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Dr. Rafael Serena “La exigencia del paciente ha evolucionado, antes pedían correcciones concretas y ahora además, buscan prevenir, para no tener que llegar a corregir” ¿Cómo se definiría a sí mismo como persona y como médico? >>> Me considero una persona en equilibrio. Profesionalmente disfruto con lo que hago y lo que más me motiva es el índice de fidelidad que tienen mis pacientes. Lo interpreto como que voy por buen camino. El terreno familiar es lo que acaba de dar estabilidad a mi vida. Antepongo la familia al trabajo y encuentro el pleno equilibrio emocional en todo lo que hago. Entiendo que haya quien priorice su profesión, pero eso está reservado sólo a los genios. Siendo confesiones íntimas los deseos de belleza de sus pacientes, ¿cuál es el trato? ¿Rafael o Dr. Serena? >>> Prefiero que mis pacientes siempre me traten de tú, justamente porque el tratamiento que les realizamos es muy íntimo. Es un sentimiento, una ilusión que ellos tienen por mejorar. Así que me interesa que sea lo más cercano posible. La medicina que yo aplico no tiene un muro ni una barrera. Yo no creo distancias como se requiere en otras especialidades. Al contrario. Yo hago una medicina abierta, de accesibilidad, de dar tranquilidad, de transmitir seguridad. Y para conseguirlo debemos empezar por el trato. No quiero que mis pacientes tengan vergüenza de llamarme o de pensar que me puedan molestar. Necesito que el sentimiento que doy a los pacientes sea de proximidad. Aunque no quiero confundir a los pacientes y darles amistad. Se trata de una confianza muy importante para que el resultado sea satisfactorio. Usted es Licenciado en Medicina y Cirugía, responsable de la Unidad de Láser de Clínica Planas. ¿Le hubiera gustado estudiar otra cosa? >>> De pequeño siempre me han gustado las manualidades y los inventos. Me gusta trabajar con las manos. Disfruto mucho moldeando barro, por ejemplo. Creo que lo he heredado de mi abuelo que siempre estaba desmontando y montando instrumentos. Lo recuerdo con cariño manipulando la maquinaria de los relojes e inventando artilugios como veletas y otros 32 PLANASMAG Invierno ‘12 mecanos. No se trataba únicamente de hacer y deshacer, sino de arreglar. Le gustaba que funcionara. Era su hobby y el mío también. ¿Tiene referentes médicos en la familia? >>> En mi etapa adulta, mis referentes médicos familiares son mi esposa y mi difunto suegro, el Dr. Jorge Calderón Allué, que era un gran oftalmólogo. Pero cuando yo era pequeño, no tenía ningún referente médico en la familia. No sabría decirle porqué, recuerdo que con tan sólo 7 años le dije a mis padres que quería ser médico. Recopilé todos los medicamentos que había en casa y escribí en una libreta para qué se utilizaban y cómo se administraban. La ilusión con la que hice mi primer “vademecum personal” la he mantenido toda mi infancia y adolescencia. Siempre tuve muy claro que no podía dedicarme a otra cosa. ¿Cómo llegó el láser a su vida? >>> Después de licenciarme en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona, estuve trabajando tres años en Inglaterra y, gracias al Dr. Jorge Planas, me propusieron fundar la Unidad de Láser en Clínica Planas. Usted coincidió en Clínica Planas con los últimos años del Profesor Jaime Planas. ¿Qué aprendió de él? >>> En medicina aprendí conocimiento, teoría, ciencia y práctica con grandes maestros como los doctores ingleses Mr. A L H Moss y Mr. Bwem Powell del Saint George’s Hospital de Londres. Pero con el Profesor Jaime Planas entendí otra filosofía de transmisión de conocimientos bajo el concepto de la sinceridad. Tenía la habilidad de convertir su experiencia en nobleza. Sobre todo recuerdo la importancia que le daba a la sensatez con la enseñanza, la dedicación a la medicina y el trato con el paciente. Era admirable la manera de contagiar su entusiasmo. ¿Quién es Jaime Planas para usted? >>> Para mí el Profesor Planas era un respiro. Durante alguna pausa de mi jornada sabía dónde encontrarle. Charlábamos en la biblioteca de la clínica y me despejaba la mente. Le exponía algún caso complicado y siempre me guiaba. Echo de menos esos descansos tan aprovechados que me aportaba el Profesor. ¿Quién le ha dado el mejor consejo? >>> Curiosamente los doctores ingleses Moss y Powell coincidían con el Profesor Planas en una manera de hacer a la que no estaba acostumbrado. Los tres me dieron el mismo mejor consejo: “enseña lo que sabes hacer”. En otras palabras, “no escondas lo que sabes hacer”. A diferencia de otros médicos que no te lo enseñan todo y se guardan sus propias recetas, la gran consigna que nos dio el Profesor Jaime Planas a todos los que entramos en su clínica fue el de no preocuparnos por la competencia sino por la incompetencia. ¿Cómo contribuye usted a que esta filosofía permanezca en Clínica Planas? >>> Al igual que me gusta nutrirme de los conocimientos de los médicos extranjeros que realizan su residencia en Clínica Planas, por mi parte procuro enseñarles la verdad con los casos que aquí se presentan y con los que se pueden encontrar en un futuro. Les intento ahorrar tiempo en el aprendizaje. Lo que a mí me ha costado mucho tiempo en aprender, yo se lo ahorro a los residentes para que lo inviertan en descubrir nuevas técnicas. Y eso lo agradecen. ¿Cuáles fueron sus consignas cuando entró en Clínicas Planas? >>> El Profesor me dejó muy claro que en Clínica Planas no había objetivos. No se tiene que conseguir un número determinado de tratamientos al año. Aquí se tiene que dar un servicio. No sólo por tener más garantías de tener un resultado satisfactorio vienen más pacientes. No sólo por ser la primera clínica de cirugía plástica de Europa con más de 40 años de experiencia tratando vienen más pacientes. Lo más importante es transmitir la verdad. Es cierto que la experiencia da la fama y la fama arrastra mucha gente. Pero en el día a día, lo que cuenta mucho para el equipo de Clínica Planas –y los pacientes lo detectan al momento– es la sinceridad. La gran corporative consigna que nos transmitió el Profesor Jaime Planas era tan sencilla como la verdad misma: “debes tratar al paciente como a ti te gustaría que te trataran. Ante la duda, la empatía”. Todavía hoy aplico sus consignas y el hecho de meterme en la piel del paciente me ayuda a ver muy claro el éxito del resultado. Yo también soy el paciente. Observo que de las paredes de su despacho cuelgan dos cuadros. Una litografía de Eduardo Chillida y la titulación de un curso de láser. ¿Qué significado tienen para usted? >>> De Chillida tengo una litografía numerada (100/300) de una obra que investiga la incidencia de la luz sobre la materia, regalo de mi amigo el Dr. Gabriel Planas. Y la titulación me hace especial ilusión por ser el primer curso de láser que hicimos, ya que en el año 2000 no existía ningún curso universitario sobre este tema: “I Curso de Láser Médico Quirúrgico en Clínica Planas con la Universidad Autónoma de Barcelona” y ya llevamos 12. Entenderá que lo conserve con tanto cariño. STAFF Dr. Serena página nº 33 POR JAVIER PÉREZ ESQUERDO FOTOGRAFÍA DANY VIRGILI No hace falta tratarlo todo, porque quizás una cicatriz te puede dar mucha personalidad y un defecto te puede hacer especialmente diferente. Invierno ‘12 PLANASMAG 33 La ilusión con la que hice mi primer “vademécum personal” la he mantenido toda mi infancia y adolescencia. Siempre tuve muy claro que no podía dedicarme a otra cosa. ¿Qué se realiza en la Unidad de Láser de Clínica Planas, de la cual usted es responsable? >>> Básicamente realizamos tratamientos de láser, todo tipo de peelings, arrugas faciales, depilación láser, lesiones vasculares, manchas cutáneas, eliminación de tatuajes, radiofrecuencia, IPL (luz intensa pulsada) y otros tratamientos con toxina botulínica (botox). Ahora que menciona el botox, ¿con qué objetivo escribió “El arte de rejuvenecer: el Botox nuestro aliado”? >>> El paciente no tenía ningún manual que ofreciera unas pautas de los tratamientos que realizamos en esta Unidad. La mala prensa del botox es debido a que necesita una técnica depurada que requiere de mucha precisión. Eso implica que sea más fácil hacerlo mal que bien. Así que desde Clínica Planas, recomendamos que aquellos pacientes que se quieran realizar cualquier tratamiento, por sencillo que sea, se dirijan siempre a un centro acreditado por médicos autorizados. El índice de este manual –“El arte de rejuvenecer: el Botox nuestro aliado” – pretende guiar al paciente hasta resolver su duda. Observo que le preocupa la importante desinformación que ofrece la sobreinformación. >>> Hay pacientes que llegan a confundir algunos conceptos como el botox con productos de relleno, cuando el botox no da nada de volumen, lo único que hace es relajar la musculatura. Para entendernos, cuando el botox relaja una musculatura, el músculo vecino que no se trata con botox, de forma indirecta es el que tensa el relajado. El botox no es ningún cable que tira de un gancho, lo que hace es aprovechar las fuerzas naturales de los músculos de la mímica facial. Hay que poder conseguir una tonicidad de la musculatura de la mímica facial óptima; o sea, una cierta tensión en su justa medida que no ofrezca ni una máxima contracción ni una máxima relajación. De esta manera, relajando algunos puntos concretos con botox, se consigue que el tono de los músculos vecinos no tratados, de forma indirecta, estiren la piel sin ganar volumen. ¿Qué se consigue con el botox? >>> El botox se utiliza para relajar las arrugas de expresión. La gente se ve relajada y hace buena cara. Los pacientes lo equiparan con aquellos días que se levantan y hacen buena cara. Se ven bien. Les ven bien. Esto es lo que consigue el botox, hacer buena cara. Consigue un carácter preven- 34 PLANASMAG Invierno ‘12 tivo porque al relajar el músculo, el botox actúa directamente contra la causa que forma la arruga y evita que se incremente. La causa fundamental de la aparición de una arruga es la contracción de un músculo durante mucho tiempo. Y el botox precisamente trabaja para que eso no ocurra; al menos no deja que se forme tanto, la arruga. Tener esa “buena cara” requiere de un mantenimiento. Este mantenimiento es precisamente el que nos da el carácter preventivo. El botox se infiltra mediante la aguja más fina que existe en el mercado. El médico debe inyectarlo en su justa medida, ya que si se congela la cara evidentemente el paciente no tendrá ninguna arruga, pero la cara queda sin expresión alguna. Un rostro artificial rompe naturalidad. Por eso, en Clínica Planas creemos que todos los tratamientos deben ser seguros, naturales y eficaces, por este orden de importancia. También los resultados del láser son muy naturales. Pero hoy en día se encuentra al alcance de todos; me refiero a que ya se pueden comprar aparatos en las tiendas para su uso doméstico. ¿Hasta qué punto sólo debe estar autorizado un médico? >>> Su democratización no está suficientemente reglada, los avances tecnológicos muchas veces van por delante de las normativas. Estos artilugios que se pueden conseguir para su uso doméstico acreditados por la CE, no pueden dañar a la piel. Para poner un ejemplo práctico que deja en evidencia la potencia de estos productos, nos preguntamos si no es de extrañar cómo no les acompaña un kit de instrumentos necesarios para su utilización como pudieran ser unas gafas protectoras. A todo ello, hay que tener en cuenta que también se pueden adquirir a través de internet sin ningún tipo de regulación. Por este motivo, desde la Sociedad Española de Láser Médico Quirúrgico (SELMQ), a la cual pertenezco a su Junta Directiva, siempre intentamos regular esta situación al máximo, y junto a la Consellería de Salut de la Generalitat de Catalunya se ha elaborado un manual de los requisitos mínimos que se exigen para un centro de medicina estética. Es un tema delicado que también nos preocupa en la Sociedad Europea de Láser (ELA), a la cual he sido recientemente escogido miembro de su Junta Directiva. Los pacientes que deciden entrar a su consulta, ¿qué le piden? >>> Antes tenía muchos pacientes que pretendían corregir un defecto ya fueran arrugas, verrugas o manchas. Pero cada vez más tengo pacientes que me dicen: “Rafa, ¿qué me recomiendas que me haga? Dejo mi piel en tus manos”. Es decir, no tienen nada en particular. Se dejan recomendar. Me preguntan: “¿qué tratamiento de prevención me puedo realizar para mantenerme tal y como estoy ahora?”. La exigencia del paciente ha evolucionado, antes pedían correcciones concretas y ahora además, buscan prevenir, para no tener que llegar a corregir. ¿Es cierto que el volumen de hombres que se trata ha aumentado considerablemente? >>> Cuando antes no era ni el 6 %, a día de hoy los señores que entran a mi consulta ya superan el 20 %. Ese 6 % de entonces venía arrastrado por la esposa. Ahora el señor joven se atreve a venir solo. Y lo más sorprendente es que algunas de las señoras que entran a mi consulta, vienen recomendadas por su marido, que ya se ha realizado algún tratamiento antes que ellas. He de confesar que esta situación última creía que no la llegaría a ver nunca. ¿A partir de qué edad se preocupan? >>> No podría decirle una edad concreta. Piense que llegan a venir bebés a tratarse una lesión vascular que puede reducirse con un par de sesiones de láser, sin necesidad de cirugía. Si muchos pediatras vieran los resultados de estos tratamientos, nos enviarían a sus pacientes directamente sin perder más tiempo. No todos los especialistas están al corriente de todas las novedades de todas las especialidades. De ahí, la importancia que damos en Clínica Planas a los congresos que realizamos. De todas maneras, aquí distinguimos si es un problema del niño o del padre. Por ejemplo, si a un padre le molesta que su hija tenga vello, no se debe tratar. Ahora bien, si es la niña quien tiene el complejo y deja de ir a la playa o a la piscina porque tiene vergüenza, es aconsejable que se trate. Quede claro que la historia clínica debe realizarse únicamente sobre el paciente. ¿Los pacientes se acostumbran a verse bien y por ello repiten o se trata de una adicción? >>> A diferencia de otros países, aquí no quieren resultados exagerados ni estar más jóvenes. También hay que tener en cuenta la cultura. Por ejemplo, mientras aquí queremos disimular una cicatriz, en algunas tribus se las provocan por motivos religiosos, espirituales, de respeto, por edad y/o por belleza. Tengo modelos por pacientes que quieren mantenerse igual. Es lícito y acepto que quieran prevenir. Lo que no encontraría correcto sería el caso de alguien que nunca se Siempre hay que valorar la edad cronológica del paciente ha cepillado los dientes y un día decida cepillárselos durante un mes seguido. No conseguiría nada. El ejemplo es muy básico, pero es que la idea también lo es. Si haces un buen mantenimiento porque te ves bien, siempre te verás bien y, de esta manera, no habrá que hacer grandes tratamientos a posteriori. Por fuera, usted tiene el elixir de la eterna juventud. Pero por dentro, ¿a quién debe acudir el paciente para sentirse joven? >>> Todos los médicos del equipo de Clínica Planas tenemos especialidades diferentes. Pero existe una que es la del Antiaging, que se trata de rejuvenecer físicamente todas las células del organismo y en la que participan diferentes supraespecialidades dentro de la misma clínica. Mi objetivo es sólo el de la imagen y sobre todo la facial. Con esto ya hay mucho ganado mentalmente, incluso llegando a superar en algunos casos el complejo psicológico del paciente. La pregunta es: ¿por qué vemos bella a una persona? Y la respuesta es porque la belleza es un estado de ánimo que se refleja. Si el paciente se ve bien, transmite esa belleza. No hace falta ser guapo como un maniquí para gustar. La persona que se ve guapa y lo consigue es porque transmite una luminosidad, que es lo que la gente busca. Esta belleza es algo personal e íntimo. No se trata de gustar a los demás únicamente, sino además quieren sentirse bien ellos mismos. ¿Qué le han llegado a pedir? >>> De todo. Incluso personas de un nivel cultural muy alto me han llegado a pedir la cara que ellos quieren, por ejemplo la del actor norteamericano Brad Pitt. Eso me sorprende sobre todo por el hecho de querer tener la cara de otra persona; una cosa es parecerse o tener una retirada a alguien, y otra muy distinta, ser su doble. En estos casos hay que tener en cuenta dos cosas muy importantes: la primera es que físicamente no es posible, y la segunda es que esta persona no necesita esa cara. Recuerdo el caso de una paciente que quería un aumento de labios cuando la señora ya los tenía perfectos a mi modo de ver. Pero ella quería tener más labio incluso en contra de mi recomendación. De hecho, no consiguió que nadie en Clínica Planas se lo hiciera. Al cabo de un tiempo, volvió a mi consulta con los labios más anchos pensando que quería realizarse otro tratamiento facial, pero jamás me hubiera imaginado que me pediría que le redujera el grosor labial que se había realizado. Le recordé que ya la habíamos advertido y que sería un error acudir a otro centro. Cuál fue mi sorpresa cuando la señora me respondió que para ella no era ningún error. Me dijo que había conseguido tener los labios que siempre había deseado. Lo que no le gustaba era lo que la gente le decía. Esto nos enseña que los casos son más complicados de lo que aparentan en un principio; hay que profundizar aún más en la vida que nos rodea. Esta paciente tenía claro el labio que le gustaba y así lo consiguió. Lo que ocurría era que cada vez que se encontraba con algún conocido, le decía “¡¿dónde vas con este labio?!”. Y esto era lo que no le gustaba. ¿Le acabó quitando esos labios? >>> Desgraciadamente se trataba de un caso irreversible. Por eso hay que escuchar bien las recomendaciones de los médicos. Ahora, cada vez que aconsejo a algún paciente no realizarse algo –ya sea dentro o fuera de Clínica Planas–, les digo que tengan en cuenta qué dirán los demás. Insisto. Si el paciente consigue salirse con la suya, no le gustará lo que escuchará. Por eso, cuando vienen pacientes que necesitan algo más que una visita, les derivo a la Dra. Elena Bisbal, especializada en alteraciones psicológicas relacionadas con la imagen corporal. El mundo de la cosmética intenta emular los efectos de las infiltraciones con toxina botulínica. Usted que es miembro del Comité Europeo de Botox y está considerado uno de los máximos especialistas en botox a nivel europeo, ¿qué opinión le merecen estas cremas? >>> Lo primero que hay que dejar claro es que no existe ninguna crema que lleve toxina botulínica. Lo que sí consiguen estas cremas es el concepto de relajar la piel, aunque no son tan potentes, ya que si lo fueran necesitarían de receta médica. El tratamiento con botox representa la última revolución en la lucha contra las arrugas. Se ha convertido en la solución más rápida, efectiva e indolora para las personas que se deciden a mejorar su imagen disimulando las arrugas llamadas “de expresión”. ¿Se imagina cuál podrá ser la próxima revolución? >>> La mayoría de pacientes quieren que su tratamiento no se note demasiado. No quieren que sea para nada espectacular. Quieren hacer buena cara, pero sin que nadie se pregunte qué se ha hecho en la cara o qué bien que se lo han hecho. O sea, discreción, naturalidad y prevención. Cuando empezamos en esto, no teníamos una varita mágica. Ahora sí, tenemos botox. El botox era el futuro y ahora es el futuro. El botox ofrece al paciente prevención y mejora sin cicatrices y sin postoperatorio. Lo tiene todo y además el dolor es soportable. ¿Saldrá algo mejor que el botox? Seguro que sí por la infinidad de entidades investigando en el tema. Pero hoy por hoy sorprende la magnitud que abarca el botox. Por otra parte, queremos dar continuidad a la investigación desde un proyecto nuevo que promovemos desde la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) siguiendo el ejemplo de algunas universidades anglosajonas. Formo parte de su Consejo Asesor constituido recientemente por profesionales destacados que se formaron en la UAB. La idea es fomentar la participación directa de ex alumnos con su universidad, colaborar en el impulso de proyectos diversos y dar apoyo a iniciativas innovadoras. En este sentido hemos programado una primera iniciativa, pionera en todo el Estado español, que llamamos “Apuesta por los jóvenes investigadores” y en la que se subvencionan proyectos que aporten soluciones a problemas sociales y que generen nuevos conocimientos científicos. Es nuestra modesta aportación para el futuro. ¿Qué es lo mejor de su especialidad? ¿Y lo peor? >>> Lo mejor es todo lo que hay detrás de dos besos de agradecimiento que te da el paciente. Y lo peor es la eterna lucha contra el envejecimiento. No podemos luchar contra algo que está perdido. Hay que ser realistas, nos hacemos viejos. Por eso me disgusta ver como hay personas que se hacen mayores y no lo aceptan. Hay que tener arrugas. Y a partir de aquí, también valoro la opción de no hacerse nada, ya que el envejecimiento también puede ser bello. Cuando se encuentra en un lugar público, fuera de Clínica Planas, ¿se fija en el físico de alguien? >>> Es inevitable, pero jamás le recomendaría hacerse nada a nadie a no ser que le comprometiera la vida. Y para acabar, ¿a quién le gustaría pasarle el láser? >>> A nadie con quien no lo hubiera hablado antes. Es básico hacer una historia clínica correcta. No hace falta tratarlo todo, porque quizás una cicatriz te puede dar mucha personalidad y un defecto te puede hacer especialmente diferente. Soy partidario de hacer lo mínimo posible para conseguir lo máximo. Y lo mínimo, en muchos pacientes, a veces significa no tocar. Es una opción correcta que también hay que tener en cuenta. Al igual que digo una cicatriz, también digo una arruga. Pero nunca recomendaría una cara que no correspondiera con su edad. Como mucho, podemos hacer algo para prevenir. Pero siempre hay que valorar la edad cronológica del paciente. La belleza es un estado de ánimo que Invierno ‘12 PLANASMAG 35