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LA RIOJA / LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA / JUNIO 05 / DESARROLLO DE TEMA EL TEATRO ANTERIOR A 1936 (El teatro comercial. Intentos renovadores: Valle-Inclán, García Lorca). 2.5 puntos A principios del siglo XX el teatro comercial gozaba de gran vitalidad. La “alta comedia”, que era el término con el que se designaba el drama burgués de tipo realista, opuso gran resistencia a los intentos renovadores que llevaron a cabo Unamuno y Azorín, así como al teatro de ValleInclán. Estos escritores quedaron eclipsados por una serie de dramaturgos que supieron adaptarse a los gustos del público. Pueden distinguirse dos grandes líneas: 1. El teatro que triunfaba. Las obras que gozaban del favor del público pueden clasificarse en tres grandes grupos: La comedia burguesa o “alta comedia” era un tipo de obra con ciertos toques de crítica social. Jacinto Benavente fue la figura más representativa de esta corriente. Las obras de Benavente presentan las siguientes características: Dsarrollan una problemática burguesa: conflictos de incomunicación, prestigio, honor. Reducción al mínimo la acción externa para centrarse en la psicológica, orientada siempre hacia las relaciones humanas. El diálogo adquiere gran importancia. Sus obras maestras fueron Los intereses creados y La malquerida. La primera defiende la tesis de que las personas son corruptibles e hipócritas: mejor que crear afectos es crear intereses, dice el protagonista. La malquerida es un drama rural en el que una pasión incestuosa conduce a la tragedia. En la línea de Benavente hay que situar a otros dramaturgos como Juan Ignacio Luca de Tena, José López Rubio, Joaquín Calvo Sotelo, con quienes este tipo de comedia pasa a los primeros años de posguerra. El teatro poético. Puede considerarse como un intento de llevar el modernismo al teatro y ofrecer la evasión hacia otros mundos. El mejor representante de esta línea teatral fue Eduardo Marquina, que se hizo famoso con obras como Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol, dramas históricos que siguen el estilo de las imitaciones románticas de las obras del Siglo de Oro. Este tipo de teatro se prolongó también en años posteriores con autores como José María Pemán. El teatro cómico, en el que predominaba el costumbrismo tradicional y con el que emparentaba el género chico, teatro musical hermano menor de la zarzuela. A este grupo pertenecen los Álvarez Quintero, Carlos Arniches y Pedro Muñoz Seca. Arniches inició su andadura como autor de género chico y se especializó en el sainete de costumbres madrileñas (El santo de la Isidra, Don Quintín el amargao). Poco a poco fue evolucionando hacia lo que él denominó la tragedia grotesca, que son obras en las que bajo aspecto cómico se presenta a seres desgraciados y en las que se funden lo risible y lo conmovedor, como ocurre en La señorita de Trevélez. Ediciones SM LA RIOJA / LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA / JUNIO 05 / DESARROLLO DE TEMA Pedro Muñoz Seca fue el autor de éxitos tan populares como La venganza de don Mendo, una parodia de las tragedias históricas que imitaban los dramas neorrománticos. Muñoz Seca fue el creador del astracán, término con el que designaba a las comedias descabelladas, llenas de chistes, cuyo objetivo es arrancar la carcajada del espectador. 2. El teatro que pretendía innovar. Dentro de los intentos renovadores es preciso distinguir entre: Los experimentos teatrales de algunos noventayochistas como Unamuno y Azorín, de Jacinto Grau y, sobre todo, de Ramón del Valle-Inclán. Los impulsos renovadores que traen las vanguardias y las preferencias estéticas de la generación del 27. Federico García Lorca fue quien mejor supo recoger las inquietudes teatrales del momento. Ramón del Valle-Inclán fue mucho más allá de lo que el teatro de su tiempo le permitía. Frente a lo que él llamaba un teatro de camilla casera se declaró partidario de un teatro que siga el ejemplo del cine actual. Su negativa a doblegarse a las convenciones estéticas de su tiempo y a las preferencias del público fueron las causas por las que sus obras dramáticas no se pusieron en escena y que el suyo fuera un teatro para leer, lo que explica que las acotaciones sean tan literarias como el diálogo mismo. Luces de bohemia (1920) es la primera obra a la que Valle-Inclán calificó de esperpento. La famosa escena XII contiene la teoría del nuevo género. Max Estrella, el protagonista, afirma que nuestra tragedia no es una tragedia, porque la tragedia es un género demasiado noble para la realidad española que le rodea: España es una deformación grotesca de la civilización europea; por eso, el sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. Y de esa deformación surge el esperpento. Esa estética deformada se ilustra con la referencia a los espejos cóncavos que decoraban la fachada de un comercio en el callejón del Gato, en Madrid. Luces de bohemia relata la última noche de la vida de Max Estrella, poeta miserable y ciego, que, acompañado de don Latino de Hispalis, hace un recorrido por diferentes lugares de Madrid con un denominador común: la ignominia, la injusticia, las miserias de toda clase. La obra expresa la tremenda indignación de Valle-Inclán ante la situación española. Luces de bohemia prescinde de la división en actos y se compone de quince escenas. En la obra hay más de cincuenta personajes cuya caracterización se basa fundamentalmente en su forma de hablar. Especial atención merecen las acotaciones, en las que se dibuja a los personajes o se comentan sus actitudes. Se ha señalado el entronque entre la estética esperpéntica y el expresionismo europeo, hecho que situaría a Valle-Inclán en la línea de ruptura que introdujeron las vanguardias, pero fue el propio autor quien hizo referencia a claros antecedentes españoles, como Quevedo y Goya. Las tres obras a las que Valle-Inclán llamó explícitamente esperpentos, reunidas en el volumen Martes de carnaval son Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto, La hija del capitán. Federico García Lorca comenzó su producción dramática con El maleficio de la mariposa, pero su primer gran éxito fue Mariana Pineda, el drama de la esta heroína romántica ajusticiada por bordar una bandera liberal. La obra está escrita en verso y hay cierta influencia del teatro de Marquina, a quien Lorca admiraba. Ediciones SM LA RIOJA / LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA / JUNIO 05 / DESARROLLO DE TEMA El teatro fue la actividad preferente de Lorca en los seis últimos años de su vida. Su obra dramática comparte la temática y los rasgos estilísticos que caracterizan su poesía: el amor, la frustración, la muerte; la metáfora y el símbolo. Lorca lleva a escena amores abocados a la soledad o a la muerte, encarnados casi siempre en mujeres. Los cauces formales a través de los que Lorca da salida a ese universo temático fueron la farsa violenta, el drama surrealista y la tragedia de ambiente rural. De farsa violenta calificó La zapatera prodigiosa; dramas surrealistas fueron Así que pasen cinco años, El público y Comedia sin título. Este teatro imposible de Lorca anticipaba ya algunos de los rasgos que caracterizarán el teatro contemporáneo, como el desdoblamiento de la personalidad o la ruptura espacio-temporal. Las piezas maestras del teatro de Lorca fueron las tres tragedias de ambiente rural: Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba. La primera es la historia de una pasión que, tras saltar las barreras sociales y morales, acaba en muerte. La segunda, el drama de la esterilidad, de las ansias insatisfechas de maternidad. La casa de Bernarda Alba es la pieza cumbre del teatro lorquiano. Es el drama de unas mujeres encerradas por una madre tiránica que ha impuesto un riguroso luto de ocho años. El tema central de la obra es el enfrentamiento entre esa moral autoritaria, rígida y convencional, que encarna Bernarda, y los deseos de amor y libertad que representan las hijas. La acción transcurre en un espacio cerrado: la casa. La trayectoria dramática de Lorca presentó al comienzo afinidades con el teatro de poético modernista, pero pronto encontró su propia individualidad. En las primeras obras se combinan el verso y la prosa, pero poco a poco el verso se reserva para momentos de especial relevancia dramática o para canciones de tipo popular que intensifiquen la densidad del drama. Al mismo tiempo, los conflictos que Lorca presenta en sus obras se van haciendo más hondos y más enraizados en la realidad española de su tiempo. Ediciones SM