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Bismarck Pinto Tapia 1
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
CIENCIA Y PSICOLOGÍA: EL EJEMPLO DE LA ESQUIZOFRENIA
Por: Dr. Bismarck Pinto Tapia
Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento IICC
Universidad Católica Boliviana “San Pablo”
Estudiar la evolución de
las aproximaciones a la esquizofrenia es revisar la
historia de la Psiquiatría y la Psicología clínica. Desde los albores de la humanidad el
esquizofrénico ha generado fascinación porque en todas las épocas su presencia irreverente
con el mundo establecido obliga al cuestionamiento de la realidad. Algunas culturas lo han
endiosado mientras otras lo han satanizado.
La esquizofrenia está relacionada con la Psicología como ciencia básica y como
ciencia aplicada. En el ámbito de la investigación, su estudio ha permitido la elaboración
de teorías acerca de la percepción, las emociones, la conciencia, memoria y personalidad.
En el campo de la aplicación en el desarrollo de modelos terapéuticos dirigidos al paciente
esquizofrénico y a su familia.
La etimología de la palabra esquizofrenia (del griego σχίζειν: división y φρήν:
mente) manifiesta de por sí el complejo problema de la Psicología al definir su objeto de
estudio. La propuesta aristotélica fue que la Psicología se encargara del estudio del ánemus
que contenía al pensamiento, la razón y la inteligencia: la parte pensante del ser humano.
Sócrates dejó establecida la importancia del autoconocimiento, sin él sería
imposible conocer el deber. Por lo tanto el saber se relaciona con la virtud. La maldad es
fruto de la ignorancia. Al mismo tiempo, considera que todo ser humano conoce la verdad,
y que ésta subyace en su espíritu, es a través de la mayéutica que se puede acceder a ella
(Heidbreder, 1978)
La filosofía socrática se centra en el sí mismo, por lo tanto es indispensable el
desarrollo de un método para conocerlo, se deduce que la psicología es una ciencia
indispensable para lograrlo. Se añade la necesidad de comprender el desarrollo ético
inherente a la sabiduría, es decir, al conocimiento de uno mismo. La locura es una especie
de inspiración que no posee lógica, es sin sentido, puede avivar la verba del poeta o del
político pero no expresa nada, a diferencia del filósofo inspirado por un demonio (dáimôn,
Δαίμων) que permite el contacto con las divinidades.
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Podemos recurrir a Heráclito, para entender que ethos y dáimôn se relacionan, en
el sentido que el ethos (morada) es protegido por el dáimôn (voz profética dentro de mí,
proveniente de un poder superior). Luego, la ética sólo es posible a través de la conciencia
de sí mismo. El esquizofrénico será un ser humano con disturbios en su conciencia, de ahí
que la locura sea considerada una afrenta contra la moral. 6
Para Platón el alma y el cuerpo son de naturaleza diferente, coinciden por
accidente, por lo que al morir se separan. Según Aristóteles alma y cuerpo son
inseparables, por lo que ambas entidades pueden enfermarse. Para Platón la Psicología es
el estudio del alma independiente del cuerpo, para Aristóteles no es posible que la
Psicología estudie el alma sin considerar su relación con el cuerpo.
Platón considera que el alma es la encargada del movimiento y está encarcelada en
el cuerpo, es susceptible de enfermarse por efectos del medio y de la herencia. Desde esta
perspectiva la Psicología debe ser esencialmente racionalista porque la lógica es el medio
para conocer la esencia humana (Platón, 1978).
En el diálogo Ion, Platón plantea la existencia de la “locura divina”, considera que
la deidad puede posesionarse del alma del mortal y manifestarse en forma de epilepsia,
trance orgiástico o delirios dionisiacos. Así pues, la locura está asociada a la estética. El
artista es víctima de una posesión divina cuando está inspirado. La locura desde este
pensamiento puede ser una forma de saber distinto al racional. Platón asocia el arte con la
locura porque el loco se contacta con los dioses lo mismo que el poeta (Platón, ob.cit.)
Aristóteles considera la existencia de tres tipos de alma: vegetativa, sensitiva y
racional. La vegetativa es responsable de la asimilación y de reproducción, la sensitiva lo
es del movimiento y las sensaciones, mientras que la racional se encarga del intelecto. En
ese sentido la Psicología debe ceñirse a los aspectos intelectuales del ser humano. La
locura es una enfermedad del alma racional porque ocasiona la hecatombe de la lógica
(Aristóteles, 1986).
San Agustín de Hipona (354-430) propone que la fe y la razón se funden, la verdad
se rebela por la fe pero es a través de la razón que se la logra conocer. Esta forma de ver
queda plasmada en su frase: “cree para comprender”. Luego estima que la razón tiene más
fuerza que la voluntad y que a través de ella es posible la introspección para el
autoconocimiento. La locura está asociada con la pasión, por eso la relaciona con el
enamoramiento.
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Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274) consideraba al alma como asiento de la
racionalidad que determina la corporalidad. El alma es la responsable del intelecto, posee
tres funciones: las potencias vegetativas, las sensitivas y las racionales. La voluntad es un
concepto central en la psicología de Santo Tomás, la entiende ligada necesariamente al
bien y la felicidad, por lo tanto el alma no puede albergar ninguna enfermedad. Con esta
visión, su postura favorece a la medicina como responsable de la cura de la esquizofrenia.
La psicología se debe dirigir al estudio del alma, por lo que es parte de la Metafísica y se
debe apartar de cualquier intención científica, en otras palabras, la psicología no debe ser
una ciencia.
Guillermo de Occam (1285-1349), sostiene que la fe es distinta a la razón (En:
Enciclopedia Oxford de Filosofía, 2008) cada una tiene propósitos de conocimiento
distintos, la primera no necesita de la razón porque es una revelación divina, la segunda en
cambio tiene por objetivo la ordenación del mundo. De esta apreciación queda claro que la
ciencia y la fe no pueden entremezclarse, una recurrirá al método racional, la otra a la
revelación intuitiva.
Durante la edad media la locura fue considerada una expresión del mal, el diablo
se posesionaba de las personas. La superstición subyacía a las creencias dogmáticas del
cristianismo y eran utilizadas como una manera de imponer el dominio de la Iglesia sobre
los pueblos. La presencia de los endemoniados justificaba la presencia de la Inquisición y
su “Martillo de los brujos” (Malleus maleficarum) de Kramer y Sprenger (1486/2006) era
el manual de los inquisidores, puesto que permitía el diagnóstico de la brujería y sus
subtipos.
Las alucinaciones, los delirios y el comportamiento bizarro de los esquizofrénicos
eran interpretados desde la lógica dicotómica de las creencias cristianas, evidenciaban la
existencia del diablo y justificaban el castigo divino de los pecados. Así el alma podía
pertenecer a Dios o al Maligno, todo dependía de las buenas obras y del cumplimiento de
las leyes de la Iglesia (Brunan, 1988; Kamen, 1985).
La locura era explicada como posesión del diablo, y se consideraba a las mujeres
las más frágiles ante sus tentaciones. Así surge la “bruja” como la responsable de todos los
males que azotaban a la Europa medieval (Bechtel, 2001). La mujer es considerada inferior
al varón, no es digna de poseer un alma porque ha sido la causante del pecado al tentar a
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Adán. La mujer debe someterse al marido y abnegarse hacia los hijos. La vida de la mujer
se restringe al cautiverio del hogar, del convento o del prostíbulo (Wade, 2003).
Juana de Arco (1412-1431) es un ejemplo sobre la concepción de la locura en la
Edad Media. Inicialmente sus alucinaciones y delirios son atribuidos a Dios cuando dirige
un ejército de cinco mil soldados contra las fuerzas inglesas que cercaban Orleans.
Posteriormente los borgoñeses al capturarla tras el asedio de Compiègne, la entregan a las
autoridades inglesas, quienes la hacen juzgar ante un tribunal eclesiástico que la declara
bruja y explica las voces que escucha como producidas por el demonio, por lo que es
condenada a la hoguera (Dequeker, 2009).
D’Orsi y Tinuper (2006) plantean la probabilidad de que Juana de Arco adoleciese
de epilepsia del lóbulo temporal, puesto que los síntomas que de ella se describen
coinciden con la semiología neurológica actual. Así pues, queda claro que las conductas
bizarras de la locura eran interpretadas desde la superstición religiosa. La Psicología era un
recurso de la Iglesia para justificar las anormalidades del alma, siempre y cuando éstas
contradijeran los postulados del poder eclesiástico o sirviesen para confirmarlo.
Erasmo de Rotterdam (1467-1536) escribe “Elogio de la locura” (Erasmo, 2007)
una sátira moral. Sin embargo, plantea que la locura es indispensable para la felicidad, la
contrapone a la rigidez de la razón y la asocia con la felicidad. La locura es presentada
como una manera ingenua e inocente del saber, no es la soberbia afirmación “yo sé” sino la
humilde “creo saber”. Erasmo valora el saber del ciudadano común.
A pesar del “Elogio” que recuperaba la importancia de las pasiones, Descartes
(1596-1650) pregonará la soberanía de la razón sobre las emociones. El pensamiento
cartesiano estableció la escisión entre la mente (res cogitans) y el cuerpo (res extensa)
produciendo un conflicto epistemológico en la Psicología, puesto que el ánemus fue
tergiversado en alma y por lo tanto derivada al ámbito de la teología y el misticismo,
mientras que el cuerpo pasó a ser objeto de la ciencia.
Descartes favorece la especulación teórica, puesto que si una teoría tiene lógica,
entonces es verdadera. Este racionalismo a ultranza, hizo daño a la Psicología (Pinto,
2004), puesto que permitió la aparición de construcciones especulativas que afirmaban
explicar fenómenos humanos inventadas por ellas mismas. La Psicología se hizo presa
favorita de la tautología lógica y retórica, pues la res cogitans es un espacio donde cabe
cualquier afirmación lógica que justifique la verdad de quien piensa.
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La idea de la locura en Descartes es que a partir de los “vapores negros de la bilis”
que se insertan en el cerebro, las personas alteran su sensibilidad, por lo que el filósofo no
puede estar loco. “La locura es la expresión de la irracionalidad, el loco es incapaz de
dudar por lo tanto de existir, puesto que se existe sólo si se duda, y se duda sólo si se
piensa” (Descartes, 1637,1641,1644/1971).
El primer manicomio (del griego: μανία manía y κομιον komion, lugar) fue el
fundado en Valencia (España) por el Padre Joan Gilabert Jofré (1350-1417) fraile
mercedario, compañero de San Vicente Ferrer el 9 de marzo de 1409 (Asociación Católica
de Psicología, 2010).
En el Diccionario de los Inquisidores (1494), se consideraba a la locura como una
atenuante y en algunos casos eximía de la culpa al reo. Si el acusado enloquecía después
del procedimiento inquisitorial se le ofrecía un curador, entendiéndose con ello que el
juicio continuaría; si el prisionero manifestaba una locura denominada furor, entonces se lo
eximía de responsabilidad de la herejía (Tropé, 2010).
En el siglo XVI la locura, según los médicos era producida por la bilis negra
(melancholia), se identificaban los siguientes síntomas: tristeza, miedo y locura
continuada, la causa se consideraba hereditaria. El otro tipo de locura era el furor o manía,
a diferencia de la anterior se relacionaba con conductas violentas, la causa era el semen
corrupto, porque asociaban el desarreglo de los humores con alteraciones en el útero, el
bazo y el hígado (Tropé, ob.cit.)
Como era difícil definir la locura legítima de la fingida, de igual manera se
recomendaba el tormento, es decir, la tortura para extraer la información necesaria
(Kamen, 1985).
Aunque se consideraba la atenuación a partir de la presencia de la locura, los
inquisidores decidían a partir de la peligrosidad de la herejía, no importando al final la
demencia del reo. Se mantenía la idea de que la locura era impuesta por el diablo, y era
innegable que la persona que la adolecía era pecadora: “Ora valiéndose de la locura, ora
descartándola, lograban su meta, que era asegurar a la Iglesia la exclusividad de la
elaboración del discurso religioso e impedir cualquier forma de heterodoxia susceptible de
poner en entredicho el orden político o religioso establecido.” (Tropé, 2010, pág. 100).
Es así que la definición de locura iba asociada al poder, las personas tildadas de
locas perdían su libertad y otros decidían por ellas. La Psicología pierde su objeto de
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estudio científico y se inserta como un instrumento del poder, el alma era depósito de las
conveniencias políticas. Los pocos avances en el estudio del cerebro dan lugar a las
falacias del pensamiento cartesiano, como por ejemplo la idea de que la glándula pineal es
el lugar donde la sangre se convierte en espíritus animales, por lo que deduce que es el
sitio del alma (1637/1971).
La publicación del “Leviatán” en 1651, escrito por Thomas Hobbes (1588-1679)
manifiesta el espíritu de la época al sobrevalorar la importancia de la racionalidad. Según
este filósofo inglés las emociones humanas requieren ser ordenadas, lo que sólo es posible
a través de la razón. Inclusive los pensamientos siguen un curso desordenado que requieren
de un pensamiento superior que sea capaz de organizarlos (En Heidbreder, ob.cit.).
El racionalismo justifica la segregación de los enfermos mentales puesto que están
fuera de la razón. La etimología de la palabra “loco” confirma esta idea, puesto que
Corominas (2008) plantea que su origen es el árabe: láwqa, femenino del adjetivo alwaq
“tonto, estúpido”; otro origen probable es el latín, del verbo loqui, hablar; quizás por el
“hablar mucho” típico de la manía. La razón se impuso sobre los sentidos.
Se asocia la locura con la estupidez y se acepta su carácter innato. Foucault dirá al
respecto que en relación al sueño y a la locura el racionalismo decidió callar porque es un
peligro que se evita, representa aquello que debe silenciar el sujeto para poder continuar la
reflexión hasta el “yo pienso” (Foucault, 2003). La existencia de la locura pone en cuestión
al pensamiento cartesiano, porque si el loco no razona entonces no piensa, y si no piensa
¡no existe! “La locura justamente es condición de imposibilidad del pensamiento” (p. 76).
El empirismo surge como respuesta a la insuficiencia del racionalismo para dar
cuenta del conocimiento. Su más importante representante fue John Locke (1632-1704),
plantea una teoría del conocimiento independiente de la filosofía. Propone que el
conocimiento humano no puede dar cuenta de todo, posee sus limitaciones, éstas se
producen por el recurso del conocimiento, la experiencia dada por los sentidos. Locke
retorna a la naturaleza sin abandonar la idea de Dios, sus postulados serán la base para el
desarrollo de la ciencia contemporánea. Berkeley (1685-1753) añadirá que el mundo
externo es producto de la percepción, las ideas no son sino nombres por lo que toda idea es
individual, propone que las palabras deberán ser usadas con precaución porque son las que
definen las ideas.
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La época de Locke y Berkeley se caracteriza por una Inglaterra dedicada a la
discusión religiosa. Este pensador consideró que las personas tienen derecho a decidir por
su creencia religiosa, favorece la libertad de culto a pesar de los ataques violentos de la
Iglesia Anglicana dirigidos a los disidentes, debido a que era impensable el ser humano
independiente de la voluntad divina, se justificó así la quema de libros y asesinatos. Locke
afianza su idea de que el Estado debía proteger los intereses ciudadanos y no interferir en
sus creencias religiosa. Por fin se propone la liberación del poder político del poder
religioso (Barrionuevo, 2010).
La Psicología como efecto de la separación política - religión, tiene la oportunidad
de retomar el ámbito de las ciencias naturales y dejar de ser un instrumento de control
inmerso en el pensamiento teológico. Locke propone una psicología que permita
identificar las capacidades humanas dentro de las limitaciones de su conocimiento. Se
opone al innatismo al plantear la necesidad de la conciencia en los procesos del
pensamiento: el conocimiento proviene de las ideas y éstas de la experiencia.
La consecuencia inmediata para la esquizofrenia es dejar de verla como un
designio de Dios o del diablo, para considerarla como producto de una alteración de la
conciencia debido a influencias del entorno (Feldman, 2006).
Berkeley publica una monografía titulada New Theory of Vision, donde intenta
explicar la percepción en tres dimensiones, que dará origen al primer principio de
asociación aplicado a la psicología: la percepción de la distancia es producto de la
experiencia porque no es posible percibirla de manera directa, necesitamos asociarla con
las sensaciones táctiles y del movimiento. Así se adelanta a la propuesta de los reflejos
cerebrales de Séchenov (1825-1905) fundamentos en la indisolubilidad de la sensación con
la motricidad. Así pues, con Locke y Berkeley se construye la base de la Psicología
Experimental (Boring, 1999).
David Hume (1711-1776) critica el principio de causalidad, según el cual es
posible el conocimiento a priori de las fuerzas causales a través del conocimiento de los
conceptos o de la identificación de la esencia de las cosas; el conocer es producto de la
razón que determina la objetividad de las causas. Todas estas formulaciones se resumen en
que “todo lo existente tiene una causa”. Según este filósofo escocés, la causalidad no
puede ser a priori, porque no es una relación entre ideas ni el resultado de la costumbre.
Discurre que la causalidad necesariamente se relaciona con hechos, es necesariamente
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producto del conocimiento de la experiencia. Cuestiona la concepción de que todo debe
tener un inicio, piensa que es resultado de darlo por sentado en lugar de ponerlo a prueba
(Flew. 1986).
Queda claro que Hume se opone a la regularidad de la naturaleza al negar que los
efectos tengan una sola causa, también lo hace en relación a la inducción porque es
producto de la costumbre, es decir es un fenómeno psicológico que no necesariamente
tiene que ver con la realidad (Buganza, 2007). Hume cuestiona el supuesto orden del
mundo y coloca la atención en la organización lógica del ser humano, tal como lo hará el
primer Wittgenstein (1921/1997). De ahí que Hume se instaura como un pensador
revolucionario en una época que veía trastabillar al poder religioso determinante de
verdades absolutas. Todo el conocimiento es rotundamente achacado a la experiencia
La implicancia del pensamiento de Hume para la comprensión de las enfermedades
mentales es que reconoce en la locura que algunas ideas pueden vivirse como si fueran
impresiones, de tal manera que pueden confundirse con la realidad, en ese sentido la locura
deja de ser un fenómeno sobrenatural.
En Francia Ettienne Bonot de Condillac (1715-1780) publica el Traité des
systemes, donde critica a Descartes y defiende a Locke, añade que la vida mental dependía
exclusivamente de la sensación. Por su parte el filósofo y naturalista suizo Charles Bonnet
(1720-1793) hizo eco de las ideas de Condillac incorporando a las mismas al fluido
nervioso y la agitación de las fibras nerviosas, además de la importancia de la actividad en
contra de la metáfora de la estatua pasiva del filósofo francés (Boring, ob.cit.)
Los ingleses continuaban en el conflicto de las ideas religiosas, mientras que los
franceses incursionaban en la filosofía materialista como es el caso de Julien Offray de la
Mettrie (1709-1751). Este filósofo postula la teoría del hedonismo, siguiendo los pasos de
Epicuro de Samos que escribió: “Yo ciertamente no tengo cosa alguna por buena, excepto
la suavidad de los licores, los deleites de Venus, las dulzuras que percibe el oído y las
bellezas que goza la vista” (Epicuro en: Lucrecio, 1969).
Para La Mettrie, el placer es el fin de la vida por lo que el ser humano debe ser
esencialmente egoísta. Sus ideas son una ofensa para el espiritualismo, que reacciona con
vehemencia, ocasionando al contrario de su expectativa, un fortalecimiento del
materialismo. Promueve que el ser humano debe ser considerado como cualquier otro ser
vivo y que debe estudiárselo como un mecanismo biológico.
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Claude Adrien Helvétius (1715-1771) se unió al pensamiento hedonista pero sin
fervor ateo, dando inicio al pensamiento utilitarista. A estos dos pensadores le siguió Jean
George Cabanis (1757-1808), al ser el médico del comité legislativo de la revolución
francesa se le preguntó si las cabezas de los muertos en la guillotina mantenían o no la
conciencia, respondió que no lo eran debido a que el cerebro es el órgano que la determina
(Boring, ob.cit.).
Cabanis afirma “…que la fisiología (medicina), el estudio de las ideas (del
pensamiento) y de la moral son tres ramas indisolublemente unidas de una misma ciencia
que puede llamarse, a justo título, la ciencia del hombre" (Cabanis, 1844, pág.47). Con esta
afirmación se establece la base de la psiquiatría como la responsable del estudio y
tratamiento de las enfermedades mentales. Cabanis libera radicalmente a la mente de
argumentaciones metafísicas. Es el cerebro el único responsable de la conciencia, del
pensamiento y las sensaciones.
Jean Jacques Rousseau (1712-1778) fue un pensador influyente en la Revolución
Francesa a pesar de disentir de otros grandes filósofos como Voltaire y Montesquieu. Su
pensamiento desfavorece la razón ante los sentimientos y la pasión. Considera que el ser
humano es esencialmente bueno y que la sociedad es la encargada de corromperlo. El
“buen salvaje” vivía libre, guiado por el amor a sí mismo. El desarrollo de la sociedad
obliga a que el ser humano se aparte de la naturaleza para sobrevivir en guiado por el
egoísmo, la ambición por la riqueza y la injusticia (Rousseau, 1754/1999).
En el Emilio, Rousseau expresa que la educación debería dejar de ser libresca para
estimular en los niños el retorno a la naturaleza, de tal modo que se recupere la bondad
innata a la especie humana (Rousseau 1762/1982).
Las ideas de Rousseau influyeron profundamente en Philippe Pinel (1745-1826),
médico francés del manicomio de Bicêtre designado por Thouret y Cabanis, partió de los
principios humanistas de su antecesor Jean-Baptiste Pussin (1746-1811) para solicitar que
se desencadenen a los pacientes, su pedido inicialmente fue rechazado pero finalmente
gracias a la influencia política del jefe de la comuna George Couthon los enfermos
mentales de Bicêtre fueron liberados. El principio al cual Pinel se rigió es aquél
relacionado con la corrupción por parte de la sociedad de la bondad esencial de los
humanos.
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Para los Iluministas la razón gobierna el bien y la cordura, por lo tanto la maldad y
la locura se explican como una pérdida de la razón. El énfasis recae en que el ser humano
es racional y esa cualidad es la que lo diferencia de los animales. Tanto la maldad como la
locura sólo pueden producirse por la corrupción de la sociedad que promueve el
alejamiento de la naturaleza humana.
Foucault (ob.cit.) encuentra una estrecha relación entre el Iluminismo y el cambio
de concepción de la locura. Según este filósofo, durante la Revolución Francesa se
difundió la idea de que los revolucionarios habían sido tildados de locos por el Rey y por
lo tanto fueron encerrados en los manicomios; al mismo tiempo, se decía que algunos
enemigos de la revolución estaban escondidos entre los enfermos mentales.
La razón se hace superlativa a cualquier otra cualidad humana, produciéndose una
desvalorización de las emociones y sentimientos. Pinel publica en 1809 el Traité médicophilosophique sur l'aliénation mentale, en el que plantea una clasificación de las
alienaciones mentales. La etiología de la alienación mental la relaciona con la herencia y la
influencia del ambiente, sobre todo la educación; descarta la participación del cerebro en la
enajenación mental, pues supone que sus lesiones inhabilitan todas las funciones mentales
por lo que no permiten la formación de la locura.
Pinel consideró a la maldad como un trastorno, lo denominó “manía sin delirio”,
considerando a pacientes violentos que no padecían alteraciones de la razón, sino un furor
afectivo al que se refiere como “furor sanguíneo”. La causa una vez más la sitúa en la
inadecuada educación y a una predisposición (Marietán, 2004). Las ideas de Pinel reflejan
el espíritu de su época: la Revolución Francesa. Con ella se desata una postura radical en
contra de todo aquello que hiciera referencia al estado anterior de las cosas, achacando los
males a la monarquía y la ideología absolutista resultante de ella.
El siglo XVIII se caracteriza por la hegemonía del paradigma mecanicista, según el
cual los procesos psíquicos se explican por las leyes físicas sin admitir otros principios
explicativos (Dorsch, 1994). El asociacionismo es el resultado directo de las ideas
mecánicas de la mente, fue sostenido por los psicólogos británicos James Mill (17731836), John Stuart Mill (1806-1873) y Alexander Bain (1818-1903).
Según el asociacionismo un pensamiento necesariamente sigue a otro pensamiento.
Según James Mill, las ideas complejas son resultado de la asociación entre ideas simples.
Bain plantea las leyes de las asociaciones: contigüidad y similitud. La contigüidad hace
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referencias a la asociación entre recurrencias de las ocurrencias previas de acciones o
sensaciones. La similitud explica la “asociación constructiva”, es decir la producción
creativa. La contigüidad explica la retención y la similitud la creatividad (Boring, ob.cit.).
El culmen del racionalismo se manifiesta en la obra de Emmanuel Kant (17241804). Retorna al racionalismo sin abandonar el empirismo creando el movimiento
moderno de la Ilustración, que promueve la transformación de la humanidad hacia un
mundo mejor a partir del desarrollo de sus facultades racionales (Deleuze, 1997).
La pregunta central de la filosofía kantiana es ¿cuál es el límite del conocimiento
humano? El conocimiento es fruto de la experiencia por un lado y de los juicios a priori
por otro. Los juicios apriorísticos son anteriores a la sensación, son la condición de su
probabilidad existencial. Éste fue el fundamento de su libro “Crítica de la razón pura”
(1781).
Kant concluye que la ciencia utiliza el conocimiento proveniente de los juicios a
priori, por lo que se constituye en juicios sintéticos a priori: al ser sintéticos son extensivos
porque ofrecen significado y amplían nuestro conocimiento; por ser a priori, son
universales y necesarios, recalcando que no proceden de la experiencia (Deleuze, ob.cit.).
En relación a la percepción Kant propone que forma no es dada por la experiencia,
sino que está a priori en el espíritu (intuición pura). Tal afirmación es un retorno a las ideas
de Platón que serán retomadas por la psicología genética de Piaget
y la psicología
cognitiva, cuando se establece el supuesto de “constructos cognitivos” que se pueden
configurar en “esquemas cognitivos”.
Los esquemas cognitivos son estructuras
organizadas a partir de conductas y experiencias pasadas que forman un cuerpo de
conocimiento; son los encargados de modelar la forma singular de percibir e interpretar el
mundo (Segal, 1988).
El entendimiento, según Kant es el resultado de comprender lo percibido. El
entendimiento también se estructura a partir de conceptos, no solamente de sensaciones,
los fenómenos sólo se comprenden cuando se los puede referir a los conceptos, esta
operación se lleva a cabo gracias a los juicios, por lo que es posible afirmar que el
entendimiento es el resultado de la facultad de juzgar. Los conceptos puros o categorías
son las estructuras del entendimiento, por lo que la experiencia interna es resultado del
contraste entre la sensación y el concepto (Hartrack, 1997)
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Kant propone que su filosofía se equipara a la revolución Copernicana, puesto que
plantea que son las cosas las que se ajustan a nuestros conceptos y no nuestros conceptos
los que se ajustan a las cosas. Esta afirmación es una paráfrasis de Epicteto: “No nos
perturban las cosas sino las opiniones que tenemos de ellas” (En: De Olañeta, 2003).
La filosofía kantiana pone en relieve la importancia del intelecto a la par de no
descuidar la intuición, la misma que es considerada como un medio al definir una verdad,
esto es, que de manera innata el ser humano sabe cuando enfrenta un fenómeno sin
necesidad de haber tenido una experiencia, por ello la intuición es la condición a priori del
espacio y el tiempo.
Cuando Kant plantea que la percepción es el efecto de un objeto sobre la facultad
representativa está fundamentando la teoría cognitiva de los esquemas. Según Kelly (19051967) la realidad es producto de la interpretación, de tal manera que la realidad en sí es
inabordable por la mente humana, ésta necesita de referentes para atribuir significados y
dotarla de sentido. Las pautas que sirven de modelo son los “constructos cognitivos” que
permiten categorizar la realidad (Caro, 1997)
La teoría de los constructos cognitivos dará lugar al desarrollo de la terapia
cognitiva. Es en ese ámbito que se estudian los procesos cognitivos en la esquizofrenia, por
ejemplo, Vásquez, Sánchez y Provencio (2009) identifican que la atención selectiva, la
memoria, el razonamiento probabilístico y las atribuciones causales son procesos
cognitivos que se alteran debido a la presencia de delirio persecutorio.
El enfoque de la esquizofrenia deja de centrarse en una “mente enferma” a una
comprensión del procesamiento de la información en un cerebro alterado. Sin embargo,
esta visión tardará aún muchos años en llegar.
La teoría genética del desarrollo humano descrita por Piaget (1896-1980)
promueve una concepción evolutiva del conocimiento, pretende que la lógica antecede al
lenguaje cuando demuestra que el pensamiento del niño se organiza a partir de la sensación
y el movimiento (Piaget, 1982). Desde esta perspectiva, la esquizofrenia se considera una
alteración en el desarrollo cognitivo, de tal manera que la persona se sitúa en la etapa
egocéntrica, manifestando una incapacidad de comunicarse y de descentralizarse.
En la antigua Unión Soviética el desarrollo de la Psicología se vio influenciado por
la ideología marxista-leninista. “El
materialismo dialéctico e histórico examina la
sociedad no como una fuerza extraña externa, a la que el hombre debe adaptarse por la
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fuerza de las circunstancias, sino aquello que ha creado al propio ser humano” (Shuare,
1990, pág. 22).
La Psicología soviética adopta una posición política comprometida con el
pensamiento y el quehacer del marxismo leninismo. Desde esta filosofía se considera a la
materia como la base de la realidad y del pensamiento humano. Plantea que el método
científico debe ser dialéctico, enfoque propuesto inicialmente por Hegel (1770-1831). Sin
embargo Marx hace una crítica radical a la tendencia idealista de la dialéctica hegeliana,
anteponiendo a ella su visión materialista.
La dialéctica materialista esbozada principalmente por Engels (1820-1895) se
opone tenazmente al idealismo, al mecanicismo y al atomismo. Se parte del axioma según
el cual la única realidad posible es la materia, primero es la materia y después es la idea
para que finalmente se genere una reconciliación. Es así que la lógica dialéctica
corresponde a tres momentos de análisis: tesis – antítesis – síntesis.
Para el marxismo existen cuatro tipos de conciencia: la conciencia de sí a través de
la cual accedemos a la percepción de nosotros mismos, la conciencia psicológica que
permite diferenciarnos de los demás, la conciencia de clase que nos otorga identidad de
grupo y la conciencia social por la que asumimos las creencias sociales (Lange y Colorado,
1974).
En este contexto político, la psicología fisiológica de Pávlov (1849-1939) se tuvo
que ajustar a los criterios materialistas imperantes. Pávlov parte de la teoría reflexológica
de Séchenov (1829-1905), la cual afirma que el cerebro es el órgano que permite la
regulación de la interacción entre el medio y la conducta (Yaroshevsky, 1979).
Pávlov muestra un método de investigación de la conciencia humana con recursos
de la fisiología, ofrece una sólida teoría sobre la organización del segundo sistema de
señales a partir de experimentos efectuados en animales en los que consiguió la
adquisición de nuevas conexiones cerebrales con el sistema del condicionamiento reflejo.
El partido comunista veía con recelo el trabajo de Pávlov debido a que hacía hincapié en
los aspectos biológicos del comportamiento sin mencionar siquiera la influencia socio
histórica (Zumalabe, 2006)
Leóntiev (1972) aclara que la relación entre la biología heredada del ser humano y
los condicionantes sociales son los determinantes de la conducta. La psicología soviética se
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
expresa en contra del idealismo occidental y sus connotaciones asociacionistas y subjetivas
presentes en sus teorías psicológicas.
Básov (1892-1931) es considerado uno de los primeros psicólogos con orientación
dialéctica materialista, formula que el ser humano no es un ente pasivo ni que se adapta al
medio, sino que adapta el entorno a sí mismo, puesto que actúa sobre el transformándolo a
través del trabajo. Por su parte Blonski (1884-1941) fue el más ferviente crítico de la
Psicología occidental presentando al materialismo histórico como la solución ante la
arremetida idealista de la psicología.
El tercer psicólogo que conforma la tríada epistemológica materialista de la
Psicología soviética es Kornílov (1879-1957) quien expresa que la Filosofía ha sido la
principal responsable para el carácter especulativo de la Psicología. Urge, según este autor
que la Psicología se separe definitivamente de la Filosofía, tarea que sólo sería posible si se
apega al pensamiento marxista (Shaure, ob,cit.).
Vygotsky (1896-1934) se constituye en el psicólogo ruso más estudiado hoy en día
gracias a sus aportes a la Psicología constructivista. Para Vygotsky el lenguaje es
indispensable para la organización mental, al mismo tiempo es instrumento de
comunicación y mediador de los procesos cognitivos (Shaure, ob.cit.)
En ese sentido Jaburgaiev explica la esquizofrenia como una alteración entre la
lógica y el lenguaje (En: Pinto, 1987). Se trata de una alteración en la mediación
regulatoria del pensamiento que ocasiona una desorganización lingüística relacionada con
las injurias cerebrales resultantes de los procesos bioquímicos asociados al trastorno.
En la medida que se instaura el régimen stalinista la Psicología soviética se ve
obligada a cerrarse a la información procedente de otros países, decayendo alarmantemente
el desarrollo de la Psicología científica (Luria, 1979). Los hospitales psiquiátricos
(psijushka) son usados a partir de los años 40 internando en ellos a personas que
contradecían los principios del comunismo. Se crea el diagnóstico de esquizofrenia
lentamente progresiva la cual ocasionaba un deterioro en su comportamiento social sin
afectar otras áreas del comportamiento. De esta manera se creó un sistema de regulación
política afianzado en criterios psiquiátricos. Al menos trescientas sesenta y cinco personas
sin alteraciones mentales fueron internadas y tratadas como pacientes esquizofrénicos
durante el régimen comunista (Bloch y Reddaway, 1984).
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
En Alemania Edmund Husserl (1859-1938) desarrolla el movimiento filosófico
considerado como el que da inicio a la filosofía del siglo XX: la fenomenología. Gracias a
la filosofía kantiana la Psicología se constituyó en la ciencia más importante de todas,
puesto que si explicamos la mente humana comprenderemos la organización de la realidad.
Husserl se opone a esa disquisición (Funke, 1995).
Husserl trabaja con Carl Stumpf (1848-1936) quien pensaba que la psicología
podía servir para los intereses de la filosofía (Boring, ob.cit.). Husserl influenciado por
Brentano (1838-1917) discurre que la Psicología es la ciencia empírica de los hechos
mentales. Stumpf identifica a los fenómenos como los datos sensoriales a los que se siguen
los actos psíquicos de Brentano (funciones psíquicas para Stumpf), por ejemplo: la
percepción, la volición, el deseo, etc. Posteriormente se encuentran las relaciones que
radican en la experiencia. Por último identifica la objetividad inmanente, referida a la
experiencia subjetiva de la sensación (Boring, ob,cit.).
Husserl opone la postura psicológica a la lógica. Antes del pensamiento está la
sensación del fenómeno, de lo que se trata es de identificar un método de aprehensión del
fenómeno en sí. El psicologismo en la filosofía caía en el error cartesiano de considerar a
la conciencia como una realidad sustancial, de ahí que el conocimiento sería un fenómeno
psicológico, y por lo tanto, la ciencia empírica podría explicarlo. Urge entonces, una nueva
definición de los conceptos, en lugar de entretenerse fútilmente en sus significados se debe
buscar la manera de identificar la manera de experimentar la realidad. Surge entonces la
suspensión del juicio epojé (ἐποχή), actitud irreverente ante la supremacía de la lógica.
Husserl escribe que se debe colocar la cotidianeidad entre paréntesis, esto es, ser capaz de
desconectarse de ella; este procedimiento es indispensable para lograr desprejuiciarse
eliminando cualquier suposición sobre el fenómeno. La consecuencia es el radicalismo
fenomenológico cuyo objetivo es la contemplación de la esencia de las cosas que se
contrapone a su explicación.
En el contexto de las disputas filosóficas entre el racionalismo kantiano y la
fenomenología, Wilhelm Wundt (1832-1929) instala el primer laboratorio de Psicología en
la ciudad de Leipzig (1879), evento que es considerado como el nacimiento de la
Psicología científica. Wundt fue influenciado por su maestro Helmholtz y por la filosofía
empirista de Herbart, ambos experimentalistas radicales, pensaban que la psicología
necesariamente tenía que responder al método científico de las ciencias narturales.
Bismarck Pinto Tapia 16
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Según Boring (ob.cit.) es posible identificar cuatro momentos en el sistema de
Wundt:
El primero se refiere a la revisión del concepto de percepción y la diferencia que
hace entre sensación y sentimiento, ambos son los elementos básicos de la conciencia. Las
sensaciones provienen del exterior y del interior del organismo como consecuencia del
impacto del estímulo en los sensores de la piel, vista, olfato, oído y gusto; mientras que los
sentimientos hacen referencia. Los sentimientos hacen referencia a la subjetividad de la
sensación como el placer y el dolor a los que añade la excitación y la depresión, además de
la tensión y el alivio. También se puede decir que las sensaciones corresponden al nivel
objetivo y los sentimientos al subjetivo de la percepción.
El segundo momento del trabajo de Wundt es el referido a la concepción de la
mente como constituida por elementos formales como las sensaciones que se conectan por
medio de asociaciones. Esta postura da lugar al elementarismo asociacionista.
La tercera etapa de la teoría wundtiana se refirió a desarrollo de la teoría
tridimensional del sentimiento, según la cual los sentimientos variaban en tres
dimensiones: agrado-desagrado, tensión-relajación y excitación-calma. Esta teoría surge de
la introspección y no de la experimentación, por lo que consciente de su planteamiento
especulativo irresponsable, perfiló la investigación empírica de los supuestos surgidos por
las elucubraciones filosóficas. Queda clara, entonces la tendencia a despojar a la Psicología
de la Filosofía para acercarla a las ciencias naturales.
El último periodo trata de la importancia que Wundt le dio a la apercepción,
concepto introducido a la Filosofía por Leibniz y Kant para referirse a la mente como una
entidad activa en vez de pasiva. Wundt indica que la apercepción es el proceso a través del
cual se produce la síntesis e integración de las sensaciones que permite organizar el
significado.
Emil Kraepelin (1856-1926) fue inducido por Wundt para investigar los trastornos
mentales. Recurrió al modelo médico para explicarlas, enfatizando la etiología biológica en
desmedro de la psicológica. Divide la psicosis en dos tipos: la psicosis maníaco depresiva
y la demencia precoz, término acuñado inicialmente por Bénédict Morel(1809-1873); la
segunda es considerada como producto de la debilidad mental. Diferencia los síntomas de
los síndromes, señalando que un síntoma puede presentarse en distintas entidades
patológicas (Postel y Quétel, 1987).
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Hecker reemplazó la demencia juvenil por el término hebefrenia, haciendo
referencia a la desorganización generalizada del enfermo, mientras que Karl Kahlbaum
describió la catatonía caracterizada por el mutismo y la inmovilidad motora. Kraepelin
considera que la hebefrenia y la catatonía eran subtipos de la misma enfermedad (ob.cit.).
Eugen Bleuler (1857-1939) identificó distintos tipos de demencia precoz, y las
juntó con la idiocia adquirida, la catatonia, la demencia juvenil y la hebefrenia,
asignándoles el término común “esquizofrenia”. Consideró al autismo como la
característica más importante de las esquizofrenias, en el sentido de aislamiento e
incapacidad de comunicación. A diferencia de Kraepelin, Bleuler pensaba que la
psicología era importante para la comprensión y tratamiento de la locura. Es así que
recurre al psicoanálisis freudiano para comprender los delirios y alucinaciones de los
pacientes (ob.cit.)
Con el tiempo Bleuler se opuso al término demencia precoz porque no existía un
deterioro paulatino de las funciones psíquicas como ocurre en el caso de la demencia senil,
por lo que prefirió la palabra esquizofrenia que daba una idea del problema de integración
entre el pensamiento y la emoción. Identificó síntomas fundamentales y complementarios,
los primeros son: curso lento del pensamiento, aplanamiento afectivo, ambivalencia
emocional y autismo; en los segundos se encuentran las alucinaciones y delirios, además
de los síntomas catatónicos y las alteraciones del lenguaje.
Entre las enfermedades mentales estaba la histeria, una condición morbosa
presente en mujeres con múltiples alteraciones psíquicas y corporales sin causa orgánica
identificable (Dorsch, ob.cit.).
En Francia Pierre Janet (1857-1947) propone que la histeria era consecuencia de
una experiencia traumática que no podía hacerse consciente. Pensaba que se debía a una
constricción del campo de la conciencia debido a una debilidad psicológica de índole
hereditaria. Durante la experiencia, la persona puede disociarse, es decir, romper con la
realidad, luego no es capaz de recordar lo vivido. Janet formula el término “subconsciente”
para explicar la disociación, lo comprende como un estado mental que se producía como
un automatismo psicológico y que era responsable por actividades espontáneas inferiores a
los niveles conscientes. En cuanto a la histeria, pensaba que se debía a una constricción del
campo de la conciencia debido a una debilidad psicológica de índole hereditaria (Van der
Kolk y Van der Hart, 1989).
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Janet incluye a la neurastenia como otra entidad psicopatológica retomada de las
ideas de Beard (1879), se trata de un estado nervioso con disminución de la fuerza y
voluntad. Posteriormente la reemplaza por el término psicastenia, al cual refiere la escasez
de voluntad con predominancia de la depresión y fatigabilidad psíquica. La relaciona con
las fobias y obsesiones (Costa, 2008).
Janet plantea que si estas patologías obedecen a la alteración de los procesos
psíquicos,deben ser tratadas con métodos psicológicos, por ello recurre a la asociación de
ideas, puesto que cree que una idea convoca a otra no porque posean características lógicas
o naturales, sino únicamente por encuentros. A esta relación asociativa entre las ideas, las
denomina “mecánica mental” que hace parte de los automatismos psíquicos. Luego
considera que es a través del lenguaje que se puede tomar conciencia de las asociaciones,
planteando de esta manera la manera de tratar a estos enfermos (Imbriano, s/f).
En el curso de la psicastenia era posible su progresión hacia la locura, sería la
expresión extrema de la disociación (Toro, 2001; Spitzer, Barnow, Freyberger y Joergen,
2006). Janet adopta una postura humanista hacia el enfermo mental en general y hacia el
esquizofrénico en particular. No concuerda con el modelo médico y favorece el tratamiento
psicológico que se desprende de su pensamiento (Garrabé, 2009).
Charcot (1825-1893) en el hospital de la Salpêtrière en Paris, estudia varios casos
de mujeres que presentaban falsos ataques epilépticos. Fue Platón quien recurre al Mito del
Timeo, que era un animal poseído por el deseo de parir, su cuerpo se agitaba en todos los
sentidos como consecuencia de su frustración. Luego Hipócrates asoció el trastorno como
un malestar de la mujer que Galeno confirmaría al plantear que tenía que ver con la
retención del “esperma femenino”; de ahí que la palabra histeria proviene del griego
ὑστέρα/ hyster (útero) (Codina, 2007).
Diferencia la histeria de la histeroepilepsia que era la manifestación de crisis
convulsivas sin fundamento orgánico, agregó que la histeria podía ser secundaria a la
epilepsia (Berrios y Markova, 2006). Identifica las etapas de las crisis: contracturas,
contracciones y áreas anestesiadas. Encuentra como factor común que el campo visual se
hacía concéntrico, definiendo a este fenómeno como el estigma de la histeria (Kurcgant,
2010).
A partir de 1877 Charcot lleva a cabo distintos experimentos con sus pacientes
histéricas, utilizando magnetos y electricidad, partiendo de las ideas heurísticas de Anton
Bismarck Pinto Tapia 19
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Messmer (1734-1815) relacionadas con el “magnetismo animal”. Los tratamientos dieron
como resultado que en varios casos los síntomas desaparecían. Posteriormente abandonó
los recursos magnéticos reemplazándolos con la hipnosis obteniendo mejores resultados.
Concluyó apresuradamente que la histeria era una deformación del estado hipnótico porque
encontraba en ella los mismos fenómenos: alteración de los músculos, reflejos y respuestas
sensoriales (Boring, ob.cit.).
Freud valora de manera superlativa la terapéutica llevada a cabo por Charcot desde
la hipnosis, puesto que con ello se acababa la etapa en la cual se pensaba que era el
demonio el causante de la epilepsia y las enfermedades mentales (Freud, 1893). Sin
embargo, Charcot aún consideraba que la histeria estaba relacionada con el sistema
nervioso. La hipnosis era un modelo de la histeria –una histeria en miniatura.
Charcot (1870/2001) sostenía la hipótesis de que la histeria sólo podía emerger en
personas con el sistema nervioso debilitado. Encontró que la curación que conseguía a
través de la hipnosis se asemejaba a las experiencias milagrosas, propone el término “la fe
que cura” para explicar la sanación de algunas personas. Éstas tienen que poseer ciertas
características, tal como ocurre en la histeria.
Sigmund Freud (1856-1939) conoce a Charcot en 1885, queda impresionado por la
cura a través de la hipnosis e influido por él presentó en 1886 un artículo titulado “Histeria
masculina”, en el cual expone con entusiasmo las ideas del médico francés (Breger, 2001).
Freud y Josef Breuer (1842-1925) atienden a Bertha Pappenheim, para quien
Freud usa el pseudónimo Ana O., una mujer diagnosticada por Breuer como histérica,
adolecía de diversos síntomas, por ejemplo sólo podía hablar en inglés y tenía el brazo
derecho paralizado. Freud intentó la hipnosis pero no logró avances significativos debido a
que no era un buen hipnotizador (Israëls, 1993).
Al fracasar la hipnosis Freud recurre a la asociación libre de ideas, identificando
experiencias traumáticas en el pasado de Bertha. Luego desarrolla su teoría sobre el origen
sexual de las neurosis y su modelo del aparato psíquico: consciente, preconsciente e
inconsciente. Posteriormente aplica su técnica a otras pacientes. Sin embargo, no existe
ninguna evidencia de que haya funcionado, aunque se deja llevar por sus expectativas que
por los resultados y sin evidencia de éxito crea el Psicoanálisis. Israëls (ob.cit.) señala que
Freud cometió dos errores éticos: la falta de fiabilidad científica y la carencia de integridad
por parte del investigador.
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Freud construye el Psicoanálisis a partir del concepto “inconsciente”, una entidad
abstracta que se explica por la represión de los contenidos y afectos sexuales. Según esta
teoría, el retorno de lo inconsciente es el causante de los síntomas neuróticos y psicóticos.
Sin embargo, Freud sesgó sus análisis a partir de su modelo, descuidando otros aspectos de
las experiencias traumáticas ajenas a la sexualidad, como por ejemplo en la histeria, sus
pacientes tenían más sufrimiento por vivencias de pérdida (Berger, 2001). Para justificar la
pertinencia de su modelo inventa el proceso de la “resistencia” según el cual, cuando
elaboraba una interpretación sobre los síntomas de su paciente y éste la rechazaba, en lugar
de cuestionar el modelo, Freud afirmaba que el paciente sufría de una resistencia debido a
que era insoportable para la conciencia reconocer el origen del trauma (Meyer, 2007, págs.
289-290).
La histeria paulatinamente fue relegada en el campo de la psiquiatría hasta que
finalmente ha sido retirada de los manuales clínicos, v.g. DSM-IV TR, CIE 10 (Mazzuca,
2005). Lacan asocia la histeria al amor al padre (Schejtman y Godoy, 2008), según este
autor, la mujer se identifica con un varón desde el que se pregunta sobre la identidad
femenina. Tales especulaciones son frecuentes en los lacanianos donde todo se interpreta y
todo se explica en el afán de “leer” nuevamente a Freud, se usa una falacia para explicar
otra, de tal manera que se construye un conjunto de conceptos inaccesibles dentro de una
lógica impecable pero que parte de premisas equivocadas, por ejemplo: “Lacan afirmaba:
Freud nos dijo que x, luego de lo cual proponía una interpretación de su cosecha, la
mayoría de las veces influenciada por la última filosofía del momento” (Borsch-Jacobsen,
2007, pág. 200).
Freud incursiona en la explicación de la psicosis a partir del estudio de Daniel
Paul Schreber, un magistrado que padeció de esquizofrenia y que Freud jamás conoció
personalmente. Freud analiza el caso a partir de las Memorias del funcionario estatal. La
conclusión a la que llega es que la paranoia es causada por la represión de la
homosexualidad, y que ésta a su vez se relaciona con los conflictos con el padre. A partir
de esta conclusión, el Psicoanálisis la generaliza (Sulloway, 2007).
Eschenröder (1987) mostró que las interpretaciones sexistas del caso Schreber no
tenían asidero en los hechos sino en las especulaciones del psicoanalista a partir de sus
prejuicios teóricos. La consecuencia de la concepción freudiana de la psicosis en general y
de la esquizofrenia en particular es que derivó en culpabilizar a la madre como generadora
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
de un entorno frío con el hijo y al padre por su distanciamiento y autoritarismo (Soler,
2002)
El Psicoanálisis se considera un conocimiento ajeno a la ciencia psicológica,
responde a una epistemología racionalista y se constituye en crítico de la ciencia positivista
(Braunstein, Pasternac, y Benedito, 2002). Popper lo considera un ejemplo de falsa ciencia,
debido a que sus premisas no pueden ser falseables (Popper, 2000). Popper plantea que el
Psicoanálisis es una falsa ciencia que al pretender explicar todo no logra explicar nada, las
teorías freudianas no pueden estar equivocadas por lo tanto no poseen la característica
fundamental del conocimiento científico: la probabilidad de error.
Popper propone el siguiente aforismo: La perspectiva errónea de la ciencia se
descubre por su avidez de ser verdadera. Es así que la ambición del creador del
psicoanálisis se impuso ante la posibilidad de equivocación de sus teorías, si una
demostraba estar equivocada inmediatamente era justificada por una nueva y así
sucesivamente hasta llegar a los axiomas fundamentales del psicoanálisis: la existencia del
inconsciente y la energía que regula el aparato psíquico, la libido.
Adler y Jung fueron los discípulos más importantes que tuvo Freud, sin embargo
rompe con ellos debido a la oposición que tuvieron hacia su idea de libido. Adler propuso
la voluntad de poder como una energía más importante que la sexual y Jung considera la
existencia de una energía psíquica general que incluye a la libido como la fuerza que
mueve a la mente humana. Además de las correcciones que ambos hicieron con el
concepto del inconsciente, el primero minimizándolo como una inconsciencia temporal y
el segundo subyugándolo al inconsciente colectivo (Roazen, 1978).
Ante el riesgo de que las ideas freudianas fueran modificadas o refutadas, Freud
creó un comité para protegerlas, el mismo estuvo conformado por Otto Rank, Karl
Abraham, Max Eitington, Ernest Jones, Sandor Ferenczi y Hanns Sachs. Sin embargo, no
fue posible detener el surgimiento de nuevas escuelas provenientes de las disidencias de
freudianos: Wilhelm Stekel, Wilhelm Reich, Melanie Klein, Karen Horney y otros
(Roazen, ob.cit.)
Tanto el Psicoanálisis freudiano como el resto de corrientes dinámicas afectaron
negativamente al estudio de la esquizofrenia, la vida de las personas diagnosticadas con
esta enfermedad y a sus familias. Con el énfasis puesto en el pasado y en el trauma se
concluyó que la esquizofrenia es producto de ellos.
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
La esquizofrenia no es un trastorno claramente comprendido, lo más probable es
que se trate de la denominación de distintas entidades. Los psicoanalistas ortodoxos se
aferran desesperadamente a su concepción teórica en vez de actualizar su conocimiento en
función a los avances neurológicos y psicológicos que se vienen haciendo al respecto. La
consecuencia es el daño que se hace a los pacientes y a sus familias al pretender que
poseen el conocimiento suficiente para explicar y tratarla. Afirman que la causa es
psicológica, una especie de extensión de la neurosis (Gross, 1978)
May y Tuma (1965, 1968) llevan a cabo uno de los primeros estudios sobre la
efectividad de los tratamientos psicoterapéuticos aplicados a la esquizofrenia. Investiga el
efecto de la psicoterapia en 228 esquizofrénicos del Hospital Estatal de Camarillo
(California). Agrupó a los pacientes en cinco grupos: el primer grupo recibió solo terapia
individual, en el segundo se les administró drogas antipsicóticas, al tercero se les
administró ambos métodos, en el cuarto los pacientes recibieron terapia electro convulsiva
y al quinto no se le administró ningún tratamiento. Los resultados mostraron el fracaso
general de la psicoterapia y los beneficios de las drogas.
Malmberg y Fenton (2001) han llevado una revisión pormenorizada de diversos
estudios acerca de la eficiencia y efectividad de la psicoterapia
psicoanalítica como
tratamiento prioritario en la esquizofrenia, para tal fin leyeron los siguientes reportes:
Biological Abstracts (desde 1985 hasta 1999), CINAHL (desde 1982 hasta 1999), la
Cochrane Library CENTRAL (Número 1, 1999), el Registro del Grupo Cochrane de
Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group) (2000), Dissertation Abstracts On disc
(desde 1866 hasta 1999), EMBASE (desde 1980 hasta 1999), MEDLINE (desde 1966
hasta 1999), National Research Register (2000), PsycLIT (desde 1974 hasta 1999) y
Sociofile (desde 1974 hasta 1998), entrevistaron a los autores de las investigaciones.
La síntesis del estudio indica: “Tomar medicación es más eficaz que la terapia
psicodinámica para lograr el alta del hospital. Si bien todos los datos restantes son escasos,
no hay ninguna sugerencia de que exista un efecto beneficioso de la terapia psicodinámica
para las personas con esquizofrenia, excepto si se considera la no administración de
medicamentos adicionales durante 12 meses a tres años después del alta” (pág. 10)i.
El modelo biológico
en el Psicoanálisis fue reemplazado por un modelo
mecanicista-racionalista que no ofrece la garantía científica que posibilite la comprensión y
tratamiento de las personas diagnosticadas como esquizofrénicas. Szasz (1996) añade que
Bismarck Pinto Tapia 23
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
la psicoterapia posee una condición moral y política que no puede ser soslayada en este
análisis. El psicoterapeuta asume una posición de poder que define lo correcto e incorrecto
en la forma de ser del paciente a la vez que puede determinar su destino a través de sus
recomendaciones, por ejemplo, definiendo o no una internación en contra de su voluntad.
La psicoterapia fundada por el Psicoanálisis promueve el saber ineludible del
terapeuta mientras que el paciente se encuentra en una posición de absoluta indefensión
ante las interpretaciones teóricas que le son impuestas. El problema además de plantearse a
un nivel político (Haley, 2005) se suscita a nivel ético (Moussaieff, 1993). En el sentido
ético se trata perjudicar al paciente cuando se utiliza un recurso teórico y técnico no
confiable (França-Tarragó, 1996).
Mientras en Alemania se discutía la pertinencia del idealismo kantiano, en los
Estados Unidos de Norteamérica el debate estaba centrado entre la escuela estructuralista
de Edward Titchener (1867-1927) y el Funcionalismo de James Angell (1869-1949) John
Deway (1859-1952).
El Estructuralismo plantea que el objeto de estudio de la Física no puede ser el
mismo para la Psicología porque esta última está interesada en la experiencia mientras que
la primera estudia el mundo sin considerar al ser humano. La conciencia es considerada la
suma total de los procesos mentales que acontecen aquí y ahora, tanto la conciencia como
la mente dependen del sistema nervioso (Titchener, 1898).
El método de estudio de la conciencia es la introspección, considerada una manera
especial de observación por parte del propio ser cognoscente porque es el único que puede
dar cuenta de ella, por lo tanto la experiencia es dependiente del individuo que la posee. Se
debe evitar el error del estímulo cuando se abandona el punto de vista psicológico durante
el acto perceptivo (Titchener, 1912; Washburn, 1922).
Por su parte el Funcionalismo estaba más preocupado con el cambio social que con
los contenidos de la conciencia (Boring, ob.cit.). Dewey parte del evolucionismo
darwiniano y Angell de postulados pragmáticos. El Funcionalismo critica los artificios
teóricos creados por el Estructuralismo, en vez de ello propone una ciencia de la función
mental. El propósito del Funcionalismo es describir los procesos involucrados en la
experiencia consciente como recursos de adaptación al medio, se trata de una Psicología de
las operaciones mentales en vez de los elementos mentales que proponía el Estructuralismo
(Angell, 1907).
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Para el Funcionalismo no existe división entre sensación y movimiento, ni entre el
pensamiento y las cosas, la dicotomía mente/cuerpo también es una falacia, los procesos
mentales interaccionan con el medio y el organismo. Los procesos mentales no pueden
separarse de las condiciones donde se producen, por lo que se origina la Psicología
Aplicada (Heidbreder, ob.cit.).
Mientras Titchener estaba preocupado con apartar a la Psicología de la Metafísica,
Williams James (1842-1910) esperaba que la Psicología se constituyese en una nueva
ciencia. Critica al estructuralismo debido a su enfoque atomista, para James la conciencia
es un flujo de contenidos. Contraría al racionalismo cuando plantea
que el intelecto es
uno más de los fenómenos psíquicos encargados de organizar la realidad, se debe buscar la
manera de comprender todos los procesos inmiscuidos en la experiencia sin desmerecer
unos de otros (Heidbreder, ob.cit.).
Es así que dirige su atención al estudio de las emociones, en su famoso artículo
“What is an emotion?”(1884), explica que la emoción es resultado de la acción, en otras
palabras: la reacción fisiológica ante el estímulo era la que provocaba la emoción; por
ejemplo: nos enfadamos porque golpeamos, estamos tristes porque lloramos. No es
posible, señala, separar a la mente del cuerpo. James anuncia la debacle del cartesianismo.
En relación al Psicoanálisis, James expresó en “Principios de Psicología”: “[…]
me dio la impresión [refiriéndose a Freud] de ser un hombre obsesionado por sus ideas
fijas. No me sirven de nada sus teorías sobre los sueños, y es evidente que el simbolismo
constituye un método extremadamente peligroso” (En: Kerr, 1993, pág. 236).
James escribe que la conciencia posee cuatro características esenciales: es
personal, dinámica, continua y selectiva. Estas particularidades la definen como un
fenómeno singular por lo que no pueden generalizarse los fenómenos concienciados sino
deben ser entendidos en cuanto a la experiencia privada de cada ser humano. La
comprensión de la conciencia desde la óptica funcionalista de James propone una
Psicología de la singularidad en vez de una ciencia de las generalidades (Boring, ob.cit.).
Stanley Hall (1844-1924), estudiante de James en Harvard, trabajó dos años en el
laboratorio de Wundt en Leipzig, fue influenciado por la filosofía de John Stuart Mill,
sobre todo en el sentido de la libertad individual y los derechos humanos. Construye lo que
él llamó “Psicología genética”, plantea la ley de la recapitulación, según al cual la
ontogenia reproduce la filogenia, es decir, que el desarrollo humano es similar a la
Bismarck Pinto Tapia 25
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
evolución de las etapas históricas, de tal manera que el niño será como un ser humano
primitivo que evolucionará hacia la madurez que se asemeja a la civilización.
Hall es el primer psicólogo en centrarse en los conflictos del adolescente,
considera que la adolescencia es una etapa de “tormenta e ímpetu”, es una etapa de
renacimiento porque el adolescente deja de ser un niño primitivo para convertirse en un ser
humano civilizado. Estos cambios están asociados a conflictos emocionales que lo
convierten en un ser vulnerable (Grinder y Strickland, 1963).
A diferencia de James, Hall alentó el desarrollo del Psicoanálisis en los Estados
Unidos, sobre todo debido a su interés en investigar sobre otros métodos de investigación
que reemplazaran la ineficacia de la introspección. Otra área de investigación que le
interesó fue la Psicología pavloviana (Boring, ob.cit.)
Desde diversos enfoques la adolescencia es considerada una etapa caracterizada
por el conflicto personal y social, visión que se ha visto reforzada los últimos años por los
estudios de la terapia familiar sistémica que enfatizan la aparición de síntomas graves
durante ella (vg. Haley, 1992). En las culturas occidentales es el momento clave para la
emancipación y la desvinculación familiar, lo que conlleva necesariamente a una
reorganización del sistema familiar.
La vulnerabilidad al estrés presente en la esquizofrenia es más aguda durante la
adolescencia, lo que explicaría la mayor prevalencia de brotes psicóticos en esas edades.
Haley (1992) considera que la emancipación de la familia por parte de los jóvenes
ocasiona un desequilibrio importante en la estructura familiar, por lo que en aquellas donde
es imposible o difícil la independencia, el joven puede desarrollar síntomas para equilibrar
el sistema familiar y evitar la desvinculación.
Un movimiento muy influyente en la Psicología contemporánea fue el desarrollado
por los psicólogos guestálticos: Wertheimer (1880-1943), Köhler (1887-1949) y Koffka
(1886-1941). Científicos interesados en explicar la percepción y el aprendizaje, para tal fin
elaboraron distintos experimentos para comprender la percepción visual y el movimiento,
además de utilizar simios para dilucidar los procesos de aprendizaje (Heidbreder, ob.cit.
Boring, ob.cit.). Resultado de estas investigaciones fue el desarrollo del modelo holístico,
según el cual el todo es más que la suma de sus parte.
La epistemología de la Psicología de la Gestalt se presenta como una transgresión
a los modelos causales y asociacionistas de la psicología imperante. Goldstein (1875-1965)
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
postuló que las enfermedades mentales deberían considerarse desde una perspectiva
holística, en el sentido que no afectaban solamente funciones aisladas del enfermo, sino
que incidían sobre la totalidad de la persona.
La perspectiva holística de Kurt Goldstein permitió observar al paciente como una
persona íntegra y no solamente como el portador de un trastorno, es así que Goldstein
identifica la tendencia del esquizofrénico hacia la conducta catastrófica en presencia del
fracaso, esto es, los pacientes tenían una bajísima tolerancia a la frustración que conllevaba
a la manifestación de estados depresivos que se sumaban a la presencia de los síntomas
psicóticos. Goldstein fue el principal responsable para identificar y preocuparse por los
“síntomas negativos” de la esquizofrenia: pobreza afectiva, alogia – deterioro del
pensamiento, abulia y apatía, anhedonia -incapacidad de disfrutar-, alteraciones de la
atención (Castilla del Pino, 2007).
En 1903 en la ciudad de Chicago, John B. Watson discípulo del funcionalista
James Angel, presentó su tesis sobre la psicología y neurología de la rata blanca. A partir
de sus investigaciones en conducta animal, propuso una psicología objetiva a la cual
denominó Behaviorism, término traducido al castellano como Conductismo (Boring,
ob.cit.)
Según Watson, la Psicología debería establecerse como una ciencia natural y como
tal responder a la filosofía positivista. La visión de Watson es determinista en relación al
ambiente. Para sus supuestos, es innecesaria la conciencia, lo que no se puede observar no
se puede medir. El Conductismo de Watson se expresa como una crítica mordaz al
introspeccionismo del modelo estructuralista, el cual considera que fracasó rotundamente
en Wurzburgo con la escuela de Külpe.
Para Külpe, existen procesos psicológicos que no pueden ser analizables desde la
experimentación, desarrolla el concepto de “pensamiento sin imágenes” para referirse a
ellos, la única manera de investigarlos es a través de la introspección (Kriz, 2007).
Es posible identificar una dicotomía entre el pensamiento conductista radical de
Watson y la propuesta cualitativa de Külpe. Para el primero la Psicología sólo puede dar
cuenta de lo observable, para el segundo la Psicología debe encargarse de estudiar la
conciencia y ésta sólo puede conocerse a través de la introspección.
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
El Conductismo de Watson apartó a los psicólogos experimentales de las
consideraciones biológicas de la esquizofrenia, y por supuesto a las especulaciones
psicodinámicas.
B.F. Skinner (1904-1990) promoverá la introducción del modelo de la triple
relación de contingencia como recurso en la terapia de la conducta. Posteriormente Ayllón
y Azrin desarrollarán un sistema de intervención terapéutica denominado “economía de
fichas” para el control de las conductas desadaptadas de los esquizofrénicos (Dickenson,
Tenhula y Green-Paden, 2005).
Las posturas radicalistas del Conductismo incrementaron la escisión entre la
Psiquiatría y la Psicología, ambas se empecinaron en desacreditarse, como consecuencia
las personas aquejadas de psicosis quedaron expuestas a las disputas científicas entre la
biología y la psicología. Quienes se beneficiaron de la batalla fueron los psicoanalistas que
banalizaban el enfoque organicista y deploraban las posturas conductuales.
Concomitante a la desaforada búsqueda de dominio epistemológico, el mundo
contemplaba el vacío existencial ocasionado por la Segunda Guerra Mundial y el
surgimiento del “imperialismo” que dio lugar a una de las guerras más absurdas de la
historia: la Guerra de Vietnam.
El Humanismo de Buber (1878-19650) y el Existencialismo de Sartre (1905-1980)
, calaron en el espíritu revolucionario de una juventud desesperada ante la decadencia de la
generación de sus padres. Requerían referentes que les devolviera la esperanza de vivir, lo
encontraron en las ideas irreverentes de Herbert Marcuse.
Marcuse (1971) sintetiza las teorías freudianas con el pensamiento marxista,
propone que la civilización ha convertido en un fetiche la conciencia humana, convirtiendo
las necesidades de supervivencia en necesidades ficticias. La única opción para salir del
atolladero capitalista es la lucha por la libertad.
La Psicología europea se vio influida por el existencialismo psicológico de Viktor
Frankl, sobreviviente del holocausto (1905-1997) y la estadounidense por la Psicología
Humanista de Carl Rogers (1902-1987). El primero propone una psicología dirigida a la
comprensión del sentido de la vida (Frankl, 1999), el segundo con una ciencia humanista
preocupada por la normalidad (Rogers, 1997).
El máximo exponente de la condición humana en un mundo ficticio es el
surgimiento de la Terapia Guestáltica generada por Fritz Perls (1893-1970). Sintetiza el
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
abordaje existencialista con el pensamiento oriental del zen budismo y la psicología del
carácter que enfatiza la corporalidad desarrollada por Wilhelm Reich. (Perls, 1976).
Perls afirma tácitamente que la Terapia Guestáltica no es para enfermos sino para
gente normal coincidiendo con la postura Humanista-Existencial. De lo que se trata es de
retraerse de la ideología imperante para involucrarse con las sensaciones en el aquí y
ahora.
Paralelamente al surgimiento del existencialismo Milton H. Erickson (1901-1980)
modifica la concepción de la psicoterapia al retomar a la hipnosis y el desarrollo de
técnicas directivas. Propone que la terapia debe ajustarse a la persona por lo que no debería
construirse una teoría general. Promueve el trabajar con los recursos del paciente en vez de
la imposición de criterios teóricos (Gorton, 2005).
Como consecuencia de estos movimientos se produce una nueva manera de pensar
sobre la locura, lo que dará lugar a la Antipsiquiatría. Surge en tres lugares: Estados
Unidos, Inglaterra e Italia. El término fue acuñado por el psiquiatra David Cooper en 1967
como respuesta a las técnicas de tratamiento electroconvulsivas (electrochoque) y
quirúrgicas (lobotomía) y a los efectos secundarios de los medicamentos antipsicóticos
(sobre todo la clorpromazina).
El británico Ronald Laing considera que la esquizofrenia se produce por un yo
destruido por la presencia de padres esquizofrenizantes, se trata de un yo incapaz de
encontrarse a sí mismo por lo que se organiza un yo carente de sustancia, desencarnado,
sin realismo porque no posee otro yo que lo acompañe (Laing, 1984).
Laing a la par que Thomas Szasz considera que la esquizofrenia debería dejar de
ser considerada una enfermedad. Szasz señala que una conducta perturbadora no
necesariamente es una enfermedad. La conveniencia por tratar a la esquizofrenia como una
enfermedad radica en la necesidad de poder de la medicina (Szasz, 1996).
Para Szasz la Psiquiatría es una falsa ciencia que utiliza la jerga médica para
justificar el abuso de poder. Coincide con Erving Goffman (1970, 1990) al plantear que las
definiciones pseudocientíficas del psicoanálisis y de la psiquiatría lo único que hacen es
victimizar a la persona y arremeter contra sus derechos humanos.
En Italia, Franco Basaglia (1924-1980) comandó el movimiento antipsiquiátrico
que produjo la liberación de los pacientes de centros de internación. Este activista italiano
fue el precursor de la ley 180 aprobada en 1978, según la cual nadie puede ser internado en
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
contra de su voluntad, además de el desmantelamiento paulatino de los hospitales
psiquiátricos. Más de cien mil personas fueron liberadas gracias a la ley (Campuzano,
2004).
En síntesis, la Antipsiquiatría propone que la esquizofrenia tiene un origen social,
de lo cual se deriva la represión de los psicóticos gestada por los sistemas hospitalarios
dominantes, para conseguir dicha represión, la Psiquiatría utilizó la jerga médica para
justificar sus tratamiento inhumanos, por último, la solución principal es el
desmantelamiento de los sistemas hospitalarios y la erradicación de las teorías que intentan
enfermar a las personas internas en dichos sistemas.
En Latinoamérica se vivieron las consecuencias de los abusos cometidos en contra
de los pacientes psiquiátricos, todo comenzó con la llegada de los españoles y la
imposición de su ideología a nuestros aborígenes. En 1852 se funda la Casa de Orates en
Santiago de Chile con la función de encerrar a los “enajenados”, quienes se encargaban de
su cuidado eran los vecinos, puesto que se consideraba un deber civil el hacerse cargo de
ellos. Los desdichados violentos eran destinados a cárceles, las mujeres terminaban en
conventos, y sólo los que poseían riquezas podían ser internados en hospitales de Lima
(Parada y Garriz, 2010)
En Bolivia, todo comenzó con la construcción del Frenocomio en la parte trasera
del Hospital de Sucre durante la constitución de la Real Audiencia de Charcas. En 1846 un
decreto del reglamento de hospitales señala: “Los locos furiosos o dementes que vagaren
por las calles y los campos se recogerán en los hospitales para cuidarlos, siempre que no
tengan deudos que puedan asistirlos. Teniéndolos, se les obligara a recluirlos en sus casas.
De no ser recluidos enlos hospitales, sus casas deberían convertirse en lugares de asilo y
sus familiares en instrumentos de contención” (En: Sociedad Boliviana de Psiquiatría,
2011).
Durante la presidencia de Gregorio Pacheco (1822-1899) con sus propios recursos
construye el Manicomio de Sucre, según dijeron para internar a su abuela materna. El
manicomio es habilitado el 28 de octubre de 1888. En él se desarrollan programas de
atención médica supervisados por la
sociedad Humanitaria de San Vicente de Paúl
(Sociedad Boliviana de Psiquiatría, ob. cit.).
En 1918 el gobierno municipal de Sucre toma la decisión de rehabilitar el
Manicomio Pacheco. Sin embargo, recién en 1926 se entrega formalmente el Manicomio
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Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Nacional de Varones o Instituto Nacional de Psiquiatría de la ciudad de Sucre. El primer
médico psiquiatra a cargo del mencionado hospital fue Nicolás Ortiz Antelo. En 1893 se
inaugura la primera cátedra de psiquiatría en la facultad de Medicina de La Paz a cargo de
Enrique Hertzog. En 1933 se instaura el tratamiento químico de los pacientes del
Manicomio de Sucre utilizando una solución en base a bromuro, sin embargo, a los
pacientes violentos se los inmovilizaba utilizando la camisa de fuerza (ob.cit.).
En 1938 Emilio Fernández introduce la terapia electro - convulsiva y la terapia con
insulina, además se recurre a la “malariaterapia”. Jaime Mendoza y Belisario Salinas
publicarán los primeros textos sobre tratamientos psiquiátricos y psicológicos vigentes en
la época. En 1964 se crea la Clínica de Psiquiatría en la Caja Nacional de Seguridad Social
y en 1970 en Cochabamba la Clínica Virgen de los Remedios a cargo de los Hermanos de
San Juan de Dios. A la par en 1969 se crea el Centro de Adaptación Infantil en la ciudad de
La Paz, para la atención de niños con retardo mental (ob.cit.).
Durante la década de los 70 llegan a Bolivia varios médicos psiquiatras bolivianos
especializados en diversos países del extranjero, trayendo consigo las innovaciones que se
establecieron en Europa y Estados Unidos. Algunos resultaron ser discípulos de las últimas
camadas ortodoxas de la Psiquiatría y otros, en cambio producto de los movimientos anti
psiquiátricos.
Los psiquiatras tienen aún la hegemonía en la atención de pacientes
esquizofrénicos, recién en 1987 se integra oficialmente un equipo de psicólogos y
psiquiatras para trabajar en el tratamiento de los pacientes esquizofrénicos y adictos en la
Clínica Promesa en la ciudad de La Paz. El proyecto fracasa, sin embargo fue el origen del
desarrollo de la Terapia Familiar a cargo de Mario Sánchez quien lideró el equipo de
profesionales que se embarcó en la constitución del Instituto Boliviano de Terapia Familiar
con una visión sistémica.
La concepción de la esquizofrenia en nuestro medio está sesgada por el enfoque
que el profesional tenga acerca de ella, puede ser radicalmente organicista o al extremo
sustancialmente psicologista. No se organizan seminarios para la discusión del tema, sino
que se establecen grupos cerrados de profesionales que alientan sus ideas sin permitir la
crítica desde otros grupos. Lo más lamentable es la ausencia de investigaciones científicas
sistematizadas que puedan dar luz acerca de la concepción del problema desde las diversas
culturas que posee nuestro país.
Bismarck Pinto Tapia 31
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
La evolución epistemológica después de la revolución antipsiquiátrica ha estado
marcada por los avances tecnológicos en las neurociencias. La epistemología predominante
es la neopositiva, marcada por la filosofía de B. Russell y K. Popper. Surgen los
cuestionamientos al positivismo, sobre todo en el ámbito ético: el fin no puede justificar
los medios. Se plantea una revisión al concepto de ciencia, resaltando el método y la
inmanente incertidumbre que surge de ella, se abandona la idea de verdad absoluta por la
de verdad incierta asociada a la característica sustancial del método científico: la
falseabilidad.
Delay y Deniker (1952) en Francia fueron los primeros en investigar la bioquímica
en pacientes esquizofrénicos a través del uso de la clorpromazina, el efecto de esta droga
era la disminución de la hiperactividad en pacientes inquietos y activar a los inactivos, la
consecuencia terapéutica fue que más de cien mil pacientes no requirieron internación en
los Estados Unidos. Dos décadas después se incrementaron los descubrimientos en el
ámbito farmacológico: fenotiazinas, tioxantinas, butirofenonas. De la última se fabricó el
haloperidol, estableciéndose como el fármaco más utilizado en el manejo de los síntomas
positivos de la esquizofrenia (Flores, 1993).
El énfasis neurobiológico se profundizó con el descubrimiento de Carlsson y
Lindqvist en 1963 sobre el antagonismo con la dopamina que poseían los medicamentos
antipsicóticos. Matthysse en 1974 confirmó el excedente dopaminérgico en el sistema
nervioso de los esquizofrénicos (Saiz, De la Vega y Sánchez, 2010). Posteriores estudios
confirmaron que la falla neuroquímica en la esquizofrenia está relacionada con el
excedente dopaminérgico, producido por una falla en la enzima monoaminooxidasa (Goetz
y Klawans, 1984).
El movimiento antipsiquiátrico permitió el desarrollo de investigaciones
psicológicas, de tal manera que dentro del paradigma conductual surgió el concepto de
estrés (establecido por Selye en 1935) y pronto se lo relacionó con la esquizofrenia.
Selye comprendía al estrés como una respuesta inespecífica del organismo ante
cualquier exigencia. De lo que se desprende que el estrés está asociado a la presión social.
En la concepción cognitiva comportamental, se define al estrés como el resultado de la
relación entre el individuo y el ambiente, al que se le atribuye la condición de amenazante,
excede sus recursos de control y arriesga su bienestar (Lazarus, 1966).
Bismarck Pinto Tapia 32
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
El estrés es una respuesta fisiológica de emergencia ante una situación de la cual la
persona no puede escapar. Su presencia se identifica por una excesiva tensión muscula
relacionada con las ingentes cantidades de epinefrinas que se segregan. Esto obliga a la
activación de la monoaminoxidasa y el ácido gamma aminobutírico (GABA) para regular
la producción de dopamina, además de la expulsión al sistema nervioso de cortisol.
Mehl (1962) fue el primero en publicar un artículo donde relacionaba al estrés con
la manifestación de la esquizofrenia. Nuechterlein y Dawson en 1984 propusieron el
término “vulnerabilidad al estrés” para referirse a uno de los factores precipitantes de los
brotes psicóticos en la esquizofrenia (En: Godoy y cols., 1995). Los estudios al respecto,
muestran que la personalidad premórbida, los condicionantes sociales (familia y relaciones
interpersonales en general) y la protección de la familia asociados a experiencias
estresantes, predisponen al surgimiento de los cuadros psicopatológicos de la
esquizofrenia.
Es interesante observar que el auge sobre las investigaciones del estrés se enmarca
en un momento histórico en el cual se da relevancia al trabajo y el aparecimiento de las
“culturas organizacionales”. El capitalismo y la globalización inciden directamente en la
deshumanización de los trabajadores. Se produce una alienación de las competencias y
potenciales vocacionales para favorecer la producción. Producto de este proceso de
frustración de la realización personal es el burnout como expresión radical de la
desesperación humana ante la imposibilidad de ser auténtico en una sociedad que
promueve la aniquilación de la felicidad (Roth y Pinto, 2010).
Paralelamente se comenzó a cuestionar a las psicoterapias tradicionales y dirigir la
atención al entorno de los pacientes. Jackson (1980) en Palo Alto recopila la información
relacionada con las explicaciones sobre el origen de la esquizofrenia y plantea como un
factor importante la interacción de la persona con su familia. En ese sentido recupera el
concepto de “doble vínculo” o “doble ligadura” introducido a la psicología de la familia
por Bateson, y lo enmarca dentro de la causa predominante en el sistema comunicacional
patológico de las familias con hijos esquizofrénicos.
El doble vínculo se refiere a la incongruencia entre el mensaje digital y el
analógico, lo que ocasiona confusión en el receptor, de tal modo que se paraliza puesto que
no sabe a cuál de los dos niveles obedecer. Por ejemplo, la madre que dice sonriendo que
está molesta. (Pinto, 1995).
Bismarck Pinto Tapia 33
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
En Milán, Mara Selvini-Palazzoli (1995) desarrolla una investigación sobre los
juegos en las familias con hijos psicóticos. Concluye que la familia recurre a sistemas de
reglas y estilos de comunicación para encubrir los conflictos conyugales promoviendo la
aparición de síntomas que cumplirán la función de equilibrar el sistema familiar. Este
planteamiento será aplicado posteriormente a la terapia de los trastornos de alimentación.
Uno de los problemas en el tratamiento de la esquizofrenia es la definición que se
hace de ella en el campo psicoanalítico. Por ejemplo, Ipar (2005) expresa esta idea de la
locura: “La psicosis se entiende como un espectáculo inquietante y misterioso que se
despliega ante la mirada fascinada de la ciencia”. La concepción que tienen los
psicoanalistas de la ciencia está sesgada por la aseveración de que la prolijidad lógica
otorga validez científica al psicoanálisis (De Kruyff, 2004).
En el siglo XX la postura más radical en torno a la etiología psicodinámica ha sido
la concepción psicoanalítica de los trastornos mentales, ésta se restringe a tres grupos:
“neurosis”, “perversión” y “psicosis”, negando cualquier patología que no responda a sus
criterios, es así que niega rotundamente la existencia de trastornos de personalidad y asume
la explicación psicodinámica del autismo y la esquizofrenia entre otras alteraciones
psicológicas (Meyer, 2007).
Freud no simpatizó con el término “esquizofrenia”, prefería “parafrenia” porque se
relacionaba mejor con la idea de paranoia. La paranoia se podía explicar desde el marco
referencial de la represión, lo mismo que en el caso de la obsesión. Subrayó que la base de
la paranoia era la renegación, entendida como un mecanismo de defensa que rechaza el
reconocimiento de la realidad de una experiencia traumatizante, fundamentalmente aquella
referida a la ausencia de pene en la mujer (Laplanche y Pontalis, 1980)
Lacan restringe el estudio de los trastornos psicóticos a la paranoia, pues considera
a los fenómenos psicóticos irrelevantes en relación al delirio (Muñoz, 2008). Para Lacan,
la paranoia no puede tener una base orgánica, sino que surge por asociaciones mórbidas.
Se aparta decididamente de las investigaciones neurobiológicas y se centra en un análisis
lingüístico singular de los delirios esquizofrénicos. Concluye que la psicosis es producto de
la fijación de la libido en los objetos. Esto ocurre por tres complejos: destete, intrusión y
Edipo, cada uno implicado en las relaciones maternas, fraternas y paternas respectivamente
(Álvarez, 1985).
Bismarck Pinto Tapia 34
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
Las posturas radicales no impidieron el desarrollo de la investigación científica de
la esquizofrenia. Tabares-Seisdedos y Rubenstein (2009) indican que no es posible ignorar
los logros en la investigación genética en cuanto a los estudios sobre la esquizofrenia y el
autismo. Los últimos estudios genéticos han encontrado una asociación entre una
variación en el gen Neuregulin-3 que se encuentra en un locus del cromosoma 10q22-q23
(Fallin y otros, 2003; Chen y otros, 2009). El equipo de investigación identificó setenta y
tres síntomas de la esquizofrenia en varios grupos en función de los siguientes factores:
engaño, afectividad, escolaridad, propios de la adolescencia, sociabilidad, desorganización,
discapacidad y presencia de alucinaciones. Posteriormente, se recurrió a analizar las
muestras genéticas de cuatrocientas cincuenta personas con esquizofrenia y sus padres,
además se consideraron personas sin relación con los pacientes.
Al estudiar la carga genética de familiares con algún miembro esquizofrénico en
caucásicos, afroamericanos, japoneses y chinos se encontró que el locus 8p21.2-p21.1 está
vinculado con las manifestaciones esquizofrénicas (Fallin y otros, 2010).
Los estudios familiares muestran que los familiares en primer grado tienen diez
veces más de posibilidades de manifestar esquizofrenia en relación a la población normal.
Los estudios de adopción muestran la presencia de mayor prevalencia del trastorno en hijos
de padres biológicos esquizofrénicos educados por padres adoptivos no esquizofrénicos,
comparados con los hijos adoptivos de padres biológicos que no expresaban esquizofrenia.
Además se ha demostrado que el educarse en una familia con un miembro esquizofrénico
no incrementa el riesgo de padecer esquizofrenia (Ketty, 1983)
En las investigaciones de gemelos se ha encontrado que la concordancia entre
gemelos dicigotos es del 14% mientras que entre monocigotos oscila entre el 40 al 50%.
Esto señala que el gemelo sin esquizofrenia poseería un genotipo no expresado. El estudio
de gemelos monocigóticos criados en distintas familias mostró que la concordancia se
mantenía a pesar de los diferentes ambientes postnatales (Martínez, Cuesta y Peralta,
1997).
Es factible atribuir el 85% de causa genética a la esquizofrenia. El 15% ambiental
tendría que ver con los factores ambientales (Martínez, Cuesta y Peralta, ob.cit.). Además
de las causas es importante señalar los avances en el estudio de los efectos. Uno de los más
notables es la pérdida ambigua (Boss, 2011).
Bismarck Pinto Tapia 35
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
La pérdida ambigua hace referencia a un proceso de duelo inconcluso debido a que
la persona no ha muerto, está presente pero ha dejado de ser la de antes. Esta experiencia
produce desazón y tristeza en los familiares. Tanto la esquizofrenia como la demencia de
Alzheimer son los mejores ejemplos de este duelo (Boss, ob,cit.).
Godoy y otros (ob.cit.) informar acerca de la prevalencia de ansiedad en el
ambiente familiar de los esquizofrénicos, lo que puede explicarse a través de la teoría de la
“emoción expresada” desarrollada por el Instituto de Psiquiatría Social de Londres (Brown
y otros, 1962). Brown, Birley y Wing (1972) utilizan por primera vez el término “emoción
expresada”; Vaughn y Leff (1976) crean la Entrevista Familiar de Camberwell donde se
definen los factores que componen a la emoción expresada: criticismo, hostilidad y sobre
implicación emocional. Si bien, se identificaron además “calor” y “comentarios positivos”,
éstos no tuvieron relación estadística con las recaídas.
El criticismo hace referencia a comentarios críticos del familiar hacia el
esquizofrénico, entrañan una evaluación negativa de sus comportamientos. La hostilidad
implica una apreciación negativa generalizada hacia la persona y no solamente a sus
conductas. La sobre implicación emocional es la respuesta emocional exagerada hacia el
paciente, con intentos de controlar las conductas bizarras, hace referencia además a la
desesperanza, sobreprotección, sacrificio de sí mismo y la expresión emocional intensa.
(Becerra, 2008).
Actualmente vivimos en el paradigma del post modernismo, el cual se establece
como una respuesta crítica a la sobrevaloración de la razón, cuestiona la realidad
(Watzlawick, 2003), promueve la subjetividad y cuestiona al progreso (Lyotard, 1987). Las
consecuencias de este paradigma en la psicología no tardaron en manifestarse. Por
ejemplo, la investigación cualitativa adquiere tanta validez como la cuantitativa (Denzin y
Lincoln, 2005).
La investigación cualitativa favorece la profundización de los procesos subjetivos
asociados con la experiencia de los pacientes y de los familiares. La metodología narrativa
es uno de los recursos de investigación más idóneos en la recolección de información que
no se ve afectada por la interpretación del investigador (Kohler, 2008).
Otra forma de abordaje proveniente del modelo cualitativo es la fenomenología,
desde esta perspectiva se identifican siete áreas de indagación en la experiencia del
esquizofrénico: la autoconciencia e implicación en el mundo, la corporalidad, la corriente
Bismarck Pinto Tapia 36
Ciencia y Psicología: el ejemplo de la Esquizofrenia
de conciencia, la delimitación y permeabilidad del yo y la reorientación existencia (Pérez,
M., García, J., Sass, L., 2010).
La neuropsicología clínica también aporta conocimiento desde el estudio de caso,
por ejemplo se determinó alteraciones en la integración y regulación de la información en
pacientes esquizofrénicos (Pinto y Peñaloza, 2004) a partir de la evaluación
neuropsicológica del modelo de Luria.
Este ensayo ha pretendido demostrar la indisoluble relación entre la esquizofrenia
y los modelos teóricos imperantes en la historia. No podemos ver sino aquello que hemos
aprendido a ver. Nada escapa a esa especie de “agujero negro” que es la socio historia,
ningún concepto y ningún fenómeno puede verse excluido de la mirada silenciosa del
relativismo cultural. Los científicos somos personas que nos desarrollamos en medio de los
conflictos sociales que definirán nuestros valores. La investigación no puede ser objetiva,
puesto que el que observa es un ente social, de lo que se trata entonces, es de conocer los
sesgos de nuestra manera de observar y reconocer en ellos las intenciones que benefician a
la persona diferenciándolos de los que la utilizan para fortalecer las instancias del poder
imperante.
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