Download DIAGNÓSTICO Y MANEJO DE HIPOTIROIDISMO Y ERLICHIOSIS
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
DIAGNÓSTICO Y MANEJO DE HIPOTIROIDISMO Y ERLICHIOSIS EN UN PERRO DE LA CIUDAD DE MORELIA Gutiérrez Cancino Ma. Guadalupe1; Barajas López Ignacio2; Ríos Alanís Ana María2; Saucedo Guzmán Germán3 Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Clínica Veterinaria de la Universidad Michoacana. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Av. Acueducto s/n. Colonia Matamoros. CP. 58240. Morelia, Mich. 1Pasante MVZ. 2Académico. 3Práctica privada. RESUMEN Se reporta el caso de un perro Alaskan Malamute, hembra, de 12 años, que habitaba en la Ciudad de Morelia, Michoacán. La paciente había presentado gastroenteritis, letargia, problemas dermatológicos (pelo en etapa de telogen, hiperpigamentación, hipotriquia, en dorso bilateral simétrica, seborrea seca, hiperqueratosis y “cola de rata”), hiperqueratosis nasal, epistaxis y hematuria esporádicas, claudicación y una signología difusa asociado con el hipotiroidismo en perros adultos. Se reportaron valores de T4 libre disminuidos (técnica de análisis de ecuaciones simultáneas), anemia no regenerativa, trombocitopenia, hiperproteinemia, hiperglobulinemia, hipoalbuminemia, acidosis metabólica, proteinuria, bilirrubinuria y hematuria, y prueba de ELISA positivo a erlichiosis. Se prescribió un tratamiento a base de doxicilina y levotiroxina con una evolución favorable de la paciente en un periodo de 5 años que se le ha dado seguimiento. INTRODUCCIÓN El hipotiroidismo se considera la endocrinopatía más común en el perro, en un 95% el origen del hipotiroidismo en perros adultos es primario autoinmune, que da como resultado la disminución de los valores séricos de T4 y T3 (Nolasco, 2008; Feldman y Nelson, 2007; Wolfsheimer, 1996; Matamoros, 2002). Los signos incluyen letargia, obesidad, hipotermia, bradicardia, intolerancia al ejercicio, queratitis seca, úlcera corneal, vómito, megaesófago, diarrea, constipación, convulsiones, neuropatías periféricas, disminución del líbido, anemia, alopecia simétrica bilateral aprurítica en la región del tronco, crecimiento retardado del pelo, cola de rata, hiperqueratosis e hiperpigmentación, mixedema, cambios de coloración del pelo, otitis externa, seborrea y piodermas secundarios recurrentes (Daminet, 2006).). En las pruebas de laboratorio rutinarias los reportes más relevantes son: anemia normocítica normocrómica no rregenerativa, hipercolesterolemia en ayunas y en algunos casos suero lipémico en ayunas. Para el diagnóstico definitivo se utilizan pruebas que miden la concentración de tiroxina total y triyodotironina total en suero, medición de T4 libre por diálisis en equilibrio, concentración de tiroxina libre y su relación con colesterol y medición de TSH endógena. El tratamiento es de por vida y consiste en la suplementación oral de levotiroxina sódica (T4) (Daminet, 2006). La erlichiosis canina es causada por una ricketsia del género Erlichia, transmitida por la garrapata Ripicephalus sanguineus (Waner y Harrus, 2000). La enfermedad tiende a ser regional y estacional debido a los limites geográficos y a la alimentación de la garrapata vectora (Greig, 2001). Los signos de erlichiosis son difusos e incluyen epistaxis y esplenomegalia (20% de los casos), anemia no regenerativa en (82% de los casos), con trombocitopenia (82%), y leucopenia (32%, de los cuales 20% presenta neutropenia). Las anormalidades químicas séricas más frecuentes ha incluido hiperproteinemia (50 a 75%), hiperglubulimenia (37%), hipoalbuminemia (43%) y aumento de alanino aminotransferasa (43%) (Neer, 2000). El dipropionato de imidocarb, tetraciclina y la doxicilina son recomendados para el tratamiento de la erlichiosis canina (Breitschwerdt, 2005). El presente trabajo comunica un caso de diagnóstico, tratamiento y evolución de hipotiroidismo y erlichiosis en un perro. CASO CLÍNICO Se presentó a consulta en la Clínica de la Universidad Michoacana la paciente de nombre “Niebla” con número de expediente 03238, de especie perro, hembra, de 12 años de edad, esterilizada y raza Alaska Malamute, con calendario de vacunación y desparasitación vigente y 21 kg de peso; la paciente habitaba dentro de casa y el propietario la sacaba a pasear a la calle regularmente, no habiéndole observado garrapatas anteriormente y la paciente siempre había habitado en la Ciudad de Morelia, Michoacán. La historia clínica incluía disminución en la actividad física desde hacía 6 meses, vómitos, diarrea con moco y epistaxis intermitentes, nariz reseca, engrosada y con costras blanquecinas que se despendían, claudicación en el miembro pélvico derecho desde hacía 8 días, por lo que el propietario le administró una sola dosis de diclofenaco (500mg totales vía oral) sin observar mejoría, además de presentar anorexia y vómito color amarillo en las últimas 24 hrs. Al examen físico general se observó una condición corporal de 2/5, hiperqueratosis nasal, hipotriquia en dorso y tórax simétrica, pelo en etapa de telogen en el tronco del cuerpo, hiperpigmentación en la piel del dorso, seborrea seca y “cola de rata” con hiperqueratosis, además de apoyo plantígrado en articulaciones tarso crurales, disminución en la actividad física, intolerancia al ejercicio, claudicación grado II en miembro pélvico derecho, linfonodos submandibulares y poplíteos aumentados de tamaño y anisocoria; al examen ortopédico no hubo una zona específica de dolor en el miembro pélvico derecho. Los diagnósticos diferenciales considerados para las anormalidades dermatológicas fueron hipotiroidismo, penfigus foliacius e hiperadrenocorticismo. Para la claudicación, hematuria y epistaxis se consideraron los diagnósticos de erlichiosis, enfermedad de Lyme y Lupus eritematoso sistémico. Se procedió a hospitalizar y tomar muestras para estudio coproparasitoscópico, urianálisis (toma de muestra por sondeo vesical), hemograma, química sanguínea y T4 libre (técnica de análisis de ecuaciones simultáneas), además de una muestra de sangre para detección de anticuerpos por el método de ELISA (IDEXX, 3DX) para dirofilariasis, erlichiosis canina y enfermedad de Lyme en suero. Se inició tratamiento intravenoso son SSF 0.9% a dosis de 50ml/kg y rehidratación del 7%, se administró ranitidina (2mg/kg, vía SC cada 12 hrs), metoclopramida (0.3mg/kg vía IV cada 8 hrs) y se indicó NPO por 24 hrs. Se tomaron placas radiográficas de abdomen en las proyecciones ventrodorsal y lateral izquierda- lateral derecha que revelaron engrosamiento en la silueta de la pared gástrica. En las pruebas de laboratorio se reportó estudio de coproparasitoscopía por flotación negativo, urianálisis con hematuria, hiperestenuria (1.040) con hiperazotemia de origen prerrenal, hiperproteinuria, bilurrubinuria, anemia ligera no regenerativa, trombocitopenia por disminución en la producción y/o destrucción, hiperproteinemia de 102g/L (referencia:60-75g/L), hiperglobulinemia marcada por proceso inflamatorio crónico, hipoalbuminemia por disminución en la síntesis o pérdida, acidosis metabólica por hipercloremia y T4 libre de 5.8pmol/L (referencia: 12.6-50pmol/L) por hipotiroidismo. Durante la hospitalización se observó epistaxis y hematuria. Los resultados de laboratorio para pruebas de anticuerpos para erlichiosis, enfermedad de Lyme y dirofilariasis, fueron positivos a Erlichia canis. Para el tratamiento de hipotiroidismo se prescribió levotiroxina sódica (20 mcg/kg, cada 12 hrs PO), para la erlichiosis se administró doxiciclina (7.1 mg/kg, cada 24hrs, por 15 días), para el tratamiento de úlcera gastroduodenal se prescribió sucralfato (0.5g PO), cada 12hrs por 5 días), la paciente evolucionó favorablemente notando mejoría de la actividad física al mes, se ajustó la dosis de la levotiroxina a la cuarta semana a 15 mcg/kg cada 12 hrs, se realizó un monitoreo de T4 y T3 libres al año observándose valores dentro de rango normal y se realiza un hemograma cada seis meses en los que se han observado valores en rangos normales. Las zonas de la piel afectadas mejoraron hasta los 9 meses de iniciado el tratamiento. La paciente presentó a los 11 meses un pioderma profundo en la región dorsal del torso que respondió favorablemente a antibióticos orales y antisepsia local. En un lapso de cinco años la paciente se encuentra sana, con un peso corporal de 23 Kg, dieta a base de alimento comercial para perro adulto, toma agua bien, orina y defeca normal, continúa con el tratamiento de levotiroxina sódica, desparasitaciones periódicas y revacunación anual polivalente y antirrábica. DISCUSIÓN En los perros adultos los signos clínicos más constantes de hipotiroidismo provienen del metabolismo celular reducido y sus efectos se manifiestan sobre el estado mental y la actividad física. La suplementación con hormona tiroidea es el tratamiento de elección para el hipotiroidismo y los signos clínicos y anormalidades clínico patológicas asociadas con el hipotiroidismo son reversibles (Behrend y Kemppainen, 2001). Una vez iniciado el tratamiento para el hipotiroidismo primario éste se continúa de por vida; las dosis y frecuencias pueden necesitar ajustes antes de alcanzar una repuesta clínica satisfactoria, por lo que las concentraciones séricas de hormona tiroidea deben vigilarse de cerca. Los pacientes con erlichiosis canina presentan signología muy difusa por lo que el diagnóstico suele establecerse basándose en una combinación de signos clínicos, anormalidades hematológicas, trombocitopenia, datos serológicos y citológicos, también se suele reportar proteinuria, hematuria, tiempo de sangrado prolongado y radio opacidad intersticial pulmonar que varía de un patrón lineal leve a infiltración intersticial notable con opacidades peribronquiales (Neer, 2000; Scott-Moncrieff y Guptill-Yoran, 2005). Para realizar un diagnóstico certero del hipotiroidismo y la erlichiosis es necesario apoyarse en estudios de gabinete ya que la erlichiosis es una enfermedad de signología difusa. La erlichiosis canina es causada por la ricketsia Erlichia canis transmitida por mordedura de las garrapatas del género Ripicephalus sanguineus que habita en climas templados (León et al, 2008). La erlichiosis canina es una enferemedad que no solo se ha reportado en zonas templadas (Govea et.al., 2008). El grado de patogenicidad y los signos clínicos varían de acuerdo a la raza, estado inmunitario y grado de patogenicidad de la cepa de Erlichia. Los signos clínicos aparecen luego de 8-20 días de post-inoculación e incluyen letargia, anorexia, fiebre, pérdida de peso, linfadenomegalia, esplenomegalia, epistaxis, petequias en mucosas (por deterioro en la producción medular de elementos sanguíneos), vómito, descarga oculonasal serosa a purulenta, claudicación, ataxia, disnea, edema periférico, lomo arqueado, dolor severo en cuello y dorso, paraparesia y convulsiones; los signos clínicos dependerán de la fase en la que se encuentre el paciente infectado; la trombocitopenia es el hallazgo hematológico más común, en la fase aguda es común la leucopenia y la anemia moderada (normocítica, normocrómica, no regenerativa). La claudicación se presenta en casos agudos y la enfermedad articular puede ocurrir por hemartrosis o depósitos de complejos inmunes (Govea et al, 2008). Las anormalidades bioquímica encontradas incluyen hipoalbuminemia, hiperglobulinemia e hipergamaglobulinemia. El diagnóstico para la erlichiosis canina se basa en la historia clínica, anamnesia, hallazgos patológicos al examen clínico y pruebas de laboratorio (anticuerpos fluorescentes indirecto (AFI), Dot-ELISA, PCR, cultivo del parásito, Western inmunobloting). El tratamiento consiste en la administración de doxiciclina (10mg/kg, cada 24 horas) durante al menos tres semanas, tetraciclina (22mg/kg, cada 8 horas), oxitetraciclina (20mg/kg, cada 12 horas) o cloranfenicol (50mg/kg, cada 8 horas). El diagnóstico de E. canis suele basarse en resultados positivos de la prueba de AFI, este estudio detecta anticuerpos séricos desde los 7 días de la infección inicial, aunque es posible que algunos perros no se tornen seropositivos hasta los 28 días después de iniciada la infección. En los perros no tratados las concentraciones séricas de anticuerpos llegan al máximo a los 80 días de la infección. El medicamento de elección y de mayor frecuencia es doxiciclina se ha sugerido que el tratamiento debe proporcionarse durante 10 a 14 días (5mg/Kg. dos veces al día). El pronóstico dependerá del inicio del tratamiento, cuanto más temprano se inicia más favorable será el pronóstico y el resultado final, ya que es difícil la curación en etapa crónica grave, la recuperación no equivale a inmunidad permanente y es posible que los perros se infecten nuevamente con E. canis después de un tratamiento eficaz previo. CONCLUSIONES Los signos del hipotiroidismo en perros suelen ser diversos pero ambiguos, por lo que es necesario el uso de pruebas de laboratorio para valorar la función tiroidea, sin embargo en nuestro medio el número de pruebas es limitado y debido a que en si un solo estudio no aporta el diagnóstico definitivo se deben considerar estos estudios junto con la presentación clínica, los estudios de laboratorio básicos y la respuesta al tratamiento. El medicamento indicado en el paciente hipotiroideo es la levotiroxina sódica de por vida que ha reportado buenos resultados. Se requiere al menos de 4 a 6 semanas de medicación para evidenciar clínicamente que la respuesta es adecuada al tratamiento (Bell et al, 2008). La erlichiosis es una enfermedad transmitida por la garrapata Ripicephalus sanguineus. Los hallazgos consistentes en el hemograma de pacientes con erlichiosis son la anemia, trombocitopenia e hiperproteinemia, lo que indica realizar la prueba específica de ELISA para confirmar o descartar la presencia de esta enfermedad, que, como en este caso, se presentó en una zona geográfica no considerada endémica. Los pacientes portadores de Erlichia responden al tratamiento con antibióticos específicos para esta enfermedad. En este caso clínico presentó signología diversa y fue mediante el apoyo de laboratorio que se llegó al diagnóstico de erlichiosis e hipotiroidismo, hasta el momento la paciente ha respondido favorablemente al tratamiento, sin embargo, requiere del monitoreo médico periódico para seguir evaluando la respuesta a la levotiroxina sódica. BIBLIOGRAFÍA - Behrend E. N. and Kemppainen R. J. 2001. The Veterinary Clinics of North America Small animal practice. Endocrinology. Editorial Saunders. Estados Unidos. p. 951-961. - Bell E., Latimer K.S., LeRoy B.E., Moore H. Canine hypothyroidism, an overview. Veterinary Clinical Pathology Clerkship Program (Consulta en línea). College of Veterinary Medicine, University of Georgia, Athens. Dirección: <http://www.vet.uga.edu/vpp/clerk/bell/index.php> [Fecha de consulta 8 de julio de 2008]. - Breitschwerdt E.B. 2005. Obligate Intracellular Bacterial Pathogens. En: Textbook of veterinary internal medicine. Editors Ettinger S. J. y Feldman E. C. 6ª ed. Ed. Elsevier Saunders. U.S.A. p. 632634 - Daminet S. 2006. Diagnosis of Canine Hypothyroidism. World Small Animal Veterinary Association World Congress Proceedings. Prague Czech Republic. (Consulta en línea) <http://www.vin.com/Members/Proceedings/Proceedings.plx?CID=WSAVA2006&PID=15791&O=Gene ric> [Fecha de consulta 15 de julio de 2008]. - Feldman E. C. y Nelson R. W. 2007. Endocrinología y reproducción canina y felina. 3ª ed. Ed. Mc Graw-Hill interamericana. Argentina. p. 101-169. - Govea P.N., Quijano H.I.A. y Silva L.A.D. 2008. Ehlichiosis canina, reporte de un caso en la Ciudad de Toluca. Memorial del XXIX Congreso Internacional de Médicos Veterinarios Zootecnistas en Pequeñas Especies. AMMVEPE. Puebla, Pue. p. 133-138. - Greig B. 2001. Erlichiosis granulocitica En: Terapéutica Veterinaria de pequeños animales XIII. Editor Kirk R.W. McGraw-Hill Interamericana. España. p. 318. - León A., Demedio Jorge., Márquez, M., Castillo E., Perera A., Zuaznaba O., Caníbal J., Gonzalez B., Reynaldo L., Vega N., Blanco D., Ronda M., Peña A., Seija V. 2008. Diagnóstico de Ehrlichiosis en caninos en la ciudad de La Habana. RecVet. 3;5:1-22. - Matamoros, R, Gómez, C y Andaur, M. 2002. Hormonas de utilidad diagnóstica en Medicina Veterinaria. Arch. med. vet., Vol. 34, No. 2, pp. 167-182. ISSN 0301-732X. - Neer T. M. 2000. Enfermedades infecciosas en perros y gatos. 2ª ed. Ed. Mc Graw Hillinteramericana. México. p. 153-162. - Nolasco E.L.R. 2008. Hipotiroidismo canino. 1er Congreso Nacional Universitario de Medicina Veterinaria en Pequeñas Especies, UNAM. México, D.F.3 y 4 de julio. - Scott-Crieff y Guptill-Yoran. 2005. Hypothyroidism En: Textbook of veterinary internal medicine. Editors Ettinger S. J. y Feldman E. C. 6ª ed. Ed. Elsevier Saunders. U.S.A. p. 1535-1544. - Waner T. and Harrus S. 2000. Ehrlichiosis monocítica canina (Consulta en línea). International Veterinary Information Service. Ithaca, New York, USA. Dirección: <http://www.ivis.org/advances/Infect_Dis_Carmichael/waner_es/ivis.pdf> [Fecha de consulta 5 de julio de 2008) - Wolfsheimer K. J. 1996. Fisiopatología y clínica quirúrgica en animales pequeños. Editor Bojrab. J. M. 2ª Ed. Ed. Intermedica. Argentina. p. 598-599.