales. Esto sería una primera
modificación en la participación política: los cambios en las formas o repertorios de las mismas,
que encabezan sobre todo los jóvenes, de acuerdo a Pipa Norris.22
Mannarini, Legittimo y Taló afirman que hay evidencia en los últimos años, de que los jóvenes se han distanciado de los canales tradicionales de la participación política, (como el voto,
y de participación indirecta como la colaboración en campañas políticas, afiliación partidista,
interpelaciones directas a los políticos). Sin embargo, los jóvenes se incorporan a los procesos
políticos sobre todo a través de actividades sociales y civiles; la participación de los jóvenes no
es sólo social o sólo política, sino que es socio-política, lo que nos lleva a un nuevo concepto: la
participación social, además de la participación convencional y no convencional.23
Tres son las características principales de la participación social. Primero, es la prevalencia
de las relaciones horizontales e igualitarias (a diferencia de las relaciones jerárquicas de los
partidos políticos, por ejemplo, o de otras organizaciones objeto de la participación política
tradicional). Segunda, a la presencia de motivaciones pro-sociales. Tercera, una estructura de
redes con conexiones débiles.24
Además de una modificación en las formas o repertorios de participación política, se han
transformado los canales a través de los cuales se derivan éstas. A los canales tradicionales,
como las organizaciones de la democracia representativa, se han agregado nuevas formas, como
los movimientos globales, desterritorializados, internacionalizados, horizontales, con una amplia
20 Pipa, Norris, op. cit, pp. 2-3.
21Pipa, Norris, “Young People and Political Activism: From the Politics of Loyalties to the Politics of Choice?”, Ponencia presentada en la conferencia, Civic engagement in the 21st Century: Toward a Scholarly and Practical Agenda Universidad de
California de Sur, octubre 2004. Disponible en línea, http://www.hks.harvard.edu/fs/pnorris/Acrobat/COE%20Young%20
People%20and%20Political%20Activism.pdf, última fecha de consulta 31 de enero 2012.
22 Pipa, Norris, op. cit., pp. 3-5.
23T., Mannarini, M. Legittimo, y C. Taló, “Determinants of social and political participation among youth.A preliminary study”,
en Psicología Política, vol. 36, 2008, pp. 95-117.
24T., Mannarini, M. Legittimo, y C Taló, op. cit.
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Victoria Isabela Corduneanu
conformación de redes, que tienen auge precisamente a través de las redes sociales virtuales.25
De otro lado, Martín Hopenhayn afirma que el impacto de la globalización en la ciudadanía
se presenta en dos niveles muy disímiles. El primero es del tipo político y cultural, que se caracteriza por la difusión de una sensibilidad proclive a los valores de la democracia y el respeto a
los derechos humanos, a veces asociado a lo “políticamente correcto”, respecto a las normas del
Estado de Derecho, la tolerancia ante la diversidad cultural y étnica. Este nivel podría explicar,
por ejemplo, por qué las variables “tradicionales” en los estudios cuantitativos sobre la democracia reciben altas calificaciones. Es políticamente correcto reconocer que un sistema democrático es preferible a cualquier otro sistema o declarar que el voto es importante. El segundo es
de tipo económico y financiero, en un escenario en el que la globalización financiera debilita el
Estado nación, amenaza los derechos económicos y sociales de los ciudadanos de este Estado,
y promueve actores multi o transnacionales a los cuales los ciudadanos se deben remitir para
hacer valer sus derechos.26
Así, según Hopenhayn, el ciudadano deja de ser un depositario de derechos promovidos por
el Estado y busca convertirse en un sujeto que participa en ámbitos de “empoderamiento, “ los
cuales define según su capacidad de gestión y la evaluación que hace sobre la posibilidad de
gestionar una demanda específica. Crece el consumo individual, disminuye el espacio público
del Estado y aumenta la dispersión de campos en la producción de sentido y en la interacción
de sujetos. Esta individualización, aunque también globalización del ciudadano, impacta directamente en las formas de participación política y en la diversificación de la misma.27 Así, prácticas
individuales y privadas son llevadas al campo de lo público y del reconocimiento de derechos:
diferencias de género, etnia, preferencias sexuales, consumo de drogas, en movimientos que
caracterizan participación no convencional y participación socio-política.
Retomando la disyuntiva entre la juventud y la participación política, varios estudios han
concluido que los jóvenes están más presentes en las formas de participación no convencional;
mientras que si bien respetan las instituciones democráticas tradicionales, son más críticos sobre
el funcionamiento de las mismas.
En cuanto a las causas que prvocan la diferencia en la participación de los jóvenes y los
adultos, se han tomado en cuenta tres factores que pueden influir: el factor generacional o de
cohorte (contexto donde se produce la socialización de cada generación); el factor de ciclo de
vida, y el factor contexto, además de otras variables sociodemográficas como edad, sexo, nivel
socioeconómico y nivel educacional. Sin embargo, los hallazgos no son conclusivos.
Así, por ejemplo, Antonio M. Jaime Castillo encuentra que los efectos del ciclo vital son los
más importantes; los más jóvenes en la edad de estudiar (18-24) son más proclives a la participación no convencional que los de 25 a 29 años de edad, quienes entran en otro ciclo de vida;
el nivel educacional influye de la siguiente manera: a mayor educación, mayor participación. El
grado de participación de los jóvenes no disminuyó en las décadas de 1980 a 2000; pero se ha
25 Pipa, Norris, op. cit., p. 7.
26 Martín, Hopenhayn, “Viejas y nuevas formas de ciudadanía”, en Revista de la Cepal, núm 73, abril, 2001, pp. 117-118.
27 M.Hopenhayn, op.cit.,p. 119.
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Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
incrementado la participación no convencional28.
Con base en datos del European Social Survey, Pippa Norris llega a conclusiones similares:
el activismo encaminado a ciertas causas (participación no convencional) es más común entre los jóvenes que el activismo dirigido a causas ciudadanas (participación convencional) que
especialmente bajo entre los más jóvenes (18 a 24 años). También encuentra que sólo el 41%
de los jóvenes sienten cercanía por un cierto partido político, menor que los mayores de 30,
quienes tienen mayor interés en política y están más satisfechos con la actuación del gobierno.
Sin embargo, los jóvenes demuestran mayor sentido de eficacia política y mayor confianza en
las instituciones.
Norris concluye que cuanto a formas de participación, la participación convencional es más
común entre los 30 y 60 años de edad, y la participación no convencional en los menores de 30,
lo que lo atribuye a un efecto del ciclo de vida. En el mismo periodo, los jóvenes tienen mayor
probabilidad de participar en acciones sociales que las generaciones que excluyen a sus padres
o abuelos, lo que sugiere un cambio social. De la misma manera, los jóvenes participan más en
organizaciones no convencionales que los mayores de 30, lo que sugiere un efecto del ciclo de
vida.29
En las palabras de la autora. En vez de ser apáticos, los jóvenes están más orientados a participaciones no convencionales y se alejan de las formas convencionales de participación política,
lo que indica un desarrollo de múltiples canales de acción cívica, movilización y expresión que
suplementan las modalidades tradicionales, lo que representa un importante desafío para la
democracia representativa.30
Además de los efectos de ciclo de vida, generacional y de contexto, hay otras variables que
se han considerado y que intervienen en el nivel de participación, como el interés en la política,
la confianza en las instituciones, el cinismo político, la eficacia política y el capital social.
En cuanto a México, algunas investigaciones también han encontrado que los jóvenes no
ven en los partidos políticos una forma atractiva de participación, y que los que sí participan, lo
hacen a través de organizaciones civiles, políticas, sindicales, culturales, de autogestión popular,
estudiantiles y universitarias, consultas y observaciones ciudadanas, marchas, mítines, manifestaciones, por la defensa del voto, defensa del derecho de estudiar.31 Pipa Norris le llama a esto
“participación orientada a causas”.
Desde algunos estudios desarrollados a principios del siglo XXI se venía observando la distancia de los jóvenes con las instituciones de la política tradicional, en las mediciones de la
28 M.Jaime Castillo, Antonio, “Trayectorias de participación política de la juventud europea: ¿Efectos de cohorte o efectos de
ciclo vital?”, en Revista de Estudios de Juventud, núm. 81 Instituto Español de Estudios de Juventud, 2008.
29Pipa Norris, op. cit., pp. 8-10.
30 Pipa, Norris, op. cit., pp. 16-17.
31Enrique Cuna Pérez,. “Democracia electoral y participación política juvenil. Análisis de la propuesta partidista dirigida a los
jóvenes en las elecciones presidenciales de 2006”en El Cotidiano, vol. 22, núm. 145, septiembre-octubre, 2007, pp. 23-36.
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confianza en las instituciones, en el interés por la política y en la importancia del voto.32 En varios
estudios, empezando con la ENJ del 2000 y 2005 se observa que es mucho mayor la confianza
en instituciones como la familia, la escuela, o la iglesia, que en las de la democracia representativa, y que el interés en la política era relativamente bajo. Algunos autores hablan de una
“desafección, apatía y desinterés de los jóvenes,”33 conclusiones con las cuales no coincidimos,
porque utilizan conceptos-paraguas que no se definen ni delimitan bien, y que se consideran
como juicios de actitudes y comportamientos. Lo que los datos de 2000 y 2005 vislumbran es
un alejamiento de los jóvenes de las formas de participación política tradicional, pero esto no se
debe sentenciar necesariamente como “desafección” o “apatía”, sin indagar previamente si no
hay otras formas de participación de los jóvenes, como las encontradas por Pippa Norris; si no
es una respuesta a una actual incapacidad del sistema democrático de atender las necesidades
de los jóvenes, de incluirlos, de representarlos.
Algunos otros autores, como Enrique Cuna Pérez, al evaluar las políticas públicas del Estado
mexicano para los jóvenes, llegan a la pertinente conclusión que actualmente los jóvenes se
encuentran en una situación de discriminación y exclusión, lo que impacta en sus formas de participación política, en su subjetividad política; y que estos dos factores pueden explicar en gran
medida la incertidumbre, la desconfianza y la incredulidad que se manifiesta en gran parte de los
jóvenes de México”. 34 La sociedad mexicana actual ya no es capaz de integrar a los jóvenes, lo
cual se traduce en el distanciamiento con las instituciones; pero, concluye Cuna Pérez, “se trata
de un problema ligado a las instituciones, a su dinámica y sus resultados específicos y no a un
cuestionamiento antidemocrático de los jóvenes”.35 Como veremos en el apartado de análisis
e interpretación, los jóvenes respetan el sistema democrático, aun sean desencantados de su
funcionamiento, lo que no los transforma ni en apáticos, ni en desafectos.
3. Análisis e interpretación de resultados
Los resultados que se presentan a continuación son producto de la Encuesta Sociedad, Jóvenes
en México, que desarrolló el Gabinete de Comunicación Estratégica en conjunto con la Catedra
UNESCO en Comunicación y Sociedad y el Departamento de Comunicación de la Universidad
32 Ver, por ejemplo, Alejandro Monsiváis, quien trabaja con los datos de la ENJ 2000 y Ana María Fernández Poncela, que
retoma datos de la ENCUP 2005 y ENJ 2005. Es importante la observación reiterada de estos indicadores en varias generaciones. Alejandro. Monsiváis, Vislumbrar ciudadanía. Jóvenes y Cultura Política en la Frontera Noroeste de México,
México, Plaza y Valdés, 2004. Alejandro, Monsiváis, “La democracia ajena: Jóvenes, socialización política y constitución
de la ciudadanía en Baja California”, en Other Recent Work, Center for U.S.-Mexican Studies, UC San Diego, Working
Paper 4/2002, en línea:http://escholarship.org/uc/item/0p58579m. Ana María, Fernández Poncela, ““Desafección política
juvenil: Desconfianza, desinterés y abstencionismo,”. Casa del Tiempo. Revista de la Universidad Autónoma Metropolitana, 2(18), 2009, pp. 83-89; Ana María, Fernández Poncela, “España-México: democracia, interés político y asociacionismo
juvenil”, en El Cotidiano, num. 155, mayo-junio 2009, p. 115-200.
33Ana María, Fernández Poncela, “Desafección…”. A pesar del título del artículo y de la interpretación de los datos duros,
la autora concluye su artículo con una extensa cita de Javier Navarro Briones: “Las encuestas de jóvenes en Iberoamerica.
Un recuento de experiencias recientes”, en Jóvenes. Revista de estudios de la juventud, núm. 24 México, INJ, enero-junio,
2005, El autor apunta más bien a la conclusión sobre la conciencia de los jóvenes de las límites de la democracia y su
opinión crítica sobre los actores políticos.
34 Cuna Pérez, Enrique, “Acerca de la desconfianza en las instituciones. Jóvenes y discriminación en la Ciudad de México”.
En El Cotidiano, mayo-junio, año/vol. 20, número 131, p. 89.
35 Cuna Pérez, op.cit., p. 86
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Iberoamericana.36 En cuanto a la metodología, que encuesta en vivienda, cara a cara, levantada
en agosto del 2011 por el Gabinete de Comunicación Estratégica, con una muestra representativa a nivel nacional (estratificada aleatoria proporcional al tamaño); el tamaño de la muestra fue
de 3,000 casos (1,500 mayores de 30 y 1,500 18-29 años); el margen de error para los resultados
de toda la muestra es menor a +/-1.8 a un nivel de confianza de 95%, y para los resultados por
segmentos de edad es menor de +/-2.53, con un nivel de confianza de 95%. La nota metodológica del reporte ejecutivo (ver nota 35) contiene las precisiones detalladas del muestreo.
Primero algunos datos sobre las variables que la literatura ha encontrado y que tienen impacto sobre la participación política, como el interés en la política, la confianza en las instituciones,
eficacia política y las formas de participación política.
En cuanto al interés en la política, calculando los promedios (en una escala de 1 a 5, donde
1 es nada de interés y 5 es mucho interés) aparentemente hay diferencias entre los grupos de
edades. Con un F(2, 2980) = 4.274, p =.014< .05, se observa que esta diferencia entre grupos
es real–menor interés en la política para el grupo de 18-24 años y mayor para los 25 a 29 años,
lo que nos remite a la teoría del ciclo vital; este interés crece con la edad. Se debe de tomar en
cuenta que los promedios, todos, están por debajo de la media teórica, lo que indica una falta
de interés en la política en todos los grupos etarios.
Grafica 1. Interés en la política.
Otra variable que mide el interés en la política es el acuerdo o el desacuerdo con la afirmación de que “la política es tan complicada, que la gente como yo no entiende”. En este caso, no
tenemos diferencia entre los grupos etarios (F(1, 2948) = 2.872, p=.90 > .05), pero, otra vez,
36 Un reporte ejecutivo de la encuesta se puede consultar en http://www.gabinete.mx/drupal/sites/default/files/jovenes_ibero.pdf. Las bases de datos se pueden descargar en http://www.gabinete.mx/drupal/bases_de_datos.
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todos los promedios están por debajo de la media teórica (M=3), lo que nos habla de un acuerdo
generalizado sobre la complejidad de la política.
Gráfica 2. Acuerdo con la afirmación “la política es tan complicada que la
gente como yo no la entiende” (escala de 1 a 5).
En cuanto a la confianza en las instituciones, destaca en primer lugar el que las instituciones de
mayor confianza son, en este orden: la familia, la iglesia, la Universidad Autónoma del Estado, el
ejército, otras universidades, el CNDH, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, los Medios, el
IFE, el Instituto Estatal Electoral, y, apenas en el lugar 11, una institución de la democracia representativa: el gobernador. Es un dato muy interesante para un debate en cuanto a la legitimidad
de la democracia representativa en México.
Tabla 1. Promedios de confianza en las instituciones.
Edad
Toda muestra
18-24
25-29
Más de 30
Presidencia de la República
2.47
2.43
2.48
2.49
El gobierno federal
2.51
2.48
2.53
2.52
El gobierno del estado
2.61
2.56
2.65
2.61
El gobernador de su estado
2.62
2.59
2.67
2.62
Su presidente municipal
2.55
2.51
2.57
2.56
Los partidos políticos
2.39
2.37
2.45
2.38
El Congreso de la Unión
2.36
2.36
2.41
2.34
El Congreso de su Estado
2.39
2.35
2.44
2.39
Iglesia Católica
3.24
3.15
3.14
3.30
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Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
Familia
3.83
3.73
3.77
3.88
Univ. Autónoma Estado
3.08
3.05
3.06
3.09
El Ejército
2.93
2.91
2.91
2.95
La policía
2.53
2.49
2.51
2.54
IFE
2.63
2.63
2.68
2.61
IEE
2.63
2.64
2.71
2.61
CNDH
2.77
2.82
2.79
2.74
CEDH
2.72
2.78
2.75
2.69
Medios
2.70
2.67
2.73
2.69
Suprema Corte
2.59
2.55
2.65
2.58
TRIFE
2.55
2.53
2.59
2.54
Empresarios
2.54
2.51
2.56
2.54
Universidades
2.78
2.78
2.82
2.77
Si bien el promedio total de confianza en las instituciones está por debajo de la media teórica en todos los grupos de edad
(M=3), no existen diferencias significativas entre estos grupos (F(2, 2992) = .047, p=.638 > .05).
Gráfica 3. Confianza en instituciones, promedios totales. Escala de 1 a 5.
En cuanto a la eficacia política, tanto interna como externa, las dos están por debajo de la
media teórica, y a diferencia del estudio de Norris, no se encuentran diferencias significativas
entre los grupos de edades; esto es, los jóvenes no tienen un mayor sentido de la eficacia política que los adultos .Es importante recordar aquí la consideración de Enrique Cuna: Más allá de
la participación electoral y la transparencia de las elecciones, el problema de la consolidación
democrática está en la eficacia política, en la capacidad de las instituciones para resolver problemas concretos, en desarrollar una cultura política ciudadana que acompañe los cambios en
las instituciones, que desarrolle un involucramiento y participación constante de la población en
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 89
Victoria Isabela Corduneanu
el debate y en la solución de los problemas.37 Como podemos ver, esta capacidad no es percibida
por los ciudadanos.
Gráfica 4. Eficacia política externa (qué tanto toman en cuenta las
opiniones de usted las siguientes instituciones) (Escala 1 a 5, M=3). F(2,
2983) = 1.407, p > .05
Gráfica 5. Eficacia política interna: incidir en las decisiones de los
políticos: la gente como yo incide poco en las decisiones políticas (escala
de 1 a 5, desacuerdo-acuerdo, M=3). F(1, 2900) = .047, p=.828 > .05
37 Enrique, Cuna Pérez, “Democracia electoral …”, p. 23.
90 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
Gráfica 6. Eficacia política (interna y externa). F(2, 2983) = 1.407, p=.245 >
.05
Lo mismo se puede argumentar para la calificación del funcionamiento del sistema democrático, cuyo promedio, en todos los grupos de edades, está por debajo de la media teórica, sin diferencias estadísticas entre los grupos, lo que nos recuerda la hipótesis de los ciudadanos críticos
con el funcionamiento de las instituciones representativas, aunque respetuosos de las mismas.
Gráfica 7. Promedio funcionamiento del sistema democrático (escala de 5
a 10, M=7.5)
La importancia del voto, una de las expresiones de participación política muy convencional,
goza de un promedio por arriba de la media teórica, y una vez más, sin diferencias estadísticas
entre los grupos de edades. Es la única variable de las que componen la participación política,
que tiene un promedio por arriba de la media teórica, lo que nos habla, en todos los grupos
de edades, de ciudadanos comprometidos con el aspecto más tradicional de la democracia, un
aspecto del siglo XIX: el voto.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 91
Victoria Isabela Corduneanu
Gráfica 8. Importancia del voto. M=3 (escala 1 a 5). F(2, 2983) = 1.403, p
=.352> .05
Lo interesante en contraste de los resultados europeos, es que la diferencia entre los grupos
de edades aparece en el cinismo político. Para calcular esta variable, se tomaron en cuenta
cinco variables elaboradas como acuerdo/descuerdo en una escala de 1 a 5 con las siguientes
afirmaciones: “Las personas como yo inciden poco en lo que el gobierno hace o decide”; “La
política es tan complicada, que las personas como yo no pueden realmente entender qué es
lo que pasa”; “Creo que a los funcionarios oficiales y los políticos les importa poco lo que las
personas como yo piensan”; “Los partidos políticos están sólo interesados en los votos, pero no
en la opinión de la gente”; “Creo que para personas como yo, los jueces y el sistema de justicia
no funcionan como deberían”.
El cinismo político (también conocido como desafección con el sistema democrático) se ve
marcado claramente en la percepción de los partidos políticos, ya que están interesados sólo en
los votos (con un promedio por arriba de la media teórica y una diferencia estadística clara entre
los grupos de edades); al nivel acumulado para todas las variables que miden el cinismo político,
se observa una tendencia de diferenciación entre los grupos con un p=0.51 y un promedio arriba
de la media teórica; los más jóvenes (18-24 años) son los menos cínicos; el cinismo aumenta
con la edad. Estos resultados contradicen, por lo tanto, muchas de las teorías de apatía de los
jóvenes; nuestros más jóvenes, a pesar de su exposición a los medios, son menos cínicos en los
asuntos políticos que los mayores de edad; son los que, con mayor facilidad, podrían volver a
creer en una democracia representativa.
Gráfica 9. Cinismo político F(2, 2973) =2.974, p=0.51 > .05
92 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012
Finalmente, las formas de participación. Es interesante saber que a la forma de participación
convencional, el voto, se le considera en todos los grupos de edades como la más efectiva para
cambiar las cosas, sin diferencias entre los grupos de edades, seguida por “hacer bien lo que
a mí me corresponde”. El dato más interesante aquí es que no se han demostrado diferencias
al interior de los grupos por el criterio etario: los que piensan que el voto es efectivo, son tanto
jóvenes como adultos. Esto nos lleva a la hipótesis de que el factor de la socialización primaria
y secundaria previa a los 18 años de edad es un elemento importante para determinar la participación política sea convencional o no convencional, más allá del efecto de cohorte o el efecto
de ciclo de vida: una vez que han llegado a los 18 años, los jóvenes erigirán la forma de participación que han aprendido en sus años de adolescencia, en la familia y en la escuela.
Tabla 2. Formas de participación política: ¿Qué es más efectivo para que
usted pueda influir y cambiar las cosas? X2(6) = 7.898, p=.246 > .05
Rango edad
Toda la
muestra
18-24
25-29
30 y más
Votar para elegir a políticos que
defiendan mis intereses
45.4%
45.3%
49.1%
46.0%
Participar en movimientos sociales de
protesta
15.3%
14.2%
15.1%
16.4%
Hacer bien lo que me corresponde
29.8%
34.2%
29.1%
29.8%
No es posible influir
7.1%
6.3%
6.7%
7.8%
4. Conclusiones
En primer lugar, se observa una diferencia en el interés que sobre la política tienen los jóvenes
de 18-24 años (con el más bajo interés), los de 25 a 29 años y los mayores de 30. Sin embargo,
estamos hablando de la política “tradicional”; un concepto más restringido que los “asuntos
públicos en general”. El poco interés en la política ha sido constante en la última década, como
lo demuestran ENCUP 2005 y ENJ 2000 y ENJ, así como Fernández Poncela y Alejandro Monsiváis. 38
En segundo lugar, llama la atención el índice de confianza en las instituciones. A nivel general
se puede afirmar que tenemos mayor confianza en las instituciones no representativas, premodernas y jerárquicas: familia, iglesia, ejército, mientras que existe menor confianza en las instituciones de la democracia representativa: gobierno, presidencia, partidos políticos; este dato es ya
una constante en los diversos estudios cuantitativos que se han elaborado durante el siglo XXI.
Hay una tendencia de diferencia entre los grupos de edad (p=.052>.05)
En cuanto a la importancia del voto, no se han encontrado diferencias entre los grupos de
edades: para todos, el voto es muy importante (y se debe subrayar esta conclusión, ya que es
la forma más tradicional de participación política convencional). En la eficacia política, tanto
38 Fernández Poncela, “Desafección …”, p. 86, y Monsiváis, “La democracia ajena…”.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 93
Victoria Isabela Corduneanu
externa como interna, se han encontrando bajos niveles y sin diferencia en los grupos de edad.
Por lo tanto, podríamos profundizar en las conclusiones de otros estudios que estiman, con base
en la participación o el abstencionismo, que el voto no es importante, o que tener una credencial
de elector no habla de interés en la política.39 Según nuestros datos, la participación electoral
percibe como la más importante, aunque en el contexto de un régimen sobre el cual se percibe
poder tener poca influencia, o el cual toma muy poco en cuenta a los ciudadanos.
De la misma manera, en cuanto a la participación política, la diferencia entre grupos no es
evidente: el comportamiento electoral tradicional es igual entre los grupos de edades, lo que
contradice tanto el ciclo vital, como el patrón generacional y el factor del contexto. Sin embargo,
esto nos permite desarrollar una hipótesis para estudios posteriores, que tome en cuenta el
papel esencial de la socialización primaria y secundaria en el desarrollo de las formas de participación política y convencional.
Finalmente, otra variable del análisis fue cinismo político o desinterés/desencanto en la política; de manera sorprendente y quizás el hallazgo más importante de este estudio es que existen
diferencias entre los grupos de edades, señalando que los más jóvenes evidencian menor cinismo político comparados con los mayores de 30 años. Eso nos puede señalar un mayor interés y
una actitud crítica de los jóvenes en los asuntos públicos y políticos, o por lo menos, el interés de
encontrar formas de participación alternas y maneras nuevas de influir en los asuntos públicos,
otras diferentes a las vinculadas con la participación política convencional.
Sin embargo, los acontecimientos entre la fecha de elaboración de este artículo (febrero de
2012, con datos de una encuesta de agosto de 2011) y la de su corrección (julio 2012), reitera
la importancia de considerar las formas de participación no convencional “orientadas a ciertas
causas” de los jóvenes mexicanos, sobre todo los universitarios, protagonistas de los movimientos “Más de 131” y “YoSoy132”. Sin duda, se deberían reconsiderar las clasificaciones
de desafección y apatía, quizá retomando la idea de Alejandro Monsiváis40 sobre una cultura
política “postmoderna” que se opone a la cultura política tradicional, caracterizada esta última
por la lealtad política, dentro de un territorio y cultura nacional. De la propuesta del autor, se
vuelve pertinente, en el actual contexto y a la luz de los datos sobre las actitudes políticas de
los jóvenes, el elemento de participación en agendas puntuales (la participación orientadas a
causas, en las palabras de Pippa Norris), en un contexto local que está inmerso en movimientos
globales y transnacionales.
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39 Alejandro, Monsiváis, “La democracia ajena..”, passim.
40 Monsiváis, Alejandro, “La democracia ajena …”, p. 35.
94 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
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Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 95
La construcción de oposición en la opinión pública: el
caso de las elecciones locales en México, 20101
René Valdiviezo S.
Resumen
En el año 2010, las elecciones locales en México vieron surgir alianzas electorales que no se
habían presentado en su historia reciente. Estas alianzas tenían como cabeza, al Partido Acción
Nacional, de orientación conservadora de derecha, y al Partido de la Revolución Democrática, de
orientación progresista de izquierda. Las alianzas no eran inéditas, pero en ese año se integraban cuando el Partido Acción Nacional era (y es) titular en el gobierno de la República, lo cual
hacía extraordinarias a esas alianzas en México. En tres entidades triunfaron en la elección de
gobernador y en gran cantidad de presidencias municipales y diputaciones.
Este trabajo analiza, de manera general los antecedentes y características de algunas de las
alianzas y se centra, principalmente, en el caso de la alianza establecida en el estado de Puebla.
El objetivo central es analizar la forma en que se plantearon y presentaron, ante la opinión
pública como oposición.
1 Este trabajo fue presentado en su versión original, en el IV Congreso Latinoamericano de Opinión Pública de WAPOR, en
Belo Horizonte Brasil, 4-6 de mayo, 2011.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 97
René Valdiviezo Sandoval
Palabras clave
Oposición, opinión pública, elecciones locales.
Abstract
The local elections in Mexico in year 2010 observed the appearance of electoral alliances that
have never been observed before in their recent history. These alliances had as leaders the
Partido Accion Nacional (PAN) with conservative, right-wing orientation and the Partido de la
Revolucion Democratica (PRD) with progressive, left-wing orientation. The alliances were not
unknown in Mexico, but on this year they were formed when the PAN was (and still is) head of
the government of the republic, which made these alliances a rare phenomenon in Mexico. There
were three entities in which the alliances won the governor charge and many of municipalities
and house members.
This paper studies the background and general characteristics of some alliances and it is
based, mainly, on the case of the state of Puebla. The central objective is to analyze the way they
were planned and introduced as the opposition to the public opinion.
Keywords
opposition, public opinion, local elections.
Introducción
En México, el año 2010 se llevaron a cabo elecciones en 15 estados del país. En ellas se convocó
a las cerca de 40% de los ciudadanos que integran la lista nominal de electores a nivel nacional;
esto es, aproximadamente 28 millones de electores potenciales eligieron a 1,502 autoridades.
En 12 de las 15 entidades se eligió gobernador del estado (ver Mapa 1): Aguascalientes,
Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, gobernados, en el momento de la elección, por distintos partidos políticos.
En todos ellos se acordaron alianzas entre diversos partidos, pero en cinco de ellos, estas
alianzas las encabezaron el partido gobernante a nivel federal, el Partido Acción Nacional (PAN),
de corte conservador de derecha y el principal partido de izquierda, el Partido de la Revolución
Democrática (PRD), con otros partidos según las distintas entidades (ver Cuadro 1).
Estas alianzas eran novedosas en el país, no tanto por su historia, pues ya existían antecedentes, sino porque después de la elección de Presidente de la República, en la elección del
año 2006, estos partidos (PAN y PRD) quedaron totalmente enfrentados en lo político y ante la
opinión pública nacional, con acusaciones de fraude electoral y de subvertir el orden público.
Desde el año 2007, frente al crecimiento generalizado del partido que gobernó el país durante 70 años: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus triunfos en la mayoría de las
elecciones locales, el PAN inició una estrategia en la opinión pública consistente en ubicar al PRI
como el partido que en caso de ganar la elección federal del 2012, haría retroceder al país en el
desarrollo nacional y en la democracia, por lo que era necesario frenar su avance.
Ante ello, en un acuerdo fundamentalmente de dirigencias –que no de bases-, el PAN y el PRD
iniciaron una serie de alianzas, inéditas y muy contradictorias, con el fin de construirse una imagen de oposición amplia y democrática que pudiera enfrentar al PRI en varios estados del país.
98 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
Este trabajo analiza, de manera general, los antecedentes y características de algunas de las
alianzas y se centra, principalmente, en el caso de la alianza en el estado de Puebla. El objetivo
central es el análisis de la manera en que se plantearon y presentaron como oposición ante la
opinión pública.
Mapa 1. México elecciones locales 2010
Fuente: IFE (2010b).
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 99
René Valdiviezo Sandoval
Cuadro 1. México, partidos y alianzas en los estados, elecciones para
Gobernador
Estado
Oaxaca
Partido
Acción
Nacional
Partido del
Trabajo
Partido Revolucionario
Institucional
Sinaloa
Partido Verde Ecologista
“Unidos por la Paz
y el Progreso“
“Por la
Transformación de
Oaxaca“
Partido
Convergencia
“El Cambio es
Ahora por Sinaloa”
Coalición para
la elección de
Gobernador
Partido
Revolucionario
Institucional
Partido Verde
Ecologista
Partido Nueva
Alianza
“Para Ayudar a la
Gente”
Partido de la
Revolución
Democrática
Partido del
Trabajo
Partido de la
Revolución
Democrática
Partido Convergencia
Partido
Convergencia
“Cambiemos
Sinaloa”. Elección
de Diputados y
Ayuntamientos del
Estado
“Durango nos
Une”
Partido
Acción
Nacional
Partido
Nueva
Alianza
Partido Verde
Ecologista
Partido
Duranguense
“Durango va
Primero”
Partido
Acción
Nacional
Partido de la
Revolución
Democrática
Partido Convergencia
Partido
Nueva
Alianza
“Compromiso por
Puebla”
Partido Revolucionario
Institucional
Hidalgo
Partido
Convergencia
Partido de la
Revolución
Democrática
Partido Acción
Nacional
Puebla
Partido de la
Revolución
Democrática
Partido Acción
Nacional
Partido
Acción
Nacional
Durango
Nombre de la
Alianza
Partidos Contendientes
Partido Verde Ecologista
“Alianza Puebla
Avanza”
Partido Acción
Nacional
Partido de la
Revolución Democrática
Partido Convergencia
“Hidalgo Nos Une”
Partido
Revolucionario
Institucional
Partido Verde
Ecologista
Partido Nueva
Alianza
“Unidos Contigo”
Fuente: Páginas web de los Institutos Electorales de Oaxaca, Durango, Puebla e Hidalgo y del CEE Sinaloa.
100 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
I. El tema de la Oposición
Oposición es un concepto que, debido a su uso cotidiano, ha dejado de lado la rigurosidad
con la que debe de tratarse, independientemente de que las “fuerzas de oposición” estén presentes y actuando día tras día en la política nacional y local.
Jorge Alonso (489) asegura que “La oposición política es la contraposición de criterios y
acciones a la política dominante”.
Es clara su definición al señalar el carácter de “contraposición”, aspecto sobre el cual giran
todas las reflexiones referidas al tema. La oposición está siempre contrapuesta a la posición
dominante. Y debe quedar claro que aquí nos referimos a “posiciones” generales, que pueden
ser de diverso ámbito: políticas, económicas, culturales, etcétera.
Zucchini (1080), de manera más elaborada, pero rescatando la esencia del concepto, define
como:…la unión de personas o grupos que persiguen fines contrapuestos a aquellos individualizados y perseguidos por el grupo o por los grupos que detentan el poder económico o político
o que institucionalmente se reconocen como autoridades políticas, económicas y sociales respecto de los cuales los grupos de oposición hacen resistencia sirviéndose de métodos y medios
constitucionales-legalistas o ilegales y violentos.
Desde su punto de vista –el cual yo comparto-, la oposición implica unión de personas y/o
grupos, lo cual puede parecer obvio, pero no falta en la vida política la (in) definición abstracta,
impersonal, sin referentes, en donde se toma a la oposición como una simple “posición” que
circula en la opinión pública.
Desde mi punto de vista, la oposición también implica, sea en mayor o menor grado, organización, cuyos objetivos, metas y fines están –por definición ideológica propia, o por una toma de
postura específica- presentes en la toma de (contra) posición frente a la autoridad o frente a la
posición mayoritaria, en la opinión pública, ante el gobierno o en un parlamento.
Es evidente que el concepto de oposición se ha desarrollado más en espacios parlamentarios
en donde las posiciones se expresan y manifiestan cotidianamente, de manera explícita, pero
no nada más ahí.
En la opinión pública, se prevalecen siempre muchas opiniones, lo que nos permite definirla
como el espacio en donde “circulan” ideas formadas en la discusión pública, a veces política, a
veces generada desde algún ámbito de la autoridad y difundida por medios de comunicación;
otras veces, como expresión -y esto es una condición necesaria- de sectores de la sociedad civil
(Matteucci: 1075) (Gingold: 481). Por eso hay “opiniones”, en plural, aunque bien podemos
afirmar que hay una dominante y con mejores condiciones para su difusión.
En todo caso, nos referimos a opiniones que no son “privadas”, aunque nazcan en ese ámbito. Emergen de ahí, se expresan y manifiestan ante y por medios diversos, para dejar su carácter
privado y convertirse en público.
Pero un aspecto debe señalarse de manera clara: lo que se difunde, lo que circula, específicamente en el ámbito político, es resultado de la construcción deliberada de grupos políticos, en
general de grupos de presión, o de grupos de poder, que desean difundir “su posición” y hacerla
pública para “ganar posiciones”, como lo definiría Antonio Gramsci.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 101
René Valdiviezo Sandoval
En ese difuso y amplio terreno en donde se confunden las posiciones, aquellas que son contrarias, que están contrapuestas a las dominantes (en lo político, que es el terreno que nos
ocupa), según vimos en las definiciones anteriores, son llamadas, para efectos electorales: Oposición política.
Pero la oposición no existe en la opinión pública, independientemente de la confrontación
real y de la difusión pública. De ahí que la Oposición se construya en la difusión y en la toma de
posición frente a la autoridad o frente a la o las posiciones dominantes. No hay Oposición por
definición; sólo la hay por construcción.
II. Antecedentes y contexto de las elecciones del 2010
El panorama electoral de México cambió radicalmente desde las elecciones presidenciales del
2006. Esto no fue producto de la casualidad. La diferencia tan estrecha entre el primero (PAN) y
el segundo lugar (PRD y coalición), así como las sospechas acusaciones de fraude, imprimieron
a ese proceso electoral el sello de irregular, y el gobierno emanado de tal elección nació con
imagen de ilegítimo.
A decir de algunos especialistas, coincidan o no con el resultado, la elección del 2006 presentó resultados y prácticas negativas, que dejaron muy mal paradas a las autoridades electorales,
tanto en lo organizativo como en lo judicial. Estuvieron mal en aspectos de control de propaganda, de control de los partidos en sus campañas, de conteo y de solución de impugnaciones,
además de que la diferencia entre el primero y segundo lugares fue de 0.56 puntos porcentuales,
lo cual implica que el proceso electoral no fue pulcro.
Es cierto y esto debe quedar claro, que desde la elección federal del año 2000 el país había
cambiado, no sólo porque perdió el Partido Revolucionario Institucional la presidencia de México, sino porque en los gobiernos locales (estados y municipios), el PRI venía en franca caída,
aunque ya se podía observar esa situación desde la década pasada.
El hecho está en que el antes invencible PRI perdió entre 1994 y 2000, 751 presidencias municipales, y entre el 2001 y el 2007, perdió las elecciones de 667 ayuntamientos.
Cuadro 2. Municipios según filiación partidista 1994-2007
Años
PAN
PRI
PRD
PT
PVEM
COAL.
CM
UyC*
Otros
1994-2000
211
-751
163
24
9
11
-32
418
10
2001-2007
217
-667
63
-3
12
95
-9
3
301
1994
101
2128
84
2
0
0
42
0
7
2007
541
616
279
15
27
213
0
421
325
Fuente: INAFED, 2008.* Usos y Costumbres.
102 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
Por su parte, los dos principales partidos de oposición, el PAN y el PRD, obtenían triunfos en
buena parte de esos municipios, con lo que nos enfrentábamos a una situación de alternancia.
Era evidente que para el 2007, el mapa electoral y político de México estaba cambiando, y tal
modificación se evidenció notablemente (ver cuadro 3).
Cuadro 3. México: elecciones 2007, resultados comparados por partido
Partido
Gubernaturas
Presidencias
municipales
Diputados locales
Capitales
2001
2007
2004
2007
2004
2007
2004
2007
PAN
2
1
305
241
141
140
4
4
PRI
0
1
601
723
219
233
9
9
PRD
1
1
257
189
81
71
1
1
Otros
0
0
51
65
41
43
0
0
Total
3
3
1214
1218
482
487
14
14
Fuente: Consulta Mitofsky (2008).
El PRI aumentó su presencia en gubernaturas, en diputados locales y muy especialmente, en
presidencias municipales, mientras que el PAN y el PRD disminuyeron en casi todas las elecciones.
De nueva cuenta estábamos frente a situaciones de alternancia, en donde el PRI recuperaba
posiciones perdidas tres o seis años atrás.
El hecho de que la principal recuperación del PRI se da a través de las presidencias municipales, muestra la capacidad de este partido de movilización y operación político-electoral en
los gobiernos locales más cercanos a la población, y es ahí en donde más votación obtiene, a
diferencia de sus contendientes.
Este aspecto llama la atención, pues con excepción de las capitales de los estados y unos
cuantos municipios en cada estado, la mayoría de las localidades en México (198,000) y los
municipios en donde se encuentran, cuentan con una población menor a los ( 5,000 habitantes),
y aunque tipológicamente se les ubica como urbanos (más de 2,500 habitantes), sus características son muy poco urbanas (INEGI: XII CGPV). Ahí gana mayoritariamente el PRI.
Esta situación, comenzó a presentarse en las elecciones locales del 2007, y prevaleció para
el 2008.(ver cuadro 4).
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 103
René Valdiviezo Sandoval
Cuadro 4. México: Elecciones 2008, resultados comparados por partido
Partido
Alcalde
Diputado local
Capitales
2005
2008
2005
2008
2005
2008
PAN
27
18
21
23
0
0
PRI
94
116
85
92
5
5
PRD
67
46
55
45
1
1
Otros
6
15
25
23
0
0
Total
194
195*
186
183
6
6
*El Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo prevé elecciones extraordinarias en el municipio
de Emiliano Zapata, ante el empate entre la alianza Más por Hidalgo (formada por PRI y Nueva
Alianza), y el PVEM con 2042 votos cada uno durante el proceso electoral del 8 de noviembre de 2008. Además, se prevén elecciones extraordinarias en el Municipio de Huazalingo y
Zimapán luego de que el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo anulara las elecciones en
esos municipios (de ahí la diferencia en los totales).
Fuente: Consulta Mitofsky (2009).
El ascenso en la votación y la recuperación del PRI fue constante, lo cual se observa claramente en los resultados de la elección federal del 2009 (ver gráfica 1).
Gráfica 1. México: resultados elección 2009
Fuente: IFE (2010a).
104 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
En esa elección, el PRI l aventajó al PAN, que ocupó el segundo lugar con más de 3 millones
de votos, de un total de 34 millones de votos válidos.
Era más que evidente que el PRI se había recuperado, y su derrota de 2006 había quedado
atrás.
Frente a esta situación, el PAN, incluyendo al Presidente de la República, que pertenece a ese
partido, comenzó a negociar alianzas en las elecciones locales del año 2010, bajo el señalamiento de que el PRI estaba presentando una recuperación muy fuerte, la cual lo llevaría a ocupar la
presidencia del país en las elecciones del 2012.
Hay que señalar, además, que el PRI presentó como candidato para la elección federal de
2012 al que fuera gobernador del Estado de México, entidad que cuenta con poco más de 10 millones de electores; el PRD tuvo dos candidatos visibles: Andrés Manuel López Obrador, (AMLO),
que contendió en el 2006, y Marcelo Ebrard, actual Jefe de Gobierno de la ciudad de México.
Andrés Manuel López Obrador obtuvo la candidatura. Por su parte, el PAN no tuvo candidatos
fuertes, lo que llevó incluso a que el propio presidente de México planteara la posibilidad de
que su partido postulara a un candidato externo al PAN, situación que el propio partido rechazó.
Finalmente eligió a la ex secretaria de Educación Pública, la diputada Josefina Vázquez Mota.
Por tanto, previo a la selección de sus candidatos, el PAN parecía obligado a frenar al PRI en
las elecciones locales del 2010 y en las del 2011. Frente a los resultados ascendentes del PRI en
las elecciones locales anteriores, la opción más viable era conformar alianzas encabezadas por
el PAN o el PRD, y demás agrupaciones políticas que quisieran sumarse.
Sin embargo, había otro elemento detrás de la conformación de estas alianzas y tenía que
ver con el fortalecimiento, nuevamente, de la figura de Andrés Manuel López Obrador, quien
conformó a nivel nacional el denominado Movimiento de Regeneración Nacional, pero que
requería del PRD para participar en la elección federal del 2012 y no únicamente contender bajo
las siglas de dos partidos pequeños: Partido del Trabajo (PT) y Partido Convergencia (PC) (ahora
Partido Movimiento Ciudadano).
Las alianzas entre el PRD y el partido acusado de fraude en la elección del 2006 generaron
una fuerte división al interior del PRD, el cual tenía en su dirección a personajes alineados
totalmente a la idea de presentarse en alianza con el PAN, en contra de lo que pensaban los
seguidores de AMLO.
Al continuar con esta política de alianzas, en la práctica, López Obrador quedaba al margen
de las decisiones, con lo que el PAN y el gobierno federal lograban otro de sus cometidos.
Finalmente y a pesar de algunas encuestas nacionales2 que marcaban la oposición de la
población a la realización de las alianzas, éstas se conformaron en seis estados, aunque sólo en
cinco se contendió por gobernador (ver cuadro 1).
III. Las elecciones del 2010: diagnósticos y oposiciones
Tal y como se señaló en el apartado I de este trabajo, los contendientes pretendían, para los
procesos electorales, presentarse ante la población como contrarios a las candidaturas oficiales;
2 El periódico El Universal realizó una encuesta en el mes de febrero del 2010, en donde el 60% de los entrevistados se
oponían a una alianza en las elecciones locales y sólo el 31% estaba a favor.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 105
René Valdiviezo Sandoval
esto es, las candidaturas del partido que gobernaba (que era el PRI). Para ello requerían de una
doble operación: por un lado, diagnosticar el estado general de la entidad y destacar las fallas,
problemas y elementos negativos del gobierno en turno; y por el otro, presentar una opinión
contrapuesta a esas características diagnosticadas. Dicho de otra forma, conformarse, constituirse ante la población como Oposición.
Las plataformas electorales de los grupos de oposición en los estados estudiados, específicamente en la parte de los diagnósticos, tienen una característica en común: privilegian la
denuncia y señalamiento de las fallas y errores de los gobiernos salientes (del PRI), , destacando
dos situaciones:
1. La evolución histórica. Me refiero al uso de cifras en el tiempo, lo que permitía, en el
caso de Puebla, sobre todo, mostrar el deterioro de los indicadores señalados, de forma
tal que se perseguía el descrédito al gobierno saliente y al partido que había gobernado.
Este aspecto es importante, pues Puebla, Oaxaca, Sinaloa, Hidalgo y Durango, son estados que siempre habían sido gobernados por el PRI.
2. Comparación nacional. Me refiero al interés de ubicar a la entidad en el marco nacional,
comparándola con el resto de las entidades del país. Esto se hacía, obviamente, en aquellos indicadores en donde el estado presentaba malos resultados.
Comencemos por Puebla. Los dos aspectos señalados están presentes en el diagnóstico de
la alianza opositora.
Llama la atención que en los 22 rubros analizados, ésta sea la constante: señalar los problemas sin establecer, como origen del problema, la permanencia de un solo partido en el gobierno
estatal salvo en casos muy específicos.
De esta forma, el diagnóstico de la plataforma parecía más bien una larga lista de denuncias
con datos puntuales, señalando al partido gobernante como el responsable de todos los males.
Esto se tradujo, en la intención de hacer a un lado a ese partido, toda vez que se percibía al
candidato del partido gobernante como una continuidad del gobierno en funciones.
Éste es un aspecto de gran importancia. El recuento de daños se magnifica cuando se establece que existe una continuidad no sólo del partido, sino del grupo gobernante, lo cual es un
hándicap muy importante para el partido gobernante.
De esta forma, la contraposición (aspecto clave para conformarse como oposición), quedaba
expresada puntualmente en referencia al gobierno saliente y al partido que había gobernado.
Poco importaban las coincidencias en las propuestas de gobierno, como las hay en varios partidos (combate al desempleo, a la corrupción, a la inseguridad pública). Lo que interesaba era resaltar ante el público, las diferencias y las propuestas contrarias a las del gobierno en funciones.
En el recuadro 5 se enlistan los rubros más importantes señalados en la parte de diagnóstico
de la plataforma “Compromiso por Puebla”, los cuales muestran con suma claridad, los aspectos señalados.
106 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
Cuadro 5. Plataforma electoral, coalición “Compromiso por Puebla”
Tema
Descripción
Empleo
En el tercer trimestre de 2009, en Puebla se registran más de 122
mil desempleados. El aumento del desempleo ha sido producto de
la política laboral ineficaz y de la escasa atracción de inversiones
del actual gobierno. En el año 2002, Puebla tenía una tasa de
desocupación del 2.0%, mientras que en el año 2009 fue de 5.1%.
Atracción de
Inversiones
Sobresale que Puebla cayó del lugar 3° en 2003 al lugar 11° en 2007
en materia de inversión extranjera directa.
Competitividad
Puebla se ubica en el lugar 26º a nivel nacional, perdiendo dos
posiciones con respecto a 2005.
Regulación
Económica
En el año 2006, el CEESP publicó la encuesta de opinión empresarial
ubicando a Puebla en el último lugar nacional.
Manejo de
Recursos Públicos
En el año de 2008, las evaluaciones del Índice Coparmex del Uso de
Recursos (ICUR) ubicaron al Estado de Puebla en la posición 14º a nivel
nacional.
el año 2006, en Puebla se registraron 4,906 presuntos delincuentes.
Inseguridad Pública En
Posición 29º a nivel nacional.
Desarrollo Humano
Según el PNUD en 2006-2007, Puebla se ubica en la posición 26º a
nivel nacional, perdiendo un lugar con respecto al informe presentado
en 2004.
Pobreza
Puebla es el tercer estado más pobre del país.
Marginación
En el año 2005, registra un alto grado de marginación, ubicándose en
la posición 7° nacional (CONAPO, 2005).
Gobierno
El actual gobierno perdió 23 posiciones en materia de eficiencia del
2003 a la fecha.
Transparencia
Según el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno de
Transparencia Mexicana, en el año 2007 Puebla ocupó la posición 29º
a nivel nacional. Puebla ha obtenido los últimos lugares en materia de
transparencia.
Acceso a la
información
pública
En relación a los estudios realizados por (IFAI) y el (CIDE) para medir la
apertura y acceso a la información pública, en el año 2007 Puebla se
ubicó en la posición 14° a nivel nacional en las evaluaciones al Poder
Ejecutivo y en el lugar 12 en lo que corresponde al Poder Legislativo.
Finanzas Públicas
En 4 años el gobierno se ha gastado 156,074 millones de pesos, que
contrastan con los 131,038 millones de pesos ejercidos durante la
administración anterior.
Salud
En el estado de Puebla, la cobertura de Seguridad Social alcanza sólo
al 29% de la población. 3.9 millones de poblanos carecen de acceso a
servicios de salud
Finanzas públicas
equilibradas
Puebla ocupa la octava posición a nivel nacional en cuanto al monto
de su deuda, la cual asciende a 8 mil 946 millones de pesos.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 107
René Valdiviezo Sandoval
Estrategia
Industrial
El desarrollo de la industria en Puebla se ha rezagado, mostrando
incapacidad para propiciar nuevas transformaciones.
Transporte
El transporte no sólo en la capital sino al interior del estado es muy
deficiente, la inseguridad de los pasajeros, así como el índice de
accidentes provocados es muy alto, el número de decesos provocados
en la capital del estado nos ubicó como una de las ciudades más
rezagadas en la prestación del servicio.
Gobierno
democrático y
gestión pública
La concentración del poder y la manipulación en los diversos niveles
de gobierno, la poca o nula autonomía del los poderes Legislativo
y Judicial, mantienen al estado de Puebla en niveles mínimos de
crecimiento y confrontando una crisis política, social y económica
ascendente.
Estado Social y
Democrático de
Derecho
Es urgente rescatar a Puebla de la corrupción que sufre, para
transformarlo en un estado donde el respeto a la ley sea algo
cotidiano y no una excepción.
Nueva arquitectura
institucional
Se diseñará una nueva arquitectura institucional para superar el
sistema autoritario con un nuevo régimen en donde el gobernador sea
corresponsable con el poder legislativo.
La estructura jurídica mantiene un sistema que ha caído en la
y estancamiento; con la vigencia de instituciones que
Reforma del Estado obsolescencia
frenan el desarrollo social, económico, cultural y democrático de los
poblanos.
Seguridad pública
La operación del Sistema Estatal de Seguridad Pública ha caído en
acciones burocráticas, lo que ha generado un ineficiente sistema
estatal y nulos sistemas municipales de seguridad pública. Los cuerpos
de seguridad pública carecen de las pruebas, exámenes y exigencias
que se han fijado como mínimas.
Fuente: Plataforma Electoral “Compromiso por Puebla”.
A continuación veamos la plataforma de las coaliciones que contendieron en Sinaloa (Cuadro
6). Una lo hizo para gobernador y otra para la elección de diputados y ayuntamientos. La diferencia fue que la Coalición Cambiemos Sinaloa incluía al Partido de Trabajo y sólo contendió
para diputados locales y ayuntamientos.
Cuadro 6. Plataformas electorales coaliciones “El Cambio es ahora por
Sinaloa” y “Cambiemos Sinaloa”
El Cambio es Ahora por Sinaloa
Cambiemos Sinaloa
Un Sinaloa estancado, contra un Sinaloa en
desarrollo.
Un gobierno cerrado y opaco, contra un gobierno transparente.
Un gobierno que no respeta la ley, contra un
gobierno responsable de la legalidad.
Un Sinaloa con educación mediocre, contra
un Sinaloa con educación de excelencia.
108 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
Un Sinaloa sin servicios de salud contra un
gobierno con programas de salubridad y
atención médica.
Un gobierno que no rinde cuentas claras,
contra un gobierno responsable de rendir
cuentas de toda su actuación.
Un Sinaloa inseguro, contra un Sinaloa con
políticas de seguridad coordinadas con la
federación para combatir la delincuencia
organizada.
Un gobierno ineficiente, contra un gobierno
con políticas de impacto a favor de la sociedad y evaluación del desempeño gubernamental.
Un gobierno corrupto, contra un gobierno
que tenga como premisa la honestidad.
Un gobierno irresponsable con el medio ambiente, frente a un gobierno con políticas de
protección del agua, la tierra y el aire.
Un gobierno que no estimula la creación de
empleos, frente a un gobierno cuyo objetivo
principal sea el desarrollo económico para
crear empleos y elevar salarios.
Un gobierno ajeno a la situación de las familias frente a un gobierno protector de los
hogares y del bienestar familiar.
Un gobierno que sólo protege a su partido,
frente a un gobierno que protege a la sociedad.
Un gobierno indiferente a la competitividad,
frente a un gobierno con políticas consistentes para alcanzar metas de competitividad y de desarrollo.
Fuente: Plataformas Electorales El Cambio es Ahora por Sinaloa y Cambiemos Sinaloa
.
A diferencia del diagnóstico de la oposición de Puebla, en estas plataformas no encontramos
un manejo de datos empíricos que permitan ubicar la denuncia o la acusación; por el contrario,
encontramos definiciones bis a bis de aspectos críticos del gobierno saliente.
Por ello, estas plataformas resultan más enunciativas y declarativas, que no demuestran lo
señalado.
En ese sentido, debemos considerar lo siguiente: o los problemas son tan evidentes que el
sólo señalarlos tiene efecto en la población, o que el nivel de discusión y confrontación política
se encuentra específicamente en lo ideológico y no en lo político-administrativo.
En el caso del estado de Hidalgo (Cuadro 7), encontramos una situación similar a la de Sinaloa, el empleo de muy poca información y muchas acusaciones generales.
Cuadro 7. Plataforma electoral coalición “Hidalgo nos Une”
Situación y diagnóstico en el Estado de Hidalgo
Durante décadas la implantación de modelos de desarrollo ajenos a nuestra realidad y los
desaciertos en la formulación y práctica de políticas gubernamentales sin el sustento de la
voluntad democrática, alejaron a nuestro estado de toda posibilidad para lograr mejores
niveles de bienestar colectivo.
Hidalgo es hoy un estado desigual, y con notables rezagos políticos, económicos, sociales y
culturales que han impedido el crecimiento de todos los hidalguenses dentro de los marcos
de igualdad, equidad y tolerancia en los sectores económicos, sociales y culturales.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 109
René Valdiviezo Sandoval
El 15% de la población hidalguense es analfabeta, debido principalmente al grado de marginación que existe en aproximadamente el 70% de sus 84 municipios. carencia de servicios
públicos básicos como agua potable, energía eléctrica, servicios de salud, entre otros, así
como el hecho de que las altas tasas de desempleo ha generado un incremento en el comercio informal.
Deterioro general en el ingreso y en las condiciones de vida de la población; desempleo generalizado; baja calidad de la educación; crecimiento acelerado de la pobreza y concentración
excesiva de la riqueza; crisis en el sector agropecuario. Además, la inseguridad, la impunidad,
la injusticia y la violencia política agravian a una sociedad que cada día confía menos en las
instituciones.
Analfabetismo
En el 2005, la población analfabeta total es de: 200,194 personas, es decir, 13 de cada 100 habitantes de 15 años y más.
Vivienda
Hidalgo ocupa el 8º lugar a nivel nacional en porcentaje de
viviendas particulares con piso de tierra y el mismo lugar en
las que no disponen de drenaje.
Competitividad
Lugar número 28° de 32 lugares.
Reforma al Poder Legislativo
En Hidalgo, la división de poderes no ha sido real. Lo anterior se debe a la permanencia de un partido oficial que
invariablemente ha mantenido en sus manos tanto el Poder
Legislativo como al Judicial a través del Ejecutivo.
Propuesta Económica
Hidalgo requiere de una política alternativa de ingreso y
gasto públicos, muchos recursos se pierden por los actos de
corrupción y la ineficiencia gubernamental. El nuevo gobierno del estado debe revisar y proponer que se canalicen mayores recursos a la entidad y beneficios para los hidalguense
Salud y Asistencia Social
La seguridad social no se ha extendido a toda la población, y
con las políticas de los últimos gobiernos disminuyó.
Fuente: Plataforma Electoral “Hidalgo nos une”
IV. ¿Cómo se hicieron oposición?
Según observamos en el apartado I, el concepto general de oposición (política)implica el conjunto de organizaciones, grupos o partidos políticos que disienten, que critican o impugnan las
acciones del grupo o partido dominante, generalmente constituido en gobierno, y que se oponen
a su postura política y a las organizaciones de cualquier tipo y personas que la apoyan.
Bajo este entendido, la exigencia fundamental es disentir, criticar o impugnar las acciones
del grupo dominante.
En un proceso electoral, se considera oposición, al margen del partido o partidos que conforman la alianza gobernante, a cualquier partido que contienda frente al partido y grupo gobernante; también al conjunto de planteamientos programáticos expresados tanto en los diagnósticos, como en las plataformas electorales, y que se contraponen tanto al gobierno en funciones
como al candidato de la “continuidad”.
Desde mi punto de vista, no existe problema para definirlas, pero nos interesa, en términos
de opinión pública, la manera en cómo se establecen y se ubican como oposición.
La definición de la dicotomía Gobernante–No gobernante me parece fundamental. En este
110 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
sentido, cualquier grupo o partido que no sea parte del gobierno, es oposición.
En las elecciones analizadas, el partido gobernante (PRI), incluía a algún partido pequeño en
su grupo o alianza, con lo que ese partido dejaba de ser oposición. Todos los demás partidos
eran oposición al estar enfrentando al partido gobernante.
Sin embargo nos enfrentamos a un problema que no por menor debía ser obviado, y se
refiere a la ubicación espacio-temporal de la definición de un partido o grupo como oposición.
Los partidos que en Puebla, Sinaloa, Hidalgo, Oaxaca o Durango, contendieron como oposición
en las elecciones de gobernador, son efectivamente oposición en esas entidades, pero uno de
ellos, el PAN, es gobierno a nivel federal. Y con ello se inició un juego muy importante, en donde
la definición de oposición debía ser acotada, limitada, reducida a un ámbito, pero nada más.
Esta situación estuvo presente todo el tiempo en los procesos electorales, en donde específicamente el PAN jugaba su doble rol: por un lado, oposición en los estados; por otro, gobierno
a nivel federal.
Este aspecto me pareció relevante, porque tuvo como consecuencia que en los textos de
diagnóstico y plataforma en cada entidad se cuidara mucho de no establecer como responsable
de las crisis, caos, desorden, subdesarrollo, pobreza, marginación, falta de competitividad, etcétera, al gobierno federal, sino al gobierno estatal saliente, a pesar de que muchos de los problemas tuvieran su origen en las políticas nacionales y en los modelos seguidos a nivel federal
Así, el PAN era gobierno y oposición; crítico y responsable; impugnador e implementador de
políticas de gobierno, etcétera.
Este doble papel, esquizofrénico, se podría decir, implicó un sesgo en las campañas y en la
difusión de los diagnósticos y plataformas electorales, ya que se requirió redactarlas y presentarlas exclusivamente circunscritas a los gobiernos estatales del PRI, que era el partido gobernante
en los estados analizados.
Al revisar los diagnósticos que presentó la oposición en Puebla, Sinaloa e Hidalgo, encontramos las siguientes definiciones, las cuales enlisto sin más detalle, con la intención de que nos
detengamos en el calificativo, nada más.
Puebla
Autoritario, burocrático, corrupto, derrochador, en crisis, estancado, ineficaz, ineficiente, inseguro, manipulador, obsolescente, perdedor, pobre, rezagado y violador de la ley.
Sinaloa
Alejado, estancado, cerrado, corrupto, indiferente, ineficiente, inseguro, irresponsable, mediocre,
opaco, parcial, sin servicios y violador de la ley.
Hidalgo
Acaparador, ajeno a la realidad, alejado, concentrador, corrupto, desacertado, desigual, deteriorado, impune, ineficiente, inequitativo, injusto, inseguro, intolerante, marginador, no democrático, rezagado, sin calidad y violento.
Todos estos calificativos expresados al gobierno o al estado son el resultado de la actuación
del gobierno que han tenido.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 111
René Valdiviezo Sandoval
Llama la atención el uso de adjetivos que son difíciles de ser cuantificados. No obstante, ese
grado de subjetividad se inserta muy bien en el imaginario colectivo, en la conciencia social, en
la opinión pública y, si se llega a aceptar, queda como una acusación válida, aunque no tenga
evidencia empírica, ni de ningún otro tipo.
Por supuesto, hay adjetivos y acusaciones que sí tienen una referencia empírica, sin duda
alguna e incluso se presentan en los diagnósticos y plataformas; sin embargo otros no la tienen.
El uso de este tipo de definiciones en las campañas obedece, entre otros aspectos, al doble
papel de uno de los opositores contendientes, el PAN, pues insisto, por un lado, es oposición y,
por otro, gobierno.
En consecuencia, la conformación de estas fuerzas como alianzas opositoras requirió de encontrar el espacio adecuado para asumir una posición opuesta al gobierno, su partido y sus
aliados, sin que se afectara el papel central y la responsabilidad que uno de los aliados juega en
el ámbito nacional.
De ahí que la conformación de estas alianzas haya sido coyuntural, por lo que resulta difícil
que se pueda conformar nuevamente, a menos que se redefinan las responsabilidades públicas
y se diferencien los campos de acción de cada fuerza política, partido o grupo.
En el caso de México, la distancia entre los partidos opositores a nivel federal y el partido que
se asume como gobierno, se ensancha cada vez más, como resultado de las políticas nacionales
y del desarrollo del proceso electoral federal, el cual deja de lado los intereses estrictamente
locales y a la confrontación por la presidencia del país.
De ahí que las oposiciones, En el contexto de las alianzas que hemos analizado, solamente
se hayan conformaron para participar en el proceso electoral y de inmediato desaparecieron
No hay aún, el gran proyecto nacional que las unifique, y menos en base sólo a acusaciones
y adjetivos como los que vimos en los estados estudiados.
Bibliografía
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Marenghi, Patricia y Mercedes García,; El clientelismo político en México: el perfil del votante y la eficacia de la recompensa
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Moreno, Alejandro (2008); “La opinión pública mexicana en el contexto postelectoral de 2006”, en Revista Perfiles Latinoamericanos, vol. 16, núm. 31, México, enero-Junio, 2008;
PLATAFORMAS ELECTORALES Candidatos a gobernador en los estados de Hidalgo, Puebla y Sinaloa. Elecciones del 2010.
112 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
La construcción de oposición en la opinión pública: el caso de las elecciones locales en México, 2010
Tomadas de las páginas web de los institutos electorales de cada estado. Dirección señalada en páginas anteriores
Zucchini, Giampaolo (1983), Oposición, en Bobbio, N op. cit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 113
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las
elecciones para Gobernador del Estado de Puebla
José Antonio Meyer Rodríguez1 y Reyna Madai Bañuelos Ramírez2
Resumen
Este trabajo analiza las inconsistencias entre las tendencias de intención de voto reportadas
por algunos de los principales periódicos de Puebla y los resultados definitivos de la votación
durante las elecciones para gobernador del Estado en 2010. El hecho se vincula estrechamente
al interés propagandístico del partido gobernante (PRI) por orientar las decisiones del electorado ante los avances significativos de la Coalición Compromiso por Puebla en las preferencias
electorales. Pese a que el propósito no se logró por la movilización social de grupos organizados
y debido al voto de castigo, hacia en el partido en el poder en esencia constituye una violación
de las normas establecidas que no fue atendido debidamente por las autoridades electorales.
Palabras clave
Encuestas preelectorales, intenciones de voto, preferencias preelectorales, enfoques periodísticos, propaganda electoral y elecciones regionales.
Abstract
This study analyzes the inconsistencies between trends in voting intentions reported by some
major newspapers of Puebla and the final results of voting in elections for Governor in 2010. The
fact is closely linked to interest of the propaganda ruling party (PRI) for guiding the decisions
of the electorate, given the significant progress of the Coalition Commitment Puebla in voter
preferences. Although the purpose was not achieved by social mobilization of organized groups
1 *José Antonio Meyer Rodríguez es investigador del Centro de Investigación en Opinión Pública (BUAP) y miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (Área: Ciencias Sociales. Nivel 1). [email protected].
2 Reyna Madai Bañuelos Ramírez es asistente de investigación y estudiante de la Maestría en Opinión Pública y Marketing
Político en el Centro de Investigación en Opinión Pública (BUAP). [email protected].
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 115
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
and the polarization of the protest vote, in essence constitutes a violation of the rules was not
properly served by the electoral authorities.
Keywords
Preelection Polls, Voting Intentions, Preelectoral Preferences, Journalistic Treatments, Electoral
Propaganda and Regional Elections.
Introducción
En México, la incorporación sistemática de encuestas para medir las percepciones ciudadanas
durante los procesos preelectorales se presentó a partir de la elección presidencial de 1994,3
cuando la competencia electoral se hizo más evidente y extendida en todo el país. Desde entonces, partidos políticos, gobiernos, organismos electorales y medios de comunicación utilizan
constantemente estos recursos de investigación a fin de conocer las intenciones del voto ciudadano o determinar la capacidad competitiva de un determinado candidato. Pese a ello, la
introducción de estudios demoscópicos al modelo electoral mexicano no ha sido fácil o exenta
de cuestionamientos, toda vez que junto a las propias discusiones metodológicas4 su aplicación
práctica se inserta en un contexto político polarizado por los partidos políticos contendientes y
una cultura democrática en gestación que no favorece su sustentabilidad, credibilidad y legitimidad necesarias. De ahí que las encuestas siempre sean observadas con prejuicio, o con una
sobre -valoración o minimización de sus inferencias.5
Para Kuschick,6 quien han estudiado sistemáticamente el fenómeno de las encuestas preelectorales en México durante las últimas dos décadas, las definiciones sobre su significación son
múltiples y dependen del enfoque de análisis adoptado. En ese sentido, sostiene que la información generada por las encuestas no tiene carácter predictivo y es solamente indicativa, coyuntural y referente, no sólo para los partidos políticos y candidatos involucrados, sino también
para los futuros electores. Sin embargo, como refiere Maarek,7 el interés propagandístico de los
partidos políticos por incidir en los enfoques periodísticos de los medios de comunicación y favorecer la difusión pública de las tendencias de voto de la ciudadanía, es una tentación siempre
3 Raúl. Trejo, “Las peores opiniones. Opinión pública, encuestas, elecciones y medios en México, 1994”, en Roderic. Camp,
(comp.). Encuestas y democracia: Opinión pública y apertura política en México”, México, Siglo Veintiuno Editores, 1997,
pp. 53-86. El autor señala experiencias anteriores, como las de las elecciones presidenciales de 1988. Sin embargo, considera a las elecciones de 1994 como las primeras con una intervención política significativa. Ricardo de la Peña ha señalado
que los primeros resultados de encuestas en México se publicaron en la revista Tiempo en marzo de 1942 por parte de
Martín Luís Guzmán. (Ricardo. De la Peña, “Encuestas contra falacias,”. Periódico La Jornada, 11 de julio de 1992).
4 Véase a María. De Las Heras, Uso y abuso de las encuestas. Elección 2000: Los escenarios. México, Editorial Océano, 1999,
pp. 29-45. La autora hace una reflexión amplia sobre los diversos aspectos de la metodología estadística, así como los
avances legislativos para normar su sustentación.
5 Camp, Roderic. (comp.), Encuestas y democracia: Opinión pública y apertura política en México. México, Siglo Veintiuno
Editores, 1997, pp. 11-26.
6 Murilo. Kuschick, “México: Elecciones y el uso de las encuestas preelectorales”, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y
Sociales,. núm.184, volumen/año XLV, México, enero-abril, 2002, pp. 103-127. Recuperado el 8 de marzo de 2012. http://
redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/421/42118404.pdf
7 Philippe. Maarek, Marketing político y comunicación. Claves para una buena información política, Barcelona, Editorial
Paidós, 2009, pp. 139-143.
116 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para gobernador del Estado de Puebla
presente en todo tipo de contienda. Por ello, en lugar de que las encuestas se constituyan en
un medio propicio para la democracia deliberativa, la percepción pública se ha distorsionado al
concebirlas como un elemento más de la mercadotecnia electoral.8
Acosta y Varona9 confirman esta afirmación al señalar que el innegable valor simbólico de
las encuestas en un proceso preelectoral condiciona en muchas ocasiones los intereses propagandísticos de partidos políticos y medios de comunicación, los cuales distorsionan el sentido
original y mediante enfoques particulares de interpretación alteran la orientación de los trabajos
de demoscopia, confunden al electorado y ponen en duda la confiabilidad de las metodologías
de las empresas encuestadoras. Esto es más evidente en las elecciones regionales de México,
donde los periódicos y noticieros de radio y televisión son menos independientes en sus políticas
editoriales, buscan aprovechar las campañas para mejorar sus ingresos económicos y avanzar en
su posicionamiento social. De esa manera, el apoyo abierto o simulado hacia ciertos candidatos
a través de interpretaciones parciales son elementos comúnmente utilizados por los partidos
políticos y los medios de comunicación, a fin de influir en las preferencias preelectorales de
distintos tipos de votantes.10 Del mismo modo, la falta de supervisión por parte de las autoridades electorales locales y la poca regulación de los ejercicios demoscópicos, son aspectos que
favorecen prácticas contrarias al principio de equidad y transparencia que debe imperar en este
tipo de procesos.
En el caso de la última elección para gobernador en el Estado de Puebla (2010), el hecho quedó en evidencia cuando las interpretaciones parciales de los resultados preelectorales ratificaban
constantemente la amplia preferencia ciudadana en favor del candidato oficial (PRI-PVEM)11; no
obstante, el cómputo final de la elección favoreció al candidato de la Coalición Compromiso por
Puebla (PAN-PRD-PANAL y Convergencia) por un margen superior a los 10 puntos porcentuales12. El comportamiento constituyó en sentido estricto una violación a la normatividad vigente,
al que se agregó la definición indebida de resultados producidos por encuestadoras no autorizadas y los escasos métodos de vigilancia de la autoridad electoral ante la eventual manipulación
de inferencias.13 Ello es de consideración, porque como Grossi14lo ha expresado, “en momentos
8 Véase a Víctor Sampedro. Opinión pública y democracia deliberativa. Medios, sondeos y urnas”, Madrid, Ediciones Istmo,
2000, pp. 174-197.
9 Yanet Acosta, y Luis Varona,. “Interpretación de las encuestas de opinión sobre la intención de voto en las elecciones
generales en España (1977-2000)”.Revista de la SEECI, núm 13, año IX, Madrid, noviembre de 2006, p. 6. http://www.
ucm.es/info/seeci/Numeros/Numero 13/InicioN13.html. Recuperado el 3 de diciembre de 2010.
10 Véase a Leonardo. Figueras, Comportamiento político del mexicano: Derechas e izquierdas en la elección 200,. México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 2007, pp. 17-26.
11La Alianza Puebla Avanza, formada por el PRI y el Partido Verde Ecologista de México, llevó como candidato al priista Javier
López Zavala. Un político de bajo perfil y poco arraigo en su partido, pero con el aval del Gobernador del Estado en turno,
Mario Marín Torres. Como candidato de imposición cupular inició con amplio margen de aceptación su campaña, a la que
se agregó una agresiva estrategia de publicidad electoral.
12La Coalición Compromiso por Puebla se formó por acuerdo de las dirigencias nacionales para conjuntar una fuerza
electoral capaz de derrotar al PRI luego de 70 años de continuidad al frente del Gobierno del Estado. La candidatura correspondió al panista Rafael Moreno Valle Rosas, ex militante del PRI, nieto de un ex gobernador del Estado y con sólidos
vínculos con la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo.
13Instituto Electoral del Estado de Puebla (2010), Lineamientos para la publicación de resultados de encuestas electorales
y sondeos de opinión, en.
http://www.ieepuebla.org.mx/index.php?Categoria=normatividad Recuperado el 11 de noviembre de 2010.
14Giorgio. Grossi, Opinión pública. Teoría del campo demoscópico. Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, p. 76.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 117
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
de incertidumbre política e insatisfacción social contenida es pertinente cuidar la interpretación
[de las intenciones de voto] para evitar manipulaciones y tergiversaciones indebidas por parte
de los partidos, candidatos o periodistas”. Por ello, esta investigación busca analizar en el manejo propagandístico de los resultados parciales de las encuestas preelectorales y su incidencia
en los de periódicos referentes para orientar las tendencias de voto durante el proceso electoral
para gobernador en una de las entidades federativas más importantes del país.
Metodología de la investigación
El estudio evalúo el manejo editorial de las encuestas preelectorales por parte de algunos
periódicos referentes de la entidad y su interés por orientar las tendencias de voto en favor
del candidato de la Alianza Puebla Avanza, durante el proceso electoral para gobernador del
Estado de Puebla 2010. Debido a su importancia, la investigación se planteó a partir de las
siguientes preguntas:
¿Qué tanto la Alianza Puebla Avanza utilizó como elemento propagandístico las encuestas
preelectorales, toda vez que los resultados parciales al inicio del proceso apuntaban hacia un
resultado favorable para su candidato?
• ¿Qué tan objetivo fue el tratamiento editorial de las encuestas preelectorales para la
elección de gobernador del Estado de Puebla que realizaron los periódicos referentes
durante diferentes momentos del proceso?
• ¿Los enfoques periodísticos que se les dio a las encuestas preelectorales fueron realmente significativos para los votantes potenciales en la elección para gobernador del Estado
2010?
El análisis comparó el tratamiento editorial que los periódicos El Sol de Puebla, Milenio
Puebla y La Jornada de Oriente realizaron de los resultados parciales de distintas empresas
encuestadoras en momentos específicos de la campaña. Su pertinencia radicó en que estos
diarios son órganos referentes en el territorio y su difusión de asuntos públicos generalmente
provoca el interés de los grupos políticos y económicos más influyentes de la región. El análisis
se llevó a cabo entre el 1 de marzo y 27 de junio de 2010, mediante una revisión continua de los
contenidos publicados por los periódicos y su correspondiente comparación con los resultados
de las encuestadoras publicados en sus sitios web. La evaluación se realizó con base en las ocho
categorías establecidas por el Instituto Estatal Electoral:15
15Instituto Electoral del Estado de Puebla, Lineamientos para la publicación de resultados de encuestas electorales y sondeos de opinión, Puebla, 2010, en: http://www.ieepuebla.org.mx/index.php?Categoria=normatividad. Recuperado el 11
de noviembre de 2010.
118 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para gobernador del Estado de Puebla
Organización que
realizó la encuesta
Periodo en que se
realizó
Mecanismo utilizado
para la recolección
de datos
Lugar donde se
recolectaron los
datos
Respuesta que
sustenta el resultado
publicado
Campo muestral
Tamaño de la
muestra
Margen de error
Adicionalmente, siguiendo la metodología del análisis de contenido16se registraron los siguientes aspectos:
Redacción
Claridad en la manera como se estructuró la nota y la correspondencia
entre el título, el cuerpo de la nota y los gráficos
Objetividad
Correspondencia entre la interpretación del periodista y los datos reportados por la encuestadora
Veracidad
Claridad explícita de que los datos no expresan resultados definitivos
y solamente registran intenciones de voto en un momento preciso del
proceso
Resultados de la investigación
Periódico Milenio-Puebla
Este periódico dio preferencia a las cuentas de la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), las cuales se realizaron en exclusiva para la organización periodística nacional. Publicó
dos de los tres estudios realizados por la encuestadora durante el proceso electoral, tanto en la
sección “Estados” como “Puebla”. Aunque ambas hicieron siempre referencia al mismo estudio,
la extensión y enfoque de la información tuvieron tratamientos distintos.
Cuadro 1.
Tratamiento periodístico del periódico Milenio-Puebla de las encuestas realizadas
por GCE durante el proceso electoral 2010 para gobernador del Estado de Puebla
Fecha de publicación
16 de abril
27 de mayo
Organización que realizó
la encuesta
Gabinete de Comunicación
Estratégica
Gabinete de Comunicación
Estratégica
16Klaus. Krippendorff, Metodología de análisis de contenido. Teoría y práctica, Barcelona, Editorial Paidós, 2004, pp. 28-40.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 119
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
Periodo en que se realizó
11-13 de abril
20-23 de mayo
Mecanismo para el levantamiento de datos
Entrevista en vivienda
Entrevista telefónica/en
vivienda
Lugar donde se levantó la
encuesta
9 /16 distritos electorales
16 distritos electorales
Pregunta que sustenta el
resultado publicado
Preferencias por coalición
Preferencias por candidato
Partidos o alianzas por las
que nunca se votaría
Partido o alianza que ganará
las próximas elecciones para
la gubernatura del Estado
Preferencias por coalición
Preferencias por candidato
Partidos o alianzas por las
que nunca se votaría
Partido o alianza que ganará
las próximas elecciones para
la gubernatura del Estado
Campo muestral
Personas mayores de 18
años con credencial del IFE
vigente
No reporta
Tamaño de la muestra
600 encuestas
600 encuestas
Margen de error
4%
4%
Redacción
Confuso, con datos contradictorios
Confuso, con datos imprecisos
Objetividad
Sesgada interpretación, con
una clara orientación en favor del candidato PRI-PVEM
Sesgada interpretación,
con una clara orientación
en favor del candidato del
PRI-PVEM
Veracidad
No reporta que los resultados son intenciones de voto
de una muestra representativa de la población y que no
son definitivos o predicen la
elección
No reporta que los resultados son intenciones de voto
de una muestra representativa de la población y que no
son definitivos o predicen la
elección
Fuente: Elaboración propia, a partir de los análisis de contenido realizados entre el 1 de
marzo y 27 de junio de 2010.
Con base en el análisis realizado, se concluye que la interpretación de Milenio-Puebla a los
estudios demoscópicos que Gabinete de Comunicación Estratégica realizó en forma exclusiva
para esa organización denota errores de redacción e interpretación; además, mezcla indebidamente datos y categorías, tergiversa el sentido original de las preguntas y expresa sesgos en el
lenguaje que hacen aparecer como sinónimas las palabras preferencias, intenciones y resulta-
120 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para gobernador del Estado de Puebla
dos. Sucede lo mismo con las palabras votaría y ganaría, las cuales se sustituyen gradualmente
por votarán y ganará. Existe una incompatibilidad con algunos de los datos reportados por la
encuestadora en su sitio web, además de un excesivo uso de adjetivos que modifican el enfoque
de los reportes. Sólo se destacan las preguntas de la encuesta que más favorecen al candidato
de la Alianza Puebla Avanza. Se debe destacar que Milenio Puebla difundió los resultados de
las encuestas sin respetar los lineamientos oficiales. Particularmente, no reportó la encuesta
donde GCE identificó un cambio significativo en las preferencias preelectorales en favor del
candidato Moreno Valle durante las últimas semanas del proceso en las principales ciudades de
la entidad.17
Periódico El Sol de Puebla
Este periódico publicó tres estudios realizados por la encuestadora Consulta Mitofsky, quien
actuó bajo contrato exclusivo de la Alianza PRI-PVEM, Este hecho supone que se recibió directamente la información por parte de la coalición partidaria, debido que que en la página web de
la empresa sólo se reportó información incompleta de uno de los estudios. La información apareció como contenido principal de la columna “A puerta cerrada”, la cual es escrita de manera
regular por el subdirector del diario. En el reporte del último estudio no existe coincidencia con
las encuestas anteriores, además de que el periódico no ofreció dato alguno sobre preferencias
electorales y se concentró en hablar de percepciones.
Cuadro 2.
Tratamiento periodístico del periódico El Sol de Puebla de las encuestas realizadas
por Consulta Mitofsky durante el proceso electoral 2010 para gobernador del Estado de
Puebla
Fecha de publicación
26 abril
10 mayo
24 junio
Organización que
realizó la encuesta
Consulta Mitofsky
Consulta Mitofsky
Consulta Mitofsky
Periodo en que se
realizó
16-18 abril
17-19 abril
16-21 junio, 2010
Ambigüedad al momento de la confirmación
Mecanismo para el
levantamiento de
datos
No especifica
No especifica
Entrevista telefónica/
en vivienda
17La Jornada de Oriente, “Rebasa Moreno Valle a Zavala en las encuestas”, encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica el 23 de junio de 2010. Inserción pagada por la Coalición Compromiso por Puebla, Puebla, 25 de junio
de 2010. www.lajornadadeoriente.com.mx.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 121
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
Lugar donde se
levantó
Municipio de Puebla
26 distritos electorales del Estado de
Puebla
150 secciones electorales del Estado de
Puebla
Pregunta que sustente el resultado
publicado
No se hace referencia a la pregunta
¿Independientemente del partido que a
usted le gustaría que
ganara, qué partido o
candidato tendría en
este momento más
posibilidad de ganar
en Puebla?
Si el día de hoy
fueran las elecciones
para gobernador,
¿por cuál candidato
o partido votaría
usted?
Si hoy fueran las
elecciones para
elegir al próximo gubernador, ¿por cuál
candidato o partido
votaría?
Campo muestral
No especifica
No especifica
No especifica
Tamaño de la muestra
800 encuestas
5,200 encuestas
1,200 encuestas
Margen de error
3.5 %
1.4 %
2.8 %
Redacción
Confuso, con datos
contradictorios
Confuso, con datos
contradictorios
Confuso, con datos
contradictorios
Preferencias por
candidato, partidos o
alianzas por las que
nunca se votaría
Preferencias por
candidato,
partidos o alianzas
por las que nunca se
votaría
Objetividad
Veracidad
No se hace referencia
a las preguntas
Partido o alianza que
ganará las próximas
elecciones para la
gubernatura del
Estado
No reporta que
los resultados son
intenciones de voto
de una muestra
representativa de la
población. Induce a
pensar que los datos
predicen los resultados de la elección
No reporta que
los resultados son
intenciones de voto
de una muestra
representativa de la
población. Induce a
pensar que los datos
predicen los resultados de la elección
Partido o alianza que
ganará las próximas
elecciones para la
gubernatura del
Estado
No reporta que
los resultados son
intenciones de voto
de una muestra
representativa de la
población. Induce a
pensar que las tendencias son irreversibles
Fuente: Elaboración propia, a partir de los análisis de contenido realizados entre el 1 de
marzo y 27 de junio de 2010.
122 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para gobernador del Estado de Puebla
A partir del análisis realizado, se concluye que existen amplias inconsistencias entre los reportes de Consulta Mitofsky y los del periódico El Sol de Puebla, en donde se mezclan indiscriminadamente los conceptos de preferencias y tendencias en sus informaciones y comentarios.
La publicación incluyó una evaluación de los atributos del candidato que no forman parte de
los estudios originales, además de que difundió los resultados de las encuestas sin respetar los
lineamientos oficiales.
Periódico La Jornada de Oriente
Este periódico realizó poca difusión de los resultados detreminadas por las encuestadoras.
Sin embargo, en mayo publicó las declaraciones del líder local del PRD, quien señaló que “de
acuerdo con la encuestadora Más Data, en el municipio de Puebla, el candidato de Compromiso
por Puebla está en empate técnico con el abanderado de Puebla Avanza”. Asimismo, difundió
los resultados de encuestas telefónicas propias en las que señaló que el “PRI está perdiendo
ventaja sobre el PAN, tanto para la gubernatura como en la capital del Estado”. Agrego, sin embargo, que “este incremento no será suficiente para cambiar la correlación de fuerzas”, lo que
terminaría dándole el triunfo al PRI si en ese momento fueran las elecciones:
Cuadro 3.
Tratamiento periodístico de La Jornada de Oriente de las encuestas realizadas
durante el proceso electoral 2010 para gobernador del Estado de Puebla
Fecha de publicación
12 abril
13 abril
13 mayo
Organización que
realizó
la encuesta
Roheisen Marketing
& Consulting
La Jornada de
Oriente
Más Data
Periodo en que se
realizó
24-28 marzo
9-10 abril
Primera semana de
mayo
Mecanismo para el
levantamiento de
datos
No especifica
Entrevista telefónica
Entrevista en vivienda
Lugar donde se
levantó
No especifica
Municipio de Puebla
Municipio de Puebla
No especifica
Si en este momento
se eligiera gobernador de Puebla y los
candidatos fueran…
¿Por quién votaría?
(Respuesta inducida)
¿Para gobernador del
Estado de Puebla,
usted por quién
votaría?
Pregunta que sustente el resultado
publicado
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 123
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
Campo muestral
No especifica
No especifica
No especifica
Tamaño de la muestra
592
401
910
Margen de error
No especifica
4.9%
3%
Redacción
Se basa en declaraciones y presenta pocos datos del estudio
demoscópico
No satura de información, realiza una
interpretación clara
Menciona cifras
basadas en declaraciones. No realiza
ninguna interpretación.
Objetividad
Da la versión de los
dos candidatos en
cuanto a opinión
de los resultados.
Favorece ligeramente
al candidato del PANPRD-PT y Convergencia
Aunque el titular
parece tendencioso, en el contenido
informativo no lo
es. Habla en proporciones iguales sobre
la posición de los
candidatos.
Sólo transcribe declaraciones y menciona
los resultados. No
hace juicio de valor
sobre ellos.
Veracidad
Sólo pueden ser
consideradas como
declaraciones, pues
tampoco contienen
mucha información
No reporta que los
sobre la metodología resultados son intende la encuestadora.
ciones de voto
No hace mención que
son sólo intenciones
de voto
Sólo pueden ser
consideradas como
declaraciones, pues
tampoco contienen
mucha información
sobre la metodología
de la encuestadora.
No hace mención que
son sólo intenciones
de voto
Fuente: Elaboración propia, a partir de los análisis de contenido realizados entre el 1 de
marzo y 27 de junio de 2010.
Con base en el análisis realizado se concluye que a diferencia de los otros diarios, La Jornada
de Oriente no menciona a las encuestadoras más difundidas durante la campaña (Consulta Mitofsky y Gabinete de Comunicación Estratégica). Estas empresas sólo aparecen en espacios pagados. En cuanto a las encuestas realizadas directamente por el diario, los reportes realizan una
pequeña interpretación de las variables que presenta. Estas encuestas sólo fueron realizadas en
la capital de Puebla por vía telefónica. Pese a ello, no existe una tergiversación de resultados
y en la redacción queda claro que es una encuesta abierta a cualquier ciudadano. No muestra
otras variables que pudieran necesitar un mayor grado de interpretación.
124 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para gobernador del Estado de Puebla
Consideraciones y discusión final
El análisis de contenido realizado a los periódicos El Sol de Puebla, Milenio Puebla y La
Jornada de Oriente demuestra que la forma como los periódicos suministraron la información
a sus audiencias resultó en cierta forma manipuladora. En el caso de los periódicos El Sol de
Puebla y Milenio Puebla, sí se identificaron errores e interpretaciones parciales de las cifras o
porcentajes reportados por las encuestadoras Consulta Mitofsky y Gabinete de Comunicación
Estratégica. Por ello, es posible afirmar que se realizaron actos explícitos de manipulación al
interpretar y concluir sesgadamente los resultados de las intenciones ciudadanas a lo largo de la
campaña. Mediante adjetivos calificativos y una explícita parcialidad partidaria -más evidente
en el caso de El Sol de Puebla- se tergiversaron los datos y se cambió el sentido de las preguntas con el propósito de incidir en el debate público y reforzar las percepciones ciudadanas
afines al candidato de la Alianza Puebla Avanza. Aunque las encuestas registraron en distintos
momentos del proceso las preferencias de los electores potenciales, ninguno de los periódicos
señaló cómo se movieron las percepciones colectivas a lo largo del mismo, al tiempo que sólo se
limitaron a mostrar ganadores y perdedores como hechos casi definitivos. Por ello, aunque para
muchos votantes, líderes políticos y de opinión fue contradictorio y hasta inesperado que el ganador de las elecciones para gobernador del Estado fuera Rafael Moreno Valle y no Javier López
Zavala como lo habían reportado insistentemente dos diarios referentes a partir de los datos
de encuestadoras prestigiosas, los resultados demostraron que la artificialidad de la publicidad
política oficial contribuyó a una movilización social más significativa en favor de la Coalición
Compromiso por Puebla y que el voto de castigo contra el gobierno en turno se hiciera más
evidente.
Es de mencionar que los estudios de comportamiento electoral realizados posteriormente,18
identificaron una participación masiva del voto urbano representado por jóvenes, mujeres y
miembros del sector magisterial, en favor de los candidatos de la Coalición Compromiso por
Puebla.19 Asimismo, es necesario destacar la dinámica y activismo de distintos grupos sociales,
como Actívate por Puebla,20 los cuales indujeron la participación ciudadana hacia la consumación de la primera alternancia política en el Gobierno del Estado después de 70 años de
supremacía priista.
De acuerdo con lo anterior, se concluye en consonancia con las interrogantes del estudio que
las inconsistencias entre las tendencias de opinión reportadas por algunos periódicos referentes
y los resultados definitivos durante las elecciones 2010 para gobernador del Estado de Puebla,
fueron más producto del interés político del partido gobernante en ese momento (PRI) para
orientar las intenciones de voto del electorado y minimizar los avances de la Coalición Compro18Rigoberto Benítez,.“Comportamiento electoral en Puebla 2010”, Puebla Opina. Consultoría Estratégica, 2010, pp. 1-16.
19Además del Gobierno del Estado, esta coalición ganó la mayoría de las presidencias municipales y el congreso local, lo que
evidencia un rechazo hacia los candidatos de la alianza PRI-PVEM y el gobierno del Estado en turno.
20Actívate por Puebla es una iniciativa de los rectores de las principales universidades de Puebla para construir una agenda
ciudadana e incidir directamente en la construcción de las políticas públicas del nuevo gobierno. A ella se agregaron
líderes empresariales y organizaciones de la sociedad civil que ponderaron la necesidad de un cambio de rumbo en la
dirección del Estado (www.activatexpuebla.org).
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 125
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos Ramírez
miso por Puebla.21 Del mismo modo, sólo dos periódicos referentes del Estado buscaron incidir
en la percepción pública y demostrar que la Alianza Puebla Avanza tenía una ventaja amplia
sobre sus contrincantes. Caso contrario sucedió con el periódico La Jornada de Oriente, el cual
sí destacó aunque de manera no totalmente contundente los avances en las intenciones de voto
y el giro que culminó con el resultado final en favor de la Coalición Compromiso por Puebla.
En ese sentido, lo que empezó siendo útil en términos de propaganda al inicio de la campaña, se
revirtió hacia el final para deslegitimar al candidato oficial y generar una rechazo generalizado
que fue bien capitalizado por el candidato opositor. Y aunque la manipulación periodística de
los datos reportados por las encuestas preelectorales no benefició al candidato oficial, ni logró
persuadir a la población de que su ventaja en las intenciones de voto era prácticamente definitiva, la tergiversación de las tendencias puede ser considerada como un delito electoral que no
fue atendido debidamente por las autoridades locales.
Referencias
Acosta, Yanet y Varona, Luis, “Interpretación de las encuestas de opinión sobre la intención de voto en las elecciones generales en España (1977-2000)”. Revista de la SEECI núm. 13, año IX, Madrid, noviembre de 2006, p. 6. http://www.ucm.es/
info/seeci/Numeros/Numero 13/InicioN13.html. Recuperado el 3 de diciembre de 2010.
Actívate por Puebla, www.activatexpuebla.org.
Benítez, Rigoberto, “Comportamiento electoral en Puebla 2010”, Puebla Opina Consultoría Estratégica, 2010, pp. 1-16.
Camp, Roderic (comp.), Encuestas y democracia: Opinión pública y apertura política en México, México, Siglo XXI, 1997, pp.
11-26.
De la Peña, Ricardo, “Encuestas contra falacias”, periódico La Jornada, 11 de julio de 1992.
De Las Heras, María, Uso y abuso de las encuestas. Elección 2000: Los escenarios. México, Editorial Océano, 1999, pp. 29-45.
Figueras, Leonardo, Comportamiento político del mexicano: derechas e izquierdas en la elección 2006, México, Universidad
Nacional Autónoma de México, 2007, pp. 17-26.
Grossi, Giorgi, Opinión pública. Teoría del campo demoscópico, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, Pp. 76.
Instituto Electoral del Estado de Puebla (2010), Lineamientos para la publicación de resultados de encuestas electorales y
sondeos de opinión, en http://www.ieepuebla.org.mx/index.php?Categoria=normatividad Recuperado el 11 de noviembre de 2010.
Krippendorff, Klaus, Metodología de análisis de contenido. Teoría y práctica,Barcelona, Editorial Paidós, 2004, pp. 28-40.
Kuschick, Murilo, “México: Elecciones y el uso de las encuestas preelectorales”, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y
Sociales, núm. 184. volumen/año XLV, México, enero-abril, 2002, pp. 103-127. Recuperado el 8 de marzo de 2012. http://
redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/421/42118404.pdf
La Jornada de Oriente, “Rebasa Moreno Valle a Zavala en las encuestas”, Encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica el 23 de junio de 2010. Inserción pagada por la Coalición Compromiso por Puebla. Puebla, 25 de junio
de 2010. www.lajornadadeoriente.com.mx.
Maarek, Philippe, Marketing político y comunicación. Claves para una buena información política, Barcelona, Editorial Paidós,
2009, pp. 139-143.
Meyer, J. A., “Encuestas electorales ¿tendencias reales o definitivas?”, en Revista Mexicana de Comunicación nùm. 107,
México: Fundación Manuel Buendía, Octubre-noviembre 2007. http://mexicanadecomunicación.org.mx.
Sampedro, Víctor, Opinión pública y democracia deliberativa. Medios, sondeos y urnas, Madrid, Ediciones Istmo, 2000, pp.
174-197.
21Véase a J. A. Meyer, “Encuestas electorales ¿tendencias reales o definitivas?”, en Revista Mexicana de Comunicación,
núm. 107, octubre-noviembre, 2007. México: Fundación Manuel Buendía. http://mexicanadecomunicación.org.mx En este
trabajo el autor hace referencia a un fenómeno propagandístico similar, donde el PRI ganó las elecciones municipales de
2009.
126 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las elecciones para gobernador del Estado de Puebla
Trejo, Raúl, “Las peores opiniones. Opinión pública, encuestas, elecciones y medios en México, 1994”, en Camp, Roderic
(comp.), Encuestas y democracia: Opinión pública y apertura política en México, México, Siglo XXI, 1997, pp. 53-86.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 127
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la
elección del 2012
Murilo Kuschick1
Resumen
A partir del análisis comparado de los resultados de algunas encuestas de opinión, el presente
artículo plantea escenarios político-electorales posibles, principalmente en el Distrito Federal,
para las elecciones que se celebrarán en 2012. Aunque la capital del país ha sido gobernada por
el PRD desde 1997, se ha desarrollado un nuevo contexto electoral debido a que Enrique Peña
Nieto, candidato presidencial del PRI, ha aumentado su popularidad entre los electores mexicanos, repercutiendo este hecho en la disminución de la simpatía política por el PRD en la ciudad
de México, así como en la simpatía política por el partido gobernante, el Partido Acción Nacional.
Palabras clave
Elecciones, encuestas de opinión, simpatía político-electoral
1 Murilo Kuschick Ramos, profesor-investigador de la UAM-Azcapotzalco, México.
[email protected]
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 129
Murilo Kuschick Ramos
Abstract
Based on an analysis comparing results from opinion polls, this article proposes possible political
and electoral scenarios, mainly in Mexico City, for the election that will be held in 2012. Although
the capital city of Mexico has been ruled by the Democratic Revolution Party (PRD) since 1997,
a new electoral picture has developed due to the increase in popularity among Mexican voters
of Enrique Peña Nieto, the presidential candidate for the institutional Revolutionary Party (PRI).
This has decreased the political inclination for the PRD in Mexico city, as for the current ruling
party, the National Action Party.
Keywords
Elections, opinion polls, political-electoral sympathy
Introducción
En el 2012 se llevarán a cabo elecciones presidenciales en México. Las del año 2006 fueron muy
competidas, pues los dos principales contendientes, Felipe Calderón, del partido de la derecha,
Partido Acción Nacional (PAN), y su contrincante Andrés Manuel López Obrador, del partido de la
izquierda, Partido de la Revolución Democrática (PRD), resultaron ganador y perdedor, respectivamente, por un pequeño margen (.56%). Las elecciones mostraron un panorama nunca visto en
México: una competencia en la que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no figuraba; situación muy diferente a la que se avecina para el 2012, al decir de muchas de las encuestas que
muestran un escenario en el cual el PRI aparece como el posible triunfador de tales comicios.
Cuadro 1. Resultados de las elecciones para Presidente de la República.
México 2006. Resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación
PAN
Cp.M.
CPBdeT
Alianza
Altern
N.reg
V.válids
V.nulos
Total
14,916,927
9,237,000
14,683,096
397,550
1,124,280
298,204
40,657,057
900,373
41,557,430
35.89
22.22
35.33
0.95
2.70
0.71
2.16
Fuente: elaboración del autor con información del TRIFE.
En algunas encuestas recientemente publicadas se establecen algunos escenarios que hacen
referencia a una situación que se antoja inédita, esto es, la disminución de la preferencia por el
PRD en la ciudad de México (Distrito Federal). Es por todos conocido que, desde 1997, esta denominación política ha estado al frente del gobierno en la capital del país sin gran competencia
política.
En encuestas realizadas tanto por este investigador como por otros especialistas, se hace
evidente una disminución en la preferencia por el PRD, un aumento en lo que se refiere al PRI y
una disminución en cuanto al PAN.
Se tiene que buscar una explicación a tal situación, la cual puede deberse a diversos motivos
130 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
y razones que pueden ir desde un gobierno ineficiente2 del PRD, hasta la imagen3 que se ha
generado Enrique Peña Nieto (gobernador del estado de México). Por tanto, no es gratuita la
mejoría en los resultados que han mostrado el PRI en las encuestas, ya que el gobernador del
estado de México ha tenido gran promoción en los medios de comunicación, principalmente la
televisión privada (Televisa). Es posible plantear la hipótesis de que la mejoría del PRI se encuentra directamente relacionada, entre otras cosas, con la imagen que se ha granjeado, Peña
Nieto y, por consiguiente, ello demerita tanto al PRD como al PAN, en su papel de segunda fuerza
política en la capital del país.
Gráfica 1. Periódico Reforma marzo 2011. Si hoy hubiera elecciones para
Jefe de gobierno, ¿por cuál partido votaría?
PRD
35
PRI
29
PT
13
PAN
25 marzo 2011
12
PVEM
5
PANAL
4
Convergencia
2
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Fuente: Periódico Reforma4, 25 de marzo de 2011.
Encuestas, elecciones y teorías de comportamiento electoral
Aun cuando el escenario que plntea el periódico Reforma no es inverosímil, lo conducente
hubiera sido proponer no la caída del PRD y el acercamiento del PRI, sino el derrumbe del PAN,
partido que había disputado al PRD la elección de la Jefatura al gobierno del Distrito Federal en
2 El comportamiento electoral de los votantes puede ser explicado de muchas maneras; una de las hipótesis más importantes plantea que la decisión de los electores se encuentra vinculada a la percepción de la situación económica del país,
de su situación económica personal, así como a las crisis económicas que afectan no sólo el desempeño de la economía
en general, sino a los electores de manera personal. Ésta es una de las hipótesis que será revisada en el presente trabajo
(Downs, 1957; Fiorina, 1981).
3 El concepto de imagen es uno de los principales indicadores de la posible inclinación de los votantes por un determinado
candidato. Al declinar la importancia y la credibilidad de los mensajes, ha surgido una importante controversia acerca de
si los electores le dan más importancia a una buena imagen que a las propuestas; por tal motivo, hacemos referencia al
concepto de imagen desarrollado por Dan Nimmo (1976), que plantea la imagen como un tipo ideal (joven, honesto,
trabajador, capaz, etcétera); esto es, un conjunto de características positivas que el candidato debe poseer o dar la apariencia de que las posee y, mediante la comunicación, hacerlas visibles.
4 Preferencia efectiva sin considerar el 26 por ciento que no declaró intención de voto.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 131
Murilo Kuschick Ramos
los años 2000 y 2006, desplazando el PRI, partido que había gobernado la ciudad hasta 1997,
cuando a partir de la reforma electoral se transformó la modalidad de gobierno de la ciudad
capital. Así su gobernante dejó de ser un regente, nombrado por el presidente de la República, y
se configuró la estructura de una Jefatura de Gobierno, al frente de la cual estaría una ciudadano
electo, mediante voto universal y secreto, por los habitantes de la metrópoli, quienes desde la
década de los años veinte del siglo pasado no tenían el derecho de votar por su gobernante.
Gráfica 2. Resultados de elección para jefe de gobierno del Distrito
Federal 1997-2006.
1.05
Alternativa Socialdemócrata
2.28
PANAL
PDM
0.42
PPS
0.23
PVEM
6.9
Frente Cardenista
1.85
PAS
0.16
PSN
0.12
PCD
0.77
Convergencia
0.28
PT
1.78
1.35
PRD-PT-Convergencia
46.38
34.6
21.59
22.83
25.59
27.26
PRI-PVEM
PAN-PVEM
0
5
10
15.58
15
20
2006
25
30
2000
48.11
33.42
35
40
45
50
1997
Fuente: www.iedf.org.mx/sites/sistemaElectoralDF/es06.php?cadena=content/es/0604.php
Como se observa en la gráfica 2, el PRD triunfó en las tres elecciones para Jefe de Gobierno
con un promedio de 43% de los votos; el PRI obtuvo, en promedio, el 23.36% de los votos en las
132 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
tres elecciones, mientras que el PAN, 25.42%, siendo su mejor resultado el del año 2000, cuando su candidato fue Santiago Creel Miranda, quien prácticamente le empató a Andrés Manuel
López Obrador, pues éste logró 1,506, 324 votos mientras que Creel obtuvo 1,460,931, y Jesús
Silva Herzog, candidato del PRI, 998, 109 votos.
La primer elección que se celebró para Jefe de Gobierno del Distrito Federal en 1997, fue
ganada por Cuauhtémoc Cárdenas con 1,859,866 votos (48.1%); Alfredo del Mazo, del PRI ,
obtuvo 990,306 votos (25.6%) , y Carlos Castillo Peraza, del PAN, 602,466 votos (15.6%). En
la elección del 2006, cuando Marcelo Ebrard resultó triunfador, el PRD alcanzó la victoria con
2,213,969 votos (46.37%); Demetrio Sodi, del PAN, consiguió 1,301,493 votos (27.26%), y Beatriz Paredes, del PRI, 1,030,805 (21.59%).
Con la idea de explicar el movimiento de la opinión pública y el comportamiento de los
electores en el caso del Distrito Federal, se haestablecido que cuando concurren de manera
simultánea la elección para presidente de la República y la elección para la jefatura de gobierno,
un proceso tiene la capacidad de influir en el otro, pues en el caso de la elección de 1997 ésta
fue contaminada por la elección presidencial de 1988, en la que si bien triunfó el PRI, en el
Distrito Federal el ganador fue Cuauhtémoc Cárdenas, quien desplazó al PRI, pues Cuauhtémoc
Cárdenas ganó la elección con 1,429,312 votos (49.22%).5
De esta manera, se puede establecer que en el caso de las elecciones concurrentes existe
cierta contaminación de la elección más importante: la elección presidencial influye en el resultado y en el desarrollo de la elección local. La excepción fue en 1997, cuando no hubo elección
presidencial, aunque estaba relativamente fresco el resultado de la elección de 1988, en donde
se planteó la existencia de un fraude electoral6 con el famoso suceso de la caída del sistema
de cómputo que controlaba la Comisión Federal Electoral y que dependía directamente de la
Secretaría de Gobernación. Sin embargo, en las elecciones subsecuentes, esto es, 2000 y 2006,
la figura de Vicente Fox (candidato a la presidencia de la República en el año 2000) incidió para
que Creel Miranda casi empatara con López Obrador; mientras que en la elección del 2006, el
resultado que logró López Obrador definitivamente influyó en la amplia victoria que obtuvo
Marcelo Ebrard. De la misma manera, consideramos que un suceso similar podrá ocurrir en la
elección de 2012 si el candidato del PRI, como todo apunta, es Enrique Peña Nieto. Ahora bien,
si bien fuere una de las posibles razones para el repunte del PRI en la capital del país, ¿hasta qué
punto la mejoría del PRI depende de la caída del PRD o del PAN en la preferencia de la opinión
pública?
El asenso o descenso de un partido político frente a la opinión pública, captado por las encuestas de opinión, puede deberse a muchos factores; sin embargo, podemos señalar que pese a
situaciones coyunturales, el PRD continúa al frente en la intención de voto en la capital del país.
El PRI ha mostrado una amplia recuperación, como se observa en la gráfica 3, donde se describe
los resultados de las encuestas que hemos llevado a efecto en el proyecto de investigación de
5 Jaime González Graff, Las elecciones de 1988 y la crisis del sistema político, anexo 21.
6 Pablo Javier Becerra, “Elecciones y comportamiento electoral en Distrito Federal: 1988-1991”, www.juridicas.unam.mx/
publica/libre/librev/rev/cont/1992/pr/pr3.pdf
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 133
Murilo Kuschick Ramos
opinión pública y marketing gubernamental en la UAM-Azcapotzalco7. Como es visible en la
gráfica en comento, pese a las altas y bajas, el PRD se encuentra al frente en la preferencia
de los posibles electores con 34.3% de promedio en tres encuestas; el PRI está en la segunda
posición con una intención de voto promedio de 21.8%.
Gráfica 3. México D.F. noviembre 09, julio 10 y noviembre 10. Si hubiera
elecciones para Jefe de gobierno del D. F., ¿por cuál partido votaría
usted?
18
PAN
27.8
23.3
24.5
PRI
28.6
12.4
36
PRD
26
41.2
4.1
4.1
4.6
PT
2.6
2.6
3
PVEM
5.6
5.6
6.2
Convergencia
4.2
5.4
Panal
9.3
0
5
10
15
20
nov -10
25
30
jul - 10
35
40
45
50
nov - 09
Fuente: Investigación propia (se eliminaron las respuestas: ninguno y no sabe, no contestó, para que fueran comparables
con otro tipo de investigaciones).
7 La investigación se llevó a cabo en las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal, con una muestra de 1,320 entrevistas
a personas mayores de 18 años, género femenino y masculino; la encuesta se aplica en diferentes hogares, divididos en
tres grupos de ingreso: “A/B” (8%), C/D (41%), E/F (515).
134 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
El PAN aparece como el partido más castigado, pues de una situación de igualdad que mantuvo con el PRD hasta la mitad de 2010, cayó a fines del 2010 y hora presenta un promedio de
23%, lo que significa que aún mantiene la delantera frente al PRI en términos generales, pero
muy abajo del PRD.
Ahora bien, esta situación ¿cómo se explica? Se pueden establecer varias hipótesis, aunque
una de las más utilizadas es la hipótesis del voto económico.
Gráfica 4. México D.F. noviembre 2010. ¿Cómo califica la situación
económica del país con respecto al año pasado?
Mejor
4.4
Igual de buena
10.1
Igual de mala
40.4
Peor
43.5
NS/NC
1.7
0
6
13
19
25
31
38
44
50
nov -10
Fuente: Investigación directa.
La teoría del voto económico se guía por la idea de que a los votantes les agrada que haya
crecimiento y les disgusta que haya inflación y desempleo. Son retrospectivos: votan a favor del
[partido] gobernante si la economía va bien durante su gestión (esto es, [si se registra] un bajo
8
nivel
desempleo y una
Muydebueno
2.2 baja inflación, o un alto crecimiento).
Buena parte de la teoría sobre el voto económico establece que éste puede ser retrospectivo,
es decir,Bueno
que el votante evalúa lo que ha hecho el gobierno,
21.1 o cómo se ha comportado la economía (Key, 1966; Fiorina, 1981), (Moreno, 2009: 265).
35.9 retrosComoMalo
lo plantean Alesina y Roubni y como se observa en la gráfica 4, la evaluación
pectiva
la situación económica del país por parte de los posibles electores, muestra
37.1 que el
Muy de
malo
43% de ellos considera que la situación económica ha empeorado, mientras que 40% de los
entrevistados
se encuentra igual de mala, y únicamente el 14% de los entrevistados
NS/NC piensa que 3.8
encuentra alguna mejoría en la situación económica del país. Como veremos más tarde, este
0
5
10
15
20
25
30
35
40
tipo de evaluación tiene consecuencias en la intención de voto, según ya lo había planteado
Downs (1957).
nov -10
8 Alesina y Roubini, Political Cycles and the Macroeconomics, p. 19
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 135
0
6
13
19
25
31
38
44
50
nov -10
Murilo Kuschick Ramos
Gráfica 5. México D.F. noviembre 2010. ¿Cómo califica al gobierno de
Felipe Calderón?
2.2
Muy bueno
21.1
Bueno
35.9
Malo
37.1
Muy malo
3.8
NS/NC
0
5
10
15
20
25
30
35
40
nov -10
Fuente: Investigación directa.
Otro importante indicador para comprender el comportamiento de los electores se encuentra
en la evaluación del gobierno y la capacidad del presidente para resolver los problemas del país.
Según la percepción de los ciudadanos, como se puede observar en la gráfica 5, 73% de los
entrevistados considera que el gobierno de Calderón es malo o muy malo; el 23% cree que es
bueno y muy bueno. Por tanto, consideramos que dichas evaluaciones son ingredientes importantes para la decisión de voto.
Gráfica 6. México D.F. noviembre 2010. ¿Cómo califica al gobierno de
Marcelo Ebrard?
6
Muy bueno
41
Bueno
34
Malo
13.4
Muy malo
5.7
NS/NC
0
6
13
19
25
nov -10
Fuente: Investigación directa.
136 - Revista
PANMexicana de Opinión Pública,
10.9 febrero 2013
PRI
12.6
31
38
44
50
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
Muy bueno
6
Bueno la gráfica 6 muestra que la evaluación del Jefe de Gobierno41del Distrito Federal
En contraste,
es positiva, pues el 46% de los entrevistados lo juzga bueno y muy bueno, mientras que el
34
47.4% deMalo
los entrevistados lo juzga malo y muy malo, lo que significa
que la mayoría percibe
al gobierno
capitalino
de
manera
negativa.
De
tal
suerte,
tal
evaluación
negativa
puede afectar
13.4
Muy malo
la intención de voto hacia el PRD, pues aun cuando este partido siga estando adelante de sus
NS/NC
oponentes
en las encuestas5.7
de opinión, una continua evaluación negativa del Jefe de Gobierno
puede incidir no sólo
en
las
de victoria
contiendas,
0
6 posibilidades
13
19
25 de este
31 partido
38 en próximas
44
50
sino también en las posibilidades de Ebrard como potencial candidato a la presidencia de la
República en 2012.
nov -10
Gráfica 7. México, D.F. noviembre 2010. ¿Con respecto a los partidos
políticos, usted se define...?
PAN
10.9
PRI
12.6
PRD
13
PT
6.1
PVEM
1.9
Convergencia
1.6
PANAL
2.6
Ninguno
42
NS/NC
9.1
0
6
13
19
25
31
38
44
50
nov -10
Fuente: Investigación directa.
Una de las modalidades para medir las posibilidades electorales de una agrupación política
es la identificación político-partidaria (Moreno, 2003: 51), el llamado “voto duro” que tiene un
partido político. Sin embargo, debido a las crisis en la representación política en la actualidad, se
onserva cómo han ido disminuyendo estos niveles de identificación de los posibles electores y
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 137
Murilo Kuschick Ramos
ha aumentando la cantidad de aquellos que afirman no identificarse con ninguna organización
política (42%): mientras que PRI y PRD se encuentran prácticamente empatados, el primero con
13% y el segundo 12.6%, el PAN se halla más rezagado con cerca del 11%.
Gráfica 8. México D.F. noviembre 2010. Si hoy hubiera elecciones para
presidente de la república, ¿por cuál partido votaría?
PAN
13.1
PRI
21.1
PRD
17.1
PT
7
PVEM
1.4
Convergencia
3
PANAL
3.9
Ninguno
20.3
NS/NC
12.5
0
5
10
15
20
25
30
nov -10
Fuente: Investigación directa.
Lo anterior se refleja en la gráfica 8, donde se observa la intención de voto en la capital del
país para presidente de la República: el PRI lleva la delantera con 21% de los posibles electores;
le sigue el PRD con 17.1%, y el PAN con 13.1 %. Lo interesante es la intención de voto para el
PT (7%) y Convergencia (3%), partidos que podrían aliarse con el PRD y hacerlo más competitivo hasta colocarlo en un empate técnico con el PRI; sin embargo, creemos que esta situación
es fruto de la propaganda desarrollada por estos partidos promoviendo a López Obrador, lo
que lo hace aparecer como el más viable candidato de estos partidos en la próxima elección
presidencial.
Si tomamos en cuenta la alianza del PRI con el PANAL y el Partido Verde Ecologista, le permite contar con 26.4% de los votos, considerar a los posibles votantes que no declaran su
138 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
intención de voto, que comprende el 33% de los entrevistados. Por ello, la frustración de los
ciudadanos en relación con el partido que gobierna a nivel federal, así como su evaluación con
respecto del gobierno local, los canaliza hacia el PRI como una probable opción de voto, lo que
constituye una gran novedad en la capital del país, que, como se decía antes, fue el principal
bastión del Partido de la Revolución Democrática.
Gráfica 9. México D.F. noviembre 2010. Si hoy hubiera elecciones para
presidente de la república, ¿por cuál de los siguientes candidatos votaría
usted?
6.8
Santiago Creel
5.1
J. Vazquez Mota
3
Alonzo Lujambio
19
E. Peña Nieto
0.1
Fidel Herrera
0.9
Manlio Fábio B.
18.4
A. López Obrador
8.6
Marcelo Ebrard
20
Ninguno
17.7
NS/NC
0
5
10
15
20
nov -10
Fuente: Investigación directa.
En relación con los probables candidatos a la presidencia de la República, encontramos un
empate técnico entre Peña Nieto, quien cuenta con 19% de la intención de voto, y López Obrador, que se encuentra muy cerca del posible candidato del PRI, con 18.4% de los probables
electores. Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno de la ciudad de México, le sigue con 8.6%, mientras
que Santiago Creel del PAN tiene 7%, siendo el mejor colocado entre los panistas. Empero, es
importante resaltar que cerca del 40% de los entrevistados dice no tener preferencia por ninguno de los posibles candidatos, o simplemente afirman que no saben aún por quién votarán en las
venideras elecciones. Aquí, el elemento importante es el hecho de que López Obrador tiene meRevista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 139
Murilo Kuschick Ramos
nos simpatía que los partidos que lo podrían postular. En cambio, el PRI ya está por encima de su
candidato, lo que puede ser un reflejo del desgaste que ha tenido el PRD gobernando la ciudad
capital, y el PAN gobernando al país, pues el PRI, si bien gobierna el estado vecino (estado de
México), la mayoría de las personas que viven en la ciudad de México desconoce la realidad de
esa entidad, aunque de manera frecuente observa la propaganda que es difundida por algunos
canales de televisión, en donde el actual gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto,
ha sido fuertemente promovido y apoyado9, principalmente por Televisa, que lo ha hecho su
más probable candidato para la nueva contienda electoral. Mientrastanto, TelevisiónAzteca se
ha enfrascado con el Instituto Federal Electoral (IFE) a partir de la última reforma electoral, que
obliga a los concesionarios de los medios electrónicos a difundir gratuitamente en los tiempos
oficiales la propaganda electoral de los partidos políticos. Hasta la última elección, los partidos
compraban dichos espacios, lo que significa que las televisoras han perdido una fuente primordial de ingresos, por lo que la han emprendido en contra del Instituto Federal Electoral (IFE), el
administrador de estos tiempos.
Gráfica 10. México D.F. noviembre 10. Usted o alguno de sus familiares
recibe apoyo de alguno de los programas del gobierno del D.F.
9.6
Recibo apoyo adulto mayor
20.1
Apoyo familiar adultos mayores
2.9
Apoyo madres solteras
3.5
Familiar madres solteras
1
Apoyo programa vivienda
3
Familiar programa vivienda
3.8
Estudio en prepa universidad D.F.
4.6
Familiar que estudia en prepa
1.3
Recibo seguro desempleo
2.4
Tengo familiar seguro desempleo
22.6
Ninguno
24.6
NS/NC
0
5
10
15
20
25
nov -10
Fuente: investigación directa.
9 En el caso de México, en el ámbito de la televisión privada ,existe un duopolio televisivo que se encuentra dominado por
dos cadenas del televisión: Televisa, que posee cuatro canales de televisión abierta (2, 4, 5 y 9), y su competidor, Televisión
Azteca, tiene dos canales (7 y 13); sin embargo, Televisa controla 70% del rating.
140 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
30
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
Un elemento central en las elecciones mexicanas lo cosntituyen los programas sociales que
desarrollan los diferentes gobiernos para granjearse el apoyo de los grupos mayoritarios; los
partidos y los gobiernos en todos los niveles los realizan tanto a nivel local, estatal y federal, y
el gobierno de la ciudad de México no es la excepción. De ahí que, como lo muestra la gráfica
10, el 10% de los entrevistados adultos mayores recibe apoyo económico y cerca de 20% afirma
tener algún pariente que ha sido beneficiado eneste programa. Esto puede significar que gran
parte del apoyo del PRD está relacionado con las personas y sus familiares que reciben este tipo
de beneficios. Cabe señalar que una cantidad cercana al 48% de los entrevistados no recibe
ningún tipo de apoyo, y ahí se encuentra parte de la población que no vota o no simpatiza con
el Partido de la Revolución Democrática.
Gráfica 11. México D.F. noviembre 10. Se dice que el área metropolitana
es insegura, ¿usted o alguien que conoce sufrió algún incidente,
recientemente?
25.1
Fui asaltado en la vía pública
5
Fui asaltado en mi hogar
11.6
Fui asaltado en mi coche o en transporte público
3.4
A mi me robaron mi coche
5.7
Fui secuestrado
No fui asaltado pero conozco quien sí
17.4
Ninguno
17.2
5.3
No fui asaltado en mi coche o transporte público
2.5
No fui asaltado conozco a alguien que si
3
No me robaron mi coche conozco a alguien que si
3.8
NS/NC
0
5
10
15
20
25
nov -10
Fuente: Investigación directa.
Una de las cuestiones que pueden influir en la decisión de voto de los electores ha sido la
inseguridad que se ha vivido en el país, de ahí que la gráfica 11 dé cuenta de esta situación: 25%
de los entrevistados declara haber sido asaltado en la vía pública; además, 5% afirma haber
sido asaltado en su hogar; 11.6% dice haber sido asaltado en su coche o en transporte público;
5% asegura haber sido secuestrado. Por tanto, 50% de los entrevistados no sólo percibe un alto
nivel de inseguridad, sino que ha sufrido algún tipo de incidente delictivo; creemos, pues, que
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 141
30
Murilo Kuschick Ramos
tales experiencias influyen en la intención de voto y en la predilección del individuo por partidos
que no son los que actualmente gobiernan, tanto en la ciudad de México como en el país.
Gráfica 12. México D.F. noviembre 10.¿Usted cómo se define? En su
opinión, ¿es la situación económica, mejor, igual o peor que la del año
pasado?
3.7
10.2
PAN
37.8
48.1
12.4
15.6
16
PRI
9.3
15.9
13.6
11.8
PRD
7.4
8.4
5.6
5.9
PT
3.7
1.2
3
1.7
PVEM
1.8
2.2
Convergencia
1.9
3.3
2.4
3.4
PANAL
48.5
41.9
Ninguno
17.6
27.8
0
5
10
Peor
15
20
Igual de mala
25
30
35
Igual de buena
40
45
50
Mejor
Fuente: Investigación directa.
En la búsqueda de explicación sobre la intención y la dirección de voto de los electores capitalinos, realizamos un cruce entre dos tipos de variables. En relación a la simpatía política por
142 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la elección del 2012
los distintos partidos políticos con respecto a la situación económica del país, ahí encontramos
que prácticamente la totalidad de los votantes panistas cree que la situación económica del país
ha mejorado o se mantiene igual de buena. En cuanto a los simpatizantes priístas, la perspectiva
es inversa; esto es, los posibles electores de Peña Nieto perciben que la situación económica ha
empeorado.
Gráfica 13. México D.F. noviembre 10. ¿Cómo percibe usted la situación
económica del país? ¿Por cuál de los siguientes candidatos votaría usted
para presidente de la República?
Ninguno
44.6
45.4
6.3
3.3
M. Ebrard
11.3
3.8
A. López O.
2.6
42.5
42.5
51.5
39.6
6.2
M. F. Beltrones
45.5
36.4
18.2
100
F. Herrera
E. Peña N.
4.6
8
A. Lujambio
45.9
29.7
13.5
11
35.9
J. Vazquez M.
6.3
22.6
11
10
45.3
12.5
S. Creel
0
46.6
40.8
20
Peor
30
33.3
33.3
40
Igual de mala
50
60
70
Igual de buena
80
90
100
Mejor
Fuente: Investigación directa.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 143
Murilo Kuschick Ramos
Con la gráfica 13 intentamos probar la existencia de una relación entre la selección del
candidato para las elecciones presidenciales y la percepción de la situación económica del país;
nuestra hipótesis plantea que la percepción varía en función de nuestras predilecciones políticas;
esto es, si una persona es votante del PAN, percibe que la situación económica está bien, por lo
que su juicio acerca de la administración que desarrolla su partido es más indulgente que la que
tienen los partidarios de partidos opositores. Así, los electores que piensan elegir a los posibles
candidatos del PAN, como Santiago Creel, Josefina Vázquez Mota y Alonso Lujambio, evalúan
la situación económica del país de manera más indulgente que aquellos que piensan votar por
los candidatos del PRI, como Enrique Peña Nieto, los cuales casi en su totalidad perciben que la
situación económica del país ha empeorado o se mantiene igual de mala. De la misma manera
ocurre con los posibles electores del PRD, en el caso de López Obrador y de Marcelo Ebrard. Para
los opositores es importante recalcar en sus campañas la mala situación de la economía, y para
los oficialistas, manifestar que la situación económica del país no es mala y que ha mejorado.
No obstante, es importante que tanto unos como otros logren convencer al grupo de los indecisos, que en la encuesta aparecen bajo el rubro de “ninguno”, pues son ellos los que deciden el
resultado de una elección.
“De acuerdo con Lewis-Beck, lo que da significado a la asociación estadística entre la economía y las elecciones, es la creencia subyacente de que los ciudadanos como individuos reaccionan sistemáticamente a los estímulos económicos al momento de votar10.” De esta manera,
la teoría del voto económico se guía por la idea de que a los votantes les agrada que haya
crecimiento y les disgusta que haya inflación y desempleo. Son retrospectivos: votan a favor del
[partido] gobernante si la economía va bien durante su gestión (esto es, [si se registra] un bajo
nivel de desempleo y una baja inflación, o un alto crecimiento)”.11
Gráfica 14. ¿Cómo califica usted el gobierno de Felipe Calderón? Si hoy
se fueran a realizar las elecciones para presidente de la república, ¿por
cuál partido votaría usted?
22.2
44.4
PANAL
28.9
2.2
45.6
43.5
Nnguno
10.9
55.6
33.3
Convergencia
7.4
2.3
29.4
58.8
10 Lewis-Beck,
PVEMEconomics and Election: The Major Western Democracies, p. 33
11.8
11 A., Alesina, y N. Roubani, Op. cit. p.19 y A. Moreno, La decisión electoral: votantes, partidos y democracia en México,
p. 265.
144 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
PT
46.6
100
Nnguno
10.9
55.6
33.3
Convergencia
Pronóstico
electoral para el 7.4
Distrito Federal en la elección del 2012
2.3
29.4
58.8
PVEM
11.8
100
PT
46.6
40.8
PRD
8
4.6
45.9
29.7
PRI
13.5
11
35.9
45.3
PAN
6.3
12.5
0
10
20
Muy malo
30
40
50
Malo
60
70
Bueno
80
90
100
Muy bueno
Fuente: Investigación directa.
Otro elemento importante es la relación que existe entre la intención de voto y la calificación del gobierno en turno; esto es, la calificación de la labor presidencial o de un gobernante,
sea local estatal. Como dice Mueller (1991), la evaluación del gobierno en turno implica de la
calificación del desempeño de un gobernante. Esto significa que una evolución positiva le podrá
generar votos para él o para su partido, y aquí se puede verificar tal hipótesis: casi 7 de cada
10 panistas entrevistados consideran que el gobierno de Calderón es muy bueno o bueno y
que votarían por este partido, mientras que 8 de cada 10 perredistas creen que el gobierno del
presidente es malo o muy malo y, por lo tanto, no votarían por este partido. En el caso de los
priístas 7 de cada 10 piensan que el gobierno de Calderón es malo o muy malo; sin embargo, 3
de cada 10 califican al gobierno de Calderón como bueno o muy bueno, no obstante no votan
por el PAN; por tanto, en este caso la evaluación del desempeño del gobernante no es un indicador suficientemente preciso, pues los simpatizantes del PRI pueden evaluar de buena manera
a un gobierno panista y no votar por él. Los votantes priístas se apoyan más en su simpatía
al momento de decidir la dirección de su voto y no se guían por los juicios económicos, como
ocurre en el caso de su evaluación a un gobierno de signo contrario. No obstante, los indecisos
tienen un comportamiento muy similar al de los perredistas y califican al gobierno panista como
muy malo y malo y, por tanto, es de esperarse que voten tanto por el PRD como por el PRI en
las próximas elecciones.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 145
Murilo Kuschick Ramos
Conclusión
Una conclusión importante que podemos obtener de este trabajo es el hecho de que el PRD,
como partido gobernante en la ciudad de México, ha sufrido el desgaste de tantas administraciones. Asimismo, el partido del sol azteca ha ido debilitándose, por un lado, como decíamos, por
el tiempo que lleva en el poder, y por otro, por las divisiones que han sido evidentes,, en donde
López Obrador, si bien es puntero en las encuestas, se encuentra identificado por la opinión
pública como un candidato impulsado por el PT y Convergencia, mientras que Marcelo Ebrard
es visto como candidato del PRD. Además, es importante señalar que la elección presidencial es
principalmente una lucha entre personalidades: qué político me cae mejor y cuál peor; de ahí
que encontramos un escenario en donde los candidatos superan a los partidos en la intención
de voto, aun cuando en el momento de elegir se vote por los partidos.
Otra consideración que toma relevancia es la percepción que se tiene de la situación
económica del país y de la calificación que se le otorga al gobierno en turno; estas variables,
relacionadas con la simpatía política en el primer caso, nos permiten concluir que la simpatía
política define mi percepción acerca de la situación económica. Si una persona simpatiza con el
PAN, pensará que la situación económica del país es buena; mientras que los simpatizantes de
los opositores pensarán lo contrario; por tanto, la opinión pública suele ser subjetiva, es decir,
nuestras opiniones están mediadas por nuestra visión del mundo y por nuestra simpatía política. Esto significa que aun cuando perciba la situación económica del país como buena, o que
califique el gobierno de un partido opositor al de mi simpatía como bueno, esto no determina la
dirección de mi voto, el cual está ligado a mi afiliación política. Por tanto, los únicos votos que
pueden ser conquistados en las campañas políticas son aquellos que no están identificados con
ningún partido y pueden modificar y/o transformar la dirección en función de cómo perciban la
situación económica del país, o qué calificación tengan del gobierno en turno. Esto no significa
que unos sean objetivos y otros subjetivos al momento de tomar una decisión, sino que van a
tomar en cuenta la información que en muchos casos aparece bajo la forma de spots que se
difunde a través de los medios de información, esto es, el elector indeciso, al no estar comprometido con una posición política específica, debe nutrirse de otras fuentes, de otras modalidades
impresionistas, como es el caso de las imágenes de los posibles candidatos y relacionarla de manera simbólica con cualidades y capacidades de los mismos, así como de supuestas capacidades
y cualidades del gobierno en turno o, en términos imaginarios, del gobierno que vendrá.
Bibliografía
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146 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
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Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 147
Memoria de la
opinión pública
Balance de las elecciones de 1991 en México 2
1
Silvia Gomez Tagle3
Resumen4
El presente artículo reflexiona en torno a la necesidad que existe de utilizar estudios académicos
sobre los procesos electorales. Una primera razón radica en la importancia del conocimiento de
los factores que inciden en la dinámica del régimen político, y una segunda, en la relevancia de
la aportación política al mejoramiento del proceso democrático.
Se analizan las condiciones que contextualizan la legitimidad electoral y se aborda el tema
de la necesidad de formación de profesionales en estudios electorales, quienes enfrentarían los
problemas que surgen en los organismos electorales. Este articulo ofrece datos cuantitativos de
diferentes estados de la República Mexicana, relacionados con la distribución y el apoderamiento político; las regiones en donde operan los partidos políticos; el establecimiento del padrón
electoral; el registro de partidos; los candidatos y las campañas electorales de 1991 y 1988, de
las que se analizan las estructuras gubernamentales en que el PRI sustenta los mecanismos
de régimen. Finalmente, se realiza un análisis sobre lo que implica la vigilancia electoral y los
asuntos jurídicos en torno a esta materia, tanto como las impugnaciones en los organismos
electorales.
Palabras clave
Procesos electorales, investigación académica, campañas, padrón electoral, partidos políticos,
vigilancia electoral, TRIFEL y PRONASOL.
Abstract
This article reflects on the need for scholarship on electoral processes. A first reason is the importance of knowledge of the factors affecting the dynamics of the political regime, and second, on
the relevance of political contribution to the improvement of the democratic process.
Are studied the conditions that contextualize electoral legitimacy and addresses the issue of the need for professional training in electoral studies, who face the problems that arise
in the electoral bodies. This article provides quantitative data from different states of Mexico,
related to the distribution and political empowerment, operational regions of political parties,
the establishment of the electoral roll, party registration, candidates and election campaigns of
1991 and 1988, discussed the government structures in the mechanisms underlying PRI regime.
1 Texto tomado de la Revista Mexicana de Sociología, Vol. 54, No. 1 (enero - marzo, 1992), pp. 253-287. Agradecemos
al IIS-UNAM y a la RMS por permitir la publicación de este artículo. La selección estuvo a cargo de Rosa María Mirón; la
ubicación y transcripción, de Makoto Noda.
2 Relatoría del III Seminario Nacional del Proyecto de Investigación Colectiva, “Balance de las elecciones federales de
1991 en México”, Coordinación de Humanidades de la UNAM, Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México,
Consejo Mexicano de Ciencias Sociales, celebrado del 12 al 15 de noviembre de 1991.
3 Silvia Gómez Tagle, coordinadora del Grupo de Trabajo Especializado de Estudios Electorales. Consejo Mexicano de
Ciencias Sociales. Relatores: Jorge Alonso, Pablo Javier Becerra, Daniel Cazés, Leonardo Curzio, Silvia Gómez Tagle, Arturo
Sánchez, María Eugenia Valdés, Guadalupe Valencia.
4 N. del E. Se respetaron las notas de la publicación original. El resumen y las palabras clave se redactaron para la publicación actual.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 151
Silvia Gómez Tagle
Finally, are also studied the electoral monitoring and legal issues surrounding this matter, as well
as challenges in the electoral bodies.
Keywords
Electoral processes, academic research, campaigns, voter registration, political parties, election
monitoring, PRONASOL, TRIFEL.
Introducción
Cada reforma electoral ha tenido el propósito de mejorar el sistema político mexicano. La de
Reyes Heroles (1977) buscaba dar acceso a las minorías a la Cámara de Diputados por la vía
plurinominal. La reforma emprendida por Miguel de la Madrid en 1986, independientemente
de las intenciones políticas que haya perseguido, tuvo como resultado fortalecer el control del
PRI sobre los organismos electorales. La más reciente, emprendida por iniciativa de Salinas de
Gortari en 1989, aspiraba dotar a las instituciones electorales de imparcialidad y dar credibilidad
a los resultados de las elecciones.
En un contexto de cambio político como el mexicano (en el que se “estrena” una nueva
legislación en cada elección federal), el estudio académico de los procesos electorales tiene
una doble importancia: primero, enriquecer el conocimiento de los factores que inciden en la
dinámica del régimen político; y segundo, realizar una aportación política a la consolidación del
proceso democrático, en tanto que la información sistematizada y objetiva acerca de los obstáculos que se presentan para la democratización puede generar un nuevo consenso social sobre
las condiciones de la legitimidad electoral.
En el Tercer Seminario Nacional del Grupo de Trabajo Especializado en Estudios Electorales
de COMECSO participaron alrededor de 40 investigadores, quienes realizaron trabajos en 25
entidades del país. Estas actividades fueron el producto de un esfuerzo colectivo realizado a lo
largo de todo el año, en el que se intentó cubrir temas y aplicar criterios metodológicos similares con el fin de obtener resultados comparables. Las ponencias presentadas ofrecieron una
visión novedosa de los problemas electorales. Las particularidades de cada una de las entidades
pusieron de relieve las profundas diferencias en el desarrollo político de cada una de ellas así
como en cuanto a la competitividad electoral por la desigual presencia de los partidos políticos
de oposición. Tales diferencias muchas veces se soslayan en un análisis nacional. El hecho mismo
de que la información electoral no sea siempre accesible, es un dato acerca de las características
del proceso político en algunas entidades. La ausencia de una mínima estructura académica universitaria que facilite el desarrollo de investigaciones electorales y la formación de profesionales
en esta especialidad, es otro problema que revela la disparidad entre las entidades federativas.
Las investigaciones realizadas por el grupo de COMECSO estuvieron orientadas fundamentalmente a evaluar la participación de los partidos políticos y a calificar el funcionamiento de
los nuevos organismos electorales. Quizá lo más original de este proyecto sea precisamente Ia
búsqueda de información puntual sobre el proceso electoral y la participación de los partidos políticos, porque esto implica una relación del investigador con el «dato» que no supone eliminar
sus reflexiones, pero que obliga a revisar lugares comunes o generalizaciones que se han venido
sosteniendo en torno a la transición hacia la democracia. En general, se advirtió que los nuevos
152 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
organismos electorales creados para las elecciones federales de 1991 reprodujeron las mismas
prácticas viciadas que se habían presentado tradicionalmente, lo cual no es extraño porque gran
parte del personal «profesional» que se contrató ya había participado antes en tareas similares.
También los partidos de oposición enfrentaron serias dificultades para nombrar representantes en los organismos electorales, y en algunos casos sus representantes fueron ineficaces
debido a la falta de conocimientos en materia de legislación electoral.
Son de gran interés para el análisis de las relaciones políticas las formas en que se enlazan
los procesos electorales federales con las elecciones locales, así como la articulación de los
intereses de los grupos locales de poder con los gobernadores y los alcaldes. Por esta razón, las
elecciones federales del 18 de agosto de 1991 vistas desde cada entidad, más que por sí mismas,
cobraron importancia como consecuencia o como antecedente de las elecciones locales.
Se podría concluir que los distritos electorales federales para elegir diputados no constituyen
espacios geográficos en los que se dé una lucha política, sino que las delimitaciones de los
distritos electorales tienden a desarticular la acción de los partidos y de Ia sociedad; por eso el
PRI, que se apoya en la estructura gubernamental profesional, tiene mayores posibilidades de
organización que los demás partidos cuya base de sustentación son sus propios militantes y los
movimientos sociales espontáneos.
Las cinco circunscripciones en las que se divide el país para la asignación de diputados plurinominales son todavía más desarticuladoras que los distritos electorales federales (como puede
verse en los cuadros del 1 al 5, los porcentajes de votos por circunscripción diluyen las diferencias de las entidades). Por ejemplo, en la Primera Circunscripción, la baja votación del PRI en
el Distrito Federal se compensa con dos entidades que son altamente favorables a ese partido:
Tlaxcala y Puebla. Esto explica Ia “lógica” de una demarcación arbitraria, ya que el Distrito Federal no tiene continuidad geográfica con esas dos entidades. En cambio, el Estado de México
y Morelos que sí colindan con el DF, forman parte de la Quinta Circunscripción, con Guerrero y
Oaxaca (altamente priístas). Asimismo, la Segunda Circunscripción incluye a Chihuahua y Guanajuato (panistas) y a San Luis Potosí, donde hay una oposición fuerte, con cinco entidades priístas: Querétaro, Hidalgo, Coahuila, Durango y Zacatecas. En cambio, Sonora y Baja California, que
naturalmente corresponden a la frontera norte, al igual que Chihuahua, Coahuila y Nuevo León,
quedaron en la Cuarta Circunscripción, junto con Sinaloa, Nayarit, Jalisco y Michoacán (antes
predominantemente priístas). Finalmente Nuevo León y Yucatán (panistas) fueron agrupados
con Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo. ¡Nada más alejado de la
idea de “región”! Cabe aclarar que la actual división de la República en cinco circunscripciones
data de 1985 y fue pensada más para contrarrestar los avances del PAN entre 1982 y 1984, que
por la competencia con otras fuerzas como el FDN en 1988 o el PRD en 1991.
En la gráfica 1 se muestran las tendencias históricas en las elecciones federales mexicanas
desde 1961, expresadas en porcentajes de votos por partido respecto del total de votos nacional. En ella se observa una paulatina tendencia a la baja de los votos a favor del PRI con
dos caídas bruscas: en 1973 y sobre todo en 1988; y dos únicos momentos de recuperación
importantes: 1976 (cuando presentó candidato único a la presidencia) y 1991. El PAN ha tenido
altas y bajas siguiendo una línea ascendente muy moderada. Los partidos que aquí se agrupan
bajo el nombre de: “izquierda” (PPS, PARM, PEM-PSUM-PMS, PST-PFCRN, PRT, PMT y PSD en
distintos momentos) han obtenido porcentajes de votación tan pequeños que se necesitaría una
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 153
Silvia Gómez Tagle
gráfica con mayor escala para apreciar su desarrollo. Sin embargo, observados en conjunto, a
partir de 1979 han incrementado su participación en la votación total más rápidamente que el
PAN. Solamente el FDN, que logró aglutinar a la mayoría de estas fuerzas en 1988, alcanzó un
porcentaje de votación cercano al 30% (el más alto que haya alcanzado la oposición en una
elección presidencial). Este ascenso correspondió al descenso en la votación priísta de 65% a
50%. La diferencia entre el FDN y el PAN es que éste es un partido orgánico, mientras que las
fuerzas de izquierda que apoyaron la candidatura de Cárdenas en 1988 mantuvieron una alianza muy frágil. Por primera vez en 1991 se presentó a las elecciones federales el PRD, un partido
de izquierda, independiente, que obtuvo por sí solo una votación de 9% (la más alta de que se
tenga memoria en el plano nacional).
Otro hecho interesante fue la gran capacidad del PRI para movilizar a los ciudadanos con el
fin de que votaran a su favor el 18 de agosto. En la gráfica 2 se observa que la estrecha correspondencia entre el total de votos y votos para el PRI ha sido una constante desde 1991, lo cual
podría indicar que cuando los mexicanos van a votar, votan por el PRI. Dicho de otra manera, el
partido oficial tiene la capacidad de convocar a una gran masa de ciudadanos que en general
son indiferentes a las elecciones. Pero esta movilización se logró en gran parte con el apoyo del
aparato gubernamental, por lo que es dudoso el valor político de esos votos. Además, en un
número importante de organismos electorales de todos los planos se cometieron irregularidades
que favorecieron al partido oficial, cuyo impacto en los resultados de la votación es imposible
de evaluar con exactitud, pero que arrojan dudas sobre la legitimidad del resultado oficial de
los comicios.
Por primera vez en los últimos 30 años, en 1991 disminuyó en números absolutos el padrón
electoral. Al aumentar el número de votantes en números absolutos y reducirse el número de
ciudadanos empadronados, la abstención decreció; al incrementarse la votación priísta, el porcentaje de votación a favor de los demás partidos disminuyó aun en los casos en que la votación
en números absolutos se acrecentó (Michoacán).
Hay varias consideraciones que se desprenden de estos datos: a) El gobierno puede definir el
“tamaño de la cancha de juego” al controlar el registro de ciudadanos con derecho a voto; b)
Esto, a su vez, permite determinar el número de votos que requiere para lograr el triunfo del PRI;
c) Por ello, es importante realizar el análisis electoral y comparar elecciones locales y federales
de varios años con base en cifras absolutas.
En la gráfica 2 se muestra el comportamiento de tres variables electorales de 1961 a 1991:
ciudadanos empadronados, total de votos emitidos y votos a favor del PRI. En 1973, 1979 y
1985, en elecciones sólo para diputados, Ia votación en números absolutos había descendido
con relación a la elección federal anterior, que fue presidencial. La elección presidencial de 1988
fue la primera en que hubo menos votos que en la elección intermedia anterior (1985); y la de
1991 fue la primera elección sólo de diputados y senadores (intermedia) en que la votación
superó por un amplio margen a la elección presidencial anterior, tanto en total de votos como
en votos a favor del PRI, además de que ha sido la única ocasión en Ia que disminuyó el número
absoluto de empadronados. Por esas dos razones, Ia de 1991 debe considerarse una elección
atípica.
También se advirtió que Ia Iucha política no siempre pasa por las elecciones federales; en
ocasiones, Ia elección de candidatos del PRI fue más importante, como ocurrió en Colima. En
154 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
situaciones poco competidas, el gobierno contó con suficientes recursos para organizar la votación distrito por distrito y sección por sección, sin que los partidos de oposición pudieran ampliar
significativamente su capacidad de convocatoria. No ibstante, en otras ocasiones, cuando las
elecciones realmente se convirtieron en un espacio de Iucha por el poder político, como ocurrió
en Guanajuato, San Luis Potosí, Sonora y algunos municipios aislados del resto del país, los
ciudadanos rebasaron la capacidad del gobierno y su partido para manipular el resultado de
las elecciones. Por ello, la existencia de partidos independientes del gobierno y sobre todo su
vinculación con los ciudadanos, sus preferencias y su decisión de defender el voto, es decisiva
en el resultado de un proceso electoral y por tanto deberán ocupar Ia atención de futuras investigaciones.
La experiencia de 1991 podría indicar que el control tradicional sobre los ciudadanos mexicanos sigue funcionando en gran parte del país cuando se trata de procesos electorales que no
despiertan un gran interés. Sin embargo, el sistema dio lugar a conflictos graves en aquellas entidades en donde las elecciones federales coincidieron con elecciones locales muy competidas.
Finalmente, es menester agregar una reflexión de Jaime González Graf con respecto a la
distinción entre Ia “alquimia electoral” y el “fraude” propiamente dicho. Los mecanismos de
operación pueden ser muy similares, pero los objetivos no. La alquimia se refiere a un proceso
de manipulación de las cifras electorales para presentar una imagen global de los resultados que
convenga al grupo en el poder. Por medio de la alquimia, se busca incluso incrementar los votos
de algún partido de oposición para evitar Ia pérdida de su registro.
El fraude, por otra parte, está encaminado a quitarle el triunfo a otro partido para otorgárselo
al PRI. Las consecuencias políticas de uno y otro han sido evidentes en los conflictos poselectorales. La incorporación de este razonamiento permite evaluar no sólo la actividad gubernamental respecto de las elecciones, sino la fuerza real de los partidos políticos en el proceso de cambio
que experimenta la democracia mexicana. Esta distinción conceptual permite entender mejor la
naturaleza de los conflictos electorales en 1991; parecería que Ia “alquimia” fue un recurso que
sirvió para garantizar en determinado porcentaje la votación a favor del partido oficial en gran
parte del país (quizás un poco superior al que habría obtenido sin ese recurso). Pero el “fraude”
permitió que el PRI arrebatara el triunfo a otros partidos en los lugares donde Ia competencia
electoral fue muy intensa; por ello desencadenó graves conflictos sociales.
Primera circunscripción: Distrito Federal, Puebla Y Tlaxcala
En los trabajos presentados sobre Puebla y el Distrito Federal se evidenció el gran contraste en
las características generales de los procesos políticos que orientaron el desarrollo de las elecciones, así como en el comportamiento del Partido Revolucionario Institucional y de los demás
partidos; en Tlaxcala no se realizó alguna investigación.
En Puebla, la proximidad del proceso para elegir nuevo gobernador de Ia entidad (1992)
influyó en el comportamiento de los grupos políticos locales en el proceso electoral de 1991.
Así, que la Iucha por las candidaturas a diputados entre los múltiples grupos que componen
al PRI motivó un conflicto entre miembros de la CTM y del SNTE, y después de las elecciones
se suscitó otro enfrentamiento entre miembros de la CTM y la CNC, porque los grupos políticos
locales estaban más orientados a fortalecer sus posiciones para Ia nominación del próximo
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 155
Silvia Gómez Tagle
gobernador que hacia la conquista de las curules federales.
Por su parte, la ausencia de elecciones locales en Ia ciudad de México generaba una lucha
política muy diferente porque no existía una relación entre grupos políticos locales y los funcionarios del gobierno de la ciudad de México. Además, tampoco existía una relación entre los
distritos para elegir diputados y las delegaciones del DDF. El regente de la ciudad era designado
por el Ejecutivo y los delegados por el regente, de tal suerte que las autoridades políticas del DF
eran totalmente ajenas a los procesos electorales. Finalmente, hay que tomar en cuenta que el
espacio urbano del DF se extiende a toda la zona metropolitana, invadiendo una amplia región
deI Estado de México. Ello permite que en la actividad y problemática cotidiana del DF participen
ciudadanos que no habitan en los límites formales de la ciudad de México, y que por lo tanto no
votan en uno de sus cuarenta distritos electorales federales.
Se podría afirmar que mientras en Puebla el enfrentamiento entre los sectores del PRI y los
grupos políticos locales se hizo público, y el gobernador tomó posición al respecto, en Ia ciudad
de México el debate político tendió a reproducir la problemática nacional tanto en el PRI como
en los demás partidos. Por ello, los conflictos políticos en el DF quedaron enmarcados en un
debate que involucró incluso la sucesión presidencial. El interés que mostró Manuel Camacho
Solís por tener presencia en el proceso electoral por varios medios, puede entenderse más en el
contexto de ese debate, que en una lucha política limitada al Distrito Federal: hizo un Ilamado
a los partidos para suscribir el “acuerdo de Ia civilidad” para los procesos electorales federales,
proporcionó recursos para las campañas políticas de todos los partidos que firmaron el acuerdo
y estuvo en contacto permanente con las autoridades electorales. En Puebla, en cambio, hubo
divisiones internas que afectaron a todos los partidos durante el proceso electoral: en el PRI, las
llamadas candidaturas de unidad fueron cuestionadas en varios distritos, al grado de que después de las elecciones se requirió una “operación de cicatrización” para resolver los conflictos;
en el PAN, las diversas facciones pelearon las candidaturas; en el PRD predominó la división
entre los ex miembros del PRI y los ex miembros del desaparecido PMS.
En el Distrito Federal las divisiones en los partidos se manifestaron de otra manera: en el PRI
aparentemente la lucha interna entre facciones cedió ante el Ilamado a Ia unidad y las cuarenta candidaturas incluyeron a todo tipo de priístas; en el PAN se siguieron los procedimientos
estatutarios para las elecciones internas, pero a pesar de que se guardó la legalidad formal, se
hizo evidente el conflicto entre las corrientes políticas que se disputan Ia dirección del partido
a nivel nacional, especialmente para Ia selección del candidato a senador; algo similar ocurrió
en el PRD, donde las precampañas de los postulantes para candidatos a senador fueron particularmente agresivas.
Por lo que toca a las campañas electorales, en Puebla, el PRI realizó una movilización muy
intensa en las zonas rurales encaminada a la próxima campaña para Ia elección de gobernador,
mientras que en las zonas urbanas fueron más discretas y dirigidas a las élites locales. Las campañas panistas se concentraron en las zonas urbanas. De los demás partidos sólo destacó el del
Trabajo por haber logrado una presencia relativamente importante en gran parte del estado. En
el DF, las campañas de Ia oposición se concentraron en el debate en torno a la reforma política
en la ciudad de México, pero fueron poco espectaculares. Sólo destacó la campaña del PRI en
los medios de comunicación.
Con respecto al padrón electoral, la ponencia sobre Puebla presentó datos respecto del recor-
156 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
te selectivo en la entrega de credenciales en algunos distritos urbanos en los que la oposición
podría ser más fuerte. En el caso del DF fue notoria la disminución de la población inscrita en el
padrón: de 4, 587, 423 personas en 1979 a 4, 511, 172 votantes potenciales en 1991. Este dato
es “sorprendente”, si no es que “sospechoso” de una reducción forzada de ciudadanos. Sin embargo, el porcentaje de empadronados en los 40 distritos del Distrito Federal según datos oficiales de 1991 fue muy alto, pero las quejas de sesgos en el proceso de inscripción de ciudadanos
y sobre todo en la entrega de credenciales y en la elaboración de las listas de votantes fue muy
generalizado, al punto de que el PAN sustentó la impugnación del Distrito 36 en la evidencia de
un manejo viciado en la entrega de credenciales y listas nominales.
Finalmente, en ambas entidades se observó un importante incremento en la votación a favor
del PRI. En Puebla se subrayó el Ilamado “efecto PRONASOL”. De hecho, el programa estuvo
presente en 200 de los 217 municipios que componen el estado. En el caso del DF, Ia votación
priísta obedeció también a una tarea importante de reorganización del PRI sección por sección,
la cual permitió montar un gigantesco aparato de movilización electoral. Asimismo, en las dos
entidades, los partidos de oposición más importantes (PAN y PRD) tuvieron una menor capacidad de convocatoria que en 1988. Sin embargo, el DF fue de nueva cuenta Ia entidad con mayor
votación opositora: mientras el promedio nacional de Ia votación priísta alcanzó el 61% del total
de votos, en el DF el partido oficial obtuvo apenas 46 por ciento.
Segunda circunscripción: Aguascalientes, Coahuila, Durango, Zacatecas,
Guanajuato y San Luis Potosí
En esta circunscripción faltó Ia investigación sobre Chihuahua y Querétaro. Primero haremos un
comentario de las ponencias de Aguascalientes, Coahuila, Durango, Zacatecas e Hidalgo.
Estas entidades se han caracterizado porque la oposición ha sido tradicionalmente débil; el
PRD es segunda fuerza en Hidalgo, Zacatecas y Durango, y el PAN en Coahuila y Aguascalientes.
Salvo en Zacatecas e Hidalgo, en las otras entidades el clero católico tiene gran influencia.
En 1991, las organizaciones sociales fueron absorbidas por la lucha electoral; tal fue el caso
del Comité de Defensa Popular, que se incorporó al PT de Durango, y del Frente Popular de
Lucha de Zacatecas, que se dividió y una de sus facciones pasó al PRD, mientras que la otra se
incorporó al PT.
Entre las organizaciones empresariales y religiosas de estos estados se observó vinculación
principalmente con el PAN y el PRI, mientras que algunas organizaciones de colonos se alinearon con el PFCRN y otras agrupaciones sindicales y de campesinos e indígenas con el PRD.
Organismos electorales
En general, los funcionarios electorales locales en estos estados provenían de la anterior burocracia electoral o eran ex miembros de las burocracias administrativas federales y estatales,
ligados por mucho tiempo al partido en el poder, por lo que su autonomía e imparcialidad fueron
dudosas en muchos casos. En Zacatecas, por ejemplo, todos los vocales de la Junta Local eran
priístas y el vocal ejecutivo no tuvo problema en reconocer que era militante priísta “desde
siempre”. En cuanto a los consejeros ciudadanos, se dijo que su relación con el partido oficial o
con los gobiernos estatales hizo que actuaran a su favor.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 157
Silvia Gómez Tagle
Los representantes de los partidos de oposición en los consejos locales y distritales se encontraron ante una mayoría priísta que obstruía sus propuestas y quejas; pero esta situación se
agravó, salvo raras excepciones, ya que debido a su escasa participación, los representantes del
PAN en Coahuila y Aguascalientes y del PT y PRD en Durango se mostraron débiles e indiferentes. En general, los representantes de los partidos estaban poco preparados en los procedimientos y prácticas legales a propósito del marco jurídico electoral. En Zacatecas fue especialmente
notoria esa deficiencia en el representante del PRD.
Así, la integración de los órganos electorales distritales, el número, la ubicación y la designación de los funcionarios de las casillas fueron decididos por la burocracia electoral y el partido
oficial sin mayores contratiempos. El proceso de insatisfacción ciudadana no parece haber provocado conflictos mayores en ningún caso, pero tampoco permitió garantizar la imparcialidad y
eficacia que eran necesarias para unas elecciones «transparentes».
Partidos, candidatos y campañas
En Zacatecas, Aguascalientes, Coahuila y Durango los partidos con mayor peso en el electorado
fueron el PRI y el PAN; como tercera fuerza en Durango se encuentra el PT, con base en su incorporación al CDP; en Coahuila el tercer lugar lo ocupó el PFCRN, el cual aprovechó los conflictos
internos en el PAN y en el PRD para ganar electores y también fue tercera fuerza política en
Aguascalientes; por último, el PRD y el PT siguieron al PRI y al PAN en Zacatecas.
Los procesos de selección de candidatos acarrearon algunas dificultades para el partido oficial. En Coahuila se enfrentaron las fuerzas locales “braulistas” a los representantes del salinismo, quienes apoyados por Hugo Andrés Araujo resultaron al final vencedores al impulsar
candidaturas de unidad que los favorecieron. En Durango también se observó la injerencia de
Hugo Andrés Araujo, ya que se produjeron fricciones entre los sectores obrero y campesino del
PRI con la UNE; finalmente ganaron los candidatos cetemistas. Sin mayores enfrentamientos,
en Aguascalientes se postularon también candidatos de esa central obrera y en Zacatecas sólo
causó problemas la candidatura al Senado de Arturo Romo.
Los demás partidos no tuvieron grandes conflictos, exceptuando al PAN, el cual sufre una
grave crisis interna en Aguascalientes. No hubo alianzas partidarias en ninguno de estos estados, ya que el único intento, frustrado por cierto, provino del PFCRN en Aguascalientes, cuando
quiso aliarse al PRI para derrotar al PAN arguyendo “el peligro para la entidad por encontrarse
rodeada de estados panistas”.
La campaña electoral del PRI se caracterizó por el dispendio y la ayuda oficial recibida, mientras las de los demás partidos se desarrollaron con recursos limitados. En este contexto parece
que el PT de Durango fue el único que contó con grandes recursos financieros y materiales que
le permitieron llevar acabo una campaña electoral similar a la del PRI. Debe señalarse que el
gobierno de Aguascalientes aportó 500 millones de pesos para la campaña de todos los partidos
y otorgó tiempo en la televisión local para el despliegue de propaganda partidista
Padrón electoral
El nuevo padrón electoral tuvo deficiencias notables en todos los estados de esta circunscripción. No se cumplieron los plazos establecidos en el proceso de empadronamiento ni en la
entrega de credenciales a los electores; en algunos casos, como Aguascalientes y Zacatecas,
el mínimo crecimiento del padrón de electores, e incluso su disminución, hace suponer que se
158 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
excluyó a un gran número de ciudadanos. En estos dos estados se habla de “rasuramiento” o
de “menor eficiencia” en las regiones en donde se podría generar votos dela oposición. En Durango, por el contrario, se dice que hubo una cobertura “eficiente” en las zonas caracterizadas
por el dominio del PRI.
Las deficiencias del padrón también se han explicado por el mal funcionamiento de los centros de cómputo regionales del IFE, y en el caso de Durango, por la falta de recursos debido a
que el gobierno local no cumplió su promesa de proporcionar apoyo financiero. Asimismo, con el
levantamiento simultáneo de su padrón, el PRI provocó confusión entre los ciudadanos.
Resultados electorales
El abstencionismo disminuyó en Coahuila y Aguascalientes respecto de la elección presidencial
de 1988, lo cual se explica por la reducción del número de empadronados, a pesar de lo cual los
votos del PRI aumentaron en números absolutos en estas dos entidades.
1988
1991
Empadronados
Participantes
Empadronados
Participantes
Aguascalientes
334 920
50%
313 355
69%
Coahuila
866 211
38%
672 529
55%
En Zacatecas, Durango e Hidalgo también fue notable el incremento de votos para partido
tricolor.
Ante estos resultados, los representantes de los partidos de oposición reaccionaron con desconcierto. A excepción del distrito V de Coahuila, donde se anularon las elecciones gracias a
la habilidad panista, muchos de los partidos instruyeron a sus representantes para que se ausentaran de los procesos de cómputo distrital y local sin haber interpuesto los recursos legales
adecuados, como forma de protestar por el control del PRI sobre los organismos electorales. Sin
embargo, con ello dejaron a las autoridades electorales en libertad de hacer lo que mejor les
pareciera y renunciaron a los ya de por sí limitados derechos que la ley otorga para impugnar el
fraude en el proceso electoral.
Guanajuato y San Luis Potosí
No obstante la especificidad de cada uno de los dos casos, resaltan elementos comunes que
permiten identificar afinidades. Por ello se hace un comentario aparte. En estas dos entidades
federativas coincidieron las elecciones locales para diputados y gobernador, por lo que las elecciones federales pasaron a segundo término.
En ambos casos, los principales candidatos opositores, Salvador Nava en San Luis Potosí y
Vicente Fox en Guanajuato, mostraron arrastre y carisma personal. El primero tenía ya una larga
trayectoria, y el segundo creó su identidad como un luchador por la democracia en el curso
del mismo proceso electoral. Sus campañas partieron de las ciudades más importantes para
de ahí irradiarse al resto del estado. Debido a la alta competitividad, estas elecciones fueron
especialmente observadas por testigos de toda índole, tanto nacionales como internacionales.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 159
Silvia Gómez Tagle
Sobresalió el derroche de recursos por parte del partido oficial, que en los dos lugares se dio el
lujo de cambiar el diseño de su propaganda para lograr mayor eficacia. PRONASOL y el uso de
los bienes estatales soportaron el peso principal de las campañas priístas.
Las campañas se distinguieron por la agresividad verbal. Mientras que en el PRI se quería
achacar la violencia a los opositores, éstos eran los que la padecían; no obstante, se logró concertar un debate entre los tres contendientes más representativos en Guanajuato, cosa que no
sucedió en San Luis Potosí.
Los organismos electorales favorecieron al partido del Estado en cada una de las etapas
del proceso. Hubo graves problemas en el empadronamiento y entrega de credenciales por la
selectividad manifiesta en contra de los opositores. Las irregularidades más graves se dieron en
torno a la elección de los gobernadores. Pese a que desde el PRI se llamó al cotejo de actas, las
evidencias del fraude fueron muy grandes. En Guanajuato, el panismo recurrió a todas las instancias legales para impugnar los resultados que favorecían indebidamente al candidato priísta.
No obstante, ningún recurso legal prosperó. En San Luis, el navismo prefirió no pasar por ese
trance, por considerar que sería inútil.
En los dos estados hubo fuertes y constantes movilizaciones de navistas y de panistas. La votación opositora se inclinó por el blanquiazul, gracias a lo cual en estas dos entidades se reconocieron algunos de los escasos triunfos en diputaciones federales del PAN. En las dos entidades,
los tribunales y los colegios electorales demostraban ser totalmente incapaces de “limpiar” los
procesos electorales para restituir la legitimidad a los resultados oficiales. Por ello, los dirigentes
opositores se propusieron llegar hasta la presidencia de la República. En Guanajuato la concertación panista con Salinas consiguió la renuncia del candidato oficialista antes de que tomara
posesión para que se designara a un importante panista de la región como gobernador, interino.
En San Luis Potosí, el candidato priísta fue ungido como gobernador pero la movilización navista
llevó a una situación de ingobernabilidad por la protesta constante y renovada que culminó
con la marcha del doctor Nava hacia la ciudad de México. Su planteamiento era contundente.
No habría negociación si no renunciaba quien había sido impuesto contra la voluntad de una
gran parte de la ciudadanía potosina. Polarizada esta demanda, se llegó a la renuncia de Fausto
Zapata después de unos cuantos días de difícil desempeño de su cargo. En esta entidad se encomendó la pacificación del conflicto potosino a un gobernador interino priísta.
El PAN fue acusado de arreglos cupulares en el caso de Guanajuato. Este partido se quejó de
no poder actuar libremente en San Luis Potosí porque las decisiones necesariamente mediadas
pasaban por el navismo. En las dos entidades, la respuesta inmediata de los priístas locales a
la decisión presidencial de sustituir al gobernador formalmente electo fue de airada y resentida
rebeldía, pero pronto volvió la disciplina.
En la solución de los dos casos intervinieron diversos factores: el peso del presidencialismo; la
influencia de la prensa internacional que tocaba uno de los pilares de sustentación del salinismo,
es decir, una muy cuidada imagen; presiones de los empresarios locales que veían peligrar sus
negocios con la efervescencia política, y una movilización ciudadana que en el caso potosino
trascendía la región y amenazaba contagiar otros espacios, sobre todo la capital de la República
en la coyuntura de un informe presidencial que requería presentar una situación de paz política
y social.
Tanto en Guanajuato como en San Luis Potosí, el presidente tomó una decisión al margen
160 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
de la legalidad. Hubo atropellos y simulaciones que dejaron una situación de ambigüedad en
cuanto a quién había resultado triunfador. El saldo electoral fue de una victoria parcial de la ciudadanía opositora; sin embargo, en última instancia, el voto no fue respetado. Esto contribuyó a
la desarticulación y el desánimo en no pocos opositores que demandaban que Fox y Nava fueran
reconocidos como gobernadores.
Se destacó el papel de liderazgos políticos locales más fuertes que los mismos partidos fraguados al calor de luchas electorales; el importante papel de las mujeres en las movilizaciones
electorales; la combinación de lo viejo y las innovaciones cibernéticas en el diseño del fraude por
parte del Estado y su partido; la diversidad de actuaciones de agentes sociales como la Iglesia y
los empresarios; la repercusión de los conflictos en las modificaciones a las legislaciones electorales locales y las contradicciones entre la legalidad y la legitimidad.
Tercera circunscripción
En esta circunscripción sólo se presentaron las ponencias de Chiapas y Yucatán; faltaron en el
seminario las de Quinta Roo y Nuevo León. No se realizó investigación en Tamaulipas, Veracruz,
Tabasco y Campeche.
Contexto político
A pesar de la competitividad PAN-PRI en Yucatán, hubo escaso interés del electorado por las
campañas. Se insistió en que el curso de los acontecimientos dependería mucho de la organización panista para la defensa del voto.
La Junta Coordinadora Empresarial consideró que sus reuniones con los partidos políticos
fueron un importante paso hacia un debate auténtico. La Junta solicitó que se informaran los
resultados de la votación de inmediato, reprobó los brotes de violencia “producto de la inmadurez”, exhortó al diálogo e hizo un llamado a emitir el voto.
La Iglesia también exhortó a votar y analizó los pormenores del proceso electoral. Acción
Católica Juvenil anunció que sus miembros se movilizarían para vigilar la votación El Juicio
Pastoral sobre PRONASOL se publicó el 28 de julio con la firma de diez sacerdotes. En ese texto,
que causó fuerte impacto, se destacaban cinco aspectos positivos: mejoras materiales, compañerismo, trabajo comunitario, organización y responsabilidad compartida; y nueve negativos:
centralismo, partidismo, malos manejos, escasa capacitación, endeudamiento de beneficiarios
con el gobierno, instrumentación del partido oficial, paternalismo y estímulo a la mentalidad
infantil, para la cual todo debe venir del gobierno.
Un repunte del corporativismo motivó el triunfalismo con el que la oficialidad esperaba “derrotar al PAN” en su propia casa. Para ello no escatimó recursos, alabanzas a la gobernadora, ni
censuras al ayuntamiento capitalino, por lo que el PAN denunció al Ejecutivo estatal por hostigamiento. La lucha electoral fue intensa en el Distrito I de Mérida.
En Chiapas hubo poco interés por las elecciones. El PRI presentó 110 candidatos municipales;
el PRD, 30; el PFCRN, 13; el PPS, 5; el PARM, cuatro, y el PAN y el PDM uno cada uno.
La campaña del PAN fue un llamado a la honestidad, la dedicación y la transparencia en el
cumplimiento de las funciones públicas. Las rifas que hacian de vehículos garantizaban el origen
de sus fondos.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 161
Silvia Gómez Tagle
La campaña del PRD -fisurado por sus pugnas internas- fue poco notable a excepción de los
municipios de Tuxtla y de Mazatán. El PDM, el PPS, el PRT y el PT prácticamente no hicieron campaña. El último, con tres maestros como candidatos, parecía tener influencia en el magisterio.
Mes y medio antes de las votaciones, el PRI anunció sus triunfos en los nueve distritos federales,
en los 15 locales y en los 110 ayuntamientos. Este optimismo se sustentó en la debilidad de
la oposición partidista. La estrategia del PFCRN fue la que más llamó la atención, debido a la
violencia verbal de su candidata al Senado, Irma Serrano, a quien respondió el PRI en un tono similar. Los 8, 000 votos que Solidaridad Campesina Magisterial decía tener en 500 comunidades,
se ofrecieron al PRI a cambio de créditos, subsidios y financiamientos; además, el PRI recibió el
apoyo de la CCI. Sin embargo, en el seno del partido oficial hubo problemas por la designación
de candidatos.
El PRI improvisó mítines y visitas a colonias populares y residenciales, con discursos pronunciados al vapor y el ofrecimiento de contratos para trabajar en Estados Unidos. La CTM promovió
en la radio becas para estudiar licenciaturas en especialidades laborales.
La radio y la televisión locales minimizaron la información política, y las instituciones de educación superior iniciaron vacaciones en el momento de mayor efervescencia de las campañas.
Se difundió propaganda priísta en lenguas indígenas, al tiempo que en las comunidades de
los grupos étnicos chiapanecos se reprimió cualquier forma de oposición (en Tenejapa, Copainalá, Simojovel, San Fernando, Oxchuc).
En Número Uno se aseguró: “No habrá presupuesto (gubernamental) para candidatos de la
oposición que ganen”. Se condicionó la entrega de “créditos a la palabra” y recursos de PRONASOL a la firma de “cartas compromiso” que aseguraran el triunfo del PRI.
Pronósticos
En Chiapas, el equipo de investigación de nuestro proyecto realizó su propia encuesta sobre preferencias electorales entre el 29 de julio y el 9 de agosto en el Distrito I de la capital chiapaneca.
Los 978 encuestados se dividieron de la siguiente manera: amas de casa (13.7%), empleados
(28.42%), campesinos (5.93%), comerciantes (7.36%) y profesionistas (44.58 por ciento).
Según las afirmaciones de los entrevistados: el 85.58% estaba empadronado y el 76.69%
credencializado; 68.61% respondió que sí votaría; 45.7% de los encuestados consideró que las
reglas electorales son buenas y 43.15% que son malas; 18% consideró que la relación IglesiaEstado mejorará y 37.42% que no; 34.76% esperaba cambios positivos y 26.89% no los esperaba; 23.82% daría su voto al candidato a senador por el PRI y 22.9% a la candidata del PFCRN;
17% votaría por candidatos a diputados del PRI, 8.7% del PAN y 5% del PFCRN.
Padrón electoral
De 1988 a 1991, el padrón electoral yucateco creció en casi 37, 000 personas (6%). El 96% de los
empadronados (615, 646 de 638, 826) recibieron sus credenciales para votar. El PAN denunció la
credencialización selectiva, pero no lo hizo formalmente.
En Chiapas quedaron empadronados casi millón y medio de ciudadanos, lo que corresponde
aproximadamente al 50% de la población total, incluyendo a menores, registrada en el Censo de
1990. En 1991 hubo 264, 368 empadronados más que en 1988, lo que representa un incremento de
22.23% en el padrón. Es una de las entidades en donde más creció el número de votantes potenciales.
162 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
Resultados electorales
En Yucatán se enfrentaron principalmente el PRI y el PAN, por lo que parecería perfilarse un
bipartidismo, ya que el partido oficial aún domina las áreas rurales y las ciudades del interior del
estado, mientras que su único opositor tiene el apoyo de la mayoría (56%) de los capitalinos,
tanto para que los represente en la Cámara de Diputados como para administrar su municipio.
Esas tendencias se expresan en los resultados electorales. Por ejemplo, en la elección senatorial, el PRI triunfó con un 62% de los votos y el PAN alcanzó un 36%, mientras que los otros
ocho partidos juntos consiguieron apenas el 2 por ciento.
La preeminencia urbana (y específicamente capitalina) del PAN se refleja en los datos siguientes: de aproximadamente 132, 000 votos que recibió en las elecciones de diputados federales, el 52% proviene del Distrito I, que abarca casi toda la ciudad de Mérida; otro 22% lo
obtuvo en el IV, con cabecera en la misma ciudad, y el 26% restante en los distritos con cabecera
en Temax (Distrito III, donde obtuvo 14%) y en Ticul (Distrito II, con 12 %).
Los porcentajes de la votación obtenidos por el PRI en cada distrito con respecto de su total
de votos en la entidad, son los siguientes: Mérida I: 25%; IV: 23%; Ticul II: 25%; Temax III: 27%
(aproximadamente 227, 000 sufragios).
En Chiapas, en cambio, la dominación absoluta del PRI (más de 50% de la votación en Tapachula y entre 80% y más de 95% en otros distritos) sigue siendo incuestionable. La debilidad de
los partidos políticos y la frecuencia con la que se presentan conflictos políticos violentos indica
que en esa entidad la lucha por el poder no pasa por la arena electoral salvo en raras excepciones. En 1991, la elección de ayuntamiento en Mazatán fue una excepción.
En Yucatán, las cifras dan la impresión de que sólo contendieron dos partidos. En las exiguas
votaciones por los otros partidos destacan las posiciones alcanzadas por los partidos que no
obtuvieron registro nacional: el PEM encabeza a los partidos pequeños en la capital del estado,
y el PT en dos distritos. También es notable la posición del PRT, que en Yucatán alcanza algunas
de sus más altas votaciones en el país. No obstante su votación en la elección senatorial, el PDM
quedó en último lugar en la elección de diputados federales. Casi todos los partidos aceptaron
el triunfo del PAN en el Distrito I y exhortaron al PRI a que hiciera lo mismo. Éste impugnó 50
casillas de ese distrito y consiguió que se anulara una decena de ellas. Debido a su derrota el
PRI local se dividió y se desmoronó en el Distrito I. Con todo, la preeminencia del PRI fuera de
la capital es evidente.
Cuarta circunscripción: Baja California Norte, Baja California Sur, Colima,
Jalisco, Michoacán, Nayarit, Sinaloa y Sonora
Aunque la ponencia sobre Baja California no se presentó en el seminario, sí se realizaron actividades de investigación en todas las entidades. El escenario político electoral presentó matices
regionales, con una estructura bipartidista en algunas entidades. En general, el partido oficial se
ha tenido que enfrentar, desde la década pasada, a una competencia electoral cada vez mayor.
El PAN ha sido el gran adversario en Jalisco, Sonora, Sinaloa, Nayarit y las Baja Californias, y el
PRD en Michoacán. El 18 de agosto las elecciones federales coincidieron en Sonora y en Colima
con las elecciones municipales y locales.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 163
Silvia Gómez Tagle
Partidos, candidatos y campañas
En términos generales, las campañas no fueron espectaculares. Los partidos promovieron su
oferta política de manera discreta, privilegiando el contacto con individuos y pequeños grupos.
La publicidad dirigida a amplias capas de la población se logró, en buena medida, mediante el
uso de los medios masivos de comunicación (radio, prensa y televisión). Sólo hacia el final de las
campañas tuvieron lugar movilizaciones amplias del PRD en Michoacán y del PAN en algunos
municipios de Sonora.
En el PRI se hizo evidente la efervescencia interna. Las expectativas de democratización derivadas de su XIV Asamblea Nacional redundaron en fallidos intentos de selección democrática
de sus candidatos. En Jalisco, Michoacán, Sonora, Baja California Sur y Nayarit, la designación de
candidato “de unidad” generó descontento y dio lugar a denuncias y movilizaciones. En todos
los casos, el llamado a la disciplina aparentemente puso fin a los potenciales conflictos.
Colima fue el único caso en el que se llevó a cabo un proceso de “elección” del candidato a
gobernador del PRI, pero se desataron graves conflictos y duras críticas de alcance nacional. De
hecho, estas elecciones internas tuvieron mayor importancia que las propias elecciones federales y locales. El PRI no repitió la experiencia en ninguna otra entidad.
La selección de candidatos por parte del PAN y del PRD se llevó a cabo por mecanismos democráticos en todas las entidades: por votación en convenciones estatales en el caso del PAN,
y en elecciones abiertas a la ciudadanía en el caso del PRD. En Hermosillo, Sonora, la división
entre “casimiristas” y panistas institucionales y la expulsión de conocido militante perredista en
la misma ciudad, evidenciaron la existencia de ciertos conflictos. De igual forma, en Michoacán,
el PRD se enfrentó a inconformidades y a la anulación de la elección del candidato del distrito de
Morelia por parte de la dirección nacional del partido. En ambos casos, la prensa local y nacional
ofrecieron una amplia cobertura a los conflictos internos de los partidos opositores.
Para triunfar en estas elecciones, el partido oficial hizo cuidantes sus recursos: PRONASOL
y el padrón priísta. Con el primero logró comprometer e incluso comprar directamente votos a
su favor, con el segundo contó con de detallado panorama de las fuerzas potenciales con las
cuales podía contar el 18 de agosto. El voto cautivo, el compromiso con clientelas más que con
ciudadanos y el papel de mediador sobre los recursos con las que se presentaron los candidatos
priístas, fueron tres elementos clave de la estrategia del oficialismo en este año.
Organismos electorales
Los órganos electorales se integraron con personal vinculado al gobierno en sus diferentes niveles y al partido oficial. En Jalisco, el PAN denunció que el 95% de los vocales distritales tenía
algún nexo con el PRI; y en Guadalajara, la totalidad de ellos había participado de uno u otro
modo en irregularidades electorales en comicios anteriores. En Michoacán, el presidente del
Consejo Estatal hizo las veces de secretario técnico de la Comisión Estatal Electoral en las dos
elecciones celebradas en 1989. En Nayarit se registraron inconformidades por la nominación de
tres funcionarios del Consejo Local. En Sinaloa, el Vocal Ejecutivo de la Junta Local fue “subsecretario B” de Gobernación del estado y muchos de los restantes vocales habían sido sus
subordinados.
Cabe destacar que uno de los tres únicos recursos de revisión elevados al Consejo General,
por la integración de las instituciones locales, lo presentaron el PAN y el PRD en Jalisco. La
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Balance de las elecciones de 1991 en México
actitud de los partidos políticos de oposición frente a éstos y otros problemas relativos a la
vigilancia del proceso electoral fue bastante pasiva, Ilegando al extremo de negarse a aparecer
en las sesiones del Consejo Distrital II de Baja California Sur.
El COFIPE tenía previsto que en los nuevos organismos electorales no hubiese una mayoría
“prefigurada” de ningún partido, ni una alianza formal o informal de partidos o de éstos con el
gobierno. En principio el elemento que equilibra a los organismos electorales era la representación ciudadana. Sin embargo, la nominación de los consejeros ciudadanos se realizó en todos los
casos entre personas afines al partido oficial y al gobierno, a pesar de que en muchos estados se
cuidaron las formas externas; pero en Sinaloa se llegó al extremo de nominar a ex funcionarios
electorales. La actuación de los consejeros ciudadanos en general no sirvió como elemento de
equilibrio, ya que salvo en cuestiones menores, los “representantes de la ciudadanía” se alinearon con el partido tricolor.
Padrón electoral
Uno de los temas más controvertidos de las pasadas elecciones fue el nuevo padrón. En primer
lugar, cabe destacar que las sospechas empezaron desde el censo de población. En Guadalajara, el presidente municipal, inconforme con los resultados, mandó levantar un nuevo censo de
ciudadanos. El segundo elemento que fundamentó las sospechas fue la trayectoria política de
los encargados de diseñar el padrón. En Jalisco, el responsable fue un funcionario con 20 años
de experiencia en las oficinas del padrón electoral, y en Michoacán el encargado de estructurar
el padrón fue el mismo responsable de su elaboración para las elecciones extraordinarias de
Uruapan en 1990. Debe recordarse que en ese proceso electoral el padrón “rasurado” eliminó a
un número muy significativo de simpatizantes del PRD.
El “recorte del padrón” también generó inconformidad: en Baja California Sur no pudieron votar 30 mil electores; en Nayarit, el padrón descendió en 54 mil personas respecto de
1988. Pero el aspecto más discutido fue «si hubo o no criterios de selectividad». En Sinaloa,
los distritos III y VIlI, aquellos en donde el PRI recibió en 1988 menos del 50% de los votos, los
ciudadanos sólo contaron con el 75% de las credenciales. En Nayarit, los municipios que más
electores perdieron fueron los de la costa norte del estado, y en especial aquellos en los que
había sido más fuerte la oposición en elecciones anteriores. En Jalisco, seis distritos de Guadalajara perdieron electores, mientras que los distritos rurales del estado aumentaron. En Tecomán,
Colima, los partidos encontraron paquetes de credenciales de elector en el campo. En Sonora,
como un ejemplo de las insuficiencias del padrón, se detectaron 44 homonimias, casi el 6% de
la lista nominal correspondiente a una sección rural del estado. También hay que señalar que en
Michoacán se presentaron dos irregularidades de grandes proporciones: la pérdida de 19, 000
credenciales de elector y la misteriosa “desaparición” durante tres semanas de una máquina
impresora de credenciales.
Resultados electorales
En todas las entidades de esta circunscripción se verificó un repunte, en algunos casos asombroso, de los votos a favor del PRI. En Sinaloa, el partido oficial recuperó 112, 000 votos y un
tercio de ellos los consiguió en los distritos que había perdido en comicios anteriores. Además,
el voto tradicionalmente rural en favor del PRI ahora se vio apuntalado con votos urbanos
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 165
Silvia Gómez Tagle
principalmente en colonias en donde hubo presencia de PRONASOL. En Guadalajara, prácticamente blanquiazul desde 1988, el partido oficial revirtió esa tendencia histórica a la baja. En las
elecciones a gobernador de Sonora, si bien no se invirtió la tendencia a la baja como en Jalisco,
sí se amortiguó el ritmo de la caída: Beltrones obtuvo apenas 1.5% menos que Félix Valdez. En
Michoacán se presentó también un impresionante incremento de la votación a favor del PRI,
ya que obtuvo una votación de alrededor del triple de la obtenida en 1988 y del doble de la de
1989 (números absolutos).
En Nayarit, el PRI recuperó votos respecto de 1988, pero no frente a las cifras de 1990. En
Baja California Sur, el PRI cambió la tendencia decreciente que registraba en La Paz, en donde
reside casi la mitad del electorado del estado.
El repunte del PRI se explicó por factores legales e ilegales, en un plano jurídico, y legítimos
e ilegítimos dentro de una valoración política.
El PAN, por su parte, no tuvo éxito en estos comicios. En Jalisco decreció la votación su favor
a pesar de estar seis puntos porcentuales por encima de la media nacional. En Guadalajara, del
40.3% obtenido en 1988, descendió al 29.3% en 1991. En Sonora, los porcentajes del PAN cayeron en las elecciones a gobernador del 27.2% al 23.8%. En Sinaloa perdió Mazatlán (municipio
panista) y globalmente el partido se estancó.
La suerte del PRD fue diferente en Nayarit y en Sonora, donde creció su votación. En Michoacán se mantuvo estable, y en las otras entidades su presencia política es poco relevante.
Impugnaciones
En Nayarit y Sonora no se presentaron impugnaciones en los comicios federales. En Colima, el
PAN impugnó la elección en Manzanillo y el PRD en Cuauhtémoc. Los estados con impugnaciones más numerosas fueron Jalisco, donde el PAN integró expediente para 11 distritos y el PRD en
uno; y Sinaloa, donde el PAN elevó protestas en siete distritos electorales, pero ante el Tribunal
se impugnaron sólo cinco, cuatro de ellos con más del 20% de las casillas con irregularidades.
Sin embargo, este organismo sólo anuló cinco casillas. En el caso sinaloense, el Tribunal Federal
Electoral había desechado un recurso por cuestiones de forma (la acreditación del recurrente):
en el Colegio Electoral se demostró que la decisión del Tribunal era infundada, pero no se modificó el resultado.
Quinta circunscripción: Guerrero, Estado de México, Oaxaca y Morelos
De las cuatro entidades que integran la Quinta circunscripción, únicamente en Morelos no se
realizó la investigación.
Los estados de Guerrero y de México se habían caracterizado en las elecciones de 1988 por
la nutrida votación a favor de Cuauhtémoc Cárdenas. En ambas entidades se desarrollaron
elecciones locales (en 1989 y 1990, respectivamente) en medio de fuertes tensiones pre y post
electorales, que en algunos casos desembocaron en episodios violentos; auqnue después de
esos procesos locales pareció estabilizarse la situación política. Oaxaca se había caracterizado
en 1988 por ser un importante bastión del PRI, a pesar de ello algunos distritos tuvieron una
fuerte presencia cardenista y otros panista. En los últimos dos años se produjo el surgimiento de
organizaciones sociales de carácter regional con una cercanía a los partidos de oposición, parti-
166 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
cularmente al PRD. Igualmente se produjo un ascenso de los conflictos municipales, tanto motivados por cuestiones de origen electoral como por conflictos derivados de la posesión de tierras.
En Guerrero se cambiaron dos procesos que tendían a deteriorar a la oposición de centroizquierda nucleada en el PRD. Por una parte, el gobierno estatal desarrolló una campaña particularmente violenta contra este partido desde las elecciones locales de 1989, al mismo tiempo que
fomentó la división en la universidad estatal y estimuló el desarrollo de los partidos “paraestatales”. Por otra, en las filas del PRD se produjo una fuerte división debido a la gran diversidad
de las corrientes locales que le dieron origen. Esta división culminó en escisiones y expulsiones
de dirigentes ampliamente publicitadas por la prensa.
Organismos electorales
En las tres entidades, los Consejos Locales y Distritales del IFE fueron integrados por conocidos
miembros del PRI o ex funcionarios públicos de alto nivel, de quienes se puede suponer una
cercanía al partido gubernamental. La mayoría de los consejeros ciudadanos fueron también
ciudadanos de reconocida filiación priísta, que no se esforzaron por ser elementos de “balance”
en los órganos electorales. Por el contrario, se significaron por colocarse invariablemente del
lado de los representantes del PRI.
Partidos, candidatos y campañas
A lo largo de las campanas electorales resultó evidente la gran disparidad de recursos entre la
que desarrolló el PRI y las que llevó a cabo la oposición. Mientras que la primera tuvo lugar en
medio de un dispendio escandaloso de recursos, difícilmente explicable como resultado de las
aportaciones de sus militantes; en el otro extremo, las campañas de la oposición se caracterizaron por una total austeridad y métodos virtualmente artesanales. El uso político del PRONASOL
por parte de los candidatos del partido gubernamental constituyó un punto fundamental de sus
campañas. En Guerrero, por ejemplo, siete de diez candidatos a diputados por el PRI se habían
desempeñado anteriormente como coordinadores del PRONASOL en la entidad. En Oaxaca,
paralelamente a la campaña priísta, el gobierno estatal distribuía los recursos del PRONASOL en
zonas estratégicas para su votación.
Padrón electoral
Los principales partidos de la oposición, el PAN y el PRD, coincidieron en el señalamiento de
que la elaboración del padrón y la entrega de las credenciales para votar se caracterizaron por
múltiples irregularidades. En Guerrero, la lista nominal de electores de 1991 fue sensiblemente
inferior al padrón de 1988: pasó de 1, 200, 804 a 990, 521, una disminución de poco más de
200, 000 ciudadanos. En Oaxaca también disminuyó el universo de posibles votantes: del padrón
de 1988, con 1, 364, 539 ciudadanos, se pasó a una lista de 1, 205, 952. Por el contrario, en el
Estado de México, la lista de ciudadanos con credencial para votar se incrementó con respecto
al padrón de 1988, por lo convirtió en términos electorales en la mayor entidad del país (4, 562,
055). Si se compara la lista de electores (que incluye solamente a quienes recibieron su credencial para votar) con el catálogo de ciudadanos (que debería incluir a todos los ciudadanos en
edad de votar), ambos correspondientes a 1991, se puede observar que en Guerrero, el 27% de
quienes teóricamente se encontraban en condiciones de votar no pudo hacerlo por carecer de
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 167
Silvia Gómez Tagle
credencial, en el Estado de México fue el 18% y en Oaxaca el 24 por ciento.
Además del problema reseñado, los partidos de oposición denunciaron distribución de credenciales duplicadas, credencialización selectiva y un número imposible de determinar de ciudadanos que teniendo credencial no aparecieron en las listas de votantes.
Resultados electorales
La tónica dominante de los resultados electorales del 18 de agosto fue la recuperación del PRI
en las tres entidades, aunque con modalidades diferentes. En Guerrero, el partido gubernamental
ganó todas las diputaciones y la senaduría, recuperando los distritos II y VII perdidos en 1988
frente a candidatos del desaparecido FDN. En 1991, la votación total en este estado disminuyó
levemente con respecto a 1988 (considerando que la elección de diputados de mayoría relativa
pasó de 515, 275 a 509, 785), a pesar de lo cual el abstencionismo bajó del 57.1% al 48.5%, pero
el secreto de esta disminución ficticia del índice de abstención se encuentra en la reducción del
universo de ciudadanos inscritos en el padrón. Considerando el número de votos para diputados
de mayoría relativa, el PRI disminuyó ligeramente al pasar de 308, 397 a 307, 713 sufragios. Sin
embargo, el porcentaje de votación priísta aumentó debido a la disminución de la votación total y a
favor de la oposición. El PRD se consolidó como la segunda fuerza electoral de la entidad con 120,
976 votos, el 24.8% del total. Este partido recuperó por sí solo casi dos terceras partes del caudal
electoral del FDN de 1988 (187, 806 votos), lo que contrasta notablemente con la drástica caída
de la votación de los otros partidos que constituyeron dicho frente. El PAN precisamente estuvo
al margen del proceso en la entidad con poco menos del 3% de los sufragios. En conclusión, el
estado de Guerrero se caracterizó por una situación típicamente bipartidista entre el PRI y el PRD.
En el Estado de México se produjo una recuperación impresionante del PRI: solamente perdió
una diputación, la del distrito XVIII a manos del PAN, y ganó la senaduría. Su votación pasó de 693,
980 sufragios en 1988 a 1, 608, 441 votos en esta ocasión, lo que significó el aumento de más
de 900, 000 votos. Su porcentaje ascendió de 31.4% a 53.5%. De hecho, la votación total en la
entidad se incrementó en la misma magnitud en que aumentó la votación priísta (todos los votos
nuevos fueron para el PRI). Por su parte, la votación conjunta de los cuatro partidos que constituyeron el FDN en 1988, representó en 1991 poco menos de las dos terceras partes. El PAN, cuya votación aumentó en términos absolutos, se constituyó en la segunda fuerza electoral de la entidad
con el 16.7%, y en tercer lugar se ubicó el PRD con el 10.3%, proporción inferior incluso a la que
obtuvo este partido en las elecciones locales de noviembre de 1990. El índice de abstencionismo
pasó del 47.3% en 1988 al 30.4% en 1991, con una votación y un universo de electores mayores,
a diferencia del caso de Guerrero.
Finalmente, en el estado de Oaxaca, el PRI ganó todos los distritos y la senaduría. La votación
absoluta de este partido aumentó en poco más de 75, 000 votos, casi los mismos que aumentó la
votación total. El abstencionismo disminuyó del 55.5% al 51.6% como resultado de una votación
ligeramente mayor y una lista de electores menor al padrón de 1988. El porcentaje de votación del
PRI subió de 65.4% a 73.5%. A bastante distancia, el PRD se colocó como segunda fuerza electoral
en la entidad con el 9.5% y el PAN ocupó el tercer sitio con 5.5%. En 1988, el FDN obtuvo el 28%
de la votación con 167, 477 sufragios, número del que se encuentran muy lejanos, en 1991, los
cuatro partidos que constituyeron dicho frente.
168 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
Vigilancia electoral
Una característica común en las zonas rurales de las tres entidades fue la ausencia en las casillas
electorales de los partidos de oposición, en tanto que el PRI logró presencia virtualmente en
todas las casillas, tanto rurales como urbanas. Por ejemplo, en el estado de Oaxaca, para el que
se dispone de información detallada, mientras que el PRI acreditó representantes en el 100%
de las casillas, el PAN lo hizo solamente en el 11.9%, el PRD en el 28% y los otros partidos en
proporciones aun menores.
Sin lugar a dudas, este hecho posibilitó múltiples irregularidades en las zonas no vigiladas
por la oposición. Las protestas más frecuentes de la oposición se concentraron en las irregularidades que presentaba el padrón electoral, la entrega de credenciales, listas nominales de
electores, el cambio de ubicación de casillas o la falta de instalación de éstas, la entrega tardía
de los paquetes electorales, la alteración de actas y el papel de los coordinadores de sección
(antes auxiliares) en el traslado de los paquetes.
Sin embargo, la oposición tuvo grandes dificultades para documentar las distintas irregularidades. El dirigente perredista en Guerrero, Rosalío Wences Reza, declaró que “el fraude se
fraguó en el padrón, no en las urnas”. La mayoría de los recursos de inconformidad de la oposición fueron desechados por el Tribunal Federal Electoral; y en los pocos casos en que resolvió
favorablemente, no se alteró de manera sensible el resultado de la votación. Así ocurrió, por
ejemplo, en el distrito III de Oaxaca, en el que se anularon dos casillas electorales, lo que le restó
735 votos al candidato del PRI.
La calificación electoral
En el seminario5 no se presentaron los trabajos sobre el funcionamiento de estos organismos
porque la calificación se terminó el 30 de octubre; sin embargo es importante recoger cuando
menos algunos comentarios acerca de las dificultades que presenta la calificación de las elecciones mexicanas en el sistema contencioso electoral vigente.6
En 1991 se implementaron nuevos procedimientos para la calificación de las elecciones. El
conjunto de mecanismos, procedimientos e instancias para combatir las resoluciones de los organismos electorales u objetar los resultados de la elección, que en forma general se denominan
“sistema contencioso electoral”, este año quedaron a cargo de:
a) Los organismos electorales que integran el IFE;
b) El Tribunal Federal Electoral;
c) El Colegio Electoral de la Cámara de Senadores y el Colegio Electoral de la Cámara de
Diputados.
5 Del 12 al 15 de noviembre del presente año tuvo lugar el Tercer Seminario Nacional del Grupo de Trabajo Especializado
en Estudios Electorales del COMECSO, con el auspicio de la Coordinación de Humanidades de la UNAM y del Centro de
Estudios Sociológicos del COLMEX
6 Estas notas tienen como referencia el trabajo de David Ramírez y Rocío Culebro sobre la calificación de las elecciones en
el Distrito Federal
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 169
Silvia Gómez Tagle
La participación de estos organismos en el proceso contencioso supone una combinación
de criterios administrativos, jurídicos y políticos, que generan no pocas confusiones, además de
que frecuentemente los procedimientos establecidos obligan a presentar los “recursos” ante las
mismas autoridades que se pretende impugnar. Éste es el caso de los recursos de “aclaración”
y de “rectificación”. En otros casos, la resolución sobre la impugnación presentada queda en
manos de una instancia superior a la que se está impugnando (recurso de revisión). Finalmente,
sólo los recursos de apelación y de inconformidad deben ser atendidos por el TRIFEL.
Sin embargo, el TRIFEL es una instancia de calificación jurisdiccional limitada porque la última instancia es en los Colegios Electorales, donde predomina el criterio político.
El segundo obstáculo para que la calificación de las elecciones de 1991 sirviera para depurar
los resultados electorales y restituir la legitimidad radica en las normas procensuales, así como
en el criterio de “estricto derecho” que aplicaron los magistrados del TRIFEL. Cualquier equivocación en el procedimiento: en la fecha, la instancia ante quien se presenta el recurso, la personalidad del promovente y la redacción del recurso o de los “escritos de protesta” presentados
con antelación, dio lugar a que los recursos de “inconformidad” presentados para combatir los
ilícitos observados en las elecciones del 18 de agosto fueran “desechados de plano” o catalogados “por no presentados”, sin que fuese analizado su contenido.
El tercer obstáculo con que se enfrentaron los partidos opositores fue “la definición legal
de las causales de nulidad”. El artículo 287 del COFIPE define nueve causales de nulidad, de
las cuales varias están matizadas por la frase “que sean determinantes para el resultado de la
elección”. Esto supone que “si el fraude es pequeño,” queda impune porque se deduce que “no
afecta el resultado”. Sin embargo, si se altera ligeramente el resultado en muchas casillas, se
puede modificar el resultado final de todo el distrito o de la entidad. No obstante, esta situación
no está contemplada en la ley como causal de nulidad.
Otro problema se encuentra en el gran número de irregularidades que de hecho ocurren
antes y durante la jornada electoral y que la ley no contempla como “causales de nulidad”;
por ejemplo: es causal de nulidad que “reciba la votación una persona no autorizada”, pero si
el escrutinio es realizado por personas distintas a los escrutadores no es causal de nulidad, ni
tampoco lo es la expulsión de los representantes de los partidos de oposición, ni otros hechos
que finalmente permiten modificar el resultado de la votación.
El concepto limitado de la prueba es el quinto obstáculo. En el sistema contencioso electoral
mexicano (a diferencia del Derecho penal o civil) sólo se admiten como pruebas los “documentales públicos” y se deja a criterio de los magistrados el aceptar “documentales privados”.
Esto excluye la posibilidad de recurrir a las pruebas testimoniales, confesionales, instrumentales, presuncionales y periciales generalmente aceptadas, de tal suerte que es imposible probar
los hechos. Por ejemplo, una irregularidad frecuente es “llevar a votar a grupos de personas en
carrusel”, y para probar ese hecho se requiere que un notario dé fe, pero es difícil que el grupo
de personas “llevado a votar” se quede ahí esperando al notario; así, cuando el notario llega
sólo puede recoger el testimonio del representante del partido y de otras personas que observaron “los hechos”, es decir, su testimonio que en consecuencia “no es prueba”.
El sexto obstáculo fue el criterio de excesivo rigor, casi podría decirse “abusivo”, que imperó
en el TRIFEL, al extremo de exigir que se cumplieran mayores formalidades que las que establece
la ley antes de entrar al análisis de los recursos; o bien, la negativa a analizar las irregularidades
170 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
numéricas existentes en las actas de votación de casillas impugnadas por considerar que los
magistrados se “convertirían en actuarios.”7
A pesar de todos los “obstáculos” para calificar las elecciones, en virtud de los cuales no se
analizó el fondo de la gran mayoría de los recursos de inconformidad presentados, el TRIFEL
declaró el 22 de octubre que exceptuando el caso del Distrito V de Coahuila, “las elecciones del
18 de agosto fueron legales”.
Esta declaración contrasta con los hechos ocurridos en Guanajuato, Sonora y San Luis Potosí,
donde los funcionarios electos en esa supuesta legalidad “renunciaron” a los cargos para dar
lugar a soluciones conciliatorias extralegales.
La suerte del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados no fue más exitosa. En primer
lugar, hubo desde el principio diferencias de criterio entre las tres fracciones parlamentarias más
importantes: el PRI pretendía limitarse a refrendar las decisiones del TRIFEL; el PAN proponía
un análisis jurídico de fondo de los distritos que el TRIFEL no había resuelto satisfactoriamente
y en aquellos donde existían pruebas tales como deficiencias en el padrón electoral (DF, distrito
XXXVI), o bien por la inelegibilidad del candidato priísta en dos distritos. El PRD consideró desde
el principio que todo el proceso electoral de 1991 estuvo plagado de irregularidades, que empezaron por el uso ilimitado de recursos gubernamentales y particularmente de PRONASOL en
apoyo al PRI. Por ello, sus argumentos tuvieron más un tono de cuestionamiento político que de
argumentación jurídica.
El PARM, el PPS y el PFCRN desempeñaron más bien un papel de observadores sin una posición muy definida, en tanto que el PDM, el PRT, el PT y el PEM no participaron por no haber
alcanzado el mínimo de votación para conservar su registro.
Ningún tipo de argumentos jurídicos o políticos fue atendido por el Colegio Electoral, ya que
la mayoría priísta siempre impuso sus decisiones. Finalmente, el PAN desistió de participar el día
26 de octubre y el PRD hizo lo propio el día 27, con el propósito de demostrar la inutilidad de
la autocalificación.
Resultado de las elecciones federales de 1991
El resultado oficial del 18 de agosto fue: empadronados: 36, 695, 320 ciudadanos; total de votos:
23, 554, 899; participación electoral: 64%; porcentaje de votos por partido: PAN, 17%; PRI, 59%;
PRD, 8%; PFCRN, 4%; PARM, 2%; PPS, 2%; votos anulados y otros partidos: ocho por ciento.
Diputados de mayoría: PAN, 10; PRI, 289 y un distrito anulado (el V de Coahuila).
Diputados de mayoría relativa: PRI, 30; PAN, 79; PRD, 41; PFCRN, 23; PPS, 12, y PARM, 15.
Senadores: triunfo de los candidatos priístas en 32 entidades.
El saldo político fue de optimismo en las filas gubernamentales y en el partido tricolor; desconfianza y malestar en los partidos de oposición, conflictos sociales pendientes de resolver en
las entidades donde los movimientos sociales y la lucha por el poder se articularon a la contienda electoral, así como un sentimiento generalizado de que todavía se requerirá de otra reforma
electoral y de mayores esfuerzos con el fin de lograr la transparencia en los procesos electorales.
7 Resolución del pleno del TRIFEL en contra del proyecto del magistrado Patiño Camarena
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 171
Silvia Gómez Tagle
Cuadro 1.
Diputados de mayoría relativa
Elecciones Federales 1991. Primera circunscripción
Entidad
Empadronados
Participantes %
Total de votos
PAN
PRI
Puebla
1 853 031
65
1 207 300
14
67
Tlaxcala
349 486
64
222 849
8
71
D. F.
4 511 172
76
3 431 829
19
44
Total
6 713 689
72
4 861 978
17
51
*Incluye: PPS, 2.93%; PARM, 1,48%; PDM, 1.28%; PRT, PT, 2.21%; PEM, 4.16%; otros +: V. A.: 150 448
Cuadro 2.
Diputados de mayoría relativa
Elecciones federales 1991. Segunda circunscripción
Entidad
Empadronados
Participantes %
Total de votos
PAN
PRI
Aguascalientes
13 355
69
215 711
19
64
Coahuila
872 529
55
479 276
21
61
Chihuahua
1 117 988
66
735 644
31
56
Durango
554 710
61
335 794
16
60
Guanajuato
1 650 677
74
1 226 456
32
51
Hidalgo
815 419
61
496 474
7
69
Querétaro
424 692
74
315 442
20
68
S.L.P.
834 981
65
540 368
29
61
Zacatecas
548 646
69
377 020
9
73
Total
7 132 997
66
4 722 185
23
60
*Incluye votación: PT y PRT, 11 por ciento.
172 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
Porcentaje de votos p/partido
PRD
PFCRN
Otros
Votos anulados
Total
4
4
7
4
100
6
3
6
4
98
11
8
12*
4
98
10
7
11
4
100
Porcentaje de votos p/partido
PRD
PFCRN
Otros
Votos anulados
Total
3
5
5
4
100
7
5
4
3
101
2
1
6
3
99
6
1
14*
3
100
5
2
6
5
100
8
5
6
5
100
2
2
4
3
99
1
1
4
5
101
2
2
6
3
100
2
2
6
4
99
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 173
Silvia Gómez Tagle
Cuadro 3.
Diputados de mayoría relativa
Elecciones federales 1991. Tercera circunscripción
Entidad
Empadronados
Participantes %
Total de votos
PAN
PRI
Campeche
221 126
70
155 121
3
74
Chiapas
1 358 163
66
891 281
6
73
N. L.
1 468 664
41
597 729
25
67
Q. R.
208 214
56
116 612
11
73
Tabasco
660 883
54
359 170
2
68
Tamaulipas
1 002 932
66
660 496
14
61
Veracruz
3 037 232
61
1 864 388
5
72
Yucatán
615 685
62
381 107
35
60
Total
8 572 899
59
5 024 904
11
70
*Incluye votación: *10% PARM, **14% PARM
Cuadro 4.
Diputados de mayoría relativa
Elecciones federales 1991. Cuarta circunscripción
Entidad
Empadronados
Participantes %
Total de votos
PAN
PRI
B. C. N.
758 567
78
96 359
43
44
B. C. S.
144 112
64
92 865
24
65
Colima
186 358
66
123 264
14
64
Jalisco
2 306 792
69
1 594 326
23
60
Michoacán
1 459 585
68
987 908
8
51
Nayarit
350 160
57
200 202
4
67
Sinaloa
968 004
66
646 693
25
64
Sonora
794 423
63
500 055
23
67
Total
6 996 001
68
4 741 672
22
58
*Incluye: PRT, y PT 4% de votos
174 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
Porcentaje de votos p/partido
PRD
PFCRN
Otros
Votos anulados
Total
4
1
13*
6
101
6
7
4
5
101
1
--
4
2
99
6
3
3
4
100
18
2
3
6
99
4
2
16**
3
100
6
6
7
4
100
--
--
2
4
101
5
4
7
4
101
Porcentaje de votos p/partido
PRD
PFCRN
Otros
Votos anulados
Total
3
2
5
4
101
1
2
6
3
101
8
4
6
4
100
3
3
7
4
100
30
1
5
5
100
12
3
9*
4
99
5
1
3
3
101
3
1
4
3
101
9
2
5
4
100
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 175
Silvia Gómez Tagle
Cuadro 5.
Diputados de mayoría relativa
Elecciones federales 1991. Quinta circunscripción
Entidad
Empadronados
Participantes %
Total de votos
PAN
PRI
Guerrero
1 011 206
50
509 305
3
60
Edo. Mex.
4 505 685
68
3 080 852
16
49
Morelos
532 982
58
306 991
7
64
Oaxaca
1 229 861
53
653 812
5
71
Total
7 279 734
63
4 550 960
13
54
*Incluye: PPS, 3%; PARM, 2%; PDM, 2%; PRT, 2% y PEM, 3%
**Incluye: PARM, 4%; PRT y PT, 2%; PEM, 2% y otros con menor votación.
***Incluye: PARM, 4%; PPS, 3% y otros con menos votación.
****Incluye: PPS, 3%; PARM, 2%; PRT y PT, 2% y PEM, 2%
Cuadro 6.
Diputados de mayoría relativa datos de las elecciones federales de 1991 por entidad
Entidad
Empadronados
TV
PAN
PRI
PPS
PRD
Aguascalientes
313 355
215 711
68.84
40 629
18.83
137 627
63.80
1 335
0.62
5 481
2.54
Baja California Norte
768 567
596 359
77.59
255 294
42.81
261 140
43.79
8 350
1.40
15 852
2.66
Baja California Sur
144 112
92 865
64.44
22 116
23.82
59 950
64.54
1 432
1.54
1 333
1.44
Campeche
221 126
155 121
70.15
4 965
3.20
114 806
74.01
1 332
0.86
6 171
3.98
Coahuila
872 529
479 276
54.93
98 403
20.53
293 719
61.28
3 308
0.69
33 519
6.99
Colima
186 358
123 264
66.14
16757
13.59
78 536
63.71
715
0.58
10 135
8.22
Chiapas
1 358 163
891 281
65.62
52 146
5.85
646 795
72.57
11460
1.29
50 398
5.65
Chihuahua
1 117 988
735 644
64.80
229 499
31.20
414 397
56.33
4 378
0.60
15 487
2.11
D. F.
4 511 172
3 431 829
76.07
653 005
19.03
1 518 475
44.25
100 490
2.93
394 887
11.51
176 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
Porcentaje de votos p/partido
PRD
PFCRN
Otros
Votos anulados
Total
24
3
6
4
100
10
7
12*
5
99
12
4
13**
4
100
9
2
9***
3
99
12
6
11****
5
101
PFCRN
PARM
PDM
PRT
PT
PEM
Anulados
11 473
5.32
2 406
1.12
2 953
1.37
643
0.30
1 864
0.86
2 691
1.25
8 609
3.99
9 809
1.64
5 735
0.96
1 506
0.25
1 398
0.23
6 876
1.15
4 764
0.80
25 635
4.30
1 465
1.58
1 440
1.55
273
0.29
1 124
1.21
559
0.60
492
0.53
2 681
2.89
1 733
1.12
14 754
9.51
434
0.28
118
0.08
327
0.21
825
0.53
9 656
6.22
23 394
4.88
6 751
1.41
1 052
0.22
597
0.12
3 963
0.83
1 553
0.32
13 017
2.72
4 882
3.96
1 228
1.00
2 608
2.12
1 518
1.23
1 155
0.94
409
0.33
5 321
4.32
63 096
7.08
12 864
1.44
2 267
0.25
1 566
0.18
4 626
0.52
1 617
0.18
44 446
4.99
7 290
0.99
4 473
0.61
1 823
0.25
1 700
0.23
25 587
3.48
4 763
0.65
26 247
3.57
282 059
8.22
68 093
1.98
43 860
1.28
40 069
1.17
35 636
1.04
142 876
4.16
152 379
4.44
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 177
Silvia Gómez Tagle
Durango
554 710
335 794
60.54
53 734
16.00
201.861
60.11
3 031
0.90
18 859
5.62
Guanajuato
1 650 677
1 226 456
74.30
389 960
31.80
622 707
50.77
22 826
1.86
55 024
4.49
Guerrero
1 011 206
509 305
50.37
14 357
2.82
307 713
0.42
4 285
0.84
120 476
23.65
Hidalgo
815 419
496 474
60.89
35 327
7.12
342 759
69.04
4 616
0.93
40 036
8..06
Jalisco
2 306 792
1 594 326
6.911
361 573
22.68
960 413
60.24
14 494
0.91
41 072
2.58
Estado de México
4 505 685
3 080 852
68.38
501 697
16.28
1 509 326
48.99
91 174
3.15
309 797
10.06
Michoacán
1 459 585
987 908
67.68
81 853
8.29
506 861
51.31
4 440
0.45
293 312
29.69
Morelos
532 982
306 991
57.60
22 175
7.22
194 988
63.52
3 817
1.24
36 477
11.88
Nayarit
350 160
200 202
57.17
7 799
3.90
134 922
667.39
4 518
2.26
24 697
12.34
Nuevo León
1 468 664
597 729
40.70
151 599
25.36
400 107
66.94
1 460
0.24
7 254
1.21
Oaxaca
1 229 861
653 812
53.16
34 973
5.35
466 478
71.35
16 732
2.56
60 441
9.24
Puebla
1 853 031
1 207 300
65.15
172 537
14.29
804 413
66.53
19 372
1.60
53 123
4.40
Querétaro
424 692
315 442
74.28
63 942
20.27
213 066
67.55
2 826
0.90
7 440
2.36
Quintana Roo
208 214
116 612
56.01
13 155
11.28
85 621
73.42
1 073
0.92
6 509
5.58
San Luis Potosí
834 981
540 368
64.72
156 227
28.91
328 895
60.87
3 039
0.56
6 945
1.29
Sinaloa
986 004
646 693
65.59
159 817
24.71
412 681
63.81
4 519
0.70
30 416
4.70
Sonora
794 423
500 055
62.95
117 381
23.47
333 226
66.64
1 635
0.33
16 043
3.21
Tabasco
660 883
359 170
54.35
7 924
2.21
244 232
68.00
4 945
1.38
63 457
17.67
Tamaulipas
1 002 932
660 496
65.86
93 709
14.19
403 961
61.16
3 253
0.49
23 779
3.60
Tlaxcala
349 486
222 849
63.76
18 156
8.15
159 079
71.38
2 524
1.13
13 351
5.99
Veracruz
3 037 232
1 864 388
61.38
89 613
4.81
1 351 636
72.50
53 672
2.88
107 690
5.78
178 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
3 074
0.92
3 454
1.03
1 843
0.55
667
0.20
35 779
10.66
2 546
0.76
10 946
3.26
24 890
2.03
10 788
0.88
28 919
2.36
139
0.11
3 304
0.27
6 311
0.51
60 333
4.92
15 492
3.04
8 898
1.75
3 200
0.63
5 186
1.02
6 067
1.19
2 595
0.51
21 036
4.13
24 913
5.02
16 302
3.28
2 001
0.40
1 795
0.36
2 695
0.54
969
0.20
25 061
5.05
47 563
2.98
23 425
1.47
32 905
2.06
5 471
0.34
13 932
0.87
20 752
1.30
72 726
4.56
225 396
7.32
665 337
2.12
54 774
1.78
31 081
1.01
33 327
1.08
82 300
2.67
170 646
5.54
12 869
1.30
19 137
1.94
12 544
1.27
1 262
0.13
3 191
0.32
4 767
0.48
47 672
4.83
11 861
3.86
11 789
3.84
2 894
0.94
2 709
0.88
2 153
0.70
7 186
2.34
10 942
3.56
5 289
2.64
3 247
1.62
1 007
0.50
623
0.31
7 886
3.94
1 198
0.60
9 016
4.50
1 402
0.23
1 844
0.31
1 227
0.21
607
0.10
15 443
2.58
3 477
0.58
13 309
2.23
14 969
2.29
23 141
3.54
2 459
0.38
6 794
1.04
5 174
0.79
3 379
0.52
19 272
2.95
44 390
3.68
27 932
2.31
7 283
0.60
5 115
0.42
10 576
0.88
13 093
1.08
49 466
4.10
6 889
2.18
2.225
0.71
3 125
0.99
494
0.16
1 918
0.61
2 647
0.84
10 870
3.45
3 348
2.87
1 386
1.19
469
0.40
78
0.07
182
0.16
467
0.40
4 324
3.71
3 072
0.57
6 900
1.28
6 106
1.13
561
0.10
1 602
0.30
1 166
0.22
25 855
4.78
3 865
0.60
8 803
1.36
1 387
0.21
2 161
0.33
4 314
0.67
1 748
0.27
16 982
2.63
2 434
0.49
5 364
1.07
1 320
0.26
3 000
0.60
2 962
0.59
2 112
0.42
14 578
2.92
8 834
2.46
2 563
0.71
2 370
0.66
320
0.09
703
0.20
544
0.15
23 276
6.48
10 939
1.66
93 693
14.19
4 311
0.65
1 773
0.27
1 971
0.30
824
0.12
2 283
3.37
7 399
3.32
3 581
1.61
5 652
2.54
2 020
0.91
1 312
0.59
1 177
0.53
8 598
3.86
109 115
5.85
31 030
1.66
14 428
0.77
13 199
0.71
12 806
0.69
12 006
0.64
69 193
3.71
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 179
Silvia Gómez Tagle
Yucatán
615 685
380 107
61.74
13 189
34.68
226 258
59.52
753
0.20
868
0.23
Zacatecas
548 646
37 702
68.72
3 331
8.76
276 980
73.47
3 571
0.95
25 898
6.87
Total Nacional
36 695 320
23 901 699
408 516
217.09
1 401 3628
58.63
411 375
1.72
1 896 226
7.93
Notas: Emp. Empadronados, TV total de votos, Anul. Votos anulados y candidatos no registrados.
Porcentajes, total de votos respecto de los empadronados, y porcentaje de votos de cada partido respecto del total de votos.
Fuente: Datos oficiales posteriores al 21 de agosto proporcionados por Guadalupe Pacheco, UAM, Unidad Xochimilco. Gráfica 1.
Elecciones de diputados federales de mayoría relativa
Porcentajes de votos por partido respecto del total
180 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
658
0.17
1 585
0.42
260
0.07
693
0.18
2 094
0.55
1 071
0.28
14 058
3.70
6 161
1.63
3 360
0.89
1 950
0.52
1 270
0.34
12 686
3.36
1 091
0.29
11 022
2.92
1 000 023
4.18
493 528
2.06
249 210
1.04
137 006
0.57
262 670
1.10
333 416
1.39
1 019 455
4.27
Gráfica 2
Diputados federales de mayoría relativa
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 181
Silvia Gómez Tagle
Apéndice
Participantes en el proyecto “Elecciones federales de 1991 en méxico”
Coordinación nacional
Silvia Gómez Tagle
Primera circunscripción
Distrito Federal
Coordinadora: Silvia Gómez Tagle, CES-EI Colegio de México.
Colaboradores: Pablo Javier Becerra, UAM-Iztapalapa, Grisel Castro Nieto, IMAS-UNAM; Rocío
Culebro, CMDPDH; Leonardo Curzio, CIIH-UNAM, Norberto García J., FCPyS-UNAM; David Ramírez, IEEV-CIDE, Ma. Eugenia Valdés, UAM-Iztapalapa.
Puebla
Coordinadora: Ma. del Carmen Díaz Amador, Universidad Autónoma de Puebla. Colaborador:
Sergio A. Lozano, Universidad Autónoma de Puebla.
Nota: No se hizo investigación en Tlaxcala.
Segunda circunscripción
Aguascalientes
Coordinador: Andrés Reyes R., Universidad Autónoma de Aguascalientes. Colaboradores: Daniel Gutiérrez, Carlos Reyes S., Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Coahuila
Coordinadora: Rosa E. Beltrán, Universidad Autónoma de Coahuila.
Durango
Coordinador: Miguel Palacios M., Universidad Juárez de Durango.
Colaborador: Héctor Marín, Universidad Juárez de Durango.
Guanajuato
Coordinadora: Guadalupe Valencia, CIIH-UNAM.
Colaboradora: Patricia Arias, Universidad de Guadalajara.
Hidalgo
Coordinador: Pablo Vargas G., Universidad Autónoma de Hidalgo.
Colaboradoras: Irma E. Gutiérrez, Juana Álvarez, Universidad Autónoma de Hidalgo.
San Luis Potosí
Coordinadora: Lillian Harris, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
Colaborador: Gilberto Estrada, Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
182 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Balance de las elecciones de 1991 en México
Zacatecas
Coordinador: Uriel Márquez V., Universidad Autónoma de Zacatecas.
Colaborador: Efraín Arteaga D., Universidad Autónoma de Zacatecas.
Nota: No se hizo investigación en Chihuahua ni en Querétaro. La ponencia de Hidalgo se recibió
después del Seminario.
Tercera circunscripción
Chiapas
Coordinador: Carlos Rincón R., Universidad Autónoma de Chiapas.
Colaboradores: Alberto Garzón y Rincón, Universidad Pedagógica Nacional, Jorge L. Cruz B.,
CES-COLMEX.
Nuevo León
Coordinador: Luis Lauro Garza, Universidad Autónoma de Nuevo León.
Quintana Roo
Coordinador: Abelino Miranda 0., Centro de Investigación de Quintana Roo.
Yucatán
Coordinador: Efraín Poot C., CIR-Universidad Autónoma de Yucatán.
Nota: No se hizo investigación en Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas. No se presentaron
en el seminario las ponencias de Nuevo León ni de Quintana Roo.
Cuarta circunscripción
Baja California Norte
Coordinador: Tonatiuh Guillén, El Colegio de la Frontera Norte.
Baja California Sur
Coordinador: Alfonso Guillén V., Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Colima
Coordinador: Fernando A. Rivas Mira, Universidad de Colima.
Jalisco
Coordinador: Jorge Alonso, CIESAS, Jalisco.
Colaboradora: Leticia Ruano R., ClSMOS-Universidad de Guadalajara.
Michoacán
Coordinador: Jaime Rivera V., Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Nayarit
Coordinadora: Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara, Universidad Autónoma de Nayarit. Colaboradores: Enedina Heredia Q., Evelina Ornelas G., Universidad Autónoma de Nayarit.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 183
Silvia Gómez Tagle
Sinaloa
Coordinador: José Enrique Vega A., Universidad Autónoma de Sinaloa, Mazatlán. Colaborador:
Héctor Castañeda I., Universidad Autónoma de Sinaloa, Mazatlán.
Sonora
Coordinador: Víctor Reynoso, El Colegio de Sonora.
Nota: La ponencia de Baja California no se presentó en el Seminario.
Quinta circunscripción
Guerrero
Coordinadora: Alba Teresa Estrada, CIIH-UNAM.
Estado de México
Coordinador: Fernando Bahena, Universidad Autónoma del Estado de México. Colaboradoras:
Cecilia Cadena I., Susana Machuca S., Universidad Autónoma del Estado de México.
Oaxaca
Coordinador: Isidoro Yescas M., Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma
Benito Juárez de Oaxaca.
Colaborador: Fausto Díaz M., Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Nota: No se hizo investigación en Morelos.
184 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Reseñas
Reseña
Gustavo López Montiel, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (coords.). Los estados en
el 2010. El nuevo mapa de poder regional. México: Gernika/FCPyS-UNAM, 2011, 748 pp. ISBN: 978-6079083-08-3.
Antonio Faustino Torres
El pasado 4 de julio de 2010 se llevaron a cabo procesos electorales en 15 entidades de la
República Mexicana. En tres de ellas (Chiapas, Baja California y Yucatán) se eligieron únicamente diputados al congreso local, así como ayuntamientos. Mientras que en los restantes 12
estados (Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa,
Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas) se renovó el gobierno estatal, diputados locales y
ayuntamientos.
Los procesos electorales estatales no sólo fueron importantes para la vida política de cada
entidad, que de los resultados dependería la correlación de fuerzas con miras a las elecciones
presidenciales de 2012. Por ello, resulta interesante el análisis llevado a cabo por los autores
del libro Los estados en el 2010. El nuevo mapa de poder regional, coordinado por Gustavo
López Montiel, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez, quienes realizan un acercamiento al tema con importantes herramientas metodológicas y con un rigor académico digno
de destacarse.
El volumen ofrece seis capítulos de análisis. El primero de ellos se refiere a las elecciones
en perspectiva nacional, en el que se encuentran los trabajos de importantes académicos y
especialistas como Marcela Bravo Ahuja, Esperanza Palma y Juan Reyes del Campillo. La primera
realiza un análisis de las expectativas y posibilidades de triunfo en los estados por parte de los
tres partidos más importantes (PRI, PAN y PRD). A través de la metodología del realineamiento
electoral explica las distintas eras políticas y explica con datos duros el cambio del comportamiento del votante mexicano.
Por su parte, Esperanza Palma centra su interés en la participación electoral en los estados. Si
bien reconoce que en años recientes hubo un importante movimiento abstencionista en México,
éste no logró trascender a las elecciones de 2010, durante las cuales se registró un aumento de
participación electoral en relación con los comicios locales anteriores en casi todos los estados,
a pesar de la presencia de elementos disruptores como la guerra contra el narcotráfico. Ello significa que para un sector importante de ciudadanos, las elecciones siguen siendo el mecanismo
para elegir gobernantes y castigar tanto a políticos como a partidos.
Las alianzas electorales entre antagonistas ideológicos; PAN-PRD, fue una característica novedosa en las ofertas políticas en los estados, su trascendencia, importancia e implicaciones
son analizadas por Juan Reyes del Campillo. Si bien es cierto que este tipo de uniones ya se
han llevado a cabo en la realidad mexicana, en esta ocasión rindieron muy buenos dividendos a
los partidos en cuestión: de las cinco entidades en que se lanzaron en alianza (Oaxaca, Puebla,
Sinaloa, Durango e Hidalgo) en las primeras tres consiguieron ganar el gobierno, instaurando la
alternancia en estados donde el PRI había gobernado de manera ininterrumpida.
Para complementar el estudio de las elecciones en el plano local, en los apartados dos y tres
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 189
Reseña de Antonio Faustino Torres
de esta obra se analiza de manera particular cada estado en donde se realizaron procesos electorales. Víctor Manuel Reynoso se avoca al estudio del estado de Puebla, entidad en la que el PRI
no sólo perdió el gobierno sino también la capital del estado, así como la mayoría de los distritos
electorales y ayuntamientos. A través del análisis de los factores estructurales y coyunturales,
explica cómo se hizo posible el cambio en una entidad con una histórica tradición priísta. Dentro
de los primeros, analiza tanto el perfil socio-económico, como la estructura electoral poblana.
Mientras que en los factores coyunturales centra su interés en la selección de candidatos y la
reacción del electorado ante un candidato surgido de la alianza PAN-PRD.
El trabajo de Ernesto Hernández Norzagaray y Lorena Schobert se ocupa de las elecciones en
Sinaloa, otra entidad en donde el PRI nunca había perdido el gobierno y que en esta elección
la alianza de los opositores permitió la alternancia. Dentro de los elementos de análisis más
importantes se encuentran: el contexto sociopolítico de la entidad; la selección de candidatos
tanto del partido en el gobierno como en la oposición; las campañas electorales de los dos principales contendientes, así como los planes y programas que cada uno desplegó con la intención
de atraer el voto. La figura clave de la elección, sin embargo, estuvo en la figura de Mario López
Valdéz, quien decidió ser el candidato de la alianza PAN-PRD.
Por otra parte, la elección en Oaxaca es analizada por Stephanie Porto Gutiérrez y Génesis
Puente Romero. Dicha entidad era un bastión político priísta, pero la alianza opositora PAN-PRD
logró el cambio. Los autores se enfocan especialmente en la figura de Gabino Cué Monteagudo,
candidato de la coalición Unidos por la paz y el Progreso, que aglutinó la informidad generalizada sobre todo por el desempeño del último gobernador priísta, Mario Marín. Además, Gabino
Cué estuvo apoyado por el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hecho que le dio
gran empuje y consolidó su victoria.
Para complementar el estudio de los estados aliancistas, Adrián Galindo de Hidalgo y Socorro
Arzaluz Solano, al de Durango. En el primer caso, el candidato priísta Francisco Olvera consiguió
el triunfo debido a una estrategia sustentada en las viejas prácticas desarrolladas por el Revolucionario Institucional. La designación del candidato del PRI se llevo a cabo mediante un acuerdo
entre los precandidatos y además se utilizó la estrategia del desprestigio y la compra de voto.
En Durango, las cosas fueron diametralmente opuestas, en primer lugar, difícilmente puede hablarse de una oposición consolidada, ya que los municipios más importantes (Durango, Gómez
Palacio y Lerdo) han sido priístas desde hace diez años. Por ello era de esperarse una derrota
ante la maquinaria electoral del partido en el poder.
Por otra parte, podemos observar tres casos en los que cambió el gobierno estatal a favor del
PRI. En ese renglón ubicamos los estados de Zacatecas, Aguascalientes y Tlaxcala. En el primero,
el PRD era el partido en el gobierno, mientras que los dos últimos eran gobiernos panistas. En el
caso de Zacatecas, Rafael Cedillo Delgado aborda el estudio de la aplastante victoria del PRI en
una entidad que por 12 años estuvo en manos del perredismo. Los motivos del cambio principalmente tienen que ver con el PRD. En primer lugar se señala la distancia de la ex gobernadora
Amalia García con AMLO, así como con Ricardo Monreal; en segundo término, la selección del
candidato al gobierno dejó inconformes a muchos partidarios en el estado. Por otra parte, del
lado de la oposición, el PRI supo aprovechar el liderazgo de Miguel Alonso Reyes, ex perredista
con amplia aceptación en la sociedad por su carisma y trayectoria.
190 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los estados en el 2010. El nuevo mapa de poder regional.
En Aguascalientes y Tlaxcala se vivió la debacle panista en los gobiernos que hasta ese
momento eran importantes referentes. En el primer caso, Juan Carlos Montero Bagatella señala
como factor decisivo la división del PAN en la selección de candidatos y el consecuente aprovechamiento del PRI para presentar un candidato ex panista. En el mismo sentido, Pablo Trejo
Romo y Tania Trejo Jiménez señalan que en Tlaxcala sucedió un proceso similar, ya que si bien en
2004 el PAN llegó al gobierno con un candidato priísta, ahora el PRI unido recuperó un estado
en que la clase política difícilmente ha cambiado.
En otros cuatro estados más se llevó a cabo la renovación de gobernador: Chihuahua, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. Rodian A. Rangel Rivera señala que en Chihuahua el abstencionismo electoral se elevó en un grado muy alto debido a la violencia derivada de la guerra
contra el narcotrático, así como por el bipartidismo de la entidad (PRI-PAN) y la falta de opciones
políticas. En el caso de Quintana Roo, Enrique Cuna Pérez analiza el voto cruzado que se presentó en un estado de tradición priísta pero donde la oposición (PAN y PRD) tiene importantes
municipios; además el autor desmenuza la lucha política en la entidad, donde intervienen líderes
caciquiles y empresariales.
En el estado de Tamaulipas, Rafael de la Garza Talavera analiza la elección de gobernador en
el contexto de un sistema de partidos que se ha caracterizado como de partido predominante,
en donde el PRI no tiene competencia real por el poder. En un sentido similar puede entenderse
el caso de Veracruz, donde la hegemonía priísta fue ratificada; este proceso es revisado por Luis
Reyes García. Además, se destaca que en el Poder Legislativo de dicha entidad el partido en el
gobierno recuperó posiciones respecto a la anterior legislatura, en la cual un número importante
de diputados panistas habían obtenido representación.
Por otra parte, en el capítulo tercero, se estudian los estados de Baja California, Chiapas y
Yucatán, en donde se llevaron a cabo elecciones para diputados y ayuntamientos cargos que
son igualmente importantes para el análisis político. El primero es abordado por Víctor Alejandro
Espinoza Valle, quien da cuenta del desplome panista en una entidad que tenía fuerte presencia
del PAN Aquí, el PRI ganó los cinco ayuntamientos y 13 de las 16 diputaciones de mayoría relativa en disputa. Los motivos están relacionados con una evaluación negativa del gobierno albiazul
y el consecuente voto de castigo.
Por otra parte, Alberto Escamilla Cadena y Alejandro Favela Gavia describen el proceso electoral en Chiapas. El estudio que realizan los autores señala los intentos intervencionistas del
gobernador Juan Sabines para suprimir las elecciones de ayuntamientos por única ocasión y que
fueran los diputados quienes nombraran a los encargados de los mismos. Por ello se convirtió en
un actor muy activo, aunque al final dichos intentos fueron revertidos por decisión de la SCJN. En
los resultados se ratificó el bipartidismo PRD y PRI en ayuntamientos y diputaciones.
En el capítulo cuarto se realiza el balance sobre el desempeño de los tres principales partidos
en la elección de 2010. En él, Tania Hernández Vicencio analiza el pobre desempeño que tuvo el
PAN en las elecciones estatales, así como los problemas organizativos que presentó. En el caso
del PRI, Rosa María Mirón Lince destaca la capacidad de adaptación que experimentó el partido,
desde la pérdida de la presidencia en el 2000 y su repunte a nivel federal, pero sobre todo estatal. El PRD es analizado por Rosendo Bolívar Meza, quien explica cómo influyó la estrategia de
alianzas en los estados a los distintos grupos y fracciones que integran el partido. Por último, el
desempeño de los partidos minoritarios es evaluado por Manuel Larrosa, quien se enfoca en la
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 191
Reseña de Antonio Faustino Torres
estrategia del “chantaje” que llevan a cabo.
El quinto capítulo de la obra se enfoca al estudio de los actores e instituciones. El caso de los
gobernadores como agentes que pueden influir en los resultados y en la competencia electoral,
es desarrollado por Francisco Reveles Vázquez.Por su parte, Gerardo Flores Díaz aborda el tema
de la selección de candidatos a gobernador, la lucha política intrapartidista y la influencia de los
liderazgos nacionales. En lo que concierne a la evaluación del desempeño de los órganos electorales estatales, Irma Méndez de Hoyos y Gustavo López Montiel realizan un balance particular
en cada una de las entidades.
El volumen cierra con un capítulo sobre las elecciones y sus perspectivas acorto y largo plazo.
En él se abordan temas como la institucionalidad democrática, la participación política de la
mujer, la gobernabilidad, campañas negativas, financiamiento público y privado, entre otros.
Por último, es de destacar el anexo de fuentes de consulta sobre las elecciones en el 2010, en
donde Alberto Espejel Espinoza reúne los textos más importantes, lo cual lo convierte en una
herramienta indispensable para quienes busquen profundizar en el tema.
192 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Reseña
Astudillo, César y Lorenzo Córdova Vianello (2010). Los árbitros de las elecciones estatales. Una radiografía
de su arquitectura institucional. Serie Doctrina Jurídica, Núm. 557. México. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas-Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del
Estado de Jalisco. 389 pp. ISBN 978-607-8054-06-0
Stephanie Viridiana Porto Gutiérrez
En un sistema democrático, las elecciones representan el procedimiento por excelencia con el
que cuenta la ciudadanía para participar en la vida política de su sociedad. La estructura gubernamental de México se integra mediante procesos electorales en lo que se refiere a los poderes
ejecutivos y legislativos. De tal manera, las normatividades a nivel federal y en cada una de las
entidades deben hacer valer el mandato federal de renovar periódicamente a estos representantes realizando elecciones organizadas por árbitros autónomos en su estructura e independientes
en sus funciones.
Pese a que en nuestro país la transformación del régimen político durante el proceso de
transición (y de consolidación democrática) se produjo de la periferia hacia el centro, al ser las
entidades las que experimentaron inicialmente cambios políticos que luego, al ejercer presión,
impactaron en el ámbito federal y se convirtieron en reformas nacionales, ha sido poca la atención que se le ha otorgado al análisis de las instituciones electorales de los estados.
Así, Los árbitros de las elecciones estatales. Una radiografía de su arquitectura institucional se configura como un libro sin precedentes para la comprensión de uno de los temas más
importantes de la democracia en México. César Astudillo y Lorenzo Córdova cumplen con creces
los objetivos planteados gracias a su amplia experiencia en temas de teoría política, Derecho
electoral, justicia constitucional y Derechos fundamentales.
La obra tiene su origen en la preocupación académica por una propuesta particular de la
reforma electoral constitucional de 2007, aquélla referida a centralizar la organización de los
comicios en el Instituto Federal Electoral y, en consecuencia, desaparecer los institutos electorales de los estados; finalmente, el texto constitucional se modificó al establecer que los órganos
electorales de carácter administrativo pueden convenir con el IFE para que éste organice los
procesos electorales locales. La relevancia del asunto y los posibles efectos desembocaron en un
análisis exhaustivo y enriquecedor que, aunque complejo, resulta de fácil lectura.
El rigor metodológico y la utilización de herramientas comparativas permitieron a los autores
adentrarse en constituciones (y el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal), códigos o leyes
electorales y, en algunos casos, reglamentos internos con el fin de distinguir similitudes y explicar diferencias entre dichas normas. Un elemento más que inyecta originalidad es la estructura
del estudio, ya que se configura en torno a dos vertientes de los organismos y las autoridades
electorales, a saber: la objetiva o institucional y la subjetiva o personal.
A partir de ello se formulan cuatro capítulos. El primero otorga las bases teóricas en relación
con la función electoral, sus principios rectores y la autonomía constitucional. Se aclara que la
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 195
Reseña de Stephanie Viridiana Porto Gutiérrez
función electoral es una función pública, pero -además-, específica del Estado y se documenta
su evolución durante el proceso de democratización en México, el cual desembocó en la creación de organismos públicos cuyo objeto sería resolver la falta de confianza y credibilidad que
estaban teniendo los procesos electorales y la necesidad de contar con estructuras específicas
que impidieran el cuestionamiento de los mismos. Por ello resulta imprescindible retomar las
reformas electorales y especificar esta función, para lo cual se elabora un análisis histórico de
las mismas. Por otra parte, se ofrece una detallada descripción de los principios rectores de la
función electoral, es decir, certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad, profesionalismo e independencia, celebrando que la mayoría de los estados contemplen en su normatividad al menos
un principio adicional a los aludidos. Además, la reflexión en torno al concepto de “autonomía”
resulta primordial para la comprensión de los árbitros electorales, objeto de estudio.
El segundo acápite se enfoca al ámbito institucional de los órganos electorales y su evolución hasta 1990, y en las etapas de especialización, ciudadanización y profesionalización. Su
clasificación se distingue de acuerdo con su desarrollo institucional, sus atribuciones, su descentralización, su profesionalización y su permanencia. Posteriormente se examinan los principales
órganos que integran las estructuras de las autoridades, tanto centrales como desconcentradas.
La tercera parte del texto presenta la investigación en relación con ese abarca el estudio del
ámbito objetivo de los árbitros electorales. En este sentido, el grado de desarrollo institucional
y la naturaleza de sus competencias se distinguen a través de la denominación que poseen; de
la integración, características y funcionamiento de los consejos generales y comisiones, y de los
principios que rigen su organización y funcionamiento.
El último de los capítulos aborda la cuestión subjetiva de los consejeros electorales, cuya
relevancia obedece a ciertas consideraciones: su cargo cumple con una función pública que
desempeña a través de un organismo público; integran el órgano superior de dirección de una
institución reconocida como constitucional autónoma; representan piezas claves dentro de la
democracia estatal; son servidores públicos independientes y autónomos en el ejercicio de sus
funciones, y son funcionarios cuya independencia exige estabilidad.
El profundo estudio del que son objeto desemboca en una precisa argumentación del grado
de fortaleza institucional de los órganos, ya que el mismo depende de las garantías tanto de
los propios órganos como de las de sus miembros. De tal manera se detalla el estatuto constitucional de los consejeros electorales integrado por su perfil, denominación y el ejercicio de su
encargo; el número de consejeros; los requisitos de elegibilidad; el sistema de nombramiento,
y la protesta constitucional. Así mismo, se puntualizan la duración en el cargo, la renovación
del mandato, la garantía económica, las incompatibilidades, la inviolabilidad de voto y opinión,
las responsabilidades el fuero, la inamovilidad y las causas de cese, concluyendo con el marco
jurídico de actuación a través de derechos y obligaciones.
Los anexos comparativos presentan una perspectiva idónea para la comprensión específica
en cada entidad federativa, siendo posible vislumbrar una inmensidad de abordajes analíticos
por parte de investigadores y estudiantes en un ejercicio de vinculación teórico práctico.
No obstante, debido al contexto actual en el que se perciben dejos de vulnerabilidad e inestabilidad en los órganos electorales de nuestro país, sobre todo en relación con los partidos políticos, el libro es recomendable para ampliar el conocimiento del público en general. Su lectura
196 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los árbitros de las elecciones estatales. Una radiografía de su arquitectura institucional.
también será conveniente para las autoridades referidas, ya que constituye una guía reflexionar
sobre la trascendencia de sus funciones que puede incentivar mejoras sustantivas en las constituciones y leyes o códigos electorales de las entidades federativas, partiendo de una evaluación
sobre el cumplimiento y funcionamiento de la normatividad en cada estado.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 197
Reseña
Reveles Vázquez, Francisco (2011), Los partidos políticos en el Distrito Federal: avances, estancamientos y
retrocesos, Gernika, México. 501 pp. ISBN: 9789706371836
Ninfa E. Hernández Trejo
En esta obra coordinada por Francisco Reveles Vázquez, el estudio sobre los partidos políticos
en el Distrito Federal, pretende ser exhaustiva en la medida que los autores abundan sobre
diversos temas, como la estructura organizativa y la vida interna de los partidos; las tendencias
electorales; el ejercicio de gobierno; la orientación ideológica; las plataformas electorales; la
representación legislativa; la aplicación y evaluación de las políticas públicas, así como la transformación del sistema de partidos de la entidad. Además, se analizan también otros asuntos que
tienen que ver con la participación electoral, la autoridad electoral y la cultura política en el D. F.
que sin duda alguna enriquecen al libro en su conjunto.
El tema más trabajado a lo largo de la obra es el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) como fuerza política gobernante en la ciudad de México. De este modo, Rosendo Bolívar
Meza, Ulises Lara López, Víctor Hugo Martínez González y Lorenzo Arrieta Ceniceros, en el primer apartado del libro, retoman dos puntos fundamentales referentes a la organización política
del sol azteca: a) su planteamiento como partido de izquierda, y b) la existencia de corrientes
políticas en su interior (también llamadas fracciones o tribus).
Bolívar concentra su análisis en la vida interna y la estructura organizativa del PRD a partir
de tres ejes: 1. el plano formal e informal; 2. la lucha por el poder, y 3. sus vínculos con grupos de
interés, movimientos sociales y organizaciones políticas. Con base en ello, explica el predominio
del partido en la capital del país. Con Ulises Lara, por otro lado, se pone más atención al origen
de las corrientes internas del partido y periodiza la historia del partido, desde su nacimiento,
explicando su posicionamiento como fuerza de izquierda. Entre tanto, Víctor Hugo Martínez se
refiere, sobre todo, a la conflictividad característica de su organización, producto de los débiles
niveles de consolidación institucional. Finalmente, Arrieta Ceniceros concentra su crítica a las
fracciones que actúan en su interior, sustentando el planteamiento de que las divisiones entre
los miembros hunden más al PRD, generándole serias consecuencias respecto del apoyo del
electorado.
En el segundo apartado del libro, referente a los partidos de oposición en el D. F., queda
demostrada la dificultad que comparten el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para desarrollarse en la capital. Francisco Reveles expone los orígenes
y el efímero desarrollo del blanquiazul, destacando la evolución que ha sufrido desde finales de
la década de los ochenta, puntualizando su trayectoria electoral y su comportamiento frente al
partido en el gobierno; y concluyen que en la actualidad es una organización débil, con muchos
retos por delante en caso de avanzar electoralmente. Por otro lado, Víctor Alarcón Olguín desarrolla un análisis de las plataformas electorales del PAN en la entidad en el periodo 1994-2009,
realizando una comparación de las propuestas para estar en posibilidades de emprender una
evaluación consistente de las políticas públicas implementadas, tanto en el ámbito del gobierno
como en las instancias legislativas.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 199
Reseña de Ninfa Hernández Trejo
En lo que respecta al PRI, Ricardo Espinoza Toledo y Olga Rocío Díaz describen la situación
del partido en el Distrito Federal desde la relación entre militantes y dirigentes, la elección de
candidatos, sus corrientes o grupos internos, su papel en la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal (ALDF), su presencia como fuerza política en la entidad y los resultados obtenidos en
las elecciones de 2009. Argumentan, además, sobre su débil estructura en la ciudad de México,
producto de los conflictos, tensiones y rupturas en su interior, así como de carencia de una
estructura orgánica propia. También se hace referencia a las modificaciones legales que han
tenido lugar en la capital y que contribuyen a la explicación de la debacle priísta, en el análisis
de Luis Reyes García, quien sostiene, además, que el futuro del tricolor se vislumbra idéntico al
del escenario que se presenta en la actualidad, sin ninguna posibilidad de avanzar debido a sus
pobres porcentajes de votación.
Por último, Josafat Cortéz Salinas aborda el caso del Partido Verde Ecologista de México
(PVEM) como fuerza política minoritaria o emergente en el D. F. De éste se analiza su desempeño
electoral y se habla de su estructura interna, su ideología y su oferta política. Queda claro que
la estructura local del partido está sujeta a la dirigencia nacional, de modo que es capaz de
mantenerse estable electoralmente empleando al ecologismo como un membrete, pero sin una
base social ecologista consolidada.
El plus de la obra, desde mi punto de vista, lo representa el tercer apartado, denominado
“Tendencias electorales y sistema electoral”. En éste, Marcela Bravo Ahuja realiza un análisis sobre las preferencias electorales en la ciudad de México y menciona el surgimiento de una nueva
era electoral tras la llegada del PRD al gobierno local, de modo que el voto se ha realineado a su
favor, consolidándose como partido hegemónico. Y a pesar de que los resultados en los comicios
locales de 2009 representanron una crisis del voto perredista, a éste le espera todavía una larga
vida en el Distrito Federal.
Luz María Cruz Parcero realiza un estudio sobre la participación de los ciudadanos durante
los procesos electorales de 2000 a 2009, del cual concluye que el índice de marginación tiene
una asociación positiva fuerte con la participación electoral, lo cual significa que los sectores
sociales más marginados son los que menos participan en las elecciones. Esta afirmación, señala la autora, no es aplicable a la relación entre los niveles socioeconómicos y la votación.
Juan Reyes de Campillo, mientras tanto, demuestra que en los estratos sociales más altos existe
mayor participación electoral, además de que confirma la existencia de un voto ideológico; es
decir, que mientras los sectores bajos tienden a votar por el PRD, los altos lo hacen por el PAN.
Es evidente la discrepancia entre ambos planteamientos, pero cada uno de ellos corresponde
a una interpretación propia, basada en un análisis riguroso, producto de los resultados de los
procesos electorales.
Rosa María Mirón Lince, por su parte, contribuye con su análisis a entender la relación entre la autoridad electoral capitalina y el sistema de partidos, resaltando el hecho de que el PRD,
a través de la ALDF, ha debilitado la autonomía del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF)
con las modificaciones que ha hecho al marco normativo de la entidad. De tal forma, el sistema
democrático de la ciudad de México pareciera estancarse o retroceder en vez de prosperar.
Al final del libro se halla un epílogo, elaborado por su coordinador, en donde se concentran
las conclusiones generales y se mencionan las tareas pendientes en el estudio sobre los partidos
políticos en el Distrito Federal. Recordemos que la vida política de la capital transcurrió, por lar-
200 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Los partidos políticos en el Distrito Federal: avances, estancamientos y retrocesos.
go tiempo, dentro de un esquema de prácticamente nula participación, pues se mantuvo como
un territorio de excepción donde no se aplicaban las formas de gobierno previstas constitucionalmente para los demás estados mexicanos. Durante muchos años, pues, se mantuvo bajo la
tutela del gobierno federal, el cual garantizaba su gobernabilidad mediante la construcción de
consensos políticos y donde el corporativismo priísta jugaba un papel fundamental.
A pesar del relativamente corto camino que ha transitado con su estructura política, la
ciudad de México ha tenido un desarrollo interesante en su sistema partidario, ya que las fuerzas
políticas a nivel local han presentado una composición distinta de lo que sucede a nivel federal,
lo que podría indicar, de entrada, que la subordinación que existía años atrás realmente quedó
en el pasado. Los partidos políticos en el Distrito Federal: avances, estancamientos y retrocesos, es un trabajo conjunto que nos brinda un análisis pormenorizado del tema, además de
que cuenta con una estructura adecuada para la presentación de los artículos. La metodología
que utilizan los colaboradores es propia y conveniente de cada análisis y, de manera general, la
estadística se convierte en la herramienta fundamental de la mayor parte de esta obra.
Una importante ausencia en el libro es la reflexión sobre el Partido del Trabajo (PT) en el
D. F., pues a pesar de que funge –al igual que el PVEM– como una fuerza política minoritaria, sí
tiene presencia en la Asamblea Legislativa, sobre todo después de las elecciones de 2009. La actualización de esta investigación es una labor pendiente para los estudiosos del tema sobre partidos políticos y mi invitación a su lectura es, por supuesto, obligatoria a todos los interesados.
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 201
Colaboradores
Reyna Madai Bañuelos Ramírez
Estudiante de la maestría en Opinión Pública y Marketing Político de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla (BUAP) y becaria CONACYT. Responsable del Observatorio de Comunicación Política, Medios y Ciudadanía en la BUAP, en donde funge también como profesora de asignatura. Es coautora de ponencias y artículos para revistas arbitradas. Actualmente es asistente
de investigación en el Centro de Investigación sobre Opinión Pública (CISO) de la BUAP.
Correo electrónico: [email protected]
Victoria Isabela Corduneanu
Doctora en Historia y Civilización por el Instituto Universitario Europeo (Florencia); maestra
en Historia de Europa Central y del Este por la Central European University (Budapest). Profesora investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, en la Academia de
Comunicación y Cultura. Sus temas de investigación son: religión, espiritualidad y comunicación
y estudios de comunicación y juventud. Fue directora de investigación en el Gabinete de Comunicación Estratégica. Publicaciones recientes: ¿Autoritarismo Superado? Medios y actitudes
políticas en el contexto mexicano (en co-autoría con Carlos Muñiz Muriel); “Panorama de los
estudios de juventud y comunicación en México” (en co-autoría con Maricela Portillo Sánchez),
en La comunicación en México, una agenda de investigación, coordinado por Aimée Vega
Montiel. Miembro de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC).
Correo electrónico: [email protected]
Silvia Gómez Tagle
Autora del artículo de la Revista Mexicana de Sociología, que se retoma en la sección “Memoria de la Opinión Pública” de la Revista Mexicana de Opinión Publica
Doctora en Antropología, por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Realizó un posgrado en Antropología Política en la Facultad de Antropología de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Profesora-investigadora del Centro de Estudios
Sociológicos de El Colegio de México, nivel IV. Investigadora nacional del Sistema Nacional de
Investigadores, nivel III. Directora de la Revista Nueva Antropología, de 1975 a la fecha. Líneas
de investigación: procesos políticos, democracia y transparencia y análisis electoral desde una
perspectiva geográfica. Últimas publicaciones: con Enrique Conejero Paz, “Democratización y
globalización en América Latina”; “Las elecciones del 2 de julio en la consolidación del pluralismo político: México 2006” en Elecciones presidenciales y giro político en América Latina,
onbra compilada por Isidora Cheresky.
Correo electrónico: [email protected]
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 203
Ricardo Román Gómez Vilchis
Doctor en Ciencia Política por la Universidad de California, San Diego. Sus áreas de investigación
son: aprobación presidencial, comunicación política, instituciones políticas y elecciones. Adscrito
a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Publicaciones recientes: “Democratic Transition and Presidential Approval in Mexico,” publicado
por el Journal Mexican Studies, vol. 28, Winter 2012; “Percepciones sobre la corrupción y Aprobación presidencial antes y después de la alternancia,” publicado en la memoria electrónica de
la Conferencia 2011 de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC.
Murilo Kuschick Ramos
Correo electrónico: [email protected]
Licenciado y maestro en Antropología Social y doctor en Sociología por la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Méxuci. Se desempeña como profesor e investigador en el Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, en donde imparte las materias de Teoría Sociológica y Problemas y Temas Selectos de la
Sociología, así como en el Centro de Estudios de Posgrado de la Universidad Latinoamericana.
Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Su línea de investigación son los
procesos democráticos.
Correo electrónico: [email protected]
José Antonio Meyer Rodríguez
Doctor en Comunicación, por la Universidad de La Laguna, España, con especialidad en comunicación política y opinión pública. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I.
Profesor e investigador de tiempo completo en el Centro de Investigación sobre Opinión Pública
(CISO) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Secretario de la Red Académica Iberoamericana de Comunicación (RAIC) e integrante de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC) y la Sociedad Latina de Comunicación Social. Miembro del Consejo Directivo del
Consejo de Acreditación de la Comunicación (CONAC); evaluador del CONACYT y del Consejo
para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES). Fundador de la Red de Observatorios
Mediáticos (ROM-CONEICC).
Correo electrónico: [email protected]
Carlos Muñiz Muriel
Licenciado en Comunicación Audiovisual y doctor por la Universidad de Salamanca, España y
profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad
Autónoma de Nuevo León (México), donde coordina la especialidad en Mercadotecnia Política y
Gestión de Medios. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I desde 2010.
Sus principales líneas de investigación son: análisis de los efectos de los medios de comunica-
204 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
ción y la comunicación política; el tratamiento informativo (framing) de los acontecimientos y
las representaciones de los grupos sociales en los contenidos mediáticos, así como las repercusiones de las prácticas comunicativas sobre la generación de actitudes políticas. Recientemente
ha editado el libro Comunicación, política y ciudadanía. Aportaciones actuales al estudio de
la comunicación política, publicado por Fontamara en 2011.
Correo electrónico: [email protected]
Norma Pareja Sánchez
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación, por la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; maestra y licenciada en Comunicación por la UNAM.
Diplomada en Estudios Culturales por el Instituto Mora. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Ha sido reportera, locutora y periodista en el Valle de
México. Se ha desempeñado como analista y líder de proyectos en empresas de investigación de
mercado y opinión pública como Gallup México, Grupo IDM y ABC Data Marketing. Miembro de
la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), donde coordina el Grupo
de Investigación en Comunicación Política desde 2005. Líneas de investigación: comunicación
política y opinión pública, cultura política, audiencias y televisión pública.
Correo electrónico: [email protected].
René Valdiviezo Sandoval
Sociólogo, maestro en Sociología y doctor en Ciencias Sociales y Políticas por la Universidad
Iberoamericana. Actualmente es director del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la BUAP. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Líneas de investigación: partidos políticos, elecciones y participación ciudadana; poder y política regional y local;
gobiernos locales y alternancia política. Sus últimas publicaciones son: México 2009: elecciones
y partidos. Estudios de caso, y Poder y región en Tlaxcala.
Correo electrónico: [email protected]
Coordinadora de la rmop 12
Rosa María Mirón Lince
Licenciada en Sociología, maestra y doctora en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Profesora de tiempo completo adscrita al Centro de Estudios
Políticos de la FCPyS. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II. Investigadora
invitada en el Instituto de Estudios Superiores Avanzados del Consejo Superior de Investigación
Científica, en Madrid, España. Sus libros más recientes son: El PRI y la transición política en
México; Democracia en clave electoral: la ruta mexicana en la conformación de los órganos
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 205
electorales, y Entre la hegemonía y la pluralidad. Líneas de investigación: transición democrática, partidos políticos, procesos electorales.
[email protected]
Reseñistas
Ninfa Elizabeth Hernández Trejo
Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma
de México. Maestrante del programa de Posgrado en Estudios Políticos y Sociales por la misma
institución. Integrante del proyecto de investigación perteneciente al Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica: “Las elecciones en los estados de la República Mexicana de 2009-2011”. Publicó, en la Revista de Administración Pública, del Instituto
Nacional de Administración Pública, el artículo “El paradigma de la votación electrónica: el caso
del Distrito Federal.”
Stephanie Viridiana Porto Gutiérrez
Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM. Integrante del proyecto “Procesos electorales, reformas legales y sistema
de partidos en el gobierno de Felipe Calderón.” Becaria del proyecto “Partidos, elecciones y
reformas en México 2006-2011” de la FCPyS. Coautora del artículo “Proceso electoral Oaxaca
2010”, publicado en Los estados en el 2010. El nuevo mapa de poder regional, de Gustavo
López Montiel, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (coords.), y de “Elecciones
en Nayarit 2011. La alianza que no se dio”, en Los estados en el 2011: elecciones locales y
sucesión presidencial. Participó seleccionando y organizando datos estadísticos para la obra en
El PRI y la transición política en México, de Rosa María Mirón Lince.
Antonio Faustino Torres
Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma
de México. Estudiante del programa de maestría en Estudios Políticos y Sociales de la misma
Universidad. Colaborador del proyecto “Procesos electorales, reformas legales y sistema de partidos en el gobierno de Felipe Calderón,” de la UNAM.
206 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 207
Instructivo para colaboradores
Las contribuciones a la revista deberán cumplir con lo siguientes requisitos:
1. Extensión máxima de 20 a 25 cuartillas tamaño carta, a doble espacio; por una sola cara.
En el total de cuartillas deben quedar incluidos: resumen y palabras clave, bibliografía,
tablas o cuadros.
2. Se deberá incluir una introducción donde se explique la metodología y desarrollo, así
como las conclusiones del mismo.
3. Se requiere incluir un resumen del artículo de no más de 200 palabras en español e
inglés, así como una serie de 6 palabras clave o descriptores del texto a publicar. Los
resúmenes que contengan un número mayor de palabras al solicitado, serán sintetizados
por el Consejo de redacción. El resumen debe comprender todos los conceptos importantes del artículo y sus correlaciones, al igual que plantear las conclusiones principales. El
nombre del artículo, así como los subtítulos, incisos, sub-incisos, o en su caso el número
de capítulo, deberán ser definitivos.
4. Las notas y referencias se harán como notas al pie de página, con el siguiente orden:
a. Libros: Apellido(s), Nombre(s) de los autor(es), título en cursivas (coma), editorial
(coma), lugar de edición (coma), año de la edición (coma), número de páginas (punto).
b. Revistas: Apellido(s), Nombre(s) de los autor(es), título del artículo entre comillas,
nombre de la revista en cursivas (coma), lugar de la edición (coma), editor o editorial
(coma), vol. y/o número (coma), año de la edición (coma) y página(s) precedidas por la
abreviatura p. o pp. (punto).
5. La bibliografía se incluirá al final del artículo, ordenada alfabéticamente y observando el
siguiente orden:
a. Libros: Apellido(s) del autor (coma), Nombre(s) (coma), título en cursivas (coma), editorial (coma), lugar de edición (coma), año de la edición (coma), número de páginas
(punto).
b. Revista o periódico: Apellido(s) del autor (coma), Nombre(s) (coma), título del artículo
entre comillas (coma), nombre de la revista en mayúsculas y minúsculas y en cursivas
(coma), lugar de la edición (coma), editor o editorial (coma), vol. y/o número (coma),
año de la edición (coma) y página(s) precedidas por la abreviatura p. o pp. (punto).
6. Original y copia en castellano, anexando cuadros, mapas, fotografías y estadísticas, que
deben presentarse completas, nítidas y con su respectiva referencia (fuente).
7. Los trabajos deberán presentarse en formato .doc (Word).
Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013 - 209
8. En archivo aparte, incluir resumen curricular –máximo 300 palabras– del autor que incluya: grados académicos, institución donde trabaja, línea (s) de investigación que desarrolla, dirección electrónica, nacionalidad, ciudad de origen, RFC y domicilio legal.
9. Los artículos se someterán a dictamen tipo “Doble ciego” realizado por especialistas,
para lo cual en la portada de los mismos se omitirá el (los) nombre(s) de el (los) autor(es),
cuidando así su anonimato en el mismo proceso dictaminador. Para ello, en cada colaboración se agregará por separado una hoja independiente con el (los) nombre(s) de él (los)
autor(es), título del trabajo; dirección y teléfono.
10.La redacción se reserva el derecho de hacer la corrección de estilo y cambios editoriales
que considere pertinentes para mejorar el trabajo.
11. No se devolverán originales y el (los) autor(es) se compromete (n) a no someterlos simultáneamente a dictamen de otras publicaciones.
12. La recepción de los artículos no implica la obligación de ser publicados en un número de
la REVISTA MEXICANA DE OPINIÓN PÚBLICA. La decisión será exclusivamente de su
Consejo editorial.
Las contribuciones deberán dirigirse a:
Revista Mexicana de Opinión Pública
Edificio “G” 1er piso C.U. México, D.F. 04510
Teléfonos: 5622-9470 AL 78 EXT. 1058
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210 - Revista Mexicana de Opinión Pública, febrero 2013
Revista Mexicana de Opinión Pública editada por la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
y el Consejo de Investigación de la Opinión Pública A.C. Se terminó de imprimir en febrero de 2013.
Artículos
Memoria de la opinión pública
Los nuevos espacios de la comunicación política en el
proceso electoral de 2012 en México. La ficción
televisiva y la Reforma Electoral de 2007-2008
Balance de las elecciones de 1991 en México
Silvia Gómez Tagle
Norma Pareja Sánchez
Reseñas
La percepción sobre la seguridad pública como
determinante del voto en la opinión pública en México
Los estados en el 2010. El nuevo mapa de poder
regional, de Gustavo López Montiel, Rosa María Mirón
Lince y Francisco Reveles Vázquez
de Antonio Faustino Torres
Ricardo Gómez Vilchis
Creando ciudadanos comprometidos. Aportación de los
hábitos comunicativos al desarrollo de la sofisticación
política entre los jóvenes
Carlos Muñiz Muriel
Jóvenes, “¿un lujo de clase?” Juventud y actitudes
políticas hacia el 2012.
Victoria Isabela Corduneanu
La construcción de oposición en la opinión pública: el
caso de las elecciones locales en México, 2010
Los árbitros de las elecciones estatales. Una radiografía
de su arquitectura institucional, de César Astudillo y
Lorenzo Córdova Vianello
de Stephanie Viridiana Porto Gutiérrez
Los partidos políticos en el Distrito Federal: avances,
estancamientos y retrocesos, (coordinador) Francisco
Reveles Vázquez
de Ninfa Hernández Trejo
René Valdiviezo Sandoval
Enfoques periodísticos e intenciones de voto en las
elecciones para gobernador del Estado de Puebla
José Antonio Meyer Rodríguez y Reyna Madai Bañuelos
Ramírez
Pronóstico electoral para el Distrito Federal en la
elección del 2012
Murilo Kuschick Ramos
ISSN 1870-7300
9 771870 730007
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