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Arteterapia a través de los talleres
de mandalas en la esquizofrenia
Historia y desarrollo del
arteterapia
Arte y psiquiatría
La relación entre el arteterapia y el ámbito psiquiátrico se fundamenta en el tratamiento de la patología mental. A lo largo de
la historia han sido diferentes las actitudes y
los métodos terapéuticos para curarla, desde las creencias mágico-religiosas y los prejuicios, a distintas concepciones filosóficas
y científicas.
A finales del siglo xviii, el médico Philippe Pinel, considerado el «padre del hospital psiquiátrico moderno» y el «liberador de
los locos», propone como remedio a la locura el tratamiento moral. Dice que la creación de instituciones y de cuerpos médicos
especializados, así como dar un trato afectuoso son capaces de curar1. En su obra
Traite medicophilosophique sur l’alienation
mentale ou la manie (1801) recomienda, en
los períodos de lucidez, algún empleo laborioso o de cualquier otro tipo, destinado a
mantener sus pensamientos y su atención
ocupada. Pinel incluyó el trabajo como medio terapéutico.
El siglo xix trae consigo importantes innovaciones técnicas y científicas para tratar
la alienación. Pero también destaca el creciente interés hacia las actividades artísticas como posibles remedios de las enfermedades mentales.
El psiquiatra Vinchon en su obra El arte
y la locura (1824) propone la actividad artística en los hospitales psiquiátricos como método terapéutico2. Con la aparición
de la terapia ocupacional: el dibujo, el teatro, el baile, la música, empiezan a prescribirse para sacar a los enfermos de su
apatía y de su mundo interior de delirios.
El trabajo con los medios artísticos y la inclusión del juego daban un sentido social
a las actividades, otorgando a los pacientes autonomía, libertad de expresión y necesidad de crear.
Desde finales del siglo xix, el interés de
los psiquiatras hacia las actividades artísticas de sus pacientes se amplía con nuevos
enfoques. No sólo se conciben como un tra-
tamiento para mejorar la calidad de vida de
los internos, sino también un medio para esclarecer aspectos psicopatológicos. Las producciones plásticas de los alienados pasan
a formar parte de investigaciones psiquiátricas y comienzan a ser observadas con fines
principalmente diagnósticos.
El doctor Paul Max-Simon3 publica La imaginación en la locura (1876) y trata de establecer una correspondencia entre síntomas
patológicos y el estilo pictórico, tras observar los dibujos y pinturas de personas ingresadas en manicomio. Simon creía que los
delirios quedaban reflejados en las obras de
estas personas y fue el primero en utilizar la
pintura como medio para entender al paciente. Su trabajo fue un impulso para investigaciones posteriores.
El psiquiatra Lombroso (1835-1909)4, en
sus obras Genio y locura (1864) y El hombre delincuente (1887), determina que ciertos símbolos hallados tanto en obras artísticas como en los dibujos y tatuajes de
locos y criminales, son signos patológicos.
Considera que la mayoría de los artistas padecían trastornos psiquiátricos y establece
una estrecha relación entre la enfermedad
mental y el artista, mito que se consagrará posteriormente con los artistas de vanguardia.
A principios del siglo xx, la figura de Sigmund Freud descubre la vida anímica del inconsciente con la aplicación del psicoanálisis. A partir de Freud, se presenta la primera
explicación teórica de la creatividad como
forma de sublimación de los conflictos originada en un flujo de energía inconsciente,
vinculada al mundo de los afectos y conectada más al trastorno mental5.
El psicoanalista Jung6, 7 fomentó la producción artística como parte del proceso terapéutico. Crítico con el reduccionismo del
psicoanálisis freudiano, creía más terapéutico que el paciente elaborara el significado de su propio sueño que la interpretación
que podía hacer el analista. En la década
de 1920 usó el arte como medio de tratamiento de sus clientes. Consideraba que
las imágenes arquetípicas eran huellas de
las vivencias primordiales de la humanidad
(14) Revista de SEAPA
y la fuente de toda creatividad. Por ello, recomendaba a sus pacientes dibujar y pintar sus imágenes y sueños para dar forma
a lo inexpresable a través de palabras como
vía posible para organizar su caos interior,
al considerar la creatividad como función
estructurante del pensamiento. Esta práctica artística y la creencia en el poder de los
mandalas prefiguraron una de las corrientes
del arteterapia contemporánea.
Una figura fundamental fue Prinzhorn 8,
psiquiatra, historiador del arte y filósofo alemán, que entró a trabajar en la clínica de
Heidelberg en 1919. Allí encontró una colección de arte psicótico que fue ampliando hasta reunir cinco mil obras realizadas
aproximadamente por cuatrocientos cincuenta internados, la mayoría esquizofrénicos de
asilos de Austria y Alemania. Para Prinzhorn,
la pulsión creadora o necesidad de expresión instintiva sobrevive a la desintegración
de la personalidad y, en cierto modo, puede
considerarse terapéutica. Prinzhorn prestó
atención tanto al contenido psíquico de la
obra como al formal: tendencias repetitivas,
simétricas, simbólicas, como expresión de
una forma de lenguaje para el propio autor.
La finalidad era oponer el «Arte degenerado» al llamado «Arte Heroico» y demostrar
las semejanzas entre las obras de los enfermos mentales de Heidelberg y las de los
artistas de vanguardia, en especial los expresionistas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se reivindica la humanización del hospital psiquiátrico y la dignidad del enfermo mental. En este contexto surge la figura de Dubuffet9, que
retoma el legado de Prinzhorn, encabezando
así el movimiento Art Brut. Interesado por el
arte marginal, desde 1945 comenzó a reunir
obras de este tipo, formando la Colección de
Art Brut: dibujos, pinturas, graffitis, collages,
bordados, etc., realizadas por personas aisladas de la realidad, ajenas a los medios artísticos profesionales. El Art Brut difiere del
arteterapia en que sólo le interesa el producto y no los beneficios de la obra sobre su autor, ni la evolución psicológica.
Leo Navratil10, psiquiatra y estudioso del
arte y sus estilos, disentía de Dubuffet al
considerar la fuerza creadora inherente a la
esquizofrenia como un síntoma de la enfermedad y una tentativa de restaurar la psique. Pero ambos compartían el interés por
ver reconocidos los méritos de estos marginados. La idea de Navratil era elevar la autoestima de los pacientes al sentirse capaces de un producto digno de admiración, al
sentir el beneplácito del público y al socializarlos, favoreciendo la comunicación interpersonal.
Las actividades artísticas cada vez son
más valoradas por los médicos, quienes
percatándose de su potencial y de sus cualidades comunicativas, proporcionan materiales de calidad a sus pacientes. El arte de
los enfermos mentales se va convirtiendo en
arte psicopatológico al salir de las paredes
de los psiquiátricos y perder su aislamiento,
estableciendo una interacción disciplinar entre el ámbito artístico y el psiquiátrico cuyas
repercusiones encontrarán nuevas vías pa-
ra mejorar la calidad de vida de los pacientes internos.
Desarrollo del Arteterapia
Aproximadamente desde la década de los
treinta hasta los años sesenta, el Arteterapia comienza su andadura en eeuu y en el
Reino Unido. Si hacemos un recorrido histórico nos encontramos con diferentes autores, de los cuales uno de los máximos representantes es Adrian Hill quien acuñó el
término de Arteterapia en 1942, para designar a las actividades artísticas realizadas
con objetivos terapéuticos. Posteriormente
el Arteterapia surge en España como materia a finales de los 90, de la mano de Carles Ramos y Joaquim Catalá, ambos arteterapeutas formados en Londres. A partir de
este momento comienza a consolidarse el
arteterapia en España con el inicio de másteres universitarios y la formación de asociaciones.
Arteterapia a través de los mandalas
La palabra mandala proviene del sánscrito, una lengua clásica de la India que fue
desarrollada hace más de 2.300 años. Una
traducción no muy estricta nos indica que
mandala significa «círculo», pero es mucho
más que una simple forma geométrica. Representa la integridad, la totalidad y puede
ser visto como un modelo de la estructura
organizativa de la vida misma, un diagrama
cósmico que nos hace recordar nuestra relación con el infinito, ese mundo cuyos límites se extienden más allá de nuestros cuerpos y mentes10.
La palabra mandala es un Término popularizado por Carl Jung14 (1875- 1961), psicoanalista suizo-alemán, quien fomentó la
producción artística como parte del proceso
terapéutico a través de los mandalas.
El mandala consiste en el coloreado de
representaciones geométricas concéntricas,
organizadas en diversos niveles visuales.
La idea de Navratil era
elevar la autoestima de
los pacientes al sentirse
capaces de un producto
digno de admiración.
En la ilustración 1, se muestra un mandala coloreado por un paciente con diagnóstico de esquizofrenia y predominio de síntomas negativos.
El paciente da color al mandala, así como su propio significado, utilizando el color
negro para representar el mal y el color rojo
para representarse a él mismo y a sus seres queridos. El paciente refiere que todos
ellos tienen la salida del mal bien definida
excepto él, que se encuentra en el punto
central del mandala con una salida lejana
y sin definir.
¿Por qué utilizar los mandalas en el
paciente con esquizofrenia?
El uso de medicación es el principal tratamiento para la esquizofrenia. Sin embargo,
entre el 5% y el 15% de las personas continúan experimentando síntomas así como
efectos secundarios indeseables15. Por ello,
cada vez se considera más necesario plantearse vías adyuvantes de tratamiento más
amplias y multidisciplinares, capaces de desarrollar y potenciar las propias capacidades
del paciente generando recursos de afrontamiento personales, y formas de intervención
que atiendan no sólo a la sintomatología, sino también a la persona.
A día de hoy, existen varios estudios que
han demostrado la eficacia del arteterapia
en el paciente con esquizofrenia, mejorando no sólo la sintomatología negativa, sino
también las relaciones sociales y la autoestima16. Así como varias guías clínicas que indican el arteterapia como tratamiento adyuvante en el tratamiento de la esquizofrenia:
El organismo londinense National Institute for Clinical Excellence National (nice)17 publicó en septiembre de 2008, el documen-
(15) Revista de SEAPA
to «Draft full guideline for consultation», en
el que aparece un apartado completo dedicado a las terapias expresivas, y en el que
se recogen las investigaciones más relevantes hasta la fecha en dicha disciplina. En
este documento se concluyen una serie de
recomendaciones entre las que se encuentran: su especial indicación como tratamiento de la sintomatología negativa presente en
la esquizofrenia y su puesta en práctica por
parte de profesionales específicamente cualificados. En marzo de 2009, dicha Guía nice17, en su punto referido a las intervenciones psicológicas y psicosociales, recoge la
recomendación de utilizar el arteterapia como vía de intervención específica en el tratamiento de la esquizofrenia, especialmente en lo referido a la sintomatología negativa
(aplanamiento emocional, dificultades de relación, abulia, apatía, etc.):
«Considérese ofrecer arteterapia a todas
las personas con esquizofrenia, en particular para aliviar los síntomas negativos. Esto puede iniciarse durante la fase aguda o
más tarde, incluido en lugares de internamiento».
Posteriormente y basándose en la revisión
sistemática realizada por Ruddy R, Milnes16,
se elaboró en España, la Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipient18, que edita el Ministerio de
Sanidad y Consumo, la cual en su edición de
marzo de 2009, en el apartado 6.3.9 «Técnicas expresivas», menciona que:
«La eficacia de las técnicas expresivas en
pacientes con esquizofrenia ha sido estudiada
mediante varios metanálisis. Los resultados
del estudio sobre arteterapia no son concluyentes para determinar si su uso en personas
con trastorno mental grave les puede reportar beneficios (nivel de evidencia científica Ia).
Existe una necesidad de mayor investigación
evaluativa sobre el efecto de estas terapias.
Investigaciones más recientes permiten recomendar la aplicación de técnicas expresivas
(con independencia de la modalidad utilizada:
arteterapia, musicoterapia, etc.) realizada por
profesionales con formación especializada.»
A pesar de existir varios estudios donde
se valora la eficacia del arteterapia en el
paciente con esquizofrenia, no existen estudios de investigación donde se valore la eficacia del arteterapia a través de los talleres
de mandalas en la esquizofrenia.
Como conclusión, decir que una imagen vale más que mil palabras, y los mandalas pueden ser en una herramienta muy
valiosa para que el paciente con esquizofrenia pueda expresar y comunicar al mundo sus sentimientos, preocupaciones,
etc. sin las barreras del lenguaje oracional.
En la ilustración 2, se puede observar cómo un paciente con diagnóstico de esquizofrenia y predominio de síntomas negativos
es capaz de expresar a través de un mandala sus ideas de muerte, transformando una
rosa en una calavera.
Bibliografía
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Populations of Art, Play, Dance, Music, Drama,
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18. Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente. Madrid: Plan de Calidad para el Sistema
Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad
y Consumo. Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques; 2009.
A principios del siglo xx, la
figura de Sigmund Freud
descubre la vida anímica
del inconsciente con la
aplicación del psicoanálisis.
A partir de Freud, se
presenta la primera
explicación teórica de la
creatividad como forma de
sublimación de los conflictos
originada en un flujo de
energía inconsciente,
vinculada al mundo de los
afectos y conectada más
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(16) Revista de SEAPA
Paula Zurrón Madera
Enfermera