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LECTURA ORANTE DE LA PALABRA
EVANGELIO DE MARCOS 7,1-8,14-15,21-23
Domingo 2 de Septiembre de 2012
INTRODUCCIÓN.- El Evangelio de hoy se compone de dos partes, que se complementan
entre sí: la primera nos presenta la disputa acerca de las tradiciones judías (7,1-13), la
segunda la enseñanza sobre lo puro e impuro.
En la primera, los fariseos y escribas venidos de Jerusalén, reprochan a Jesús el que sus
discípulos no observan la tradición de los antiguos (a propósito de que comían con las
manos impuras). Ellos ponen como medida del bien y del mal no tanto la voluntad de
Dios, sino la tradición de los antiguos, vale decir, el conjunto de preceptos y prácticas que
los rabinos habían agregado a la ley de Moisés, con el pretexto que provenían por vía oral
del gran legislador.
En su respuesta Jesús no alude directamente a la pureza ritual, más bien va al fondo del
problema: la relación entre tradición humana y voluntad de Dios, y pone bajo sospecha
sus tradiciones, porque en realidad condicionan el verdadero sentido religioso y no
contribuyen a desarrollarlo (v. 6-8).
En la segunda parte se aborda lo relativo a lo puro y a lo impuro. Jesús explica primero a
la gente(v. 14-15), y después más detenidamente a sus discípulos (v 17-23), como todo el
bien y el mal reside en el corazón del hombre, es decir, en el núcleo más intimo de su
personalidad, ahí donde se maduran todas las opciones libres y conscientes que cada uno
hace, de tal modo, también el problema de la tradición queda reformulado: en la medida
en que la tradición es responsablemente aceptada y vivida, puede ser esa misma un bien o
un mal, y no porque viene repetida mecánicamente y sin alma.
Las palabras iníciales de Jesús de esta parte del Evangelio revelan la importancia de que va
ha decir, son palabras innovadoras, porque sintetizan toda la vida religiosa y moral a la
realidad del hombre, que vale sobre todo por las actitudes auténticas que florecen desde
su interioridad, vale decir, de su corazón. El hombre puede mentir, pero no en su corazón,
es decir, no en lo más intimo de si mismo y de Dios que nos escudriña. Aquí
necesariamente tiene que ser sincero.
Por consiguiente, no son las cosas externas (como alimentos, o ciertos ritos mal hechos o
no observados) los que hacen al hombre “impuro”, o inhábil para el encuentro con Dios,
sino la relación que el hombre establece con las cosas es lo que verdaderamente decide su
posición delante de Dios.
ORACIÓN.- Iniciamos nuestra Lectura Orante, diciendo:
Envíanos, Señor, esa fuerza de tu amor,
Que penetre el corazón y conceda bendición
A los hombres en la tierra y al resto de tu creación;
A los pueblos que esperan tu salvación.
LECTURA.- MARCOS 7,1-8,14-15,21-23
¿Qué nos narra el texto de Marcos?. El Señor había subido a Galilea y
desde Jerusalén llegó un grupo de escribas y fariseos, que pretendían
expiarlo. Descubren enseguida un hecho que les parece escandaloso, y le preguntan al Maestro.
Preguntémonos:
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o
o
o
o
o
¿Qué parte del texto te impresionó más?
¿Qué personajes intervienen en el relato?
¿En qué se fijaron estos personajes?
¿Qué preguntan a Jesús?
¿Cuál es la respuesta de Jesús?
¿Qué enseñanzas entrega Jesús?
¿Dónde nace el mal del hombre?
MEDITACIÓN.- ¿Qué me dice o que nos dice el texto Marcos 7,1-8,1415,21-23?
Ante al reproche de los fariseos, el Señor esgrime como una espada un acerado texto de
Isaías: “Hipócritas: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”.
Así entendemos que todos los ritos religiosos, si no expresan actitudes interiores, nada
valen. En la vida social un regalo, un beso, un ramo de rosas sin amor, pueden ser una
afrenta.
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¿De que manera vivo mi experiencia de Dios?
¿Qué importancia le doy a mi crecimiento espiritual?
¿De que manera soy consciente de lo que nace en mi corazón?
¿Dejo que el Señor, penetre en lo más profundo de mí ser?
¿Cuál es mí actitud de acercamiento a los sacramentos?
¿Qué sentencia toca mi vida hoy?
¿Qué tipo de contaminación hay en mí corazón, que mi impiden ver su rostro del
Señor?
ORACIÓN.- ¿Qué le respondo al Dios de la Vida?
Es el momento de responder al Señor, luego del regalo de su Palabra. Conversa
confiadamente con Jesús que se regala para que podamos comprender el profundo
misterio de amor del Padre por nosotros.
Agradece, pide perdón, alaba, bendice, hazle saber al Señor lo que hay en su interior y que
su Espíritu te inspira.
CONTEMPLACIÓN.- Dejo que el Señor me hable.
Intento acercarme a la escena del texto, sentir que Jesús me dirige su mirada y me invita a
indagar en lo más profundo de mí ser. Me quedo un tiempo así, en silencio y gusto a Dios
internamente en mi corazón. Lo dejo hablar, solo escucho en mi intimidad la voz de Dios.
ACCIÓN.- ¿Y ahora cómo hago vida esta Palabra?
 Bueno seria un buen examen de conciencia
 Acercarme a vivir un sincero Sacramento de Reconciliación
 Revisar mi práctica de vida Sacramental.
ORACIÓN.Terminamos nuestra Lectura Orante con el Salmo 119
Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón,
los que van por sus caminos,
sin hacer ningún mal.
Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojala yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!
Así no sentiré vergüenza,
al considerar tus mandamientos.
Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.