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a b c d e Asbjarn Jokstad /lrs Braegger /John B. Brunsk /Alan B. Carr /Ignace Naert /Ann Wennarberg f Antecedentes: Los clínicos necesitan datos de calidad derivados de la investigación para decidir qué implante dental debe seleccionarse para el tratamiento del paciente. Objetivo(s): Presentar evidencias científicas de los reclamos acerca de relaciones entre las características de los implantes dentales y el rendimiento clínico. Diseño del estudio: Búsqueda sistemática de material publicitario y de sitios de Internet con el fin de encontrar reclamos referentes a la superioridad de los implantes respecto a características implantarias específicas, y de la literatura de investigación dental para hallar un soporte científico para dichos reclamos. Medidas resultantes principales: Estimación crítica de la documentación de investigación con el fin de establecer la validez científica externa e interna, como base para la verosimilitud de los resultados terapéuticos descritos como función de las características implantarias. Resultados: Se han identificado más de 220 marcas comerciales, producidas por cerca de 80 fabricantes. Los implantes están fabricados con distintos materiales, se someten a diferentes tratamientos superficiales, y toman distintas formas, longitudes, anchuras y conformaciones. En teoría, el dentista puede elegir entre más de 2.000 implantes ante una situación concreta de tratamiento de un paciente. Los implantes fabricados con titanio y con aleación del mismo parecen funcionar bien clínicamente en el hueso preparado quirúrgicamente de forma adecuada, independientemente de las pequeñas variaciones de forma y conformaciones. Se están desarrollando actualmente diversos tratamientos superficiales para mejorar la capacidad de un anclaje más rápido del implante al hueso. Una cantidad sustancial de reclamos hechos por distintos fabricantes acerca de la presunta superioridad debida a características del diseño no se basan en una investigación clínica bien planteada y a largo plazo. En algunas partes del mundo, los implantes se fabrican y venden sin demostrar ningún cumplimiento de las normas internacionales. Conclusiones: La literatura científica no proporciona ninguna pauta clara acerca de los reclamos relativos a los beneficios derivados de las características morfológicas específicas de los implantes dentales. /nt J Prosthodont 2004, 17:607-641; reimpreso con autorización de//nt Dent J 2003;53:409-443. urante muchas décadas, los clínicos han intentado hacer réplicas de los dientes implantando materiales aloplásticos en el hueso. Sin embargo, la terapia implantológica con base científica emergió a finales de los setenta, tras los estudios D aProieeot, 05/0, Noruega. bProfesor, Berna, Suiza. cProfesor Troy, Minnesota. dProfesor, Rochester, Minnesota. g Profesor, Leuven, Bélgica. f'Profesor, Gothenburg, Suecia. innovadores, con resultados clínicos a 10 años, presentados por un grupo de investigación en Suecia 1,2 dirigido por el Dr. Per-Ingvar Branemark Sus estudios demostraron de forma concluyente que el titanio puro se integra en el tejido óseo si éste se prepara de modo cuidadoso durante la cirugía, y que un elemento transmucoso (pilar) unido al implante puede retener una prótesis intraoral con un resultado clínico predecible. Durante los años que han transcurrido desde estos descubrimientos, ha existido una proliferación de fabricantes que producen implantes que utilizan diversos biomateriales y tratamientos superficiales. Se les denomina implantes orales o dentales, aunque ambos términos, en la práctica, se consideran sinónimos. Los implantes dentales varían en cuanto a propiedades del material, dimensiones, geometrías y superficies, así como en la geometría de la interfa3,4 se , por lo que, en la actualidad, el dentista necesita seleccionar de entre más de 2.000 implantes y pilares denta- les diferentes ante una situación terapéutica específica. Ciertos fabricantes ofrecen, ellos solos, más de 100 implantes diferentes, de formas y materiales diversos. Otros fabricantes se centran en su material publicitario en las ventajas aparentemente significativas de las características de los implantes, pero sin un apoyo clínico relevante de los reclamos. Se deja al clínico aturdido con la pregunta de qué criterios debe utilizar para diferenciar entre la buena y la mala calidad. Implantes dentales, características Una técnica quirúrgica cuidadosa se asocia con fuerza con el éxito del resultado terapéutico, al menos al comienzo del período poscolocación, pero también deben considerarse importantes las propiedades específicas de los implantes. Además de la composición real del material, pueden ser relevantes dos características morfológicas, que son la geometría 2 del implante y la topografía superflcial . Material del implante En la actualidad, la mayoría de los implantes dentales están fabricados con titanio comercialmente puro (c.p.) o aleaciones de titanio. Un pequeño grupo de implantes están fabricados completamente, o bien recubiertos, con un complejo de fosfato cálcico, cuyo componente más común es la hidroxiapatita (HA). Otros implantes que se han comercializados previamente estaban compuestos por materiales como el óxido de aluminio, «bioqlass», «cristal» y «carbono vítreo», y en la actualidad han desaparecido, en mayor o menor medida. El titanio C.p. se produce con diversos grados de pureza, lo que es importante para otros usos comerciales, como en la fabricación de aeroplanos. Básicamente, el porcentaje máximo de oxígeno define el grado de pureza del titanio comercial, según una norma estadounidense (ASTM F67). El titanio c.p. de grado 1 tiene la mayor pureza, debido a su bajo contenido en oxígeno y hierro frente al titanio C.p. de grado 4, que tiene el máximo porcentaje de oxígeno y hierro. Los implantes se fabrican a partir de un amplio intervalo de distintos grados de titanio c.p. Por ejemplo, los implantes del sistema Bránernark® (Nobel Biocare, Suecia) están confeccionados con titanio C.p. de grado 1, mientras que los implantes ITI® (Straumann, Suiza) están fabricados con titanio C.p. de grado 4. Las aleaciones de titanio se diseñan con grados de ASTM que oscilan entre 5 y 29, Y varios fabricantes utilizan la aleación de titanio de grado 5, con frecuencia denominada Ti-6AI-4V, para los implantes dentales (p. ej., Sargon®, Sargon Enterprises, EE.UU.). En general, el titanio c.p. de grado 1 muestra la mayor resistencia a la corrosión y la menor resistencia, mientras que los de grado 4 (titanio) y 5 (aleación de titanio) presentan mayores límites de resistencia. Puesto que la resistencia a la corrosión depende casi enteramente del contenido de hierro, diversos fabricantes de implantes dentales (p. ej., Astra Tech, Suecia) emplean el titanio de grado 4, en el que el contenido de hierro se limita por debajo del máximo permitido en el grado 1. Las implicaciones directas de las diferencias relativamente pequeñas en las propiedades mecánicas y físicas sobre el rendimiento clínico en boca son inciertas; por ejemplo, la relación entre la resistencia a la tracción o de fatiga y la incidencia de complicaciones mecánicas 5 con el tiempo . Geometría del implante Los implantes dentales con forma radicular se han diseñado con cuerpos que presentan una amplia variedad de geometrías. Los implantes se clasificaban previamente como de tipo tornillo, cilindro o en cesto hueco. En la actualidad, el último grupo se considera obsoleto, y se ha ido perdiendo la distinción entre el tipo tornillo, es decir, con roscas, y el cilindro. Los términos implantes roscados y no roscados se utilizan con frecuencia como sinónimos de implantes de tornillo y cilindro. Ambos se fabrican con paredes rectas, convergentes, cónicas, ovoides o trapezoidales. Las variaciones en la forma de las roscas, aliviaderos complementarios, canales y escalones aumentan la complejidad de la caracterización de los implantes en función de su geometría. Incluso, existen implantes diseñados para expandir la parte apical tras la colocación en tejidos óseos preparados. Parece existir una tendencia hacia la fabricación de implantes con una morfología tridimensional que varíe a lo largo del eje vertical. La figura 1 ilustra la amplia variación en la geometría de los implantes con forma radicular. Además, algunos dentistas colocan implantes transmandibulares, en hoja o en marco, pero en escasa cantidad, y no se describirán en este trabajo. Los implantes subperiósticos y submucosos se consideran obsoletos, actualmente. Topografía superficial del implante Se están empleando diferentes métodos para modificar la topografía superficial de los implantes dentales. Se utiliza uno o varios de estos métodos para producir una superficie isotrópica (es decir, con asperezas superficiales que se distribuyen de forma aleatoria, de modo que la superficie es idéntica en todas las direcciones) o anisotrópica (es decir, superficie con un patrón direccional) (tabla 1). Se ha sugerido que los tratamientos superficiales mejoran la capacidad de anclaje al hueso. Se ha postulado, principalmente a partir de estudios en animales e histológicos, que esta ventaja puede verse en una fase de cicatrización ini6,7 cial, en comparación con una superficie torneada . Se ha demostrado que la predecibilidad de un resultado terapéutico aceptable es muy buena para los implantes 8,9 mecanizados con un proceso de torneado . También se ha publicado en distintas medidas el resultado clínico de otras modificaciones superficiales. La mayor parte de estudios sugieren una osteointegración predecible y más rápida de los implantes con distintos tratamientos superfi10,11 ciales, por ejemplo, sometidos a chorro , a grabado áci12,13 14 16 17 d0 , chorreados y grabados con ácido , , porosos , 18 19,20 oxidado y pulverizados con plasma de titanio Un estudio reciente también ha cuestionado si los diferentes Fig. 1 Variaciones en las características del diseño de los implantes en general (arriba) y, de arriba abajo, interfase entre pilar e implante, reborde del implante. tercios coranal, medio y apical del cuerpo (abajo). tratamientos superficiales, además de modificar la topografía de la superficie, quizá alteren, incluso, la composición química de dicha superficie, y por tanto sea necesario también tenerlos en cuenta como variable en los estudios 21 ciínicos . ¿Puede medirse la calidad de los implantes dentales? Según la Organización Internacional para la Estandarización (ISO), un implante dental es: «un dispositivo diseñado para su colocación quirúrgica dentro o sobre el hueso mandibular o maxilar, con el fin de proporcionar resistencia frente al desplazamiento de una prótesis dental» (ISO 1942-5). La definición correspondiente para un sistema de implantes dentales es: «componentes de los implantes dentales que están diseñados para encajar entre sí. Consta de las partes e instrumentos necesarios para completar la colocación del cuerpo implantario y de los componentes del pilar» (ISO 10451). Las definiciones engloban dos elementos que pueden, en teoría, asociarse con aspectos de la calidad. Si el proceso que permite que «un dispositivo diseñado para su colocación quirúrgica» sea adecuado y no se asocie con un alto riesgo de complicaciones para algunos sistemas implantarios, y no para otros, puede ser un indicador de calidad. Evidentemente, la simplicidad de la colocación no es, en sí misma, un criterio adecuado de calidad del implante, pero puede ser considerado dentro del contexto de las propiedades materiales y de otros criterios resultantes descritos. El segundo elemento es «proporcionar resistencia frente al desplazamiento». Como consecuencia del mismo, una documentación fiable de que, de hecho, éste es el caso para un implante dental o sistema implantario concreto es una característica de alta calidad. La definición de la ISO no alude a ningún requisito temporal. pero la mayor parte de los individuos probablemente estén de acuerdo en que la «resistencia al desplazamiento» debería durar un mínimo período de tiempo y, preferiblemente, tanto como fuera posible. De este modo, los resultados presentados que se han observado en ensayos clínicos que han durado un período amplio de tiempo, por ejemplo, durante más de 5 años, son una estimación directa de la calidad de un implante dental. Debe exigirse que la documentación de un rendimiento clínico aceptable esté constituida por datos obtenidos en un ensayo clínico con un diseño de investigación apropiado, y un nivel adecuado de validez externa e interna. También puede definirse la calidad de un implante dentalo sistema implantario por otra dimensión, que es el requisito de que el implante en sí mismo, o el proceso de fabricación, deban adaptarse a una norma nacional o internacional. Aunque varios países exigen que los productos cumplan con dichas normas con el fin de ser comercializados, esto no se aplica a todas las partes del mundo. Además, la conducta ética del fabricante es importante, la cual viene reflejada a través de un formato sincero y exacto de la documentación del producto, así como la forma de presentación de los productos para los usuarios, es decir, los dentistas. Evidencia científica y diseños de estudio necesarios Si se desea conseguir un rendimiento clínico adecuado de un implante, o si el objetivo es comparar el rendimiento de distintos productos, será diferente la selección de la documentación científica apropiada. Sin embargo, la validez de cualquier ensayo clínico depende de una elección adecuada de las variables resultantes y de la medición fiable de éstas, independientemente del diseño del estudio. Es tarea de los autores describir dichos detalles en sus trabajos con el fin de posibilitar al lector la comprensión del artículo, pero también, si existe deseo de hacerlo, de repetir el ensayo sin dudas de cómo se llevó a cabo. El rendimiento clínico adecuado de un implante puede ser puesto mejor de manifiesto en un ensayo longitudinal, ya sea prospectivo o retrospectivo. La validez externa de dichos ensayos se relaciona, en gran medida, con la pérdida de pacientes y la representatividad, los datos recogidos realmente, así como otras variables, como la experiencia del cirujano y las instalaciones clínicas. También se puede obtener una impresión del rendimiento clínico a partir de la presentación de series de casos. Sin embargo, existe un mayor riesgo de registro selectivo de los datos de tratamiento, así como un riesgo de asociaciones estadísticas falsas. Además, las variables que pueden originar, de forma potencial, confusión son más o menos difíciles de tener en cuenta, y esto puede distorsionar el re sultado terapéutico sin oportunidad de saber en qué medida. El tipo final de variante de estudio clínico, la presentación de casos, carece con frecuencia de muchos detalles, lo que hace difícil interpretar el rendimiento del implante en general. La documentación científica de superioridad de un producto frente a otro requiere un diseño de estudio más estricto. Esto se estima mejor empleando un diseño de ensayo aleatorio con grupo control (EAC). En un EAC, los participantes se asignan de forma aleatoria a distintas intervenciones. Una asignación aleatoria apropiada significa que todos los participantes en el ensayo tienen la misma oportunidad de ser asignados a cualquiera de los grupos, experimental o control. Una aleatorización llevada a cabo correctamente reduce al mínimo el sesgo sistemático de selección de pacientes, y puesto que los grupos serían idénticos, en teoría, independientemente de la intervención, cualquier diferencia en el resultado es atribuible únicamente a la intervención. Cuanto mayores son los grupos en estudio, puede tenerse más confianza de que es el efecto de la intervención lo que se refleja en los resultados terapéuticos, y no de algunas variables subyacentes de confusión que presenta el paciente. Debe destacarse que un trabajo basado en un EAC no se traduce de forma automática en un artículo de alta calidad. La apreciación crítica de la bibliografía de prótesis dental sugiere que apenas se presentan 22,23 EAC . Si no puede identificarse ningún EAC para comparar productos o características concretas de los implantes, los ensayos clínicos prospectivos con grupo control y, en menor medida, los ensayos clínicos que utilizan otros diseños de estudio, proporcionan algunas indicaciones de diferencias entre productos. Sin embargo, la posibilidad de conclusiones incorrectas aumenta con estos diseños de estudio menos rigurosos, debido al riesgo de sesgos y la influencia de variables de confusión. Los estudios que presentan el resultado terapéutico de una sola cohorte de pacientes, ya sea de forma prospectiva o retrospectiva, sin ningún grupo de comparación, no deben utilizarse como fundamento para comparar el rendimiento del producto. La razón es que ciertas variaciones entre las variables de estudio, como las instalaciones clínicas, la experiencia del clínico, las indicaciones terapéuticas, la selección y otras características sociodemográficas de los pacientes, etc, impiden cualquier comparación con sentido, ya que estas variaciones significativas pueden influir de forma consistente en el resultado. La extrapolación de los datos de estudios de laboratorio para publicitar reclamos potentes y la superioridad del producto no es válida para su generalización al gabinete clínico, ya que los datos de laboratorio o sus derivados, aunque sean estadísticamente significativos, pueden ser irrelevantes para los resultados reales sobre los pacientes, o incluso directamente erróneos en el entorno clínico, El objetivo de este artículo es presentar y discutir la evidencia científica disponible acerca del rendimiento clínico de diferentes sistemas de implantes dentales. El objetivo es ayudar a los clínicos a reconocer los implantes dentales de alta calidad, en función de esta evidencia. Material y métodos Información presentada por los fabricantes En primer lugar, registramos tantos fabricantes de implantes dentales y marcas como fue posible, mediante el examen de revistas dentales y folletos publicitarios, así como las listas de empresas que acuden a los encuentros principales de implantología y prótesis. Se limitaron los idiomas al inglés, alemán, escandinavo, español y francés. También valoramos con la misma finalidad los artículos de revistas dentales y los resúmenes de los encuentros. Posteriormente, identificamos los portales de Internet de los fabricantes. A continuación, valoramos dichos portales e imprimimos el material publicitario de los fabricantes con el fin de identificar los reclamos de superioridad del producto, en función de una o más características particulares de los implantes. También registramos si el fabricante anunciaba en su portalo en su material publicitario que el proceso de fabricación o el implante seguía cualquier norma internacional, por ejemplo, ISO, o si estaba certificado de acuerdo a dichas normas, por ejemplo, por un sello de notificación CE en Europa, o FDA en EE.UU. Contactamos con los fabricantes en varios casos en los que no se pudo identificar ningún estudio clínico de una marca concreta de implante, con una invitación para que proporcionaran esta información. Los reclamos de superioridad clínica debida a características morfológicas específicas pudieron clasificarse en siete grupos generales (tabla 2). Bibliografía científica Realizamos una búsqueda de forma sistemática en varias bases de datos electrónicas (Medline, Embase y el registro de especialistas del Grupo de Salud Oral Cochrane], con el fin de identificar ensayos clínicos con implantes dentales. También buscamos manualmente en diversas revistas implantológicas, en un intento de reducir la posibilidad de perder artículos relevantes. Asimismo, revisamos las bibliografías de los estudios y de los artículos de revisión relevantes. En octubre de 2003, una revisión por Medline incluyó 6.353 artículos indexados bajo el término «Implante dental». La búsqueda en Pubmed mediante una metodología de filtrado, para una búsqueda con mayor sensibilidad, identificó 574 artículos sobre terapia y 1.345 sobre pronóstico. El Registro de Ensayos con Grupo Control de Cochrane englobó 392 ensayos clínicos con grupo control. También se utilizó el registro nacional finlandés de implantes dentales, que incluye datos acerca de los implantes colocados y retirados en Finlandia desde 1994, como fuente para relacionar el rendimiento clínico con la marca del implante. Identificamos todos los implantes y sistemas implantarios que se han evaluado en los ensayos clínicos. En función del número de ensayos clínicos y la calidad de la metodología científica de los trabajos, definimos cuatro niveles de documentación clínica: A. Implante o sistema implantario con extensa documentación clínica, es decir, más de cuatro ensayos clínicos prospectivos y/o retrospectivos. B. Implante o sistema implantario con documentación clínica limitada, es decir, menos de cuatro ensayos, pero de buena calidad metodológica, es decir, un ensayo clínico aleatorio con grupo control, o uno prospectivo, ya sea multicéntrico o con muestras en estudio que consten de más de 50 pacientes o 200 implantes dentales. C. Implante o sistema implantario con documentación clínica publicada limitada y que no cumple los niveles A o B de documentación. D. Implante o sistema implantario sin documentación clínica publicada. La siguiente fase fue valorar de forma crítica los ensayos clínicos que describían una asociación entre el rendimiento clínico y las características específicas de los implantes dentales. A la vista del gran número de estudios clínicos, se ha diseñado relativamente pocos ensayos que evaluar de forma específica la influencia de las características específicas de los implantes (tabla 3)24.84 o del pilar (tabla 4)85.94 sobre el rendimiento clínico. Clasificamos los ensayos clínicos de acuerdo a la fortaleza metodológica del diseño del estudio. Se definieron cuatro categorías amplias: • Categoría Al, ensayo clínico con grupo control, con aleatorización de pacientes (EACl. • Categoría A2, ensayo clínico con grupo control, con aleatorización mediante boca partida (EAC con boca partida). • Categoría B, ensayo clínico (prospectivo) con grupo control, sin aleatorización (ECCl. • Categoría C, estudio clínico que emplea cualquier otro di- seño de estudio distinto a A o B (p. ej., cohortes con carácter retrospectivo, series de casos, casos-controles, etc.), Resultados Hasta octubre de 2003, hemos identificado cerca de 80 fabricantes de implantes dentales, que comercializaron poco más de 220 marcas distintas de implantes (tabla 5). Además, se registraron aproximadamente 60 marcas/fabricantes de implantes, que parecen haber desaparecido del mercado. Sin embargo, no debería descartarse que un pequeño número de ellas aún puedan obtenerse en diversas partes del mundo. Aproximadamente la mitad de los fabricantes informan en sus portales del grado en el que su empresa y sus productos se adhieren a una norma internacional, o están certificados (tabla 5). De ellas, se hace referencia de forma casi universal a la ISO 9001 y/o EN 46001. Es menos común la referencia a la directiva de dispositivos médicos de la Unión Europea 93/42/EEC, al sello de notificación CE, a otras normas ISO y EN, o a una licencia de comercialización de la FOA o referencia a la denominada FOA 51O(k). La mayor parte de las empresas que no presentan dicha información en su portal la han incluido en su material publicitario impreso, pero algunos fabricantes aún carecen de la información sobre esta cuestión (tabla 5). Sólo una minoría de los fabricantes de implantes dentales puede proporcionar una documentación clínica amplia de sus marcas de implantes para el paciente (código A en la tabla 5, n = 10). En contraste, 29 fabricantes comercializan implantes dentales sin ninguna documentación de investigación clínica (código D en tabla 5). En la tabla 6 se presenta una recopilación de los diferentes estudios de acuerdo a los diseños de estudio, y de las influencias posibles, documentadas o estimadas, sobre los resultados terapéuticos. Sólo se han incluido en esta revisión los estudios con menores niveles de fortaleza de evidencia científica, donde existe una carencia de estudios con mejores diseños. 1. Facilidad de colocación Resumen: No se han evaluado de forma sistemática en los ensayos clínicos las diferencias en la facilidad de colocación, en función de la morfología del implante. Dos variables resultantes descritas son el tiempo de intervención y la preferencia del cirujano. Un EAC de boca partida se centró en la influencia de la geometría, y sugirió un ligero efecto sobre la estabilidad primaria, aunque no puede evitarse un sesgo derivado del cirujano. No hay estudios con un foco específico en la influencia del material del implante o de la topografía superficial. Se han evaluado implantes con diferentes geometrías, materiales y topografías superficiales en dos EAC y un EAC con boca partida. Éstos presentan ligeras evidencias de que la marca del implante puede asociarse con el tiempo requerido oara la cirugía. Sin embargo, puesto que ninguno de los estudios presentaba ningún tipo de enmascaramiento, las referencias del investigador pueden haber influido tanto sobre los procedimientos reales del ensayo como sobre su presentación. Un ensayo clínico con grupo control que se centró en la influencia de la geometría también ha sugerido que los cambios en la geometría del implante pueen mejorar la facilidad de colocación, según el punto de . ista del cirujano. Sin embargo, el diseño del estudio no controla el posible sesgo de aquél en cuanto a la preferancia del implante. Estudios de categoría Al: ensayos aleatorios con grupo control Estudios en los que se confunden las influencias de la geometría del implante, los materiales y la topografía superficial sobre la variable resultante «facilidad: de colocación» Se ha medido que el tiempo para la colocación quirúrgica de implantes del sistema Bránemark® es de 65 minutos, y de 77 minutos para los implantes de tornillo hueco ITI® (p <0,05)29. Los autores propusieron que se necesitaba un tiempo extra con los implantes ITI® (n = 106), para seleccionar el capuchón de cicatrización adecuado y realizar una sutura de forma cuidadosa. El tiempo adicional necesario para la conexión del pilar en una segunda etapa quirúrgica en los implantes del sistema Bránemark® (n = 102) es de 42 minutos como media. Por otro lado, los autores señalaron que el tiempo necesario para los siguientes procedimientos protésicos y los controles posteriores favorecieron el sistema Bránernark®. De este modo, se sugirió que, en suma, el tiempo total acumulado que se necesita para un tratamiento completo no difirió entre los dos sistemas. 27 Ástrand y cols ,describieron el tiempo utilizado para la colocación quirúrgica de implantes Astra Tech Tioblast® (n = 184) Y de tipo Mkll del sistema Bránemark® (n = 184) en 66 pacientes. El tiempo quirúrgico no difirió, con 89 minutos en la mandíbula y 95 (Branemark) y 102 (Astra Tech) minutos para el maxilar. Se encontró que la inserción de los pilares en la segunda etapa quirúrgica llevaba más tiempo en los implantes del sistema Bránemark®, con 51 y 43 minutos frente a los 35 y 32 minutos de los implantes Astra, en maxilar y mandíbula, respectivamente (p <0,05). Estudios de categoría A2: diseño aleatorio de boca partida Influencia de la geometría del implante en la variable resultante« facilidad de colocación» 45 Froberg y cols compararon el comportamiento inicial del implante prototipo modificado MklV del sistema Bránernark® con el de implantes estándar en regiones con hueso de tipo 4, principalmente, en 44 pacientes. Los pacientes fueron tratados con implantes en 39 maxilares y 5 mandíbulas, y se realizó un seguimiento de 1 año. Los implantes MklV requirieron con mayor frecuencia de un mayor torque de inserción, y mostraron una mayor estabilidad primaria que la del implante de control. Esta diferencia de estabilidad se niveló con el tiempo; en la intervención con el pilar y en la visita al cabo de 1 año, la estabilidad fue similar. Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, los materiales V la topografía superficial sobre la variable resultante «facilidad de colocación» El tiempo promedio empleado para la colocación quirúrgica de implantes Astra Tech Tioblast® (n = 50) Y de tipo Mkll del sistema Bránernark® (n = 45) en 18 pacientes no difirió entre los dos sistemas en cuanto a la cirugía irnplantológica, y fue de 24 minutos®. Se ha descrito que la conexión del pilar era más rápida en los implantes Astra Tech (15 frente a 20 minutos). Los autores experimentaron diferencias en la obtención de un ajuste clínicamente aceptable entre el pilar Astra Tech y la superestructura, y este hecho se atribuyó a la forma cónica del pilar y a la complicación para obtener un alineamiento perfecto. Estudios de categoría B: ensayos clínicos con grupo control Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante "facilidad de colocación» 54 Friberg y cols. compararon la simplificación de la técnica quirúrgica de colocación mediante modificaciones de la geometría del tornillo. Se compararon implantes autorroscantes (Mkll) del sistema Branemark® y de tipo estándar (n = 179). Los autores habían intentado llevar a cabo el estudio como un EAC prospectivo de boca partida, pero éste se abandonó a medida que el estudio progresó. La nueva geometría del implante no tuvo un éxito total, por el hecho de que se encontraron ciertos problemas durante la inserción quirúrgica. Por todo ello, se modificó la geometría del implante y se evaluó en un ensayo posterior con 563 implantes en 103 pacientes. Después de haberse modificado el equipamiento accionado por electricidad empleado para la colocación del implante, se obtuvo una 55 56 ligera mejoría con la nueva geometría del implante . . 2. Osteointegración Resumen: Existen muy pocos estudios comparativos que describan la predecibilidad o la tasa de osteointegración en función de la influencia aislada de la geometría (es decir, siendo idénticos el material y el tratamiento superficial), debido a la influencia del material (es decir, siendo idénticos el tratamiento superficial y la geometría), o debido a la influencia del tratamiento de la superficie (es decir, siendo idénticos el material y la geometría). Los pocos estudios que se han llevado a cabo tienen períodos de observación relativamente cortos. La influencia de la geometría se abordó en un EAC y en un EAC de boca partida, pero no se encontró ninguna influencia sobre su rendimiento. Se ha evaluado la influencia del material en dos EAC, que señalan diferencias menores o presentan datos ambiguos. Se ha abordado la influencia de la topografía superficial en un EAC y tres EAC de boca partida, que sugieren unos resultados ligeramente mejores con algunas formas de implantes tratados en su superficie, en comparación con las torneadas. Se han evaluado implantes con distintas geometrías, materiales y topografías superficiales en seis EAC y tres EAC de boca partida. Estos estudios no pudieron demostrar claras diferencias entre distintas marcas de implantes en cuanto a la osteointegración. Esto también fue corroborado en tres ensayos ECC. Sin embargo, puesto que no hubo ningún enmascaramiento en estos últimos estudios, las preferencias del investigador pueden haber influido tanto en el proceso real del ensayo como en su descripción. Finalmente, un grupo heterogéneo de estudios clínicos que empleaban diferentes estrategias para aclarar una relación entre la morfología del implante y el fracaso en la osteointegración presentan conclusiones contradictorias, tal como se esperaba en virtud del aumento de probabilidad de asociaciones estadísticas falsas que se encontraron en estudios clínicos con diseños metodológicos débiles. Un elemento positivo de estos estudios es la frecuencia de grandes muestras de pacientes y/o de largos períodos de observación, aunque debería reconocerse el riesgo de diversas formas de sesgos que se introducen en los resultados. Estudios de categoría Al: ensayos aleatorios con grupo control Influencia de la geometría del implante en la variable resultante «osteointeqrecién» Se colocaron pares de implantes cilíndricos IMZ® con recubrimiento de plasma de titanio pulverizado o de tipo tornillo macizo ITI® también recubierto de plasma de titanio en la mandíbula de 40 pacientes con reabsorción moderada del hueso y se confeccionaron después de 3 meses sobredentaduras retenidas por retenedores de barra y clip. Se han 32 31 presentado resultados después de 1 y 2 años .Sólo se perdió un implante IMZ®, lo que impide cualquier inferencia significativa acerca de la comparabilidad. Se asume que los recubrimientos de los implantes son idénticos, pero es dudosa la veracidad de ello. Además, la confusión con otras variables clínicas hace difícil conseguir cualquier inferencia fuerte sobre la (falta de) influencia de la geometría del implante en la osteointegración. Influencia del material del implante en la variable resultante «oeteointeorscion» 36 Mau y cols compararon los implantes IMZ® con recubrimiento de hidroxiapatita (HA) o de llama de plasma de titanio (TPF) durante 3 a 7 años. El TPF puede considerarse sinónimo del aerosol o pulverizado de plasma de titanio, TPS. La muestra en estudio constaba inicialmente de 313 pacientes con mandíbulas parcialmente desdentadas que se trataron en cinco centros clínicos alemanes. Debido a los abandonos iniciales, los fracasos implantarios, las transgresiones del protocolo o la falta de cumplimiento del paciente, el estudio describió los resultados de 89 pacientes asignados para la colocación de HA y 100 pacientes en los que se colocaron implantes con TPF. Se colocó un implante en cada paciente que sostenía un puente fijo combinado, con apoyo dentario e implantario. Los criterios resultantes empleados fueron la pérdida de implantes, la pérdida significativa de hueso, los valores de Periotest y la movilidad manual del diente o del implante. Los investigadores utilizaron la prueba multivariable de rangos logarítmicos sobre los datos de supervivencia. Además, se llevaron a cabo análisis por separado para los participantes que se desviaron del tratamiento asignado de acuerdo al principio de intención de tratamiento, así como análisis de sensibilidad que empleaban el escenario del mejor y del peor caso en estos pacientes. No se advirtieron diferencias entre las dos superficies en cuanto a la osteointegración, ni con ninguno de los otros criterios resultantes abordados en este ensayo. 34 Jones y cols compararon los implantes cilíndricos pulverizados con plasma de titanio (Stemqold-Implaned®) con y sin recubrimientos adicionales de hidroxiapatita. El estudio se realizó con 65 pacientes en los que se colocaron 352 implantes en diferentes localizaciones intraorales, con el fin de retener una serie de coronas unitarias, sobredentaduras y puentes fijos. Los autores sugirieron que los implantes recubiertos de hidroxiapatita permitían una mejor osteointegración inicial, pero un artículo posterior no describió diferencias entre los dos sistemas implantarios tras 5 35 años de observación . Este trabajo fue difícil de valorar desde un punto de vista crítico, ya que parecían existir diversas variables de confusión con influencia sobre el resultado, falta de descripción de los detalles del estudio y no se describió ninguna otra variable resultante junto a la «perdida de implantes». Por todo ello, puede cuestionarse tanto la validez interna como la externa de este estudio. Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante «osteointeqtecion» 37 Rocci y cols. compararon durante 1 año los implantes TiUnite (n = 66) y torneados del sistema Bránemark® en 44 pacientes, tras la aplicación de carga inmediata de los puentes parciales fijos. Todos los puentes fijos de dos y cuatro unidades se conectaron en el día de la inserción del implante. Las tasas de éxito acumulado fueron de185% en los torneados (8 fracasaron) y del 97% para los TiUnite (3 fracasaron) después de 1 año de carga protésica en la parte posterior de la mandíbula. Los autores atribuyeron las tasas de fracaso relativamente altas al hábito de fumar ya las localizaciones con mal estado del hueso (calidad 4). Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, los materiales V la topografía superficial sobre la variable resultante «osteointeqrecion» 28 Meijer y cols. presentaron datos de 5 años de seguimiento procedentes de pacientes desdentados en los que se colocó una sobredentadura inferior retenida por dos implantes IMZ® (29 pacientes) o dos del sistema Bránemark (n = 32). Se perdieron cuatro implantes en el grupo IMZ® (93% de supervivencia), mientras que para los implantes del sistema Bránemark® la tasa de supervivencia fue del 86% (9 implantes perdidos). La diferencia se presentaba como no estadísticamente significativa. 16 30 Tawse-Smith y COIS. . compararon los implantes Southern y Steri-Oss. Dichos implantes se cargaron de forma 16 30 inmediata después de 12 semanas , o tras 6 y 12 sernanas , cuando se proporcionaba una sobredentadura inferior al paciente. No se advirtieron diferencias en el primer estudio, que 16 incluyó 24 pacientes . En el segundo estudio, se asignaron 48 pacientes a cuatro grupos de 12 pacientes, en cada uno de los cuales se colocaron dos implantes después de 6 y 12 semanas. Se puso de manifiesto un mejor rendimiento tras la osteointegración con los implantes Southern en comparación con los Sten-Oss, de los cuales no pudieron osteointegrarse ocho. Siete de estos se habían cargado después de 6 semanas, permanecieron un tiempo medio menor que los otros implantes de este estudio, y habían sido colocados por uno de los tres cirujanos que participaron en el estudio. De este modo, no está claro si la falta de osteointegración de estos implantes Steri-Oss pudo ser meramente coincidente, si depende de diferencias en la rugosidad, longitud o geometría del implante, o por el hecho de que el mismo cirujano los había colocado todos. 29 compararon implantes del sistema Moberg y cols. Bránemark® (n = 102) Y de tornillo hueco ITI® (n = 106) colocados en la mandíbula en 40 pacientes desdentados. Se colocaron en cada paciente cuatro, cinco o seis implantes para retener un puente fijo. Sólo fracasó la osteointegración de un implante (sistema Bránernark®), por lo que no se demostró ninguna diferencia desde un punto de vista estadístico. 26 Ánstrand y cols evaluaron al cabo de 1 año los implantes Mkll del sistema Bránernark® (n =187) con los Astra Tech Tioblast® (n = 184) en diferentes regiones intraorales, en 66 pacientes. Falló la osteointegración en ocho implantes del sistema Bránemark® y en uno Astra Tech, lo que constituye una diferencia estadísticamente significativa a nivel de implantes (p <0,05). Cinco de los implantes del sistema Bránemark® cuya osteointegración fracasó se encontraban en un paciente, por lo que no se advirtió ninguna diferencia al utilizar al paciente como unidad para la comparación estadística. Se evaluaron en tres grupos de 30 pacientes con amplia pérdida de hueso mandibular pares de implantes de tornillo hueco de tipo ITI®, del sistema Bránernark® y de tipo IMZ®24. Durante el período de cicatrización posquirúrgica, fracasó la osteointegración de 1/60 implantes del sistema Bránernark® y 1/60 implantes de tipo IMZ®. Las tasas elevadas de éxito clínico en relación con una muestra de estudio relativamente pequeña impiden cualquier inferencia con sentido respecto a la significación estadística. 27 Kemppainen y cols evaluaron implantes unitarios de Astra Tech (n = 46) o de tipo tornillo hueco o cilindro hueco de ITI® (n = 56) en diferentes regiones intraorales de 82 pacientes. Sólo un implante no se osteointegró (Astra Tech), por lo que no se puso de manifiesto ninguna diferencia estadística. Estudios de categoría A2: diseño aleatorio de boca partida Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «osteointeqrecion» 45 Friberg y cols. compararon el comportamiento inicial de un prototipo modificado del implante MklV del sistema Bránernark'" con el de un implante estándar en regiones que poseen hueso de tipo 4, principalmente, en 44 pacientes. Se realizó el seguimiento de los pacientes hasta 1 año, y la tasa acumulada de éxito al cabo de 1 año fue del 93% par-a el MklV frente al 88% de los implantes convencionales (sin diferencias estadísticamente significativas). Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante «osteointeorecián» 48 Khang y cols. presentaron los resultados de unos implantes torneados (n = 185) Y grabados con ácido (n = 247) de la misma geometría fabricados por 3i, y colocados en 97 pacientes total o parcialmente desdentados por diversos cirujanos en dos clínicas. Los criterios de éxito fueron la ausencia de una imagen radiolúcida periimplantaria, movilidad, y de signos o síntomas persistentes de dolor o infección. La longitud y diámetro de los implantes varió, así como la proporción de implantes en los sectores anteriores y posteriores del maxilar y la mandíbula. Por ello, se analizaron las estadísticas de supervivencia con estimaciones generales de modelado, es decir, con análisis multivariables. Se identificó la superficie del implante como un factor significativo para el desarrollo de la osteointegración. De los 432 implantes iniciales se osteointegró una mayor proporción de los implantes grabados frente a los torneados (95 frente al 87%). La diferencia se mantuvo durante todo el período de observación tras la carga de los implantes. Se describen varios detalles sorprendentes. Uno de ellos es que el tiempo entre la colocación quirúrgica y la carga tuvo un promedio de 12,7 meses. Además, los descriptores temporales de las diversas fases del ensayo no se suman correctamente. En último lugar, a pesar de la asignación aleatoria del implante que se describe, se advirtieron marcadas asimetrías de la localización intraoral. No se proporcionaron detalles acerca de cómo se llevaron a cabo las ecuaciones generales de estimación y los análisis de Kaplan-Meier, ni se describió el abandono de pacientes ni la proporción de datos censados. Por todo ello, la descripción inadecuada arroja dudas sobre la validez general de este estudio. 14 Roccuzzo y cols. evaluaron en un estudio con doble enmascaramiento los resultados de unos implantes ITI® sometidos a chorreado y grabado ácido (SLA) (n = 68) y de aerosol de plasma de titanio (TPS) (n = 68) de la misma geometría. Se colocaron los implantes en las regiones posteriores de la mandíbula. No se describió ninguna pérdida de implantes durante la etapa de cicatrización y durante el seguimiento de 1 año. De este modo, parecía que las dos superficies eran comparables al abordar la osteointegración inicial, al menos para esta geometría implantaria, durante un período corto de tiempo. Debería señalarse que, en este ensayo, los implantes SLA fueron car- gados al cabo de 43 días de la cirugía, mientras que los implantes TPS se cargaron tras 86 días. 47 Karlsson y cols. evaluaron, en un estudio clínico multicéntrico, unos implantes Astra Tech torneados frente a los chorreados con Ti02. Se colocó en 50 pacientes un mínimo de un implante torneado y uno chorreado con Ti02 con el fin de sostener puentes fijos en diversas localizaciones de ambas arcadas. Sólo 2 de los 129 de los implantes colocados en un principio, ambos de tipo torneado, fracasaron en su osteointegración. De este modo, no pudo demostrarse ninguna diferencia con respecto a la osteointegración inicial. Sin embargo, relacionar las tasas muy elevadas de éxito clínico ante una muestra en estudio relativamente pequeña impide sacar conclusiones generalizadas con sentido. Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, materiales y topografía superficial sobre la variable resultante «osteointeqrecum» 38 Ástrand y cols. compararon el resultado de ajustar unos puentes parciales fijos en la arcada superior de 28 pacientes, que estaban soportados en uno de los lados por implantes de tipo ITI® y en el otro por implantes del sistema Bránernark®. El período de cicatrización fue de 6 meses para ambos sistemas, con el fin de permitir una técnica quirúrgica en una o en dos etapas, y el período de observación se alargó hasta 1 año después de la carga. No se advirtió ninguna diferencia significativa en la tasa de supervivencia, al perderse dos implantes del sistema Bránernark® (en un paciente) y uno de tipo ITI®. .44 Van Steenberghe y cols compararon implantes Astra Tech Tioblasr" (n = 50) Y Mkll del sistema Bránernark® (n = 45) en 18 pacientes. Se describió la pérdida de un implante (sistema Bránemark®), debido, presumiblemente, a la falta de osteointegración. Las tasas de éxito clínico muy altas en comparación con una muestra en estudio relativamente pequeña impiden cualquier inferencia con sentido respecto a la significación estadística. Un grupo de investigadores incluyó en su estudio cerca de 3.000 implantes de tornillo, de cilindro recto y acanalado, y de cilindro hueco, fabricados con titanio puro y aleaciones de titanio, con y sin recubrimiento de HA. El patrocinador de este estudio había fabricado todos los implantes (Spectra-Vent). Se asignaron pares de implantes diferentes según un modelo de boca partida, y se estratificaron mediante diferentes localizaciones intraorales. Junto a la complejidad del diseño del estudio están las dificultades en la interpretación de los hallazgos a largo plazo, ya que los resultados no se presentan según la estratificación y plan de asignación originales de los implantes. Finalmente, la cantidad descrita de implantes colocados varía en las diferentes presentaciones del estudio, por ejemplo, n = 1,56541, n = 2,91042 Y n = 2,64143. A pesar de las abundantes cuestiones metodológicas que pueden alegarse, un denominador común de las diversas presentaciones de este material de estudio es que los implantes del sistema Spectra, los recubiertos de HA y los de titanio eran comparables en cuanto a la osteointegración. Estudios de categoría B: ensayos clínicos con grupo control Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material y la topografía superficial sobre la variable resultante «osteointeqreción» 50 Chiapasco y Gatti evaluaron 328 implantes colocados en la zona situada entre los agujeros mentonianos de mandíbulas desdentadas, y se cargaron de forma inmediata con una sobredentadura de soporte implantario. Se emplearon cuatro sistemas de implantes, Ha-Tr® (n = 164). ITI® (n = 84). Y 40 implantes de tipo Bránernark Conical® y Frialoc. Se colocaron cuatro implantes por paciente. Los criterios de fracaso fueron la presencia de movilidad clínica, una imagen radiolúcida periimplantaria, dolor y reabsorción de hueso periimplantario de menos de 0,2 mm tras el primer año de carga protésica. Las tasas de éxito después de 3 años fueron del 98% para los Ha-Ti® y del 95% para los otros tres sistemas. Sólo se dispuso de las estimaciones de supervivencia al cabo de 8 años para Ha-Ti® (89%) e ITI® (90%). es decir, no se advirtieron diferencias entre los sistemas. 51 Pinholt comparó los implantes de tipo ITI® y del sistema Branemark® colocados en maxilares con atrofia grave, en los que se realizó un aumento, pertenecientes a 25 pacientes. Se colocaron 78 implantes Bránemark® y 80 SLA de ITI® en el hueso aumentado, y se realizó el seguimiento de los pacientes entre los 20 y los 67 meses tras la implantación. Las tasas de supervivencia fueron del 81% para las fijaciones de tipo Bránernark® (15 pérdidas) y del 98% para las de tipo ITI® (2 pérdidas). aunque el autor no describió en qué momento se calculó esta estimación de la supervivencia. Los resultados de esta evaluación demuestran que los implantes de tipo ITI® con superficie tratada mediante chorro de arena de grano grueso y grabado ácido presentaban una tasa de supervivencia significativa mente superior que los implantes torneados de tipo Bránernark® en el hueso maxilar con injerto autógeno. 49 Becker y cols. compararon en un ensayo multicéntrico los implantes de aerosol de plasma de titanio (SPT) de ITI® y del sistema Bránernark'", Tres centros diferentes trataron, respectivamente, 29 pacientes mediante sus propias técnicas quirúrgicas, es decir, una etapa quirúrgica para los implantes ITI® (n = 78). Y protocolos de una (n = 80) Y de dos etapas (n = 78) para los implantes del sistema Bránernark® . Fracasó la osteointegración en dos implantes ITI®, tres del sistema Bránernark® en dos etapas y dos del sistema Bránemark® en una etapa. El diseño del estudio, con tres muestras distintas de pacientes, y la baja incidencia de fracaso en la osteointegración respecto a una muestra en estudio relativamente pequeña impiden cualquier inferencia con sentido respecto a la significación estadística. Estudios de categoría C: estudios clínicos con otros diseños Muchos de los estudios de esta categoría no presentan detalles suficientes para establecer si las cifras representan un fracaso para desarrollar la osteointegración (es decir, un fracaso temprano) o una osteointegración ya esta blecida que fracasó posteriormente (es decir, fracaso tardío). La última categoría incluye presentaciones que utilizan criterios tales como los «implantes extoliados», «movilidad del implante», «pérdida del implante», «retirada del implante», etc, que sólo puede presumirse que indica la pérdida progresiva de la osteointegración. Influencia de la geometría implantaria sobre la variable resultante «osteointeqrecián» 81 Wheeler describió los resultados del empleo de los 802 implantes del sistema Frialit®-2 en un gabinete privado. Se han empleado tanto las formas roscadas como las de ajuste por presión con tasas de supervivencia comparables (95 frente aI97%). El autor señaló que su experiencia fue que no se debería utilizar el empleo de implantes cilíndricos escalonados Frialit®-2 en situaciones de extracción inmediata. 8o Romeo y cols. compararon los implantes de tornillo hueco y de tornillo macizo fabricados por ITI® (n= 178) colocados en 109 pacientes parcialmente desdentados. Un estudio retrospectivo basado en tiempos de observación de entre 1 y 7 años indicó que el tornillo hueco y el macizo mostraban tasa de éxito bastante similares (95 frente al 93% después de 5 años). Esto corrobora los hallazgos iniciales descritos por Buser y 19 Estos últimos autores también describieron un cols rendimiento significativa mente mejor para los implantes de tornillo (n:= 1.780) frente a los cilindros (huecos) (n = 336) (96 frente al 91 % al cabo de 7 años). Esta conclusión se basaba en un estudio multicéntrico, con tiempos de observación entre 1 y 8 años, de 2.359 implantes colocados en 1.003 pacientes. El fabricante cesó la producción de tornillos huecos ITI® en 1997, no debido a ningún resultado dramático desde un punto de vista clínico, sino debido a la estimación del riesgo que tuvo en cuenta la incapacidad de acceso al tratamiento en caso de infección en el hueso por dentro del implante. Los implantes del sistema Bránernark® han tenido, desde su introducción, geometrías ligeramente diferentes. Los investigadores de Leuven, Bélgica, han publicado varios artículos para describir sus experiencias clínicas mediante el uso de los diferentes implantes y asociaciones respecto a 74,78 Los primeros estudios diferentes resultados clinicos indicaban mejores resultados al utilizar implantes autorroscantes frente a los tipos más antiguos. Se obtuvieron resultados inferiores con un implante de tipo cónico introducido por Nobelpharma en 1987, que se descartó unos años después debido a su escaso rendimiento clínico. Los trabajos recientes, que incluyen una acumulación de muestras de pacientes de los primeros artículos, no describen diferencias en el rendimiento como consecuencia de la influencia de las diferentes 74·77 geometrías de los implantes del sistema Branemark® . Influencias del material del implante sobre la variable resultante «osteointecrecioti» Chuang y cols." llevaron a cabo un análisis retrospectivo de 2.349 implantes en 677 pacientes, con el fin de identificar factores de riesgo asociados con los fracasos de los implantes Bicon. Se utilizó un modelo de regresión multivariable ajustado que tenía en cuenta un efecto de acumulación de los fracasos de implantes dentro del mismo sujeto. Los fracasos implantarios no se asociaron con el recubrimiento (HA, TPS o torneado). 83 Weyanty Burt presentaron las probabilidades de supervivencia de 2.098 implantes colocados en 598 pacientes en múltiples clínicas dentales de veteranos de EE.UU. Los análisis estadísticos de modelado no identificaron diferencias acerca de la osteointegración entre los implantes recubiertos de HA y los de titanio. El estudio no mencionó qué marcas de implantes se habían utilizado, lo que hizo difícil generalizar los resultados respecto a productos comerciales. Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante «osteointecrecion» La complejidad de la relación entre el tratamiento superficial de implantes dentales y el rendimiento clínico a largo plazo se señala en un artículo de una serie de casos presentados 84 por Davarpanah y cols. Se colocaron implantes torneados autorroscantes (n:= 419), ICE (n:= 619) y Osseotite® (n = 545) en pacientes de 13 centros europeos durante un período de 1 a 5 años. Todos los implantes están fabricados por 3i y representan tres «generaciones» de productos implantarios, es decir, según las diferentes geometrías y tratamientos superficiales. El artículo describe que, en varios casos, estaban mezclados los tipos de implantes en el mismo paciente, lo que sugiere una intención por comparar el rendimiento según un planteamiento de boca partida. En la sección de resultados del artículo, se describieron las tasas de resultados según cada una de las arcadas, sectores anterior y posterior, así como el diámetro y la longitud de los implantes. Un detalle sospechoso es que no se presentaron las tasas de éxito en función de los diferentes tratamientos de la superficie de los implantes, ni se abordaron en la sección de discusión del artículo. Además, el mismo grupo de autores había publicado un artículo previo que se citó en el texto, en el que se comparaban los implantes de primera y de segunda generación (supervivencia 95 del 92 frente al 94%, después de 3 años) . Aunque no está claro si el segundo artículo engloba la muestra de estudio de 3 años, se puede deducir que no se consiguió una mejoría significativa del éxito del tratamiento con la «generación» más nueva de diseño implantario. Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, los materiales y la topografía superficial sobre la variable resultante «osteointeqtscián» En Finlandia, se inició un registro nacional de implantes dentales en 1994, que era administrado por la Agencia Nacional de Medicamentos. Se han registrado los datos recogidos de forma sistemática acerca del número de implantes colocados y retirados en el período comprendido 96 entre 1994 y 2000 . La agencia señala un cumplimiento bastante alto de la notificación, que se ha verificado-a partir de comparaciones con las cifras de ventas descritas por fabricantes e importadores de implantes dentales en Finlandia. Durante el período, se han registrado 43.533 implantes colocados y 808 retirados (fracaso del 1,9%). Tres marcas existentes de implantes tuvieron una proporción mayor de retiradas que la media (sistema Bránernark® con 324/8.075 = 4%, IMZ® con 63/1.812 = 3,5%, Y Frialit® con 239/1.533 = 2,5%). Las marcas de implantes con una tasa de retirada inferior a la media fueron ITI® (199/17.270 = 1,2%), Astra Tech (77/7 .289 = 1,1%) Y 3i (11/1.229 = 0,9%). Puede debatirse la validez de emplear estos datos como indicadores de la estimación del rendimiento clínico de los diferentes implantes. Si los dentistas de Finlandia notifican un número inferior de fracasos implantarios al real, estos datos pueden estar sobreestimando el éxito. También puede argumentarse que los datos pueden estar infravalorando el éxito del tratamiento implantario, si tiene lugar una actualización principalmente retrospectiva de los sucesos negativos, es decir, los dentistas no se molestan en presentar los éxitos terapéuticos, sino que sólo notifican cuando puede producirse un fracaso. 67 Valentino y Abansur compararon los implantes cilíndricos recubiertos de aerosol de plasma de titanio IMZ® (n = 133) Y del sistema Branemark®, colocados en senos en los que se ha injertado un aloinjerto de hueso desmineralizado liofilizado (AHDL) o de hueso bovino inorgánico en solitario. Las tasas de éxito fueron similares para los dos tipos de implantes en los senos injertados con hueso inorgánico después de, aproximadamente, 7 años. Se evaluaron dos tratamientos superficiales diferentes de implantes ZL-Duraplant en 137 pacientes, en un ensayo que 18,61 abarcó de 2 a 6 años . Se utilizaron dos geometrías implantarias, lo que dio lugar a grupos de estudio que consistían en cilindros con tratamiento superficial (n = 30), Y tornillos con (n = 339) Y sin tratamiento de superficie (n = 58). El tratamiento superficial es electroquímico y reconocido bajo el nombre comercial de «Ticer®». Se definió el «fracaso» como la extracción de un implante. En un principio se advirtió un rendimiento similar, pero los cilindros mostraron peores resultados que los tornillos después de 1 año, aproximadamente. Además, los tornillos con superficie tratada funcionaron mejor que los no tratados, en cuanto a la estadística de supervivencia (p <0,05). La ausencia de detalles impide los cálculos exactos de las tasas iniciales de osteointegración, así como del éxito del resultado terapéutico a más largo plazo. 64 Noack y cols describieron el éxito de implantes osteointegrados de los sistemas Branemark®, Frialit®-l (Tübingen lrnplant), Frialit®-2 e IMZ®, así como de implantes de hoja Linkow. Las menores tasas de pérdida se observaron con los implantes situados en los espacios intermedios y de extensión distal, así como en sustituciones unitarias, con los implantes IMZ®, Frialit®-2 y del sistema Bránemark®.En las arcadas desdentadas, los implantes IMZ® y del sistema Bránemark ® tuvieron las menores tasas de fracaso. 65 Scurria y cols. presentaron los datos retrospectivos de una muestra acumulada de pacientes de diversos centros, que consistía en 384 implantes colocados en 99 pacientes, La mayor parte de los implantes eran del sistema Bránernark® (80%), mientras que el resto eran de tipo IMZ®. Las pruebas uni y multivariables de rangos logarítmicos y de Wilcoxon, referentes a los datos de supervivencia, no señalaron ninguna diferencia entre los tipos de implantes. Sin embargo, la heterogeneidad del material de estudio y el pequeño tamaño de una de las muestras sugiere que sería difícil de detectar, a menos que existieran efectos muy variables. 58 Gómez-Román y cols. describieron los resultados tras el tratamiento de 159 pacientes con una sobredentadura inferior retenida por implantes, y situada entre los agujeros mentonianos. Se habían utilizado durante un período de 10 años tres sistemas de implantes, IMZ® (n = 168), ITI® Bonefit (n = 150) e ITI® TPS (n = 109). En general, la pérdida de implantes fue muy baja (n = 8 en 5 pacientes), con un resultado ligeramente peor en los implantes TPS, al compararse con los otros dos sistemas observados durante los 10 años. 59 6o Ellegaard y cols. , evaluaron de forma retrospectiva los implantes de tornillo Astra Tech Tioblast® (n = 31) Y de tornillo hueco ITI® (n = 93) en 19 y en 56 pacientes, respectivamente. El objetivo del estudio era evaluar los implantes colocados tras un levantamiento de la membrana del seno en comparación con los que no necesitaban ninguna cirugía adicional en pacientes con compromiso periodontal. Aunque los autores señalan que no era la intención comparar los dos sistemas, la mayor parte de la sección de resultados del artículo, así como la de estadística, se centran realmente en este aspecto. La estadística univariable de supervivencia no señala diferencias entre los sistemas respecto a la mayoría de variables evaluadas, es decir, pérdida de implantes, pérdida ósea, profundidad de sondaje, sangrado al sondaje y depósitos de placa. Esto no es sorprendente, al tener en cuenta el pequeño tamaño de las muestras. La confusión adicional derivada de las diferencias en la selección de los pacientes, las curvas de aprendizaje del tratamiento, las diferencias en la longitud y localización intraoral de los implantes, etc., invalida tanto el uso de la estadística, como cualquier conclusión derivada de este estudio acerca de la comparación de dichos sistemas de implantes. 66 Spiekerman y cols presentaron un estudio con implantes ITI® recubiertos de aerosol de plasma de titanio (n = 36) Y con implantes IMZ® (n = 264), con tres geometrías diferentes, de los cuales se realizó seguimiento de entre 6 meses y 11 años. Debido al diseño retrospectivo del estudio, a los cambios de los cirujanos y a las curvas variables de aprendizaje, así como al abandono de los pacientes y a la colocación selectiva de los implantes en función de la situación inicial del tratamiento, se puede cuestionar la fiabilidad de hacer cualquier comparación, Además, ha cambiado la geometría de los implantes desde que dicho estudio se llevó a cabo, y en la actualidad sólo queda disponible uno de ellos (IMZ®, 3,3 mm). 57 De Bruyn y cols describieron el rendimiento de los implantes colocados por el autor en un gabinete privado. En primer lugar, los autores emplearon implantes Screw Vent® y Swede Vent® (Core Vent Company), de los cuales colocaron 85 y 11 implantes en 31 pacientes, antes de cambiar a implantes del sistema Bránemark® (n = 107) en 25 pacientes. Este artículo describe realmente dos series separadas de casos, y aunque los autores comparan los resultados de los dos sistemas, factores como la selección de los pacientes, la curva de aprendizaje del tratamiento, las diferencias en la longitud de los implantes y en la localización intraoral, etc., impiden cualquier conclusión con sentido. Además, la presentación incompleta respecto al cumplimiento y abandono de los pacientes, la diferente duración de los períodos de observación, los pequeños tamaños muestrales y la falta de análisis estadísticos invalidan muchas de las conclusiones de los autores acerca de la comparación entre los implantes. Finalmente, el implante Screw Vent®, que en la actualidad es fabricado por Centerpulse, tiene otra geometría respecto al utilizado en este estudio clínico. 97 Un artículo de d´Hoedt y Schulte presentó los resultados del seguimiento de cinco sistemas implantarios, aunque el artículo tiene un valor limitado en la actualidad. La mayor parte de los implantes evaluados ya no se fabrican (Frialit Tübingen® e ITI® tipos E, K y H), y los otros implantes son generaciones antiguas de otros tipos modernos (IMZ®, ITI® TPS, y sistema Bránemark®), con un tiempo de seguimiento relativamente corto. Además, el trabajo carece de detalles acerca de los patrones de fracaso observados, y no presenta una documentación amplia del rendimiento clínico de lo cinco sistemas implantarios, sino que, en vez de ello, se centra en destacar el rendimiento de uno de los sistemas implantarios. 3. Estética Resumen: Sólo un EAC y un EAC de boca partida han incluido esta variable resultante como parte de su trabajo. Ambos estudios concluyeron que la variable estética no se asocia con el sistema de implantes ni con el material del pilar. Estudios de categoría Al: ensayos clínicos aleatorios con grupo control Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material V la topografía superficial sobre la variable resultante «estética» Se emplearon pilares Astra para los implantes Astra Tech (n = 46), así como pilares macizos ITI® estándar y pilares ITI® Octa con implantes ITI® (n = 56), con el fin de retener coronas 27 unitarias en 82 pacientes . No se advirtieron diferencias en cuanto a la satisfacción del paciente con la estética, después de 1 año de observación. Estudios de categoría A2: diseño aleatorio de boca partida Influencia del material del implante sobre la variable resultante «estética» Se compararon los pilares cerámicas (n = 44) frente a los de titanio (n = 44) colocados sobre implantes unitarios del sistema Bránemark® en un ensayo basado en un diseño combinado de 86 EAC en paralelo y de boca partida . No se observaron diferencias respecto a la estética en las observaciones realizadas al cabo de 1 y 3 años de seguimiento. 4. Mucositis periimplantaria Resumen: En dos EAC no ha podido establecerse la influencia de la geometría del pilar/implante sobre la mucositis periimplantaria. La influencia del material del pilar/implante no es determinante, según tres pequeños EAC de boca partida. La misma conclusión se aplica a la influencia de la topografía superficial del implante/pilar, evaluada también en tres EAC de boca partida. Se evaluaron implantes con diferentes geometrías, materiales y topografías superficiales en seis EAC y tres EAC de boca partida. Se advirtieron pequeñas diferencias en cuanto a prevalencia de mucositis periimplantaria en función de estas variables hasta en un período de observación de 3 años. Estudios de categoría Al: ensayos aleatorios con grupo control Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «mucositis penimplentsrie» Se colocaron implantes cilíndricos IMZ® con recubrimiento de TPS e implantes de tornillo macizo ITI®, también recubiertos de TPS, en la mandíbula de 40 pacientes con reabsorción moderada del hueso, y se confeccionaron después de 3 meses unas sobredentaduras retenidas por 32 un mecanismo de barra y clip . Los signos de mucositis periimplantaria fueron similares en los dos grupos, lo que también se pudo corroborar a partir de los hallazgos 32 microbiológicos en el trabajo referente a los 3 meses . al 33 31 cabo de 1 y de 2 años . 85 Gatti y Chiapasco compararon los implantes transmucosos de dos y de una pieza del sistema Bránernark® que habían sido cargados de forma inmediata con una sobredentadura. Se colocaron cuatro implantes a cada uno de los cinco pacientes de cada grupo. No se advirtieron diferencias respecto a los índices periodontales después de 1 y 2 años, aunque el tamaño muestral fue tan pequeño que este estudio debería considerarse únicamente como un estudio piloto. Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material V la topografía superficial sobre la variable resultante «mucositis periimplenterie» Los implantes Mkll del sistema Bránemark® (n = 187) Y Astra Tech Tioblast® (n = 184) colocados en 66 pacientes no mostraron diferencias respecto a la mucositis periiimplantaria después de 1 y de 3 años>. ni tampoco tras 5 años". Los implantes Southern y Steri-Oss presentaban prevalencias similares de mucositis periimplantaria alrededor de los pares de implantes que retenían unas sobredentaduras 16 3o inferiores, después de 1 y 2 años . Se confeccionaron prótesis parciales fijas sobre los implantes del sistema Bránemark® e ITI® de tornillo hueco, que se habían colocado en la mandíbula de 40 pacientes totalmente desdentados. El grado de mucositis periimplan29 taria al cabo de 3 años fue similar 2B Meijer y col presentaron los datos al cabo de 5 años de pacientes desdentados que llevaban una sobredentadura inferior retenida por dos implantes IMZ® (29 pacientes), o bien por dos implantes del sistema Bránernark® (n = 32). No se advirtieron diferencias respecto a los diferentes índices periodontales, es decir, los índices de placa, gingival, de sangrado y de cálculo, así como la profundidad de sondaje. 14 Los implantes ITI® de tornillo hueco, del sistema Branemark® y los IMZ®, repartidos en tres grupos de 30 pacientes, sobre los que se colocó una sobredentadura inferior retenida por una barra-clip sobre pares de pilares implantarios, no presentaron diferencias respecto a la mucositis periimplantaria al cabo de 1 24 añ0 . Los implantes unitarios Astra Tech (n = 46) e ITI® de tornillo y cilindro hueco (n = 56), colocados en diferentes regiones intraorales de 82 pacientes, mostraron el mismo grado de mucositis periimplantaria después de 1 año de 27 observación . periimplantaria al cabo de 1 año . Los implantes Astra Tech torneados y chorreados con Ti02 que retenían prótesis parciales fijas no mostraron ninguna diferencia significativa respecto a la mucositis periimplantaria al cabo de 5 años. Al comienzo, el 5% de los implantes chorreados con Ti02 y ninguno de los torneados presentaban signos de mucositis periimplantaria. Después de 1 año, las cifras respectivas fueron del12 y deI 9%, después de 3 años del12 y deI4%, y después de los 5 años del 46 6% en ambos qrupos . Estudios de la categoría A2: diseño aleatorio de boca partida Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material y la topografía superficial sobre la variable resultante «mucositis periimplantaria» Influencia del material del implante sobre la variable resultante «mucositis periimptentsrie» Los pilares cerámicas (n = 44), al compararse con los de titanio (n = 44), que se colocaron en implantes unitarios del sistema Bránernark® no mostraron diferencias respecto a la medición de los diversos índices de salud del tejido periimplantario 86 después de 1 y 3 años . 87 Barclay y cols seleccionaron 14 pacientes en los que se había colocado una prótesis inferior retenida por una barra Dolder sobre dos implantes IMZ® durante un mínimo de 12 meses. Cada par de implantes fue sustituido por un pilar recubierto de cerámica o uno convencional nuevo, y se registraron los parámetros de los tejidos blandos en las 12 semanas siguientes. No se advirtieron diferencias respecto a la mucositis periimplantaria, aunque los autores concluyeron que la respuesta de los tejidos blandos «puede variar en propiedades que no son visibles cuando se evalúa mediante parámetros clínicos convencionales». Un grupo de investigadores de Leuven, Bélgica, ha llevado a cabo estudios amplios sobre pilares con diferentes topografías y composición química de la superficie, y acerca de las posibles influencias sobre los tejidos blandos mediante la aplicación de 88 una serie de diversos criterios resultantes. Bailen y cols. presentaron los criterios clínicos que realizaron en el seguimiento durante 1 año de seis pacientes en los que se colocó una sobredentadura inferior retenida por pares constituidos por un pilar cerámica y otro de titanio, y no advirtieron diferencias clínicamente significativas acerca de la respuesta del tejido blando. Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante «mucositis periimplantaria» la respuesta de los tejidos blandos fue similar en cuatro implantes diferentes de titanio, con distintos grados de ru89 gosidad superficial, al observarse durante 3 meses . El autor destaca que los hallazgos sólo se aplican a los pilares de titanio con una baja rugosidad superficial, es decir, menor de Ra = 0,20. Las conclusiones fueron corroboradas por otros estudios en los que se emplearon criterios resultantes de tipo microbiológico. Los implantes ITI® sometidos a chorreado y grabado ácido (SLA) (n = 68) Y pulverizados con plasma de titanio S) (n = 68), de la misma geometría, colocados en los sectores desdentados posteriores de la mandíbula, y en los que se colocaron puentes fijos, mostraron la misma presencia de mucositis 40 Jeftcoaty cols compararon 615 implantes colocados en 120 pacientes desdentados. A cada paciente se les colocaron cinco o seis implantes del sistema Btánernark® o bien implantes cilíndricos o rascados recubiertos de hidroxiapatita de una marca desconocida. No se advirtieron diferencias con respecto a los índices periodontales al cabo de 1 a 5 años. 39 Geurs y cols. realizaron el seguimiento de 120 pacientes desdentados sanos, en los que se colocaron en cada uno de ellos cinco o seis implantes en la parte anterior de la mandíbula durante 3 años. Al menos uno de los implantes era roscado y pulverizado con plasma de titanio (Steri-Oss), o bien uno rascado o cilíndrico recubierto de HA de una marca desconocida. Después de 3 años se presentaron los índices periodontales de 470 de los 634 implantes colocados en un principio y no se señalaron diferencias. Se ha descrito que los implantes Astra Tech Tioblast® (n = 50) Y Mkll del sistema Bránernark® (n = 45) eran comparables respecto a la profundidad de sondaje, placa y sangrado al sondaje durante un período de observación de 44 2 años . Estudios de categoría C: estudios clínicos con otros diseños Estudios donde se confunden la geometría del implante, material y topografía superficial sobre la variable resultante «mucositis periimplantario» No pudieron asociarse dos tratamientos superficiales de 497 implantes de tornillo y cilíndricos ZL-Duraplant colocados en 137 pacientes con diferentes criterios empleados para describir la mucositis periimplantaria, es decir, sangrado de la papila, profundidad de sondaje y tasa de flujo del fluido del surco gingival al cabo del período de segui61 miento de 2 a 6 años . .62 Puchades-Roman y cols examinaron implantes unitarios Astra Tech y del sistema Bránemark® que habían estado en funcionamiento durante un mínimo de 2 años en 30 pacientes. El sangrado al sondaje fue similar en ambas marcas de implantes. Se observó una diferencia en la profundidad de sondaje (3,3 mm en Bránernark frente a 2,7 mm en Astra Tech, p = 0,03). Los autores atribuyeron esto a la probable disparidad en la anchura biológica en relación con las geometrías de los implantes. 5. Pérdida marginal de hueso Resumen: Se ha valorado la influencia de la geometría del implante sobre la pérdida marginal de hueso en dos EAC, pero con períodos cortos de observación y sin diferencias entre geometrías. Sólo se ha examinado la influencia del material del pilar/implante en un EAC de boca partida, con una conclusión negativa. La influencia de la topografía superficial estudiada en un EAC y dos EAC de boca partida da unas evidencias poco concluyentes de la superioridad de una superficie específica. En último lugar, diversos estudios en los que se han evaluado implantes con distinta geometría, material y topografía superficial mediante un diseño de EAC (n = 6) Y de boca partida (n = 3) no han podido detectar diferencias significativas en la pérdida ósea, o bien el período de observación era demasiado corto para extraer conclusiones generales sobre la significación clínica. Por otro lado, unos pocos ensayos clínicos no aleatorios con grupo control (n = 4) sugieren que puede haber diferencias significativas entre las distintas marcas de implantes. Esto viene también corroborado por dos series de casos que se centran en una posible influencia de la geometría del implante sobre la pérdida de hueso. Sin embargo, debe reconocerse la posibilidad de introducir sesgos al utilizar diseños de estudio menos rigurosos. Estudios de la categoría Al: ensayos aleatorios con grupo control Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Los implantes cilíndricos IMZ® con un recubrimiento de TPS, o los ITI® de tornillo macizo con TPS, colocados en la mandíbula con el fin de retener sobredentaduras mediante barra y clip han mostrado una pérdida media de hueso similar (0,6 mm) después 32 de 1 añ0 . La pérdida después de 2 años fue de 1,1 mm para los implantes IMZ® de una sola etapa, 0,8 mm para IMZ® de 31 dos etapas, y 1,2 mm para los ITI® (una etapa) . El período relativamente corto de observación impide cualquier generalización acerca de la influencia de la geometría sobre la pérdida marginal de hueso. 85 Gatti y Chiapasco compararon, durante 2 años, implantes transmucosos de dos y de una pieza del sistema Bránernark® en dos grupos de cinco pacientes cada uno de ellos. Se colocaron cuatro implantes en cada una de las arcadas inferiores, y se cargaron de forma inmediata con una sobredentadura. La reabsorción ósea no difirió de forma estadística mente significativa entre los dos grupos, lo que se debe, probablemente, a los pequeños tamaños muestrales. Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Se colocaron implantes TiUnite (n = 66) Y torneados del sistema Bránernark® (n = 55) en el sector posterior de la mandíbula de 44 pacientes, y se aplicó una carga inmediata mediante puentes 37 parciales fijos . La reabsorción marginal del hueso después de 1 año de carga fue de 0,9 mm de media con los implantes TiUnite, y de 1 mm con los torneados. Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material y la topografía superficial sobre la variable resultante «pérdide marginal de hueso» Los implantes Astra Tech y del sistema Bránemark® empleados para la reconstrucción maxilar y/o mandibular no mostraron diferencias significativas en la pérdida de hueso entre maxilar y mandíbula al cabo de 1 año (1,6 mm con 25 Astra Tech, 1,9 mm con Bránemark) , 3 años (1,5 mm con 25 26 Astra Tech, 1,8 mm con Branemark) y 5 años . La mayor pérdida ósea tras la conexión del pilar en el sistema Bránernark®se debió, probablemente, al mayor levantamiento del colgajo. Los implantes Southern y Steri-Oss mostraron una pérdida similar de hueso después de 1 y 2 años, en torno a los pares de implantes que retenían sobredentaduras l6 3o inferiores , No está claro si las diferencias en la topografía superficial o en la geometría de los implantes entre ambos tipos examinados, o los diferentes tipos de pilares de retención, dan lugar a la confusión de los resultados clínicos observados. Se restauraron unos implantes Astra Tech (n = 46) Y de tornillo y cilindro hueco ITI® (n = 56) mediante coronas unitarias, y se realizó su seguimiento durante un período de cicatrización de 6 meses. Se compararon las radiografías iniciales, tomadas una semana después de la colocación de la corona, con las tomadas al cabo de 1 año". La pérdida marginal de hueso fue similar con ambas marcas de implantes (0,1mm). Los implantes del sistema Bránernark® y de tornillo hueco ITI®, colocados en la mandíbula, se compararon en 29 40 pacientes desdentados . Las reconstrucciones fueron prótesis de toda la arcada, y se obtuvieron radiografías durante la colocación de la prótesis al cabo de 1 y de 3 años. Los resultados no revelaron diferencias significativas entre los sistemas de implantes al cabo de 3 años. Cuatro implantes mostraron una pérdida progresiva del hueso (tres ITI® y un Bránernark) y 13 implantes presentaban una pérdida marginal de hueso mensurable al cabo de los 3 años (cinco ITI® y ocho Bránernark}, Los implantes restantes no mostraban cambios en el hueso marginal ni ganancia ósea. 28 Meijery cols. presentaron los datos, al cabo de 5 años, de pacientes desdentados que llevaban una sobredentadura inferior retenida por dos implantes IMZ® (n = 29), o bien dos implantes del sistema Bránernark® (n = 32). No se presentó la pérdida de hueso como valores medios en el artículo, sino que los autores decían que no difería entre los dos grupos después de 5 años. Se colocaron, por pares, implantes de tornillo de tipo ITI®, del sistema Bránemark® e IMZ® en 30 pacientes con su arcada inferior desdentada, con el fin de sostener una sobredentadura. Siguiendo una técnica estandarizada, se registró una pérdida ósea significativamente menor al cabo de 12 meses con el implante ITI® (0,2 mm) en comparación con el del sistema Bránernark® (0,3 mm) o IMZ® (0,5 24 mm) . Sin embargo, no está claro el significado clínico de estas diferencias. Estudios de la categoría Al: diseño aleatorio de boca partida Astra Tech frente a 0 mm para los implantes del sistema Branemark®)44. Influencia del material del implante sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Estudios de categoría B: ensayos clínicos con grupo control Se compararon pilares cerámicas (n = 44) frente a otros de titanio (n = 44) colocados sobre implantes unitarios del sistema Bránernark® en un ensayo clínico que utilizó un diseño 86 combinado de EAC en paralelo y de boca partida . No se observaron diferencias significativas en cuanto a mediciones de la pérdida ósea, que fueron de cerca de 0,1 mm como media, aunque sí una amplia variación en la pérdida ósea entre pacientes (hasta 0,6 mm de DE). Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Se compararon de forma anual, durante 5 años, unos implantes Astra Tech de tipo torneado y chorreados con Ti02 46 (Tioblast®) . Se realizaron radiografías mediante una técnica estandarizada. Un observador que estaba enmascarado respecto a la superficie del implante midió la pérdida marginal de hueso. La pérdida de hueso observada no mostraba diferencias significativas entre los sistemas al cabo de 5 años. La pérdida de hueso en el implante torneado fue de 0,2 mm, tanto en maxilar como en mandíbula, mientras que la pérdida comparable para los implantes chorreados con Ti02 fue de 0,5 mm. Se colocaron implantes sometidos a chorreado y grabado ácido (SLA) (n = 68) y otros pulverizados con plasma (TPS) (n = 68) de la misma geometría (lTI®) en los sectores posteriores desdentados de la mandíbula. Tras 1 año de seguimiento, los niveles acumulados de altura ósea mostraban una pérdida 14 marginal de hueso de 0,6 mm (SLA) y de 0,8 mm (TPS) . El corto período de observación impide una mayor generalización acerca de la influencia de la topografía superficial sobre la pérdida de hueso. Estudios donde se confunden la geometría del implante, el material y la topografía superficial sobre las variables resultantes «pérditis marginal de hueso» 40 Jeffcoat y cols compararon implantes rascados y cilíndricos recubiertos de hidroxiapatita de una marca desconocida con implantes del sistema Bránernark® en 120 pacientes desdentados. Se colocaron cinco o seis implantes por paciente, con al menos un implante de cada tipo. Los tres tipos de implantes tuvieron tasas de éxito por encima de195% después de 5 años, cuando se definía el «fracaso» como más de 2 mm de pérdida ósea. Se realizó la observación durante 1 año de 28 pacientes con puentes parciales fijos en la arcada superior, soportados por 38 implantes de tipo ITI® y del sistema Branemark® a cada lad0 . No hubo cambios significativos del hueso marginal (0,2 mm con el sistema Bránernark® yO, 1 mm con los implantes ITI®). Los autores señalaron que se observaba una pérdida ósea en forma de cráter alrededor de algunos de los implantes ITI® (18%1. Los implantes Astra Tech Tioblast® (n = 50) y Mkll del sistema Bránernark® (n = 45) colocados en 18 pacientes mostraron diferencias mínimas respecto a la variación en los niveles de hueso marginal al cabo de 2 años (0,2 mm para Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Los implantes autorroscantes Mkll del sistema Bránernark® (n = 88) mostraron una pérdida ósea similar a los implantes estándar de dicho sistema (n = 91) en un período de ° a 3 54.55 56 años (0,6 mm) y de ° a 5 años (0,8 mm) . Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material y la topografía superficial sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Se compararon implantes pulverizados con plasma de titanio (TPS) de tipo ITI® e implantes del sistema Bránernark® en 3 x 29 pacientes, dentro de un ensayo multicén49 trico realizado por Becker y cols. Los pacientes fueron tratados en tres centros distintos, en cada uno de los cuales se utilizaba su propia técnica quirúrgica, es decir, protocolo de una etapa para los implantes ITI® (n = 78), Y protocolo de una (n = 80) y de dos etapas (n = 78) para los implantes del sistema Bránernark® Los cambios respectivos en las mediciones de la cresta ósea, después de aproximadamente 15 meses de observación, fueron de 1,3 mm (maxilar) y 1 mm (mandíbula) para los implantes ITI®. Las cifras correspondientes para los implantes Bránernark fueron de 0,1 yO, 1 mm para maxilar y mandíbula, respectivamente, en la colocación en una etapa, y de 0,2 y 0,4 mm para maxilar y mandíbula, en el protocolo de dos etapas. Los autores no llevaron a cabo ninguna comparación estadística entre las dos marcas de implantes en ninguna de las etapas. Se colocaron en el sector anterior desdentado de la mandíbula de 15 pacientes desdentados un implante rascado de titanio, otro cilíndrico de titanio con recubrimiento de hidroxiapatita (HA), y un tercero cilíndrico de titanio con recubrimiento de plasma de titanio (TPS), todos ellos 52 fabricados por 3i . Los implantes TPS mostraron una pérdida marginal de hueso significativa mente mayor que los otros implantes al cabo de 3 años. La pérdida marginal media de hueso fue de 0,7 mm (intervalo de 1 a 4 mm) para los implantes de titanio, 1,2 mm (intervalo de 1 a 4 mm) para los implantes de HA y de 2,5 mm (intervalo de 1 a 6 mm) para los de TPS. Se emplearon imágenes, que no permiten unas evaluaciones precisas (en especial, de menos de 0,5 mm), De este modo, es probable que el orden de rango de la pérdida ósea sea un hallazgo más apropiado que la cantidad real de pérdida marginal de hueso. También se colocaron los tres implantes diferentes en una variante sin enterramiento en la mandíbula desdentada. El momento inicial para determinar la pérdida marginal de hueso fue en la conexión de la prótesis. En este estudio se perdieron cinco implantes y no se proporcionan datos sobre la pérdida de hueso. El resto de implantes mostró una pérdida marginal de hueso que oscilaba entre 0 y 3 mm, después de 3 años. La pérdida marginal media de hueso fue de 0,3 mm (intervalo de O a 2 mm) para los implantes de titanio, 0,5 mm (intervalo de O a 1 mm) para los de HA y de 1,5 mm (intervalo de O a 3 mm) para los de TPS53. Los hallazgos de este estudio refuerzan el orden de rango de la pérdida marginal de hueso observado en el estudio previo. Sin embargo, es complicada la comparación directa por el hecho de que se emplearon diferentes momentos de inicio. Estudios de categoría C: estudios clínicos con otros diseños Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «pérdida marginal de hueso» Se emplearon, en un estudio retrospectivo, cuatro geometrías diferentes de implantes del sistema Branemark® y cuatro pilares distintos para retener 82 coronas unitarias en 58 pacientes". Se observó, durante 2 años, una pérdida mayor de hueso alrededor de un implante de tipo cónico en comparación con los implantes de otras geometrías, esto es, 1,2 frente a 0,6 mm en el primer año, y +0,2 y +0,1 mm en el segundo año. Se llevó a cabo un diseño de estudio similar en Bélgiea", que describía los resultados de 84 coronas unitarias sobre implantes del sistema Bránemark" con cuatro geometrías diferentes, colocadas en 75 pacientes y a los que se realizó un seguimiento de 3 años. Se registró una mayor pérdida de hueso alrededor de los implantes cónicos (1,9 mm) frente a los otros diseños autorroscantes de implantes (0,6 mm). significativa mente mayor con el sistema IMZ®, relacionados principalmente con los capuchones de cicatrización. Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, material y topografía superficial sobre la variable resultante «problemas mecánicos» Los implantes Mkll del sistema Branemark® y de tipo Astra Tech (n = 184 + 187). colocados en 66 pacientes desdentados para la posterior sujeción de prótesis fijas, mostraron un bajo nivel de complicaciones mecánicas, com25 26 parable entre sí, a lo largo de 5 años . . Los implantes del sistema Branemark® y de tornillo hueco ITI® (n = 102 + 106). colocados en la mandíbula de 40 pacientes desdentados con el fin de sostener prótesis fijas, mostraron un nivel muy bajo de incidencia de complicaciones mecánicas, similar entre ambos tipos, a lo largo 29 de 3 años . 28 Meijer y COIS. afirmaron que se necesitaron múltiples revisiones protésicas a lo largo de 5 años en un grupo de pacientes desdentados que llevaban una sobredentadura inferior retenida por dos implantes IMZ® (29 pacientes) o dos del sistema Bránernark ® (n = 32). Fue más frecuente la fractura de los pilares en los implantes IMZ®. Estudios de categoría Al: diseño aleatorio de boca partida Influencia del material del implante sobre la variable resultante «problemas mecánicos» 86 6. Problemas mecánicos de las conexiones entre implante, pilar y superestructura Resumen: La baja incidencia de problemas mecarncos descrita en los cuatro EAC impide extraer cualquier conclusión general. El único EAC de boca partida sugiere que los pilares cerámicas pueden ser más proclives a los problemas mecánicos que los metálicos durante la colocación, pero una vez que esto se supera, es comparable el rendimiento clínico. Un número limitado de estudios que emplean diseños menos rigurosos y, en ocasiones, de tipo retrospectivo sugieren que la geometría del pilar puede influir en la incideñcia de problemas mecánicos con el tiempo. Sin embargo, debe reconocerse la posibilidad de sesgos asociados con los diseños de estudio no prospectivos. Estudios de categoría Al: ensayos aleatorios con grupo control Influencia de la geometría del implante sobre el resultado «problemas mecánicos» Se colocaron implantes cilíndricos IMZ® con recubrimiento de TPS, así como implantes de tornillo macizo ITI® con el mismo recubrimiento, en la mandíbula de 40 pacientes con una reabsorción moderada del hueso, y se confeccionaron sobredentaduras retenidas por un mecanismo de barra y clip 31 después de 3 meses . Durante el período de observación de 1 año, se encontraron problemas mecánicos de una forma Andersson y cols. compararon, en un ensayo que empleaba un diseño combinado de EAC en paralelo y de boca partida, 44 pilares cerámicas frente a 44 de titanio colocados sobre implantes del sistema Bránernark® Se experimentaron varias fracturas de los pilares cerámicas durante la colocación del pilar (5/34), pero se advirtió un rendimiento comparable a lo largo de los 3 años siguientes. Estudios de la categoría B: ensayos clínicos con grupo control Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «problemas mecánicos» En un período de seguimiento de 5 a 7 años de 429 implantes cilíndricos recubiertos de HA (Omniloc). colocados en 121 pacientes, la tasa de fracaso mecánico fue significativamente superior para los implantes con pilares angulados (21 %) frente a los pilares rectos (3%)90. Estudios de categoría C: estudios clínicos con otros diseños Influencia de la geometría del implante sobre la variable resultante «problemas mecánicos» 82 Bambini y cols. compararon dos sistemas de engarce del pilar descritos como «antirrotacionales», esto es, los sistemas «Sptine®» y «Threadloc®», Se colocaron los implantes únicamente en localizaciones inferiores, en zonas des- dentadas ocupadas en un principio por los dientes que van del primer premolar hasta el segundo molar. En 27 pacientes se colocaron 44 implantes Threadloc® y en otros 32 pacientes, 52 implantes Spline® Después de 3 años, tres implantes unitarios Threadloc® (20%) y cinco pares de implantes conectados de la misma marca (6%) presentaron problemas y un posible aflojamiento del tornillo de la prótesis. Con la serie Spline® no se halló ningún aflojamiento. El estudio concluyó que el sistema Spline® era más «estable» que el sistema Threadloc®. Sin embargo, el estudio destacó de forma interesante que: «los casos con problemas se resolvieron aumentando el torque de 30 a 35 Ncm y, de acuerdo con otros estudios, se mejoró la estabilidad clínica de los tornillos conectados sin modificar la geometría de la interfase entre implante y pilar». De este modo, puede debatirse la relevancia de los hallazgos iniciales. Las evaluaciones de series retrospectivas de casos con ausencias simples y arcadas parcialmente desdentadas afirman que los tipos más antiguos de pilares mostraban mayor aflojamiento de los tornillos que los nuevos pilares con 68.93.94 Aunque los estudios con un diseño otras geometrías retrospectivo introducen el riesgo de distintos tipos de sesgos, es un hecho que los fabricantes han modificado de forma continua los diseños geométricos de los pilares y los tornillos, por lo que puede presumirse que esto es una respuesta ante la retroalimentación procedente de los clínicos que experimentan problemas mecánicos con los sistemas implantarios. Estudios en los que se confunden las influencias de las geometrías del implante, el material y la topografía superficial sobre la variable resultante «problemas mecánicos» 63 Krausse y cols. compararon las exigencias de mantenimiento, modificación, reparación o reconstrucción de las sobredentaduras sostenidas por implantes, confeccionadas para 46 pacientes desdentados durante 8 años. Los implantes fueron del sistema Bránemark® (n = 90) o ITI® (n = 32). Se requirió un mantenimiento menor para los implantes del sistema Bránemark'® (un 67% no requirió de reparación), en comparación con los de ITI® (55%). 91 Behr y COIS. demostraron la importancia de tener un ajuste preciso, unos componentes no elásticos del pilar que conducen a la conexión rígida de las supraestructuras, en lugar de un diseño resiliente. En un estudio retrospectivo con un período de seguimiento de hasta 8 años, la tasa de complicaciones mecánicas de 138 implantes ITI® fue significativa mente menor (13%) que para los 50 implantes IMZ® con componentes resilientes de anclaje (71%). 7. Fracaso mecánico de los implantes dentales Resumen: Un EAC y un EAC de boca partida, así como unos pocos ensayos basados en otros diseños, proporcionan información sobre la incidencia de fracturas. Los hallazgos aportan poca información sobre la posible relación entre las características de los implantes y el fracasos mecánico del mismo. Estudios de la categoría Al: ensayos aleatorios con grupo control Influencia del material del implante sobre la variable resultante «fracaso mecánico del implante» 36 Mau y cols. compararon implantes IMZ® con recubrimiento de hidroxiapatita (n = 89) o de llama de plasma de titanio (n = 100) que sostenían puentes de tres unidades en la zona premolar de arcadas inferiores parcialmente desdentadas, durante más de 3 años. Se encontró que las tasas de fracaso eran comparables, esto es, de un 0,3 y un 0,1%, respectivamente. (Se calcularon los porcentajes a partir del número total de inspecciones de implantes, a lo largo de 3 a 7 años.) Queda algo confuso en el texto si las tasas representan fracturas sólo en volumen, es decir, horizontales, o también fracturas parciales. Estudios de categoría Al: diseño aleatorio de boca partida Influencia de la topografía superficial del implante sobre la variable resultante « fracaso mecánico del implante » 46 Gotfredsen y Karlsson describieron, en su estudio sobre prótesis parciales fijas retenidas por 133 implantes Astra Tech torneados y chorreados con Ti02, que dos de los implantes torneados se fracturaron dentro de los primeros 2 años de función. No se produjeron más fracturas durante el período de observación de 5 años. Estudios de la categoría C: estudios clínicos con otros diseños Estudios donde se confunden las influencias de la geometría del implante, el material y la topografía superficial sobre la variable resultante fracaso mecánico del implante » El registro finlandés de implantes señala que se han retirado 35 implantes, aproximadamente, debido a fractura entre 1996 y 2000. Esto constituye un 0,4% de los implantes retirados durante el período (n = 808), lo que supone una cifra relativamente baja si se tiene en cuenta el hecho de que se han colocado 43.553 implantes durante el mismo período. El registro no describe una marca concreta de implantes 96 que tiene una mayor representación en esta cifra . Otros estudios clínicos retrospectivos a largo plazo corroboran que la fractura implantaria tiene escasa inci76 77 dencia. Naert y cols . describen un 0,9% al cabo de 16 años (media de 5,5 años) para los implantes del sistema Bránernark® en casos parcialmente desdentados. Eckert y 98 cols presentaron una tasa de fractura del 0,6% en implantes del sistema Bránernark® colocados en maxilar y mandíbula, con mayores tasa de fractura en pacientes parcialmente desdentados (1,5%) frente al 0,2% en arcadas 100 totalmente desdentadas. Balshi describió una incidencia similar, también para implantes del sistema Bráriernark®. Una mayor incidencia de fracturas se asocia con la localización en los sectores posteriores, prótesis parciales fijas sostenidas por uno o dos implantes con amplificación de la carga en voladizo, y bruxismo o grandes fuerzas 5 oclusales . Discusión Material publicitario Solo unos pocos fabricantes realizan folletos que contienen referencias de estudios científicos que documenten la eficacia de sus productos y/o que presentan información objetiva apoyada por artículos de investigación, o bien presentan estos en su portal de Internet Además, de forma bastante sorprendente, un número relativamente pequeño de portales informan del grado en el que los fabricantes y/o los productos cumplen con las normas internacionales (tabla 5). Muchos países exigen pruebas de la adherencia del producto o del fabricante a una norma con el fin de permitir la comercialización. Una razón sea, quizá, que la mayoría de los fabricantes bien establecidos pueden considerar que dicha información en su material publicitario sea redundante debido a que el sello CE es obligatorio para la comercialización de un producto en Europa, y la aprobación de la FOA es obligatoria para Estados Unidos. Estandarización Las normas relevantes para la fabricación de implantes dentales se enmarcan en dos categorías, que son el aseguramiento de la calidad del proceso de fabricación o las directamente aplicables a los componentes o a los implantes reales del sistema implantario. La primera categoría de normas se centra en el proceso de fabricación con un mayor énfasis, por ejemplo, en el desarrollo, producción, instalación, servicio y documentación (p. ej., IS09001, IS09002, EN46001, EN46002, IS013485). La mayoría de los fabricantes cumplen con estas normas (tabla 5). Las entidades de certificación acreditados (sinónimo de «entidades notificadas») verifican y controlan que los fabricantes se adhieran a dichas normas. El concepto equivalente en Estados Unidos es una adherencia a las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF), que viene regulada por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA). Ambas normas implican posibles inspecciones en el mismo sitio de las propiedades del producto. Es importante señalar que estas normas no contienen ningún requisito respecto al producto final, es decir, el auténtico implante dental. La comercialización de un producto en Estados Unidos requiere el envío de una notificación previa a la comercialización (declaración 510(k)) a la FDA. En esencia, ésta consta de documentación referente a que el producto remitido tiene una equivalencia sustancial con un producto que ya se encuentra en el mercado, con información específica acerca de su seguridad y efectividad clínica. Los requisitos generales para las notificaciones de implantes endoóseos son las indicaciones de uso, la descripción del dispositivo e información sobre la esterilización. En la solicitud, el fabricante también debe proporcionar datos acerca de las pruebas mecánicas, de corrosión y biocompatibilidad, así como la caracterización de cualquier recubrimiento utilizado. Otras solicitudes también pueden incluir la documentación de los trabajos relativos a pruebas, así como datos procedentes de estudios en animales y clínicos de 5 años de duración. Es necesario cumplir más requisitos si el recubrimiento del implante incluye fosfato cálcico. Actualmente, la FDA está revisando los requisitos, y una de las propuestas es que el actual requisito previo de datos clínicos a 5 años pueda reducirse a 3 años, con el implante bajo condiciones de carga (www.fda.gov/cdrh/ode/guidance/1389.html). En Europa, un sistema común para todos los países miembros de la Unión Europea (UE) sustituyó en 1998 todos los programas nacionales de certificación de productos dentales que existían. Este sistema se basa en una directiva del Consejo de la CE (ED93/42/EEC) que engloba a todos los dispositivos médicos. La directiva incluye los productos dentales y, en esencia, es la exigencia de que todos los dispositivos médicos necesitan estar acreditados por una entidad certificada antes de la comercialización y venta en la UE. Todos los dispositivos médicos se clasifican en las clases 1, 2a, 2b y 3, en función del riesgo de posibles efectos biológicos adversos, y la documentación requerida referente a seguridad y efectividad es menor para los productos de clase 1 y aumenta con la clase. Los implantes dentales se sitúan en la categoría 2b. La prueba de una acreditación es la etiqueta CE y, una vez obtenida, el producto puede venderse sin ninguna barrera comercial dentro de la UE. El fabricante puede elegir una de entre dos posibles alternativas para obtener la etiqueta CEo La primera alternativa es tener su sistema de aseguramiento de la calidad respecto a la producción inspeccionado y valorado por una entidad de control. En la práctica, la evaluación se realiza según las normas de sistema de calidad IS09001 o el equivalente europeo EN46001. La segunda alternativa es tener el auténtico producto certificado. El problema de este abordaje es que existen menos requisitos, y los implantes sólo se examinan para observar si reflejan las características del producto que aporta el fabricante. La norma europea EN1642-lmplantes dentales incluye requisitos para 1) rendimiento previsto, 2) diseño y propiedades, que engloban a los componentes adicionales, 3) esterilización y empaquetado y 4) señalización, etiquetado e información aportada por el fabricante, que incluye: 1. Documentación de que se ha llevado a cabo una evaluación de riesgos, por ejemplo, de acuerdo al procedimiento específico de la ISO (EN-IS014971). 2. Los materiales necesitan cumplir con los requisitos de propiedades necesarios para los implantes, descritos en dos archivos técnicos de la ISO (EN-IS010451 y ENIS014727), y deben evaluarse respecto a la biocompatibilidad de acuerdo a las pruebas específicas de uso descritas en otros documentos ISO (EN-IS07405 y ENIS010993). Es necesario que las partes prefabricadas previstas para conectar una supraestructura a los implantes dentales cumplan los requisitos de propiedades descritos en más detalle en el archivo técnico de la ISO (EN-ISO 1 4727). 3. No es necesario que los implantes dentales sean fabricados bajo condiciones de esterilidad o que se suministren estériles, pero la condición en la que se suministran requiere de su clara descripción en el emba- laje. Se describen las pautas de los métodos de esterilización en los documentos ISO (EN550, EN552, EN556). 4. Es necesario que la información requerida cumpla con detalles acerca del uso de símbolos con una mínima información sobre el etiquetado y las instrucciones de uso. En la práctica, una mayoría desbordante de todos los procesos de certificación se centran en el proceso de producción y no en los productos finales. Ninguno de los fabricantes anunciaba en sus portales de Internet o en sus materiales publicitarios impresos que sus productos cumplían con la EN1642. Esto significa que el tradicional examen independiente de los productos de acuerdo a las diversas normas no se lleva a cabo con frecuencia, ya que la directiva de la UE no informa de forma explícita acerca de que sea necesario hacerla. Las autoridades europeas no ponen en marcha requisitos adicionales aparte de la etiqueta CEo Puede especularse que los actuales sistemas reguladores de Estados Unidos y Europa puedan explicar el hecho de que la gran mayoría de las marcas de implantes dentales carezca de documentación clínica sólida acerca de los efectos beneficiosos para el paciente (código A de la tabla 5). Incluso parece que los sistemas de implantes pueden comercializarse en la UE con el actual sistema de legislación sin ninguna documentación relativa al rendimiento clínico en revistas científicas bien conocidas sometidas a revisión independiente (código D de la tabla 5). Documentación clínica Aproximadamente, sólo 10 sistemas implantarios estaban clínicamente documentados de acuerdo con lo que hemos descrito como de forma amplia. Además, incluso puede discutirse que los criterios aplicados en este artículo para definir una «documentación clínica amplia» no son lo bastante rigurosos, es decir, más de cuatro ensayos clínicos de tipo prospectivo y/o retrospectivo (código A de la tabla 5). En la actualidad, se asigna cierto azar al hecho de que sean necesarios más de cuatro estudios para verificar los resultados de los sistemas implantarios empleados en una serie de indicaciones, en combinación con técnicas quirúrqicas'?'. Además, aunque los sistemas identificados recibieron este código de clasificación, esto no significa que sean equivalentes en cuanto a rendimiento clínico. Sólo significa que el rendimiento clínico del sistema se ha documentado en revistas sometidas a revisión independiente, no necesariamente que se haya demostrado que muestre un mayor rendimiento clínico. También puede debatirse la fiabilidad de aplicar el código de A a D en la tabla 5 para diferenciar los distintos sistemas de implantes. Reconocemos que es imposible determinar criterios estrictos entre sistemas en los que una marca de implantes puede considerarse ampliamente documentada frente al siguiente nivel de evidencia de documentación, etc., de modo que se reconoce la naturaleza subjetiva de esta clasificación. También es necesario tener en cuenta que la aportación de nuevos hallazgos procedentes de la investigación no es estático, por lo que la tabla 5 requiere ser interpretada con cierta precaución. Sin embargo, lo que perdura es que entre los diversos sistemas de implantes que están comer- cializados en la actualidad, sólo una minoría se encuentra adecuadamente documentado desde un punto de vista científico y, lo que es peor, muchos sistemas implantarios se comercializan sin ninguna documentación clínica de los beneficios clínicos que se alegan para los pacientes. En general, una cantidad sustancial de reclamos hechos por diferentes fabricantes acerca de la mencionada superioridad que se deriva de la geometría del implante, de su material y del tratamiento superficial no se basa en una investigación clínica fiable desde un punto de vista científico. No hemos incluido, de forma deliberada, ejemplos específicos de reclamos hechos por fabricantes concretos acerca de la superioridad clínica de implantes concretos por dos motivos. En primer lugar, porque consideramos que señalar de forma selectiva a ciertos fabricantes es contraproducente, y en segundo lugar, porque los contenidos de los anuncios y los portales de Internet cambian de forma continua. Caracterización de los implantes La clasificación de los implantes de acuerdo a su geometría es una tarea compleja, especialmente cuando también se tiene en cuenta que muchos implantes muestran variaciones a lo largo de su eje vertical debido a diferentes tratamientos selectivos de superficie. Pueden construirse sistemas de clasificación de los implantes de acuerdo a diferencias morfológicas. Sin embargo, la concepción de dichos sistemas de clasificación y construcción de subcategorías necesita reflejar datos clínicamente relevantes con el fin de tener un sentido. Puesto que aún carecemos de estos conocimientos básicos, sigue siendo difícil establecer un sistema de clasificación válido para los implantes dentales. Esto llama la atención acerca de la valoración muy crítica de la relevancia de las diferentes características de los implantes respecto al rendimiento clínico. De forma ideal, el fabricante debe proporcionar esta información, pero, desgraciadamente, éste no es el caso. La justificación para el rediseño continuo de nuevas formas geométricas se basa con frecuencia en los estudios de elementos finitos y también, en el caso de implantes concretos, en evaluaciones histológicas de estudios sobre animales. Sigue siendo incierta la validez de estos estudios que emplean variables terminales auxiliares, en lugar de los resultados clínicos, para predecir mejorías significativas desde un punto de vista clínico. Por otro lado, los escasos estudios clínicos que existen no señalan de forma clara que la geometría del implante sea un factor importante al referirse al éxito del tratamiento. Material del implante En la actualidad, la mayoría de los fabricantes se limitan a la producción de implantes de titanio c.p.. y muchos fabricantes que previamente vendían una serie de implantes de titanio, aleación de titanio y fosfato de calcio han dejado de fabricar la última categoría. Se puede deducir que el titanio C.p. y la aleación de titanio, con o sin recubrimiento de hidroxiapatita, son los materiales de elección para los implantes dentales. Los implantes fabricados con cualquier otro material no deben emplearse si el fabricante no puede demostrar científicamente una evidencia fiable de, al menos, un registro clínico equivalente de comparación con los implantes de titanio. Tratamiento de la superficie del implante Aunque se pueda sospechar que la distinción de la comercialización puede ser una fuerza motriz para la promoción de implantes nuevos y alternativos con superficies tratadas, esta cuestión es compleja. Debe tenerse en mente que la ciencia de la integración entre tejidos óseos y aloplásticos es relativamente joven. Se han originado de forma continua nuevos conocimientos e hipótesis alternativas durante la última década, aunque la comunidad científica aún no comprende los mecanismos biológicos exactos que regulan y controlan la integración óptima en el hueso. Los primeros implantes fabricados a mediados de los setenta se confeccionaban de forma automática con un proceso de torneado, y varios fabricantes intentaron copiar esta práctica de fabricación. En la actualidad, varios fabricantes han abandonado este método y han preferido diferentes tratamientos superficiales. Esta decisión se basa, principalmente, en los resultados de diversos estudios experimentales que mostraban una fijación más rápida y firme al hueso en los implantes con superficie aumentada. La justificación clínica para utilizar las nuevas modificaciones superficiales es la posibilidad de acelerar el proceso de cicatrización y cargar los implantes con superficie modificada en un momento más temprano que en el que se recomienda generalmente para los implantes torneados. Influencia de las características del implante en el rendimiento clínico Las diferencias en la calidad de los implantes dentales pueden tener o no influencia sobre el éxito clínico, y estas diferencias pueden reflejarse a partir de diferentes problemas hallados en las distintas fases del tratamiento. Unos pocos fabricantes de implantes llevan a cabo estudios elaborados en animales y/o de laboratorio con el fin de reducir el riesgo de un resultado clínico no predictivo. Dichos datos experimentales deben confirmarse mediante observaciones clínicas descritas en revistas científicas sometidas a revisión. La presentación de resultados únicamente en bibliografía patrocinada por la empresa no es suficiente, y deben ser valorados de forma muy crítica. La «facilidad de colocación» es una descripción bastante vaga de una característica de un implante dental. Comprende el beneficio evidente de una forma cónica frente a un implante recto en aquellas situaciones en las que existe un espacio limitado para la sustitución de un solo diente. La cuestión se torna más compleja cuando se abordan los implantes autorroscantes frente a los no autorroscantes, y reclamos acerca del beneficio de la morfología específica de ápices implantarios en relación con la estabilidad primaria del implante. El signo clínico de una «colocación difícil» es, por definición, una ausencia de estabilidad primaria del implante. En cuanto al primer aspecto, la elección de un implante cónico frente a uno recto es más una cuestión de diag- nóstico correcto y de planificación adecuada del tratamiento que una indicación en sí misma de la calidad del implante. De este modo, esta característica no puede considerarse como una señal de «buena» o «menos buena» calidad del implante. La estabilidad primaria del implante puede reflejar la idoneidad con la que se ha preparado la localización para colocar el implante real, en vez de ser señales de calidad del implante en sí mismo. Es crucial que se emplee el juego exacto de fresas necesario para el implante concreto y que no se desgasten. Además, cualquier desviación respecto al procedimiento estándar de preparación de la localización recomendado por el fabricante para un sistema implantario específico, ya sea realizada de forma accidental o intencionada, puede comprometer la estabilidad primaria del implante insertado. Una falta de cumplimiento estricto de la preparación adecuada del hueso puede ser más perjudicial para la estabilidad inicial que las características morfológicas específicas de los implantes. Además, dada la destreza quirúrgica necesaria para preparar el hueso para implantes, es improbable que las pequeñas diferencias en la geometría del implante tengan influencia sobre la impresión de los cirujanos acerca de la «facilidad de colocación». Finalmente, debe señalarse que la «facilidad de colocación» no se relaciona de forma necesaria con el «tiempo», En definitiva, cualquier procedimiento que aumenta el riesgo de sobrecalentamiento del hueso no está recomendado. El resultado más importante tras la colocación de un implante es, por supuesto, que éste se osteointegre con un alto grado de predecibilidad. Sin embargo, en la actualidad existe un nuevo interés acerca de la rapidez con la que puede conseguirse la osteointegración. Aunque puede haber situaciones de tratamiento donde es deseable una rápida osteointegración, los méritos de una osteointegración rápida no deben hacer sombra a los resultados clínicos a largo plazo. Bastante pocos estudios presentan datos procedentes de períodos de seguimiento a largo plazo, es decir, más de 5 años, y los pocos disponibles pueden caracterizarse, en el mejor de los casos, como series prospectivas de casos de implantes unitarios y, en ocasiones, resulta demasiado evidente que el estudio se publica meramente como una promoción encubierta de una marca de implantes concreta. Apenas existen datos que comparen diferentes sistemas implantarios durante un período de seguimiento de 5 años, y hasta la fecha no existen datos de observaciones de más de 5 años. En la mayor parte de trabajos clínicos de los ochenta y a comienzos de los noventa, se describió que los implantes cortos del sistema Branemark® fracasaban con mayor frecuencia que los largos, tanto en ensayos clínicos con grupo control como en series descriptivas de 54 65,78,103 . Otros estudios que han evaluado otros casos , implantes también asocian un mayor número de fracasos a los implantes «cortos», por ejemplo, los implantes 90 71 82 104 Omniloc , los ITI® , los Bicon® y los 3i torneados . Se debe prestar atención al término «corto», que en algunos artículos significa implantes de 6 a 7 mm de longitud, mientras que en otros puede definirse como cualquier 72 longitud de menos de 14 mm, por ejemplo Algunos fabricantes destacan que no es el caso de sus productos. Es necesario que dichos reclamos sean evaluados de forma cuidadosa, ya que, con frecuencia, los trabajos citados para respaldar dichos reclamos tienen defectos estadísticos graves, o presentan una metodología débil. Por ejemplo, los anuncios de ITI® citan un gran estudio con un 19 amplio período de seguimiento , pero el artículo carece de un análisis estadístico multivariable de supervivencia apropiado, como el modelado de regresión de Cox o el de riesgos proporcionales. Otro ejemplo es un estudio que evalúa los implantes Osseotíte®, donde los autores destacaban que «los implantes más cortos se comportaban de forma similar a los más largos», aunque el estudio no se 79 diseñó para abordar esta cuestión . Un hallazgo intrigante es que un grupo de investigación de Leuven, en Bélgica, que había descrito con anterioridad una asociación entre la longitud del implante y el riesgo de fracaso, no demuestra una clara relación tras reanalizar el material de estudio mediante un análisis estadístico multivariable más complej074.75. Incluso se ha descrito en un estudio clínico reciente que el fracaso de los implantes del sistema Bránemark'® en este estudio era más frecuente entre los más largos (de 15 a 18 mm), en comparación con los 79 implantes más cortos . Lo que debe recordarse es que cualquier estudio con un diseño retrospectivo presenta el riesgo de una posible anulación y de sesgo del examinador. Además, cualquier relación numérica demostrable entre dos variables clínicas en un juego, a menudo, amplio y heterogéneo de datos puede deberse también, en teoría, a la confusión derivada de factores clínicos o del propio paciente, o bien puede ser meramente un fenómeno estadístico falso. Un estudio prospectiva que aborda la influencia de la longitud del implante sobre el éxito del tratamiento, preferiblemente de tipo aleatorio y/o con enmascaramiento, puede aportar indicaciones respecto al grado en el que puede ser un factor etiológico para el fracaso implantario. Puesto que no se han llevado a cabo estudios de este tipo, no puede descartarse que la asociación descrita entre la longitud de los implantes y el fracaso clínico es un reflejo de las limitaciones anatómicas en las situaciones reales de tratamiento. En otras palabras, la longitud del implante es una variable secundaria para lo que realmente representa diferencias en la selección del caso y de la localización en los ensayos clínicos. En la misma línea de discusión se encuentra la controversia de los beneficios alegados para los implantes de mayor diámetro. Chuang y 82 cols. aplicaron una regresión multivariable sobre los datos de 2.349 implantes Bicon y los fracasos asociados con una menor longitud implantaria, pero no con el diámetro del 105 implante. También Davarpanah y cols. y Friberg y 106 cols. describieron experiencias positivas al colocar implantes anchos, mientras los hallazgos de otros investiga107,110 dores deberían evitar su uso indiscriminado . Se ha propuesto que diferentes composiciones de aleaciones empleadas para los distintos componentes de la reconstrucción pueden originar efectos galvánicos y, de este modo, generar reacciones adversas en los tejidos blandos y quizá, incluso, el 111 fracaso del implante . Teóricamente, esto significaría que deberían evitarse los sistemas de implantes donde éste es el caso. Sin embargo, la hipótesis sigue sin confirmarse, y no se basa en una evidencia clínica sólida. El significado clínico de las diferencias descritas en la pérdida ósea entre los sistemas de implantes debe tenerse en cuenta en relación con el hecho de que son difíciles de conseguir mediciones fiables de la pérdida ósea de menos de 0,2 mm, incluso en situaciones in 112 vitro . Además, en muchos trabajos pueden variar de forma considerable los cambios en la pérdida de hueso entre los individuos de la muestra en estudio, tal como viene señalado por desviaciones estándar (DE) muy grandes. La DE supera, a menudo, las diferencias entre las marcas de implantes. Esto significa que la importancia relativa del factor implantario como tal es menor, en relación con otros factores de confusión asociados con el paciente y los clínicos. Además, los resultados a corto plazo sobre la pérdida ósea requieren de una interpretación cuidadosa, en especial en los estudios donde se están comparando sistemas implantarios de una y de dos 24 27,29,32,33.38 . Los estudios a corto plazo etapas quirúrgicas . ayudan a dilucidar el remodelado fisiológico que se produce alrededor de los implantes de diferentes diseños, pero es la información acerca del pronóstico a largo plazo de un implante la que permite al paciente decidir si la prótesis sobre implantes es una opción terapéutica o no. Aunque se sabe que la mayor pérdida de hueso alrededor de los implantes se produce durante los primeros 12 113 meses tras la colocación quirúrgica actualmente no existe consenso respecto al grado en que los resultados de los estudios clínicos a corto plazo pueden predecir el rendimiento a largo plazo de los implantes dentales. Los problemas mecánicos de las conexiones entre implante, pilar y superestructura que surgen en función de la morfología de la conexión son un asunto muy complejo y debatido en la literatura dental. La razón se debe, en parte, a la ausencia de una recogida sistemática de datos clínicos prospectivos, y la heterogeneidad de resultados presentados en las múltiples series publicadas de casos de implantes unitarios o de sistemas implantarios. La incidencia muy baja de problemas mecánicos señala la necesidad de muestras de estudio muy grandes y períodos amplios de seguimiento para hallar resultados significativos. De este modo, el único diseño realista de estudio a utilizar es la exploración cuidadosa de los implantes con fracaso y/o los análisis de datos retrospectivos. Una estrategia alternativa es mantener una base de datos de los implantes colocados y retirados, pero el único país que ha puesto 96 esto en práctica es Finlandia . Se puede cuestionar por qué otros países no han hecho lo mismo, en especial aquellos que han establecido registros nacionales para los implantes de mama y/o de cadera. El principal objetivo mecánico del diseño de un pilar es proporcionar lo que, en el lenguaje de la mecánica básica, se denominaría un «punto fijo» entre el implante y el pilar. Es decir, un punto que pueda resistir los seis componentes de fuerza y momentos aplicados a la unión durante las condiciones de uso. Al evaluar el éxito o el fracaso de una unión fija surgen dos cuestiones: «¿cuáles son los tres componentes de fuerza y los tres del momento que típicamente se aplican durante las condiciones de uso de la unión? y ¿con qué idoneidad se adaptan las diversas geometrías de unión entre implante y pilar a estas condiciones de uso?». El problema fundamental es que se carece de datos completos sobre cuáles son exactamente estos componentes de carga in vivo. Existe limitación de datos, pero éstos son insuficientes para permitir extraer conclusiones sobre las condiciones de carga in vivo sobre los implantes en cada una de las localizaciones de la boca, bajo todas las condiciones protésicas concebibles para 114 un paciente dado . En consecuencia, sigue siendo difícil evaluar las pruebas de laboratorio de los sistemas de pilares sin conocer las relaciones con las cargas en boca. En conjunto, con el examen de laboratorio de distintos tipos de sistemas pilar-implante, el desafío sigue siendo «cerrar el lazo» para relacionar los datos de las pruebas de laboratorio con las condiciones clínicas reales. Actualmente, es prematuro extraer conclusiones demoledoras acerca de qué sistemas son los mejores desde un punto de vista clínico, sin datos de examen ligados directamente a condiciones in vivo. Todos los implantes pueden estar sujetos a fracturas mecánicas. Sin embargo, los fracasos técnicos de los implantes se describen de forma relativamente escasa en la 115 biblioqrafia . Aunque ha habido unos pocos trabajos clínicos de fracturas de implantes, en contraste con las fracturas más comunes de los tornillos de los pilares y de la prótesis, las fracturas son importantes debido a las consecuencias significativas para el paciente. La sobrecarga parece no ser un factor etiológico causante de la fractura del 116 1I7 implante, desde un punto de vista clínico , . Aspectos generales del rendimiento clínico de los implantes Debe destacarse que existe un peligro inherente al limitar el interés del cuidado cualitativo del paciente a la armazón real del implante dental, únicamente. La destreza quirúrgica puede ser más importante para el éxito clínico que las 118 diferencias en las características de los implantes . Un requisito absoluto para el clínico, antes de llevar a cabo el tratamiento implantológico, es que haya obtenido una formación adecuada. Tiene mucha importancia el conocimiento de los posibles factores de riesgo implicados, y el conocimiento de qué paciente referir a centros más especializados y qué paciente-puede enmarcarse dentro de la propia destreza clínica de uno mismo. La preparación cuidadosa de la localización implantaria con una refrigeración adecuada y unas condiciones de asepsia apropiadas es una condición previa para implantar materiales extraños en el hueso. Una serie de estudios clínicos han descrito una influencia significativa sobre el resultado del tratamiento en función de las habilidades del cirujano, lo que puede separarse a su vez en una planificación errónea del tratamiento, o en las habilidades reales de manipulación del 103.119.120 cirujano . Ciertos productos parecen funcionar bien en manos de ciertos clínicos, pero fracasan cuando los utilizan otros. Esto conduce a la pregunta de si algunas marcas de implantes contienen «características sensibles a la técnica», lo que causa confusión en el aspecto de si es la formación inadecuada o las características sensibles a la técnica lo que explica la falta de éxito en las manos de otros cirujanos. Tanto los conferenciantes como los comerciales que publicitan implantes concretos insinúan de forma ocasional que ciertos implantes son «más agradecidos» que otros, en el sentido de que los implantes funcionan de forma satisfactoria a pesar de una destreza quirúrgica menos desarrollada. Claramente, es imposible llevar a cabo estudios clínicos para aclarar tal cuestión, por motivos logísticos y éticos. De este modo, no puede descartarse completamente ningún reclamo de superioridad frente a la sensibilidad a la técnica, pero quizá deben considerarse con un cierto nivel de escepticismo. Además, también se ha sugerido que, desde una perspectiva clínica o microbiológica, los fracasos de los implantes parecen deberse, principalmente, a causas derivadas del paciente, más 121-123 que del implante . Por todo ello, junto al cirujano, tanto los aspectos tangibles como los intangibles del paciente pueden ser factores etiológicos más relevantes para el fracaso del implante que la estructura real de implante. El informe del registro nacional de implantes de Finlandia determina que la razón más común para el fracaso de implantes es la falta de osteointegración dentro del primer año tras la intervención quirúrgica. Habitualmente, no se espera la pérdida repentina de la osteointegración de forma tardía, y con frecuencia no viene precedida por ningún acontecimiento 96 clínico especial que pueda observarse . No se sabe si la razón subyacente puede deberse al paciente, al equipo quirúrgico, a la superconstrucción o al verdadero implante. Los motivos relativos al paciente incluyen el estado médico antes de la intervención, el hábito de fumar, accidentes o, quizá, el uso irresponsable del implante y su abandono respecto a los cuidados caseros. Las razones relativas al cirujano engloban una indicación errónea o no tener en cuenta las contraindicaciones, la falta de experiencia, o los conocimientos existentes sobre implantología (selección del implante, técnica de intervención, equipamiento o personal inadecuado, decisiones durante la intervención y el tratamiento, no tener en cuenta las señales recibidas durante el seguimiento, no realizar el seguimiento sistemático). En último lugar, los posibles fracasos debidos al implante en sí mismo pueden abarcar su diseño inadecuado, las imperfecciones del material de partida, los defectos de fabricación, y las deficiencias en la 96 esterilización y almacenaje . Factores relacionados con la estructura del implante A su vez, otros componentes estructurales, además del propio cuerpo del implante y del pilar, pueden influir en el resultado clínico. Varios estudios clínicos se han centrado en la comparación de las prótesis fijas frente a las removibles sobre implantes, o en colocar dos implantes frente a otra cantidad, por ejemplo, cuatro implantes. Otros estudios han valorado las prótesis fijas cementadas frente a las atornilladas, así como diferentes tipos de sistemas de retención de las prótesis removibles. Otros factores con posibilidad de originar confusión que se han identificado en experimentos de laboratorio son las influencias del material empleado para las superestructuras protésicas y/o la carga no predecible debido al mal ajuste de dicha superestructura. El significado de la presencia de una interfase o «microhendidura» entre el implante y el pilar o la restauración, y su localización, en configuraciones de dos piezas, sigue estando sometida a debate. Diversos factores pueden influir sobre el nivel resultante del hueso de la cresta bajo condiciones donde existe una hendidura, lo que incluye posibles movimientos entre los componentes del implante, y el tamaño de la microhendidura (interfase) entre el implante y el 123 pilar • En la actualidad, las posibles hendiduras no se consideran un factor etiológico que origine una pérdida temprana del hueso implantario113 Otros posibles elementos negativos para un resultado clínico exitoso que se han identificado en experimentos de laboratorio son los efectos de la anatomía oclusal y de situaciones en voladizo, debidas a la localización de los implantes y/o a la extensión de la prótesis, al torque inadecuado para ajustar los tornillos, etc. Estos datos de estudio no se incluyen en el presente artículo. Debe reconocerse que, al menos, algunos de estos aspectos se asocian de forma indirecta con las características del diseño y con diferencias en los límites de tolerancia de los componentes de los sistemas de implantes dentales. descubrir que algunas combinaciones de materiales/geometrías/tratamientos superficiales se requieren ante ciertas situaciones especiales de tratamiento, mientras que otras combinaciones pueden ser óptimas para otras. También existe un dilema ético al comparar diferentes implantes. Es necesaria una hipótesis de que es posible ofrecer al paciente un tratamiento mejor respecto a aquél del que se dispone de los mejores resultados documentados, para justificar una comparación in vivo. Las marcas de implantes documentadas muestran todas ellas resultados muy buenos, con casi ninguna complicación seria. De este modo, se necesita una cantidad significativa de sujetos para separar un implante de otro. El problema es que, desde un punto de vista histórico, no se ha publicado en la literatura un abordaje sistemático para dilucidar estos mecanismos, y no parece formar parte de la agenda internacional de investigación. Finalmente, los nuevos ensayos deberían comparar, de forma preferente, los resultados y efectos positivos, en contraste con los análisis más comunes de los problemas biológicos y mecánicos adversos (es decir, cuando se contabilizan los fracasos bajo la presunción de que los no fracasos son supervivencias). Consideraciones para el dentista en ejercicio Consideraciones para las futuras investigaciones La amplia diversidad de características de los implantes no es necesariamente resultado, únicamente, de los fabricantes que pretenden obtener una distinción de marca en la agresiva competencia comercial. Los pleitos por infracción de patentes también han jugado un papel importante durante las últimas décadas, en especial en Estados Unidos. Sin embargo, la diversidad también es un signo de la confusión existente respecto a qué características de los implantes deberían tenerse en cuenta para ser consideradas clínicamente importantes. Es probable que este dilema continúe hasta que haya consenso sobre los requisitos más apropiados, en función del paciente y del clínico, para un mínimo rendimiento clínico de esta modalidad terapéutica102 Además, hasta fecha bastante reciente, los fabricantes de implantes habían sido reacios a apoyar ensayos clínicos en los que se compararan diferentes características implantarias y, especialmente, si dichos ensayos incluían un elemento de comparación entre diferentes fabricantes. Los relativamente escasos estudios clínicos que se han llevado a cabo (tabla 3) han comparado, en su mayor parte, diferentes marcas de implantes, donde se confunde la influencia sobre el resultado debido a la geometría del implante, el material y la topografía superficial. Por tanto, se pueden determinar conclusiones poco claras acerca de la importancia relativa de estos elementos de forma individual. Seguiremos siendo ignorantes mientras que exista falta de ensayos clínicos diseñados de forma adecuada para estudiar dichos factores básicos. Junto a esta complejidad, se encuentra el objetivo cada vez más común de comparar la carga inmediata, temprana y convencional en la cirugía de una sola etapa. Aparte de las disputas terminológicas acerca de lo que debe considerarse «temprano», quizá podamos La documentación científica de carácter clínico existente debería ser el principal factor de consideración para elegir unos implantes dentales. Sin embargo, dado que varios sistemas de implantes parecen comparables, parecería legítimo que los dentistas tuvieran en cuenta otros factores que pueden estar relacionados con la «calidad» del sistema implantario en un amplio contexto. Otros factores que pueden tenerse en cuenta más allá de los datos científicos son: • ¿Tiene alguna representación local el fabricante y pueden realizarse consultas fácilmente? • ¿Pueden suministrar los productos requeridos a tiempo y de forma fiable en situaciones extraordinarias? • La reputación ética y profesional del fabricante. ¿Es exacta la publicidad del fabricante, clara y exhaustiva? • ¿Ofrece el fabricante posibilidades de servicio y formación? • Facilidad de uso. ¿Son complicados los requisitos de formación para emplear el sistema de implantes? • Flexibilidad de las aplicaciones. Algunos dentistas pueden preferir una amplia selección de opciones protésicas alternativas, como los anillos en O, los retenedores y la elección de superconstrucciones atornilladas o cementadas, la posibilidad de pilares colados y cementados, pilares angulados y pilares antirrotacionales. • Inventario en almacén. ¿Es necesario que el dentista adquiera una cantidad amplia de instrumental para abordar diferentes situaciones terapéuticas, lo que aumentaría los costes de inventario? • Diseño técnico. Puesto que los defectos mecánicos aparecerán antes o después, ¿son complicadas y/o llevan mucho tiempo las técnicas necesarias para realizar los ajustes o reconstrucciones? • Costes. Es necesario tener en cuenta el coste del kit quirúrgico y protésico de iniciación, el coste por implante y por componente, así como los costes de cursos y formación. Asimismo, es necesario considerar el tiempo acumulado requerido para los ajustes y los fracasos mecánicos, ya que implica otras cuestiones tales como la confianza del paciente y el coste de oportunidad. 8. 9. 10. 11. Conclusiones La evidencia científica de la influencia de los materiales, la geometría y la topografía superficial de los implantes sobre el rendimiento clínico es limitada, y no especialmente fiable, desde un punto de vista metodológico. Por tanto, existe poco fundamento procedente de la literatura científica para establecer que ciertos implantes o sistemas implantarios son de calidad más o menos alta. Sin embargo, parece prudente evitar la utilización de implantes dentales sin registros de documentación clínica, en especial si el fabricante no ha revelado si el proceso de fabricación se lleva a cabo de acuerdo a los principios generales de las buenas prácticas de fabricación, por ejemplo, según los sistemas de aseguramiento de la calidad desarrollados por la ISO o la FDA. Una característica general de los ensayos identificados en este artículo es el interés casi unánime en los criterios clínicos que abordan el resultado terapéutico a nivel del implante, en vez de desde la perspectiva de la prótesis, el paciente o la empresa. Puede cuestionarse si muchos de los criterios resultantes descritos en este artículo son, de hecho, criterios secundarios para el éxito del tratamiento, que en el último caso es la experiencia del paciente en relación con las expectativas de éste. Por tanto, es necesario abordar en futuras investigaciones análisis de coste-beneficio y de coste-utilidad con el fin de diferenciar los sistemas de implantes dentales. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. Bibliografía 22. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Bránernark P-I, Hansson BO, Adell R, et al. Osseointegrated irnplants in the treatment olthe edentulous jaw. Experience Irom a lflyear periodo Stockholm: Almqvist & Wikselllnternational, 1977. Albrektsson T. Bránemark P-I, Hansson HA, et al. Osseointegrated titanium implants. Requirements lar ensuring a long-Iasting, direct bone-to-implant anchorage in mano Acta Orthop Scand 1981;52: 155-170. Binon PP. Implants and components: Entering the new millennium. Int J Oral Maxillolac Implants 2000;15:76-94. SahiwallG, Woody RD, Benson BW, et al. Macro design morphology 01 endosseous dental implants. J Prosthet Dent 2002;87:543-551. Rangert B, Krogh PHJ, Langer B, et al. Bending overload and irnplant Iractures: A retrospective clinical analysis. 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