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P E R S P E C T I VA
REFLEXIONES BIOÉTICAS ACERCA DE LA PELÍCULA
“MI VIDA ES MÍA” (Whose Life is it Anyway?)
Moreno, Tulio
Pediatra
Comité de Ética, Hospital Dr Gustavo Fricke, Viña del Mar, Chile
RESUMEN
Ken Harrison (Richard Dreyfuss) es un escultor que sufre un accidente automovilístico, resultando tetrapléjico, de manera que
sólo puede hablar. En el hospital dispone de una pequeña zona aislada, y todos los que le atienden simpatizan con él ya que es
amable y tiene sentido del humor a pesar de su trágica situación. Con el tiempo Harrison llega a la determinación de que desea
morir, debido a que su vida carece de sentido. Deberá enfrentarse a los tribunales, ya que sólo ellos pueden autorizar a los
médicos a dejarle morir. Se revisan algunos principios de la bioética en relación con lo que sucede en la película.
ABSTRACT
Bioethical reflections about the movie “whose life is it anyway?”
Ken Harrison (Richard Dreyfuss) is a sculptor who suffers a very serious car accident. His body remains totally paralyzed,
being able only to speak. At the hospital he counts with an isolated area and all the persons attending him feel sympahty for
him, since he is a very kind and cheerfulness person, in spite of his tragic condition. In the course of time, Harrison
determines that he has to die, since his life has no sense. He will have to confront the courts of justice, since they are the only
ones who can authorize the team of doctors to let him die. Some bioethics principles are reviewed in relation to the content
of the film.
Key words: Autonomy, euthanasia, death, Principles of biomedical ethics
INTRODUCCIÓN
“El hombre no es más que una caña, la más débil de la
naturaleza: pero es una caña que piensa. Para destruirla
no es necesario que se una el Universo entero. Basta una
gota de agua para ello. Pero, cuando el Universo lo
destruye, el hombre es todavía más noble que quien lo
mata, porque sabe que muere, mientras que el Universo
no sabe la superioridad que tiene sobre él. Toda nuestra
dignidad consiste, pues, en el pensamiento”.
Blaise Pascal
(19/06/1623 - 19/08/1662)
Filósofo, matemático y escritor francés
a. Ficha técnica
Mi vida es mía es una película filmada en los Estados
Unidos en 1981. Su director es John Badham; con
Reginald Rose como guionista, fotografía de Mario Tosi
y música de Arthur B. Rubinstein. Los actores
principales son Richard Dreyfuss (Harry, el paciente),
John Cassavetes (médico tratante y Director del
hospital), Bob Balaban (abogado defensor), Kenneth
McMillan (juez), Christine Lahti (médico asistente),
Kaki Hunter (enfermera en práctica) y Janet Eliber (la
novia) (1).
Se trata de una película que nos habla de una pareja joven
de novios. Él, un exitoso escultor, sufre un accidente de
tránsito muy grave, resultando tetrapléjico y con
indicación de hemodiálisis. En estas circunstancias solo
le resta la palabra como recurso de comunicación.
En el hospital donde queda internado dispone de una
pequeña zona aislada y todos los que le atienden
simpatizan con él, ya que es amable y tiene sentido del
humor a pesar de su trágica situación.
Durante 6 meses el hombre no acepta la gravedad de su
situación, hasta que un día le pregunta a su tratante si
podrá volver a realizar su vida como antes. El médico le
dice que no, que lo olvide, ya que el resto de vida estará
postrado en un cama y día por medio deberá someterse a
una sesión de diálisis.
A partir de ese momento el escultor cambia su
pensamiento, que hasta entonces había sido muy positivo y
optimista gracias al trato que le daban las enfermeras, el
guardia y una de las doctoras. Se apartó de su novia,
diciéndole que ya no volviera jamás a visitarle y que
rehiciera su vida porque él no le podría dar hijos ni una vida
cómoda ni feliz. La mujer acepta y nunca más lo visita.
Correspondencia: [email protected]
No se declaran conflictos de interés de los autores.
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Esto llamó la atención, al punto de que la doctora decide
ir a hablar con ella. La ex novia le dice que para ella
Harry ya estaba muerto, que ya no era el de antes y que
era el difunto Harry.
Harry comienza su lucha para que le otorguen el alta del
hospital y así morir en su casa. Pero el médico le dice que
no le va a dejar morirse, ya que su obligación es
mantenerlo con vida. Y que la decisión contraria tendría
que tomarla un juez. Al mismo tiempo, el equipo médico
del hospital intenta darle una vida digna y con
actividades dentro de su incapacidad. Le ofrecen
alternativas para cuando pudiera trabajar (profesor,
escritor). En esos momentos sufre una crisis de asfixia.
En trance, refiere que no quiere morirse, que lo lleven
con la enfermera.
Sin embargo ese pensamiento le dura poco y se pone en
manos de su abogado. Mientras tanto, todos cuantos le
cuidaban diariamente no querían que muriera. Su
situación había generado un ambiente
extraordinariamente humano y, en el caso de la doctora,
había superado la barrera de lo profesional con lo
personal. Sus cuidadores, tratantes y el personal
hospitalario eran las personas que le hacían vivir y
sonreír, pues no tenía a nadie de su familia ni de su
entorno.
Su médico tratante, a la vez Director del hospital, le dice
que no se vaya a su casa, que es mejor quedarse en el
hospital, en donde todos lo estiman. Y que si en algún
último momento cambia de opinión, allí en el hospital lo
podrían recuperar.
Finalmente, Harry consigue que un juez vea su caso. Y
aunque intentan demostrar incompetencia aduciendo
depresión mayor y deterioro cognitivo, logra su objetivo:
que le permitan trasladarse a su domicilio para morir.
b. Reflexiones éticas
“Mi vida es mía" supone una mirada a la impactante
queja de un paciente pues no se le acepta, en el ejercicio
de su autonomía, que rechace un tratamiento ofrecido
por su médico.
Esta película muestra con gran realismo un escenario
clínico en el cual se produce una colisión entre la actitud
paternalista del tratante y la exigencia por parte del
paciente de que se respete su autonomía, para decidir
soberanamente sobre aquello que lo afecta.
El antagonismo entre estos paradigmas es abordado en
esta película desde diferentes puntos de vista, tales como
el de doctora que comprende a su paciente; el del
enfermero que, sin estar de acuerdo con él, le respeta; el
de una novia que es apartada del lado de la persona
amada contra su voluntad; el del médico director del
hospital que no puede asumir el hecho de que un enfermo
tan inteligente llegue a la conclusión de que es preferible
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dejarse morir a seguir malviviendo. Incluso la del propio
paciente que, plenamente consciente de las
consecuencias del derecho a la muerte que reclama, pide
que dejen de administrarle los tratamientos para así
morir dignamente, haciendo uso de su soberano derecho
de autonomía, rechazando el tratamiento de la diálisis
que se le ofrece para prolongar su vida biológica.
En esta película se tratan diversos temas de la bioética
que comprende la disciplina científica que estudia los
aspectos éticos de la medicina y la biología en general,
así como las relaciones del hombre con los restantes
seres vivos. Van Rensselaer Potter, oncólogo
estadounidense que fuera el primero en utilizar el
término en su libro Bioética: Un puente al futuro, escrito
en 1971, aspiraba a generar una disciplina que
combinara el conocimiento biológico con el
conocimiento de los sistemas de valores humanos (2).
El tema principal sobre el que gira la película, es que el
protagonista queda tetrapléjico y obligado a vivir en un
hospital, según la opinión de los médicos, ya que la
ausencia del tratamiento adecuado le condenaría a una
muerte en poco tiempo. El problema ético-clínico que
plantea este caso es que el paciente rechaza lo que el
médico le ofrece como tratamiento para mantener su
vida biológica, es decir la hemodiálisis. Esto, pues la
vida así no es considerada “vida” digna de vivir por él.
El valor ético en conflicto es la trasgresión a la autonomía
de un paciente competente (y por lo tanto a su dignidad)
para tomar decisiones responsables, en la situación de
salud que lo afecta; y la insistencia a toda costa del médico
tratante en su posición. En esta situación, se pone en
evidencia la colisión de dos modelos morales antagónicos,
uno actualmente vigente, el modelo "Autonomista",
sostenido por el paciente y otro obsoleto, el "Paternalista"
sostenido por el médico. Frente a esta colisión de dos
modelos morales antagónicos, ¿cuáles podrían ser los
caminos de solución?
Puesto que se trata de un paciente con plena competencia
para tomar decisiones respecto a su condición de salud,
lo más razonable y prudente sería que el médico tratante
deliberara con el paciente, en un lenguaje comprensible
y adecuado a su nivel cultural, ayudándolo a comprender
con claridad la situación clínica en que se encuentra, para
que él pueda, libremente, adoptar la decisión que mejor
concuerde con el proyecto de vida que él considera
valioso y digno de ser vivido.
Dicho de otra manera, el médico tratante debiera
renunciar a su postura paternalista y respetar la posición
autonomista del paciente, cosa que por supuesto no
sucede en la película. La otra solución, que es la única
solución que le queda al paciente, es la vía judicial. Ésta
es la que finalmente prevalece, coincidiendo con su
posición autonomista y consiguiendo que le otorguen el
alta, a sabiendas de que en su casa sin ayuda y sin diálisis,
está condenado a una muerte en un corto plazo.
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El consentimiento informado: Es un acto por el cual el
médico describe al paciente con la mayor claridad
posible su patología en relación horizontal y no
paternalista, y requiere por parte de él la aprobación del
procedimiento a seguir, explicando en qué consiste y los
posibles riesgos a los cuales se enfrenta.
En la película se manifiesta mediante las pautas que
siguen los médicos para informar al paciente
(protagonista) e informarle sobre las posibilidades de
curación de su enfermedad y los procedimientos que van
a seguir para su tratamiento.
El Derecho como un ente que regula los actos
voluntarios, conscientes y libres y además moderador de
conductas, tiene presencia en esta película ya que es el
factor que da apoyo al protagonista y le permite,
finalmente, poder decidir sobre su destino de forma
reflexionada y bajo sus derechos como persona.
En la película los enfermeros tienen un papel muy
importante a la hora de actuar en el hospital, ya que son
las personas que se relacionan con el paciente en el día a
día durante más tiempo. Además, la conducta adoptada
por parte del personal de enfermería hacia los pacientes
tiene una expresión muy lograda en el estado de ánimo y
en la evolución clínica de estos.
En la película se ven reflejados algunos de los principios
de la bioética tales como (3):
Principio de Beneficencia: Obligación de actuar en
beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses
y suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el
mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta la
opinión de éste. Supone que el médico posee una
formación y conocimientos de los que el paciente carece,
por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más
conveniente para éste.
En la película, el médico impone su propia manera de
hacer el bien sin contar con el consentimiento del
paciente (modelo paternalista de relación médicopaciente), y de esta forma pretende prolongar la vida del
protagonista sin contar con su opinión. Es decir "todo
para el paciente pero sin contar con él".
Principio de No maleficencia: Abstenerse
intencionadamente de realizar acciones que puedan
causar daño o perjudicar a otros. Es un imperativo ético
válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en
todos los sectores de la vida humana. El análisis de este
principio va de la mano con el de beneficencia, para que
prevalezca el beneficio sobre el perjuicio. En la película
se muestra muy bien cómo el médico vulnera este
principio bioético al que lo obliga su juramento y su
profesión, al impedir que el paciente realice el proyecto
de vida que él considera valioso. En otras palabras, el
médico no solo comete maleficencia al realizar una
acción positiva en contra de un paciente, como por
ejemplo administrarle sangre a un testigo de Jehová sin
su consentimiento, sino también, al obstaculizar la
posibilidad de que el paciente realice su proyecto vital,
reflejado en la película al no dar de alta al paciente y no
aceptar su rechazo a la diálisis.
Principio de Autonomía (o de libertad de decisión): La
autonomía expresa la capacidad para darse normas o
reglas a uno mismo sin influencia de presiones externas o
internas. Se presenta cuando el protagonista lucha por su
derecho a decidir sobre su propia vida y quiere tener el
derecho a decidir sobre su destino y no quiere recibir
más. Este principio no es acatado en la película, ya que
los médicos no mantienen su obligación de respetar los
valores y opciones personales del paciente en las
decisiones básicas que le atañen vitalmente, en este caso,
la decisión de si quiere o no seguir viviendo. Esto es
reflejado en las escenas en la que se le administra
tranquilizantes inyectados sin su consentimiento.
Amparándose en el principio de autonomía de su cliente,
el Sr. Hill (su abogado defensor) se encargará de
representarlo en la demanda de éste contra el hospital,
para que los médicos le den el alta voluntaria y así poder
morir en la paz de su domicilio.
Principio de Justicia: En la película se da el principio de
justicia más bien en un término jurídico que bioético. En
bioética el principio de Justicia proviene de la tradición
filosófico-política dentro de la cual se lo ha concebido
como la obligación de dar a cada uno lo que le
corresponde, teniendo en cuenta la equidad; esto es,
considerando los aportes de cada cual al bien común,
pero cuidando especialmente que se satisfagan por lo
menos las necesidades mínimas de los más postergados.
El médico tratante quería ejercer su derecho a mantener
la vida del paciente cumpliendo su juramento
hipocrático, pero a la vez el paciente quería ejercer su
derecho a decidir acerca de su vida. Como no se logró
llegar a un acuerdo, este principio más bien jurídico, es
observado a la hora de la realización del juicio con la
evaluación psicológica del paciente y en donde se le
proporciona al protagonista, el derecho de llevar a cabo
la decisión que más se ajuste a su opinión personal, lo
que le permite actuar de forma libre y tomar la decisión
correcta según la ley.
El Modelo paternalista: Es la desautorización de las
preferencias o acciones conocidas de una persona y
también un atentado contra la dignidad de las personas,
al no reconocerle al paciente el derecho a
autodeterminación en todos aquellos aspectos que dicen
relación con su persona y su vida, incluyendo las
decisiones que pueda tomar en relación con su salud y
que pueden ser distintas de las que su médico tratante le
ofrece como las más beneficentes para él. En la película,
la persona que desautoriza las preferencias del paciente,
justifica su acción con el propósito de beneficiar o evitar
el daño a la persona cuya voluntad está desautorizando.
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Ahora bien, entrando al tema de fondo del problema que
se presenta en la película, cuando ella fue estrenada, se
decía que el tema de ella se refería a la eutanasia, pero en
realidad correspondería a un rechazo de un tratamiento
especializado y este caso se parece mucho al caso de
Inmaculada Echevarria, la cual vivía dependiendo de un
respirador artificial y que tras ser valorada su petición al
Comité de Ética de Andalucía, se procedió a cumplir con
la petición de la paciente dado que la solicitud de
Inmaculada se interpretó por dicho Comité de Ética
como un rechazo al tratamiento que se le estaba
aplicando (4).
Con relación al rechazo de un tratamiento especializado,
en nuestra Constitución la reciente Ley 20.584 (5) que
regula los derechos y deberes que tienen las personas en
relación con acciones vinculadas a su atención de Salud,
publicada en el Diario Oficial el 24 de Abril de 2012 en
su artículo 14, dice que “Toda persona tiene derecho a
otorgar o denegar su voluntad para someterse a
cualquier procedimiento o tratamiento vinculado a su
atención de salud, con las limitaciones establecidas en el
artículo 16”, el cual a su vez señala que “La persona que
fuere informada de que su estado de salud es terminal,
tiene derecho a otorgar o denegar su voluntad para
someterse a cualquier tratamiento que tenga como
efecto prolongar artificialmente su vida, sin perjuicio de
mantener las medidas de soporte ordinario. En ningún
caso, el rechazo de tratamiento podrá implicar como
objetivo la aceleración artificial del proceso de
muerte”.
OTROS CONCEPTOS RELACIONADOS
Actualmente no existe unanimidad sobre lo que serían
los diferentes tipos de eutanasia y sobre la pertinencia de
diferenciar unos de otros. A veces escuchamos hablar
con cierta frecuencia del derecho a morir con dignidad y
seguramente todos estaremos de acuerdo con este
derecho, pero ¿estamos hablando del derecho a una
muerte digna o del derecho a que otro me provoque la
muerte? Por estas razones es que es muy importante
precisar bien los conceptos y el sentido en que se utilizan.
Eutanasia etimológicamente significa “buena muerte”,
pero actualmente es necesario precisar mucho más su
definición. En Enero de 2002 la Sociedad Española de
Cuidados Paliativos propuso la siguiente definición:
Conducta, ya sea acción u omisión, intencionalmente
dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene
una enfermedad grave e irreversible, por razones
compasivas y en un contexto médico (6).
Existen conductas que generalmente se confunden con la
eutanasia y que no lo son, como la retirada o no inicio de
tratamientos inútiles y desproporcionados para la
situación concreta de un enfermo, como por ejemplo el
caso de una persona con una enfermedad grave,
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probablemente irreversible o de muy difícil curación, la
que puede optar por los tratamiento que en su medio se
consideren proporcionados, pudiendo rechazar
responsablemente medios excepcionales,
desproporcionados, o alternativas terapéuticas con
probabilidades de éxito dudosas.
Esto habrá que hacerlo cuidando muy bien el espíritu del
consentimiento informado, en el que el paciente se
reserva el derecho a veto, para los tratamientos no
deseados y el médico también mantiene el derecho a
veto, para aquellos tratamientos que profesionalmente
sean considerados inútiles y dañinos.
De esta manera, se da una situación en que tanto el
paciente como el médico tratante, reconocen que la
enfermedad es incurable y aceptan su curso natural, sin
empeñarse en alargar la vida a toda costa y con medios
desproporcionados y esta sería una actuación
perfectamente ética y profesional y que no puede
considerarse eutanasia.
Otra situación es la que sucede con ciertos tratamientos
analgésicos que podrían acortar secundariamente la
vida, y se da en el contexto en que el objetivo prioritario
de los cuidados paliativos es el alivio de los síntomas que
provocan sufrimiento y que deterioran la calidad de vida
del enfermo en situación terminal y con este fin se
pueden emplear analgésicos o sedantes en las dosis
necesarias para alcanzar los objetivos terapéuticos,
aunque se pudieran ocasionar indirectamente un
adelanto del fallecimiento.
El manejo de tratamientos paliativos que pudieran
acortar la vida, está contemplado en el ámbito de la
ciencia moral y se considera aceptable de acuerdo con el
llamado “principio de doble efecto”. Aquí el objetivo no
es provocar la muerte sino aliviar el sufrimiento y es una
actuación perfectamente ética y profesional y distinta de
la eutanasia, si se utilizan las dosis adecuadas y la
intención no es provocar la muerte.
La distanasia se define como la “acción, intervención o
procedimiento médico que no corresponde al objetivo de
beneficiar a la persona cuando está en fase terminal, y
que prolonga, en forma inútil y con sufrimiento, el
proceso de morir, promoviendo la postergación de la
muerte”. La definición de distanasia establece una
relación de causalidad entre el médico como agente de
una acción y un paciente quien sufre sus efectos, los
cuales pueden ser calificados como inútiles o
perjudiciales. Algunos términos que se emplean como
sinónimos de distanasia son encarnizamiento
terapéutico, ensañamiento terapéutico u obstinación
terapéutica, usados principalmente en países europeos.
Y futilidad médica, tratamiento fútil o futilidad
diagnóstica son utilizados principalmente en
Norteamérica. Las múltiples denominaciones pueden
indicar la naturaleza borrosa del fenómeno o un enfoque
limitado del mismo (7).
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COMENTARIOS FINALES
Las consideraciones vertidas en esta presentación
buscan ser de utilidad para guiar la reflexión sobre
cuestiones delicadas que influyen en la vida y la muerte
de las personas.
En ese sentido, Whose Life Is It Anyway? es una obra
recomendable para estudiantes de ciencias de la Salud,
médicos, enfermeras, abogados y docentes de Medicina
o Bioética (8).
La eutanasia en sentido estricto no se plantea en esta
película, si bien el debate social de esta circunstancia se
encontraba candente en el seno de la sociedad
norteamericana en los años 70 y 80, Ken Harrison (el
escultor) en ningún momento solicita que se le
suministren sustancias para poner fin a su vida;
simplemente exige que se le dejen de administrar los
cuidados y la medicación que le mantienen vivo.
Desde el punto de vista ético la vida del enfermo merece
todo el respeto y tiene derecho a toda dignidad hasta el
último momento. Por eso es bueno recordar que nunca
una vida humana es “inútil” aunque lo parezca.
Tampoco el dolor es inútil, aunque hagamos todo lo
posible por aliviarlo.
El hombre y la mujer que se acercan a su muerte pueden
entender esto con más facilidad si son apoyados y
arropados por la calidez inteligente de los suyos. Creo
que toda persona está en su legítimo derecho de decidir
sobre su propia vida siempre y cuando esté en su sano
juicio y tenga una buena salud mental y psicológica.
REFERENCIAS
1. Ética, legislación y gestión sobre la película
“Mi vida es mía”. http://beareverte.blogspot.com/2012/05/actividades.
2. Potter Van Rensselaer. Bioethics: Brigge to
de future. Prentice-Hall Biolgical Science
Series. Edited by Carl P. Swanson,
Englewood Cliff, N.J. 1971
3. Tom Beauchamp y James Childress.,
Priciples of Biomedical Ethics. University
Press. New York Oxford. 1979
4. Simón-Lorda Pablo, Barrio-Cantalejo Inés
María. El caso de Inmaculada Echevarría:
implicaciones éticas y jurídicas. Med.
Intensiva v.32 n.9 Madrid dic. 2008
5. Ley Nº 20.584 Que regula los derechos y
deberes que tienen las personas en relación
con acciones vinculadas a su atención en
salud. Biblioteca del Congreso Nacional de
Chile. 24 de Abril 2012
6. Aspectos éticos de la sedación en cuidados
paliativos Sociedad Española de Cuidados
Paliativos Barcelona el día 26 de Enero del 2002
7. Valbuena Álvaro. La Distanasia. Paradoja
del Progreso Biomédico. Revista
Colombiana de Bioética, vol. 3, núm.1,
Enero-Junio 2008, pp. 145-193, Universidad
El Bosque. Colombia.
8. J.E. García Sánchez y E. García Sánchez.
Journal of Medicin and Movies. Vol. 9 Nº3
2011
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