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ENTRE MADRES E HIJOS Dr. Elías Jiménez F. ISBN 9968-9748-6-2 DEDICATORIA A nuestros hijos y nietos, por habernos dado amor y felicidad. INDICE GENERAL1 I. Introducción Dr. Elías Jiménez Fonseca II. Presentación Sra. Gloria Bejarano de Calderón Fournier III. Artículos EL NIÑO SANO 1. Problemas simples, consultas frecuentes. Dr. Elías Jiménez 2. Cuidados del recién nacido. Dr. Elías Jiménez 3. ¿En qué posición debe dormir su niño? Dr. Elías Jiménez 4. Circuncisión Dr. Edgar Mohs 5. Lactancia materna exitosa Dr. Edgar Mohs 6. Drogas y medicamentos durante la lactancia materna. Dr. Edgar Mohs 7. Lactancia Materna y Enfermedades. Dr. Elías Jiménez 8. La ablactación Dra. Ana Laura Jiménez 9. Problemas de alimentación. Dr. Edgar Mohs 10. La Chupeta. Dr. Elías Jiménez 11. Las Andaderas. Dr. Elías Jiménez 12. Guarderías Infantiles: beneficios y riesgos. Dr. Elías Jiménez 13. Frenillo de lengua. Dr. Edgar Mohs 14. Pies planos o pronados. Dr. Edgar Mohs 1 La numeración corresponde al índice original y no aplica para la represente digitalización. 7 19 25 25 27 31 35 38 40 43 47 50 54 56 60 63 66 67 15. Aprendiendo a controlar esfínteres. Dr. Elías Jiménez 16. Las mascotas y los niños. Dr. Elías Jiménez 17. ¿Cuándo llamar al doctor? Dr. Elías Jiménez 18. Medicamentos para los viajes. Dr. Elías Jimenez 69 72 75 78 SINTOMAS FRECUENTES 81 19. El recién nacido amarrillo. Dr. Elías Jiménez 20. Cólicos. Dr. Elías Jiménez 21. La Fiebre Dr. Elías Jiménez 22. La tos. Dr. Elías Jiménez 23. Vómitos en niños. Dr. Elías Jiménez 24. El niño con dolor de cabeza. Dr. Elías Jiménez 25. Dolor abdominal en menores de un año Dr. Edgar Mohs 26. Niños con dolor abdominal crónico Dr. Carlos Arrea 27. Sangrado nasal. Dr. Elías Jiménez 28. Espasmo del sollozo. Dr. Elías Jiménez 29. Cuando el niño de orina en la cama. Dr. Edgar Mohs 83 86 90 94 97 100 103 108 116 118 121 ENFERMEDADES COMUNES 123 30. El catarro común Dr. Elías Jiménez 31. Infecciones respiratorias agudas. Dr. Edgar Mohs 32. Faringoamigdalitis. Dr. Edgar Mohs 33. Estomatitis. Dr. Elías Jiménez 125 128 131 134 34. Otitis media. Dra. Carolina Soley y Dr. Adriano Arguedas 35. Asma bronquial en niños. Dr. Manuel Soto 36. Dermatitis del pañal. Dr. Elías Jiménez 37. Impétigo. Dr. Edgar Mohs 38. Anemia en los niños. Dr. Elías Jiménez 39. Sangrado anormal. Dr. Elías Jiménez 40. Enfermedad diarreica. Dr. Adriano Arguedas y Dra. Carolina Soley 41. Dieta y Diarrea Dr. Elías Jiménez 42. Diarrea con sangre. Dr. Elías Jiménez 43. La Varicela. Dr. Elías Jiménez 44. Meningitis en niños. Dr. Elías Jiménez 45. Hepatitis Viral. Dra. Carolina Soley y Dr. Adriano Arguedas 46. Hernia Umbilical. Dr. Elías Jiménez 47. Hidrocele y Hernia Inguinal Dr. Elías Jiménez 48. Apendicitis aguda en los niños. Dr. Carlos Arrea 138 142 148 151 153 156 160 163 166 169 173 176 179 180 182 MEJOR PREVENIR 185 49. Vacunas. Dr. Adriano Arguedas y Dra. Carolina Soley 50. Bicicletas y Patinetas. Dr. Elías Jiménez 51. ¿Qué tan seguros son los supermercados para los niños? Dr. Elías Jiménez 52. Alcoholismo Fetal. Dr. Elías Jiménez 53. Tabaquismo y salud de los niños. Dr. Elías Jiménez 54. La obesidad de los adultos empieza en la niñez. Dr. Elías Jiménez 55. Mortalidad infantil y patología social. Dr. Elías Jiménez 187 192 195 198 201 203 206 56. Vitaminas y malformaciones congénitas. Dr. Elías Jiménez 57. Cuidado con los excesos. Dr. Elías Jiménez 209 212 LOS ACCIDENTES 215 58. Accidentes poco conocidos. Dr. Elías Jiménez 59. Accidentes de tránsito. Dr. Elías Jiménez 60. Los niños y las caídas. Dr. Elías Jiménez 61.Heridas. Dr. Roberto Herrera. 62. Niños que toman alguna sustancia tóxica. Dr. Carlos Arrea 63. Cuerpos extraños en las vías aéreas de los niños. Dr. Carlos Arrea 64. Niños que tiene un cuerpo extraño en las vías digestivas. Dr. Carlos Arrea 65. Quemaduras. Dr. Elías Jiménez 66. Mordeduras en niños. Dr. Elías Jiménez 67.Mordeduras de serpiente. Dr. Carlos Arrea 217 220 223 226 229 233 240 245 248 252 ASPECTOS PSICOLÓGICOS 259 68.Principios básicos para el manejo de algunos problemas de comportamiento. Dr. Edgar Mohs 69. Los sentimientos ambivalentes de las madres que trabajan. Dr. Edgar Mohs 70. El sueño y sus niños. Dra. Ana Laura Jiménez 71.Déficit de Atención. Dr. Luis Diego Herrera 72. El abuso de la Ritalina. Dr. Elías Jiménez 73. El lenguaje oculto de los tics. Dr. Luis Diego Herrera 74. Cuando la madre enferma a sus hijos. Dr. Elías Jiménez 261 265 267 272 276 279 283 75. Zurdos. Dr. Luis Diego Herrera 76. ¿Qué es el autismo? Dr. Luis Diego Herrera 77. Masturbación y juegos sexuales. Dr. Luis Diego Herrera 78. Berrinches Dr. Luis Diego Herrera. 286 291 296 . 301 INTRODUCCION El ejercicio de la Pediatría implica el tener el conocimiento científico necesario para poder ayudarles a los padres a preservar la salud de sus hijos, promocionándola, previniendo y curando enfermedades, y sobre todo, comunicándose apropiadamente con ellos, realizando así una labor educativa. Educar a los padres es entonces uno de los pilares fundamentales de la Pediatría. Cuando el proceso educativo se limita a resolver las preguntas que los padres tienen durante la consulta, las lagunas que quedan son muy grandes, en primer lugar, porque el tiempo siempre es limitado, las respuestas no son amplias y comprensibles, y es común que queden más preguntas sin respuestas que respuestas a las preguntas; pero otro factor limitantes es la distracción constante que provocan los niños durante la consulta. Un niño llora por hambre, por la vacuna o por impaciencia, y a menudo, los hermanos corren y brincan por el consultorio, todo lo cual hace muy difícil que los padres y el médico se concentren adecuadamente. La necesidad de que los padres tengas una fuente de consulta apropiada sobre los problemas y soluciones relacionados con la salud de sus hijos, a través de la lectura, nos hizo emprender la tarea de escribir este libro. Aún cuando existen muchos libros, y muy bonitos, sobre estos temas, el costo de la mayoría, la extensión de otros, el idioma de algunos, y la necesidad de exponer la experiencia propia, terminó por estimular este trabajo, orientado a resolver las preguntas y ampliar los temas que han sido motivo de inquietud frecuente de parte de los padres en nuestra consultas. Varios de los artículos presentes en este libro fueron publicados previamente en la prensa, en revistas no científicas, o presentados en conferencias. Todos ellos se revisaron y actualizaron cuando esto procedía. Quiero agradecerles especialmente a todos los coautores el que hayan aceptado no solo escribir sus artículos para esta publicación, sino también que donaran sus derechos de autor a la FUNDACION PARA EL DESARROLLO DEL HOSPITAL DE NIÑOS “Dr. Carlos Sáenz Herrera”. Esto significa que los ingresos íntegros que la Fundación obtenga en la comercialización de la presente obra, serán destinados a los programas de modernización del Hospital, constituyéndose así un beneficio directo para la niñez costarricense. Dr. Elías Jiménez F. Septiembre de 1998 PRESENTACION Llegué a casa con el bebé y todo el mundo comenzó a darme instrucciones: “el bebé debe dormir boca abajo para que no se ahogue”, “no haga caso, que duerma de lado porque se le tuercen los pies”; “póngale guantes para que se rasguñe la carita”; “no le usen calzón plástico porque es demasiado caliente y le saca sarpullido”; “Dios guarde se le ocurra cambiarlo durante la noche; mientras los “ninis” estén calientitos…..”; ”Si tiene cólicos dale manzanilla o anís de estrella, si tiene hipo ponele un algodón mojado en la frente”. A la mañana siguiente la cosa no mejoró, opinaba la familia, la empleada y las amigas; y mientras unos me decían que lo bañara, otros insistía que no lo hiciera hasta que se le cayera el ombligo; unos me recomendaban ponerle aceite y otros que mejor le pusiera talco, la chupeta se convirtió en tema de deliberación familiar mientras que la empleada se encargó de ponerle un “pañal curity” entre las manitas “para que se sienta seguro”. Yo cada vez estaba más confundida y deseosa que llegar el día en que por primera vez iríamos juntos a la cita del pediatra. El doctor procedió a pesar y medir al niño que por supuesto no estuvo de acuerdo con que se le dejara desnudo sobre una romana y comenzó a lloriquear. Lo tomó por las rodillas y le abrió las piernitas, le jaló los bracitos, le midió la cabeza y yo entré en pánico ¡Me lo iba a quebrar! Todas las preguntas que yo llevaba listas se borraron, en ese momento no pensé en otra cosa que no fuera vestirlo y consolarlo para que dejara de llorar. Entre llantos y sollozos escuché de la leche, me habló de los cólicos, del peso, de los cuidados básicos, de la dormida y la chupeta. Salí del consultorio con tantas o más preguntas que las que llevaba antes de entrar. Las siguientes semanas fueron difíciles para el bebé y para mí. Traté de dejarlo sin calzón plástico, y a las tres de la mañana lloraba desconsoladamente, en medio de una enorme y helada laguna. No había opción ¡Había que cambiar niño y cama aunque fuera de madrugada! Como no estaba segura que era mejor, si la crema o el talco, le ponía las dos; resultado: una lija que le puso la carne al rojo vivo. En la cita no me quedó claro lo de la fórmula así que decidí que era bueno que las “medidas” de leche fueran copeteaditas con lo que logre indigestar al niño y producirle unos cólicos para los cuales ningún remedio parecía efectivo. Después de horas de llanto interminable, triunfó la chupeta bañada de miel de abeja, y si bien el niño la escupía, este “dulce” remedio acabó por seducirlo. El hipo por su parte tuvo que ser abordado con diferentes tratamientos: el consabido algodón mojado en la frente, la moneda en el ombligo, la pizca de sal en la lengua o la gota de limón ácido que lo hacía retorcerse como lombriz en su cuna. Por supuesto que con el paso del tiempo las mamás vamos solucionando problemas, con la ayuda del médico y la naturaleza aprendemos día a día a cuidar mejor a nuestros hijos. Cuando los años han pasado, las dificultades que vivimos en su infancia son motivo de risas y de bromas, pero en su momento nos producen angustia, tensión y ansiedad. Las madres primerisas quisiéramos tener un pediatra a tiempo completo a nuestro lado que nos indique si el llanto es de dolor o malacrianza; si la fiebre es lo suficientemente alta como para meterlo en agua fría y que nos garantice que ese procedimiento no le va a provocar una pulmonía; que nos diga que hacer cuando vomita, como aliviar un cólico y cuando debe dejar los benditos pañales. Hay madres que se angustian de pensar que van a molestar al pediatra con sus consultas y otras que, al contrario de las anteriores, llaman al médico hasta para hacer las preguntas más elementales. En todos los casos uno suele llamar en momentos de crisis, en los que difícilmente uno puede asimilar toda la información que el pediatra suministra. Por otra parte, la cantidad de información que recibe una madre en artículos y comentarios, algunos contradictorios, con términos desconocidos, que hablan de enfermedades o síndromes, lejos de aclararle dudas las confunden y le producen ansiedad. Por ello, la iniciativa que nos presenta el Dr. Elías Jiménez viene a llenar la necesidad que tienen miles de padres de familia de poder aclarar dudas en la tranquilidad del hogar, de preparse para responder a las necesidades de sus hijos, y de tener una herramienta de consulta que les permita plantear preguntas más específicas al pediatra. El doctor Elías Jiménez es reconocido no sólo como uno de los mejores pediatras de la región, sino como uno estudioso de la materia, que ha consagrado su vida a la investigación y el desarrollo de la pediatría en América Latina. Su vasta experiencia lo ha llevado al convencimiento de que la labor del pediatra debe ir más allá de la atención médica de los niños, y nos plantea la necesidad de coadyuvar a la educación de los padres para que estos puedan preservar la salud de sus hijos. Por ello, no es de extrañar que esta iniciativa surja de él y que invite a otros distinguidos colegas suyos, que comparten esta inquietud, a ser parte de este esfuerzo. Cada uno de los artículos representa un tema que por años ha venido inquietando a los padres de familia, temas que necesitan ser tratados con rigor científico y a la vez mantener sencillez en el lenguaje para su mejor comprensión. Pero el doctor Jiménez va más allá, no solo da respuestas sino que nuevamente entrega su trabajo a favor de los niños de Costa Rica. La donación de los derechos de autor de esta obra la Fundación para el Desarrollo del Hospital Nacional de Niños, es muestra innegable de su compromiso con la niñez costarricense y con la institución a la cual ha dedicado gran parte de su vida. El Hospital de Niños ha tenido en el doctor Jiménez un pediatra, un investigador, un científico, un promotor, un maestro, un hombre ejemplar que ha luchado por la consolidación y el reconocimiento de nuestro hospital como uno de los mejores en América. Estoy segura que este libro ayudará a que miles de madres puedan liberarse de tensiones y angustias innecesarias, que miles de niños recibirán una mejor atención, y que muchos pediatras sentirán un alivio en sus consultas. Yo por mi parte no me puedo quejar, si bien no tuve este libro mientras mis hijos crecieron, tuve un pediatra excepcional. Elías escuchó con paciencia mis consultas, cuidó de mis hijos y me enseño a cuidar de ellos. ¡Quien mejor para escribir y dirigir un libro como este! Gloria Bejarano de Calderón Fournier EL NIÑO SANO PROBLEMAS SIMPLES, CONSULTAS FRECUENTES Dr. Elías Jiménez F. Existen una serie de preocupaciones muy frecuentes de parte de padres y madres, que llamaremos problemas simples, aún cuando la mayoría de ellos son situaciones normales dentro del proceso de maduración de los niños. Veamos algunos ejemplos. 1. La madre esta amamantando a su niño, y necesita salir, surgiendo entonces la preocupación de llegar a tiempo para poder darle de comer cuando se despierte. El problema motivo de la consulta es que si se saca la leche, por cuánto tiempo la puede guardar y cómo?, y qué cantidad de leche estará tomando el niño? Se sabe que la leche materna puede mantenerse a la temperatura ambiente hasta por 3 horas, refrigerarse por 1 o 2 días, o congelarse por mucho tiempo. Lo práctico sería entonces que las madres que pueden sacarse la leche con facilidad, lo hicieran unas 2 veces al día, y mantuvieran esta leche congelada para evitarse así carreras de última hora. En cuanto a la cantidad de leche que deben tomar los niños pequeños, una buena regla es calcular la edad en meses más 2 o 3 oz. Así, un bebé de 2 meses estaría tomando 4 o 5 oz. (1 oz = 30 ml) 2. Cómo son las heces de los lactantes?, y con qué frecuencia deben evacuar? El aspecto de las heces y su consistencia varía según la alimentación del niño y su edad. Así, en el niño de pocas semanas alimentado con leche materna, lo usual es que las heces sean amarillentas, con gránulos blanquecinos y muy líquidas, a veces la evacuación es explosiva y son tan frecuentes como las veces que el niño coma. Cuando la alimentación es con fórmula, las evacuaciones son más compactas y menos frecuentes. No debe preocuparnos el color verdoso de las heces en algunas ocasiones. Conforme crece el niño, disminuye la frecuencia de las evacuaciones, hasta tal punto que niños alimentados con leche materna pueden evacuar cada 4 días o más sin que ellos signifique ningún problema, especialmente si las heces continúan siendo muy suaves. Es un error creer que un niño pequeño está estreñido porque hace mucho esfuerzo para defecar, se pone rojo del esfuerzo o no defeca diariamente, sobre todo si las heces son suaves. Esas son situaciones normales, y se relacionan con el proceso de maduración de los niños, que implica el ir adquiriendo una coordinación adecuada entre el movimiento intestinal, la distensión del recto y la dilatación del esfínter anal. 3. Son normales el hipo y los estornudos en los lactantes?, o significan que el niño está con un problema digestivo o respiratorio? Es normal que los niños tengan hipo, este se relaciona con el proceso de deglución y la distensión del estómago, que estimulan el nervio frénico, lo cual se facilita por la posición que el estómago tiene en los niños pequeños. Desaparece espontáneamente en unos pocos minutos, molesta más a los padres que al niño, y su frecuencia va disminuyendo con el crecimiento. Los lactantes son muy sensibles a los cambios de temperatura, y estornudan en forma refleja, siendo esta una situación completamente normal, y no significa que estén resfriados o se vayan a enfermar. 4. Mi hijo de 1 mes de edad tiene un ruido en la nariz. ¿Está enfermo? Los niños de esa edad tienen la nariz más pequeña, y con más curvatura en la zona del puente nasal, lo que provoca que al respirar el aire ocasione una mayor turbulencia, especialmente al estar acostados, situación que podríamos identificar cono “soplo nasal fisiológico”. A veces esto se acentúa en las noches por la temperatura ambiente más baja. Este ruido desaparece después de varios meses. Muy ocasionalmente, cuando existen alergias, por ejemplo a la leche de vaca, el ruido se puede acentuar. 5. ¿A que edad puede uno sentar a los niños? Los niños se pueden sentar a cualquier edad, lo importante es que en los primeros meses tengan un buen apoyo tanto para su espalda como para su cabeza, lo que se logra manteniendo el portabebé con un ángulo de unos 45 grados. A la edad de 3 meses sostienen la cabeza bastante bien, por lo que puede elevarse la inclinación de la silla. 6. Mi niño tiene 6 meses y lo veo muy corvetas, ¿qué puedo hacer? Es completamente normal que los niños a esa edad se vean corvetas, y conforme vayan creciendo, las piernas se enderecen. Por otra parte, la creencia de que los niños se hacen corvetas porque se paran muy precozmente no es real, los niños se paran cuando tienen la madurez necesaria para hacerlo sin que eso los afecte. Este conjunto de problemas simples son motivo de consultas frecuentes al pediatra, lo que refleja el grado de ansiedad que provocan entre los padres, por lo que debemos ser pacientes y comprensivos para lograr que desaparezcan las preocupaciones innecesarias que ellos tienen, y disfruten así plenamente de sus hijos. CUIDADOS DELRECIEN NACIDO Dr. Elías Jiménez F. Cuando un hogar se ve bendecido con la llegada de un hijo todo es alegría, sobre todo si el niño está sano. Pero a la par de los sentimientos de alegría, existe siempre el temor de estar haciendo las cosas correctamente, tanto en la alimentación como en los cuidados generales. El tema de la alimentación, especialmente de la lactancia materna, es motivo de discusión en otros capítulos, por lo que vamos a referir especialmente a los cuidados generales, y a algunos signos de alerta. 1. Las flemas. Es común que los recién nacidos tengan flemas, y que presenten alguna dificultad para su manejo, por lo que conviene tener una pera de hule a mano, para que en caso necesario, se le introduzca estripada y despacio en la boca, llegando a la parte de atrás de la lengua, con lo cual al soltarla se logra la aspiración de las flemas. Esta maniobra se puede repetir varias veces con el niño de medio lado, y es mucho más segura que tratar de sacar la flema con los dedos. 2. El cuidado del ombligo. La ligadura del ombligo la hace el médico para evitar el sangrado a través de sus vasos, los cuales cumplieron el papel fundamental de alimentar al feto. El resto que queda del cordón umbilical se momifica y se desprende entre el 5º y el 10º día. Durante este tiempo el ombligo debe estar seco, sin sangrado, sin secreciones ni olor fétido, y la piel a su alrededor no debe estar enrojecida, lo que nos indica que no hay infección. Para mantenerlo en esas condiciones, se recomienda limpiarlo diariamente con alcohol de 70 grados, y una vez que el muñón se ha caído, con agua y jabón. 3. El baño. Desde los primeros días el recién nacido se puede dañar usando para ello agua tibia, evitando que el nivel de agua llegue al ombligo; debe utilizarse un jabón simple, sin perfume ni agregados que puedan irritar la piel sensible del niño, de preferencia neutro, y asegurarse de quitarle el jabón por completo. El niño se debe cambiar cada vez que defeque, y limpiarse con agua tibia. Es mejor no usar cremas ni aceites, y debemos recordar que los talcos están contraindicados en los niños pequeños, por el riesgo de aspiración. 4. El abrigo. Los recién nacidos, y con mayor razón si son prematuros, tienen mayor dificultad para controlar la temperatura, por lo que es necesario mantenerlos adecuadamente abrigados, pero sin excesos. La ropa es mejor que sea de algodón, ya que la lana les puede irritar la piel y brotarse por ello. Al asolearlos deben tener poca ropa y debe evitarse el sol directo en la cara. Los recién nacidos estornudan con frecuencia, y prácticamente presentan hipo cada vez que comen, vomitan a veces y regurgitan pequeñas cantidades de leche, evacuan muy líquido y muy frecuentemente, y conforme pasan las semanas, pueden pasar varios días sin evacuar, todo lo cual es perfectamente normal. Existen sin embargo, algunos signos de alerta que nos obligan a consultar con el médico, tales como: El sangrado por el ombligo o por cualquier otro sitio La presencia de fiebre o la hipotermia La flacidez y el llanto débil El quejido constante Los cambios de color de la piel (palidez, cianosis o sea el color azulado, la ictericia, que es el color amarillo) La dificultad para comer El vómito o el llanto constantes Menos de tres orinadas al día La ausencia de evacuaciones con distensión del abdomen Pérdida de peso en los primeros días de más del 10% del peso al nacer Podríamos citar más signos de alerta, pero como en todo, debe usarse el sentido común, y recordar que es mejor consultar cuando se tiene la duda, ya que siempre debe prevalecer el interés del niño. ¿EN QUÉ POSICIÓN DEBE DORMIR SU NIÑO? Dr. Elías Jiménez F. La pregunta más frecuente de muchos padres sobre la posición en que deben dormir los niños es aún motivo de controversia, y obviamente se refiere a los niños de pocos meses de edad, ya que los mayores, generalmente después de los cuatro meses, adoptan la posición más cómoda para ellos y con frecuencia cambian de posición durante el sueño. Hace algunos años se creía que la mejor posición era boca abajo, por ser más estable, y porque en caso de vómito o regurgitación el niño podía defenderse con mayor facilidad. Sin embargo, a raíz de la preocupación por conocer las causas del llamado Síndrome de Muerte Súbita Infantil, niños pequeños aparentemente sanos que fallecen súbitamente cuando duermen, se encontró que este Síndrome se presentaba con mayor frecuencia en los niños que dormían boca abajo, por lo que la Academia Americana de Pediatría recomendó entonces que los niños sanos debían dormir de medio lado o boca arriba. Las razones por las que los pediatras recomendábamos que los niños durmieran boca abajo eran muy claras: menor riesgo de aspiración en caso de vómito o reflujo, mayor comodidad para el niño, sueño menos agitado, menor frecuencia de cólicos, mejor desarrollo motor especialmente del cuello, menor “aplastamiento” de la cabeza, y la observación aún vigente de que en niño prematuros la oxigenación era mejor. A pesar de todas estas razones, la Academia recomendó cambiar la posición para el sueño en los niños sanos, y la controversia aún continúa. La mayor de los pediatras recomendamos ahora que los niños duerman de lado. Sin embargo, es una posición inestable y más difícil de mantener. Solo el 53% de los niños de 1 mes permanecen en esa posición, y este porcentaje aumenta conforme el niño crece, siendo lo común que terminen durmiendo boca arriba. Pareciera ser entonces que es menor el riesgo de dormir boca arriba y aspirar, que el de dormir boca abajo y presentar muerte súbita. Los fabricantes de implementos para niños ya han comprendido que de esta controversia pueden obtener algún beneficio, y ya se consiguen accesorios que permiten que el niño mantenga la posición de lado. Es una lástima que el actor principal en esta disputa, el niño, no puede opinar durante los primeros meses de vida. Lo que tenemos que entender los adultos, es que cuando él opina y decide escoger la posición para dormir, debemos respetar su decisión, así como debemos respetar muchas otras de sus decisiones durante el agradable proceso de desarrollo y maduración. CIRCUNCISIÓN Dr. Edgar Mohs La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que a pesar de que se lleva a cabo en nuestro medio, no se realiza sobre bases científicas. Usualmente se ejecuta en el recién nacido o en los primeros dos años de vida. La circuncisión se ha hecho desde tiempos inmemoriables en sociedades primitivas, y en la época actual se practica con limitaciones en algunas sociedades más avanzadas de occidente; se ha hecho en forma ritual, como introducción a la pubertad o como un registro para el matrimonio o la copulación. Los judíos la practican en la época neonatal por motivos religiosos y también es práctica usual en algunas tribus de África; en la mayoría de los países europeos no se hace rutina. Los costarricenses la hemos venido realizando sobre todo en las clases sociales altas y medias. Los pediatras y obstetras hemos proporcionado esta intervención quirúrgica basándose en conceptos y argumentos discutibles; por ejemplo: se dice que la circuncisión evitará la fimosis, la parafimosis, la balanopostistis, el carcinoma de pene, el cáncer del cerviz; sin embargo, no hay suficiente evidencia que esto realmente suceda y lo que parece necesario es el cuidadoso aseo diario de los genitales, toda vez que el glande y el prepucio fisiológicamente tienen una separación solo virtual durante los primeros años de vida. Las complicaciones de esta intervención quirúrgica pueden ser: a. Hemorragia b. Infección c. Estenosis del meato d. Ulcera amoniacal del meato e. Deformación por defectos de técnica f. Reintervenciones Esta operación innecesaria cuesta dinero y complicaciones, y puede abrumar de trabajo a las instituciones hospitalarias. Por estas razones no recomendamos la circuncisión rutinaria en el recién nacido; y después de esta edad, la intervención quirúrgica únicamente está indicada en casos severos de fimosis. LACTANCIA MATERNA EXITOSA Dr. Edgar Mohs Algunos médicos, aún conociendo la superioridad y conveniencia de la lactancia materna humana, no hacen uso de forma debida de su especial posición social para promover y apoyar esta antigua e insustituible buena costumbre de nuestras madres. El difícil, y quizás contraproducente, presionar a las madres que se han decidido por una alimentación mixta para sus hijos, a que cambien por la alimentación materna, pero afortunadamente este tipo de madre es poco numeroso; es mucho mayor el que se ha decidido por la lactancia materna exclusiva; sin embargo, el grupo de especial interés lo constituyen las madres indecisas, porque nosotros los médicos y otros profesionales de la salud podemos influenciar a muchas de ellas para hacerlas optar por la lactancia materna exclusiva. En nuestro medio poco desarrollado con abundancia de problemas sanitarios y económicamente pobre, es definitivamente conveniente que se promueva la alimentación infantil al pecho materno. Es una certeza que el número de lactantes que ocupan camas en nuestros hospitales principalmente por enfermedad diarreica o problemas respiratorios, sería mucho menor si todas las madres amamantaran con éxito a sus hijos. ¿Cómo debemos los médicos funcionar para hacer que una mayor cantidad de las mujeres sean exitosas en esa función primordial de dar el pecho materno a sus hijos? a. Asimilar la importancia que tiene la lactancia materna para neutralizar la propaganda comercial que favorece a las leches artificiales. b. Transmitir a otros individuos las numerosas e insustituibles ventajas que tiene la leche humana sobre las leches artificiales. c. Estudiar, comprender y ser capaces de explicar las funciones de las glándulas mamarias de la mujer. d. Estar siempre en capacidad de resolver problemas relacionados con la lactancia y sus consecuencias. e. Por su posición en la sociedad, aprovechar toda oportunidad para hacer educación en estos aspectos, desautorizar falacias, motivar a las niñas, estimular a las madres jóvenes, etc. f. Promover la lactancia materna en las maternidades, eliminando los biberones si así lo aconseja el caso, y mantener al recién nacido junto a su madre el mayor tiempo posible. g. Entusiasmar al personal paramédico y de enfermería con el objeto de obtener toda su cooperación en la promoción de la lactancia materna. h. Proporcionar la consulta prenatal con el pediatra, con el objeto de discutir todo lo concerniente a la alimentación natural al pecho materno antes de que el niño nazca. i. Discutir con los obstetras los problemas que en el recién nacido se observen debido a anestesia, analgesia y a otros procedimientos que se realizan durante el proceso del parto y que pueden interferir con la alimentación natural. Formar grupos voluntarios de apoyo a la lactancia exitosa. j. Alcanzar hasta donde sea posible la afortunada coincidencia de un niño recién nacido sano y vigoroso (con mucho apetito y excelente reflejo de succión), una madre bien motivada y decidida hacia la lactancia natural y un médico general o pediatra con los conocimientos adecuados para conducir exitosamente esta extraordinaria y única experiencia de la mujer que es la lactancia al seno materno. DROGAS Y MEDICAMENTOS DURANTE LA LACTANCIA MATERNA Dr. Edgar Mohs En años recientes la lactancia materna ha venido promoviéndose como el mejor alimento para el recién nacido; sin embargo, cuando una mujer que está dando el pecho consume algún medicamento, la decisión de si se puede continuar la lactancia o no, debe ser bien estudiada. A continuación mencionaremos alguno medicamentos y lo que se conoce de ellos, con respecto a su relación con la leche materna: a Analgésicos, antipiréticos y agentes antiinflamatorios: Aspirina: es excretada por la leche materna y a dosis altas (5 g) se han reportado problemas dérmicos en los lactantes. Heroína: se excreta por la leche materna, puede provocar adicción en el recién nacido y un síndrome de abstinencia cuando se suspende la droga o la lactancia. Indometacina: se excreta por la leche materna pero no produce daño al niño a dosis normales. Meperidina: se excreta por la leche materna pero a dosis terapéuticas no produce afección en el lactante. b Anticoagulantes: Dicumarol: no se detectan niveles en la leche materna; el tiempo de protombina en los niños es normal. Heparina: No pasa a la leche materna. c. Anticonvulsionantes-hipnóticos: Alcohol: presente en la leche materna pero no produce efectos nocivos al niño. Carbamazepina: presente en la materna pero no produce efectos tóxicos en el lactante. Hidrato de Cloral: presente en la leche materna y puede producir somnolencia en el niño. Diazepan: presente en la leche materna y puede producir somnolencia y pérdida de peso. Fenobarbital: presente en la leche materna y produce en los niños signos menores de sedación. Difenilhidantoína: presente en la leche materna; se han reportado casos de metahemoglobinemia, cianosis y trastornos gastrointestinales en hijos de madres que toman este medicamento. d. Antibióticos: Aminoglicócidos: pasan a la leche materna pero no producen efectos en el niño. Cloranfenicol: se excreta por la leche materna; el 50% del cloranfenicol excretado por la leche materna es inefectivo desde el punto de vista antimicrobiano; puede producir vómitos y rechazo al alimento. Penicilina: se excreta por la leche materna pero no produce efectos en el niño. Sulfas: se excreta por la leche materna y se ha reportado el caso de un niño con déficit de Glucosa-6-fosfato deshidrogenasa cuya madre estaba tomando sulfas y desarrolló un problema de edemas más ictericia. Tetraciclinas: se excretan por la leche materna y se une al calcio de la leche materna produciendo una disminución en la absorción de este último; también puede producir el característico moteado en los dientes. e. Agentes Antineoplásicos: Se excretan por la leche materna y son indicación para suspender la lactancia materna. f. Varios: Digoxina: se excreta en muy poca cantidad por la leche materna y no produce efectos en el recién nacido. Furosemida: no se excreta por la leche materna. Contraceptivos orales: se excretan por la leche materna y se han asociado con una disminución en la producción de leche e ictericia en el recién nacido. Teofilina: se excreta en la leche materna y puede producir irritabilidad en el niño. LACTANCIA MATERNA Y ENFERMEDADES. Dr. Elías Jiménez F. Muchos son los beneficios de la lactancia materna, y conforme pasan los años, se describen nuevas ventajas. Así, se ha mencionado entre sus beneficios claros la relación afectiva madre-hijo, la protección evidente contra las infecciones en virtud de los anticuerpos y otras sustancias que se excretan por la leche materna, lo que disminuye el riesgo de los cuadros diarreicos y de otras infecciones, tales como las infecciones respiratorias y del oído, la nutrición más adecuada que reciben los niños alimentados con leche materna, lo que se traduce además en menos cólicos y menos cuadros alérgicos, la esterilidad de la leche materna y el aspecto económico, tan importante de considerar en estos días. Existen sin embargo otros beneficios menos conocidos pero no menos importantes de la lactancia materna, a los cuales nos referiremos. HERNIA INGUINAL Y CRIPTORQUIDEA: Parece difícil que pueda existir alguna relación entre lactancia materna y la frecuencia de la hernia inguinal o la frecuencia de la criptorquídea (falta de descenso de uno o ambos testículos). Durante el proceso de formación del niño, las capas de tejidos del área inguinal se van fusionando y el testículo va descendiendo desde el abdomen hasta la bolsa escrotal. Un defecto en este proceso da origen a la hernia o al no descenso del testículo, y con frecuencia, a la asociación de los dos problemas. Existe una hormona que favorece el desarrollo normal y el descenso del testículo, que se llama gonadotropina coriónica, y entre las hormonas que tiene la leche materna, está una que favorece la liberación de la gonadotropina. Por lo tanto, desde un punto de vista teórico, si un niño toma leche materna, todo este mecanismo se va a ver favorecido y debería tener una menor incidencia de hernia inguinal y de criptorquídea. Estos hechos fueron demostrados recientemente en estudios realizados en Italia y Japón. DIABETES Y LACTANCIA MATERNA: estudios efectuados en diferentes centros han demostrado muy claramente que si se introduce leche de vaca en la alimentación durante las primeras semanas de vida, aumenta el riesgo de diabetes en la edad adulta, y por el contrario, cuando los niños perciben exclusivamente leche materna durante estas primeras semanas, la incidencia de diabetes cuando son adultos es menor. La explicación de este hecho es que la leche de vaca contiene proteínas extrañas al organismo, y cuando estas proteínas se reciben muy temprano en la vida se produce una reacción inmunológica con formación de anticuerpos contra algunas células del páncreas, provocándose una lesión que se manifiesta como diabetes en la edad adulta. En resumen, todas las investigaciones realizadas señalan los beneficios de la lactancia materna exclusiva durante los primeros meses de vida, beneficios que se manifiestan no solo durante la niñez, sino también durante las etapas posteriores de la vida. LA ABLACTACION EN NUESTROS NIÑOS Dra. Ana Laura Jiménez La ablactación consiste en la transición de la alimentación exclusiva con la leche materna o fórmula a la introducción de otras comidas sólidas o líquidos diferente a la leche. En relación a este periodo hay cuatro preguntas básicas: 1. ¿Cuándo es el mejor momento? 2. ¿De qué modo? 3. ¿De qué manera? 4. ¿Qué otro suplemento necesitan? En general la ablactación va a depender no solo de las políticas dadas por los pediatras, sino de factores sociales, necesidades y creencias de las familias y ha ido cambiando por épocas. A principio de siglo se recomendaban los cereales desde el segundo día de vida y colados de vegetales a los diez días. Sin embargo se he demostrado que la libertad en los esquemas de ablactación pueden ocasionar problemas a los niños y ahora se toma en cuenta no sólo la necesidad biológica sino las características digestivas del niño y su desarrollo neurológico. Se sabe que el niño, a pesar de que es capaz de succionar desde sus primeros días, alcanza el desarrollo neuromuscular necesario para mantener la cabeza en posición y manejar los alimentos con la lengua en forma adecuada hasta los 4 o 6 meses de edad. Antes de esto el sistema digestivo tampoco ha alcanzado la madurez suficiente y es un factor de riesgo para alergias alimentarias. En la actualidad las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría son las de introducir otros alimentos a partir de los 6 meses en niños alimentados sólo con leche materna o bien a los 4 meses si reciben otras fórmulas lácteas. Una vez que decidimos que llegó el momento de la ablactación debemos decidir con qué: en una primera etapa podemos iniciar con cereales, frutas o vegetales en forma de puré. Aunque no hay una diferencia importante entre iniciar uno u otro, es preferible primero introducir vegetales o cereal puesto que si damos fruta por lo general será más difícil que el niño acepte después salado. Iniciaremos con una cuarta parte de cucharadita de puré (en forma de papilla o sea pasado por colador) y poco a poco se puede aumentar según el niño acepte. Es importante iniciar con un solo alimento por unos 3 días antes de introducir otro. Nunca deben darse 2 alimentos nuevos al mismo tiempo pues no sabremos cual produce problema en caso de presentarse alguno. Conforme el niño crece se irán introduciendo nuevos alimentos, luego de la primera etapa se añade a la dieta la carne. Esta se agrega a la verdura alrededor del sexto mes. En momentos en que inician la dentición pueden ofrecerse galletas o pan tostado (sexto, séptimo mes) poco a poco la consistencia de los alimentos debe ser mayor. En aquellos niños que tienen fuertes antecedentes familiares de alergias, deben tratar de no introducir antes del año alimentos que se han asociado tradicionalmente a estas, sobre todo tomate, marisco, fresas, colorantes y clara de huevo. Las leguminosas como frijoles, lentejas y garbanzos deben dejarse para luego de los nueve meses, alrededor de los once meses a un año, los alimentos deben ofrecerse ya en pequeños trozos y el niño comenzará una nueva etapa donde se introduce a la dieta común de la familia. Todo niño debe recibir además suplemento de hierro, a partir de los cuatro a seis meses de edad, que será indicado por su pediatra. La persona que alimenta al niño debe estar tranquila y tener tiempo suficiente para dedicarle a esa tarea. Es recomendable que se coloque al niño de frente y hacer buen contacto visual. Se debe permitir que el niño descubra los alimentos y no forzarlo a comer. Es bueno hablarle al niño sin gritarle. Se debe ser paciente hasta que el niño aprenda a comer y acepte nuevos sabores. El ambiente a la hora de comer debe ser alegre, seguro y no tenso. Debemos recordar que el niño antes del primer año de vida ha triplicado su peso de nacimiento, crecimiento a un ritmo acelerado, por lo que una alimentación adecuada es fundamental para su desarrollo. PROBLEMAS DE ALIMENTACION Dr. Edgar Mohs Se considera que la mala alimentación es un problema cuando el niño llega a los 15 meses. En ese momento, la mayoría de los niños cambiarán sus hábitos alimenticios, para comer una comida grande al día, más comidas pequeñas frecuentes. El momento de la comida grande varía de un día a otro, y puede ser omitida completamente. Este cambio en el patrón de alimentación se produce porque la tasa de crecimiento disminuye sustancialmente al final del primer año. Durante el primer año, la mayoría de los niños aumentan de peso de 6 a 22 libras, que es un aumento del 300%. Durante el segundo año, su peso aumentará de 22 a 27 libras, que es un aumento de menos del 25%. Como resultado, los niños pueden ganar más peso durante los primeros tres meses de vida que durante todo su segundo año. Muchos niños continuarán con el patrón de comer una comida grande al día, hasta la edad de seis años. Debe decidirse a los padres que este patrón de alimentación es normal. Mientras que la ganancia de peso haya sido adecuada, no tienen por qué preocuparse. Puede ofrecerse tres comidas al día, pero el niño decidirá la cantidad de comida que ingiere. No es infrecuente que se refuercen patrones de sobrealimentación, cuando se premia a los niños con un postre por comer más allá del punto en que ellos se sintieron satisfechos. Un error frecuente de los padres, en cuanto a la elección de los alimentos, es asumir que los niños tienen las mismas preferencias alimentarias de ellos. Por ejemplo, lo adultos que disfrutan de las vainicas, las arvejas y las zanahorias como sus vegetales predilectos, podrían dejar de comprar espárragos, repollo y coliflor, cuando estos últimos podrían ser los favoritos del niño. Algunas veces se recetan multivitaminas a los niños, para tranquilizar a los padres, pero siempre debe advertírseles que estas preparaciones, generalmente, no son necesarias y de hecho no tendrán el efecto de aumentar el apetito del niño. El resultado final es siempre lo más importante, y si el niño parece estar sano, es mínima la probabilidad de que exista un problema nutricional significativo. LA CHUPETA Dr. Elías Jiménez F. La “chupeta”, en inglés, se llama “Pacifier”, que significa pacificador, lo que señala con toda claridad su principal función: tranquilizar a los niños pequeños durante algún rato. Sin embargo, todo proceso artificial que introduzcamos para modificar el comportamiento de los niños tiene ventajas y desventajas, siendo necesario conocerlas antes de tomar la decisión de su uso. En el proceso de desarrollo normal de los niños, existe una fase bien definida, que se denomina fase oral, presente desde los primeros meses de edad; durante esta fase el niño aprende a relacionarse con el medio, siente placer a través de la boca, empieza a conocer partes de su cuerpo llevándoselas a la boca, todo lo quieren probar, y desde luego, como parte de este proceso, empiezan a chuparse el dedo, lo cual es perfectamente normal y desaparece espontáneamente conforme el niño madura. En esta etapa donde los padres introducen el uso de la chupeta con varios fines: analicemos algunos de estos objetivos y veamos si realmente cumplen con los esperamos. La primera razón que utilizan los padres para usar la chupeta, es con el objetivo de regular el horario de los niños. Durante las primeras semanas los niños alimentados al pecho no tienen horario, comen muy frecuentemente o duermen mucho, y lloran más en la noche que en el día. La producción de leche materna varía durante el día lo mismo que su composición, por lo que a veces los niños quedan muy satisfechos y a veces quedan con hambre. Este es un proceso normal que no puede modificarse con la chupeta durantes las primeras semanas. Pero además, el riesgo de aspiración de vómito es mayor en un niño pequeño con chupeta que sin ella. La recomendación entonces en en estos casos es muy clara: no debemos usar chupeta en niños menores de un mes. El segundo concepto erróneo es que la chupeta disminuye el cólico en los niños. El cólico tiene mucha relación con la producción de gas en el intestino, y la chupeta más bien puede favorecer que el niño trague más gas, por lo que los niños con cólico no mejoran con el uso de la chupeta. El otro argumento que escuchamos con frecuencia para utilizar la chupeta es que es más fácil quitarles la chupeta que el hábito de chuparse el dedo. Esta afirmación también es incorrecta, y más bien con el uso de la chupeta durante todo el día acostumbramos a los niños a tener siempre algo en la boca, y cuando queremos quitárselas empiezan a usar el dedo. Existen algunos factores claramente establecidos sobre el riesgo del uso de la chupeta: 1. El riesgo de contaminación: es muy difícil mantener una chupeta limpia, especialmente cuando se usa durante todo el día, lo que aumenta el riesgo de adquirir diarrea. Por otra parte, se sabe que la miel puede contaminarse con algunas bacterias, por lo que este riesgo es mayor si se tiene la costumbre de ponerle miel a la chupeta. 2. Deformidad de los dientes: si se usa la chupeta cuando el niño ya tiene dientes, estos pueden presentar alguna deformación, sobre todo si su uso se prolonga por mucho tiempo. 3. Infecciones en los oídos: en los niños que usan chupeta después de los 10 meses de edad, aumentan las infecciones del oído medio. La chupeta incrementa la salivación, eliminándose más bacterias, favorece la presencia de hongos y modifica el tipo de bacterias de la boca. La succión constante por el uso de la chupeta favorece el paso de estas al oído medio. La única indicación real de la chupeta, sería cuando queremos entretener un poco más a los niños mayores de 1 mes, con el objeto de ordenarles un poco el horario. Si un niño está siendo alimentado con leche materna, y la madre tiene que salir, es mejor usar chupeta mientras la madre regresa si el niño llora antes de tiempo que darle fórmula. En resumen, las indicaciones de la chupeta son muy pocas y los problemas potenciales muchos. Si nos decidimos a usarla, debería ser después del mes de edad, suspendiéndola antes de los 10 meses, y siempre debemos usarla por periodos muy cortos de tiempo, antes de la hora de comer, y con precauciones muy estrictas en los que se refiere a su limpieza. LAS ANDADERAS Dr. Elías Jiménez No hay ninguna duda que las andaderas son motivo de placer para los niños, sobre todo al permitirles desplazarse con cierta libertad en una edad en la que todavía no pueden caminar. Los niños empiezan así a conocer el placer de la velocidad y de la independencia. Por otra parte, muchos padres consideran que su uso significa cierto alivio para ellos, al poder realizar algunas tareas sin tener que estar con el niño alzado para evitar su llanto por estar solo. Se hicieron tan populares, que en algunos estudios hasta un 92% de los padres reportaron que sus hijos menores de 1 año utilizaron andadera en algún momento. Ha sido tanta la popularidad de las andaderas, que antes de decidir su uso casi nunca nos preguntamos si existe algún riesgo que podamos evitar, si el utilizarlas favorece o perjudica el desarrollo de los niños, cuál es la edad apropiada para su uso, y por cuanto tiempo al día debemos permitir que el niño permanezca en ella. Empecemos por los riesgos. En un estudio reciente realizado en el estado de Virginia, USA, reportaron 65 niños que tuvieron que ser atendidos en el servicio de emergencia por accidentes significativos en relación con el uso de andaderas, la tercera parte de ellos con lesiones importantes como fractura de cráneo, quemaduras severas, fracturas de la columna y muerte. El 71% de esto niños tuvo el accidente al rodar escaleras abajo, el 21% por volcaduras de la andadera y el resto por quemaduras al entrar el niño corriendo a la cocina o acercarse a la mesa. Un solo niño que fallezca por uno de estos accidentes, o que quede con lesiones permanentes, justifica que tomemos una actitud alerta ante el problema y realicemos las acciones preventivas enérgicamente. El otro aspecto importante es el papel de la andadera en el desarrollo motor del niño. Existen estudios que demuestran que si la andadera se utiliza en niños muy pequeños y por muchas horas al día, se puede retrasar el desarrollo motor normal del niño. En los niños con problemas en el desarrollo, por ejemplo con parálisis cerebral infantil, el problema puede ser aún mayor, presentándose en ellos más contracturas y hasta luxaciones cuando utilizan la andadera. Estos antecedentes nos obligan a hacer algunas recomendaciones muy concretas: 1. Compre siempre una buena andadera, que reúna las recomendaciones de las agencias federales sobre los requisitos de seguridad en su fabricación. Este cumplimiento generalmente se garantiza en una tarjeta o colilla incluida con la andadera. 2. Nunca use la andadera en niños menores de 6 meses, es mejor esperarse hasta después de los 8 meses, o hasta que el niño pueda sentarse solo. 3. No deje que el niño permanezca en la andadera por más de 2 horas al día. Entre más sobrepase este límite, mayor será el riesgo de que presente problema en el desarrollo motor. 4. No permita que el niño entre a la cocina en la andadera. Evite así el riesgo de quemaduras. 5. Elimine los obstáculos en el suelo, tales como alfombras, que favorecen que las andaderas se vuelquen. 6. Nunca utilice las andaderas en un segundo piso sin poner una puerta o cualquier otro obstáculo efectivo en las escaleras. Recuerde que los accidentes más serios se presentan por rodar escaleras abajo. 7. Recuerde siempre que un niño en una andadera requiere de MAYOR vigilancia. Pensar que el poner un niño en una andadera implica menor responsabilidad y mayor libertad para los padres es un error. Nunca deje a los niños solo si decide utilizar las andaderas. GUARDERIAS INFANTILES Dr. Elías Jiménez F. En los tiempos modernos, con muchas mujeres incorporadas a la fuerza laboral, resulta imprescindible el contar con sitios seguros en donde dejar a los niños pequeños mientras la madre esté fuera de la casa. Es así como las guarderías infantiles se han constituido en un recurso básico, sobre todo cuando no se tiene la suerte de contar con una abuelita con capacidad y deseos de asumir esta gran responsabilidad: cuidar niños ajenos. Las guarderías infantiles vienen entonces a resolver un problema social importante, y cuando funcionan en forma óptima, son una ayuda muy valiosa para asegurarse que los niños estén seguros, con una nutrición apropiada, estimulados correctamente desde el punto de vista de su desarrollo y rodeados de cariño, favoreciéndose así su proceso de socialización. Pero todas estas ventajas pueden desaparecer cuando las cosas no se hacen bien, cuando quienes manejan guarderías no lo hacen con un verdadero profesionalismo, y son incapaces, inmaduros o ignorantes. Los problemas que se pueden presentar bajo estas condiciones son muy variados, y podemos clasificarlos en los siguientes grupos: 1. Agresión: la agresión puede tener muchas formas de expresión, desde la física hasta la sicológica. Ejemplos de ello sería el pegarle a un niño porque llora mucho, o dejarlo llorar en exceso sin prestarle ninguna atención, no darle de comer según su horario, o darle una comida inadecuada para su edad tanto en cantidad como en calidad. Los ejemplo podrían ser muchos, por lo que es muy importante saber en manos de quienes dejamos a nuestros hijos. 2. Infecciones: sin lugar a dudas, las infecciones son más frecuentes y se transmiten con mayor facilidad en una guardería infantil que en la casa. Es por eso que un factor determinante de la calidad de una guardería son las medidas preventivas que se hayan tomado para evitar o disminuir su transmisión. Las formas más comunes de transmisión de las infecciones son a través de las heces y las boca o de las vías respiratorias. Es entonces muy importante el manejo apropiado de los pañales, el tener un sitio en donde cambiar a los niños que pueda limpiarse fácilmente y que esté lejos del lugar de preparación de los alimentos, el tener inodoros de tamaño adecuado para los niños, y sobre todo que el personan tenga una conciencia clara de la importancia que tiene el lavado de manos. Evitar las infecciones que se transmiten por las vías respiratorias es más difícil, pero como norma deberían separarse del grupo a los niños con cuadros gripales, e igualmente lavarnos las manos con frecuencia. Los juguetes de las guarderías tienen que ser lavables, evitando materiales como el peluche, lo mismo que el mobiliario. Las infecciones más comunes en las guarderías infantiles son las diarreas, las respiratorias, incluyendo las otitis, los problemas en la piel, la conjuntivitis, la varicela y la hepatitis A. 3. Accidentes: Las caídas, los golpes y a veces las quemaduras constituyen algunos de los riesgos que los niños tienen en las guarderías. Es importante tomar las medidas apropiadas para disminuir estos riesgos, y la observación de los padres en este rubro es fundamental. Pero así como debemos ser exigentes con las guarderías infantiles, los padres deben ser especialmente responsables en dos sentidos: los niños que asistan a una guardería deben tener TODAS las vacunas al día, incluyendo la de meningitis (Haemophilus influenzae tipo b), y no deben enviar niños enfermos a las guarderías, siendo además obligatorio el informarle al personal de la guardería de cualquier problema que el niño presente. Si todos asumimos nuestro rol y actuamos responsablemente, las guarderías infantiles pueden ser un excelente lugar para el desarrollo integral del niño. FRENILLO DE LA LENGUA Dr. Edgar Mohs El frenillo de la lengua grueso y corto, es una variación anatómica normal que se presenta en el 2 a 4% de los niños. En general no causa trastorno alguno para la deglución ni para la pronunciación de la palabra, aunque sí produce cierta bifurcación del extremo distal de la lengua. Cuando el frenillo es muy corto es recomendable que se haga una “Z” plastía. Esta condición debe distinguirse de la ankyloglossia que sí es causa de defectos del lenguaje y puede producir además, dificultad para succionar y prognatismo. En esta situación el frenillo es corto y la palpación del músculo geniogloso debajo de la lengua revela la presencia de una banda dura. El tratamiento es quirúrgico y consiste en cortar (miotomía) el geniogloso. PIES PLANOS O PRONADOS Dr. Edgar Mohs. El pie plano o pronado es una de las condiciones más frecuentes en la infancia y quizás de las menos comprendidas, dando lugar con frecuencia a sobre-diagnosticarla y sobretratarla. Durante los meses previos a la adquisición de la marcha en el niño normal, este carece de un arco plantar como tal, en realidad sus estructuras óseas están envueltas en una gruesa capa de tejido adiposo, con muy escaso desarrollo de los músculos. Conforme la criatura progresa en edad y en habilidad para la marcha, el pie va perdiendo grasa y adquiriendo su arco normal, no va a estar bien establecido sino hasta los 24-30 meses de edad. Se puede estimular la creación de una estructura ósea adecuada, fomentando caminar con los pies descalzos en superficies arenosas o de zacate, así como con el andar de puntillas o de talones. De modo que antes de los 3 años aproximadamente no es aconsejable la indicación de zapatos ortopédicos o la referencia al ortopedista. APRENDIENDO A CONTROLAR ESFÍNTERES Dr. Elías Jiménez F. Una de las muchas cosas que el niño debe aprender durante su desarrollo, es el control de los esfínteres, o sea la capacidad de orinar y defecar voluntariamente en el momento apropiado y en el sitio correcto, el inodoro o la basenilla. Aunque muchos padres quisieran que desde muy corta edad el niño deje los pañales y avise cuando quiere ir al baño, esto no es posible ni conveniente antes de los dos años de edad. Antes de los 60, la tendencia era entrenar a los niños en forma compulsiva, y empezar desde muy corta edad, en ocasiones antes del año, lo que ocasionaba con frecuencia trastornos de personalidad en los niños, estreñimiento, y algunos problemas más complejos. La tendencia se fue modificando, y se empezó a utilizar el abordaje propuesto por Brazelton, o sea un entrenamiento orientado hacia el niño, con estímulo positivo y no punitivos, y empezando a los dos años de edad. Sin embargo, a pesar de este manejo más racional, un 20% de los niños no aceptan el entrenamiento, y son incapaces, aún a los 3 años, de controlar voluntariamente sus esfínteres, lo que provoca conflictos familiares frecuentes. Aún más, en algunos estudios se reporta que hasta el 10% de los niños tienen problema para defecar voluntariamente a la edad de 4 años. Es más frecuente que los niños con dificultad para entrenarse sean varones, que tengan hermanos menores y que rehusen sentarse en el inodoro, y por otra parte, no influye el hecho de que la madre trabaje o que estén en una guardería. En resumen, el entrenamiento del niño debe iniciarse cerca de los dos años de edad ,debe ajustarse a las necesidades de cada niño, respetando su propio paso, y no debe ser punitivo o forzado, sino más bien orientado hacia los aspectos positivos. ¿Cuándo debemos preocuparnos?, y ¿Cuándo debemos consultar al pediatra? En primer lugar tenemos que tomar en cuenta la edad del niño. Si no hemos logrado que el niño se entrene a los 3 y medio años (42 meses de edad) es conveniente solicitar ayuda, para asegurarnos así que estemos haciendo las cosas bien. La segunda razón para consultar es la retención de material fecal, lo que a menudo provoca estreñimiento importante, impactación fecal y falta de control de los esfínteres, con defecación casi constante, en pequeñas cantidades, lo cual realmente afecta a los niños y a sus padres. En estos casos con problema, el papel del pediatra puede ser muy importante, existiendo medidas efectivas que podrían tomarse, analizando cada caso en forma individual, y que podrían ir desde el regresar a los pañales por algunos meses, con lo cual muchos niños normalizan su situación, hasta el uso de terapias condicionantes que modifiquen el comportamiento de los niños. LAS MASCOTAS Y LOS NIÑOS Dr. Elías Jiménez F. Las mascotas pueden constituirse en un complemento importante para el desarrollo de los niños, tanto desde el punto de vista físico como afectivo. Los niños aprenden a cuidar a las mascotas, llegan a conocer la importancia del cariño y el respeto hacia los animales, aprenden a dar recibir, y muchas veces la mascota se convierte en la mejor compañía para el niño, y en algunos casos, en la única. Pero precisamente por la importancia que tienen para algunos niños, es que debemos conocer bien los riesgos, con el propósito de prevenirlos apropiadamente. Con los perros y los gatos, siempre existe el riesgo de un mordisco o un arañazo. Los niños tratan de jugar con los perros en los momentos más inoportunos, por ejemplo cuando están comiendo, y el perro o el gato, que aparentaban ser muy pacíficos, los muerden, o el perro que el niño tiene como mascota, no es el más apropiado por su temperamento. El problema entonces tiene que ver con la lesión física que provoca el mordisco y con el riesgo de la infección, ya que la saliva está siempre muy contaminada con bacterias. Las infecciones son más frecuentes en las mordeduras de los gatos que de los perros. Por otra parte, los arañazos de los gatos, especialmente de los “cachorritos”, se pueden complicar y provocar la llamada “Enfermedad por arañazo de gato”, con fiebre y crecimiento importante de los ganglios cercanos al arañazo. Otras infecciones que pueden presentarse son la Toxoplasmosis, la cual es transmitida por los gatos y es especialmente peligrosa cuando se adquiere durante el embarazo, la infección por Toxocara, transmitida por perros y gatos, y que consiste en un parásito, semejante a las lombrices, que lesiona el hígado y otros órganos, la Psitacosis, una neumonía atípica transmitida por los pájaros, y las infecciones por hongos que afectan el cuero cabelludo o la piel (Tiña), y que pueden ser transmitidas por los perros y los gatos. Especial mención merecen las infecciones por Salmonella, los síntomas son generalmente digestivos, con fiebre, diarrea severa, deshidratación y en ocasiones septicemia. Lo destacable es que dentro de las mascotas que transmiten la Salmonella, una de las más importantes es la iguana. La iguana excreta la Salmonella por las heces y se contamina prácticamente en todo su cuerpo con esta bacteria, por lo que con sólo tocarla podemos contaminarnos las manos, y después infectarnos a través de la boca. Al popularizarse la iguana como mascota, aumenta el riesgo de esta infección. El otro gran problema que pueden provocar las mascotas, son los cuadros alérgicos, especialmente el asma. Muchos niños son alérgicos al pelo de los animales, y pueden desarrollar asma crónica por el contacto director y prolongado con algunos de ellos, especialmente perros y gatos. El problema es que aún sacando a la mascota, los antígenos pueden permanecer en el ambiente por muchos meses. Y por último, tenemos que mencionar a las pulgas, que para su reproducción necesitan de la sangre de los animales. Cuando estas pican a los humanos, pueden provocar una reacción alérgica local, con infección secundaria por el rascado frecuente. En resumen, antes de decir si es necesaria una mascota en la casa, debemos considerar las condiciones de salud de los niños, sus antecedentes, el tipo de mascota, las facilidades en cuanto a espacio y separación de los humanos, los riesgos reales, y estar dispuestos a consultar frecuentemente, tanto con el veterinario como con el pediatra. ¿CUÁNDO LLAMAR AL DOCTOR? Dr. Elías Jiménez F. Son muy frecuentes las consultas telefónicas al pediatra y de suma importancia para resolver dudas de los padres. Sobre todo cuando son primerizos recurren por cualquier gesto del pequeño, al doctor que lo atiende. Es indispensable la autoconfianza: si usted cree que algo está mal con su hijo, llame al médico de inmediato. Si tiene alguna duda, siempre es mejor ser precavido. Existen, sin embargo, algunas reglas que le pueden ayudar a obtener una mejor respuesta. Como norma general, si un problema persiste por más de 24 horas, mejor consulte o acuda a su médico. Emergencias: cuando es una emergencia obvia, como un accidente que resulta en quemadura, intoxicación, quebradura, sangrado profuso, pérdida de conciencia, daño en los ojos o sangre al orinar, no pierda mucho tiempo consultando por teléfono. Acuda, de inmediato, al hospital o clínica más cercana. También existen algunos síntomas que obligarán al médico a examinar a su hijo rápidamente, tales como confusión mental, convulsiones agudas, dificultad respiratoria, palidez súbita con fiebre, fiebre en el recién nacido, decaimiento acentuado y diarrea o vómitos prolongados, para citar solo algunos. Identificarse bien: es muy difícil que su médico, sin tener el expediente a mano, recuerde todos los datos de su hijo. Es necesario identificarse bien (no se imagina el problema del médico cuando le dicen solo “habla María, mi hijo es paciente suyo...”), y citar la edad de su hijo. Síntomas: hay que ser muy claro con los síntomas para que el pediatra decida si debe examinar al niño o puede recetar por teléfono. Si el problema es vómito, debe señalarse con claridad el número y la frecuencia. Son comunes las frases como “vómito toda la noche” cuando en realidad fueron una o dos veces. Cuaderno de apuntes: cuando realice la consulta, tenga siempre a mano papel y lápiz. No confíe en su memoria, recuerde que las dosis de los medicamentos varían con la edad de los niños. Una ayuda excelente para los padres y el pediatra, es un cuaderno para anotar la información antes de efectuar la llamada. Quizás más de una vez le ha sucedido que al colgar el teléfono se acuerda de otras consultas que tenía que hacer. Apoyo mutuo: los padres deben apoyarse mutuamente para mantener la calma cuando un hijo e enferma. Es muy común que la madre esté tranquila porque su hijo, a pesar de estar enfermo se ve contento, estuvo jugando, y comió bien, aun cuando tiene menos apetito. Sin embargo, todo este panorama cambia cuando llega el padre en la noche, después de un día intenso de trabajo y los pone nerviosos a todos; recrimina a la madre por no llamar al pediatra y trata él de explicar, por teléfono, síntomas que desconoce. La comunicación debe ser con la persona que conoce mejor el estado del niño, y debe ser a tiempo. Medicamentos: si no está seguro del uso y efecto de un medicamento, mejor no se lo administre al niño. Recuerde que en pediatría la mayor parte de las enfermedades son leves, y normalmente se curan sólo con reposo, dieta y un poco de tiempo. Las alergias o intolerancias a medicamentos son frecuentes en los niños. Debe tener siempre a mano la lista de medicamentos que su hijo no puede tomar, y recordársela al pediatra en el momento apropiado de la llamada. Un dato muy importante para el pediatra son los medicamentos que su hijo está tomando o tomó en días pasados y la dosis de los mismos. De nuevo, es necesario insistir en la necesidad de información exacta, y con frecuencia su médico le pedirá que le dé la formula y la potencia de los medicamentos. Conviene, por lo tanto, tenerlos a mano en el momento de la llamada. No cometa el error de decir “es una medicina de color anaranjado en un frasco café...” Estos son algunos consejos muy generales que el ayudarán a usted y a su médico a resolver mejor los problemas de salud de sus hijos a través del teléfono. Y por favor, como última recomendación, si llama a su pediatra por radiolocalizador...¡no ocupe después el teléfono sino hasta que la llamada le sea devuelta! MEDICAMENTOS PARA LOS VIAJES Dr. Elías Jiménez Con mucha frecuencia, cuando se viaja con niños, surge la preocupación por la posibilidad de alguna enfermedad que los afecte durante el viaje, lo cual no es nada raro, por lo que consultamos sobre qué hacer y cuáles medicamentos llevar. Si el viaje es a la playa, el problema es encontrar una farmacia cerca y abierta durante la noche o durante los fines de semana, y si el viaje es a otro país, el problema es que los medicamentos que conocemos usualmente tienen otros nombres comerciales y existen limitaciones para la venta de algunos de ellos. Nadie conoce mejor a sus hijos que los propios padres, y usualmente es fácil distinguir entre un problema menor que puede resolverse en forma “casera” y otro que amerita atención médica especial. Por otra parte, la facilidad para consultar por teléfono casi siempre existe y permite dentro de los márgenes razonables consultar con el médico de cabecera y tomar así la mejor decisión. Es obvio que si un niño tiene un problema específico, como asma, lo primero que tenemos que guardar son los medicamentos que utilizamos para su control, por lo que no me referiré a esos casos concretos, sino al problema en general, es decir, al botiquín mínimo para todos los niños. Debemos considerar en primer lugar la frecuencia de los problemas, por enfermedades y por síntomas. Lo más común son las infecciones respiratorias, las diarreas y las alergias, y los síntomas tales como dolor, dosis y recomendaciones de cambios según cada niño: 1. Dolor y fiebre: debe inclusive por lo menos acetaminofén, que le ayudará a salir de muchos apuros. Conviene agregar además algún antiespasmódico, muy útiles para el dolor abdominal tipo cólico. 2. Diarrea: en caso de diarrea, lo más recomendable es iniciar líquidos en la dieta que eviten la deshidratación, por lo que es prudente incluir sobres de suero oral. 3. Vómitos: las antihistamínicos en supositorios, tipo dimenhidrinato, son una buena opción. 4. Alergias: debe incluirse en el botiquín algún antialérgico de los muchos que hay en el mercado, ya que las reacciones alérgicas por picaduras de insectos, alimentos o medicamentos son muy frecuentes. 5. Descongestionantes: cuando hay piscinas en el sitio de vacaciones, el tener un descongestionante nasal ayuda tanto para la gripe como para el dolor de oído que puede presentarse como complicación. 6. Jarabes para la tos: conviene llevar un expectorante y antitusivo, como el guayacolato con dextrometorfán, y si el niño es muy alérgico, un broncodilatador. 7. Antibióticos: en el sitio de vacación es común encontrarse algún médico con quien consultar, por lo que es conveniente tener algún antibiótico a la mano. La recomendación sería llevar Amoxicilina y Trimetoprin-Sulfa, para cubrir las distintas posibilidades. Existen unas pocas recomendaciones extras: no olvide el bloqueador, el repelente, y las gotas para los oídos por aquello de las piscinas (alcohol con vinagre), tenga especial cuidado con las comidas, y evite que los niños abusen del sol y del agua. ¡Buen Viaje! SÍNTOMAS FRECUENTES EL RECIEN NACIDO AMARILLO Dr. Elías Jiménez F. El color del recién nacido es muy importante para valorar su estado de salud. Normalmente, en el momento del nacimiento, su coloración es morada (cianótico), y rápidamente, después de unos cuántos segundos, al respirar aire ambiente, cambia a color rosado, manteniendo el color morado únicamente en las manos y en los pies, sitios en donde la circulación es más lenta. Durante los primeros días el niño mantiene un color rosado, que se hace menos intenso conforme pasa el tiempo, ya que su hemoglobina, que es muy alta al nacimiento, se convierte en BILIRRUBINA, y este pigmento es transformado y eliminado por el hígado, sobre todo a través del tubo digestivo. Cuando se acumula un exceso de bilirrubina, se provoca el color amarillo de la piel, que se conoce como ICTERICIA. La bilirrubina muy alta puede lesionar el sistema nervioso del niño y causar lesiones muy serias y permanentes, y puede elevarse mucho por tres razones básicas. 1. Porque se destruye más hemoglobina de la cuenta, como sucede cuando la madre y el niño tienen grupo sanguíneo diferente. 2. Porque el hígado no funciona bien, como puede suceder en los niños prematuros por inmadurez o por efecto de la leche materna. 3. Porque la bilirrubina no puede eliminarse a través del tubo digestivo. En cualquier circunstancia, el recién nacido amarillo debe considerarse como una emergencia, y el pediatra debe valorar cada condición. Existen algunos signos de alerta que los padres deben observar, y que citaremos a continuación: 1. Presencia de la ictericia en las primeras 72 horas de vida. Generalmente esto se debe a destrucción excesiva de glóbulos rojos y por lo tanto de hemoglobina, por grupos de sangre incompatibles entre madre e hijo. 2. Ictericia acompañada de letargo, de falta de actividad, de poco apetito. 3. Presencia de fiebre o de temperatura muy baja. 4. Peso bajo al nacer, ya que los niños prematuros son más susceptibles a los efectos tóxicos de la bilirrubina. 5. Coloración de la piel muy amarilla o color anaranjado. Según el criterio del médico, se puede recurrir al laboratorio, tanto para conocer la causa de la ictericia como para medir el nivel de bilirrubina en la sangre, ya que dependiendo del momento en que aparezca el problema, de la condición del niño, de la causa, y del nivel de bilirrubina, así será el tratamiento. El tratamiento puede ser muy simple, como aumentar los líquidos orales y suspender la leche materna por 2 o 3 días, o colocar al niño en fototerapia, unas lámparas especiales que facilitan que la bilirrubina que se encuentra en la piel se transforme y se elimine fácilmente. El sol tiene un efecto similar, pero tiene el inconveniente que solo se puede aplicar por poco tiempo al día. En los casos más severos, sobre todo cuando el nivel de bilirrubina sobrepasa los 20mg/dL en sangre, se recurre a la exanguineotransfusión, o sea el cambio de la sangre del niño a través de la vena umbilical. Como en muchas otras situaciones en medicina, lo más importante es prevenir, diagnosticando a tiempo y aplicando las medidas en el momento oportuno, con lo cual se evita que un problema simple se convierta en complejo. CÓLICOS Dr. Elías Jiménez F. Cuando su bebé llora inconsolable por horas y usted no encuentra una explicación lógica o ese llanto, como hambre, frío o necesidad de un cambio de pañal, su preocupación crece y recurre al pediatra en busca de una respuesta. Los cólicos no son una enfermedad, pero su frecuencia, las angustia que provocan en los padres y el hecho que a veces no permiten el descanso normal del niño, justifican que se analice el tema. Una definición aceptada para la presencia de cólicos es el llanto por más de tres horas por día, por más de tres días por semana y por más de tres semanas. Este comportamiento periódico se presenta sobre todo al final del día y en la noche. Por lo general, el bebé goza de buena salud y siempre tiene el aumento adecuado de peso. Aproximadamente uno de cada cinco lactantes sufre de cólicos; pero por fortuna desaparecen en casi todos después de los primeros tres meses de edad. Esto es importante enfatizarlo, pues siendo un problema transitorio, es más fácil su manejo por parte de los padres. Causas desconocidas: Las causas no son bien conocidas, pero se clasifican en gastrointestinales y extraintestinales. Entre las causas gastrointestinales se citan la hipersensibilidad o alergia hacia algunos componentes de la dieta (como la proteína de la leche de vaca, por ejemplo), la producción excesiva de gas intestinal, un aumento de la motilidad intestinal y factores hormonales. La alergia hacia la leche de vaca tiende a agravar el problema, sin embargo, también los bebés amamantados pueden experimentar los cólicos. Entre las causas extraintestinales, se pueden considerar factores psicosociales como la relación madre-hijo, transmisión de tensión de los padres al niño y otras circunstancias en relación con el ambiente. Siendo sus causas múltiples, existen algunos consejos prácticos para enfrentar el problema: 1. No pierda la paciencia: la tranquilidad de los padres es muy importante para el manejo del niño con cólicos. El pediatra puede darles el apoyo necesario con consejos adecuados, tratando de identificar aquellos factores sicológicos que afectan la relación padres/hijos y disminuir así el estrés. El llanto persistente por cólicos fue la principal razón que dieron los padres, en varios estudios, para maltratar a sus hijos. Cualquier madre o padre que siente desesperación por la lloradera constante de su bebé debe buscar alguien que le puede ayudar a manejar al estrés. 2. Mantenga la lactancia: no cometa el error de suspender la leche materna pensando que va a mejorar con fórmula o peor, con alimentación sólida antes de que el sistema digestivo tenga suficiente madurez. Recuerde que una causa de cólico es la alergia y con el cambio de leche puede acentuarse el problema. Discuta la decisión con el pediatra antes de tomarla. 3. Alzar el niño en exceso no resuelve el problema: se han hecho estudios para tratar de demostrar que alzando al niño disminuyen los cólicos y no se ha demostrado ningún efecto. Por el contrario, se puede provocar un cansancio excesivo en la madre que puede afectar su relación con el niño. 4. No abusen de los medicamentos: Como se puede ver, las causas son muy variadas, por lo que no es con “gotas” como se resuelve el problema. En muy pocos casos los cólicos se alivian con medicamentos y por el contrario, estos pueden provocar problemas cardiacos y respiratorios muy serios en niños sensibles, en especial cuando la dosis es excesiva o se mezclan varios medicamentos diferentes. Un estudio hecho en Israel demostró que el té de hierbas (manzanilla) fue efectivo en el 57% de los niños, por lo que es una medida inocua que no necesita receta médica. Por último recuerden que el problema de los cólicos se resuelve alrededor del cuarto mes; así que, lo más importante no es cambiar de pediatra, de leche o de medicamentos, sino relajarse, no sentirse culpable, apoyarse mutuamente y darle al bebé una gran dosis de cariño. LA FIEBRE Dr. Elías Jiménez F. Una de las causas más frecuentes de consulta al pediatra es la presencia de fiebre en los niños. Eso hace que el tema sea importante, por lo que es necesario aclarar algunos conceptos. ¿CUÁL ES LA TEMPERATURA NORMAL? La temperatura normal varía con la hora del día, con el sitio en donde se toma y con el ejercicio o las emociones. Así, durante la mañana suele ser ligeramente más baja que en la tarde. Con el ejercicio la temperatura aumenta, por lo que es recomendable usar ropa fresca en estas ocasiones. La temperatura oral normal varía de 36 a 37.5 ºC y la rectal puede llegar hasta 37.8 ºC. ¿CÓMO SE MIDE LA TEMPERARURA? En primer lugar, es necesario recordar que existen termómetros para uso rectal y para uso axilar u oral. Aunque todos sirven para ser utilizados en cualquiera de estos sitios, la diferencia fundamental es la seguridad, ya que los rectales tienen el bulbo más corto y grueso, lo que disminuye el riesgo de lesión o de ruptura del termómetro. Desafortunadamente las cintas para la piel son muy poco confiables, especialmente en niños pequeños. El termómetro rectal debe mantenerse por 1 minuto, e introducirse unos 3 cm., el oral debe mantenerse durante 3 minutos y el axilar durante 4 minutos. Es importante que antes de tomar la temperatura no hayan ingerido alimentos fríos o calientes en caso de la medición oral y secar muy bien la piel cuando sea axilar. Recientemente se han puesto de moda los termómetros que miden la temperatura en el oído. Aún cuando son muy prácticos, tienen dos inconvenientes importantes, su costo y su poca sensibilidad, por lo que es muy fácil equivocarse. ¿QUÉ ES LA FIEBRE? La fiebre no es una enfermedad, sino la respuesta del organismo ante una situación anormal. En niños, lo más frecuente es que sea causada por una infección, por lo que lo importante no es tanto controlar la fiebre como diagnosticar y tratar apropiadamente la infección. Existen incluso muchas evidencias que demuestran que la fiebre moderada facilita los mecanismos de defensa del organismos ante las infecciones. Otras causas de la fiebre pueden ser la deshidratación, el exceso de ropa, especialmente en los recién nacidos, reacción a medicamentos, alergias, y muy ocasionalmente, algunos tumores. ¿CUÁNDO CONSULTAR? Existen varios aspectos que ud. Debe valorar para decidir si consulta o no con su médico. En primer lugar, debe considerarse si el niño se ve bien a pesar de la fiebre, si está contento y con apetito; es muy poco probable que un niño que se vea bien presente un cuadro serio. Por el contrario, cuando la fiebre sea muy alta (más de 39.5 ºC), cuando se trate de un recién nacido o un menor de tres meses, cuando la causa de la fiebre no sea clara o se prolongue por más de 24 horas, o cuando se acompañe de otras manifestaciones, tales como palidez, confusión mental y convulsiones, es necesario que consulte con su médico para que decidan lo más apropiado para sus hijos. ¿QUÉ HACER? Tan importante como conocer las medidas útiles, es conocer las inútiles o peligrosas. Entre estas, citaremos tres medidas que deben evitarse. 1. No use nunca enemas de agua helada, por el riesgo de una intoxicación hídrica. 2. Nunca use baños de alcohol, ya que este puede absorverse por la piel y provocar lesiones muy graves. 3. No use ningún medicamento en niños que contenga aspirina. Si sigue estos consejos, habrá dado un paso muy importante en el tratamiento de su hijo. Pero, ¿qué hacer? En primer lugar, mantenga al niño con ropa muy fresca, lo que favorece la pérdida de calor; no se angustie por la fiebre, recuerde que puede ser útil para el organismo; mida la temperatura con un termómetro, no con la mano. Si la temperatura es menor a 38.5 ºC, y el niño no presenta dolor o molestia, lo mejor es simplemente observarlo. Si la temperatura es más alta y se considera necesario bajarla para que el niño se sienta mejor, coma más, esté más tranquilo, par disminuir el riesgo de convulsión por la fiebre, puede utilizar los baños de esponja, humedeciéndole la piel de las extremidades y el tronco con AGUA EL TIEMPO O LIGERAMENTE TIBIA. Si usa agua muy fría puede provocar mayor calofrío y obtener así el efecto opuesto. El medicamento más útil para el control de la fiebre es el acetaminofén, con la ventaja que es además analgésico. Sin embargo, si se abusa de él excediendo la dosis recomendada, puede ser tóxico para el hígado. Además, con la fiebre los niños pierden más líquidos, por lo que es necesario aumentar la ingesta de los mismos. Recuerde siempre que la fiebre es solo un síntoma, que nos está indicando la presencia de una problema, que es un signo muy valioso y de algún beneficio para el organismo, siendo entonces más importante conocer la causa que bajar la temperatura. LA TOS Dr. Elías Jiménez La tos es un síntoma molesto que puede aparecer como un leve ataque esporádico o de una manera brusca y violencia al punto de provocar otros problemas es su niño como dificultad para dormir, pérdida del apetito y vómitos. Sin embargo, debemos entender que la tos es un mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para enfrentar diversas situaciones, y lo más importante no es eliminar la tos, sino buscar la respuesta a la interrongante: ¿Cuáles son las causas que están provocando? Así podemos ayudar al organismo para que la “defensa” sea más efectiva. Hay muchas causas que pueden provocar la tos, algunas de ellas son “externas” como el humo de los cigarrillos, el polvo, la aspiración de líquidos o partículas extrañas en los pulmones, etc. o bien causas “Internas” como las infecciones, las alergias y los parásitos, entre otros. Para el médico es muy importante conocer si el inicio de la tos fue brusco, lo que haría pensar en la aspiración de cuerpos extraños; si está acompañada por otros síntomas como fiebre o catarro; si el niño o sus familiares padecen de asma o alergias, en cuyo caso se pueden oír los “gatos” en el pecho provocados por la disminución del calibre de los bronquios y su inflamación. También es necesario saber si el niño está afónico o muy ronco, si está contento a pesar de la tos, o por el contrario está muy decaído y con dificultad para respirar o con cambios de color en la piel. En la gran mayoría de los casos, el problema de la tos es muy benigno y de fácil diagnóstico. Sin embargo, todos los padres deben conocer los signos que indican que el problema es severo, los cuales incluyen la sudoración, la palidez, el “morado” alrededor de los labios y en las uñas, las retracciones o hundimientos en la piel que cubre las costillas y la respiración leve y muy rápida. En estos casos, deben consultar al pediatra de inmediato. Si no existen síntomas de severidad, hay algunas recomendaciones generales que puedan ayudar a resolver el problema. Es valioso recordar que el tratamiento de la tos depende de sus causas. 1. Si la tos se relaciona con un cuadro gripal y sobre todo si hay “ronquera”, es útil humedecer el ambiente, lo que favorece la expectoración. 2. El mejor expectorante, el más barato y el más inocuo, es el agua, por lo que debe insistir en que el pequeño ingiera suficientes líquidos. 3. La miel con limón sigue siendo un buen remedio para los cuadros leves de tos. 4. Los broncodilatadores (salbutamol, teofilina) deben usarse, con precaución y bajo vigilancia médica. 5. Los medicamentos con codeína NO se deben administrar a los niños, especialmente a los menores de cuadro años. 6. Los expectorantes con guayacolato de glicerilo son bastante inocuos, así como el dextrometorfán para calmar la tos. 7. En general no es aconsejable suprimir completamente la tos. Recuerde que lo más importante es el diagnóstico por lo que, si no están seguros, mejor consulten al médico. VOMITOS EN NIÑOS Dr. Elías Jiménez El vómito se define como la expulsión forzada por la boca del contenido gástrico. Es muy común que los niños presenten vómitos por diferentes causas, y es importante diferenciar el vómito de la regurgitación. En esta última situación no existe esfuerzo, generalmente son pequeñas cantidades lo que se elimina, y es una manifestación común y normal en el lactante pequeño. Cuando el niño vomita, se presenta generalmente el llamado reflejo vagal, lo que hace que el niño se ponga pálido, sudoroso y con la piel fría por algunos minutos, provocando desde luego el temor de los padres. Son muchas las causas que provocan el vómito, y como la mayoría de los problemas en medicina, para poder dar el tratamiento más adecuado a un síntoma, es fundamental establecer un diagnóstico apropiado. Una de las causas más frecuentes de vómito son las infecciones. Las diarreas con mucha frecuencia son precedidas por vómitos, y en general cualquier infección puede provocar el síntoma, sobre todo en los niños pequeños. Así, pueden ser ocasionados por infecciones respiratorias, de vías urinarias, del sistema nervioso o digestivas. Entre las causas del vómito podemos citar también las malformaciones del tubo digestivo, la intolerancia o la sobredosis del medicamentos (la eritromicina y la teofilina son ejemplos frecuentes), la “enfermedad por movimiento” al ir en carro o barco, etc. Creo que es importante, dentro de las causas de vómitos, referirse a tres problemas comunes: primero, a las técnicas de alimentación inadecuadas, sobre todo cuando le damos a los niños alimentos en exceso, con mucha frecuencia o inapropiados para su edad, sin respetar las preferencias del niño y su capacidad gástrica. En segundo lugar, recordar que el vómito puede ser manifestación de alergia a alimentos, especialmente a la leche de vaca, y por último, mencionar las causas psicológicas. En este grupo estarían los niños que vomitan para llamar la atención, reflejando algún tipo de conflicto familiar, o los niños con algún grado de fobia escolar, y que vomitan todas las mañanas antes de ir a la escuela. ¿Qué hacer cuando un niño vomita? Sin lugar a dudas es muy importante conocer con precisión la causa para dar el tratamiento más apropiado. Existen algunas reglas generales que podemos aplicar sin temor, nos facilitan el control y nos evitan mayores complicaciones. 1. Reposo: después del vómito es importante mantener al niño en reposo durante un tiempo razonable, ya que la actividad física puede incrementar la náusea. 2. Dieta: es mejor que un niño vomite líquidos y no alimentos sólidos, por lo tanto se justifica que la dieta sea líquida hasta que se resuelva el problema, sobre todo en los casos agudos. Es difícil que un niño se deshidrate por vomitar unas pocas veces, a menos que tenga pérdida de líquidos por otra vía, como diarrea copiosa; es conveniente entonces mantener unos 30 minutos de ayuno después del vómito antes de iniciar los líquidos orales. Los líquidos deben darse fraccionados, en pequeños volúmenes, de preferencia con cuchara, evitando las gaseosas y los cítricos, y a la temperatura ambiente. 3. Vigile la presencia de otros signos o síntomas asociados al vómito, y repórteselos a su médico: color de la piel, fiebre, dolor, características de la orina y heces, estado de conciencia, alimentos ingeridos previamente, entre otros, son datos de importancia. 4. Medicamentos: existen muchos medicamentos para el tratamiento del vómito, algunos actúan como sedantes, otros facilitando el vaciamiento gástrico, pero lo importante es que el medicamento debe seleccionarse según la causa del vómito y la acción del mismo. Un ejemplo de ello es el uso de antihistamínicos, como Gravol o Dramamine, que son especialmente útiles para prevenir el vómito de la “enfermedad por movimiento”. Por otra parte, la dosis de los medicamento debe ajustarse estrictamente al peso del niño. NO SE PRECIPITE UTILIZANDO UN MEDICAMENTO. Generalmente el cuadro cede con reposo y dieta apropiada. EL NIÑO CON DOLOR DE CABEZA (CEFALEA) Dr. Elías Jiménez F. Existe la creencia que los niños no pueden tener cefalea, por lo que cuando esta se presenta, provoca angustia y temor entre los padres. Este es un concepto equivocado, ya que la cefalea no solo se presenta entre los niños mayores de cinco años, sino que es un síntoma muy frecuente. Algunos autores reportan que en niños escolares de incidencia de cefalea puede llegar al 59%, aunque sólo en el 10% es un síntoma frecuente y repetitivo. Las causas de cefalea en niños son muy variadas, siendo la más frecuentes las relacionadas con migraña, precedidas o no de manifestaciones visuales, las de origen benigno, abarcando estas tres causas más del 90% de los casos. En el resto de los pacientes, la cefalea puede deberse a múltiples factores, tales como sinusitis, problemas dentales, dificultad para la visión, depresión, y muy ocasionalmente, a enfermedades serias como tumores o malformaciones vasculares. Para el pediatra que valora a un niño con cefalea, es muy importante conocer la frecuencia y la intensidad con que se presenta, la hora, en el sentido de si se presenta durante el día, en la escuela, o si el niño se despierta en la noche por el dolor, si existen síntomas asociados, tales como vómitos, convulsiones, problemas motores, trastornos visuales, etc., todos los cuales nos permiten establecer, junto con un examen clínico cuidadoso, la causa de la cefalea, y así poder prevenirla y tratarla apropiadamente. En términos generales, en la gran mayoría de los casos no es necesario hacer exámenes complejos como Tomografía (TAC) o Resonancia Magnética, ya que estos darán resultados normales. Solamente en aquellos niños con otras manifestaciones neurológicas, focalizadas o con alteraciones que no nos expliquemos, según el criterio pediatría o del neurólogo, se justificarían estos estudios. Es importancia en este sentido el ser muy firmes ante la presión que muchas veces ejercen los padres para que se realicen este tipo de exámenes cuando no están indicados. Si se establece la causa con precisión, el tratamiento puede ser mucho más adecuado, orientándose hacia disminuir la ansiedad en la familia, al uso de algunos analgésicos, a la utilización de medicamentos especiales para la migraña, al apoyo psicológico, y en ocasiones, cuando se sospecha un componente alérgico en los cuadros, a un manejo dietético apropiado. El pronóstico de los niños con cefalea es en general muy bueno. La cefalea provocada por las causas más comunes, migraña, tensión, y la de origen desconocido, tiende a desaparecer con la edad. En el caso de la migraña, por ejemplo, lo usual es que desaparezca alrededor de los 18 años, aunque en algunas ocasiones esta se sigue presentando durante toda la vida. En resumen, podemos afirmar que el dolor de cabeza o cefalea en niños es un síntoma frecuente, generalmente benigno, cuya causa puede diagnosticarse adecuadamente con un buen examen clínico y sin recurrir a pruebas complejas, y que puede tratarse y prevenirse apropiadamente por el pediatra. DOLOR ABDOMINAL EN MENORES DE UNA AÑO Dr. Edgar Mohs Los niños que se describen como pálidos, sudorosos o extremadamente enfermos deben ser examinados tan pronto como sea posible. Los que lloran por la erupción de los dientes o por cólicos, generalmente tienen un buen aspecto durante los episodios de llanto. Los niños con vómito teñido de verde deben ser examinados de inmediato. Debe asumirse que tienen una enfermedad que amerita cirugía, hasta que no se compruebe lo contrario. Los niños con diarrea obviamente sanguinolenta también deben examinarse oportunamente, dentro de un período corto de tiempo. Algunos tendrán una simple gastroenteritis, pero un abdomen quirúrgico sólo puede ser descartado mediante el examen. Las vetas sanguinolentas mezcladas con moco pueden ser causadas por una variedad de irritantes intestinales, y deben ser consideradas como significativas sólo si se describe al niño con una apariencia de enfermo. La mayoría de los niños tendrá por lo menos un episodio de llanto prolongado, y pueden subir sus rodillas y tensarse. Con frecuencia, tras estos episodios sigue la expulsión rectal de gases, dando la apariencia de ser “dolores por gases”. Cuando estos episodios son frecuentes, y no se alivian con la alimentación (aunque parezca que haya hambre), con los abrazos ni con la succión, y si luego disminuyen en frecuencia después de los tres meses de edad, se dice que el bebé tiene cólico. Cuando se circunscriben al final de la tarde, entre 7 p.m. y 11 p.m., se dice que tiene cólico nocturno. Cuando es probable un diagnóstico de cólico, debe descartarse primero las causas que tienen tratamiento. Entre éstas, se incluyen las siguientes: La intolerancia a la leche o alergia a la leche debe ser el diagnóstico presuntivo si los síntomas se alivian cuando se alimenta durante cinco días con un sustituto de la leche de soya. Recuerde que hasta un 30% de los niños alérgicos a la leche también pueden ser alérgicos a la preparación de soya, y después de ésta, debe ensayarse una preparación a base de carne. Si no hay cambio alguno de la sintomatología, entonces se debe regresar a una dieta estándar con leche. El diagnóstico de intolerancia a la leche debe ser fuertemente sospechado en los niños que tienen una historia familiar de intolerancia a la leche. Debe advertirse a las madres que amamantan a sus niños que los derivados de la xantina, que se encuentran en el café, el té, la cola, el chocolate y los broncodilatadores usados para el asma, pueden producir calambres abdominales cuando se ingieren en cantidades suficientes. Igualmente, las proteínas productoras de alergias en la leche de vaca pueden ser excretadas en la leche materna, después de que la madre come productos lácteos, y producir síntomas de alergia a la leche de vaca en los bebés amamantados. Cuando la ingesta materna de un alimento específico produce los calambres, en forma reproducible en el niño, debe sospecharse una intolerancia a ese alimento. Los calambres, las heces suaves y las regurgitaciones también pueden presentarse en el que ha sido sobrealimentado. Para calcular aproximadamente las onzas combinadas de alimento y leche bien toleradas en cada comida, se divide a la mitad el peso del niño en libras y se agrega ± 1. Así, un bebé de 14 libras promediará 7 onzas por comida, y puede tolerar entre 6 y 8 onzas como combinación de leche y alimentos. Los niños que succionan rápidamente pueden tener una tendencia a tragar cantidades grandes de aire del área alrededor del pezón o del chupón de la botella. Para los amamantados, el tratamiento consiste en permitir, frecuentemente, que salgan los eructos, y levantar al bebé después de que haya comido, para que el aire ingerido suba mecánicamente a la parte superior del estómago. En los alimentados con biberón, debe intentarse una forma diferente de chupón, además de tratar de que eructe más frecuentemente y sosteniendo en posición más elevada después de cada comida. Debe tomarse nota que casi todos los bebés que lloran, eructarán cuando se levanten, ya que han tragado aire durante el episodio de llanto. En ellos probablemente se atribuirá el llanto a dolores por gases, cuando este diagnóstico probablemente no se aplica. Debe sospecharse estreñimiento en los niños con una historia de heces duras frecuentes, asociadas con pujo. Las vetas de sangre en las heces pueden indicar la presencia de una fisura. El dolor abdominal generalmente se presenta sólo al momento de defecar. En los niños normales, existe un reflujo gastroesofágico. Sin embargo, la regurgitación puede ser de tal severidad que podría presentarse una irritación esofágica y síntomas de cólico. También el reflujo gastroesofágico puede producir episodios de neumonía, sibilancias y bronquitis, como resultado de la aspiración. El tratamiento consiste en mantener al bebé en una posición semisentada, cuando esto es práctico, y en hacer más espesos los alimentos con cereal, para que en forma mecánica se mantengan en el estómago. La infección puede ser responsable de episodios repetidos de llanto, que pueden dar la impresión de ser cólicos. Estos bebés deben ser examinados por lo menos una vez, para descartar infecciones tales como la otitis media. Es imperativo tener por lo menos una conversación con los padres, que no sea apresurada y en la cual no haya distracciones. Ellos están bajo una presión tremenda debido a la falta de sueño, la ansiedad, la intervención de la familia, y por sentimientos de culpa. Cuando más desean disfrutar de sus bebés, no pueden hacerlo debido al llanto constante. Nunca discuta los síntomas diciendo: “Sólo es cólico”. En tres meses desaparecerá”. El diagnóstico del cólico infantil es un de exclusión. Siempre debe ensayarse primero lo regímenes de tratamiento que son benignos y que más frecuentemente producen alivio terapéutico. También ayuda a apaciguar los sentimientos de los padres, que usted haga algo mientras ceden los síntomas. NIÑOS CON DOLOR ABDOMINAL CRONICO Dr. Carlos Arrea. Este es un problema frecuente que puede ser muy serio. Lo primero que tienen que aprender es a distinguir entre el dolor agudo y el crónico. Los dolores agudos son aquellos que empiezan bruscamente, en un niño que estaba previamente sano. Nunca se había quejado de nada y de pronto se revuelca de dolor en la panza. Los crónicos son los que se presentan desde hace algún tiempo, generalmente tiene varias semanas o meses quejándose. Es importante diferenciarlos porque los primeros, los agudos, requieren tratamiento de inmediato, con ellos no hay que perder tiempo, aquí lo importante es el tratamiento. Los crónicos no requieren un tratamiento de inmediato, lo importante en ellos es hacer el diagnóstico de la causa. Nunca podremos curar a un niño que tiene varias semanas con dolor de panza si no sabemos qué es lo que produce ese dolor. Lo primero que hago cuando un niño llega a mi consultorio con un dolor abdominal crónico, es investigar las características de ese dolor. Les voy a contar las que investigo, por si tienen un niño con ese problema. Primero que todo pregunto en qué lugar de la panza se localiza el dolor. Si es en la parte de arriba cerca de las costillas, en la parte de abajo cerca de las ingles, o en el centro alrededor del ombligo. Esto es importante porque dependiendo de donde se localice, puedo sospechar cual de los órganos que están dentro del abdomen lo produce. Por ejemplo los que se localizan cerca de las costillas pueden deberse a problemas de hígado o en el estómago, mientras que los de la parte inferior podrían deberse a los ovarios o al apéndice. También investigo el lado si es a la derecha o a la izquierda. Esto también me orienta. Es muy importante saber cómo es el dolor. Hay dolores que los médicos llamamos cólicos, que se caracterizan porque empiezan con poca intensidad y van aumentando, hasta que llegan a ser muy fuertes y luego disminuyen hasta llegar a desaparecer. Cuando se presentan así, me permite sospechar que se trata de un intestino, del uréter o de las vías biliares. En ocasiones el dolor se presenta sin modificaciones de intensidad y en cambio puede relacionarse con los movimientos de la respiración, cada vez que tomamos aire sentimos el dolor más fuerte. Con estas características sospecho que se sospecho que se relaciona con algún órgano cercano al diafragma, que es lo que se mueve con cada respiración. Con frecuencia el dolor se presenta antes de que comamos y se calma al comer, esto me hace pensar en la posibilidad de una úlcera en estómago o en duodeno. Cuando se presenta al orinar, y con sensación de ardor, me hace sospechar en alguna infección en la vejiga. Cuando está en la ingle y se relaciona con los esfuerzos, nos puede hacer pensar en una hernia inguinal. Como ven, el estudio de las características del dolor es fundamental para encontrar la causa que lo produce. Los síntomas que acompañan al dolor, también tiene mucha importancia para que los médicos podamos descubrir cuál es la causa. Frecuentemente encontramos junto al dolor una pérdida del apetito, el niño se niega a comer o pone como excusa para no hacerlo, que le duele la panza. Este dato es difícil de interpretar ya que los niños entre los dos y cinco años por tener un desarrollo muy lento no van a ser muy comilones. De todas formas hay que ponerle mucha atención. Para valorarlo bien, es necesario que usted no pelee con él para que coma. ¡Déjelo solo y obsérvelo! También encontramos niños que vomitan cuando tienen el dolor. Este es un dato muy importante y usted debe observar varias cosas: la cantidad que vomita y si lo hace cada vez que come, así como el tiempo que pasa entre la comida y el vómito. Estos datos serán muy útiles. Otra cosa primordial son las características del mismo: son solo los alimentos que acaba de comer, tienen algún color especial; muy grave es si es de color verde o café, porque estará indicando que hay obstrucción al paso de los alimentos por el intestino. Algunos niños con dolor abdominal crónico, empiezan a perder peso. Esto es un dato al que hay que ponerle cuidado. Personalmente me preocupo mucho cuando lo encuentro en mis pacientes, pues me está indicando que algo serio está ocurriendo, o el dolor no lo deja comer y por eso pierde peso, o existe algo más grave, un tumor o una malformación. Los niños que tengan esta asociación, dolor abdominal crónico y pérdida de peso, tienen que ser estudiados cuidadosamente, no hacerlo podría tener desagradables consecuencias. La fiebre es otro dato importante que también me preocupa, pues estará indicando la existencia de algún tipo de infección. Estos niños generalmente se ven bastante enfermos y con frecuencia han tenido alguna intervención quirúrgica. Algunos tumores cuando se hacen muy grandes pueden dar fiebre, porque su parte central se hace líquida y este fenómeno es la causa. Cambios de color de la piel, que se ponga muy pálida con tiente terroso o amarilla, que es a lo que se le llama ictericia, son datos que también hay que considerar. Como ven hay muchas cosas que observarle a los niños que tienen algún tiempo quejándose de dolor de panza, obsérvelas para que pueda darle datos claros a su médico, esto lo ayudará mucho para hacer el diagnóstico de la causa. Después de analizar todos los elementos clínicos que les he comentado, procedo a examinarlos, haciéndolos de pies a cabeza y poniendo especial cuidado en la búsqueda de masas palpables, en la coloración de la piel y el peso. Completados los pasos anteriores les envío los exámenes, tanto de laboratorio como de gabinete, la interpretación de ellos debe ser hecha por su médico, no creo que les sea útil en este momento comentarla. Me concentraré en el ultrasonido de abdomen, el cual es un método, no invasivo, fácil de realizar y relativamente barato, que nos da una importantísima información, ya que nos permite descartar las masas sólidas y quísticas que pueden causar el dolor. Este examen es imprescindible. ¿Los dolores abdominales crónicos, pueden deberse a que el niño está nervioso? Es cierto que algunos niños usan el dolor de panza como un elemento que les permite manipular a los padres porque es una muy excusa para no ir a la escuela, no comer lo que les desagrada, para que no los dejen solos y en fin para una gran cantidad de cosas. Esto es cierto, pero podemos cometer el error de pasar por alto alguna causa importante y lamentarlo cuando ya sea demasiado tarde. Por esto les recomiendo a los padres que no piensen en ella de primero. En muchas ocasiones después de estudiarlos, he concluido que es un niño nervioso, que manipula y que usa esa excusa para evitar hacer lo que no quiere. Pero nunca he llegado a esa conclusión sin haber descartado lo siguiente: en primer lugar la existencia de masas abdominales. Nada me mortificaría más que por creer que el dolor tiene un origen nervioso, estoy dejando de lado la existencia de un tumor, o venirlo a descubrir cuando es demasiado tarde. Otro error que no quisiera cometer es ignorar alguna malformación del tracto digestivo, que al producir cierto grado de obstrucción da dolor. Adherencias o defectos en la rotación de los intestinos son causas que no descubriremos si nos inclinamos de primero por el origen nervioso. Algunas infecciones urinarias dan dolores que hacen difícil encontrar la causa. La lista podría ser mucho más larga, pero lo que me interesa es que ustedes comprendan que hay que descartar todo lo que tenga una causa orgánica antes de matricularnos con un diagnóstico de que es un niño nervioso. Esto no siempre es fácil, ya que los padres se angustian mucho y en ese ambiente resulta todo mucho más difícil. Algo que yo tomo en cuenta es si pierde peso, pues cuando existe este dato es muy raro que se deba a causas nerviosas. Sé muy bien que la anorexia nerviosa, una enfermedad en que se niegan a comer, se puede presentar en niños, pero generalmente es en aquellos que están acercando a la pubertad. Por las dificultades que estos niños presentan, cuando después de estudiarlos no se encuentra la causa, prefiero volverlos a ver con un mes de plazo, para evaluarlos nuevamente y sólo después de esa segunda consulta, me atrevo a clasificarlos como nerviosos. Solo podemos catalogar un niño con dolor de panza crónico como de origen nervioso, si previamente hemos hecho todos los exámenes necesarios para descartar una causa orgánica. ¿Pueden usarse procedimientos de medicina Alternativa para tratar el Dolor abdominal crónico? Antes de contestarles esta pregunta quiero definir, que son medicinas alternativas y que es lo que las diferencia de la medicina alopática, que es la que practicamos los médicos. Medicinas alternativas es un término que se usa para encasillar en él una serie de recursos que se usan para combatir las enfermedades. En ellos se encuentran la medicina natural, la homeopatía, la quiropraxia, los masajes, las curas de aguas termales, sólo para mencionar algunas. Estas formas de curar son algunas muy antiguas y otras recientes, pero han adquirido relevancia en los últimos tiempos, porque usan con mucha habilidad los medios de comunicación. Se diferencian todas ellas de la medicina que hacemos los médicos, en que la nuestra es más científica, estudia y analiza los enfermos en forma metódica y con reglas para interpretar los resultados, lo que le ha permitido un avance impresionante en recursos para diagnosticar; campo este, del diagnóstico, donde no incursiona la medicina alternativa. También ha hecho increíbles avances en el tratamiento. Estos hechos le han permitido cambiar muchísimo, se podría decir sin temor a equivocación que la medicina alopática, cambia cada 30 años. En este lapso se renuevan en más de 50% de sus conocimientos. Estos dos hechos, un método de estudio más científico de los problemas y los cambios constantes que estos estudios han provocado son las dos grandes diferencias con las medicinas alternativas. Estas son algunas muy antiguas, tienen 200 o más años de practicarse y los cambios que han tenido son mínimos porque no tienen el interés por la investigación y el análisis de los resultados que hemos tenido con los métodos alopáticos. Me he extendido fijando mis conceptos y no les he contestado la pregunta. Personalmente no creo que las medicinas alternativas tengan buenas soluciones al problema del dolor abdominal de los niños. Algunos de los que practican esas medicinas consideran que lo que ellos usan no puede causar daño y en esto estoy de acuerdo. El daño lo van a hacer perdiendo un tiempo valioso en tratamientos que no sirven. Veamos un ejemplo, cuando un niño tiene un tumor en su fase inicial, que puede ser curado con cirugía, quimioterapia y/o radiación, si a este niño, que de lo que se queja es de dolor en el abdomen, en lugar de estudiarlo, perdemos el tiempo, con una sobada, o con cualquiera otra de la medicinas alternativas, cuando llegamos al diagnóstico tal vez sea demasiado tarde. Para mí ahí está el problema, tenemos que saber primero la causa del dolor. Hay que estar seguro de que no existe un tumor que continuará creciendo y propagándose mientras se pierde tiempo con una de estas medicinas. De esto es de lo que tenemos que cuidarnos y evitarlo a toda costa. Es esta la razón por la que creo que no es recomendable que los niños que tengan un dolor abdominal crónico, se traten con alguna de las medicinas alternativas. SANGRADO NASAL Dr. Edgar Mohs El sangrado nasal (Epistaxis) es una patología común y se debe usualmente a una ruptura de vasos superficiales. Generalmente ocurre poco después de haberse acostado, la medida más efectiva en el hogar es comprimir la nariz entre el pulgar y el índice en forma mantenida por 7-10 minutos mientras el niño respira por la boca. En caso de epistaxis a repetición se deben descartar una serie de patologías tales como hipertensión arterial, fiebre reumática, coagulopatías y cuerpo extraño nasal. En algunos casos es necesario el taponamiento anterior o posterior y/o la cauterización del área, la cual debe hacerlo un otorrinolaringólogo. Cuerpos extraños en Nariz y Oído: Es frecuente que los niños pequeños se introduzcan objetos en oído y nariz; entre los objetos más comúnmente que encontramos en esos orificios, se citan granos de maíz o frijol, piedritas, cerillos de papel, botones, monedas, etc. La solución es la extracción de éstos, pero si el médico general carece de experiencia, debe referirlos al hospital. La mejor forma de remover un cuerpo extraño en los oídos es por medio de un lavado de oídos, y con los de la nariz debemos recordar que el piso de las fosas nasales es plano y liso, por lo que si logramos enganchar el cuerpo extraño con algún instrumento curvo fácilmente se logra resbalarlo hacia afuera. ESPASMO DEL SOLLOZO Dr. Elías Jiménez F. La madre consulta con el pediatra porque su niño se “desmorece”. El problema es relativamente fácil de diagnosticar. Se presenta un estímulo o provocación que desencadena el llanto en el niño, en algún momento del llanto el niño deja de hacer ruido y retiene la espiración, se presenta un cambio en el color de la piel, y en ocasiones existe pérdida transitoria de la conciencia y hasta algunos movimientos anormales. Con la misma rapidez con que se presenta se resuelve. El niño tiene una aspiración forzada o empieza a respirar tranquilamente, y se recupera rápidamente, sin ninguna secuela neurológica. Para hacer el diagnóstico correctamente se necesita hacer una historia clínica cuidadosa, que describa la secuencia exacta de los eventos, un buen examen médico y en ocasiones un electroencefalograma, que siempre estará normal. Muchas veces el médico tiene la suerte de observar uno de estos episodios cuando el niño llora al ser examinado, lo cual facilita el diagnóstico. El “espasmo del sollozo” se presenta en niños sanos, generalmente en menores de 18 meses. Es muy raro que este cuadro se inicie después de los dos años de edad, y es muy frecuente, sobre todo en sus formas más leves. Algunos reportes mencionan que puede presentarse en uno de cada cinco niños sanos. La forma “simple” es cuando el cuadro se acompaña de cambio en la coloración de la piel, es la más frecuente, y la forma “severa” es cuando se pierde la conciencia, por la falta transitoria de oxígeno al cerebro. Es muy importante observar el color de la piel en estos niños. El niño se puede poner cianótico (morado), lo que ocurre en la mayoría, o se puede poner pálido. El mecanismo de producción del espasmo es diferente en estos casos, y puede haber variaciones en el tratamiento, por lo que es necesario establecer con claridad el tipo de cuadro. Existen factores asociados que son importantes de investigar. Por ejemplo, el antecedente de cuadros semejantes en la familia se presenta en alrededor del 30% de los casos, la presencia de anemia aumenta la frecuencia y la severidad de los mismos, y algunos medicamentos ayudan a que la crisis se desencadene. Afortunadamente, el “Espasmo del Sollozo” desaparece con el crecimiento del niño, generalmente entre los 4 y 6 años de edad, y no deja secuelas en los niños que no tienen otros problemas asociados. ¿Qué hacer en estos casos? 1. El diagnóstico exacto es fundamental. El pediatra debe valorar al niño para poder establecer el diagnóstico, clasificar el tipo y decidir si requiere o no de exámenes especiales y de medicamentos. 2. A todos los niños se les debe hacer estudio por anemia, y tratarla si es el caso. 3. Los casos simples, en los que no existe pérdida de la conciencia, no necesitan medicamentos. 4. Los medicamentos anticonvulsionantes son ineficaces, por lo que no deben utilizarse. 5. Los casos que requieren medicamentos son las excepción, y deben evaluarse cuidadosamente. 6. Deje al niño acostado y de medio lado, no lo levante. Si lo levanta o lo alza en su hombro, le va a llegar menos oxígeno al cerebro y el cuadro puede prolongarse. 7. Lo mas importante es el apoyo a los padres, la discusión amplia sobre el problema, la afirmación de su condición benigna, y el análisis cuidadoso de cómo manejar al niño, evitando sobreprotegerlo y evitando la manipulación de los padres de parte del niño. Esta condición refleja con claridad que en Pediatría muchas veces es más importante hablar con los padres que medicar a los niños. CUANDO EL NIÑO SE ORINA EN LA CAMA (ENURESIS) Dr. Edgar Mohs No debe considerarse un problema grave que el niño se orine en la cama, salvo si el niño es mayor de seis años. A la edad de cinco años, uno de cada cinco jovencitos sigue orinándose por la noche. Los niños que tienen una historia de orinarse frecuentemente durante el día, o que nunca han tenido un período durante el cual no orinaron durante la noche, deben ser evaluados para buscar la posibilidad de una anormalidad urológica de fondo. Si pueden dejar de orinar durante el día, o si han tenido períodos durante los cuales no se orinaron por la noche, es relativamente pequeña la probabilidad de una enfermedad orgánica de fondo. El tratamiento deberá consistir en la restricción de líquidos después de la cena. Cuando los niños desean tomar algo, justo antes de acostarse, la mayoría no están realmente sedientos, y se contentarán con unos pocos sorbos de líquido. Debe decírseles a los niños que orinen justo antes de dormirse. En algunos casos, los padres preferirían llevar a los niños al baño durante la noche, mientras se entrenan. Si fallan estas medidas simples, pueden usarse un calendario, en el cual se coloca una estrella para la noches en las cuales no se orine, y se tachan las noches en la que se orine. Al inicio, puede usarse un premio por cada noche seca, luego por cada tres noches secas consecutivas, luego incluso cinco noches secas consecutivas, hasta que se convierta en lo normal que hay períodos más largos sin orinarse. Debe darse poca importancia a las mañanas en las que el niño está mojado al despertarse, pero en la mañana en que esté seco debe recibir mucho estímulo y elogios. Para los jovencitos mayores de seis años podrían considerarse los medicamentos, tales como la imipramina, cuando las otras medidas no han sido exitosas. En general, debe evitarse el uso de implementos entrenadores, tales como timbre eléctricos y luces. ENFERMEDADES COMUNES EL CATARRO COMÚN Dr. Elías Jiménez. El catarro común o la gripe es una de las infecciones más frecuentes en pediatría, y dada la cantidad de virus que la pueden producir y la poca inmunidad que dejan, una de las más repetitivas. Su frecuencia aumenta cuando el niño empieza a relacionarse con otros niños, especialmente cuando empieza a asistir a guarderías, y también es mayor cuando tiene varios hermanitos de diferentes edades, con lo cual los virus empiezan a dar vueltas con mayor facilidad dentro del núcleo familiar. Los primeros síntomas son fiebre moderada y malestar general, y posteriormente, a las 24 o 48 horas, congestión nasal, estornudos y rinorrea (secreción por la nariz). Es frecuente que se presente algo de tos como parte del mismo cuadro, se pierda el apetito y sobre todo en los más pequeños, se altere el sueño. La infección es autolimitada, y generalmente empieza a ceder en una semana. Durante el trascurso de la gripe pueden presentarse algunas complicaciones, tales como infección en los oídos, sinusitis o bronquitis, que se manifiestan en general por persistencia o incremento de la fiebre, dolor o irritabilidad, la rinorrea se hace verdosa o amarillenta, y aumenta la tos, con muchas flemas o dificultad respiratoria. Es importante entonces establecer la diferencia entre un catarro común, no complicado, y algunas de las infecciones o problemas que pueden presentarse durante la infección, ya que su manejo es totalmente diferente. El tratamiento del catarro común debe ser muy simple: reposo durante la fase aguda, suficientes líquidos y algún analgésico tipo acetaminofén en forma ocasional para controlar la fiebre y el malestar general. Los antibióticos no solo no son útiles en este cuadro, sino que incluso pueden ser peligrosos. Es práctica común que en esos casos se prescriba una combinación de antihistamínicos ydescongestionantes, presente en la mayoría de los medicamentos antigripales. Estudios recientes han demostrado que no son eficaces para mejorar los síntomas, y que con mucha frecuencia provocan somnolencia o irritabilidad en los niños como efectos indeseables, por lo que no se recomienda su uso como rutina. Con excepción de la vacuna específica para influenza, ninguna de las otras que se promocionan como efectivas para la gripe sirven, por lo que no debe malgastare el dinero en este tipo de productos. Los que sí es importante, en la identificación oportuna de las complicaciones, ya que entre más pronto se inicie su tratamiento mejores resultados se van a obtener, y la prevención de algunas de ellas, evitando por ejemplo que un niño con gripe se meta en una piscina, o utilizando un broncodilatador cuando sabemos que el paciente es asmático con antecedentes de crisis desencadenadas por las gripes. INFECCIONES RESPIRATORAS AGUDAS Dr. Edgar Mohs Son un conjunto de infecciones del aparato respiratorio causadas por más de 300 microorganismos; en nuestro medio, hemos estimado que el 80% son causadas por virus, el 16% por bacteria, el 2,5 por parásitos y el 1% por hongos. Desde el punto de vista anatómico han sido clasificadas en infecciones respiratorias altas (amigdalitis, faringitis). Infecciones respiratorias medias (laringitis-traqueítis) e infecciones respiratorias bajas (neumonías), y desde el punto de vista clínico-epidemiológico, en infecciones respiratorias leves cuando lo que encontramos son problemas de obstrucción nasal, tos ocasional, ronquera, dolor de garganta pero con una respiración normal; infección respiratoria moderada, si hay fiebre elevada de 39 ºC, con secreción nasal purulenta, tos intensa pero sin retracción intercostal ni respiración rápida; por último, la insuficiencia respiratoria severa, es aquella en la que notamos aleteo nasal, retracción interconstal, respiración rápida, palidez y/o cianosis, deshidratación y dificultad para ingerir. Aunque la gran mayoría de estas infecciones son de origen viral siempre se debe tener en mente la probabilidad de una infección bacteriana, motivo por el cual el médico debe conocer o tener a mano las posibilidades etiológicas para así poder ofrecer una adecuada cobertura antimicrobiana: a Sinusitis: S. Pneumonie H. Influenzae b Amigdalitis: Streptococo Beta hemolítico grupo A c Epiglotitis: H. Influenzae d Traqueístis bacteriana: Estafiloco Aureus H. Influenzae e Neumonías: - Menos de 6 meses: Clamydia -6 meses- 6 años: S. Pneumonie H. Influenzae -6 años – 18 años: Mycoplasma Pneumonie Pneumococo En los casos leves basta con una terapia de soporte que consiste en la administración de líquidos por vía oral a los niños deshidratados o sedientos; recordar que hay que evitar la sobrehidratación que en última instancia podría empeorar la situación del paciente, continuar con la lactancia materna y ofrecer comidas ligeras y frecuentes al niños si este tiene hambre; se deben limpiar las fosas nasales para facilitar la respiración y evitar la dificultad respiratoria, especialmente en los recién nacidos y lactantes. Si la temperatura axilar es de más de 38ºC se pueden utilizar antipiréticos tipo acetaminofén a la dosis recomendada; no se debe utilizar medicamentos contra la tos, expectorantes, mucolíticos, descongestionantes o antihístamicos, ya que no son útiles; en los casos en que el niño tenga ronquera (estridor) se puede ponerle a inhalar vapor de agua caliente por un período de más o menos 10 minutos, cada hora, hasta lograr que disminuya el estridor. En los casos de insuficiencia respiratoria moderada se debe dar el tratamiento sintomático y valorar el uso de antibióticos. Si el paciente presenta retracción intercostal, aleteo nasal o cianosis y cae dentro de la categoría de infección respiratoria severa debe ser referido al hospital más cercano, si es posible con oxigenoterapia, para que ahí reciba tratamiento más especializado. FARINGOAMIGDALITIS Dr. Edgar Mohs Hace 30 años se estableció en Costa Rica que para el tratamiento de las faringoamigdalitis por Estreptococo grupo A (bacteria que causa la fiebre reumática) y la prevención de la Fiebre Reumática, lo más indicado es la Penicilina Benzatina administrada en una sola dosis. Antes de 1970 se recomendaba utilizar antibióticos orales o Penicilina Procaina durante 10 días; una evaluación de estos esquemas demostró que los pacientes no cumplían la prescripción médica y los usaban solo por 3 o 5 días. Recientemente se demostró también que el Estreptococo del Grupo A se ha vuelto resistente a la Eritrocimicina en un 10% de las cepas asisladas. El resultado de haber empleado Penicilina Benzatina (efectivo, práctico y barato) ha sido una espectacular reducción de la incidencia de Fiebre Reumática. Durante 1997 solo se registraron cinco casos (niños y adultos) en todo el país; y al Hospital Nacional de Niños únicamente se refirieron 3 niños, lo cual significa que estamos muy cerca de la eliminación de esta terrible enfermedad devastadora para quien la padece y su familia. El diagnóstico: La infección de la garganta por Estreptococo del grupo A, se caracteriza por un inicio brusco de fiebre generalmente elevada, dolor al tragar, malestar general y de cabeza, falta de apetito y palidez; los niños pequeños muestran también vómitos y se quejan de dolor de estómago. Al examen físico se observan una faringe enrojecida, ganglios en el cuello, mal aliento, amígdalas aumentadas de tamaño y con puntos blancos o amarillentos en su superficie, en algunas ocasiones se ven hemorragias en el paladar blando, membranas sobre las amígdalas y un brote fino generalizado. El diagnóstico clínico es fundamental para lograr nuestros deseos de eliminar esta enfermedad, ya que no recomendamos practicar cultivos de faringe, los cuales aunque son útiles, encarecen de tal manera un programa nacional que prácticamente lo paralizan e impiden su universalización. Debe recordarse que aunque las infecciones por Estreptoco se presentan todo el año, predominan en los meses de marzo a julio. Tratamiento: Penicilina Benzatina, intramuscular en una sola dosis de la siguiente manera Menores de 3 años De 3 a 5 años Mayores de 5 años 300.000 u 600.000 u 1.200.000 u En casos con antecedentes de alergia a la Penicilina, Eritromicina oral durante 10 días a razón de 30 a 40 mg por kilo de peso, diarios. Una alternativa práctica es azitromicina oral 10 mg por Kg, una vez al día, por 3 días. ESTOMATITIS Dr. Elías Jiménez F. Existen infecciones muy benignas en niños, pero a la vez muy molestas por los síntomas que producen y por su duración, perteneciendo a este grupo un tipo de infecciones en la boca que se conocen como estomatitis, o “aftas” para usar un término más popular. La más común de ellas es la llamada estomatitis herpética aguda, causada por el virus Herpes simples tipo I. Se presenta sobre todo en niños entre 1 y 5 años de edad, y se caracteriza en general por un período previo con fiebre alta y malestar general; los niños rechazan la comida y presentan salivación excesiva. Después de 1 o 2 días aparecen las lesiones en el interior de la boca, con enrojecimiento, en forma de pequeñas vesículas que se rompen rápidamente y forman las pequeñas úlceras o aftas, muy dolorosas sobre todo cuando el niño trata de comer algo. Aún cuando esta es una enfermedad benigna, el problema lo constituye el dolor y la dificultad para comer, lo que hace que el niño se sienta mal y pierda peso. La enfermedad dura alrededor de siete días, sin importar el tratamiento que usemos, lo que desespera a los padres aún más pacientes. Como todas las enfermedades, en unos niños se presenta la enfermedad en forma muy leve, con unas pocas lesiones y a veces sin fiebre, y en otros se presenta en forma más severa, pudiendo incluso presentarse deshidratación como complicación por la falta de ingesta de líquidos y la fiebre alta. Alrededor del 90% de los adultos tienen anticuerpos contra el virus, lo que indica que en algún momento tuvieron la enfermedad. Una vez que se cura la infección, el virus permanece “dormido” en la boca, y puede reactivarse hasta en un 40% de los pacientes, lo que significa que la infección puede volver a presentarse, en forma mucho más leve, sobre todo cuando por alguna razón bajan los mecanismos de defensa del organismo: en presencia de otras infecciones, en situaciones de tensión, después de asolearse en exceso, etc. Existen otras infecciones en la boca que pueden confundirse con la estomatitis herpética, por lo que es importante que el médico examine al niño y confirme el diagnóstico. ¿Cómo prevenir la infección? La infección se transmite a través de la saliva y por contacto cercano con personas que tienen el virus, por lo que es necesario mantener aislados a los pacientes, tener cuidado especial con los utensilios y lavarse muy bien las manos, con frecuencia, sobre todo si se van a atender otros niños. ¿Qué tratamiento debe recibir un niño con esta infección?: es muy importante saber que hacer y que NO hacer. 1. Dieta: los niños deben recibir muchos líquidos para evitar la deshidratación. Es conveniente no utilizar líquidos ácidos, como el jugo de naranja, porque aumentan el dolor en la boca, lo mismo que el biberón. Es mejor entonces utilizar líquidos fríos, en cuchara o en vaso, según se acepten mejor. Los helados, la gelatina y los alimentos blandos, sin sal y apenas tibios, se toleran bien. No obligue al niño a comer si no quiere, es mejor ser más insistente con los líquidos que con otros alimentos. 2. La temperatura alta y el malestar general pueden controlarse utilizando acetaminofén, el cual además disminuye un poco el dolor. 3. En los niños muy pequeños puede ser peligroso el uso de anestésicos locales, sobre todo por la posibilidad de broncoaspiración. 4. En los mayores, cuando cooperan, pueden usarse enjuagues con diferentes productos comerciales. La combinación de Benadyl-Kaopectate ha mostrado alguna utilidad para disminuir las molestias locales. 5. Los antibióticos no deben utilizarse, ya que no son efectivos y pueden provocar complicaciones innecesarias. En casos especiales, ante la presencia de problemas asociados, pueden prescribirse, pero siempre bajo estricta supervisión médica. 6. El único antiviral con alguna acción en la estomatitis herpética es el acyclovir. No debe utilizarse en todos los pacientes, solamente en aquellos con características especiales que deben ser analizadas cuidadosamente por el pediatra. 7. La paciencia constituye una parte esencial del tratamiento. OTITIS MEDIA Dra. Carolina Soley Dr. Adriano Arguedas La otitis media es una de las infecciones más frecuentes en pediatría. Sólo en los Estados Unidos de Norteamérica en el años 1996 se diagnosticaron un total de 30 millones de casos, lo cual representó en ese país, una inversión muy considerable de recursos en visitas al médico y tratamiento antimicrobiano. Esta infección afecta por igual a hombre y a mujeres, es más frecuente en niños menores de 6 años y su incidencia se eleva cuando existen antecedentes familiares, en el padre o la madre, de otitis media a repetición durante la infancia, en niños que usan biberón y cuando alguien en la casa es fumador. En términos generales, las infecciones del oído medio se pueden dividir clínicamente en tres grandes grupos. El primero y más frecuente es la otitis media aguda, la cual se caracteriza por fiebre alta (superior a 38.5 ºC), dolor del oído y, en muchas ocasiones, se presenta durante algún cuadro gripal; el segundo tipo es la otitis media recurrente, la cual es también muy frecuente en la población pediátrica y se caracteriza porque el niño presenta 3 o más episodios en 12 meses; el tercer tipo es la otitis media crónica, la cual se define como la salida, a través del oído, de material purulento por un periodo mayor a 6 semanas, que no responde a diversos antibióticos orales. En este último tipo, es muy importante que el médico descarte la presencia de un colesteatoma, es cual es un tumor benigno del oído medio que si no se extrae quirúrgicamente puede ocasionar mucho daño al oído, con una disminución muy importante de la audición. Cuando algún niño presente un cuadro compatible con una otitis media, los padres deben consultar con un médico para que este, mediante la historia clínica y la visualización de las estructuras internas del oído, valore la necesidad o no de que el paciente tome algún antibiótico. En la mayoría de los casos, los episodios de otitis media aguda son virales y por lo tanto no requieren de tratamiento con antibióticos. Sin embargo, cuando por la clínica y el examen físico, el médico considera que se trata de un proceso bacteriano, la terapia con antibióticos esta recomendada y tiene como objetivo acortar la sintomatología (fiebre y dolor de oído) y evitar complicaciones como lo son la ruptura de la membrana timpánica, la infección de varios huesos alrededor del oído (mastoiditis) o complicaciones más severas como la meningitis o abscesos cerebrales. En la mayoría de los casos el tratamiento convencional con antibióticos es por 10 días; sin embargo, en niños mayores de 5 años o con el uso de nuevos antimicrobianos, este esquema se puede reducir a 3 o 5 días. En los niños que padecen el síndrome de otitis media recurrente, el tratamiento debe individualizarse. En términos generales, es muy importante eliminar reducir los factores de riesgo que incrementan la posibilidad de que el niño siga padeciendo estos episodios. Dentro de estos, se debe eliminar el uso rutinario del biberón, se debe evitar el fumado en la casa o el carro, se debe restringir al máximo las visitas a piscinas, ríos o al mar y se debe estimular el uso de tapones óticos cada vez que el niño se bañe. Ningún estudio ha demostrado que la insturación de gotas en cada oído luego de bañarse sea beneficioso y por el contrario algunas gotas puede ser dañinas para las estructuras internas del oído. En estos casos, también es recomendable el uso de antibióticos profilácticos ( a una dosis e intervalo menor de lo habitual) durante los periodos de invierno hasta que el niño cumpla 7 años. Con todas estas medidas, diversos estudios han demostrado una reducción en un 75% en el número de episodios que el niño presenta. Si a pesar de tomar todas estas precauciones, el paciente sigue padeciendo el mismo número de episodios en un período de 6 a 12 meses, se deben considerar otras opciones terapéuticas como lo son los tubos timpánicos. El tratamiento de la otitis media crónica es más complejo, pues en estos casos las bacterias que infectan el oído son distintas a las de los primeros dos casos y en todos estos pacientes ya existe una perforación de la membrana timpánica. En esta situación es recomendable que el manejo se defina en forma conjunta entre el pediatra, el infectologo y el otorrinolaringólogo. ASMA BRONQUIAL EN NIÑOS Dr. Manuel E. Soto El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria crónica de los pulmones, que causa dificultad para respirar. Puede presentarse con tos diaria, en las noches o asociada al ejercicio, con silbidos en el pecho (sibilancias) o en episodios llamados “ataques”. Cuando un niño tiene asma, las vías aéreas permanecen estrechas debido a tres factores: 1. Inflamación de los bronquios. 2. Estrechamiento de los bronquios por espasmo de los músculos que envuelven las vías aéreas (los bronquios se cierran). 3. Estrechamiento de las vías aéreas por una gran cantidad de secreciones o flemas (se producen grandes cantidades de moco). El asma es la enfermedad crónica más frecuente de los niños, una de las mayores causas de ausentismo escolar y provoca muchos trastornos familiares, sobre todo cuando el niño no está bien controlado. En Costa Rica, en los estudios que se han efectuado se ha visto que entre los 6 y los 17 años: Uno de cada cinco niños desarrolla asma. Si la madre fuma, 1 de cada 3 niños padecerá de asma. Los factores de riesgo más frecuentes son: Madre que fumó durante el embarazo Fumadores en la familia que convivan con el niño: madre, padre, abuelos, etc. Presencia de infecciones respiratorias en la familia Viviendas con gran cantidad de polvo, animales (perros, gatos), peluches, etc. Los síntomas más importantes son tos, sibilancias y dificultad respiratoria. Tos En algunos pacientes puede ser el único síntoma. La tos generalmente es de predominio nocturno, o se presenta luego de ejercicio, llanto o risa. La gran mayoría de las veces inician con tos seca que se torna productiva (con flemas) Silibancias El silbido, “pito” o “gato”, generalmente se presenta cuando el niño está con una infección de vías respiratorias superiores o posterior al ejercicio. Dificultad Respiratoria Hay un aumento en el número de respiraciones por minuto y se presenta hundimiento de la piel entre las costillas. La mayoría de los cuadros de asma en niños son precipitadas por infecciones respiratorias, principalmente de tipo viral. Algunos niños tendrán asma luego de practicar ejercicio, posterior a cambios de temperatura, con la risa, el llanto y las emociones. Hay un grupo de niños que desarrollan asma al contacto con: pólenes, zacate, pelos de algunos animales (perro, gato), contacto con ácaros, cucarachas, polvo, alimentos o medicamentos. Algunos alimentos son capaces de precipitar síntomas asmáticos (Fresas, cítricos, huevos, chocolate, leche de vaca, etc.) Muchos niños con asma tienen rinitis alérgica o fiebre de heno, esto es: su nariz está tapada obstruida, estornudan frecuentemente, están con la nariz irritada o sorbiendo por la misma, algunos respiran por la boca, otros tienen secreciones nasales y “picazon”. Los ataques de asma pueden ser producidos por diferentes factores y es muy difícil identificar siempre la causa de un episodio en particular. Es muy raro encontrar a un niño en que un mismo factor sea la causa de su asma todo el tiempo. El factor emotivo per se no es causa de asma, sin embargo las emociones pueden condicionar que la persona respire más rápido y empeore una crisis de asma. La persona ansiosa hace que los síntomas sean más constantes. Otras causas serían: el respirar aire frío, cambios súbitos de temperatura ambiental, olores fuertes (pinturas, lacas, insecticidas), humo del cigarrillo, polución atmosférica, medicamentos, colorantes, etc. El humo del cigarrillo es uno de los factores desencadenantes más importantes de asma en niños. Al aparición de la enfermedad, la persistencia y la gravedad de la misma es mayor cuando los padres o algún familiar fuman en el hogar. El adolescente con asma nunca debe ni siquiera intentar fumar, pues se podría agravar su problema respiratorio. El asma no se cura, aunque en la mayoría de los niños con asma ésta mejora o los síntomas desaparecen al llegar a la adolescencia. Hay otros con síntomas más frecuentes, en donde el asma persiste con episodios (ataques) repetidos en la adolescencia y aún en la edad adulta. El pronóstico del niño asmático varía de acuerdo con la historia natural o las características de la enfermedad en cada caso particular. Tratamiento: no existe en el momento actual un tratamiento curativo de la enfermedad, siendo la meta controlar las manifestaciones del asma de la mejor manera posible, sin entorpecer las actividades que el niño debe realizar. Es muy importante que el niño realice actividades físicas La actividad física y los deportes van a mejorar el funcionamiento de los pulmones del niño y a su vez va a hacer que éste sienta más confianza con los medicamentos y con el tratamiento que esté tomando. Básicamente hay dos tipos diferentes de medicamentos que se usan en niños asmáticos: Medicamentos de rescate Son medicamentos que se utilizan para mejorar un cuadro agudo de asma, o mejorar los síntomas cuando estos se presentan muy frecuentemente: Broncodilatadores de acción corta (Salbutamol) Esteroides sistémicos (dexametasona, hidrocortisona) Anticolinérgicos inhalados (Atrovent, Berodual) Teofilina sistémicas Adrenalina Medicamento de control Son medicamentos que se utilizan como preventivos, no son para utilizarse en un cuadro agudo. Corticosteroides inhalados (beclometasona, becotide, etc) Cromolín Sódico (Intal) Nedocromil sódico (Tilaire) Broncodilatadores Beta 2 de acción prolongada (Foradil, Serevent) Moduladores de leucotrinas (Singulair) Su pediatra deberá indicarle el medicamento más apropiado para cada caso. Sugerencias de ayuda para familias de niños con asma. 1. El cuarto del niño debe mantenerse limpio y libre de polvo hasta donde sea posible. 2. Las sábanas y cobijas deben lavarse regularmente 3. No utilice colchones o almohadas que contengan plumas de animales, balsa, paja, algodón, etc.; es preferible que sean de espuma o forradas con plástico. 4. Limpie las alfombras del cuarto regularmente con trapo húmedo para no levantar polvo. 5. Cuando sacuda, utilice un trapo húmedo, y hágalo todos los días si es posible. 6. Trate de no tener animales de peluche o con muchos pelos en el cuarto del niño. 7. Los libros y revistas deben colocarse en una biblioteca fuera de la habitación del niño. 8. Las colchas, sábanas y almohadas deben ventilarse al sol por lo menos una vez por semana. 9. Nunca fume delante del niño y no lo lleve a lugares donde se concentra humo de cigarrillo. 10. Trate de evitar que el niño esté en contacto con olores fuertes: pintura, desodorizantes ambientales, espirales para ahuyentar mosquitos, cera, etc. 11. No permita animales dentro de la casa. 12. Si tiene persianas, debe limpiarlas frecuentemente con un trapo húmedo. 13. Es preferible no mantener plantas en la habitación del niño. 14. Trate de utilizar en las habitaciones muebles que no sean tapizados. DERMATITIS DEL PAÑAL Dr. Elías Jiménez F. La dermatitis o inflamación de la piel en el área del pañal es un problema muy frecuente en los niños durante los dos primeros años de edad, y se relaciona fundamentalmente con la humedad, el calor y el roce en dicha zona, lo que se favorece por la presencia de orina y heces, y por el uso de plásticos, que mantienen al niño “seco por fuera y mojado por dentro”. Es un problema que se presenta sobre todo después de los dos primeros meses de edad, y es más común en los niños con un fondo alérgico y con la piel más sensible. El no cambiar el pañal a los niños durante la noche, y el uso de calzones plásticos o de pañales desechables de mala calidad, con mucho plástico externo y pocas posibilidades de ventilación, son factores muy importantes para desencadenar la dermatitis. Al inicio de la dermatitis predomina el enrojecimiento de la piel, especialmente en las zonas de mayor roce, pero posteriormente la piel se puede lastimar más, presentándose diferentes lesiones que incluso pueden llegar a sangrar y ser muy molestas y dolorosas para el niño. Cuando la piel está solo enrojecida, el diagnóstico puede ser más simple, pero cuando existen otras lesiones es frecuente que se presente infección por hongos (candidiasis), por bacterias, o que exista otro tipo de dermatitis asociada, por lo que el niño debe ser valorado por un médico antes de decidir el tratamiento más adecuado. La dermatitis del pañal y las complicaciones aumentan cuando el niño no recibe leche materna, cuando tiene diarrea o cuando toma algún antibiótico. Algunas medidas generales que citaremos a continuación, nos van a permitir no solo evitar la dermatitis, sino también tratarla adecuadamente cuando no esté complicada: 1. Cambie el pañal del niño con frecuencia, incluso durante la noche, y use pañales desechables de calidad, que permitan la transpiración de la piel. 2. Utilice jabones sin bactericidas, por ejemplo Dove, Ivory, o Lowila. 3. El mejor ungüento es el óxido de zinc. Si se usa con moderación, permite proteger a la piel del roce y del contacto con sustancias irritantes. 4. Las toallas húmedas que se consiguen para limpiar a los bebés, pueden ser irritantes para algunos de ellos. 5. Los remedios caseros como el almidón, favorecen las infecciones por hongos. 6. Si utiliza pañales de tela, asegúrese que queden bien enjuagados. Es útil remojarlos al final con agua con vinagre. 7. No utilice pomadas con antibióticos o con cortisona si no han sido indicadas por su médico. 8. Si las lesiones no ceden en un plazo prudencial consulte con su médico. Sólo examinando al niño se puede establecer el diagnóstico correcto. IMPETIGO Dr. Edgar Mohs Es la forma más común de infección de la piel causada por una bacteria, el Estreptococo beta hemolítico del grupo A. La enfermedad generalmente se presenta en forma de lesiones vesiculares en los brazos, miembros inferiores, alrededor de la boca, nariz o en el tronco. Rápidamente estas vesículas se transforman en pústulas y subsecuentemente son cubiertas por una capa dura. El paciente aqueja picazón y se puede encontrar ganglios grandes regionales. La presencia de lesiones bulosas sugieren infección concomitante con Estafilococo aureus, otro tipo de germen. Esta patología tiene una gran importancia epidemiológica y de salud pública, pues en nuestro medio un número importante de glomerulonefritis difusa aguda (inflamación del riñon) tiene este origen. El tratamiento de elección es con penicilina benzatínica a la dosis que aparecen en el capítulo de faringoamigdalitis; además, se recomienda lavado de las lesiones con agua y jabón de preferencia Deso-Tres, y se podría recomendar el uso de ungüento de neomicina o bacitracina como tratamiento local en las infecciones leves e incipientes. Un tratamiento alternativo por vía oral en casos severos, es azitromicina en dosis de 10mg por Kg de peso, por día, durante tres días. ANEMIA EN LOS NIÑOS Dr. Elías Jiménez F. Se dice que hay anemia cuando la hemoglobina está por debajo de la cifra normal para la edad y el sexo. El niño nace con un valor alto de hemoglobina, en general superior a 15 g/dl , y esta desciende lentamente durante los primeros meses de vida, pudiendo llegar a los 9g/dl a los 3 meses, para empezar después a aumentar progresivamente, de tal manera que después del año de edad la cifra normal es de 12 g/dl o más. Después de la adolescencia, el valor normal para los varones supera los 13 g/dl, y el de las mujeres es alrededor de 1 g/dl más bajo. La hemoglobina entonces varía con la edad, varía con el sexo después de la adolescencia, y se modifica también con la altura sobre el nivel del mar del lugar de residencia, siendo más baja en las personas que viven en las costas y más alta conforme aumenta la altitud del lugar de residencia. Todos estos factores deben considerarse para poder interpretar correctamente el resultado del examen de hemoglobina. La frecuencia de los diferentes factores que ocasionan anemia varía con la edad, pero en general, la causa más común en todas las edades, pero especialmente en los niños de 1 a 2 años, es la anemia por deficiencia de hierro, o anemia ferropénica. Los niños necesitan recibir una cantidad adecuada de hierro en la dieta, especialmente durante las épocas de mayor crecimiento, como son los primeros dos años de vida y la adolescencia. La recomendación de la Academia Americana de Pediatría para evitar la anemia ferropénica en los lactantes es muy clara: todo niño debe recibir hierro extra en la dieta a partir de los cuatro meses de edad si está tomando fórmula, a partir de los 6 meses si está con lactancia materna, o a partir del mes de edad si es prematuro. Cuando el niño está tomando fórmula, puede recibir el hierro a través de alguna de las fórmulas enriquecidas disponibles actualmente en el mercado, las cuales son de muy buena calidad y permiten que la mayoría de ellos reciban la cantidad apropiada de hierro que necesitan. En algunos casos, es necesario dar hierro extra, en forma de gotas, lo cual debe quedar a criterio del pediatra. Si el niño recibe leche materna, además de todas las otras ventajas que tiene, el poco hierro que recibe se absorbe mejor, por lo que sus necesidades no van a ser tan elevadas. Aún así, debe recibir hierro extra a partir de los seis meses, lo cual puede lograrse con un cereal enriquecido con hierro o con gotas de hierro. El cereal enriquecido con hierro es una buena alternativa, pero debe uno asegurarse que la cantidad sea la apropiada, lo que se logra con 6 a 8 cucharaditas de cereal al día. Lo que los niños no deben recibir, es leche líquida de vaca durante el primer año, ya que se ha demostrado que esta provoca pequeños sangrados intestinales, acentuándose así la deficiencia de hierro en algunos niños. La importancia de prevenir la anemia ferropénica del lactante, es que se ha encontrado en diferentes estudios que cuando esta se presenta, puede alterar el desarrollo de los niños en forma permanente. La prevención de la anemia ferropénica en el adolescente es más simple, primero porque su dieta es más variada, se comen todo lo que encuentran, y puede lograrse fácilmente cuando el médico así lo considere con tabletas de hierro. SANGRADO ANORMAL Dr. Elías Jiménez F. Es muy común que los niños presenten moretones en las piernas o sangrado por la nariz (epistaxis), lo que con frecuencia angustia a los padres, por lo que es importante que sepamos cuando acudir al médico, cuando ese sangrado debe preocuparnos, y qué hacer cuando el niño está sangrando por la nariz. También es importante conocer cuales son las medidas preventivas que pueden disminuir la frecuencia del sangrado, por lo que nos referimos a este tema en general. Existen tres elementos en el organismo que intervienen para controlar el sangrado: los vasos sanguíneos, las plaquetas y los factores de coagulación. Cuando existe un problema en los vasos o en las plaquetas, el sangrado se presenta sobre todo en las mucosas, como nariz y boca, y en la piel, en forma de moretes o de pequeños puntos hemorrágico, y cuando el problema es un los factores de coagulación, se presenta sangrado o a nivel de articulaciones, de grandes moretes, o en algunos órganos. Lo más común es que los niños sangren por problemas de los vasos o de las plaquetas, siendo los problemas de los factores de coagulación como la hemofilia, más raros. Nos debe preocupar el sangrado dependiendo de la intensidad y del sitio. El sangrado en la orina, por ejemplo, debemos considerarlo como anormal siempre y estudiar su causa. El sangrado en pequeñas cantidades, que acompaña a veces a las evacuaciones, es común que se relaciones con fisuras anales que no ofrecen ningún riesgo. El sangrado en piel tipo moretones, nos debe preocupar cuando se presenta en un sitio diferente a las piernas, como en el tronco o abdomen, y no podemos relacionarlo con un golpe franco, o cuando lo que observamos son pequeños puntos rojos en diferentes partes del cuerpo. Si lo que se presenta es sangrado por diferentes sitios, es mas problable que sea debido a alguna enfermedad que a causas locales. El sangrado por la nariz es muy común, y generalmente se relaciona con trauma, inflamación como en los casos en que coincide con cuadros gripales, resequedad, vasodilatación, por ejemplo después de una fuerte asoleada, con malformaciones o dilataciones de los vasos capilares, con hipertensión, muy rara en niños, y con algunas enfermedades hematológicas, también poco frecuentes. Existen medicamentos como la aspirina que favorecen el sangrado. Cuando estudiamos a un niño con sangrado, nos interesa saber el tiempo de evolución, si se presentan o no otros síntomas, las actividades del niño, la historia familiar, los medicamentos que ha estado tomando, y si se trata de sangrado nasal, si este se presenta por una sola fosa nasal y la cantidad del mismo. Si un niño tiene por ejemplo sangrado por la nariz menos de cinco veces al año, con una duración de menos de cinco de minutos, y una cantidad menor a una cucharadita, se considera que el problema es fundamentalmente local y no vale la pena realizar estudios especiales. ¿Cuáles son las medidas útiles cuando un niño sangra? En primer término debemos considerar el reposo. El niño debe estar tranquilo, en reposo mientras se observe sangrado activo y si es nasal, en una posición semisentada. La segunda medida efectiva es la compresión local. En general, la presión es suficiente para que el sangrado ceda. El frío local es otra medida efectiva por la vasoconstricción que produce. Cuando el sangrado es nasal debe aplicarse en la base de la nariz. Mantener la calma es esencial, sobre todo porque el sangrado angustia mucho a los niños. Es fundamental establecer un diagnóstico preciso, para poder tomar la mejor decisión sobre el tratamiento correcto. Si el sangrado es nasal, debemos evitar los factores que provoquen trauma local, tales como el sol en exceso, hurgarse la nariz y la resequedad. Recordemos siempre que la aspirina favorece el sangrado, por lo que está contraindicada ante cualquiera de estos cuadros. El sangrado es uno de los síntomas que debe ser motivo de consulta usando el sentido común, y una situación en que tan importante es mantener la calma como usar el tratamiento correcto. ENFERMEDAD DIARREICA Dr. Adriano Arguedas Dra. Carolina Soley Se define enfermedad diarreica al cambio de consistencia en las deposiciones a una más blanda, con o sin aumento en la frecuencia del número de deposiciones. Debido a la variabilidad en la frecuencia y el tipo de deposiciones en los niños, la normalidad es difícil de establecer y debe ser individualizada. En el caso de los lactantes, la consistencia normal de las heces es blanda, con una coloración amarillo oro y una frecuencia que varia desde cada vez que el lactante es alimentado hasta solamente una o dos deposiciones al día. La mayoría de los episodios de diarrea son producidos por un virus que se llama Rotavirus; sin embargo, existen bacterias como la Shigella, la Salmonela, y la E.coli que también pueden producir diarrea. Las diarreas por Rotavirus presentan menos afección al estado general con temperaturas inferiores que las que se pueden presentar en episodios diarreicos bacterianos. A pesar de que la mayoría de los episodios diarreicos son autolimitados, la posibilidad de que el niño presente alguna complicación más frecuente de la diarrea es la deshidratación, la cual si es severa puede inclusive llevar a la muerte. Existen tres tipos de deshidratación; leve, moderada o severa, las cuales requieren tratamiento diversos dependiendo de la tolerancia del paciente a recibir líquidos orales y a su estado de conciencia. Los síntomas y signos que presenta el paciente ayudarán a saber el grado de enfermedad que tiene. En niños pequeños, la irritabilidad y la sed son uno de los primeros signos que se ponen de manifiesto y estos pueden estar acompañados de ojos hundidos, palidez y mucosas orales secas. Es importante también cuantificar el número de veces que el niño orina, pues conforme la deshidratación va empeorando el paciente intenta retener la mayor cantidad de líquidos y comienza a disminuir el número y la cantidad de orina. La severidad de estos parámetros define la intensidad de la deshidratación. El tratamiento debe ir dirigido a evitar la deshidratación mediante la ingesta de líquidos tales como agua de arroz, sueros comerciales o refrescos de frutas naturales. Se debe evitar dar refrescos gaseosos ya que estos pueden irritar la cámara gástrica y exacerbar las náuseas y los vómitos. Es importante que estos líquidos sean ofrecidos al paciente cada vez que tenga alguna deposición o cuando tenga sed, en cantidades pequeñas (cucharaditas) y lentamente. Las comidas deben espaciarse en más tiempo y en porciones más pequeñas, sin agregar condimentos o dar sopas de paquete durante la etapa aguda, pues estas tienen mucha cantidad de sodio y pueden aumentar el número de deposiciones. Es importante que durante la enfermedad el niño no asista a clases. Esto es recomendable por tres puntos: primero, el niño no se va a sentir en condiciones de estar poniendo atención por períodos de tiempo largos, en donde en varias ocasiones requiere ir al servicio sanitario, segundo, es importante que los padres están observando el número de deposiciones que el niño tiene y su estado de hidratación y tercero, se debe evitar que el niño contagie a sus compañeros de clase. Habitualmente un episodio diarreico agudo viral se resuelve en un período que oscila entre 3 y 7 días; sin embargo, existen condiciones que le deben sugerir a los padres la necesidad de consultar con su médico. Estas son un número elevado de deposiciones por hora (más de 4 deposiciones por hora), intolerancia a los líquidos por vía oral, abdomen muy distentido, presencia de los signos de deshidratación, alteración del estado de conciencia o la presencia de sangre en las heces. Debido a que la mayor parte de episodios son de origen viral no se recomienda rutinariamente el uso de antibióticos. Estos van a estar reservados para aquellos casos en los que el médico por clínica y un examen de heces, sospeche la posibilidad de una infección bacteriana. El uso de agentes antidiarreicos tampoco está indicado pues estos agentes actúan como “paralizantes” intestinales, evitando la eliminación correcta de los agentes virales o bacterianos. Durante el episodio agudo de la enfermedad lo más importante es seguir las recomendaciones dietéticas de su médico, vigilar el estado de hidratación del paciente y ofrecerle al niño los líquidos mencionados con cada deposición y cada vez que el tenga sed. DIETA Y DIARREA Dr. Elías Jiménez F. Todos los años en nuestro país se presenta alrededor del mes de Enero un brote epidémico de diarrea, el cual es provocado por un virus denominado Rotavirus. Su transmisión es muy fácil, y son pocas las medidas que podemos tomar para evitar el contagio, no hay vacuna disponible aún en el comercio, por lo que debemos tomar precauciones elementales, tales como mantener la lactancia materna, evitar el contacto con enfermos, lavarnos las manos frecuentemente, y tener un cuidado extremo con la preparación de los alimentos. Pero aún con las medidas mencionadas, las posibilidades de que los niños se contagien son muy altas, por lo que siempre es importante tener presente algunas de las recomendaciones para su manejo, especialmente en lo referente a la dieta que deben recibir los niños con diarrea. Es necesario enfatizar que la prioridad en estos casos es evitar que los niños se deshidraten, ya que con mucha frecuencia presentan vómitos, sobre todo al inicio de la infección, fiebre y la diarrea es muy líquida y abundante, todo lo cual provoca que, al perder más líquidos de los que se ingieren, se presente la deshidratación. Los niños con diarrea deben recibir entonces una mayor cantidad de líquidos, siendo lo más recomendable el uso del suero oral alternado con agua o agua de arroz. En lo que se refiere a la dieta, existen algunas pautas generales que debemos recordar. En primer lugar, si los niños están recibiendo leche materna, por ningún motivo debemos suspenderles la lactancia. Se ha demostrado que los niños con diarrea que reciben leche materna se curan más rápido que los que solo reciben suero oral. Lo que si podemos modificar es la frecuencia, permitiéndole al niño que se alimente más seguido. Si el niño no vomita, debemos proporcionarle una alimentación adecuada, a pesar de la diarrea. Es un error creer que el ayuno lo va a curar más rápido, cuando realmente es a la inversa: el mantener la alimentación favorece la recuperación en un menor tiempo y mejora el aspecto nutricional, el cual es básico para el control de la infección. Es importante sin embargo, que los alimentos sean los apropiados. Las fórmulas son mejores que la leche entera fresca, y en general no es necesario diluir la leche si no hay vómitos. En algunos casos, es útil el uso de una leche que no contenga lactosa, pero este debe decidirlo el médico. Es importante entonces continuar con la leche en los niños pequeños, pudiendo alternarse con el suero oral. Los alimentos que contienen azúcares complejos pueden continuar utilizándose, tales como arroz, trigo, pan, cereales, lo mismo que las carnes sin grasa, como el pollo o el pescado. La papa, la zanahoria, y en general otras verduras y vegetales deben mantenerse en la dieta de los niños, lo mismo que el yogurt. Lo que si debemos evitar son los alimentos con mucha grasa y los azúcares simples, los mismo que los jugos o frutas en exceso. Así que, buen apetito a pesar de la diarrea. DIARREA CON SANGRE Dr. Elías Jiménez F. La diarrea es un síntoma muy común en niños, y generalmente es muy benigna, se autolimita, o cede solo con dieta y líquidos. Existen sin embargo algunos signos que ocasionalmente acompañan a la diarrea, y que son motivo de preocupación, siendo uno de ellos la presencia de sangre en las evacuaciones. La causa más común en niños de diarrea con sangre son las infecciones. Estas infecciones han ido cambiando con el tiempo. Hace varios años, cuando el Hospital de Niños abrió sus puertas, era muy frecuente encontrar gran cantidad de parásitos como responsables de la diarrea con sangre: tricocéfalos, uncinarias y amebas sobre todo. Afortunadamente, con la mejoría indiscutible de los factores que influyen en el saneamiento ambiental, sobre todo el agua potable y la eliminación apropiada de excretas, estos parásitos se convirtieron en una rareza, predominando actualmente otras causas. Aun cuando la diarrea con sangre puede tener otros orígenes, tales como la alergia o algunas infecciones por virus, cuando vemos a un niño con estos síntomas, pensamos inmediatamente en infección por bacterias. Quiero referirme a dos grupos de bacterias que ocasionan este problema: La Escherichia coli y la Shigella. Estas bacterias pueden ser transmitidas a través de las heces por el hombre o por algún animal, y contaminar los alimentos o el agua, y dependiendo de la cantidad de inóculo, de lo agresivas que sean y de la resistencia del huésped, pueden provocar cuadros muy leves de diarrea con sangre, que incluso pueden curarse sin tratamiento, o cuadros muy severos, acompañados de deshidratación, insuficiencia renal y anemia severa. Algunos de estos pacientes llegan incluso a fallecer. El punto más importante se refiere a la prevención de estas infecciones. Se han descrito cuadros aislados de estas infecciones y brotes epidémicos. El estudio de estas epidemias nos ha enseñado su forma de transmisión, y por lo tanto, de prevención. Una de las epidemias más grandes fue la descrita en el Estado de Washington en 1993, en donde se encontraron 501 casos de pacientes contaminados con Escherichia coli (cepa O157: H7), de los cuales se internaron el 31% y fallecieron 3 de ellos. Todos ellos se enfermaron por comer hamburguesas contaminadas en una de las cadenas de comida rápida. En el 63% de estas hamburguesas la temperatura interna de cocción fue de 60 grados C, siendo la temperatura mínima necesaria para matar las bacterias de 68.3ºC. O sea que si comemos hamburguesa y otras carnes medio crudas, y no bien cocidas, tenemos el riesgo de contaminarnos de esta infección, estando los niños más expuestos a cuadros severos. El otro brote importante de infección por E. Coli y Shigella se describió en Pórtland, Oregon, durante el verano de 1991. En esta ocasión se enfermaron 59 niños, y el factor en común de todos ellos fue el haber visitado un parque y haberse bañado en el lago por un buen rato. Se encontró que el lago estaba contaminado con materia fecal y la fuente de infección fue la ingestión de agua mientras nadaban en el lago. En resumen, si queremos evitar el riesgo de estos cuadros, que pueden ser a veces muy graves, no permitamos que nuestros niños coman carne mal cocida, y evitemos a toda costa que se bañen en lagos o en aguas con alto riesgo de que estén contaminadas, las cuales desafortunadamente abundan en nuestro país. LA VARICELA Dr. Elías Jiménez F. La varicela es una infección común en niños, presente durante todo el año, y con picos de mayor incidencia durante los períodos lectivos, dada la facilidad de transmisión que tiene. Con frecuencia los adultos se ven también afectados, siempre y cuando no hayan tenido la enfermedad durante la niñez. Es producida por un virus, llamado Virus de Varicela-Zoster, y deja inmunidad permanente en la gran mayoría de los casos, o sea que la enfermedad no repite como tal. En algunas personas, la inmunidad es parcial, por lo que puede manifestarse en edades posteriores en la forma de HerpesZoster. El período de incubación de la varicela es de alrededor de 15 días, o sea el tiempo que pasa desde el momento del contagio hasta la aparición de los primeros síntomas. La enfermedad es muy contagiosa, y se transmite por contacto directo o por el aire cuando el enfermo está cerca. Es muy difícil la transmisión por terceras personas. La enfermedad empieza con malestar general y fiebre no muy alta por uno o dos días ante el brote, y este se inicia con unas pocas lesiones que se generalizan rápidamente, en tronco, cabeza, extremidades y mucosas, apareciendo lesiones dentro de la boca que dificultan la deglución y en genitales. Las lesiones son muy características, pequeñas vesículas con líquido, ronchas, úlceras y granos, y la severidad de la enfermedad se puede medir según su número: desde muy pocas en las formas más leves hasta muchas, prácticamente sin dejar piel sana, en las severas. La duración de la varicela es de una semana, y es contagiosa desde que se inician los primeros síntomas hasta unos 5 días después del inicio del brote. Aún cuando la varicela es una enfermedad muy benigna, que raramente se complica, existen algunas personas en las que puede ser muy grave, por lo que tenemos que tomar precauciones especiales para su aislamiento cuando exista algún caso cercano. Un ejemplo serían los niños con enfermedades crónicas, los que reciben tratamiento para el cáncer, los recién nacidos de madres que hayan tenido la enfermedad previamente, o cuando la madre está con varicela en el momento del parto. En los adolescentes y en los adultos la varicela es más severa. ¿Qué hacer ante un caso de varicela? Existen dos primeros pasos fundamentales que debemos coordinar con el médico del niño: asegurarnos que el diagnóstico es el correcto y que no exista ningún factor de riesgo especial que pudiera complicar o agravar la enfermedad. Por lo demás, la varicela es una enfermedad benigna y autolimitada, en donde lo principal es el reposo dentro de la casa durante la semana que dura, el aseo permanente para evitar las infecciones secundarias de los lesiones, el baño diario, el lavado de las manos frecuente, el uso de alguna loción para disminuir la picazón, la ingesta de líquidos frecuente y la paciencia. En algunos casos se pueden usar analgésicos o medicamentos para la fiebre como el acetaminofén o algún antihistamínico para la picazón. Existen algunos antivirales para los casos severos que siempre deben ser indicados por el médico. Los antibióticos no deben usarse, a menos que exista infección agregada, y tampoco debe usarse aspirina. Existen tres medidas preventivas que pueden aplicarse según el caso: la primera es de sentido común, evitar el contacto intencionado con enfermos, y las otras son de indicación médica, el uso de una gama globulina especial para varicela, recomendada para los casos de alto riesgo, muy difícil de conseguir, y la vacunación. La vacuna contra la varicela es segura, tiene muy pocas reacciones secundarias, y debe aplicarse a partir del primer año. En los menores es suficiente con una dosis, pero los adolescentes y los adultos necesitan dos dosis. Su mayor inconveniente es el precio, pero es de esperar que conforme pase el tiempo y surja una mayor competencia, éste irá disminuyendo, situación que ya hemos vivido con todas las otras vacunas. MENINGITIS EN NIÑOS Dr. Elías Jiménez F. El diagnóstico de meningitis es causa de temor justificado, tanto de parte de los padres y familiares, como entre amigos y compañeros de escuela, sobre todo por el riesgo que pueden tener los pacientes de fallecer o presentar secuelas permanentes, y por la posibilidad de contagio. Es muy frecuente que los pediatras recibamos llamadas de parte de madres y padres, preguntando qué hacer cuando algún niño conocido tiene meningitis, cómo evitar el contagio, cuál es el riesgo verdadero de contagio, y consultando si pueden visitar al niño enfermo o a su familia. Durante el años de 1995, atendimos en el Hospital de Niños a 74 niños con meningitis, la mitad de ellos con meningitis bacteriana y la mitad con meningitis viral. Tres de los niños con meningitis bacteriana fallecieron, y ninguno de los que presentaron la forma viral. Estas cifras nos señalan que los casos con meningitis son poco frecuentes, tenemos por ejemplo más casos anuales con cáncer que con meningitis, y que la mortalidad es relativamente baja, lo que refleja, aunado a la disminución de las secuelas, que tanto el diagnóstico oportuno como el tratamiento moderno han influido positivamente en el pronóstico de esta enfermedad. Uno de los avances más importantes en la prevención de la meningitis, ha sido la introducción de la vacuna contra Hemophilus influenzae, bacteria responsable de la mayoría de las meningitis bacterianas. El uso de esta vacuna, a partir de los 2 meses de edad, debe recomendarse para todos los niños. Desafortunadamente, por su costo, todavía no se ha generalizado su uso, aún cuando ya fue incorporada al esquema nacional de inmunizaciones. Es muy difícil que la meningitis se transmita de un niño a otro, y todavía más difícil que se transmita a través de terceras personas. Muchas de las bacterias que tenemos todos nosotros en la garganta o en la piel, sin provocarnos ningún problema, o los virus que causan las infecciones comunes, como la diarrea, la gripe o las paperas, son las que ocasionan la meningitis en algunos niños susceptibles. Esto hace muy difícil que una persona se contagie de otra con meningitis, excepto en una variedad, muy poco frecuente, que es la meningitis por “meningococo”, la cual incluso puede presentarse en brotes epidémicos. El sentido común nos debe enseñar que, a pesar del bajo riesgo de contagio, no debemos visitar a los pacientes con meningitis, así como en términos generales no deberíamos visitar a ningún paciente con una enfermedad infecciosa. ¿Cómo sospechar el diagnóstico? ¿Cuándo consultar? Siendo la meningitis una enfermedad infecciosa, sus síntomas serán de dos tipos: los comunes en las infecciones y los propios de la localización neurológica. Los síntomas comunes de las infecciones son la fiebre, el malestar general, el decaimiento, la pérdida del apetito, los vómitos, el dolor de cabeza; y los síntomas propios de la localización neurológica serían la alteración de la conciencia, las convulsiones, la rigidez del cuello, debilidad motora, los vómitos y el dolor de cabeza más acentuado. Los niños se ven en general muy enfermos. Con un examen cuidadoso y con una punción lumbar para estudiar el liquido céfalo-raquídeo, el médico puede hacer el diagnóstico e iniciar el tratamiento más apropiado. Cuando un niño presenta un cuadro febril sin un foco claro de infección, y tiene algún síntoma “raro”, diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en él cuando se enferma, sobre todo si está muy decaído, muy somnoliento, si es de corta edad, o si tiene algunos de los síntomas que indican localización neurológica, es importante consultar para que sea examinado por su médico. Recordemos que la meningitis puede ser una infección leve o muy grave, dependiendo de la rapidez del diagnóstico, de la causa y del tratamiento. HEPATITIS VIRAL Dra. Carolina Soley Dr. Adriano Arguedas La hepatitis viral es una enfermedad infecciosa cuyo origen lo dan algunos virus dentro de los que más importancia tienen por su frecuencia en la población pediátrica y en general, son los virus de la hepatitis A y la hepatitis B. La hepatitis es una inflamación del hígado que se manifiesta con malestar general, dolor abdominal, fiebre, ictericia (la piel y los ojos amarillos), coluria (orina color café oscuro) y falta de apetito. Tanto la hepatitis A como la B tienen un rango clínico muy amplio y pueden ir desde una infección sin síntomas hasta una hepatitis fulminante, con la diferencia de que la primera es rara vez fatal y la segunda se puede volver crónica y en etapas tardías evolucionar a un cáncer de hígado. La hepatitis A se transmite de persona a persona debido a contaminación fecal e ingesta oral (ejemplo: ruta fecal-oral) mientras que el virus de la hepatitis B se transmite de forma vertical (madre embarazada infectada con el virus se lo transmite al feto), por transfusiones sanguíneas con sangre contaminada o por otros líquidos corporales, como por ejemplo durante relaciones sexuales. El período de incubación de la hepatitis A va de 15 a 50 días luego del contacto y el de la hepatitis B es de 45 a 160 días. En la mayoría de los pacientes del diagnóstico de un cuadro de hepatitis es clínico, sin embargo, en todos los casos es necesario realizar estudios serológicos para identificar que tipo de hepatitis es la que el paciente presenta. En el caso de pacientes con hepatitis A, se recomienda que los padres de familia, tomen precauciones con el manejo de las excretas del niño enfermo hasta 1 semana después de que se inició la ictericia. Debido a que el virus de la hepatitis B no se transmite por la ruta oral-fecal, se recomienda que las personas que vivan o estén en contacto con algún niño que padezca de hepatitis B eviten el contacto con objetos que hayan tenido contacto con sangre del paciente, como por ejemplo agujas, rasuradoras o cepillos de dientes. El tratamiento contra la hepatitis A es de soporte; se recomienda que el paciente tenga reposo relativo, aumente la ingesta de líquidos no irritantes e ingiera comidas blandas. En el caso de los pacientes con hepatitis B, no existe todavía una terapia específica contra la infección aguda pero existen modalidades terapéuticas recomendadas en aquellos pacientes con procesos crónicos. Es de gran importancia el reconocer que existen vacunas seguras y muy efectivas contra los virus de la hepatitis A y la hepatitis B. Debido a esto, es recomendable que todo niño cumpla con el esquema de vacunación sugerido contra estos dos virus (ver capítulo de vacunas). HERNIA UMBILICAL Dr. Edgar Mohs Con la regresión y atrofia del cordón umbilical después del nacimiento, suele persistir un anillo umbilical de variado tamaño, pero que está en relación con el grosor del cordón umbilical. Tarda unos meses en disminuir y cerrarse espontáneamente. Factores diversos que aumenten la presión intraabdominal, pueden dificultar el cierre normal del anillo y algunas veces lo aumentan, tales como el pujido, meteorismo, constipación, tos crónica y tenaz, tosferina, etc. A pesar de todas esas vicisitudes, termina por normalizarse en prácticamente todos los casos en los primeros tres años de edad; en los niños mayores de 5 años, cuando la hernia ha persistido y es de gran tamaño, conviene su tratamiento quirúrgico. El uso de fajeros, esparadrapos, etc., no tienen utilidad alguna y pueden irritar innecesariamente la piel. HIDROCELE Y HERNIA INGUINAL. Dr. Elías Jiménez F. Es común que los niños durante el primer año presenten aumento de volumen de uno o ambos testículos, presente generalmente desde el nacimiento. Este aumento de volumen puede ser ocasionado por líquido en el escroto (la bolsa que envuelve a los testículos), en cuyo caso se habla de Hidrocele, o por presencia de un asa intestinal, lo que corresponde a una Hernia del canal inguinal. En la mayoría de las Hernias existe además líquido, lo que dificulta a veces el diagnóstico. Los hidroceles tienden a desaparecer entre los seis meses y el año de edad, por lo que no se justifica el operar a un niño con esta patología, a menos que esté a mucha tensión, provocándole molestias al paciente, o que exista una duda razonable sobre si hay o no una Hernia inguinal asociada. Usualmente la cantidad de líquido presente en el escroto es menor en la mañana, y se acumula conforme avanza el día. No dejan ninguna secuela en la función testicular, y una recomendación es que nunca deben punzarse. La Hernia inguinal representa un problema más complejo, ya que existe el riesgo de lesión del asa intestinal porque esta se encarcele, no pueda regresar a la cavidad abdominal, y se presente así una verdadera emergencia, cosa que no sucede con el Hidrocele. La Hernia inguinal por lo tanto debe operarse siempre, de preferencia antes que se presente alguna complicación. La operación es simple, las complicaciones son raras, y usualmente puede hacerse como cirugía ambulatoria. La mayoría de los cirujanos prefieren, en los niños menores de un año de edad, operar los dos lados, ya que en alrededor del 50% de los casos existe una Hernia en el otro lado, la cual puede hacerse aparente en forma posterior. El diagnóstico de estas dos condiciones se basa en las manifestaciones clínicas, y en un examen muy cuidadoso del canal inguinal y del escroto, pudiendo recurrirse en los casos de duda al ultrasonido, el cual es totalmente inocuo y muy eficaz. La Hernia Inguinal y el Hidrocele son patologías frecuentes y simples, que bien diagnosticadas y bien manejadas, no deberían representar ningún riesgo para los niños. Eso sí, para tener éxito en su manejo se requiere de experiencia y honestidad por parte del médico tratante. APENDICITIS AGUDA EN LOS NIÑOS Dr. Carlos Arrea B. Se llama Apendicitis Aguda a la inflamación del apéndice cecal, una porción del intestino grueso que se encuentra en el lado derecho del colon. Cuando se inicia este proceso el apéndice se pone rojo, aumenta de tamaño y si no se opera puede perforarse, causando una peritonitis muy grave, por lo gérmenes que tiene en su interior, dentro de los que están los que producen la gangrena. ¿Cómo puede usted sospechar que su niño tiene una apenticitis aguda? Los siguientes datos pueden servirle de orientación: 1. Antes de que le doliera la panza estaba completamente sano; 2. El dolor empieza en forma brusca, en cualquier parte de abdomen, no se quita, por el contrario, aumenta de intensidad conforme pasan las horas; después de un tiempo se localiza en el lado derecho del abdomen; 3. Además del dolor existe pérdida del apetito, esto es muy importante. 4. Luego se presentan vómitos que generalmente son de lo que ha comido, pero pueden ser verdes; 5. Algunos niños tienen diarrea, la cual es más frecuente en los pequeños, y cuando existe no se descarta la apendicitis; 6. Se presenta fiebre que al principio no es muy alta, pero va en aumento. Si su niño tiene estos datos se debe consultar con un médico que tenga experiencia en niños, de preferencia un cirujano o pediatra. Lo que no hay que hacer con los niños que les duele la panza. No deben darles purgantes porque estos al acelerar el tránsito intestinal, van a estimular los procesos inflamatorios del apéndice y pueden precipitar la perforación del mismo. Tampoco hay que dar sedantes como el paregórico, que fue tan popular hace algunos años; como es un derivado del opio va a calmar el dolor, pero el proceso inflamatorio sigue, no se quejan y esto hace perder tiempo que favorece la perforación. Otra cosa que hay que evitar es el uso de antibióticos, ninguno de ellos es capaz de suprimir el proceso inflamatorio del apéndice una vez éste se ha iniciado, lo único que hacen es retrasar el diagnóstico y favorecer la evolución hacia la perforación. El uso de enemas, afortunadamente ya no tan popular, tienen un efecto similar. ¡Esto no hay que hacerlo! ¿Por qué es tan importante que lo vea un médico? Porque el diagnóstico se hace tocándole la panza, para descubrir si el dolor provoca una contracción de los músculos de la pared abdominal y haciendo un tacto rectal para descubrir dolor en el lado derecho. Este examen es imprescindible para el diagnóstico; ambas maniobras sólo las puede hacer el médico. ¿Se puede hacer el diagnóstico con un recuento? Definitivamente no. El recuento sólo sirve para confirmarlo y orientar al cirujano sobre la posibilidad de que el apéndice se haya perforado. Lo que si debe hacerse es un examen de orina, pues las infecciones urinarias pueden dar síntomas muy parecidos y hay que estar seguros de que no existen. ¿Es necesario hacer un ultrasonido? En la mayoría de los casos no, pero en niños pequeños, en niñas que están cercanas a la pubertad y van a tener su regla pronto o que la tienen con mucho dolor, si es útil. Sirve más para diagnosticar patologías que no están en el apéndice, que para la apendicitis misma. ¿Por qué es tan importante no perder tiempo con estos niños? Porque es muy distinto una apéndice que apenas está inflamada a otra que se ha perforado y que tiene una peritonitis; la primera, se opera y con uno o dos días de hospital cura, además no tiene complicaciones. La perforada es muy grave, requiere por lo menos 5 o 6 días de hospital, sueros, un tubo en la nariz para sacar líquido del estómago, antibióticos intravenosos y lo más serio, se presentan muchas complicaciones que pueden llegar hasta el fallecimiento del niño. Si su niño tiene lo que le he explicado, no pierda tiempo y llévelo a ver a su pediatra o a un cirujano. MEJOR PREVENIR VACUNAS Dr. Adriano Arguedas Dra. Carolina Soley Las vacunas son los mejores instrumentos que los padres de familia y los pediatras tenemos para evitar que, durante la infancia y el resto de sus vidas, nuestros hijos sufran alguna enfermedad. Por este motivo, es que cada visita al pediatra debe ser considerada como una excelente oportunidad para vacunar los niños. En los últimos años, ha sido evidente que el esquema de vacunación ha sufrido muchas modificaciones, esto debido al descubrimiento de nuevas vacunas, que en forma bastante segura, le ofrecen a nuestros hijos una mejor protección. Debido a esto, es importante que todos los padres de familia revisen el esquema de vacunación que sus hijos mayores recibieron para, en caso necesario, actualizarlo (tabla 1). Los tres cambios más importantes que han acontecido en esta década son: a) La recomendación de un doble esquema contra el sarampión a los 12 meses de edad y luego un refuerzo entre los 4 y 10 años de edad; b) La vacunación universal (en todo recién nacido) contra la hepatitis B y c) La incorporación de la vacuna contra la H. Influenzae tipo b, conocida en diversos medios como la vacuna contra la meningitis. Otros cambios que consideramos también importantes, pero que han sucedido más recientemente son: a) La incorporación de la vacuna contra la hepatitis A en grupos de alto riesgo, dentro de los cuales destaca la recomendación de vacunar a toda persona que viva en zona geográfica en donde, similar a Costa Rica, la hepatitis A sea considerada endémica; b) La incorporación de la vacuna contra la varicela a todo niño mayor de 13 meses de edad; c) La decisión de incorporar como vacuna de primera línea la vacuna acelular contra la Difteria, Pertusis y Tétano (DPT) que potencialmente tiene menos efectos adversos que la vacuna convencional; d) La aprobación recientemente de la vacuna contra el Rotavirus, el cual es el virus que más frecuentemente produce diarrea. Estos son solo algunos adelantos en el esquema de vacunación que han ocurrido en el mundo. Algunos de ellos ya han sido incorporados en el cuadro básico de Costa Rica, otros están todavía en discusión pero es probable que sean incorporados gradualmente en el esquema oficial. Aunque existen circunstancias en las que una vacuna está contraindicada en determinado momento, esto es lo menos frecuente y en la mayoría de las ocasiones la vacuna puede se aplicada. En la tabla 2 están algunas situaciones frecuentes que no son contraindicaciones para aplicar vacunas, pero que muy frecuentemente son motivo de confusión y de atrasos en la aplicación de las mismas. En la siguiente tabla (tabla 1) se describe el esquema de vacunación y se incluyen las vacunas aprobadas durante los últimos años. En letra corriente se indican las vacunas ofrecidas en el cuadro de vacunación oficial del Ministerio de Salud de Costa Rica y en parántesis, se destacan nuevas vacunas que todavía no han sido incorporadas al cuadro oficial pero que, en la mayoría de los casos, están disponibles en el sector de la medicina privada de nuestro país. EDAD Al nacer TABLA 1 ESQUEMA DE VACUNACIÓN 1998 VACUNA BCG a Intradermica HBV b intramuscular 1 mes HBV Intramuscular 2 meses DPT c Intramuscular OPV d Vía oral Hib Intramuscular 4 meses 6 meses e (ROTAVIRUS) Vía oral. DPT Intramuscular OPV Vía oral Hib Intramuscular (ROTAVIRUS) Vía oral DPT Intramuscular OPV Vía oral VIA Hib Intramuscular (ROTAVIRUS) Vía oral 13 meses (VARICELA) subcutánea 15 meses MMR f Subcutánea DPT Intramuscular OPV Vía oral Hib Intramuscular 24 meses (HAV) g Intramuscular 25 meses (HAV) Intramuscular 30 meses (HAV) Intramuscular 4-6 años DPT Intramuscular OPV Vía oral MMR Subcutánea 14 años y c/ 10 años a b c d e f g h DT Intramuscular h BCG: Bacilo calmette Guerin (Tuberculosis) HBV: Vacuna contra el virus de la hepatitis DPT: Vacuna contra la Difteria-Pertusis-Tétano OPV: Vacuna oral contra el polio Hib: Vacuna Conjugada contra H. Influenzae tipo b MR: Vacuna contra sarampión, paperas y rubéola HAV: vacuna contra el virus de la hepatitis A DT: vacuna contra Difteria y tétano. TABLA 2 Situaciones que No. Contraindican la Aplicación de una vacuna: Resfriado leve Prematuridad Uso concomitante de antibióticos Lactancia Materna Enfermedad no progresiva del sistema nervioso central Historia familiar de reacciones adversas a alguna vacuna, convulsiones o de muerte en la cuna. BICICLETAS Y PATINETAS Dr. Elías Jiménez F. Recientemente, uno de mis nietos entró en la era de la bicicleta, y desde luego, pensando más como abuelo que como pediatra, me preocupé por el peligro que ello significaba y decidí revisar el riesgo que realmente tenía y las medidas de prevención, y aunque espero que nunca use patineta, ampliar el tema y referirme así a estos dos “juguetes”. Es una sociedad de paradojas, vemos como los motociclistas usan casco y los ciclistas prácticamente nunca lo hacen. En estadísticas reportadas en USA, se presentaron 600 000 accidentes de bicicleta por año que ameritaron atención en los servicios de emergencias, con 800 muertes. La lesión en la cabeza fue la causa principal de fallecimiento en el 80% de los casos, y la mayoría eran niños o adolescentes que chocaron contra un obstáculo fijo o un vehículo en movimiento. La fiebre por las bicicletas “montañeras” seguramente va a contribuir a acentuar estas cifras en muchos países. Con las patinetas se presenta una situación semejante, los accidentes son muy frecuentes, pero el 74% de las lesiones son en las extremidades, sobre todo fracturas del brazo, y el 21% son lesiones en la cabeza. Sin embargo, entre más pequeño sea el niño, mayor es el riesgo de traumatismo en la cabeza. Los accidentes fatales se observan principalmente por colisión con vehículos motorizados. El problema en nuestro país es todavía mayor, porque no existen vías exclusivas para bicicletas ni zonas para patinetas en los parques, por lo que los niños juegan en las calles, aumentándose así el riesgo de un accidente en forma significativa. Las recomendaciones del Comité para la Prevención de Lesiones de la Academia Americana de Pediatría son muy claras, y podríamos resumirlas en los siguientes puntos: 1. Todos los ciclistas deben usar casco protector, con la certeza de que cumpla con los controles de calidad garantizados por ANSI o Snell (en la etiqueta se debe especificar este dato), y muy especialmente los niños y adolescentes. 2. Quienes usen patineta, deben utilizar el casco especial y los protectores para los codos y las rodillas. 3. Debería ser obligatorio que los padres compren el casco y los protectores junto con la bicicleta o patineta. 4. Ningún niño menor de 5 años esta en capacidad de utilizar patineta o bicicleta. 5. Nunca debe usarse patineta en la calle. 6. Los padres, los maestros, las asociaciones de barrio y las autoridades competentes deben velar porque se cumplan estas normas mínimas de seguridad. 7. Es necesario realizar campañas educativas, involucrando a los medios de comunicación, sobre la necesidad de utilizar las medidas de seguridad mencionadas. 8. Todos los parques deberían tener áreas apropiadas para los ciclistas y para las patinetas. Como puede verse en las medidas protectoras enunciadas, se necesita el apoyo y la colaboración de todos nosotros para poder cumplirlas, pero muy especialmente el convencimiento de los padres de familia para su aplicación. ¿QUÉ TAN SEGUROS SON LOS SUPERMECADOS PARA LOS NIÑOS? Dr. Elías Jiménez Estamos acostumbrados a oír sobre accidentes de los niños en la calle, en las casas, o en las escuelas, y de hecho el número de niños con accidente por caídas que vemos cada año en el Hospital Nacional de Niños, es significativo. Solo durante 1995, atendimos en el Hospital a 14322 niños con caídas, y aunque la mayoría de ellos, 9706, tuvieron el accidente en la casa, en 1090 casos los sitios de la caída fueron muy variables, estando entre ellos el supermercado. Los niños van al supermercado por dos razones, o porque los padres no tienen con quien dejarlos en la casa, o porque les gusta ir, sobre todo a los muy antojados. Sin embargo, no siempre tenemos presentes los riesgos que eso implica, fundamentalmente por las caídas o los golpes desde el carrito de compras. Recientemente, los médicos del Departamento de Pediatría de la Universidad de Ohio, analizaron este tema, y encontraron datos realmente interesantes, que vale la pena comentar. Durante un período de 15 meses, reportaron a 62 niños con accidentes por los carritos de compras, la mayoría de ellos menores de 4 años, aunque algunos tenían hasta 10 años de edad. La causa más común del accidente fue la caída del niño desde el carrito, o la volcadura del mismo, y en algunos casos el choque contra los carritos al correr por los pasillos sin fijarse. De estos niños, el 79% presentaron golpes en la cabeza, el 18% fracturas de diferente tipo, y el 8% fracturas de cráneo, incluso con hematomas intracraneales que ameritaron intervención del neurocirujano. Conociendo que este problema se presenta, demos preguntarnos como prevenirlo. Desde luego que lo más fácil sería no llevar al niño de compras al supermercado, pero esto ni siempre es posible, sobre todo porque si no tenemos a una persona responsable con quien dejarlo en la casa, el riesgo de dejarlo podría ser aún mayor. En algunos sitios se ha implementado el uso de cinturones de seguridad en los carritos, o el uso de sillas especiales para poner encima del carrito, pero esto no resuelve el problema, ya que al elevar el centro de gravedad o al amarrar al niño, estamos aumentando el riesgo de volcaduras y no las estamos previniendo, sobre todo en el caso de los niños pequeños. La solución definitiva, sería rediseñar los carritos de compras pensando en la seguridad de los niños, pero como esto no parece factible a corto plazo, deberíamos seguir los siguientes consejos: 1. Procuremos no llevar a los niños al supermercado, a menos que sea absolutamente necesario. 2. Entre menos niños llevemos mejor, ya que su vigilancia será mayor. 3. Recordemos siempre que los carritos son peligrosos e inseguros, y que no están diseñados para transportar niños. La última recomendación es para los administradores o gerentes de los supermercados, y es en el sentido de prohibir el transporte de niños en los carritos de compras, y colocar letreros señalando su riesgo en sitios claves ALCOHOLISMO FETAL Dr. Elías Jiménez F. Muchas de las sustancias que las mujeres embarazadas ingieren son capaces de afectar al feto. Así, se conocen los efectos de diversos medicamentos sobre el desarrollo fetal, de las drogas, del tabaco, y desde luego del alcohol. Desde hace más de dos décadas se describió el llamado síndrome de alcoholismo fetal, desencadenado por la ingesta de alcohol durante el embarazo. Este síndrome se caracteriza por la presencia de una serie de lesiones en los recién nacidos muy típicas: son niños de bajo peso al nacer, prematuros, con la cabeza y los ojos más pequeños, la apertura palpebral pequeña también, con distintos tipo de lesiones cerebrales que provocan retraso mental, desarrollo inadecuado, con un llanto diferente al del niño normal, con alta mortalidad y con otras malformaciones asociadas. Es común que presenten manifestaciones propias de la deprivación alcohólica, como temblores, convulsiones, irritabilidad, y con frecuencia el embarazo termina en aborto. El diagnóstico del síndrome de alcoholismo fetal no es fácil, ya que la regla es que la madre niegue la ingesta de alcohol durante el embarazo, y no reconozca su adicción, lo cual también sucede en general con otro tipo de drogas. Existen dos preguntas importantes que debemos hacernos: cuanta es la cantidad de alcohol que, ingerida por la madre embarazada, es capaz de lesionar al feto, y que sucede si existiendo alcoholismo previo al embarazo, se suspende la ingesta de alcohol durante el embarazo. Dado lo difícil que es recabar información exacta y confiable de parte de las madres sobre su ingesta alcohólica, las preguntas no son fáciles de contestar, y tenemos que usar tanto la información científica como el sentido común. El sentido común nos dice que si una sustancia es tóxica durante el embarazo, lo mejor es evitarla del todo, ya que en fetos muy susceptibles, cualquier dosis podría provocar problemas. Si clasificamos la ingesta de alcohol en “Moderada” (menos de 7 tragos por semana y menos de 3 tragos por vez) y en “alta” ( 7 o más tragos por semana y/o 3 o más tragos por vez), podemos afirmar con base en estudios científicos que cuando la ingesta es “alta” se presentan lesiones cerebrales importantes en un número elevado de niños, sobre todo en los prematuros. Por otra parte, pareciera que, aún cuando la ingesta de alcohol haya sido “alta” antes del embarazo, si esta se suspende durante el embarazo el riesgo de lesión al feto disminuye en forma significativa. La moraleja de todos estos estudios es muy clara: es necesario ser sinceros ante el obstetra y el pediatra, las mujeres en edad fértil no deberían beber alcohol, o si lo hacen, hacerlo siempre en forma “moderada”, y las mujeres embarazadas deben eliminar el alcohol de sus hábitos. TABAQUISMO Y SALUD DE LOS NIÑOS Dr. Elías Jiménez F. Mucho se ha escrito sobre los efectos nocivos del tabaco sobre el feto cuando la madre fuma durante su embarazo, por lo que una recomendación no negociable es que la madre debe dejar de fumar mientras esté embarazada o durante la lactancia. También existen muchas publicaciones científicas sobre los problemas que presentan los niños cuando son fumadores pasivos: asma, infecciones en los oídos, bronquitis y muchos más. Es por eso que el artículo publicado recientemente en la revista Pediatrics por los Drs. Di-Franza y Lew, de Boston, intitulado “Morbilidad y mortalidad en niños asociados al uso de productos del tabaco por otras personas”, tendría solo la relevancia de un artículo más si no fuera por el excelente análisis estadístico que realizan, usando el metaanálisis, lo que les permite cuantificar la magnitud del daño que se les está haciendo a los niños por parte de los fumadores en los Estados Unidos. Partiendo de la base de que la frecuencia de fumadores en nuestro país es muy semejante a la que se presenta en los Estados Unidos, y proporcionando los datos a nuestra población, podríamos inferir que, anualmente, los niños que se enferman en nuestro país por culpa de los fumadores adultos son los siguientes: Casos de otitis: 27 000, visitas por tos: 46 000, casos nuevos de asma: 9, ataques de asma: 10, bronquitis y neumonías: 11, operaciones de oído o amígdalas: 4. además, en Estados Unidos fallecieron 148 niños por fuegos en relación con tabaco y 359 presentaron quemaduras por la misma causa. Esto significa que en Costa Rica podríamos tener alrededor de 100 000 consultas en niños ocasionadas por el fumado de los adultos, con unas 20 hospitalizaciones, y a un costo de 600 millones de colones, casi lo que necesitamos para los nuevos equipos del Hospital de Niños. Es obvio que estas cifras no son exactas, pero sí revelan la magnitud del problema que se le está causando a nuestros niños por el uso del tabaco en los adultos, convirtiéndose así en víctimas inocentes de un vicio. LA OBESIDAD DE LOS ADULTOS EMPIEZA EN LA NIÑEZ Dr. Elías Jiménez F. La función del pediatra no se circunscribe únicamente a velar por la salud integral de los niños, sino que va mucho más lejos, ya que bastante de lo que hagamos o dejemos de hacer durante esta etapa va a afectar tanto la calidad como la cantidad de vida del adulto. Un ejemplo de ello es la obesidad. Se sabe con certeza que la obesidad en el adulto es un factor de riesgo bien conocido que favorece la presencia de enfermedad coronaria, una de las principales causas de muerte en nuestro país, y cada vez tenemos más evidencia que nos señala que la obesidad del adulto se inicia durante la niñez. Existen una serie de prácticas bien identificadas en la alimentación de los niños que predisponen a la obesidad tardía, las cuales pueden agruparse en tres áreas: 1. en el proceso del destete: la introducción tardía de alimentos enteros provoca una masticación inadecuada; el uso prolongado del biberón retarda el proceso de maduración; el fracaso para organizar los tiempos de alimentación y refrigerios, que dan como resultado niños que comen constantemente, favorece la presencia de hábitos inadecuados. 2. En el abordaje psicológico del alimento: el uso de los alimentos como premio o castigo; la manipulación que realiza el niño a través de los alimentos con la tolerancia de los adultos; la introducción de modas en la alimentación de los niños. 3. En el contenido de la dieta: Estimular el uso de golosinas; el rechazo a usar alimentos enteros; el no utilizar frutas y verduras en la dieta; estimular el gusto por los alimentos fritos. Estos son algunos ejemplo de cómo podemos favorecer la obesidad en el adulto con prácticas inadecuadas durante la niñez en el área de la alimentación, pero paralelo a esto tenemos que considerar además el ejercicio físico. El hábito de realizar ejercicio físico regularmente se adquiere durante la niñez, y debemos hacer un esfuerzo para estimularlo apropiadamente, para lo cual es necesario coordinar las acciones en la escuela y en la casa, lo que implica luchar contra un enemigo muy poderoso: la pantalla de la televisión. Se conoce que el sobrepeso en el adolescente persiste en el adulto joven, e influye en factores de riesgo múltiples para la enfermedad coronaria. La obesidad se acompaña de hipertensión y de alteraciones en el colesterol. Sin embargo, no todo son malas noticias. El incremento de frutas y vegetales en la dieta de los niños, disminuye los factores de riesgo en el adulto, y la intervención dietética en los padres de niños preescolares, educándolos adecuadamente, es altamente efectiva. Asimismo, en un estudio reciente realizado en Carolina del Norte, se logró demostrar la utilidad de los programas educativos en niños escolares de tercer y cuarto grado. En efecto, al introducir 8 semanas de educación, con clases 2 veces a la semana sobre la importancia de la dieta para mantener un corazón sano, la necesidad de ejercicio físico, y los peligros del fumado, acompañadas de actividad física recreativa, aeróbica, no competitiva, 3 veces por semana, se pudieron mejorar los conocimientos y los hábitos de los niños, en una etapa fundamental de su desarrollo. Las conclusiones son muy claras, los hábitos del adulto se forman durante la niñez, y la salud del adulto dependerá en buena parte de los que hicimos o no hicimos durante esa etapa. La tarea nos corresponde realizarla a los padres, educadores y profesionales de la salud. MORTALIDAD INFANTIL Y PATOLOGÍA SOCIAL Elías Jiménez F. Durante los últimos años, la mortalidad infantil en Costa Rica prácticamente no se ha modificado. Oscilando en alrededor de 13 muertes por cada mil nacidos vivos, y es muy probable que en los próximos años no logremos mejorar mucho esa cifra si consideramos el incremento de la patología social que se observa en nuestra sociedad ( desintregración familiar, violencia, alcoholismo, drogadicción, embarazo en adolescentes, irrespeto a los principios morales y religiosos, impunidad ante el delito), y el impacto que esta patología tiene en la mortalidad infantil. Existen evidencias muy claras que señalan el incremento de la patología social en nuestro país, como ejemplo podemos citar el aumento de agresiones intrafamiliares: solamente en el Hospital Nacional de Niños se atiende prácticamente un caso diario de agresión física o sexual, y el aumento obvio del problema de la drogadicción, ocupando Costa Rica, un papel estelar en el trasiego internacional de drogas. Lo que se conocía con precisión, era la influencia tan relevante de la patología social en la mortalidad infantil. Recientemente, los Drs. Rumbaut y J. Weeks publican en el Journal of the American Medical Association un artículo intitulado “Born in the USA: Infant Health Parados”, en el cual analizan la mortalidad de niños hijos de mujeres inmigrantes y la comparan con la de los hijos de mujeres americanas de raza negra. La paradoja consiste en que los hijos de las inmigrantes Vietnamitas, con menos acceso a los servicios de salud, mayores índices de pobreza, desempleo, analfabetismo, y con menor capacidad para conseguir trabajos calificados, eran más sanos que los hijos de las mujeres americanas, siendo la mortalidad infantil de los hijos de las inmigrantes de 5.5 por mil vs, 16.3 por mil entre los niños de las americanas. La gran diferencia consistía en que las mujeres americanas tenían mucha mayor incidencia de patologías sociales que las inmigrantes: más enfermedades de transmisión sexual, mayor grado de alcoholismo y de drogadicción, mayores factores de riesgo de adquirir SIDA, mayor frecuencia de cuadros depresivos; o sea que los niños fueron dañados más por los patrones de comportamiento de los mujeres americanas que por la pobreza y los pocos cuidados prenatales de las inmigrantes. El Dr. K. Prager (The Wall Street Journal) señala que la verdadera paradoja no es que el comportamiento insano y autodestructivo de la mujer embarazada sea peor que la pobreza, sino que sigamos creyendo que el problema lo podemos resolver simplemente aumentando el gasto y mejorando las facilidades médicas para la atención de ese tipo de patología social. En efecto, la patología social deja de ser un problema médico para convertirse en un problema nacional, de orden ético, moral y religioso, que requiere de la acción conjunta de todos los costarricenses. Si no actuamos con rapidez nuestra mortalidad infantil podría entrar en un proceso de deterioro que simplemente reflejará el grado de deterioro de nuestra sociedad entera. VITAMINAS Y MALFORMACIONES CONGENITAS Dr. Elías Jiménez F. Las malformaciones congénitas constituyen un problemas importante para la salud de nuestros niños, y son, junto con las afecciones del recién nacido, la principal causa de muerte en niños. De los 514 niños que fallecieron en el Hospital Nacional de Niños durante 1995, 137 presentaron alguna malformación congénita como causa principal de muerte, o sea el 26.7 % de ellos. Pero el problema se refleja no sólo en el grupo de niños fallecidos, sino también en los egresos, ya que la primera causa de egreso fueron las malformaciones congénitas, representando el 13.5 % del total de egresos durante ese año. Siendo las malformaciones congénitas un problema de salud significativo en nuestro país, se justifica que se tomen diversas medidas para su prevención. Se sabe que las malformaciones congénitas tienen un origen multifactorial, y que se desarrollan fundamentalmente en los primeros meses de gestación. En su origen, intervienen factores que tienen que ver con la salud de los padres, especialmente de la madre, siendo muy importantes la edad de la madre, las infecciones durante el embarazo, la nutrición, la consanguinidad entre los padres, factores genéticos y factores ambientales, tales como el uso de tóxicos durante el embarazo, ocupando un lugar preponderante las drogas, el tabaco y el alcohol. Resulta fundamental entonces para la prevención de las malformaciones congénitas la paternidad responsable y el control prenatal, abarcando este no solo el embarazo, sino idealmente el período pregestacional, por lo que toda mujer en edad fértil debería tener un control médico apropiado y periódico. Muchos trabajos se han publicado sobre el papel de las vitaminas en la prevención de las malformaciones congénitas. Desde hace varios años se conoce el papel importante que tiene el ácido fólico, una de las vitaminas existentes, en la prevención de las malformaciones del tubo neural (espina bífida). La incidencia de estas malformaciones se ha reducido en un 70% cuando se utiliza apropiadamente el ácido fólico durante el período gestacional temprano, ya sea en forma aislada o asociado a otras vitaminas. Recientemente, un grupo de investigadores del CDC de Atlanta, Georgia, analizaron el efecto que tiene el uso de multivitaminas durante el período cercano a la concepción en la incidencia de malformaciones severas del corazón de los niños, y encontraron que este tipo de malformaciones pueden reducirse entre el 40 y el 66% cuando la madre toma multivitaminas por lo menos tres veces por semana durante las semanas antes de la concepción o durante los primeros meses de gestación. Estos hallazgos son relevantes para la salud de nuestros niños, y no enseñan la trascendencia que tiene la nutrición apropiada de la madre durante la edad fértil para prevenir enfermedades en sus hijos. CUIDADO CON LOS EXCESOS Dr. Elías Jiménez F. Todos sabemos que los excesos provocan problemas en la salud de las personas: el exceso de comida, de sol, de ejercicio son ejemplos de ello. Los niños por estar en un proceso de crecimiento y desarrollo, son aún más susceptibles que los adultos, especialmente en lo que se refiere a la dieta. Es así como sabemos que un exceso de leche de vaca, sobre todo durante el primer año, puede provocar sangrado digestivo y anemia, un exceso de proteínas puede tener como consecuencia niños delgados, el exceso de vitaminas puede desencadenar distintos cuadros de intoxicación, el uso prolongado e inadecuado del biberón favorece la presencia de caries. En fin, podemos citar muchos ejemplos, pero quiero referirme especialmente a uno, por lo frecuente que es y por las consecuencias que tiene: el exceso en el consumo de jugos de frutas. Desde hace varios años se conoce que el consumo excesivo de jugos de frutas en niños es capaz de provocar una serie de síntomas gastrointestinales, tales como diarrea crónica, dolor abdominal, gases, etc., provocados por el exceso de fructuosa, el azúcar presente en las frutas, lo que condiciona una absorción deficiente de la fructuosa, que se acentúa conforme se incrementa su cantidad. Los estudios han demostrado también que el mejor jugo, o sea el que provoca menos problemas de malabsorción, es el jugo de uva blanca, el cual desafortunadamente no es fácil de conseguir en nuestro medio. Recientemente, un grupo de investigadores de New York reportan otra consecuencia preocupante del exceso de jugo en la dieta de niños de 2 a 5 años de edad, y es que los niños que ingerían más de 12 oz. De jugo por día (más de dos vasos), presentaban talla baja y obesidad en una frecuencia mucho mayor que quienes ingerían menos de esa cantidad. Las consecuencias del exceso de jugos de frutas en la dieta pueden ser muchas y variadas, agregándose a las que hemos mencionado el aumento de caries por el contacto frecuente con el dulce. Con los estudios señalados la recomendación es muy clara: limitemos la ingesta de jugo de frutas a un vaso por día, y procuremos que la dieta de los niños sea balanceada y adecuada para su edad. LOS ACCIDENTES ACCIDENTES POCO CONOCIDOS Dr. Elías Jiménez F. Una de las tareas más difíciles es la de prevenir los accidentes en los niños. Los niños inquietos, impredecibles, y no saben medir la magnitud de los peligros, por lo que los adultos tenemos la obligación de protegerlos permanentemente. Es importante entonces que tomemos las previsiones necesarias para que, cuando los transportemos en carro vayan debidamente instalados en su silla si son pequeños, con el cinturón de seguridad puesto y en el asiento trasero; si vamos de compras con ellos, no los montemos en el carrito del supermercado; evitemos que entren a la cocina, y nunca tengamos agua hirviendo en los calentadores del frente; asegurémonos que ningún medicamento esté al alcance de ellos, los niños son capaces de tomarse hasta la medicina más fea cuando están solos; las piscinas o los espejos de agua son un riesgo permanente, el número de niños ahogados es muy alto, especialmente cuando no hay mallas de protección adecuadas; las andaderas pueden ser muy peligrosas, sobre todo en las casas de dos plantas; y los objetos de todo tamaño son una atracción fatal para la boca de los niños. La lista de situaciones peligrosas pueden ser muy larga, pero lo más importante de ella es que la mayoría de estas situaciones son evitables si los adultos hacemos conciencia de ello. Quiero referirme en concreto a dos riesgos que tienen los niños de sufrir accidentes poco frecuentes, pero que pueden ser mortales. El primero de ellos está dentro de las piñatas, puesto intencionalmente para que los niños se entretengan sin que se tenga conciencia del peligro que representan: las bombas o globos de inflar. Lo malo de los globos es que los niños se los pueden tragar al querer inflarlos, y en estos casos se provoca la obstrucción inmediata de las vías respiratorias, sin que tengamos tiempo de actuar. El niño puede fallecer por asfixia, y todo por un simple globito. La recomendación para evitar estos accidentes es muy clara: eliminemos los globos de las piñatas y de cualquier actividad en que participen niños. El segundo de estos riesgos tiene que ver con la modernización y con la seguridad de nuestros hogares, y me refiero a los portones eléctricos. Los portones eléctricos se han generalizado mucho, no solo por la comodidad, sobre todo cuando está lloviendo, sino por la seguridad al no tener que bajarse uno del carro para abrir el garaje con el riesgo de que lo asalten. Pero con los niños puede presentarse un problema muy serio, como lo reportan un grupo de médico de Minnesota. En efecto, en la publicación presentan tres casos de niños que fallecieron o quedaron seriamente lesionados al ser prensados por portones eléctricos cuando estaban terminando de bajar, contra el piso. Aunque los portones tienen un mecanismo de regreso automático cuando encuentran un obstáculo, este es menos eficiente entre más cerca del suelo esté. Pero además, el 40 % de los portones que probaron no se detuvieron cuando el obstáculo era un maniquí, semejando la resistencia de un niño acostado en el piso. En Estados Unidos se han reportado 85 casos de niños con lesión cerebral permanente o fallecidos por este tipo de accidentes. Las recomendaciones para evitar estos accidentes con portones son también muy claras: 1. Si tenemos un censor fijo para accionar el portón, asegurémonos que esté bien alto, lejos del alcance de niños pequeños que puedan estar jugando con él. 2. Ningún niño debe estar cerca del portón cuando se esté cerrando. 3. Revisemos la sensibilidad de nuestro portón cuando se encuentre con un obstáculo y solicitemos que ajusten el mecanismo si fuera necesario. Recordemos que en la gran mayoría de los accidentes de los niños, los adultos somos los responsables. LOS ACCIDENTES DE TRANSITO Dr. Elías Jiménez El inicio de las escuelas es motivo de alegría para casi todos, padres de familia, educadores y niños, pero también es motivo de preocupación para quienes trabajamos en los Hospitales, y causa de gran tristeza para algunas familias, ya que durante las primeras semanas, aumentan en forma importante los accidentes de tránsito en niños. Muchos de estos niños se recuperan sin secuelas, pero algunos quedan con lesiones permanentes y algunos fallecen. Cada año llegan al Hospital Nacional de Niños más de 300 niños con lesiones producto de accidentes de tránsito, prácticamente uno por día, aumentando esta cifra a la hora de la entrada y salida de las escuelas, y cada año fallecen unos 10 niños por causa de estos accidentes. Pero, ¿qué hacer? ¿De quién es la culpa? ¿Cómo disminuir la frecuencia? No hay ninguna duda sobre la responsabilidad, o irresponsabilidad, que tienen los conductores. El costarricense detrás de un volante se vuelve agresivo e irrespetuoso con los peatones y con los otros conductores. La prioridad que tienen los peatones en otros países no existe en el nuestro, y con frecuencia más bien les tiran el carro encima. Una buena parte de la culpa es de los conductores, de su irresponsabilidad y falta de educación, de su impericia y de su irrespeto a las leyes de tránsito. Otra buena parte de la culpa la tienen las autoridades. El señalamiento vial es inadecuado, los huecos en las calles provocan distracción de los conductores, las aceras están en malas condiciones o no existen, y los agentes de tránsito brillan por su ausencia en las zonas escolares. Pero también la culpa es compartida por padres y maestros. Quiero referirme especialmente a las acciones que debemos realizar en este campo. Veamos algunas sugerencias: 1. Educación de los niños: los padres de familia deben insistir, todos los días, sobre las medidas generales de prevención de accidentes, cómo caminar por las calles, cómo atravesarlas, qué hacer cuando un autobús está parado. Según el sitio en donde esté localizada la escuela, así deben ser nuestras observaciones, deberíamos seleccionar unas pocas de ellas, clasificarlas en una escala de riesgo, y repetirlas todos los días. Los maestros tienen la obligación de hacer lo mismo. Cada día, al iniciar y terminar las lecciones, deberían referirse a este problema, seleccionando también las acciones prioritarias, y desde luego, supervisando que los niños las cumplan. 2. Acción de las Asociaciones de Padres o Juntas de Educación: la comunidad tiene la obligación de presionar ante las autoridades correspondientes para que se resuelvan los problemas de inseguridad, se pinten adecuadamente las zonas escolares, se mantenga personal adecuado que ayude a regular el tránsito, se apliquen las normas mínimas de seguridad en los autobuses o vehículos que transportan escolares. Es muy frecuente que estas Asociaciones o Juntas ni siquiera analicen el problema de la seguridad alrededor de nuestras escuelas. Algunas de las preguntas que nos hacemos con frecuencia sobre la seguridad de los niños no tienen respuesta ni de los padres, ni de los maestros, ni de las autoridades. Veamos ejemplos: Sobre los vehículos que transportan escolares: ¿Va siempre un adulto, además del chofer, acompañando a los niños? ¿Tienen todos los asientos cinturones de seguridad? ¿Se usan? ¿Está el vehículo debidamente identificado? ¿Están las ventanas protegidas? ¿Se cumplen las normas de capacidad de pasajeros? ¿Quiénes somos los responsables si estas y muchas otras preguntas, no tienen respuesta positiva? Definamos y comportamos responsabilidades si realmente queremos a nuestros niños. LOS NIÑOS Y LAS CAIDAS Dr. Elías Jiménez F. Con mucha frecuencia los niños tienen diferentes tipos de accidentes, siendo los más comunes las caídas. Cada año llegan al Hospital Nacional de Niños unos 25000 niños accidentados, y de ellos alrededor del 60% son por caídas de diferente tipo. La gran mayoría de las caídas se presentan en la casa, y algunas son los suficientemente severas como para que ameriten ir a consulta al Hospital. De hecho, todos los días se atienden en el Hospital alrededor de 35 niños por caídas, y aunque la mayoría pueden regresar a su casa, por lo menos uno de ellos tiene que permanecer internado por la severidad del cuadro. La naturaleza fogosa de los niños favorece que todo el tiempo estén cayendo y levantándose, sin embargo es necesario conocer algunas reglas que nos orienten sobre qué hacer y cómo prevenir algunos de estos cuadros. ¿En qué casos consultar?: cuando un niño se cae es necesario considerar varios aspectos, tales como lesiones cortantes en la piel, que sin lugar a dudas ameritan un buen lavado de la región con agua y jabón y con frecuencia algún tipo de sutura. En estos casos uno de los signos más aparatosos es el sangrado, por lo que conviene recordar que lo mejor para detener el sangrado es la presión local con un pañuelo o una toalla limpia. Nunca le pongamos a la herida ninguna sustancia rara ni ningún medicamento, ya que pueden favorecer las infecciones o provocar mayor daño en la piel. Debemos observar si después de a caída existe alguna limitación en los movimientos o en la función lo cual podría ser signo de fractura o luxación. El aumento de volumen y la impotencia para realizar movimientos son signos que deben valorarse muy bien y que ameritan una consulta. Existen otros síntomas o signos que justifican una observación detenida y probablemente la realización de algunos exámenes especiales, tales como el sangrado en orina o en heces, el abdomen muy doloroso, y la palidez acentuada y persistente. El otro aspecto muy importante, sobre todo cuando el golpe es en la cabeza, es el estado de conciencia del niño. Un niño puede quedar “atontado” después de un golpe por algunos minutos, pero debe recuperarse con rapidez. Si por el contrario se presenta pérdida de conciencia, confusión mental, dolor de cabeza y vómitos, debilidad en alguna extremidad, o cualquier otra manifestación neurológica, el niño debe ser valorado de inmediato por un médico. ¿Cómo prevenir las caídas? Aunque prevenir las caídas en los niños es muy difícil, si es importante tomar algunas precauciones para evitar las más serias. Recordemos que los niños pequeños no saben bajar por las escaleras, y que con un obstáculo apropiado podemos evitar un accidente serio. Eliminemos los obstáculos que favorecen las caídas y que además son peligrosos, como algunas mesas con bordes muy puntiagudos y las alfombras con los extremos levantados, o al menos restrinjamos el ingreso de los niños a las áreas con elementos de peligro. No dejemos a los niños de meses solos en una cama, ya que en el momento menos pensado se dan vuelta y terminan en el suelo. Recordemos por último que los niños no miden el peligro, que la prudencia es algo que deben aprender, y que es nuestra obligación el tomar las medidas apropiadas para evitar los accidentes. HERIDAS Dr. Roberto Herrera Las heridas en la infancia representan la segunda causa de consulta por trauma, solo precedida por los golpes de diferente magnitud. De hecho, en muchas ocasiones ocurren simultáneamente, sobre todo cuando se trata de la cabeza, región que en los niños ocupa una mayor masa corporal, y por ende está más expuesta al trauma. Las heridas en la cabeza son muy aparatosas y asustan mucho por el abundante sangrado que produce, al ser esta zona rica en vasos sanguíneos. Estas heridas deben ser evaluadas por un médico, evitando el uso de sustancias como pasta de dientes, broza de café y otras; deben cubrirse con una gasa o un trapo limpio hasta que reciban la atención apropiada. Igual medida debe tomarse con las heridas que se producen en la cara, orejas y mentón, pues independientemente de la profundidad y la magnitud del sangrado pueden dejar cicatrices permanentes muy visibles que se conocen como marcas indelebles. El médico deberá decidir si se suturan o no. Las heridas que ocurren en la boca merecen especial mención, pues aunque también sangran mucho, tienen la particularidad de producirse en una zona con una alta capacidad de cicatrización espontánea, por lo que no es necesario saturarlas, y en la gran mayoría de las veces es suficiente aplicar presión local. Además, casi siempre son producidas por objeto que punzan y desgarran como lápices, reglas, varillas y otros que producen heridas pequeñas y redondeadas. Con frecuencia los dientes están involucrados en las heridas de la boca, cuando esto ocurre es importante consultar con un odontólogo, y observar si posteriormente ocurre un oscurecimiento parcial o total en alguno de ellos, lo que podría significar una lesión del nervio del diente. Las extremidades no escapan a las heridas, la mayoría son producidas por objetos cortantes como cuchillos, vidrios, latas, etc., con la posibilidad de que se produzcan lesiones en músculos, nervios y tendones, con posibles secuelas en la función, por lo que la consulta con un médico es obligatoria en estos casos. De nuevo, no utilice remedios caseros, lave la herida con agua y jabón y cúbrala con una tela limpia mientras consulta. En las manos de los niños debe evitarse el uso de anillos, que cuando se atoran en algún pico (como el de los portones y rejas) pueden producir un arrancamiento de la piel y lesionar otras estructuras de los dedos. Las heridas que se producen por fricción (como los raspones superficiales) son frecuentes en los codos, palmas y rodillas, y pueden tratarse en la casa con una adecuada higiene con agua y jabón, utilizando un ungüento antibacterial temporalmente. De la misma manera, algunas punzadas producidas por agujas, clavos y tachuelas son poco significativas si el niño tiene su vacunación al día y sólo excepcionalmente se presentan infecciones. Las heridas que se producen en los genitales de los varones por el zipper del pantalón se agravan cuando los familiares tratan de liberar el tejido. Lo más prudente es cortar el trozo de tela o no hacer nada y trasladar al niño al centro de salud más cercano. NIÑOS QUE TOMAN ALGUNA SUSTANCIA TOXICA Dr. Carlos Arrea Es frecuente encontrar este accidente en los servicios de emergencia de los Hospitales debido a la curiosidad de los niños y la falta de preocupación en el hogar. En Costa Rica el 85% se presenta en menores de 5 años y se produce al dejar medicinas como: analgésicos para el refrío, antibióticos o sedantes en lugares que están a su alcance. También son ingeridos productos de limpieza, cosméticos, funguicidas, herbicidas y pesticidas, especialmente cuando estos se ponen en recipientes que originalmente contenían alguna sustancia que a los niños les gusta. Es el caso de pesticidas o sustancias cáusticas en botellas de Coca Cola. Ellos las confunden y por eso se las toman. La gravedad de este accidente dependerá del tipo de tóxico y de la cantidad que hayan tragado, dos elementos que pueden ignorarse, al no estar los adultos presentes cuando el niño lo hizo. Esto adquiere mucha importancia entre nosotros, que tenemos un porcentaje muy grande de niños que viven en hogares donde la madre es jefe de familia y tiene que trabajar, lo que la obliga a dejar a sus hijos sin nadie que los cuide. Es fundamental que recojamos la mayor cantidad de información relacionada con el tipo de sustancia e incluso, si es posible, que llevemos al hospital, junto con el paciente, una cantidad que ingirió de la misma, ya que los efectos del tóxico no podrán ser iguales cuando se han tomado una gran cantidad, que si solamente la probaron. Es frecuente que estos elementos no se conozcan y que el tratamiento deba iniciarse en estas condiciones, que como comprenderán nos obliga a usar medidas más generales que pueden no ser tan efectivas. Ante esta realidad, que es más frecuente de lo que se imaginan, es la evaluación clínica—los síntomas que presenta, así como los exámenes de laboratorio y gabinete—los que permitirán una acción rápida y efectiva, que puede ser vital en las intoxicaciones graves. No es frecuente en Costa Rica que las sustancias tóxicas se ingieran con fines suicidas entre la población infantil, pero como todos se han enterado por la prensa, el suicidio de niños mayores y de adolescentes ha aumentado, por lo que debemos considerar esta posibilidad. El tratamiento de estos pacientes debe hacerse en un centro que tenga el personal adecuado, un hospital o una clínica, lo que es factible en la población que vive en las ciudades y durante los días laborales de la semana, más difícil en los fines de semana y feriados. Esto es casi imposible en las personas que viven en zonas rurales donde es necesario recorrer grandes distancias para llegar al centro adecuado y cuando los caminos se interrumpen frecuentemente. En estos casos son útiles las siguientes recomendaciones: Conocer como se encuentra el estado de la conciencia, esto quiere decir, si el niño puede responder a las preguntas, si está despierto y alerta a lo que sucede a su alrededor. Cuando no sea así y por el contrario esté dormido, soñoliento o responde incoherencias,--cosas que no se entienden o que no tiene nada que ver con lo que hemos preguntado—estaremos frente a un caso de intoxicación grave, que nos obliga a actuar con rapidez. Si disponemos de un teléfono podemos comunicarnos con el Centro de Intoxicaciones del Hospital Nacional de Niños y ellos nos orientarán sobre las medidas que debemos tomar, sobre todo cuando conocemos la sustancia que ha ingerido. Si no pudiéramos lograr esa comunicación la mejor recomendación que puedo darles es que busquen una forma de llevarlo a un centro adecuado, el más cercano que tengan. Debe hacerse así, porque estos pacientes van a necesitar que se les ponga un suero en la vena, para mantener su estado general y que no se deterioren, además necesitarán exámenes de laboratorio, fundamentalmente la dosificación de la cantidad de azúcar en la sangre, electrocardiogramas y control de sus signos vitales. Si el estado de la conciencia no se encuentra alterado, el niño responde correctamente a las preguntas que se le hacen, está despierto y alerta, lo importante es evitar que la sustancia que ingirió se absorba y las medidas que debemos aplicarle tienen que ir en ese sentido. La primera será vaciarle el estómago, lo que es relativamente fácil en un centro adecuado, donde se le pude colocar una sonda y hacerle un lavado. En la zona rural hay que provocarle el vómito lo que pueden lograr estimulando con el mango de una cuchara el paladar, como cuando el médico le explora las glándulas. Si disponen de ipecacuana, una sustancia que se usa para la tos, esto es un buen provocador de vómito. Esta medida es muy útil cuando ha pasado menos de dos horas de la ingestión, después de ese tiempo no es tan efectiva. Otra cosa útil es el carbón vegetal, el cual puede adquirirse en las farmacias en forma de tabletas, y que yo recomiendo tener en los botiquines, para estos usos. Como el tóxico se va a pegar a las partículas del carbón, no se absorberá. Esta es una buena arma, es útil, fácil de administrar y barata. También se han usado los purgantes, leche de magnesia, así como el sulfato y el citrato de magnesia, su acción no está muy bien comprobada, pero se usan para acelerar el tránsito y en esa forma disminuir si absorción. Como puede verse ninguna de las recomendaciones es algo que pueda solucionar el problema en forma segura, son solo ayudas transitorias. Lo que sí es útil y seguro es: prevenir que estos accidentes se produzcan, no dejando sustancias tóxicas al alcance de los niños y vigilando que ellos no las ingieran. CUERPOS EXTRAÑOS EN LAS VIAS AEREAS DE LOS NIÑOS Dr. Carlos Arrea Es un accidente que puede suceder en cualquier momento, por lo que usted debe saber que hacer cuando se presente, ya que si no tiene los conocimientos adecuados, puede cometer errores muy series. En el país han muerto un número importantes de niños por esta causa. Si en forma accidental un niño injiere un objeto extraño, este puede tomar dos caminos, irá a las vías respiratorias o tomará el camino del esófago y las vías digestivas. Para comprender lo que sucede en cada caso, se hace necesario que les explique primero algunos detalles de anatomía. Las vías respiratorias se inician en la laringe, que es lugar donde se produce la voz, es lo que pueden tocar en el cuello y que algunas personas le llaman la manzana de Adán. Conectado con ella se encuentra la tráquea, que es un tubo formado por cartílagos, el cual se divide en varios tubos más delgado que son los bronquios. Estos se vuelven a dividir haciéndose más delgados y finalmente terminan en los alvéolos que es el lugar donde se cambian los gases (el oxígeno entra a los capilares y el bióxido de carbono sala de la sangre para ser eliminado). Este fenómeno es la respiración, función imprescindible para la vida. ¡Quién no respira no vive! Por ser vital esta función es que los cuerpos extraños que toman este camino, son más peligrosos que los que toman el otro. Las vías digestivas, se inician en el esófago que es un tubo hecho de fibras musculares, que comunica con el estómago primero y este lo hace con los intestinos, para terminar en el recto y en el ano. Los cuerpos extraños que toman esta vía no son tan peligrosos, pues solo que obstruyan la luz o que rompan estos tubos, van a producir complicaciones. La mayoría pasan sin producirlas. Cuando un cuerpo extraño toma el camino de las vías respiratorias, pueden suceder varias cosas: 1. Que se detenga en la faringe: quedando atrapado entre las cuerdas vocales es uno de los más graves accidentes que pueden presentarse, pues si el objeto es suficientemente grande como para que el aire no pueda entrar ni salir, la vida estará en peligro. Hemos visto esto con un confite grande de esos de bola, o una semilla de mamón o de jocote. El niño se angustiará muchísimo, puede hacer algún ruido al principio, lo veremos intentando meter el aire, esfuerzo que realizará con todos los músculos del tórax. Luego se pondrá morado y si no se actúa correctamente, va a morir. 2. ¿Qué es lo que hay que hacer, meter el dedo y tratar de extraer el cuerpo extraño? Esto es precisamente lo que nunca hay que hacer. Nunca, ningún motivo, hay que intentar extraer el objeto en esa forma. Si lo hacemos vamos a prensarlo más entre las cuerdas y en lugar de solucionar el problema, lo vamos a agravar. Lo que debemos hacer es un maniobra, muy simple y que resuelve el problema. Si el niño tiene más de dos años, nos colocaremos por detrás de él y lo abrazaremos a nivel del abdomen y haremos fuerza, para que nuestros brazos y manos le compriman el abdomen contra nuestro cuerpo. En esta forma en uno o varios intentos, el objeto enclavado se expulsará de las cuerdas vocales y el niño volverá a respirar. Si el niño es menor de dos años, lo que tenemos que hacer es: estando nosotros sentados, colocarlo cabeza abajo, con el abdomen sobre nuestro muslo y haremos presión en la espalda. La cabeza debe estar en un plano más abajo para facilitar la maniobra. Se preguntaran ¿Por qué esta maniobra sirve? Quiero que lo comprueben haciendo el siguiente experimento: con una botella de plástico, de esas de dos litros que usa la Coca Cola, tápenla con un corcho y hagan presión en la parte media. Verán con sorpresa que al hacerlo el tapón va a saltar. Lo mismo sucede con la maniobra que les he recomendado. ¡ Esta maniobra has salvado muchas vidas! Si esta maniobra no da resultado, el único procedimiento útil es la traqueotomía, la cual se puede hacer en casos de mucha urgencia con un trocar, que va a puncionar la tráquea y que permitirá la entrada de aire que es lo que se necesita. 3. Cuando no es tan grande como para que obstruya la vía aérea lo que vamos a encontrar son signos de irritación manifestados por tos y voz de un tono diferente a la que siempre ha tenido. Uno de los cuerpos extraños que produce este accidente son las espinas de pescado. El tipo de tos se debe al intento del organismo para expulsar el objeto. Estos casos no son tan graves y lo que hay que hacer es explorar la laringe, con un laringoscopio, que es un aparato que permite bajar la lengua con una paleta y ver las cuerdas bucales. Recientemente los aparatos de fibra óptica dan una visión mucho mejor y permitirán maniobrar para extraer los objetos que se encuentran en la laringe. Estos casos deben explorarse, pues si no lo hacemos el objeto producirá una reacción inflamatoria, que con el edema obstruirá la vía aérea. 4. Que se introduzca en un bronquio: son los accidentes más graves que pueden suceder. En el país se han muerto un número apreciable de niños por esta causa. Cuando un cuerpo extraño de pequeño tamaño, toma la ruta de las vías aéreas y puede atravesar las cuerdas vocales, se alojará en la tráquea. En esta parte del aparato respiratorio, podrá moverse libremente con cada respiración. Al hacerlo va a desencadenar una tos espasmódica, parecida a la de la tos ferina, provocada por el contacto del cuerpo con la mucosa de la tráquea. Estos accesos de tos se presentan siempre y es un dato muy importante para el diagnóstico. Se preguntarán, ¿Por qué es tan importante? Porque después de varios movimientos respiratorios en el que el cuerpo extraño sube y baja en un esfuerzo para toser, desaparecen los accesos de tos y puede que al principio el niño no manifieste ninguna molestia. Esta etapa de silencia clínico es muy peligrosa, porque el objeto prensado en el bronquio, va a producir inflamación y edema, lo que obstruirá la luz, impidiendo que el aire entre a los pulmones y por lo tanto una parte del pulmón va a quedar sin funcionar. Cuando es un porción pequeña no es grave, pero si se trata de un lóbulo o del pulmón entero, puede ser muy serio. En este momento volverá a presentar síntomas, que irán desde un cuadro semejante al asma, o una verdadera insuficiencia respiratoria. Pero, si con un esfuerzo de tos el cuerpo se desplaza y cambia de pulmón, se producirá algo gravísimo porque no podrá respirar con ninguno de los dos pulmones, no lo podrá hacer con el que deja entrar el aire y con el otro, el cuerpo extraño ocluye el bronquio, lo que tampoco permitirá la entrada de aire. En estas condiciones el niño puede morir. Por eso es tan importante poner atención a la tos que se presenta de manera brusca, cuando el niño tenía un cuerpo extraño en la boca. Si los padres describen claramente el episodio, permitirán al médico pensar en esa posibilidad y tomar las medidas necesarias para que accidentes tan graves no sucedan. Cuando sospechamos la existencia de un cuerpo extraño en un bronquio, tenemos que actuar con rapidez y comprobarlo primero y extraerlo después. Ambas cosas pueden ser muy sencillas o sumamente difíciles. 5. ¿Qué es y como hacer una broncoscopía? Es un procedimiento que se realiza con unos tubos rígidos que tiene un sistema de iluminación en la punta, lo que permite ver a través de ellos la traquea y los bronquios, estos aparatos se llaman broscoscopio. Con ellos podemos diagnosticar muy claramente la existencia de cuerpos extraños. Es un procedimiento que requiere un gran entrenamiento y un buen equipo. Actualmente solo lo tiene el Hospital de Niños, por lo que solo es en ese centro, donde deben realizarse estos procedimientos. Debe hacerse bajo anestesia que en estos casos es muy difícil y expuesta a complicaciones. Para que se formen una idea traten de imaginarse un tubo que tiene de largo 30 cm y que su lumen, que es el orificio por donde el médico tiene que ver, es de apenas de 3 a 5 mm. En este reducido espacio, hay que identificar los bronquios, localizar el cuerpo extraño y extraerlo. Para la extracción se usan unas pinzas largas, que están en la punta de un tubo de 2 mm de grosor, el cual debe introducirse por el broncoscopio. Hay que tener un entrenamiento muy bueno antes de intentar hacerlo. 6. el tipo de objeto dentro del bronquio. Puede presentar dificultades propias, así por ejemplo, los granos de maní o de frijol se suavizan y la tratar de tomarlos con la pinza, se fragmentan, con lo que el problema se multiplica, en lugar de un objeto, vamos a tener varios. Para que les quede más clara la idea de lo laborioso del procedimiento, les voy a contar un caso que interviene hace algunos años. Era un niño que se había estado tratando por asma y como existía la sospecha de un cuerpo extraño le hice una broncoscopia. Al ir avanzando el broncoscopio, me encuentro una imagen de rosca, algo semejante a lo que se ve en el interior de una tuerca. Comprenderán mi sorpresa, retiro un poco el broncoscopio y al volverlo a avanzar aparece de nuevo la rosca, pude ver el borde de un tubo, que tomé con las pinzas y lo extraje. Al sacarlo mi sorpresa fue enorme, pues se trataba de una tapa de lapicero plástica. Había estado dos meses colocado allí. Es importante comentar algo sobre la prevención de estos accidentes. Debemos enseñar a nuestros niños que,--nunca, por ningún motivo--, deben meterse a la boca cuerpos extraños como: monedas, semillas, juguetes pequeños, etc. esto es algo sobre lo que debemos insistir porque somos muy descuidados en este aspecto, para muestra recuerden lo que siempre ponemos en las piñatas de las fiestas de cumpleaños: maní, confites grandes como bolas de vidrio, juguetes pequeños, carritos. Todos ellos muy peligrosos, pero esto sigue haciéndose tal vez porque no se ha insistido suficiente; comprendo que el bajo costo de estos artículos es una de las razones por las que se usan, pero la otra es que se ha hecho por mucho tiempo y cuesta cambiarlo. Las tradiciones son muy persistentes y difíciles de modificar. Si solo pudiera convencerlos de que dentro de las piñatas deben usarse otro tipo de juguetes, me sentiría satisfecho. CUERPOS EXTRAÑOS EN LAS VIAS DIGESTIVAS DE LOS NIÑOS Dr. Carlos Arrea Cuando al tragarse un objeto este toma el camino de las vías digestivas y se va al esófago, que es el tubo que comunica la boca con el estómago, pueden suceder dos cosas, que pase sin problemas, o que quede pegado en él. Me referiré a los objetos que se quedan pegados en el esófago. Esto sucede con aquellos que por su tamaño no pueden pasar con facilidad y con los que tienen uno de sus extremos en forma de punta que puede incrustarse en sus paredes, lo que los detiene. En relación a los de gran tamaño, los dos casos más frecuentes son los niños que se tragan una moneda y los que comen un trozo muy grande de carne. Los primeros son muy frecuentes, tanto así que al Hospital Nacional de Niños llegan dos de estos casos por semana, lo que está demostrando el poco cuidado que los familiares tienen para enseñar a los niños a que no se metan objetos en la boca. Cuando esto sucede hay que extraer la moneda con un esofagoscopio que es un aparato semejante al broncoscopio, pero que tiene más espacio, para ver y maniobrar. Esto debido a que el esófago es de un lumen mucho mayor que los bronquios. Además el procedimiento es de menor riesgo, porque como no afecta las vías aéreas, se puede colocar un tubo en la tráquea para dar la anestesia y garantizar así el suministro de oxígeno. Cuando lo que se ingiere es un pedazo grande de carne, o de algún otro alimento voluminoso, se presenta un accidente que dependiendo del tamaño de lo que se quede pegado puede ser serio, ya que comprimirá la traquea y esto puede interferir con la entrada del aire, dando problemas semejantes a los que tienen un cuerpo extraño en un bronquio. En estos casos, la maniobra de colocarse detrás del niño y comprimirle con un brazo fuertemente la panza, puede hacer que el trozo de comida salga. Si esto no sucede hay dos posibilidades de tratamiento, la primera que sólo da buenos resultados cuando se está seguro de que el problema lo causa un trozo de carne, consiste en tomar una solución de papaina, una enzima que desintegra la carne, la cual después de varias cucharaditas va a desintegrar la carne. La segunda opción es tratar de extraer lo que se encuentra pegado, o en su defecto impulsarlo hasta el estómago, lo que tiene el peligro de romper el esófago. Cuando queda pegada la comida, debemos pensar siempre, que el esófago puede tener alguna zona estrecha. Cuando los cuerpos extraños llegan al estómago lo primero que hay que hacer es diagnosticarlos. Es muy sencillo si se trata de objetos que se ven en la radiografía y mucho más difícil si no es así. Los que se ven pueden ser de pequeño tamaño, y no tendrán ningún problema para pasar al intestino y salir por el recto, con la sola excepción de aquellos que tengan punta y que puedan clavarse y perforar el órgano. En el caso de que su tamaño sea mayor, va a permanecer en el estómago, que es como una bola con dos orificios, uno arriba que lo comunica con el esófago que se llama cardias y otro abajo que lo conecta con el intestino y que se llama píloro. Ambos son de tamaño semejante por lo que es lógico suponer que si el objeto pude pasar por el primero, cardias, podrá hacerlo por el segundo y continuar su trayectoria hacia el recto. En algunos casos el cuerpo logra pasar por el cardias, porque venía colocado en cierta forma y al hacerlo presentaba su porción más angosta. Ya en el estómago puede cambiar de posición y al tratar de franquear el otro orificio, no puede hacerlo porque se presenta con su parte más ancha, tendrá que realizar varios intentos hasta que sea su parte angosta la que pase por el orificio. Esto puede durar varios días y en todo ese tiempo el objeto permanecerá en el estómago. Esto angustia mucho a los padres, pero no hay ningún peligro, sólo es necesario tener paciencia. Se puede realizar una radiografía cada 5 días, y en muchas ocasiones cuando vamos a ordenar la segunda radiografía el paciente ya votó el objeto por el recto. Si usted tiene un niño en estas condiciones, no se angustie, no corre peligro por tener unos cuantos días el objeto en el estómago! En rarísimas circunstancias el objeto no logra franquear el píloro, o se trata de una batería y por temor a las sustancias tóxicas que pueda soltar se necesita extraerla. Esta maniobra era muy difícil hasta el desarrollo de los gastroscopios, que son unos tubos flexibles de un material plástico, que tienen en la punta un sistema de iluminación de fibra óptica y que dan una excelente imagen del interior del estómago, con ellos se pueden extraer fácilmente estos cuerpos. Esto se puede hacer en el 98% de los casos, y en el 2% restante, tendrá que recurrirse a la cirugía, abriendo el estómago. Un comentario aparte merecen los objetos que tengan punta, pues en ellos hay la posibilidad de que se enclaven en la pared, lo que es poco frecuente. La necesidad de sacarlos puede estar justificada, no constituyen una emergencia, ni hay que angustiarse, ya que solo puedan perforar la pared en muy pocas ocasiones. Cuando los cuerpos extraños pasan a los intestinos, en su gran mayoría van a ser expulsados por el recto en el lapso de varios días. Solo excepcionalmente se pueden detener en el trayecto. Siempre que lo hacen es en la parte terminal del duodeno y en el apéndice. En el duodeno, generalmente el problema es temporal y al cabo de varios días van a pasar. Cuando se detienen en el apéndice, puede ser una complicación seria. Voy a relatarles dos casos que son muy ilustrativos. El primero es un dato histórico, pues se trataba nada menos que de la primera apendicectomaía que se hizo en el país. Era una niña que venía de Guanacaste y se había tragado un prendedor de corbata, presentaba dolores abdominales y en varias ocasiones se había estudiado por medio de la fluroscopia, que era lo que se usaba antes de las radiografías, encontrándose que el prendedor no cambiaba de lugar. Se opera y se encuentra el prendedor colocado en el apéndice, con la cabeza hacia la punta. Esta es la primera apendicectomía en niños, documentada, que se realizó en el país. Se extirpó el apéndice con muy buenos resultados. (Libro de operaciones del Hospital San Juan de Dios de 1906, la operación, fue hecha por el Dr. Federico Zumbado). El otro caso es una más reciente y se trataba de un niño que operamos en el Hospital Nacional de Niños, el cual presentaba un cuadro característico de apendicitis aguda, peor en una radiografía que se le ordenó, aparecía un alfiler en el área del apéndice. Durante la operación, se encontró un absceso apéndicular y al aspirar el pus se pudo ver que el alfiler había perforado el apéndice y la mitad de él salía por una de las paredes del órgano. Estos dos casos excepcionales están separados por más de 50 años, lo que refuerza el argumento de lo raros que son estos problemas. La mayoría de los cuerpos que llegan al intestino, transitan por él y salen por el recto, incluso algunos que impresionan por su tamaño. La mayoría no produce ninguna complicación por lo que no está justificado operar estos niños para extraerlos. Cuando al estómago o al intestino llegan cuerpos extraños que no se ven en la radiografía, el diagnóstico de los mismo puede ser un poco más difícil. Los dos más frecuentes son los niños que comen pelo, y como estos no se digieren, van a formar una piedra, tanto en el estómago como en el intestino. Esto es lo que se llama Trico (de pelos) Bezoar (piedra). Algunos vegetales como los nísperos pueden dar problemas semejantes. QUEMADURAS Dr. Elías Jiménez F. Cada día recibimos en el Hospital Nacional de Niños por lo menos un niño quemado, atendiéndose un número parecido en el resto de los hospitales del país, lo que significa que por lo menos se atienden 600 niños anuales con quemaduras significativas en todo el territorio nacional. Esta cifra se mantiene con pocas variaciones a pesar de los excelentes esfuerzos educativos y preventivos que realizan tanto la Asociación Pro-Ayuda al Niño Quemado como el servicio de Quemados del Hospital, lo que significa que el esfuerzo no es suficiente, sobre todo porque las familias deben involucrarse más activamente en el conjunto de acciones preventivas. Veamos algunos datos que ilustran el papel preponderante de la familia en la prevención de las quemaduras: la gran mayoría de los niños que se queman son menores de 3 años, y casi todos ellos se queman con líquidos calientes en la cocina. Un número mucho menor se quema con fuego directo, con electricidad, con algunas sustancias químicas o con pólvora. La localización más común, coincidiendo con el agente causal, es en miembros superiores, en miembros inferiores, en la parte anterior del tronco y en la cabeza. Esto significa que la mayoría de los accidentes son de tipo casero, provocados por el descuido y en presencia de un familiar. Si los niños son pequeños y se queman con un líquido caliente, es porque este se dejó muy cerca del borde, al alcance del niño, o porque otra persona accidentalmente le vertió el líquido caliente encima. Estos datos son los que nos permiten afirmar que la familia tiene un papel fundamental en la prevención de las quemaduras, y sólo con educación, cuidados extremos, y pensando permanentemente que los accidentes son previsibles, podremos disminuir el número de quemaduras en los niños. Es necesario eliminar en nuestra relación con los niños el descuido y el exceso de confianza. Lo más importante en las quemaduras es su prevención. Sin embargo, es necesario recordar lo que debemos y no debemos hacer cuando un niño se quema. Existen una serie de medidas contraindicadas en caso de quemaduras, porque provocan mas daño que beneficio: no debemos usar productos sobre la zona quemada, por el riesgo de lesionar más la piel o provocar una infección, tales como pasta dental, mantequilla, aceite, café, o pomadas en general. Por otra parte, si un niño se quema, especialmente con líquidos calientes, debemos quitarle la ropa en contacto con la lesión, y usar agua fría como única medida local. Es muy importante mantener la calma, tranquilizar al niño, y darle un analgésico, tipo acetaminofén, antes de consultar con su médico o con el centro de salud más cercano. El problema de las quemaduras en los niños ejemplifica con claridad, que la salud de los niños es responsabilidad fundamentalmente de la familia. MORDEDURAS EN NIÑOS Dr. Elías Jiménez F. Las mordeduras son un problema que vemos frecuentemente en niños, y pueden ser provocadas por animales, especialmente perros y gatos, o por humanos. En el Hospital Nacional de Niños atendimos, durante 1995, 347 pacientes con mordeduras, especialmente de perro, prácticamente uno por día, algunos de ellos con lesiones severas que ameritaron hospitalización y tratamiento quirúrgico complejo. El problema se observa también con magnitudes importantes en otros países, como los Estados Unidos, en donde se atienden anualmente cerca de 2 millones de pacientes con mordeduras de perros y 400000 con mordeduras de gatos. Las razas de perros que con mayor frecuencia muerden a los niños son el Pastor Alemán, los Pit Bull, y en Costa Rica, los “saguates”, que desgraciadamente pululan por nuestras calles sin ningún control ni regulación. Muchos de los casos de mordeduras, son por los perros de la casa, y se relacionan con la imprudencia de los niños al molestar a los perros cuando comen, o por juegos bruscos con ellos, siendo la mayoría de los niños de edades pequeñas. Las mordeduras por humanos afectan con mayor frecuencia a los niños menores de 4 años, por la agresión de un compañero o de un hermano, o a los adolescentes, por pleitos o por intentos de abuso sexual. El problema con las mordeduras radica no sólo en la lesión y el problema estético que se presente, sino en el riesgo tan alto de infección que existe, ya que la saliva de los animales y de los humanos está altamente contaminada. Aún las heridas que son solo punzantes, como las que provocan los gatos, tienen un riesgo alto de infección. Lo más importante entonces, es tomar las precauciones necesarias para evitar las mordeduras: seleccionar a los perros por su carácter, evitar las razas como las Pit Bull, no tener perros entrenados para el ataque si los niños juegan con ellos, enseñar a los niños el manejo apropiado de los perros, presionar a las autoridades para que encierren a los perros callejeros, en fin, utilizar el sentido común cuando existan niños y animales domésticos en una casa. Desde el punto de vista médico, el manejo de las mordeduras comprende varios pasos: 1. Limpieza de la herida: el limpiar adecuadamente la herida es un aspecto fundamental. En muchos casos esto puede hacerse en la casa con agua y jabón líquido, aún cuando después se limpie de nuevo en el hospital o consultorio. 2. Irrigación y debridación: estos son procedimientos que se realizan en el hospital cuando la herida lo justifica, asegurándonos así una mejor cicatrización y un menor riesgo de infección. 3. Cierre de las heridas: en estos casos no siempre es aconsejable cerrar la herida, ya que se puede facilitar la infección y dificultarse la cicatrización. El médico deberá valorar a cada paciente y tomar la decisión, según sea el sitio de la herida, la extensión, la causa y la condición del paciente. 4. Antibióticos apropiados: la mayoría de los casos deben recibir antibióticos, sobre todo aquellos con heridas en la cara y manos, con heridas punzantes o muy extensas. 5. Siempre debemos pensar en tres infecciones: el tétanos, la rabia, y el SIDA, este último especialmente en mordeduras asociadas a abuso sexual o agresión, y tomar las medidas preventivas apropiadas. 6. Inmovilización del cuello. Cuando las heridas son la cabeza, existe la posibilidad de lesión del cuello, ya que con frecuencia el perro revolotea al niño, por lo que se debe ser muy cuidadoso al movilizarlo. 7. debemos capturar al animal agresor y vigilarlo apropiadamente por un período de 10 días. Si somos cuidadosos, nuestros niños podrán disfrutar de los animales domésticos, y desde luego, de la relación con los otros niños. MORDEDURAS DE SERPIENTES Dr. Carlos Arrea. Las mordeduras de serpientes son un verdadero problema de salud en Costa Rica, reportándose alrededor de 600 casos por año, de los cuales mueren 8 o 10 de ellos. La mitad son menores de 20 años, viven en la zona rural y el 95% son mordidos en las extremidades inferiores. Estos datos estadísticos muestran claramente la importancia que tiene este problema y la necesidad de poseer un mejor conocimiento al respecto, para evitarlo cuando sea posible, identificar los casos graves y brindar la atención adecuada oportunamente. En el país existen 123 especies diferentes de serpientes, de las que solo 17 son venosas, esta es al razón de muchas confusiones, ya que si el niño es mordido por una serpiente, la reacción lógica es pensar que se trata de una de las especies venenosas hasta que uno no pueda demostrar lo contrario. Las venenosas tienen la cabeza de forma triangular y las que no lo son no. Las venenosas tienen la pupila, que es lo negro del ojo, de forma ovalada, con el eje mayor vertical, las no venenosas tienen este eje horizontal. Las venenosas tienen en la cabeza 4 fositas, una que corresponde al ojo, la fosita loreal que se encuentra delante del ojo y las fositas nasales. En cambio las no venenosas solo dos, la que corresponde al ojo y la fosita nasal. En el caso de las serpientes corales debe saberse que las venenosas, tienen siempre anillos completos, esto quiere decir que rodean todo el cuerpo de la serpiente y los colores alternan de acuerdo a la siguiente nemotecnia: RANA (rojo, amarillo, negro, amarillo). En el océano pacífico, encontramos una serpiente de colores vistosos que es muy venenosa, pero nunca se ha reportado en el país un caso de mordedura por ella, probablemente debido a que su boca es muy pequeña. El veneno de las serpientes actúa en el organismo de distintas maneras, produciendo: reacciones inflamatorias de los tejidos vecinos a donde se inyectó, esto es lo que origina la gran hinchazón que vemos después de estos accidentes. Cuando están colocados en los miembros, van a comprimir los vasos, arterias y venas, con necrosis de las partes más distales. También actúa el veneno alterando la coagulación de la sangre, provocando sangrados en distintas partes del cuerpo. Las alteraciones sistémicas pueden ser tan serias que lleven los pacientes al shock. Al lesionar los riñones los hace funcionar mal, bloqueando su filtración, que lleva a lo enfermos a la insuficiencia renal, y en ocasiones a la muerte. Todo lo que les he descrito muestra lo serio de estas lesiones y lo importante que es identificar los casos graves, para administrarles el tratamiento adecuado lo más pronto posible. La severidad del cuadro clínico en las mordeduras de serpiente dependerá de varios factores: la cantidad de veneno que la víbora inyecte, es mayor si hace mucho tiempo que no muerde, y menor si lo ha hecho recientemente, el sitio donde se produce la mordedura y la cantidad de vasos sanguíneos que este tenga, si el veneno se inyecta en una vena o arteria, el peso y el tamaño del paciente (no es lo mismo la mordedura en un niño que en un adulto que pesa 200 libras), el tiempo que transcurre entre la mordedura y la aplicación del tratamiento específico, que es la aplicación del suero contra la mordedura de serpientes. En los casos leves, donde no se ha inyectado mucho veneno, las serpientes tobobas, dentro de las cuales se incluyen terciopelo, mano de piedra, cascabel y otras, darán: dolor e hinchazón en el lugar de la mordedura, pudiendo mostrar un sangrado local únicamente. Cuando se trate de las serpientes corales, se agregaran a los síntomas descritos la pérdida de sensibilidad, no se sentirán los estímulos en el área de la lesión. En los casos moderados, si se trata de tobobas, los síntomas más descritos de hinchazón y de sangrado serán muy manifiestos y se presentarán de inmediato. Cuando son corales, además se van a presentar parálisis musculares, no podrá mover las partes cercanas a la mordedura, tendrá mucha saliva y no se la va a poder tragar. En los casos severos mordidos por tobobas, los signos locales serán alarmantes y se presentarán signos generales como: vómitos, sudoración y shock, que llevarán rápidamente a un fallo de los riñones y a la muerte si no se administra el tratamiento adecuado. Cuando se trata de corales se presentará paro de la respiración, de allí la gravedad de estas mordeduras. Con estos datos, podrán decidir si la mordedura corresponde a una serpiente venenosa o a alguna de las que no los son. Esta es la primera interrogante que debemos resolver. Si corresponde al grupo de las no venenosas el único tratamiento es la observación, si estamos en lo correcto el paciente se recuperará. Si desgraciadamente nos hubiéramos equivocado, se presentarán los síntomas descritos y debemos tratarlos. Cuando la mordedura fue de una serpiente venenosa, puede que no haya inyectado veneno, o que este sea muy poco. Si el paciente se recupera, no es necesario el tratamiento. Por el contrario, cuando se presentan los signos descritos debemos diagnosticar que grado de severidad tiene el problema y decidir si la mordedura pertenece a las víboras tipo tobobas o a las corales. Estos datos son fundamentales para administrar un tratamiento adecuado. Voy a referirme a algunas acciones que hemos visto en películas o que se han perpetuado de una a otra generación porque se ha creído que son beneficiosas. Con ellas se puede perder tiempo que sería mejor utilizarlo en un tratamiento efectivo. Hacer una incisión en la mordedura y aspirar el veneno, chupándolo con la boca por medio de una ventosa. Esto no debe hacerse, se ha probado que no sirve. En su lugar lo que hay que hacer es inmovilizar el miembro para calmar un poco el dolor. Torniquetes o compresas de hielo, aplicación de plantas en las mordeduras. Esto tampoco debe hacerse, no sirve de nada. Lo indicado es el traslado del paciente a un centro que pueda brindarle el tratamiento adecuado. En el hospital, el tratamiento consistirá: en la administración de suero antiofídico y el mantenimiento del estado general del paciente, como primeras medidas. Tratar la infección y prevenir el tétanos así como las complicaciones, serán los pasos a seguir. En Costa Rica existen dos tipos de suero, el polivalente, que es un mezcla de varios venenos de las serpientes tipo tobobas y el que se hace para las de tipo coral; estos deben administrarse siempre por vía endovenosa, disueltos en un suero. Es esta una de las razones por las que hay que trasladar los enfermos al hospital, ya que se ha comprobado que en los casos severos, que es en los que se necesita, si se pone intramuscular, no servirá de nada. Debe conocerse la cantidad que se necesita para lograr un buen tratamiento. En los casos leves, son necesarias 5 ampollas, en los moderados 8 ampollas y en los severos 10 ampollas, pudiéndose usar hasta 15 ampollas en los muy críticos. El tener una o dos ampollas en las casas o en los paquetes de primeros auxilios, no es muy útil y no les debe crear la sensación de seguridad. El problema necesita un tratamiento más responsable. Como se fabrica con suero de animales puede desencadenar, al ponerlo, reacciones graves que sólo se podrán enfrentar en un centro equipado y bajo la dirección de un médico. En el caso de las mordeduras por serpientes corales, puede presentarse parálisis respiratoria lo que causará la muerte si no se tiene el equipo necesario. El edema de los tejidos blandos comprime las arterias y las venas que llevan sangre a los dedos de las extremidades, lo que puede provocar gangrena de ellos, por lo que es necesario, hacer unas heridas a todo lo largo de los miembros en la zona donde están esos vasos, para evitar esa compresión y que la necrosis no se produzca. Además son frecuentes las formaciones de abscesos, que deben drenarse. Debe prevenirse el tétanos comprobando que la vacunación esté completa. ASPECTOS PSICOLOGICOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL MANEJO DE ALGUNOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO Dr. Edgar Mohs Muchos de los problemas de comportamiento, que se comentan con el médico, son reflejo del desarrollo normal durante la infancia, y deben ser tratados como tales. Por lo general, lo único necesario es educar a los padres de forma amable, para cambiar sus expectativas, que tal vez no sean realistas. Si un padre de familia describe el problema como crónico, o como uno que penetra a todas las esferas de actividad del niño (familia, escuela y amigos), es necesario realizar una evaluación completa y prolongada, que, generalmente, no debería llevarse a cabo por teléfono. Debe aconsejarse respecto de la crisis inmediata, y debe fijarse una cita para comentar el alcance total del problema, lo antes posible. Entre los principios básicos para manejar los problemas relacionados con el comportamiento, se incluyen los siguientes: Delimite el problema: escoja los tres o cuatro más problemáticos del comportamiento, y enfoque en ellos la atención, dándole menos atención a los demás. Esto ayuda a aliviar la ansiedad de los padres, al construirles límites infinitos dentro de los cuales trabajar, en vez de permitir el sentimiento abstracto de que las “las cosas no marchan bien”. Establezca los factores precipitantes: si se presenta un problema de comportamiento, cuando uno de los padres ha perdido el trabajo, o después de que el niño ha cambiado de escuela, podría ser que las dos situaciones no tengan relación causal, pero debe discutirse la posibilidad. Una fuente obvia de ansiedad podría pasar desapercibida, consciente o inconscientemente, para el padre que vive el problema. Interrogue al niño: los niños son la fuente más obvia de información, respecto de su propio problema de comportamiento. Los padres deben interrogarlos de una forma que no resulte amenazante ni acusadora, en un momento en el cual no hayan confrontaciones tensas recientes. Una introducción útil para la interrogación podría ser: “Me he estado sintiendo mal respecto de ti, y puedo ver que las cosas no marchan bien. ¿Hay algo que quisieras conversar conmigo?” Los padres deben tener tiempo libre: el ser padre de familia de hijos pequeños es una ocupación de las más tensas, mental y físicamente. Al igual que con otros trabajos, los padres deben poder mirar hacia delante y esperar un período de tiempo que será para sí mismos. Cuando parece que la relación entre un padre y un niño marcha mal, el padre con frecuencia responde sintiéndose culpable, y tiende a dejar menos al niños con otras personas. Cuando el interrogatorio revela que el padre casi no tiene tiempo para sí mismo, sugiera que por lo menos una o dos veces por semana se designe una período para este propósito, con una programación regular. Desarrolle un castigo: es importante el establecimiento de un castigo que sea eficaz y adecuado para mantener la disciplina. El castigo elegido dependerá de la edad y personalidad, tanto del niño como de los padres. Muchos médicos consideran que debe evitarse el castigo físico siempre que sea posible, y que es mejor reservarlo para las acciones que repetidamente sean peligrosas para el niño o desafiantes hacia los padres. Un castigo empleado con frecuencia consiste en separar al niño, ubicándolo en su dormitorio o en un área semiaislada, con la advertencia “Preferiría que te quedaras aquí con nosotros, pero cuando te comportas de esa manera, tendrás que estar sólo”. Sea consistente con la disciplina: las acciones que conducen a una respuesta disciplinaria de los padres deben ser predecibles para los niños, de modo que puedan evitarlas mediante un comportamiento apropiado. Tanto en los hogares “liberales” como en los “estrictos”, se producen niños bien adaptados cuando se evitan los extremos verdaderos, si los padres no son hipócritas y cuando es consistente la respuesta que se relaciona con el comportamiento aceptable e inaceptable. Premie el comportamiento normal: en algunas oportunidades, cuando los padres piensan que los niños tienen un problema de disciplina, estos tienden a recibir mucha más atención por sus malos comportamientos que por sus actuaciones normales. Puede gritárseles y castigárseles por lanzar comida cuando están en la mesa, pero cuando comen en silencio, reciben únicamente un suspiro silencioso de los padres. Debe aconsejárseles a los padres que los estimulen mucho y los alaben cuando tienen un comportamiento normal. Debe prestársele atención a las actividades generalmente consideradas como normales, para estimular este comportamiento. LOS SENTIMIENTOS AMBIVALENTES DE LAS MADRES QUE TRABAJAN FUERA DEL HOGAR Dr. Edgar Mohs Debido a las presiones sociales y económicas, un gran porcentaje de la madres con hijos pequeños están activamente empleadas. Muchas de ellas tienen sentimientos muy ambivalentes, producto de su deseo de brindarles a sus hijos la atención materna convencional y al mismo tiempo, satisfacer sus sentimientos de responsabilidad para consigo mismas, de lograr objetivos intelectuales o relacionados con sus carreras o de contribuir económicamente al hogar. Cuando la situación económica de la familia hace que sea necesario el empleo de la madre, o cuando es posible lograr un compromiso de empleo a medio tiempo, la decisión sobre la escogencia de opciones es algo más fácil. Sin embargo, cuando la madre tiene una libertad real de escogencia, el mejor consejo es que escoja la opción que la haga sentirse menos culpable, en vez de la opción que prefiera. La madre persiste con los oficios domésticos, pero pasa casi todo el día deseando hacer otra cosa, eventualmente, resentirá el tener que atender a su hijo; mientras que la madre que pasa gran parte de su día preocupándose por la atención de su hijo, mientras está en su lugar de trabajo, probablemente debería estar en el hogar. Debe instruirse a las madres que hagan esta evaluación lo más honestamente que puedan, así como tratar de separar sus sentimientos actuales de los de sus parientes y amigos, y de los sentimientos que tenían antes de la llegada del niño. Estos consejos no resuelven el conflicto de la madre, pero si le ayuda a elegir la opción que le permitirá vivir mejor consigo misma. EL SUEÑO Y SUS NIÑOS Dra. Ana Laura Jiménez La comprensión de las principales etapas que atraviesan los niños en el desarrollo de los patrones del sueño es necesaria para que los padres comprendan cuando y en que forma deben intervenir. El sueño comprende dos ciclos que son el período de movimientos rápidos de los ojos conocido como REM y el período NO REM. En la etapa de recién nacido los ciclos no están bien definidos y el patrón de sueño no es predecible. En el primer mes el niño duerme alrededor de 14 a 20 horas diarias. Alrededor de los dos meses los ciclos son más regulares y la mitad más o menos corresponden a sueño REM. En el niño mayor y adultos sólo el 25% del tiempo será en fase REM. En los meses de vida y sobre todo en el primer mes, se debe observar que el bebé no duerma más allá de cinco horas sin lactar. Si lo hace debe ser motivo de consulta a su pediatra. Al principio su bebé no sabe la diferencia entre día y noche. Se despertará cada 3 ó 4 horas para alimentarse. Sin embargo ya desde recién nacido se le debe comenzar a enseñar que la noche es para dormir y no tiempo de juego. Por la noche no prenda luces, no prolongue los cambios de pañal, no juegue con el bebé. Trate de hablarle lo menos posible. El niño debe colocarse en una cuna antes de que esté completamente dormido. Se recomienda la posición “boca arriba”, pues se ha visto una mayor incidencia de muerte súbita (muerte de cuna) en los bebés que duermen sobre el estómago (boca arriba). El colchón no debe ser muy blando y no es recomendable colocar almohadas en la cabeza del niño. Conforme el bebé crece su capacidad de tolerar más horas sin alimentarse será mayor. Ya alrededor de los 3-4 meses, cerca del 90% de los niños serán capaces de dormir de 6 a 8 horas continuas por la noche. Las siestas del niño varían de acuerdo a cada uno. Por lo general hacen dos siestas de 1 a 3 horas hasta los 18 meses. Luego pasarán a una sola siesta hasta alrededor de los 4 años. Recuerde que hay algunos niños que no duermen durante el día y esto no debe ser motivo de preocupación para los padres, siempre y cuando el niño logre dormir durante la noche. Los problemas del sueño del lactante pueden prevenirse si se siguen las siguientes pautas: Los padres deben estar tranquilos y descansar mientras el niño duerme. Debe existir consenso entre los padres y/o encargados del niño sobre la rutina del sueño de cada uno y la respuesta ante determinado trastorno del sueño. Por ejemplo ambos padres deben de estar de acuerdo en el momento ideal para pasar la niño a otro cuarto. Se recomienda hacerlo a los 4-6 meses. Tampoco es conveniente que la madre deje que el niño llore pero el padre lo pase rápidamente a la cama suya. Es fundamental mantener la diferencia entre el día y la noche. Si el niño se despierta por la noche es conveniente esperar unos 5-10 minutos y por lo general el bebé volverá a dormirse. Si no es así, se pueden presentar ante el niño, verificar que esté bien y levantarlo o pasarlo a la cama de los padres. Esto debe repetirse cuantas veces sea necesario y en 1-2 semanas el niño dormirá mucho mejor. El llanto incluso por 30-60 minutos no afecta al niño, y al día siguiente se levantará tan contento como si no hubiera llorado. Los objetos de transición como las chupetas, cobijas, pedazos de tela, pueden permitirse para inducir el sueño pero es conveniente retirarlos antes de que el niño se duerma. De esta forma él sabrá desde un inicio que no lo necesita toda la noche y que solo se permite en ese momento. En caso contrario, por ejemplo con la chupeta, el niño se despertará cada vez que esta se le cae y no la encuentra. El uso de medicamentos inductores del sueño como antihistamínicos, sedantes y otros no son necesarios y no deben utilizarse sin prescripción médica. Recuerde que si desde recién nacido cumplimos las pautas anteriores no tendremos que combatir luego con problemas de sueño difíciles de manejar. “En guerra avisada no muere soldado”. En niños más grandes, algunos trastornos del sueño frecuentes son: Sonambulismo: por lo general en sexo masculino en edad escolar. Se presenta en las primeras tres horas del sueño. El niño puede levantarse, caminar, bajar y subir gradas. Debe vigilarse para evitar que se lastime y conducirlo gentilmente a su cama. El niño no recordará lo sucedido. Desaparece conforme crece. Terrores nocturnos: se producen en niños entre 3 y 8 años. El niño se sienta de repente, puede gritar aterrorizado, muy ansioso, no puede ser consolado. Puede tener taquicardia (corazón palpita muy rápido) y sudoración excesiva. Dura de pocos segundos hasta 10-30 minutos. Aunque es muy traumático para los padres el niño no sufre y no recuerda lo que le sucedió. Pesadillas: Estas se producen en el fase REM. Son sueños que producen temor. El niño se despierta más fácilmente y sí recuerda lo que soñaba. Si son muy frecuentes se debe buscar una causa psicoafectiva-ambiental. Hablar dormidos (somniloquia): al final del ciclo REM. El niño habla por lo general incoherencias e incluso puede gesticular. No lo recordará. No esta consciente de lo que está diciendo. No representa problema para el niño. Recuerde: el sueño adecuado durante la noche nos permite un mejor rendimiento en las actividades diarias. Tanto los niños como los padres deben dormir bien. DÉFICIT DE ATENCIÓN Dr. Luis Diego Herrera Amighetti La consulta más frecuente en el área de la salud mental, es por aquellos niños que presentan conductas disruptivas y problemas de rendimiento escolar. A muchos de estos niños se les diagnostica “Déficit de Atención”. Los problemas para fijar y sostener la atención se presentan aproximadamente entre el 6 y 8 por ciento de los niños en edad escolar. Un 10 por ciento presenta problemas de aprendizaje más específicos y algunos niños presentan ambos problemas. Para los niños con déficit de atención, ya sea del tipo solamente inatento o del tipo combinado, es decir, el niño que presenta además impulsividad e hiperactividad, el tratamiento farmacológico, puede ser de gran ayuda en procurar un mejor ajuste social, académico y emocional. En nuestro medio se ha generalizado el uso de medicamentos para el tratamiento de estos niños. Al mismo tiempo que se ha desarrollado un conocimiento importante en los padres de familia, sobre este tipo de dificultades que los niños presentan y sobre los tratamientos disponibles, también se han diseminado una serie de concepciones equivocadas o sin sustento científico. Quiero enfatizar algunos conceptos importantes alrededor de estos temas. No todos los niños que presentan déficit de atención deben ser medicados. Muchos de estos niños salen adelante con apoyo psicopedagógico dentro y fuera de la escuela e incluso con la sola ayuda de sus padres, sin necesidad de medicación. Para otros niños, sin embargo, el tratamiento médico es fundamental en el control de las conductas disruptivas y la inatención. Los medicamentos nos vuelven al niños más inteligente ni le crean recursos que el niño no tiene; en cierto sentido, los medicamentos lo que hacen es aumentar la eficiencia del sistema nervioso central para que el niño desarrolle su potencial adecuadamente. Mitos y Realidades Mito 1. Los psicoestimulantes producen adicción o hábito en los niños y adolescentes. Falso: millones de niños en el mundo toman estos productos y no existe evidencia de que sean adictivos en este grupo de edad (lo pueden ser en adultos, particularmente anfetaminas). Mito 2. Los psicoestimulantes crean dependencia psicológica. Los niños luego no los quieren dejar. Falso: los niños en general no les gusta tomar estos fármacos; si se les deja decidir, la inmensa mayoría no los tomaría más. Mito 3. Estos medicamentos producen efectos secundarios peligrosos, entre ellos, cáncer, retraso del crecimiento irreversible, depresión. Falso: todos los fármacos tienen efectos secundarios; los psicoestimulantes son fármacos bastante seguros que definitivamente tienen efectos pero ninguno peligroso, hasta donde las investigaciones científicas han podido determinar. Mito 4. Estas medicinas ponen a los niños “drogados” , como un zombie. Falso : los psicoestimulantes, como el término lo dice, producen estimulación del sistema nervioso central; esto hace que los niños se pongan más alertas, más atentos y por ello menos disruptivos. No producen sedación, contrariamente, quitan el sueño. Mito 5. Los psicoestimulantes (Ritalina) son la solución a todos los problemas de rendimiento escolar y de conducta. Falso: si no se acompaña de esfuerzos encaminados a mejorar la disciplina, los hábitos de estudio y cualquier otro problema de tipo psicológico o familiar que afecte al niño, estos medicamentos solo disminuyen las conductas disruptivas, sin ningún beneficio adicional para el niño. Para concluir, los padres solo deben medicar a un niño si ha recibido un diagnóstico clínico cuidadoso, bajo la supervisión de un pediatra, neurólogo o psiquiatra familiarizado. Los padres deben apegarse al tratamiento según se les ha recomendado para poder evaluar objetivamente los beneficios y prejuicios que este puede acarrear. Finalmente, los padres deben informarse ampliamente y decidir. EL ABUSO DE LA RITALINA Dr. Elías Jiménez F. Los niños normales son inquietos, traviesos, ocurrentes, activos y con frecuencia impredecibles. Cuando se juntan varios niños de una misma edad, estas características se acentúan, con frecuencia surge un líder, y su comportamiento puede sacar de quicio al más equilibrado. Cuando pasan mucho rato en un aula es muy fácil que además se desconcentren, dependiendo esto de sus propias características, de su nivel de comprensión, del interés en el tema que se esté abordando, y desde luego de la capacidad y paciencia de su maestro o maestra. Por otra parte, el tipo de ambiente que el niño tenga en su casa influye en forma importante en su formación y en su conducta fuera del hogar. Si el hogar es muy restrictivo con el niño, este puede llegar a desahogarse a la escuela, sucediendo lo mismo si el ambiente es muy liberal. En este caso, el niño se puede comportar en la escuela tal y como lo hace en su casa, con mucha libertad, en forma extrovertida y algo desordenada. El modificar estas conductas requiere de paciencia, de flexibilidad de parte del maestro y de interacción permanente entre la escuela y el hogar. Es totalmente erróneo el calificar a un niño como “anormal”simplemente porque sus patrones de conducta difieren de las normas establecidas por los maestros, o porque su velocidad de aprendizaje difiere de la de sus compañeros. Y se carece absolutamente de sentido común cuando se pretende que todos los problemas de conducta y aprendizaje se resuelven drogando a los niños con Ritalina. Esto último es precisamente lo que está sucediendo en algunas escuelas y colegios, en donde el maestro, el psicólogo y el médico se han confabulado en contra de los niños, y como consecuencia de ello, un número importante de niños terminan con Ritalina, muy por encima de la incidencia real del Síndrome de Hiperactividad y Atención Deficiente (niños hiperkinéticos o con Disfunción Cerebral Mínima), entidad en la que la Ritalina tiene una indicación precisa. Este “Sindrome”, cuando se diagnostica apropiadamente, tiene una prevalencia en niños del 5 al 8 %. Su causa no es clara, pero se habla de factores múltiples, como neurológicos, genéticos, temperamentales y ambientales. Es de 5 a 10 veces más frecuente en los varones, y se inicia en la edad preescolar, cuando el niño está en Kinder o en primer grado, o sea en menor es de 7 años. en general, entre menor sea la edad de inicio, más severos son los síntomas. Debemos desde luego desconfiar del diagnóstico cuando el cuadro aparece en niños mayores o en adolescentes, y buscar otras causas. El diagnóstico es difícil, y generalmente se hace por exclusión, eliminando otras causas y estudiando muy bien al niño, tanto desde el punto de vista pedagógico, como del psicológico y del médico. Los síntomas claves son falta de atención, impulsividad, hiperactividad motora y dificultad para el aprendizaje. Son niños muy agresivos, nadie los quiere cuidar, y con una autoestima baja. Estos síntomas deben estar presentes todo el tiempo, en la casa, en la escuela, en el consultorio del médico. Si el problema es sólo en la escuela, estamos hablando de otra cosa. Pero si el diagnostico es difícil, su manejo puede ser aún más complejo. Requiere de personas expertas y con tiempo. Es fundamental el trabajo en equipo, para actuar a nivel del niño, con los padres y con un plan educacional apropiado. Las drogas como la Ritalina forman parte importante de este manejo, pero si lo único que le están haciendo a su hijo es recetarle el medicamento en una consulta de 10 minutos de duración, mi consejo es que cambie de profesional. La Ritalina (Metilfenidato), como la mayoría de los medicamentos, tiene efectos secundarios significativos. Entre ellos se citan alteraciones en el apetito, en el sueño, efectos sobre el crecimiento y otros más. Es por lo tanto importante evaluar muy bien el riesgo/beneficio antes de decidir su uso, y sobre todo haber establecido el diagnóstico apropiadamente. El uso de la Ritalina es un ejemplo muy claro de la necesidad de ponderar bien el conocimiento científico y el sentido común, dejando a un lado la “moda” para beneficio de los niños. EL LENGUAJE OCULTO DE LOS TICS Dr. Luis Diego Herrera A. Los tics son movimientos involuntarios, repetitivos, súbitos y estereotipados, es decir que se repiten de forma igual o muy parecida. Existen también tics vocales o fónicos; estos son vocalizaciones o ruidos que el niño hace y tienen las mismas características que los motores. Ejemplos de tics vocales son carraspeo, tos (pos supuesto sin que el niño esté resfriado) y algunos ruidos guturales o pujidos profundos (como si vinieran del abdomen). Entre los tics motores más frecuentes están pestañear frecuentemente, arrugar al nariz, movimientos de los labios de la lengua, y movimientos de cabeza, como sacudidas laterales o encoger o rotar los hombros. Existen muchos tics motores más complejos como agacharse, tocar las cosas compulsivamente y movimientos secuenciales-es decir, en el mismo orden-de la cabeza, extremidades superiores, etc. También pueden presentarse tics vocales complejos como hacer ruidos como de animales, silbidos elaborados y en algunos pocos casos, el niño puede decir palabras obscenas o groseras sin intención de ofender, es decir, de manera involuntaria, repetitiva y súbita, al igual de los otros tics descritos anteriormente. Cuando un niño tiene tics motores o vocales, o ambos, por lo menos 4 semanas pero no más de un año, los médicos llamamos a este cuadro clínico tics transitorios y pensamos que tienen evolución buena. Cuando el niño tiene tics motores y vocales por más de un año, el cuadro clínico se conoce como Síndrome Gilles de Tourette, debido a el médico francés que describió varios casos en el siglo XIX. El Síndrome de Tourette tiene en general un pronóstico más reservado en cuanto a la duración y severidad de los síntomas a los largo de la vida. La verdad de los tics Existen algunas ideas equivocadas con respecto a los tics que es importante aclarar para que los padres y maestros entiendan mejor al niño que los padece y respondan adecuadamente. Los tics no tienen una causa psicológica, como un trauma, problemas familiares u otras situaciones difíciles para el niño. Problemas emocionales, estrés, ansiedad y situaciones traumáticas pueden desencadenar los tics solo en un niño genéticamente predispuesto a tenerlos de todos modos. Hay muchas evidencias que la tendencia a tener tics se hereda y, cuando veo en mi consulta a un niño con tics, generalmente hay otros familiares cercanos que también los sufren. Otra idea equivocada es que los tics son mañas. Es decir, que son una serie de hábitos que los niños desarrollan, como podría ser comerse las uñas o introducirse los dedos en la nariz. Esto no es así. ¿Por qué lo hacen? Los tics son involuntarios; los niños los pueden suprimir por períodos cortos de tiempo pero las personas con tics sienten una urgencia irresistible para hacerlos y un alivio al ejecutarlos. Se ha comprobado que la sensación es similar a la que experimentaría usted si le piden que no pestañee por un período largo de tiempo; a los pocos minutos uno siente que tiene que pestañear y un alivio casi placentero al hacerlo. Cuando un niño tiene tics que persisten por más de tres meses, es conveniente buscar ayuda profesional para explorar si existe alguna situación familiar o escolar que esté disparando estos movimientos o exacerbando tics que ya existían. Si estos son muy frecuentes y severos o tiene características que interfieren con el ajuste social y emocional del niño-por ejemplo tics motores complejos o vocales muy ruidosos-es importante considerar un tratamiento farmacológico. Algunos medicamentos tienen un efecto positivo sobre los tics pero deben ser administrados sólo por profesionales familiarizados con estos cuadros clínicos y con experiencia en el uso de estas medicinas. Es frecuente que las personas con Tourette también presenten otros síntomas que no son parte del Síndrome pero que se asocian con él, como déficit de atención con compulsividad e hiperactividad y síntomas obsesivos y compulsivos. Los primeros tienden a presentarse más en los varones, y las obsesiones más en las mujeres. Las más frecuentes son temor o preocupación excesiva por la limpieza, o miedo a contaminarse, preocupación por el orden, etc. Los padres deben informarse adecuadamente para que no cometan errores en el manejo de su hijo con tics e inadvertidamente compliquen aún más las cosas. Puede ser conveniente que un profesional los asesore sobre la severidad, pronóstico y tratamiento de los tics. Tenga presenta que… 1. La mayor parte de los tics son benignos y transitorios. No les preste mucha atención, no regañe al niño ni le diga que los controle. Esto solo aumenta su ansiedad y empeora los tics. 2. Los tics no tienen una causa emocional; los factores psicológicos los pueden mejorar o empeorar, pero no los causan. 3. Si el niño es molestado por otros niños o familiares, explíquele que son los tics, minimice su importancia y sugiérale una o dos “salidas airosas” para que lo dejen de molestar. 4. Si los tics son severos, muy frecuentes o si el niño presenta otros síntomas asociados, busque apoyo profesional con psiquiatra o neurólogo infantil. Ellos le podrán aconsejar un tratamiento apropiado. CUANDO LA MADRE ENFERMA A SUS HIJOS Dr. Elías Jiménez F. Aunque parezca el título de una telenovela, es una realidad dolorosa. Desde hace cerca de 20 años se describió una enfermedad conocida como Síndrome de Munchausen por proxy, y desde entonces han aparecido cientos de artículos médicos que la describen y analizan. Este síndrome es una de las forma de agresión hacia los niños más compleja y potencialmente mortal que se conoce, sobre todo porque en la mayoría de los casos, el 98%, la agresora es la madre, “amorosa y profundamente preocupada” por la salud de sus hijos, quien provoca el daño, inventando síntomas y administrándoles a los niños medicamentos que realmente los enferman e incluso los matan. Desde luego son madres con profundas alteraciones sicológicas y con trastornos de su personalidad, que realizan a la perfección su papel como impostoras de “buena maternidad”, y son capaces de engañar a la familia, al personal médico, a la comunidad, a los abogados y a los jueces, aprovechándose así de la confianza que se le tiene como madre. El diagnóstico de esta entidad es tan complejo, que generalmente se requieren varios meses y varios internamientos en el Hospital para poder establecerlo con claridad, y con mucha frecuencia cuando se establece el diagnóstico ya existen antecedentes de uno o varios hermanos que fallecieron previamente por la misma causa. Las madres de estos niños tienen gran capacidad de manipulación, conocimientos médicos, y una actitud sobreprotectora muy especial. Inventan síntomas como vómitos, asma, convulsiones, sangrado, diarrea, y le administran medicamentos a los niños a escondidas; con frecuencia engañan al médico para obtener recetas, tales como fenobarbital o anticonvulsionantes en general, y se los administran a dosis exageradas, lo que provoca diferentes grados de intoxicación y hasta coma; llegan incluso al extremo de administrarles medicamentos a los niños cuando están hospitalizados, o de manipular el suero que el niño está recibiendo, contaminándolo intencionalmente. Cuando se logra separar al niño de la madre, o se le permiten solo las visitas al hospital bajo estricta supervisión, los síntomas desaparecen como por encanto. En el Hospital Nacional de Niños hemos tenido dos casos diagnosticados con Síndrome de Munchausen, y estamos seguros que a muchos más no les hemos podido establecer el diagnóstico. Por eso es importante recalcar algunas de las guías diagnósticas señaladas en la revista The Journal of Pediatrics: 1. Niños con varios problemas médicos inusuales, que no responden al tratamiento. 2. Hallazgos físicos o de laboratorio discrepantes, incompatibles con la historia clínica. 3. Madres muy interesadas con los detalles médicos y con mucho conocimiento. 4. Oposición a dejar al niño solo, con actitud muy sobreprotectora. 5. Desaparición de los síntomas en ausencia de los padres. 6. Padres con síntomas muy parecidos a los del niño. 7. Historia familiar de hermanos enfermos o fallecidos con síntomas complejos. 8. Madres que aparentan mucha calma ante la enfermedad de los hijos, o por el contrario, muy exigentes en cuanto a demandar mucho procedimientos para establecer un diagnóstico. 9. Intoxicación por medicamentos o falsos intentos de suicidio. Como puede verse, el problema es complejo, requiere de un abordaje interdisciplinario y metódico, y forma parte importante de la problemática del niño agredido. Tan importante como el diagnóstico y el manejo de estas familias, es la prevención de este tipo de problemas, la cual sólo puede efectuarse fortaleciendo el núcleo familiar y los principios éticos y morales de nuestra sociedad. ZURDOS Dr. Luis Diego Herrera Amighetti. Cuando sabemos que una persona es zurda, inmediatamente hacemos una serie de asociaciones con esta característica. Le atribuimos a los zurdos ciertos rasgos que rara vez se han documentado científicamente. Ciertamente los zurdos son diferentes en varios sentidos—como veremos más adelante—pero que son poco conocidos. Históricamente ser zurdo ha sido algo malo. Existen una serie de estereotipos alrededor de ser zurdo que se reflejan incluso en la etimología de las palabras que se usan en diferentes lenguaje para referirse a esta característica. En latín la palabra sinister que quiere decir malvado; en inglés left, que se deriva de lyft que significa débil, dañado; en francés gauche que significa torcido, feo, torpe y, así por igual, en alemán—linkish—y en italiano-mancino. Primero, es importante entender la zurdera como una manifestación--no la única—de la lateralidad del cerebro. El cerebro está dividido en dos hemisferios bastante simétricos anatómicamente. En general, la mitad derecha del cerebro controla los movimientos y otras funciones del lado izquierdo del cuerpo, entre ellas, la mano y, viceversa, el hemisferio izquierdo controla el lado derecho. En general, también, algunas funciones mentales están localizadas en el lado derecho o lado izquierdo del cerebro. Por ejemplo, las habilidades lingüísticas (que tienen que ver con el lenguaje) están en el hemisferio izquierdo y las habilidades espaciales están en el lado derecho. Las personas podemos tener la lateralidad congruente, cuando la mano dominante, el pie dominante y el ojo dominante es del mismo lado o podemos tener lateralidad cruzada, cuando somos por ejemplo zurdos para tirar una bola pero derechos para patearla. Aproximadamente el 10% de la población usa la mano izquierda como su mano dominante, en otras palabras, el 90% son derechos. Sin embargo la congruencia varía de una manera fácil de recordar: • En 9 de cada 10 personas la mano dominante es la derecha. • En 8 de cada 10 personas el pie dominante es el derecho. • En 7 de cada 10 personas el ojo dominante es el derecho. • En 6 de cada 10 personas el oído dominante es el derecho. Si analizamos hombre y mujeres separadamente, las mujeres derechas son ligeramente más frecuentes que los hombres derechos y tienden a tener la lateralidad más congruente, excepto para el ojo dominante, en el 69% de las mujeres el ojo izquierdo es el dominante, comparado con el 73% de los hombres. Los zurdos no son la versión en espejo de los derechos, si comparamos a zurdos y derechos en cuanto al hemisferio que controla el lenguaje, encontraremos que, tanto en los zurdos como en los derechos, el hemisferio dominante para el lenguaje es el izquierdo. ¿Qué es la causa de ser zurdo? No existe una respuesta definitiva pero la explicación más aceptada se conoce como teoría de la Forma Alternativa. Bajo esta explicación, se asume que la mayoría de los zurdos se producen por variaciones genéticas o fisiológicas durante el período de gestación. No quiere esto decir que la zurdera se hereda; solamente que se nace zurdo por factores tales como niveles de testosterona durante la gestación, como lo sugirió el Dr. Norman Geshwind, de la escuela de medicina de Harvard. Otro grupo de zurdos, más pequeño, se explicaría por la presencia de lesiones al sistema nervioso central que produjeron una serie de cambios en la organización cerebral, entre ellos, la dominancia; a este tipo de zurdos se les llama “patológicos”. Aquí los factores involucrados podrían ser hipoxia neonatal, infecciones, etc. ¿Cuáles son las ventajas o desventajas de ser zurdo? La primera desventaja y más general es que los zurdos son una minoría y vivimos en un mundo de derechos. Los instrumentos y herramientas son diseñados para derechos, las instrucciones son estrictas para el punto de vista de los derechos y por así decirlo, los zurdos “estorban” a los derechos, por ejemplo, en una mesa cuando se come, porque el brazo del zurdo choca con el brazo de la persona sentada a su izquierda. Por otra parte, ser zurdo se asocia estadísticamente a una serie de características que pueden ser desventajosas; por ejemplo, entre los zurdos encontramos más disléxicos y aunque pequeña, existe una diferencia en las habilidades intelectuales y académicas entre zurdos y derechos a favor de los derechos, excepto en ciertas destrezas espaciales específicas, como es la habilidad para conceptualizar objetos en el espacio, rotarlos y visualizarlos desde diferentes perspectivas. Desde el punto de vista emocional, los zurdos tienden a ser ligeramente más ansiosos y quizá más impulsivos. Uno de los hallazgos más interesantes con respecto a los zurdos es que tienden a morir más jóvenes que los derechos. Esto es difícil de explicar pero probablemente se debe al menos a dos factores independientes; por un lado, los zurdos tienen un riesgo más alto de presentar ciertas enfermedades—enfermedades autinmunes como la artritis reumatoidea y el lupus eritematoso—y por otro, debido a que la tecnología, incluyendo la tecnología industrial, está diseñada para derechos, los zurdos tienden a accidentarse más que los derechos. Debido a las áreas en que los zurdos tienen más habilidades, se encuentran muchos más zurdos de lo esperado entre arquitectos, estudiantes de arquitectura, jugadores de ajedrez y particularmente “maestros” de ajedrez. En cuando a los deportes los zurdos no tienen ninguna ventaja o desventaja con respecto a los derechos, excepto en boxeo y esgrima en donde tienen alguna ventaja. Lo que da una ventaja en los deportes no es la dominancia, derecha o izquierda, sino la congruencia de la lateralidad: entre más congruente sea la persona, mejor ejecuta los deportes. Aunque no ha sido demostrado, quien escribe piensa que los zurdos tienden a ser más versátiles que los derechos, pudiendo adaptarse a situaciones diversas con más facilidad que los derechos. Los padres no deben tratar de convertir a los niños zurdos a derechos; se ha demostrado que esto trae más problemas, entre ellos, más torpeza motora. Aunque la información anterior puede hacer pensar que los niños zurdos están en gran desventaja, estas diferencias no predicen las habilidades de un individuo en particular. Los padres deben hacer cabildeo para que en las escuelas existan pupitres, tijeras y otros utensilios diseñados para niños zurdos. Trate a sus hijos zurdos igual que como trata a los derechos, incluyendo el hecho de que son diferentes y así lo acepta. Si tiene un talento especial, estimúlelo y transmítale que ser zurdo no es ningún defecto del cual se deba avergonzar. Esto lo encontré expresado ingeniosamente en una tienda para zurdos en donde había una camiseta en la que se leía: “Todos nacemos derechos,...¡Solamente el 10% lo superamos!” Nota: el autor de este artículo es zurdo pero lo escribió usando todo el cerebro. ¿QUE ES EL AUTISMO? Dr. Luis Diego Herrera Amighetti Cuando Miguel nació, parecía un niño totalmente normal. Dormía plácidamente, se alimentaba del pecho de su mamá con entusiasmo y casi no lloraba; sus padres estaban felices de tener un primer hijo tan fácil de criar y tranquilo. La madre de Miguel se preocupó un poco a los 6 meses de edad porque lo encontraba un tanto serio, poco sonriente, con una mirada lejana, como “ido”. Todas las consultas con el pediatra fueron un alivio pues el niño se encontraba en excelente estado de salud. Ante las preocupaciones de la madre, el pediatra le comentó que quizás el niño requería de mayor estimulación y le recomendó hablarle más frecuentemente, ser más expresiva con él y movilizarlo más expresiva con él y movilizarlo más. A los 18 meses Miguel aún no decía ninguna palabra y sus padres empezaron a recibir información contradictoria; decidieron a recibir información contradictoria; decidieron esperar hasta los dos años para consultar con el pediatra este asunto, quien les recomendó que lo continuaran estimulando aún más a nivel de lenguaje y que si a los 30 meses no decía palabra alguna que lo viera un terapeuta de lenguaje. Así se hizo y cuando el terapeuta del lenguaje lo vio por primera vez, les recomendó que lo viera un psiquiatra de niños para descartar el diagnóstico del autismo. ¿Autismo?, se preguntaron los padres de Miguel, ¡eso es imposible! Aunque no sabían que era exactamente “autismo”, sí sabían que era algo muy severo y Miguel no podía tener nada serio; solamente estaba algo lerdo para hablar. El autismo infantil es un trastorno del desarrollo del sistema nervioso central (cerebro), cuya causa se desconoce. Sin embargo, a nivel de expertos en el campo del desarrollo infantil existe el consenso de que se trata de un trastorno que tiene una base neurológica pero que se manifiesta por síntomas psiquiátricos, es decir, conductas, formas de aprender, relacionarse y sentir que se apartan de lo normal. El autismo no es un problema emocional o psicológico y los padres nunca son responsables por tener un niño autista. Los niños con autismo lucen en general normales durante los dos primeros años de vida; si desarrollan lenguaje, puede ser que no se diagnostique su condición hasta más tarde. Lo que ocurre es que la mayoría de los niños autistas no desarrollan un lenguaje peculiar que no les sirve para comunicarse efectivamente. Los niños autistas parecieran no entender las interacciones sociales normales y por ello no responden a sonrisas, es difícil saber por qué se enojan o se ríen y no establecen contacto visual, más bien evitan ver a las personas a los ojos. No juegan como los otros niños, se interesan más por los objetos que por las personas y tienen intereses muy particulares—por ejemplo, no juega con un carrito, pero se entretienen con un pedazo de tela por un período prolongado. Estos niños además pueden tener movimientos repetitivos como mecerse, palmotear o agitar las manos en el aire. En ocasiones también necesitan que las cosas permanezcan iguales y se enojan o agitan si les cambian algo de lugar. Sus intereses son restringidos y en ocasiones muy intensos; por ejemplo, un niño autista puede interesarse por las banderas de los países y pasar horas al día, durante meses, observándolas, aprendiéndoselas, etc. No todos los niños con autismo son iguales, la descripción anterior reúne las características más comunes en estos niños pero no todos calzan con esta descripción. Las características del niño autista cambian dependiendo de su edad, de si ha desarrollado lenguaje o no,--muchos niños con autismo no logran aprender a hablar y aunque aprenden palabras aisladas, no las pueden usar funcionalmente, de su nivel de inteligencia (un 70% de los niños con autismo tienen algún grado de retardo mental), de si tiene habilidades sobredesarrolladas (algunos autistas pueden tocar instrumentos con facilidad sin saber música o hacer cálculos complejos en un instante sin que les hayan enseñado matemáticas etc). Dependiendo de estos factores y otros más, los niños con autismo alcanzan mayor o menor grado de ajuste social, escolar y ocupacional. Una de las páginas en Internet sobre autismo fue desarrollada y la mantiene actualizada una persona con autismo. Es importante entender el autismo como un fenómeno que se da en grados variables; no existe un autismo “puro”. Cada niño expresa una serie de atributos, características y limitaciones diferentes. Lo único, a mi juicio, esencial en el diagnóstico de autismo es la dificultad para establecer y reciprocar interacciones sociales y afectivas adecuadamente. Los padres deben buscar un diagnóstico temprano y preciso con un especialista que tenga experiencia amplia con niños autistas. El diagnóstico correcto y temprano permite iniciar las intervenciones terapéuticas adecuadas para cada niño que le permitirán desarrollar óptimamente sus capacidades. En Costa Rica la Unidad de Desarrollo del Hospital Nacional de Niños, el Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Nacional Psiquiátrico y la Escuela Neuropsiquiátrica, son algunos de los lugares en que se puede buscar ayuda diagnóstica y orientación con respecto al tratamiento de un niño con autismo. Existen también especialistas y clínicas privadas en donde los niños autistas pueden ser valorados y recibir tratamiento. En los Estados Unidos y otros países hay asociaciones para el apoyo de las personas autistas y sus familias que ofrecen información de excelente calidad (Internet es una buena fuente de información al respecto). Entonces, los padres de Miguel, son los que pueden ayudarle más, para ello es necesario que acepten su condición, no pierdan la esperanza en que su hijo autista logre un mejor desarrollo y se informen y mantengan al día sobre nuevas terapias y fuentes de apoyo para el niño autista y su familia. MASTURBACIÓN Y JUEGOS SEXUALES Dr. Luis Diego Herrera Amighetti Los juegos sexuales y la masturbación son conductas que en nuestro medio se vuelven muy difíciles de abordar debido a una curiosa contradicción: ambas son sancionadas negativamente por la sociedad no obstante que ambas se presentan con tal frecuencia que, al menos estadísticamente, son normales. En una encuesta que llevó a cabo el autor en 1991 entre adolescentes costarricenses, la mitad de los hombres y una tercera parte de las mujeres reportaron haber tenido algún tipo de juego sexual. En cuanto a la masturbación, no tenemos datos sobre nuestra población pero se estima que para la edad de 15 años, todos los varones y un 25% de las mujeres se han masturbado. Masturbación: Gracias al desarrollo del ultrasonido y otras técnicas de visualización del feto dentro del útero, se ha podido documentar movimientos masturbatorios en el varón. En los primeros seis meses de vida, los niños y niñas son estimulados en sus áreas genitales al limpiarlos y cambiarlos. Casi todos los niños en los primeros meses de edad se encuentran de manera involuntaria sus genitales y, debido a que es una sensación placentera, se refuerza y tienden a buscarla nuevamente. Los niños y niñas pequeñas tienden a masturbarse de manera característica; generalmente adoptan una posición preferida, las niñas pueden lograr más fácilmente la estimulación solamente apretando y frotándose los muslos uno contra el otro, apoyando la zona por encima del pubis contra un objeto firme, como el borde de una silla, colocándose un almohada entre los muslos o solamente estirando y poniendo en tensión las extremidades inferiores. Los varones más comúnmente manipulan sus genitales directamente. En ambos sexos la masturbación se acompaña de movimientos rítmicos, sudoración, enrojecimiento de la cara y muchos niños experimentan orgasmo. Manejo: Cuando consulte con su pediatra sobre la masturbación de su hijo o hija, es conveniente que días antes haya llevado un diario en que se anote la frecuencia, las horas a que ocurre, los lugares en que ocurre, las posiciones que el niño adopta, la actitud con que se masturba ( si lo hace secretamente, con o sin inhibición, si existe actitud exhibicionista, etc) y observaciones con respecto a cuándo se inició y cualquier variación en la frecuencia o factores que los padres piensan que pudieran estar asociados a la masturbación. Es conveniente que el médico haga un examen físico completo que incluya genitales, área perineal y ano. Algunos niños con infecciones en el área perineal se masturban debido a la comezón que producen algunas lesiones infecciosas. Los niños que han sido molestados sexualmente pudieran tener alguna lesión en estas zonas. La masturbación compulsiva, esto es, lo que se presenta todos o casi todos los días y varias veces al día, debe ser estudiada más minuciosamente por un especialista. Los factores que pueden estar involucrados en la masturbación compulsiva son: abuso sexual traumático o sobreestimulación sexual no traumática, trastorno obsesivo compulsivo y algunos casos de deprivación afectiva. Si la masturbación es poco frecuente, los padres no deben reaccionar intensamente ante esta conducta ya sea mediante enojo, vergüenza o temor, aún cuando son las reacciones comunes. Es conveniente que los padres estén conscientes de que las actitudes que tenemos hacia la sexualidad y hacia la masturbación en particular, son el producto de cientos de años de desinformación y de ideas equivocadas con respecto al sexo. Durante el siglo XVIII, muchas de las enfermedades eran atribuidas a la masturbación. Aún hoy tenemos resabios de esas concepciones erróneas. Si los padres se educan sobre el desarrollo sexual normal y revisan sus prejuicios y actitudes hacia la masturbación, el manejo de esta conducta se vuelve más sencillo. En la mayoría de los casos, solamente distrayendo al niño pequeño hacia otras actividades placenteras cuando parece que se prepara o cuando inicia la masturbación es una de ellas, es suficiente para que disminuya su frecuencia significativamente. La masturbación como toda actividad que produce placer, se refuerza a sí misma de tal manera que, entre más se practique, más se estimula. Si se logra disminuir su frecuencia, por el contrario, esta conducta se tiende a extinguir. En algunos niños, dependiendo de su diagnóstico, el uso de modificación de conducta o medicamentos podrían estar indicados, especialmente en aquellos que presentan problemas orgánicos en el sistema nervioso central. Juegos sexuales: Los juegos sexuales pueden ser considerados una actividad normal dentro del desarrollo de algunos niños. Los juegos sexuales son el producto de la necesidad de exploración y conocimiento que los niños tienen con respecto a todo, incluyendo su cuerpo, sus sensaciones y el placer. En nuestra cultura existe un prejuicio en el sentido de que los niños deberían ser seres “asexuales” y por ende, se interpreta como una señal de algún grado de perturbación que muestra actividad sexual. Las actividades de exploración sexual son sumamente frecuentes en los niños entre los 2 y los 5 años de edad e incluyen, entre otras, las siguientes conductas: exploración de su propio cuerpo, el de otros niños, practicar a darse besos, palpar los senos de la madre, los genitales del padre, etc. Estas conductas tienden a disminuir espontáneamente conforme el niño crece y particularmente si se le ofrece información adecuada a su edad sobre la reproducción, sexualidad, relaciones amorosas de los adultos y anatomía de ambos sexos. Si los padres no asumen este papel en la educación de sus hijos, lo que están haciendo es delegándola a la información que reciben de la televisión, de los otros niños y de sus propias conclusiones y fantasías. A pesar de que no se practica lo suficiente y de que se sostiene con frecuencia lo contrario, la educación sexual temprana y oportuna protege a los niños de muchas experiencias potencialmente dañinas, como son el abuso sexual, las enfermedades venéreas y el embarazo en la adolescencia. BERRINCHES Dr. Luis Diego Herrera A. ¿Qué son? Casi todos los niños presentan alguna vez esos episodios que llamamos berrinches. Por berrinches generalmente entendemos aquel conjunto de conductas en el niño llora, grita, patea y mantiene una actitud intensa por medio de la cual expresa y demanda cierta respuesta de los padres u otras personas que los cuidan. Con frecuencia se puede identificar el evento precipitante que causó el berrinche; sin embargo, en ocasiones, cuando el niño presenta estas conductas con gran frecuencia es difícil entender que lo ha precipitado. Algunos niños no presentan conductas violentas y dramáticas sino más bien se quejan y lloran excesivamente a los padres con insistencia, lenguaje grosero y amenazas. ¿Qué los causa? Los berrinches, como se mencionó anteriormente, son causados casi siempre porque alguna demanda del niño no fue satisfecha cómo y cuando él lo deseaba. Sin embargo no todos los niños presentan berrinches cuando se les niega algo deseado o se les pone un límite. ¿Por qué algunos presentan berrinches con más frecuencia o más intensos? Entre los factores más importantes tenemos los siguientes: a Propios de la edad: los niños entre los 2 y los 3 años pasan por una etapa en donde se empieza a manifestar la necesidad de independencia y autonomía. Antes de que el niño camine con facilidad, es sumamente dependiente de los adultos. Conforme se moviliza más, empieza a disfrutar intensamente de la libertad para explorar su medio ambiente sin necesidad de la ayuda de los padres. Cuando por algún motivo estos le impiden esta exploración o se limitan de alguna manera, (no le dejan llevarse una canica a la boca, o acercarse al borde de un muro, etc.) el niño manifiesta su frustración de alguna manera. Como a los dos años el lenguaje de los niños es bastante limitado, con frecuencia expresan su frustración mediante conductas que reflejan enojo. En niños más grandes que sí poseen mayor desarrollo del lenguaje, la presencia de berrinches puede ser explicada por que estos fueron reforzados por el tipo de respuesta que obtuvieron en el pasado, como veremos más adelante cuando me refiero al manejo de los berrinches. b Médicos: algunos niños sufren condiciones médicas que les producen dolor o malestar general, que los puede irritar constantemente y predisponerlos a estados de ánimo y conductas negativas. Niños con problemas digestivos crónicos, alergias, cefaleas, trastornos del sueño, tienden a presentar más este tipo de conducta. La presencia de retraso en el desarrollo del lenguaje, hiperactividad, retardo mental, autismo y algunos problemas de aprendizaje parecieran también ser un factor predisponente. c Temperamentales: el temperamento es un conjunto de rasgos o patrones de respuesta que caracterizan a los niños, están presentes desde muy temprana edad y tienen una base neurofisiológica. Se ha visto que aproximadamente un 15% a un 20% de los niños presentan un temperamento tienden a responder más impulsivamente, presentan más tenacidad negativa y son irregulares en sus ciclos de apetito y sueño. Todo lo anterior, en interacción con sus padres, predisponen a los niños con temperamento difícil a tener berrinches más frecuentemente y a ser más intensos. d Ambientales: los padres que ejercen una disciplina ya sea inconsistente, arbitraria y errática o que son violentos, agresivos y gritones tienden a tener niños que hacen berrinches. También los niños de padres alcohólicos y aquellos padres que presentan mucha discordia marital. ¿Cómo se manejan? a Mediante una observación y un análisis cuidadosos, se deben determinar los factores anteriormente mencionados que pudieran estar contribuyendo a los berrinches. Dependiendo de la situación, los padres deben intentar corregir, en la medida de lo posible, estos factores. Es muy importante, en aquellos casos en que existen predisponentes médicos y temperamentales, que los padres se asesoren sobre estos temas. b Los padres deben hacer una lista de los eventos que precipitan los berrinches y tomar una decisión conjunta sobre cómo van a reaccionar ante estos. Es fundamental que ambos padres y otras personas que cuidan al niño respondan de la misma manera. c En la medida que el desarrollo verbal del niño lo permita, se le debe explicar anticipadamente cómo van a responder los padres ante los berrinches. Se le debe pedir al niño que repita lo que se le explicó. d Cuando se presenta el berrinche, los padres deben actuar exactamente como se le anticipó al niño de forma inmediata y sin enojo. Por ejemplo, si le dijo al niño que si presentaba un berrinche se le aislaba en algún lugar de la casa hasta que el berrinche terminara,--lo cual es una buena medida—se debe hacer eso sin amenazas previas, sin enojo, sin violencia. De manera expedita y neutral. e Si el niño desea algo en un lugar público—supermercado—y los padres no se lo quieren dar, se le debe decir un NO firme, rotundo, definitivo sin dar más explicaciones. Si el niño está con un berrinche no oye razones. Ofrecérselas solo le hace ganar tiempo y atención. Ese no es el momento de ser comprensivo y empático. f Durante los berrinches el niño debe ser ignorado. Los berrinches se perpetúan y repiten por dos razones: porque el niño obtiene lo que quiere y por que deriva atención de los adultos que le rodean. Si se eliminan estos dos refuerzos de manera consistente y firme, es muy probable que le inmensa mayoría de los berrinches se eliminen. Si les recomendaciones anteriores no surgen efecto, si los padres no logran controlar su propio enojo, si los berrinches ocurren más de tres veces al día o duran más de quince minutos, si son acompañados de conductas muy violentas o si se acompañan de varios problemas además de los berrinches, es conveniente buscar ayuda profesional. PARTICIPANTES Coordinador: Dr. Elías Jiménez F. Subdirector. Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”. Profesor de pediatría. Universidad de Costa Rica. Colaboradores: Dr. Adriano Arguedas M. Médico Asistente. Infectología. Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáez Herrera”. Profesor de Pediatría. Universidad Autónoma de Centroamérica. Dr. Carlos Arrea B. Cirujano Pediatra. Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina. Dr. Luis Diego Herrera Amiguetti. Médico Psiquiatra. Especialista en Niños y Adolescentes. Dr. Roberto Herrera G. Jefe Cirugía Reconstructiva. Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”, Profesor de Cirugía Pediátrica, Universidad de Costa Rica. Dra. Ana Laura Jiménez Ch. Jefe de Clínica. Pediatría. Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”. Profesora de Pediatría. Universidad Autónoma de Centroamérica. Dr. Edgar Mohs V. Director. Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”. Catedrático. Universidad de Costa Rica. Dr. Manuel Soto Q. Pediatra Neumólogo. Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”. Profesor de Pediatría. Universidad de Costa Rica. Dra. Carolina Soley G. Pediatra. Este libro se terminó de imprimir el mes de noviembre de 1998 En el taller de Comunicación Gráfica de San José. Su edición consta de 5000 ejemplares.