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REVISTA CHILENA DE UROLOGÍA | Volumen 79 | Nº 1 año 2014
GREMIO
Carta del Presidente de la Asociación
Gremial
Estimados colegas:
Como presidente de la AG de urología agradezco la sociedad esta oportunidad de escribir en la editorial de nuestra querida
revista científica y enviar un mensaje gremial a todos Uds. sin perder de vista nuestro enfoque técnico y científico para
intentar analizar una problemática gremial.
En que momento una revista científica permite que una editorial hable de problemas gremiales?, si siempre se ha evitado
contaminar con temas diferentes a lo científico para no producir divisiones o conflictos entre los socios de diferentes escuelas, regiones y realidades socioeconómicas. Por mucho tiempo fue un tema tabú y vetado quizás por que la realidad ni
lo ameritaba ni se justificaba. Cada uno tenía sus pacientes, su consulta y decidía que hacía, cuanto cobraba y su consulta
dependía de su prestigio profesional, criterio y humanidad.
Sin embargo los tiempos han cambiado, la sociedad es otra y los médicos están inmersos entre una serie de actores como
las Isapres y Clínicas que realmente hoy manejan los destinos de los pacientes en cuanto a donde y con quien ir. Es lógico
entonces que los urólogos busquen apoyo y fuerza en el lugar que más los cobija y les de pertenencia, como es la Sociedad
Chilena de Urología y creo que la Sociedad ha dado un gran paso hacia la modernidad al preocuparse de estos temas, tal
como lo hace por ejemplo la AUA que tiene una filial que se encarga de los problemas gremiales y que reúne a las filiales de
los diversos estados en ese país del Norte que a veces nos gusta tanto imitar. ¿Quien más se va a preocupar de nosotros?
Parece bastante lógico entonces que la Sociedad Chilena haya escuchado el interés de los urólogos de Chile por abrir esta
posibilidad de tener una asociación que intente defender las necesidades gremiales o económicas hablando directamente,
pues ya no basta preocuparse por hacer una buena medicina, aplicar los principios éticos de la formación universitaria y
mantener una buena relación medico paciente, pues los nuevos actores han trastocado esa relación de confianza al apostar
al mayoreo y al tratar de convencer a los colegas, que el que más trabaja a menor precio, gana por volumen y que ese es
el mercado de hoy, pero esa estrategia termina siempre por bajar nuestros honorarios.
Al estar próximos a cumplir un año de la creación de la Asociación gremial, contamos con 160 médicos inscritos en la
AG y que además han contribuido con su cuota de incorporación a financiar los gastos de la AG. Pero sabían que somos
alrededor de 400 urólogos en Chile? Es curioso que si teníamos esta necesidad tan viva y vigente, no hayamos volcado
masivamente nuestro interés en concretarlo en una inscripción en esta Asociación que en teoría viene a preocuparse de
una necesidad de todos los urólogos. Será la comodidad, indeferencia o desconfianza?. Sin embargo debemos continuar
trabajando y ojalá convencerlos que necesitamos de su ayuda para avanzar en esta propuesta gremial por el bien de todos
los urólogos de hoy y del futuro.
Lo primero que hemos hecho este año que recién paso es establecer contacto con las autoridades de Fonasa como una
forma de luchar por la base del problema, que es lo mal ponderado de algunos aranceles y la inexistencia de otros con
técnicas absolutamente consolidadas como algunas cirugías laparoscópicas, el tratamiento endoscópico del reflujo, la linfadenectomia pelviana y la creación de un falo en cirugía reconstructiva. El trabajo no fue fácil pues Fonasa estaba en pleno
proceso de descomposición de sus altas esferas en el ultimo año de gobierno y nos cambiaron los interlocutores en varias
ocasiones, pero sin embargo logramos obtener una hoja de ruta para que este año podamos cumplir con los tiempos que
rigurosamente se exigen por parte del ministerio de hacienda para modificaciones en el arancel. Sin embargo no bastaba
que nos recibieran y nos entendieran según ellos nuestras legítimas aspiraciones, pues Fonasa tiene un equipo de profesionales del área económica y de planificación que no nos permite acercar nuestras propuestas sin hablar el mismo idioma.
Es por esto que gracias al apoyo de la Directiva de la Sociedad hemos contratado un asesor con mucha experiencia, que
trabajó en el área de planificación de Fonasa y hoy trabaja en la escuela de salud publica de la U. de Chile y con el cual
hemos trabajado este verano para comenzar Marzo con las reuniones correspondientes con el Fonasa.
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Esto tiene un costo y un gran esfuerzo por parte de la Directiva y creemos que si se consigue algo y que será de beneficio
para todos los urólogos, es un deber moral participar de esta agrupación que esta intentando mejorar el reconocimiento
económico de nuestro trabajo. Con el aporte de Uds. es posible financiar esta iniciativa que a la Directiva le convence como
el único camino para lograr algo con el Fonasa y esperamos posteriormente con las Isapres para el manejo del GES y los
catastróficos, que son una piedra en el zapato para la mayoría de los urólogos, los cuales recibimos menos honorarios,
nada más que por los convenios que se realizan entre Isapres y clínicas. La aspiración de un arancel mínimo urológico
nacional es una idea a explorar.
Los invito entonces a que primero se integren como miembros de la Sociedad Chilena de Urología y luego como socios
de esta agrupación gremial para que pronto aparezcan nuevos interesados en continuar esta tarea que nosotros hemos
solo iniciado.
Un gran abrazo para cada uno de Uds.
Pedro Acuña G.
Presidente A.G. Urología
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