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00-Mejorando altos vuelos 24/7/09 09:01 Página 349 Mejorando la capacidad resolutiva Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar Susana González Tejón Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. EAP Raval Sud. Barcelona. PUNTOS CLAVE n n n n n n n n n n Un 5% de los viajeros que se desplazan en avión son enfermos ambulatorios. La primera causa de muerte durante el vuelo son las complicaciones cardíacas (65%); le siguen las neoplásicas (9%) y las respiratorias (7%). La aparición de problemas médicos depende de las características fisiopatológicas del pasajero y de su susceptibilidad hacia factores presentes en la cabina del avión. La cabina se presuriza artificialmente a una presión atmosférica menor a la existente a nivel del mar y equivalente a la que encontramos a una altitud de 1.8292.438 m. La presión parcial de oxígeno dentro de la aeronave se reduce y equivale a respirar una FiO2 del 15% a nivel del mar, complicando ciertos estados de hipoxia basal. A medida que el avión asciende, la presión barométrica disminuye y los gases corporales atrapados se expanden hasta un 30% de su volumen inicial. Antes del viaje deben conocerse los antecedentes patológicos del paciente, indagando en los problemas médicos que puedan empeorar por las condiciones del vuelo. La presencia de enfermedad cardiovascular y/o respiratoria puede constituir una contraindicación relativa o absoluta para el viaje en avión. En gestantes, a partir de la semana 36, o de la 32 en embarazos múltiples, se recomienda evitar viajar en avión. Es evidente la relación entre vuelos de larga duración y la aparición de trombosis venosa, agravada por determinados factores de riesgo. aeropuertos gestionados por AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), durante 2007 embarcaron más de 200 millones de pasajeros, un 8% más respecto al 20061. Un 5% de estos viajeros son enfermos ambulatorios con algún problema médico de base y muchos desconocen que su enfermedad puede descompensarse durante el vuelo. Según datos de la IATA (International Air Transport Association), las complicaciones respiratorias suponen la tercera causa reconocida de muerte en el avión (7%), después de las de origen cardíaco (65%) y neoplásico (9%). El médico, frente al paciente-viajero, además de las recomendaciones sobre vacunación, profilaxis y exposición a determinados riesgos según el destino, debe conocer el medio de transporte. En el caso del avión, los principales problemas médicos que pueden darse dependen de las características fisiopatológicas del pasajero y de su susceptibilidad hacia determinados factores presentes en la cabina del avión. FACTORES PRESENTES EN LA CABINA DEL AVIÓN: ASÍ VIAJAMOS El viaje se inicia al salir de casa y con él el estrés, las aglomeraciones del aeropuerto, las largas distancias en la terminal, los controles de seguridad, el desfase horario, etc. La mayoría de los aviones comerciales vuelan entre 5.000 y 12.000 m de altura, con una velocidad de crucero de unos 1.000 km/h. Son presurizados artificialmente mediante un sistema de presurización isobárico (a partir de cierta altitud se mantiene una presión constante). Así, la presión atmosférica dentro del avión es inferior a la que encontramos a nivel del mar (equivalente a la presión existente a altitudes entre 1.829 y 2.438 m). En los últimos años, el tráfico aéreo se ha incrementado progresivamente, así como los vuelos a larga distancia, el número de pasajeros por vuelo y la edad de éstos. Así, cada vez viajamos más, más lejos y más acompañados. Según la OMT (Organización Mundial del Turismo) más de 800 millones de turistas viajaron en 2006 (el 45% en avión) y se espera que el número anual de pasajeros se duplique entre 2006-2020. En los Como consecuencia, se reduce también la presión parcial de oxígeno, que equivale a respirar una FiO2 del 15% a nivel del mar, lo que puede inducir una hipoxia sintomática en indivi- 43 AMF 2009;5(6):349-355 349 00-Mejorando altos vuelos Susana González Tejón 24/7/09 09:01 Página 350 Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar duos con cierto grado de hipoxemia basal (enfermedad pulmonar, cardiovascular, anemia, etc.). A medida que se asciende, la presión barométrica disminuye y los gases corporales se expanden (ley de Boyle). En la cabina, a una altitud de 2.438 m, su volumen aumenta un 30%. Al descender, el aumento de presión hace que se contraigan. Estas variaciones tienen consecuencias cuando los gases están retenidos (oído, senos paranasales, bullas, etc.). La temperatura baja unos 2 °C por cada 300 m de altitud, por lo que el aire de los aviones debe calentarse. Este aire tiene un bajo contenido en humedad (5-15%) y esto puede causar sequedad cutánea y molestias oculares, orales y nasales. La concentración de ozono ambiental también resulta irritante para las mucosas. El aire es filtrado mediante filtros similares a los utilizados en los quirófanos (retienen partículas en suspensión, bacterias, hongos e incluso virus) y se renueva entre 15 y 20 veces por hora. El espacio limitado entre los asientos reduce las opciones a moverse y caminar por la cabina. La inmovilidad origina edemas, calambres y favorece el desarrollo de trombosis venosa profunda2. Otro aspecto es el efecto que el desfase horario ejerce sobre el viajero (síndrome del jet lag). Si el viaje atraviesa muchos husos horarios genera estrés, fatiga, irritabilidad, se alteran los hábitos de sueño, la eliminación de agua, etc. Las alteraciones del ritmo circadiano pueden conducir a episodios cardíacos y hay que tener en cuenta que algunas pautas terapéuticas deben ser modificadas (p. ej., la insulina en diabéticos). EVALUACIÓN DE LA SALUD DEL PACIENTE-VIAJERO Antes del viaje deben conocerse los antecedentes patológicos, indagando sobre todo en los problemas médicos que puedan agravarse por las condiciones del vuelo. Conocer el aeropuerto de destino permite valorar, según su altitud y latitud, el riesgo de hipoxia, jet-lag, etc. Es interesante preguntar sobre antecedentes de patología cardiovascular, respiratoria, alteraciones hematológicas (anemia, trombocitosis e hipercoagulabilidad), enfermedades neurológicas (epilepsia, problemas de movilidad, ictus), cirugía reciente (abdominal, ocular, otorrinolaringológica, odontológica, etc.), exploraciones endoscópicas recientes, problemas psiquiátricos (fobias, psicosis, ansiedad o miedo a volar), diabetes mellitus, procesos infecciosos agudos, sinusitis, otitis, patología descompresiva (buceadores), etc. Tener en cuenta el estado de gestación, edad avanzada o pasajeros pediátricos. Si el paciente está médicamente estable y no existen contraindicaciones, se deben describir sus necesidades específicas 350 para el viaje: oxigenoterapia o CPAP (presión positiva en vía aérea) durante el vuelo, administración de medicación pautada y la indicación de vacunas o tratamientos profilácticos según el destino. Es recomendable contactar con la compañía aérea para notificar algunas de estas necesidades: oxígeno medicinal, dieta específica, traslado por limitación de movilidad, etc. (tabla 1). Tabla 1 Contraindicaciones médicas generales para viajar en avión Contraindicaciones cardiovasculares • Angina inestable • Infarto de miocardio sin complicaciones (primeras 2-3 semanas) • Hipertensión arterial no controlada o riesgo de crisis • Valvulopatías descompensadas y sintomáticas • Arritmias ventriculares o supraventriculares no controladas • Insuficiencia cardíaca congestiva descompensada • Vuelo después de exposición a hiperpresión (buceo) • Intervención para bypass coronario (uno o más vasos), esperar de 15 a 30 días • Síndrome de Eissemerger Contraindicaciones respiratorias • Neumotórax reciente no drenado • Neumomediastino • Enfisema y enfermedad bullosa • Asma persistente grave con mal control • Embolia pulmonar • Tuberculosis pulmonar activa • Síndrome agudo respiratorio grave • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica moderada-grave • Oxigenoterapia domiciliaria o soporte ventilatorio • Comorbilidad que conduzca a hipoxemia Contraindicaciones hematológicas • Anemia con hemoglobina < 8,5 g/dl • Anemia falciforme sintomática • Síndromes de hipercoagulabilidad Contraindicaciones neurológicas y psiquiátricas • Epilepsia • Crisis de agitación • Patología psiquiátrica grave no estable • Presión intracraneal incrementada debido a hemorragia, traumatismo o infección Contraindicaciones oftalmológicas • Desprendimiento de retina hasta 1 mes tras la intervención • Glaucoma sin control médico Contraindicaciones en otorrinolaringología • Procesos virales, bacterianos, alérgicos y vasomotores que alteran la permeabilidad de la trompa de Eustaquio • Otitis media y sinusitis agudas o crónicas en fase sintomática • Intervenciones quirúrgicas de oído medio e interno AMF 2009;5(6):349-355 44 00-Mejorando altos vuelos Susana González Tejón 24/7/09 09:01 Página 351 Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar Tabla 1 (cont.) Contraindicaciones médicas generales para viajar en avión Contraindicaciones ginecológicas y obstétricas • Para embarazos simples, se permite volar hasta el final de la semana 36 • Para embarazos múltiples, se permite volar hasta el final de la semana 32 • Amenaza de aborto o parto prematuro • Recién nacido de menos de 7 días • Puerperio (una semana después del parto) Contraindicaciones digestivas • Úlcera péptica que haya generado ingreso hospitalario en los últimos 3 meses • Hemorragia digestiva activa Contraindicaciones quirúrgicas • Cirugía abdominal en las últimas 2 semanas • Cirugía torácica en las últimas 3 semanas • Introducción forzada de aire en alguna cavidad corporal con fines diagnósticos durante la última semana • Colocación reciente de prótesis metálicas Contraindicaciones en traumatismos • Traumatismos torácicos graves con repercusión sobre la respiración • Hematoma extradural • Fractura de raquis • Politraumatizados durante las primeras 2 semanas tras el accidente Otras • Enfermedades transmisibles o con capacidad de contagio • Limitaciones de la movilidad (evaluar necesidades individualmente) • • • • • Asma persistente grave. Fibrosis quística. Tuberculosis pulmonar. Riesgo de sufrir una enfermedad tromboembólica venosa. Cuando se precisa un soporte ventilatorio u oxígeno3. Los parámetros que pueden facilitar esta evaluación, disponibles en atención primaria son: • • • • La saturación de la oxihemoglobina (pulsioximetría, SpO2). La gasometría arterial. La espirometría forzada. La «prueba de la caminata» (capacidad de caminar 50 m o subir un piso de escaleras a buen paso sin paradas ni presentar disnea). Para detectar pacientes con riesgo de hipoxemia grave durante el vuelo, se consideran los valores obtenidos: mediante pulsioximetría o gasometría arterial basal. • Si PaO2 > 70 mmHg o una SpO2 > 95%: no es probable la hipoxemia en vuelo. • Si PaO2 < 70 mmHg o una SpO2 < 93%, si el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1), la capacidad vital forzada (FVC) o la capacidad de transferencia de monóxido de carbono (TLCO) son menores del 50% de su valor de referencia o si existen otros factores de riesgo adicionales, se debería realizar una estimación de la hipoxemia en vuelo. • Si durante el vuelo se estima una PaO2 < 50 mmHg, se recomienda suplemento de oxígeno. Las recomendaciones según las distintas patologías se describen en la tabla 2. Oxigenoterapia en el avión Hay que tener en cuenta que la aerolínea, el capitán y la tripulación del avión pueden denegar el permiso de viajar al pasajero si se considera que existe un riesgo para él mismo o para el resto del pasaje y la tripulación. CARACTERÍSTICAS FISIOPATOLÓGICAS DEL PACIENTE-PASAJERO Según datos de IBERIA, unas 2.000 personas/año requieren suplementación de oxígeno en vuelo. No se les permite subir a bordo su equipo de oxígeno ni usar el oxígeno de emergencia del avión (sólo indicado en situación de despresurización de la cabina) y precisan autorización médica para viajar (cumplimentar el impreso INCAD/MEDIF)3-5. • EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) moderada o grave. En el avión, el oxígeno se administra mediante mascarilla a flujos de 2 o 4 l/min. Suele ser una prestación que paga el viajero y la aerolínea puede exigir un acompañante. También es posible utilizar un equipo de CPAP o ventiladores. En este caso, el paciente lleva su propia máquina (con baterías). En general, para el CPAP no se exige acompañante, pero sí para los pacientes con ventilación mecánica. No obstante, dada la disparidad existente, es recomendable que el paciente conozca directamente los criterios establecidos por la compañía. 45 AMF 2009;5(6):349-355 Pasajeros con patología respiratoria Suponen el 11% de las urgencias desarrolladas en vuelo. La SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) aconseja la evaluación clínica previa a un viaje en avión del paciente con: 351 00-Mejorando altos vuelos Susana González Tejón 24/7/09 09:01 Página 352 Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar Tabla 2 Causas orgánicas Patología Evaluación previa al viaje Recomendaciones durante el vuelo EPOC EPOC moderada-grave: comprobar estabilidad clínica, optimizar tratamiento y realizar gasometría arterial y espirometría previa al viaje. Si no está estable, se contraindica el viaje • • • • Fibrosis quística y bronquiectasias Indicar oxigenoterapia según la prueba de simulación hipóxica, la situación clínica y el grado de obstrucción Patología restrictiva Indicar suplemento de oxígeno si hay riesgo de hipoxia Si precisa ventilación mecánica, llevar el aparato durante el vuelo SAHS Si es grave, llevar aparato de CPAP con baterías Asma En asma grave, con frecuentes exacerbaciones y crisis graves, no se aprobará el viaje si no presenta estabilidad y buen control Cancer de pulmón Los tumores pulmonares primarios o metastásicos no contraindican el vuelo. Importante tratar el dolor • • • • • Enfisematosos (enfisema, bullas y neumotórax) En neumotórax, enfisema mediastínico y subcutáneo está contraindicado volar El neumotórax intervenido y el derrame pleural drenado requieren 2-3 semanas de evolución (asegurar reexpansión del pulmón) para volar. En el neumotórax con drenaje, es la compañía aérea la que decide la posibilidad del viaje, previa valoración por especialista La enfermedad bullosa debe evaluarse por el riesgo de neumotórax Traumatismos y cirugía torácica La fractura costal sin daño pulmonar no contraindica el vuelo En insuficiencia respiratoria aguda secundaria a contusión pulmonar, aplazarlo hasta que se resuelva Se aconseja no volar hasta 2 semanas después de la intervención Insuficiencia respiratoria crónica Tener en cuenta la duración total del viaje, aspectos logísticos (necesidad de oxígeno, necesidad de cargar baterías, etc.) altitud del aeropuerto de llegada, etc. En pacientes con oxígeno domiciliario se recomienda aumentar el flujo de oxígeno entre 1-2 l durante el viaje • • • Llevar informe de la situación clínica Sentarse en una zona de no fumadores Evitar el consumo de alcohol Mantener la movilidad durante los vuelos de larga duración, salvo si requieren oxígeno Si precisa oxígeno, utilizarlo también en los desplazamientos por el avión (con alargadera) Realizar medidas profilácticas ante el riesgo de enfermedad tromboembólica Llevar la medicación (especialmente los inhaladores de rescate) en el equipaje de mano Emplear cámaras espaciadoras en lugar de nebulizadores Si precisa CPAP en el vuelo, llevar una batería, que deberá apagar antes de aterrizar Los pacientes que precisen un ventilador deben tolerar desconexiones transitorias (despegue y aterrizaje) La necesidad de oxígeno o cualquier otro tipo de asistencia médica debe ser comunicada al realizar la reserva, 48 h antes del vuelo Si es preciso, se debe gestionar con el servicio médico de la compañía la asistencia necesaria para el traslado del enfermo dentro del aeropuerto EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica; SAHS, síndrome de apnea-hipoapnea durante el sueño; IRC, insuficiencia respiratoria crónica; CPAP, presión positiva en vía aérea. Pasajeros con problemas cardiovasculares miocárdica de oxígeno, lo que puede llevar a la descompensación4,6,7. Los pacientes cardiópatas compensan la hipoxia mediante hiperventilación. La respuesta cardíaca primaria consiste en aumentar la frecuencia cardíaca, incrementando la demanda Las recomendaciones según las distintas patologías se describen en la tabla 3. 352 AMF 2009;5(6):349-355 46 00-Mejorando altos vuelos 24/7/09 Susana González Tejón 09:01 Página 353 Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar Tabla 3 Patología cardiovascular y viajes en avión Patología Evaluación previa al viaje en avión y recomendaciones durante el viaje HTA Es preciso un buen control de las cifras tensionales, y se recomienda llevar la medicación en el equipaje de mano Valvulopatía La enfermedad valvular sintomática es una contraindicación relativa. Según la gravedad de los síntomas, función ventricular izquierda y la presencia de hipertensión pulmonar, se puede contraindicar un viaje Ictus Intentar la recuperación clínica y funcional del paciente, que debe permanecer estable antes de viajar Trombosis venosa profunda Relación entre vuelos de larga duración y trombosis venosa Cuando la duración del vuelo es el único factor de riesgo para la trombosis venosa, no es preciso realizar profilaxis Si hay otros factores de riesgo añadidos, se recomendará el uso de medias de compresión ascendente, en general por debajo de la rodilla y profilaxis con dosis única de heparina de bajo peso molecular 2-4 h antes del vuelo8 Según resultados del estudio WRIGHT de la OMS, en las 8 semanas siguientes a un vuelo de más de 4 h de duración, el riesgo de trombosis aumenta entre dos y tres veces Se desaconseja el uso de ácido acetilsalicílico como medida profiláctica para la enfermedad trombótica del viajero Marcapasos No son contraindicación para viajar Factores de riesgo para el desarrollo de enfermedad tromboembólica venosa en vuelos de larga duración: • Cirugía mayor reciente • Fracturas e inmovilizaciones recientes con escayola de extremidades inferiores y/o inmovilización reciente por enfermedades médicas • Trombofilia congénita • Trombosis venosa previa, especialmente idiopática • Neoplasias • Síndrome antifosfolípido • Ancianos • Obesidad • Anticonceptivos orales, tratamiento hormonal sustitutivo, tamoxifeno • Embarazo y puerperio • Otros: policitemia vera, trombocitosis, enfermedad inflamatoria intestinal, lupus eritematoso, etc. HTA, hipertensión arterial. Infecciones Los vuelos comerciales son un entorno apropiado para la expansión de patógenos transportados por pasajeros o por el personal de vuelo. La utilización de filtros y la renovación del aire reducen el riesgo de infección. Tuberculosis La transmisión desde personas bacilíferas es más frecuente en vuelos de más de 8 h. La presencia de tuberculosis pulmonar activa no tratada contraindica el viaje en avión. En pacientes seronegativos frente al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es necesario realizar tratamiento antituberculoso efectivo durante al menos 2 semanas. En pacientes con serología VIH positiva se deberían exigir tres tinciones de esputo negativas o un cultivo de esputo negativo durante la realización del tratamiento. 47 SARS (síndrome agudo respiratorio grave) y fiebre aviaria La sospecha o el diagnóstico de presunción de la infección contraindican el vuelo y obliga a iniciar medidas de aislamiento preventivo y de confirmación diagnóstica. Pasajeros con problemas otorrinolaringológicos En los vuelos comerciales, los cambios de presión pueden ser rápidos e intensos, sobrepasando la capacidad equipresora de la trompa de Eustaquio y produciéndose un barotraumatismo. Cuando el avión asciende los gases atrapados en el oído medio se expanden y el tímpano se abomba hacia fuera produciendo dolor. En el descenso ocurre lo contrario y el tímpano se retrae. La aerotitis está favorecida por lesiones que estrechan la trompa o producen mala ventilación (tabique nasal desviado, hipertrofia amigdalar, etc.). Pero pueden darse en personas sin problemas tubáricos. AMF 2009;5(6):349-355 353 00-Mejorando altos vuelos Susana González Tejón 24/7/09 09:01 Página 354 Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar Maniobras como bostezo forzado, deglución y maniobra de Valsalva (espiración forzada con boca y nariz cerradas) facilitan la permeabilidad de la trompa. Estas maniobras son difíciles de realizar por los niños, por lo que pueden presentar molestias en el descenso con más frecuencia que los adultos. Del mismo modo, en los senos paranasales (70% senos frontales) los problemas inflamatorios u obstructivos pueden causar dolor frontal, maxilar o incluso hemorragia. En episodios psicóticos recientes, es preciso que el paciente esté estable, con tratamiento y que vaya acompañado. El uso de sedación para viajar no está indicado y puede sancionarse. Pasajeros con alteraciones hematológicas Es contraindicación relativa a volar la anemia aguda o crónica con hemoglobina inferior a 8,5 g/dl. Otras alteraciones hematológicas (trombocitosis, drepanocitosis, otras hemoglobinopatías) deben ser evaluadas por el hematólogo. Pasajeros con problemas oculares Pueden tener molestias, a causa de la baja humedad de la cabina, los pasajeros portadores de lentillas o aquellos afectados por el «síndrome de ojo seco» (usar colirios humectantes y lágrimas artificiales). La cirugía del desprendimiento de retina puede incluir el uso de gas intraocular; en ese caso, se desaconseja volar hasta que éste no se haya reabsorbido (1-2 semanas). Pasajeros con problemas abdominales Las molestias digestivas por expansión de gases gastrointestinales son poco relevantes, pero la introducción de gas en el organismo de forma iatrogénica (poscirugía) puede causar dehiscencia de suturas, sangrado, etc. Se aconseja retrasar el viaje 1-2 semanas. Las bolsas colectoras (sondas urinarias o colostomía) se deben cambiar más a menudo o usar otras más grandes para evitar problemas por la expansión de gases. Por el mismo motivo, los balones neumáticos de las sondas se deben rellenar con agua o suero. Pasajeros con patología neurológica Raramente constituye una contraindicación para el vuelo. La epilepsia debe valorarse y las secuelas neurológicas de accidentes vasculares o enfermedad neuroquirúrgica se evaluarán individualmente (retrasar el vuelo hasta lograr recuperación funcional). Pasajeros con consideraciones especiales Diabéticos Deben viajar con su «bolígrafo» de insulina y su glucosímetro y tener en cuenta la diferencia horaria con el lugar de destino para ajustar el tratamiento con insulina (pauta de insulina rápida cada 6 h mientras dure el viaje). Es aconsejable poner en conocimiento de la compañía aérea las necesidades de una dieta específica y llevar algún suplemento para evitar hipoglucemias9. Embarazo Muchas aerolíneas imponen restricciones: • Después de la semana 28 de embarazo se debe llevar un informe confirmando embarazo normal y fecha esperada de parto. • Para embarazos simples, se permite volar hasta el final de la semana 36. • Para los múltiples, hasta el final de la semana 32. • En el embarazo con complicaciones se requiere autorización médica, y no se recomienda volar a gestantes con problemas obstétricos o con riesgo de parto prematuro o aborto espontáneo. Hay que tener en cuenta que el embarazo se ha asociado a un incremento en el riesgo de enfermedad tromboembólica (tabla 3). Buceadores Pasajeros con problemas psiquiátricos Los trastornos psiquiátricos agudos (fobia a volar, ansiedad, psicosis) pueden suponer un riesgo. Deben valorarse la fobia a volar y la claustrofobia y si se supone un aumento de la ansiedad, puede prescribirse un ansiolítico. Està contraindicado volar en las 12 h posteriores a la realización de actividades de buceo con bombona. Si fueron inmersiones repetidas o se precisó descompresión, no se recomienda volar en las 24 h siguientes. Es contraindicación absoluta la enfermedad descompresiva o el diagnóstico de síndrome de sobrepresión pulmonar. 354 AMF 2009;5(6):349-355 48 00-Mejorando altos vuelos Susana González Tejón 24/7/09 09:01 Página 355 Problemas de altos vuelos. Los riesgos de volar SEGURIDAD, SALUD Y VIAJES EN AVIÓN Debido al incremento en la seguridad en aeropuertos y aeronaves se han intensificado los controles en el transporte aéreo de líquidos y de objetos punzantes en cabina. Esto puede ocasionar problemas a pasajeros que precisan heparina, insulina, etc. Los medicamentos, incluso los líquidos, están exentos de la norma y se permite llevarlos en el equipaje de mano. Deben identificarse separadamente, con un informe, en los controles de seguridad. Del mismo modo, los pasajeros portadores de prótesis metálicas, marcapasos o desfibriladores internos pueden verse afectados por los campos magnéticos. Los nuevos modelos de marcapasos están protegidos frente a las interferencias con los sistemas de seguridad, pero pueden activar la alarma de seguridad, por lo que se recomienda llevar un certificado médico. nimación cardiopulmonar básica y solventar diferentes problemas médicos. Además, disponen de sistemas para contactar con expertos médicos en un centro de respuesta situado en tierra. BIBLIOGRAFÍA La tripulación de cabina está entrenada para usar los equipos de primeros auxilios, realizar las maniobras de rea- 1. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Aeropuertos. Estadísticas. (Acceso 4 abril 2009.) Disponible en: http://www.aena.es 2. Medical guidelines for airline travel. Aerospace Medical Association (AsMA). (Acceso 4 abril 2009.) Disponible en: http://www.asma. org/Publication/medicalguide.html 3. García Río F, Borderías Clau L, Casanova Macario C, Celli BR, Escarrabill Sanglás J, González Mangado N. NORMATIVA SEPAR. Patología respiratoria y vuelos en avión. 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Long-and short-haul travel by air: Issues for people with diabetes on insulin. J Trav Med. 2006;13(5):255-60. 49 AMF 2009;5(6):349-355 EQUIPO MÉDICO EN EL INTERIOR DEL AVIÓN Se exige a las aerolíneas disponer de un equipamiento médico mínimo en los aviones. El material incluye: • Uno o más botiquines de primeros auxilios (para su uso por la tripulación). • Un botiquín médico (de uso médico) para emergencias durante el vuelo. Algunas aerolíneas también llevan un desfibrilador externo automático (DEA). • Botellas portátiles de oxígeno para uso en emergencias. 355