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Guías de práctica clínica Recomendaciones de screening y tratamiento para osteoporosis en mujeres postmenopáusicas. Basado en las recomendaciones de: US Preventive Services Task Force Screening for Osteoporosis in postmenopausal women Royal College of Physicians Osteoporosis clinical guidelines for prevention and treatment El Grupo Operativo de Servicios Preventivos de los EE.UU. (U.S. Preventive Services Task Force, USPSTF) recomendó que las mujeres a partir de los 65 años de edad se hagan una densitometría ósea para detectar osteoporosis y así reducir el riesgo de fractura y anomalías de la columna vertebral frecuentemente asociadas con la enfermedad. También recomendó que aquellas mujeres identificadas como de alto riesgo debido a su peso corporal (< 70 Kg) o que no reciben estrógenos se hagan la densitometría a partir de los 60 años de edad. El USPSTF es un panel independiente de expertos auspiciados por la Agency for Healthcare Research & Quality (AHRQ), la agencia federal dedicada a mejorar la atención médica en EE.UU. Las recomendaciones, que se publicaron en Annals of Internal Medicine del 17 de septiembre de 2002, señalan la primera vez que el Grupo Operativo sugiere hacer screening para detectar osteoporosis. De las mujeres que viven hasta los 85 años, aproximadamente el 50 por ciento tendrá alguna vez una fractura relacionada con la osteoporosis; incluyendo 25 por ciento que desarrollará una deformidad vertebral y 15 por ciento que se fracturará la cadera. La edad es el mayor factor de riesgo para la osteoporosis. Entre el 12 y el 28 por ciento de las mujeres mayores de 65 años tienen osteoporosis y esta proporción aumenta con la edad. El análisis y tratamiento de las mujeres de este grupo etario podría prevenir la gran mayoría de las fracturas. Si bien las chances de tener osteoporosis y fracturas es menor en las mujeres de 60 a 64 años, el USPSTF concluyó que de todos modos el riesgo es suficientemente alto en un subgrupo de estas mujeres (las que pesan menos de 70 Kg y no usan estrógenos) como para justificar el análisis selectivo en este grupo etario. Si bien el análisis en mujeres que no presentan factores de riesgo y en mujeres menores de 60 años puede detectar casos adicionales de osteoporosis, el Grupo Operativo concluyó que la cantidad de fracturas que se podrían prevenir es demasiado pequeño como para hacer una recomendación general de análisis en estas mujeres. En cambio, aconsejó a los médicos clínicos usar su criterio para decidir si someter al análisis a algunas mujeres fuera de estos grupos. El USPSTF afirma que la Densitometría ósea por DEXA (absorciometría de rayos x de energía dual), es el método más exacto para medir la densidad ósea. La Densitometría de la cadera es el mejor estudio para predecir la fractura de cadera, pero también se puede medir la densidad ósea de la columna lumbar, mano, muñeca, antebrazo o talón para detectar el riesgo. Medicare Parte B sólo cubre la densitometría para mujeres a partir de los 65 años de edad una vez cada 2 años. La FDA (U.S. Food and Drug Administration) ha aprobado varios medicamentos para el tratamiento de la osteoporosis, incluyendo los bisfosfonatos como el alendronato y el risendronato, la calcitonina y los moduladores selectivos de los receptores estrogénicos tales como el raloxifeno. Cada uno de estos tratamientos tiene posibles beneficios y contraindicaciones que se repasarán en este trabajo. El USPSTF, panel independiente líder de los expertos en prevención y atención primaria del sector privado, realiza evaluaciones rigurosas e imparciales de todas las pruebas científicas para un amplio rango de servicios preventivos. Sus recomendaciones son consideradas las reglas de oro para los servicios clínicos preventivos. El Grupo Operativo basó su conclusión en un informe de un equipo liderado por la Dra. Heidi Nelson, Dra. en Medicina y Licenciada en Salud Pública, y por el Dr. Mark Helfand, Doctor en Medicina y Licenciado en Salud Pública del Centro de Práctica basada en Pruebas de la AHRQ en la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, en Portland. El USPSTF clasifica la contundencia de las pruebas en "A" (recomienda enfáticamente), "B" (recomienda), "C" (no hace recomendación ni a favor ni en contra), "D" (recomienda en contra) o "I" (no hay pruebas suficientes para hacer una recomendación a favor o en contra del análisis). En 1996, el Grupo Operativo afirmaba que las pruebas eran insuficientes para hacer una recomendación a favor o en contra del análisis de osteoporosis (una recomendación "I"). Ahora, después de revisar nuevos datos de ensayos clínicos que demostraron que puede reducirse efectivamente el riesgo de fractura, el USPSTF recomienda que los médicos clínicos indiquen una densitometría de rutina para mujeres a partir de los 65 años de edad y para aquellas mujeres de entre los 60 y 64 años de edad que presenten factores de riesgo de osteoporosis (una recomendación "B"). El Grupo Operativo no hizo recomendación ni a favor ni en contra del análisis para detectar osteoporosis en mujeres que no presentan factores de riesgo y en mujeres menores de 60 (una recomendación "C"). Las recomendaciones relacionadas con la osteoporosis y con los materiales para médicos clínicos estarán disponibles en el sitio Web de la AHRQ en http://www.ahrq.gov/clinic/3rduspstf/osteoporosis/. También hay información clínica disponible en National Guideline Clearinghouse en http://www.guideline.gov. 1) Recomendaciones: El USPSTF recomienda que las mujeres de 65 años o más sean estudiadas rutinariamente en busca de osteoporosis (OP). También recomienda que el screening de rutina empiece a partir de los 60 años en aquellas pacientes que tengan determinados factores de riesgo. Estas son recomendaciones grado B. Se encontró buena evidencia de que el riesgo de OP y fracturas aumenta con la edad entre otros factores, que la medición de la densidad mineral ósea predice confiablemente el riesgo de fractura en el corto plazo, y que tratar a las mujeres asintomáticas portadoras de OP reduce su riesgo de fractura. El USPSTF concluyó que el beneficio de hacer screening e iniciar tratamiento es al menos de magnitud moderada para aquellas mujeres de riesgo en virtud de su edad u otros factores concomitantes. El USPSTF no recomienda ni a favor ni en contra del screening de rutina en mujeres posmenopáusicas menores de 60 años, ni en pacientes entre 60 y 64 años que no tengan factores de riesgo para fracturas osteoporóticas. Esta es una recomendación grado C. Se encontró evidencia débil de que hacer screening en mujeres de bajo riesgo puede identificar algunas candidatas adicionales para iniciar tratamiento, pero esta estrategia lograría prevenir un número demasiado pequeño de fracturas para que valga la pena recomendarlo desde una perspectiva de salud pública (si bien puede ser necesario en algunos casos individuales según el criterio clínico del médico que atiende a una paciente individual). La USPSTF concluye que el balance entre beneficios y daños potenciales es muy estrecho para hacer recomendaciones generales acerca de screening y tratamiento en este grupo etario. 2) Consideraciones clínicas: Los beneficios absolutos del screening en mujeres de 60 a 64 años con riesgo incrementado de OP y fracturas son comparables a los de mujeres mayores. Sin embargo los factores de riesgo precisos que deberían disparar el screening son difíciles de especificar basados en la evidencia actualmente disponible. El mejor predictor aislado de baja densidad mineral ósea es un peso corporal por debajo de los 70 Kg. Junto con la edad y el no estar usando actualmente estrógenos forma parte de los tres ítem usados en el score del Osteoporosis Risk Assessment Instrument (ORAI). Hay menos evidencia que apoye el uso de otros factores de riesgo, como por ejemplo tabaquismo, pérdida de peso, antecedentes familiares, sedentarismo, uso de alcohol o cafeína, y baja ingesta de calcio y vitamina D. De los diferentes sitios anatómicos estudiados, la medición de la densitometría ósea (DMO) en el cuello femoral por DEXA es el mejor predictor de fractura de cadera y es comparable con las mediciones en el antebrazo para predecir fracturas en otros sitios. Hay otras tecnologías de medición basadas en ultrasonido, tomografía computada, etc., pero falta evidencia todavía respecto a la precisión de estos métodos en comparación con el gold standard actual (DEXA). De todos modos, aún usando este último método, las probabilidades de llegar a un diagnóstico de OP están influenciadas por el área corporal estudiada, el número de mediciones efectuadas, la marca del densitómetro y el rango de referencia usado. Las estimaciones del beneficio que acarrea una detección y tratamiento precoz de la OP se basan sobre todo en estudios que usaron bisfosfonatos. Sin embargo, algunas pacientes podrían preferir otras opciones terapéuticas, como por ejemplo terapia de reemplazo hormonal (TRH), moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (SERMs) o calcitonina. En estos casos deberían considerarse cuidadosamente los riesgos y beneficios antes de tomar una decisión al respecto. Con respecto al tiempo óptimo para repetir la DMO luego del diagnóstico, no hay estudios que contesten este interrogante. Debido a limitaciones técnicas en la precisión de las mediciones, un mínimo de 2 años es necesario para detectar confiablemente cambios que no sean atribuibles a los márgenes de error del método. Sin embargo, para las repeticiones de estudios en mujeres con screening previos negativos puede ser necesario dejar transcurrir intervalos de tiempo mayores. El rendimiento del screening reiterado será mayor en mujeres de edad avanzada, aquellas con menor densidad mineral ósea basal y las que tengan otros factores de riesgo de fractura agregados. No hay datos para determinar la edad apropiada a la cual dejar de hacer screening. También escasean las publicaciones acerca del tratamiento de mujeres más allá de los 85 años. 3) Evidencia científica: a. Epidemiología: El riesgo de fractura aumenta de manera constante a medida que la densidad ósea disminuye, sin umbral. La definición de OP más usada deriva de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para estudios epidemiológicos. Una densidad mineral ósea de más de 2.5 desvíos estándar (DE) por debajo de la media de mujeres jóvenes sanas hace diagnóstico de OP, mientras que entre –1 y –2.5 DE se habla de osteopenia. En estudios poblacionales se encontró que, cuando la densidad ósea se medía en la cadera, columna y muñeca, 15% de las mujeres de raza blanca entre 50 y 59 años y 70% de las mayores de 80 años tenían OP según los criterios de la OMS en al menos una de dichas localizaciones1. En las mujeres latinoamericanas de origen mestizo la prevalencia fue similar a las de raza caucásica, mientras que en las personas de raza negra se encontraron sólo la mitad de los casos con respecto a las anteriores. b. Precisión y confiabilidad de los métodos de screening: El USPSTF examinó dos componentes del screening: 1. La exactitud de los factores de riesgo para identificar a las mujeres con mayores posibilidades de desarrollar OP o fracturas. 2. La precisión de las diferentes técnicas de medición de la densidad mineral ósea 1. Predicción del riesgo de OP o fractura: La probabilidad de desarrollar OP aumenta de manera sustancial con la edad. En un estudio de 200.000 mujeres posmenopáusicas se vió que en comparación con las personas de entre 50 y 54 años, las de 65 a 69 tienen una chance casi 6 veces mayor, y 14 veces más en las de 75 a79 años2. Tener bajo peso (< 70Kg) o Índice de Masa Corporal (Body Mass Index o BMI) y no estar usando reemplazo hormonal se demostraron consistentemente asociados con OP, pero en menor grado que la edad. Se han desarrollado scores para evaluar el riesgo de OP y fracturas, los cuales en general muestran buena sensibilidad pero baja especificidad. El mejor validado de estos instrumentos es el Osteoporosis Risk Assessment Instrument3(ORAI), que tiene una sensibilidad del 91% y una especificidad del 41%. ORAI Variable Score Edad en años 75 o m ás 15 64 a 74 9 55 a 64 6 45 a 54 0 Peso en Kg Menos de 60 9 60 a 69 3 70 o m ás 0 Uso actual de Estrógenos No 2 Sí 0 Las mujeres con un score de 9 o más son candidatas a efectuar DMO Otro instrumento de este tipo es el SCORE (Simple Calculated Osteoporosis Risk Estimation) que toma en cuenta la edad, peso, raza, uso de estrógenos, presencia de Artritis Reumatoidea y antecedentes de fracturas. A su mayor dificultad práctica por tener más parámetros a considerar, se agrega que en poblaciones ancianas mostró una menor especificidad que el ORAI4. 2. Precisión de diferentes técnicas de medición de la densidad mineral ósea: En la actualidad, la medición de densidad mineral ósea en el cuello femoral por DEXA es el mejor predictor de fractura de cadera y es comparable al poder predictivo de las mediciones en el antebrazo para el riesgo de fracturas en otros sitios. En mujeres en la posmenopausia reciente suele hacerse densitometría de la columna lumbar, pero en edades más avanzadas su resultado puede verse falsamente sobreestimado por calcificaciones periarticulares secundarias a espondiloartrosis. Otra técnica de medición es la ecografía del calcáneo. Si bien sus mediciones no correlacionan bien con la densitometría por DEXA, un resultado en el rango de OP de cualquiera de los dos estudios se asocia con un riesgo incrementado de fractura de cadera en el corto plazo. En un estudio de 200.000 mujeres en atención primaria, aquellas con diagnóstico de OP por DEXA tuvieron 4 veces más chances de fracturarse en el año siguiente5. El desempeño de este método como predictor de fracturas fue mejor que la ecografía de calcáneo. 4) Estrategias de screening: Hay poca evidencia acerca de qué pacientes se beneficiarán más con el screening y tratamiento. No se sabe si las mujeres que tienen un riesgo global de fractura similar, pero distinta densidad mineral ósea, se beneficiarían de manera equivalente con el tratamiento. Sigue siendo un problema la falta de consenso acerca de qué criterio adoptar para iniciar tratamiento. Para estimar los beneficios del screening de rutina en pacientes de distintas edades, el USPSTF proyectó, basado en estudios recientes, el número de fracturas que se podrían prevenir en 5 años de tratamiento en una cohorte de 10.000 mujeres posmenopáusicas6. Los beneficios del screening son sustancialmente mayores en personas de más edad, en las cuales la OP es más prevalente y más fácilmente lleva a una fractura. Screening para Osteoporosis en 10.000 mujeres posmenopáusicas1 Fracturas vertebrales y de cadera en intervalos de edad de 5 años Grupos de edades (años) Variable Casos iniciales Prevalencia de osteoporosis 2 estimados Riesgo relativo de Fx de cadera con tratamiento Resultados 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 0.0305 0.0445 0.065 0.120 0.202 0.285 0.63 0.63 0.63 0.63 0.63 0.63 Riesgo relativo de Fx vertebral con tratamiento 0.52 0.52 0.52 0.52 0.52 0.52 Adherencia al tratamiento 0.7 0.7 0.7 0.7 0.7 0.7 Identificados como de alto riesgo (osteoporóticas) 305 445 650 1200 2025 2850 1 2 5 14 39 70 NNS para prevenir 1 Fx de cadera 7446 4338 1856 731 254 143 NNT para prevenir 1 Fx de cadera 227 193 121 88 51 41 5 7 22 40 95 134 NNS para prevenir 1 Fx vertebral 1952 1338 458 248 105 75 NNT para prevenir 1 Fx vertebral 60 60 30 30 21 21 Fx de cadera prevenidas Fx vertebrales evitadas 1 NNS = Número Necesario de someter a Screening para lograr un beneficio; NNT = Número Necesario de Tratar. 2 Las estimaciones de casos iniciales se basan en tasas de prevalencia de OP específicas para la edad y las siguientes reducciones en el riesgo de fracturas con tratamiento: RR de 0.63 para fracturas de cadera y 0.52 para fracturas vertebrales; con una adherencia al tratamiento del 0.7. Número necesario de someter a screening para prevenir 1 fractura de cadera en 5 años: El número que se necesita someter a screening disminuye a medida que aumenta la edad y para mujeres menores de 65 años con al menos un factor de riesgo. 5) Tratamiento: La FDA ha aprobado para la prevención y/o tratamiento de la OP a las siguientes drogas o grupos de drogas: Terapia de reemplazo hormonal (TRH) Bisfosfonatos Raloxifeno Calcitonina TRH: Con respecto a la TRH, en Octubre de 2002 la USPSTF modificó sus sugerencias anteriores para recomendar en contra del uso rutinario de estrógenos y progesterona en la prevención de condiciones crónicas de mujeres posmenopáusicas (Recomendación D). El uso de TRH para aliviar síntomas del síndrome climatérico como tuforadas, alteraciones del humor o del sueño y síntomas urogenitales entre otros, cayó fuera del foco de esta recomendación y no se revisó sistemáticamente7. Con respecto al tratamiento para prevención de complicaciones crónicas, se encontró evidencia de efectos tanto beneficiosos como dañinos. Los beneficios incluían aumento de la densidad mineral ósea (buena evidencia), reducción del riesgo de fractura (débil a buena evidencia) y menor riesgo de cáncer de colon (evidencia débil). Los daños incluyen mayor riesgo de cáncer de mama (buena evidencia), tromboembolismo venoso (buena evidencia), enfermedad coronaria (débil a buena evidencia), accidente cerebro-vascular (ACV) y colecistitis (débil evidencia). La evidencia fue insuficiente para evaluar sus efectos en el riesgo de desarrollar demencia o cáncer de ovario, y en la mortalidad por cáncer de mama, enfermedad cardiovascular o mortalidad por todas las causas. En base a resultados del estudio Women’s Health Initiative (WHI)8 para mujeres de entre 50 a 79 años (edad promedio 63), en 10.000 mujeres recibiendo TRH por un año serían de esperar 7 eventos cardiovasculares extras, 8 ACV más, 8 TEP adicionales y 8 cánceres de mama invasivos más. Se lograrían evitar, en cambio, 6 casos de cáncer de colon y 5 fracturas de cadera. Principales resultados del WHI: Enfermedad Coronaria ACV TVP TEP Cáncer de Mama Cáncer de Colon Fracturas TRH (n=8506) 164 127 151 70 166 45 650 Placebo (n=8102) 122 85 67 31 124 67 788 Riesgo +29% +41% +111% +113% +26% –37% –24% La USPSTF concluyó por otra parte que la evidencia es insuficiente para recomendar a favor o en contra del uso de estrógenos (sin progesterona) para la prevención de enfermedades crónicas en mujeres posmenopáusicas que tuvieron una histerectomía (Recomendación I). Se esperan datos de estudios todavía en curso, como la rama de tratamiento con estrógenos solos en histerectomizadas del WHI9. En lo referente al uso de TRH por 1 o 2 años para el manejo de los síntomas climatéricos, se recomendó usar la menor dosis y por el menor tiempo posible. La decisión final surgirá luego de discutir pros y contras con cada paciente individual, teniendo en cuenta la intensidad de sus síntomas y otros posibles factores de riesgo que pudiera tener. Con respecto a los distintos regímenes de hormonas usados, aparte de 2 estudios randomizados controlados de gran tamaño que usaron estrógenos equinos conjugados y acetato de medroxiprogesterona, la mayoría de la evidencia que se refiere a TRH proviene de estudios observacionales que no diferencian entre las distintas fórmulas hormonales10. Hasta que haya datos que indiquen una mejor ecuación riesgo-beneficio con alguna fórmula de TRH específica, se recomienda evitar su uso rutinario en la prevención de enfermedades crónicas. La evidencia es inconcluyente para determinar si los fitoestrógenos (isoflavonas derivados de la soja) son efectivos para reducir el riesgo de OP o enfermedad coronaria11. Bisfosfonatos: Un meta-análisis reciente12 de 11 ensayos randomizados que enrolaron 12.855 mujeres demostró que el tratamiento con al menos 5 mg de alendronato por día lograba reducir fracturas en distintas localizaciones: fracturas vertebrales en 8 estudios: riesgo relativo (RR) 0.52 (IC 0.43-0.65) fracturas de antebrazo en 6 trials que sumaron más de 3700 pacientes, con una dosis de al menos 10 mg/día, RR 0.48 (IC 0.29-0.78) fracturas de cadera en 11 ensayos reuniendo 11.800 participantes, dosis 5 mg/día, RR 0.63 (IC 0.430.92) otras fracturas no vertebrales en 6 trabajos con 3700 mujeres, usando dosis entre 10 y 40 mg/día, RR 0.51 (IC 0.38-0.69) Estos estudios tuvieron un seguimiento de 1 a 4 años, el efecto que se lograría con un tiempo de tratamiento más prolongado no se conoce. Ningún trial randomizado de tratamiento de la OP logró demostrar un impacto en la mortalidad. No hay comparaciones directas entre alendronato y estrógenos o raloxifeno que evalúe las fracturas como outcome. Sólo unos pocos ensayos randomizados controlados evaluaron a los estrógenos teniendo en cuenta la reducción en fracturas, pero con muchas limitaciones metodológicas. Estudios observacionales reportan una reducción en el riesgo de fracturas de cadera de 25 a 30%. Un estudio de buena calidad con raloxifeno mostró, para fracturas vertebrales, un riesgo relativo de 0.59 (IC 0.50-0.70)13. Los beneficios del tratamiento en la OP son mayores en mujeres con alto riesgo de fracturas cuando se comparan con pacientes de bajo riesgo. El Fracture Intervention Trial (FIT)14 incluyó dos grupos de participantes: 2027 mujeres de alto riesgo con T scores de –1.6 o menos y fracturas vertebrales preexistentes, y 4432 mujeres con T scores comparables pero sin fracturas previas, seguidas durante 36 meses. Cada grupo se dividió en una mitad que recibió alendronato y otra mitad que usó placebo. La dosis usada fue de 5 mg/día durante los primeros 2 años, que luego se aumentó a 10 mg/día. A lo largo de 3 años de tratamiento con alendronato, disminuyó el riesgo de fractura de cadera: 1.1% vs. 2.2% en el grupo placebo, riesgo relativo 0.49 (0.23-0.82) y el riesgo de fractura de cualquier otra localización: 18.2% vs. 13.6%, RR 0.72 (0.58-0.90). Entre las mujeres sin fracturas preexistentes, solamente el subgrupo con T scores menor de –2.5 mostró una reducción significativa con el tratamiento de todas las fracturas manifestadas clínicamente, de 19.6% a 13.1% (RR 0.64; 0.50-0.82). El alendronato no tuvo efecto en las fracturas de mujeres de bajo riesgo que tenían T scores de entre –1.6 y –2.5. Estos resultados sugieren que el tratamiento producirá mayores beneficios en pacientes con más factores de riesgo para fracturas, es decir las más ancianas, con una densidad mineral ósea más baja, o con fracturas vertebrales preexistentes. Sin embargo hay que tener en cuenta que el FIT, así como muchos otros ensayos clínicos referidos al tratamiento, enroló solamente pacientes muy seleccionadas, dificultando así la aplicación de sus resultados a pacientes de un entorno habitual en atención primaria. Téngase en cuenta, a modo de ejemplo, que en 9 de 11 trials de alendronato se incluyeron exclusivamente pacientes mayores de 65 años. El FIT no examinó factores de riesgo no esqueléticos como el deterioro psicomotor asociado a una edad avanzada, alteraciones en la marcha u otras circunstancias que incrementen el riesgo de caídas. Sin embargo, en un estudio randomizado controlado con risedronato15 se examinaron alguno de estos factores. La droga no logró reducir la tasa de fracturas de cadera en mujeres de 80 años o más que tenían al menos un factor de riesgo de caídas pero no necesariamente una densidad mineral ósea baja. En el mismo trabajo, sin embargo, en las pacientes de entre 70 y 79 años con OP severa (T score< -3) el risedronato redujo las fracturas de cadera un 40%: RR 0.6 (IC 0.4-0.9), número necesario para tratar 77. En otras áreas de la Medicina, los resultados de los trials financiados por la industria son significativamente más favorables a los nuevos tratamientos que los estudios llevados adelante por organizaciones gubernamentales o sin fines de lucro16. Dado que los 11 trabajos sobre alendronato fueron pagados totalmente o en parte por el fabricante, la magnitud del efecto observado podría ser mayor que el esperable en la realidad cotidiana de la atención médica. Si la efectividad del tratamiento es menor que la estimada en estos trials, la eficiencia del screening podría ser también peor que la esperada. Alendronato: El alendronato se autorizó por la FDA para la prevención y el tratamiento de la OP posmenopáusica. (dosis recomendada 5 y 10 mg/día respectivamente) y para la prevención y el tratamiento de la OP inducida por corticoides. En esta última indicación, la dosis recomendada es de 5 mg/día en todas las categorías de pacientes excepto mujeres posmenopáusicas que no reciben TRH, en las cuales la dosis es de 10 mg/día. Luego de la demostración de eficacia anti-fractura en el Fracture Intervention Trial (FIT) antes citado, se publicaron los resultados de la segunda rama de ese trabajo17. Se incluyeron 4432 mujeres posmenopáusicas con baja densidad mineral ósea pero sin antecedentes de fracturas previas, randomizadas a alendronato o placebo. La dosis usada fue de 5 mg/día durante los primeros 2 años y 10 mg/día posteriormente hasta completar los 4 años de seguimiento. Además se suplementó calcio (500 mg/día) y vitamina D (250 UI/d). Hubo una reducción no significativa de todas las fracturas clínicamente sintomáticas: RR 0.86 (IC 0.73-1.01). Sin embargo, en el subgrupo de mujeres con T score inicial por debajo de –2.5 en el cuello femoral, la reducción fue estadísticamente significativa: RR 0.64 (IC 0.50-0.82). Tomando en cuenta el total de las fracturas vertebrales detectadas por radiografía (sintomáticas o no), se reducía el riesgo un 44%: RR 0.56 (IC 0.30-0.80). En otro estudio randomizado controlado,18 los efectos del alendronato se estudiaron en 1908 mujeres con T score < –2.0 DE. Luego de 12 meses de tratamiento se demostró una reducción significativa de fracturas no vertebrales en el grupo tratado: RR 0.53 (IC 0.30-0.90). Hay evidencia reciente de que la administración oral intermitente (semanal) de alendronato es similar en eficacia a una administración diaria, al menos con respecto a los efectos sobre la densidad mineral ósea. En un ensayo randomizado controlado de 1 año de duración, se compararon los efectos de 70 mg semanales, 35 mg dos veces por semana y 10 mg diarios en 1200 mujeres posmenopáusicas osteoporóticas19. Los cambios en la densidad mineral ósea y en marcadores bioquímicos de recambio óseo fueron equivalentes en los 3 grupos. Risedronato: Su introducción en el mercado es más reciente que la del alendronato, y tiene las mismas indicaciones autorizadas por la FDA, si bien con una única dosis de 5 mg/día independientemente de si se trata de prevención o tratamiento. También se comercializa una presentación de 35 mg para uso semanal. Se publicaron en los últimos años dos ensayos randomizados controlados de risedronato en la prevención de fracturas vertebrales y no vertebrales en mujeres con OP establecida y al menos una fractura vertebral inicial. En el primero de ellos20, luego de 5 mg/día de risedronato más 1000 mg/día de calcio y 500 UI/día de vitamina D, se observó al año un riesgo relativo de nuevas fracturas vertebrales de 0.35 (IC 0.19-0.62) y de 0.59 (IC 0.43-0.82) a los 3 años. Recién a los 3 años se vio una reducción significativa en fracturas no vertebrales, RR: 0.60 (IC 0.39-0.94). En el segundo ensayo randomizado controlado, efectuado en Europa y Australia21, se incluyeron 1226 pacientes con OP establecida y al menos 2 fracturas vertebrales iniciales. Luego de 1 año de tratamiento con 5 mg/día el RR de fracturas vertebrales era de 0.39 (IC 0.22-0.68) y a los 3 años de 0.51 (IC 0.36-0.73). La reducción en fracturas no vertebrales fue no significativa, RR: 0.67 (IC 0.44-1.04). En estos dos trabajos la incidencia de efectos adversos en el grupo tratado fue similar al grupo con placebo, incluso trastornos del tubo digestivo superior. Es de destacar que los antecedentes de enfermedad gastrointestinal previa o activa y el uso concomitante de AINEs o aspirina no fueron criterios de exclusión. Con respecto a la eficacia del risedronato en la prevención de fracturas, un trabajo con 9300 pacientes menores de 80 años mostró utilidad solamente en aquellas mujeres con T score < –3, no así en las que tenían otros factores de propensión a caídas22. La reducción del riesgo luego de 3 años fue del 58%. Calcitonina: En 1999 se publicó una revisión sistemática del efecto de la calcitonina en tasas de fractura23. Se incluyeron 14 ensayos randomizados controlados sumando un total de 1309 hombres y mujeres. Todos menos uno utilizaron calcitonina sintética de salmón y la ruta de administración fue variable (intranasal o inyectable). El riesgo relativo de cualquier fractura en el grupo tratado vs. el que no recibía medicación fue de 0.43 (IC 0.380.50). El efecto fue evidente tanto para fracturas vertebrales como no vertebrales. Sin embargo, cuando se tomó en cuenta para el análisis a los pacientes que se fracturaban, en lugar del número de fracturas, la magnitud del efecto era menor: RR 0.74 (IC 0.60-0.93), y no había diferencias en la protección conferida par las de localización vertebral o no vertebral. Estos datos sugieren que si bien se trata de una droga eficaz, la magnitud de su efecto es menor que la observada en los trials con bisfosfonatos. Raloxifeno: Esta droga está aprobada para la prevención y tratamiento de OP en mujeres. Sin embargo, su utilidad parecería verse fundamentalmente en los primeros años de la postmenopausia. En un ensayo randomizado controlado de 7705 mujeres con OP24, usando 60 mg/día de calcitonina, calcio y vitamina D, se vio a los 3 años una reducción en el riesgo de fracturas vertebrales: RR 0.70 (IC 0.5-0.8). No hubo diferencias con el grupo control en fracturas de cadera u otras fracturas no vertebrales. En las pacientes tratadas, tras un seguimiento de 40 meses, se observó una disminución en el riesgo de desarrollar cáncer de mama: RR 0.24 (IC 0.13-0.44), pero sólo en tumores con receptores estrogénicos positivos25. No hubo un incremento en la incidencia de sangrado vaginal ni en el riesgo de cáncer de endometrio. Sí se observó una mayor tasa de tuforadas, edema periférico y calambres. También hubo un mayor riesgo de trombosis venosa y tromboembolismo, similar al observado con la TRH y el tamoxifeno: RR 3.1 (IC 1.5-6.2). No se establecieron los efectos del raloxifeno en la morbi-mortalidad por enfermedad coronaria. Calcio y vitamina D: Si bien parece razonable usar suplementos combinados de calcio y vitamina D en ancianos frágiles, hay poca información sobre su efecto en la incidencia de fracturas vertebrales, y no hay evidencia definitiva de que beneficien a pacientes que ya tienen una fractura previa. 6) Recomendaciones finales: a. Screening: Iniciar el screening con DMO en todas las mujeres asintomáticas y sin factores de riesgo a partir de los 65 años. Conviene obtener antes una Rx de columna lumbar (frente y perfil) para detectar alteraciones groseras en la geometría vertebral y valorar el grado de espondiloartrosis. De ser esta última muy importante, no vale la pena pedir DMO de columna lumbar ya que el resultado no será confiable, al estar midiendo calcificaciones extra-óseas. Siempre deberá obtenerse una medición de densidad mineral ósea de al menos la cadera. Conviene prestar atención al T score de cuello femoral y trocánter, los más asociados con fracturas. Es de buena práctica anotar la marca del equipo utilizado en la primera medición para repetir los estudios subsiguientes con uno igual, a fin de asegurar una mayor precisión. En caso de encontrar fracturas preexistentes, iniciar tratamiento independientemente del valor de DMO. El resultado de la DMO puede ser: Normal (T score > –1), Osteopenia (entre –1 y –2.5), u Osteoporosis (< –2.5). De ser normal o estar en el rango de Osteopenia, recomendar aporte adecuado de calcio y vitamina D (1g/día de calcio con una dieta rica en lácteos descremados, exponerse al menos 10 minutos diarios a la luz solar directa) o suplemento farmacológico de no alcanzar a cubrir lo recomendado. Se debe también sugerir evitar el tabaquismo y el abuso de alcohol, y hacer ejercicio físico en el cual se lleve peso, como por ejemplo caminatas (más útiles a este respecto que bicicleta o natación). En las mujeres de entre 60 y 65 años con score ORAI 9 puntos, proceder como con las mayores de 65 años. En las restantes asegurar adecuada ingesta dietética de calcio, exposición al sol suficiente, y ejercicio físico regular. En personas menores de 60 años en principio no debe hacerse screening, sino eventualmente búsqueda de casos en aquellos pacientes de alto riesgo, a saber: o Pacientes con fracturas previas por fragilidad (sintomáticas o no), que se definen como las ocasionadas por caídas desde la posición de pie. Hallazgo de fracturas vertebrales en Rx pedida por otros motivos. o Uso crónico de corticoides en altas dosis (equivalente a Prednisona 7.5 mg/día por 6 meses o más). Dosis recomendada 0.5 a 1g de calcio elemental, y 800 UI de vitamina D por día. Enfermedades asociadas con desarrollo precoz de OP: sme. de malabsorción (sme. de intestino corto, enf. celíaca, etc.), hepatopatía crónica, hiperparatiroidismo, hipertiroidismo. ria o Hipogonadismo no tratado: menopausia en menores de 45 años, amenorrea 2 , rio rio rio hipogonadismo 1 en mujeres, y 1 o 2 en hombres. o Osteopenia radiológica. o b. Tratamiento: El tratamiento recomendado es aporte de calcio y vitamina D suficiente (por medio de la dieta y exposición solar o a través de suplementación farmacológica de ser necesaria) y ejercicio físico adecuado, para todos los pacientes, ya se trate de prevención (en los casos de Osteopenia) o de tratamiento de OP ya diagnosticada. En los casos de tratamiento, además, se iniciará alendronato, dosis sugerida 70 mg una vez por semana en ayunas, tomándolo con un vaso entero de agua, y permaneciendo en posición vertical en los siguientes 60 minutos antes de desayunar, a fin de evitar el riesgo de esofagitis. En los pacientes con antecedentes de úlcera gastroduodenal, gastritis o esofagitis, probablemente convenga usar en su lugar risedronato 35 mg por semana. La calcitonina parece tener una utilidad claramente menor a los bisfosfonatos, por lo cual se sugiere no utilizarla. La TRH, al momento actual de los conocimientos, debería discontinuarse en las que lo reciben, y no iniciarse en pacientes no tratadas, al menos en lo referente a la prevención/tratamiento de la OP. Con respecto al raloxifeno, quedaría relegado eventualmente a pacientes que inician el tratamiento en los primeros años de la posmenopausia, con contraindicaciones para bisfosfonatos, y quizá con un riesgo incrementado de cáncer de mama, dado su rol protector en ese sentido. 26/02/03 Bibliografía: 1 Melton LJ 3rd. How many women have osteoporosis now? 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