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EN RELACIÓN A LA “PROPOSICIÓN NO DE LEY PARA MEJORAR LA
ATENCIÓN A LAS PERSONAS CON TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA”,
PRESENTADA POR D. JOSEP ANTONI DURAN I LLEIDA, EN SU CALIDAD DE
PORTAVOZ DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I
UNIÓ) Y APROBADA EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS.
Declaración de la federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas
(FEAP)
La Federación Española de Asociaciones de de Psicoterapeutas (FEAP), sostiene
un profundo desacuerdo con algunas de las manifestaciones que se realizan en esta
Proposición no de Ley, particularmente en lo que se refiere a la consideración de los
Trastornos del Espectro Autista (en adelante TEA) como un trastorno neurológico,
así como también, con la sorprendente propuesta de establecer el tratamiento
psicoterapéutico de orientación conductista como el único eficaz para el abordaje
de dicha patología (de forma preferente y única explicitada).
A expresar públicamente nuestras consideraciones y propuestas se dirige la
presente declaración:
Frente a la concepción que impera en la Proposición no de ley, es preciso
señalar y destacar que los TEA no son trastornos circunscritos al terreno
neurológico,
aunque
puedan
ir
asociados
a
otros
trastornos
de
origen
neurobiológico.
Es muy importante señalar que se trata de un trastorno
psicopatológico
como puede verse en las más relevantes clasificaciones de los trastornos mentales
la CIE-10, DSM-IV-TR, o la Clasificación Francesa de los Trastornos Mentales del
Niño y el Adolescente (CFTMEA-R-2000).
Además, el diagnóstico de los TEA es eminentemente clínico, ya que no existen
hasta el momento marcadores biológicos ni pruebas o procedimientos técnicos para
identificar a aquellos niños que cumplen criterios diagnósticos de TEA, para ser
diagnosticados como tal. Por tanto, los profesionales deben guiarse por su juicio
clínico, apoyándose éste, en los parámetros y criterios de diagnóstico de las
clasificaciones al uso. La detección y el diagnóstico, están influidos por los cambios
inherentes al ciclo vital, por lo que la valoración deberá tener siempre en cuenta la
perspectiva evolutiva y adaptarse a la misma.
La tendencia vigente asume un origen multifactorial en la génesis de estos
trastornos, apareciendo implicados en proporciones variables factores genéticos,
biológicos y psicológicos.
Sobre este tema puede consultarse en la pag. web de FEAP (www.feap.es) la
“Guia de diagnóstico y tratamiento de los trastornos del espectro autista. La
atención en la Red de Salud Mental”.
Si bien algunos autores defienden un origen neurobiológico cognitivo, y por lo
tanto un modelo psicoterapéutico centrado en paliar el déficit y en aumentar las
competencias socialmente utilizables a través de una terapia conductual, opción
que a nuestro juicio sesgadamente asume la Proposición no de Ley, otros muchos
autores de orientación psicodinámica, sistémica y de otros modelos teórico-técnicos
y clínicos, ponen el énfasis en las características del funcionamiento del aparato
psíquico que imposibilitan el establecimiento de un vínculo afectivo adecuado, y,
reconociendo un componente constitucional, establecen como objetivo principal en
este modelo terapéutico el de hacer posible un desarrollo funcional de las relaciones
en el contexto significativo, particularmente el sistema familiar.
Todo ésto lo
rechaza por exclusión esta Proposición no de Ley. Lo que consideramos no sólo un
sesgo, sino también un inaceptable error.
Como la mayor parte de la comunidad científico-profesional reconoce, el
tratamiento debe diseñarse desde una concepción interdisciplinar, aplicarse de
forma intensiva e instaurarse precozmente, complementando la psicoterapia del
niño con intervenciónes psicoterapéuticas de apoyo para los padres, fomentando los
recursos de la familia e instaurando medidas de estimulación en función de los síntomas
constatados.
Los familiares suelen ser los primeros en sospechar que hay un problema en un
60% de los casos, los pediatras en un 10% y los servicios educativos en un 7%. La
precocidad y calidad de las intervenciones interdisciplinares, puede cambiar la evolución de
un gran número de niños.
El trabajo con las familias en el tratamiento de estos niños es imprescindible.
Al ser trastornos que aparecen a edades muy tempranas, su detección precoz es
fundamental, debido a que permite un inicio asimismo temprano del tratamiento.
Esto conlleva una mejor atención terapéutica en un momento de la vida en el que,
esta patología, en caso de producirse, supone una detención en el normal proceso
de desarrollo de las capacidades cognitivas y relacionales del sujeto, así como en su
constitución psíquica. Existe un amplio consenso entre los profesionales de que la
intervención temprana con un tratamiento intensivo y multidisciplinar mejora el
pronóstico a largo plazo.
El tratamiento de los TEA es complejo por la variedad del perfil y orientación de los
profesionales que intervienen en el mismo, así como la diversidad de técnicas
terapéuticas aplicadas.
Son tratamientos que suponen un alto coste de recursos económicos y personales a
lo largo de la vida del paciente, pues están implicados diferentes profesionales:
psiquiatras y psicólogos clínicos con diferentes técnicas y niveles de intervención
especializada en Salud Mental, médicos, psicólogos, educadores y maestros
especializados en psicopedagogía, especialistas en lenguaje y psicomotridad, todos
ellos trabajando en coordinación.
El tratamiento debe
ser personalizado, conforme a las características propias de
edad, nivel evolutivo, capacidades o discapacidades diversas, características del
entorno familiar, posibilidades de integración a nivel escolar, etc. y sin duda, debe
incluir la Psicoterapia entendida como una entidad cuya ramificación en diversos
modelos teóricos no supone la priorización de uno -en este caso el conductualsobre otros que vienen desarrollando importantes aportaciones reconocidas
ampliamente por la comunidad científico-profesional tanto a nivel nacional como
internacional.
La sanidad publica debe asumir la responsabilidad de ofertar los recursos
necesarios para el tratamiento de estos pacientes, pues es difícil que una familia
pueda hacerse cargo de ello, y dejar a un niño con TEA sin el tratamiento adecuado
aumenta los riesgos de una evolución invalidante, con graves consecuencias en el
desarrollo evolutivo del niño y en la dinámica familiar, así como un aumento de los
gastos sociales por enfermedad.
Esta Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP), que agrupa a
cincuenta y dos asociaciones de los diferentes modelos teórico-técnicos, que cuenta
con más de 2.400 psicoterapeutas acreditados con altos y rigurosos requisitos de
capacitación y representa en España a la Federación Europea de Asociaciones de
Psicoterapeutas (EAP) la más importante sin duda en Europa en materia de
Psicoterapia, quiere expresar ante el Congreso de los Diputados, la Administración
Pública y la sociedad, que entender como única y excluyente aportación para la
compleja intervención que se precisa en estos casos, la de la psicoterapia de
orientación conductista, representa un sesgo erróneo que debe ser subsanado. Así
mismo queremos expresar que la consideración de los TEA como trastornos
exclusiva o principalmente neurológicos, supone una visión errónea y reduccionista
que por tanto contiene riesgos en su aplicación.
En razón de todo lo anteriormente expuesto, rogamos al Grupo Parlamentario
Catalán y al Congreso de los Diputados, revisen estos términos de la Proposición no
de Ley para mejorar la atención a las personas con trastornos del espectro del
autismo que ha sido recientemente aprobada, para lograr una verdadera mejora de
la atención a las personas que padecen dicho trastorno.
En Madrid a 15 de marzo de 2011
Por
la
Junta
Directiva
de
la
Federación
Española
de
Asociaciones
Psicoterapeutas, FEAP
Begoña Olabarría
Psicóloga Clínica
Presidenta de FEAP
Encarnación Mollejo
Psiquiatra
Vicepresidenta 1ª de FEAP
de