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 URELESS
Alimento Funcional con beneficio en la reducción de desechos nitrogenados (Urea
principalmente)
Probióticos.
Los probióticos se definen como microorganismos presentes en alimentos o medicamentos, que al
ser ingeridos confieren efectos fisiológicos benéficos para el hospedero a través de mecanismos
microbianos. Los componentes y metabolitos microbianos no son considerados como probióticos.
Los microorganismos usados como probióticos deben ser capaces de expresar su actividad en el
organismo del hospedero, además debe ser una bacteria que normalmente se encuentre en el
intestino y su ingestión afecte el balance microbiano intestinal (Ishibashi, 2001).
Entre los numerosos microorganismos presentes en el intestino humano, aquellos que afectan
benéficamente al hospedero mejorando el balance de la flora, y que son considerados como
probióticos incluyen a las especies Lactobacillus, Bifidobacterium y Enterococcus (Tabla 1)
(Ishibashi, 2001).
Tabla 1. Especies representativas de probióticos
Lactobacillus
Bifidobacterium
Enterococcus
L acidophilus
B bifidum
E faecalis
L johnsonii
B longum
E faecium
L gasseri
B breve
L casei
B infantis
L rhamnosus
L plantarum
Av. Chapultepec # 223-­‐29 “C” Col. Americana Guadalajara, Jalisco Tel 33 38 26 80 09 CP 44160 www.nin.com.mx Lactobacillus rhamnosus.
Lactobacillus rhamnosus comprende a una serie de microorganismos gram-positivos, anaerobio
facultativos, no formadores de esporas, no móviles y en forma de barra. Originalmente esta cepa
fue considerada como una subespecie de L. casei, sin embargo, en posteriores estudios genéticos
se comprobó que es una especie distinta. En 1989, su nombre taxonómico cambió de L. casei
subespecie rhamnosus a L. rhamnosus. L rhamnosus ha existido durante cientos de años en los
quesos y es una de las especies más comunes encontradas en el intestino de niños alimentados
al seno materno (Ahrne, 2005).
Seguridad de L rhamnosus.
Los probióticos son comercializados en productos alimenticios o medicamentos, por lo que su
seguridad se vuelve trascendental. La seguridad de estos microorganismos se ha confirmado a
través de un largo tiempo de experiencia. Los probióticos han sido utilizados de manera extensa
en el procesamiento de alimentos a lo largo de la historia de la humanidad. Las bifidobacterias y
lactobacilos han sido reconocidos como seguros por su larga historia de uso en alimentos
fermentados, su presencia casi universal en el intestino y aparato genitourinario en los humanos,
así como su extremadamente rara participación en procesos patológicos (Ishibashi, 2001).
En la evaluación de la seguridad de los probióticos deben considerarse la patogenicidad,
inefectividad y virulencia de las bacterias, así como su toxicidad, actividad metabólica y
propiedades intrínsecas de los microorganismos.
La ausencia de patogenicidad e inefectividad es un requisito de un probiótico. Se han aislado
lactobacilos y bifidobacterias en infecciones clínicas, sin embargo, esto parece ser resultado de
infecciones oportunistas. Las causas de estas infecciones oportunistas incluyen daño en la piel,
enfermedades crónicas, cáncer y anormalidades inducidas por drogas. Demostrar que un
probiótico es infectivo es difícil de probar, especialmente en microorganismos anaerobios, los
cuales generalmente se consideran como no infectivos. Una prueba de toxicidad bacterial de
administración simple (aguda) y pruebas de toxicidad de administración repetida (crónica) proveen
información sobre toxicidad. Para L rhamnosus la dosis letal media con administración
intraperitoneal fue reportada de 1.7-3.6 x 109/ratón (Ishibashi, 2001).
Av. Chapultepec # 223-­‐29 “C” Col. Americana Guadalajara, Jalisco Tel 33 38 26 80 09 CP 44160 www.nin.com.mx En 1990, L rhamnosus se introdujo de manera universal en productos lácteos en Finlandia. El
reporte de vigilancia de infecciones del Instituto Nacional de Salud Pública de Finlandia mostró
que la bacteremia debida a Lactobacillus no aumentó con el incremento en su consumo. Se
analizaron los registros de 89 pacientes con lactobacilemia de esta misma población: la mayoría
de los pacientes fueron mayores de 60 años y tuvieron enfermedades subyacentes graves, 39%
tuvieron bacteremia polimicrobiana. Sin embargo, no se tuvieron datos de si estos pacientes con
lactobacilemia ingirieron alimentos con estos probióticos (Hammerman, 2006).
Los pacientes inmunocomprometidos son especialmente vulnerables a infecciones, sin embargo,
se ha observado que los probióticos son seguros en niños y adultos con VIH. En neonatos
pretérmino, los probióticos incluso disminuyen la incidencia y gravedad de enterocolitis
necrotizante, y no se han observado infecciones probióticas secundarias (Hammerman, 2006).
Reportes de caso: una mujer de 74 años con diabetes, que ingirió durante 4 meses L rhamnosus
desarrollo un absceso hepático infectado con este microorganismo. Un hombre de 64 años con
regurgitación de la válvula mitral, que consumía capsulas de probióticos de manera regular -las
cuales abría y masticaba- desarrolló una infección con L rhamnosus después de una extracción
dental. Otros casos anecdotarios se han descrito en neonatos prematuros (Hammerman, 2006).
Flora intestinal en la insuficiencia renal crónica.
En el paciente con insuficiencia renal crónica, las altas concentraciones de toxinas urémicas como
urea, creatinina u otros productos nitrogenados, alcanzan el intestino y lo vuelven sujeto de la
actividad bacteriana. Los pacientes urémicos muestran cuentas elevadas de microorganismos
aerobios y anaerobios en el duodeno y el yeyuno, zonas con muy baja o incluso nula cuenta de
estos microorganismo en sujetos sanos. Las bacterias patógenas se encuentran relacionadas a la
generación de toxinas urémicas y carcinogénicas además de ser considerada como una potencial
fuente de inflamación en el paciente con IRC.
Existe evidencia de alteraciones en la función de la mucosa intestinal en pacientes urémicos. Se
ha reportado un aumento en la permeabilidad intestinal a polietin-glicol de varios tamaños en
pacientes con falla renal crónica. La constipación, un problema frecuente en pacientes con falla
renal, promueve el sobrecrecimiento bacteriano, el cual a su vez incrementa la permeabilidad de
Av. Chapultepec # 223-­‐29 “C” Col. Americana Guadalajara, Jalisco Tel 33 38 26 80 09 CP 44160 www.nin.com.mx la barrera intestinal y promueve la translocación bacteriana. Por otro lado, la rápida y constante
renovación del epitelio intestinal (3-6 días) es esencial para mantener la integridad de la barrera
intestinal, pero la desnutrición (altamente prevalente en pacientes con insuficiencia renal) puede
dañar el recambio del enterocito y contribuir al daño a la barrera intestinal. Por todo lo anterior, el
tratamiento de este sobrecrecimiento bacteriano típico del paciente con enfermedad renal tendría
múltiples beneficios (Simmenhoff, 1996; Kotanko, 2006).
Papel de los probióticos en la insuficiencia renal crónica.
Como es bien conocido, la principal función de los probióticos es promover la salud intestinal al
restablecer la flora bacteriana normal y disminuir el sobrecrecimiento bacteriano (Parvez, 2006).
Aunque la información es limitada, en algunos estudios se ha demostrado que la administración
de probióticos a pacientes con insuficiencia renal crónica en hemodiálisis disminuye la producción
de toxinas urémicas (indoxil sulfato) y cancerígenas (metilaminas) (Simmenhoff, 1996; Takayama,
2003).
Papel de los prebióticos en la insuficiencia renal crónica.
Los prebióticos son ingredientes alimenticios no digeribles (fibra, ej. inulina) que afectan
benéficamente al hospedero por estimulación selectiva del crecimiento o actividad, o ambos, de
una bacteria o un grupo limitado de bacterias en el colon, entonces mejora la salud del hospedero.
Los prebióticos aumentan la excreción fecal de nitrógeno y disminuyen las concentraciones en
sangre y la excreción renal de urea en ratas (Younes, 1995). La inulina sirve como fuente de
energía para las bacterias intestinales, las cuales, durante su crecimiento también necesitan una
fuente de nitrógeno para la síntesis proteica. Cuando la ingestión de hidratos de carbono
fermentables es alta, la cantidad de amonio requerido para mantener el crecimiento bacteriano
máximo se vuelve insuficiente, y entonces la urea sanguínea es utilizada como una fuente para la
síntesis proteica bacteriana. Además, el propionato, inhibe la generación de urea en el hígado en
presencia de amonio y aminoácidos. La extrapolación de estos datos a humanos es cuestionable
dadas las diferencias en la estructura del tracto digestivo y las diferencias en la micro flora
colónica (Kaur, 2002). Sin embargo, la suplementación con prebióticos en humanos con
insuficiencia renal crónica mostró una mayor eliminación fecal de nitrógeno con una consecuente
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prebióticos se asocia con inhibición de la enzima xantina oxidasa, la cual participa en la síntesis
de ácido úrico, y también es útil en el tratamiento del paciente con uremia (Kaur, 2002).
En estudios preliminares (aun no publicados) la administración del gel simbiotico-sinergico
(alimento simbiótico con pre y probióticos Ureless®) logró disminuir de manera significativa los
niveles de amonio en pacientes con cirrosis hepática, por lo que su aplicación en el paciente con
insuficiencia renal tiene un potencial efecto benéfico.
OBJETIVO: reducción de los niveles de toxinas urémicas en pacientes con falla renal en etapa
prediálisis
Dosis: 2 sobres de gel en ayunas por día
Presentación: caja con 28 sobres
Costo al público: $800.00
Este producto obtuvo apoyo de Conacyt y Secretaria de Economía para realizar investigación
Protocolizada con el Convenio ECO-2010-C01-000000000149368 para el año 2011.
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