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VOLUMEN 1 NÚMERO 2 2014
Revista Internacional de
Salud, Bienestar y
Sociedad
__________________________________________________________________________
El desafío de humanizar la salud a partir
de la medicina
La experiencia de tres grandes médicos alternativos
PIETRO MAGLIOZZI
SALUD-SOCIEDAD.com
El desafío de humanizar la salud a partir de la
medicina: la experiencia de tres grandes médicos
alternativos
Pietro Magliozzi, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile
Resumen : Samuel Hahnemann, fundador de la Homeopatía; Viktor von Weizsäcker, mayor exponente de la Escuela de
Heidelberg y su medicina antropológica o biográfica; Geerd Hamer, fundador de la Nueva Medicina alemana o Nueva
Medicina. Tres médicos clínicos alemanes, investigadores, piedras de escándalo en la medicina por poner en discusión los
mismos pilares paradigmáticos de la medicina oficial. Ellos pueden ayudar a reflexionar hoy con más profundidad sobre qué
es la salud, la raíz profunda de la enfermedad, la terapia, partiendo de la biografía en vez que de la biología y desarrollando
un saber médico RUID (de Relaciones, Unicidad y personalización, Integralidad e interdisciplinaridad, Dinamismo y patobiografía) con características humanizadoras.
Palabras clave: humanizar, médicos, medicina, paradigma, Hahnemann, Weizsäcker, Hamer, biografía, interdisciplinaridad, RUID
Abstract: Samuel Hahnemann, founder of homeopathy; Viktor von Weizsäcker, the most important representative of “Heidelberg’s School” and its anthropologic or biographic medicine; Geerd Hamer, founder of New Germanic Medicine or New Medicine. The three are German and clinic doctors, researchers, scandalous in medicine to question the official biomedicine’s paradigmatic columns. They can help to reflect today more deeply about what is health, the profound root of sickness, the therapy,
beginning from biography instead of from biology and developing a medical knowledge RUID (of Relations, Uniqueness and
personalization, Integrality and interdisciplinarity, Dinamism and patobiography) with humanizing characteristics.
Keywords: To Humanize, Medical Doctor, Medicine, Paradigm, Hahnemann, Weizsäcker, Hamer, Biography, Interdisciplinarity, RUID
Introducción
C
uando la humanización de la salud es presentada como una propuesta separada de la medicina
como: pastoral de la salud, historia de la medicina, arte y lingüística en la medicina, en síntesis,
como HH.MM. (ciencias humanas en medicina) no molesta, y es tolerada y considerada inocua
(“amenidades médicas” como las llama irónicamente Sandro Spinsanti, antropólogo médico). Pero,
cuando esa “humanización” se propone como posible alternativa a la biomedicina para hacer diagnósticos y terapias con métodos y paradigmas alternativos, creando una nueva figura de enfermo, un nuevo
concepto de enfermedad, de médico, de salud y sanidad, se desencadena de inmediato una reacción de
miedo, dogmática violenta e intolerante no disponible al diálogo o a la investigación, sino solo a la destrucción “alopática” y agresiva de un enemigo. Solo observando a distancia y con la actitud serena de la
antropología médica y de la historia de la medicina las tres biografías es posible salir del conflicto para
repensar cuál educación médica hoy es más necesaria para formar al médico de mañana. Por tanto, más
que tomar partido por un tipo u otro de medicina, de Facultad de Medicina u otra, de maestro del saber
médico u otro, es mucho más útil preguntarse, como hace el historiador de la medicina Marcelo López,
inspirándose en un libro de Nikolas Rose, sociólogo y psicólogo contemporáneo, si la medicina del siglo
21, más que de enfermedades, se ocupa de la optimización de un cuerpo manipulable, esta medicina ¿qué
salud está construyendo como expectativas?, ¿qué tipo de profesionales médicos está preparando?, ¿qué
autonomía está enseñando a los pacientes?, ¿qué idea de profesión médica y profesionalismo está formando?, ¿qué alianza entre medicina y sociedad está naciendo? (Rose, 2012).
Nueve siglos atrás, un médico que buscaba integrar la medicina galénica con la árabe, Arnoldo de
Villanueva escribía: “… la medicina… debe servir al hombre en su integralidad… un instrumento para
Revista Internacional de Salud, Bienestar y Sociedad
Volumen 1, Número 2, 2014, <http://salud-sociedad.com>, ISSN 2386-7507
© Common Ground España. Pietro Magliozzi. Todos los derechos reservados. Permisos:
[email protected]
REVISTA INTERNACIONAL DE SALUD, BIENESTAR Y SOCIEDAD
perfeccionar la propia vida”. Después de nueve siglos sigue la búsqueda de esa “perfección de la vida”,
es decir, de una verdad sanadora entendible hoy como una vida que funciona según un proyecto originario humano y humanizado RUID (relacional, único/personalizado, integral y dinámico). La neurobiología lo puede llamar integración (Ogden, 2009), la psicología, psicosíntesis. Pero siempre se trata
de un fluir de la vida en la cual no se puede violar o destruir el proyecto de vida-Vida (bíos-Zoé) de
cada sujeto pretendiendo conservar la salud. Solo respetándolo, la medicina cumplirá con su función y
misión. Así intentaron hacer los tres médicos que ahora serán presentados.
Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1755-1843)
Nació en Meissen (Sajonia), vivió en Leipzig, era médico alopático y heroico (practicaba los métodos
violentos del tiempo contra la enfermedad). Fue elegido en Alemania por su profundo conocimiento
farmacológico para escribir un texto base de farmacología para los estudiantes de medicina (Apothecary’s Lexicon). En 1791 fue elegido como miembro de la academia de las ciencias de Mayence
(Vithoulkas, 1992, p. 13). En 1789, año de la Revolución francesa, después de haber visto morir y
sufrir inútilmente a su hijo por causa de la medicina heroica, tuvo una crisis de conciencia y existencial
y, frente a sus pacientes que esperaban numerosos en su consulta, les dijo: “Lamentablemente no soy
capaz de aliviar vuestros sufrimientos, no sé curarlos. No quiero robar vuestro dinero” (Lodispoto,
1979, p. 34). Hahnemann, con su numerosa familia (11 hijos), prefirió la pobreza al conformarse con
un sistema médico “cuyos errores – él escribió más tarde – e incertidumbres me asqueaban”. Y se puso
a traducir al alemán desde el griego, latín, hebreo, inglés, francés, castellano, italiano, árabe, todos
idiomas que manejaba, en cuanto en Lipsia, ciudad de editores, era fácil recibir la tarea de traducir
libros en alemán. Mientras en 1790 Hahnemann traducía del inglés la “Materia médica” de Cullen, lo
intrigó lo que estaba escrito sobre la Chincona officinalis (cuya sal es la Quina o Quinina, fármaco
para la malaria), y probó consumir este fármaco estando sano. Con asombro se dio cuenta de que pequeñas dosis sucesivas de Chincona producían síntomas semejantes a los que él mismo había tenido
cuando, años antes, había tenido malaria. Por serendipity había descubierto el principio de la semejanza: similia similibus curantur (lo semejante es curado por lo semejante). Por 53 años Hahnemann
experimentó sustancias minerales, vegetales y animales en sí mismo, su familia y sus colaboradores,
creando una nueva rama de la medicina: la homeopatía. Con ella, experimentó y confirmó que si una
sustancia (simillimum) produce una serie de síntomas (psicofísicos) en un sujeto sano, esta misma
sustancia (homeopática) cura los mismos síntomas en el enfermo. En 1797, de nuevo por serendipity,
bajando progresivamente la dosis en un paciente que se había intoxicado y usando la sucusión (violentas sacudidas a cada dilución de la solución), se dio cuenta con asombro de que mejoraba el efecto
terapéutico y bajaban los efectos colaterales de la sustancia homeopática. Nació la segunda ley de la
homeopatía: la dinamización de la fuerza vital (Baur, 1999, pp. 18-33). Después de 20 años de experimentación y reflexión, Hahnemann escribió su primera edición del “Organon de la ciencia médica
racional” (Hahnemann, 1996). Empezaron desde el comienzo clamorosos éxitos terapéuticos y violentos conflictos con los farmacéuticos y la medicina alopática y sintomática de su tiempo. Fue denunciado, condenado y expulsado de su ciudad; obligado a vagar por Europa, difundió la homeopatía en
muchas naciones (Bellavite, 1999, p. 32).
Sus méritos son el rigor científico de la experimentación; profetizó la higiene moderna individual y social; fue reformador de la puericultura y de la psiquiatría; promovió en la homeopatía la
personalización de diagnóstico y terapia con el concepto del simillimum, además, la elección del
agente (existen más de 3000 agentes activos) en la homeopatía unicista y constitucional es en función de cada paciente y no de su patología. Se debe a Hahnemann una visión integral del sujeto
como unidad psico-física-espiritual; la etiología es vista como combinación de factores externos con
un “terreno constitucional” del sujeto (Magliozzi, 1999, pp. 123-132).
Sus limitaciones fueron la intolerancia a las críticas a sus doctrinas; y el exagerar el vitalismo y el
aspecto energético de la enfermedad, olvidando lo anatomopatológico y fisiopatogenético. Transformó la
homeopatía en una fe dogmática que obstaculizó su desarrollo en la investigación (Viola, 1935, p. 327).
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MAGLIOZZI: EL DESAFIO DE HUMANIZAR LA SALUD A PARTIR DE LA MEDICINA
Viktor von Weizsäcker (1886-1957)
Nació y murió en Suevia (Alemania), provenía de una familia aristocrática, conservadora y protestante. Estudió medicina impulsado por su padre para tener seguridad económica, pero su inclinación
desde joven fue la filosofía; fue definido “un filósofo sobre una cátedra de medicina”. Se casó y
tuvo 4 hijos; desde los 34 años enseñó neurología, y a los 54 fue titular de cátedra hasta llegar a ser
director del instituto de neurología; fue también médico en jefe de clínica médica. Pero enseñar
medicina le provocaba insatisfacción; en la primera guerra mundial fue reclutado como médico y
conoció la prisión. En el periodo nazi, rehusando colaborar con el sistema político, fue obligado al
silencio y perdió todo volviéndose pobre. De nuevo en 1945, conoció la prisión en Estados Unidos.
Todos estos periodos de “pausas forzadas” los usó para pensar, escribir (escribió 17 libros entre
1927 y 1956). Fundó con M. Buber y J. Wittig una revista ecuménica, fundó una asociación interdisciplinaria (psicoterapeutas, internistas, pediatras, ginecólogos, sociólogos, sacerdotes y pastores)
para superar el fraccionamiento de las ciencias naturales, humanas y teológicas. Interactuó con S.
Freud, V. Frankl (psicólogo y psiquiatra), F. Rosezweig, K. Jasper (médicos filósofos), M. Buber, J.
Wittig, M. Scheler (filósofos), R. Guardini, K. Barth (teólogos católico y protestante, respectivamente) (Henkelmann, 1990, pp. 28-45).
Su mérito fue dar dignidad científica a la disciplina psicosomática y a la escuela de Heidelberg,
una línea alemana de la antropología médica llamada medicina biográfica. Nombres que lo precedieron fueron el español José de Letamendi, quien notó la unidad individual (la necesidad de la
personalización en medicina) de cada enfermedad y la importancia de la preparación humanista en
medicina; luego, mostró la enfermedad (objeto) como signo externo de un yo personal (sujeto).
Pionero en la escuela de Heidelberg fue Ludolf von Krehl, un médico que empezó su profesión en
un marco positivista, pero en un hospital de campo de la primera guerra mundial descubrió la “forma y la espiritualidad” de la enfermedad. “La enfermedad en sí no existe”, decía von Krehl, es una
“forma personalizada” que depende de lo que el paciente ha hecho de su vida a nivel, sobre todo,
espiritual. Otro gran nombre de esta escuela fue Richard Siebeck, un médico materialista, que, estudiando la patobiografía (la historia de las patologías de un paciente), terminó su vida con una visión
cristiana afirmando que nadie tiene una enfermedad, sino que la “hace” con su ética y elecciones
espirituales. Solo conociendo la historia y las vivencias de los pacientes se llega, para Siebeck, a las
raíces más profundas de la enfermedad (Christian, 1997, pp. 119-145).
El objetivo de Weizsäcker era ayudar al paciente no solo a recuperar su salud biológica, sino
también a realizarse según su fin personal bio-psico-antropo-ético-espiritual. También se le agradece el diálogo interdisciplinario que fomentó entre ciencias de la naturaleza y filosofías (sobre todo,
la hegeliana y existencialista). Introdujo en el diagnóstico y en la terapia médica (de puros objetos)
al “sujeto” integrando, después de la separación de Descartes: objeto y sujeto, materia y tiempo,
soma y psique, biología y biografía; modificando la “lógica del pensar” y proponiendo el concepto
de Gestaltkreis (círculo de la forma) cuando se presenta un caso clínico (Spinsanti, 1988, p. 29).
La limitación de Weizsäcker fue su manera de escribir muy compleja y poco divulgable: pocos
lo leyeron y no fue muy traducido a otros idiomas, así es que esta medicina biográfica no se difundió y no evolucionó (Lolas, 1984, pp. 227-240).
Ryke Geerd Hamer (1935)
Nació en Mettmann (Alemania), estudió medicina y teología en Tübingen. Se casó con una colega
médico y tuvo 4 hijos. Se especializó en medicina interna trabajando en la universidad como clínico
e investigador en Tübingen y Heidelberg, lugares famosos por la teología y la antropología médica.
Dirigió servicios de ginecología y ginecología oncológica, trabajando también en el sistema privado.
Es un inventor, a él se deben el escalpelo Hamer para cirugía plástica, cierra para huesos, cama
para masajes que se adapta a la forma del cuerpo, aparato de diagnóstico serológico transcutáneo;
los beneficios económicos de sus invenciones le permitieron dejar de trabajar para mantener su
familia. En 1976 decidió irse a Italia, adonde se fue con toda su familia para curar, como médico, a
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REVISTA INTERNACIONAL DE SALUD, BIENESTAR Y SOCIEDAD
los más necesitados de barrios pobres. En 1978, una bala perdida hirió a su hijo Dirk, de 19 años,
que estaba durmiendo en una barca. Dirk se desangró, solo, durante 6 horas, hasta ser descubierto, y
permaneció entre la vida y la muerte por 3 meses y medio, después de lo cual murió. Poco después,
el Dr. Hamer se enfermó de cáncer testicular y más tarde también su mujer murió de cáncer. Hamer
empezó a buscar qué relación podía existir entre su cáncer y su duelo tan traumático. Se puso a
preguntar sobre el tema a sus pacientes en la clínica ginecológica de Múnich, adonde había regresado, y encontró, por serendipity, que a cada choque imprevisto e inesperado, para lo cual uno no está
preparado, seguía un cáncer (ley férrea del cáncer). Empezó a elaborar la que, después, llamará: “La
Nueva Medicina (alemana)” (Trupiano, 2010, pp. 67-76).
En 1981, anunció su descubrimiento e investigación en un congreso, y fue despedido de su clínica. Sin nunca presentar pruebas contrarias a sus teorías, fue denunciado y condenado a dejar la profesión médica en 1986 con la siguiente motivación: “No quiere abjurar la ley férrea del cáncer… no
quiere reconvertirse a la medicina oficial”. En 1994, el mismo tribunal condenó a la universidad de
Tübingen por haber efectuado investigaciones sobre la teoría de Hamer. En 1997, Hamer escribió su
libro: “Testamento de la Nueva Medicina” (Hamer, 2003, pp. 87-432), con las 5 leyes1 y 10.000 casos
clínicos estudiados y presentados científicamente con TAC y exámenes de laboratorio. En 1998, es
encarcelado en Colonia por haber hablado de su medicina con tres enfermos de cáncer. Fundó la asociación de los “Amigos de Dirk”, luego se creó la “Asociación ALBA” (Asociación Leyes Biológicas
Aplicadas); estas difundieron sus libros, teorías y las pruebas de eficacia de “La Nueva Medicina”. En
2003, el Dr. Hamer fue exiliado a España; en 2004, de nuevo lo enviaron a prisión a Francia (París), y
fue liberado en 2006. Actualmente vive en Noruega y sigue con su investigación descubriendo cada
vez nuevas conexiones entre mente y cuerpo (Hamer, 2003, pp. 23-31. 51-60).
Síntesis crítica de los tres saberes médicos
A primera vista, pareciera que los tres médicos son totalmente diferentes: han vivido en épocas
distintas, lugares distintos, fundando medicinas con nombres distintos, y ninguno habló del otro.
Diferencias presentan también sus fundamentos epistemológicos (ciencia usada, lógica del pensar) y descubrimientos (ver tabla 1).
Tabla 1: Diferencias entre los tres médicos
Hahnemann
Ciencia usada
Farmacología
Hahnemann
Lógica del pensar
Fuerza vital
Weizsäcker
Filosofía hegeliana
Weizsäcker
Antropología médica
Hamer
Embriología, neurología
Hamer
Evolucionismo
Hahnemann
Descubrimientos por serendipity
Los síntomas del uso de quinina y de la malaria son comunes
Weizsäcker
La patología orgánica está vinculada a la biografía
Hamer
Cada tipo de cáncer y glioma cerebral sigue un específico trauma mental/biológico (vinculado a la evolución)
Fuente: Elaboración propia, 2014.
Pero en realidad, son muchas más las semejanzas que las diferencias, y estas ayudan a vislumbrar nuevas posibilidades en el desarrollo de la educación médica y de las humanidades médicas para el siglo XXI.
Los tres médicos son alemanes y tienen pasión y un especial talento creativo para la investigación.
Los tres son escritores y han viajado por Europa, dos modos de difundir sus conocimientos y teorías.
1
1) Ley espacial: la ley férrea del cáncer, los tres niveles psico-neuro-orgánico de la enfermedad. 2) Ley temporal: las dos
fases de la enfermedad, ortosimpática y parasimpática. 3) La constitución embriológica: endoblasta, mesoblasta y ectoblasta.
4) Las infecciones como proceso de reparación de la enfermedad. 5) La quintaesencia de la nueva medicina.
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MAGLIOZZI: EL DESAFIO DE HUMANIZAR LA SALUD A PARTIR DE LA MEDICINA
Los tres fundan un paradigma y un método nuevo y alternativo para la medicina convencional y
académica, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de los pacientes.
Los tres médicos viven una crisis existencial como médicos convencionales y una conversión a
una nueva medicina no convencional.
Los tres hacen descubrimientos por serendipity y no por lógica racional, como frecuentemente
pasa en la ciencia (¿inspiración o casualidad?).
Los tres médicos tienen en cuenta en su nuevo saber médico cuatro elementos básicos de la
humanización de la medicina: el RUID (Magliozzi, 2006, pp. 24, 277).
R: la relación y la comunicación de alto nivel cualitativo (anamnesis muy detallada) es fundamental en Hahnemann para descubrir, a través de los síntomas más pequeños y originales,
el remedio simillimum, el más semejante al conjunto de síntomas. La relación es fundamental
en los problemas clínicos de Weizsäcker porque para él, como para toda la escuela de Heidelberg, conocer la biografía permite llegar al verdadero e integral origen de la enfermedad.
La relación de confianza es necesaria para Hamer, que debe descubrir el choque (causa que
pone en marcha un mecanismo biológico con sentido de la enfermedad) que el paciente no ha
dicho a nadie por vergüenza.
U: la unicidad o personalización del diagnóstico y del cuidado o terapia es común a los tres
médicos; ellos parten, no más de la patología o de una nosografía médica, sino de la persona
en su conjunto psicosomático (espacial) y biográfico (temporal). Sobre todo Hahnemann,
subraya y da un nombre, a través del simillimum, a esta unicidad del paciente.
I: la integralidad de la persona con sus múltiples dimensiones está presente en los tres autores. En efecto, los tres empiezan sus crisis y conversión al nuevo paradigma con el alejamiento de una medicina muy poco integral, sino más bien sintomática, reduccionista y materialista, poco abierta a la interdisciplinaridad, al diálogo con otras ciencias y disciplinas,
sobre todo como lo notó Weizsäcker. Los tres autores se beneficiaron de una formación general biomédica y cultural (Hahnemann), filosófica (Weizsäcker), teológica (Hamer), por lo
tanto, no tienen miedo de combinar saberes distintos y encontrar una síntesis interdisciplinaria y transdisciplinaria.
D: el dinamismo biográfico es también característico de estos autores que ven en la patobiografía (la sucesión consecuencial y con un sentido de las patologías en la biografía de un
sujeto) la evolución de la vida de una persona, es decir, el elemento temporal, tan importante
de ser estudiado como el espacio, la materia, la biología y la bioquímica. Hahnemann estudia
este fenómeno bajo la forma de los miasmas (hoy estudiados científicamente y llamados,
fuerzas energéticas fisiopatológicas)2 (Zissú, 1998). Weizsäcker lo estudió con la lógica de
la Gestalkreis y la biografía. Hamer lo estudia a través de la visión en TAC de los gliomas
cerebrales contemporáneos y correlativos a los tumores.
Otro elemento en común a los tres médicos humanistas y fundadores es tener personalidades que
luchan por afirmar, difundir y defender las propias ideas. Ellos fueron atacados y perseguidos por sus
ideas, y esta dificultad, en vez de detener sus búsquedas para profundizar y probar sus pensamientos,
las ha incrementado. Cada vez que alguien presenta un paradigma médico distinto de la biomedicina o
una invención particularmente novedosa, la regla es ser atacado por el sistema sanitario económico y
académico dogmático y, por tanto, el reformador médico es considerado y tratado como un herético
(Iero, 2000); si no reniega de su invención, vive la discriminación, el desprecio, y hasta la prisión.
Pero el elemento más interesante en común entre los tres médicos fundadores es haber llegado y
haber creado, en el fondo, y sin saberlo, un mismo modelo paradigmático antropológico médico:
etiológico, patogenético, diagnóstico y terapéutico.
La causa (punto de partida) más profunda de la enfermedad que se necesita identificar, según estos
tres autores, es un bloqueo biográfico, una paralización o esclerosis funcional y existencial; la persona
se enferma porque no logra desarrollarse biográficamente en sus procesos más auténticamente humanos.
2
Psorinismo, tuberculinismo, sicotismo, fluorismo.
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REVISTA INTERNACIONAL DE SALUD, BIENESTAR Y SOCIEDAD
Para Hahnemann, se bloquea la percepción mental de la realidad en una fijación mental o percepción subjetiva vinculada a la fuerza energética fisiopatológica que está enfermando; esta es la
esencia del remedio (ver tabla 2) (Sankarán, 1989). Descubrir la personalidad típica del sujeto, que
corresponde al simillimum, es encontrar lo que le falta al sujeto para desbloquear y regresar a ser
más auténticamente humano y así curarse.
Tabla 2: Esencia del remedio
Síntomas y signos
Percepción subjetiva
NATRUM CARBONICUM
Anemia, psicastenia, dispepsia
atónica, herpes del labio, eczemas
LACHESIS
Inflamaciones, tendencia hemorrágica y ulcerativa, insuficiencia
ovárica
Anemia, fiebre intermitente,
neuralgias, dispepsias
Anemia, úlceras mucosas, diarrea, osteítis, artropatías
Sabañones, ulceraciones cutáneas, distrofias óseas
Se siente excluido, siente sufrir
ofensas, abusos, se aísla y es
inconsolable
Se siente siempre en competencia
con los demás
CHINA
ARGENTUM NITRICUM
CALCAREA FLUORICA
Se siente perseguido
Se siente entrampado y no logra
salir
Siente miedo de la pobreza
Fuente: Adaptada de Sankaran, 1989.
Para Weizsäcker, el partido de ajedrez entre médico y paciente representa el proceso de curación; ello no funciona solo con leyes biológicas, sino con jugadas imprevisibles del adversario. Si
este juego se detiene, no se encontrará ni la etiología ni la cura. La narración biográfica al médico
(el juego a dos) permite descubrir e interpretar el significado de la enfermedad en la vida del paciente-sujeto (Weizsäcker, 1946).
Para Hamer, el bloqueo que mantiene activa la patología y la agrava está en la fase de hipertono
ortosimpático postraumático psíquico (síndrome de Dirk Hamer); en esta fase, el paciente vive un
pensamiento obsesivo, por vergüenza no habla del trauma y no avanza en la elaboración mental,
antropológica, ética, espiritual y orgánica, armando con sus propias elecciones una enfermedad.
Permitirle hablar y elaborar el trauma desbloquea el proceso y, si no es demasiado tarde, hace entrar
en la fase parasimpática y luego normotónica, permitiéndole recuperar la salud (Hamer, 2003,pp.
86.111-20; Trupiano, 2012, pp. 104-23. 131-44).
Los tres autores ven, en común, la terapia como un método preciso y personalizado de desbloqueo del proceso existencial, como una recuperación de la flexibilidad existencial perdida o robada;
tratar al paciente significa activar un dinamismo biográfico esencial a la vida y a la salud, una orientación hacia la vitalidad profunda del propio “ser” (Magliozzi, 1999, pp. 310-343).
Para Hahnemann, el remedio simillimum, con su fuerza vital, permite a la mente (a dinamizaciones >30 CH) y al cuerpo (con dinamizaciones <10 CH) hacer consciente el bloqueo, es decir, la
falta de percepción realista, y disponerse a revivir la verdad del evento pasado, del presente, del
futuro, así como a encaminarse hacia la salud.
Para Weizsäcker, la expresión biográfica, la narración interpretada psicosomáticamente o psicoanalíticamente, ayuda a eliminar el bloqueo existencial del sujeto, y así entonces, la enfermedad corporal toma otro rumbo. Es un proceso semejante al de la psicoterapia, que haciendo consciente y desenmascarando contenidos ocultos, negados e inconscientes, les hace perder su poder patógeno. Esto
permite al paciente caminar en el proceso biográfico, liberándolo del proceso antropológico que había
desencadenado la enfermedad (Christian, 1997, pp. 57-61. 272-276. Magliozzi, 1996, pp. 33-52).
Para Hamer, entender el nexo entre el trauma mental/biológico (Síndrome de Dirk Hamer) y la
enfermedad física, hace pasar a la segunda fase de la enfermedad (hipertono parasimpático: la fase
dolorosa de la enfermedad), desde luego, atravesando una crisis llamada epileptoide (última breve
crisis ortosimpática), permite un aprendizaje existencial esencial para la sobrevivencia y la continua
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MAGLIOZZI: EL DESAFIO DE HUMANIZAR LA SALUD A PARTIR DE LA MEDICINA
mejoría de su vida, y de esta manera el sujeto va sanando. El efecto de todo este proceso inteligente
es que el paciente no se enfermará más por este mismo trauma psíquico, si aprendió a manejarlo y a
reactivar el dinamismo de su vida (Trupiano, 2010, pp. 333-345).
En síntesis, los tres autores han mostrado cómo la patología no es un error de la naturaleza (un
enemigo genético o ambiental) contra lo cual la medicina debe luchar, sino que es parte de un proceso de búsqueda de la verdad existencial RUID (relacional, personal, integral y biográfica) del
sujeto. La medicina humanizada de los tres tendría la tarea de ayudar al sujeto-persona a conocer su
propio proceso de desarrollo vital y caminar en ello: la salud humanizada.
Conclusión
Varios son los niveles de lectura de una enfermedad según los contextos culturales, históricos, ideológicos, sociales y políticos, como muestran claramente filósofos (Kuhn, 1970. Wulff, 1995. Wilber,
2007, pp. 357-381), antropólogos-médicos (Romanucci, 1991), sociólogos de la medicina (Lyng,
1990), historiadores de la medicina (Grmek, 1993. Vigarello, 1996). El bioquímico es hoy un nivel
básico con que se expresa la enfermedad, mientras que lo psicosomático (cuerpo y mente como dos
expresiones de la enfermedad) y lo espíritu-psico-somático, o energético-psico-somático, son formas más completas de ver lo que le está pasando al sujeto enfermo, interpretando matices de signos
y síntomas. Pero el nivel de búsqueda de la “verdad del propio ser integral” (bio-psico-ántropoético-espiritual) es el nivel encontrado y compartido por los tres médicos fundadores. Que la verdad
del ser libera y sana ya lo decía un terapeuta 2000 años atrás (cf. Jn 8,32.36 – 10,10), pero hoy esto
está tomando forma y métodos a través de los conocimientos médicos.
Esta es la herencia que nos dejan los tres médicos fundadores: además de descubrir un nuevo
modo o método de hacer medicina, como ellos mismos afirmaban, han llegado a vislumbrar el punto
de contacto entre psicología, filosofía, teología y medicina; una verdad transversal a estas disciplinas que, quizás en un próximo futuro, permitirá hablar todos un mismo lenguaje sobre la persona
humana que sufre y que muere.
Sin embargo, para una humanización aun más completa e interdisciplinaria de la medicina faltan otros tres elementos que los tres autores no consideraron suficientemente, por la falta de preparación específica, y por el periodo histórico en que vivieron: el social, el artístico y la dimensión
religioso-trascendente (Meconi, 1995, p. 31). A la Educación médica le corresponde hoy la responsabilidad de enseñar a conocer e integrar las diferentes miradas de la enfermedad. Un camino interdisciplinario, trans-disciplinario y trans-paradigmático que están intentando varios autores3, pero el
proceso se vislumbra todavía largo y lleno de obstáculos y desafíos.
3
El filósofo Ken Wilber con su visión integral. La ACT (Association of Christian Therapists), un grupo de profesionales
sanitarios perteneciente al movimiento de la Renovación en el Espíritu, reunidos para consagrar e integrar la propia profesión
terapéutica a la del Cristo médico. Dignos de ser recordados por su medicina integral también los médicos: Nicola Pende,
Paul Tournier, Rajan Sankarán, Luigi M. Rulla, etc.
41
REVISTA INTERNACIONAL DE SALUD, BIENESTAR Y SOCIEDAD
REFERENCIAS
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MAGLIOZZI: EL DESAFIO DE HUMANIZAR LA SALUD A PARTIR DE LA MEDICINA
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étiologique, diathésique et clinique des remédes. París, Francia: Boiron.
SOBRE EL AUTOR
Pietro Magliozzi: Profesor auxiliar adjunto del “Programa de Estudios Médicos Humanísticos” de la
Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile desde 2005. Médico cirujano en
la Universidad “La Sapienza” de Roma - 1989. Sacerdote de la Orden religiosa Ministros de los
Enfermos o Camilianos. Doctorado en Teología Pastoral Sanitaria del Instituto Internacional de
Teología Pastoral Sanitaria de Roma – Camillianum – 1999. Curso de perfeccionamiento en Medicina para los países en curso de desarrollo, Università Cattolica del Sacro Cuore, Gemelli, Roma
2001. Curso de perfeccionamiento en quinesiología, Universidad G. D’Annunzio, Chieti/Pescara
2003. Diplomado en Humanización y Salud, Pontificia Universidad Católica de Chile 2005.
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La Revista Internacional de Salud, Bienestar y
Sociedad ofrece un foro interdisciplinar para
dialogar y debatir sobre asuntos que aúnan la
psicología humana y las condiciones de vida que
afectan a la sociedad. Es un lugar de encuentro para
académicos y profesionales en un momento en el que
el interés por la salud y el bienestar está en auge. El
concepto de "salud y bienestar" influye en todos los
miembros de la sociedad, ya sea en un sentido
positivo como la búsqueda del bienestar personal, o
en un sentido más problemático como el acceso y el
coste de la atención médica.
La revista acepta un amplio abanico de artículos que
comprenden desde investigaciones generalistas en el
ámbito de políticas, sociología y filosofía, hasta
estudios detallados de dinámicas fisiológicas y
sociales. Asimismo, la revista también acepta
artículos de enfoque práctico en la forma de estudios
de casos, demostraciones o informes técnicos.
La Revista Internacional de Salud, Bienestar y Sociedad
es una revista académica sujeta a rigurosa revisión por
pares, y acepta artículos en español y portugués.
ISSN 2386-7507