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Entablamos una amistad estrecha, que
me dejó el privilegio de continuar cuidados médicos y quirúrgicos a varios
pacientes, sin distinción de raza, creencia, ni orientación personal… Eran remitidos por la Caridad del Padre Peraza,
conocedor de sus recursos finitos en el
acceso a servicios de salud. Me ha dado
grandes satisfacciones al reconocer que
aliviar el dolor, recuperar la forma y preservar las funciones de estos seres humanos nos capitaliza con su sonrisa, con el
“Dios le pague”, que es una bendición
eterna para nosotros los médicos.
La Cirugía es el tratamiento más antiguo de muchas enfermedades y tiene
algunas ventajas frente a otras disciplinas: al extirpar los tejidos u órganos, el
paciente que recibe el tratamiento queda sin enfermedad, en una sola sesión:
no hay resistencia biológica al resecar
las estructuras. Pero cuando el paciente
es un adulto mayor (viejo o muy viejo),
en su naturaleza
hay cambios propios que, en una
mesa de operaciones, con varios órganos vitales
disfuncionales (síndrome de Respuesta
Inflamatoria Sistémica),
o con la coexistencia de
gérmenes en su torrente sanguíneo... pueden disponer al enfermo a algo como lo que sufrió Jesucristo en el Calvario (SRIS por Trauma
e Infección). Así llegó el Padre Fernando Peraza, un día de octubre del 2012.
87% de complicaciones posoperatorias
inmediatas, hasta con un 85% de riesgo de muerte en esos primeros tres días
posoperatorios, fue el testimonio de la
bondad de Dios con un hijo santo un
posoperatorio sin complicaciones, ni
necesidad de medidas artificiales para
mantener su vida; y, dos días más tarde,
poder darle de alta, dedicado ya a sus
lecturas y a la creatividad infinita de su
producción científica y pastoral.
De todas formas, los años habían transcurrido y dejaron su huella en varios órganos, hasta que llegó el momento en
que Dios lo llamó a su seno. Comparte
allí la gloria y protección de sus amigos,
sus hermanos, que quedamos aquí en
la Tierra con su ejemplo y con su encargo, porque aprendimos de él tanto
el conocimiento del método científico
como la interpretación de la evidencia.
El arte de la medicina tiene tres factores:
la enfermedad, el enfermo y su médico;
pero, por sobre todo, el testimonio de la
Divina Providencia.
C S R F P
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U N
G I G A N T E
D E
en su tierra y entre su gente
Víctor Hugo Guevara
Ingeniero en Comunicación Visual y Profesor en la
carrera de comunicación social en la UPS -Quito
Para muchos “El Abuelo”, para mí “Mi
papá”, pues padre no sólo es el que te da
la vida biológicamente sino, también,
aquel que camina a tu lado, te acompaña y te deja muchas enseñanzas con su
ejemplo de vida. No sé quién adoptó a
quien, lo cierto es que, en 20 años de caminar juntos, decidimos ser padre e hijo.
He tomado el título de una de sus obras,
“Don Bosco en su tierra y entre su gente”, porque creo que se acopla muy bien a la presencia
del P. Fernando y de su obra entre nosotros. Su
tierra no sólo fue Tunja y Quito, sino el mundo entero: tantos fueron los países que visitó, por conferencias y cursos de Salesianidad, en los cuales
se relacionó con muchas personas, salesianos/as
y laicos deseosas de conocer y amar a Don Bosco y su Sistema Preventivo; y con quienes buscó
ser uno más de ellos para estar entre su gente.
En conclusión: en una condición clínica así reconocida, asociada a un
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FERNANDO PERAZA,
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S A L E S I A N I D A D
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Su rostro siempre alegre, su mirada serena y tierna, su trato espontáneo y jocoso, llamaron mi atención y se ganaron
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