Download EL CHEQUEO BIOLOGICO

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
EL CHEQUEO BIOLOGICO
Dr. Mariano José Bueno Cortés.
BIOSALUD-INSTITUTO DE MEDICINA BIOLÓGICA Y ANTIENVEJECIMIENTO
INTRODUCCION
Una de las pruebas muy necesarias que nos realizará el especialista en
Medicina Biológica es lo que llamamos un CHEQUEO BIOLOGICO Y FUNCIONAL.
En él, se reúnen los conocimientos ancestrales de la Medicina Energética,
especialmente de la Medicina Tradicional China; los de la Medicina Biológica,
desarrollados en los últimos 30 años; y los de la Biorresonancia, utilizados como
sistema de “recogida de datos” del organismo.
El Chequeo Biológico consiste en un
sistema informático que, a través de un equipo
productor de ondas electromagnéticas de distintas
frecuencias, envía una serie de señales al
organismo, mediante seis electrodos colocados en
las manos, pies y frente del paciente. Dichas
señales corresponderán a las específicas de cada
órgano. Los electrodos también actuarán de
medio para recoger una gran cantidad de datos
del organismo del paciente que, a través de una
fibra óptica serán enviados al sistema informático
para ser interpretados. De este modo, en unos 15
minutos, tendremos un informe de cinco folios del
estado biológico y funcional del paciente, con
posibilidad de imprimirlo en color, donde se
recogerán
algunos
datos
generales
correspondientes a parámetros tan necesarios
para saber cómo está realmente ese organismo, como el estado de funcionamiento
de cada órgano. Toda esta información será muy necesaria para que nuestro
médico pueda prescribir un tratamiento totalmente personalizado y con las
máximas posibilidades de tener éxito.
El Chequeo Biológico, no solamente le servirá al médico para cuando
estemos enfermos prescribirnos un tratamiento efectivo, sino que a su vez se utiliza
para poder conocer la evolución de nuestro organismo con la ayuda de dicho
tratamiento.
Otra ventaja del Chequeo Biológico es el utilizarlo como base para realizar
una auténtica Medicina Preventiva, ya que antes de que aparezcan síntomas, el
sistema nos detectará las alteraciones energéticas y funcionales que se están
produciendo y poderlas corregir antes de que se establezca la enfermedad.
Voy a exponerle en primer lugar, las bases científicas de este chequeo, para
posteriormente, explicarle los datos que se pueden obtener de nuestro organismo y
su utilidad.
FASES DE LA ENFERMEDAD
Cuando tenemos una enfermedad, por
ejemplo una gripe, antes de que aparezcan los
síntomas típicos de catarro, fiebre, dolor de cabeza,
incluso dolores articulares, hay unas fases previas
que si tenemos los medios de detectarlas, podremos
impedir que se desarrolle el proceso gripal como tal,
de modo que no lleguen a aparecer dichos síntomas.
Partamos de lo que podemos determinar
como el estado de salud. En este caso, desde el
punto de vista energético, todo está perfectamente
equilibrado. Nuestro sistema inmunitario, a través de
órdenes enviadas mediante el sistema nervioso
simpático y parasimpático (acelerador y freno), nos
va adaptando a todas las influencias a las que estamos sometidos (temperatura,
humedad, gérmenes, acidificantes, etc.). Nos vamos adaptando permanentemente
a todos los estímulos que estamos recibiendo a cada momento. Para ello, es
imprescindible que todos los sistemas funcionen a la perfección. Cualquier estímulo,
desencadenará una respuesta encaminada a conservar ese equilibrio funcional
necesario para conservar nuestro estado de salud.
Ciertamente, puedo asegurarles que pocos organismos (por no decir
ninguno), se encuentran en ese estado. Fruto de la alimentación desequilibrada y
acidificante que consumimos, el estrés, los malos hábitos (tabaco, café, alcohol,..),
la contaminación electromagnética, los pensamientos negativos, las geopatías,
bacterias, virus, hongos, parásitos, la polución, fármacos de síntesis, los metales
pesados, especialmente el mercurio de los empastes de amalgama, etc., nuestro
sistema inmunitario está con sobrecarga de trabajo. Esto hace que llegue un
momento en el que coincidiendo con unas circunstancias determinadas, empiece a
fallar.
La primera alteración que nos alejará del estado de Salud, será un
desequilibrio exclusivamente energético. Este desequilibrio correspondería por
ejemplo con las bases de la Acupuntura (ver tema específico). Estos desequilibrios
solamente son detectables por medio de la “toma de pulsos de los meridianos de la
acupuntura”, los equipos de Electroacupuntura de Völl, los equipos de
Biorresonancia y, poco más. De cualquier manera, no existen dispositivos, análisis
ni ningún tipo de prueba perteneciente a la Medicina Convencional que pueda
detectar estas alteraciones. Ni siquiera nosotros mismos podemos evidenciarlo. No
se genera ningún síntoma que nos indique su existencia. Una vez detectada con los
medios citados la alteración energética existente, también tendremos que utilizar
algunas de las técnicas de la Medicina Biológica para reequilibrar la energía. No
existe ningún medio de la Medicina Convencional para conseguirlo.
Si nuestro sistema inmunitario no consigue reequilibrar la estructura
energética, pasaremos a una alteración de tipo funcional leve. En este caso,
comienzan a no funcionar perfectamente determinados órganos y sistemas. En esta
etapa, tampoco existirán medios dentro de la Medicina Convencional tan “finos” que
nos detecten este tipo de alteraciones. Seguiremos sin notar ningún tipo de
síntoma. Seguiremos por detectar estas alteraciones exclusivamente por medios
correspondientes a la Medicina Biológica. Por supuesto que su solución también
será con estas disciplinas, pues no hay fármacos ni equipos de la Medicina
Convencional que nos puedan servir.
Si esta situación se mantiene en el tiempo y nuestro sistema inmunitario
sigue sin conseguir reequilibrar el sistema, pararemos a una fase de alteración
funcional moderada. En esta fase, podemos encontrar además de esos
desequilibrios energéticos, unos síntomas inespecíficos. Incluso son síntomas que
hoy en día son tan frecuentes en las personas que no se dan cuenta de que son
síntomas. Por ejemplo, puede ser un dolor de cabeza muy esporádico, o cansancio
matutino, o soñera después de algunas comidas. Como puede ver, son síntomas en
los que uno no puede pensar que sean de algún órgano determinado que está
fallando. Además, ¿quién no los tiene?. La mayoría de la gente que los padece no
piensa que su sistema está fallando.
Hasta este momento, no hay medios de la Medicina Convencional que nos
detecte el tipo de alteración ni la causa de la misma. Además, a ninguno de ustedes
se les ocurre ir al médico. Muy pocas personas se hacen un chequeo preventivo, y
los que lo hacen, es con los medios convencionales. De manera que son
incompletos. Y si no, ¿cómo se explica que una persona que se hace un chequeo
convencional con análisis de sangre y orina, radiografías de tórax y columna,
electrocardiograma, habiéndole salido todo perfecto, a la semana se muera de un
infarto?. Qué pasa, ¿que el corazón se ha enfermado en una semana?. Algo no
funciona.
Con esto no quiero decir que no son
válidas las pruebas convencionales. Son muy
válidas, pero no son las únicas que se deben
hacer. Son muy válidas las pruebas
utilizadas en Medicina Biológica. Todas
tienen su utilidad. No se quede con la idea
de que el especialista en Medicina Biológica
reniega
de
la
Medicina
Académica.
Simplemente ha ampliado los conocimientos
que se le enseñaron en la Facultad de
Medicina como respuesta a la búsqueda de
ofrecer lo mejor en cada momento para cada
paciente.
Alguno de ustedes pensará, y por qué no lo practican todos. Bueno, de
hecho, ya hay varias Universidades en España que en sus programas de postgrado
(para una vez que has terminado la carrera), han incluido este tipo de estudios.
También hemos de ser conscientes de que al médico le cuesta cambiar, le cuesta
reconocer que no ha hecho lo máximo que podía por sus pacientes. Sí lo máximo
que sabía, pero no todo lo que se podía. Por otro lado, hay mucho intrusismo. Hay
muchas personas que no son médicos y que dicen que son médicos naturistas.
Asegúrese de saber quién le está tratando. Asegúrese de que tiene la formación
adecuada. En la mayoría de los casos, son las personas las que fallan, no las
técnicas. Además hay que tener en cuenta que como veremos ,más adelante, hay
casos en los que el organismo está tan deteriorado que necesitamos también de la
Medicina Convencional.
Me molesta enormemente cada vez que doy una conferencia, escribo un
libro o un artículo, tengo que andar distinguiendo entre Medicina Biológica y
Medicina Convencional. Pues bien, esto sólo lo hago por ser más didáctico, pero no
es la realidad. La verdad es que pienso que Medicina sólo hay una, y es la que sirve
en cada momento para sanar a mis pacientes. No me planteo si es de la Medicina
Biológica o Convencional. Todo es necesario en un momento determinado. Por
ejemplo, ¿cómo me puedo plantear frente a un shock anafiláctico intentar
solucionarlo con algo que no sea la cortisona?.
En estos casos en los que en minutos un paciente puede morir, no me lo
pienso dos veces y le pongo una cortisona intravenosa volando. Luego le
desintoxicaré y lo que quiera, pero primero hay que salir del riesgo. No tenemos
que ser cerrados de mente. Cada técnica puede tener su indicación. Por eso,
entiendo que los médicos tenemos la obligación de conocer todo aquello que pueda
servirnos para diagnosticar y curar a los pacientes. Sólo así podremos estar
orgullosos de un trabajo bien hecho.
Volvamos al punto en el que lo habíamos dejado. Pasada la alteración
energética, la alteración funcional leve y moderada, si la situación continúa,
llegaremos a una alteración funcional evidenciada. El organismo va a requerir
más ayuda de lo normal. Van a aparecer ya síntomas y signos que nos harán
pensar en el órgano que está fallando. Por ejemplo, digestiones pesadas y en
ocasiones, dolores en la zona del hígado, sabor amargo en la boca de vez en
cuando, etc. Es el hígado el que está fallando. Si hacemos una analítica podemos
encontrar las transaminasas altas. A la exploración, el médico nos detectará dolor a
la presión en la
zona
hepática,
etc.
Podemos
encontrar
lesiones celulares,
ya no es un
problema
que
atañe al exterior
de
la
célula,
empieza a fallar
la propia célula.
En este caso, el
organismo podrá
ser reequilibrado y
retornado
al
estado de salud, al
igual que en las
situaciones
anteriores.
Es
desde esta fase en
la que vamos al
médico. Es cuando
nos
entra
el
miedo instintivo y
vamos a pedir
ayuda.
No
se
engañe, hay que
ir al médico para
seguir
estando
bien. En China, los pacientes pagan al médico para seguir estando bien. Cuando
caen enfermos es cuando el médico tiene que trabajar gratis. Claro, para eso
tenemos que hacer caso permanentemente de todos los consejos que nos de. Los
chinos así lo hacen, ¡ y funciona ¡. Esta situación de alteración funcional
evidenciada, es totalmente reversible, es a partir de este estadio, del que
pasaremos a situaciones irreversibles.
Si esta situación no se soluciona con los medios adecuados, pasaremos a
una fase lesional irreversible. En estos casos, se dan síntomas más importantes.
Son los casos por ejemplo de una úlcera de estómago. En la alteración funcional
evidenciada, encontramos una gastritis, ahora ha pasado a ser una úlcera. En estos
casos, tendremos dolor, malestar, incluso algún sangrado. Podremos verla
mediante pruebas diagnósticas convencionales. El tratamiento incluso podrá llegar
a ser quirúrgico, en casos muy graves. Aquí siempre se combinarían la Medicina
Convencional y la Biológica (en el caso de la cirugía). Ya será una situación
irreversible. Quiero decir que por más que eliminemos los síntomas, ese organismo
no retornará totalmente al estado de salud. Incluso en esta fase, es posible que
necesitemos un tratamiento de por vida, aunque con ello consigamos encontrarnos
perfectamente. Pero siempre deberemos cuidarnos con la alimentación, etc.
Si esta situación no se resolviera, podríamos llegar a una fase de
degeneración. Es una fase que por supuesto es irreversible, pero que incluso
pondrá en peligro nuestra vida. Sería la degeneración de nuestro ejemplo: gastritis
– úlcera de estómago – cáncer. El nivel de alteración ha llegado a un estadio
máximo. También en este caso se diagnosticará por medios biológicos y
convencionales. El tratamiento será una combinación de ambos. No retornaremos al
estado de salud. Seremos enfermos siempre, como en el caso anterior.
Por último, dentro de que en cada una de estas fases, podríamos establecer
algunos niveles, pero, sintetizando, tras esta última fase, pasaríamos a la muerte.
Pues bien, una vez expuestas estas diferentes fases que podemos encontrar
desde el estado de salud hasta la muerte, espero que queden claras dos cosas:
• La necesidad de tratamientos biológicos y convencionales.
• La necesidad de medios diagnósticos biológicos y convencionales.
Todo tiene su papel en un determinado momento, simplemente dependerá
del estado en el que nos encontremos.
EL SISTEMA BASICO DE PISCHINGER
El “sistema básico” se identifica con la sustancia fundamental o “MATRIZ”
del tejido conectivo, constituido por las células del tejido blando, los líquidos
extracelulares, los capilares y las fibras nerviosas. Este tiene una función de
nutrición, protección y control de todas las células del organismo.
Desde los primeros estudios de A. Pischinger, continuados posteriormente
por F. Perger y O. Bergsmann, y recientemente ampliados gracias a H. Heine, se
han ocupado del estudio de la “MATRIZ” para explicar el desarrollo y evolución de la
mayor parte de las enfermedades agudas y crónicas.
Cerca del 80% del organismo humano
está formado por el “Sistema Básico”, que
trabaja de modo casi autónomo con una
capacidad propia de reacción.
Además en él tienen lugar funciones de defensa;
en efecto, algunos de sus elementos celulares
desarrollan actividad fagocitaria (macrófagos,
leucocitos sanguíneos) o producen anticuerpos
(células plasmáticas).
En la “MATRIZ”, además se desarrollan todas las funciones básicas del
metabolismo como el balance ácido-básico (pH) y el recambio de electrolitos. Esto
significa que el estado de cada célula orgánica puede ser correctamente valorado
sólo en relación al estado del “Sistema Básico”. En la práctica, “MATRIZ”, y células
orgánicas, están en una estrecha relación mutua.
Se producen por tanto numerosísimas reacciones metabólicas que deben ser
seguidas continuamente y tenidas en cuenta para el equilibrio dinámico de los
procesos de regulación. Hay sistemas rápidos que regulan no obstante en modo
grosero y sistemas lentos que pueden regular en un modo muy fino. En caso de
necesidad imprevista, el sistema provee de una regulación grosera (definida
también como “REGULACIÓN BÁSICA”) para regresar a la situación fisiológica de
partida. A través de una regulación fina se produce una posterior adaptación de
cada célula a sus propias necesidades.
Normalmente el “Sistema de Base” se encuentra en un estado de “gel”,
caracterizado por pocas proteínas, por muchos mucopolisacáridos y por una
equilibrada cantidad de electrolitos.
Cuando se manifiesta un problema (lesión, infección, etc.) éste, gracias a los
mecanismos quimiotácticos, se modifica y pasa a un estado de “sol”, mas denso y
más rico en proteínas.
El organismo debe siempre estar preparado para reaccionar, con una
regulación oportuna, a un estímulo externo para recuperar la situación inicial y
mantener la estabilidad. Una enfermedad es generalmente la consecuencia de un
problema de regulación metabólica (B. Köhler). Por tanto, en el caso de una
enfermedad crónica podemos hablar incluso de bloqueo de regulación.
Es importante subrayar que las reacciones del “Sistema Básico” son del todo
no específicas , es decir la respuesta a cualquier carga se produce de igual modo,
tanto si se trata de una infección, de una intoxicación, de una herida o de una
quemadura. Según Selye, la respuesta a estímulos simples se produce siempre con
un modo de reacción de alarma o similar.
La duración de la reacción crece proporcionalmente con la intensidad del estímulo.
Cargas crónicas son todavía estímulos duraderos que incluso en una fase de
restablecimiento producen una adaptación.
El grado de la capacidad de adaptación a los diferentes tipos de estímulo es
una medida del estado de salud del organismo. Una regulación errónea de la
“MATRIZ” puede ser debida por ejemplo a un desequilibrio hormonal, una carencia
de minerales y/o una variación del pH.