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CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO NIETZSCHE No olvides incluir aquí una breve Biografía. Alemania vive por aquellos años la fiebre de una reunificación que culminará en el año 1871 bajo la hegemonía de Prusia. Poco a poco se va convirtiendo en una potencia de primer orden en Europa. En 1870 tuvo lugar la guerra franco-prusiana, en la que Nietzsche intervendrá de camillero, comenzando así una serie de contiendas entre los dos países cuyo último ejemplo será la Segunda Guerra Mundial. En este siglo (el XIX) se extienden por Europa la revolución industrial (surgida en Inglaterra en el XVIII) y las revoluciones liberales-burguesas (cuyos antecedentes son la independencia de Norteamérica respecto a Inglaterra, y la Revolución Francesa). Consecuencia de todo ello es que la sociedad estamental es sustituida por la sociedad de clases, representada por la burguesía capitalista e industrial y defensora de un liberalismo político y económico, y por el proletariado, que va tomando conciencia de su miserable situación e iniciando el movimiento obrero, en el que de tuvo un papel destacado Carlos Marx cuya influencia llega a nuestros días. Es curioso notar cómo la burguesía, beligerante en tiempos cercanos con el statu quo imperante, una vez alcanzado el poder relega a la miseria a los proletarios. En lo que respecta a los movimientos culturales más importantes del siglo XIX destaca el romanticismo, en la primera mitad del siglo, y el positivismo, en la segunda mitad. El romanticismo es en gran medida un movimiento anti-ilustrado, que tiene como precursor alemán a Goethe. Sus características principales son la exaltación de lo pasional y el sentimiento frente al racionalismo ilustrado y la revalorización de la tradición frente al progreso en el futuro. Escritores que se movieron en la órbita romántica fueron: Víctor Hugo (francés), Lord Byron (inglés), Goethe (alemán), Larra y Espronceda (españoles). Músicos románticos fueron Wagner (Profundamente admirado por Nietzsche) y Chopin entre otros. Por positivismo, donde destaca Augusto Comte. suele entenderse aquella actitud que considera que la ciencia y la filosofía y el resto de disciplinas, deben limitarse al análisis de los hechos de experiencia, estableciendo entre ellos relaciones y leyes. La Historia de la Humanidad, para Comte, se desarrolla en tres etapas: mitico-religiosa, metafísica y positiva. La última etapa se sigue de una nueva sociedad que pretende vertebrarse sobre la Industria, y que produce por tanto un renovado encuentro con la naturaleza, un desarrollo de la ciencia y de la técnica y- a la par- una consideración de la razón con un carácter mucho más práctico, alejado de corrientes especulativas previas. En esta nueva visión de la ciencia, en la que nada escapa al ojo positivista, encontramos a Darwin que asesta un golpe mortal a la visión tradicional del ser humano. Nietzsche se nutre de sus planteamientos tanto para criticar la cultura judeo-cristiana como para perfilar sus ideas acerca de la voluntad de poder, la genealogía de la moral y el superhombre. También de esta época son las leyes de Mendel que abren las puertas a la genética. El campo literario, casi en exclusividad, queda monopolizado por la novela, cuya misión consistirá en ser una “cámara fotográfica” que recorra las ciudades presentándonos caracteres humanos y paisajes urbanos: Balzac o nuestros Galdós y Clarín podríamos citar como escritores de esta etapa; tampoco convendría olvidar a los grandes maestros rusos Dovtoievsky y León Tolstoi. El siglo termina con el inicio de las vanguardias, en donde la realidad en la pintura, por ejemplo, se rompe en mil pedazos: estamos hablando del Impresionismo, Puntillismo, Expresionismo...etc. Con el avance positivista, el idealismo alemán, corriente filosófica predominante, comienza a hacer aguas en la segunda mitad del siglo XIX. Hegel es su mayor exponente. Hegel (que concibe lo racional como real y lo real como racional )supone un hito en la Hª de la Filosofía. Autor complejo, pero que abrió perspectivas. Entre los antihegelianos más viscerales encontramos a Schopenhauer, cuya obra El mundo como voluntad y representación tuvo una fuerte influencia en nuestro autor. También los llamados por Ricoeur “maestros de la sospecha”, van a someter a crítica no tanto su esquema dialéctico cuanto sus contenidos. La razón pierde la vitola de absolutez para estar sometida al devenir de la historia desde prismas muy diversos: Materialismo, cultura, religión. Nuestro autor dará el vuelco más impresionante que ha recibido jamás el pensamiento Occidental, que tiene en Hegel a una de sus cumbres. Otra corriente significativa que surge a finales del XIX y principios del XX es el vitalismo, que reivindica la vida como la realidad primera y radical a la que todo lo demás debe subordinarse. Como el concepto vida puede entenderse fundamentalmente en dos sentidos, biológico y biográfico, aparecen agrupados bajo el nombre genérico de vitalismo autores tan dispares como Bergson, Nietzsche, Ortega. El fragmento propuesto pertenece a la obra “El crepúsculo de los ídolos”, o cómo se filosofa con el martillo. Con el título ya descubrimos el radicalismo de la filosofía nietzscheana. Fue escrita entre 1888 y 1889. En ella, como en otras obras, su crítica a la tradición occidental es demoledora y se dirige a la ciencia positivista, a la religión judeocristiana, a la moral socrática-platónica, en definitiva a la tradición filosófica de occidente. calificando de “ídolo” a todo lo que hasta ahora ha sido llamado “verdad”.