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INFORME
Seguimiento farmacoterapéutico
y dispensación activa: Diferencias
y similitudes
Drug therapy follow up and active
dispensing. Differences and similitudes
Fernando FERNÁNDEZ-LLIMÓS, María José FAUS, Neus CAELLES, José ESPEJO, Miguel Angel GASTELURRUTIA,
José IBÁÑEZ, Manuel MACHUCA, Laura TUNEU
Pharmaceutical Care España 2002; 4: 179-185
■ RESUMEN
La publicación del Consenso sobre Atención
Farmacéutica ha aclarado los términos Dispensación
Activa, Indicación Farmacéutica y Seguimiento
Farmacoterapéutico, describiéndolos como los servicios
fundamentales dentro de la Atención Farmacéutica. Al
tratar de llevar a la práctica las líneas generales que
aparecen en ese Consenso, se pueden estar cometiendo
errores por falta de desarrollo conceptual,
frecuentemente en relación al concepto de problemas
relacionados con medicamentos (PRM).
El objetivo del presente trabajo es analizar las
diferencias existentes entre dos de los tres servicios citados:
Seguimiento y Dispensación, basándose en las diferencias
existentes entre los conceptos de proceso y resultados del
paradigma SPO (structure-process-outcomes).
■ ABSTRACT
Publishing of the Consensus on Pharmaceutical Care
has clarified the terms Active Dispensing, Pharmacist
Fernando Fernández-Llimós*. Licenciado en Farmacia. Farmacéutico
Comunitario en Redondela (Pontevedra).
María José Faus*. Doctora en Farmacia. Profesora de Bioquímica y
Biología Molecular. Universidad de Granada.
Neus Caelles*. Farmacéutica Comunitaria en Reus (Tarragona).
José Espejo*. Licenciado en Farmacia. Farmacéutico Comunitario en
Adra (Almería).
Miguel Angel Gastelurrutia*. Licenciado en Farmacia. Presidente de la
Sociedad Española de Farmacia Comunitaria.
José Ibánez*. Farmacéutico comunitario en Reus (Tarragona).
Manuel Machuca**. Doctor en Farmacia. Farmacéutico Comunitario en
Sevilla.
Laura Tuneu*. Licenciada en Farmacia. Farmacéutica Comunitaria en
Barcelona.
* Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica. Universidad de
Granada. Apartado 4144. 18080 Garnada (España).
** Grupo de Investigación en Farmacología Aplicada y Farmacoterapia.
Universidad de Sevilla.
Consultation, and Drug Therapy Follow-up, being
described as the fundamental services within that
Pharmaceutical Care. On treating to put into practice the
general guidelines established on this Consensus, some
errors due to the lack of conceptual development,
frequently related to the concept of drug-related
problems (DRP) may appear.
The aim of the present study is to analyze differences
existing between two of the three mentioned services:
Follow-up and Dispensing, being supported by the
differences existing between the concepts of process and
outcomes resulting from the SPO (structure-processoutcomes) paradigm.
■ ANTECEDENTES
Desde la aparición del Consenso sobre Atención
Farmacéutica1, avalado por el Ministerio de Sanidad, se
vienen oyendo, cada vez más frecuentemente, las denominaciones de los tres servicios que se consideran
esenciales en el modelo de ejercicio profesional del farmacéutico: Dispensación Activa, Indicación Farmacéutica
y Seguimiento Farmacoterapéutico.
No obstante, el uso que los distintos autores y
entidades vienen dando a esos tres términos no es
homogéneo, lo que obliga a un análisis de par tida
para evitar la ambigüedad que se produjo en el uso
de la denominación de la Atención Farmacéutica, y
que llevó a la necesidad de la celebración del citado
Consenso.
En este Consenso se define Indicación
Farmacéutica como "el ser vicio que es prestado
ante la demanda de un paciente o usuario que
llega a la farmacia sin saber qué medicamento
debe adquirir, y solicita al farmacéutico el remedio más adecuado para un problema de salud
concreto", es decir el ¿Qué me da para...?.
Asimismo define Seguimiento Farmacoterapéutico
como "la práctica profesional en que el farmacéutico
Pharm Care Esp 2002; 4: 179-185 ◆ 179
F. Fernández-Llimós et al
se responsabiliza de las necesidades del paciente relacionadas con los medicamentos... mediante la detección, prevención y resolución de problemas relacionados con la medicación".
Por el contrario, el Consenso no da una definición, sensu stricto, del término dispensación, aunque
sí una descripción de cómo debe ser, que puede
resumirse en una actitud activa, de ahí que actualmente se esté hablando de Dispensación Activa.
Tal vez sea conveniente recordar que Sánchez
López de Vinuesa2 explicaba que se dispensan servicios, mientras se despachan medicamentos. De ahí
que el Consenso aclare que "sólo si esta actividad
sirve de soporte para realizar atención farmacéutica
clínica, tendrá justificación su inclusión en el concepto de atención farmacéutica orientada hacia el
paciente".
Esta falta de definición puede estar provocando que
algunos autores estén confundiendo los objetivos que
se pretenden alcanzar en una Dispensación Activa con
los que se pretenden alcanzar en un Seguimiento
Farmacoterapéutico. Un claro ejemplo de esto puede
apreciarse en algunos programas de detección de
Problemas Relacionados con Medicamentos (PRM) en
el acto de dispensación (sin necesidad de seguimiento),
que se han implantado en España, o se están implantando, o que han llegado a escribir sus Procedimientos
Normalizados de Trabajo (PNT). Aunque también es
necesario recordar que la definición de la dispensación
como una actividad de proceso3 es muy anterior a la
publicación del Consenso.
■ LOS PRM SON RESULTADOS
Para entender la diferencia entre los objetivos de Dispensación Activa y de Seguimiento
Farmacoterapéutico es imprescindible comprender la diferencia entre proceso y resultados.
Fue Donabedian4 hace muchos años quien empezó a aplicar el paradigma SPO (structure-processoutcomes) a la atención médica. Según este, la atención médica puede y debe analizarse bajo tres
criterios: la estructura, el proceso y el resultado.
Bastantes años más tarde Farris y Kirking5 trataron
de adaptar este paradigma a la Atención Farmacéutica. Según estos autores, para medir la calidad
de la atención médica o farmacéutica, es útil dividir
los elementos en tres escalones:
● Estructura: que representa lo estable, la
estructura física y las capacidades de la institución sanitaria.
● Proceso: lo que ocurre mientras el paciente
está recibiendo la atención.
● Resultado: las consecuencias del proceso de
atención.
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Para entender esta diferencia entre proceso y
resultados, llega con leer el título de un trabajo de
Gérvas y Pérez Fernández6: "El resultado es un cambio del estado de salud atribuible al antecedente de
la atención sanitaria", tomándolo de la definición de
resultado que aparece recogida en el Glosario
Internacional de Medicina de Familia 7. Donde se
define proceso como "dónde, a quién, y qué servicios se prestan; la relación de la estructura sanitaria
con la población; lo que hace y manda hacer el
médico", que por extensión debería entenderse por
lo que hace y manda hacer el profesional de la
salud.
Kozma8 definió, dentro del capítulo de resultados,
un modelo que hace más fácil su comprensión.
Diferenció los resultados en clínicos, humanísticos y
económicos. Parece entonces que cuando hablamos
de resultados en salud, algunos autores se refieren sólo
a los clínicos, mientras otros aceptan los tres tipos9.
Desde sus orígenes en 1981, el concepto de problemas relacionados con medicamentos planteó este
dilema a los autores. En el trabajo de Bergman y
Wiholm10 es paradójico leer al principio: "Los problemas considerados fueron: incumplimiento del
paciente con el régimen prescrito (p.e. tomar más o
menos que lo prescrito), sub-tratamiento por los
médicos y RAM". Esto daría lugar a interpretar que
consideran el incumplimiento como PRM, si no
fuese porque más adelante escriben: "Al evaluar los
problemas de los medicamentos se hizo una gran
distinción entre los síntomas resultantes de efectos
excesivos o adversos por un lado, y el fallo en conseguir el propósito intentado por el otro". Y continúan "También se realizó una evaluación del papel
del incumplimiento como causa de los problemas de
medicamentos estudiados".
Dos cosas pueden extraerse de estas afirmaciones. Por un lado reconocen explícitamente al incumplimiento como causa de problemas de medicamentos. Y por el otro que lo que buscan son resultados
en el paciente: síntomas o fracasos terapéuticos.
Cuando en 1990 Strand y col11. publican el trabajo que define y desarrolla por primera vez el concepto de PRM, vuelven a caer en el mismo error de
confundir proceso y resultados. A pesar de que la
definición que dan no es clara al respecto, hacen una
afirmación suficientemente aclaratoria de cual era su
intención: "Para que el suceso sea calificado como
PRM deben existir al menos dos condiciones: 1) el
paciente debe estar experimentando o ser posible
que experimente una enfermedad o síntoma, y 2)
esta patología debe tener una relación identificada o
sospechada con la farmacoterapia". Tampoco queda
ninguna duda de su intención al ver la forma de
enunciar todos los PRM: "el paciente tiene un estado
de salud...". El error aparecía en este trabajo en la
Seguimiento farmacoterapéutico y dispensación activa / Drug therapy follow up and active dispensing
TABLA 1. Definición de problemas relacionados con medicamentos. Espejo y col.21
Los PRM son fallos de la farmacoterapia, que producidos por diversas causas, conducen a que no se alcancen los objetivos
terapéuticos o se produzcan efectos no deseados.
TABLA 2. Clasificación de problemas relacionados con medicamentos
Necesidad
PRM 1. El paciente sufre un problema de salud por no recibir el medicamento que necesita
PRM 2. El paciente sufre un problema de salud por recibir un medicamento que no necesita
Efectividad
PRM 3. El paciente sufre una inefectividad del tratamiento de origen cualitativo
PRM 4. El paciente sufre una inefectividad del tratamiento de origen cuantitativo
Seguridad
PRM 5. El paciente sufre una inseguridad del tratamiento de origen cuantitativo
PRM 6. El paciente sufre una inseguridad del tratamiento de origen cualitativo
consideración de dos causas, y por tanto elementos
de proceso, como PRM: las interacciones y el incumplimiento.
Pocos años más tarde, estos autores corrigen parte
de su error, primero en una entrevista12, y más adelante
en la publicación de su Proyecto Minnesota13. Desde la
primera de estas dos publicaciones, desaparecen las
interacciones medicamentosas como problema, y aparecen recogidas como causa.
Pero en esta corrección se olvidaron de la otra
categoría donde confunden causas con problemas,
es decir, proceso con resultados: el incumplimiento.
Este error, que se mantiene desde el principio del
concepto, ha hecho que otros muchos autores, sin
realizar el suficiente análisis, caigan en la misma confusión. Se realizan análisis en los que bajo la denominación de "morbilidad" se incluye al incumplimiento,
como si fuese un problema de salud en sí mismo. Y
llegan a financiarse generosamente con 1,75 millones de dólares (2 millones de euros) programas que
bajo la denominación de estudios de resultados en
el paciente14, incluyen el "cumplimiento apropiado"
como resultado de salud.
Entre otros motivos, si se desea que los estudios
que analizan la práctica profesional en la farmacia
comunitaria sean comparables con los que se realizan en los ámbitos médicos o de farmacia hospitalaria, deben considerarse sólo los resultados de salud.
Los trabajos realizados en ser vicios de urgencias
sólo pueden analizar los resultados de salud de los
pacientes, que por ser resultados negativos, son los
que han llevado al paciente a ese servicio. Recientemente se han publicado dos estudios15, 16, que pre-
sentan los porcentajes de visitas a sendos servicios
de urgencias en los que se han encontrado problemas de salud relacionados con el uso de medicamentos. Concretamente en el de Mar tín y col.16 el
"mal cumplimiento" aparece entre los motivos de
evitabilidad de los PRM.
No sólo no se puede obviar esta diferencia
entre proceso y resultados, sino que tal y como
adver tía Tully 17 en una conferencia internacional
sobre medida de resultados del Pharmaceutical
Care, "debe evaluarse rigurosamente la relación
entre estructura, proceso y resultados, y debe existir una clara diferenciación entre estas medidas. Los
investigadores de farmacia práctica deben familiarizarse con el concepto de que la medida de resultados se refiere a la evaluación de la salud del paciente y no a otros aspectos de los ser vicios de
farmacia tales como el conocimiento de los pacientes". Curiosamente, de esa misma reunión internacional salió una clasificación de PRM que volvía a
confundir categorías de proceso y de resultado 18.
Obviamente el intento de validación fue infructuoso 19. Lo cual no desanimó a algunos miembros
de aquel panel a diseñar una segunda clasificación
que comete el mismo error y que, de nuevo, se tratará de validar.
En ocasiones, al tratar de analizar esa relación
entre proceso y resultados, se descubre que no
existe una diferencia significativa, como comunican
Machuca y Fernández-Llimós20 cuando consiguen un
aumento de cumplimiento, que no va paralelo a una
mayor percepción de salud en los pacientes tratados
con antibióticos para infecciones agudas.
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F. Fernández-Llimós et al
Por lo descrito, y con el objetivo de aclarar el
concepto de problemas relacionados con medicamentos, se ha propuesto recientemente definirlos21
como "fallos de la farmacoterapia" (tabla 1). Es decir
resultados negativos atribuibles al antecedente de la
farmacoterapia, y su clasificación debe ser enunciada
manteniendo este concepto, y no el de proceso con
que se enuncia a veces para abreviar (tabla 2).
■ LOS PRM SON RESULTADOS
INTERMEDIOS
No cabe duda que lo ideal sería medir los resultados por los elementos de punto final, es decir las
variables concluyentes de la atención prestada. Se
mueren menos pacientes; se tardó más en morir
este paciente; se curó de su enfermedad; o no ha
vuelto a recaer en el problema de salud. Pero, ¿qué
se hace en una enfermedad crónica, cuyos signos y
síntomas permiten medir la evolución de la enfermedad?.
Desde hace mucho tiempo, son muchos los autores que vienen aler tando del peligro del uso de
estas variables, porque como suelen recordar, hay
que demostrar la relación que existe entre una
mejoría en esta variable intermedia y la correspondiente mejoría esperada en la variable de punto
final17, 22.
Gér vas y Pérez Fernández 6 aler taban en su
reciente trabajo de los peligros de caer en la consideración de esos resultados intermedios como los
elementos a obtener. Esta controversia es antigua y
recurrente. Actualmente se está publicando en The
Annals of Pharmacotherapy una serie que trata de
ahondar en este punto. Sólo su título nos apunta al
sesgo con el que par te la serie: "...surrogate end
point outcomes" [sustitutos de los resultados de
punto final]. Parece clarificador que el coordinador
de esta serie no es muy partidario de éstos. Tanto
más cuando lo expone claramente en un editorial23,
en el que pide escepticismo, virtud que define como
la "cicatriz que queda después de haberse enfrentado a un estudio CAST por uno mismo". Es necesario
recordar que el estudio CAST era un ensayo clínico
en que se probaban antiarrítmicos para post-infartados y se descubrió que el uso de los antiarrítmicos
ecainida y flecanida aumentaba la mortalidad en 2,5
veces sobre el placebo. Se reducía la arritmia (resultado intermedio positivo) pero se aumentaba la
mortalidad (resultado de punto final negativo).
Pero el clínico en ejercicio necesita hitos que le
indiquen el camino del proceso que, supuestamente le
acercan al resultado de punto final positivo. Esos hitos
son los resultados intermedios. Y por el contrario, es
misión de los investigadores demostrar que esos hitos,
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los resultados intermedios, marcan el camino correctamente y no nos alejan como en el estudio CAST o
en los ejemplos de Gérvas y Pérez Fernández. Por
aclarar un ejemplo de estos autores, no debemos olvidar que el uso del nifedipino en las crisis hipertensivas
estaba recomendado por nuestro boletín oficial, que
no el BOE, en 1989. El que cambien los estándares
fijados, en este caso de resultado intermedio deseable,
no debe ser extraño, pues representa el avance de la
ciencias de la salud. Además esta mutabilidad no es
exclusiva de los resultados intermedios, sino que este
avance produce también cambios en los resultados de
punto final deseables.
En seguimiento farmacoterapéutico estos hitos, o
resultado intermedios para ser más precisos, son los
Problemas Relacionados con Medicamentos. Sólo los
estudios a largo plazo realizados en pacientes que
han recibido este servicio, podrán demostrar la posible relación o ausencia de relación entre la obtención de resultados intermedios positivos, resolución
de PRM, y resultados finales positivos, supervivencia,
curación, etc. (entre los clínicos); reducción de costes totales de atención o de abstencionismo (entre
los económicos); y mayor calidad de vida documentada (entre los humanísticos), aunque estos últimos
requieren un especial cuidado26.
■ DISPENSACIÓN ACTIVA Y SEGUIMIENTO
FARMACOTERAPÉUTICO
Si la medición de resultados es, de por si, una
tarea difícil, la medición de resultados, aunque sean
intermedios, en el acto de dispensación es prácticamente imposible. Probablemente se esté volviendo a
caer en el mismo error de confundir proceso y
resultados al no ver la clara diferencia que existe
entre estas dos actividades.
En el acto de dispensación de un paciente que
no está en Seguimiento Farmacoterapéutico, por
muy profesionalmente que se realice, no se conoce
el Estado de Situación completo de ese paciente. El
Estado de Situación es el documento al que se llega
tras una entrevista, estructurada de modo diferente
en las distintas metodologías27-29, pero tendente en
todos los casos a conocer todos los medicamentos
que toma el paciente y todos los problemas de
salud que presenta. La ausencia de ese estado de
situación hace que la evaluación que se trata de realizar sea, no sólo incompleta, sino aventurada, ya que
a la falta de compleción de ese documento, se debe
añadir la falta de conocimiento sobre la evolución
de los problemas de salud que pudiesen identificarse
en el acto de dispensación.
Una demostración de la ineficacia de la detección esporádica, la planteaban Stevens y Crabbe 30
Seguimiento farmacoterapéutico y dispensación activa / Drug therapy follow up and active dispensing
que conseguían detectar menos del 63,3% de las
posibles interacciones que podían ocurrir en los
pacientes. No sólo no tenemos constancia de la
existencia de las interacciones detectadas y su manifestación en el paciente, que no significación clínica,
sino que ni siquiera tenemos constancia de la detección de todas las posibles interacciones a causa de la
no existencia de un estado de situación completo.
Puede ser necesario recordar, que el Consenso
sobre Atención Farmacéutica1 no establece la detección de PRM como par te de los objetivos de la
Dispensación Activa, diciendo "b) proteger al paciente frente a la posible aparición de problemas relacionados con los medicamentos". Este puede ser el
párrafo que ha llevado y sigue llevando a confusión
a algunos autores y entidades que no tienen en
cuenta que el Consenso sigue afirmando: "este acto
de dispensación debe servir como:
- Fuente de información para los pacientes sobre
la medicación que van a utilizar.
- Filtro para la detección de situaciones en las
que hay un riesgo de sufrir problemas relacionados con los medicamentos, y
- Fuente de información para el farmacéutico..."
Las tres utilidades que el Consenso asigna al acto
de dispensación son elementos de proceso (figura
1). El problema está en que algunos han entendido
en la segunda de ellas como la detección de problemas relacionados con los medicamentos, en lugar
de, como dice, las situaciones de riesgo. Esta diferencia es la que existe entre los dos elementos de la
dualidad causa-efecto. Las situaciones de riesgo que
cita son causas, concretamente factores precipitantes7, de problemas relacionados con medicamentos,
si es que llegan a manifestarse.
Por tanto, la Dispensación Activa es un proceso
que trata de actuar como prevención primaria7, 21 para
evitar la aparición de problemas relacionados con
medicamentos, pero no para detectar PRM de por sí.
La Dispensación Activa debe ser el acto con el
que el farmacéutico trata de garantizar que el
proceso de uso de medicamentos se realiza
correctamente. Concretamente en el Consenso
español sobre Atención Farmacéutica se plantean
tres elementos que habrá de implicar el acto de
Dispensación Activa:
- El paciente debe conocer el objetivo del tratamiento
- El paciente debe conocer la forma de administrar ese medicamento, en lo que deberá
entenderse incluido no sólo la operativa de
administración, sino la cantidad, frecuencia, y
otros factores asociados al uso, y
- El medicamento no es "inadecuado" (lo que
no quiere decir contraindicado), con el resto
de situaciones fisiológicas o patológicas que
se puedan conocer en el acto de dispensación.
Todo ello, sin perder la agilidad y eficiencia de un
acto de entrega de medicamentos al paciente o persona que los recoge en su nombre. Lo que se diferencia claramente de los nueve pasos que se establecieron desde el el principio en el proceso de
Seguimiento Farmacoterapéutico32.
Para definir y desarrollar el acto de Dispensación
Activa existe un antecedente que debe analizarse
con sumo cuidado, y extraer conclusiones que permitan copiar lo válido y no caer en los errores que
contenía33: OBRA-90. En 1990, el Congreso norteamericano promulgó una ley para marcar como debía
ser el acto de dispensación a los pacientes de
Medicaid. Años más tarde esta legislación es de obligado cumplimiento en todas las dispensaciones de
un buen número de Estados. En ella, se sugiere una
evaluación previa a la dispensación que se compone
de 7 apar tados, y ocho elementos sobre los que
habrá de aconsejarse al paciente en esa dispensa-
FIGURA 1.Asignación de las actividades del Consenso sobre Atención Farmacéutica a las categorías
del paradigma SPO (structure-process-outcomes)
Estructura
Actividades
Proceso
Dispensación
activa
Indicación
farmacéutica
Resultados
Seguimiento
farmacoterapéutico
Variables
de proceso
Uso de Mtos
Variables
de resultado
PRM…
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F. Fernández-Llimós et al
ción (salvo que el paciente se niegue por escrito).
Sólo tras un cuidadoso análisis de la literatura publicada sobre los éxitos y los fracasos de OBRA-90
puede ser vir de ayuda para diseñar el acto de
Dispensación Activa.
Profundizando más en esta diferencia, es conveniente conocer la definición que el National Coordinating Council for Medication Error and Prevention34 da
de error de medicación: "Cualquier incidente prevenible que pueda causar daño al paciente o dé lugar a
una utilización inapropiada de los medicamentos, cuando estos están bajo el control de los profesionales sanitarios o del paciente consumidor". Esta definición también ha llevado a algunos a confundir el error de
medicación con los PRM. Afortunadamente, la página
española del ISMP 35, tras le definición de error de
medicación añade: "los errores de medicación se producen por fallos en el proceso de utilización de medicamentos".
No cabe duda de que la prevención de los errores de medicación son parte importante en el proceso de Dispensación Activa, y que es de esperar
que con su detección se reduzca el número de
PRM, pues estos errores de medicación son una de
las causas de PRM. Pero no debe olvidarse que existen otras muchas causas de PRM que no tienen relación con el error de ningún profesional, o como dice
el ISMP, del sistema. Y tampoco debe olvidarse que
hay errores de medicación que nunca llegan a producir PRM. No hay más que repasar la taxonomía de
errores de medicación36, en la que las categorías A,
B, C y D son errores (o posibles errores en la A),
que no llegan a causar daño alguno en el paciente; a
diferencia de las E, F, G, y H que causan daño y de la
I que causa la muerte.
Probablemente éstos, los errores de medicación,
sean el objetivo final de la Dispensación Activa, para
lo que se apoyará en una mejora del proceso de
dispensación tradicional en cuanto a lo relativo al
farmacéutico, y en una mayor provisión de información al paciente, como último agente participante en
el proceso de uso de medicamentos.
A modo de corolario, algunas de las diferencias entre
Dispensación Activa y Seguimiento Farmacoterapéutico
pueden ser:
● La Dispensación Activa en una actividad a la búsqueda de un proceso idóneo: trata de que el
paciente utilice los medicamentos correctamente;
mientras que el Seguimiento Farmacoterapéutico
es una actividad a la búsqueda de un resultado
idóneo: evalúa los resultados obtenidos con el
uso de los medicamentos.
● El Seguimiento Farmacoterapéutico se realiza
sobre los pacientes que pueden beneficiarse
de él (generalmente, aunque no siempre, con
algún problema de salud de larga duración) y
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tras un pacto entre farmacéutico y paciente;
mientras que la Dispensación Activa debe realizarse con el 100% de los pacientes o sus cuidadores, ya que una entrega de medicamentos
que no sea Dispensación Activa es un despacho, y para ello no haría falta un farmacéutico
ni una farmacia.
● En la Dispensación Activa el registro documental
de la actividad es un elemento de apoyo y su
misión es la de dejar constancia de lo realizado;
mientras en el Seguimiento Farmacoterapéutico
ese registro documental es una actividad básica
que sirve para evaluar los resultados del paciente a lo largo del tiempo.
● La Dispensación Activa debe ser realizada en el
mostrador de la farmacia, acudiendo en alguna
ocasión a la zona de atención personalizada para
explicaciones que requieran mayor atención;
mientras que el Seguimiento Farmacoterapéutico
debe realizarse siempre en esa zona de atención
personalizada para permitir la comunicación bidireccional con el paciente.
Pero cuando se hace Dispensación Activa no
podemos caer en procesos farragosos que estén
limitados, por complejos, a un número limitado de
operaciones de venta. Ni tampoco a lo contrario,
llegar a un proceso fraudulento por falto de comunicación verbal37. Probablemente la investigación que
debe realizarse para definir este proceso de
Dispensación Activa, deba eliminar tópicos como
que los pacientes desean y reciben con agrado toda
cuanta información podamos proporcionar38; o que
la información ayudada con informática es más efectiva que la tradicional en papel39.Y probablemente se
deberán aprender a utiliza nuevas herramientas 40
para comunicar efectivamente los mensajes que
constituyan la información para que el proceso de
uso de medicamentos sea correcto. Esto llena de
por sí el acto de Dispensación Activa sin tratar de
incluir en el elementos que le son propios al
Seguimiento Farmacoterapéutico o a la Indicación
Farmacéutica, tal y como las describe el Consenso
español sobre Atención Farmacéutica.
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