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PIODERMA GANGRENOSO El Pioderma Gangrenoso (PG) es una enfermedad cutánea inflamatoria, rara, crónica, de patogenia desconocida y pertenece al espectro de las dermatosis neutrofílicas. Es frecuentemente destructiva, caracterizada por un nódulo o pústula dolorosa que se rompe y forma una úlcera que se agranda progresivamente1. Las lesiones pueden presentarse solas o asociadas a otros trastornos sistémicos. (Ver tabla 1) Tabla 1 Enfermedades asociadas al Pioderma Gangrenoso1 Frecuentes Raras Enfermedad Inflamatoria Hepatitis activa crónica Gastrointestinal Intestinal (EII) (Colitis Diverticulitis ulcerosa, Enfermedad Cirrosis biliar primaria de Crohn) Úlceras gástricas y duodenales Reumatológicas Artritis seronegativas con EII Seropositivas sin EII Artritis reumatoidea Espondilitis Osteoartritis Gammapatía Gammapatía monoclonal por IgA Hipogammaglobulinemia congénita o adquirida, Gammapatía por IgG e IgM Deficiencia congénita de IGA Enfermedades Hematológicas Leucemia mieloide Colagenopatías Enfermedad de Takayasu Mieloma, Leucemia latente mielodisplásica agnogénica, Mielofibrosis, Leucemia de células vellosas, Policitemia Vera, Púrpura Trombocitopénica Enfermedades infecciosas Lupus Eritematoso Sistémico, Ac anti fosfolípidos, Granulomatosis de Wegener, vasculitis necrosante, uveítis y escleritis reumatoidea HIV Misceláneas Enfermedad tiroidea, DBT, enfermedades pulmonares (neumonitis, absceso), Tumores sólidos de colon, glándula suprarrenal, vejiga, mama, pulmón y ovario, tumor carcinoide Epidemiología La incidencia es desconocida pero se estima entre 3-10 pacientes por millón de habitantes por año. Ocurre a cualquier edad pero más comúnmente entre los 20 y 50 años con un leve predominio femenino2. Etiología y Patogénesis La etiología del PG es desconocida y la patogenia aún no se conoce exactamente. Aunque la enfermedad es idiopática en el 25-50% de los pacientes, la existencia de enfermedad de sistémica asociada podría sugerir una anormalidad inmunológica subyacente. La vinculación con el fenómeno de patergia, que corresponde al desarrollo de nuevas lesiones o a la agravación de lesiones pre-existentes después de un traumatismo común, sugiere la presencia de una respuesta inflamatoria alterada, exagerada e incontrolada ante estímulos inespecíficos1. La célula predominante en la anatomía patológica es el neutrófilo por lo que se ha sugerido que una disfunción de los neutrófilos (Ej. quimiotaxis e hiperreactividad) tendría que ver con la patogénesis. Se pudo detectar un factor leucocitario que aumenta la migración de los leucocitos sin modificar su actividad quimiotáctica, un transporte aberrante de los neutrófilos y oscilaciones metabólicas de los leucocitos3. Se comunicaron hallazgos aislados de cambios en la activación de la función antimicrobiana de los leucocitos y de las funciones de los neutrófilos asociadas con hipergammaglobulinemia por Ig E. Las inmunoglobulinas circulantes afectan la función del neutrófilo, y a menudo se detecta una hiperglobulinemia monoclonal o policlonal en el PG. Formas clínicas del PG2 Ulcerativa (Forma clásica) Pustular Bullosa Muy dolorosa. Úlcera grande con base necrótica rezumante y bordes socavados sobreelevados, rodeada de un halo eritematoso de crecimiento centrífugo. Primariamente comienza como un nódulo doloroso profundo o como una pústula hemorrágica superficial que posteriormente se rompen y se ulceran para luego eliminar un exudado purulento y hemorrágico. Usualmente requiere tratamiento sistémico inmunosupresor. Pústula estéril discretamente dolorosa (0.5-2 cm de diámetro) rodeada de halo eritematoso, frecuentemente simétricas y asociadas a fiebre y artralgias. La erupción pustular mejora con el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal de base. Vesículas y ampollas hemorrágicas color gris azulado, de comienzo agudo, superficiales, erosiones rodeadas de un halo de eritema. Más frecuente en rostro y brazos. Requiere tratamiento sistémico inmunosupresor. La asociación con neoplasias hematológicas indica mal pronóstico. Vegetativa Forma localizada, no agresiva, con lesiones verrugosas y ulceradas, bordes no socavados y base no purulenta, lentamente progresivo. Frecuentemente responde a tratamiento tópico, intralesional o a tratamiento sistémico menos agresivo. Periostomal Lesiones en el área periostomal en pacientes con EII con ileostomía o colostomía. Fenómeno de Patergia. Genital Úlceras localizadas en vulva, pene, escroto. D/D con enfermedad de Behcet Infantil En área perianal y genital en infantes. Extracutáneas Pulmón, corazón, sistema nervioso central, tracto gastrointestinal, ojos, hígado, bazo y ganglios, en ausencia de lesiones cutáneas. Factores agravantes Debido al fenómeno de patergia, se pueden desarrollar nuevas lesiones de PG debido a pruebas cutáneas, inyecciones intradérmias, pinchazos, picaduras de insectos, biopsias y operaciones. Sin embargo, se observa patergia en sólo el 20% de los casos. También se han reportado casos de PG asociados a yoduro de potasio, factor estimulante de colonias GM4 y al interferón5, 6. Sin embargo, se han reportado casos donde estas drogas pueden mejorar el PG (interferon en paciente con PG refractario a ciclosporina7 y en paciente con crioglobulinemia y hepatitis C8). Hallazgos de laboratorio Ningún hallazgo es específico. Siempre existe aumento de la velocidad de eritrosedimentación y leucocitosis. Puede haber aumento de la proteína C reactiva, anemia y concentración sérica baja de hierro. La enfermedad puede asociarse a hiperglobulinemias o hipoglobulinemias. No se conocen autoanticuerpos específicos; el sistema de complemento no está comprometido y los complejos inmunes circulantes no se detectan en forma regular1. Anatomía patológica Los hallazgos son muy variables, no patognomónicos y dependen de la cronología de la lesión y el lugar biopsiado. En las lesiones precoces estaría presente el infiltrado neutrofílico con afectación folicular y perifolicular. En las más tardías, aparece la necrosis con presencia de infiltrado inflamatorio tipo mixto. En las zonas de avance de la lesión, el infiltrado se torna más denso y es de tipo linfoplasmocitario. Superficialmente existiría edema subepidérmico.Varios autores han descrito la presencia de necrosis fibrinoide, leucocitoclasia9, 10 y depósitos intramurales de C3 en los vasos de las lesiones de pioderma,11, 12 indistinguibles de los asociados con las vasculitis por inmunocomplejos. Diagnósticos diferenciales13 Síndrome de Sweet Infecciones Bacterias Micobacterias Hongos Virus Parásitos Gangrena sinérgica Neoplasias Linfoma cutáneo Carcinoma escamoso o basocelular Úlcera vascular Enfermedad venosa o arterial Síndrome antifosfolipídico Enfermedades sistémicas Granulomatosis de Wegener Artritis reumatoide Enfermedad de Behçet Lupus eritematoso sistémico Enfermedad de Takayasu Tratamiento Existen escasos ensayos controlados sobre el tratamiento del PG, tal vez debido a la escasa frecuencia de esta enfermedad. Debido a que la patogenia no esta totalmente dilucidada, los tratamientos se han desarrollado sobre bases empíricas. El abordaje terapéutico depende de: la extensión y profundidad de la lesión, desórdenes asociados, estado basal del paciente, riesgos y tolerancia del tratamiento prolongado escogido. El objetivo del tratamiento es reducir el proceso inflamatorio de la herida para promocionar la curación, reducir el dolor, y controlar la enfermedad subyacente con mínimos efectos adversos. Tratamiento tópico Debido al posible fenómeno de patergia se recomienda no realizar desbridamientos de la úlcera. Localmente se deberá tratar con lavados con solución salina fisiológica y curas oclusivas. En los casos leves, medidas locales como apósitos, elevación del miembro, reposo, agentes tópicos, o corticoides intralesionales o inyecciones de ciclosporina pueden ser suficientes para controlar el proceso. Los corticoides en ungüento, tacrolimus en ungüento, las inyecciones intralesionales de corticoides deben considerarse de primera línea de tratamiento en casos seleccionados de PG, especialmente cuando el tratamiento inmunosupresor sistémico está contraindicado debido a otras razones (HIV, VHC). El tratamiento tópico es más efectivo en el PG superficial14. Dentro de los tratamientos locales, el peróxido de benzoilo15, 16, el cromoglicato disódico17 y la nicotina18 han sido usadas para el control de la inflamación o para promocionar la curación de las heridas. Probablemente el agente tópico más efectivo es el diacetato de triamcinolona (5 mg/ml), inyectado dos veces por semana en los bordes de la úlcera2. Las inyecciones intralesionales de ciclosporina han sido beneficiosas en casos severos19. Los agentes tópicos diseñados para alterar la respuesta inmune como el tacrolimus 0.1%20, el ácido aminosalicilico-521 o los corticoides tópicos de alta potencia pueden ser beneficiosos22. El factor de crecimiento derivado de plaquetas puede ayudar a los pacientes con enfermedad en remisión pero con una reepitelización enlentecida23. Tratamiento sistémico En los casos donde la enfermedad subyacente no ha sido encontrada o bien el tratamiento de ésta no resulta en la remisión del PG, se debe recurrir al tratamiento por vía sistémica. El tratamiento con corticoides y ciclosporina solos o asociados deben considerarse el tratamiento de primera elección14. Corticoides Los corticoides sistémicos son la medicación más efectiva y predecible cuando se administra en dosis adecuadas. Detienen la progresión de la úlcera preexistente y previenen el desarrollo de nuevas lesiones. Inicialmente, pueden ser necesarios altas dosis de prednisona (1-2 mg/kg/dia) para reducir el componente inflamatorio del PG, para posteriormente bajar la dosis gradualmente hasta el cese de la misma una vez que haya resuelto la úlcera. Los pulsos de corticoides con 1 g/día por 3-5 días consecutivos de metilprednisolona son los más efectivos para frenar al PG severo y es actualmente la primera línea de tratamiento en varios departamentos24. Sin embargo es necesario continuar, luego del pulso, con prednisolona o sulfas para suprimir el proceso inflamatorio25. Desafortunadamente, el 50% de los paciente con tratamiento prolongado de corticoides, sufrirán efectos adversos, por lo que deberán recibir tratamiento suplementario con calcio, vitamina D, y si es necesario, bifosfonatos1,24. Ciclosporina A La ciclosporina A inhibe la activación de los linfocitos T y es sin duda uno de los tratamientos de elección para el PG. Permite ahorrar corticoides y es eficaz incluso en casos corticorresistentes. La mayoría de las series publicadas refieren una buena respuesta con bajas dosis de ciclosporina26. La mayoría de los pacientes demostraron mejoría dentro de las 3 semanas con una dosis de 3-5 mg/kg/día. La ciclosporina tiene varios efectos adversos como la neurotoxicidad, hipertensión, y un incremento del riesgo de cáncer. Estos efectos adversos no han sido reportados con las bajas dosis utilizadas para el manejo del PG 25, 24. Otros agentes inmunosupresores La azatioprina, utilizada sóla o combinada con corticoides, ha tenido resultados variables24. La dosis de 100-150 mg/día, se utiliza como ahorrador de corticoides. Tiene una acción lenta que puede demorarse de 2 a 4 semanas. Antes de iniciar el tratamiento hay que determinar las concentraciones de tiopurina metiltranferasa (TPMT) para ajustar la dosis y evitar la hemotoxicidad; periódicamente deben realizarse controles hematológicos y hepáticos. Es una buena opción que considerar cuando se trata de pacientes afectos de EII. El tacrolimus también se ha utilizado de forma sistémica a dosis de 0.1-0.3 mg/kg/día con una respuesta sostenida27. La dapsona (100-200 mg/día), por su capacidad para inhibir la migración de los neutrófilos, tiene utilidad en casos leves de PG. Se suele asociar a corticoides sistémicos y precisa de controles hematológicos para monitorizar sus efectos secundarios (metahemoglobinemia y hemólisis)19, 28. La clofazimina tiene un efecto inmunomodulador, pero en ocasiones puede exacerbar la EII, y además tiene otros efectos secundarios como la hiperpigmentación19, 29. La talidomida ha sido utilizada ocasionalmente en el tratamiento del PG por su efecto supresor de la función de los linfocitos T colaboradores y su actividad anti-TNF. Sus principales efectos secundarios son la teratogenia, la polineuropatía, la somnolencia y el estreñimiento30. El micofenolato mofetil ha sido utilizado en algún caso de PG periostomal o recalcitrante a dosis de 2 mg/día, con un buen perfil de seguridad hematológico, hepático y renal31, 32. En PG recalcitrantes o muy graves podemos recurrir a los agentes citotóxicos (ciclofosfamida, metotrexato y clorambucilo), sin olvidar sus riesgos (mielosupresión y carcinogénesis)33, 34 Agentes anti Factor de Necrosis Tumoral Existen reportes de PG tratados con infliximab, un anticuerpo monoclonal recombinate anti TNF, con buena respuesta. En un estudio retrospectivo, multicéntrico que incluyó a 13 pacientes con PG moderado a severo y enfermedad inflamatoria intestinal, que recibieron tratamiento con infliximab, se observó una completa curación de las lesiones de PG en todos los pacientes. Tres pacientes respondieron a la terapia de inducción con infliximab, no requiriendo tratamiento adicional. Diez pacientes respondieron al tratamiento de inducción con infliximab y tuvieron una curación sostenida con infusiones de mantenimiento cada 4-12 semanas35. En un ensayo controlado randomizado, se encontró que el infliximab fue superior al placebo. Se randomizaron 30 pacientes para recibir 5 mg/kg de infliximab o placebo. La respuesta entre los grupos fue de un 40% a la semana 2. (P=0.025 IC 11-70%) dando un número necesario para tratar de 2.5. Al final del estudio, 20 de 29 pacientes (69%) se beneficiaron con infliximab, incluyendo a 6 de 29 pacientes (21%) que tuvieron remisión completa de la enfermedad36. El etanercept es una proteína de fusión recombinante divalente que se liga al TNF soluble. Se reportaron casos de pacientes con PG rebeldes al tratamiento con corticoides sistémicos que curaron luego del uso de etanercept37, 38, 39. Tratamiento quirúrgico La cirugía debe indicarse con precaución, ya que puede desencadenar el PG a través del fenómeno de patergia y debe utilizarse únicamente como adyuvante a la terapia inmunosupresora en casos con enfermedad estable o remisión parcial. Algunos casos se han beneficiado de un injerto autólogo de piel, sobre todo en las mamas, aunque no hay que olvidar el riesgo de que aparezca una nueva lesión de PG en la zona donante13. Hoy se están utilizando injertos de piel procesados por bioingeniería, que evitan la realización de maniobras quirúrgicas capaces de desencadenar un fenómeno de patergia34. Bibliografía 1 Wolff K, Stingl G. Pyoderma gangrenosum. En: Freedberg IM, Eisen AZ, Wolff K et al., eds. Dermatologia en Medicina General de Fitzpatrick , 6ta ed.. Buenos Aires: Médica Panamericana, 2005; 2: 1088–1096. 2 Ruocco E, Sangiuliano S, Gravina AG, Miranda A, Nicoletti G. Pyoderma gangrenosum: an updated review. JEADV 2009, 23, 1008 –1017 3 Su WP, Davis MD, Weenig RH, Powell FC, Perry HO. Pyoderma gangrenosum: clinicopathologic correlation and proposed diagnostic criteria. Int J Dermatol 2004; 43: 790–800. 4 Ross HJ, Moy LA, Kaplan R, Figlin RA. 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