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COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE EN.... Endocrinología El paciente obeso La mayor parte de los pacientes tienen una preocupación fundamental respecto a su obesidad: la estética. Sin embargo, es misión del médico hacer ver las graves implicaciones que puede tener sobre la salud, y, sobre todo, hacer hincapié en que al acompañar la pérdida de peso con ejercicio moderado se disminuye el riesgo de complicaciones como la diabetes o la enfermedad cardiovascular. En el manejo de la obesidad es básico tener en cuenta los factores psicopatológicos, conductuales, ambientales, educacionales, etc.; elementos modificables que van a permitir una pérdida de peso en el paciente. C OORDINADORA : M ARISA L ÓPEZ G IRONÉS PSICÓLOGA CLÍNICA. CENTRO DE SALUD MENTAL DE HORTALEZA. ÁREA 4. MADRID. AUTORES: JAVIER CORREAS LAUFFER PSIQUIATRA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO RAMÓN Y CAJAL. MADRID. VEGA GARCÍA BLÁZQUEZ MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA DEL ÁREA 4. MADRID. Pautas para el médico En el manejo del paciente obeso, el tema del esfuerzo y la motivación es importantísimo. Así, hay que dejar claro que nadie modifica una alimentación alterada ni un peso elevado sin esfuerzo. Por ello, los aspectos psicoeducativos cobran una gran importancia. Introducción Se ha discutido mucho acerca de las implicaciones psicopatológicas de la obesidad sin que se haya conseguido llegar a un acuerdo unánime. Por una parte, se ha considerado que las alteraciones psicopatológicas que aparecen se deben a las consecuencias sociales y personales que tiene el estar obeso en nuestra sociedad. Sin embargo, en algunos estudios sí se han encontrado rasgos de personalidad que podrían tener un papel en el desarrollo de la obesidad, como es la impulsividad, la dependencia o la inseguridad (1, 2). Por otra parte, existe un grupo de pacientes obesos que sí presentan importantes alteraciones psicopatológicas y su obesidad está precisamente en relación directa con ella. Psicopatología y obesidad Clásicamente se ha considerado que los obesos son personas psicológicamente sanas, con buen carácter y buena aceptación de sí mismo, haciendo énfasis en la “ felicidad del obeso”, sin embargo esto no parece ajustarse a la realidad. Hay un grupo importante de obesos que sí que están conformes con su situación, comen por que les gusta y no desean privarse del gran placer que les genera la comida, asumen sus riesgos igual que el fumador asume los suyos. Suelen existir factores socioculturales como una educación en su infancia que favoreció su hábito alimenticio o una relación estrecha con la comida que absorbe todos los aspectos de su vida. Estos pacientes no buscan tratamiento hasta que no aparecen consecuencias físicas de su obesidad (al igual que hace el fumador). Por 58 EL MEDICO 16-III-07 otra parte, existe otro grupo de obesos, que viven más desadaptados por su aspecto físico, presentan síntomas depresivos o ansiosos, con sentimientos de baja autoestima o autodesprecio. Su situación les hace estar continuamente intentando adelgazar, iniciando todo tipo de dietas agresivas que están condenadas al fracaso, lo que aumenta sus sentimientos negativos y cierra el círculo vicioso (3). Así, Yoshida y colaboradores (1995) utilizan un protocolo por el que valoran la personalidad del paciente y evitan dietas muy hipocalóricas en los más vulnerables (4). Una proporción importante de pacientes con obesidad extrema, el 50 por ciento de las mujeres y el 30 por ciento de los varones, presentan episodios de atracones con sensación de pérdida de control, pero no más de la mitad de estos cumplen los criterios propuestos por el DSM-IV para el estudio del trastorno por atracones (5). En estos pacientes parece que sí existen unas variables de personalidad que facilitarían los episodios de pérdida de control como son la impulsividad, compulsividad, inestabilidad y labilidad emocional, baja autoestima...y comorbilidad con depresión y ansiedad fundamentalmente. En el trastorno afectivo estacional existe una mayor apetencia por carbohidratos, con ingesta en ocasiones descontrolada que puede provocar una importante ganancia de peso. En estos pacientes son frecuentes las conductas de “picoteo” y se acompaña de ánimo subdepresivo, apatía, astenia, anérgia, desinterés, etc. y en general aparece en otoño o invierno, siendo más frecuente en países con menos horas de sol. Algo parecido ocurre en el síndrome premenstrual, en el que hay alteración del ánimo y mayor apetencia por carbohidratos. Desde un punto de vista psicobiológico, se ha comprobado que fármacos agonistas serotoninérgicos, como la COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE EN.... dexfenfluramina, mejoran el estado de ánimo y disminuye la ingesta de carbohidratos, lo que indica que el problema en estos tres trastornos parece radicar en la disfunción serotoninérgica que se encuentra implicada en la regulación del ánimo, de la ingesta (6, 7) y en la impulsividad. La obesidad se ha relacionado también con la patología adictiva y en algunos centros se trata como otra adicción más. Chalmers y colaboradores encuentran las mismas características de personalidad en pacientes con abuso de alcohol y en grandes obesos, como son la impulsividad o la dependencia (1). Los pacientes con obesidad mórbida muestran una conducta adictiva similar a la que muestran pacientes con otras adicciones (2). La obesidad es frecuente también en otras patologías psiquiátricas en las que aparentemente no hay una alteración directa de la conducta alimentaria, como en la esquizofrenia, en el trastorno bipolar, en algunos trastornos de personalidad (límite), en retraso mental y en algunos trastornos mentales orgánicos. En estos pacientes, el aumento de peso está en relación con los tratamientos psicofarmacológicos, con los hábitos de vida y alimentación y, en algunos casos, con la impulsividad. La obesidad infantil es un problema que está aumentando extraordinariamente en nuestra sociedad y que puede condicionar importantes secuelas en los niños, de hecho se encuentra entre las tres principales causas de morbi-mortalidad infantil. Además, puede ser uno de los factores que influya en el desarrollo en la adolescencia de un trastorno de conducta alimentaria tanto de tipo restrictivo como purgativo. Puede provocar daños psicológicos en el niño por las continuas mofas o burlas de unos compañeros que influidos por la cultura occidental discriminan al que se salga de los patrones establecidos. Según un estudio realizado sobre 102 niños con obesidad primaria a los que se administró un test de inteligencia (WISC) y uno de personalidad (EPQ), los niños con obesidad severa mostraron menor inteligencia y mayor psicoticismo, sin embargo esto no ocurrió en aquellos con grado de obesidad leve o moderada (8). También se ha visto la influencia de factores psicológicos de los progenitores en el desarrollo de sobrepeso en el niño, estando más relacionadas con las características de la madre que con las del padre, y presentando éstas más complicaciones psicológicas en los casos de niños con obesidad severa. Además, los niños que perdían menos peso con el tratamiento tenían madres con mayor tendencia neurótica (9). Por otra parte, se ha observado la existencia de mayores alteraciones psicológicas en adultos que presentaron sobrepeso infantil (10). En resumen, no se ha podido demostrar claramente la existencia de factores de personalidad que condicionen el desarrollo de la obesidad en todos los pacientes. Sí parece que, en los que presentan obesidad mórbida y/o atracones, la impulsividad, la labilidad e inestabilidad emocional, la ansiedad o la depresión suelen estar presentes en mayor o menor medida. Lo que sí ocurre en todos los pacientes que presentan mayor o menor grado de sobrepeso es que las pautas de alimentación están alteradas, hay unos hábitos adquiridos y ya cronificados que exigen una reeducación. No es suficiente y generalmente es perjudicial la realización de dietas más o menos agresivas que, si no van acompañadas de una reeducación alimentaria, llevaran asociadas un rebote del peso una vez finalizada dicha dieta. Manejo de la obesidad en Atención Primaria Tradicionalmente, la obesidad ha sido abordada y tratada por la Endocrinología y, más recientemente, por su heredera la dietética o nutrición; sin embargo, siendo importantísimos todos los aspectos nutricionales y dietéticos se han olvidado los aspectos más conductuales del trastorno. Conocemos la importancia del factor genético en el desarrollo de la obesidad, factor no modificable (al menos de momento), pero también son fundamentales los psicopatológicos, conductuales, socio-familiares, educacionales, culturales, etc. Y estos sí que pueden ser modificables o al menos moldeables. Por tanto defendemos un tratamiento multidisciplinar de la obesidad como multifactorial es su etiología (11). El tratamiento de la obesidad debe por tanto abordarse desde diferentes puntos: dietético, farmacológico inclu- 16-III-07 EL MEDICO 59 yendo el psicofarmacológico, quirúrgico y finalmente psicoterapéutico. Dentro de este último, el modelo de tratamiento cognitivo-conductual orientado específicamente para el manejo de la obesidad es el que ha sido reconocido como el más eficaz y se fundamenta en los siguientes pilares: • Control estimular: controlando los diferentes estímulos que desencadenan la pérdida de control con la alimentación. Dicho en términos coloquiales “quien evita el peligro, evita la tentación”. Si conseguimos evitar situaciones de riesgo disminuiremos episodios de descontrol. De forma similar lo hacemos en el alcohólico o jugador evitando que entre a bares donde se beba o juegue. • Técnicas cognitivas: orientadas a combatir los pensamientos erróneos o negativos que aparecen tanto en el desarrollo como en el tratamiento de la obesidad. Pensamientos dicotómicos de tipo todo-nada, “como no he podido controlar esto, ya esta todo pérdido y me lo como todo…”. • Incremento y potenciación de hábitos de ejercicio. Planificando un progresivo aumento de actividad, adecuando el tipo e intensidad a las características del paciente. • Aspectos educacionales acerca de la obesidad. Aspectos psicoeducativos Podemos definir psicoeducación como la provisión de información didáctica acerca de la naturaleza de un trastorno con el propósito de lograr un cambio de conducta en el receptor de dicha información. Existen varias razones por las cuales es importante realizar un abordaje psicoeducativo en la obesidad (12): • La importancia de que los pacientes sepan las causas que juegan un papel en el desarrollo de la obesidad y que algunas de ellas son modificables para evitar posturas conformistas amparándose en excusas como “ yo soy así y no lo puedo cambiar…”, “esto es algo genético y mientras no me puedan cambiar los genes no hay nada que hacer…”. Lo que lleva al fatalismo y no solo impide la pérdida de peso sino que lleva a la ganancia progresiva. • La relativa ineficacia de dietas puntuales, de corta duración, vistas como un esfuerzo transitorio para una vez terminadas volver a la tan añorada situación previa que lleva a recuperar al menos todo lo perdido. • El riesgo que supone la restricción alimentaria intensa en el desarrollo de atracones, como forma del fracaso del paciente para contener sus impulsos. • Las importantes consecuencias que puede tener para la salud la obesidad tanto por morbilidad como por mortalidad, y que los pacientes deben conocer. Aspectos conceptuales y etiológicos Debemos dar una introducción acerca del concepto de obesidad dejando claro que es una enfermedad tratable aunque ello requiera un esfuerzo para el paciente. Este posicionamiento como enfermedad, y por tanto, como enfermos no debe hacer que adopten una acti- 60 EL MEDICO 16-III-07 COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE EN.... tud pasiva ante el tratamiento sino que les motive para la curación. Al igual que en alcoholismo existe una adicción al alcohol, o en la ludopatía al juego, en el caso de la obesidad lo es a la comida en exceso y si se puede salir de un alcoholismo o de una ludopatía también se puede salir de una obesidad y tanto en un caso como en otro no sin esfuerzo. El tema del esfuerzo y la motivación es importantísimo en este sentido, se debe dejar claro que nadie modifica una alimentación alterada y un peso elevado sin esfuerzo, y que no existen soluciones milagrosas que hagan perder peso sin esfuerzo en unas semanas. Se debe explicar en qué se basan los reclamos comerciales que en algunos casos pueden ser incluso peligrosos para la salud por la utilización de hormonas tiroideas, diuréticos o anfetaminas. En relación a los aspectos etiológicos, debemos repasar los factores implicados en la obesidad, recordaremos la importancia de la genética pero sin que sirva como excusa para el abandono. Es muy clásico la idea que tienen gran cantidad de pacientes de que engordan sin comer, alegando cosas que han oído y entendido a medias, como que tienen el metabolismo alterado, que tal o cual pastilla les engorda, que simplemente el agua les engorda, etc. Se debe explicar que pueden tener un metabolismo u otro, que pueden estar tomando un tratamiento que les aumente el apetito o incluso les altere el metabolismo de determinados nutrientes, pero dejándoles claro que si engordan es porque están comiendo más de lo que necesitan. Se puede utilizar el símil de la “economía familiar”, si ingresamos más de lo que gastamos cada vez seremos más ricos, nuestra cuenta engordará; si por el contrario gastamos más de lo que ganamos seremos progresivamente más pobres y nuestra cuenta adelgazará. Por tanto, las opciones que tenemos son disminuir los ingresos (comer menos), aumentar el gasto (hacer más ejercicio) o, mejor, ambas cosas a la vez. Aspectos dietéticos Puesto que queremos que los pacientes adopten unos hábitos más saludables en su alimentación, deben tener unos ciertos conocimientos en nutrición para que ellos mismos se fabriquen una dieta a su medida en función de sus gustos y preferencias. Deben saber reconocer calorías disfrazadas u ocultas en salsas, refrescos, alcohol, bollería industrial, pan, helados (no tanto los sorbetes), etc. Deben saber diferenciar conceptos como grasas animales de las vegetales o calorías de vitaminas. Consecuencias de la obesidad La mayor parte de los pacientes tienen una preocupación fundamental respecto a su obesidad, la estética. Sin ser poco importante, aunque no tanto como nuestra sociedad nos quiere hacer creer, tenemos que hacer ver las graves implicaciones que puede tener sobre la salud un peso excesivo que tienen mayor importancia que la cuestión estética. Por supuesto, que cuando hablamos de un problema actual o potencial para la salud nos estamos refiriendo a partir de un IMC de 25, que es cuando se sale del normopeso para adentrarse en el sobrepeso, y no en los casos de personas que con IMC normal desean perder peso. Se debe hacer un repaso general sobre las consecuencias más importantes que conlleva la obesidad y sobre todo hacer hincapié en que al acompañar la pérdida de peso con el ejercicio moderado disminuye el riesgo de complicaciones, como es el caso de la diabetes o la enfermedad cardiovascular. Conclusión En el manejo de la obesidad en el marco de la Atención Primaria es básico tener en cuenta los factores psicopatológicos, conductuales, ambientales, educacionales, etc. Son elementos modificables, a diferencia del componente genético, que nos van a permitir una reeducación de la alimentación consiguiendo una pérdida de peso; pero, lo que es más importante, va a prevenir la recuperación del mismo una vez que finalice el aspecto dietético. 16-III-07 EL MEDICO 61 Hay que tener en cuenta que: • La obesidad es una enfermedad crónica, que constituye un importante problema de salud pública que afecta a gran parte de la población y condiciona un importante aumento de la morbi-mortalidad. • En el desarrollo de la enfermedad intervienen factores genéticos, socio-culturales y psicosociales (variables de la personalidad y comorbilidad con otras enfermedades). • La obesidad es una enfermedad tratable. El tratamiento debe ser multidisciplinar: dietético, farmacológico, quirúrgico y psicoterapéutico. Bibliografía 1. Chalmers DK, Bowyer CA, Olenick NL. Problem drinking and obesity: a comparision in personality patterns and life style. Int Addict 1990; 25: 803817. 62 EL MEDICO 16-III-07 2. Leon GR. Personality and morbid obesity. Implications for dietary management through bahavior modification. Surg Clin North Am 1979; 59: 1007-1015. 3. García Blázquez V, Correas Lauffer J, Quintero Gutierrez del Álamo J, Garcia Moreno C, Chinchilla Moreno A. Aspectos clínicos de la obesidad”. En: Alfonso Chinchilla Moreno. Trastornos de la conducta alimentaria. Barcelona: Editorial Masson, 2003. Pág. 253-266. 4. Yoshida S, Murano S, Saito Y, Inadera H, Tashiro J, Kobayashi J, y cols. Treatment of obesity by personality clasification oriented program. Obes Res 1995; 3(Suppl 2): 205s-209s. 5. Britz B, Siegfried W, Ziegler A, Lamert C, Herpertz BM, Remschmidt H, y cols. Rates of phychiatric disorders in a clinical study group of adolescents with extreme obesity and in a obese adolescents ascertained via a population based study. Int J Obes Relat Metab Disord 2000; 24: 1707-1714. 6. Wurtman JJ. Carbohydrate craving, mood changes and obesity: J CLin Pdychiaty 1998; 49 ( Suppl): 37-39. 7. Wurtman JJ. Carbohydrate craving. Relationship between carbohydrate intake and disorders of mood. Drugs 1990; 39 (Suppl 3): 49-52. 8. Li X. A study of intelligence and personality in children with simple obesity. Int J Obes Relat Metab Disord 1995; 19: 355-357. 9. Favaro A, Santonastaso P. Effects of perents psychological characteristics and eating behaviour on childhood obesity and dietar y compliance. J Psychosom Res 1995; 39: 145-151. 10. Mills JK, Andrianopoulos GD. The relationship between childhood onset obesity and phychopathology in adulthood. J Psychol 1993; 127: 547-551. 11. Correas Lauffer J, García Blázquez V, Quintero Gutiérrez del Álamo FJ, Leira San Martín M. Tratamiento psicoterapéutico de la obesidad. En: A Chinchilla Moreno. Obesidad y Psiquiatría. Barcelona. Massón, 2005. 12. Correas Lauffer J, Quintero Gutiérrez del Álamo FJ, Barbudo del Cura E, Chinchilla Moreno A. Psicoeducación en el tratamiento de la obesidad. En: A Chinchilla Moreno. Obesidad y Psiquiatría. Barcelona. Massón, 2005. COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE EN.... Pautas para el paciente y sus familiares 1 La obesidad es una enfermedad tratable aunque ello requiera de un gran esfuerzo. Debe conocer las importantes consecuencias que puede tener para la salud la obesidad tanto por morbilidad como mortalidad: Diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión, enfermedad cardiovascular... 2 Si se presenta mayor o menor grado de sobrepeso, es que las pautas de alimentación están alteradas. 3 4 Estos hábitos adquiridos y ya cronificados exigen una reeducación. por el contrario gastamos más de lo que ganamos seremos progresivamente más pobres y nuestra cuenta adelgazará. Por tanto, las opciones que tenemos son disminuir los ingresos (comer menos), aumentar el gasto (hacer más ejercicio) o, mejor, ambas cosas a la vez. Es importante reconocer calorías disfrazadas u ocultas en salsas, refrescos, alcohol, bollería industrial, pan, helados (no tanto los sorbetes), etc. Así como saber diferenciar conceptos como grasas animales de las vegetales o calorías de vitaminas. 7 No es suficiente y generalmente perjudicial la realización de dietas más o menos agresivas que, si no van acompañadas de una reeducación alimentaria, llevaran asociadas un rebote del peso una vez finalizada dicha dieta. Evitar posturas conformistas amparándose en excusas como “yo soy así y no lo puedo cambiar…”, “esto es algo genético y mientras no me puedan cambiar los genes no hay nada que hacer…”. Lo que lleva al fatalismo y no solo impide la pérdida de peso sino que lleva a la ganancia progresiva. Igual que en la “economía familiar”, si ingresamos más de lo que gastamos cada vez seremos más ricos, nuestra cuenta engordará; si Acompañar la pérdida de peso con el ejercicio moderado disminuye el riesgo de complicaciones. 5 6 8 9 Texto disponible en Internet para ofrecerlo a sus pacientes. Consultar y descargar en: www.elmedicointeractivo.com o www.elperiodicodelafarmacia.com 16-III-07 EL MEDICO 63