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MAQUETA RET 16 5/7/99 17:38 Página 5 Diazepam para la desintoxicación de alcohol Mark Hyatt, M.D. Todd Cheever, M.D. Rosalyn Eldot, P.A.C. En este estudio se desintoxicó a cincuenta varones alcohólicos mediante una técnica modificada de administración de diazepam, según la cual la dosis se asociaba al grado de intoxicación inducida por diazepam y no a la presencia de síntomas de abstinencia de alcohol. El diazepam se administraba durante un periodo medio de 8.7 ± 2.7 horas desde la aparición de la abstinencia de alcohol y en una cantidad media de 147 ± 46 mg. Con este método no se vió ninguna complicación relacionada con la intoxicación por diazepam o la abstinencia de alcohol. Durante la abstinencia a menudo apareció hipotensión ortostática, temblores, diaforesis, taquicardia y agitación. El síndrome de abstinencia de alcohol (SAA) no tratado amenaza potencialmente la vida y se asocia, con frecuencia, a morbilidad importante(1,2). El tratamiento del SAA debería ser agresivo, eficaz y seguro. La literatura está repleta de regímenes de desintoxicación(1-9). Sin embargo, entre estas estrategias existe una importante variabilidad de eficacia y seguridad. Actualmente, muchos clínicos utilizan una benzodiazepina o barbitúrbico para tratar el SAA(1,2,9). Los anticonvulsivos no benzodiazepínicos (p.e., carbamazepina o ácido valpróico) se viene utilizando con mayor frecuencia y pueden proporcionar un tratamiento seguro y efectivo del SAA(3, 4, 7). La utilización de otras terapias, como neurolépticos, megavitaminas, o inhalación de oxígeno es controvertida y esporádica(2,8). La mayoría de regímenes de desintoxicación de alcohol que utilizan un fármaco hipnótico-sedante aconsejan administrar una dosis inicial en el momento en que aparece el SAA y administrar después, una dosis específica del fármaco cada 4-6 horas mientras persistan los signos de SAA. Este abordaje presenta dos problemas importantes. En primer lugar, la dosis farmacológica es inadecuada y/o de frecuencia insuficiente por lo que el SAA está mal controlado y aumenta la morbilidad. Además, el periodo típico de desintoxicación requiere que el fármaco se administre durante 5-7 días, que se desarrolle en un marco hospitalario, por lo que el tratamiento del SAA con un hipnótico-sedante supone un elevado coste. Las estrategias que utilizan un anticonvulsivo no benzodiazepínico en el RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 16 – 1998 tratamiento del SAA, requieren 7-10 días de administración farmacológica, por tanto no suponen ninguna ventaja de coste en comparación a los “regímenes hipnóticossedantes con una frecuencia cada 4-6 horas”(3,4,7). Se han publicado otros informes de uso de técnicas de administración de diazepam en el tratamiento del SAA(5,6). La metodología de éstos difería de nuestro protocolo en que la dosis de ataque inicial se administraba cuando emergía el SAA y las dosis subsiguientes (cada 1-2 horas) se asociaban directamente a la presencia de síntomas de abstinencia. Aunque en estos informes el periodo de administración de diazepam se reducía considerablemente en comparación a los regímenes hipnótico-sedantes “cada 4-6 horas”, se daban complicaciones relacionadas con la abstinencia de alcohol(5,6). Nosotros presentamos una técnica para el tratamiento del SAA que emplea una dosis inicial de diazepam (20 mg) tras la emergencia del SAA, seguida de una dosis (20 mg) cada hora relacionada con el grado de intoxicación inducida por diazepam y no a la presencia de SAA. Nuestra hipótesis es que este método reducirá las complicaciones relacionadas con el SAA. En la literatura hallamos informes contradictorios sobre la existencia de la hipotensión ortoestática como signo de SAA(10,11).Ciertamente, la aparición de ortoestasia se ha descrito durante intoxicaciones severas de alcohol, Este artículo se ha publicado en la revista American Journal on Addictions 1996. 5 MAQUETA RET 16 5/7/99 17:38 Página 6 pero no está tan claro si es un fenómeno común durante el SAA(12,13). Aunque este no era el objetivo principal de este estudio, obtuvimos datos ortostáticos en todos los pacientes. MÉTODOS Los sujetos (n=50) incluidos en este estudio eran pacientes varones admitidos para desintoxicación de alcohol en el Lexington Veterans Affairs Medical Center, Lexington, Kentucky. Todos los pacientes se sometieron a una exploración física completa, anamnesis (médica, social, de consumo de drogas), y analítica de laboratorio. Los niveles basales de alcohol en sangre no se obtuvieron de todos los pacientes, debido a que los sujetos acudían al centro durante las 24 horas del día, con distintos grados de intoxicación o abstinencia de alcohol. Aunque todos los pacientes negaban el consumo de otras sustancias, en el momento de la admisión se les administró a todos un test de screening de orina (24-48 horas). Aquellos pacientes que en el análisis de orina se detectó otros agentes hipnóticos-sedantes o psicoactivos (aproximadamente el 20%) se excluyeron del estudio y se trataron (cuando fue necesario) con otros medios. Todos los sujetos se sometieron a una evaluación basal del nivel de intoxicación y/o abstinencia (Tabla 1) además de las constantes vitales rutinarias (frecuencia cardíaca, tensión arterial, temperatura, ritmo respiratorio). Esta evaluación la llevaron a cabo enfermeras del Lexington VA Medical Center, entrenadas en el uso de las medidas específicas que habían superado los exámenes correspondientes. En cuanto aparecía el primer signo de abstinencia de alcohol (temblor, diaforesis, taquicardia, agitación) se administraba diazepam oral (20 mg). La presencia de ortoestasia se evaluaba (cuando fue posible) antes de la aparición y durante el SAA, con el fin de determinar si la hipotensión postural es común en el SAA. Las medidas de los cambios posturales de la tensión arterial se tomaron inmediatamente (30 segundos) después de levantarse tras un periodo de 5 minutos en posición reclinada. La dosis de ataque de diazepam no se iniciaba ante la aparición única de ortostatia. Durante las próximas 12 horas, cada hora se media la abstinencia y la intoxicación. Cada 1-2 horas se adminis6 traba diazepam (20 mg) para establecer y mantener un “nivel de intoxicación por diazepam” entre 4 y 8 de la escala de intoxicación. Transcurridas las 12 horas, se administraba diazepam (10 mg) cada 1-2 horas en aquellos casos con signos de abstinencia de alcohol que puntuaban 4 o más en la escala de abstinencia. Los datos se expresan con la media ± SD. RESULTADOS El periodo medio de administración de diazepam fue 8.7 ± 2.7 horas y la media de cantidad total administrada fue 147 ± 46 mg (Tabla 2). El periodo de administración de 12 horas se mostró suficiente en todos los pacientes, es decir, ninguno de ellos requirió diazepam adicional (10 mg) más allá del periodo de 12 horas. El nivel más elevado de intoxicación inducida por diazepam observado con nuestro protocolo fue 8 (de un máximo de 10; Tabla 2). Con nuestra técnica no se produTabla 1. Evaluación de la Intoxicación/Abstinencia Escala 0: ninguna sintomatología presente 1: sintomatología leve o moderada 2: sintomatología severa Parámetros de Intoxicación Sedación Disartria Ataxia Signos de Romberg Nistagmus Parámetros de Abstinencia Temblor Diaforesis Taquicardia 0: pulso en reposos < 110 pm 1: 110 < pulso en reposo < 120 pm 2: pulso en reposo > 120 pm Agitación Ortostatia 0: 0-10 (mm Hg, disminución en la tensión arterial sistólica tras levantarse) 1: 10-20 2: > 20 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 16 – 1998 MAQUETA RET 16 5/7/99 17:38 Página 7 Tabla 2. Distribución de edad, administración de diazepam y nivel superior de intoxicación/abstinencia obtenido (n=50). Edad del paciente, años Media ±SD Rango 48.2 ± 10.3 23-70 Periodo de administración, horas 8.7 ± 2.7 4-12 Diazepam administrado, mg 147 ± 46 60-240 Nivel superior de intoxicación 5.4 ± 1.4 3-8 Nivel superior de abstinencia 3.1 ± 1.2 1-5 jeron incidentes de delirio inducido por diazepam, caídas o depresión respiratoria (<= 8 respiraciones por minuto). Todos excepto uno de los 50 pacientes estaban libres de intoxicación (clínica o medida) 24 horas después de su última dosis de diazepam. Hubo un caso cuya intoxicación duró 48 horas. El sujeto sufría una disfunción hepática preexistente (detectada después de iniciar el protocolo) y requirió solo 60 mg de diazepam para desintoxicarse. Aunque cinco sujetos tenían antecedentes de crisis comiciales por abstinencia de alcohol y dos de delirium tremens, no se produjeron incidencias de crisis comiciales, delirium tremens, alucinosis o agitación elevada. En unos pocos casos apareció hipertensión de moderada a severa, taquicardia u ortoestasia inmediatamente antes de iniciar la administración de diazepam, pero se resolvieron tras unas pocas dosis del fármaco. El nivel superior de los síntomas de abstinencia de alcohol detectados con este protocolo fue de 5 (de un máximo de 10; Tabla 1). Los datos ortoestáticos se resumen en la Tabla 3. La ortoestasia fue poco frecuente (n=4) entre los pacientes intoxicados por alcohol recién admitidos que no habían empezado a mostrar signos de SAA (n=29). Cuarenta y tres de los 50 pacientes (86%) manifestaron decrementos ortoestáticos en la tensión arterial a lo largo del SAA. Justo antes de iniciar la administración de diazepam 32 pacientes que manifestaban evidencia de SAA presentaron ortoestatia. De ellos, 17 manifestaron signos concurrentes de intoxicación residual por alcohol y 15 no. No se detectó una correlación significativa entre la cantidad de alcohol consumida diariamente (rango: 300750 g) y la dosis total de diazepam requerida para la desintoxicación. La duración de la estancia de los pacientes (rango: 2-10 días) dependió de la disponibilidad de camas en nuestro programa de tratamiento por drogas (separado de la unidad de desintoxicación) o del tiempo requerido para completar una evaluación médica completa y no tanto del tiempo de desintoxicación. DISCUSIÓN La administración de diazepam para el tratamiento del SAA parece plausible debido a su tolerancia cruzada al alcohol y la larga vida-media del agente principal (3060 horas) y la desmetildiazepam (40-110 horas), su principal metabolito activo (14). Teóricamente, esta vida-media larga aseguraría niveles sanguíneos del agente desintoxicante suficientes y de larga duración, situación que es menos probable que se produzca cuando se utilizan Tabla 3. Resumen de los hallazgos ortoestáticos en el síndrome de abstinencia del alcohol (SAA) *4 de 29 pacientes que acudían únicamente con intoxicación por alcohol (es decir, pre-SAA), presentaron ortoestasia *43 pacientes desarrollaron ortoestasia en algún momento del SAA (temblor, diaforesis, taquicardia, agitación De estos: 32 pacientes desarrollaron ortoestasia como un signo (junto al menos a otro signo de abstinencia) de SAA (antes de la administración de diazepam). De estos: 17 pacientes desarrollaron ortoestasia mientras manifestaban tanto intoxicación residual por alcohol como un SAA temprano 15 pacientes desarrollaron ortoestasia únicamente durante el SAA temprano 11 pacientes desarrollaron ortoestasia únicamente tras haberse iniciado la administración de diazepam 43 Total RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 16 – 1998 7 MAQUETA RET 16 5/7/99 17:38 Página 8 fármacos de vida-media más corta (p.e., oxazepam, lorazepam o alprazolam), especialmente con el abordaje de “cada 4-6 horas”. La intoxicación prolongada por diazepam no supone un problema con esta técnica, aunque un paciente con alteración hepática preexistente presentó un periodo de intoxicación ligeramente prolongado (48 horas). Debido al metabolismo hepático relentizado en este tipo de pacientes, es probable que requieran menos diazepam para la desintoxicación y puedan tener periodos más largos de intoxicación que los pacientes con alteraciones hepáticas mínimas. Dado que las benzodiacepinas pueden crear o complicar estados de delirio, la administración de diazepam probablemente debería evitarse en los pacientes con alteraciones hepáticas profundas o encefalopatía hepática clara. Aunque no tomamos medidas objetivas de la tolerancia conductual al alcohol, podemos inferir una aproximación a la tolerancia a partir de la cantidad diaria de consumo de alcohol. En nuestra población de pacientes, no hallamos una correlación significativa entre la cantidad de diazepam requerida para la desintoxicación y la cantidad de alcohol que el paciente confesaba consumir diariamente (rango: 300-750 g). Esto puede ser debido, en parte, al grado de SAA presente en el momento en que se iniciaba la administración de diazepam, porque algunos pacientes acudían al centro manifestando ya pronunciados signos de SAA (> 4 en nuestra escala) y por lo tanto requerían administación de diazepam inmediata y agresiva (cada hora). La inexactitud con que los pacientes informaron del consumo diario de alcohol también podría haber contribuido a esta ausencia de correlación. No obstante, si el auto informe del consumo diario de alcohol fuera exacto, sugeriría un elevado grado de tolerancia, lo cual podría explicar la cantidad sorprendentemente elevada de diazepam necesaria para desintoxicar a esta población de pacientes. Aunque la cuestión de si la ortoestasia es un signo del SAA no se ha resuelto con este estudio. Nosotros hallamos que la hipotensión ortoestática era poco frecuente (4 de 29) entre aquellos pacientes que acudían con intoxicación por alcohol y no habían desarrollado todavía ningún signo de SAA. Un hallazgo común en nuestro estudio fue la 8 ortoestasia que acompaña al SAA (n=43). Treinta y dos manifestaron cambios ortoestáticos (junto a otras evidencias de SAA) previos al inicio de la administración de diazepam. Si la administración de diazepam contribuyó o no a la aparición de ortoestasia en algunos pacientes no puede determinarse a partir de nuestros datos, pero claramente, varios pacientes (n=15) manifestaron hipotensión postural en ausencia de intoxicación por alcohol y antes de la administración de diazepam. Estudio futuros clarificarán la “cuestión ortoestática”. Es posible que nuestra práctica de medir los cambios ortoestáticos 30 segundos después de que el sujeto se levantara puede explicar las diferencias entre nuestros resultados y los obtenidos por otros investigadores. Muchos protocolos ortoestáticos aconsejan que las mediciones de tensión arterial y frecuencia cardíaca se realicen 3 y/o 6 minutos después de que el sujeto se levante. Según nuestra experiencia, es más probable que los sujetos sufran vértigos y desmayos relacionados con la ortoestasia durante los 30 segundos tras levantarse de una posición reclinada. Esto corresponde a la inmediata concentración venosa inducida por la gravedad (400-700 ml) y al disminuido retorno de sangre venosa producidos normalmente al asumir la posición vertical tras un periodo acostado (12). Los reflejos cardiovasculares se disparan por el decremento resultante del llenado del ventrículo izquierdo, pero dichos reflejos pueden necesitar minutos para resultar totalmente compensatorios (12,13). Deseamos enfatizar que si esta técnica se usa para garantizar una desintoxicación eficaz y a tiempo, es esencial adherirse al protocolo de administración, especialmente con respecto al mantenimiento de un nivel adecuado de intoxicación por diazepam. Aunque este no era un estudio controlado o comparativo, nuestros resultados sugieren que la administración de diazepam es un abordaje altamente eficaz, seguro y tiempo-eficiente para la desintoxicación de alcohol que justifica más investigaciones y comparaciones con los regímenes standard. Nota: La Bibliografía de este artículo se encuentra en la página 24 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 16 – 1998