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ORDEN Y JUSTICIA EN PLATÓN
eduardollosa3.wordpress.com
Eduardo Llosa
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ORDEN Y JUSTICIA EN PLATÓN
Introducción
Para entender que es la justicia a profundidad para Platón, debe tomarse en
cuenta la importancia del rol que juega el concepto de UNIDAD en su
ontología y filosofía política.
En este camino, descubriremos que para nuestro filósofo la justicia y
orden del individuo como del estado pueden extrapolarse y/o derivarse del
orden y justicia del cosmos.
Es así que si Platón halla lo que es la justicia para el estado, y de ahí es
capaz de deducir como se manifiesta esta en el alma humana [ya que en
ambas esta inscrita lo que la justicia es, con la sola diferencia de que en una
está inscrita con letra grande y en otra con letra pequeña, (véase el libro IV
de la República de Platón)] es posible también discernir el orden y justicia de
la que estas se derivan: la justicia cósmica, forma ultima de todas las
maneras de justicia
La idea que está detrás de este planteamiento es que Platón concibe al todo
como una unidad que abarca unidades más pequeñas, cuyo orden y
armonía imitan los órdenes superiores.
La
importancia
de
la
Unidad
como
ideal
regulativo de todo orden, belleza, y armonía en
el hombre, en la sociedad y el en Ser en general
La idea de que la unidad, con todo lo que ello presupone e implica es
mejor que lo múltiple desde el punto de vista intelectual e existencial, por
ser más a fin a las aspiraciones de la razón, y más aún, y por ello mismo, de
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la misma condición humana, es quizás la idea más importante que está
detrás de los principales sistemas filosóficos.
De hecho, la filosofía nació como un intento de identificar por medio de la
razón la unidad que subyace a la multiplicidad que percibimos con los
sentidos, buscando para ello identificar la unidad material causa de toda la
multiplicidad que vemos en la naturaleza. En ese sentido la filosofía de Tales
(el pensador considerado el iniciador de la filosofía occidental), no es otra
cosa que el intento de utilizar esta idea, que podemos rastrear ya desde
antiguo, (referente a que una visión inteligible de la realidad exige el
surgimiento del todo de una unidad primordial, el UNO PRIMORDIAL), con
el fin que, por medio de la razón, conozcamos la realidad de una manera
completamente nueva. Lo nuevo del pensamiento de Tales es que este
identifica la unidad última, causa de todo lo múltiple, con un elemento
material como el agua, que a través de diversos procesos naturales como la
rarefacción y la condensación de lugar a todos los demás elementos de la
naturaleza.
Platón es Heredero de esta tradición. Por ello intenta hallar la unidad que
subyace detrás de todo orden de cosas, utilizando la razón.
Por ejemplo, el alma humana Platón la concibe como una unidad en sí
misma, aunque pueda discernirse dentro de ella tres “componentes”: La
parte concupiscible, la parte irascible, y la parte racional.
Así mismo, los individuos, al vivir naturalmente en sociedad, forman un
cuerpo político compacto en el que, como en la ciudad ideal (que puede
entenderse como la idea inteligible de toda ciudad que quiera presentarse
como tal), hay tres clases, a los que inteligiblemente puede separarse pero
que ontológicamente conforman una unidad: Los artesanos, los vigilantes y
los gobernantes.
Así mismo, las sociedades humanas conforman parte de una unidad mucho
más amplia: La que comprende todo el orden del ser, de la que forma parte
el universo (alma del mundo), el demiurgo y el mundo de las ideas. En esta
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esfera más amplia el ser puede ser considerado como Uno e indivisible,
aunque con manifestaciones y “partes diferentes”. Por ejemplo, la materia
haría el papel que juega la parte concupiscible en el alma del sujeto y los
artesanos en la ciudad ideal .El demiurgo representaría la parte irascible
(teniendo en cuenta que el demiurgo no solo es voluntad, si no es también
superlativamente un ser racional) cumpliendo la función de la
voluntad
creadora detrás del orden del mundo físico. El demiurgo adecua a sí mismo
su voluntad en general al mundo de las ideas, y en particular a la idea del
BIEN.
Es así que dentro de los tres órdenes de cosas expuesto podemos ver un
paralelismo entre la forma que presenta tanto el alma, la polis y el Ser. De
esto se deduce que la justicia se manifestará de forma similar en estos tres
órdenes.
Alma
polis
Mundo
Lo racional
Razón
Rey filósofo
Mundo de la
ideas(idea del bien)
Lo irascible
Parte irascible
Vigilantes-guerreros
Demiurgo
Lo concupiscible
Parte concupiscible
Artesanos
Universo y el alma
del mundo
*Fuente Propia
Ahora que hemos presentado la forma de estos tres órdenes, podemos
finalmente presentar como entiende Platón a la justicia. Platón define a la
justicia como el cumplimiento
fiel de la función de cada parte de los
componentes de una unidad. Mientras cada parte esté circunscrita a su
respectiva función y no atente ni se inmiscuya en la función de otro
elemento poniendo en peligro la unidad, el alma, la polis o/y el mundo se
mantendrán en la existencia.
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En este contexto se presenta una idea casi atávica en la filosofía de Platón:
Que la justicia es necesario para el orden, y que incluso puede identificarse
con él. Y que Todo aquello que atente contra este orden pone en peligro la
propia existencia de lo que se quiere preservar. En ese sentido es
comprensible ahora la obsesión de Platón por el orden y su posición
conservadora tanto a nivel moral como político.
Justicia, unidad en el alma humana, la polis y el
ser en general
Ahora, podemos ver que es la justicia tanto en la Polis, al interior del alma humana y
en el ser en general..
En el alma humana la justicia consistirá en el cumplimiento de cada parte de esta de
su respectiva función. Para ello, La razón debe gobernar el alma ya que esta es su
función natural, y para lograrlo debe poner de su lado a la parte irascible (la voluntad)
y con ello doblegar y poner en sus límites a la parte concupiscible (las pasiones).
Así mismo, la justicia en la Polis consistirá en el gobierno de los sabios o filósofos, que
de la mano de los vigilantes, logre gobernar a toda la ciudad en su conjunto.
Cuando la parte concupiscible o irascible en el alma humana, o los vigilantes
o los artesanos en la polis, son los que gobiernan la unidad usurpando la
funciones de la razón, da ocasión al surgimiento de la injusticia, el desorden
y la desintegración.
En el caso del alma humana y de la polis, para mantener a raya el orden
natural dentro de estas es necesaria una buena educación. La educación
juega un rol crucial en las políticas públicas que implementa Platón en la
ciudad ideal y deja en sus manos la salud de la Polis y del alma de los
individuos. La educación es necesario para que en el alma y en la polis todas
las partes aprendan a realizar de la mejor manera su función. El individuo
debe educarse para que la parte racional de su alma gobierne a la parte
concupiscible de la mano de la parte irascible. En ese sentido es necesario
tanto una buena educación intelectual como una buena educación en el
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desarrollo de la propia voluntad. Así mismo, en la polis debe educarse a
todos los ciudadanos en su conjunto para que cada clase cumpla su función
sin pretender usurpar las funciones de las otras clases.
Por ello, para Platón no son suficientes buenas leyes para mantener la
justicia al interior de la polis, es indispensable para ello ciudadanos que
sepan respetar y entender la necesidad de las leyes. No basta entonces que
las leyes sean justas, es necesario ante todo que los ciudadanos de la polis
sean personas justas para que sean el soporte de la justicia al interior de la
Polis.
Finalmente, el orden y la justicia cósmica, consistirá en que estas tres esferas:
mundo sensible (alma del mundo), demiurgo, e Idea del Bien (mundo de las
ideas inteligibles), como una unidad, cumplan cada cual su función Así, La
idea del bien debe gobernar el ser, identificándose, en última instancia, el
todo con ella. El demiurgo debe modelar el mundo material a la luz del
mundo de las ideas. Todo lo que atente contra ese orden, puede ser
considerado injusto, poniendo en peligro la estabilidad y mantenimiento del
cosmos como tal.
Conclusión
En conclusión, vemos que para Platón el orden y la justicia se identifican
entre sí, y que son necesarias para que toda unidad, en los diferentes niveles
que esa unidad se manifieste, se mantenga como tal. De lo contrario, la
injusticia reinará, poniendo en peligro la existencia de dicha unidad y sus
partes por el caos y la subsiguiente desintegración.
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