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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE BUCARAMANGA
Fundada Mediante Decreto de 28 de Diciembre de 1874 – Estado Soberano de Santander
ÁREA DE FILOSOFÍA – GRADO DÉCIMO
ACTIVIDADES DE RECUPERACIÓN
Nombre:___________________________________________________ Curso:_____
La actividad de recuperación se realiza con base en la siguiente historia.
La Maestra de Ciencias Naturales y la Noche Negra
Jorge Alberto Deháquiz Mejía y Luz María Gutiérrez de Coronel
(Leyendas Escolares y Otras Historias)
Siempre se ha escuchado hablar a los ancianos de las “leyendas” de la Escuela Normal, cuando la Normal
era la “Normal Nacional de Señoritas”, épocas en que era dirigida por famosas “señoritas”, como esa
insigne o distinguida o renombrada o reputada “señorita” que en los estertores de la institución como de
sólo “señoritas” fungía cual abadesa o generala que examinaba con ojo escrutador el ingreso de nuevas
alumnas y maestras para dar su aprobación. Cuentan los cronistas que el día quinto del quinto mes de un
buen año se incorporó al cuerpo docente una señorita que por su nombre parecía venir de un país de
maravillas, pero que por su estatura y figura semejaba a alguien de la comarca de los hobbits, aunque en
realidad era de la tierrita, allá del altiplano de los muiscas. Esta señorita al igual que institutora era
costurera o modista o zurcidora. Enterada la flamante profesora de las fábulas y del pulular o bullir de
espantos o engendros que recorrían los lóbregos pasillos en las ensombrecidas noches normalistas,
decidió encarar los miedos o temores producto de extrañas visiones y fantasías –es que un espíritu
científico sólo se basa en la objetividad de la evidencia–. Con el valor de su raza y la anuencia de la
señorita rectora, la enseñante de las ciencias naturales inició –junto con un ramillete de atemorizadas
alumnas– una serie de excursiones noctívagas al bosque junto a la acequia de la quebrada seca –por los
lados de la Rotonda cimentada sobre el olvidado cementerio de soldados sin nombre–. En una noche sin
luna –una de esas noches oscuras o renegridas propicias para que emerjan o se asomen o aparezcan
desde el inframundo espíritus renegados o ánimas en pena– y al calor de una fogata encendida al amparo
de un gran árbol –de ese que tiene forma como de mujer abrazadora– y mientras el grupo contemplaba
por entre el dosel arbóreo el inmenso cielo estrellado –tal vez del mismo modo que lo apreciaron Noé o
Abraham o un astrólogo babilonio o Ptolomeo o un navegante polinesio o un sacerdote maya o Marco
Polo o Galileo o Kant o Hubble o Neruda o una infinidad de amantes y poetas– se escuchó en la serenidad
de la hora cero una pregunta: “¿Por qué la noche es negra?” Un escalofrío recorrió los cuerpos
entumecidos por el gélido ambiente. Para calmar las angustiadas almas la señorita profesora de ciencias
naturales narró a sus pupilas la paradoja que asaltó a un famoso médico arbergense o bremense o
alemán quien cavilaba por qué no se podía ver a través de la incontable cantidad de estrellas como se
hace a través de una arbolada en la que la visión siempre se topa con un tronco. Embelesadas por la
historia y el desafíos del asunto –¡con tanta estrella allá afuera en la inmensidad del universo y el cielo no
se ve blanco iluminado!– las alumnas se dieron a la tarea de resolver el acertijo. Los siguientes días y
semanas se convirtieron en una insaciable búsqueda de información para decantarla en conocimientos. El
grupo de aprendices –de la mano de poetas y científicos o de científicos poetas o poetas científicos–
concluyó que es tan gigantesca la inmensidad del cosmos que no ha habido radiación luminosa suficiente
en disposición de alcanzarnos totalmente y que mirar a la lejanía en incontables direcciones es también
otear o escudriñar en el tiempo, porque nuestros ojos ven la luz de las estrellas cuando ésta salió de ellas.
Es que el amigo de la ciencia también –en cierta manera– lo es de los mitos, porque estos versan sobre lo
maravilloso –al menos así pensaba el gran Estagirita–.
1. Identifique el elemento mítico del cuento.
2. Identifique el elemento científico del cuento.
3. Identifique el elemento filosófico del cuento.
Elabore un escrito de 250 palabras articulando estos tres elementos. Tenga en cuenta para ello
la reflexión elaborada durante el segundo periodo.
Se entrega el primer día de clase de filosofía y debe llevar la firma del representante legal
(acudiente) de estudiante. Se superan las dificultades con ochenta (80) puntos.