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LISTADO DE PONENCIAS VIERNES (13 junio 2010) Título ponencia Nº S1-1 S1-2 S1-3 S1-4 Simposio Investigación en transfusión clínica en España Investigación en transfusión clínica en España Investigación en transfusión clínica en España Investigación en transfusión clínica en Ponente Apellidos Título Nombre METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN EN MEDICINA TRANSFUSIONAL Joan Cid INVESTIGACIÓN EN TRANSFUSIÓN Y CIRUGÍA José Antonio García-Erce CLINICAL RESEARCH IN TRANSFUSION MEDICINE IN THE UK Michael F Murphy. BANCO NACIONAL DE ADN 2004-2010: EL APOYO DE LOS CENTROS REGIONALES DE TRANSFUSIÓN Y LOS BANCOS DE SANGRE A LA INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA Andrés C. García-Montero Alonso S2-1 España Enfermedades transmisibles LOS PRIONES Y LOS DERIVADOS PLASMÁTICOS: ESTADO ACTUAL Concepción S2-2 Enfermedades transmisibles PERSISTENCIA DEL VIRUS DE LA HEPATITIS B: CONCEPTOS ACTUALES José M. Echevarría. S2-3 Enfermedades transmisibles Aspectos prácticos de la gestión de calidad de un servicio o centro de transfusión Aspectos prácticos de la gestión de calidad de un servicio o centro de transfusión Aspectos prácticos de la gestión de calidad de un servicio o centro de transfusión PANDEMIAS Y TRANSFUSIÓN Pilar León SISTEMA DE ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN VIGENTES: ¿DEMASIADAS OPCIONES PARA UN MISMO OBJETIVO? José Manuel Cárdenas S3-1 S3-2 S3-3 S4-1 Donación S4-2 Donación S4-3 Donación S5-1 Práctica Transfusional S5-2 USO RACIONAL DE CONTROLES DE CALIDAD INTERNOS Y EXTERNOS EN EL BANCO DE Pablo SANGRE Rodríguez GESTIONANDO INFORMACIÓN. APLICACIÓN DE LA LOPD EN LA CADENA TRANSFUSIONAL Luisa Barea Migue Ángel Vesga REQUISITOS DE SELECCIÓN DE DONANTES EN RELACIÓN AL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA EN ESPAÑA RELATIVE RISK OF REDUCING THE LIFETIME MSM BLOOD-DONATION DEFERRAL VS. CURRENTLY-TOLERATED TRANSFUSION RISK Vamvakas DONOR MANAGEMENT IN EUROPE: CHALLENGES AND OPPORTUNITIES Eleftherios Wim de Kort NUEVAS ESTRATEGIAS EN TRANSFUSIÓN MASIVA Magdalena Carmona Práctica Transfusional ACTUALIZACION EN TRANSFUSIÓN EN NEONATOS Aurora Viejo S5-3 Práctica Transfusional TRASFUSIÓN EN DOMICILIO. EXPERIENCIA DE 25 AÑOS SOBRE TRANSFUSIÓN DOMICILIARIA DE HEMODERIVADOS EN UNA UNIDAD DE HOSPITALIZACIÓN A DOMICILIO Begoña (HAD) Tamayo S6-1 Situación del Look-Back en España SEROCONVERSIONES INTRAHOSPITALARIAS Y LOOK-BACK Magda Campins S6-2 Situación del Look-Back en España LOOKBACK. ASPECTOS ETICOS Y LEGALES Migue Ángel Vesga S6-3 Situación del Look-Back en España Isabel González S7-1 Terapia Celular Felipe Prosper S7-1 Terapia Celular LOOK-BACK EN ESPAÑA. FOTOGRAFIA A 2010 UTILIZACIÓN DE CÉLULAS MADRE MESENQUIMALES EN EL TRATAMIENTO DE LA DIABETES UTILIZACIÓN DE CÉLULAS MADRE MESENQUIMALES EN EL TRATAMIENTO DE LA DIABETES Miguel Ángel Barajas S7-2 Terapia Celular TERAPIA CELULAR EN ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS José María Moraleda S7-3 Terapia Celular José Antonio Pérez S8-1 Inmunomodulación y Transfusión Melchor Álvarez de Mon Soto S8-2 Inmunomodulación y Transfusión EFECTO INMUNOMODULADOR DE LAS CÉLULAS STEM MESENQUIMALES ACTIVACIÓN Y REGULACIÓN DE LA RESPUESTA INMUNITARIA. MECANISMOS IMPLICADOS EN EL IMPACTO BIOLÓGICO INMUNOLÓGICO TRANSFUSIONAL CLINICAL EVIDENCE FOR BENEFICIAL AND ADVERSE EFFECTS OF TRANSFUSION RELATED IMMUNO MODULATION Leo Van de Watering S8-3 Inmunomodulación y Transfusión UNIVERSAL WHITE-BLOOD-CELL(WBC) REDUCTION: HAVE THE DESIRED RESULTS BEEN ACHIEVED? DO WE NEED OTHER MEASURES TO REDUCE THE ADVERSE EFFECTS THAT Eleftherios WE ARE TARGETING? Vamvakas Índice Simposio S1 Investigación en transfusión clínica en España: desafíos y metodología. Introducción Investigación en transfusión clínica en España: desafíos y metodología Introducción S1 Miguel Lozano Molero. Hospital Clínico Barcelona. Este simposio trata de la situación de la investigación clínica en transfusión en España. Si en la base de datos PubMed (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez?db=pubmed) se realiza una búsqueda por transfusión de sangre (“blood transfusion”[MeSH Terms]) y a la vez se añade que en la afiliación de los autores figure España (“Spain”[Affiliation]) y se limita por año de publicación a 2009, se obtendrán 33 artículos que cumplan dichos criterios. Pero si se cambia el nombre del país a EEUU el número de artículos que aparecerán serán 500, en el caso del Reino Unido serán 105, en el de Francia serán 85, en el de Italia serán 60 y de los Países Bajos serán 52. Si se cambia la palabra clave de búsqueda de “transfusión de sangre” a “leucemia” los resultados son algo diferentes: el dominio avasallador de los EEUU continua con 1.149 artículos pero esta vez de España se han publicado 76. Desde el Reino Unido la cifra es de 201, de Francia son 156 artículos, de Italia 225 y de los Países Bajos 90. A la vista de estos resultados probablemente se podría concluir que el número de publicaciones en el terreno de la transfusión de España está por debajo de los países del norte e igualmente menor en comparación con otras áreas de la especialidad de Hematología y Hemoterapia. Probablemente las razones para esta menor producción son varias. En la primera ponencia del simposio, el Dr. Joan Cid realizará un breve análisis de las posibles causas que podrían explicar la situación actual de la investigación en transfusión en España. Asimismo revisa- rá aspectos metodológicos de la investigación en general y en particular en el terreno de la Hemoterapia. En la segunda ponencia, el Dr. José Antonio García Erce, expondrá su experiencia en el campo de la investigación en transfusión y cirugía, un terreno donde su grupo del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza ha demostrado una destacada capacidad de producción y calidad. Su presentación es un ejemplo de cómo en nuestro país, a partir de la actividad diaria del servicio de transfusión es posible realizar a cabo investigación clínica de primer nivel. En la tercera ponencia el Prof. Mike Murphy de los Hospitales Radcliffe de Oxford, Reino Unido, nos presentará la experiencia de su grupo en investigación clínica en transfusión. En los últimos años su grupo ha realizado investigación en muchos y diversos campos relacionados con la Hemoterapia, desde la administración de los componentes hasta su indicación. Se espera que su presentación sirva de muestra de las enormes posibilidades que aún es posible encontrar en la Hemoterapia para investigar y mejorar. En la última ponencia del simposio el Dr. Andrés García Montero nos mostrará una forma de investigación en la que los Centros y Servicios de Transfusión de nuestro país pueden también realizar y es el de la colaboración con proyectos en otras áreas. En concreto no expondrá la trayectoria del Banco Nacional de ADN y el papel que los Centros y Servicios de Transfusión han jugado en su desarrollo. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 31 Índice Joan Cid S1-1 Metodología de la investigación en medicina transfusional Joan Cid. Servei d’Hemoteràpia i Hemostàsia. Hospital Clínic. IDIBAPS. Barcelona. Introducción La medicina basada en la evidencia (MBE) significa que los profesionales manejen las situaciones que se les presentan diariamente en contacto con los pacientes de acuerdo a la mejor evidencia científica disponible en cada momento. Para ello, es necesario que los profesionales adquieran los conocimientos básicos para interpretar los resultados que la evidencia científica nos proporciona. Así pues, la MBE permite aplicar los resultados de la investigación clínica para mejorar la aplicación de nuevas pruebas diagnósticas y para mejorar la eficacia y la seguridad de nuevas intervenciones terapéuticas o preventivas.(1) En este sentido, considero oportuno incluir este tema en el 21º Congreso de la SETS ya que los profesionales que trabajamos en Medicina Transfusional (MT) no hemos recibido una formación específica en MBE. Aplicaciones del meta-análisis en MT El meta-análisis es posiblemente el método de investigación en política sanitaria más importante que se ha desarrollado en las últimas décadas. Se trata de la integración de información de forma estructurada y sistemática a partir de diferentes estudios de un problema concreto. Con ello conseguimos una síntesis de los hallazgos previos donde los resultados de múltiples estudios son comparados, contrastados y reanalizados. Cuando realizamos un meta-análisis, puede ocurrir que: los resultados de diferentes estudios sean diferentes y entonces el objetivo del meta-análisis es investigar la razón de esta discrepancia los resultados de los estudios concuerden y entonces el objetivo del meta-análisis es cuantificar, con la aplicación de técnicas estadísticas, el efecto de la intervención que se está investigando Estas dos aplicaciones son ampliamente reconocidas pero existe una tercera situación en la cual un meta-análisis tiene un valor más controvertido. Consiste en la integración de los resultados de diferentes estudios que publican un efecto en la misma dirección pero sin alcanzar una diferencia estadísticamente significativa, probablemente porque el estudio en cuestión contiene una muestra pequeña. Al realizar el meta-análisis e integrar el resultado de diferentes estudios, el número de la muestra aumenta y se alcanza la diferencia estadísticamente significativa. Cabe recordar que un meta-análisis es un estudio observacional y retrospectivo y como tal está expuesto a todos los tipos de sesgos que afectan las investigaciones observacionales clásicas. Por ello, en este caso, un estudio prospectivo aleatorizado con un grupo control recibiendo un placebo es la forma de confirmar o no los hallazgos en un meta-análisis. (1) dos es un requisito necesario. Para realizar esta evaluación, disponemos de diversos instrumentos publicados. Sin embargo, existe un estudio de Jadad y col.(2) donde los autores describen una forma muy sencilla de evaluar la calidad de los estudios aleatorizados. En este estudio se describe una escala con una puntuación del 0 (baja calidad) al 5 (alta calidad). Los puntos se obtienen al analizar tres apartados básicos para determinar la calidad final de los estudios. Un máximo de 2 puntos si se considera adecuado el modo de aleatorización del estudio. Un máximo de 2 puntos si el estudio es doble ciego (paciente y médico) y 1 punto si el número de pacientes excluidos así como el porqué de la exclusión se encuentra de forma detallada en el estudio publicado. A partir de aquí podemos decidir si incluimos en el meta-análisis los estudios con una baja calidad. La ventaja de la inclusión es que disponemos de un mayor número de situaciones en la que analizamos el efecto de la intervención que nos interesa. En cambio, el principal inconveniente es que podemos incluir resultados de un valor poco fiable. En general, existe el consenso que si incluimos todos los estudios, independientemente de su calidad, las diferencias en la calidad de los estudios debe tenerse en cuenta cuando se realiza el meta-análisis. Extracción de los datos de interés de los estudios Llegados a este punto, es necesario extraer los resultados individuales de cada estudio para poder llegar a una respuesta que esté de acuerdo a la pregunta inicial. En este sentido, si la respuesta es una variable cualitativa debemos montar una tabla 2x2 con los resultados de cada estudio para poder calcular el odds ratio. En cambio, si la respuesta es una variable cuantitativa debemos buscar una media con su desviación estándar de cada grupo de pacientes y calcular así la diferencia de medias entre el grupo estudio y el grupo control.(3) Análisis de la concordancia de los estudios Cuando ya tenemos los estudios de interés con todos sus datos extraídos, es importante analizar si estos estudios son homogéneos en cuanto a los resultados obtenidos. Es lo que se denomina “homogeneidad de efectos”. Es necesario que los estudios incluidos en un meta-análisis cumplan este requisito antes de poder aplicar las técnicas estadísticas específicas. La situación opuesta, es decir la “heterogeneidad de efectos” se da cuando la diferencia en los resultados de los estudios es muy grande. En otras palabras, antes de continuar con nuestro meta-análisis debemos estar seguros que los estudios que estamos intentando analizar en conjunto son realmente similares y que las diferencias observadas entre ellos son fruto del azar.(1) Análisis de la calidad de los estudios incluidos Todas las recomendaciones publicadas sobre la metodología a seguir en la elaboración de un meta-análisis concuerdan que la evaluación de la calidad de los estudios inclui- 32 Pasos a seguir para realizar un meta-análisis 1. Detectar todos los estudios que analizan el tema que nos preocupa XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S1-1 2. Determinar qué estudios se van a incluir en el meta-análisis de acuerdo a criterios especificados a priori y basados en: a) La hipótesis de estudio b) La calidad del estudio 3. Extracción de los datos de interés de cada estudio incluido Metodología de la investigación en medicina transfusional 4. Análisis del grado de concordancia entre los resultados, conceptualmente y de forma matemática 5. Si los resultados concuerdan, cálculo del resultado “resumen” de todos los estudios 6. Si los resultados no concuerdan, investigación de las razones de tal discordancia Referencias 1. 2. Applications of meta-analysis in transfusion medicine. In: Vamvakas EC, editor. Evidence-based practice of transfusion medicine. Bethesda: AABB Press; 2001. p. 221-58. Jadad AR, Moore RA, Carroll D, Jenkinson C, Reynolds DJ, Gavaghan DJ, McQuay HJ. Assessing the quality of reports of randomized clini- 3. cal trials: is blinding necessary? Control Clin.Trials 1996 Feb;17(1):112. Basic concepts. In: Vamvakas EC, editor. Evidence-based practice of transfusion medicine. 1 ed. Bethesda: AABB Press; 2001. p. 120. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 33 Índice José Antonio García-Erce S1-2 Investigación en transfusión y cirugía José Antonio García-Erce, Jorge Cuenca Espiérrez, Ángel Borque Fernando, Manuel Muñoz Gómez. Hospital Universitario Miguel Servet. Nothing great was ever achieved without enthusiasm Ralph Waldo Emerson (1803-82) (JAMA 2003; 289: 1949) Dedicatoria: A nuestras mujeres, esposas y compañeras, e hijos, por las horas que les hemos robado para llegar hasta aquí. Agradecimientos: A todo el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatológica, Urología, Anestesiología y Farmacia Hospitalaria. Dr. Víctor Manuel Solano Bernad. A los Jefe de Servicio Dr Manuel Giralt Raichs, Dra Mercedes Mendaza, Prof Luis A. Rioja y Prof. Antonio Herrera Rodríguez. Introducción En el devenir de la existencia del ser humano, el hambre o necesidad nos ha agudizado el ingenio. Además, aunque es conocida la leyenda popular “The curiosity kills the cat”, sin esa curiosidad la humanidad, ni la ciencia médica, habría evolucionado. Cómo bien nos explicaba recientemente el Dr. Lozano, “la investigación comienza con una idea o una pregunta a la que se desea dar respuesta”. O en palabras de Aldoux Husley “El progreso de la humanidad se lo debemos a los insatisfechos”. En nuestro particular caso, la falta de sangre, mejor dicho los problemas ocasionados por la baja disponibilidad de este bien escaso en algunas épocas del año con mayor actividad quirúrgicas –esas malditas listas de espera y las pérfidas peonadas-, en una región envejecida y con una de las tasas de donación más baja de Europa, nos obligó al desarrollo de una política de “ahorro de sangre”. Aunque muy gráfico y popular, no nos gusta el término “ahorro” por su sentido peyorativo, y consideramos que el término más correcto a utilizar debe ser “uso racional de los hemoderivados”. Por ello, ante la escasez de la oferta en nuestro medio tendremos que reducir o racionalizar la demanda del “oro rojo” y por ello deberemos “transfundir el producto que haga falta en el momento que haga falta, siempre y cuando demostremos que realmente hace falta” como paso previo a la investigación del posible papel de otras estrategias que puedan reducir la transfusión en cirugía. Medicina Transfusional El objetivo prioritario de la Medicina Transfusional debe ser “establecer una estrategia transfusional adecuada que permita realizar menos transfusiones, llevarlas a cabo mejor, con un menor riesgo y con un coste también menor”. A pesar de que en la actualidad los hemoderivados son más seguros, y caros, que nunca, la transfusión sanguínea alogénica (TSA) tiene una serie de complicaciones agudas o crónicas, inmunológicas o infecciosas, humanas o técnicas, evitables o no, pero difíciles de erradicar completamente. Los riesgos transfusionales ocurren por la complejidad del objeto de la terapia del proceso transfusional (la sangre es un tejido líquido y la transfusión un transplante), los límites de las técnicas de detección y sobre todo los errores 34 humanos. Recordemos que la TSA puede ser salvadora de vida, pero cuando el beneficio supera a los riesgos. Ante la exigencia social de una TSA sin complicaciones habrá que incorporar los análisis, técnicas y procedimientos que los avances científicos o los mejores conocimientos epidemiológicos nos indiquen para conseguir la máxima seguridad en la donación, en la TSA y por supuesto en sus alternativas, y aproximarnos a ese utópico “riesgo cero”, pero dentro de un coste socialmente asumible. La exigencia social de un “riesgo cero” (léase de una oferta de TSA sin complicaciones a nuestro paciente-cliente), de la optimización en la asignación de los exiguos recursos (que al final son siempre económicos), y de la práctica de una medicina basada en la evidencia (conducente, entre otras, a una de la reducción de la variabilidad en la práctica médica) nos obliga a un ejercicio escrupuloso de terapia transfusional. La mejor forma de realizar este ejercicio, con la consecución de todas estas metas a medio y largo plazo, pasa irremediablemente por el USO RACIONAL DE LA SANGRE Y SUS ALTERNATIVAS a través de la colaboración multidisciplinar de todos los profesionales implicados en Medicina Transfusional. Este USO RACIONAL se puede clasificar, ordenar o priorizar de muchas formas. Investigación En el III Curso de Hemoterapia de la FEHH celebrado en 2001 en una ponencia titulada “Proyectos de estudios entres Banco de Sangre y Servicios Clínicos y Básicos” el Profesor Muñoz proponía que el “desarrollo de la Medicina Transfusional se basa en el trabajo en equipo, multidisciplinar, de anestesiólogos, hematólogos, cirujanos y traumatólogos, y tiene entre sus objetivos prioritarios establecer una estrategia transfusional adecuada”. El rol del Banco de Sangre (actuales Servicio de Transfusión) y sus interrelaciones con otros servicios hospitalarios en el desarrollo y consecución de estos objetivos es crucial. Para la consecución de los objetivos arriba mencionados disponemos de numerosas herramientas ó medios. Para el primer objetivo, “Transfundir menos”, debemos utilizar las siguientes posibilidades: uno, “POTENCIAR EL USO DE SANGRE AUTÓLOGA” en todas sus variantes (la Donación Preoperatorio de Sangre Autóloga (DPSA), la Hemodilución Normovolémica Moderada, la Recuperación Intraoperatoria de Sangre Autóloga ó la Recuperación Postoperatoria de Sangre Autóloga); dos, “OPTIMIZAR LA PREPARACIÓN PREOPERATORIA DEL PACIENTE” (corrección y tratamiento de la anemia preoperatoria con hierro, agentes estimulantes de la eritropoyesis y otras hematínicos); tres, “APLICACIÓN DE UNA POLÍTICA TRANSFUSIONAL RESTRICTIVA”; y cuatro, “MINIMIZAR LAS PÉRDIDAS SANGUÍNEAS” (tales como: suspensión de antiagregantes o anticoagulación oral, adecuado uso de heparinas, minimizar la congestión vascular, hipotensión controlada, anestesia loco-regional, mejorar la hemostasia quirúrgica, y la utilización de fármacos que disminuyen el sangrado XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S1-2 intra y postoperatorio como aprotinina, ácido tranexámico, desmopresina ó estrógenos conjugados). Para el segundo objetivo, “Transfundir mejor”, se basa en una serie de medidas que se encuentran en la esfera de actuación de anestesiólogo y/o cirujano, destacando: prever la importancia de la hemorragia, elección de las técnicas transfusionales oportunas, aporte selectivos de los componentes y derivados sanguíneos necesarios, y establecimiento de criterios restrictivos de transfusión. Para el tercer objetivo, “Transfundir con menor riesgo”, debemos valorar reducir los riesgos asociados a la TSA, tanto los de tipo inmunológico (incompatibilidad, aloinmunización y depresión inmunitaria, TRALI) e infecciosos. Además de analizar de la implementación de nuevas técnicas de escrutinio y, nuevamente, de la aplicación de criterios restrictivos de transfusión, deberemos considerar el tipo de hemoderivados utilizados (leucodepleccionados o no) y sobre todo su antigüedad (sangre fresca vs vieja) Y para el cuarto, “Transfundir con menos coste”, ante el progresivo incremento de costes de producción, deberemos analizar la no-transfusión, administración de concentrados de hematíes de uno en uno –seguido de reevaluación clínica- y la aplicación de alternativas más baratas. La epidemiología como herramienta El desarrollo de técnicas quirúrgicas cada vez más complejas ha elevado considerablemente la demanda de TSA. Se suele afirmar que hasta un 50% de todas las TSA se prescriben a pacientes quirúrgicos, siendo el anestesiólogo el responsable de la mayoría de ellas, y hasta un 60% de todas las TSA se administran a pacientes mayores de 65 años, que están excluidos de la donación altruista. Como consecuencia, la demanda de sangre alogénica puede ser mayor que la capacidad de suministro, a pesar del enorme esfuerzo que realizan los profesionales de los centros y servicios de transfusión. Hace más de diez años en un elegante estudio, el Dr. Fernández Montoya demostró una gran variabilidad en la práctica transfusional en toda España y en particular entre los hospitales andaluces. Esa “variabilidad” es antagónica de calidad. Se asume desde entonces que al menos un 20% de los hemoderivados transfundidos en España lo fueron de forma no indicada. Años más tarde, el grupo GOTRO de hospitales comárcales gallegos en un elegante trabajo en cirugía ortopédica mostraban que el factor independiente de riesgo transfusional era el hospital dónde uno fuese intervenido. Estos resultados son acordes a lo encontrado en los trabajos multicéntricos europeos Sanguis y Ostheo. Por ello, es importante evaluar periódicamente no sólo la práctica transfusional de nuestro medio, si no valorar su evolución, cómo el de nuestra población de referencia, para estimar las futuras de necesidades de nuestra población. En nuestra experiencia es igualmente importante la colaboración con el Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología para el correcto diseño de los proyectos de investigación, por muy modestos que sean, para la elaboración de las hipótesis, elección de los objetivos primarios y secundarios, adecuada selección de las variables y sobre todo el adecuado cálculo del tamaño muestral. La calidad como herramienta En cambio, la correcta aplicación de la mal llamada “cultura de la calidad” en nuestro medio, basada en la mentalidad británica de revisión y autocrítica dentro de los famo- Investigación en transfusión y cirugía sos “ciclos de mejora”, con la creciente incorporación de protocolos, guías y vías nos aporta una potente herramienta para investigar. En nuestro caso, el desarrollo de diferentes protocolos –que luego explicaremos- ha sido un potente factor decisivo en el cumplimiento de los contratos de gestión de nuestros respectivos Servicios. Tal como mostraremos, la incorporación del proyecto “hospital sin sangre” en el año 2004, por parte del entonces jefe de servicio Dr. Giralt, en el Contrato de Gestión del Servicio de Hematología y Hemoterapia tenía como objetivo principal: “la reducción del 10% del consumo de concentrados de hematíes en tres años” y como secundarios la “implantación de protocolos de ahorro de sangre en dos procesos ó servicios cada año”. En una elegante revisión, “Investigación, evidencia y búsqueda bibliográfica”, recientemente publicada en el boletín de la SETS el Dr Lozano, se indica que se requiere las siguientes fases: 1.- elaborar la hipótesis y objetivos; 2.búsqueda bibliográfica; 3.- escritura del protocolo; 4.- realización del estudio; 5.- análisis; y 6.- conclusiones. En nuestro centro hospitalario consideramos esta “escritura del protocolo” como piedra angular de la calidad y de la investigación. Por eso, desde hace más de seis años hemos progresivamente elaborando y publicando diversos “protocolos clínicos” y “vías clínicas” para cada una de las diferentes alternativas a la TSA aplicadas en nuestro centro, y para cada uno de los principales procesos quirúrgicos, revisados periódicamente y de acceso universal en la Intranet del centro y en algunas páginas web (www.awge.org). Estos protocolos han sido aprobados por la Unidad de Calidad Asistencial, por el Comité de Ética e Investigación, e incluso por el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud. Algunos de estos han participado en diferentes convocatorias de Calidad, de Investigación o de Uso Racional del Medicamento. La economía como herramienta Hace diez años el entonces Director Médico de nuestro centro (Dr. Canals) ante la acuciante situación de “falta de sangre” en nuestra región, la reciente aprobación de la indicación de la administración de EPO en pericirugía, y la disyuntiva de instaurar un programa de ahorro de sangre basado en la autodonación predepósito, nos dijo que “adelante, pero que no cueste mucho”. Desde entonces ha sido un objetivo de nuestro grupo no sólo la investigación de efectividad y seguridad de las diferentes alternativas utilizadas, si no también la búsqueda de la dosis o esquema ideal, así como estudios de coste-efectividad y del posible impacto presupuestario de las diferentes medidas aplicadas. No obstante, este debate suele estar perdido por la sensación universal entre nuestros compañeros de la supuesta “gratuidad” de la sangre y la existencia de un “precio político” de la misma en la fraccionada y variopinta organización transfusional de nuestro país. Otro problema es la financiación de dicha investigación y la manifiesta falta de interés prioritario por parte del Ministerio de Sanidad y Consumo. No es entendible la falta de transparencia y escasez de datos sobre la transfusión en nuestro país. Durante más de un año hemos intentado por varias vías (correos, cartas y llamadas telefónicas) disponer de datos oficiales sobre DPSA con nulo resultados. Es muy extraño que a fecha de hoy no se haya publicado los datos de transfusión del año 2008 o 2009, ni los datos regionales de Andalucía o Aragón desde 2006, y que hayan deja- XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 35 Índice José Antonio García-Erce do de estar disponibles los datos de consumo global y regional de DPSA. transfusión, y su periódica revisión ha sido en nuestro medio la línea argumental de la investigación en Medicina Transfusional en cirugía. Legislación vigente como herramienta En el desarrollo de la II Jornada de Actualización en Hemoterapia celebrada en Tudela (Navarra) en Mayo 2003 el Dr. Iñigo Romón en su ponencia sobre la Calidad en la Transfusión afirmaba que el primer paso y principal herramienta para empezar hacer calidad en nuestra práctica diaria consiste meramente en aplicar la legislación vigente. Esa sencilla pero sabia afirmación se puede aplicar también cuando queramos empezar a “investigar” en Medicina Transfusional. La aplicación del actual Real Decreto 1088/2005, de 16 de septiembre, por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión debe ser nuestro primer paso para investigar. En el artículo 40 sobre los “Comités de transfusión” se recoge que “las comunidades autónomas, en su ámbito de competencias, establecerán que en cada centro con práctica transfusional se constituya un comité de transfusión, para la correcta utilización de la sangre y sus componentes, cuyas funciones, como mínimo, serán las siguientes: a) Determinar los estándares y procedimientos de la práctica transfusional adaptados a las actividades clínicas que se realicen en cada centro hospitalario. b) El análisis y la evaluación periódica de la práctica transfusional. c) El análisis y la evaluación de las reacciones adversas asociadas a la transfusión. d ) El desarrollo de programas educacionales que fomenten el uso óptimo de los componentes sanguíneos. e) El desarrollo e implantación de medidas preventivas y/o correctoras dirigidas a la seguridad. f ) Cuantas otras funciones considere que puedan ayudar a fomentar un uso óptimo de la sangre, componentes y derivados, y al ahorro de su consumo. La puesta en marcha de estudios, sean retrospectivos o prospectivos, de cada uno de los apartados anteriores recogidos en la legislación vigente, con el posterior desarrrollo de protocolos para optimizar el uso de sangre, en cada uno de los procesos asistenciales que impliquen un riesgo de 36 La Universidad como herramienta La otra gran herramienta es, a nuestro modesto punto de vista, la academia o carrera curricular. La revindicada “curiosidad” puede ser primer paso para la elaboración de un proyecto de investigación, que primero sea el trabajo para obtener el “Diploma de Estudios Avanzados” (antigua “tesina”), y luego pueda convertirse en la línea argumental de una tesis doctoral. Esto ha sido uno de las claves de la línea de investigación de nuestro centro hospitalario en general y de la Cátedra de Cirugía Ortopédica y Traumatológica en particular. En los últimos años casi una veintena de DEAs y tres Tesis Doctorales basadas en diferentes alternativas a la TSA han sido defendidas, y otras tantas están en marcha, en nuestro centro hospitalario, mientras que en la Universidad de Málaga casi una decena de Tesis han sido defendidas en los últimos diez años. Además de impartirse desde hace 7 años la materia “Medicina Transfusional Perioperatoria” como asignatura de pregrado, en estrecha colaboración el Servicio de Transfusión del HCU Virgen de la Victoria y el Centro Regional de Transfusión Sanguínea. En la Universidad de Zaragoza como postgrado desde 2002. Comentarios finales La investigación en Medicina Transfusional aplicada a la cirugía es posible, pero no puede ser de forma puntual aislada y con la revisión retrospectiva de historias clínicas de prisa y corriendo en las vísperas de un congreso. Debe ser, cómo bien nos explica el Dr Lozano, requiriendo una serie de fases, a partir de una necesidad, pero sobre todo con un equipo multidisciplinar, quizás dirigidos u orientados por los hematólogos. Por supuesto, lo ideal es la realización de estudios aleatorizados prospectivos ( o estudios prospectivos con asignación aleatoria), pero mientras deberemos promover la realización de estudios observacionales multicéntricos, y revisar de forma crítica y continuada nuestra práctica clínica habitual tal como debería hacerse por parte de los comités hospitalarios de transfusión legalmente establecidos. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S1-3 Clinical research in transfusion medicine in the UK Clinical research in transfusion medicine in the UK S1-3 Michael F. Murphy. NHS Blood & Transplant, Oxford Radcliffe Hospitals and University of Oxford, UK. Introduction Blood transfusion is one of the commonest clinical interventions, but there are considerable data to indicate that much of current transfusion practice is sub-optimal, and varies widely between different hospitals and clinical teams.(1) Explanations for this variation include that clinicians may not be aware of relevant clinical guidelines or may be reluctant to follow them. Reluctance to implement them may be at least partly due to perceived weaknesses in the evidence base for their recommendations. Evidence influences practice but the level of evidence is key; guidelines and recommendations from experts appear to have limited impact, but level 1 evidence from systematic reviews or randomised controlled trials (RCTs) can have a major impact. For example in the UK, the publication of a systematic review on the absence of benefit of the use of albumin and possible increased mortality rapidly reduced its use(2), and the Canadian RCT on transfusion triggers in critical care resulted in significant changes in the use of red cell transfusions.(3) Randomised controlled trials Currently, there are around 5,000 RCTs in transfusion medicine. Formal assessment frequently indicates that their quality is poor, and the number of included patients is very small. To develop the evidence base for transfusion medicine, there is a need for new RCTs and for them to be performed to a high standard. To ensure the optimal design and conduct of adequately powered RCTs, they may need to be preceded by critical appraisal of existing RCTs, and pilot studies and surveys. Systematic reviews Systematic reviews have an explicit approach to the review of a given topic and aim to reduce bias relative to traditional literature reviews. They typically appraise RCTs to evaluate the evidence on a given topic, both enabling the results of the primary trials to be made more accessible to clinicians and providing clear conclusions on the evidence available to inform clinical decisions and policy. Systematic reviews also feed back into clinical trial design, both by providing further hypotheses to be tested, and also as a valuable guide to optimising the development of a trial protocol through the identification of methodological problems in previous trials. Currently, there are about 340 systematic reviews in transfusion medicine. The systematic reviews cover such topics as the effective use of blood components, fractionated blood products and alternatives to donor blood, the use of recombinant erythropoietin in cancer and other clinical settings, and the use of crystalloids and colloids and intravenous immunoglobulins. New systematic reviews are needed where the topic has not already been reviewed, and updates to systematic reviews are needed to identify and include the data from new RCTs. Broad overviews of RCTs may be a useful tool as a prelude to new systematic reviews on a specific topic. The Systematic Reviews Initiative (SRI) in Oxford The SRI remit is to contribute to the development of the evidence base for safe transfusion practice and the effective use of blood by carrying out systematic reviews of the transfusion medicine literature, assessing its strength and weaknesses, and identifying the need for new clinical trials.(4) A further emphasis for the SRI is the dissemination of its output within the UK health services and international readers. The SRI section of the www.transfusionguidelines.org.uk website was launched in March 2005 to improve access to citations for systematic reviews. A database is being developed to present references for the RCTs identified by the systematic reviews and handsearching of the transfusion medicine literature. A practical example of an overview of RCTs Fresh frozen plasma (FFP) is typically used to treat patients with multiple coagulation factor deficiencies, either to reduce established haemorrhage or to prevent bleeding following surgery or other invasive procedures. Its use has increased in many countries over the last 20 years; in England, current usage is around 300,000 adult units/year. A systematic review was undertaken to identify and analyse all RCTs examining the clinical effectiveness of FFP(5), and provide information for national guidelines on its use.(6) Comprehensive searching of the databases Medline, Embase and the Cochrane Library using detailed eligibility criteria identified 57 relevant RCTs. The RCTs were grouped according to the clinical indication e.g. liver disease, cardiac and vascular surgery, reversal of warfarin treatment effect, and massive transfusion. It was found that few RCTs included adequate details of the study methodology such as the method of randomisation, and blinding of the study staff and patients. The sample size of many trials was small (mean size per study arm ranges from 8-78 patients). No trials took adequate account of adverse effects of FFP, and the dose of FFP in the intervention arms varied between trials and appeared to be sub-optimal in some. The overall conclusion of the review was that the evidence base for the use of FFP is limited, both for the treatment of patients with haemorrhage and for its prophylactic use in patients with abnormalities of coagulation. Such lack of evidence does not mean that FFP is ineffective, but that there are insufficient data from RCTs to support or refute its effectiveness. Equally important, the review provides the background for the design of new RCTs of the use of FFP. The NHSBT/Medical Research Council (MRC) Clinical Studies Unit (CSU) based in Cambridge The CSU works closely with the SRI for the conduct of: Epidemiological studies e.g. studies seeking to define the XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 37 Índice Michael F.Murphy relationship between transfusion and the transmission of variant Creutzfeldt–Jakob disease (vCJD)(7), and to determine what types of patients receive blood transfusions and the effect of transfusion on their long-term survival.(8) Clinical outcome studies in specific clinical settings, usually with the aim of establishing baseline data to power future clinical trials e.g. the frequency of haemorrhage and use of platelets in thrombocytopenic neonates(9), and the relationship between coagulopathy, bleeding and FFP use in patients in adult and paediatric intensive care units. RCTs to improve the evidence base for good transfusion practice e.g. the use of red cell transfusions prior to surgery in patients with sickle cell disease, the use of prophylactic platelet transfusions in patients with haematological malignancies(10), and defining the thresholds for platelet transfusions in neonates. Conclusions Overall, the evidence base for much of transfusion practice appears weak, but transfusion medicine is no different to many other clinical specialties in this regard. There is a need to recognise this weakness, and to identify transfusion issues that really require high priority for clinical research. Success in meeting this challenge is essential both for the safety of patients and the effective use of an increasingly scarce resource. Given the common themes but limited resources for all blood services, there is a need for more international interaction and collaboration. A number of international research groups and organisations are undertaking or interested in undertaking evidence based medicine projects in the field of transfusion medicine. Increased collaboration between them should be pursued to develop the transfusion medicine evidence base, and to avoid the duplication of research, allow the sharing of resources and expertise, increase opportunities to disseminate the work that has already been done, and plan future research. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 38 The Sanguis Study Group. Use of blood products for elective surgery in 43 European hospitals. Transfus Med 1994; 4:251-268. Cochrane Injuries Group Albumin Reviewers. Human albumin administration in critically ill patients: systematic review of randomised controlled trials. Br Med J 1998; 317:235-240. Hebert PC, Wells G, Blajchman MA, Marshall J, Martin C, Pagliarello G, Tweeddale M, Schweitzer I, Yetisir E. A multicenter, randomized, controlled trial of transfusion requirements in critical care. New Engl J Med 1999; 340: 409-417. Brunskill SJ, Hyde CJ, Stanworth SJ, Dorée CJ, Roberts DJ, Murphy MF. Improving the evidence base for transfusion medicine: the work of the UK Systematic Review Initiative. Transfus Med 2009; 19: 59-65. Stanworth SJ, Brunskill SJ, Hyde CJ, McClelland DBL, Murphy MF. What is the evidence base for the clinical use of FFP: a systematic review of randomised controlled trials. Br J Haematol 2004; 126:139152. O’Shaughnessy DF, Atterbury C, Bolton-Maggs P, Murphy M, Thomas D, Yates S, Williamson LM. British Committee for Standards in Haematology, Working Party of the Blood Transfusion Task Force. Guidelines for the use of fresh frozen plasma and cryoprecipitate. Br J Haematol 2004; 126:11-28 7. Llewelyn CA, Hewitt PE, Knight RS, Amar K, Cousens S, Mackenzie J, Will RG. Possible transmission of variant Creutzfeldt-Jakob disease by blood transfusion. Lancet 2004;363:417-421. 8. Wells AW, Llewelyn CA, Casbard A, Johnson AJ, Amin M, Ballard S, Buck J, Malfroy M, Murphy MF, Williamson LM. The EASTR Study: indications for transfusion and estimates of transfusion recipient numbers in hospitals supplied by the National Blood Service. Transfus Med 2009;19:315-328. 9. Blajchman MA, Slichter SJ, Heddle NM, Murphy MF. New strategies for the optimal use of platelet transfusions. Hematology: American Society of Hematology Education Program 2008 2008: 198-204. 10. Stanworth SJ, Clarke P, Watts T, Ballard S, Choo L, Morris T, Murphy MF, Roberts I. Prospective, observational study of outcomes in neonates with severe thrombocytopenia. Pediatrics 2009; 124: 826-834. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S1-4 Banco nacional de ADN 2004-2010: el apoyo de los centros regionales de transfusión y los bancos de sangre a la investigación biomédica Banco nacional de ADN 2004-2010: el apoyo de los centros regionales de transfusión y los bancos de sangre a la investigación biomédica S1-4 Andrés C. García-Montero, María Almeida, Elena Chamorro, Rocio Fortes, Javier García Palomo, Mª Teresa Márquez, Sheila Mateos, Mª Isabel Morante, Rosa Pinto, Ana M. Regalado, Enrique de Álava, Alberto Orfao La publicación en 2001 de la secuencia completa del genoma humano (Human Genome Project) mostró que la variabilidad genética es sorprendentemente pequeña entre los diferentes individuos, apenas un 0,1%. De tal forma que su estudio, posible gracias a las herramientas genómicas que surgieron del proyecto HapMap (identificaron las variantes genéticas heredables más frecuentes), permite acercarse al conocimiento de las causas moleculares de las enfermedades. Así, se han generalizado los estudios de asociación de genoma completo (WGA) en los que el análisis de cientos de miles de variantes génicas permite identificar qué genes se encuentran potencialmente asociados a la aparición de enfermedades concretas. Sin embargo, el desarrollo de fenotipos concretos está asociado a complejas interrelaciones entre múltiples genes y factores ambientales (dieta, exposición a agentes tóxicos, consumo de fármacos u otras drogas, actividad física, estrés laboral o social, etc). Esta complejidad implica que para obtener resultados fiables se necesitan comparar cientos o miles de muestras de pacientes e individuos sanos perfectamente caracterizados. Pero la obtención de números tan elevados de muestras biológicas de calidad es una tarea difícil que no está al alcance de todos los investigadores, por lo que los biobancos se han convertido en infraestructuras de apoyo a la investigación que de una forma profesional, recogen, procesan, almacenan, gestionan, validan y distribuyen muestras biológicas a los investigadores que lo requieren. Ante las necesidades generadas por las nuevas tecnologías genómicas, el gobierno de España, a través de la fundación Genoma España, lanzó en el año 2003 una convocatoria pública, con evaluación por expertos internacionales, para crear plataformas tecnológicas de apoyo a la investigación biomédica: el Banco Nacional de ADN (BNADN; www.bancoadn.org), el Centro Nacional de Genotipado (CeGen; www.cegen.org) y el Instituto Nacional de Bioinformática (INB; www.inab.org). El BNADN se creó oficialmente el 16 de marzo de 2004 por un acuerdo de colaboración entre la Fundación Genoma España, la Universidad de Salamanca y la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Está financiado con fondos públicos y desde sus inicios trabaja en la creación de una colección de muestras representativas de la población sana y enferma residente en España para ponerla a disposición de la comunidad científica, con el fin de facilitar, promover y desarrollar la investigación acerca de la evolución humana, la diversidad genética/genómica en relación con la salud, la génesis de la enfermedad y su tratamiento. El BNADN proporciona muestras de ADN e información clínica asociada de pacientes y donantes sanos, a aquellos investigadores que presenten un proyecto de calidad científica contrastable y ética- mente correcto. Durante estos seis años, se ha convertido en un biobanco de referencia, tanto en los procedimientos técnicos relacionados con la extracción, almacenamiento y gestión de muestras de ADN, como en la salvaguardia de los condicionantes éticos y el cumplimiento de los requisitos legales derivados del uso de muestras biológicas. En la primera fase del proyecto se firmaron convenios de colaboración con 28 centros regionales de transfusión y bancos de sangre, bien directamente o a través de los gobiernos regionales, formando así una estructura en red pionera a nivel europeo que ha recopilado muestras de donantes sanos voluntarios repartidos por todo el territorio nacional. Esta estructura ha sido imprescindible para el adecuado funcionamiento del BNADN y ha sido reconocida como ejemplar en foros internacionales, sirviendo como modelo para otros biobancos regionales e internacionales. Debido al éxito de la primera fase, en octubre de 2006 se amplió la estructura del BNADN con cuatro nuevos Nodos, para seleccionar, recoger y almacenar muestras de pacientes con algunas de las enfermedades más prevalentes entre la población española: enfermedades cardiovasculares, metabólicas, neuropsiquiátricas y oncológicas. Además de estas muestras de pacientes, en la segunda fase del proyecto se firmaron también convenios de colaboración para el desarrollo de nuevos proyectos y colecciones: muestra poblacional de Riesgo Cardiovascular en Castilla y León; colección de muestras de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica; enfermedades inflamatorias crónicas de origen autoinmune (IMID); colección de muestras de mastocitosis; colección de gemelos de la región de Murcia; convenio con la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y convenio con la Sociedad Española de Arteriosclerosis; con el fin de promover la investigación científica acerca de los perfiles genéticos y posibles dianas terapéuticas en todas estas muestras. En la actualidad, además de los cinco nodos, la estructura del BNADN se complementa con una red de más de 60 centros asociados, entre los que se incluyen centros regionales de transfusión, bancos de sangre, hospitales y otras instituciones sanitarias, distribuidos por todo el territorio nacional. En conjunto, durante estos seis años de funcionamiento del BNADN, los convenios establecidos han permitido recoger las muestras que se detallan en la tabla 1. El protocolo de funcionamiento del BNADN y los protocolos de trabajo implementados, garantizan en todo momento el cumplimiento de los requisitos legales impuestos por la Ley de Investigación Biomédica (consentimiento informado; calidad y trazabilidad de las muestras, datos y procedimientos) y la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales (confidencialidad, derechos de acceso y revocación). Como garantía de su cumplimiento el BNADN ha trabajado desde su creación bajo un sistema de Gestión de XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 39 Índice Andrés C. García-Montero Tabla 1. Colecciones Muestras poblacionales: Controles sanos población española Estudio poblacional riesgo cardiovascular Castilla y León Gemelos Región de Murcia Nonagenarios Muestras de pacientes: Enfermedades prevalentes: Cardiovasculares(1) Metabólicas(2) Neuropsiquiátricas(3) Oncológicas(4) Otras enfermedades: Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica Mastocitosis Enfermedades inflamatorias crónicas/autoinmunes TOTAL: Muestras Líneas celulares 3.931 3.488 464 110 1.367 2.189 3.270 1.440 3.771 167 2.309 362 8.612 29.946 47 1.581 (1) Infarto de miocardio, hipertensión arterial, fibrilación auricular, ictus e insuficiencia cardiaca. (2) Diabetes Mellitus tipo I y II, obesidad, obesidad mórbida y dislipemia. (3) Esquizofrenia, Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, distonia cervical idiopática. 4) Tumores sólidos (colorrectal, mama, escamoso de cabeza y cuello, pulmón, próstata) y tumores hematológicos (leucemia linfocítica crónica, síndrome mieloproliferativo crónico, leucemia aguda, linfoma no-Hodgkin). Calidad ISO 9001:2000, que fue certificado y está activo desde febrero de 2006. Pero la función última de un biobanco no es almacenar con garantías muestras biológicas de calidad, sino facilitar su utilización en proyectos de investigación de relevancia científica. Así, desde el comienzo de su andadura en marzo de 2004, el BNADN ha distribuido más 31.000 muestras a la comunidad científica, procedentes tanto de donantes sanos (29.276) como de pacientes (2.602). Muestras que han sido utilizadas en 56 proyectos de investigación diferentes que comienzan a dar sus frutos. Además, el BNADN participa, como colaborador, en otros grandes proyectos y consorcios nacionales e internacionales. Actualmente, a nivel nacional, está colaborando en el desarrollo de un ambicioso proyecto que implica la recogida de 12.000 muestras de ADN de cinco enfermedades inflamatorias crónicas mediadas por mecanismos autoinmunes (proyecto IMID-Kit) y en un proyecto de WGA en 3.000 pacientes con fibromialgia y síndrome de fatiga crónica. En el ámbito internacional, el BNADN es miembro de pleno derecho del consorcio internacional P3G (Public Population Project in Genomics) y participa en el proyecto europeo del programa ESFRI FPVII, BBMRI para, junto 40 con representantes de más de 50 biobancos de 15 países diferentes, armonizar los protocolos de trabajo y explorar la viabilidad de la creación de una gran red de biobancos en Europa. Toda esta experiencia y reconocimiento nacional e internacional le han conducido a la participación en 2009 en dos proyectos internacionales de gran relevancia: El proyecto “1000 Genomas” (www.1000genomes.org), que constituye la continuación de los proyectos “Human Genome” y “HapMap”, en el cual el BNADN se encarga de aportar al consorcio una de las cuatro poblaciones que representará en este proyecto a la población europea (junto con otras de Italia, Finlandia y Reino Unido); y el “International Cancer Genome Consortium” (ICGC; www.icgc.org) en el que colabora proporcionando muestras de pacientes diagnosticados de leucemia linfática crónica. Para terminar queremos remarcar que toda esta labor sólo es posible gracias, fundamentalmente, a la colaboración y esfuerzo altruista del personal sanitario de los bancos de sangre, de los centros regionales de transfusión y demás centros colaboradores, que nos permiten acceder a los miles de donantes voluntarios que con su generosidad y buena disposición hacen que la buena marcha de este proyecto sea posible. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S2 Simposio enfermedades transmisibles. Introducción Enfermedades transmisibles Introducción S2 Manuel Álvarez. Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana. Dos de las entidades tratadas en este simposio, la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ) y la hepatitis B, presentan características opuestas. La hepatitis B fue una de las primeras enfermedades infecciosas de las que se supo que se transmitían por transfusión, mientras que la vECJ se encontraría entre las últimas. La hepatitis B fue la segunda infección para la que se utilizó una prueba de cribado de las donaciones de sangre, mientras que actualmente no hay una prueba de vECJ disponible para este fin y lo ideal es que no llegue a ser necesario utilizarla. El número de hepatitis B que se han transmitido por transfusión puede cifrarse en decenas de miles, mientras que el de vECJ se reduce a cuatro casos de probable origen transfusional, de entre poco más de 200 de todos los orígenes registrados hasta ahora. Las medidas preventivas parecen haber surtido efecto, de forma que es probable que la vECJ se encuentre en declive, mientras que, como acertadamente se ha titulado la exposición sobre hepatitis B, podemos hablar de persistencia del virus que la produce. Cuando, a partir del año 2005, empezó a introducirse la determinación de ADN de este virus en las donaciones de sangre, pudimos constatar la existencia de las denominadas hepatitis B ocultas, de las que J.-P. Allain nos había dado noticia en 2004 y que durante un tiempo nos parecieron una entidad rara, a pesar de que el número de las que se diagnostican entre los donantes de sangre sigue aumentando y no muestra tendencia a disminuir. Desde que se inició la pandemia de SIDA, causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), ha sido una preocupación permanente de los servicios de transfusión la posibilidad de la aparición de un agente que de forma silenciosa infectara las donaciones, haciendo que cuando se descubriera fuera tarde para evitar un número elevado de contagios. Esta pandemia ha modificado de forma radical los servicios de transfusión, mejorando considerablemente la seguridad de los productos sanguíneos y generando una actitud por parte de las autoridades sanitarias que ha permitido una reacción rápida y eficiente ante posteriores amenazas para los receptores de transfusiones. Un ejemplo claro de este tipo de reacción tuvo lugar en el año 2003, cuando en un intervalo de tiempo muy breve se puso en marcha en Estados Unidos el cribado de las donaciones para el virus del Nilo (WNV) con objeto de atajar una epidemia que ya había dado lugar a la transmisión transfusional de casos mortales de esta infección. En la actualidad, las enfermedades que producen los virus transmitidos por artrópodos (WNV, Chikungunya, Dengue) y las enfermedades parasitarias (Chagas, babesiosis) se encuentran entre las principales amenazas para la seguridad transfusional, sin que debamos descuidar la atención hacia las infecciones tradicionales (hepatitis y SIDA). XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 43 Índice Concepción Alonso S2-1 Los priones y los derivados plasmáticos: estado actual Concepción Alonso. Agencia Española del Medicamento. Las prionopatías o encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) son enfermedades neurodegenerativas causadas por un agente patógeno transmisible, el prión, que afectan al hombre y a los animales. En humanos, incluye a la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) y en ganado vacuno, a la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). Se caracterizan por la existencia de isoformas anormales de la proteína normal del prión, PrPc, cuya isoforma infectiva, PrPsc, deriva de la normal por un cambio conformacional que implica un mayor contenido de estructuras en hojas beta. Este cambio convierte a la PrPsc en susceptible de auto-asociación, formando agregados estables y resistentes a la digestión por proteasas, responsables de la transmisibilidad de la enfermedad. La especial naturaleza de los priones les confiere características únicas: agentes transmisibles sin ácidos nucleicos, gran resistencia a la mayoría de los procedimientos de desinfección convencionales, casi inexistente respuesta inmune, muy baja concentración en sangre y largos periodos de incubación. Las EET en humanos se clasifican según su etiología en: esporádicas (eECJ), ECJ típica, la forma más común; hereditarias, asociadas a mutaciones del gen de la proteína priónica; y adquiridas que incluyen la ECJ iatrogénica, como resultado de la exposición accidental a material infeccioso por un procedimiento médico -tal como el tratamiento con hormona de crecimiento humana o los injertos de duramadre o trasplantes de córnea-, o por instrumentos de neurocirugía contaminados, y la variante de ECJ (vECJ). Esta enfermedad se diferencia de la esporádica por tener características clínicas y neuropatológicas distintas y también por la presencia de la proteína priónica en órganos linfoides periféricos, con mayor incidencia en personas más jóvenes y una evolución clínica más larga. Se describió en el Reino Unido (RU) en 1996, y se la relacionó enseguida con la epidemia de EEB. Desde entonces han sido diagnosticados 219 casos de vECJ en el mundo, de ellos 172 en el RU, 25 en Francia, 5 en España, 4 en Irlanda, 3 en Holanda y en EE.UU., 2 en Portugal e Italia, y 1 caso en Canadá, Arabia Saudí y Japón. No puede excluirse la posibilidad de casos en otros países. La mayoría de casos han sido atribuidos al consumo de carne contaminada por el agente EEB, pero en diciembre de 2003 se identificó el primer caso de infección posiblemente asociado a una transfusión: el paciente desarrolló la vECJ seis años y medio después de recibir una transfusión de hematíes, de un donante que tuvo síntomas de vECJ tres años y medio después de la donación. En total se han identificado, en el RU, tres casos secundarios de vECJ confirmada y un caso de enfermedad priónica sin afectación neurológica (post-mortem se encontró el prión en tejido linfoide) de probable transmisión por transfusión; los cuatro casos recibieron transfusiones de hematíes no leucodeplecionados, entre 1996 y 1999, de donantes que luego desarrollaron la vECJ. El mismo donante está implicado en el tercer y cuarto caso. El Departamento de Salud del RU decidió excluir como donantes a los receptores de una transfusión. 44 Al día de hoy ningún paciente hemofílico o con otra coagulopatía ha sido diagnosticado ni ha fallecido de vECJ, pero por primera vez, en febrero del 2009, se notificó la presencia del prión anómalo en el bazo de un hemofílico, asintomático y fallecido por otra causa. Este paciente recibió 9000 Unidades de dos lotes de Factor VIII, fabricado con plasma que incluía donaciones de un donante posteriormente infectado de vECJ, y alrededor de 400 000 Unidades de las que se desconoce si incluyen más donaciones infectadas. También recibió 14 unidades de hematíes y había sido sometido a varias intervenciones quirúrgicas. Los estudios de estimación de riesgo relativo frente a exposición a vECJ por otras causas, incluyendo la dieta, sugieren que la causa más probable de la infección es a través de los productos plasmáticos de origen el RU. La identificación de estos casos ha intensificado el interés acerca de la posible diseminación de la enfermedad a través de la sangre y derivados. El hecho de que cuatro posibles infecciones hayan podido deberse a transfusiones de donantes sanos que donaron en el periodo de incubación, implica que otros donantes en fase subclínica pudieran ser fuentes de infección para receptores. Por otra parte, cada lote de un hemoderivado se produce a partir de mezclas de plasma de un gran número de donaciones de las que se obtienen varios medicamentos que se distribuyen entre varios miles de receptores. Puesto que en los últimos años ha desaparecido prácticamente la transmisión de los virus asociados históricamente a hemoderivados -virus de las hepatitis B y C y virus de la inmunodeficiencia humana- la posible transmisión de vECJ constituye la principal preocupación actual en la utilización de estos productos. Además, la infectividad del prión en plasma y en diferentes derivados plasmáticos ha sido documentada en estudios experimentales en modelos animales. Sin embargo, tanto los estudios epidemiológicos como la ausencia de PrPsc en tejidos periféricos de pacientes con eECJ sugieren que la forma esporádica no es transmisible por vía sanguínea, por lo que se toman medidas diferentes para ambas formas de ECJ. Cuatro factores contribuyen a la seguridad para reducir la transmisión de virus: 1) calidad del plasma que se utiliza como materia prima, 2) métodos de fabricación y purificación eficaces, con controles durante el proceso, 3) etapas específicas de eliminación/inactivación y 4) validación de los procedimientos anteriores, mediante estudios hechos por cada fabricante. Análogamente, para reducir el posible riesgo de transmisión de priones por medicamentos de origen plasmático se han ido estableciendo medidas preventivas y complementarias tanto a nivel del plasma como de los productos –incluso cuando son excipiente, p. ej, la albúmina– mucho antes de que apareciera el primer caso asociado a transfusión. Así se hicieron tanto directivas europeas como recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, del Consejo de Europa y de la Agencia Europea de Medicamentos, y regulaciones nacionales, para prevenir la trans- XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S2-1 misión potencial de vECJ por sangre humana y derivados sanguíneos, o por medicamentos de origen bovino. Entre estas recomendaciones cabe destacar la no utilización de plasma procedente de países donde hay un acúmulo de casos, la exclusión de donantes que han vivido durante ciertos periodos de tiempo o recibido una transfusión en algunos países europeos, y de personas que tengan mayor riesgo de contraer una EET (antecedentes familiares, transplante de córnea, etc.). Respecto a la exclusión por residencia en ciertas regiones, los criterios establecidos en cada país son ligeramente diferentes ya que están condicionados por la necesidad de mantener la disponibilidad de medicamentos hemoderivados. Otras medidas adoptadas han sido la leucodepleción e introducir etapas de eliminación de priones, demostrando cada fabricante la contribución del proceso de producción a eliminar la infectividad priónica potencial del plasma. Así, se ha documentado que varios procesos de fabricación de derivados plasmáticos –tales como las precipitaciones con etanol, las cromatografías y la nanofiltración– reducen la infectividad. Además, se deben retirar aquellos lotes de medicamentos en cuya producción haya intervenido una unidad de plasma de un donante que posteriormente desarrolló vECJ, pero no si es eECJ. En el RU, se han tomado más medidas: todos los pacientes que han sido tratados con hemoderivados de plasma del RU entre 1980 y 2001 están clasificados como personas “con riesgo de vECJ a efectos de salud pública” y se les debe informar adecuadamente para que sigan ciertos consejos y reducir así el riesgo de transmisión de vECJ. Este riesgo es desconocido y probablemente muy bajo, pero es Los priones y los derivados plasmáticos: estado actual adicional al riesgo general de la población del RU por exposición a EEB por consumo de carne. Por último, hay que señalar que un ensayo de detección de vECJ, sensible y específico, en las donaciones de plasma evitaría la diseminación de la enfermedad y sería útil para confirmar el aclaramiento de priones durante la fabricación de hemoderivados, en la misma forma que en la validación de eliminación viral. Además, un criterio de exclusión de donantes por “screening” en vez de por la historia de residencia geográfica sería mejor que la situación presente. Sin embargo todavía no hay ningún ensayo validado, aunque hay varias compañías trabajando en dicho test. Y cuando exista, aún quedarían muchas cuestiones por resolver, tales como la incertidumbre de lo que representa un resultado positivo, la información a dar al donante antes y después de la donación, la gestión de posibles falsos positivos etc. Hay que tener en cuenta que alguna de las medidas mencionadas ha producido en ciertos momentos falta de hemoderivados para pacientes en situaciones críticas. Por ello, es necesario usar estos medicamentos exclusivamente para las indicaciones aprobadas. En último término, la evaluación de la seguridad se basa en el seguimiento de los pacientes tratados con hemoderivados y aunque, con todas las medidas indicadas, se dispone en este momento de medicamentos hemoderivados de utilidad en patologías críticas con un riesgo ínfimo de complicaciones, la aparición de nuevos virus o agentes potencialmente transmisibles, como el prión de la vECJ, hace necesario continuar trabajando en desarrollar procesos innovadores que los inactiven o eliminen, y revisar continuamente la regulación aplicable. Referencias – – – – – Las encefalopatías espongiformes transmisibles humanas. Una visión desde la salud pública. http://www.isciii.es/htdocs/centros/epidemiologia/pdf/Encefalopatiases pongiformes.pdf. Versión Abril 2008 An update on the assessment and management of the risk of transmission of variant Creutzfeldt-Jakob disease by blood and plasma products. Turner ML, Ludlam CA. Br J Haematol Jan;144(1):14-23 2009 Review Variant CJD and plasma products. http://www.hpa.org.uk/webw/ HPAweb&HPAwebStandard/HPAweb_C/1195733818681?p=12 25960597236. Accessed 14 marzo2010 Fourth case of transfusion-associated variant-CJD infection. Health Protection Agency Health Protect Report 2007; 1: 2–3. http://www.hpa.org.uk/hpr/archives/2007/hpr0307.pdf. – – – Accessed October 16, 2009. Variant CJD infection in the spleen of a neurologically asymptomatic UK adult patient with haemophilia Peden A., MCCardle L, Head M W, Love S, Ward H J T, Cousens S N, Keeling DM, Millar C. M,. Hill F G H and. Ironside J W, Haemophilia (2010), 1–9. CPMP Position Statement on Creutzfeldt-Jakob disease and plasmaderived and urine-derived medicinal products. February 2003, EMEA/CPMP/BWP/2879/02. http://www.emea.europa.eu/pdfs/human/press/pos/287902en.pdf Guideline on the investigation of manufacturing processes for plasma-derived medicinal products with regard to vCJD risk. October 2004, EMEA/CPMP/BWP/5136/03. http://www.emea.europa.eu/pdfs/human/bwp/513603en.pdf XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 45 Índice José M. Echevarría S2-2 Persistencia del virus de la hepatitis B: conceptos actuales José M. Echevarría. Centro Nacional de Microbiología, Instituto de Salud Carlos III. Majadahonda, Madrid. Son muchos los virus de animales que poseen la capacidad de persistir en el organismo del hospedador tras la infección aguda, eludiendo así los mecanismos de eliminación inmune. Esos fenómenos de persistencia siguen tres modelos conocidos: la latencia, la integración silente y la infección crónica. La latencia se caracterizó por primera vez en los fagos bacterianos temperados, y su modelo mejor conocido en el mundo de los virus de animales es el de los -herpesvirus, que en la especie humana están representados por los virus del herpes simple tipos 1 y 2 y por el virus varicela-zóster. La latencia sucede en las neuronas de los ganglios sensitivos regionales, y el genoma viral reside en ellos como un episoma que no expresa ninguna proteína susceptible de ser reconocida por el sistema inmune. Periódicamente, el genoma entra en expresión completa, y produce partículas infecciosas que abandonan la neurona por la vía axonal y alcanzan el epitelio del dermatoma inervado por el ganglio. La incipiente replicación viral en la piel alerta al sistema inmune, y la infección se controla antes de que haya originado ninguna lesión visible (recurrencia). Sin embargo, si se da en ese momento alguna circunstancia local que dificulte la activación de las células T CD8+ específicas, la infección progresa hasta producir las lesiones cutáneas típicas (herpes labial, herpes zóster) (recrudescencia). Si se tomasen muestras de piel en uno y otro caso, en ambos se detectaría la presencia del genoma viral, pero en concentración mucho más alta en el segundo caso que en el primero. Por último, si se dan circunstancias que determinen una inmunodepresión celular severa y generalizada, el control de la recurrencia puede fracasar totalmente, y la infección se disemina y produce cuadros clínicos graves que pueden causar la muerte. La integración silente es característica de los retrovirus, y se caracterizó por primera vez al descubrirse los retrovirus endógenos de roedores (partículas C). El genoma viral se integra físicamente en el genoma celular y se replica con él, aunque permanece durante largos períodos de tiempo sin expresar ninguna función. Cuando lo hace, se producen partículas víricas completas, apareciendo así una infección de origen endógeno. Con frecuencia, este mecanismo de persistencia se relaciona con fenómenos de transformación celular y con la aparición de tumores. Por último, en la infección crónica productiva el genoma viral se comporta de la misma forma que en la infección aguda, y la persistencia se logra a través de mecanismos de inhibición de la respuesta inmune, o de escape a la misma por una evolución muy rápida de la población viral. Un ejemplo característico es la infección crónica por el virus de la hepatitis C, que se basa esencialmente en un fenómeno cíclico de generación, selección y amplificación de variantes de escape a la respuesta inmune neutralizante. Este último tipo de mecanismo es el que utiliza el virus de la hepatitis B (VHB) para persistir en una parte de los hospedadores a los que infecta. La persistencia comienza 46 merced a un sofisticado mecanismo de bloqueo de la respuesta inmune mediado por su antígeno mayoritario de superficie (HBsAg) y por el antígeno “e” (HBeAg), y puede continuar después por selección de variantes de escape a la respuesta inmune celular. Durante todo el proceso, la replicación viral completa sucede de forma continua y con mayor o menor intensidad. Con todo, es el sistema inmune quien gana con mayor frecuencia el pulso en los momentos tempranos, ya que un 90-95% de las infecciones agudas por VHB en sujetos que posean un sistema inmune maduro y competente no desembocan en infección crónica. El genoma del VHB puede también integrarse en el de los hepatocitos y participar en la inducción de transformación celular y en la generación de tumores, pero lo hace siempre en una forma en la que no es capaz de producir partículas infecciosas, por lo que este mecanismo de persistencia carece de significado en cuanto a la supervivencia del virus. Este modelo de persistencia, aún pareciendo muy completo, no explica, sin embargo, dos observaciones muy frecuentes: 1. La detección de viremia en pacientes negativos en las pruebas de detección del HBsAg en suero; y 2. La emergencia del HBsAg en suero en pacientes con marcadores de recuperación completa tras la infección aguda (reactivación de la hepatitis B). La primera de ellas se ha observado con mayor frecuencia a medida que ha ido aumentando la sensibilidad de los métodos de detección de viremia, y esto ha llevado a acuñar un nuevo término en la persistencia del VHB: la “infección oculta” por VHB (occult hepatitis B infection, OBI). El término OBI no define realmente ningún concepto nuevo en la patogenia de la hepatitis B, sino que tan solo se utiliza para referirse a los casos en los que se detecta la presencia del genoma viral en suero o tejido hepático sin que se detecte el HBsAg en suero ni llegue a detectarse en muestras de seguimiento. La hepatitis B carece de modelos experimentales accesibles en los que poder investigar el significado de este fenómeno, pero el virus de la hepatitis de la marmota (woodchuck hepadnavirus, WHV) ofrece un modelo alternativo que puede ser de alguna utilidad. Estudiando la infección por WHV en la marmota, se ha podido obtener una información que sugiere que el VHB podría persistir tras la infección aguda a través de un tercer mecanismo quizá muy similar al modelo de latenciarecurrencia que ilustran los -herpesvirus. En esa hipótesis, el genoma del VHB quedaría latente como episoma (ADN circular covalentemente cerrado, cccDNA) en el citoplasma de los linfocitos, y entraría periódicamente en expresión completa para producir recurrencias sometidas al control del sistema inmune. La OBI respondería, por tanto, a la presencia transitoria de bajos niveles de viremia durante la reactivación correctamente controlada, en tanto que lo que se ha denominado “reactivación de la hepatitis B” correspondería a la recrudescencia que resulta del fracaso en dicho control. En un trabajo de reciente publicación realizado en XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S2-2 donantes de sangre (González et al. Transfusion 2010; 50:221-230), los equipos del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid y del Centro de Transfusión de la Cruz Roja de Madrid aportaron algunos resultados en apoyo de esa hipótesis. Tras estudiar 383.267 donaciones mediante métodos de detección de HBsAg y métodos sensibles para detección del ADN viral e identificar 13 donantes con resultados compatibles con OBI, se cuantificó y secuenció parcialmente el genoma viral y se recogieron los datos demográficos y analíticos de cada uno de los donantes. El análisis de todos esos datos reveló que los donantes con OBI eran de edad significativamente mayor que la media, que sus niveles de transaminasas eran normales, y que los virus presentes en su sangre presentaban mutaciones susceptibles de inducir escape a neutralización con una frecuencia significativamente mayor que la encontrada en un estudio anterior entre portadores crónicos españoles. Esos hallazgos coinciden con los informados recientemente por algunos otros grupos, y son compatibles con una larga historia de persistencia viral con selección de mutantes bajo la presión de la inmunidad humoral como consecuencia de episodios repetidos de reactivación bajo control inmune. Persistencia del virus de la hepatitis B: conceptos actuales Cabría, por tanto, plantear la hipótesis de que el VHB pueda no eliminarse totalmente tras la infección aguda aparentemente resuelta, sino que dicha situación conduzca, con mayor o menor frecuencia (quizá siempre) al establecimiento de una infección latente que origine episodios periódicos de recurrencia acompañados de viremia transitoria y a bajo nivel. De ser cierta la hipótesis, la latencia del VHB podría ser un fenómeno significativo para la medicina transfusional, toda vez que la sangre donada coincidiendo con uno de esos episodios podría contener virus infeccioso en concentración suficiente como para producir la transmisión del virus a los receptores. Teniendo en cuenta que la obligatoriedad del cribado rutinario del ADN del VHB en las unidades de sangre es una cuestión que se halla bajo consideración desde hace algún tiempo, las conclusiones que pudiesen deducirse de la investigación de esta hipótesis tendrían repercusiones, en uno u otro sentido, en esa importante discusión. Dicha investigación requeriría el seguimiento a corto plazo de casos de OBI bien caracterizados, y el seguimiento a más largo plazo de cohortes de sujetos sanos con marcadores de resolución de una infección aguda por VHB previa. La participación coordinada de los Centros de Transfusión del Estado español contribuiría muy significativamente al buen término de esos estudios. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 47 Índice Pilar León S2-3 Pandemias y transfusión Pilar León. Centro Nacional de Microbiología. Madrid. En términos generales, los diccionarios definen “pandemia” como una epidemia de diseminación geográfica amplia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no posee una definición general, pero sí documentos que precisan el grado mínimo de diseminación necesario para elevar una epidemia de gripe a la categoría de pandemia. Hasta la primavera de 2009, precisaban, además, otras condiciones que acotaban más el concepto, restringiéndolo a aquéllas epidemias causadas por un subtipo de virus nuevo y capaz de producir enfermedad grave, lo que suponía asumir la ausencia de inmunidad en la población para poder calificar a un virus gripal como pandémico. Generalizando esas acotaciones a otros agentes, el concepto de pandemia no incluiría, por tanto, el descubrimiento y la re-emergencia de agentes endémicos ya existentes, y tampoco la emergencia de variantes de agentes ya conocidos frente a las que exista en la población algún grado de protección inmunológica cruzada. Los virus gripales tipo A constituyen el paradigma de agente infeccioso pandémico. Las pandemias de gripe surgen, principalmente, de la emergencia de cepas de virus de un subtipo nuevo para la especie humana que se generan por recombinación entre cepas humanas y de animales a través de un fenómeno que se conoce como “reordenamiento de genes”, sólo posible en virus que posean genomas fragmentados. Durante los últimos 100 años, se han producido tres emergencias de esa clase, que originaron las pandemias de 1918 (subtipo H1N1), 1957 (H2N2) y 1968 (H3N2). Por el contrario, la pandemia declarada por la OMS en la primavera de 2009 no responde a ese fenómeno, sino a la adaptación de una cepa del subtipo H1N1 procedente de la evolución, durante largo tiempo y al margen de la especie humana, de un linaje de ese subtipo en el ganado porcino. Si se analizan los datos disponibles un año después de su declaración, cabe preguntarse hasta qué punto se justificó calificar esa situación como pandemia. No cabe duda que se han satisfecho los requisitos de diseminación geográfica que establecen los documentos de la OMS, y también es cierto que el virus, aún habiendo causado menos de un 5% de la mortalidad que causa habitualmente la gripe, se ha mostrado capaz de causar enfermedad grave y muerte. Es asimismo cierto que cabe reconocer “novedad” en esta variante de virus gripal H1N1, pero no así que se trate de un agente para el que no existía inmunidad en la población al comienzo del brote. Fue, en realidad, la supresión de esta condición en los documentos aprobados en 2009 lo único que, aunque solo formalmente, pudo justificar la declaración de la pandemia por la OMS. El subtipo H1N1 causó la pandemia de 1918, y circuló en solitario durante 39 años, hasta 1957. Además, reemergió a finales de la década de 1970, y ha circulado junto con el subtipo H3N2 desde entonces. Por tanto, todas las personas vivas nacidas antes de 1957, y una parte de las nacidas después de 1980, sufrieron la primera infección gripal de su vida por efecto de un virus del subtipo H1N1. 48 El concepto de “pecado original antigénico” es un clásico en la inmunología de la gripe, y refleja la especialmente sólida inmunidad que las personas poseen durante toda su vida frente a los virus de la gripe tipo A que pertenezcan al subtipo que les causó la primera infección, lo que suele suceder antes de los 5 años de edad. Así, hoy sabemos que la población adulta actual posee, en buena parte, una memoria inmunológica específica basada en células T CD8+ (las efectoras de la citotoxicidad específica) que responde de igual modo frente a las cepas H1N1 “estacionales” y frente a la cepa H1N1 “pandémica” (Greenbaum JA et al. Proc Nat Acad Sci USA 2009, 106:20365-70). Si bien esas circunstancias no evitan la infección por la nueva cepa, sí reducen drásticamente su expresión clínica y previenen las complicaciones, lo que es coherente con los datos sobre incidencia y mortalidad en función de la edad registrados para este brote epidémico, que se han hecho públicos en detalle para Australia e Inglaterra (Kelly & Grant. Eurosurveillance 2009; 14:1-5; Donaldson et al. Brit Med J 2009; 339:b5213). La polémica generada alrededor de esta epidemia muestra a las claras la necesidad de lograr un consenso amplio en torno a una definición general de pandemia, y de examinar cuidadosamente las cosas antes de elevar una epidemia a esa categoría. Desde la óptica de los criterios que manejaba la OMS antes de la primavera de 2009, son realmente muy pocas las pandemias de las que tenemos noticias ciertas. Una de las dos únicas que podemos decir que cumplieron con todos los requisitos fue la de la viruela, causada por un poxvirus que evolucionó en África a partir de un ancestro que debió infectar roedores entre 16.000 y 68.000 años atrás. Dicha evolución resultó primero en la emergencia de las cepas que causaban la llamada “viruela menor” (Alastrim minor), probablemente responsable de epidemias en el antiguo Egipto ya en el siglo XIV a.C. Más adelante, aparecieron las cepas que causaban la “viruela mayor” (Variola major), cuyas primeras noticias proceden de China, y datan del siglo IV d.C. Estas últimas cepas emergieron en Europa durante los siglos XVI-XVII y se extendieron desde allí hacia América, causando una pandemia que terminó por convertirse en una endemia de difusión mundial. Con una mortalidad global superior al 30%, la viruela causó más de 60 millones de muertes en Europa sólo en el siglo XVIII, y se calcula que mató, hasta su erradicación, entre 300 y 500 millones de personas en total. Al margen de la viruela, la historia, tanto antigua como reciente, nos propone otras “pandemias” que no deben, en realidad, calificarse como tales. Podrían contarse entre ellas las epidemias de cólera de los siglos XIX-XX, y las de tifus exantemático entre los siglos XI y XIX. Más recientemente, las zoonosis conocidas como Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS) (2003) y Gripe Aviar (desde 2005), a veces citadas, con escaso o nulo fundamento, como pandemias. Quizá las que más se acerquen a satisfacer los requisitos sean las epidemias de peste negra causadas por Yersinia pestis en Asia y Europa. De ellas, la más famosa y XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S2-3 mejor conocida fue la que, partiendo de Crimea, asoló Europa entre 1347 y 1352. La epidemia de infección por virus West Nile (VWN) que afecta a América desde el brote inicial en Nueva York en 1999 es también de naturaleza zoonótica y su agente se transmite a través de mosquitos. El virus es endémico del nordeste de África y penetra regular y esporádicamente con las aves migratorias en los humedales al norte y el este del Mediterráneo, produciendo a veces brotes epidémicos de meningitis de cierta magnitud (Bucarest, 1996; Israel, 2000). El VWN se ha difundido ya entre las aves por toda América, pero no hay noticia de que se haya extendido a otros continentes. Sólo existen casos conocidos de enfermedad humana por VWN en los EE.UU., donde se cuentan ya por miles. Desde el punto de vista de la medicina transfusional, sólo los agentes capaces de establecer infecciones crónicas de larga duración que supongan la presencia persistente del agente en la sangre del donante son de transcendencia real. Es, precisamente, a esa categoría a la que pertenece el agente responsable de la segunda epidemia global a la que puede aplicarse con total propiedad el término “pandemia”. Se trata, obviamente, del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), responsable de la pandemia de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) declarada a partir de 1981. Su origen hay que buscarlo en la reciente adaptación a la especie humana de un lentivirus de chimpancés que, a su vez, derivaría de un lentivirus ancestral de prosimios presente en lo que hoy es África desde al menos 14 millones de años atrás. Confinado inicialmente en poblaciones humanas aisladas del África Central, los movimientos masivos de población determinados por el colonialismo, las dos guerras mundiales y las guerras coloniales llevaron el VIH a las ciudades, iniciando un nuevo ciclo de transmi- Pandemias y transfusión sión en el que la iatrogenia debió jugar un papel importante. Las relaciones humanas y comerciales debieron llevar el agente a Haití a principios de la década de 1960, y de allí saltó a los EE.UU., quizá por efecto del turismo sexual, a finales de esa década. El VIH se diseminó rápidamente entre ciertos colectivos del país (varones homosexuales promiscuos, adictos a drogas de administración parenteral), y también por efecto de las transfusiones de sangre y hemoderivados contaminados. Durante los primeros años de la década siguiente, se diseminó desde allí al resto de América y a Europa, Asia y Oceanía, ampliando la pandemia a escala mundial. España registró un 19% de los 81.849 casos diagnosticados en Europa entre 1981 y 1992. La repercusión de la pandemia del SIDA en el ámbito de la medicina transfusional fue enorme en todos los aspectos, y puede decirse, sin temor a errar, que transformó completamente la medicina transfusional en todo lo referente a la seguridad de sus productos terapéuticos. En resumen, el término “pandemia” no posee un significado intrínseco claro y debería aplicarse sobre la base de una definición general y de amplio consenso. Como se ha visto recientemente, la declaración de una pandemia puede suponer la puesta en marcha de planes internacionales de contención de los que se derivan costes económicos y sociales significativos, y sólo debería realizarse en situaciones que cumplan claramente con todos y cada uno de los requisitos que la definición establezca. Examinando la historia a la luz de una definición más sensata que la que la OMS estableció el año pasado para la gripe y más acorde con sus documentos previos, serían muy pocas las pandemias reales de las que tenemos noticia cierta. Sólo una de ellas ha afectado a la medicina transfusional, y su repercusión en ese medio ha sido enorme, el SIDA. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 49 Índice Simposio S3 Aspectos prácticos de la gestión de calidad de un servicio o centro de tranfusión. Introducción Aspectos prácticos de la gestión de calidad de un servicio o centro de tranfusión Introducción S3 José Luis Arroyo. Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria. La calidad de un producto o de un servicio no debe estar condicionada por la aparición de incidencias o accidentes, sino que puede ser programada, medida y mejorada. Es decir, puede y deber ser gestionada. La implantación de sistemas encaminados a gestionar la calidad es una realidad en el sector transfusional desde hace décadas. Actualmente podríamos decir que, dentro del entorno sanitario, los centros y servicios de transfusión son los establecimientos más entusiastas en incorporar nuevas herramientas que desarrollan y consolidan su sistema de calidad y de demostrarlo mediante la certificación por parte de entidades externas. Nuestro ordenamiento jurídico interno establece unos requisitos mínimos que deben ser aplicados en cualquier centro o servicio de transfusión. Desde el punto de vista práctico, el cumplimiento de estos requisitos obliga a disponer de un sistema de gestión de calidad perfectamente implantado y para ello se precisa disponer de modelos de referencia con el cual comparar nuestras prácticas y nuestra realidad. Sin embargo, debido a la variada oferta normativa existente, los responsables de la transfusión se encuentran con el reto que supone la necesidad de elegir el modelo de referencia o la norma a seguir: ISO 9001:2008, ISO 15189, estándares CAT, Guía consejo de Europa, etc, son algunas de los documentos de referencia más utilizados. En la primera parte de este simposio, el Dr.J.M.Cárdenas a través de su presentación “SISTEMA DE ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN VIGENTES: ¿DEMASIADAS OPCIONES PARA UN MISMO OBJETIVO? hará una revisión de conceptos básicos que habitualmente se utilizan de forma errónea (“autorización”, “inspección”, “acreditación”, “certificación”), hablará de los objetivos, aportaciones y las diferencias fundamentales entre las principales normas existentes y nos aportará su visión de un posible escenario futuro nacional y europeo en materia de calidad. La actividad analítica desarrollada en los centros y servicios de transfusión conlleva la emisión de resultados e informes, cuantitativos o cualitativos, cuya exactitud está directamente relacionada con la seguridad de la cadena transfusional. Los laboratorios deben diseñar e implantar sistemas de control de calidad que verifiquen la exactitud y veracidad de todos los resultados analíticos (pruebas compatibilidad, tipaje sanguíneo, escrutinio e identificación AI, escrutinio enfermedades infecciosas, etc). En la medida de lo posible, además de controles internos, es aconsejable la participación en programas de control de calidad externo (intercomparación); pero el tiempo y los recursos son limitados, y la utilización de controles debe estar basada en criterios técnicos que tengan en cuenta coste-beneficio. Este tema, eminentemente práctico, será tratado en la presentación del Dr.P. Rodríguez-Wilhelmi “USO RACIONAL DE CONTROLES DE CALIDAD INTERNOS Y EXTERNOS EN EL BANCO DE SANGRE”. En la actualidad, la existencia de un derecho legalmente reconocido a la intimidad del paciente y al carácter confidencial de sus datos no admite discusión. En los Centros y Servicios de transfusión se manejan datos personales de carácter sanitario que requieren un alto nivel de seguridad y por ello la cadena transfusional está sometida, como no podía ser de otro modo, a la regla general de confidencialidad. En la legislación específica de bancos de sangre (Real Decreto 1088/2005, Real Decreto 1343/2007) encontramos múltiples referencias al cumplimiento de la Ley orgánica de protección de datos de carácter personal (LOPD). Desde la entrevista previa a la donación de sangre hasta la transfusión (y posteriormente), todo el personal de los servicios y centros de transfusión (desde celadores, conductores de unidades móviles hasta facultativos) debería actuar siempre intentando salvaguardar al máximo la intimidad del donante o paciente. Lo contrario supone una infracción tipificada como muy grave en la L.O.P.D. En su ponencia “GESTIONANDO INFORMACIÓN”, la Dra.Barea hace una revisión sobre la LOPD y su aplicación práctica en el ámbito transfusional: cuáles son las medidas de seguridad aplicables a los ficheros con datos de donantes y receptores, qué es el documento de seguridad, cómo debe realizarse la transmisión de información a terceros, etc. Algunas de las pautas que presenta son de fácil e inmediata aplicación. Ya no hay excusas. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 53 Índice José Manuel Cárdenas S3-1 Sistema de acreditación y certificación vigentes: ¿demasiadas opciones para un mismo objetivo? José Manuel Cárdenas. Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos. San Sebastián. La variada “oferta” de normativas que son aplicables al banco de sangre es una realidad desde hace muchos años. Esta amplia presencia de normas de referencia termina por generar bastante confusión sobre el valor añadido que producen, su sentido y repercusiones y en general cómo determinar dónde está el interés de cada una de ellas. En el Congreso de la SETS de 2009 en Tarragona tuve la ocasión presentar una revisión de la trayectoria histórica de la implantación de los sistemas de calidad en banco de sangre que claramente transcurre paralela a la evolución de las normativas; como esta información está disponible en el Libro de Resúmenes no entraré en temas históricos a pesar de su interés por sí mismos y porque permiten comprender algunos aspectos aparentemente chocantes de las normativas actuales. En esta presentación revisaremos algunos conceptos, haremos una somera evaluación de las normativas disponibles en España, y finalmente intentaremos ver su evolución más probable en los próximos años. Conceptos Autorización, acreditación, certificación, son procesos que con matices siguen una dinámica parecida: 1) norma de referencia aceptada, 2) cuyo valor se está en condiciones de demostrar que se cumple, 3) un observador independiente verifica que hay evidencias del cumplimiento, y 4) un organismo con autoridad emite un dictamen. En función de la naturaleza de la norma, de la demostración, del observador y del organismo que dictamina, se puede distinguir entre autorización, acreditación y certificación. La ISO 17000 Evaluación de la conformidad. Vocabulario y principios generales, introduce el concepto de atestación como la emisión de una afirmación, basada en una decisión tomada después de la revisión, que se ha demostrado que se cumplen los requisitos especificados. Esta misma ISO 17000 define seguidamente Certificar como “Atestación de tercera parte relativa a productos, procesos, sistemas o personas”, y Acreditar como “Atestación de tercera parte relativa a un organismo de evaluación de la conformidad que constituye la demostración formal de su competencia para llevar a cabo tareas específicas de evaluación de la conformidad”. Por Tercera Parte se entiende alguien independiente. Según todo esto, se certifica todo lo que sea evaluable excepto los propios organismos que hacen evaluaciones, y se acredita todo organismo que hace evaluaciones. Un caso particular es la acreditación emitida por la AEHH y la SETS a través del CAT. Ni la AEHH ni la SETS son organismos acreditados oficialmente y por lo tanto no pueden certificar. Sin embargo sí pueden emitir acreditaciones aunque sin valor oficial (aunque sí valor técnico, y mucho). De hecho como el Programa del CAT está inspirado en el Programa de Acreditación del Bancos de Sangre de la AABB, en España hemos tomado la palabra “acreditación” con en el mismo sentido que el utilizado por la AABB y que no se corresponde con la nomenclatura oficial del campo de la calidad. Todo esto está cambiando con un CAT 54 acreditado y por lo tanto autorizado a certificar sistemas de calidad y de producto en bancos de sangre Autorizacion sanitaria La autorización sanitaria también llamada licencia, es sin duda la atestación más importante para un banco de sangre por ser un requisito obligatorio de carácter legal. La autorización es un proceso administrativo que incluye una inspección documental y una inspección in situ, toma como referencia la legislación en vigor, seguida de un dictamen con una de estas tres opciones: 1) Autorización, 2) Autorización con inclusión de incumplimientos considerados como leves y un plazo para resolverlos, o 3) Denegación de la autorización. Aunque el trámite administrativo es el mismo en toda España, lo cierto es que los aspectos técnicos de la inspección varían muchísimo por Comunidades Autónomas. En todas las comunidades funcionarios del cuerpo de inspecciones de sanidad realizan la inspección siguiendo sus protocolos, pero en algunas comunidades el inspector está asesorado por un hematólogo procedente de un hospital o de un centro de transfusión, que incluso a veces lleva el peso fundamental de la inspección. Además de las leyes en vigor algunas comunidades aplican otras normativas como referencia, por ejemplo procedentes del CAT, de la industria farmacéutica, o de la ISO 9000, sobre todo cubriendo espacios insuficientemente desarrollados en la legislación como puede ser la descripción al detalle del sistema de calidad, evaluación de la calidad de los componentes, o la gestión de procedimientos y registros. Una guía o checklist de sistemas de calidad en banco de sangre patrocinada por el Ministerio de Sanidad tiene por objeto el asesorar al inspector. En nuestra Comunidad (País Vasco) se ha estado utilizando en las inspecciones de 2009. Gran parte de la legislación española en materia de transfusión (pero no toda) depende de la europea; luego volveremos sobre esto porque está ligado al proceso de inspección y de autorización. Programas de acreditacion patrocinados por sociedades cientificas El enfoque administrativo de las inspecciones sanitarias, la dificultad de formar suficientes inspectores capacitados para evaluar las actividades del banco de sangre, y el lento trámite político y administrativo que requiere la necesaria puesta al día de la legislación han dado lugar a que las sociedades científicas impulsen sus propios programas de evaluación para cubrir el hueco. De acuerdo con esto se emite una normativa cuya puesta al día puede hacerse casi a tiempo real, la inspección y evaluación se hace por los pares o iguales (peer review) con lo cual responsables de hospitales o de centros inspeccionan la actividad de otros hospitales o centros de su mismo nivel y categoría. El resultado final es la emisión de un prestigioso certificado, tanto más prestigioso cuanto mayor sea la exigencia de la normativa y de la inspección. Además la evaluación tiene XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S3-1 cierto carácter interno con recomendaciones de mejora sobre todo técnicas. El programa de la AABB arrancó en 1958 y en España el del CAT (entonces PABAS) en 1971, por entonces con un enfoque principal sobre el producto (controles de calidad de reactivos, de productos), luego cada vez más sobre procesos (selección del donante, extracción, laboratorio, componentes), posteriormente sobre el control de procesos (formación, procedimientos, registros, validación, gestión de errores), y más adelante sobre el sistema de calidad (evaluación de los datos, percepción del cliente, mejora). En realidad todo estaba presente desde el principio, productos, control de procesos, sistema de calidad, pero no con la minuciosidad y profundidad que irían adquiriendo con el tiempo Programas para evaluar los sistemas de calidad A partir de la catástrofe del sida y de su profunda repercusión en los bancos de sangre, desde finales de los ochenta hubo una gran presión política y técnica para intensificar la necesidad de regular e inspeccionar el control de procesos y el sistema de calidad de los bancos de sangre. Los programas de acreditación de las sociedades científicas fueron sobrepasados por los programas específicos de inspección farmacéutica y sobre todo por la ISO 9000. Por lo tanto los bancos de sangre fueron adoptando progresivamente este tipo de certificación, primero por su gran calidad y segundo por su reconocido prestigio dentro de la Administración Pública y en general en los medios de opinión, factor muy importante para rehacer la imagen de los bancos de sangre. Hoy día lo principal de la normativa sobre sistemas de calidad está incorporado a la normativa del CAT. Si además el CAT acreditado funciona como agencia certificadora, el banco de sangre certificado por el CAT se beneficia de una normativa excelente, evaluada por personas con capacitación reconocida, con un enfoque no solo sobre el sistema sino también sobre el producto, con recomendaciones de mejora, y con un certificado válido oficialmente ante las autoridades sanitarias y la administración pública. Evolución previsible de la evaluación de los bancos de sangre en España. Proyecto eubis Un aspecto muy importante del CAT es su carácter voluntario, no obligatorio. Su valor ante la opinión pública, medios sanitarios, incluso en medios judiciales, es claro, y la acreditación debería ser una obligación moral y profesional para hospitales y centros, pero no es obligatoria para poder funcionar. Los gestores sanitarios, tanto en la sanidad pública como la privada pueden incluir como requisito interno la acreditación del CAT pero no se puede utilizar como argumento formal para denegar la autorización sanitaria. En estas circunstancias el proceso de autorización y su carácter obligatorio quedan como el principal instrumento para la evaluación y control de los bancos de sangre en España. Sin embargo hemos visto más arriba que aún con la misma legislación en todo el País, la inspección y autorización son muy distintas entre comunidades autónomas en términos de ámbito y profundidad de la inspección. El problema no es sólo de España. Encontramos la misma preocupación en la Unión Europea UE porque aún con una legislación común, la disparidad en la inspección difiere mucho entre países, e incluso dentro de un mismo país como pasa en España, Italia y otros. Poco puede hacer la UE porque la inspección sanitaria es competencia de Sistema de acreditación y certificación vigentes: ¿demasiadas opciones para un mismo objetivo? cada país, no de la Unión. Para resolver esto la UE está financiando el Proyecto EUBIS (European Union Blood Inspection System) dirigido por el Centro de Transfusión de Frankfurt y patrocinado por la European Blood Alliance EBA. La página web es http://www.eubis-europe.eu. Este proyecto tiene como objetivo elaborar un manual de inspección minucioso por medio de listas de comprobación, que debe de servir para inspectores y para inspeccionados qué puntos hay que observar, qué evidencias hay que buscar y cómo hay que interpretar los hallazgos. Todo se basa en las Directivas europeas, y allí donde puede haber una indefinición se recurre a normativas de referencia de calidad: Guía del Consejo de Europa, series de la ISO 9000, ISO 15189 e ISO 19011, las Guías de la EU sobre Buenas prácticas de Fabricación (vol 4), y singularmente el PIC/S for Blood Establishments que es una normativa, en realidad una guideline, que procede de la Inspección de Farmacia. El Manual del EUBIS se complementa con cursos de capacitación de inspectores. En el Proyecto participan varios países europeos, entre otros España. Se presentará oficialmente en el Congreso de la ISBT en Berlín en Junio de 2010. ¿Cómo puede repercutir este Proyecto en la práctica? La idea es que los inspectores y las inspecciones estén homologados al máximo en toda la Unión; el Proyecto ofrece a las autoridades sanitarias de todos los países un instrumento técnico que facilite esta homologación. Queda para las autoridades de cada país la voluntad política y la decisión de aplicar el Proyecto, y en caso de seguir otro método alternativo explicar a la Unión que las inspecciones de los bancos de sangre en todo caso se llevan a cabo con el rigor que se espera de ellas. Un problema de la legislación europea y también del EUBIS es que están supeditados al dictado de la Constitución de la UE y en concreto al artículo 152 del Tratado de Ámsterdam. De acuerdo con este artículo la UE debe legislar para asegurar la calidad de los productos sanguíneos que circulan dentro de la Unión. El uso que se haga de la sangre y la práctica transfusional quedan dentro del ámbito de la autoridad de cada país y por la tanto la Unión no puede legislar en la materia. Esto hace que la legislación europea cubra prácticamente todas las operaciones que tienen lugar en el centro de transfusión, y en cuanto a los servicios de transfusión se limitan a lo que tenga que ver con el producto: 1) trazabilidad, y 2) hemovigilancia sólo cuando el efecto adverso o la reacción adversa sean atribuibles al producto (pero no si se derivan de su mal uso). Lo cierto es que la transposición de las Directivas que está realizando el Ministerio de Sanidad no se está limitando a la legislación europea sino que también está incluyendo disposiciones legislativas que afectan a la práctica transfusional (la Unión no puede pero el Ministerio sí). No son muchas disposiciones porque es un tema difícil de legislar por ser muy cambiante, pero ahí están. El caso es que el EUBIS y las inspecciones en línea con la UE se orientan claramente a los centros de transfusión. Es muy posible que en relativamente poco tiempo la Autoridad Sanitaria termine por controlar en exclusiva las operaciones de los centros de transfusión, mientras que será necesario durante muchos años seguir contando con programas de evaluación permanentemente actualizados y dinámicos, tanto de producto como de sistema, orientados a la mejora de la calidad de la práctica transfusional, singularmente la que se lleva a cabo desde los servicios de transfusión. Un programa como el CAT está en una excelente posición para cubrir esta necesidad. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 55 Índice Pablo Rodríguez-Wilhelmi S3-2 Uso racional de controles de calidad internos y externos en el banco de sangre Pablo Rodríguez-Wilhelmi, A. Aranguren Azparren, J. L. Arroyo., M. F.Ardanaz Aicua, M. L. Ayape Puyales. Introducción La actividad analítica desarrollada en los centros y servicios de transfusión (a partir de ahora bancos de sangre) conlleva la emisión de resultados e informes, cuantitativos o cualitativos, cuya exactitud está directamente relacionada con la seguridad de la cadena transfusional. Trabajar con productos destinados a curar la enfermedad, salvar o mejorar la calidad de vida, implica establecer mecanismos de control para garantizar la idoneidad de los resultados obtenidos, minimizando el margen de error (aseguramiento de la calidad) y aplicar planes de mejora permanente (mejora continua). Todo banco de sangre debe disponer de un Sistema de Gestión de la Calidad que permita garantizar la calidad de los componentes sanguíneos, células y tejidos humanos, así como su utilización. Uno de los requisitos obligados de cualquier sistema de calidad es la utilización de programas de controles internos y externos como herramienta de aseguramiento de la calidad. Aunque en el banco de sangre siempre se han utilizado controles, la incorporación de nuevas técnicas analíticas y la progresiva automatización de todas ellas, se ha acompañado en los últimos años de un paralelo incremento en la utilización de éstos, con el consecuente consumo de tiempo, recursos humanos y económicos. Los bancos de sangre adquieren los reactivos que utilizarán después de comprobar que cumplen sus expectativas técnicas. Esto no es motivo para que los reactivos no se sometan a controles sistemáticos como: registro en el momento de la recepción (embalaje, temperatura y caducidad adecuados); evaluación de cada nuevo lote en el laboratorio antes de ser usado (reactividad/especificidad, potencia y titulación); cumplimiento de las instrucciones del fabricante y el análisis diario de controles internos para garantizar la corrección y repetibilidad de los resultados. El propósito del control de calidad es dar seguimiento a la calidad analítica de un procedimiento, detectar cambios y eliminar resultados con errores significativos. Para un laboratorio, esto significa utilizar controles que detecten los errores que pudieran poner en riesgo al paciente. Con la participación en programas voluntarios de control de calidad externos, los bancos de sangre tiene la oportunidad de someterse a revisión periódica los resultados que obtiene y de identificar posibles deficiencias. resultados analíticos y aplicar, si es necesario, medidas correctoras que mejoren su rendimiento y eficacia, de tal manera que verifican el correcto funcionamiento la técnica empleada. Nos permiten detectar errores sistemáticos y aleatorios. Su leitmotiv es la repetitividad. Hay que diferenciarlo muy bien del control de reactivo de kit, específico para cada lote de reactivo, que puede no identificar cambios entre lotes de reactivo, no permitiendo así la monitorización a largo plazo. Control calidad externo o esquemas de evaluación externa (EQA): Para una misma muestra desconocida emitir unos resultados que son valorados por un agente externo y que, además, nos permite la comparación con otros participantes con nuestras mismas características. Proporcionan información acerca de la prueba realizada en un ensayo en particular en un momento puntual. Evalúan la variabilidad entre laboratorios en busca de un patrón común nacional o internacional. También denominados “programas de intercomparación”, los programas de calidad externo, afectan cada vez a más tipos de ensayos o determinaciones, puesto que ayudan a los laboratorios a demostrar, por medio de su funcionamiento global, la calidad y competencia en los ensayos involucrados, permitiendo evaluar la capacidad analítica de un método, tanto por comparación frente a otros laboratorios similares, como por la evolución temporal de su participación. Además, junto con la obtención de un material de referencia mediante la evaluación de una muestra suficientemente homogénea, permite a los participantes confirmar el grado de cumplimiento con unos criterios establecidos por el organizador, que en caso de no satisfacerse revelaría la posible existencia de errores en los resultados, que deben ser analizados para investigar su causa y corregirla. En el contexto de los bancos de sangre, actualmente existen 3 programas vigentes promovidos desde la SETS/AEHH (inmunohematología: grupo ABO y RH-Kell, escrutinio e identificación de anticuerpos irregulares, coombs y prueba de compatibilidad según dos modalidades de participación, básica y avanzada, 2 muestra cuatrimestrales; serología infecciosa: HBsAg, anti-VHC, antiVIH, anti-HTLV1 y anti-Treponema, 6 muestras trimestrales; hematimetría: hemograma, morfología sangre periférica y reticulocitos modalidad básica o avanzada con carácter trimestral). Definiciones Control calidad interno o control de tercera opinión1: Acciones operativas periódicas para verificar si los sistemas analíticos se encuentran dentro de los límites establecidos en las especificaciones de los ensayos. Se evalúa mediante el análisis de una o más muestras control, de valores conocidos, utilizados al mismo tiempo y en paralelo con las muestras de los donantes/pacientes. Son independientes del kit y del lote del reactivo y, por lo tanto, pueden detectar tendencias o desplazamientos que pueden no ser identificados por este último. Permite evaluar la fiabilidad de los 56 Legislación y requisitos estándares técnicos La mayoría de los países, entre ellos el nuestro, han adoptado leyes que se aplican al ámbito transfusional, tanto en el ámbito organizativo como en el técnico, todas ellas con el objetivo común de garantizar la transfusión segura. En nuestra legislación son numerosas las referencias al uso de controles de calidad en las determinaciones analíticas. Real Decreto 1088/20052. (Anexo III). “Las técnicas utilizadas en estas pruebas deberán tener, en cada momento, un XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S3-2 nivel óptimo de sensibilidad y especificidad, y los reactivos empleados en ellas cumplirán la normativa sanitaria nacional”. Real Decreto 1343/20073. (Artículo 2) “Control de calidad: elemento del programa de gestión de calidad, que comprende el conjunto de técnicas y actividades operativas para determinar el grado de cumplimiento de los requisitos de calidad”. Anexo I “se dispondrá de los datos que confirmen la idoneidad de los reactivos de laboratorio utilizados para la verificación de las muestras de donantes y componentes sanguíneos” y “la calidad de la verificación en el laboratorio se evaluará periódicamente mediante la participación en un sistema formal de pruebas de competencia, tal como las de un programa externo de aseguramiento de la calidad”. Asimismo, todos los estándares y guías técnicas de las sociedades científicas incorporan entre sus requisitos la utilización de programas de control interno y externo en todas las determinaciones analíticas: inmunohematología, escrutinio serológico de enfermedades infecciosas, técnicas NAT, etc. Estándares de Acreditación en transfusión sanguínea (CAT) 2006, 3ª edición4: Para el CC de reactivos de grupo sanguíneo “…se deben introducir, con una frecuencia mínima diaria, controles internos que verifiquen el correcto funcionamiento de los reactivos empleados” “los controles de calidad internos se deben completar periódicamente con controles de calidad externos”. Dentro del análisis del cribado de marcadores infecciosos “es recomendable que, además del control positivo comercial, se incluya un control positivo débil en cada tanda de trabajo y para cada marcador” “se debe participar en programas de control de calidad externo…”. Para las técnicas NAT en minipools “detección de 5000 UI/mL (según estándares de la OMS) de ARN-VHC por donación”. Situación en España Con el propósito de tomar el pulso a lo que venimos haciendo en los bancos de sangre de nuestro país, se realizó una sencilla encuesta para recabar información de las áreas de serología, inmunohematología y técnicas NAT. Básicamente se recogieron datos sobre los instrumentos y técnicas utilizadas, controles de calidad internos (diferente al control de reactivos que proporciona el fabricante), adhesión a programas de control de calidad externos y presupuesto invertido en estos controles. Sobre un total de 26 bancos encuestados se han evaluado 17 (incluidos todos los bancos con un número total de extracciones anuales >75.000). Uso racional de controles de calidad internos y externos en el banco de sangre Si seccionamos por áreas de trabajo hemos obtenido los siguientes resultados: Área inmunohematología Todos los bancos utilizan técnicas automatizadas en microplaca, tres de ellos, además, tienen automatizadas técnicas en tarjeta y cuatro tienen técnica manual adicional en tarjeta. Seis bancos utilizan controles internos con una periodicidad que varía desde diario hasta mensual; tres utilizan controles internos de sus donantes/pacientes. La mayoría de los bancos están suscritos al mismo programa de control de calidad externo en alguna de sus dos modalidades. El 68% de los encuestados afirma que el control externo de la SETS no es válido para microplaca. En cuanto al presupuesto de controles internos, llama la atención que un banco consume 2.621 €, mientras que en el resto el coste es cero; a pesar de que el programa de control de calidad externo utilizado es el mismo, hay variaciones en el coste con un intervalo que va desde 440 hasta 600 €. Área serología Todos los bancos utilizan una técnica para la detección de VHC, VIH y VHB automatizada de quimioluminiscencia. Nueve de ellos utilizan controles internos, todos ellos con una periodicidad diaria (uno utiliza como control interno muestras procedentes de pacientes conocidos). Tres bancos utilizan control de calidad interno para la detección de alguno de los siguiente patógenos: trypanosoma cruzi, plasmodium y HTLV-1. Todos excepto uno están suscritos al control externo de la SETS con una periodicidad trimestral y mensual respectivamente. Área técnicas NAT: Todos utilizan técnicas automatizadas para la detección de VHC, VIH y VHB, bien en muestra unitaria o en pool. Solo cuatro bancos utilizan controles internos, dos de ellos únicamente para dos virus. Once están adscritos al mismo programa de control externo con periodicidad semestral y coste cero. Conclusiones La uniformidad en los instrumentos y técnicas utilizadas en las tres áreas de trabajo estudiadas contrasta con la heterogeneidad en cuanto al uso de controles internos, más marcada en el área de inmunohematología. Todos los centros participan en los programas de calidad externo “intercomparación” disponibles, aunque la mayoría de los participantes consideran que estos programas podrían ser mejorados en alguno de los aspectos técnicos. Referencias 1. 2. National Association of testing Authorities (NATA). AS 4633 (ISO 15189), Australia, 5.6.1 Internal Quality Control. 15514 REAL DECRETO 1088/2005, de 16 de septiembre, por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión. BOE número 225, 20 de septiembre, 2005: 31288-304. 3. 4. 18918 REAL DECRETO 1343/2007, de 11 de octubre, por el que es establecen normas y especificaciones relativas al sistema de calidad en los centros y servicios de transfusión. BOE número 262, 1 de noviembre, 2007: 44626-631. Estándares de Acreditación en Transfusión sanguínea. Comité de Acreditación Sanguínea (CAT). 3ª edición 2006. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 57 Índice Luisa Barea S3-3 Gestionando información. Aplicación de la LOPD en la cadena transfusional Luisa Barea y Raquel Gonzalo. Centro de Transfusión de Cruz Roja Española, Madrid. En 1999 se aprobó la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD), con la finalidad de adaptar a nuestro ordenamiento jurídico lo dispuesto por la Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 24 de octubre de 1995, derogando a su vez la hasta entonces vigente Ley Orgánica 5/1992, de 29 de octubre, de Regulación del Tratamiento Automatizado de Datos de Carácter Personal (LORTAD), que desarrollaba el artículo 18 de la Constitución Española, asimilando el derecho a la protección de datos de carácter personal con el Derecho Fundamental al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen. El objetivo de la LOPD es hacer frente a los riesgos que para los derechos de la personalidad pueden suponer el acopio, tratamiento y utilización de datos personales y garantizar y proteger los derechos de los ciudadanos, especialmente su honor e intimidad personal y familiar. La LOPD obliga a todas las personas, empresas y organismos, tanto privados como públicos, que dispongan de datos de carácter personal a cumplir una serie de requisitos y a aplicar determinadas medidas de seguridad en función del tipo de datos que se posean, tanto a los ficheros automatizados con datos de carácter personal, como a los no automatizados (por ejemplo, archivos en soporte papel). El 19 de enero de 2008 se publicó el Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la LOPD, que fija, entre otros extremos, los criterios aplicables a los ficheros y tratamiento de datos personales no automatizados. Las principales obligaciones que impone la LOPD a empresas y organismos, tanto privados como públicos, que dispongan de datos de carácter personal, son: Notificar a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) la creación de ficheros que contengan datos de carácter personal. Elaborar el Documento de Seguridad, donde se describen los procesos que garantizan la seguridad y el acceso seguro y controlado a dichos datos. Realizar, en su caso, una auditoría cada dos años. Formar a todos los usuarios que tengan acceso a los ficheros que contengan datos de carácter personal en cuanto a sus funciones y obligaciones respecto al tratamiento de la información de carácter personal. De conformidad con la LOPD, por dato de carácter personal se entiende cualquier información (numérica, alfabética, fotográfica, acústica o de cualquier otro tipo) concerniente a personas físicas identificadas e identificables. Por ejemplo: Datos identificativos: Nombre y apellidos, dirección postal o electrónica, D.N.I., número afiliación Seguridad Social, imagen o voz, firma o huella digitalizada, firma electrónica, fotografías, imágenes de vídeo etc. Datos de características personales: estado civil, familia, fecha y lugar de nacimiento, edad, sexo, nacionalidad, 58 lengua, altura, peso, etc. Datos de circunstancias sociales: situación militar, propiedades, rentas, aficiones, licencias, pertenencia a asociaciones, etc. Datos académicos y profesionales: formación, titulaciones, experiencia profesional, detalles de empleo, etc. Datos especialmente protegidos: ideología, afiliación sindical, religión, creencias, origen racial, salud o vida sexual. Los datos de carácter personal sólo se pueden recoger para el cumplimento de finalidades determinadas, explícitas y legítimas y deben ser tratados de forma legal y lícita. Podrán ser objeto de tratamiento sólo si el interesado ha prestado previamente su consentimiento inequívoco para ello, salvo que exista mandato legal en sentido contrario. En el caso de los menores de 14 años será preciso recabar el consentimiento de los padres o tutores. La LOPD admite varios tipos de consentimiento para el tratamiento y/o cesión de los datos personales: Tácito: El consentimiento tácito, a diferencia del presunto, no se deriva de actos del interesado sino precisamente “de su falta de actuación, de su silencio”. El consentimiento tácito es admitido por la LOPD y también por la propia APD. Este consentimiento es válido si se recaba para tratar datos con protección de nivel básico y medio (nombre y domicilio, número de teléfono, solvencia financiera, sanciones administrativas, etc), siempre y cuando no se trate de datos especialmente protegidos. Expreso: El consentimiento expreso, por su parte, “exige que se declare de forma voluntaria, clara e inequívoca por parte del interesado que acepta o consiente el tratamiento o la cesión de los que se le informa, mediante la expresión de su voluntad, que podrá ser por escrito, verbalmente, mediante comunicación telemática o por cualquier otro medio”. Si se trata de datos de salud, ideología, afiliación sindical, religión y creencias, es necesario que el consentimiento no sólo sea expreso, sino además por escrito. Los datos personales deben ser exactos y puestos al día de forma que reflejen fielmente la situación real del afectado. Debe existir una normativa interna que regule la recogida y destrucción de ficheros temporales o copias de trabajo de documentos, de forma que pueda realizarse – cuando proceda- sin que se vulnere la LOPD. Los titulares de los datos, en nuestro caso los donantes de sangre y los pacientes susceptibles de recibir una transfusión tienen derecho a ser informados de forma precisa e inequívoca de los siguientes aspectos, con carácter previo a la cesión de sus datos: De la existencia de un fichero o tratamiento de sus datos, de la finalidad de la recogida de éstos y de los destinatarios de la información. De los acuerdos o contratos con terceros para la externalización de un determinado servicio deben estar documentados y registrados en el documento de seguridad. En XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S3-3 estos casos se debe disponer de un compromiso de confidencialidad que prevea la destrucción o devolución de la información una vez finalizada la prestación del servicio, que exprese que los datos sólo podrán ser tratados para la finalidad prevista, que el prestador del servicio debe cumplir con las medidas de seguridad que le sean aplicable en función de los datos manejados y que defina las responsabilidades que deben ser asumidas por cada parte en caso de una sanción de la AEPD. Del carácter obligatorio o facultativo de su respuesta a las preguntas que le sean planteadas. De las consecuencias de la obtención de datos o de la negativa a suministrarlos. De la posibilidad de ejercitar, de forma sencilla y gratuita, los derecho de acceso, rectificación, cancelación y oposición (derechos ARCO) a sus datos personales: – El derecho de acceso es el derecho a obtener información sobre si los propios datos de carácter personal están siendo objeto de tratamiento y de su finalidad. – El derecho de rectificación es el derecho del afectado a que se modifiquen los datos que resulten ser inexactos o incompletos. – El ejercicio del derecho de cancelación dará lugar a que se supriman datos que resulten inadecuados o excesivos, sin perjuicio del deber de bloqueo conforme a lo dispuesto en la normativa. – El derecho de oposición es el derecho del afectado a que no se lleve a cabo el tratamiento de sus datos de carácter personal. De la identidad y dirección del Responsable del Fichero. De la finalidad para los que se recaban. El Centro o Servicio de Transfusión, en su condición de Responsable del Fichero está obligado a: Notificar a la agencia de Protección de Datos de la creación, modificación o supresión de los ficheros que contengan datos de carácter personal. Velar por el cumplimiento de todos los derechos y obligaciones establecidos en la normativa legal de protección de datos (LOPD y Reglamento de medidas de seguridad). Permitir a los afectados o titulares el ejercicio de los derechos de rectificación, cancelación, oposición y acceso a sus datos personales (derechos ARCO). Redactar, establecer y comprobar la aplicación y cumplimiento del Documento de Seguridad. Nombrar uno o varios Responsables de Seguridad y Encargado de Tratamiento, con la misión de coordinar y controlar las medidas definidas en el Documento de Seguridad, estableciendo los criterios de actuación que ha de seguir el mismo y autorizándole expresamente – si es preceptivo –a que ejecute los tratamientos de datos fuera de los locales de la ubicación de los mismos (ordenadores portátiles, PDAs). Formar a todo el personal en lo que respecta a la confidencialidad y a las normas de acceso a los sistemas de información y a al tratamiento de los datos de carácter personal. Lo habitual es que exista un procedimiento, que debe ser conocido por el personal de la organización, que describa la sistemática a seguir. Adoptar las medidas necesarias para garantizar que el personal del Centro o Servicio de Transfusión autorizado al acceso y/o tratamiento de los datos protegidos conoce y puede informar del procedimiento a seguir por el afectado para el ejercicio de los derechos de acceso, rectificación cancelación y oposición (ARCO) Este procedimiento Gestionando información. Aplicación de la LOPD en la cadena transfusional debe establecer los tiempos de respuesta, contemplar los modelos de respuesta al afectado (tanto positiva como negativa) y los registros que deben mantenerse como evidencia de su ejercicio. Disponer de un plan de contingencias estructurado para actuar ante cualquier situación de desastre imprevista que pueda poner en peligro la integridad de los sistemas de información, con la finalidad de su salvaguarda El Real Decreto 1720/2007, de desarrollo de la LOPD; obliga a la instalación y aplicación de medidas de seguridad mínimas para proteger los datos de carácter personal. En función de la naturaleza de dichos datos, las medidas de seguridad se agrupan en tres niveles: NIVEL BÁSICO: Las medidas de protección de nivel básico son de aplicación a todos los ficheros. Estas medidas consisten en: Elaborar y disponer de un Documento de Seguridad en el que se recojan las funciones y obligaciones de todos y cada uno de las personas con acceso a ficheros protegidos. Disponer de un libro de recogida y tratamiento de incidencias y tener definido el procedimiento a seguir cuando éstas ocurran. Establecer un control de acceso a los sistemas que se utilicen para el tratamiento de los ficheros que permita identificar a los usuarios del sistema y que garantice el acceso sólo a personas autorizadas. Establecer un inventario de los soportes que contengan datos protegidos y de las copias de seguridad y un sistema de control y gestión de los mismos. Establecer un mecanismo para la identificación y autenticación de los usuarios. NIVEL MEDIO: Se aplicará esta protección, entre otros, a los ficheros que contengan datos relativos a la solvencia patrimonial, operaciones financieras y de crédito y de sanciones administrativas. Además de las medidas de nivel básico, se deben incorporar las siguientes: Nombrar uno a varios Responsables de Seguridad, encargados de coordinar y controlar las medidas establecidas en este Documento de Seguridad. Realizar de una auditoría al menos una vez cada dos años. Establecer un sistema de seguridad que identifique a los usuarios que intenten acceder a un fichero protegido y limitar el número de intentos fallidos. Limitar el acceso a las dependencias donde esté ubicada la instalación informática a las personas autorizadas. Crear un registro de entrada y salida de soportes con contenidos protegidos. Establecer un procedimiento para la recuperación de datos, indicando la persona que ejecuta el proceso, los datos restaurados y, en su caso, que datos han sido necesarios grabar manualmente en el proceso de recuperación. NIVEL ALTO: Son las medidas que se aplican a los ficheros que contienen datos especialmente protegidos, como los relativos a la ideología, afiliación sindical y política, religión y creencias, origen racial, salud y vida sexual. Los ficheros de donantes de sangre y pacientes se engloban dentro de esta categoría. Además de las medidas de seguridad de los niveles básico y medio, se deben: Establecer medidas de seguridad para el transporte de los soportes con datos de carácter personal que eviten el acceso a los mismos o su recuperación. Crear un registro de acceso de las personas autorizadas, XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 59 Índice Luisa Barea que debe conservarse al menos durante dos años. Guardar las copias de seguridad en un local diferente al lugar de ubicación de la instalación informática. Realizar el envío de datos por medios telemáticos de forma cifrada o por medios que garanticen la ininteligibilidad e impidan cualquier manipulación. El Documento de Seguridad de un Centro o Servicio de Transfusión debe recoger la siguiente información: Ámbito de aplicación del documento, con especificación detallada de los recursos protegidos: Identificación del responsable o encargado del tratamiento, identificación de los tratamientos, asignación de niveles de seguridad a los tratamientos, descripción y localización de los centros de trabajo, amacenes de soportes, a iventario detallado de software y del hardware, topología de la red de comunicaciones. Medidas, normas, procedimientos, reglas y estándares encaminados a garantizar el nivel de seguridad exigible: Normas de acceso físico a locales, normas de uso de los sistemas de información: Para los usuarios y para los administradores del sistema, normas específicas para destrucción de papeles. Funciones y obligaciones del personal con acceso a los datos de carácter personal y a los sistemas de información. Estructura de los ficheros con datos de carácter personal y descripción de los sistemas de información que los tratan: Descripción de los campos de los ficheros, sistemas operativos, programas informáticos, o aplicaciones establecidos para tratar y acceder a los distintos ficheros, servidores en los que se encuentran ubicados los ficheros, entorno de comunicaciones, puestos de trabajo, periféricos. Procedimiento de notificación, gestión y respuesta ante las incidencias. Procedimientos de realización de copias de respaldo y de recuperación de los datos. Identificación y funciones del responsable de seguridad. Controles periódicos que se deben realizar para verificar el cumplimento de lo dispuesto en el propio documento. 60 Medidas que adoptar cuando un soporte vaya a ser desechado o reutilizado. Periodicidad para el cambio de contraseñas. Listado del personal autorizado a: Conceder, alterar o anular el acceso autorizado sobre datos y recursos; acceder al lugar donde se almacenan los soportes informáticos; acceder a los locales donde se encuentran ubicados los sistemas de información con datos de carácter personal. Descripción de las medidas de seguridad y de las políticas y protecciones contra virus, detección de intrusos, cortafuegos, SAIS, normas de uso de Internet, correo electrónico y telefonía, etc. El Documento de Seguridad debe mantenerse actualizado, adaptándolo siempre que se produzcan cambios relevantes en el Sistema de Información. Se debe disponer de una relación actualizada de los usuarios autorizados para acceder al sistema de información y de un procedimiento de identificación y autenticación para dicho acceso. También debe existir un procedimiento de asignación, distribución y almacenamiento de contraseñas que garantice su confidencialidad e integridad. Las contraseñas deben cambiarse con la periodicidad que se establezca en el documento de seguridad, que no debe exceder de un año. En virtud de lo establecido en la normativa vigente, los Centros y Servicios de Transfusión tienen la obligación legal de realizar una auditoría, interna o externa, a los efectos de verificar el cumplimiento de todas y cada una de las obligaciones impuestas en cada momento por la normativa sobre seguridad en la protección de datos de carácter personal, al menos una vez cada dos años. El informe de la Auditoría debe ser analizado y estudiado por los Responsables de Seguridad, quienes elevarán sus conclusiones definitivas al Responsable del Fichero. Debe contener como mínimo los siguientes extremos: Adecuación de las medidas de seguridad adoptadas respecto a las exigidas por la normativa vigente en cada momento. Identificación, en su caso, de las deficiencias encontradas. Medidas, en su caso, para subsanar las deficiencias. Datos, hechos y observaciones en los que se basa el informe emitido. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S4 Donación. Introducción Donación. Introducción S4 Miguel Ángel Vesga. Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos. El simposio de donación está dedicado a dos temas esenciales para garantizar la suficiencia en componentes sanguíneos y la seguridad de la Medicina Transfusional en relación a la selección de donantes y ciertos hábitos sexuales. Las relaciones sexuales entre hombres han sido consideradas como un criterio estricto de exclusión para donar sangre desde la irrupción del SIDA. De forma periódica el criterio es discutido por la comunidad científica y por la comunidad social y política de la mayoría de los países de occidente. El hecho de que influyan tantos elementos mediáticos y afectivos ha condicionado siempre que el debate se lleve a cabo en términos basados estrictamente en el conocimiento científico. El Profesor Vamvakas realiza una exhaustiva revisión del tema y presenta alternativas a los criterios actualmente vigentes originadas en la evidencia que hasta la fecha aportan los datos existentes surgidos de años de aplicación del criterio. Por otro lado, el Dr. Vesga presenta los datos más recientes disponibles en España y especialmente ligados a los hallazgos de VIH en nuestra población y sus diferentes antecedentes epidemio- lógicos. Es evidente e cambio social vivido por la sociedad española en las últimas décadas, alcanzando grados de libertad y tolerancia hacia las diferentes tendencias sexuales dignas de elogio. Cómo se han reflejado estos cambios sociales en los resultados de entrevistas y análisis de marcadores infecciosos con nuestros donantes, es lo que se presentará de forma pormenorizada. Respecto a la suficiencia, el mapa sociológico europeo se modificará sin ningún género de dudas en las próximas décadas, y consecuentemente, en el perfil de nuestros donantes. Es preciso elaborar una estrategia sólida que asegure el suministro futuro, y para ello hay que comenzar ya a diseñarla. Por primera vez se está llevando a cabo un ambicioso proyecto destinado a conocer en profundidad la organización de la promoción de la donación en todo Europa con el fin de crear material que nos ayude a optimizar las políticas de promoción y fidelización de donantes de sangre. El proyecto DOMAINE, desarrollado por la European Blood Alliance (EBA), liderado por Wim de Kort y parcialmente financiado por la Unión Europea, se presentará en España a través de este simposio. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 63 Índice Miguel Ángel Vesga S4-1 Requisitos de selección de donantes en relación al virus de la inmunodeficiencia humana en España Miguel Ángel Vesga. Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos. Miembros del Grupo de Enfermedades Transmisibles de la SETS: Manuel Álvarez do Barrio (Valencia), Adolfo Eiras Martinez (Galicia), Rocío González Díez (Madrid), María Isabel González Fraile (Castilla y León), Adelaida Ibarra Fontán (País Vasco), Ana Jiménez del Bianco (Castilla y León), Ana Ontañón (Cantabria), Salvador Oyonarte (Andalucía), Pablo Rodríguez Wilhelmi (Navarra), María Dolores Ruiz (Canarias), Silvia Sauleda (Cataluña), Matilde Sedeño Mombiedro (Baleares), Pilar Torres Sardina (Madrid). Introducción En el Congreso de la Sociedad Española de Transfusión de hace dos años en Cádiz, tuvimos la oportunidad de presentar una primera aproximación actualizada de los hallazgos en nuestras donaciones en relación a diferentes marcadores infecciosos, y más concretamente a la epidemiología del virus de la inmunodeficiencia humana en nuestro colectivo de donantes. En el período de tiempo transcurrido desde entonces han surgido discusiones de interés de forma global respecto a la necesidad de valorar los criterios de aceptabilidad vigentes, mayoritariamente de donantes con antecedentes de relaciones sexuales entre varones (unuiversalmente conocido como MSM). También, de forma local, disponemos de más datos objetivos que nos permiten discutir y/o tomar decisiones con una base científica más rigurosa. Los pilares en los que descansa la selección de donantes manifestados en aquella ocasión siguen siendo válidos: 1. Disponibilidad de criterios cuidadosamente actualizados de acuerdo al conocimiento científico y a la epidemiología del entorno, sin olvidar aspectos como los principios de precaución, cuando la incertidumbre científica es acusada, y el respeto a la idiosincrasia y valores del futuro donante. Estos criterios deben ser sometidos a evaluaciones periódicas sobre su eficacia. 2. Formación continua, garantizando la competencia en esos requerimientos del personal sanitario que interviene en los procesos de selección. 3. Conocimiento, aceptabilidad y responsabilidad del propio donante hacia esos criterios de selección. Desde la aparición del SIDA las relaciones sexuales entre hombres han sido consideradas como un criterio de exclusión para la donación. De manera específica, el haber mantenido una relación de este tipo desde 1977 sigue siendo el criterio imperante en la inmensa mayoría de los países desarrollados. En todos estos países el debate sobre su conveniencia ha surgido de forma periódica, pero aún no se ha llegado a un consenso para su modificación, prevaleciendo hasta el momento las ideas más conservadoras aún cuando la evidencia científica, al menos en ciertos aspectos, no apoya de forma clara esas tesis. En España, hasta hace aproximadamente 10 años, los criterios de selección cuando estas relaciones MSM surgían eran similares al resto de los países de nuestro entorno cultural, es decir, exclusión definitiva. En esta última década 64 el criterio se orientó hacia la exclusión basada en conductas de riesgo independientemente de la naturaleza del género. Criterios vigentes de aceptabilidad / exclusión de donantes en materia sexual En España los requisitos mínimos de aceptación vienen definidos en el Real Decreto 1088/2005 de 16 de septiembre de 2005 “por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión”. En su apartado 1.13 se establece “la exclusión de personas cuya conducta supone riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles a través de la sangre y componentes sanguíneos”. Se trata de un concepto plasmado de forma bastante exacta de la Directiva Europea original, probablemente excesivamente abierta y difícil de interpretar y aplicar con los suficientes rigor científico y respeto al donante. Esta norma es completada con el documento “Criterios básicos para la selección de donantes de sangre y componentes” revisado y actualizado por el propio Ministerio de Sanidad, y en el que se concretan más algunos conceptos con el fin de ayudar a aplicar la norma: Definición explícita de actividades sexuales, con o sin protección. Políticas de exclusión tras relaciones con trabajadores / as sexuales Políticas de exclusión tras relaciones con personas procedentes de países en los que el VIH es endémico o existen cepas de VIH Grupo O Políticas de exclusión tras relaciones sexuales ocasionales Políticas de exclusión tras relaciones con personas seropositivas, con antecedentes de toxicomanía o de ciertos tratamientos. Políticas de exclusión tras relaciones con diferentes parejas. Incremento del riesgo en las relaciones sexuales cuando estas son de naturaleza MSM. Cuestionario de Selección de Donantes El Comité Científico para la Seguridad Transfusional dispone de un cuestionario unificado con modelos de preguntas que reflejan lo establecido en la Guía anteriormente comentada. El cuestionario es aplicado de diferente manera en las diferentes comunidades autónomas, aunque en esencia los elementos básicos son comunes. Desde hace prácticamente una década no se realizan preguntas dirigidas a la detección de conductas de MSM. En síntesis, se excluyen todos aquellos donantes que han mantenido relaciones sexuales en los últimos seis meses con, al menos, una persona diferente a su pareja habitual. VIH en España En los últimos treinta años, desde el inicio del conocimiento de la existencia del virus de la inmunodeficiencia humana, en España se han diagnosticado alrededor de 80.000 XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S4-1 casos de SIDA. El origen de la mayoría (61%) de los casos ha sido la utilización de drogas por vía parenteral, causa que alcanzó su pico a mediados de la década de 1990 para ir disminuyendo progresivamente hasta ahora, en que su número está por debajo de los casos originados por transmisión sexual. Cuando se analizan los casos de SIDA diagnosticados transmitidos por vía sexual, el pico de mayor incidencia también coincide con la primera mitad de la década de 1990, aunque su disminución posterior ha sido más suave. Profundizando en su análisis, se constata que de los aproximadamente 25.000 casos diagnosticados con esta epidemiología, el 45% confirmaron prácticas sexuales entre hombres. Las conclusiones de la última “Reunión nacional sobre prevención del VIH en hombres que tienen sexo con hombres” inciden en el mantenimiento de las relaciones sexuales entre hombres como una de las claves del problema: La población de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es una de las que presenta mayor vulnerabilidad al VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Los nuevos diagnósticos señalan un aumento del peso porcentual del 28.8% en 2004 al 40.8% en 2008. Los subgrupos más afectados son los hombres más jóvenes y los latinoamericanos, por lo que es preciso incrementar la información y educación en estos grupos. Es necesario promover el diagnóstico precoz y diversificar su oferta. Internet debe ser un espacio prioritario de intervención preventiva. VIH en Europa La organización “European Centre for disease prevention and control” ( ECDC), publica periódicamente informes sobre vigilancia de VIH en Europa, siendo el más reciente de 2008, y fácilmente accesible en su web www.ecdc.europa.eu. También dispone de interesantes informes técnicos relativos a análisis de conductas sexuales en Europa. Los comentarios más interesantes del último informe son muy significativos: La infección por VIH sigue siendo un importante problema de salud pública en Europa. En Europa occidental continúan aumentando las infecciones por VIH aunque el número de casos diagnosticados de SIDA disminuya. En los países de la Unión Europea las relaciones sexuales entre hombres es el mecanismo de transmisión más frecuente, seguido de la transmisión heterosexual. Se recomiendan intervenciones para controlar la epidemia basadas en la evidencia y adaptadas a cada área geográfica. “En Europa Occidental las medidas para controlar la transmisión mediante las relaciones sexuales entre hombres es la pieza clave de las estrategias de prevención, incluyendo programas innovadores para este grupo” La prevalencia de marcadores de VIH en donantes de sangre en Europa Occidental es variable y paralela a la de la población general. No obstante las cifras son sensiblemente mayores en aquellos países con mayor tolerancia en sus cuestionarios a la donación basada en conductas de riesgo independientemente de la tendencia sexual, y en aquellos países en los que aún existe un alto porcentaje de donación dirigida. Aunque la mayoría de los estados son muy restrictivos a la hora de aceptar donantes con antecedentes de relaciones MSM, son muy frecuentes los movimientos sociales para su modificación. Los datos epidemiológicos actuales Requisitos de selección de donantes en relación al virus de la inmunodeficiencia humana en España no han permitido liberalizar absolutamente el criterio, pero sí existen movimientos orientados a su levantamiento parcial (1-5 años). VIH en población donante en España La prevalencia de marcadores de VIH (Anti –VIH) en las donaciones españolas alcanzó su mínimo histórico en el año 2000, en el que se detectó Anti-VIH confirmado en 4.2 de cada 100.000 donaciones. La prevalencia ha ido posteriormente aumentando de forma progresiva año tras año hasta niveles próximos a 8 / 100.000 en 2008. La incorporación de la detección genómica en donaciones, de forma desigual en el tiempo en las diferentes comunidades autónomas desde 2002, también ha permitido detectar períodos ventana en un número apreciable: 2 hasta 2004; 4 en 2005; 2 en 2006; 3 en 2007 y 9 en 2008. El rendimiento NAT VIH para 2008 ha sido, pues, de aproximadamente 1/180.000 donaciones, y muy significativo el número de posibles transmisiones evitadas, con lo que la tecnología destinada a la detección de ácido nucleicos en donaciones de sangre se ha convertido en una pieza clave para la seguridad transfusional española. Durante 2008 y primer semestre de 2009 en 7 comunidades autónomas españolas, y sumando un total de 1.955.000 donaciones se apreciaron 225 donaciones positivas confirmadas para Anti-VIH, siendo el 85% (192) varones y el 15% (33) mujeres. Al contrario que para el resto de los marcadores, el número seroconversiones ( positivos confirmados en donantes habituales) es predominante respecto al número de nuevos donantes (125 vs 100). En el caso de los donantes varones, el porcentaje de seroconversiones es de 57.2%. Cuando se analizan las conductas de riesgo en los donantes masculinos, los hallazgos son: Prostitución (0.5%), ADVP (0.5%), Promiscuidad heterosexual (11%), Relaciones Sexuales entre varones ( 64%), Otros (0.5%), Desconocido (23.5%). En caso de donantes femeninas: Prostitución (3%), Promiscuidad heterosexual (58%), Otros (6%), Desconocido ( 33%). En relación a las donaciones efectuadas en período ventana para VIH, se dispone de datos epidemiológicos confirmados en 9 de ellas: 1 caso de promiscuidad heterosexual, y 8 casos de relaciones sexuales entre varones (MSM). Conclusiones La infección por VIH continua siendo un hallazgo frecuente entre los donantes de sangre españoles, tanto nuevos como habituales. Los criterios de selección están dirigidos a la detección de conductas sexuales de riesgo independientemente del género sexual implicado en las relaciones sexuales. Existe un claro predominio del sexo masculino entre los donantes VIH positivos confirmados, siendo la mayoría donantes habituales en activo. Parece que no menos del 75% de estos donantes varones VIH positivos tienen como antecedente epidemiológico relaciones sexuales entre hombres (MSM). La detección genómica de RNA viral se ha convertido en una prueba imprescindible para la seguridad transfusional ya que hasta final de 2008 se han encontrado 20 donaciones confirmadas de forma aislada por esta técnica que hubieran sido dadas como válidas si sólo hubieran sido sometidas al escrutinio por serología convencional. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 65 Índice Miguel Ángel Vesga Los criterios de selección vigentes no son capaces de discriminar todos los casos de donación de personas con conductas sexuales de riesgo. Estos criterios deben ser modificados y sería deseable que de forma homogénea para todo el espacio común europeo. Referencias 1. 2. 3. 66 Sistema de información del Sistema Nacional para la Seguridad Transfusional.http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/medicina Transfusional/home.htm. Ministerio de Sanidad y Política Social. 2010 Plan Nacional sobre el SIDA. Ministerio de Sanidad y Política Social http://www.msps.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/h ome.htm Documento de Conclusiones. III Reunión Nacional sobre prevención 4. 5. del VIH en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) Technical report. Mapping of HIV / STI. Behavioural surveillance in Europe. European Center for disease prevention and control. Stockholm. Septiembre 2009. www.ecdc.europa.eu Surveillance Report. HIV / AIDS surveillance report 2008. European Center for disease prevention and control. Stockholm. Septiembre 2009. www.ecdc.europa.eu XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S4-2 Relative risk of reducing the lifetime MSM blood-donation deferral vs. currently-tolerated transfusion risk Relative risk of reducing the lifetime MSM blood-donation deferral vs. currently-tolerated transfusion risk S4-2 Eleftherios C. Vamvakas. Department of Pathology and Laboratory Medicine, Cedars-Sinai Medical Center, Los Angeles, CA. In the US, a female donor who has had sex with a man infected with HIV is eligible to donate blood 1 year after that contact if she tests negative for circulating HIV antibody and nucleic acid. In contrast, men who have had sex with men (MSM) even once since 1977 are permanently deferred from donating blood.(1) Since it was introduced as a temporary measure before testing for HIV antibody was available, the lifetime deferral for MSM has not been harmonized with the 1-year deferral for similar- or greater-risk activities through heterosexual contacts, because of fears that reducing the MSM deferral could increase the risk of transfusion transmission of known sexually- and transfusion-transmitted viruses (HIV,(2-4) hepatitis B virus [HBV],(4) and perhaps also hepatitis C virus [HCV]) for which blood donors are tested; known sexually- and potentially transfusion-transmitted viruses for which donors are not tested: human herpesvirus-8 (HHV-8)(5) is the only agent in this category; and emerging sexually- and transfusion-transmitted agents that like HIV may have a long asymptomatic phase, thereby accumulating in the blood-donor population and being transmitted to transfusion recipients before becoming recognized.(6) Concern that the risk of transfusion-acquired HIV infection would increase if MSM were allowed to donate 1 or 5 years after their last male-to-male sexual contact has dominated the public debate. This is because: 1) AIDS is a dreaded disease and policy decisions regarding safety depend as much on public perceptions of transfusion risk as on science; 2) when they are considered as a homogeneous group, MSM have a far greater prevalence and incidence of HIV infection than the general population; 3) a majority of blood donors who test positive for HIV infection acknowledge male-to-male sex as their risk factor when they are questioned closely on post-donation interviews; and 4) in mathematical models which distinguished between MSM who have abstained from male-to-male sex for 12 months and all MSM,(2,3) the increase in risk from a reduction in the MSM deferral, albeit minimal, was not 0%. Thus, the prerequisite articulated by policy-makers(7) for reducing the lifetime MSM deferral that there be no increase in risk could not be satisfied based on the assumptions made in the published models.(3) The relevant question, however, is not whether there will be an increase in risk but what the magnitude of that risk is, as well as whether any expected increase in risk is smaller than the currently-tolerated transfusion risk that exceeds the “aslow-as-reasonably-achievable” (ALARA) risk.(8) This is because the position of policy-makers(7) assumes that our approach to blood safety consistently renders the risk of an infectious unit’s being released for transfusion as small as the ALARA risk. However, if a minimal risk greater than the ALARA risk were de facto tolerated in situations similarly under the control of policy-makers, a minimal increase in risk from reducing the MSM deferral–smaller than the currently-tolerated transfusion risk which exceeds the ALARA risk might be regarded as “tolerable” as well.(9) Reducing the MSM deferral is usually framed as an ethical question of fairness to the MSM group versus the safety of the transfusion-recipient population. Although there is no “right” to donate blood,(10) deferred donors have a right to expect a clear explanation of the reasons why they are not acceptable as donors.(11) Therefore, we must examine the currently-tolerated transfusion risk which exceeds the ALARA risk in the US and compare it to any risk engendered by reducing the MSM deferral to 1 or 5 years; as well as quantify any absolute increase in risk from reducing the MSM deferral to 1 year by evaluating and updating the assumptions made in the published models.(24) The obtained relative-risk estimates will pertain to the US where units of blood donated by first-time donors are released for transfusion to patients, despite the fact that compared with repeat donors first-time donors have a several-fold higher risk of transmitting infections to transfusion recipients,(12) however minimal this difference in risk between first-time and repeat donors may be; and where pooled whole-blood-derived platelets are manufactured by the US platelet-rich plasma (rather than the European buffy-coat) method.(13) Referencias 1. 2. 3. Department of Health and Human Services, Public Health Service, Food and Drug Administration. Revised recommendations for the prevention of human immunodeficiency virus (HIV) transmission by blood and blood products. Bethesda, MD: Food and Drug Administration, April 23, 1992. Soldan K, Sinka K. Evaluation of the de-selection of men who have had sex with men from blood donation in England. Vox Sang 2003;84:265-73. Germain M, Remis RS, Delage G. The risks and benefits of accepting men who have had sex with men as blood donors. Transfusion 4. 5. 2003;43:25-33. Anderson SA, Yang H, Gallagher LM, et al. Quantitative estimate of the risks and benefits of possible alternative blood donor deferral strategies for men who have had sex with men. Transfusion 2009;49:110214. Busch M, Glynn S. Use of the blood-donor and transfusion-recipient biospecimen repositories to address emerging blood-safety concerns and advance infectious disease research: The National Heart, Lung, and blood Institute Biologic Specimen Repository (editorial). J infect Dis 2009;199:1564-6. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 67 Índice Eleftherios C. Vamvakas 6. 7. 8. 9. 68 Alter HJ, Stramer SL, Dodd RY. Emerging infectious diseases that threaten the blood supply. Semin Hematol 2007;44:32-41. Presented by the US Food and Drug Administration at the US Food and Drug Administration Workshop on Behavior-Based Donor Deferrals in the NAT Era. March 8, 2006; Lister Hill Auditorium, National Institutes of Health, Bethesda, Maryland. Leiss W, Tyshenko M, Krewski D. Men-having-sex-with-men donordeferral risk assessment: An analysis using risk management principles. Transf Med Rev 2008;22:35-57. Vamvakas EC. Scientific background on the risk engendered by reducing the lifetime blood donation deferral period for men who have sex with men. Transfus Med Rev 2009;23:85-102. 10. Brooks JP. The rights of blood recipients should supersede any asserted rights of blood donors. Vox Sang 2004;87:280-6. 11. Franklin IM. Is there a right to donate blood? Patient rights; donor responsibilities. Transf Med 2007;17:161-8. 12. Wang B, Schreiber GB, Glynn SA, et al. Does prevalence of transfusion-transmitted viral infection reflect corresponsing incidence in United Stated blood donors? Tranfusion. 2005;45:1089-1096. 13. Vamvakas EC. Relative safety of pooled versus single-donor (apheresis) platelets in the United States: A systematic review of disparate risks. Transfusion 2009;49:2743-58. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S4-3 Donor management in Europe: challenges and opportunities Donor management in Europe: challenges and opportunities S4-3 Wim de Kort. Sanquin Blood Bank Southeast Region, Nijmegen, The Netherlands. Introduction Our blood donors are the essential starting point in the transfusion chain from donor to patient. However, while much research has been done on blood and blood products, much less studies had their focus on the donors themselves. To learn more about donors, we started a research programme with the ultimate goal of improving donor management to secure a safe and sufficient blood supply. This paper presents some of these studies. Behavioural Studies Donor Profiles Studying the contribution of demographic factors to the donor career provides important knowledge to be used for donor management. We found that men clearly stopped donating less often than women. Being older than 24 years, having a high income, a high-priced house, living in less urbanised areas or areas with relatively few people of different ethnicity, also reduced the stopping risk. With respect to multi-gallon donorship, men were five times more often multi-gallon donor than women, irrespective of the number of donation invitations. Furthermore, multi-gallon donors appeared to live in urbanised areas and have a higher income than occasional donors. Differences between active and stopped donors include age, the number of donations, sex, socio-economic-status, ethnicity, and urbanisation level. The factors highly associated with being a multi-gallon donor are sex, age, socio-economic status, and to a lesser extent urbanisation level. Donor recruitment Several studies showed that a person’s negative attitude towards blood donation, the fear for the needle and his/hers feeling of not being able to donate blood are the main barriers that prevent that person from donating blood. Another study showed that written recruitment information often contains too much information on blood, where information on the process of donating blood would be more helpful. Finally, we showed again that incorporating the assistance of donors themselves in recruitment campaigns for new donors is likely to be very effective. DOMAINE DOnor MAnagement IN Europe, DOMAINE is a European project that focuses on good donor management. Blood establishments from 18 EU member states and two related organizations have joined their forces in this project. Various aspects of donor management are addressed: donor recruitment and retention strategies, deferral procedures and blood bank policy regarding patients requiring longterm transfusion. The project receives co funding from the European Union, in the frame work of the Public Health programme. DOMAINE aims to encourage a safe and sufficient donor population in Europe by development and adoption of European good practice on donor management and cooperation between blood establishments and professionals at European level in three phases. 1. Performing a Survey on current practice in European blood establishments, including practices geared to promote voluntary unpaid donations. 2. Developing a Donor Management Manual in several languages, identifying and recommending good European practice for donor management. 3. Developing a Training Programme which will assist blood establishments to develop good donor management at local level within each EU member state. An extensive questionnaire on current donor management practices has been sent to 48 blood establishments in 37 European countries. The response rate was 85%. Results show major differences in donor management, possibly related to differences in donor populations, organizations structures, health care systems, budgetary constraints and culture. Cultural differences and blood supply A lack of money presents an important threshold for safe and optimal use. Previous studies, performed by WHO, showed that countries with a low so called Human Development Index, HDI, transfuse far less blood products than countries with a medium or high HDI. The Gross National Income (GNI) is one of the three components of HDI. DOMAINE identified cultural differences as a possible additional factor in understanding blood donation and blood supply differences. We used Geert Hofstede’s cultural dimensions: Power distance, Individualism, Masculinity/Femininity and Uncertainty avoidance. Especially the cultural dimension Power Distance and the Educational Index are strong predictors of whole blood collections and supplied RBCs. We anticipate that influencing donation behaviour should include the effects of education level and cultural aspects, not as much as to change culture, but rather to shape and adjust actions aimed at recruiting and retaining blood donors. Especially the concept of power distance presents a challenge to blood donor managers in their actions. Given the growing migrational effects of people throughout Europe, inadequacies between the varying blood demand and blood supply are likely to grow. Understanding cross cultural donor management to keep up with the blood product demand is a next step that may help resolving these inadequacies. Demographic changes Migration throughout Europe and ageing effects in its population have enormous consequences on blood product supply and demand. One statistic that reflects the proportion of migration is the percentage of foreigners in European countries, which in the 27 EU-member states on average is 6.2% and varies form 0.1% in Romania to 42.6% in Luxembourg [1]. Migrant populations show different XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 69 Índice Wim de Kort disease patterns with different demands, while available data suggests that migrants tend not to be a blood donor in their new country. An important type of migrant diseases that have an impact on the demand for blood products are haemoglobin disorders, such as thalassaemia and sickle cell disease. Globally, it is estimated that more than 500,000 children with haemoglobin disorders are born every year [2]. Of these children, 40% are born with thalassaemia and 60% with sickle cell anaemia. In Europe, it is estimated that about 20,000 living transfusion-dependent patients reside, and an additional 1,500-2,000 babies with these disorders are born each year [3]. As a result the blood supply needs to increase each year, to cover the needs of these patients. The ageing of the European population, reflected in an increasing Old-Age-Dependent-Ratio (OADR, see Table 1), has a double negative effect on the blood supply. First, the demand for blood products is likely to increase with age. Second, an increasing OADR entails a relative decrease in the part of the population that is eligible to donate, implying an imminent decrease in available donors. 3. Studies on effects of blood donation on donors Deferrals due to low Hemoglobin levels Each year, about 2 % of Dutch men and 6 % of Dutch women are deferred from donation because of low hemoglobin (Hb) levels. Such temporary deferrals are demoralizing for donors, and increase the risk that donors never return for a donation. In this study, the predictive value of various donor and donation characteristics for low Hb levels in whole blood donors was assessed, and a prediction model was developed with prognostic factors. In a pre- 70 vious study we were able to demonstrate that seasonal effects exist in deferral rates for low haemoglobin. It turned out that in summer, when environmental temperature is high, the level of haemoglobin is lower than in winter, resulting in a higher deferral rate in the summer months. This finding has been reproduced several times. In a first attempt to learn more about the predictive value of various characteristics for low Hb levels, data from 5265 whole blood donors were studied. Predictive factors included sex, seasonality, Hb level measured at the last visit, the difference in Hb levels between the last two visits, time since the last visit, deferral at the last visit, and the total number of whole blood donations in the past two years. The developed prediction model may be used to determine when donors have high Hb levels and can be invited for a next donation. Eventually, this will decrease the number of donor deferrals for low Hb levels. In conclusion Blood donor studies are necessary and they learn us a lot on how to manage our donor base. We are convinced that these studies will be most helpful in understanding behaviour of donors throughout Europe and beyond. International cooperation in this field is of extreme importance. It helps preventing duplication of studies and gives rise to synergy. Our donors deserve that. Acknowledgement The author wishes to thank all the co-workers at the R&D Unit of the Sanquin Blood Bank Southeast Region for their invaluable contributions: Femke Atsma, Ingrid Veldhuizen, Paul van Noord, Mireille Baart, Anne van Dongen, Karin Habets, Karen van den Toren, Elze Wagenmans, Anne Wevers XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S5 Práctica transfusional. Introducción Práctica transfusional Introducción S5 María Pilar Fisac Martín. Hospital General de Segovia. La historia de la práctica transfusional data de mediados del siglo XVII, con los descubrimientos en 1628 de la “circulación sanguínea” por William Harvey; en 1665 Richar Lower realiza la primera transfusión y en 1795 Philip Syng Phisick lleva a cabo la primera transfusión sanguínea en humanos. Los mayores avances han ocurrido en el siglo XX, sobre todo en el tipaje sanguíneo con el descubrimiento en 1901 de los grupos sanguíneos por Karl Landsteiner y así poco a poco se fueron desarrollando anticoagulantes, soluciones conservantes de los componentes sanguíneos, métodos de fraccionamiento y almacenaje de los mismos, etc... En el siglo XXI, todavía seguimos viendo avances científicos y tecnológicos en el desarrollo de la Hemoterapia. La hemorragia incontrolada, sigue siendo la causa fundamental de muertes tempranas en politraumatizados y el uso de componentes sanguíneos es un punto esencial en el plan de resucitación de los traumas agudos. La mejora en las técnicas quirúrgicas han posibilitado la realización de cirugías mas agresivas provocando también situaciones de “transfusión masiva”. Por todo ello, nos ha parecido que uno de los temas a abordar en este simposio sea “Nuevas estrategias en transfusión masiva”, ya que el poder afrontarla de una forma consensuada y multidisciplinar, va a suponer una mejora en la supervivencia de dichos pacientes. Otro de los temas a tratar va a ser “Actualización en transfusión en neonatos” ya que los recién nacidos pretérmino( RNPT), los prematuros de bajo peso y hasta los niños menores de 4 meses, son receptores de muchos componentes sanguíneos, y este tipo de pacientes ha ido en aumento en los últimos años, quizás por el aumento en la edad materna, uso de tabaco y/o alcohol, bajo índice de masa corporal materna y corto tiempo entre gestaciones, el hecho es que los (RNPT), han aumentado en todo el mundo llegando a ser de un 20% mas en 2006 que lo que era en 1990 y por otro lado, existen unidades de neonatología muy desarrolladas que permiten que muchos de los neonatos descritos anteriormente puedan salir adelante. La esperanza de la vida media de la población, se ha visto incrementada en los últimos años existiendo un mayor número de pacientes en el tramo de edad avanzada donde aumenta la frecuencia de enfermedades crónicas que van a ser subsidiarios muchas veces de tratamientos sustitutivos con componentes sanguíneos ( síndromes mielodisplásicos, anemias crónicas, etc...), pudiéndoles mejorar su calidad de vida con “transfusiones a domicilio” sin necesidad de acudir a un hospital. Por otro lado, los pacientes oncohematológicos y en “cuidados paliativos” también pueden beneficiarse de recibir transfusiones de componentes sanguíneos en su domicilio. Por este motivo, queremos abordar el tema de “Transfusión domiciliaria” para conocer mejor, cuales son los puntos a tener en cuenta y cuales deben ser las indicaciones en esta modalidad de la transfusión, y cómo se mantiene la trazabilidad y la seguridad transfusional. De cada uno de estos temas van a hacer, a continuación una revisión los siguientes compañeros, que aúnan conocimientos y experiencia: En primer lugar, la Dra. Magdalena Carmona, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Virgen del Rocio de Sevilla, va a hablar de “Nuevas estrategias en transfusión masiva”. A continuación, la Dra. Aurora Viejo, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de La Paz ( Madrid) desarrollará el tema de “Actualización en transfusión en neonatos”. Por último, Dña. Begoña Tamayo, enfermera de la Unidad de Hospitalización a domicilio, adscrita al Hospital de Valdecilla, Santander, nos hablará de “Transfusión domiciliaria, su experiencia de 25 años”. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 73 Índice Magdalena Carmona S5-1 Nuevas estrategias en transfusión masiva Magdalena Carmona. Servicio de Hematología y Hemoterapia. Hospital Virgen del Rocío. Introdución La Hemorragia severa sigue siendo una causa mayor de muerte potencialmente evitable. En pacientes traumáticos, la muerte por hemorragia ocurre a veces en horas tras el trauma. Una rápida actuación para controlar la hemorragia es esencial. La transfusión masiva, definida con el témino más comúnmente aceptado, como la transfusión 10 ó más unidades de Concentrados de Hematies en menos de 24 horas, puede tener importantes complicaciones. La triada letal clásica de coagulopatía, acidosis e hipotermia se acompaña de un alto índice de mortalidad Hasta un 2% de los pacientes con traumas severos, pueden necesitar trasnfusión masiva, y son estos pacientes los que presentan un riesgo mayor de mortalidad precoz por hemorragia. Las estrategias para tratar los trastornos que presentan deben empezar precozmente, tan pronto como llegan al Hospital, y preferiblemente antes de que lo hagan. Se ha demostrado, que los pacientes con traumas severos tienen una coagulopatía significativa de comienzo, y estos pacientes son también los que con mayor frecuencia presentan acidosis e hipotermia. La coagulopatía asociada al trauma, es el mayor factor cotribuyente a la muerte tras el mismo La precoz identificación de los pacientes que tienen riesgo de desarrollar esta coagulopatía, y las estrategias para prevenir y controlar estos procesos, puede mejorar la supervivencia Una estrategia actual de resucitación llamada resucitación hemostática, ha sido descrita y está actualmente en uso, y hace especial énfasis en la corrección inmediata de la coagulopatía, como el brazo mas tratable de la triada letal. Aunque una precoz y efectiva reversión de la coagulopatía es importante, el mejor método para conseguirlo sigue siendo desconocido. El concepto racional de resucitación hemostática, propone aportar gran cantidad de productos sanguíneos, al paciente con hemorragia severa, de una manera inmediata y sostenida, reducción del uso de cristaloides, y el rápido control quirúrgico del daño (cirugía de control de daño). Aunque el efecto de la resucitación hemostática se ha estudiado fundamentalmente en pacientes traumáticos, su beneficio parece también ser extensivo a otros pacientes con hemorragia masiva. Mecanismos de la coagulopatia La coagulopatía hemorrágica es un estado hipocoagulable que ocurre en las traumatismos severos y hay múltiples factores que contribuyen a la misma. Los hallazgos mas recientes describen una precoz coagulopatía aguda de trauma, no reconocida previamente, que está presente en el 25% de los pacientes con traumas severos, y que aumenta de forma considerable la mortalidad. El shock y la hipoperfusión son los responsables de esta coagulopatia aguda, que se caracteriza por activación del sistema de la proteína C y como consecuencia aumento del potencial fibrinoíítico. Posteriormente, la hemodilución, el consumo localizado de factores de coagulación y plaquetas,la hipotermia, acidosis, 74 anemia e hipocalcemia contribuyen a empeorar la coagulopatía y a reducir el potencial hemostático. El grado de hipocoagulación al ingreso, se ha demostrado esta independientemente asociado con la Transfusión masiva y mortalidad, en el paciente traumático. Dado que la muerte por hemorragia ocurre muy rápidamente, en las primeras 6 horas tras el trauma, la rápida identificación de la coagulopatía y su tratamiento, puede mejorar la supervivencia La mayor dificultad es encontrar el mejor método de laboratorio para monitorizar la coagulopatía. Los parámetros de coagulación convencionales, no se pueden realizar en un tiempo útil para la precoz activación de los protocolos de transfusión masiva y además, está demostrado, que se correlacionan pobremente con coagulopatías relevantes y con el riesgo hemorrágico. Pero además dichas pruebas, no miden la influencia hemostática in vivo de los hematíes, plaquetas, leucocitos, endotelio vascular, pH., temperatura corporal. Tampoco miden la estabilidad del coagulo. Por otro lado, el recuento de plaquetas no refleja si estas son funcionalmente hemostáticas. Recientemente se ha demostrado que los test basados en la viscoelasticidad de la sangre total como la Tromboelastografía (TEG), aportan información cuantitativa del proceso hemostático, y proporcionan un perfil de los cambios hemostáticos que ocurren durante la formación del coagulo. Déficit de factores de coagulación, trombopénia y trombopatías, o ambos, debilitan la formación de trombina y la formación del coágulo, y una reducida estabilidad del coágulo valorada por TEG, ha demostrado correlación con la clínica hemorrágica. Esta técnica puede resultar mas útil para la monitorización de la coagulopatía, y predecir los requerimientos transfusionales en pacientes con hemorragia masiva. Además la TEG nos permite identificar hiperfibrinolísis que, como se ha dicho, puede ser una causa significativa de hemorragia en traumatismos severos. Además la TEG ha demostrado su utilidad en cirugías complejas (cardíaca, trasplante hepático) que pueden dar lugar a situaciones de hemorragia masiva. Estrategias de tratamiento A pesar del mejor conocimiento de las causas de la coagulopatía en los pacientes con hemorragia masiva, la mejor estrategia para corregirla no está bien establecida. Recientes avances han puesto de manifiesto la importancia del plasma y las plaquetas en la fase precoz de la resucitación. Las guías clásicas de resucitación en hemorragia masiva, defienden la precoz administración de cristaloides y coloides, seguida de hematíes, y la transfusión de plasma y plaquetas cuando un volumen de sangre total o mas ha sido sutituido, y entonces solo en pacientes con excesiva hemorragia o hemorragia microvascular, y mejor de acuerdo con los análisis de coagulación convencionales (TP y TTPA) y recuento de plaquetas. Esto puede llevar a coagulopatia dilucional, y comprometer la hemostasia ulterior en pacientes con hemorragias severas. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S5-1 En los últimos años, se ha demostrado, que la administración de productos sanguíneos, de una manera inmediata y con una ratio predefinida de hematíes, plasma y plaquetas, en pacientes con hemorragia masiva, previene el desarrollo, o al menos disminuye, la severidad de la coagulopatía, y esto resulta en una mejoría en la supervivencia., sin que condicione un aumento del consumo global de los mismos.. Numerosos trabajos recientes, realizados en pacientes con transfusión masiva, han estudiado el efecto en la supervivencia de la administración de Plasma (PFC) versus concentrados de hematíes (CH), ó PFC y Plaquetas (PLT) versus CH, y en todos ellos, se demuestra un beneficio en la supervivencia en aquellos pacientes que reciben más plasma y plaquetas como parte del proceso hemostático. Y esto no solo se ha demostrado en pacientes traumáticos sino también en otros pacientes con hemorragia severa. Lo que aún no está bien definido, es la ratio óptima de PFC: CH: PLT. Algunos autores proponen, como concepto racional de resucitación hemostática, que la transfusión de hematíes, plasma y plaquetas se realice con una ratio 1:1:1 como la mejor medida de prevenir y tratar la coagulopatía debida a la hemorragia masiva, y esto ha demostrado mejoría en la supervivencia. Pero existen controversia en este sentido, y algunos grupos defienden que no es establecer una ratio elevada lo que conduce a una mejoría en la supervivencia El solo hecho de elaborar protocolos adecuados de transfusión masiva, y la activación rápida de los mismos, con liberación inmediata de productos sanguíneos, es suficiente para mejorar la supervivencia en estos pacientes. De gran interés es la demostración por algunos autores (Cotton y cols) de que la precoz administración de plasma y plaquetas, en pacientes traumáticos con hemorragia masiva, no solo consigue una mejor supervivencia, sino Nuevas estrategias en transfusión masiva también una reducción en la incidencia de fallo multiorgánico. Los pacientes incluidos en su protocolo de transfusión masiva reciben más hematíes, plasma y plaquetas de comienzo, corrigiendo de forma más rápida el transtorno hemostático, pero globalmente se transfunden menos, y presentan no solo un índice de supervivencia a los 30 dias más elevado, sino también una reducción en la incidencia de sepsis severa o skock séptico, y fallo multiorgánico La estrategia a seguir, para controlar la hemorragia tras el periodo inicial de resucitación, está aún menos clara. La introducción de la Tromboelastografía (TEG) puede permitir elaborar algoritmos más adecuados de actuación. La introducción de la TEG en los protocolos de Transfusión masiva, ha conseguido una reducción del consumo global de hematíes en estos pacientes y una mejoría en la supervivencia. Conclusiones La evidencia actual pone de manifiesto la necesidad de establecer un cambio en la práctica transfusional de los pacientes con hemorragias severas. La elaboración de nuevos protocolos de transfusión masiva debe plantearse como indicador de calidad de una institución, en los que participen cirujanos, anestesistas, intensivistas, y hematólogos y, dicho protocolo, debe activarse en el momento que el paciente llegue al hospital. Los aspectos fundamentales en los que deben basarse dichos protocolos son: Liberación inmediata y sostenida de productos sanguíneos Reducción del uso de cristaloides Rápido control quirúrgico del daño Es necesario valorar el papel de la Tromboelastografía y es posible que esto nos permita establecer estrategias terapéuticas más adecuadas en pacientes con hemorragias masivas. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Beekley AC. Damage control resuscitation: a sensible approach to the exsanguinating patient. Crit Care Med 2008; 36:S267–S274. Brohi K, Cohen MJ, Ganter MT, et al. Acute coagulopathy of trauma: hypoperfusion induces systemic anticoagulation and hyperfibrinolysis. J Trauma 2008; 64:1211–1217. Cotton BA, Au BK, Nunez TC, Gunter OL, Robertson AM, Young PP. Predefined massive transfusion protocols are associated with a reduction in organ failure and postinjury complications. J Trauma 2009;66:41-9 Hess JR, Brohi K, Dutton RP, Hauser CJ, Holcomb JB,Kluger Y, Mackway-Jones K, Parr MJ, Rizoli SB, Yukioka T,Hoyt DB, Bouillon B. The coagulopathy of trauma: a review of the mechanisms. J Trauma 2008;65:748-54. Holcomb JB, Wade CE, Michalek JE, Chisholm GB, Zarzabal LA, Schreiber MA, Gonzalez EA, Pomper GJ, Perkins JG,Spinella PC, Williams KL, Park MS. 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Introducción La transfusión sanguínea durante el periodo neonatal es un procedimiento terapéutico muy habitual, siendo los neonatos pretérmino (RNPT) uno de los grupos de pacientes más transfundidos, sobre todo los de muy bajo peso (VLBW) < 1500g y los de extremado bajo peso (ELBW) < 1000 g ( En al año 1995 casí el 50 % de estos últimos eran transfundidos en las dos primeras semanas de vida y el 80% reciben al menos una transfusión al final de su hospitalización).(1) Se define como RNPT los nacimientos antes de la 37 semana de gestación. La prematuridad ha ido aumentando en los últimos años en todo el mundo, llegando a alcanzar en EEUU el 12,8 % de todos los RN nacidos vivos en el 2006,lo que supone un incremento del 20% desde 1990 (2). Se ha atribuido a diferentes causas (aumento de embarazos múltiples,edad avanzada materna y a factores de riesgo como fumar, consumo de alcohol, bajo índice de masa corporal materno y corto tiempo entre gestaciones). La indicación de transfusión se debe realizar después de valorar el balance entre riesgo y beneficio de la misma. Excepto en situaciones de urgencia vital, se debe explicar a los padres los riesgos, beneficios y alternativas de la transfusión y obtener el consentimiento informado. Los médicos deben documentar por escrito en la historia clínica la indicación de cada transfusión administrada, la eficacia derivada de la misma (3) y en la solicitud deben hacer constar el diagnóstico y datos relevantes de la historia, como peso, que justifiquen la administración de componentes modificados (e.j. irradiados) Los niños menores de 4 meses deben ser considerados un grupo aparte dentro de la transfusión dadas sus especiales características. Esto es debido a: 1. Tienen un volumen sanguíneo superior al del adulto (85mL/Kg y 100 ml /Kg en el pretérmino) pero muy pequeño en relación con un CH. 2. Presentan una respuesta fisiológica a la anemia diferente con descenso de la eritropoyetina endógena en el RN prematuro. Menor tolerancia a la hipoxia y a la hipovolemia. 3. Su sistema humoral inmune es inmaduro, sin formación de anticuerpos frente a estímulos antígenicos eritrocitarios. La respuesta celular tampoco esta bien desarrollada en este periodo (mayor suceptibilidad al de EICH asociado a transfusión). 4. Las soluciones aditivas, de conservación de los CH, adenina y manitol, han sido asociadas con toxicidad renal cuando se utilizan en estos pacientes en transfusión de grandes volúmenes, como cirugía, exanguinotransfusión (EXT)o ECMO. 5. 2-3 DPG. Los niveles de 2-3 DPG declinan a la semana de almacenamiento. Los menores de 4 meses no tienen el mecanismo de compensación de aumentar la frecuencia cardiaca.Cuando se transfunde a un neonato un gran volumen debe realizarse con la sangre más fresca disponible. Estrategías para evitar la transfusión Se han ido desarrollando en los últimos años para disminuir las necesidades de transfusión en los neonatos que tienen más probabilidades de ser transfundidos. (4) 76 1. Retraso en la ligadura del cordón al nacimiento. El retrasar entre 30-60 seg la ligadura en el RN pretérmino incrementa su volumen sanguíneo y reduce las necesidades de transfusión 2. Limitar las pérdidas por flebotomías. Utilización de micrométodos 3. Uso de Eritropoyetina (Epo) Hay diferentes estudios, utilizando Epo de forma precoz, (1ª semana de vida), y de forma tardía, evitando la transfusión entre el 33% al 49% en los primeros y entre el 39 y 60% en los segundos. se demostraba la reducción en el numero de transfusiones, pero no en el número de donantes 4. Nutrición. Aporte de hierro, folato, vitamina B12, vitamina E y proteínas. 5. Utilización de guías estandarizadas para la transfusión. Transfusión de Concentrado de Hematíes Es el producto más habitual utilizado en la transfusión de RN enfermos. Las principales razones de su uso son: asegurar la adecuada oxigenación de los tejidos durante el periodo de estancia en intensivos neonatales (CIN) después de CIN tratar la anemia sintomática clinicamente significativa. Indicaciones No hay criterios universalmente aceptados ni basados en guías de evidencia en prematuros y neonatos. Existen 2 estudios randomizados con un importante número de pacientes sobre transfusión liberal vs restrictiva: los estudios Iowa (5) y PINT (Premature Infants in Need of Transfusion) (6). Los criterios de transfusión restrictiva fueron similares en ambos estudios, pero el umbral para transfusión liberal fue mas alto en el de Iowa. Estos estudios concluyeron que las guías de transfusión restrictivas basadas en umbrales de Hto y Hb pueden reducir la necesidad de transfusión en pretérminos, el número de exposición no esta disminuido en la utilización de guías restrictivas. El estudio Iowa sugiere que las practicas liberales de transfusión pueden ser protectoras del daño cerebral. Existen multiples guías clínicas de recomendación de diferentes sociedades (3,7-9). Las unidades de intensivos neonatales deben tener sus propias guías. Pruebas Pretransfusionales Determinar grupo sanguíneo ABO y Rh, prueba de antiglobulina directa (PAD) con la muestra del niño. Escrutinio de anticuerpos irregulares en suero materno o del niño. Pruebas de compatibilidad realizadas con plasma materno. No es preciso repetir pruebas de compatibilidad, pues la aloinmunización es infrecuente y contribuye a las pérdidas de sangre por flebotomías Características: Grupo O, RhD del niño, compatible con plasma o suero materno o el eluido del niño si PAD positiva. También puede ser ABO identicas o compatible tras demostrar la no existencia de anti-A o anti-B pasivos. Utilizar bolsa pediátrica. Puede ser utilizada con soluciones aditivas en transfusiones XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S5-2 de pequeño volumen, siempre que el neonato no tenga afectación hepática o renal Hematocrito entre 50-70%. Irradiadación: ver consideraciones especiales Debe ser infudida a un volumen de 10-20 ml/kg, aunque hay estudios que sugieren que la transfusión de mayores volúmenes (20ml/Kg) aumentan más la hemoglobina, con un número total menor de transfusiones (10). Exanguino-transfusión. (EXT) El recambio del una o dos veces el volumen sanguíneo del neonato debe realizarse por personal entrenado en unidades de CIN. Características de los componentes eritrocitarios Grupo O compatible con el plasma materno y del neonato. RhD negativo o compatible con plasma materno. Carente del antígeno eritrocitario para el que la madre tenga anticuerpo Sangre total extraida en CPD y menor de 5 días (7) Sangre total en CPDA-1 < 7 días, si no hay ST CH extraidos en CPDA-1 < 7 días y reconstituidos con PFC compatible o AB Sí > 7 días los hematíes deben ser lavados para disminuir el riesgo de hiperpotasemia (11). Membrana de oxigenación extracorpórea (ECMO) ECMO es una técnica de by pass cardiopulmonar para el intercambio de gases no dependiente del pulmón del paciente, que se realiza durante un tiempo corto como tratamiento de soporte en neonatos con fallo respiratorio o cardiaco. Mediante esta técnica la sangre venosa circula a través de una membrana para retirar el CO2 y enriquecerla en O2. Requiere soporte transfusional con grandes volumenes de componentes. Indicaciones: Aspiración de meconio. Hernia diafragmática congénita Hipertensión pulmonar persistente. Características: Sangre total o parcialmente desplasmatizada de < 7días Transfusión de plaquetas para mantener el r. de plaquetas > 100 × 109/L, Plasma Fresco Inactivado (PFI) y crioprecipitado o aporte de fibrinógeno para mantenerlo por encima de 1g/L Transfusión intrauterina. (TIU) El diagnóstico de la anemia fetal se realiza mediante la medición de la velocidad del pico sistólico de la arteria cerebral media (ACM) con eco-doppler. Características de los CH utilizados: O negativo y / ó negativo para el antígeno correspondiente al anticuerpo materno. Extraída en CPD y menor de 5 días. Irradiada previo a la transfusión (<24 h) Sangre de riesgo reducido para citomegalovirus (CMV) Hematocrito de 70-85% Actualizacion en transfusión en neonatos la mayoría es leve o moderada pero de un 5a10% desarrollan trombopenia severa < 50 x 109/l, que requieren diagnóstico y tratamiento precoz. Causas de trombopenia neonatal El origen de la trombopenia obedece a los mismos mecanismos fisiopatologicos que en los adultos: (Fconsumo, fde la producción, o mixta). Exiten diferencias en la megacariopoyesis: los magacariocitos de los RN son más pequeños y menos maduros que los de los adultos, lo que explicaría la incapacidad de los neonatos de incrementar la producción de plaquetas como respuesta al consumo. (13) Desde el punto de vista práctico, el momento de aparición de la trombopenia puede orientar sobre su causa. (12,14) Es importante también conocer los antecedentes maternos. 1. Aparición precoz (< 72 horas). La causa más frecuente es la hipoxia fetal, en RN de madres con HTA inducida por el embarazo, diabetes y/o retraso en el crecimiento intrauterino. Suele leve- moderada, acompañada de otras alteraciones hematológicas. Se resuelven en 7- 10 días * Son debidas a disminución de la megacariopoyesis. Trombopenia neonatal aloinmune. Supone < 5% de las causas. Causada por paso de anticuerpos antiplaquetarios frente a antigenos plaquetarios fetales de origen paterno. Puede aparecer en la primera gestación y la trombopenia suele ser muy severa. Menos frecuentes: Infecciones virales prenatales, infecciones bacterianas perinatales. 2. Aparición tardía (>72 horas). Las causas más frecuentes son la sepsis y la enteritis necrotizante (trombopenías por incremento del consumo), que suponen el 80% de las trombopenias de aparición tardía. Infecciones congénitas (CMV, toxoplasmosis, rubeola, VIH). Indicaciones: Existe gran variabilidad entre inter centros, lo que refleja la falta de evidencia para guiar la decisión en las transfusion(14), solo hay descrito un estudio prospectivo para la indicación de transfusiones de plaquetas realizado por Andrew y col(15) en el que no se evidencia diferencia en los dos grupos y concluyen que la transfusión profilactica de plaquetas no previene el sangrado si el recuento es superior a 50 × 109/L y un estudio retrospectivo, realizado por Murray en el que definen el umbral para transfusiones profilacticas en 30 × 109/l, aunque también lleve a la transfusión innecesaria de un número significativo de pacientes. Progresivamente el uso se ha ido haciendo más restrictivo, junto a los riesgos de efectos adversos (infección bacteriana) se han descrito otros riesgos relacionados con la presencia de factores bioactivos que pueden producir o aumentar la lesión inflamatoria(17). También aumenta mucho el número de donantes a los que es expuesto el neonato. Está descrito en un estudio retrospectivo con 1600 neonatos trombopénicos (18) una mayor mortalidad para los pacientes que recibieron múltiples trasfusiones de plaquetas frente a los que con el mismo número de plaquetas no recibieron transfusiones. Transfusión de Concentrados de Plaquetas La trombopenia, recuento de plaquetas < 150 × 109/L, es muy frecuente. Su incidencia es varíable, siendo del 0,7-0,9 % en todos los neonatos,en los ingresados en CIN entre el 22 al 35%, (12) y en los ELBW tiene una incidencia del 85-90%. En Guías para la transfusión de plaquetas A lo largo de los años se han publicado diferentes guías y estás cada vez son más conservadoras, sobre todo en la indicación de transfusión profiláctica.(3,7-9) XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 77 Índice Aurora Viejo Características: Ser ABO idénticas o compatibles, Rh idénticas o compatibles. En neonatos con trombopenia aloinmune HPA compatibles. Producidas por técnicas habituales sin concentración posterior (aféresis alicuotadas o plaquetas unitarias). Irradiadas si está indicado Infundidas en un volumen de 10-20ml/kg. Transfusión de Plasma Fresco Inactivado No ha habido cambios en las indicaciones de la transfusión de plasma en los últimos años. Características: Grupo ABO compatible. Infundido a volumen de 10-15 ml/kg. Transfusión de Granulocitos En la actualidad el uso está muy controvertido, se utilizan en situaciones clínicas determinadas junto con el tratamiento antimicrobiano. Deben ser considerados cuando se cumplan determinadas condiciones. Transfusión en cirugía cardiaca y cateterismo. Puede utilizarse extraída en solución aditiva19 Consideraciones especiales 1. Uso de aditivos No existe problema con el uso de aditivos en transfusiones de pequeño volumen. 2. Citomegalovirus. El riesgo mas alto de infección por CMV transfusional es en RN de < 1200 g de madres seronegativas. Transfundir con sangre con riesgo reducido para CMV: de donantes CMV negativos o con sangre leucodepleccionada. 3. Filtros standard para transfusión (80-260m) o de microagregados (20-40μ), 4. Irradiación. Para evitar EICH asociada a transfusión. Se recomienda la irradiación de los componentes celulares con un mínimo de 25 Gy en los siguientes casos: a) Prematutos de < 1200g. b) Neonatos con sospecha de sindrome de inmunodeficiencia congénita (Di George, delección 22q) c) Diagnóstico de Truncus arteriosus /interrupción del arco aórtico d) Receptores de transfusión de granulocitos. e) Donación dirigida, procedente de familiares de primer o segundo grado. f) Transfusión de plaquetas HLA compatibles. g) Post TIU 5. Cámaras de infusión. Muy frecuentemente se utilizan cámaras de infusión (buretas calibradas) que contienen filtro de transfusión standard. 6. Reducción de volumen. Se utiliza en neonatos con isquemia renal o función cardiaca comprometida. La reducción de volumen de plaquetas indicada si precisan restricción de fluidos 7. Calentadores. No son necesarios para transfusiones de pequeño volumen. Es muy importante mantener la vía de administración lo más alejada posible de la luz de fototerapia. 8. Flujos de infusión. La velocidad de infusión depende del componente, volumen total a ser infundido y de las características del acceso venoso. Hematíes 3-5 ml/kg /hora Plasma Infusión en 30 minutos. El volumen no debe exceder 5-10 ml/kg/hora. Plaquetas Infusión en 30 minutos 9. Lavado de componentes. Componentes procedentes de la madre, siempre tienen que ser lavados. También puede ser necesario para disminuir las cantidades de potasio o retirar las soluciones conservantes. 10.Vías de administración. No debe utilizarse una vía central para transfusión simple, debido al riesgo de infección o trombosis. Agujas o palomillas del 21-27g Referencias 1. Bifano E, Currant T: Minimizing donor blood exposure in the neonatal intensive care. 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Experiencia de 25 años sobre transfusión domiciliaria de hemoderivados en una unidad de hospitalización a domicilio (HAD) Trasfusión en domicilio. Experiencia de 25 años sobre transfusión domiciliaria de hemoderivados en una unidad de hospitalización a domicilio (HAD) S5-3 Begoña Tamayo, MJ Fonquernie D García-Sánchez, F Mateos, MT Baños, P Sanroma. Unidad de HAD. Hospital Universitario Marques de Valdecilla, Santander. Trasfusión en domicilio Principios generales de trasfusión en domicilio: La transfusión en domicilio siendo un acto más personalizado, se distingue de la trasfusión en hospital en la dificultad de disponibilidad de servicios de emergencias inmediatos ante efectos adversos y complicaciones serias. Los profesionales implicados en trasfusión en domicilio deben establecer un plan de manejo de urgencias relacionadas con trasfusión. Estar familiarizados con los procedimientos de reconocimiento y manejo de reacciones agudas y recibir formación y actualización especifica sobre procedimientos estandarizados en trasfusión. Objetivo Establecer el procedimiento de transfusión de hemoderivados administrados en HAD para garantizar la seguridad del mismo. Criterios de inclusión Pacientes que cumplan los requisitos generales de ingreso en las unidades de HAD).Pacientes con estabilidad clínica y anemia sintomática, con una Hb ⱕ8 grs /dL ; en caso de presentar antecedentes de cardiopatía o neumopatía, 10grs/dL. Pacientes sin antecedentes de reacción transfusional grave (TRALI, anafilaxia o hemólisis). Los pacientes con función pulmonar o cardiaca comprometida, deberán estar en fase de estabilidad. Paciente consciente y cooperador con cuidador adulto responsable y colaborador. Facilidad para la evacuación. Conexión con la UHD telefónica u otro medio electrónico. El paciente debe estar acompañado durante todo el acto transfusional. Criterios de exclusión Pacientes que no cumplan los criterios de inclusión. Desarrollo del procedimiento: Para tomar la decisión de trasfundir, nos basamos en los datos de la visita clínica y en el hemograma. Indicación: En pacientes sin daño cardiovascular o pulmonar, estables, se acepta trasfundir para mantener la cifra de hemoglobina de ⱕ8 g/dl. En pacientes con patología cardiovascular o insuficiencia respiratoria, se mantendrá hemoglobina >10 g/dl. Pacientes estables: trasfusión profiláctica con plaquetas < 10.000 / ml. Pacientes con fiebre, sepsis, anfotericina, esplenomegalia u otras situaciones con aumento de consumo: mantener > 20.000 / mL. Protocolo de Transfusión Antes de transfundir: Comprobar que en la Historia clínica existe una hoja de órdenes médicas en la que se ha prescrito: producto a trasfundir ese día con todos los detalles precisos (filtros desleucocitadores, productos radiados, estatus de CMV, numero de unidades, premedicación si es necesa- ria) y cualquier otra circunstancia. Asegurarse de que el paciente va a estar acompañado durante el acto transfusional de un cuidador que sea capaz de identificar síntomas y ponerse en contacto con la unidad si hay reacciones. Entregar al paciente la hoja de “Información para el paciente que va a recibir una transfusión en domicilio’’ y explicarle verbalmente lo que le vamos a hacer, la importancia de una rigurosa identificación a fin de evitar errores y la necesidad de avisar si tiene algún síntoma de los indicados en dicha hoja.Interrogarle sobre reacciones y trasfusiones previas. En caso de referir reacciones severas, si no se ha pautado premedicación o existen dudas al respecto, avisar al medico de la unidad para su valoración. Consideramos a un paciente politransfundido cuando ha recibido más de 10 transfusiones.Obtención del consentimiento informado tras haberle explicado los riesgos que tal trasfusión conlleva. Extracción de muestra pretransfusional :Para la transfusión de hematíes es necesario enviar una muestra de sangre del paciente en un tubo malva para llevar a cabo las pruebas cruzadas. Para la transfusión de plaquetas, plasma y crioprecipitado, esto no es necesario, aunque sí es preciso conocer el grupo del paciente, por lo que si éste nunca ha sido transfundido también es preciso enviar la muestra. La extracción de la muestra la realiza la enfermera, para lo que es imprescindible asegurar la identidad del paciente y el etiquetado correcto del tubo. Si el paciente no es conocido, se le identificará de forma positiva y a través de la pulsera identificadora. Identificación de muestra de sangre pre-transfusional para realización de pruebas de compatibilidad, en las 48 previas a la transfusión, en la que deberá constar el nombre y apellidos del paciente, así como un indicador numérico, como nº de historia clínica o nº de seguridad social, la fecha de la recolección y el nombre del personal sanitario que extrae la muestra. Deberá comprobarse de forma inequívoca que todos estos datos coinciden en la muestra y en una banda identificatíva del paciente. En el volante de “Petición de Transfusión” la enfermera cumplimentará el apartado “Extracción muestra” con su identificación y fecha y hora de la extracción de la muestra, y en el tubo registrará su firma y la fecha. Una vez comprobado que el volante y la muestra corresponden al mismo paciente, ambos se remiten a la Sección de Hemoterapia. Administración de la transfusión La clave en la transfusión es la identificación correcta del receptor en la muestra y el volante. La identificación debe ser positiva, preguntando el nombre, en el momento de la extracción. Antes de la infusión, la enfermera debe confirmar la identidad del receptor con el producto que recibe, el cual vendrá identificado de forma inequívoca. Antes de iniciar la XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 79 Índice Begoña Tamayo transfusión hay que hacer una serie de comprobaciones fundamentales: Se asegurará que se dispone del equipo de transfusión adecuado con filtro de 170 mm entregado por la Sección de Hemoterapia. Se comprobará la identidad del receptor de forma positiva y la coincidencia con la identidad del producto y de la Hoja de “Transfusión de Hemoderivados”. Esta comprobación deberá realizarse por tres personas, una de ellas el familiar del paciente. Si el paciente nunca ha sido transfundido se le recordará brevemente sobre los posibles efectos adversos y la actitud a adoptar (fundamentalmente avisar). El número de identificación y la naturaleza de las unidades transfundidas se anotarán en la historia clínica del paciente para garantizar la trazabilidad donantereceptor. Se comprobará que el aspecto del producto es adecuado. Además, se comprobará la fecha de caducidad y la coincidencia o compatibilidad con el grupo y Rh del paciente indicado en la Hoja de “Transfusión de Hemoderivados”. Se deben comprobar las constantes al inicio, cada 1/4 de hora en la primera hora, al final de la transfusión y ½ postranfusión. Asimismo, el paciente debe estar vigilado durante los primeros minutos de la trasfusión, que es cuando se produce la mayoría de efectos adversos. La infusión debe realizarse a un ritmo que el paciente tolere, en general no se deben superar las 2 horas para un concentrado de hematíes, y ½ hora para las plaquetas. Sin embargo, para una mejor conservación del producto, estos tiempos debieran acortarse si el paciente lo tolera. Para la transfusión es conveniente una vía con un calibre grueso para permitir un flujo adecuado y evitar la hemólisis. Nunca se administrarán otros productos junto a los componentes sanguíneos, en todo caso, suero salino. Los componentes sanguíneos no se debe calentar, almacenar, ni añadir ningún producto. Si fuera preciso calentar la sangre (pediatría), existen calentadores específicos. Todo producto que no se trasfunda o se trasfunda sólo en parte debe ser devuelto a la Sección de Hemoterapia Reacciones transfusionales Aunque las reacciones transfusionales en la actualidad son poco frecuentes y la mayoría son leves, pueden ser muy graves y en su inicio pueden ser difíciles de diferenciar, por lo que, en general, ante una reacción transfusional aguda se adoptarán las siguientes medidas: Detener la transfusión. Se puede mantener la permeabilidad de la vía con suero salino. Volver a comprobar que la identidad del paciente y producto coinciden. Tomar las constantes. Avisar al médico responsable, de forma inmediata si el paciente tiene datos de gravedad. Si la reacción es leve y se puede reanudar la transfusión por indicación médica tras adoptarlas medidas oportunas, se reanudará la transfusión, en general a velocidad más lenta. En caso contrario se suspenderá y enviará la bolsa a la Sección de Hemoterapia con la correspondiente Hoja de Reacción Transfusional debidamente cumplimentada. Material y equipos Termómetro. Monitor de TA, FC y SatO2 (o fonendoscopio, esfigmomanómetro y pulsioxímetro).Equipo de transfusión con filtro. Medicación para control de reacciones transfusionales. Transporte Contenedor refrigerado: Sangre total y componentes eritrocitarios líquidos, una vez procesados: 1-10º C, Plaquetas 80 18-24º C. No podrán volver a refrigerarse las unidades que superen dicha temperatura. Experiencia de 25 años sobre transfusión domiciliaria de hemoderivados en una Unidad de Hospitalización a Domicilio (HAD) Objetivo Análisis de las complicaciones de la transfusión de hemoderivados realizadas en pacientes atendidos en nuestra unidad de HAD. Material y métodos Estudio retrospectivo y descriptivo de las transfusiones de concentrados de hematíes y plaquetas realizadas en el domicilio en pacientes atendidos en nuestra unidad de HAD desde Octubre de 1984 a Marzo de 2009. Se han revisado los siguientes datos: edad, sexo, enfermedad principal, motivo de ingreso en HAD, factores de riesgo transfusional, productos trasfundidos, medidas pre-transfusionales, complicaciones observadas y manejo de las mismas Resultado Durante este periodo se realizaron 2.939 actos trasfusiones de los que hasta ahora se han revisado 1.136 de CH y 382 de CP (total: 1.518) en un total de 458 pacientes. Se analizan por separado las transfusiones de concentrados de hematíes y de plaquetas. Concentrado de hematíes Actos transfusionales y motivo. Se han realizado 1.136 actos transfusionales. La mediana de edad fue de 65 años (rango 698 años). Los procesos hospitalarios por los que fueron transfundidos los pacientes se detallan en la Tabla 1, suponiendo los procesos hematológicos y crónicos y los tumores sólidos el 81%. Los motivos de ingreso en nuestra unidad de HAD se detallan en la Tabla 2, suponiendo el seguimiento de aplasia post-quimioterapia o el propio acto transfusional el 71%. Factores de riesgo. Se han realizado 1.136 actos transfusionales de CH. En 161 actos (14,2%) no consta ningún factor de riesgo transfusional. En 588 actos (51,8%) los pacientes eran politransfundidos (>10), en 111 (9,8%) habían recibido entre 6-10 transfusiones y en 291 (25,6%) habían recibido entre 1-5 transfusiones. En 264 (23,2%) constaba reacción transfusional previa. En 147 actos (13%) los pacientes eran cardiópatas. El rango de hemoglobina pretransfusional fue de 3,4-13,1 g/l. Productos transfundidos. Se administraron 969 hemoderivados radiados y 1.057 filtrados. 384 hemoderivados fueron administrados por vía periférica nº 20, 281 por palomita (intima) 20G, 199 por CCAP, 106 por catéter de Hickman, 53 por catéter venoso central. Se premedicaron el 49,3% de las transfusiones. Reacciones transfusionales y otras complicaciones. Se han registrado 56 (4,9%) episodios de reacción postransfusional (26 febriles no hemolíticas, 10 escalofríos, 4 disnea, 2 erupción cutánea, 1 bacteriemia por probable contaminación sin confirmar, 1 hipotensión leve y 7 de diversa clínica y escasa repercusión). En 10 casos se suspendió la transfusión. Se realizaron hemocultivos en 14 casos y estudio analítico de probable reacción transfusional en 5. Doce episodios de reacción transfusional se resolvieron con administración de medicación (antihistamínicos, corticoides, paracetamol, diuréticos). En ningún caso se preciso traslado al hospital. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S5-3 Trasfusión en domicilio. Experiencia de 25 años sobre transfusión domiciliaria de hemoderivados en una unidad de hospitalización a domicilio (HAD) Concentrado de Plaquetas Actos transfusionales y motivo. Se han realizado 382 actos transfusionales. En 319 actos el motivo de la transfusión fue profiláctico. La mediana de edad fue de 50 años (rango 6-80 años). En 365 actos (95,5%) la enfermedad de base del paciente era de origen hematológico. El motivo de ingreso en la unidad fue control de aplasia post-quimioterapia (61,5%), tratamiento antibiótico IV de procesos infecciosos (11,2%), control de aplasia tras trasplante autólogo (9,4%), administración de diversos tratamientos IV y hemoterapia (26,8%) y para soporte transfusional como cuidados paliativos (6,5%) Factores de riesgo. En 210 (55%) no constaba ningún factor de riesgo transfusional. En 125 actos (32,7%) el paciente era politransfundido (>10), y en 140 (40%) constaba reacción transfusional previa [cutánea 32 (23,4%), febril 29 (21,2%), fiebre y tiritona 25 (18,2%), fiebre y reacción cutánea 24 (17,5%) y 5 diversas]. Productos transfundidos. El producto transfundido (“pool de plaquetas”) fue filtrado en 316 ocasiones y en 267 radiado. Se premedicaron el 86,5% de los actos transfusionales. Reacciones transfusionales. Se han registrado 13 (3,6%) episodios de reacción postransfusional, de ellas 7 fueron febriles no hemolíticas,1 shock, 1 episodio de escalofríos, 1 dolor lumbar, 3 erupción cutánea. Se suspendió la transfusión en 2 ocasiones y en 3 se realizaron hemocultivos. Doce episodios de reacción transfusional se resolvieron con administración de diversa medicación (antihistamínicos, corticoides, paracetamol, y medidas de hidratación). Se realizaron 5 estudios analíticos de probable reacción transfusional y 19 de refractariedad. El rango de cifra plaquetaria pre-transfusional fue de 2.000-70.000 y el pos-transfusional de 2.000320.000 plaquetas. En ningún caso se preciso traslado al hospital. Aumentando la seguridad: Programa de telemedicina. En 2009 se ha iniciado, dentro del desarrollo de la historia clínica electrónica, el pilotaje del programa de transfusión telemonitorizada: se realizara a través de un Centro Medico de Respuesta (CMR) conectado a un kit de telemonitorización de constantes vitales del paciente que nos permitirá el control y la comunicación en tiempo real con el domicilio del paciente, en la actualidad se están implementando las alarmas, la programación de televisitas y las bases de datos, el objetivo, una vez más, será que la transfusión domiciliaria sea un procedimiento con garantía de seguimiento y seguridad en el proceso de transfundir. Tabla 1. Proceso hospitalario Enfermedad hematológica Procesos crónicos Tumor sólido Proceso infeccioso Proceso Quirúrgico Proceso hemorrágico Proceso inflamatorio Otros Nº 540 206 180 114 71 8 8 8 % 47,6 18,1 15,9 10 6,3 0,7 0,7 0,7 Nº 307 243 196 117 62 47 29 28 27 23 17 17 13 8 62 % 44,5 21,4 17,3 10,3 5,5 4,1 2,6 2,5 2,4 2 1,5 1,5 1,1 0,9 5,5 Tabla 2. Motivo de ingreso en HAD Hemoterapia Protocolo de aplasia hemopatía Tratamiento antibiótico IV Control clínico Curas Trasplante autólogo de CPH Cuidados paliativos Protocolo cirugía cadera Protocolo neumonía Tto antibiótico+ hemoterapia Tto antibiótico y curas NPT Protocolo ITU Otros Curas Conclusiones La transfusión domiciliaria de hemoderivados en nuestros pacientes ingresados en la unidad de HAD es factible y con un nivel de seguridad similar a la realizada en el hospital. A pesar de tratarse de una población con alto riesgo desde el punto de vista transfusional las complicaciones observadas y su frecuencia son similares a las reportadas en pacientes transfundidos en el hospital por grupos de expertos en hemovigilancia. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Standards for Blood Banks and Transfusion Services, 23d edition, American Association of Blood Banks, Bethesda, MD 2004. Anderson K, Benson K, Glassman A, et al. Guidelines for Home Transfusion, American Association of Blood Banks, Bethesda, MD 1997. Food and Drug Administration. Code of Federal Regulations, Part 600, US Government Printing Office, Washington, DC 2005. Guía sobre la Transfusión de Componentes Sanguíneos y Derivados Plasmáticos de la SETS. 3ª edición (2006). Real Decreto 1088/2005, de 16 de Septiembre. (Ref 2005/15514), por 6. 7. el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación de los centros y servicios de transfusión ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Ministerio de Sanidad y Consumo (BOE número 225 de 20/9/2005) Libro de Consenso de procedimientos en Hospitalización Domiciliaria: Protocolo de transfusión en domicilio de unidades de Hospitalización Domiciliaria. Santander, 2010. En imprenta. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 81 Índice Simposio S6 Situación del look-back en España. Introducción Situación del look-back en España Introducción S6 Silvia Sauleda. Laboratorio de Seguridad Transfusional. Banc de Sang i Teixits de Catalunya. La donación de sangre en nuestro país es voluntaria, altruista y se sostiene en gran medida por la fidelidad de los donantes que acuden regularmente a los Centros de donación. La seguridad de la sangre se basa en la selección del donante, en las pruebas de validación y en los sistemas de reducción de patógenos. Como el donante de sangre es por defecto una persona sana y a priori sin factores o conductas de riesgo de adquisición de enfermedades transmisibles y las pruebas de cribado son sensibles y adecuadas a nuestra epidemiología, la sangre actualmente ha alcanzado niveles de seguridad aceptables. Sin embargo, todos los centros de transfusión se ven obligados a realizar numerosas investigaciones retrospectivas, o lookbacks, en receptores de productos sanguíneos por la sospecha de haber podido transmitir un agente infeccioso. El lookback es un procedimiento frecuente pero a la vez heterogéneo, y que siempre implica cuestiones técnicas, éticas y legales. Afortunadamente, hay una desproporción entre el elevado número de investigaciones realizadas cada año en España y el reducido número de complicaciones infecciosas derivadas de la transfusión recogidas en los informes de Hemovigilancia. Las seroconversiones que se detectan en los donantes conocidos, especialmente las seroconversiones a VIH-1, son la fuente más habitual de lookbacks en los Centros de Transfusión. En cambio, las transfusiones son todavía hoy el “sospecho habitual” en los casos de seroconversión intrahospitalarias al virus de la hepatitis C. En los últimos años, la implementación de nuevas tecnologías de cribado molecular o de nuevos marcadores relacionados con la inmigración, como anti-T. cruzi, han complicado y multiplicado los lookbacks. Paralelamente, se han generado nuevas incertidumbres. Por ejemplo, hasta qué punto es necesario realizar los lookbacks de los donantes identificados en periodo ventana de VIH-1 o hepatitis C, sobre todo cuando la donación anterior ha tenido lugar meses o años antes. Cada lookback genera desconfianza en los clínicos sobre la seguridad de la sangre y angustia en el paciente, por lo que parecería sensato limitar el número de investigaciones a lo estrictamente necesario desde el punto de vista científico. Sin embargo, la legislación española recogida en el real Decreto 2005/1088 no da lugar a excepción y, al contrario, es muy confusa en la definición de qué se considera un resultado positivo en la donación sujeto a lookback. En cualquier caso, se presenta actualmente la necesidad de definir y armonizar los lookbacks en España. Las regulaciones a veces están sujetas a interpretación, por lo que un documento amplio y consensuado sobre cómo realizar dichas investigaciones en correcto equilibrio entre los criterios legales, éticos y científicos sería de indiscutible utilidad. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 85 Índice Magda Campins S6-1 Seroconversiones intrahospitalarias y look-back Magda Campins. Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología. Hospital Universitario Vall d’Hebron. Universidad Autónoma de Barcelona. El riesgo de infección nosocomial de microorganismos de transmisión sérica, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), de la hepatitis B (VHB) y de la hepatitis C (VHC) es un hecho bien establecido y documentado en la literatura científica. Los principales mecanismos de transmisión pueden englobarse en los tres siguientes: 1. Nosocomial. Transmisión directa o indirecta a través de sangre o hemoderivados, y transmisión cruzada entre pacientes a través de material o instrumental contaminado. 2. Ocupacional. Transmisión de pacientes al personal sanitario a través de una exposición percutánea o cutáneomucosa. 3. Transmisión a pacientes a partir de un profesional sanitario infectado. Gracias a los métodos de cribado de estas infecciones en los donantes, el riesgo global actual de infección asociado a las transfusiones de sangre o hemoderivados es muy bajo (figura 1), inferior al de otras vías de transmisión nosocomial de estos virus. El estudio serológico del VIH y del VHC ha disminuido el riesgo de transmisión a 1 de 1,5 millones y a 1 de 276.000, respectivamente. La implementación de técnicas de PCR de segunda y tercera generación ha reducido el riesgo de ambas infecciones a aproximadamente 1 caso por cada 2 millones de unidades de sangre transfundidas. En nuestra experiencia, la frecuencia de reclamaciones relacionadas con el VHC es muy superior al de los otros virus de transmisión sérica (tabla 1), lo que se asocia a la mayor prevalencia de infección por este virus en nuestro medio en la población general. En prácticamente todas las reclamaciones o notificaciones de pacientes con hepatitis aguda C existe el antecedente de haber estado hospitalizados o de haber sido sometidos a una exploración o a un tratamiento médico de carácter invasor en las semanas precedentes a la aparición de la hepatitis. Aunque en muchos casos se había administrado sangre o hemoderivados, el estudio epidemiológico realizado ha permitido descartar la transmisión por esta vía, y ha documentado el incumplimiento del personal sanitario de las precauciones estándar de prevención de las infecciones. En la tabla 2 se muestran los mecanismos más freFigura 1. Riesgo de transmisión postranfusional del VIH, VHC, VHB y de infecciones bacterianas en los EE.UU. (1984-2005). De: Blacjchman MA et al. NEJM 2006;355:1303-1305. 86 cuentes actualmente de transmisión nosocomial de los virus de las hepatitis B y C. La prevención de la transmisión nosocomial de estos virus se basa, a parte del correcto seguimiento de las técnicas de cribado en todas las donaciones de sangre y hemoderivados, en la aplicación rigurosa de las siguientes medidas: 1. Cumplimiento estricto de las precauciones estándar: Lavarse las manos antes y después del contacto con sangre y fluidos corporales, aunque se usen guantes; utilizar guantes si existe posibilidad de contacto con sangre, líquidos corporales o material contaminado, y al tocar mucosas o piel no intacta; evitar las heridas causadas por agujas, bisturís y por cualquier otro instrumento, colocándolos después de su uso en contenedores especiales resistentes a la ruptura; no recapuchar las agujas usadas; el material en contacto con sangre y fluidos orgánicos debe ser de un solo uso. 2. Vacunación antihepatitis B. Todo el personal sanitario debe estar inmunizado frente a la hepatitis B. Se ha demostrado que con la vacunación de la hepatitis B se podrían prevenir más del 95 % de los casos de hepatitis B de pacientes adquiridas a través de un profesional sanitario infectado. Tabla 1. Lookbacks y reclamaciones registradas por el Laboratorio de Seguridad Transfusional del Banco de sangre y tejidos del Hospital Universitario Vall d’Hebron (enero 2008- diciembre 2009). Anomalia VIH-1 Hepatitis C Hepatitis B OBI Sífilis Chagas HTLV-I Total Lookbacks Reclamaciones 33 1 6 15 14 6 47 – 12 – 6 – 4 – 122 22 Tabla 2. Mecanismos de transmisión nosocomial de virus de transmisión sérica. – Inyecciones (material no estéril) – Material o instrumental contaminado (reutilización) – Hemodiálisis – Endoscopia (limpieza, desinfección o esterilización inadecuada del material) – Viales multidosis (salinización o heparinixación de vías vasculares, anestésicos,…) – Contaminación de heridas (guantes contaminados) – Agujas acupuntura contaminadas – Personal sanitario a pacientes (cirujano infectado,…) – Trasplante de órganos o tejidos – Transfusiones de sangre o hemoderivados XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S6-1 3. Desinfección y/o esterilización del material. No se debe reutilizar nunca material de un sólo uso y hay que seguir de forma estricta las normas de desinfección y esterilización del instrumental reutilizable. Nunca hay que compartir jeringas ni agujas entre pacientes, aunque a simple vista parezca que no se han utilizado. 4. No usar viales multidosis. Se han documentado múltiples brotes de transmisión nosocomial del VHC por el uso de viales multidosis utilizados para heparinizar o salinizar vías de infusión intravenosa, o al compartir viales entre pacientes en la inducción anestésica. Es muy recomendable sustituir los viales multidosis por monodosis. 5. Utilitzación de materiales de seguridad y de nuevos materiales de protección. Los centros sanitarios deben facilitar y promover el uso de estos materiales de seguridad y la adopción de técnicas de trabajo más seguras, dirigidas a la reducción del riesgo. 6. Formación continuada del personal. Los centros sanita- Seroconversiones intrahospitalarias y look-back rios deben promover y ofrecer a sus trabajadores programas de formación para mejorar su conocimiento y la aplicación de las precauciones estándar. 7. Restricciones a la práctica profesional de los cirujanos infectados por VIH, VHB o VHC. Los trabajadores sanitarios que padecen una infección activa por el VIH, VHB o VHC no podrán efectuar procedimientos invasores predisponentes a exposiciones (PIPE). Esta restricción se mantendrá hasta que se haya producido una inactivación de la replicación vírica, espontánea o inducida por el tratamiento. 8. Medidas especiales para los pacientes en hemodiálisis. Los pacientes con insuficiencia renal crónica sometidos a tratamiento en una unidad de hemodiálisis deben ser estudiados serológicamente antes de entrar en el programa de diálisis, y dializarse en unidades separadas en caso de ser portadores de HBsAg. Los susceptibles deben ser vacunados, con determinación periódica del nivel de anti-HBs y revacunación. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 87 Índice Miguel Angel Vesga S6-2 Lookback. Aspectos eticos y legales Miguel Angel Vesga. Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos. Definiciones Traceback: El procedimiento se inicia cuando sospechamos que se ha transmitido una infección por transfusión a un paciente. Se busca e investiga al donante a través de la información disponible de los componentes transfundidos a ese paciente. Lookback dirigido: Se inicia tras la constatación de una positividad inicial o una seroconversión en un donante (en un análisis de escrutinio rutinario o como consecuencia del traceback). Se buscan específicamente los receptores de los componentes donados previamente por ese donante. Lookback no dirigido: Se trata generalmente de recomendaciones o alertas por parte de las autoridades sanitarias, u otras organizaciones, del interés de llevar a cabo escrutinios de agentes infecciosos específicos a pacientes transfundidos, de forma global, durante un período de tiempo específico en el que el riesgo de haber recibido algún componente sanguíneo infectado era significativo. Código de ética para la donación y transfusión de sangre. Sociedad Internacional de Transfusión sanguínea (ISBT). La ISBT, en su Asamblea General de Julio de 2000 estableció una serie reglas y principios éticos a observar en el campo de la Medicina Transfusional. Se trata de un código sencillo pero claro, y desde luego que no olvida este aspecto, y en su apartado 11 dice que “ los donantes y receptores deben ser informados en caso de daño”. Legislación Española y Europea. Nuestro marco de referencia son las diferentes normas españolas consecuencia de la transposición de las Directivas Europeas conocidas por todos. Concretamente, el Real Decreto 1088 de 2005, por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión; y la Orden 322/2007 por la que se establecen los requisitos de trazabilidad y de notificación de reacciones y efectos adversos graves de la sangre y de los componentes sanguíneos. Algunas enseñanzas de los programas desarollados Virus de la Inmunodeficiencia Humana El SIDA se describe en 1981 en la población homosexual y en 1982 en la población hemofílica. En 1983-84 se confirma la transmisión transfusional y en 1984 se implantan los primeros programas de Lookback en California. Se crearon bases de donantes y receptores infectados afectados antes del inicio de escrutinio de donaciones en Mayo de 1985. Se llevaron a cabo diferentes tipos de lookback que siguen aún siendo vigentes: Lookback dirigido (Targeted): Al aparecer un caso en paciente transfundido; al aparecer un donante positivo en el escrutinio de la donación; o cuando un donante conocedor de su situación informa al centro para que tome las medidas oportunas. Lookback Universal: Se pone en marcha por los servicios de Salud Pública al constatar la relativa ineficacia del anterior. Estos servicios sugieren el control de todas las personas transfundidas entre 1980 y 1985.. Las respues- 88 tas tampoco fueron todo lo exitosas que cabía esperar por varias razones: Hasta un 12% de los pacientes transfundidos no eran conscientes de que lo habían sido, las campañas no eran de la intensidad suficiente, los llamamientos no eran realizados por organizaciones con la suficiente autoridad, las posibilidades de tratamiento eran escasas, dificultad de comprensión o colaboración por parte de los médicos generalistas de los pacientes, dificultades en los registros hospitalarios, etc. Con este tipo de lookback, como ejemplo, en Australia acudieron el 15% de los receptores y contribuyó a la identificación del 10% de los pacientes infectados por transfusión. Lookback cruzado con Salud Pública: Uno de los problemas del lookback es que los donantes con donaciones previas que se autoexcluyen porque saben que no deben donar no informan generalmente al centro en el que han realizado donaciones, y por tanto no pueden ser detectados. Una solución es cruzar los registros de donantes con la información disponible en los registros de Salud Pública. En estos casos deben resolverse previamente los problemas derivados de la confidencialidad y custodia de datos. Limitaciones / aprendizajes de los programas de lookback en VIH En el Lookback dirigido la mayor limitación puede ser no poder identificar a todos los donantes positivos porque dejan de donar por autoexclusión sin informar al centro de las razones. Deben implantarse procedimientos más activos de identificación para poder rastrear a los receptores de manera eficaz. Donantes que dejan de donar por cualquier otro motivo y descubren que son positivos después de la introducción de la prueba y no informan porque creen que se han contaminado después de dejar de donar. Registros informáticos inexistentes o mal mantenidos. La disponibilidad de una buena seroteca de todas las donaciones ayuda mucho en los procesos de LB. En el LB universal, las campañas de baja intensidad se han demostrado de escaso rendimiento. Por otro lado, no seguir adecuadamente los procedimientos por parte de los médicos de familia también resta eficacia. Los LB cruzados han sido de eficacia variable debido a los diferentes grados de cooperación (muchas veces por razones legales) en los diferentes países. Los LB siempre generan polémicas legales y éticas para los servicios: A veces se ha pensado que no es necesario informar por que no existían tratamientos (caso de Japón con sus pacientes hemofílicos).Muchas veces existe una indefinición legal sobre la responsabilidad de quien debe suministrar la información ( hospital y médico prescriptor a sus pacientes). Discrepancias de servicios de transfusión y centros hospitalarios respecto a la conveniencia o no de informar por razones de edad, pronóstico, etc. Esta situación puede provocar que los centros elaboradores / suministradores de componentes sanguíneos insistan en monitorizar acti- XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S6-2 vamente todas las notificaciones y sus resultados finales. Frecuentemente aparecieron reticencias a su puesta en marcha cuando se carecía de tratamientos eficaces. Cuando surgieron posibilidades terapéuticas se aceleró la búsqueda de recursos para llevar a cabo el LB. Los datos generados por los programas de lookback son excelentes herramientas de investigación Virus de la hepatitis C (VHC) El lookback del virus de la hepatitis C fue el centro de una gran polémica durante prácticamente toda la década de 1990. Los procedimientos fueron diferentes fundamentalmente en razón de los diferentes tests disponibles con un grado diferente de sensibilidad. En USA se procedió de la siguiente manera: 1. Notificación individual mediante lookback dirigido a receptores de componentes desde 1988 de donantes positivos en pruebas de 2ª y 3ª generación. 2. Recomendación de análisis para VHC a todos los receptores de componentes hasta 1992 a través de anuncios en servicios públicos o médicos de familia debido al alto número de falsos positivos con los tests de 1ª generación. Los condicionantes y conceptos más discutidos, influyentes y divulgados en aquella época fueron: La baja probabilidad de que un receptor de transfusion estuviera vivo, existiera trazabilidad y desease realizarse pruebas. La dificultades de localizar a receptores en sociedades con mucho movimiento cuando no existían sistemas sanitarios públicos nacionales (en países que sí los tenían, como Canadá y Dinamarca, sólo alrededor del 15% de los procedimientos de LB concluyeron evaluando a un receptor vivo). Los beneficios del LB se hacían más evidentes una vez que el paciente era evaluado ya que permitía detectar como infectados a alrededor del 70% de los pacientes estudiados. Dificultad de concluir si esa identificación tenía efectos positivos sobre la salud global de esos pacientes. La experiencia durante esa época sugería que menos del 1% de los receptores implicados en estudios de LB de VHC se beneficiaban del tratamiento. La aparición de tratamientos más eficaces con posterioridad, el mayor conocimiento de la historia de la enfermedad y de los consejos de hábitos de vida a suministrar pueden haber modificado este concepto. “La notificación ha ayudado a mejorar las vidas de algunos receptores. Sin embargo al analizar la eficacia del programa en su conjunto más que como decisión individual sobre un paciente, se aprecian las limitaciones del programa en relación a esa enfermedad. Teniendo en cuenta la edad media de los receptores y la eficacia de los antivirales, la proporción de pacientes que se han beneficiado del programa es inferior al 1%. La estimación del coste eficacia del programa cae a niveles inferiores a los habitualmente estimados para iniciativas médicas o de salud pública. Por otro lado, dado que las transmisiones secundarias parecen poco probables en el caso de VHC, se añade otro aspecto a restar eficacia al programa” (Aubuchon) “Los LB generales pueden tener un importante papel en la salud pública ya que estos mensajes educativos ayudan a detectar personas infectadas por otras vías y transmite la idea de la importancia de la enfermedad, con lo que hay más personas que quieren ser analizadas, y tratadas o aconsejadas”. Lookback. Aspectos eticos y legales La realidad determinante es que sólo el 1-2% de los implicados en LB pudieron beneficiarse en USA del esfuerzo del LB ( representando menos del 0.05% de los 4 millones de americanos infectados). ¿ Existen otros procedimientos más eficaces de beneficiar a más personas? El esfuerzo y dinero empleado en estos programas no debe retrasar la implantación de otros que pueden resultar más eficaces de forma global. Algunas consideraciones médicas a la hora de decidir realizar un lookback: ¿Se ha confirmado el incremento de riesgo que supone ese componente o donante?, ¿Se trata de una afección médica importante?, ¿ Existe la posibilidad de que haya transmisiones secundarias?, ¿ Existe tratamiento precoz, presintomático?, ¿Hay posibilidad de tomar medidas en más momentos?, ¿ Está equilibrado el posible beneficio potencial con el daño potencial?, ¿ Están capacitados los sistemas de salud y transfusión para manejar el programa? Desarrollo de tecnologías de registro y documentación, así como de almacenamiento de muestras de pacientes y donantes para el análisis de agentes ahora desconocidos. Cuando un programa de lookback afecta a cientos o miles de receptores, deja de ser un aspecto de salud individual para convertirse en un asunto de salud pública. Por lo tanto, debe valorarse en la misma categoría que otros programas de esta categoría. Cuando se trata de gestionar una enfermedad infecciosa, las autoridades deben priorizar su atención sobre el grupo más grande de afectados. En USA, años después del lookback de VHC el 93% de las personas afectadas por otras vías empezaban a ser objeto de búsqueda, educación y tratamiento. Variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ) No se dispone por el momento de pruebas de escrutinio. Hasta la fecha se han detectado cuatro posibles caso de transmisión sanguínea de vECJ en el Reino Unido, y todos los receptores de componentes procedentes de donantes diagnosticados de la enfermedad han sido notificados de la situación.. Se ha calculado que el riesgo de transmisión a través de donantes infectados por variante que donan dentro de los 40 meses del comienzo de su enfermedad es del 14%. Sin embargo, existe una gran incertidumbre debido a los largos períodos de incubación, y a una posible segunda ola en heterocigotos para el codon 129. Algunas cuestiones legales referentes a los programas de escrutinio y notificación de vECJ. Preocupa que la puesta en marcha de una prueba para vECJ pueda originar una serie de causa de conflictos legales debido al procedimiento en sí mismo, por cómo notificar a donantes positivos o falsos positivos, cómo gestionar el seguimiento de receptores de componentes donados previamente, cómo elaborar el consentimiento informado de donantes y receptores, etc. Un elemento esencial es que se disponga, o no, de pruebas de confirmación, afectará directamente al establecimiento nuevos criterios de aceptación / exclusión y procedimientos de seguimiento, control y consejo de afectados. Lo que parece claro es que la inexistencia de tratamiento, o la incertidumbre sobre el significado de la prueba no son motivo para no informar. Otra materia de debate es hasta donde llevar el lookback cuando se habla de riesgo teórico. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 89 Índice Miguel Angel Vesga tados positivos?, ¿Cómo se determinan la sensibilidad y especificidad de la prueba?, ¿Cuál es la prevalencia de fondo en una población fuertemente expuesta como la británica?, ¿Qué información sobre la interpretación del resultado debe comunicarse a los donantes hallados positivos?, ¿Qué información sobre la interpretación del resultado debe comunicarse a los donantes hallados negativos? Algunos aspectos éticos de un eventual programa de escrutinio y notificación. Muy probablemente exista una gran presión para introducir la prueba, incluso sin pruebas de confirmación disponibles, cuando esté lista. Recientemente se realizó una encuesta entre donantes británicos. Como conclusión, se originaron una serie de preguntas interesantes, entre ellas: ¿Cómo se confirmarían los resul- Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 90 Technical: Lookback-Traceback. Canada´s Transfusion Safety Officers. http://www.transfusion.ca/new/tso/en-tech-lookn.traceb.html. Código de ética para la donación y transfusión de sangre. http://www.isbt-web.org/files/documentation/codigo_de_etica.pdf Real Decreto 1088/2005, de 16 de septiembre, por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión. BOE número 225. Martes 20 de septiembre de 2005. Orden SCO/322/2007 de 9 de febrero, por la que se establecen los requisitos de trazabilidad y de notificación de reacciones y efectos adversos graves de la sangre y de los componentes sanguíneos. BOE número 42. Sábado 17 de febrero de 2007. Identification of HIV-infected transfusion recipients: the utility of crossreferencing previous donor records with AIDS reports. Samson, Busch, Ward, Garner, Salk, Fernando, Holland, Rutherford, Perkins. Transfusion, volume 30 Issue 3 (214-218). Marzo 2003. 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XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S6-3 Look-back en España. Fotografía a 2010 Look-back en España. Fotografía a 2010 S6-3 María Isabel González Fraile. Grupo de serología de la SETS. Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León. Fundamentos La adecuada selección de los donantes de sangre, la puesta en marcha de pruebas de detección sensibles en el cribado de las donaciones de sangre y la utilización de procedimientos de inactivación de patógenos en los hemoderivados, pueden eliminar o reducir el riesgo de transmisión de patógenos por transfusión. La legislación española establece la obligatoriedad de determinación de serología de virus de Hepatitis C, VIH, Hepatitis B y Sífilis, así como la determinación de NAT de VHC, aunque la mayoría de los Centros de Transfusión (CT) en España han incorporado la determinación de NAT de VIH y VHB. A esto hay que añadir la necesidad de realizar serología de Chagas y Paludismo en los donantes procedentes de áreas endémicas (Real Decreto 1088/2005). La legislación establece también la obligatoriedad de, en caso de que un donante seroconvierta, localizar los productos de donaciones previas de dicho donante y estudiar a los receptores de dichos productos, lo que comúnmente denominamos look back (Anexo IV, Real Decreto 1088/2005: “Investigación retrospectiva: Cuando una muestra resulte repetidamente reactiva en las pruebas de cribado o las pruebas de confirmación sean positivas o no concluyentes: C.1. Se informará lo antes posible a los centros a los que se haya remitido los componentes de las donaciones anteriores del mismo donante, para la retirada precautoria de los componentes no utilizados. C.2. Asimismo, se informará lo antes posible al centro de tratamiento del plasma sobre donaciones anteriores del mismo donante para la adopción de las medidas precautorias oportunas”). Una duda importante que se plantea es en qué momento del estudio del donante hacer el look back: ¿ante un repetidamente reactivo? o ¿ante un reactivo confirmado? El Real Decreto 1088/2005, en su anexo IV, actualiza el algoritmo de serología, introduciendo algunas modificaciones, respecto a la legislación anterior (“Algoritmos destinados a estandarizar la interpretación de resultados y dirigidos a garantizar que: 1. Únicamente sean aceptadas donaciones con resultados inequívocamente negativos. 2. En los casos en que los resultados iniciales no sean negativos, se repita la prueba por duplicado con la misma muestra (o procedente de la misma donación). 3. Mediante la toma de una segunda muestra, se realicen las pruebas básicas y de confirmación, y se acepte al donante sólo si todos los resultados son negativos. En el caso de que el resultado sea positivo, se informe y se excluya al donante y, en el caso de que los resultados no sean concluyentes, y por tanto el resultado sea indeterminado, se informe y excluya al donante de forma temporal”). Sin embargo la mayor parte de los CT están siguiendo la normativa anterior (Orden de 2 de julio de 1999) equivalente a las normas del Consejo de Europa, pues consideran que actuar en base a los nuevos criterios supone alarmar en exceso al donante y al receptor, ya que la nueva legislación obliga a realizar look back a receptores de componentes sanguíneos no infectantes. una encuesta que se distribuyó a todos los CT de España. La encuesta se centra sobre las siguientes situaciones: 1. Qué hacer en aquellas ETT de cribado no obligatorio en donantes de sangre y de transmisión por transfusión no demostrada del todo. Nos interesaba especialmente el caso de la Hepatitis B Oculta (OBI). 2. ¿Se debe reanalizar la muestra de la plasmoteca o es mejor reservarla por si hay requerimientos judiciales? 3. Cuál es la actitud en los casos de look back inmunohematologícos, en aquellos CT que han incorporado en rutina la determinación de grupo o fenotipo mediante métodos moleculares. Resultados Hasta el momento han respondido a la encuesta 18 CT. La actitud ante los periodos ventana de VHC, VIH y VHB es similar en la mayoría de los CT: todos ellos realizan look back de las donaciones previas del donante, pero la diferencia está en el periodo de donaciones sobre el que realizan look back (Figuras 1, 2 y 3). Con la incorporación de NAT de VHB ha aparecido en donantes de sangre una entidad potencialmente transmisible por transfusión: OBI (hepatitis B oculta) definida como la detección de DNA de VHB en ausencia de HBs Ag acompañaFigura 1. Look back en España en períodos ventana de VHC Figura 2. Look back en España en períodos ventana de VIC Objetivos Para intentar dar respuesta a estas cuestiones y saber cual es situación respecto a look back en los CT en España se diseñó XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 91 Índice María Isabel González Fraile da o no de anticuerpos anti HBs o anti HBc, todo ello fuera del periodo ventana. La actitud de look back cambia en esta entidad: sólo 10 CT lo realizan de donaciones previas, y en periodos de tiempo variables. Figura 3. Look back en España en períodos ventana de VHB Figura 4. Look back en España en casos de OBI En las seroconversiones de sífilis la situación también es diferente: 4 CT no realizan look back y 11 CT lo realizan a un número de donaciones previas variable (Figura 4). Si analizamos la situación para el Chagas y el Paludismo, sólo se realiza look back en 7 y en 11 CT, respectivamente. En los restantes CT o bien no se realiza la técnica o bien no ha habido casos, aunque si existe intención de realizar Look back. (Figuras 6 y7). En general, la muestra de plasmoteca que se archiva es escasa, dado el volumen de donantes que se procesan a diario en un CT y la escased de espacio para archivo, por tanto, si se utiliza para realizar una determinación se consume en su totalidad la mayoría de las veces, por lo que la mayoría de los CT no la usan. En cuanto al uso de la plasmoteca sólo 4 CT hacen uso de ella para repetir el estudio. 2 CT hacen uso en casos puntuales como OBI o Chagas. El resto obtienen nueva muestra del donante. En muchos CT se ha incorporado la determinación de grupo ABO, D débil o fenotipo eritrocitario mediante métodos geonómicos, fundamentalmente en forma de biochips. En estos casos nos planteamos cuál es la actitud actual: hacer look back en caso de que haya un cambio de grupo fenotipo o Du o no hacerlo. La encuesta mostró que en 4 de ellos no se realiza look back de las donaciones anteriores y en 5 si se realiza, pero sólo para los cambios de grupo ABO y/o Du, no en los de fenotipo. Conclusiones Respecto a los periodos ventana de VHC, VIH y VHB, Chagas y Paludismo todos los CT realizan look back, pero sería conveniente establecer unas pautas de actuación, referidas al periodo de tiempo previo o donaciones previas sobre el que realizarlo, ya que las formas de actuación son muy diversas. Además existen discrepancias de actuación en cuanto al momento de realizar el look back en función de los resultados del escrutinio y la confirmación, pues la inmensa mayoría de los CT no están siguiendo las pautas de la legislación vigente. En cuanto al OBI, consideramos que sería importante llevar a cabo estudios de look back, que servirían para clarificar el grado de infectividad de esta entidad en donantes de sangre. La mayor parte de los CT consideran que no se debe utilizar la muestra de plasmoteca, salvo que sea imprescindible por cuestiones judiciales. La introducción de métodos genéticos par el estudio inmunohematológico plantea la duda de si es necesario o no realizar look back en estos casos. En nuestra encuesta las opiniones están divididas y sería un aspecto a discutir para establecer una pauta común de actuación. Figura 5. Look back en España en casos de Sífilis Figura 6. Look back en España en casos de Chagas 92 Figura 7. Look back en España en casos de Paludismo XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S7 Terapia celular. Introduccion Terapia celular Introducción S7 Consuelo del Cañizo. Hospital Universitario de Salamanca. En los últimos años se han abierto grandes expectativas con la utilización de células “madre” para el tratamiento de diferentes enfermedades. Existen diferentes fuentes de las que se pueden obtener, siendo una de las mas atractivas la MO de la que, además de las células madre hematopoyéticas pueden obtenerse las células madre mesenquimales Los estudios de Friedestein et al sirvieron para la identificación de esta población celular por su capacidad para formar colonias de aspecto fibroblástico in vitro además de cuantificar su presencia entre las células mononucleadas (CMN) de la MO (1 por cada 104-105 CMN). Además demostraron su capacidad de diferenciación hacia otros tipos celulares y para generar el microambiente medular. Una de las formas de identificación de las CSM es su capacidad para diferenciarse “in Vitro” hacia hueso, grasa y cartílago. Además, se ha sugerido que las CSM pueden diferenciarse hacia otros tejidos como tenocitos, miocitos esqueléticos, células del mesodermo, del ectodermo y del endodermo lo que las hace muy atractivas para programas de terapia celular regenerativa. La posibilidad de obtener CSM de distintas especies y localizaciones ha sido objeto de gran interés. Como es esperable por su fácil accesibilidad, la fuente mejor estudiada es la médula ósea, aun sabiendo que su presencia en dicho tejido representa solamente 0,01-0,0001% de las células nucleadas de una medula ósea humana pero pueden expandirse con facilidad. Hay autores que proponen otros tipos de fuentes tan variadas como pueden ser la grasa, folículos pilosos, tejido del cuero cabelludo, ligamentos periodontales y tejidos prenatales como la placenta97, medula ósea fetal, sangre, pulmón, hígado o bazo. Como hemos comentado previamente, el estudio de las MSC ha permitido poner en evidencia su capacidad de diferenciarse hacia distintos tejidos, -su multipotencialidad. Otra de sus características interesantes para su uso es su capacidad inmunomoduladora, lo que hace de ellas una fuente celular muy atractiva en modelos de medicina regenerativa y trastornos inmunes entre ellos una de las complicaciones mas frecuentes y graves del trasplante alogénico, la Enfermedad injerto contra huésped. En el simposium que modero tenemos la gran suerte de contar con tres personas que en nuestro país tienen gran experiencia en terapia celular. El Dr José María Moraleda nos hablará de uno de los grandes retos actuales, el tratamiento con células de las enfermedades neurodegenerativas. Otro de los campos sobre los que ha habido mayor debate en los últimos años ha sido el tratamiento de la Diabetes y de este tema nos hablará el Dr. Miguel Barajas, con amplio conocimiento en este campo y finalmente el Dr Pérez-Simon nos presentará los resultados del uso de células mesenquimales en el tratamiento de la enfermedad injerto contra huésped. Estoy segura que todos nosotros vamos a disfrutar con sus presentaciones y nos pondremos al día sobre algunos de los aspectos de un tema tan actual como es la Terapia Celular. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Minguell JJ, Erices A, Conget P. Mesenchymal stem cells. Exp Biol Med 2001; 226:507-20. Dominici M, Hofmann TJ, Horwitz EM. Bone marrow mesenchymal cells: biological properties and clinical applications. J Biol Regul Homeost Agents 2001; 15:28-37. Deans RJ, Moseley AB. Mesenchymal stem cells: biology and potential clinical uses. Exp Hematol 2000; 28:875-84 Bacigalupo A. Mesenchymal stem cells and haematopoietic stem cell transplantation. Best Pract Res Clin Hematol 2004; 17: 387-99. Tabera S, Pérez-Simón JA, Díez-Campelo M, et al. The effect of 6. 7. Mesenchymal Stem Cells on the viability, proliferation and differentiation of B lymphocytes. Hematologica 2008; 93:1301-9. Le Blanc K, Frassoni F, Ball L, et al. Mesenchymal stem cells for the treatment of steroid resistant, severe, acute graft versus host disease: a phase II study. Lancet. 2008; 371: 1579-89. Carrancio S, Lopez-Holgado N, Sanchez Guijo F, Villaron E, Barbado V, Tabera S, Diez Campelo M, Blanco J, San Miguel JF, del Cañizo MC. Optimization of smesenchymal stem cells expansion procedures by modification of separation and culture conditions. Exp Hematol 2008; 36: 1014-1021. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 95 Índice Miguel Ángel Barajas S7-1 Utilización de Células Madre Mesenquimales en el tratamiento de la diabetes Dr. Miguel Ángel Barajas y Dr. Felipe Prósper. Clínica Universitaria de Navarra. Introducción La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia, con una incidencia que oscila entre 0,1 (China) y 64 (Finlandia) individuos afectados por cada 100.000 habitantes y año. En los países en los que se han realizado estudios, se ha demostrado que esta incidencia está en aumento [1]. En España, de acuerdo con la mayoría de los estudios, su incidencia se sitúa entre 9,5 y 16,4/100.000 habitantes y año [2-4]. En la DM1 el déficit de células beta asume un papel primordial. La pérdida progresiva de la masa de células beta causante de la enfermedad tiene su origen principalmente en una agresión autoinmune[5]. Por esta razón, para el desarrollo de un tratamiento efectivo para esta enfermedad, es fundamental el control de la autoinmunidad. Sin embargo, la inaccesibilidad del tejido pancreático en pacientes con DM1, junto con el hecho de que sólo se pueda medir respuestas funcionales y no masa de células β y la inexistencia de marcadores de autoinmunidad fiables para estudiar el proceso autoinmune, hace que los estudios basados en modelos animales constituyan el único medio de poder abordar cuestiones tales como el daño inmunológico al que están sometidas las células beta, así como su dinámica de regeneración. El ratón NOD (del inglés, “Non-Obese Diabetic mice”) representa un experimento de la naturaleza, donde una cadena de defectos múltiples en las redes de protección permite el desarrollo de múltiples enfermedades autoinmunes de manera espontánea. Desde su desarrollo, hace más de 20 años, esta cepa ha permitido el estudio de los complejos procesos involucrados en enfermedades autoinmunes. Por esta razón, el ratón NOD constituye un modelo extremadamente útil e importante en DM1. Se cree que este modelo animal es el que mejor refleja los mecanismos de patogénesis en el humano. En el ratón, tal como en el humano, el proceso autoinmune es crónico. La incidencia de diabetes desarrollada espontáneamente en los ratones NOD es de 60 a 80% en las hembras y de 20 a 30% en los machos[6]. Las células madre mesenquimales (MSC, del inglés “Mesenquimal Stem Cells”) son células estromales multipotentes que han sido identificadas en prácticamente todos los tejidos adultos[7]. El principal criterio utilizado para caracterizar e identificar estas células es su capacidad para autorenovarse dando lugar a tejidos de origen mesodérmico, en combinación con la ausencia de marcadores hematopoyéticos. Debido a la gran plasticidad que presentan, se han realizado diversos estudios centrados en el uso de estas células en estrategias de terapia celular regenerativa, cuyo objetivo último es la sustitución de tejidos dañados[8]. Los efectos inmunomoduladores de las MSC han sido demostrados tanto in vitro como in vivo. In vitro, 96 estas células son capaces de suprimir la función de células de diferentes linajes del sistema inmunitario, incluyendo células T, dendríticas, NK y B [9]. In vivo, el efecto inmunomodulador de las MSC ha sido también puesto de manifiesto [10]. Estudios recientes, tanto experimentales como clínicos, sugieren que las MSC ejercen un efecto protector en enfermedades, tales como la enfermedad injerto-contra-huésped, gracias al papel que juegan como soporte del injerto hematopoyético [11]. Además, hay un interés creciente en la aplicación de las MSC, no sólo por sus propiedades inmunomoduladoras [12], sino también debido al potencial de diferenciación que presentan, siendo capaces de dar lugar a distintos tipos celulares. En este sentido, diferentes estudios han sugerido que las MSC podrían jugar un papel determinante en los procesos de regeneración que tienen lugar en las células β presentes en animales de experimentación con diabetes mellitus [8,13] . Por esta razón, el uso de estas células en el tratamiento de la diabetes de causa autoinmune se presenta como una estrategia terapéutica sumamente atractiva. Objetivos El objetivo de este trabajo es estudiar la capacidad de las MSC derivadas de la médula ósea (MO) para prevenir o retrasar el desarrollo de DM1 en el modelo de ratón NOD, para lo cual pretendemos: 1. Aislar, expandir y caracterizar MSC derivadas de la MO de ratones NOD (MSC-NOD) y C57Bl/6 (MSCC57Bl/6-eGFP). 2. Demostrar el potencial inmunomodulador de las MSC in vitro. 3. Demostrar el eventual efecto preventivo de las MSC en el modelo in vivo de DM autoinmune que se genera en el ratón NOD. Resultados El tratamiento de ratones NOD hembra con MSC aumentó el porcentaje de ratones libres de enfermedad en los grupos MSC-NOD (46,7% de supervivencia) y MSC-C57Bl/6-eGFP (35,7% de supervivencia) en comparación con el grupo control (20% de supervivencia). El grado de insulitis medido en los ratones tratados con MSC fue significativamente inferior respecto al grupo control. Mediante técnicas de PCR e inmunohistoquímica se detectó la presencia de células GFP+ en el páncreas de los ratones tratados con MSC-C57BI/6-eGFP, incluso en aquellos ratones que sobrevivieron hasta el final del estudio (40 semanas de edad). Conclusiones El tratamiento con MSC previene el desarrollo de DMA en el modelo del ratón NOD. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S7-1 La aparición de la DMA en los ratones NOD tratados con MSC se produce de forma más tardía en comparación con los ratones del grupo control. Los ratones NOD tratados con MSC-C57Bl/6-eGFP o MSC-NOD muestran un menor grado de insulitis en Utilización de Células Madre Mesenquimales en el tratamiento de la diabetes comparación con aquellos ratones que solo recibieron suero fisiológico. Las células GFP+ se movilizan y permanecen en el páncreas de ratones tratados con MSC-C57Bl/6-eGFP hasta 30 semanas después del tratamiento. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Harjutsalo V, Sjoberg L, Tuomilehto J. Time trends in the incidence of type 1 diabetes in Finish children: a cohort study. Lancet 2008;371:1777-1782 Chueca M, Oyarzabal M, Reparaz F, Garagorri J, Sola A. Incidence of Type I diabetes mellitus in Navarra, Spain (1975-91). Acta Paediatr 1997;86:632-637 Soria J, Garagorri J, Rodriguez M, et al. Epidemiology and genetic risk of type 1 diabetes among children in Aragon Comunity, Spain. Diabetes Res Clin Pract 2008;79:112-116 Cepedano A, Barreiro J, Pombo M. 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Unidad de Trasplante y Terapia celular. Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Facultad de Medicina. Murcia. 1 Instituto de Neurociencias. Universidad Miguel Hernandez. Alicante. Fundamentos de la terapia con células madre en enfermedades neurodegenerativas Las enfermedades neurodegenerativas (END) son un grupo heterogéneo de enfermedades con diferente etiopatogenia, clínica, y alteraciones anatomo-patológicas, pero con una característica común que es la pérdida de neuronas o células gliales. Por tanto, resulta lógico plantear un tratamiento basado en la sustitución de las células dañadas por otras sanas, o terapia celular (1, 2, 3). Las células Madre (CM) son células indiferenciadas que se caracterizan por su capacidad de autorenovación y diferenciación en estirpes celulares maduras. Las CM embrionarias proceden de la masa celular interna del blastocisto y pueden diferenciarse en células del ectodermo, mesodermo y endodermo. Las CM somáticas o del adulto tienen su capacidad de diferenciación restringida a las células de la capa embrionaria de la que proceden y son responsables de la reparación de ese tejido a lo largo de toda la vida, por lo que se han denominado unidades de generación tisular (4,5). Recientemente se han localizado células madre del sistema nervioso central (SNC), con capacidad de regenerarse y responder a la injuria tisular, aunque su eficacia en el ser humano adulto es muy escasa(6). Bajo el punto de vista terapéutico podría plantearse incrementar el número y función de las CM neurales endógenas o, alternativamente, trasplantar células con capacidad regenerativa en el SNC enfermo (6, 7,8). Aún no se conoce qué tipo de CM es la más adecuada para la terapia regenerativa mediada por células en las END pero es probable que varíe en función de la enfermedad, o que sean necesarias estrategias combinadas (8,9). En modelos animales de enfermedad de Parkinson, Alzheimer y de daño de médula espinal se han empleado con frecuencia progenitores neurales derivados de CM embrionarias en cultivo o procedentes de cerebros fetales o neonatales(1, 2, 3, 6, 8, 10,11). Estos experimentos demostraron que las células trasplantadas eran capaces de diferenciarse en neuronas, astrocitos u oligodendrocitos integrándose adecuadamente en los circuitos neurales, pero la supervivencia de las células y la reparación funcional fue insuficiente en muchos casos. Pese a sus teóricas ventajas, la limitada disponibilidad de donantes, los problemas éticos, y el rechazo inmunológico son graves inconvenientes de estas fuentes celulares para uso clínico. En el caso de las CM embrionarias, es además obligado mantener un estricto control de su eventual inestabilidad genética y epigenética asi como de su potencial proliferativo y de generar teratomas (12). Las CM del adulto, particularmente las derivadas de la médula ósea (MO), no presentan problemas éticos, son fácilmente accesibles, son seguras y su uso autólogo no genera rechazo (5, 13). Es conocido que en la médula ósea coexisten un 98 grupo heterogéneo de CM con diversas potencialidades de autorenovación y especificación incluyendo CM hematopoyéticas, mesenquimales y MAPC, y que podría ser un lugar de almacenamiento para otras células circulantes con capacidad multipotente (4, 5, 13, 14). Los datos disponibles, algunos generados por nuestro grupo, indican que las CM de la MO son capaces de sobrevivir en el SNC de modelos murinos, de emigrar hacia la zona lesionada y, en algunos casos, de adquirir morfología y marcadores neurales (15, 16, 17). Aunque la especificidad de estos hallazgos ha sido discutida (18), existen numerosos trabajos que demuestran el beneficio funcional del trasplante de estas células en diferentes modelos de enfermedades neurodegenerativas, isquémicas y de lesión medular espinal (8, 9, 13, 19, 20, 21). Su mecanismo de acción está por aclarar pero se han invocado fenómenos de reprogramación de genes y plasticidad celular, inducidos por complejas señales del micromedioambiente neural dañado (4, 13, 14, 22). Con todo, datos más recientes orientan a que las CM de la MO implantadas, más que un efecto de regeneración directo, proporcionan factores tróficos que protegen a las células neurales dañadas disminuyendo su apoptosis y estimulando la proliferación de los progenitores endógenos (2, 8, 9, 13). También se ha demostrado que las CM del estroma medular tienen una potente actividad inmunoreguladora, angiogénica y antiinflamatoria, que favorece la homeostasis del micromedioambiente del SNC con efectos positivos y sinérgicos para la reparación del daño celular (23). Terapia celular en Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) La Esclerosis Lateral Amiotrófica es una enfermedad que se caracteriza por pérdida de motoneuronas. Como consecuencia los pacientes sufren una parálisis progresiva, hasta la inevitable parada respiratoria en menos de 5 años tras el diagnóstico. Actualmente no existe ningún tratamiento eficaz, por lo que urge desarrollar terapias que modifiquen la evolución de la enfermedad y mejoren las expectativas de vida de los pacientes. Nuestro grupo ha desarrollado una línea experimental cuyo objetivo es establecer los fundamentos científicos del uso de células madre derivadas de la médula ósea, como terapia celular en pacientes con ELA. Para ello se realizaron trasplantes de CM de MO en ratones mdf (muscle deficient mice), un modelo experimental de ELA. Este animal posee una mutación espontánea en el cromosoma 19 que determina alteraciones clínico-patológicas muy similares a la ELA esporádica, con degeneración de las motoneuronas y astrogliosis que producen parálisis progresiva y atrofia de la parte trasera del cuerpo (24). Se implantaron CM de MO XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S7-2 en la médula espinal de ratones sintomáticos y posteriormente se les realizaron test de comportamiento, electromiografía, y análisis histológico e inmunohistoquímico post-mortem. Con respecto a los controles, los ratones trasplantados demostraron una mejoría de la función motora que se acompañó de un incremento significativo en la supervivencia de las motoneuronas en la médula espinal. El examen histológico e inmunohistoquímico reveló que las células madre implantadas sobrevivían en la médula espinal, y que se disponían alrededor de las motoneuronas aportando factores neurotróficos. Un análisis molecular paralelo aportó evidencias de que el efecto favorable podría estar mediado por el factor GDNF (20, 21). Con esta evidencia preclínica elaboramos un ensayo clínico fase I/II para investigar la factibilidad, seguridad, y eventual eficacia de la infusión de CM autólogas de médula ósea en pacientes con ELA. El ensayo fue aprobado por la Agencia Española del Medicamento (nº de EudraCT 2006-00309612), y registrado en www.clinicaltrials.gov. Para respetar el principio de seguridad, se diseñaron unos criterios de inclusión muy estrictos (ELA con diagnóstico definido, de inicio medular, CVF>50% y tiempo de desaturación de oxígeno por debajo del 90% inferior al 2% del tiempo de sueño), sobre todo bajo el punto de vista respiratorio, ya que la infusión de células madre en la médula espinal requiere la realización de una doble laminectomía a nivel T3 y T4 y largo tiempo de anestesia. La inclusión se limitó a 11 pacientes y la valoración final se realizará a los 12 meses del trasplante. Se escogieron como variables principales del estudio la evaluación de eventos adversos según la OMS, la capacidad vital forzada y la puntuación obtenida en la escala ALSFRS y otras escalas neurológicas (MRC, Norris). Además se recogieron cada tres meses, datos biológicos, radiológicos (RMN), neurofisiológicos, psicológicos y de calidad de vida, por un equipo multidisciplinar en dos hospitales diferentes. Los resultados preliminares del ensayo con una mediana de seguimiento superior a los 6 meses ya se han reportado y sugieren que el procedimiento de implante intraespinal de CM de médula ósea es factible y seguro (25, 26, 27). No se han observado efectos adversos graves imputables a la intervención a corto ni largo plazo y las resonancias magnéticas seriadas no mostraron daño medular permanente ni señal de tumoraciones secundarias. La falta de un grupo control aleatorizado y el escaso número de pacientes impiden sacar conclusiones con respecto a la eficacia, pero en algunos casos se ha observado una estabilización de la CVF y una ralentización del declive funcional (27). Terapia celular en enfermedades neurodegenerativas mulada indica que es muy probable que cada END requiera una terapia individualiza en base a su particular etiopatogenia (1, 8, 28). En enfermedades como la ELA, la terapia con CM puede utilizarse para proporcionar células de soporte que actúen como bombas liberadoras de factores tróficos. Las nuevas tecnologías nos permitirán modificar genéticamente las células implantadas para dirigirlas a las zonas de interés y controlar la cantidad y el tipo de moléculas tróficas necesarias para favorecer la neuroprotección y neuroreparación (2, 7, 8, 9, 28). En otras patologías como en el Alzheimer o la enfermedad de Parkinson, quizás sea más operativo implantar CM ya diferenciadas hacia un fenotipo neural que libere el neurotransmisor específico colinérgico o dopaminérgico deficitario (3, 11, 12). La reciente generación de células pluripotentes inducidas (iPSCs) a partir de células somáticas adultas a las que se les introdujo genes relacionados con la embriogénesis, supone un avance de grandes dimensiones, tanto para la investigación de los mecanismos de la enfermedad como para su potencial utilización en terapia celular (29). Las iPSCs ya ha demostrado su eficacia en reparar enfermedades monogénicas en modelos animales y, a diferencia de las células embrionarias, presentan menos problemas éticos y de rechazo inmune (12, 28, 30). Otros aspectos innovadores incluyen los métodos y vías de liberación de las CM. Actualmente se emplea la craneotomía y otras cirugías invasivas para cruzar la barrera hemato-encefálica, pero se están explorando técnicas basadas en la ultrasonografía y nuevos biomateriales que permiten incrementar la permeabilidad de esta barrera de manera reversible en una zona concreta. La investigación de nuevas rutas migratorias como la intranasal o el estudio de métodos no invasivos para estimular las CM endógenas del SNC son de gran interés (8; 9, 28, 30, 31). Conclusiones Las END son un conjunto de enfermedades de alta prevalencia y elevada morbi-mortalidad para las que actualmente no se dispone de tratamientos eficaces. La terapia celular es una nueva estrategia que puede modificar favorablemente el curso de estas devastadoras enfermedades y en consecuencia ha generado grandes expectativas. Sin embargo, para que estas perspectivas se hagan realidad, es necesario que continúen las investigaciones preclínicas, para conocer los mecanismos básicos de acción de la terapia mediada por células, y que se realicen los ensayos clínicos apropiados de seguridad y eficacia según estándares internacionalmente aceptados (32). Desafíos y oportunidades para la terapia celular en enfermedades neurodegenerativas Agradecimientos Aunque la idea de la reposición celular parece simple y lógica, su traducción en una verdadera reparación funcional del cerebro, dada la complejidad de los circuitos neuronales, no está exenta de dificultades. La experiencia acu- Este trabajo ha sido financiado en parte por el ISCIII (FIS PI071130, EC07/90762, RETICS RD/0010/2012, INT09/259) la DGTATX (TRA-137), la Fundación Diógenes y la Fundación Séneca (08859/PI/08). Referencias 1. 2. 3. Lindvall O, Kokaia Z, Martinez-Serrano A. Stem cell therapy for human neurodegenerative disorders—how to make it work. Nat Med 2004; 10 (suppl): S42–50. Singec I, Jandial R, Crain A, Nikkhan G, Snyder EY. The leading edge of stem cell therapeutics. Ann Rev Med 2007; 58:313-328. Lopez-Barneo J, Mínguez-Castellanos A, Toledo-Aral JJ, Rodriguez- 4. Gómez JA. Cell therapy for Parkinson´s disease and other CNS disorders. 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XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S7-3 Efecto inmunomodulador de las células Stem Mesenquimales Efecto inmunomodulador de las células Stem Mesenquimales S7-3 Carmen Herrero, José A Pérez-Simón. Servicio de Hematología. Hospital Clínico Universitario de Salamanca. Resumen Las Células Stem Mesenquimales son las células progenitoras del estroma medular, capaces por tanto de reconstituir el micro-medioambiente medular y promover el injerto de células madre hematopoyéticas. Constitutivamente expresan niveles bajos de moléculas de MHC-I y no expresan moléculas co-estimuladoras como CD80, CD86 o CD40, por lo que les confiere una baja inmunogenicidad. Además, son capaces de inhibir la activación y proliferación de linfocitos T y B, y también pueden afectar la maduración de las células dendríticas. Merced a estas propiedades, las CSMs se utilizan en la clínica en medicina regenerativa y en el tratamiento de la enfermedad injerto contra huésped. Las CSMs de los pacientes diagnosticados de Síndromes Mielodisplásico o Mieloma Múltiple, podrían desempeñar un papel en la fisiopatología de la enfermedad. Por último, en pacientes con púrpura trombocitopénica inmune, las CSMs tienen una capacidad proliferativa reducida y un menor efecto inhibitorio sobre la proliferación de células T en comparación con las CSMs de donantes sanos. Introducción En 1968, Friedenstein y col. fueron los primeros en aislar de médula ósea (MO), células clonogénicas de aspecto fibroblástico que denominaron como Unidades Fibroblásticas Formadoras de Colonias (CFU-Fs). Estas células mostraron capacidad de auto-renovación y diferenciación a células de estirpe mesodermal, como adipocitos, condrocitos, osteoclastos y células del tejido conectivo. Recientemente algunos estudios han confirmado que son capaces de diferenciarse incluso a otros linajes no mesodérmicos como ectodérmico (células epiteliales y de la neuroglía) y endodérmico (células pulmonares, musculares, etc.)(1). En 2006, la Sociedad Internacional de Terapia Celular define como CSMs aquella población(2): capaz de adherirse al plástico, capaz de diferenciarse al menos a hueso, cartílago y tejido adiposo, y con el siguiente fenotipo: CD90+,CD73+,CD105+, CD34-,CD45-,CD14-,CD19-,HLA-DR-, CD11b- y CD79-. Nicho hematopoyético y CSMs Diversos estudios, tanto modelos animales como ensayos clínicos, muestran la capacidad de las CSMs para mantener e incluso reconstituir la funcionalidad del microambiente hematopoyético promoviendo además el injerto de células progenitoras hematopoyéticas (CPHs). La proliferación y diferenciación de las CPHs están reguladas a través de diversas vías de señalización (Notch, Tie-2, Wnt, etc.) que se activan tras el contacto directo con las células del estroma y también mediante la secreción de citocinas(1;3). la ausencia de moléculas co-estimuladoras como CD80, CD86 o CD40. Numerosos estudios muestran que no inducen proliferación de linfocitos alogénicos o xenogénicos. Sin embargo, algunos autores han descrito que, bajo determinadas condiciones, las CSMs pueden funcionar como células presentadoras de antígeno (APCs), y activar así la respuesta inmune4. Efecto de las CSMs sobre los linfocitos T. Las CSMs pueden inhibir la respuesta alogénica, así como la proliferación de linfocitos T estimulados en cultivo mixto e inhiben la producción de IFN-γ aumentando la de interleucina-4 (IL-4), provocando un cambio en la respuesta inmune de un estado pro-inflamatorios (IFN-γ) a un estado anti-inflamatorios (IL-4)(1). De igual modo, nuestro grupo ha podido comprobar que las CSMs reducen tanto la activación como la proliferación de linfocitos T inducidos por distintos estimuladores como la fitohemaglutinina o los anticuerpos CD3 y CD28(5). En cuanto a las vías de señalización involucradas en la parada del ciclo celular de los linfocitos T, Glennie y col. comprueban que las CSMs inhiben la expresión de ciclina D2 y estimulan la de p27kip1 en las células T(6). Todos estos efectos se producen tanto por contacto directo como a través de la producción de factores solubles como óxido nítrico y indolamina 2, 3,-oxigenasa (OID), TGF β1, factor de crecimiento de hepatocitos (HGF) prostaglandina E2 (PGE2), IL-10, hemo oxigenasa-1 (HO1), IL-6 y HLA-G5(1). Efecto de las CSMs sobre los linfocitos B. En cuanto al efecto de las MSC en la función de linfocitos B, diversos estudios reflejan que las CSMs inhiben la proliferación de los linfocitos B, parando su ciclo celular en fase G0/G1, y disminuyendo de este modo la producción de inmunoglobulinas(7). En nuestra experiencia las CSMs promueven la supervivencia de los linfocitos B e inhiben su diferenciación hacia célula plasmática, aunque este efecto depende de las condiciones de cultivo(5). Al igual que en los linfocitos T, tanto el contacto directo como algunos de los factores solubles secretados por las CSMs (IDO), son responsables de dichos efectos(7). Efecto de las CSMs sobre las células dendríticas. Las CSMs interfieren en la diferenciación, maduración y función de las células dendríticas lo que es debido a la secreción de factores como IL-6, M-CSF y PGE2 por las CSMs. Ramasamy y col. han descrito que las CSMs son capaces de bloquear el ciclo celular de las células dendríticas en fase G1/G0(1). Efecto inmunomodulador de las CSMs: Aplicaciones clínicas Las CSMs humanas se caracterizan por una baja expresión del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) clase I y Uso de MSC en el contexto clínico La escasa inmunogenicidad y la capacidad inmunomodula- XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 101 Índice Carmen Herrero dora de las CSMs, hacen de estas células una prometedora herramienta clínica en el tratamiento de enfermedades de base autoinmunitaria o, en el tratamiento de la enfermedad injerto contra huésped (EICH). En 2005, Lazaro y col. comprobaron que las CSMs, además de acelerar el injerto hematopoyético, disminuían la incidencia de la EICH(3). Le Blanc K y col. describen por primera vez el uso de CSMs en el tratamiento de la EICH en paciente con EICH aguda grado IV con afectación intestinal y hepática(3). Estos mismos autores describen posteriormente la eficacia de las CSMs en una serie de 8 pacientes con EICH(3). Estos estudios han cristalizado en un ensayo clínico desarrollado en Europa, en una serie de 55 pacientes con EICH aguda resistente a varias líneas de tratamiento. Treinta pacientes lograron una respuesta completa y 9 una mejoría clínica significativa tras infusión de CSMs(3). En base a este efecto inmunosupresor, se desconoce si las CSMs pueden incrementar el riesgo de recaída postrasplante. Un ensayo prospectivo randomizado alerta precisamente de este riesgo en unas serie de pacientes que recibieron trasplante de donante emparentado HLA idéntico(3). Papel de las CSMs en la fisiopatología de neoplasias hematopoyéticas y trastornos autoinmunes En un estudio llevado a cabo por nuestro grupo, pudimos caracterizar CSMs de MO de 33 pacientes con Síndrome Mielodisplásico (SMD). Su cinética de crecimiento mostró un potencial de expansión. Además, en las CSMs de 13 pacientes se observaron anomalía cariotípicas que afectaban a las regiones 19p13.3, 11q13.1 y 20q13.33(8). En una serie de pacientes con Mieloma Múltiple (MM), mediante hibridación genómica comparada (CGHarrays), comprobamos también la existencia de ganancias y pérdidas cromosómicas no recurrentes (> 1 MB de tamaño)(9). En lo que respecta a la participación de las MSC en el desarrollo de enfermedades autoinmunes, hemos analizado MSC de pacientes con púrpura trombocitopénica inmune (PTI). La expansión de estas CSMs fue lenta, mostrando una morfología atípica y un periodo de diferenciación más lento. Además, mostraron un escaso efecto inhibitorio sobre la proliferación de células T en comparación con las CSMs de donantes sanos. Este defecto se asocia con una alteración en la expresión de genes implicados en el control del ciclo celular(10). Conclusión En conclusión, las CSMs tienen un efecto inmunomodulador que actualmente está siendo utilizado en el contexto clínico para el tratamiento de enfermedades autoinmunes y de EICH. Además, las CSM de pacientes con hemopatías y con trastornos de base autoinmune presentan anomalías genéticas y funcionales que sugieren que las CSM podrían desempeñar un papel en su fisiopatología. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 102 Uccelli A, Moretta L, Pistoia V. Mesenchymal stem cells in health and disease. Nat.Rev.Immunol. 2008 Dominici M, Le BK, Mueller I et al. Minimal criteria for defining multipotent mesenchymal stromal cells. The International Society for Cellular Therapy position statement. Cytotherapy. 2006;8:315-317. Garcia-Castro J, Trigueros C, Madrenas J et al. Mesenchymal stem cells and their use as cell replacement therapy and disease modelling tool. J.Cell Mol.Med. 2008;12:2552-2565. Stagg J, Pommey S, Eliopoulos N, Galipeau J. Interferon-gamma-stimulated marrow stromal cells: a new type of nonhematopoietic antigen-presenting cell. Blood 2006;107:2570-2577. Tabera S, Perez-Simon JA, ez-Campelo M et al. 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Mesenchymal stem cells are functionally abnormal in patients with immune thrombocytopenic purpura. Cytotherapy. 20091-8. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S8 Inmunomodulación y transfusion. Introducción Inmunomodulación y transfusion Introducción S8 Isabel Sanjuán. Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda. Madrid. La actividad inmunosupresora de la transfusión alogénica se conoce desde los estudios de supervivencia del transplante renal publicados en los años 70. Posteriormente se ha centrado la atención en el efecto inmunosupresor que pudiera tener el componente leucocitario en la infección postoperatoria, recidiva de tumores e infecciones nosocomiales en pacientes críticos. Esto a dado lugar a la definición del síndrome clínico denominado TRIM (transfusión-related immunomodulation), que comprende alteraciones inmunes de laboratorio y sus efectos clínicos beneficiosos y perjudiciales todavía pendientes de confimar. Recientemente se le han atribuido varios mecanismos proinflamatorios que pueden incluso desencadenar el fallo multiorgánico ó mortalidad a corto plazo (<3 meses). La Transfusión alogénica puede inducir tolerancia o aloinmunización y hay estudios que relacionan la compatibilidad con el receptor del al menos 1 Ag HLA-DR con la inducción de tolerancia, mientras que la incompatibilidad DR total produce aloinmunización. La inmunogenicidad de los componentes transfundidos depende de la viabilidad de las cél dendríticas presentadoras de Ag y de la presencia de señales co-estimuladoras para la presentación del Ag del donante a las cél.T del receptor. La falta de cualquiera de ellas, resultan en la falta de respuesta de las cél. T, y como expresión de inmunotolerancia: < nº cél T4, <ratio T4/T8, <respuesta de los linfocitos a mitógenos, < función cél NK, < hipersensibilidad retardada, < presentación de Ag, < blastogénesis linfocita- ria, < producción de IL2, interferon gamma, < función fagocítica monocitos y macrófagos. y >producción de Ac antiidiotipo y anticlonotipo. Estas alteraciones inmunológicas de laboratorio que indican inmunosupresión y que ocurren potencialmente en los pacientes transfundidos pueden estar asociadas con efectos clínicos beneficiosos o perjudiciales, sobre los que existe mucha controversia, debido a la gran dificultad en su evaluación clínica por mùltiples factores asociados, tales como: diferentes diseño de los estudios, preparación de los componentes sanguíneos (CS), dosis transfundidas y sus indicaciones y umbrales, lo que introduce importante confusíón en el análisis estadístico. El estudio de los potenciales efectos inmunomoduladores de la transfusión ha generado multitud de publicaciones, de muchas de las cuales son autores los ponentes y ellos como expertos nos harán una valoración científica de este tema tan controvertido. En 2001 se implantó en muchos paises incluido el nuestro la leucorreducción universal mediante la filtración predepósito de los CS, sin evidencia suficiente de los beneficios derivados de la misma, lo que supuso una inversión económica importante. Ahora 9 años después, es momento de analizar el efecto conseguido con la desleucotización de los CS en términos de seguridad para el paciente y si se pudiera obtener alguna conclusión práctica que nos ayude a optimizar el uso de los componentes sanguíneos, así como de plantear investigaciones futuras que ayudaran a esclarecer este tema. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 105 Índice Melchor Álvarez de Mon S8-1 Activación y regulación de la respuesta inmunitaria. Mecanismos implicados en el impacto biológico inmunológico transfusional Melchor Álvarez de Mon. Universidad de Alcalá de Henares. Madrid. El sistema inmunitario constituye una compleja red de células (cél) y moléculas distribuidas por todo el organismo y con un intenso tráfico por el torrente sanguíneo y linfático. Este sistema posee una capacidad biológica esencial que es el reconocimiento específico de moléculas o antígenos (Ag) que se sigue de efectos celulares que determinan que se produzca una respuesta efectora que puede provocar la destrucción o anulación funcional de la señal inductora. Sin embargo, el reconocimiento del Ag por la cél inmunitaria también se puede seguir de su inhibición o incluso muerte por apoptosis o desencadenarse una respuesta de carácter supresor o depresor de la actividad efectora citotóxica inmunitaria. Por tanto la exposición a un mismo Ag puede desencadenar muy distintos efectos en el sistema inmunitario y esta variabilidad está determinada por distintos factores entre los que es esencial el microambiente en el que se produce que incluye concentración de citoquinas, reactantes o moléculas solubles, interacciones celulares, sinapsis inmunológica etc. El componente celular del sistema inmunitario es heterogéneo e incluye poblaciones y subpoblaciones con características biológicas muy diferentes que incluyen las morfológicas, fenotípicas, funcionales y genéticas. Se pueden clasificar de acuerdo a distintos criterios y de forma operativa se dividen en las implicadas en la respuesta innata y/o en la adaptativa. Las cél con capacidad fagocítica y presentadoras de Ag (granulocitos, cél de estirpe mielomonocitaria y dendríticas) y cél citotóxicas espontáneas o natural killer (NK) participan de forma activa en la respuesta inmunitaria natural o innata. En esta vía de activación y respuesta inmune los estímulos desencadenantes son moleculas extrañas (generalmente gérmenes) o propias asociados al estrés o sufrimiento celular y tisular cuyos patrones estructurales (pathogen associated molecular paterns, PAMPs, o danger associated molecular paterns, DAMPs) tienen características compartidas que se reconocen por receptores que expresan las cél implicadas en la respuesta inmunitaria innata y cuyos genes se expresan en línea germinal. Estos receptores incluyen los denominados tipo toll, NOD etc. Estas interacciones ligando-receptor desencadenan diferentes vías de señalización que provocan la activación celular y la expresión de diferentes genes que codifican proteínas que se secretan y otras de expresión en membrana o reguladoras de distintas vías metabólicas. Entre las proteínas secretadas destacan las citoquinas, quimioquinas y factores de crecimiento que son mediadores solubles reguladores de la función de las cél del sistema inmunitario y también de las pertenecientes a otros órganos y sistemas como endotelio, plaquetas, músculo liso etc. Estas citoquinas son esenciales para inducir y modular la actividad citotóxica, fagocítica y microbicida de las cél NK, monocitos, dendríticas y granulocitos. Constituye un primer sistema de respuesta defensiva frente a microorganis- 106 mos inespecíficos, rápida y muy eficaz. Son elementos iniciales de la respuesta inflamatoria. Además es biológicamente importante para entender los efectos de las transfusiones sanguíneas y del trasplante de órganos sólidos que estos elementos de la respuesta inmunitaria innata se activan por señales de carácter inflamatorio o sufrimiento y muerte celular. Es decir cél viables pero con modificaciones bioquímicas asociadas a un entorno no fisiológico o modificado pueden desencadenar la activación de las cél fagocíticas y de las APC y cél NK con secreción de citoquinas y otros mediadores de actividad efectora y proinflamatoria. La activación de los receptores de PAMPs y DAMPs también regula la expresión de moléculas de membrana como las del sistema de histocompatibilidad y otras que incluyen los denominados correceptores que son claves en la respuesta inmunitaria adaptativa. Además, la propia secreción de citoquinas también modula la función de los linfocitos T y B. Es decir, ambas respuestas están interconectadas y comparten elementos celulares y moleculares en sus fases de inducción, regulación y efectora. La respuesta inmunitaria adaptativa se fundamenta en el reconocimiento de una molécula o Ag por el receptor clonotípico de los linfocitos T (TCR) o por la inmunoglobulinas de superficie de los B y el consiguiente desencadenamiento de una cascada de eventos celular de activación, expansión clonal y maduración funcional de linfocitos T y/o B. De forma esquemática se pueden identificar distintas fases que incluyen: primero, el reconocimiento del Ag por el receptor TCR y los eventos de activación o inhibición de los linfocitos T. Segundo, la organización funcional del compartimento linfocitario T regulador con inducción de cél secretoras de citoquinas de predominio Th1 o secretor de interferon gamma (inductor de activación y expansión de linfocitos T citotóxicos y retroalimentación de APC y cél NK), Th2 o secretor de IL-4, 5 o 13 (inductor de activación y expansión de cél B), TH17 o secretor de IL17 o proinflamatorio, Th0 ó indeterminado, T reguladoras o supresoras de la activación linfocitaria T. Tercero, fase efectora mediada preferentemente por los linfocitos T citotóxicos (respuesta inmunitaria celular) o por los linfocitos B y su diferenciación a cél plasmáticas secretoras de inmunoglobulinas ( respuesta inmunitaria humoral). La presentación antigénica por las APC con restricción de moléculas del sistema principal de histocompatibilidad de clase II permite el reconocimiento por el receptor clonotípico de los linfocitos CD4. Esta interacción se produce en un entorno físico con dinstintas moléculas involucradas en las APC y en los linfocitos T CD4 constituyendo la sinapsis inmunológica. Así y entre otras, es clave la interacción entre CD 80/86, ICAM-1 y LFA-3 de la membrana de las APC con CD28/CTLA4, LFA-1 y CD-2 de los linfocitos T. Este conjunto de señalizaciones es clave para que se produzca la activación o la anergia o apoptosis del linfocito T XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S8-1 Activación y regulación de la respuesta inmunitaria. Mecanismos implicados en el impacto biológico inmunológico transfusional tras la interacción con el Ag presentado por la molécula de clase II. Es decir una APC que carezca o tenga una expresión inadecuada de las moléculas citadas conlleva a una inadecuada utilización de los correceptores y por lo tanto la anergia o muerte apoptótica linfocitaria. Debe considerarse que las moléculas del sistema de histocompatabilidad alogénicas pueden dar a los linfocitos T la doble señal de reconocimiento restringido propio y un antígeno extraño. Por lo tanto las APC presentes y en su caso contaminantes de una preparación sanguínea administrada en una transfusión pueden provocar activación linfocitaria T. Dependiendo de su estado funcional de partida al iniciar el proceso de obtención y durante su aislamiento y conservación, la expresión de las moléculas implicadas en la sinapsis inmunológica puede estar alterada con implicaciones en la posible inducción de anergia o apoptosis de los linfocitos T CD4 del receptor. Como hemos referido previamente, tras la interacción del linfocito T con la APC en el adecuado entorno de reconocimiento y regulación de la sinapsis se produce la activación de los CD4 con maduración funcional Th 0, 1, 2 o 17. Esta diversidad funcional tiene extremada relevancia para definir el patrón de respuesta inmunitaria al Ag. Los mecanismos exactos que regulan la maduración no están establecidos pero citoquinas secretadas por las APC como IL12 y el entorno de concentraciones relativas de moléculas como IL6 o TGF-beta desempeñan un papel regulador muy relevante. Además, otras moléculas de naturaleza protéica, lipídica y el estrés oxidativo/metabólico, entre otras, contribuyen a favorecer el patrón de maduración linfocitario. Por tanto, es un proceso celular de los linfocitos T pero modificado por factores externos. En este sentido debe recordarse que cél sanguíneas como las plaquetas, granulocitos, APC y linfocitos pueden secretar citoquinas y otras moléculas que modulan la actividad de las cél del sistema inmunitario del huésped. El proceso de activación linfocitario es complejo y el resultado final de la exposición a Ags extraños es variable. Entre los factores implicados pueden analizarse los dependientes del Ag que además de su naturaleza química es relevante su concentración y la dinámica de su exposición. Los efectos inmunomoduladores de una exposición antigénica puede en los extremos del rango de concentraciones y de frecuencia de exposición inducir activación y respuesta efectora o anergia y tolerancia. Asimismo, la forma de exposición a los antígenos es clave y supone que estén solubles o presentados en membranas celulares de células APC. Así, por ejemplo moléculas del sistema de histocompatibilidad solubles en un componente sanguíneo inducen diferentes efectos que si están presentes en APC. Los efectos de nuevo pueden ser anergia o activación. Además de los aspectos relacionados con el estímulo antigénico, también son relevantes los que se refieren al estado funcional del sistema inmunitario del huésped. La reactividad de las APC y de los linfocitos del receptor de una transfusión sanguínea también determinan la naturaleza de la respuesta al estimulo transfusional. Por lo tanto los efectos sobre el sistema inmunitario-inflamatorio inducidos por una transfusión sanguínea están influenciados por la naturaleza cuantitativa y cualitativa del componente sanguíneo y a la capacidad respondedora y estado funcional del receptor. Esta variabilidad determina que puedan observarse efectos proinflamatorios o inhibidores en situaciones clínicas diferentes e incluso en otras consideradas similares. El espectro de efectos de la transfusión va desde la inmunoestimulación hasta la inmunosupresión con distintas variables implicadas en la predominancia de un rango u otro del impacto sobre la función inmunitaria. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 107 Índice Leo Van de Watering S8-2 Clinical evidence for beneficial and adverse effects of transfusion related immuno modulation Leo Van de Watering. Sanquin Blood Bank South West Region, Leiden, the Netherlands. In 1973, Opelz and Terasaki showed in a multivariate analysis of observational studies a significant enhancement of survival of kidney grafts in recipients of multiple transfusions compared to nontransfused patients.(1) The concern for wider consequences of this immunosuppressive transfusion effect on impairment of immunosurveillance against cancer was raised in 1981 by Gantt.(2) Since then, transfusion-related immunomodulation (TRIM) has been suspected of causing postoperative nosocomial infections and other complications leading to increased mortality after surgery. Immunological effects of blood transfusions Transfusions affect both the innate and the adaptive immune system. Transfusions contain many foreign antigens and always, increasing with longer storage intervals, apoptotic and necrotic cells. Apoptotic cells immediately engage a ligand on macrophages which start to produce antiinflammatory cytokines such as prostaglandin E-2 and TGF-ß. These factors not only suppress the innate immune response of macrophages and NK cells but impair the APC capacity as well, downregulating the adaptive antigen-specific immune response. During storage, soluble response modifiers accumulate in blood products. Factors derived from leucocytes are e.g. elastase, soluble HLA class I and II molecules, sFasL, IL-1, IL-6, and IL-8. Pro-inflammatory cytokines are an important cause of nonhemolytic febrile transfusion reactions. The responder capacity of T cells decreases during storage due to a phosphorylation defect, impairing the protein synthesis of T cells upon signaling of the T cell receptor. This reduces the proliferative response of donor lymphocytes, relevant to impaired transfusion-associated graftversus-host disease.(3) The stimulator capacity by donor APCs of the direct pathway is irreversibly abrogated after 10-14 days of storage because of loss of co-stimulatory molecules, which are essential for effective APC-helper T cell interaction.(4) This leaves only the indirect pathway to elicit an adaptive immune response after processing of foreign donor antigens. This indirect pathway is dependent on APCs, which may be affected by pro- and/or anti-inflammatory stimuli in the blood product. After transfusion, there is a two-way interaction between donor and recipient cells. Three to five days after transfusion, depending on the storage interval of contaminant leukocytes, proliferating lymphocyte blasts can be found in the circulation.(5) Most donor DNA disappears after a week, although haplo-identical cells sharing an HLA-DR antigen can remain detectable for several weeks. Persistence of donor cells for many years is observed in approximately 20% of apparently healthy transfused trauma survivors, even after transfusions of leukocyte-reduced blood stored for longer than 3 weeks. This transfusion-induced chimerism is not associated 108 with apparent clinical disease; a role for this chimerism in allogeneic (transplantation) tolerance has not yet been investigated. Transplantation tolerance The possibility that allogeneic leukocytes play a causal role in transplantation tolerance was made more likely by Persijn and colleagues showing that a single blood transfusion improved graft survival, provided the blood was not leukocyte-depleted.(6) The superiority of sharing at least one HLA-DR antigen between transfusion donor and recipient in order to obtain graft acceptance was proposed by several investigators. The beneficial effect of pretransplant blood transfusions is not restricted to cadaver kidney transplantation. Over the last 30 years a beneficial effect has been published in heart, liver, and combined pancreaskidney transplantation. Also, new and highly effective immunosuppressive drugs to prevent or treat rejection were developed. Since outcome after organ transplantation depends on several factors which cannot be controlled in a retrospective study, it is difficult to compare the effect of a pretransplant blood transfusion between studies with a historical control group. Although the beneficial transfusion effect seems to be present despite the use of modern immunosuppressive drugs, deliberate pretransplant transfusions are currently virtually abandoned. The main reasons are concerns about transfusion- transmitted diseases and development of alloimmunization. Cancer immunosurveillance A deleterious role of blood transfusions on cancer surveillance was feared because of immunological analogy between alloimmunity (e.g. organ graft rejection) and tumor immunity. This was further supported by in vitro studies, animal models and hundreds of observational studies. One randomized study investigated a role of presumed suppressive effects of leukocyte-containing transfusions compared to leukocyte-depleted filtered transfusions on recurrence of colorectal cancer after surgery with curative intent. This study found no difference in cancer recurrence after 2 and 5 years follow-up.(7,8) Most clinically manifest cancers and metastasis do not elicit an effective immune response as tumor cells can downregulate allelespecific HLA antigens, escaping T cell and NK cells. Furthermore, blood transfusions during surgery come in a late phase of the disease, when immunosurveillance already had its chance, and failed. Transfusions and postoperative nosocomial infections The possible effect of blood transfusions on the incidence of postoperative infections is widely researched.(7,9-16) So far this has lead to a large number of publications, several randomized controlled trials (RCTs) and fierce discussions.(17-21) XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S8-2 The vast majority of published studies are observational and compare transfused with non-transfused patients. This design makes them unsuitable to inform on causal relationships, as infections may be correlated to anemia. Multivariate analyses reduced the number of significant correlations reported, but even the use of multivariate analyses can never fully correct for the inclusion bias where all patients have a clinical transfusion indication in one group versus none in the other group. Several meta-analyses were performed, mainly on the RCTs, in an attempt to gain more insight in this matter. However, all were hampered by several factors: 1) Different types of surgical patients were included. 2) Different definitions were used for postoperative infections. 3) Different blood products were used. 4) Different analyses were reported by the authors. These differences resulted in the reporting of odds ratios ranging from <1 to >14, clearly indicating that the studies did not report on similar situations. Furthermore, there is some publication bias, as the smaller RCTs reported in literature show more pronounced detrimental effects of leukocyte containing transfusions than the larger RCTs. Authors of meta-analyses tried various ways to adjust for all these variations, resulting in different conclusions in meta-analyses based on the same studies. Of two simultaneously updated meta-analyses, one reports a significant odds ratio of 1.92 (95% CI, 1.22–3.01) focusing on transfused patients only, whilst the other one reports a non-significant odds ratio of 1.24 (95% CI, 0.98–1.56) following analysis according to intention-to-treat.(17,22) With such results, an effect of transfusion on postoperative infections cannot be considered proven, but it definitely cannot be excluded either. Clinical evidence for beneficial and adverse effects of transfusion related immuno modulation Transfusions and multi-organ failure and mortality There is an increasing amount of evidence that in specific patient groups blood transfusions may increase the incidence and/or mortality rate of multi-organ failure (MOF). The introduction of leukocyte reduction for all transfusions was used in several countries to perform before/after studies. Some of these studies reported a beneficial effect of leukoreduced blood on mortality.(23,24) Other observational studies reported transfusions as an independent risk factor for SIRS, MOF and mortality.(25-29) Like with postoperative infections, the limitations of the observational design prevent any definitive conclusion on a causal relationship. Most of the RCTs reporting on mortality investigated the effect of leukoreduction by filtration. An association of non-filtered blood transfusions with mortality was only reported in some of the cardiac surgery studies. Of the RCTs investigating the use of autologous blood, none reported a beneficial effect on mortality. Conclusions On one hand transfusion-related immunomodulation is a concept that is very attractive to exploit as specific tolerance-inducing conditioning prior to organ transplantation; on the other hand, transfusion-related immunosuppression enhancing cancer recurrence, infections and mortality is a serious concern that has led to wide implementation of universal leukocyte reduction of red blood cell transfusions. A deleterious role of leukocyte-containing transfusions has only been demonstrated in cardiac surgery. This might be related to the effects of extracorporeal circulation and reperfusion injury leading to SIRS, with transfusions disturbing, as a second hit, the shaky balance of the recovery process. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Opelz G, Sengar DP, Mickey MR, Terasaki PI. Effect of blood transfusions on subsequent kidney transplants. Transplant.Proc. 1973;5(1): 253-9. Gantt CL. Red blood cells for cancer patients. Lancet 1981;2(8242):363. 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Meta-analysis of randomized controlled trials investigating the risk of postoperative infection in association with white blood cell-containing allogeneic blood transfusion: The effects of the type of transfused red blood cell product and surgical setting. Transfus.Med.Rev. 2002;16(4):304-14. 22. Vamvakas EC. White-blood-cell-containing allogeneic blood transfusion and postoperative infection or mortality: an updated metaanalysis. Vox Sang. 2007 Apr;92(3):224-32. 23. Blumberg N, Heal JM, Cowles JW, Hicks GL, Jr., Risher WH, Samuel PK, Kirkley SA. Leukocyte-reduced transfusions in cardiac surgery results of an implementation trial. Am.J.Clin.Pathol. 2002 Sep;118(3):376-81. 110 24. Hebert PC, Fergusson D, Blajchman MA, Wells GA, Kmetic A, Coyle D, Heddle N, Germain M, Goldman M, Toye B, et al. Clinical outcomes following institution of the Canadian universal leukoreduction program for red blood cell transfusions. JAMA 2003;289(15):1941-9. 25. 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XXI Congreso Nacional de la SETS Índice Índice Simposio S8-3 Universal White-Blood-Cell(WBC) reduction: have the desired results been achieved? Do we need other measures to reduce the adverse effects… Universal White-Blood-Cell(WBC) reduction: have the desired results been achieved? Do we need other measures to reduce the adverse effects that we are targeting? S8-3 Eleftherios C. Vamvakas. Department of Pathology, Cedars-Sinai Medical Center, Los Angeles, CA, USA. Implementation of universal WBC reduction in Western Europe to prevent transmission of variant Creutzfeldt-Jakob disease (vCJD) trough transfusion Hitherto, no case of transfusion-transmitted vCJD was reported from the UK in a patient who received blood after the implementation of universal WBC reduction in 1999. The current WBC reduction would not be expected to reduce infectivity sufficiently to prevent infection of a transfusion recipient according to our infectivity assumptions based on the findings from published experimental models. However, it remains possible that it does afford some degree of protection—owing to uncertainties about the starting level of infectivity in whole blood (which may be lower than the 1-10 infectious doses/mL level assumed today based on the published animal models), the distribution of the infectivity between plasma and WBCs (which may differ from the 60:40 ratio suggested by rodent models), as well as uncertainties about the effectiveness of transmission and the susceptibility of transfusion recipients depending on their genotype or other factors. Until a case of transfusion-transmitted vCJD is reported to have been contracted through transfusion of a WBC-reduced component, we cannot conclude that the WBC reduction currently taking place in the UK and several European countries does not afford at least some protection from transfusion transmission of vCJD. Any measure of safety that such universal WBC reduction affords vis-à-vis vCJD prevention is currently unknown. The effect of WBC reduction is being addressed in a follow-up study of the sheep experiment, along with estimates of the distribution of infectivity among WBCs, plasma, platelets, and RBCs.9 In the completed sheep experiment, transmission rates did not differ between recipients transfused with whole blood and recipients transfused with buffy coat. Outside the UK, there have been 25 cases of vCJD in France, 5 in Spain, 4 in Ireland, 3 in the Netherlands, 3 in the US, 2 in Portugal, 2 in Italy, and 1 in Japan. All European countries in which vCJD cases have arisen have implemented universal WBC reduction. It is possible that, as the reference to the risk of transmission of vCJD through transfusion moved from “theoretical” to “possible”, “probable”, and “definite” as the 4 cases of transfusion-transmitted vCJD from non-WBC-reduced RBCs were reported between 2003 and 2006, the same scenario will unfold again in the coming years as cases of transfusion-transmitted vCJD from WBC-reduced RBCs are reported. The question currently posed for policy-making, however, is not whether WBC reduction per se is ineffective, but whether it needs to be augmented by prion reduction filters. The adoption of prion reduction filters is in the spirit of the measures already adopted in the UK to prevent transmission of vCJD through plasma. With the evidence that exists now about the risk of transfusion transmission of vCJD, it is probably easier to justify adopting prion reduction filters today (for UK patients with no dietary exposure to BSE) than it was to justify implementing universal WBC reduction in 1999 to prevent the (then theoretical) risk of transmission of vCJD through transfusion. The national blood services of the United Kingdom and Ireland designed clinical trials to assess the safety of the Pall (and other manufacturers’) prion-removal filters. Recently, it was reported at the March 2010 meeting of the SEAC, that the Advisory Committee on the Safety of Blood, Tissues, and Organs has recommended that blood prion filtration be used to treat patients with no prior evidence of dietary exposure to BSE. The UK Department of Health is presently considering this recommendation. While uncertainly about the prevalence ofsub-clinical vCJD in the UK blood-donor population remains, if we accept this prevalence to be 1 per 10,000, from the relative incidence of clinical disease between each particular country and the UK, one might expect the same prevalence in Ireland to be approximately 20% of that in the UK (1 in 50,000), that in France to be about 10% (1 in 100,000), and that in the Netherlands to be about 5% (1 in 200,000). Spain and Portugal might have a prevalence similar to that in the Netherlands. If future cases of vCJD are linked to transfusion of WBC-reduced components, prion filtration filters will probably have to be implemented in the UK unless a workable diagnostic test becomes available or a decision is made to use only washed RBCs. Decisions in other countries should be proportional to the relative incidence of clinical disease (between a particular country and the UK) and they should be based on comprehensive risk analyses. As recently as in April 2009, however, Lefrere and Hewitt concluded that “at present, a decision to use these [prion reduction] filters is problematic and leads to as many questions as not using them.” Until more becomes known about the risk of vCJD and the efficacy and safety of the filters, the best preventive strategy is ensuring that blood products are used only if they are needed and that the uncertainties surrounding potential risks are communicated effectively to the patients and the public at large. Implementation of universal WBC reduction in North America to prevent purported deleterious immunomodulatory effects of transfusion Early in this century, there was debate about whether the U.S. and Canada should follow Europe in introducing—on XXI Congreso Nacional de la SETS Índice 111 Índice Eleftherios C. Vamvakas a precautionary basis—universal, as opposed to selective, leukoreduction. Unlike the situation in Europe, universal leukoreduction in North America was advocated to abrogate purported, but unproven, deleterious immunomodulatory effects of transfusion, such as postoperative infection—a risk varying from a non-significant 20% reduction to a highly significant 630% increase among 12 randomized trials (RCTs)—or all-cause, short-term mortality—a risk varying from a non-significant 20% reduction to a significant 140% increase among the 7 RCTs that reported specifically on mortality. In both cases, there was a less than one per thousand probability that the variation in the findings of the available RCTs might have arisen by chance. When clinically-homogeneous subsets of RCTs of postoperative infection were integrated in a meta-analysis, the results were diametrically opposed to what immunomodulation theory would have predicted: the risk of infection was reduced in association with post-storage, as opposed to pre-storage, leukoreduction. After acrimonious debate between analysts on methodologic grounds—whether to integrate results despite extreme medical and statistical heterogeneity, and whether to use intention-to-treat versus as-treated analyses—any methodologic quibbles were resolved by the publication of further RCTs. If all 12 RCTs available today were integrated—despite their extreme heterogeneity—an adverse immunomodulatory effect would 112 not be detected from either intention-to-treat or as-treated analyses. In the case of mortality, investigation of the sources of variation in results produced a clinically-meaningful finding. Leukoreduction reduced the all-cause mortality solely for the patients having cardiac surgery. This is what would be expected if a co-factor was needed so that, for example, exposure to the extracorporeal circuit compounded the immunomodulatory effect of transfusion. In the end, Canada implemented universal leukoreduction and the US did not. The indications for selective leukoreduction in the US were not amended, however, to include cardiac surgery. Arguably therefore, neither the US nor Canada did what evidence-based medicine would have dictated. Meanwhile, the aggregate results of comparisons of patients transfused before or after universal leukoreduction in Europe and Canada had shown that giving leukoreduced blood to all patients had not conferred a benefit, either in the unadjusted analyses of these observational studies or in their multivariate (adjusted) analyses. Taking action in circumstances of uncertain benefits and significant costs can be responsible only if it is followed up with appropriate research to examine whether the precautionary measure—if it has not dealt effectively with the threat of “serious or irreversible damage” that led to its application— at least did not cause harm. The before-and-after studies demonstrated indeed that no harm had been done. XXI Congreso Nacional de la SETS Índice