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El pensamiento de Prudencio Vázquez y Vega
por Edgar Fernández
“Siempre hay lugar para hacer el bien y concurrir a la felicidad de la patria, sin necesidad de hacerse cómplice
de una situación desquiciadora y anormal, que no tenga tal vez otro apoyo que la fuerza, ni más prestigio o
más concurso que el de esos hombres deshonestos que tienen siempre la peculiar habilidad de seguir todos
los caminos y amoldarse a todas las situaciones...”
“Una Cuestión de Moral Política”
PRUDENCIO VAZQUEZ Y VEGA nació el 18 de abril de 1853 en Cerro Largo. Después de cursar los
estudios escolares, se trasladó a Montevideo e ingresó a la Facultad de Derecho. Inclinado a los estudios
filosóficos, se vincula al racionalismo espiritualista, del que se convierte en su figura más representativa.
Su interés por la filosofía, y los cometidos de ésta, quedan bien expuestos cuando expresa:
“... Los principios, las leyes, y las causas, la esencia y razón eterna de las cosas, he ahí el fin y objeto últimos
del indagar filosófico...”
Piensa que la filosofía es un campo de batalla, para la discusión entre diferentes posturas que es lo que
enriquece y permite, el filosofar, sin perder el respeto por ninguno.
“...La filosofía no solo tiene por objeto a Dios y a una parte del hombre; la filosofía es a su vez la ciencia del
espíritu, la ciencia de la naturaleza, y la ciencia del la humanidad; pero, como dicen los filósofos modernos, no
considera estos objetos más que en su generalidad, en su faz eterna, y en su esencia una y entera...”
Cree que la filosofía al unir a todas las ciencias busca no especializarse en cada una, sino, el buscar una
esencia. Estudia el planteamiento de los problemas, la búsqueda de principios universales que pueda servir
en todas las épocas para la resolución de dichos problemas; más allá de los descubrimientos científicos.
“...Yo me complazco cada vez que oigo o leo en las revistas un nuevo descubrimiento de las ciencias
naturales y quisiera que ellas progresaran con rapidez vertiginosa; pero quiero también que no se
desconozcan por espíritu de secta o de sistema, las grandes verdades enseñadas por la filosofía y la utilidad
de sus progresos; quisiera que no se olvidara que la falta de moralidad es una de las causas más poderosas
de la decadencia de los pueblos...”
En los pasajes anteriores afirma que es a la filosofía a quien responde las grandes cuestiones que se refieren
al origen de la naturaleza y fin del hombre, que tanto han preocupado e incentivado a la inteligencia humana,
echa las bases de la organización social y política de los pueblos y arroja luz en la conciencia moral de los
hombres.
El autor que hoy estudiamos, critica y se burla de aquellos fundamentalistas de las ciencias, - preguntándosesobre si las ideas del bien, de la verdad y la belleza, sustentos del amor y de la vida moral y religiosa han
brotado alguna vez en lugares donde se hace ciencia positiva, bajo el microscopio de los naturistas. La
filosofía expresaría entonces la totalidad, las ciencias lo múltiple, y la unión de las ciencias y la filosofía,
expresa la armonía. Esa armonía detrás de los grandes conocimientos humanos reflejan que, para él, el
orden perfecto del universo no es obra de la casualidad, que hay una razón suficiente de ese universo,
fundamento a la vez del orden moral y causa suficiente y final de todo lo que existe; éste orden esta dado por
Dios.
Su ámbito principal, tanto en las polémicas, como desde lo docente, fue el ATENEO de MONTEVIDEO.
Desde allí se propuso orientar la conducta de un importante núcleo de hombres de su generación.
Según Arturo Ardao, Vázquez fue una de las personalidades de mayor significación en el proceso filosófico
uruguayo.
“El aula de filosofía no ha sido para mi, durante la época en que tuve el honor de dirigirla, una escuela sin
corazón, árida y fría, donde sólo se dieran a conocer algunos de los problemas científicos que llaman la
atención del mundo inteligente, no, ella ha sido también bajo otra faz, una escuela del sentimiento, donde yo y
tal vez muchos de mis discípulos hemos aprendido a sentir...”
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El espiritualismo de esa época, en política se tradujo como el “principismo”. Y es en esta tradición que se
inscribe el pensamiento de Vázquez y Vega, opuesto al de Ángel Floro Costa y José Pedro Varela, quienes a
partir de la segunda mitad del siglo XIX, introdujeron el positivismo en el URUGUAY.
(Desde este espiritualismo fue sin duda, el mayor opositor a la corriente positivista que, sobre 1880 pugnaba
por apoderarse del pensamiento filosófico del URUGUAY).
Si bien su carácter y sus intereses son filosóficos, más fuerte aún lo fueron el compromiso con su práctica
moral. Ciudadano de su época, de un Estado en construcción fue en tanto que tal, un hombre comprometido
con su pensamiento y con su sociedad, que predicó su ideal a través de sus actos. Esto queda claramente
plasmado en su tesis doctoral: “Un caso de moral política”.
Como ya lo expresamos antes, no fue indiferente a la lucha política, fue opositor al gobierno de Latorre, y
contrario a toda colaboración con gobiernos que como el de Francisco Vidal, que no provinieran de la libre
elección popular. Y desde la prensa, sus columnas apuntaban, filosóficamente a impugnar el cristianismo y
las religiones positivas. Fue un principista, encontró en la filosofía una herramienta, para su lucha contra los
gobiernos ilegítimos. Hizo ver que la filosofía no solo quedaba en las ideas, que la filosofía tenía un fin
práctico y que las abstracciones que elabora no son para alejarnos de la realidad sino para acercarnos a
ella. Si bien el desarrollo científico es una muestra de progreso, no se debe olvidar dice el autor, evitar la
desvalorización moral, porque el hombre aunque posea bienes materiales, no tendrá bienes del espíritu, no
será feliz.
En esos tiempos, colaborando en distintos órganos de prensa, al finalizar la década de 1870 conoció a JOSÉ
BATLLE Y ORDÓÑEZ, de quien fue íntimo amigo.
Creo que conviene tener presente que sus ideas, que son tanto filosóficas, políticas y morales. Veremos
ahora algunas de las ideas que impulsó.
Éste filósofo uruguayo pensó que el derecho tiene por fin que el hombre concurra rápidamente a su ideal.
En este sentido, el derecho es la facultad de hacer todo aquello que no se oponga al cumplimiento de los
fines de los demás.
Es indudable que para él, la razón y las facultades más elevadas de nuestro espíritu son las que resuelven
en último análisis la conducta que debemos observar en esta vida. El hombre puede hacer lo que quiera, diría Prudencio-, tiene el derecho de hacerlo, mientras no ataque a los demás.
“...El derecho no es seguramente ni una condición ni un medio, es así una facultad propia de nuestra
personalidad y como tal eminentemente subjetiva , por lo que puede manifestarse, aún prescindiendo de la
existencia de todo otro individuo( ...) encontramos que el hombre tiene que ser propietario absoluto de su
existencia , tanto para que la responsabilidad pueda explicarse como para que la sanción moral , no sea un
principio quimérico desprovisto de todo fundamento científico, de todo fundamento justo...”
Es así que: La humanidad no es más que el conjunto de seres racionales compuestos de espíritu y materia
que han existido, existen y existirán. Así es que, si todos los hombres cumplen sus fines, resultará que la
humanidad cumplirá también el suyo. Aquí el filósofo, sentencia que, el fin del hombre es el bien, el
desarrollo de todo lo que su esencia contiene.
Cuanto más civilizado esté un pueblo – dirá -, tantas más veces se acerca al ideal de la humanidad.
Es en este contexto que, se concreta su ataque al catolicismo y la monarquía, -ya que los observa como- los
últimos baluartes del pasado, son ambos, símbolos de las únicas causas que obstaculizan la marcha gloriosa
y triunfante de la libertad y la razón.
“...Yo creo que la humanidad es el lazo de unión entre el pasado y el porvenir, la invariable armonía entre el
mundo material y el mundo espiritual...”
“...Declaro pues, que la aparición del cristianismo fue un bien para la humanidad, porque fue más lo que le dio
que lo que le quitó. Sin embargo siendo el cristianismo un fuerte obstáculo al desenvolvimiento de uno de los
elementos más dignos del hombre , cual es la libertad , negando la iglesia , la autoridad de la razón y la
conciencia , para hacer inclinar la frente de sus fieles ante la fe , ante el misterio y ante el dogma , debo
declarar también que el cristianismo en la época actual , no tiene razón de ser , es inconveniente , porque
quita más de lo que da , porque retarda el vuelo del progreso , retardando el vuelo majestuoso del
pensamiento humano...”
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En su lucha por verdadero conocimiento y por encontrar los instrumentos adecuados, rechaza sistemas
políticos inadecuados, o dogmatismos religiosos. Pero también polemiza con el cientificismo de la época. No
desprecia el progreso sino que este debe ir acompañado de una perfección moral del hombre, ya que, de
nada nos serviría un nuevo aparato tecnológico, si nuestra conducta no se adaptara de manera de lograr la
armonía. Las leyes de la moral son invariables, en contra de lo dicho por los evolucionistas.
En contra de lo que sostiene Floro Costa, por ejemplo, Prudencio defiende la metafísica sin desechar a las
ciencias positivas. En ésta polémica sobre todo se nota su rechazo al dogmatismo y a las falacias, como
formas de sostener teorías o ideas. Argumenta Vázquez y Vega a favor de las ideas: las ideas de ser, de
tiempo y de lugar, que son el antecedente indispensable de todo conocimiento fenoménico o especulativo.
Critica a quienes se habitúan a quedarse insensible y estático en la contemplación de lo sensible, y que no
ponen el mismo empeño para el estudio de las concepciones abstractas y de aquellas cosas cuya realidad no
se ve, no se oye ni se toca.
La metafísica para Vázquez y Vega es la ciencia del Ser considerado en su mayor generalidad, es la ciencia
de la realidad indistinta en cuanto es cognoscible en razón. Los primeros principios, las primeras causas y la
realidad del universo y de la vida, pueden considerarse como elementos constitutivos de ella. Y atacando al
positivismo juzga que el hombre es libre y responsable de sus actos, y que esta condición no puede ser
destruida por el empirismo. Él prefiere antes que la observación empírica, la independencia de carácter,
dignidad, modestia, y valor moral a toda prueba. Añade que las ciencias colaboran para que la discusión
filosófica se enriquezca y que el estudio del mundo con su orden maravilloso y con los encantos de sus
bellezas y sus armonías, nos lleva racional y lógicamente a la creencia de un Dios omnipotente y sabio.
Las ciencias físicas y naturales no son tales por las observaciones aisladas de los hechos, sino por los
principios, leyes y causas que los presiden, por el lazo de unión que existe entre esos hechos, y por el
carácter general e invariable que los coloca bajo una misma relación...”
Su interés político y moral se desprende de su metafísica anteriormente ya mencionada. Vázquez y Vega
trata de fundamentar una moralidad política. Donde lo político no es ajeno a principios morales que lo rigen y
en momentos de crisis quiere otorgarle a la moral dominios fundamentales en la práctica social. Analiza su
contexto político, hace un estado de situación, y busca salidas a las necesidades de su país, negando que
sea posible el progreso desde las formas ilegítimas de gobierno.
Para buscar sustento a sus principios hace un estudio comparado de diversas doctrinas morales y sus
enseñanzas , budistas , CONFUCIO , JESÚS y el cristianismo , de la moral del sentimiento , criterios del
utilitarismo , de KANT ,de la conciencia y criterio de moral política) quiere encontrar él (Kant) los motivos y
las consecuencias de las acciones , que son junto al recto juicio el camino que debe seguirse. Considera
entonces que para considerar a un hombre honrado y virtuoso en la vida práctica, debe hacerlo según las
facultades superiores de su espíritu y lo que le indique que es el bien.
“...Además, el hombre verdaderamente honrado que se preocupa de realizar el bien y solo el bien en todas
las circunstancias de la vida, cumple con su deber de una manera incondicional y categórica y sin
preocuparse de saber si los demás hacen lo mismo...”
Volviendo a la metafísica, ésta debe iluminar al ser humano en la concreción de sus fines en tanto humanos;
pero, es también de estas ideas que propuso fundamentos críticos de la moral, que según él se desprende
del evolucionismo, teoría que pugnaba en su época por ser hegemónica.
Afirma en forma irónica, que los materialistas critican la metafísica, y sin embargo sostienen una metafísica,
ya que la hipótesis de la evolución es una idea a – priori.
Y desde lo moral, hace severas críticas al relativismo que se desprendería de tales ideas. La moral que dejan
ver los evolucionistas es relativa y acomodaticia, ya que niegan la existencia de principios eternos,
categóricos, universales.
Valor moral, punto de honor, dignidad personal ,nobleza de carácter , delicadeza de espíritu , generosidad
relevante , son atributos morales que ve como un imposible vincularlos y hacerlos nacer del positivismo.
“...Las acciones nobles que tienen por objeto el bien de los demás, el desprendimiento, la abnegación, el
sacrificio heroico por nuestros amigos, por nuestra familia , por la patria, no las busquéis como coronamiento
del transformismo. Esos fenómenos morales no se explican fácilmente por la evolución orgánica...”
“...El positivismo, en su aversión a lo absoluto y en su afecto exagerado por lo relativo, va hasta negar el
carácter científico de la moral; y le niega ese carácter en el hecho de afirmar que el deber o las leyes morales
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son distintas hoy a lo que fueron en otras épocas; que lo que entonces era bueno, es hoy malo, y que lo que
es bueno en un lugar, es malo en otro...”
Al continuar esta línea de razonamiento contra el evolucionismo que él asocia al materialismo, niega la
autoridad que las ciencias positivas puedan reclamar para el estudio del alma. El objeto de la Psicología no
puede confundirse con los hechos físicos que sirven de base a la anatomía o a la fisiología. El pensamiento,
el sentimiento y la voluntad, por su naturaleza y por su causa, son fenómenos singulares cuyo carácter y
variabilidad infinita no podrán determinarse nunca de una manera exclusivamente física. También desarrolla
las ventajas del método subjetivo en el ámbito de la Psicología, a diferencia de otras ciencias y en contra de
la observación que pregonan los materialistas.
“...El pensamiento, el sentimiento y la voluntad, que pueden considerarse como los hechos culminantes del
mundo psicológico, son fenómenos inextensos, impalpables, que absolutamente están fuera de la mirada
investigadora del fisiólogo...”
Su racionalismo, su espiritualismo, su crítica al positivismo deben haber surgido del conocimiento que tuvo
en forma directa o indirecta de KRAUSE , THIERCELIN , AHRENS , KANT .
Pero también por el tipo de planteos que sostiene (el bien, la belleza, la justicia), se nota cierto platonismo.
Además es posible reconocer la influencia del espiritualismo uruguayo al cual aportará también, participando
de organizaciones culturales del movimiento, órganos de prensa y desde la cátedra. A su vez debe haber
gravitado en la formación de su pensamiento que se haya formado en la dureza de la contienda con la
corriente positivista uruguaya.
Era espiritualista porque pensaba que el espíritu está antes y sobre la materia y los sentidos, que nos
vinculan a ella; pero además pensaba que había en el hombre ideas a-priori que guían al hombre;
reafirmando también una visión teleológica cuyo fin es la felicidad de la sociedad como un todo, e
individualmente.
Respetó e impulso el conocimiento científico, no obstante fue un duro adversario de la visión positivista
de las ciencias, sobre todo preocupado por las consecuencias morales que él hacía derivar de dichas formas
doctrinarias. Sus principales polemistas fueron los positivistas, Floro Costa, Jurkowski. Su pensamiento
apoyaba el desarrollo científico, pero daba batalla contra el egoísmo y las consecuencias morales que podían
traer, ese tipo de prácticas, que dejaban fuera, el ámbito metafísico, espiritual del hombre. El hombre se
perdería de su fin, sin espiritualidad, solo atado a lo contingente. Pretendía rescatar los valores morales
eternos y las ideas fundamentales, y eso era el centro de las críticas a los positivistas. También criticó
duramente a las posturas y autoridades religiosas, reduciéndolas a un contrapeso del progreso de la
humanidad. Si bien cría en Dios, creador y ordenador del universo y sus leyes. Arturo Ardao en su libro
“Racionalismo y Liberalismo en el Uruguay”, lo cataloga como englobado dentro de la corriente
“racionalista deísta”, que va desde 1865 a 1880. Vázquez mismo nos contesta esta cuestión:
“...Tratábamos de saber si podría existir una certidumbre o creencia religiosa, sin esa fe dogmática y
autoritaria de las religiones positivas. Hemos visto que si, desde que en la religión del deber existen los
elementos necesarios de toda religión, esto es: Dios, el hombre y relaciones entre dos seres. Todo lo que se
ha afirmado cuando se ha dicho que el racionalismo, o mejor expresado, la religión del deber, no es una
verdadera religión, no ha tenido, pues, en nuestro concepto fundamento alguno . Existe una religión
verdadera que es la religión filosófica, que se hermana con una fe también filosófica , esa religión es la
religión del deber o la religión natural ; existen muchas religiones falsas que son las religiones reveladas o
positivas , que a su vez se hermanan con una fe también infundada y errónea ...” .
Pero pensaba que la influencia religiosa, era contraria a la libertad de conciencia y libre albedrío que hay que
cultivar en el hombre. El hombre es libre y para conquistar el bien, la belleza, la justicia, no son buenos
instrumentos ni la religión ni el empirismo. La verdad hay que seguirla desde la buena conducta, desde la
metafísica y la filosofía, como ciencias generales (recibiendo aportes de las ciencias particulares).
Su religión, es una religión del deber, de hacer el bien por el bien mismo. En contra del catolicismo de la
institución de la iglesia como regente, se basa en una fe racional, él tomará su propia construcción basado en
una ética kantiana.
Ese fue el núcleo de sus polémicas ya sean de carácter moral, política, científica, en el derecho. Pero lo más
importante es que ese fue el norte de su vida. Respetuoso e inteligente, pero duro y crítico en las contiendas,
fue un hombre que actuó como pensaba, no sólo desde la cátedra, también en la vida.
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Hay que recordar que es una vida del último cuarto de nuestro siglo XIX, una vida vivida en forma intensa, y
con influencias evidentes de la cultura europea en su pensamiento. Estuvo de acuerdo con el liberalismo que
se iba propagando, y con la idea de progreso y futuro, mejor generado en torno a la razón.
En definitiva, la libertad será para Vázquez y Vega, uno de los elementos constitutivos del hombre, parte de
su esencia y parte de la humanidad.
El conocimiento racional se encuentra enmarcado en esas realidades que colocadas en puntos diferentes del
espacio, difieren entre si, pero son inseparable de su momento histórico; su pensamiento filosófico se articula
en las ideas inseparables del progreso humano: libertad, justicia.
“...habiendo yo concedido mayor superioridad y trascendencia a las ciencias morales y políticas que a las
ciencias naturales...”
Y es por eso, por tener principios inflexibles, por tener la libertad y la justicia como nortes, que integra un
grupo de intelectuales que no pueden estar de acuerdo con los hechos de 1875, la dictadura que intenta
restaurar,
el
orden
tanto
económico,
como
social.
Fue uno de los primeros integrantes de la que se denominó “generación del quebracho”, movimiento de
jóvenes uruguayos intelectuales que impulsaron una nueva actitud con respecto a la filosofía, comprometida
con la situación política de entonces. Capaz de afirmar, y confiando en el progreso humano, que se
superarían los autoritarismos, pues el progreso no puede separase de la justicia, esto es, de los derechos
cívicos, de la libertad.
Piensa, la política y la moral son inseparables en relación al progreso (alejado de cualquier posible
maquiavelismo modernista); de ahí la importancia de la filosofía (sus principios ideales), y la política, la justicia
y la moral guiando el accionar del estado, los hombres entre si, y el hombre en si mismo.
Pero su idea de progreso no coincide con la positivista, no es la de los superiores, a la manera de los
evolucionistas, sino que es una cuestión democrática, aseveración que se fundamenta, en la ley necesaria de
la libertad. Es decir progreso y libertad son inmanentes la una a la otra. El estado debe garantizar a los
ciudadanos, el ejercicio de sus derechos, el derecho a la libertad.
Yen materia religiosa, como ya quedó expresado, la religión a seguir es, la ley absoluta del deber, es la única
capaz de conciliar la libertad y los principios morales. Es la moral del deber la única que debe enseñarse,
pero con esto no establece, el culto de la razón, sino que pone en práctica los verdaderos principios de una
moral universal, no de una secta o moral determinada. Sigue a KANT, en cuanto a la filosofía moral y es
contrario al utilitarismo. Siguiendo la ley universal kantiana, piensa que es el derecho único del hombre, por
ser hombre, la libertad, y ésta debe subsistir con la libertad de todos los hombres. Es uno de los principales
defensores del laicismo en nuestro país.
Falleció el 7 de febrero de 1883.
BIBLIOGRAFÍA :
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Etapas de la Inteligencia Uruguaya . ARTURO ARDAO . 438 páginas , edición 1971 , colección Nuestra
Realidad , Universidad de la República . Montevideo Uruguay .
Espiritualismo y Positivismo en el Uruguay . ARTURO ARDAO . 302 páginas , edición 1968 , Universidad de la
República . Montevideo Uruguay .
Racionalismo y Liberalismo en el Uruguay . ARTURO ARDAO .398 páginas , edición 1962 , Universidad de la
República . Montevideo Uruguay.
Anales del Ateneo . año 1881-1882 , año 1882-1883 , cada tomo de 500 páginas. Montevideo Uruguay.
Escritos Filosóficos . PRUDENCIO VAZQUEZ Y VEGA .228 páginas , edición 1965 , volumen 93 , Biblioteca
ARTIGAS , colección Clásicos Uruguayos . Montevideo Uruguay .
Cuadernos Uruguayos de Filosofía . tomo 3 , Facultad de Humanidades , Universidad dela República , edición
1964 , Montevideo Uruguay , 312 páginas .
PRUDENCIO VAZQUEZ YVEGA . Estudio , Selección de Textos y Discursos, Serie Cuadernos . Fundación
PRUDENCIO VAZQUEZ Y VEGA . primera edición 1988 , Montevideo Uruguay , 183 páginas .
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